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Bible Commentaries
Salmos 105

Comentario del Pobre Hombre de HawkerComentario del Pobre Hombre

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Versículo 1

CONTENIDO

Este hermoso Salmo contiene algunos de los bosquejos de la historia de la Iglesia: y si consideramos, ya que tenemos plena autoridad, que los eventos de la antigua Iglesia no eran m�s que tipos de la nueva, encontraremos gran parte del evangelio en �l, y dulce la instrucci�n puede derivarse de ella.

Versículos 1-4

Si el lector desea ver la historia de la Iglesia en el per�odo al que se refiere este Salmo, puede consultar 1 Cr�nicas 16:1 donde la encontrar�. Se dice que David entreg� este Salmo a Asaf para que lo usara en el servicio del templo. La ocasi�n fue la de sacar el arca de la casa de Obed-edom. Y como esta arca era un tipo bien conocido de Cristo, todo hijo de Dios puede, y de hecho debe, tomar este dulce himno, tal como fue dado a la iglesia antigua por el Esp�ritu Santo, para el uso de los santos del Antiguo Testamento, por fe en Cristo, y c�ntenlo en su canci�n diaria, con melod�a de coraz�n, al Se�or.

�Lector! �Qu� dices de este servicio diario? �Puedes cantar de redenci�n? �Puedes cantar de Jes�s? �Puedes dar gracias al Se�or de hecho y en verdad, y dar a conocer a tu alma sus obras de salvaci�n? Estas son grandes preguntas; e implican verdades benditas, cuando el alma creyente puede responderlas afirmativamente. Salmo 40:2 .

Versículos 5-15

El salmista, para despertar en su coraz�n el sentido propio de la bondad de Dios, y suscitar en s� mismo y en la Iglesia afectos adecuados y correspondientes hacia el Se�or, por tal amor, en estos vers�culos retrocede el tema de la meditaci�n hasta el primer llamado de Dios a Abraham; y de una manera hermosa, aunque breve, la lleva a cabo desde ese per�odo hasta que los patriarcas fueron llevados a Egipto.

Recuerden estas cosas, dice �l, ustedes que son la simiente de Abraham, y anoten en estos memorandos la bondad amorosa y la fidelidad del pacto de Dios. �Lector! No olviden lo que Pablo le dijo a la iglesia acerca de la simiente de Abraham: es una bendici�n saber esto y vivir en el disfrute de ello; G�latas 3:29 . Pero al mismo tiempo, no deje de conectar con esta visi�n de la historia de la Iglesia la historia del evangelio en ella.

Este pacto eterno de Dios el Esp�ritu Santo, por boca de Zacar�as, en el templo, se dice expresamente, fue confirmado en Cristo. No, fue para cumplir la misericordia prometida y recordar su santo pacto, por el cual Cristo vino. Lucas 1:72 . Y as�, como la Iglesia comenz� as� desde comienzos peque�os e insignificantes, cuando los Patriarcas eran solo unos pocos de ellos, y ellos eran extranjeros en la tierra; as� que ahora, el d�a de las peque�as cosas es el mismo: los redimidos son frecuentemente desconocidos, desapercibidos; ignorado y pasado por los hombres.

Y aunque el Se�or todav�a protege a sus ungidos y los esconde de la malicia del mundo, sin embargo, son los mismos de siempre, peregrinos y peregrinos aqu� abajo, buscando una ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios; Hebreos 11:10 . �Lector! usted y yo haremos bien, al leer estas cosas, en investigar bajo estos detalles, como en el primero, si tenemos tal correspondencia de car�cter.

Versículos 16-23

El lector dif�cilmente necesitar� informaci�n sobre a qu� parte de la historia de la Iglesia se refiere esto. Todo el que tenga el h�bito diario de leer su Biblia, la recordar�. Cuando el Se�or decidi� llevar a los patriarcas a Egipto, por su providencia, indujo la necesidad de que fueran all� haciendo hambre de pan. Y para que su pueblo pudiera encontrar todos los suministros necesarios para ellos, Jos� fue enviado antes.

