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Bible Commentaries
2 Reyes 7

Comentario de Benson del Antiguo y Nuevo TestamentoComentario de Benson

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Introducción

AM 3112. BC 892.

Eliseo presagia abundancia y la muerte del se�or incr�dulo, 2 Reyes 7:1 ; 2 Reyes 7:2 . Cuatro leprosos descubren que los sirios han huido y traen la noticia a la ciudad, 2 Reyes 7:3 . El rey env�a mensajeros para estar seguro de la verdad, 2 Reyes 7:12 . La abundancia repentina y la muerte del se�or incr�dulo, 2 Reyes 7:16 .

Versículo 1

Luego, cuando las cosas estaban en el peor; cuando se desesperaba de toda ayuda y alivio, y el rey estaba impaciente por esperar m�s; dijo Eliseo al rey, que ahora hab�a venido a �l, ( 2 Reyes 7:18 ,) ya sus cortesanos, que ven�an con �l, 2 Reyes 7:2 . O�d la palabra del Se�or. O�d lo que dice; esc�chalo y cr�elo. As� dice el Se�or, Aquel a quien has ofendido tanto, y ahora desprecias y te niegas a esperar o esperar m�s; �l , digo, por su propia gracia y generosidad, les ha enviado buenas nuevas de su liberaci�n. Ma�ana se vender� una medida de flor de harina por un siclo El hebreo ???, seah, que aqu� se traduce como medida , implica una cantidad igual a seis taxis, o un picoteo, o, seg�n algunos, un picoteo y dos cuartos, de nuestra medida. El siclo era de tres chelines; y aunque tener un picoteo de harina fina por tres chelines en otras ocasiones no habr�a sido extraordinario, en la situaci�n actual era maravilloso. As�, como se ha observado a menudo, la extremidad del hombre es la oportunidad de Dios de magnificar su poder; y su tiempo de aparecer por su pueblo es cuando su fuerza se Deuteronomio 32:36 , Deuteronomio 32:36 .

Versículo 2

Un se�or en cuya mano se apoyaba el rey cuando caminaba; dijo: He aqu�, si el Se�or hiciera ventanas en los cielos por las cuales lloviera trigo, como antes hizo con el man�; �Podr�a ser esto? No pod�a concebir, considerando la prodigiosa hambruna que entonces reinaba en Samaria, y el hecho de que estaban rodeados por un ej�rcito poderoso, que fuera posible que se produjera un cambio tal, por cualquier medio, en unas pocas horas, que hubiera tal abundancia ma�ana, donde hab�a tanta necesidad y angustia hoy. Juzg�, como tambi�n nosotros generalmente, seg�n la apariencia visible de causas naturales e instrumentales, y no consider� que para Dios todo es posible. Lo ver�s con tus ojos, pero no comer�s de �l.Un castigo justo por su incredulidad, por el cual hizo mentiroso no solo al profeta, sino al mismo Dios (en cuyo nombre Eliseo hab�a dado pruebas completas de que hablaba y actuaba). Aqu� vemos, como hemos visto a menudo en otros lugares, que la incredulidad en las declaraciones y promesas de Dios es un pecado por el cual los hombres lo desagradan mucho y se privan a s� mismos de los favores que �l dise�� para ellos. Los israelitas murmuradores vieron Cana�n, pero no pudieron entrar debido a su incredulidad. �Tal�, dice el obispo Patrick, �ser� la porci�n de aquellos que no creen en la promesa de la vida eterna; lo ver�n a distancia, pero nunca lo probar�n ". �Ojo, lector, que este no sea tu caso! que si te queda una promesa de entrar en su reposo , no la faltes.

