Bible Commentaries
San Juan 21

Comentario de Benson del Antiguo y Nuevo TestamentoComentario de Benson

Versículo 1

Despu�s de estas cosas , etc. Grocio piensa que todo este cap�tulo fue escrito por algunos de los ancianos de la iglesia de �feso, y agregado al resto del libro por la aprobaci�n de esa sociedad, como agradable a las relaciones que hab�an escuchado de boca de San Juan: y Le Clerc lo sigue en esta conjetura; pero el Dr. Mill se ha esforzado en invalidarlo; ( Prolegom. , P. 249;) y el comienzo de Juan 21:24 , destruye la fuerza de los argumentos de Grocio de la �ltima parte del mismo.

Jes�s se mostr� de nuevo a los disc�pulos , etc. Nuestro Se�or, habiendo ordenado primero por los �ngeles, y luego personalmente, a sus disc�pulos que se fueran a su casa en Galilea, con la promesa de que lo ver�an all�, es razonable pensar que partir�an lo antes posible. Por tanto, cuando llegaron a sus respectivos hogares y estaban ocupados en su anterior ocupaci�n de pesca, Jes�s se les mostr�, como se relata en los siguientes vers�culos.

Versículo 2

Estaban juntos a saber, en una casa; Sim�n Pedro y Tom�s , etc. Sin duda, a menudo se encontraban y conversaban sobre las grandes cosas que hab�an visto y o�do durante los tres a�os en los que hab�an asistido a Cristo como disc�pulos suyos, y especialmente sobre los �ltimos acontecimientos de los que hab�an sido testigos oculares, a saber, la muerte y resurrecci�n de su Maestro. Y Cristo decidi� manifestarse a ellos cuando estaban reunidos; no s�lo para apoyar a la sociedad cristiana, sino para que pudieran ser testigos conjuntos de los mismos hechos y as� poder corroborar el testimonio de los dem�s.

Aqu� fueron siete juntos, para dar fe de lo que sigue. Uno de ellos era Tom�s, que se llama junto a Pedro, como si ahora estuviera m�s cerca que nunca de las reuniones de los ap�stoles, como consecuencia de la reprimenda y el consejo que hab�a recibido de Cristo. Otro fue Natanael, con quien no nos hemos reunido desde que consideramos el primer cap�tulo de este evangelio. Algunos, sin embargo, piensan que fue igual con Bartolom�, uno de los doce. Se supone que los dos no nombrados son Felipe de Betsaida y Andr�s de Cafarnaum.

Versículos 3-6

Sim�n Pedro dice: Voy a pescar. Ahora estaban esperando la aparici�n prometida de Cristo, y ciertamente era encomiable en Pedro que deseara redimir el tiempo y no estar ocioso; pero esfu�rcese por hacer alguna provisi�n para su propio sustento y para el entretenimiento de sus amigos. Ellos dicen: Nosotros tambi�n vamos contigo. Estuvieron tan dispuestos como �l a trabajar por el sustento y no a comer el pan de la ociosidad. Salieron , por tanto, y entraron en un barco inmediatamente. Una peque�a embarcaci�n en el lago o mar de Tiber�ades; y esa noche, aunque era el mejor momento para pescar, y fueron diligentes en tirar sus redes; no pescaron nadaLa providencia de Dios lo orden� para que el milagro subsiguiente pudiera ser el m�s ilustre. Pero cuando lleg� la ma�ana, despu�s de haber estado trabajando toda la noche sin ning�n prop�sito; Jes�s apareci� y se par� en la orilla frente a ellos; pero los disc�pulos que no esperaban verlo all�, y que tambi�n estaban a cierta distancia de �l, y a�n no hab�a luz perfecta; No sab�an que era Jes�s. Observaron a una persona en la orilla, pero no sab�an qui�n era.

