Bible Commentaries
Salmos 134

Comentario del Pobre Hombre de HawkerComentario del Pobre Hombre

Versículo 1

CONTENIDO

Un Salmo breve pero interesante, en el que los creyentes se llaman unos a otros al servicio y alabanza de Jehov�.

Canci�n de grados.

Salmo 134:1

El Salmo comienza con un llamado a los siervos, quiz�s a los levitas, que ministraban d�a y noche en el templo, para bendecir al Se�or; y termina con una especie de respuesta para todos los que participaron en este empleo. Pero como Jes�s ha hecho a todo su pueblo reyes y sacerdotes para el Padre, se puede suponer que el llamamiento en estos d�as del evangelio est� dirigido a todos. �Lector! consider�moslo desde este punto de vista, y que el Se�or, que llama, nos conceda la gracia m�s gozosa para obedecer. Debo observar, que antes de la venida de Cristo, se observaba en el templo un servicio constante o velada sin interrupci�n: los levitas ministraban de d�a y de noche.

El fuego del altar y las l�mparas ard�an constantemente; ver Lev_6: 13; Lev_24: 2-4. En la Iglesia del evangelio, el Esp�ritu de juicio y el Esp�ritu de ardor; suple el lugar, Isa�as 4:4 . �Lector! Que t� y yo nos encarguemos de que en todas partes y en todas las cosas, tanto de d�a como de noche, levantemos manos santas en alabanza y amor a nuestro Dios en Cristo. Y que cada uno de nosotros, personalmente para nosotros mismos y para todos con quienes tenemos que tratar, estemos atentos para que nuestro Dios bendiga a todos ya todos desde Sion.

Versículo 3

REFLEXIONES

El trabajo de BENDICI�N, no solo es necesario, sino un trabajo agradecido entre los fieles. Regocijaos en el Se�or, justos, porque al justo le conviene estar agradecido. �C�mo, Se�or, voy a testificar, incluso por toda una eternidad, las obligaciones que te debo? �Qu� eterna alabanza tendr�n los redimidos en el cielo para ofrecer al Padre, al Hijo y al Esp�ritu Santo, por las bendiciones por las cuales son engendrados! �Oh! vosotros ministros del santuario, de los cuales se dice: Ser�is nombrados sacerdotes del Se�or; los hombres os llamar�n ministros de nuestro Dios. �Qu� levantamiento de manos, qu� santas aclamaciones de alabanza se supone que deb�is llevar, que predican entre el pueblo las inescrutables riquezas de Cristo!

Y no menos vosotros a los que se�is ministrados; Si callaras, en cuyos corazones Cristo es formado la esperanza de gloria, �no se esperar�a que clamen las piedras de la tierra? �Oh! por la gracia de que todos, altos y humildes, j�venes y doncellas, ancianos y ni�os, puedan alabar el nombre del Se�or, porque s�lo su nombre es excelente, y su alabanza sobre cielo y tierra. �Y el que habita en Sion, el Rey y Esposo de Sion, bendiga a todos y a todos los que lo alaban! Y el Se�or del cielo y de la tierra, que tiene las bendiciones del manantial tanto superior como inferior, bendiga a sus redimidos aqu� con gracia, y en el m�s all� con gloria.

Información bibliográfica
Hawker, Robert, D.D. "Comentario sobre Psalms 134". "Comentario del Pobre Hombre de Hawker". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/pmc/psalms-134.html. 1828.