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Zacarías 1

Comentario del Pobre Hombre de HawkerComentario del Pobre Hombre

Versículo 1

CONTENIDO

El Profeta pronto entra en el relato de su visi�n, despu�s de dar su nombre, descendencia y la fecha de su profec�a. El cierre de este Cap�tulo es con gentiles promesas a Jerusal�n.

Zacar�as 1:1

"En el octavo mes, en el segundo a�o de Dar�o, vino palabra de Jehov� a Zacar�as, hijo de Berequ�as, hijo del profeta Iddo, diciendo:"

Si el Lector est� interesado en descubrir la fecha exacta de la entrada de Zacar�as en su oficio prof�tico, compar�ndola con lo que dice Hageo de su tiempo de ministrar, encontrar� que s�lo hubo dos meses entre ellos. Hageo 1:1 .

Versículos 2-6

Jehov� de los ej�rcitos se ha enojado mucho con vuestros padres. (3) Por tanto, diles: As� ha dicho Jehov� de los ej�rcitos: Convert�os a m�, dice Jehov� de los ej�rcitos, y yo me volver� a vosotros, dice Jehov� de los ej�rcitos. (4) No se�is como vuestros padres, a quienes clamaron los profetas anteriores, diciendo: As� ha dicho Jehov� de los ej�rcitos: Convert�os ahora de vuestros malos caminos y de vuestras malas obras; mas ellos no oyeron, ni escucharon. a m�, dice el SE�OR.

(5) Tus padres, �d�nde est�n? y los profetas, �vivir�n para siempre? (6) Pero mis palabras y mis estatutos que mand� a mis siervos los profetas, �no se apoderaron de vuestros padres? y volvi�ndose, dijeron: Como el SE�OR de los ej�rcitos pens� en hacernos, seg�n nuestros caminos y seg�n nuestras obras, as� nos ha tratado.

Los puntos principales de este primer serm�n es mostrar al pueblo la causa de los juicios de Dios sobre su pueblo, haci�ndolo ir a Babilonia. Algunos de los profetas, como Hannaniah, hab�an ense�ado mentiras a sus padres. Y cuando el Se�or los llam� a regresar, llevados por los falsos maestros y por sus propias corrupciones, no regresar�an. Ahora, dice el Se�or, �d�nde est�n estos profetas? Est�n muertos. Pero mis palabras viven para siempre. Ver Jeremias 28:1 todas partes, un cap�tulo solemne.

Versículos 7-17

En el d�a veinticuatro del und�cimo mes, que es el mes de Sebat, en el a�o segundo de Dar�o, vino palabra del SE�OR a Zacar�as, hijo de Berequ�as, hijo del profeta Iddo, diciendo: (8 ) Vi de noche, y he aqu� un hombre montado en un caballo rojo, y estaba de pie entre los mirtos que estaban en el fondo; y detr�s de �l hab�a caballos rojos, moteados y blancos. (9) Entonces dije: �Oh! mi se�or, �qu� son estos? Y el �ngel que hablaba conmigo me dijo: Yo te mostrar� cu�les son estos.

(10) Respondi� el hombre que estaba entre los mirtos y dijo: Estos son los que el SE�OR ha enviado a caminar de un lado a otro por la tierra. (11) Y ellos respondieron al �ngel del SE�OR que estaba entre los mirtos, y dijeron: Hemos caminado de un lado a otro por la tierra, y he aqu�, toda la tierra est� quieta y en reposo. (12) Entonces el �ngel del SE�OR respondi� y dijo: Oh SE�OR de los ej�rcitos, �hasta cu�ndo no tendr�s misericordia de Jerusal�n y de las ciudades de Jud�, contra las cuales te has indignado estos sesenta y diez a�os? (13) Y el SE�OR respondi� al �ngel que hablaba conmigo con palabras buenas y palabras reconfortantes.

(14) Entonces el �ngel que habl� conmigo me dijo: Clama, diciendo: As� ha dicho Jehov� de los ej�rcitos; Estoy celoso de Jerusal�n y de Sion con gran celo. (15) Y estoy muy disgustado con las gentes que est�n tranquilas, porque estaba un poco disgustado, y ellos ayudaron a superar la aflicci�n. (16) Por tanto, as� ha dicho Jehov�; He vuelto a Jerusal�n con misericordia; en ella se edificar� mi casa, dice Jehov� de los ej�rcitos, y se extender� cordel sobre Jerusal�n. (17) Clama a�n, diciendo: As� ha dicho Jehov� de los ej�rcitos; Mis ciudades a trav�s de la prosperidad se extender�n a�n m�s; y aun consolar� el SE�OR a Sion, y a�n elegir� a Jerusal�n ".

