Bible Commentaries
Isaías 22

Comentario de Benson del Antiguo y Nuevo TestamentoComentario de Benson

Introducción

AM 3292. BC 712.

El contenido de este cap�tulo se relaciona con la ciudad de Jerusal�n y el pa�s vecino. Tenemos la grave angustia a la que los jud�os deber�an ser llevados por la invasi�n asiria, bajo Senaquerib, o la de los caldeos, bajo Nabucodonosor, Isa�as 22:1 . Una reprensi�n que se les dio por depender para la preservaci�n de los inventos de su propia sabidur�a y por descuidar la mirada a Dios, Isa�as 22:8 . Por entregarse al gozo profano y al deleite lujoso, cuando deber�an haberse humillado bajo su mano poderosa, conducta que Dios ciertamente castigar�a, Isa�as 22:12 .

El desplazamiento de Shebna por su orgullo, Isa�as 22:15 . Eliakim nombr� a su sucesor en el cargo, para gran beneficio del pa�s y su propio honor, Isa�as 22:20 .

Versículos 1-3

La carga del valle de la visi�n de Jud�, y especialmente de Jerusal�n, llamado valle , porque una gran parte de �l estaba en un valle entre las colinas opuestas de Sion y Acra, y entre Acra y Moriah; (ver La Guerra Jud�a de Josefo, 5:13 ; y 6: 6;) y el valle de la visi�n , porque fue el asiento de la revelaci�n divina, el lugar donde se dieron principalmente visiones prof�ticas, y donde Dios se manifest� visiblemente en el lugar sant�simo. lugar. El lector observar� que este es el s�ptimo discurso de la segunda parte; y se relaciona con la calamidad provocada en Jerusal�n por la invasi�n de los asirios o caldeos, o ambos, y con la ca�da de Sebna.

�Qu� te pasa ahora? El profeta se refiere aqu� a la conmoci�n en la que la ciudad estaba, o, �l previ�, ser�a arrojada ante el informe de la aproximaci�n del ej�rcito enemigo para sitiarla, y a la perturbaci�n de la mente de la gente y la confusi�n general. Que has subido por completo a los techos de las casas, ya sea ??para reconocer al enemigo que se aproxima o para consultar por tu propia seguridad. T� que eres O m�s bien, estabas, lleno de revueltas De gran oficio, gente corriendo de un lado a otro sobre sus asuntos; una ciudad tumultuosa Populosa y ruidosa; una ciudad alegreLleno de jolgorio y alegr�a. �Qu� te aflige ahora que las tiendas y las casas mercantiles est�n abandonadas, y ya no hay m�s caminar por las calles, sino que se te ve abarrotar los tejados? �Las casas de Oriente fueron, en la antig�edad, como todav�a lo son en general, construidas de la misma manera uniforme. El techo, o techo de la casa, es siempre plano, cubierto con piedras anchas o un fuerte yeso de terraza, y custodiado por todos lados con un parapeto bajo.

La terraza es tan frecuentada como cualquier parte de la casa. Sobre esto, seg�n favorece la temporada, caminan, comen, duermen, hacen negocios, realizan sus devociones. La casa est� construida con un patio interior, al que se abren principalmente las ventanas; las que est�n abiertas a la calle est�n tan obstruidas con celos�as que nadie, ni fuera ni dentro, puede ver a trav�s de ellas. Por tanto, siempre que se va a ver u o�r algo en las calles, cualquier espect�culo p�blico, cualquier alarma de car�cter p�blico, todos suben inmediatamente a los tejados para satisfacer su curiosidad. De la misma manera, cuando alguien ten�a ocasi�n de hacer p�blico algo, la forma m�s r�pida y eficaz de hacerlo era proclamarlo desde los techos de las casas a la gente de las calles �. Obispo Lowth.

Tus muertos no fueron muertos a espada, sino de hambre o de pestilencia en el sitio. Despu�s de que el ej�rcito de Senaquerib asolara el pa�s y destruyera los frutos de la tierra, las provisiones deben ser muy escasas y caras en la ciudad, lo que ser�a la muerte de muchas de las personas m�s pobres, que se ver�an obligadas a alimentarse de lo que era malsano. Pero esta predicci�n, con la contenida en el siguiente vers�culo, se cumpli� m�s eminentemente cuando la ciudad fue sitiada por los caldeos. Ver Jeremias 14:18 ; Jeremias 38:2 . Y Vitringa opina que el profeta tiene a la vista esa calamidad, as� como la aflicci�n sufrida bajo la invasi�n asiria. Todos tus gobernantes huyeron juntosSedequ�as y sus comandantes en jefe, cuya huida predice. Ver Jeremias 39:3 .

