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Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
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Bible Commentaries
Comentario del Pobre Hombre de Hawker Comentario del Pobre Hombre
Declaración de derechos de autor
Estos archivos están en el dominio público.
Texto Cortesía de BibleSupport.com. Utilizado con Permiso.
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Información bibliográfica
Hawker, Robert, D.D. "Comentario sobre Zechariah 3". "Comentario del Pobre Hombre de Hawker". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/pmc/zechariah-3.html. 1828.
Hawker, Robert, D.D. "Comentario sobre Zechariah 3". "Comentario del Pobre Hombre de Hawker". https://beta.studylight.org/
Versículo 1
CONTENIDO
Este cap�tulo bendito, como el anterior, contiene mucho de Cristo. Bajo el tipo de Josu�, el Sumo Sacerdote, se establecen la limpieza y la gloria de la Iglesia.
( Zacar�as 3:1 ) "Y me mostr� al sumo sacerdote Josu�, que estaba delante del �ngel del SE�OR, y Satan�s estaba a su diestra para resistirlo".
�sta es una visi�n sumamente bendecida y sumamente instructiva, porque su doctrina es muy clara y, como la visi�n de otro Profeta, el que corre puede leerla. Habacuc 2:2 . Josu�, el sumo sacerdote, fue probablemente uno de los cautivos que regres� con la Iglesia desde Babilonia. Ahora bien, no cabe duda de que Zacar�as lo conoc�a personalmente; sin embargo, para conocerlo como estaba ante el Se�or, cuando ministraba en su oficio sacerdotal, el Se�or mismo debe mostrarlo. Por eso aprendemos que cuando los siervos del Se�or se presentan ante el Se�or y ministran en su nombre, Satan�s tambi�n vendr� a resistir sus personas y sus servicios.
Pero no se nos informa cu�les fueron las acusaciones de Satan�s. Algunos han pensado (pero esto solo puede ser una conjetura), que este Josu� es el mismo mencionado en Esdras 10:18 . cuyos hijos hab�an tomado esposas extranjeras, y por lo tanto el Padre al permitirlo, dio a Satan�s un asidero para acusar. Pero creo que Josu� aqu� no debe ser considerado en su persona, sino m�s bien como un tipo de toda la Iglesia.
Sin embargo, por cierto, podemos sacar una peque�a mejora de ah�. �Con qu� fervor deben orar los creyentes por sus ministros, quienes tienen a un adversario de la ley como Satan�s siempre acus�ndolos, y cuyas debilidades dan demasiada ocasi�n para que ese enemigo maldito los levante, pero tambi�n acusaciones justas contra ellos cuando se los considera como son en s� mismos? , Hebreos 7:28 ; Santiago 5:17 ; Hechos 14:14 .
�Oh! precioso, precioso Se�or Jes�s! Cu�n verdaderamente bienaventurado es recordar que t� eres la justicia de tu pueblo, y su santificaci�n est� en ti. 2 Corintios 5:21 ; 1 Corintios 1:30
Hay una cosa m�s para observar en este relato, Satan�s estaba a la diestra. Es costumbre en todos los tribunales de justicia que el acusado est� a la izquierda del abogado y el acusador a la derecha. Por eso se dice as� de Satan�s. Salmo 140:6 . �Lector! piensa en c�mo Satan�s se opone y resiste a la Iglesia, e incluso ante Dios.
De ah� que se le denomine propiamente el acusador de los hermanos; y de ah� el gozo en el cielo cuando fue expulsado. Apocalipsis 12:10 . No pase por alto la parte principal de estos dulces versos, c�mo lo vencieron.
Versículo 2
"Y Jehov� dijo a Satan�s: Jehov� te reprenda, oh Satan�s; Jehov�, que ha escogido a Jerusal�n, te reprenda: �No es �ste un tiz�n arrancado del fuego?"
�Qui�n es el Portavoz aqu� sino Cristo? Seguramente el que es llamado en el primer vers�culo el �ngel del Se�or, ante quien Josu� estuvo de pie, es la misma persona que aqu� se llama el Se�or. Y as� era, quien es el �ngel del pacto. Y observe la gentileza de las expresiones. Satan�s no solo es reprendido, sino tambi�n razonado. Jerusal�n es la escogida del Se�or. �Y no sab�a el Se�or lo que es Jerusal�n y lo que ser�a? Adem�s, saliendo del fuego, del humo y del horno, �podr�a aparecer de otra manera que como un tiz�n humeante, salvada por la gracia soberana?