El Profeta es muy particular en cuanto a la fecha de este Serm�n, porque menciona el nombre del mismo mes en el que lo pronunci�, que no encontramos en ning�n Profeta antes. Quiz�s sea por la grandeza de la visi�n, pues desde todos los puntos de vista es grande e interesante. Zacar�as le dice a la Iglesia que vio de noche, es decir, en visiones de la noche, a un hombre montado en un caballo rojo. Ser�a muy apropiado preguntar qui�n era. Y si miramos con diligencia lo que se dice, no ser� dif�cil de descubrir, seg�n las ense�anzas divinas, seg�n las ense�anzas divinas.

Primero, entonces, que el lector observe que este hombre, que es llamado hombre en el vers�culo octavo, es llamado �ngel en el vers�culo und�cimo. Y luego que el lector observe que el Profeta se dirigi� a �l y lo llam� Se�or, es decir, Adonai, un nombre bien conocido de Cristo. Ver Salmo 110:1 . El Se�or dijo a mi Se�or, mi Adonai. Una prueba clara de lo que Zacar�as consider� instant�neamente como este Jinete Todopoderoso.

Dejemos que el Lector contin�e y escuche lo que esta augusta persona le prometi� a Zacar�as que le instruir�a; acerca de los que le serv�an. Y por �ltimo, y sobre todo, que no deje de contemplar y observar la intercesi�n de esta gloriosa persona, que habla a Jehov� en nombre de Jerusal�n.

Cuando el lector haya reunido todas estas consideraciones en una masa de detalles, que determine por s� mismo si esta persona podr�a ser otra que el Mediador Dios-hombre, el Se�or Jesucristo. �Lector! recuerde en cu�ntos casos nos encontramos con manifestaciones de gracia como estas, en el Antiguo Testamento. Recuerde ese ejemplo de Joshua. Ver Josu� 5:13 .

Mire otro que se le muestra a Gede�n en Ophrah. Jueces 6:11 . Manoa y su esposa. Jueces 13:3 . Y no eran todas estas tantas evidencias claras e incontestables de los fervientes anhelos que Jes�s ten�a de aparecer a su pueblo, y al tabern�culo abiertamente con ellos, cuando llegara el tiempo se�alado para el cumplimiento de la redenci�n.

Ver Apocalipsis 6:2 . y Apocalipsis 19:11

Y lector, no pases por alto en esta visi�n tan hermosa e interesante, la parte llena de gracia en la que Dios Padre est� representado. El Se�or respondi� al �ngel que habl� con el Profeta con palabras reconfortantes; es decir, confirmando los compromisos del pacto que podemos suponer. Y no pase por alto tambi�n la comisi�n que este �ngel del pacto le dio a Zacar�as, como consecuencia de todo esto. Deb�a informar a la Iglesia de ello y hacer lo que se le hab�a ordenado a otro Profeta, tanto para mostrar a su pueblo sus transgresiones como para exponer los consuelos del Se�or al perdonar.

Compare Isa�as 58:1 , etc. con Isa�as 40:1 , etc. Ahora, lector, de todo, si tiene alguna duda en su mente con respecto a esta visi�n que se refiere al Dios-hombre Cristo Jes�s, haga lo que hizo Zacar�as, pregunte el Se�or mismo, y �l seguir� siendo el mismo Jes�s en gracia para ti como para �l.

Versículos 18-19

Entonces alc� mis ojos y mir�, y he aqu� cuatro cuernos. (19) Y dije al �ngel que hablaba conmigo: �Qu� son estos? Y �l me respondi�: Estos son los cuernos que esparcieron a Jud�, Israel, y Jerusal�n ".

Probablemente (pero no lo puedo determinar) por estos cuatro cuernos, como se dice que se dispersaron, Jud�, Israel y Jerusal�n, pueden significar esos cuatro reinos que de hecho afligieron tristemente a la Iglesia del Se�or; es decir, el caldeo, el persa, el griego y el romano; extendi�ndose as� hasta el tiempo de la venida de Cristo.