Los ejercicios de los patriarcas, antes de que se llevaran a cabo los grandes eventos de bendiciones que se llevar�an a cabo al descender a Egipto, fueron duros: la angustia de Jacob y la prisi�n de Jos� deben tener lugar previamente. Pero finalmente se desarrollaron los caminos del amor y el cuidado de Dios por ellos; y los patriarcas son bendecidos con abundancia, y Jos� es nombrado gobernador de toda la tierra. �Y qui�n no ve en todo esto a Jes�s y a su Iglesia m�s bella y ampliamente expresados? Cuando se induce una hambruna en el alma de los elegidos de Dios; no s�lo hambre de pan, sino de la palabra del Se�or, y del pan de Dios, que desciende del cielo; la necesidad obliga a la iglesia a buscar ayuda.

Sin Cristo, el alma perece para siempre. �Y c�mo es dado Cristo? Dios nuestro Padre env�a a un hombre delante de nosotros, a Jes�s, nuestro Jos� espiritual; y �l, como el hijo de Jacob, se vende como siervo: el hierro entr� en su alma. Pero cuando Jes�s, desde la c�rcel y desde la cruz, libr� a su pueblo, y Dios lo exalt� hasta lo sumo a la diestra de su poder, entonces la Iglesia se alegrar�; se dispensan pan y vida, y en su gloriosa Cabeza la Iglesia canta la salvaci�n para siempre.

�Oh! �Qu� innumerables misericordias se plasmaron en esta parte de la historia de la Iglesia, cuando finalmente Israel entr� en Egipto, y Dios form� all� su Iglesia en un pueblo! Am�s 8:11 ; G�nesis 46:1 ; G�nesis 46:1 .

�Lector! en cada pausa de este interesante tema, preg�ntele a su coraz�n, �qu� papel desempe�a en �l? �Has sabido lo que significa una hambruna del alma? �Te ha obligado a buscar un suministro? �Has o�do que hay ma�z en Egipto? y, como los patriarcas, �has enviado a consultar al Hombre, al Se�or o al pa�s, en busca de socorro? �De verdad conoces a este Jos�, a este Se�or Jesucristo? �Y lo conoces, que de hecho es tu hermano? �Se ha dado a conocer Jes�s a vosotros, y ha llenado vuestro coraz�n con su amor, como Jos� llen� de trigo los costales de sus hermanos? �Oh! por la gracia de conocer estas cosas y de participar en todo lo que concierne a Cristo y su pueblo.

Versículos 24-25

�Lector! Qu� hermosa explicaci�n da aqu�, por el Esp�ritu Santo, a la historia de la Iglesia, durante su estancia en Egipto, en relaci�n con el trato riguroso de Israel por parte de los egipcios. El Se�or hizo que el coraz�n de los egipcios fuera tan cruel con Israel. Y por que para que Israel anhelara salir de Egipto; que Israel no pudiera formar alianza con Egipto; y que Israel lo dejara todo para Dios: �Dulce lecci�n para mi alma! �Me odia el mundo? �En alg�n momento el mundo me trata con crueldad? �Oh! precioso Jes�s! d�jame ver tu mano en la cita.

No son sino segundas causas, meros instrumentos, en todo. �S�! �s�! querido Se�or, cuando pienso en esto, y leo esta escritura bendita, claramente percibo que no son m�s que la espada; pero es tu mano la que lo gu�a. �Y no es as�, oh! T�, sabio y amoroso Salvador, haz conmigo como por tu Israel, para que yo pueda anhelar dejar el mundo, no formar alianza con el mundo, sino salir de entre ellos y unirme por completo a ti. Y si por estos medios, por dolorosos que sean para la carne y la sangre, Jes�s puede tener y conservar todo mi coraz�n: �oh! �Cu�n bendito fue as� cercar mi camino con espinas!

Os 2: 6-7; 2 Corintios 4:17 ; Apocalipsis 18:4 .

Versículos 26-37

Ampliar�a este Comentario a una extensi�n prodigiosa, repasar la historia y la explicaci�n de los eventos aqu� registrados. Prefiero remitir al lector a la Biblia, �xodo 7:1 a �xodo 10:1 . Pero mientras le ruego al lector que mire hacia atr�s y compare ese pasaje de las Escrituras con este, no debo omitir la oportunidad que se brinda aqu� para se�alar la ilustraci�n espiritual de los eventos mismos.

Mois�s no fue m�s que un tipo de Cristo en toda su comisi�n. Y la liberaci�n que obr�, al sacar a Israel de Egipto, fue solo una representaci�n de Jes�s liberando a su pueblo de la esclavitud del pecado, la muerte, el infierno y la tumba.