Luego, cuando se acercaron dentro de la llamada; Jes�s dice: Hijos, �ten�is algo de comer? �Ha comido suficiente pescado para preparar una comida? Ellos le respondieron: No , hemos estado trabajando aqu� toda la noche en vano. Y �l dijo: Echa la red en el lado derecho del barco y encontrar�s a Lector, ya sea que echemos la red temporal con �xito y obtengamos un sustento para nosotros y los que dependen de nosotros, o la red espiritual, as� en cuanto a ser pescadores de hombres exitosos, necesitamos la direcci�n de Jes�s, y debemos acudir a �l para que la lleve; que si lo hacemos bien, no haremos en vano; la direcci�n que necesitamos ciertamente nos ser� concedida. Ellos Lo probar�a, por lo menos, si este extra�o conjetura derecha, fundidola red, pues, como �l les hab�a dirigido; y ahora para su gran asombro; no pudieron volver a meterlo en el barco; por la multitud de peces que hab�an encerrado en �l. Esta no fue solo una demostraci�n del poder de nuestro Se�or, sino un amable suministro para ellos y sus familias. Asimismo, fue un emblema del gran �xito que les acompa�ar�a como pescadores de hombres.

Versículos 7-8

Por lo tanto, aquel disc�pulo a quien Jes�s am� viendo un �xito tan asombroso despu�s de su anterior trabajo infructuoso y desilusi�n; dijo a Pedro: Es el Se�or quien, en esta ocasi�n, ha renovado el milagro que obr� en tu barco hace algunos a�os, cuando nos llam� por primera vez para que lo acompa��ramos. Cuando Pedro oy� y vio que era el Se�or, le ci�� su t�nica de pescador o prenda superior , como ????????? significa propiamente, reverenciando la presencia del Se�or. Porque estaba desnudo O m�s bien, fue despojado de �l; porque la palabra ??????, usada aqu�, no siempre, como la palabra inglesa desnuda, significa no tener ropa puesta o estar totalmente descubierto, pero no tener toda la ropa que se usa habitualmente.

En este sentido, la palabra parece usarse en Hechos 19:16 , y en varios pasajes del Antiguo Testamento. Y se arroj� al mar para nadar hacia �l inmediatamente. El amor de Cristo atrae a los hombres a trav�s del fuego y el agua. Y los otros disc�pulos Haciendo lo mejor de su camino; vino en un peque�o barco , es decir, en su peque�o barco pesquero; arrastrando la red con peces que sin duda impidieron considerablemente su avance.

Versículos 9-14

Tan pronto como llegaron a tierra, vieron un fuego de carbones El efecto del poder obrador de maravillas de Cristo; y pescado puesto encima, y ??panLo cual tambi�n hab�a preparado por milagro, para que pudieran ver con qu� facilidad pod�a hacerles provisiones, cuando estaban desprovistos de los medios ordinarios de abastecimiento. No debemos sentir curiosidad al preguntar de d�nde vino este fuego, pescado y pan, m�s que de d�nde vino la carne que los cuervos trajeron a El�as. El que pudiera multiplicar los panes y los peces que exist�an, podr�a hacer nuevos si quisiera, o convertir las piedras en pan, pescado o carne. Podemos consolarnos de este ejemplo del cuidado de Cristo por sus disc�pulos; persuadido de que tiene con qu� suplir todas nuestras necesidades, y sabe qu� cosas necesitamos. Es especialmente alentador para los ministros de Cristo, a quienes �l ha hecho pescadores de hombres, aprender, por tal caso, que pueden depender de quien los emplea para proveerles lo que �l considera necesario.Jes�s dice: Traed los peces que hab�is cogido. Cristo dio esta orden, ya sea porque el pescado que ya se estaba asando al fuego no era suficiente para la compa��a, o m�s bien, quiz�s, para mostrarles la realidad y la grandeza del milagro, haci�ndolos. preste atenci�n al n�mero y tama�o de los peces que hab�an capturado ya la circunstancia de que la red no se rompa.

