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Proverbios 6

Comentario del Pobre Hombre de HawkerComentario del Pobre Hombre

Versículo 1

CONTENIDO

Bajo la semejanza de una fianza, Salom�n abre este cap�tulo mostrando las consecuencias de tales compromisos. Contin�a el cap�tulo con diversas advertencias, que se basan en mucha sabidur�a.

Proverbios 6:1 Hijo m�o, si eres fiador por tu amigo, si golpeas tu mano con un extra�o, con las palabras de tu boca eres enredado, con los dichos de tu boca eres preso. Haz esto ahora, hijo m�o, y l�brate cuando vengas en manos de tu amigo; ve, hum�llate y aseg�rate de tu amigo. No des sue�o a tus ojos, ni sue�o a tus p�rpados. L�brate como un corzo de la mano del cazador, y como un p�jaro de la mano del cazador.

No puedo leer estos versos, expresivos como son de la tierna preocupaci�n de un Padre que vela por su Hijo, c�mo entra en compromisos de fianza, con las consecuencias de ellos, sin que mi alma se dirija de inmediato a �l, quien, a la llamada de �l y nuestro Padre, se levant� la fianza voluntaria y voluntaria de su pueblo desde la eternidad. Ciertamente, bendito Jes�s, fuiste t� la primera fianza de la que se enter� el mundo, y la que, cuando se dio a conocer por primera vez en el cielo, excit� la eterna maravilla de todos los �ngeles de luz.

Y puede decirse de ti que, cuando le estrechaste la mano a tu Padre en confirmaci�n del tratado, fue tanto para tu amigo como para un extra�o. Amigos nos has llamado a trav�s de tu generosa condescendencia ( Juan 15:13 ) y, sin embargo, �ramos extra�os y enemigos de Dios por obras inicuas, cuando viniste a buscarnos y salvarnos con tu sangre.

Romanos 5:8 ; Efesios 2:12 . Y aunque no enredado, como lo llama esta Escritura, con las palabras de tu mes; sin embargo, fuiste tomado en compromisos por tus promesas de amor, que luego no pudiste romper, ni quisiste romper; porque el bautismo que ten�as como consecuencia del mismo para ser bautizado, dijiste que estuviste angustiado hasta que se cumpli�. �Oh! el amor de Dios que sobrepasa todo conocimiento. Lucas 12:50 .

Versículos 6-11

Ve a la hormiga, perezoso; Considera sus caminos y s� prudente: la cual, sin gu�a, ni supervisor ni gobernante, le da de comer en el verano, y recoge su pan en la mies. �Hasta cu�ndo dormir�s, perezoso? �Cu�ndo te levantar�s de tu sue�o? A�n un poco de sue�o, un poco de sue�o, un poco de cruzar las manos para dormir: as� vendr� tu pobreza como un viajero, y tu necesidad como un hombre armado.

Estas son hermosas escrituras en las que el Se�or env�a a su pueblo a recibir instrucci�n de las criaturas inferiores de su creaci�n. Porque en el punto del conocimiento divino a causa de la ca�da, el hombre est� hundido m�s bajo que el instinto de la bestia, en proveer para su propia seguridad eterna. Tenemos otro hermoso pasaje con el mismo efecto. Jeremias 8:7

Versículos 12-15

Una persona traviesa, un hombre perverso, camina con la boca perversa. Gira con los ojos, habla con los pies, ense�a con los dedos; La perversidad hay en su coraz�n, �l maquina maldad continuamente; �l siembra discordia. Por tanto, su calamidad vendr� de repente; de repente ser� quebrantado sin remedio.

Cabr�a suponer que el Escritor sagrado ten�a en mente, cuando se expres� as�, la simiente de la serpiente. Una persona traviesa, en el lenguaje de las Escrituras, es un hombre de Belial; y as� podr�a haber sido renderizado. Y de tales personajes no es suficientemente expresivo decir que pueden cometer errores, pero de hecho la perversidad est� en el coraz�n de todos ellos; forma su propia naturaleza. El Ap�stol, bajo la inspiraci�n del Esp�ritu, llam� a uno de estos hombres de Belial, hijo del diablo.

Hechos 13:10 . Vea otra instancia. Juan 8:44 . Y el ap�stol amado traza la l�nea de distinci�n entre los hijos del reino y los hijos del maligno. 1 Juan 3:10 .

Versículos 16-19

Estas seis cosas aborrece el SE�OR; y siete le son abominables: mirada soberbia, lengua mentirosa, manos que derraman sangre inocente, coraz�n que trama imaginaciones perversas, pies que se apresuran a correr al mal, una mentira testigo del que habla mentira, y del que siembra discordia entre hermanos.

