Bible Commentaries
1 Samuel 30

Comentario de Benson del Antiguo y Nuevo TestamentoComentario de Benson

Introducción

AM 2948. BC 1056.

Siclag saqueado: David y sus hombres angustiados, 1 Samuel 30:1 . Animado por Dios, los persigue, 1 Samuel 30:7 . Obtiene inteligencia de un rezagado, 1 Samuel 30:11 . Derrota al enemigo y recupera todo lo que hab�an tomado, 1 Samuel 30:16 . Hace una orden para dividir el bot�n, 1 Samuel 30:21 . Env�a regalos a sus amigos, 1 Samuel 30:26 .

Versículos 1-2

Los amalecitas hab�an invadido el sur , es decir, la parte sur de Jud� y el pa�s vecino. Esto, probablemente, lo hab�an hecho para vengarse de la invasi�n de David a su pa�s, menciona 1 Samuel 27:8 . Y hiri� a Siclag y lo quem� con fuego, lo que podr�an hacer f�cilmente cuando David y sus hombres estuvieran ausentes, y solo quedara una peque�a guardia en el lugar, si es que hab�a alguna. Y hab�a tomado cautivas a las mujeres y entre los dem�s a las dos mujeres de David. No mataron a ninguno, sino que se los llevaronHacia su propio pa�s. Siendo un pueblo pobre y muy codicioso, sin duda ten�an la intenci�n de venderlos como esclavos y hacer dinero con ellos. �Cu�n grande debe haber sido la sorpresa, y cu�n inexpresable el dolor de David y sus hombres, cuando llegaron a la ciudad, y la encontraron completamente desolada, y quemada hasta los cimientos, y todas las personas y propiedades que hab�a dejado all�!

Versículo 4

David y su pueblo alzaron la voz y lloraron como era natural, as� dieron paso a los primeros transportes de su dolor ante este triste espect�culo. "No es un menosprecio", dice Henry, "a los esp�ritus m�s audaces y valientes lamentar las calamidades de amigos o parientes".

Versículo 6

El pueblo habl� de apedrearlo como la causa de esta calamidad, al ir a Siclag al principio, al provocar a los amalecitas tan gravemente como �l lo hab�a hecho, y al alejarse con Aquis y dejar la ciudad, sus esposas e hijos. sin defensa. Pero David se anim� en el Se�or su Dios, que nunca le hab�a fallado en sus mayores angustias; y en quien todav�a ten�a confianza. Se anim� a s� mismoCreyendo que este Se�or omnisciente y todopoderoso era su Dios por pacto y promesa especial, y afecto paternal, como lo hab�a demostrado en todo el curso de su providencia hacia �l. Es deber de todo hombre bueno, pase lo que pase, animarse en el Se�or su Dios, asegur�ndose de que �l puede sacar y sacar� luz de las tinieblas.

Versículo 7

Trae el efod y v�stete con �l, para que consultes a Dios conforme a su ordenanza. David se dio cuenta de su error anterior, al no pedir consejo a Dios por el efod, cuando lleg� a Aquis y cuando sali� con Aquis a la batalla; y su necesidad ahora lo lleva a cumplir con su deber, y su deber tiene �xito.

Versículo 8

Respondi� Antes de que Dios respondiera m�s lenta y gradualmente, 1 Samuel 23:11 ; pero ahora responde r�pida y completamente de una vez, porque el asunto requer�a prisa. Tan misericordioso es nuestro Dios, que considera incluso el grado de nuestras necesidades y se acomoda a ellas.

Versículos 9-10

D�nde se quedaron los que quedaron atr�s Los que quedaron para cuidar las cosas, 1 Samuel 30:24 ; que estaban tan cansados ??que no pudieron seguir marchar. David lo persigui�, �l y cuatrocientos hombres. Un peque�o n�mero para tal intento; pero David era fuerte en la fe, dando a Dios la gloria de su poder y fidelidad.

Versículos 12-13

Tres d�as y tres noches Un d�a entero, y parte de otros dos, como aparece en el vers�culo siguiente, donde dice: Hace tres d�as me enferm�; pero en hebreo es: Este es el tercer d�a desde que me enferm�. Un joven de Egipto, Dios de su providencia lo orden� de tal manera que no era uno de la raza de los amalecitas, consagrado a la destrucci�n, sino un egipcio, que pod�a salvarse. Y mi amo me dej� en este lugar y condici�n; un acto b�rbaro este, dejarlo all� para perecer, cuando ten�an buena provisi�n de camellos para el transporte de hombres, as� como de sus despojos, 1 Samuel 30:17. Pero esta inhumanidad les cost� caro; porque, a trav�s de ella, perdieron sus propias vidas, y David recuper� lo que hab�an tomado en Siclag. �Tal es la maravillosa providencia de Dios, que ordena o domina todo para su propia gloria y el bien de aquellos que conf�an en �l, incluso los pensamientos y deseos, los consejos, las obras y los caminos de los hombres, tanto los buenos como los malos! Para que no haya lucha contra �l, que puede hacer que las acciones m�s peque�as sean �tiles para la producci�n de los mayores efectos.

Versículo 14

Al sur de los cereteos , es decir, de los filisteos; porque se explica, 1 Samuel 30:16 , haber sido la tierra de los filisteos. Por tanto, parece que los amalecitas eran enemigos de los filisteos. De modo que David no actu� en contra de los intereses de su benefactor, Aquis, al hacer incursiones contra esa gente. Y sobre el sur de Caleb no leemos en ning�n otro lugar de esta tierra; pero, con toda probabilidad, fue la parte sur de Jud� la que le fue dada a Caleb y la que hered� su posteridad, Josu� 14:13 .

