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Proverbios 1

Comentario del Pobre Hombre de HawkerComentario del Pobre Hombre

Versículo 1

CONTENIDO.

Aqu� se describe el dise�o general de las par�bolas. Se dan varias m�ximas seleccionadas, y el objeto del volumen de la ballena se expone al mostrar que es acercar a los hombres a familiarizarse con Gad, como principio y fin de toda sabidur�a.

Proverbios 1:1 Proverbios de Salom�n hijo de David, rey de Israel;

Tenemos aqu� el t�tulo del libro y el nombre del Autor del mismo. Pero como el libro mismo forma parte de las Sagradas Escrituras y lleva consigo en muchas partes, testimonios decididos de su inspiraci�n, debemos estar siempre atentos a �l, en cuya cuenta se escribieron todas las Escrituras, y por el promoci�n de cuya gloria en la salvaci�n de su iglesia y su pueblo todo estaba destinado. �Lector! Perm�tete y estudia para encontrar a Cristo mientras revisamos el libro de Proverbios.

Y mientras leemos los Proverbios de Salom�n, hijo de David, rey de Israel, recuerden que nuestro Jedid�as, nuestro amado del Se�or, era tambi�n el Hijo de David, seg�n la carne, y tanto rey de Israel como rey de Israel. reyes y se�or de se�ores. �Precioso Jes�s! T�, tanto por Escritor como por Lector, mientras atendemos estas par�bolas, como hiciste con tus disc�pulos en los d�as de tu carne, cuando estamos a solas contigo, nos cuentas todas las cosas concernientes a ti.

Marco 4:34 ; 2 Samuel 12:25

Versículos 2-7

Para conocer la sabidur�a y la instrucci�n; percibir las palabras de entendimiento; Recibir instrucci�n de sabidur�a, justicia, juicio y equidad; Dar sutileza al sencillo, al joven conocimiento y discreci�n. El sabio oir� y aumentar� su saber; y el hombre de entendimiento alcanzar� los consejos sabios: Entender el proverbio y la interpretaci�n; las palabras de los sabios y sus dichos oscuros. El temor de Jehov� es el principio de la ciencia, pero los necios desprecian la sabidur�a y la instrucci�n.

Estos vers�culos parecen estar dise�ados como un pre�mbulo o un prefacio general del libro en s�. Y en particular, le ruego al lector que me comente que, bajo esta idea, se dice que un proverbio es un dicho oscuro, dando a entender que hay mucho m�s en �l de lo que podr�a suponerse a primera vista. Y por lo tanto, a trav�s de todos los proverbios, se nos ense�a a mirar m�s all� de la superficie en busca de la gran sustancia que se esconde.

Y esto, si no me equivoco mucho, descubriremos que somos Cristo. �l es la sabidur�a de la que se habla aqu� y para la que se dan los proverbios. Se llama a s� mismo por su nombre, Lucas 7:35 . Se�or, orar�a, le dar�a al que escribe, y al que lee, un entendimiento r�gido en todas las cosas; para que descubramos que Cristo es tanto la sabidur�a de Dios como el poder de Dios, para salvaci�n de todo aquel que cree, 1 Corintios 1:21 .

Versículos 8-19

Hijo m�o, escucha la instrucci�n de tu padre, y no abandones la ley de tu madre: porque adorno de gracia ser�n para tu cabeza, y collares para tu cuello. Hijo m�o, si los pecadores te quisieren enga�ar, no consientas. Si dicen: Venid con nosotros, esperemos la sangre, acechemos en secreto al inocente sin motivo; trag�moslo vivos como el sepulcro; y enteros, como los que descienden a la fosa: Hallaremos toda sustancia preciosa, llenaremos de despojo nuestras casas: Echa tu suerte entre nosotros; Tengamos todos una bolsa: Hijo m�o, no andes en camino con ellos; Aparta tu pie de su camino; Porque sus pies corren hacia el mal, y se apresuran a derramar sangre.

Seguramente en vano la red se extiende a la vista de cualquier p�jaro. Y acecharon por su propia sangre; acechan en secreto por sus propias vidas. As� son los caminos de todos los que codician ganancias; que quita la vida a sus due�os.