�Lector! No dej�is de observar de qui�n es la competencia reprender a Satan�s y contrarrestar todas sus maquinaciones. Y no pase por alto tambi�n c�mo el Se�or Jes�s se compromete incesantemente a hacerlo. Lo que, aunque Satan�s est� de pie d�a y noche para acusar, Jes�s siempre est� en el trono para justificar. Ninguna acusaci�n de Satan�s puede escapar a su conocimiento, o quedar sin respuesta por la defensa de Cristo. �Dulce pensamiento!
Versículo 3
"Josu� estaba vestido con ropas inmundas y estaba delante del �ngel".
Este es un verso de lo m�s sorprendente. Era el mandato, bajo la dispensaci�n lev�tica, que los sumos sacerdotes deb�an presentarse ante el Se�or con vestiduras santas, para gloria y hermosura, v�ase �xodo 28:2 . Y as�, a la observaci�n humana, aparecieron. Si el profeta Zacar�as no hubiera visto estas cosas en visi�n, mediante las cuales el Se�or le dio un esp�ritu de discernimiento, no habr�a contemplado la inmundicia de Josu�.
�Lector! Les ruego que presten atenci�n a la doctrina contenida en esta visi�n de las cosas. Aqu� vemos qu� era la ley y qu� era el sacerdocio, con sus mejores galas. Sin duda, Josu�, como todos los dem�s sacerdotes bajo la ley, era lo que el mundo llamar�a hombres buenos, apartados para el oficio sagrado. Sin embargo, cuando se mira bajo el esp�ritu de profec�a, he aqu�, en medio del efod y el pectoral, en qu� inmundicia aparec�an.
Bien podr�a el profeta Isa�as, bajo un sentido de ello, cuando una vez hab�a visto la visi�n de Dios, gritar, todas nuestras justicias son como trapos de inmundicia. Isa�as 64:6 . �Lector! �Y todas las ministraciones de hombres pecadores ca�dos, como son en s� mismos, y sin un ojo para Cristo, aparecen as�? �El m�s recto de los hombres, como este Josu�, se presenta ante Dios contaminado y contaminado? �Oh! �Entonces piensa en la hermosura de Aquel que quita la iniquidad de nuestras cosas santas, y cuya sangre, justicia y sacerdocio eterno se convierten en la �nica seguridad para nuestra persona y para la aceptaci�n de las personas y de las ofrendas delante de Dios!
Versículo 4
"Y �l respondi� y habl� a los que estaban delante de �l, diciendo: Quitadle las vestiduras inmundas. Y �l le dijo: He aqu�, he hecho pasar de ti tu iniquidad, y te vestir� con ropa muda. . "
�Qui�n es �ste que respondi� y habl�? Seguramente el Se�or Jesucristo, porque se puede decir que nadie m�s que Jes�s ha quitado el pecado por el sacrificio de s� mismo; y solo �l podr�a usar este idioma. El que lav� a la Iglesia de todos sus pecados con su sangre, podr�a decir: He aqu�, yo he hecho pasar de ti tu iniquidad. Y el que visti� a sus redimidos con las vestiduras blancas de su propia justicia, podr�a decir tambi�n: Yo te vestir� con una muda de ropa.
Dulce es ese canto de la Iglesia, en la contemplaci�n de ella. Apocalipsis 1:5 . �Lector! �Qu� dicen los sonidos de tu coraz�n al revisar estas cosas? �Yo dir�a, Se�or! quita todas las vestiduras sucias de nuestra propia bondad imaginaria, tanto del sacerdote como del pueblo; s�, la iniquidad de todos los sacerdotes y pueblos; para que la persona, obra y justicia de ese Sumo Sacerdote, que es santo, inocente y sin mancha, sea la cobertura eterna de tu pueblo.
Versículo 5
"Y yo dije: Ponga una mitra hermosa sobre su cabeza. Y pusieron una mitra hermosa sobre su cabeza, y lo vistieron con vestiduras. Y el �ngel del SE�OR estaba all�".