Versículos 20-21

Y el SE�OR me mostr� cuatro carpinteros. (21) Entonces dije: �Qu� han venido a hacer estos? Y �l habl�, diciendo: Estos son los cuernos que dispersaron a Jud�, de modo que nadie alz� la cabeza; pero estos son venid a deshilacharlos, a echar fuera los cuernos de los gentiles, que alzaron su cuerno sobre la tierra de Jud� para esparcirla ".

Es posible (aunque aqu� nuevamente s�lo me atrevo a indagar, no a decidir), por estos cuatro carpinteros, que puedan entenderse, en una alusi�n especial, los cuatro evangelistas, cuyas doctrinas de la persona, obra y ministerio, del Se podr�a decir que el Se�or Jes�s, de esta manera figurada, derriba a los enemigos de la Iglesia. Pero, como ciertamente no se nos ense�a a considerar ning�n n�mero espec�fico en el sentido literal de la palabra, sino solo como una cierta cantidad mencionada para implicar la certeza de la cosa misma; no m�s que en la par�bola de las v�rgenes, porque cinco fueron prudentes y cinco insensatas, debemos concluir que los felices y los miserables ser�n iguales en el gran d�a de la cuenta; por eso concibo humildemente que la visi�n aqu� tiene la intenci�n de mostrar, por cuatro cuernos, los enemigos de Cristo, y por los cuatro carpinteros, los amigos de Cristo.

Cualquiera que sea el n�mero de cada uno, sean muchos o pocos, el Se�or le mostr� al Profeta el final seguro de las bendiciones que deben tener lugar en su Iglesia y reino. La palabra de Dios es la espada del Esp�ritu, y sus siervos son comisionados en su uso para el consuelo de su pueblo y la destrucci�n de sus enemigos. Los he cortado por los profetas, dice el Se�or, y los he matado con las palabras de mi boca. Oseas 6:5 .

Versículo 21

REFLEXIONES

�Lector! Deteng�monos los dos en este primer cap�tulo del Profeta: y pidamos gracia para bendecir a Dios Padre, Dios Hijo y Dios Esp�ritu Santo, por la gracia manifestada por cada uno, y por todos, en su oficio, car�cter, y obra, en el glorioso pacto de redenci�n, como se establece con la mayor bendici�n en esta preciosa porci�n de la profec�a.

Ciertamente, Padre Todopoderoso, nada puede mostrar m�s plenamente la ternura de tu coraz�n y el sonido de tus entra�as hacia la Iglesia, que en tus respuestas llenas de gracia, contenidas en este Cap�tulo, a todos los m�ritos e intercesi�n prevalecientes de tu amado Hijo.

Y seguramente tu Iglesia, bendito Jes�s, debe perderse en todo sentido de amor y afecto, si las opiniones que aqu� se exponen de ti, en tu inigualable condescendencia, al descender entre los mirtos de este mundo inferior para nuestra salvaci�n, no invoques todas las facultades del alma en adoraci�n, apego y alabanza a tu gloriosa persona, tanto como Uno con el Padre, en la esencia de la Deidad, como uno con nosotros en nuestra naturaleza; hueso de nuestros huesos y carne de nuestra carne.

Y no menos encontramos motivo para mirarte con amor y alabanza, Esp�ritu santo y eterno, que de tu propio poder soberano y divinidad, y en tus compromisos de pacto, como el Consolador de la herencia del Se�or, has dado tales un testimonio precioso del mismo cuidado supervisor sobre los intereses presentes y eternos de los redimidos, como se muestra aqu�, por el nombramiento del ministerio de tu santa Palabra, al familiarizar a la Iglesia con las cosas maravillosas de la salvaci�n.

�Granizo! santo, santo, santo Se�or Dios Todopoderoso! en tu triple car�cter de Persona, mientras existes en la uni�n de la Deidad. �Toda la Iglesia, en el cielo y en la tierra, te alabe! Y bendita sea para siempre esa sabidur�a de Dios, en un misterio, por la cual podemos acercarnos al Se�or y lo hacemos, en y a trav�s de la gloriosa mediaci�n de un intercesor Todopoderoso. �Bendito, bendito por siempre Dios, por Jesucristo! Am�n.

Información bibliográfica
Hawker, Robert, D.D. "Comentario sobre Zechariah 1". "Comentario del Pobre Hombre de Hawker". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/pmc/zechariah-1.html. 1828.