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Salmos 40

Comentario del Pobre Hombre de HawkerComentario del Pobre Hombre

Versículo 1

CONTENIDO

Todo esto es un salmo del evangelio; y ciertamente, por la autoridad del Esp�ritu Santo, podemos concluir con seguridad que aqu� el Esp�ritu de Cristo, que estaba en los profetas, gui� y dirigi� la pluma de David para hablar de los sufrimientos de Cristo y la gloria que deber�a seguir. . Aqu� tenemos al Se�or Cristo descrito por el profeta, hablando en su oficio divino, tanto como el Sumo Sacerdote y el sacrificio ofrecido a Dios.

Para el m�sico principal. Salmo de David.

Versículos 1-2

No puedo dejar de imaginar que pasamos por alto con tristeza el dise�o de Dios el Esp�ritu Santo en este Salmo m�s sublime, cuando aplicamos cualquier parte o porci�n de �l a David, rey de Israel. Que David fue un tipo eminente de Cristo en muchos casos, no puede haber duda; pero nunca como sacrificio; y aqu� Cristo est� representado completamente en ese car�cter. Observe c�mo se abre el Salmo. Aqu� est� el fango y la arcilla, el ajenjo y la hiel.

Y aqu� est� el paciente que sufre gritando desde all�, y a�n permaneciendo �l mismo con humildes esperas en su Padre. Ahora bien, �qui�n que lee la agon�a de Cristo en el huerto y oye su doloroso clamor, cuando su alma estaba muy triste, hasta la muerte, puede mirar estas cosas sin ser sorprendido por la gran semejanza? �Qui�n que recuerde lo que el ap�stol ha dicho acerca de Cristo, que cuando en los d�as de su carne ofreci� gran llanto y l�grimas, y fue escuchado en lo que tem�a, puede dudar en concluir que la predicci�n y la historia son una sola? Hebreos 5:7 .

Versículo 3

�No fue este el caso tanto de Cristo como de su iglesia, cuando Jehov� levant� el cuerpo de Cristo de entre los muertos y lo puso a su diestra en los lugares celestiales, muy por encima de todo principado y potestad y fortaleza? Efesios 1:20 . �Y no fueron muchos los que fueron convencidos por el Esp�ritu Santo de la verdad tal como es en Jes�s, atra�dos al inter�s de Dios y de su Cristo, y hechos seguidores de Dios como hijos amados? Hechos 2:41 .

Versículos 4-5

Qu� testimonio tan bendito se encuentra aqu� en la iglesia del Antiguo Testamento con respecto a toda la dispensaci�n del Nuevo Testamento. Por �l, que es Cristo, todos los que creen son justificados de todas las cosas. Hechos 13:39 . �Y qui�n hay que no sienta toda su alma constre�ida al mismo reconocimiento, como se expresa aqu� bajo un sentido de misericordia divina? �Qui�n en verdad puede expresar los nobles actos del Se�or, o mostrar toda su alabanza? Salmo 106:2 .

Versículos 6-8

El Esp�ritu Santo no permitir�a que la iglesia hiciera su propio comentario sobre este pasaje tan trascendental; pero por su siervo el ap�stol Pablo ( Hebreos 10:5 ) lo ha hecho �l mismo completamente; y declar� clara y decididamente que se refiere enteramente a Cristo. No, que es el mismo Cristo quien habla estas palabras en su propia persona.

Ser�a el tema de un volumen, m�s que los l�mites de una obra como esta, para entrar en profundidad sobre las muchas cosas benditas e interesantes que aqu� se hablan de Cristo. Debo observar la brevedad. Pero ruego al lector que note c�mo Cristo habla de la ineficacia de todos los sacrificios, excepto el que es �l mismo. Es imposible que la sangre de toros y machos cabr�os pueda quitar el pecado; y sin embargo sin derramamiento de sangre no hay remisi�n.

Por lo tanto, Cristo debe tener algo que ofrecer, ya que �l ha de ser el �nico sacrificio todo suficiente, por el cual �l perfeccionar� para siempre a los santificados. Siendo este entonces el caso, ese sacrificio que Jehov� no deseaba, y sin embargo, que este gran Sumo Sacerdote debe tener algo que ofrecer, me has abierto los o�dos (dice Cristo), o como lo expresa el Esp�ritu Santo en el pasaje paralelo, un cuerpo me has preparado.

Los t�rminos son los mismos. En el texto anterior, el nombramiento de Cristo como Mediador, como siervo de Jehov�, en la gran obra de redenci�n, se declara mediante una alusi�n a una costumbre en la iglesia jud�a, que cuando un siervo estaba tan apegado a su amo y esposa, y familia, como para decidir permanecer a su servicio para siempre, su o�do deb�a aburrirse en el poste de la puerta. Ver �xodo 21:6 .