En la primera lectura de este vers�culo, uno podr�a suponer que Zacar�as es el hablante. Y dije, que pongan una hermosa mitra sobre su cabeza. Pero Zacar�as es un espectador, no un actor, en esta maravillosa visi�n. El mandato dado aqu� cuando Josu� fue purificado y preparado por Cristo mismo para el oficio sacerdotal, debe haber sido el Se�or. Y esto es muy agradable al sentido general del pacto. Es Jes�s quien hace de su pueblo reyes y sacerdotes para Dios y el Padre. Apocalipsis 1:6 .
Versículos 6-7
Y el �ngel del SE�OR protest� a Josu�, diciendo: (7) As� ha dicho el SE�OR de los ej�rcitos: Si andas en mis caminos, y si guardas mi precepto, tambi�n juzgar�s mi casa, y tambi�n guarda mis atrios, y te dar� lugares para caminar entre estos que est�n cerca ".
Tenemos aqu� a Josu� en su oficio como sacerdote, y solemnemente ordenado en �l por el mismo Se�or. �Oh! que tales ordenaciones benditas eran m�s frecuentes en la Iglesia en la hora actual. La protesta del �ngel del pacto es sorprendente. Pero ruego hacer una observaci�n sobre la manera en que el Se�or se declara a s� mismo en la ocasi�n. Si andas en mis caminos, y si guardas mi mandato.
Entiendo que estas palabras no se utilizan como una condici�n, o como una causa de obtenci�n de la bienaventuranza prometida, sino como evidencia de las cosas mismas. Las vestiduras sucias de Josu� fueron quitadas, y la mitra hermosa fue puesta sobre su cabeza. Donde Jes�s quit� el pecado, ese pecado ya no puede ser acusado. Es similar a lo que dice el Ap�stol en los Hebreos. Porque somos hechos part�cipes de Cristo, si mantenemos firme el principio de nuestra confianza hasta el fin.
Hebreos 3:14 . Sin duda, el hecho de que seamos part�cipes de Cristo no depende de nuestra tenencia; porque esto ser�a hacer que la gracia de Dios descanse en su eficacia sobre el m�rito del hombre. En ambos casos, la bendici�n de la que se habla es una bendici�n ya obtenida y, por lo tanto, el efecto se convierte en una evidencia y no en la causa.
Versículo 8
"Oye ahora, oh Josu�, sumo sacerdote, t� y tus compa�eros que se sientan delante de ti; porque son hombres admirados; porque he aqu�, traer� a mi siervo el RAMO".
Debemos prestar atenci�n a la primera parte de este vers�culo antes de entrar en la consideraci�n del �ltimo. Y aqu� debemos olvidarnos del Josu� que hemos estado viendo en la primera parte del Cap�tulo, para considerar a Uno infinitamente m�s alto, acerca de quien podemos decir verdaderamente, un mayor que Josu� est� aqu�. Si el lector se vuelve a Isa�as 8:18 , encontrar� a Cristo de quien habla el Esp�ritu de profec�a, bajo este significado de car�cter.
Y el ap�stol Pablo se refiere expresamente lo mismo a Cristo. Hebreos 2:13 . Por tanto, Cristo y su pueblo son uno. Ver Salmo 45:7 ; Hebreos 1:9 ; 1 Juan 1:8
Pero, �c�mo, por qu� se maravillan Cristo y sus semejantes? �Oh! �Qu� misterio de misterios es el que nos abre a la vista el Hijo de Dios tomando nuestra naturaleza, y haci�ndose hombre por nosotros, para hacernos hijos de Dios en �l! Su pueblo tambi�n son hombres maravillados; porque los �ngeles se asombran del amor del santo Jes�s hacia los pecadores imp�os. El mundo est� asombrado de que renuncien a todos los placeres de la vida y soporten aflicciones, persecuciones, s�, la muerte misma, en su forma m�s espantosa, por amor a Aquel a quien nunca han visto, y por quien soportan alegremente el p�rdida de todas las cosas.
Y son la mayor maravilla para s� mismos, que Dios Padre los haya amado y elegido en Cristo Jes�s antes de que el mundo comenzara; que Dios el Hijo los am� y se entreg� a s� mismo por ellos como ofrenda y sacrificio a Dios en olor grato; que Dios el Esp�ritu Santo los am�, los llam� con un llamamiento santo, los regener�, los ilumin�, los convenci� del pecado y de la justicia del Se�or Jes�s; y los llev� al amor de lo que su propia naturaleza una vez aborreci�.