Sim�n Pedro subi�, y con la ayuda de sus hermanos; trajo la red a tierra Como Pedro en el caso anterior hab�a mostrado un afecto m�s celoso por la persona de su Maestro que cualquiera de ellos, en esto mostr� una obediencia m�s pronta a los mandamientos de su Maestro. Lleno de grandes peces, ciento cincuenta y tres Estos eran muchos m�s de los que necesitaban para su suministro actual; pero podr�an venderlos, y el dinero les servir�a para sufragar los gastos de su viaje de regreso a Jerusal�n, adonde iban a regresar en breve, y para mantenerlos mientras esperaban all�. Y para todos hab�a tantos Y grandes peces tambi�n; sin embargo, no se rompi� la red para que fueran testigos de milagro tras milagro.Jes�s dice: Ven y come , o ven y come; porque la palabra ??????????, aqu� usada, significa a veces tomar carne por la ma�ana, que es el significado de esto aqu�. El Dr. Doddridge lee: Venid y refrescaos; y el obispo Pearce, vengan a desayunar. �Los antiguos consum�an con regularidad pero dos comidas al d�a; usamos tres.

A partir de nuestros tres, la cena y la cena han sido consideradas como las dos principales, se ha logrado, no solo con nosotros, sino en toda Europa, llamar a la primera comida de los antiguos por la primera de estas dos, que es la cena; y el segundo por el segundo, que es la cena. Es el orden el que ha fijado los nombres de estas comidas, y no la hora exacta del d�a en que se consumieron, que suele ser variable ". Campbell. Ninguno de los disc�pulos se atrevi� , mejor dicho, presumi� o se atrevi� a preguntarle: �Qui�n eres t�? Porque, como observa justamente el �ltimo divino mencionado, �el verbo ??????, que nuestros traductores traducen durst, no siempre, en el uso de los autores griegos, sagrado o profano, expresa la audacia o el coraje impl�cito en el verbo ingl�s to dare , por el que com�nmente se traduce. Cuando se une a una negativa, como en este lugar, a menudo expresa simplemente una aversi�n, que surge de la modestia, la delicadeza, el respeto o una aversi�n a ser molesto para hacer preguntas innecesarias.

Y aqu� puede ser apropiadamente traducido presumido o aventurado; una interpretaci�n confirmada por las palabras que siguen inmediatamente. El sentido entonces ser�: Sab�an que �l era el Se�or y, por lo tanto, no se atrevieron a hacerle una pregunta innecesaria. Decir que no se atrev�an a preguntarle , tiende a transmitir la noci�n de que la manera de nuestro Se�or de conversar con sus disc�pulos fue dura y prohibitiva, que nada puede ser m�s contrario a la verdad. El evangelista no dice aqu� que Jes�s ahora com�a con ellos; pero su invitaci�n a ellos en este vers�culo lo implica. Adem�s, Pedro testifica ( Hechos 10:41 ) que sus ap�stoles comieron y bebieron con �l despu�s que resucit� de los muertos;queriendo decirle a Cornelius que �sa era una de las muchas pruebas infalibles por las que se mostraba vivo despu�s de su pasi�n. Es razonable, por tanto, pensar que comi� con sus ap�stoles en esta ocasi�n. As� Jes�s demostr� a sus disc�pulos de nuevo la realidad de su resurrecci�n, no solo comiendo con ellos, sino realizando un milagro como el que, al comienzo de su ministerio, les caus� tal impresi�n que los dispuso a ser sus seguidores constantes. .

Esta es la tercera vez que Jes�s se muestra a sus disc�pulos , etc. El evangelista no dice que fue la tercera vez que apareci� Jes�s, sino la tercera vez que se apareci� a sus disc�pulos; es decir, a sus ap�stoles en un cuerpo; porque en realidad fue su s�ptima aparici�n. Adem�s, el propio John se ha dado cuenta de tres apariciones antes de esto.