Versículo 38

El gozo de Egipto, en contraste con la liberaci�n de Israel, forma un tema hermoso para que la mente se detenga. �Oh! la vasta, la inconcebible diferencia, entre el justo y el imp�o, en el gran d�a de la cuenta: Isa�as 65:13 . �Lector! Por favor, mantenga la investigaci�n constante en cada revisi�n y en cada pausa, �a qu� partido pertenece? �Puedes decir, como se dice de Mois�s: Por la fe Mois�s rehus� ser llamado hijo de la hija de Fara�n, prefiriendo sufrir aflicci�n con el pueblo de Dios, que gozar de los placeres de por un tiempo? estimando el oprobio de Cristo m�s riquezas que los tesoros de Egipto. Hebreos 11:25 .

Versículos 39-45

Aqu� tenemos un breve relato de la Iglesia en el desierto, hasta que el Se�or los llev� a la tierra prometida. Y aqu� tambi�n, como antes, contemplamos ahora un tipo de la Iglesia. La columna de nube que iba delante de ellos, representaba sorprendentemente la marcha del Esp�ritu Santo ante la Iglesia; y el pan tipificaba a Jes�s, el pan de vida, para su pueblo. De hecho, para no equivocarnos en un punto tan importante, el mismo Esp�ritu Santo, por medio del Ap�stol, nos dice expresamente que la roca que dio de beber al pueblo en el desierto, y los sigui�, era Cristo; 1 Corintios 10:4 .

Y para resumir todo, dice el salmista, que Jehov� hizo todo esto en confirmaci�n de sus compromisos del Pacto con Abraham. Y como todos estos compromisos del pacto esperaban a Cristo para su cumplimiento, vemos dulcemente en el conjunto, que es de Jes�s y su salvaci�n toda la historia trata, en quien, como Dios prometi� al patriarca, todas las naciones de la tierra deber�an se bendecido; G�latas 3:8 .

Versículo 45

REFLEXIONES

�Ahora, lector! ha pasado por esa parte de la historia de la Iglesia, desde el llamado de Abraham hasta el establecimiento de la Iglesia en Cana�n, y ha visto cu�n hermoso expone el amor y la misericordia del pacto de Dios: en Cristo; �Qu� dices de tu inter�s personal en estas cosas? El comentario del ap�stol Pablo sobre esta historia debe ser siempre lo m�s importante en nuestro recuerdo, cada vez que leemos este relato de la Iglesia.

Ahora bien, estas cosas, dice Pablo, fueron nuestros ejemplos. Por estos Dios el Esp�ritu Santo ahora est� ense�ando a la Iglesia. Y si un alma creyente as� lee, y es as� ense�ada por Dios, como para ver su preocupaci�n personal en el todo, como parte del cuerpo m�stico de Cristo, involuntariamente se unir� al himno de alabanza con el que comienza este Salmo, y clamar�. Alabad a Jehov� e invocad su nombre; Dad a conocer sus obras en el pueblo.

Pero principalmente, lector, perm�tanos que usted y yo veamos el amor del pacto de Dios en estas transacciones solemnes, y rastreemos su origen; en la fuente de toda misericordia, Dios en Cristo en su gran salvaci�n. �S�! Bendito Jes�s, fuiste t� a quien Mois�s tipific�, cuando, al llamado de Dios, vino a liberar a tu pueblo, tu escogido. Egipto, en esta hora, es todav�a la servidumbre del alma, bajo la cual gime todo tu pueblo, hasta que con tu brazo poderoso los saques.

Y �oh! �Qu� milagros de gracia haces para refutar a tus enemigos y animar a tus redimidos! Mientras conviertes el agua en sangre y alarmas a los enemigos de tu pueblo con muestras de tu disgusto para espantarlos, est�s convirtiendo el coraz�n rocoso en un coraz�n de carne, y haces que una dispensaci�n en el desierto florezca como una rosa, para dar de beber a tu coraz�n. pueblo, tu elegido. �Bendito Se�or! as�, alimenta mi alma a trav�s de cada parte restante de mi peregrinaje, hasta que me saques de todo, a tu reino celestial, para regocijarme eternamente en tu gran salvaci�n y cantar en las colinas eternas los triunfos de Jes�s y de su Iglesia en �l. Alabado sea el Se�or. Am�n.

Información bibliográfica
Hawker, Robert, D.D. "Comentario sobre Psalms 105". "Comentario del Pobre Hombre de Hawker". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/pmc/psalms-105.html. 1828.
 
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