Aqu� est�n los frutos de la conducta de tal hombre como lo describi� Salom�n, y el Esp�ritu Santo ha dado un cat�logo m�s completo, G�latas 5:19 Y como un hermoso contraste, en el fruto del Esp�ritu Santo sobre las almas de su pueblo, �l agrega los vers�culos 22d y 23d en el mismo cap�tulo. ( G�latas 5:22 )

Versículos 20-35

Hijo m�o, guarda el mandamiento de tu padre, y no abandones la ley de tu madre: �talos de continuo en tu coraz�n, y �talos a tu cuello. Cuando vayas, te conducir�; cuando duermas, te guardar�; y cuando despiertes, hablar� contigo. Porque el mandamiento es una l�mpara; y la ley es ligera; Y camino de vida son las reprensiones de la instrucci�n: Para guardarte de la mujer mala, de la lisonja de la lengua de la extra�a.

No codicies su hermosura en tu coraz�n; que no te tome con los p�rpados. Porque por medio de una prostituta se lleva al hombre a un pedazo de pan, y la ad�ltera busca la vida preciosa. �Puede un hombre tomar fuego en su seno sin que se quemen sus vestidos? �Puede uno andar sobre brasas sin que le quemen los pies? As� que el que entra con la mujer de su pr�jimo; todo el que la tocare, no ser� inocente.

Los hombres no desprecian al ladr�n, si roba para saciar su alma cuando tiene hambre; Pero si es hallado, restituir� siete veces; �l dar� todo el patrimonio de su casa. Pero el que comete adulterio con una mujer, falta de entendimiento; el que lo practica, se destruye el alma. Herida y deshonra recibir�; y su oprobio no ser� borrado. Porque los celos son la ira del hombre; por tanto, no perdonar� en el d�a de la venganza. No aceptar� ning�n rescate; ni se contentar� aunque le des muchos regalos.

No interrumpo todo este p�rrafo, porque todo forma un solo y mismo serm�n. El atar esas gracias sobre el coraz�n, y llevarlas alrededor del cuello, es similar a lo que Mois�s orden� a los israelitas con respecto a la ley. Deuteronomio 6:6 . �Y lector! �No sugiere a la memoria que Aar�n, al tipificar al Se�or Jes�s, entrara ante el propiciatorio con los nombres de las doce tribus en el pecho? Y �no ata Jes�s a su pueblo a �l ahora en todo su oficio sacerdotal?

�xodo 28:29 ; Apocalipsis 8:3 . �Qu� alivio ser�a el recuerdo de esto para un pobre creyente en cada hora de prueba, si pudiera mirar con firmeza por la fe dentro del velo, adonde entr� nuestro precursor para nosotros, y verlo as� comprometido? Y qu� obra bendita ser�a de Dios el Esp�ritu sobre el coraz�n, si el creyente tambi�n pudiera, por fe, tomar y atar a �l todo lo que concierne al disfrute de Jes�s y su gran salvaci�n, para guiarlo cuando vaya. adelante; para tenerlo cuando dorm�a y para hablar con �l cuando estaba despierto.

Versículo 35

REFLEXIONES.

PRECIOSO Se�or Jes�s! Me siento obligado al leer lo que aqu� se dice de una fianza, y el triste estado en el que se ve envuelto, a recordar lo que debi� ser tu amor, que impuls� tu pecho infinito a entrar en compromisos de fianza por tu pueblo, y qu� estado de dolores inigualables indujo el acto de gracia. Al contemplarlo, no puedo dejar de pasar por alto cualquier otro tema que de otra manera este cap�tulo podr�a despertar para aprovechar, para considerar la grandeza de tu amor y la grandeza de las calamidades que trajo a tu santa alma.

Seguramente nunca hubo un acto tan verdaderamente bendecido, lleno de gracia y ben�fico como este. En este acto te pusiste en el lugar de la ley y lugar de todos tus elegidos. Y con ese acto asumiste tanto por nuestra deuda como por nuestro deber; tanto para cancelar el pecado como para cumplir con toda justicia. Y ahora, Se�or, en esos puntos de vista de ti y de tu incomparable misericordia, �a d�nde voy a mirar sino a ti? �A qui�n vendr� sino a Jes�s? �Has borrado mi nombre de la terrible deuda de bonos donde estaba, y donde debe haber estado para siempre de no ser por ti, lo has pagado todo, lo has cancelado todo? y estando para siempre en quiebra, �me has redimido de todo? �Y podr� yo rechazar tu infinito amor y establecer mi propia justicia y olvidar el ajenjo y la hiel, la prisi�n y la fosa de la que me has liberado? �Oh!

D�jame, bendito Redentor, ya que me sacaste y me sacaste, d�jame vivir para tu gloria y tu alabanza; y entre todos tus rescatados, bendice para siempre al fiador todopoderoso cuya mano fue golpeada por tan extra�o, y cuya aflicci�n del alma se volvi� tan exquisita para redimirme de la muerte. Que la vida as� salvada por gracia se gaste a tu servicio, y puesto que por compra y redenci�n soy tuyo, que mi alma te bendiga, te ame y se deleite en ti para siempre.

Información bibliográfica
Hawker, Robert, D.D. "Comentario sobre Proverbs 6". "Comentario del Pobre Hombre de Hawker". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/pmc/proverbs-6.html. 1828.