Versículos 3-5

Hab�a cuatro leprosos a la entrada de la puerta , es decir, de la ciudad, de la cual fueron cerrados en virtud de la ley de Dios. Hab�an tenido su morada cerca de la puerta o se hab�an acercado a ella por miedo al ej�rcito sirio. Se dijeron unos a otros: �Por qu� nos quedamos aqu� sentados hasta que muramos? Ninguno pas� por la puerta para aliviarlos, y estaban listos para morir de hambre. Si iban a la ciudad, no hab�a nada que tener all�, deb�an morir en las calles; si se quedaran quietos, tendr�an que suspirar hasta la muerte en su caba�a: por tanto, deciden pasar al enemigo y entregarse a su misericordia; porque la muerte parec�a inevitable en todos los dem�s sentidos. Se levantaron , por tanto, en el crep�sculoEn el crep�sculo vespertino, como aparece en 2 Reyes 7:9 ; 2 Reyes 7:12 . Para ir al campamento de los sirios que, para su gran sorpresa y alegr�a, encontraron completamente desierto, sin que nadie se viera ni se oyera en �l.

Versículo 6

El Se�or hab�a hecho o�r al ej�rcito de los sirios un ruido de carros., &C. El aire, por el ministerio de los �ngeles, sin duda, se puso en tal movimiento alrededor del campamento de los sirios, como para emitir sonidos como los que habr�a dado si hubiera sido agitado por el traqueteo de los carros, el encabritado de los caballos. , y todos los dem�s movimientos y acciones de un ej�rcito numeroso y sus asistentes: de modo que los sirios no pudieron sacar otra conclusi�n que la de que un ej�rcito excesivamente grande marchaba contra ellos y estaba a la mano, ya que escucharon exactamente el mismo ruido. como si realmente hubiera sido as�. Algunos han supuesto que no fue el aire lo que fue influenciado, o sobre el que actu�, en este milagro, sino los o�dos de los sirios: si es as�, la obra fue la m�s maravillosa, porque en ese caso debe haber habido tantos milagros distintos forjado ya que hubo individuos que escucharon el ruido.Dijeron: He aqu�, el rey de Israel ha contratado contra nosotros a los reyes de los hititas. Bajo cuyo nombre, como en todas partes bajo el nombre de amorreo, parece que se incluye a todo el pueblo de Cana�n, oa cualquiera de ellos. Porque aunque la mayor parte de ese pueblo fue destruido, muchos de ellos se salvaron, y muchos de ellos, a la llegada de Josu�, huyeron, algunos a lugares remotos, otros a las tierras lim�trofes con Cana�n, donde se sentaron y se hizo numeroso y poderoso. Reyes de los E g yptians o bien el rey de Egipto, el n�mero plural est�n poniendo para el singular, o de los pr�ncipes y gobernadores de las distintas provincias en Egipto.

Versículo 7

Por tanto, se levantaron y huyeron, y eso con una precipitaci�n incre�ble, en cuanto a sus vidas, dejando su campamento como estaba, e incluso sus caballos, que, si los hubieran llevado, podr�an haber acelerado su huida. Ninguno de ellos tuvo tanto sentido com�n como para enviar exploradores para descubrir al supuesto enemigo, y mucho menos el coraje suficiente para enfrentarlos. Dios puede, cuando le plazca, desanimar a los m�s valientes y hacer temblar los corazones m�s valientes. A los que no teman a Dios, �l puede hacerlos temer con el movimiento de una hoja. Quiz�s Giezi era uno de estos leprosos, lo que podr�a ocasionar que el rey se fijara en �l, cap. 2 Reyes 8:4 .

Versículos 9-11

Dijeron: No hacemos bien. No es bueno para nuestros hermanos, a quienes debemos compadecer y ayudar; ni bien para nosotros mismos, porque podemos sufrir por esta negligencia; ya sea de los sirios, que pueden estar al acecho por aqu�, o de nuestro rey y pueblo, o de la mano inmediata de Dios. As� les hablaba su propia conciencia, y escuchaban sus dictados, y le informaban al centinela lo que hab�an descubierto, quien enseguida llev� la inteligencia a la corte, que no era menos aceptable por haber sido tra�da primero por los leprosos; y estos pobres afligidos aumentaron su propio gozo comunic�ndolo as�. Las personas ego�stas y de esp�ritu estrecho no pueden esperar ser felices o pr�speras: la prosperidad m�s c�moda es aquella en la que nuestros hermanos comparten con nosotros.