El escritor sagrado de este libro, habiendo dado el prefacio de su libro, aqu� entra en el tema del mismo; y para hacer cumplir a�n m�s lo que tiene que decir, lo comienza con una exhortaci�n. Bajo el car�cter de Instructor, como padre de sus hijos, se esfuerza por ganarse su cari�o con un apelativo tan tierno, como el de un padre que se dirige a su hijo. Y si el lector observa, el comienzo de su discurso se basa totalmente en el plan y los principios del evangelio.

Porque se�ala la corrupci�n del coraz�n en la seducci�n de los pecadores, y la propensi�n de nuestra naturaleza a escuchar la tentaci�n. Entre los primeros oficios del Esp�ritu Santo, destaca el de convencer al pecado, cuyo car�cter de oficio 'es el de la sabidur�a. Y espero que el lector no haya aprendido ahora que la misma aprehensi�n de Cristo como Salvador presupone que tenemos un sentido completo de nuestra necesidad de Cristo en la conciencia de que somos pecadores. Juan 14:7 .

Versículos 20-33

La sabidur�a clama por fuera; ella da su voz en las calles; ella grita en el lugar principal de la explanada, en las aberturas de las puertas; en la ciudad ella pronuncia sus palabras, diciendo: �Hasta cu�ndo, simples, amar�is la sencillez? y los escarnecedores se deleitan en sus burlas, y los necios aborrecen la ciencia? Convert�os en mi reprensi�n; he aqu�, derramar� mi esp�ritu sobre vosotros, os dar� a conocer mis palabras.

Porque llam� y rechazasteis; Extend� mi mano, y nadie mir�; Pero vosotros hab�is desechado todo mi consejo, y no quer�is mi reprensi�n. Yo tambi�n me reir� de vuestra calamidad; Me burlar� cuando venga tu miedo; Cuando venga tu temor como desolaci�n, y venga tu destrucci�n como torbellino; cuando te sobrevenga la angustia y la angustia. Entonces me llamar�n, pero no responder�; Me buscar�n de ma�ana, pero no me hallar�n; porque aborrecieron el conocimiento, y no eligieron el temor de Jehov�; No quisieron seguir mi consejo; despreciaron toda mi reprensi�n.

Por tanto, comer�n del fruto de su camino, y se saciar�n de sus propios planes. Porque el alejamiento de los simples los matar�, y la prosperidad de los necios los destruir�. Pero el que me escuche habitar� seguro, y estar� tranquilo del temor del mal.

Estos versos se introducen con gran belleza despu�s del primero. Habiendo preparado en cierta medida el coraz�n para recibir instrucci�n, haciendo barbecho para sembrar con justicia. Cristo es presentado aqu� en su misericordioso oficio, llamando al pecador, herido por el sentimiento del pecado, para que lo mire y sea salvo. Oseas 10:12 ; Isa�as 45:22 .

No creo necesario detener al lector con un largo comentario sobre las distintas partes de este divino serm�n; porque si (como pido al Se�or que sea el caso) el Se�or el Esp�ritu Santo es nuestro Maestro, es su misericordioso oficio tomar las cosas de Jes�s y desviarnos hacia nosotros. Y bajo su ense�anza no ser� dif�cil encontrar a Jes�s en cada parte de ella. Juan 16:14 .

Sin embargo, no debo omitir una observaci�n en este lugar, porque es importante. La palabra aqu� traducida, sabidur�a, est� en el original, en plural sabidur�as. No me atrevo a decir positivamente por qu� es as�; pero me atrevo a creer que, como sabidur�a, es un personaje de oficio bien conocido de Jes�s, como el Cristo; eso es en naturalezas unidas de Dios y p�lido en una Persona; ten�a la intenci�n de transmitir a la iglesia, que Cristo es en abstracto, todas las sabidur�as en una; porque en �l est�n escondidos todos los tesoros de la sabidur�a y el conocimiento.

Colosenses 2:3 . Y me inclino m�s a esta opini�n, porque los escritores sagrados, en su referencia a Jes�s, parecen deleitarse con los plurales. Tenemos un hermoso ejemplo de este tipo en el primer Salmo. Bienaventurado el hombre que no sigue el consejo de los imp�os, etc. El hombre del que se habla aqu�, no puede ser otro que Cristo, por razones muy obvias, como he mostrado en el comentario de esa parte de las Escrituras.

