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Apocalipsis 17

Comentario del Pobre Hombre de HawkerComentario del Pobre Hombre

Versículo 1

CONTENIDO

Bajo la representaci�n de una mujer, ataviada de p�rpura y escarlata se le muestra a Juan, la ramera de Babilonia. Su car�cter dado. La Victoria del Cordero. El castigo de la puta.

Versículos 1-2

(1) Y vino uno de los siete �ngeles que ten�an las siete copas, y habl� conmigo, dici�ndome: Ven ac�; Te mostrar� el juicio de la gran ramera que se sienta sobre muchas aguas: (2) Con quien los reyes de la tierra cometieron fornicaci�n, y los habitantes de la tierra se embriagaron con el vino de su fornicaci�n.

No podemos perdernos la oportunidad de descubrir a qui�n se refiere aqu�, si recordamos, que en el lenguaje de las Escrituras se habla de personas por figuras y lugares por aguas. Que esta mujer es una ciudad, el �ltimo vers�culo de este Cap�tulo, con tantas palabras dice claramente, la mujer que has visto, es esa gran ciudad, que reina sobre los reyes de la tierra. Y qu� gran ciudad sino Roma, que ten�a tantas provincias bajo ella, y en un sentido religioso (es decir, me refiero a una religi�n meramente nominal), cu�ntos reyes y naciones han pose�do la supremac�a del Papa.

Para que nada se pueda definir con mayor claridad. A��dase a esto, que es una cosa muy habitual, llamar rameras y putas a los estados e imperios, cuando se vuelven profanos e imp�os. As� se quej� Jehov� de Israel: �C�mo se ha convertido en ramera la ciudad fiel? Isa�as 1:21 . Aguas y r�os son t�rminos usados ??en las escrituras para estados y personas; s�, en este mismo Cap�tulo, se explica el t�rmino.

Y me dijo: Las aguas que has visto donde la ramera se sienta, son pueblos y muchedumbres y naciones y lenguas, vers�culo 15. Por lo tanto, aqu� se dan explicaciones, tan claras como las palabras pueden hacerlas, en prueba. que esta gran ramera, es una gran ciudad, que gobierna sobre los reyes de la tierra, y las muchas aguas sobre las que se sienta, expresa su poder y autoridad. Entonces, esa Roma Papal y ninguna otra, puede significar. Este es un gran punto en el descubrimiento.

El siguiente relato es que se dice que ella cometi� fornicaci�n con los reyes de la tierra y los habitantes de la tierra, y que fue embriagada con el vino de su fornicaci�n. Ahora, cuando consideramos cu�ntas naciones profesan el papado, seguramente descubriremos la terrible prueba de sus fornicaciones. Y cuando recordamos la sangre de los m�rtires que ha derramado, bien podemos llamarla sed de embriaguez de sangre. Veremos poco a poco a medida que procesemos al Cap�tulo, el n�mero de esos reyes que son tributos a la ramera. Pero esto a su debido tiempo.

Versículos 3-6

(3) Entonces me llev� en el esp�ritu al desierto; y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata, llena de nombres de blasfemia, que ten�a siete cabezas y diez cuernos. (4) Y la mujer estaba vestida de p�rpura y escarlata, y adornada de oro, piedras preciosas y perlas, y ten�a una copa de oro en su mano llena de abominaciones y de la inmundicia de su fornicaci�n; (5) Y en su frente hab�a un nombre escrito, MISTERIO, BABILONIA LA GRANDE, MADRE DE LAS RAMERAS Y ABOMINACIONES DE LA TIERRA. (6) Y vi a la mujer ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los m�rtires de Jes�s; y cuando la vi, me maravill� con gran admiraci�n.

Recuerde el lector que Juan contempl� todo esto en visi�n, similar a Ezequiel, quien, mientras estaba en Quebar, su mente fue conducida a Jerusal�n, Ezequiel 8:3 . De modo que Juan estaba en Patmos y habla de haber sido llevado en el esp�ritu al desierto. Todos los personajes que aqu� se dan de esta mujer, son descriptivos de Roma y del Papa, e imposibles de aplicar a cualquier otro.