Versículo 15

Cuando hubieron cenado De la amable provisi�n con que Jes�s les hab�a proporcionado, y, es probable, se hubieran edificado con el discurso que Jes�s sol�a usar cuando com�a con ellos; Jes�s le dijo a Sim�n Pedro , quien, al negarlo tard�amente, le hab�a dado una gran raz�n para cuestionar la sinceridad de su amor; Sim�n, hijo de Jon�s, �me amas? Le habla por su nombre, m�s para afectarlo, como lo hizo ( Lucas 22:31 ) cuando le advirti� de una gran prueba que se avecinaba. No lo llama Cefas, o Pedro, un nombre que significa fuerza o estabilidad, porque hab�a perdido el cr�dito de eso; pero le da su nombre original, Sim�n , agregando, sin embargo, hijo de Jonas, como lo hab�a llamado cuando lo pronunci� bienaventurado, Mateo 16:17 . Y la pregunta que le hizo es, entre todas las dem�s, una de las m�s importantes, y sobre la que deber�amos hacernos frecuente y especialmente: porque, por un lado, si alguno no ama al Se�or Jes�s, es anatema , es decir. , expuesto a la ira y la maldici�n de Dios, 1 Corintios 16:22 ; mientras que la gracia y la bendici�n de Dios es la porci�n de todos los que lo aman con sinceridad, Efesios 6:24 .

Observa, lector, la pregunta no es: �Me conoces? �Crees en m�? �Me admiras, honras o me temes? pero, � me amas? Dame una prueba de eso, como si Jes�s hubiera dicho, y reconocer� que tu arrepentimiento es sincero; que tus rebeliones han sido curadas y que has sido recuperado de tu ca�da. Pedro se hab�a declarado arrepentido, hab�a llorado amargamente por su pecado, hab�a regresado a la compa��a de los disc�pulos y se hab�a interesado mucho en la muerte y resurrecci�n de Cristo; profundo duelo por el primero, y grandemente regocijado por estar seguro de lo segundo; pero esto no es suficiente: la pregunta es: �Me amas? Es m�s, �me amas m�s que estos?�M�s de lo que amas a estas personas, Santiago o Juan, tus amigos �ntimos, o Andr�s, tu propio hermano y compa�ero? Aquellos que no aman a Cristo correctamente, que no lo aman m�s que al mejor amigo que tienen en el mundo, y lo hacen parecer siempre que hay una comparaci�n o competencia entre estos objetos de su amor.

O m�s de lo que amas estas cosas, estos botes y redes, y los dem�s implementos de pesca, con los que te ganas el sustento: es decir, m�s de lo que amas tu ocupaci�n y las ganancias de ella. Entonces el Dr. Whitby. Y la pregunta, as� interpretada, �no es ni tan fr�a ni tan ajena�, dice el Dr. Campbell, �como algunos la han planteado. Esta fue probablemente la �ltima vez que Peter ejerci� su profesi�n de pescador. Jes�s estaba a punto de emplearlo como ap�stol; pero como desde�aba toda obediencia forzada y no aceptaba ning�n servicio que no surgiera de una elecci�n y se originara en el amor, plante� esta pregunta para darle a Pedro la oportunidad de profesar abiertamente su amor (que su transgresi�n tard�a hab�a hecho cuestionable). y, en consecuencia, su preferencia por la obra en la que Jes�s lo emplear�a, con las dificultades y peligros que pudiera acompa�ar, a cualquier ocupaci�n mundana, por muy lucrativa que sea ". Sin embargo, el sentido en el que las palabras se toman m�s com�nmente es,�Me amas m�s de lo que me aman estos hombres [tus compa�eros de disc�pulos] ? As� interpretada, la pregunta debe considerarse como una referencia a la declaraci�n que hizo anteriormente Pedro, ( Mateo 26:33 ,) cuando parec�a arrogarse una superioridad sobre los dem�s, en celo por su Maestro y firmeza en su servicio; Aunque todos los hombres se sientan ofendidos por tu culpa, yo nunca ser� ofendido. Esto le da una propiedad peculiar a la respuesta de Peter aqu�.