De ah� el profeta Isa�as, Isa�as 50:5 . Y en el �ltimo pasaje de un cuerpo que est� siendo preparado para Cristo, se insin�a que la mano de Dios nuestro Padre estuvo en toda la transacci�n. Fue Dios quien lo present� como propiciaci�n, mediante la fe en su sangre. Romanos 3:25

�Hubo alguna vez una escritura m�s clara y expresa para testificar el nombramiento de Dios el Padre, y el libre consentimiento del Se�or Jes�s, al entregarse a s� mismo como ofrenda por el pecado? �S�, bendito Jes�s! Verdaderamente podr�a ser dicho por ti, como Mediador de tu iglesia y esposo de ella: Amo a mi amo, a mi esposa, a mis hijos, no saldr� libre. Y como en este lugar, cuando ni el holocausto ni el sacrificio pod�an dar un paso hacia la expiaci�n del pecado; Entonces dije: He aqu�, vengo, en el volumen del libro que est� escrito de m�, para hacer tu voluntad, oh Dios.

�S�! de hecho, fue escrito sin duda en los secretos de ese libro que nadie fue considerado digno de abrir sino t� mismo. Nadie m�s que t�, bendito Jes�s, pudo abrir el libro o proclamar su contenido; porque t� fuiste inmolado, y con tu sangre nos redimiste para Dios. Apocalipsis 5:2 . Detengo al lector solo para comentar que la expresi�n, tu ley est� dentro de mi coraz�n, podr�a traducirse tu ley en medio de mis entra�as.

Y de hecho as� se traduce al margen de nuestras antiguas Biblias. Por lo cual puede entenderse que tan santa y santificada era, y es, toda la naturaleza de Cristo, que la santa ley de Dios y la santa naturaleza de Cristo eran una y la misma. �Precioso pensamiento para el creyente! �Lector! no lo olvides, la naturaleza de Tu Redentor era completamente pura. Y tal Sumo Sacerdote vino a ser para nosotros, santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores y hecho m�s alto que los cielos. Hebreos 7:26 .

Versículos 9-10

�Lector! observe dos grandes cosas aqu� mencionadas. Primero, Cristo es el Predicador de su propio evangelio. Habiendo desempe�ado el oficio de sacerdote, tambi�n es el profeta de su iglesia. Y en segundo lugar, observe adem�s lo que Cristo predic�, a saber, la justicia, la justicia de Dios. �S�! Este era el oficio para el cual el Sant�simo deb�a ser ungido, cuando hubiera terminado la transgresi�n y puesto fin al pecado, para traer una justicia eterna, la cual ser�a la justicia para todos y para todos los que creen, porque no hay diferencia.

Compare Isa�as 61:1 con Lucas 4:18 . Compare Daniel 9:24 con Romanos 3:12 .

Y cu�n verdaderamente hermoso es, cuando escuchamos a Cristo por el esp�ritu de profec�a en este Salmo declarando que �l lo ha predicado, que no lo ocult� en su coraz�n, ni ocult� la misericordia y la verdad del Padre a sus redimidos, tanto jud�os como gentiles, que son la gran congregaci�n; y luego volverse al evangelio, y he aqu� al Se�or Jes�s, en los d�as de su carne, andando predicando la salvaci�n, y al regresar a la gloria, dando la comisi�n a sus disc�pulos de ir por todo el mundo y predicar el evangelio a toda criatura. . Marco 16:15 ; Marco 16:15 .

Versículos 11-13

Algunos han pensado que estas son las palabras de David, rey de Israel, hablando en su propia persona y buscando misericordia en Cristo. Pero ciertamente no hay autoridad para la suposici�n. Nadie puede pensar as� en lo que sucedi� antes. De hecho, nadie lo ha hecho jam�s, porque el mismo Esp�ritu Santo ha determinado que son las palabras de Cristo, como se muestra en el pasaje paralelo de Hebreos 10:5 , etc.

Y como no hay el m�s m�nimo cambio de persona, sino la continuaci�n del mismo orador, y en el mismo discurso a Jehov�, deber�a parecer una violencia en las palabras, aplicarlas a David. Por tanto, apl�quelos a David. Seguramente no porque el querellante habla de problemas que lo rodean y de que sus iniquidades se apoderan de �l. Estas cosas, lejos de ser inapropiadas para el santo Jes�s, son las mismas cosas de las que razonablemente podr�amos suponer que hablar�a y, en consecuencia, su santa alma se sentir�a m�s dolorosa.