La bestia de color escarlata, implica el poder real. Los nombres llenos de blasfemia, son aquellos por los que se conoce al Papa. Como su santidad, que es pecador, vicario de Cristo y Cabeza de la Iglesia. Su vestido adornado con oro, piedras preciosas y perlas. Pero m�s especialmente los nombres en su frente. Y si es verdad, como se dice que los Papas, hasta la �poca de Julio III, siempre llevaban la palabra misterio en la frente, y que �l la dejaba caer, cuando descubri� que esta porci�n de la escritura le era aplicada, y su uso de la palabra considerado una confirmaci�n de ello, todas estas circunstancias, son indiscutiblemente decisivas a qui�n pertenecen.

Y si a estos se suma la jerarqu�a de cardenales, arzobispos, monjes y abades, su tr�fico en la venta de indulgencias, agua bendita, penitencia y absoluciones, y el nefasto oficio, llevado a cabo bajo el color de la religi�n, deber�a Parece que el t�tulo de madre de rameras y abominaciones de la tierra no se puede negar ni por un momento, ni al lugar de Roma, ni a la persona del Papa.

Y aunque Juan, al parecer, estaba asombrado por lo que contemplaba, maravill�ndose quiz�s, de que hubiera tales personajes sobre la tierra, y de la longanimidad y paciencia de Dios al soportarlos; sin embargo, tal es la terrible depravaci�n de la naturaleza humana, cuando est� desprovista de la gracia de Dios, que nada de atrocidad puede ser tan malo para que lo siga el coraz�n corrupto. Lector, estas opiniones, por impactantes que sean, son rentables. �Oh! cu�n alto nos predican la bendita doctrina de la gracia distintiva; y que es la �nica causa, por lo que un hombre se diferencia de otro.

Versículos 7-13

(7) Y el �ngel me dijo: �Por qu� te maravillas? Te dir� el misterio de la mujer y de la bestia que la lleva, que tiene siete cabezas y diez cuernos. (8) La bestia que has visto era, y no es; y subir�n del abismo y entrar�n en perdici�n; y se maravillar�n los moradores de la tierra, cuyos nombres no est�n escritos en el libro de la vida desde la fundaci�n del mundo, cuando vean la bestia que era, y no es, y sin embargo es.

(9) Y aqu� est� la mente que tiene sabidur�a. Las siete cabezas son siete montes, sobre los cuales se sienta la mujer. (10) Y hay siete reyes: cinco han ca�do, y uno es, y el otro a�n no ha venido; y cuando llegue, deber� continuar un breve espacio. (11) Y la bestia que era, y que no es, es el octavo, y es de los siete, y va a la perdici�n. (12) Y los diez cuernos que has visto, son diez reyes, que a�n no han recibido reino; pero recibir�n poder como reyes una hora con la bestia. (13) Estos tienen un mismo prop�sito, y dar�n su poder y su fuerza a la bestia.

No puede haber ninguna duda, pero que cuando todo este bendito libro de profec�as llegue a ser desplegado, cada peque�a circunstancia concerniente a �l le parecer� a la Iglesia, tan clara, que solo nos maravillaremos de nuestra torpeza de aprehensi�n, en no habi�ndolo descubierto antes. Pero lo cierto es que lo que aqu� se dice no est� tan perfectamente claro en el presente, como que el conjunto est� al nivel de nuestros pensamientos.

Que los siete reyes son los que adoran a la bestia, podemos concebir f�cilmente, y que tanto los que reciben la marca de la bestia, como la bestia y el falso profeta, finalmente ser�n arrojados al abismo, estas son verdades que puede aprehender f�cilmente. Pero en cuanto a la bestia que era, y no es, y a�n es, y el octavo que se levantar� y entrar� en perdici�n, junto con esos otros diez reyes, que reciben poder por una hora con la bestia, estas cosas han llamado a un gran variedad de opiniones, pero no hay ninguna en la que podamos apoyarnos con la certeza de que sean correctas. Por tanto, los paso a todos, y no deseo ser m�s sabio de lo que est� escrito.