Porque ninguno de los hijos ca�dos de los hombres puede decirse con verdad que sea bienaventurado, sino en �l. Pero lo que pido particularmente al lector que observe conmigo ahora es que la palabra traducida en ese salmo bendito tambi�n est� en plural e implica toda la bendici�n en uno. Y Cristo es todo esto; porque as� como la bienaventuranza no consiste en un solo bien, sino que la bienaventuranza completa y completa lo abarca todo, as� Cristo, y solo Cristo, es �ste: y el que es sabidur�a, que es la fuente esencial y la fuente de toda sabidur�a para todas las diferentes corrientes de no es menos la suma total y sustancia de la bienaventuranza al darle existencia en todas las distribuciones de ella entre sus criaturas.

�Lector! �Te ruego que te detengas en ese pensamiento! Y piensa qu� mente infinita debe poseer nuestro Jes�s, ya que cada porci�n de conocimiento, intelecto y sabidur�a se deriva de Aquel que es en s� mismo sabidur�a. Imag�nense, si es posible, qu� bienaventuranza en toda la plenitud del infinito, debe constituir a Aquel que es nuestro Cristo, en quien s�lo todas las naciones de la tierra pueden ser bendecidas. Salmo 72:17 .

�Y lector! perm�tame a�adir un pensamiento m�s para su meditaci�n sobre este dulce tema, as� como el m�o. Si Jes�s es as� sabidur�a y bienaventuranza en la suma total de ambas, con total exclusi�n de todas las dem�s, pero derivadas de �l; Piense en la inefable felicidad que debe ser estar interesado en �l, s�, ser parte de �l, en virtud de nuestra uni�n con �l, como Cabeza de su iglesia, y en consecuencia, tener derecho a todas las proporciones tanto de sabidur�a como de bienaventuranza como ser� para su gloria y la felicidad de su iglesia. Porque no venimos a �l solo para darnos sabidur�a, sino para que �l sea nuestra sabidur�a; no solo para darnos bienaventuranza, sino �l mismo para ser nuestra bienaventuranza; y as� no solo para llevarnos al disfrute eterno de ambos; sino ser �l mismo la suma y sustancia de ambos, siendo nuestra sabidur�a, bendici�n,

�Oh! la inefable bienaventuranza de Cristo, bien podemos clamar con el ap�stol: Ahora gracias a Dios por su inefable don. 2 Corintios 9:15 .

Versículo 33

REFLEXIONES.

�LECTOR! �Es Jes�s en verdad el que as� clama Fuera y da su voz en las calles? �Y no vamos a ir t� y yo a �l, atenderlo y escuchar con la debida seriedad del alma lo que ense�a este divino Maestro? �Procur� toda la tierra escuchar la sabidur�a de Salom�n? �Fueron reunidos de todas partes a su corte? �Y no nos esforzaremos en recibir instrucci�n, cuando est� aqu� uno m�s grande que Salom�n? �Oh! �T�, cuyo nombre es en verdad Sabidur�a! Porque nada sabio se puede encontrar sino en ti: t�, bendito Jes�s, mientras llamas por fuera, inclina mi coraz�n por dentro para buscarte como un tesoro escondido, y para valorar tu amor m�s que el oro m�s selecto.

y mientras miles y decenas de miles te ignoran y no saben d�nde se encuentra la sabidur�a y d�nde est� el lugar del entendimiento; mientras que el abismo dice: no est� en m�; y el mar dice: no est� conmigo: �oh! Se�or, hazme ver que en ti est�n escondidos todos los tesoros de la sabidur�a y el conocimiento, y que posey�ndote a ti, poseo todas las cosas. S� t�, Se�or, para m�, el Consejero admirable, porque entonces entender� este libro de los Proverbios, las palabras de los sabios y sus dichos oscuros; entonces, por tu gracia, mis pies ser�n guardados del mal, Me encuentro con la congregaci�n de los pecadores.

�S�! Bendito Se�or, me deleitar� en sentarme al estrado de tus pies para escuchar las palabras llenas de gracia que salen de tu boca. Y descubrir� cada vez m�s en ti, que eres todo en todos, el Se�or, mi sabidur�a. y mi justicia, y que t� eres hecho de Dios, para m� sabidur�a y justicia, santificaci�n y redenci�n; y que en ti est� toda mi gloria, oh Se�or.

Información bibliográfica
Hawker, Robert, D.D. "Comentario sobre Proverbs 1". "Comentario del Pobre Hombre de Hawker". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/pmc/proverbs-1.html. 1828.