Y cuando consideramos que, como nuestra seguridad, �l carg� con nuestros pecados y carg� con nuestros dolores, �cu�n razonable es esperar que estos clamores del Hijo de Dios sean en el mismo momento en que �l es presentado como sacrificio por ellos? . �S�, bendito Jes�s! para mi vista es dulce, es preciosa; es justamente lo que un pobre pecador como yo encontrar�a consuelo y aliento en contemplar al Hijo de Dios cargado con pecados que no son suyos y gemir bajo una presi�n que habr�a aplastado a todos los �ngeles de luz, si lo hubieran tomado. sobre ellos.

�Oh, qu� hermoso es Cristo en esta apariencia! �Seguramente el mismo nombre es como ung�ento derramado sobre mi alma! Cristo nos redimi� de la maldici�n de la ley, hecho por nosotros maldici�n. G�latas 3:13 .

Versículos 14-17

Mira, lector, con qu� confianza Jes�s contempla la aflicci�n de su alma. Sus enemigos y los enemigos de su iglesia deben ser destruidos. Esto est� en el pacto. Derribar� a sus enemigos delante de �l, y Salmo 89:23 los que lo odian, Salmo 89:23 . Y, lector, nunca deje de conectarse con esta victoria de Jes�s, la conquista segura de su pueblo sobre todos sus enemigos.

Lea solo dos promesas, de las cantidades que se podr�an traer, en Marco 16:17 y Romanos 16:20 .

Versículo 17

REFLEXIONES

�Mi alma! aqu� mira a Jes�s con ojos fijos y firmes, hasta que salgas con todos los afectos de amor, alabanza, acci�n de gracias y todo testimonio de obediencia, despu�s de �l y para �l, que te am� de tal manera que se entreg� a s� mismo por ti, �Ofrenda y sacrificio a Dios de olor grato!

Bendiciones eternamente sean dadas por todos los redimidos en la tierra y en el cielo, a Dios el Esp�ritu Santo, por esta dulce escritura, explicada como es a la iglesia en otra escritura, por la cual somos capacitados, sin posibilidad de error, para descubre a qui�n se aplica el todo. Te damos gracias, oh bendito Esp�ritu de toda la verdad, por glorificar as� al Se�or Cristo a nuestra vista, y te suplicamos que nos proveas aqu� abajo con gracia continua, para que podamos ver a Cristo, nuestro amado, presentado as� dulcemente como una propiciaci�n a trav�s de fe en su sangre.

Aqu� dir�a mi alma, siempre que miro a la cruz de Cristo, aqu� est� el fuerte asidero de cada pobre pecador, aqu� est� su segura, su �nica esperanza. Cuando ni el sacrificio ni el holocausto expiaban, Jes�s vino a quitar el pecado mediante el sacrificio de s� mismo.

Bendiciones eternamente sean dadas por todos los redimidos en la tierra y en el cielo a Dios Padre, por su inigualable amor en el don de su amado Hijo. �S�! Dios y Padre muy misericordioso, la santa Iglesia, tanto en gracia como en gloria, te adora, no solo por levantar a este santo poderoso para salvar, sino por apartarlo y constituirlo en nuestra gloriosa Cabeza, por la cual ha llevado nuestros pecados, y por tu amable nombramiento, su justicia es nuestra, y t�, t� mismo, has dicho que este es el nombre por el cual ser� llamado: "El Se�or, justicia nuestra".

Y bendiciones sean eternamente dadas por todos los redimidos en la tierra y en el cielo a ti, santo, bendito y precioso Jes�s, por tu misericordiosa, bondadosa y compasiva empresa. Y cuando ni la sangre de toros ni de machos cabr�os, ni los sacrificios en mil altares pudieron expiar nuestra culpa, t� llegaste lleno de gracia y amor, y con la �nica ofrenda de ti mismo, perfeccionaste para siempre a los santificados.

�Granizo! �Santo, bendito, misericordioso, indiviso Tres en Uno, Padre, Hijo y Esp�ritu Santo! Que todos los redimidos de abajo te alaben con el mismo tono de adoraci�n que la iglesia de arriba, hasta que ambas iglesias se unan en una para celebrar las glorias de la redenci�n en un incesante himno de amor y acci�n de gracias por toda la eternidad. Am�n, aleluya, am�n.

Información bibliográfica
Hawker, Robert, D.D. "Comentario sobre Psalms 40". "Comentario del Pobre Hombre de Hawker". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/pmc/psalms-40.html. 1828.