De modo que son un mundo de maravillas en s� mismos y para s� mismos; y lo que tiende a�n m�s a realzar el maravilloso misterio es que viven tan ingratos, tan indignos y tan poco para su gloria, que por su gracia distintiva, los ha llamado de las tinieblas a su luz maravillosa, mientras miles todos a su alrededor quedan abandonados a la ceguera y la ignorancia de sus corazones.
�Lector! Piensa en estas cosas, y si el Se�or, por su gracia, te ha hecho uno de los prodigios del mundo, entrar�s mucho m�s en la meditaci�n de este milagro de gracia, de lo que todos los escritos de hombres o �ngeles pueden proporcionarte. con materia para el tema. Pero este vers�culo registra tambi�n una promesa de Dios el Padre, quien dice: he aqu�, dar� a luz a mi siervo el Renuevo. A muchos de los Profetas se les indic� que hablaran de esta gloriosa persona.
Isa�as 4:2 . Y el mismo Profeta lo llama en otro lugar, el Renuevo del Se�or. Isa�as 11:1 . Jerem�as tambi�n tuvo la misma comisi�n. Jeremias 33:15 ; Jeremias 33:15
Pero el m�s eminente es Zacar�as 6:12 . porque el Profeta a�ade, y crecer� fuera de su lugar. Ahora el lugar era Nazaret, de Netzar, una planta. Esto define a Cristo. Esta es la planta de renombre. Ezequiel 34:29 .
Este es el Renuevo que plant� la diestra de Dios. Isa�as 60:1 . Un hombre de Nazaret. Por eso, el evangelista ten�a el encargo de decir que vino y habit� en Nazaret, para que lo llamaran nazareno. As� que nunca hubo una referencia m�s directa a una persona id�ntica, que por todas estas profec�as. Ruego al lector que los consulte.
Mateo 2:23 ; Jueces 13: 5; 1 Samuel 1:11 ; N�meros 6:5 .
Versículo 9
"Porque he aqu� la piedra que puse delante de Josu�; sobre una piedra habr� siete ojos; he aqu�, yo grabar� su escultura, ha dicho Jehov� de los ej�rcitos, y quitar� la iniquidad de esa tierra en un d�a".
La piedra gloriosa que puso Jehov�, leemos, Isa�as 28:16 . Pablo nos dice que este es el fundamento sobre el que est�n edificados los Ap�stoles y los Profetas, y que nadie puede poner otro fundamento. Efesios 2:20 ; 1 Corintios 3:11 .
Y Pedro confirma lo mismo, al citar las palabras de Isa�as, agrega, Cristo es precioso para aquellos que vienen a esta Piedra viva y son edificados sobre ella. 1 Pedro 2:4 . Y bien podr�a decir el Profeta que en esta piedra debe haber siete ojos; porque todos los ojos est�n fijos en �l, y �l es el �nico objeto glorioso de la eternidad.
Los ojos de Dios Padre est�n centrados en �l. Los ojos de Dios el Esp�ritu Santo est�n fijos en �l. Los �ngeles deleitan eternamente sus almas arrebatadas mir�ndolo. La Iglesia en el cielo, de los esp�ritus de los justos perfeccionados, est� fijada en �l. Santos del Antiguo Testamento, creyentes del Nuevo Testamento, Jes�s es el �nico objeto glorioso de todos. E incluso los demonios, los enemigos y los imp�os se ven obligados a mirar y a temblar mientras lo miran.
Y todo ojo le ver�, y tambi�n los que le traspasaron, y todas las naciones har�n lamentaci�n por �l. A�n as�. Am�n. Apocalipsis 1:7
Pero, �qu� grabado es este? Quiz�s en alusi�n al Sumo Sacerdote, que ten�a las piedras de su pectoral para representar a las doce tribus de Israel; as� Cristo tendr� esculpidos en sus manos y en su coraz�n los nombres de todos sus redimidos. Comp�rese con �xodo 28:9 ; Isa�as 49:16 .
Por eso la Iglesia clama: Ponme como un sello sobre tu coraz�n, como un sello sobre tu brazo. Cantares de los Cantares 8:6 . �Y qu� puede probar m�s completa y satisfactoriamente que el conjunto se refiere al Se�or Jesucristo, como en esa bendita promesa de Jehov�, de remover la iniquidad de esa tierra en un d�a?