Est�n atados por los arqueros El obispo Lowth hace esta cl�usula, huyen del arco , es decir, de los arcos y flechas de los arqueros asirios: o, como otros traducen esta primera parte del vers�culo, Todos tus capitanes huyeron juntos. con un vuelo errante desde la proa. Es decir, han huido por todas partes; est�n atados , es decir, aquellos que no pudieron huir lo suficientemente r�pido para escapar de los caldeos. Todos los que se encuentran en ti A saber, en la ciudad, con Sedequ�as, durante el sitio; porque los que hab�an huido a los caldeos salvaron sus vidas y sus libertades. O, como pueden traducirse las palabras, ?? ?????,, Todo lo que se encuentra de ti , o que te pertenece; que han huido de lejosO han huido muy lejos, es decir, los que huyeron de Jerusal�n, pero fueron perseguidos y alcanzados por el enemigo, 2 Reyes 25:4 y Jeremias 52:8 .

Versículos 4-5

Por eso dije yo , etc. �He aqu� al profeta que se anticipa a los lamentos que despu�s derramar�, y que Jerem�as derram� de manera tan pat�tica, testigo ocular de esta calamidad. Porque las expresiones aqu� son demasiado fuertes para ser aplicadas a cualquier otra calamidad que no sea la gran y final, cuando los jud�os fueron llevados cautivos a Babilonia �;

del cual el profeta tuvo una clara previsi�n. Aparta la mirada de m�. Aparta de m� tus ojos y pensamientos, y d�jame en paz, para que pueda llenarme de dolor. No trabajes para consolarme porque todo tu trabajo se perder�. No puedo ni recibir� ning�n consuelo. Por el maltrato , etc. De esa ciudad y naci�n de la que soy miembro. El t�tulo de hija a menudo se da tanto a ciudades como a naciones, como se ha dicho antes. Porque es un d�a de hollar En el cual mi pueblo es pisoteado por sus insolentes enemigos; y de perplejidad por el Se�or de los ej�rcitosEsto se agrega, en parte para mostrar que esto no sucedi� sin la providencia de Dios; y en parte para agravar su calamidad, porque no solo los hombres, sino el mismo Dios lucharon contra ellos; derribando los muros de las ciudades fortificadas de Jud�; que fue hecho tanto por Senaquerib como por Nabucodonosor; y de clamar a los montes con gritos tan fuertes y tristes que llegaran a los montes vecinos. "�Qui�n no ve", dice Vitringa, "en Isa�as, llorando as� por Jerusal�n, un tipo de Jes�s llorando por esta misma ciudad en su �ltimo extremo?"

Versículos 6-7

Y Elam llev� el carcaj. Este segundo miembro de la primera parte de esta profec�a, que comienza aqu�, parece referirse evidentemente a la invasi�n asiria; porque los medos y elamitas, o persas, se unieron con los asirios en el tiempo de Senaquerib, pero no de Nabucodonosor. Los persas eran arqueros expertos, como se desprende de Jeremias 49:35 y del testimonio de Estrab�n. Con carros de hombres y jinetes Como algunos de ellos pelearon a pie, as� otros desde carros y caballos. Y Kir , es decir, los medos, as� llamados, de una ciudad y regi�n eminente de ese nombre en Media, 2 Reyes 16:9 ; Am�s 1:5 ; descubri� el escudoPrepararon sus armas defensivas y ofensivas, y ellos mismos, para la batalla; porque en tiempos de paz las armas estaban envueltas y cubiertas para conservarlas limpias y en condiciones de uso. Tus mejores valles estar�n llenos de carros. Los valles eran los lugares m�s apropiados para el uso de carros; y los jinetes en la puerta Para ayudar y defender a los lacayos, mientras realizaban el asalto, y para evitar que los que intentaban escapar.