Por lo tanto, en lugar de escribir sobre meras conjeturas y suposiciones, quisiera ofrecer una breve observaci�n que el momento presente parece proporcionar y que, si estoy en lo cierto, puede ser provechosa. Asumo por sentado, (lo que me atrevo a concluir, nadie m�s que los adoradores de la bestia lo negar�n), que la mujer que Juan vio sentada sobre las grandes aguas es la Roma Papal, y si es as�, los maravillosos acontecimientos tard�os se manifiestan muy claramente. , �que el prop�sito del Se�or con respecto a esta herej�a, ha experimentado un gran cambio en los �ltimos treinta a�os! A qu� estado humillante fue llevado este poder anticristiano, antes de que un cambio tard�o la levantara nuevamente.

Ahora, el profeta Daniel, habla del esparcimiento del poder del pueblo santo, y entonces todas estas cosas se cumplir�n, Daniel 12:7

Y que Daniel ten�a el mismo objetivo en mente, y que tanto Juan como Daniel fueron ense�ados por el mismo Esp�ritu Santo, es muy cierto comparando Daniel 12:7 con Apocalipsis 12:14 . Por lo tanto, me inclino a creer que la humillaci�n tard�a de este poder anticristiano es solo una preparaci�n para un mayor grado de poder del que ella ha tenido hasta ahora, y como el lenguaje que usa en el pr�ximo cap�tulo, parece implicar .

Y as�, justo antes de su derrocamiento final, se regocijar� en su seguridad y parecer� desafiar al cielo y la tierra. Ella dice en su coraz�n: Estoy sentada como una reina, y no soy viuda, y no ver� dolor, Apocalipsis 18:7 . Me parece que �ste es su lenguaje actual, como consecuencia del reciente levantamiento, despu�s de su anterior depresi�n.

Me alegrar�, si es la voluntad del Se�or, y para la gloria del Se�or, de haberme equivocado en mi expectativa y de que ella no se elevar� m�s alto. Pero el esparcimiento del poder del pueblo santo, del que habla el Profeta, no ha ocurrido en mi opini�n, ni han sido muertos los dos testigos, ni se ha derramado todav�a la sexta copa. Todos estos eventos me parecen, primero, esperados, antes de que esta mujer intoxicada tenga sus plagas sobre ella en una hora; y vendr� su perdici�n eterna. Y aqu� por el momento les dejo este tema.

Versículos 14-18

(14) Pelear�n contra el Cordero, y el Cordero los vencer�, porque �l es Se�or de se�ores y Rey de reyes; y los que est�n con �l son llamados, escogidos y fieles. (15) Y me dijo: Las aguas que has visto donde la ramera se sienta, son pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas. (16) Y los diez cuernos que viste de la bestia, estos aborrecer�n a la ramera, y la dejar�n desolada y desnuda, y comer�n su carne y la quemar�n con fuego.

(17) Porque Dios ha puesto en sus corazones el cumplir su voluntad y ponerse de acuerdo y dar su reino a la bestia, hasta que se cumplan las palabras de Dios. (18) Y la mujer que has visto es la gran ciudad, que reina sobre los reyes de la tierra.

Todos a la verdad hacen guerra contra el Cordero; eso es con los seguidores del Cordero. Tanto Herodes como Poncio Pilatos, aunque en s� mismos no son amigos entre s�, pero cuando Cristo o su pueblo est�n a la vista, todos los Herodes y todos los Pilates de la tierra, con los gentiles y la gente de todas las descripciones de hombres carnales, se unen. Todo en la mente natural, no renovado por la gracia, es hostil a Cristo. Pero, lector, observa lo que se dice, el Cordero los vencer�. �Oh! �s�! Y en �l y su justicia; los m�s d�biles de este peque�o ej�rcito los vencer�n tambi�n.

No puedo evitar rogarle a mi Lector que me comente qu� relato bendito y glorioso se da de la Persona de Cristo, y qu� vivacidad de su pueblo. Porque �l es Se�or de se�ores y Rey de reyes. �S�! Bendito para siempre, Dios Todopoderoso, �s� t� en tu propia naturaleza y esencia eterna! Tus propias distinciones eternas como uno en la Deidad hacen tuyos estos t�tulos. Y por creaci�n, providencia, gracia; y gloria, t�, en com�n con el Padre y el Esp�ritu Santo, tienes y eres todo.

