Bible Commentaries
Proverbios 26

Comentario del Pobre Hombre de HawkerComentario del Pobre Hombre

Versículo 1

CONTENIDO.

Bajo diversas similitudes, los Proverbios contin�an mostrando la sabidur�a de los sabios y la triste conducta de los necios.

Proverbios 26:1 Como la nieve en el verano y como la lluvia en la cosecha, as� no conviene al necio la honra. Como el p�jaro que deambula, como la golondrina que vuela, as� no vendr� la maldici�n sin causa. Un l�tigo para el caballo, una brida para el asno y una vara para la espalda del necio. No respondas al necio seg�n su necedad, para que no seas t� tambi�n como �l.

Responde al necio seg�n su necedad, para que no sea sabio en su propia opini�n. El que env�a un mensaje por mano de un necio, corta los pies y bebe da�o. Las piernas del cojo no son iguales: as� es una par�bola en boca de los necios. Como el que ata una piedra en una honda, as� es el que da gloria al necio. Como una espina que sube a la mano de un borracho, as� es una par�bola en la boca de los necios.

Cada una de estas par�bolas, sin duda, tiene un significado muy significativo y directo, pero el plan y estilo del m�todo oriental de escritura es tan diferente al nuestro, que no es muy f�cil descubrir la referencia exacta. Sin embargo, una elucidaci�n puede servir para arrojar luz sobre muchos. La desigualdad de las piernas de los cojos deber�a parecer implicar cu�n inadecuadas son las cosas mezcladas en religi�n en general; y especialmente en las cosas que se refieren a las verdades divinas.

As�, por ejemplo, si los predicadores del evangelio mezclan las cosas del m�rito humano con la excelencia divina, y unen las obras de las criaturas con la salvaci�n de Cristo; aqu� hay una enorme desproporci�n, una cojera de la igualdad. Y por una paridad de razonamiento, lo mismo puede aplicarse espiritualmente a los otros proverbios.

Versículos 10-28

El gran Dios que form� todas las cosas recompensa al necio y recompensa a los transgresores. Como un perro vuelve a su v�mito, as� el necio vuelve a su necedad. �Ves hombre sabio en su propia opini�n? m�s esperanza hay del necio que de �l. Dice el perezoso: Hay un le�n en el camino; un le�n est� en las calles. Como la puerta gira sobre sus goznes, as� el perezoso gira en su cama. El perezoso esconde su mano en su seno; le entristece volver a llev�rselo a la boca.

El perezoso es m�s sabio en su propia opini�n que siete hombres que pueden dar una raz�n. El que pasa y se entromete en contiendas ajenas a �l, es como quien toma a un perro por las orejas. Como un loco que lanza tizones, saetas y muerte, as� es el hombre que enga�a a su pr�jimo y dice: �No me divierto? Donde no hay le�a, se apaga el fuego; y donde no hay chismoso, cesa la contienda.

Como las brasas para las brasas y la le�a para el fuego; as� es un hombre contencioso para encender contiendas. Las palabras del chismoso son como heridas, y llegan hasta lo m�s rec�ndito del vientre. Los labios ardientes y el coraz�n perverso son como un tiesto cubierto de escoria de plata. El que aborrece disimula con sus labios, y encierra enga�o en su interior; Cuando hable con bondad, no le creas, porque hay siete abominaciones en su coraz�n.

Cuyo odio est� cubierto de enga�o, su maldad se manifestar� ante toda la congregaci�n. Cualquiera que cava una fosa caer� en ella; y al que rueda una piedra, volver� sobre �l. La lengua mentirosa aborrece a los afligidos por ella; Y la boca lisonjera produce ruina.

No creo que sea necesario ampliar el volumen ofreciendo alg�n comentario sobre lo que aqu� se dice. Si se leen con un ojo espiritual en Cristo y su evangelio, todos, m�s o menos, son capaces de transmitir mucha instrucci�n. Y, bajo este punto de vista, recomendar�a al lector el libro de Proverbios. Proverbios 1:6

Versículo 28

REFLEXIONES.

Si el lector descubre a Jes�s en medio de estos vers�culos, encontrar� lo que el sabio ha observado en otra parte, y con la verdad se encuentra que es el caso, que su nombre es como ung�ento derramado. El descubrimiento de su Persona, y la aprehensi�n de su car�cter, relaciones y oficios por la fe, tiene el efecto bendito de hacer que las Escrituras lleguen a nuestro coraz�n. Y, de hecho, sin este descubrimiento, �qu� se puede decir que aprendamos en un camino de salvaci�n?

�Y lector! ya sea que lo descubramos o no, dependamos de ello aqu� est� Jes�s. Cristo est� en todos, a trav�s de todos y con todos. �l llena todo en la iglesia, la palabra, las promesas y los corazones de su pueblo. �Se�or! abre mis ojos para ver las maravillas de tu ley. Abre mi coraz�n para sentir la plena influencia de tu gracia. S� la suma y la sustancia de todas mis b�squedas y deseos, y forma en mi coraz�n la esperanza de gloria.

Información bibliográfica
Hawker, Robert, D.D. "Comentario sobre Proverbs 26". "Comentario del Pobre Hombre de Hawker". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/pmc/proverbs-26.html. 1828.