Versículos 8-11

Y �l , a saber, el enemigo Senaquerib, de cuya invasi�n parece hablar; Descubri� la cobertura de Jud� Tom� aquellas ciudades cercadas que eran una cobertura o salvaguarda, tanto para el pueblo de Jud� como para Jerusal�n. Hab�as hecho un vistazo O, m�s bien, como el Dr. Waterland y el obispo Lowth la hacen, T� , o se marchitan ven , & c. Porque el profeta evidentemente est� prediciendo una invasi�n que era futura, y el comportamiento de los jud�os en esa ocasi�n. Est� mostrando de antemano algunas de las causas de estos juicios, a saber, los cr�menes y vicios del pueblo; y primero, en estos vers�culos, su desconsideraci�n y falta de fe. Ellos mirar�an , dice, a la armadura de la casa del bosquePero no a Dios. La historia ( 2 Cr�nicas 32:2 , etc.) explica mejor este pasaje. De ah� aprendemos que el pr�ncipe y el pueblo estaban m�s sol�citos en buscar la defensa humana, fortificando su ciudad, que en lo que era divino, teniendo respeto a quien era su rey y protector.

La casa del bosque es la mencionada en 1 Reyes 7:2 , donde se guardaba la armer�a. Vea la nota all�. El profeta procede a predecir que ver�an, es decir, observar�an o considerar�an las brechas de la ciudad de David , a saber, para repararlas y fortificar la ciudad; que recoger�an las aguas del estanque inferior para privar de agua al enemigo y abastecer de ella a la ciudad: de lo cual ver com. 2 Cr�nicas 32:3 . Que contaran las casas de Jerusal�nEs decir, con miras a conocer su propia fuerza y ??el n�mero de su pueblo, para que puedan imponerles las cargas de manera m�s equitativa y hacer suficiente provisi�n para ellos; que derribar�an las casas , es decir, que estaban sobre o fuera de los muros de su ciudad, y que, por lo tanto, habr�an dado ventaja a sus enemigos contra ellos y habr�an impedido la fortificaci�n de la ciudad.

Pero , a�ade, no hab�is mirado, o no hab�is mirado, al que lo hizo, es decir, a Jerusal�n, mencionado en el vers�culo anterior; el que lo form� en hebreo, ?????, el primero , o enmarcador de �l. Dios, que hizo de ella una ciudad y el lugar de su especial presencia y adoraci�n; que tambi�n se hab�a comprometido a proteger, con la condici�n de que la gente obedeciera sus �rdenes; a quien, por tanto, deber�an haber recurrido en este tiempo de su angustia. La expresi�n ?????, antigua , o hace mucho tiempo , puede agregarse para agravar su pecado al desconfiar de ese Dios que ahora, durante mucho tiempo, hab�a dado prueba de su cuidado y bondad al defender esa ciudad.

Versículos 12-14

Y en ese d�a lo hizo , o lo har�, el Se�or llam� , etc. Otra falta que el profeta atribuye a los jud�os carnales es la impenitencia o seguridad carnal. �l predice que Dios los llamar�a al llanto y al duelo, y otros casos y evidencias de humillaci�n y dolor piadoso; sino que, en lugar de ella, debe encontrarlos dan hasta gozo y alegr�a, matando vacas, etc., es decir, a la ligereza y el lujo, la alegr�a y la fiesta:. diciendo: Comamos y bebamos, que ma�ana moriremos El el profeta nos dice que seremos ciertamente destruidos y repentinamente; nos concierne, por tanto, sacar lo mejor del tiempo presente y alegrarnos mientras tengamos oportunidad: una conclusi�n sumamente perversa y desesperada, procedente de la obstinada profanaci�n y desprecio de los juicios de Dios.

Fue revelado en mis o�dos que Dios mismo me ha dicho; Que este pecado no os ser� perdonado hasta que mueren Esto, a su endurecimiento de sus corazones, debajo y contra los juicios de Dios, y derrotar y haciendo ineficaces los medios previstos que le llevar� hasta el arrepentimiento, nunca tendr� que ser perdonado, sino que de sentir los efectos de tal conducta, y del disgusto de Dios contra usted por ello, mientras viva.