Versículo 15

Ni me entregues en manos de mi amo. Es probable que su amo hubiera sido cruel con �l y, por lo tanto, no ten�a intenci�n de seguir sirvi�ndole. Te llevar� a esta compa��a porque, es probable, su amo le hab�a dicho ad�nde pensaban ir, para que pudiera ir tras ellos tan pronto como pudiera.

Versículos 16-17

Estaban esparcidos por toda la tierra Seguros y descuidados, porque ahora hab�an llegado casi a las fronteras de su propio pa�s, y los filisteos e israelitas estaban comprometidos de otra manera, y David, como cre�an, con ellos. De modo que no ten�an ninguna causa visible de peligro; �y sin embargo, estaban m�s cerca de la destrucci�n! David los golpe� desde el crep�sculoLa palabra significa tanto el crep�sculo matutino como vespertino. Pero esto �ltimo parece estar destinado aqu�, en parte porque comer, beber y bailar era un trabajo m�s apropiado para la tarde que para la ma�ana; y en parte porque la noche era m�s conveniente para David, para que la escasez de sus fuerzas no se descubriera a la luz del d�a. Es probable que, cuando se acerc� a ellos, se coloc� a s� mismo y a su ej�rcito en alg�n lugar secreto, de los cuales hab�a muchos en aquellos lugares, para una temporada conveniente; y luego march� para llegar a ellos a la hora de la tarde.

Versículo 20

David tom� todos los reba�os que hab�an tomado los amalecitas de los filisteos y otros. El cual arrastraron delante de los otros animales. Sus soldados los llevaron delante de los animales que pertenec�an a Siclag, que los amalecitas hab�an tomado de David y sus hombres. Y dijo: Este es el bot�n de David. No es que se lo haya reclamado todo. Pero los soldados, que �ltimamente estaban tan indignados contra �l que hablaban de apedrearlo, ahora, tras su �xito, lo magnifican y celebran triunfalmente su alabanza; y digan que David compr� este bot�n por su valor y conducta, y puede disponer de �l como le plazca.

Versículos 21-22

Los salud�, les habl� con bondad y no los culp� porque no siguieron adelante con ellos. No les daremos nada del bot�n. Esta fue la resoluci�n de los que no temieron a Dios, ni miraron al hombre; y fue tan poco generoso e injusto como cruel; porque sus hermanos se hab�an quedado atr�s, no por elecci�n, sino por mera necesidad, al no poder viajar m�s lejos.

Versículos 23-25

No lo har�is, hermanos m�os. �l usa su autoridad para invalidar su intenci�n; pero maneja el asunto con toda dulzura, aunque eran hombres tan malvados e irracionales, llam�ndolos hermanos; no solo como de la misma naci�n y religi�n que �l, sino como sus compa�eros soldados. Con lo que el Se�or nos ha dado, tanto como para decir: Cuando Dios ha sido tan bueno con nosotros, no debemos ser despiadados con nuestros hermanos, ni lo que �l ha impartido gratuitamente, debemos negarles groseramente y injustamente. Porque, �qui�n te escuchar�? Ninguna persona desinteresada, les dice, ser�a de su opini�n si se les remitiera el asunto. Se separar�n por igualUna constituci�n prudente y equitativa, y por lo tanto practicada por los romanos, como se�alan Polibio y otros. La raz�n de esto es manifiesta; porque estuvieron expuestos a peligros al igual que sus hermanos; y eran una reserva a la que pod�an retirarse en caso de derrota; y ahora estaban en servicio real, y en la estaci�n en la que su general los hab�a colocado. Y fue as� desde ese d�a en adelante. Esta ley, concerniente a la divisi�n del bot�n tomado de un enemigo, parece haber continuado hasta el tiempo de los Macabeos, como aparece en el segundo libro de su historia, 2Ma 8:28; 2ma 8:30.

Versículo 26

Envi� del bot�n a los ancianos de Jud�, en parte en agradecimiento por los favores que le hab�an brindado anteriormente; y en parte en la pol�tica de atraerle sus afectos. He aqu� un regalo para ti En hebreo, una bendici�n. As� llama al presente, porque era una se�al de que les deseaba toda la prosperidad, que hab�an sido amables con �l en su destierro y le hab�an ayudado a mantenerlo y protegerlo. Del bot�n de los enemigos del Se�orEl �xito de David en esta persecuci�n de los amalecitas, al examinarlo, parecer� tan extraordinario que no es f�cil explicarlo, salvo por la peculiar superintendencia de la Providencia sobre David y sus preocupaciones. En efecto, la interposici�n de la Providencia se ve en cada circunstancia de esta aventura; el n�mero, la perseverancia, el problema. Para que no pensaran que su n�mero hizo el trabajo, Dios los redujo a cuatrocientos, como hizo con la compa��a de Gede�n a tres, Jueces 7. Muchos otros han tenido la misma suerte de sorprender y de matar a sus enemigos; pero tener fuerza tanto para la matanza como para la persecuci�n, durante tantas horas juntos, es absolutamente extraordinario. �Pero lo que es a�n m�s notable es que �l deber�a rescatar a todos los cautivos ilesos, de las manos de un pueblo tan abandonado y tan execrable como los amalecitas! Hemos insinuado que estos amalecitas, siendo pobres, salvaron a sus cautivos de la perspectiva de obtener grandes ganancias con la venta de ellos. Otros, sin embargo, quiz�s con la misma raz�n, piensan que solo respir� su crueldad para ejecutarla con m�s ventaja en su tiempo libre. �Qu� hermosa contemplaci�n es observar la se�al de bondad de Dios y la maldad del hombre cooperando con el mismo fin! Ver a Delaney.

Información bibliográfica
Benson, Joseph. "Comentario sobre 1 Samuel 30". Comentario de Benson. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/rbc/1-samuel-30.html. 1857.