Y cu�n dulce es para las almas de tu pueblo, que por medio de su unidad contigo, en esa naturaleza suya, te has unido a ti mismo, los que est�n contigo, son llamados, escogidos y fieles. �Si se�or! al llamarlos con un llamamiento santo, se demuestra que han sido escogidos por Dios antes de la fundaci�n del mundo. Porque a los que predestin�, a �stos tambi�n llam�.

Y por su llamado en gracia, son hechos fieles en Cristo Jes�s. �Oh! �la indescriptible bienaventuranza de una gracia tan distintiva! �Lector! �Qu� dice el testimonio de tu coraz�n sobre estas cosas? �Pueden ustedes, y lo hacen, tomar el dulce lenguaje que el Esp�ritu Santo por medio del Ap�stol ense�a a la Iglesia? Quien nos salv� y llam� con llamamiento santo, no seg�n nuestras obras, sino seg�n su propio prop�sito y gracia, que nos dio en Cristo Jes�s antes que el mundo comenzara. Para el Comentario sobre los vers�culos 15 y 18 (Rev_17: 15; Rev_17: 18), vea el 1er y 2do, 2 Timoteo 1:9 .

Versículo 18

REFLEXIONES

�Bendito y condescendiente Maestro de Juan! Tu Iglesia desea alabarte, oh Se�or Jes�s, por hacer que tu siervo el Ap�stol se muestre, y la Iglesia a trav�s de �l tambi�n acerca de esta gran ramera espiritual, que se sienta sobre muchas aguas, comete fornicaci�n con los reyes de la tierra, y la habitantes de ella, y se ha embriagado con el vino de su fornicaci�n. Por tu gracia, Se�or, instruyendo a tu pueblo, no podemos confundir su car�cter.

Su t�nica p�rpura y escarlata, sus adornos dorados y orgullosos, la blasfemia de su pretendido poder, y los nombres que asume, su frente de puta y el misterio que ha puesto all�, todos la se�alan, como objeto de horror y aborrecimiento, para tu pueblo. Y mientras la contemplamos ebria de la sangre de tus santos y de la sangre de los m�rtires de Jes�s, �no podemos dejar de asombrarnos, con gran admiraci�n! �Oh! �el terrible estado al que la naturaleza del hombre es abatida! �Oh! la asombrosa extensi�n del largo sufrimiento del Dios Todopoderoso.

�Querid�simo Se�or Jes�s! las almas de tu pueblo se alivian ante la agradable perspectiva de que pronto vendr�s y desarraigar�s de tu reino todas las cosas que ofenden. A ella, que se embriag� con la sangre de tus santos, los que profesaban amarla le comer�an la carne. Ella, que odiaba a los mansos y humildes seguidores del Cordero, ella misma ser� despreciada; s�, aborrecer�n a la ramera, la dejar�n desolada y desnuda, comer�n su carne y la quemar�n con fuego.

�Oh! �Qu� alivio para mi alma es apartarme de la vista de im�genes tan horribles y contemplar a Jes�s bajo su propio car�cter leg�timo, Se�or de se�ores y Rey de reyes! �Que toda rodilla se doble ante ti! Y �oh! �Qu� alabanzas ofrecer� a mi Dios, que Jes�s tiene simiente que le sirve, generaci�n que lo llama bienaventurado? que son llamados, escogidos y fieles. �Se�or! hazlo en esos tiempos espantosos, hazlos y mantenlos fieles.

Es tu dulce provincia, y estoy seguro de que es el deleite de mi Se�or, evitar que caigan y presentarlos sin mancha ante la presencia de su gloria con gran gozo. Al �nico Dios sabio, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, dominio y poder, ahora y siempre. Am�n.

Información bibliográfica
Hawker, Robert, D.D. "Comentario sobre Revelation 17". "Comentario del Pobre Hombre de Hawker". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/pmc/revelation-17.html. 1828.