Versículo 15

As� ha dicho Jehov� de los ej�rcitos , etc. Esta segunda parte del discurso del profeta, que contiene el juicio sobre Sebna, parece estar tan relacionada con el primero que da raz�n para suponer que este hombre era el principal entre los nobles profanos de esa �poca, contra quienes el profeta declara en el pasado. versos precedentes; y que, teniendo el primer lugar en el estado y palacio despu�s del rey, con su ejemplo hab�a corrompido a muchos otros. No sabemos nada seguro acerca de �l, adem�s de que era el tesorero o administrador de la casa del rey.

Parece haber sido una persona diferente a la que Shebna, el escriba , mencion� Isa�as 37:2 . Algunos han pensado que no era un jud�o nativo, sino un extranjero y un hombre de baja cuna; que infieren del �orgullo de su deseo de ennoblecerse con un sepulcro espl�ndido�: pero de estas cosas no hay evidencia.

Versículos 16-19

�Qu� tienes aqu�? O �qu� haces aqu�? �Qu� derecho tienes a este lugar y oficina? �Y a qui�n tienes aqu�? �Qu� relaciones o familia? �Que te has labrado un sepulcro, que tienes la ambici�n de levantar un sepulcro majestuoso para ti y tus herederos? Como el que excava sepulcro en lo alto en lugar alto y eminente; una morada para s� mismo en una roca Un monumento que preservar� su memoria para todos los tiempos sucesivos. El Se�or te llevar� con un cautiverio poderosoTe har� ser llevado cautivo por mano fuerte o por mano de valiente, del cual, por tanto, no podr�s escapar. El hebreo, ???????? ??????? ???, es traducido por el Dr. Waterland, te arrojar� de aqu� con un poderoso tiro , y tambi�n puede ser traducido, te arrojar� con el lanzamiento de un hombre valiente , es decir, con gran fuerza; y seguramente te cubrir� , es decir, con confusi�n, como se implica aqu�, y como esta frase se expresa m�s plenamente, Salmo 109:29 .

O puede ser una alusi�n a la condici�n de los dolientes en general, y particularmente de las personas condenadas, cuyos rostros sol�an cubrirse. Se volver� violentamente y te arrojar� como una pelota En hebreo, ??? � ????? ???? ????, rodando te har� rodar con el rodar de una pelota; en un pa�s extenso Como una pelota que se lanza a un terreno grande y llano, donde, lanzada con gran fuerza, corre a lo largo y ancho. O, a un pa�s lejano , es decir, probablemente Asiria. All� morir�s despu�s de haber vivido en la oscuridad. Y los carros de tu gloria ser�n la verg�enza de la casa de tu se�orEl honor al que llegaste, y los carros en los que cabalgaste con tanto estado en Jerusal�n, se convertir�n en tu verg�enza y en el oprobio de quienes prefirieron a una persona tan indigna. El Dr. Waterland traduce el vers�culo, �l te arrojar� y te har� girar, como si estuviera haciendo girar una pelota, etc., y all� estar�n tus gloriosos carros, oh verg�enza de la casa de tu se�or. Y te llevar� , etc. Estas son las palabras del Se�or; y de tu estado te derribar� , es decir, el Se�or lo har�; esos cambios repentinos de personas son muy habituales en estos escritos.

Versículos 20-22

Llamar� a mi siervo Eliaquim. Por mi Esp�ritu que lo capacitar� para la obra, y mover� el coraz�n de Ezequ�as para que lo llame a ella. Y lo vestir� con tu manto , etc. Hab�a una especie de t�nica y cintur�n peculiar, que era la insignia de su cargo, que deb�a ser quitada y entregada a Eliakim. Y ser� un padre para los habitantes de Jerusal�n . No solo tendr� la autoridad de un padre, que t� ahora tienes, sino que los gobernar� con cuidado y afecto paternal. Y la llave, &C. As� como la t�nica y el cinto o tahal�, mencionados en el vers�culo anterior, eran las insignias de poder y autoridad, as� tambi�n lo era la clave; ser un emblema significativo del poder de abrir y cerrar, de atar y desatar, de dejar entrar a los inferiores en una oficina o sacarlos de ella; de donde la entrega de las llaves de una casa o ciudad en manos de una persona significa otorgarle el poder y posesi�n de la misma, o confirmarle tal concesi�n.

