En las circunstancias del mal, de las persecuciones de hombres imp�os, aqu� se representa al salmista descansando en la segura protecci�n de Dios. Se encuentra mucho consuelo en esta seguridad y en la firme confianza de una feliz terminaci�n para todo dolor.
Para el m�sico principal. Salmo de David
Salmo 11:1
Una pobre ave t�mida, en tiempos de peligro, emprende su vuelo a la clandestinidad; y el pueblo del Se�or huye como nube, y como palomas a las ventanas, cuando se refugian en Jes�s. El Se�or es una torre fuerte, a ella huye el justo y est� a salvo. Mi pueblo se saciar� de mi bondad, dice el Se�or. Y los que est�n satisfechos con Jes�s y su justicia, nunca buscan a nadie que los recomiende.
Lector, es muy cierto que Jehov�, en su triple car�cter de persona, Padre, Hijo y Esp�ritu Santo, ve y conoce todas las preocupaciones de sus redimidos, y sus ojos est�n sobre ellos para bien. �Pero no hay aqu� una referencia especial a los ojos del Mediador? �No es Jes�s como el Dios-hombre, de quien se habla aqu� como contemplando a su pueblo? Porque aqu�, con doble dulzura de consuelo, el pueblo de Dios puede encontrar aliento en el pensamiento bendito de que los ojos de Jes�s, como Dios en nuestra naturaleza, est�n siempre contemplando y participando en todos los intereses de sus redimidos.
Este es un verso de no poca importancia. Aunque el Se�or no est� tratando con sus redimidos ahora bajo el pacto de gracia, como lo hizo con Ad�n en su estado original de inocencia, para ver qu� mejora puede hacer su pobre criatura ca�da bajo las ordenanzas o providencias; sin embargo, el Se�or est� probando a su pueblo con las gracias que les imparte en los diversos procesos de aflicciones y tentaciones. Y esto se vuelve verdaderamente provechoso, cuando un hijo de Dios es capacitado para reunir de �l evidencias m�s notables del amor divino y pruebas m�s notables de su propia debilidad e indignidad.
Muy terrible debe ser la terminaci�n de una vida de pecado, a cualquier edad prolongada o prolongada. Decid al justo que le ir� bien. �Ay de los malvados! le enfermar�. Isa�as 3:11 .
Cu�n bienaventurado es tener un Dios en Cristo al que huir, y en �l depositar nuestra confianza segura, cuando las tormentas invaden la iglesia o cuando el enemigo se presenta con una mano poderosa. Aunque haya un campamento perdido contra m�, dijo uno de los antiguos, no tendr� miedo mi coraz�n. Y es solo aqu�, en la confianza bien fundada de la salvaci�n de Jes�s, donde un verdadero creyente encuentra un apoyo adecuado para cada aflicci�n. Y qu� consuelo real, s�lido y sustancial debe tener cada creyente verdaderamente regenerado que tiene a Jes�s como esperanza, justicia y salvaci�n.
Lector, �c�mo est� el caso entre Dios y tu alma? �Es Jes�s tu esperanza, tu consuelo, tu seguridad? Entonces, y no de otra manera, el alma soportar� y soportar� todas las dificultades de un conflicto espiritual: porque si Dios es por nosotros, �qui�n contra nosotros? �Jes�s, Se�or! s� t� mi seguridad eterna, mi esperanza, mi justicia y mi porci�n para siempre.
Versículo 1
CONTENIDO
En las circunstancias del mal, de las persecuciones de hombres imp�os, aqu� se representa al salmista descansando en la segura protecci�n de Dios. Se encuentra mucho consuelo en esta seguridad y en la firme confianza de una feliz terminaci�n para todo dolor.
Para el m�sico principal. Salmo de David
Salmo 11:1
Una pobre ave t�mida, en tiempos de peligro, emprende su vuelo a la clandestinidad; y el pueblo del Se�or huye como nube, y como palomas a las ventanas, cuando se refugian en Jes�s. El Se�or es una torre fuerte, a ella huye el justo y est� a salvo. Mi pueblo se saciar� de mi bondad, dice el Se�or. Y los que est�n satisfechos con Jes�s y su justicia, nunca buscan a nadie que los recomiende.
Versículos 2-3
Habr�, debe haber, persecuciones. Pero Jes�s es el fundamento de su Iglesia, y eso es seguro.
Versículo 4
Lector, es muy cierto que Jehov�, en su triple car�cter de persona, Padre, Hijo y Esp�ritu Santo, ve y conoce todas las preocupaciones de sus redimidos, y sus ojos est�n sobre ellos para bien. �Pero no hay aqu� una referencia especial a los ojos del Mediador? �No es Jes�s como el Dios-hombre, de quien se habla aqu� como contemplando a su pueblo? Porque aqu�, con doble dulzura de consuelo, el pueblo de Dios puede encontrar aliento en el pensamiento bendito de que los ojos de Jes�s, como Dios en nuestra naturaleza, est�n siempre contemplando y participando en todos los intereses de sus redimidos.
Versículo 5
Este es un verso de no poca importancia. Aunque el Se�or no est� tratando con sus redimidos ahora bajo el pacto de gracia, como lo hizo con Ad�n en su estado original de inocencia, para ver qu� mejora puede hacer su pobre criatura ca�da bajo las ordenanzas o providencias; sin embargo, el Se�or est� probando a su pueblo con las gracias que les imparte en los diversos procesos de aflicciones y tentaciones. Y esto se vuelve verdaderamente provechoso, cuando un hijo de Dios es capacitado para reunir de �l evidencias m�s notables del amor divino y pruebas m�s notables de su propia debilidad e indignidad.
Versículos 6-7
Muy terrible debe ser la terminaci�n de una vida de pecado, a cualquier edad prolongada o prolongada. Decid al justo que le ir� bien. �Ay de los malvados! le enfermar�. Isa�as 3:11 .
Versículo 7
REFLEXIONES
Cu�n bienaventurado es tener un Dios en Cristo al que huir, y en �l depositar nuestra confianza segura, cuando las tormentas invaden la iglesia o cuando el enemigo se presenta con una mano poderosa. Aunque haya un campamento perdido contra m�, dijo uno de los antiguos, no tendr� miedo mi coraz�n. Y es solo aqu�, en la confianza bien fundada de la salvaci�n de Jes�s, donde un verdadero creyente encuentra un apoyo adecuado para cada aflicci�n. Y qu� consuelo real, s�lido y sustancial debe tener cada creyente verdaderamente regenerado que tiene a Jes�s como esperanza, justicia y salvaci�n.
Lector, �c�mo est� el caso entre Dios y tu alma? �Es Jes�s tu esperanza, tu consuelo, tu seguridad? Entonces, y no de otra manera, el alma soportar� y soportar� todas las dificultades de un conflicto espiritual: porque si Dios es por nosotros, �qui�n contra nosotros? �Jes�s, Se�or! s� t� mi seguridad eterna, mi esperanza, mi justicia y mi porci�n para siempre.