Versículo 12

El rey dijo: Te mostrar� lo que han hecho los sirios. Estaba celoso de una estratagema y tem�a que los sirios solo se hubieran retirado para estar en una emboscada y sacar a los sitiados para que pudieran caer sobre ellos con m�s ventaja. Sab�a que no ten�a ninguna raz�n para esperar que Dios se le apareciera de esa manera maravillosamente, habiendo perdido su favor por su incredulidad e impaciencia. Y no sab�a ninguna raz�n para que los sirios tuvieran que huir; porque no parece que ni �l, ni ninguno de sus ayudantes, ni nadie en Samaria, hubiera o�do el ruido de los carros, etc., que hab�a atemorizado a los sirios.

Versículo 13

Te ruego que algunos se lleven cinco de los caballos , etc. El sentido parece ser: Bien podemos aventurar estos cinco caballos, aunque no tengamos m�s, porque tanto ellos como nosotros estamos dispuestos a morir de hambre; por lo tanto, us�moslos mientras podamos, para nuestro bien com�n o para haz el descubrimiento. He aqu�, son como la multitud de Israel.Las palabras se pueden traducir: He aqu�, son de una verdad (el prefijo hebreo, Caph , no es aqu� una nota de semejanza, sino una afirmaci�n de la verdad y certeza de las cosas, como se toma N�meros 11:1 ; Deuteronomio 9:10) toda la multitud de los caballos de Israel que quedan en ella: he aqu� , digo quees toda la multitud de los caballos de los israelitas, que (qu� multitud) son consumidos , reducidos a este peque�o n�mero, todos consumidos excepto estos cinco. Y esto fue en verdad digno de una doble contemplaci�n , para mostrar el da�o que el hambre hab�a hecho tanto a los hombres como a las bestias, y a qu� reflujo hab�a llegado el rey de Israel, que todas sus tropas de caballos en las que hab�a confiado, se redujeron a un n�mero tan peque�o.

Versículos 14-16

2 Reyes 7:14 . Tomaron, pues, dos caballos de carro. Es probable que el rey no arriesgara m�s de dos jinetes, que consideraba suficientes; y estos se llevaron dos de sus propios caballos para hacer el descubrimiento. Fueron tras ellos hasta el Jord�n. Al encontrar el campamento vac�o, como hab�an contado los leprosos, los siguieron hasta este r�o. Todo el camino estuvo lleno de vestidos, etc., desechados en su prisa hebreo, ?????, bechafezam, en su temor, temor o consternaci�n con que Dios los hab�a golpeado. As� que una medida de harina fina se vendi� por un siclo , etc.

Encontraron tal almac�n de provisiones en las tiendas de los sirios, que hizo este cambio repentino en el precio del ma�z, seg�n la predicci�n de Eliseo.

Versículos 17-20

El rey design� al se�or para que se hiciera cargo de la puerta para evitar tumultos y des�rdenes entre la gente, y para que se encargara de cerrar las puertas, si era necesario, y si los sirios volv�an sobre ellos. Y ese se�or respondi� , etc. Esta parte de la historia se repite, porque atestigua un notable cumplimiento de una predicci�n divina. El pueblo lo pisote� en la puerta y muri� antes de que pudiera disfrutar, en cualquier medida, del beneficio de la abundancia que Dios les hab�a otorgado. Este hecho es una prueba terrible de cu�n atrozmente resiente Dios la desconfianza de los hombres hacia �l, y hacia su poder, providencia y promesa. Cuando Israel dijo: �Puede Dios proporcionar una mesa? el Se�or lo escuch� y se enoj�.La sabidur�a infinita no estar� limitada por nuestra locura. Dios nunca promete el fin, pero sabe d�nde proporcionar los medios. Aqu� tambi�n aprendemos cu�n ciertas son las amenazas de Dios y cu�n seguras caer�n sobre la cabeza de los culpables. Teman todos los hombres ante el gran Dios, que pisa a los pr�ncipes como lodo y es terrible para los reyes de la tierra.

Información bibliográfica
Benson, Joseph. "Comentario sobre 2 Kings 7". Comentario de Benson. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/rbc/2-kings-7.html. 1857.
 
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