�Convencido, al fin, de que su Maestro conoc�a su coraz�n mejor que �l mismo; consciente, al mismo tiempo, del afecto que le ten�a, se atreve a hacer la declaraci�n, [en cuanto a la sinceridad de su amor,] apelando al Juez infalible, ante quien se encontraba, como el comprobante de su verdad. Pero en cuanto a sus compa�eros disc�pulos, ahora se le ense�a a no asumir nada. No se atreve a pronunciar una sola palabra que pueda llevar a una comparaci�n con aquellos a quienes sab�a que su horrible deserci�n lo hab�a hecho parecer tan inferior ". �l solo dice: S�, Se�or, t� sabes que te amo�Y su silencio sobre esta parte de la pregunta habla con fuerza de la verg�enza que tuvo al recordar su presunci�n anterior, al jactarse de celo y firmeza superiores, y muestra que la lecci�n de humildad y autoconocimiento que hab�a recibido tan recientemente, no hab�a sido perdi�."

Le dijo: Apacienta mis corderos Manifiestame tu amor de una manera que sea particularmente aceptable; administre alimento espiritual a mi pueblo, incluso a los m�s d�biles y d�biles de mi reba�o; dar leche a los ni�os, explicar los primeros principios de mi doctrina a aquellos que, habiendo cre�do en m� recientemente, a�n no est�n completamente instruidos en las verdades, ni establecidos en la gracia del evangelio. Vale la pena observar aqu�, que la palabra original ?????, siendo el diminutivo de ????, significa el m�s peque�o de mis corderos; y si, dice el Dr. Doddridge, �lo interpretamos como una insinuaci�n del cuidado que Pedro, como ministro de Cristo, deb�a tener por los ni�os peque�os, parece perfectamente congruente con la sabidur�a y ternura del gran Pastor de las ovejas , para dar una orden judicial tan particular al respecto ".

Versículos 16-17

Le volvi� a decir la segunda (y hasta la tercera ) vez: Sim�n, etc., �me amas? Sin duda con el fin de impresionar la importancia de la pregunta con mayor fuerza en su mente; y tal vez, tambi�n, para recordarle a Pedro que lo hab�a negado tres veces y, por lo tanto, le hab�a dado motivos para cuestionar la sinceridad de su amor. Pero en estos dos �ltimos tiempos, Cristo omite las palabras m�s que estas: porque Pedro, en su respuesta, las hab�a omitido modestamente. Observe, lector, aunque no podemos decir que amamos a Cristo m�s que los dem�s, sin embargo, seremos aceptados si podemos decir que lo amamos de verdad. Pedro profesa hacerlo una y otra vez, afirmando con seguridad: S� , o seguramente, Se�or, te amo.Ten�a una gran estima y valor por su Se�or; un sentido agradecido de su bondad; y se dedic� enteramente a su honor e inter�s; su deseo era hacia �l, como uno sin el que deber�a deshacerse; y su deleite en �l, como alguien en el que deber�a estar indeciblemente feliz.

Y recordemos que aquellos que pueden decir verdaderamente que aman al Se�or Jes�s, pueden tomar para s� el consuelo que surge de la seguridad de que se interesan por �l, a pesar de sus debilidades diarias. Merece nuestra atenci�n aqu�, que Pedro pudo apelar a Cristo mismo en busca de la prueba de su amor, diciendo una y otra vez: T� sabes que te amo; y la tercera, hablando a�n m�s enf�ticamente, T� sabes todas las cosas; sabes que te amo. No garantiza que sus compa�eros de disc�pulos testifiquen por �l; podr�an ser enga�ados en �l; ni cree que se pueda tomar su propia palabra; el cr�dito de eso ya estaba m�s que conmovido: pero �l llama a Cristo mismo para que testifique. �Felices los que, por buenas razones, pueden hacer lo mismo!�l le dijo: Apacienta mis ovejas La palabra que se traduce pasto en el vers�culo anterior, y en Juan 21:17 th ?????, propiamente significa dar de comer; pero la palabra aqu� usada, ????????, implica m�s en gran parte hacer todos los oficios de un pastor, es decir, guiar, vigilar y defender a las ovejas, as� como alimentarlas.

