Bible Commentaries
Salmos 131

Versículo 1

CONTENIDO

Este breve pero dulce Salmo habla de la humillaci�n del alma, inducida por la gracia, y que conf�a en la misericordia del Se�or.

Cantar de los grados de David.

Salmo 131:1

Es una paradoja para los hombres del mundo, pero el hecho es innegable; que el alma cuando es m�s humilde es m�s atrevida; el que est� m�s deprimido, es el m�s exaltado; m�s vac�o y, sin embargo, m�s lleno. Porque aquel que tiene las opiniones m�s bajas de su propio m�rito, tiene las opiniones m�s elevadas de Cristo. Y el que ha aprendido la primera lecci�n en la escuela de la gracia para ser m�s humilde bajo el sentido del pecado, ser� m�s valiente para suplicar a Cristo y su justicia.

Tampoco puede un hijo de Dios estar debidamente preparado para recibir de la plenitud de Cristo, hasta que se vac�e de s� mismo y venga sin nada, para recibirlo todo. La figura de un ni�o destetado est� bellamente elegida para representar esto; porque, como nuestro Se�or ense��, a menos que seamos destetados y seamos como ni�os peque�os, deseando que se nos ense�e todo, porque no sabemos nada; seremos descarriados y perversos como ni�os en el pecho lleno de una madre indulgente. Mateo 18:8 . Se�or, dame este estado destetado, para que pueda depender del Dios de Israel, un Dios en Cristo para siempre.

Versículo 3

REFLEXIONES

�Bendito Se�or Jes�s! siempre que pensemos en la humildad, �a qui�n buscaremos la ilustraci�n m�s brillante de ella, sino a ti? �Aqu�, Se�or, como en todas las cosas excelentes, t� tambi�n tienes la preeminencia! Imparte a mi alma grandes porciones de esta gracia, te lo suplico, oh Se�or; y sea en m� la misma mente que tambi�n en ti. Y las porciones m�s grandes que me des de esta gracia, obrar�n en m� vistas m�s exaltadas de tu gloria.

Perm�teme pensar a menudo en tu humillaci�n, al tomar primero nuestra naturaleza, y luego en tu humillaci�n al mirarme, visitarme y formarte en mi coraz�n, la esperanza de gloria. �Oh! por la gracia de mirar as� a Jes�s hasta que cada facultad de mi alma sea humillada hasta el polvo ante ti, y cada poder de mi coraz�n salga en alabanza a ti, el Dios de mi salvaci�n.