�Para comprender�, dice el obispo Lowth, �c�mo se pod�a llevar la llave en el hombro, ser� necesario observar que un tipo de llaves, utilizado por los antiguos, era de considerable magnitud y, en cuanto a la forma, muy doblada y torcida. Homero ( Odyss., 21:6) describe la llave del almac�n de Ulises como ????????, una gran curvatura, que Eustacio explica diciendo que era ????????????, en forma de gancho. Huetius dice, la constelaci�n Cassiopeia responde a esta descripci�n; las estrellas al norte que forman la parte curva, es decir, la parte principal de la clave; las estrellas del sur el mango. La parte curva se introdujo en el ojo de la cerradura y, siendo correctamente dirigida por el mango, agarr� los pernos del interior y los movi� de sus lugares. Podemos deducir f�cilmente de esta cuenta que tal llave quedar�a muy bien sobre el hombro; que deb�a tener un tama�o y un peso considerables, y que dif�cilmente podr�a transportarse c�modamente de otro modo.

En alusi�n a la llave como insignia del poder, la extensi�n ilimitada de ese poder se expresa aqu� con gran claridad y fuerza por la autoridad �nica y exclusiva para abrir y cerrar. Nuestro Salvador, por lo tanto, en una ocasi�n similar, ha hecho uso de una manera similar de expresi�n, Mateo 16:19 ; y en Apocalipsis 3: 7 se ha aplicado a s� mismo las mismas palabras del profeta ".

Versículo 23

Lo sujetar� como un clavoEstablecer� el poder en sus manos, como se clava un clavo en los fuertes muros o en la s�lida madera de una casa. �En la antig�edad, y en los pa�ses orientales, como forma de vida, las casas eran mucho m�s sencillas que las nuestras en la actualidad. No ten�an esa cantidad y variedad de muebles, ni esos alojamientos de todo tipo, que abundan. Era conveniente, e incluso necesario para ellos, y era una parte esencial en la construcci�n de una casa, amueblar el interior de los varios apartamentos con juegos de p�as, clavos o clavijas grandes, sobre las cuales desechar y colgar. Arriba, los diversos muebles y utensilios de uso com�n y propios del departamento. Estos picos trabajaron en las paredes en la primera erecci�n de ellos; los muros eran de materiales tales que no pod�an soportar que los empujaran contra ellos despu�s;

Vemos, por tanto, que estos clavos eran de uso necesario y com�n, y de no poca importancia en todos sus apartamentos; conspicuo y muy expuesto a la observaci�n; y si nos parecen mezquinos e insignificantes es porque no conocemos la cosa en s�, y no tenemos un nombre con que expresarla, sino lo que nos transmite una idea baja y despreciable. Gracia ha sido mostrada de parte del Se�or nuestro Dios , dice Esdras, ( Esdras 9:8 ) para dejarnos un remanente para escapar, y para darnos un clavo en su lugar santo; es decir, como lo explica el margen de nuestra Biblia, una morada constante y segura �. Obispo Lowth. Y ser� un trono glorioso para la casa de su padre Mediante su gobierno prudente y justo se procurar� gran gloria, no solo para s� mismo, sino para todos los que tienen alguna relaci�n con �l.

Versículos 24-25

De �l pender�n toda la gloria de la casa de su padre, de su propio linaje y familia, quienes depender�n de �l y recibir�n la gloria de �l; la descendencia y la descendencia Grandes y peque�os, los hijos y nietos, de la casa de su padre. Todos los vasos de peque�a cantidad. El m�s humilde de ellos recibir� un brillo y una ventaja de su relaci�n con �l; de los vasos de copas , etc. Todo tipo de vasijas, grandes o peque�as, mezquinas o preciosas, pueden colgarse de �l, sin temor a caer.

En ese d�a, el clavo , etc. Esto debe entenderse de Shebna, como una repetici�n y confirmaci�n de la sentencia arriba denunciada en su contra; �Ser� el clavo que est� clavado Que parec�a ser as�, tanto a sus propios ojos, como a los ojos de los dem�s; ser removido y caer como se describi� anteriormente; y la carga que estaba sobre ella ser� cortada. Todos aquellos oficiales malvados que fueron adelantados y sostenidos por su poder.

Información bibliográfica
Benson, Joseph. "Comentario sobre Isaiah 22". Comentario de Benson. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/rbc/isaiah-22.html. 1857.