�De lo que nuestro Se�or le pregunt� a Pedro si lo amaba, antes de darle la comisi�n de apacentar sus corderos y sus ovejas, se infiere justamente que para que los hombres est�n debidamente capacitados para la funci�n ministerial, deben preferir el inter�s y la honra de Cristo a cualquier otra consideraci�n cualquiera. �sta es la gran calificaci�n por la cual un ministro puede animarse a pasar por las labores y dificultades de su oficio, y fortalecerse contra los peligros que puedan acompa�arlo. Adem�s, la exhortaci�n de Cristo a Pedro de que apacienta sus corderos y ovejas, siendo la respuesta que dio a la declaraci�n de Pedro de que lo amaba, nos muestra que los ministros testifican mejor su amor a Cristo por su singular cuidado y diligencia en alimentar a su reba�o. La triple repetici�n de nuestro Se�or de su comisi�n a Pedro, probablemente fue en alusi�n a Pedro ' s tres negaciones; y como contiene una indirecta insinuaci�n de que su arrepentimiento deber�a tener alguna proporci�n con su pecado, as� parece que nuestro Se�or ten�a la intenci�n de convencer al resto de los disc�pulos de la sinceridad de la conversi�n de Pedro, y de evitar cualquier desaire que pudiera hacer. estar expuestos por sospechar lo contrario.

Sin embargo, se nos dice que Pedro se entristeci�ante esta repetida aplicaci�n para �l: 1�, Porque le pareci� una insinuaci�n de que Cristo dudaba de la sinceridad de su arrepentimiento; y para una persona de su temperamento sangu�neo, nada podr�a haberle proporcionado una angustia m�s sensible que tal sugerencia. 2d, Record� su crimen, con todas sus circunstancias agravantes, en su mente; renov� su dolor por haber ofendido, y aument� ese dolor al considerar que hab�a dado motivos suficientes para sospechar de su fidelidad, incluso despu�s de su conversi�n. 3d, Le dio miedo que su Maestro no viera alguna otra mala conducta suya, que ser�a una contradicci�n tan grande a sus profesiones de amor hacia �l como lo fue el primero. Uno se sorprender�a de que de circunstancias tan evidentemente humillantes para la mente de Pedro, los papistas pudieran haberle inferido una concesi�n para �l del dominio supremo sobre la iglesia, tanto el clero como el laicado; como un encargo de servir a las ovejas, le dio poder para dominar a todos los pastores.

El pasaje tiene, sin duda, un significado bastante diferente; porque Pedro, por su cobard�a y perfidia tard�a, habiendo abdicado, por as� decirlo, del apostolado, no fue m�s que formalmente restaurado a su oficio, mediante la indulgencia de su bondadoso y misericordioso Maestro; y no elevado a ninguna nueva dignidad por encima de sus hermanos ". Ver Macknight y Tillotson Works.

Versículos 18-19

De cierto te digo que cuando eras joven , etc. As� Pedro, restituido al oficio apost�lico y a la dignidad, de la que hab�a ca�do al negar abiertamente a su Maestro tres veces varias veces, Jes�s procedi� a advertirle de las persecuciones a las que estar�a expuesto en particular en el desempe�o de su oficio; con la intenci�n de inspirarle valor y constancia. Cuando eras joven te ce��as , etc. Nuestro Se�or parece hablar as� en alusi�n a la fuerza y ??actividad que ahora hab�a mostrado nadando en tierra despu�s de haberse ce�ido su abrigo de pescador. Pero cuando fueras viejo , vivi� como treinta y seis a�os despu�s de esto; extender�s tus manos para ser clavado en la cruz;y otro te ce�ir�. Los condenados a ser crucificados, fueron atados a la cruz hasta que se clavaron los clavos; y te llevar� con la cruz; donde no quisieras Seg�n la naturaleza: al lugar donde la cruz iba a ser colocada.