�Qui�n podr�a quitar esto sino Cristo? �Y en qu� d�a podr�a haberse hecho esto, sino en ese glorioso y terrible d�a, cuando en la cruz Jes�s termin� la transgresi�n, puso fin al pecado, y por una ofrenda de s� mismo, una vez ofrecida, perfeccion� para siempre a los santificados? 1 Juan 1:7 ; Daniel 9:24 ; Hebreos 10:14 ; Apocalipsis 5:9 .
Versículo 10
"En aquel d�a, dice el SE�OR de los ej�rcitos, llamar�is cada uno a su pr�jimo debajo de la vid y debajo de la higuera".
Aqu� est�n las benditas consecuencias y los efectos gloriosos y llenos de gracia del conjunto. Los creyentes en Cristo llevados a un estado de gracia, misericordia y paz, se sientan como debajo de su propia vid y de su higuera, porque nadie puede atemorizarlos. El pecado no puede, porque ha terminado. El infierno no puede, porque Cristo ha vencido el infierno, la muerte y el sepulcro. Y la corrupci�n no puede, porque la santidad de Cristo es la santidad de sus redimidos.
Lo que es, lo es para su pueblo; y les es hecho por Dios sabidur�a, justicia, santificaci�n y redenci�n. 1 Corintios 1:30 . Y como el pueblo de Dios se sienta as� a una fiesta constante de amor, gozo y paz, creyendo, abundando en esperanza por el poder del Esp�ritu Santo; por eso invitan con gusto a sus compa�eros a unirse a sus triunfos en Jes�s.
Todo seguidor del Se�or est� ansioso por promover la gloria del Se�or y proclamar la bienaventuranza de esa gracia que �l mismo ha encontrado. De modo que estos son los frutos benditos de la salvaci�n. �Lector! el Se�or nos da diariamente dulces testimonios de lo mismo en nuestro propio coraz�n. Am�n. Isa�as 2:2 ; Miqueas 4:4
REFLEXIONES
�Lector! Mire con gratitud a Dios el Esp�ritu Santo, por la bendita informaci�n dada en este Cap�tulo, del estado en el que los pobres pecadores, tanto ministros como personas, como son en s� mismos, se presentan ante Dios. Gracias al Se�or el Esp�ritu, ya que tenemos tal acusador de los hermanos ante Dios, conocemos sus maquinaciones, y �oh! bendice al Gran y Todopoderoso Glorificador del Se�or Jes�s, por la vista bendita que ha brindado aqu� a la Iglesia de la Abogac�a eterna y omnipresente de Jes�s.
�S�! �T� glorioso Intercesor, t� completa la justificaci�n de la justicia de tu pueblo! Has reprendido a Satan�s. T� lo haces, lo reprender�s. Tampoco prevalecer� contra nosotros. Ciertamente estamos vestidos con ropas inmundas; porque nuestras mejores t�nicas, nuestras t�nicas de oraci�n, nuestras t�nicas sacramentales, todas son impuras, a menos que se laven de sus impurezas en tu sangre. Di t�, oh Jehov�, acerca de todos tus redimidos ahora, como de Josu�, el sumo sacerdote de la antig�edad; he aqu�, he hecho pasar de ti tu iniquidad, te vestir� con mudas de ropa.
�Y oh, bendito Se�or! �No veo en ti el Renuevo que Jehov� produjo, levant� y bendijo a todo tu pueblo? �Cu�n fragante, cu�n eternamente lleno de verdor! �Cu�n fruct�feras son las bendiciones de la redenci�n para tus redimidos! Debajo de ti, Se�or, y de tu sombra, mi alma se sentir� para siempre con deleite, y tu fruto ser� dulce a mi paladar. �Sobre ti, oh Se�or, como la Piedra que el SE�OR ha puesto en Sion, mirar�a mi alma para siempre, y deleitar�a mis ojos embelesados! �Bendito y Todopoderoso Jehov�! En este sello, este Sumo Sacerdote de mi alma, grabe mi pobre nombre, y d�jame ver el inter�s de mi alma y la seguridad eterna en esa misericordia inefable, ya que has quitado la iniquidad de esa tierra en un d�a; as� que eso; ahora bien, si se busca la iniquidad de Israel, no la habr�; y los hijos de Jud�, y no ser�n hallados. �Bendito! �Bendito sea por siempre Dios, por Jesucristo! En �l ser� justificada y se gloriar� toda la simiente de Israel. Am�n.