En otras palabras, en lugar de esa libertad de la que gozaste en tu juventud, en tu vejez ser�s atado y llevado a prisi�n y a la muerte. En consecuencia, agrega el evangelista: Esto dijo, dando a entender con qu� muerte deb�a glorificar a Dios , a saber, que sufrir�a el martirio y morir�a con las manos extendidas sobre una cruz. Observa, lector, primero, no es solo actuando , sino tambi�n y sobre todo sufriendo, que los santos glorifiquen a Dios. 2d, Que con respecto a la muerte, que todos debemos sufrir, es la gran preocupaci�n de todo buen hombre, cualquiera que sea la muerte que muera, glorificar a Dios en ella. Y cuando morimos con paciencia, someti�ndonos a la voluntad de Dios; muere alegremente, regocij�ndose en la esperanza de la gloria de Dios; y morir �tilmente, dando testimonio de la verdad y la bondad de la religi�n, y animando a otros, glorificamos a Dios al morir. 3d, Que la muerte de los m�rtires fue, de manera especial, para glorificar a Dios. Las verdades de Dios, por las cuales murieron en defensa, fueron confirmadas por la presente; la gracia de Dios, que los llev� con tanta constancia a trav�s de sus sufrimientos, fue as� magnificada; y las consolaciones de Dios, que abundaron para con ellos en sus sufrimientos, y sus promesas, fuente de sus consolaciones,Cuando hubo dicho esto, dijo: S�gueme, es decir, mientras yo camino ahora, y por eso demuestro que est�s dispuesto a conformarte a mi ejemplo y seguirme hasta la muerte de cruz. De acuerdo con esto, el testimonio un�nime de la antig�edad nos asegura que Pedro fue crucificado.

Versículos 20-21

Luego Pedro, volvi�ndose A saber, mientras segu�a a Jes�s; ve al disc�pulo a quien Jes�s amaba seguir en silencio, y en humilde muestra de su disposici�n a sufrir tambi�n las mayores extremidades al servicio de un Maestro tan bondadoso. Pedro, al verlo seguir a Jes�s como �l mismo lo hizo, aunque no fue llamado a hacerlo, dijo a Jes�s: Se�or, �qu� har� este hombre? �Qu� ser� de �l? �Debe el, que ahora me sigue, participar de los mismos sufrimientos, y de la misma manera testificar su amor al morir por ti? �Hay un esp�ritu y una ternura peculiares en este sencillo pasaje.

Cristo ordena a Pedro que lo siga, como muestra de su disposici�n a ser crucificado por su causa. John no se queda por la llamada, se levanta y lo sigue tambi�n; pero no dice una palabra de su propio amor o celo. Eligi� que la acci�n solo deber�a hablar esto; e incluso cuando registra la circunstancia, no nos dice lo que signific� la acci�n, sino que con gran sencillez relata s�lo el hecho. Si aqu� y all� un coraz�n generoso lo ve y lo emula, que as� sea; pero no se preocupa de que los hombres la admiren. Estaba dirigido a su amado Maestro, y fue suficiente que lo entendiera �. Doddridge.

Versículos 22-23

Jes�s dice: Si quiero que se quede sin morir; hasta que venga con poder y gran gloria, para ejecutar el juicio que he amenazado a mis enemigos. Hasta entonces ciertamente se demor�, y �qui�n puede decir cu�ndo o c�mo muri�? �Qu� es eso para ti o para cualquier otra persona? S�gueme. Presta atenci�n a tu propio deber y esfu�rzate por prepararte para tus propios sufrimientos, y no te inmiscuyas, con vana curiosidad, en los sucesos secretos que puedan acontecerle a �l oa cualquier otro de tus hermanos. Entonces, como esta respuesta no fue entendida correctamente; Se difundi� esta palabra entre los hermanos , es decir, entre los dem�s seguidores de Cristo; (Nuestro Se�or mismo les ense�� a usar esa denominaci�n, Juan 20:17 ;)que ese disc�pulo no muriera; y la edad avanzada a la que vivi� le dio un poco m�s de color; sin embargo, Jes�s no le dijo ni de �l; No morir� expresamente. Y el mismo San Juan, al momento de escribir su evangelio, parece no haber sabido claramente si deb�a morir o no; pero, si quiero , etc. Solo dijo las palabras expresadas antes, que, si San Juan las entendi�, no crey� conveniente explicarlas.

Versículo 24

Este es el disc�pulo que da testimonio de que estas cosas est�n a�n con vida despu�s de haberlas escrito. De este vers�culo, Grocio y algunos otros infieren que los obispos de Efeso agregaron todo este cap�tulo al evangelio de San Juan, despu�s de su muerte. Pero, como observa el Dr. Macknight, evidentemente prueba lo contrario, porque nos asegura que John escribi� las cosas contenidas en este cap�tulo. Y sabemos que su testimonio es verdadero. La iglesia probablemente agreg� estas palabras a este evangelio, como Tercio lo hizo en la ep�stola de San Pablo a los Romanos, Romanos 16:23 . Adem�s, aunque el evangelista parece concluir su evangelio, ( Juan 20:31,) no es raro que los escritores sagrados agreguen materia nueva despu�s de tales conclusiones. Vea la ep�stola a los romanos y la ep�stola a los hebreos al final. En cuanto al escritor de este evangelio que se habla en tercera persona, est� de acuerdo con la manera de Juan; (ver Juan 19:35 ;) quien tambi�n habla de s� mismo en plural, 1 Juan 5:18 .

Para concluir, el vers�culo en consideraci�n se muestra genuino, por un pasaje similar en la conclusi�n de la tercera ep�stola, Juan 21:12. Al detallar los eventos posteriores a la crucifixi�n, el lector puede observar f�cilmente que mucha materia se registra en una peque�a br�jula; y que aunque cada evangelista ha dado su narraci�n particular y conectada, cada uno introduce mucho material nuevo, sin que los dem�s lo noten. Enmarcar una narrativa general mediante una combinaci�n del todo y disponer las diversas circunstancias en el orden en que se supone que ocurrieron, han sido objetos de dificultad para los armonistas. En base a estos relatos, se introduce el siguiente resumen conciso de los eventos, en el orden en que racionalmente se puede suponer que sucedieron, seg�n lo dispuesto por el Dr. Benson, y luego adoptado por el Arzobispo Newcome.

En la ma�ana del primer d�a de la semana, Jes�s resucita de entre los muertos; ocurre un gran terremoto en el momento de su resurrecci�n; y aparece un �ngel, que quita la piedra que cerraba la boca del sepulcro, se sienta sobre ella y hiere a los guardianes con gran temor; provocando as� que se alejen a tal distancia, que pasen desapercibidos para las mujeres y otros en el futuro, Mateo 28:2 . Despu�s de su resurrecci�n, muchos cuerpos de los santos se levantan de sus tumbas y son vistos por muchos en Jerusal�n, Mateo 27:52 . Mar�a Magdalena, Mar�a la madre de Santiago, Salom�, Juana y otras mujeres ( Marco 16:1 ; Lucas 24:1 ; Juan 20:1,) van muy temprano al sepulcro, con la intenci�n de embalsamar el cuerpo de Jes�s, (habiendo comprado especias la noche anterior para ese prop�sito). En su camino, consultan acerca de quitar la piedra de la puerta del sepulcro.

Al percibirlo ya quitado, entran en el sepulcro, pero no encuentran el cuerpo del Se�or Jes�s, Marco 16:3 ; Lucas 24:2 ; Juan 20:1 . Mar�a Magdalena, regresando apresuradamente a Jerusal�n, les relata a Pedro y Juan que hab�an sacado al Se�or del sepulcro, Juan 20:2 . Las otras mujeres que permanecen en el sepulcro, se les aparecen dos �ngeles, y una de ellas pide a las mujeres que informen a los disc�pulos, y a Pedro en particular, que Jes�s ha resucitado, etc., Mateo 28:5 ; Marco 16:4 ; Lucas 24:4 .

Las mujeres vuelven del sepulcro, relatan estas cosas a los ap�stoles y quedan desacreditadas, Mateo 28:8 ; Marco 16:8 ; Lucas 24:8 . Pedro y Juan, habiendo escuchado el informe de Mar�a Magdalena de que lo hab�an llevado, y las mujeres de que �l se hab�a levantado, corrieron al sepulcro y encontraron el cuerpo removido de acuerdo con su informaci�n, y maravillados de lo que hab�a sucedido, regresa a casa Lucas 24:12 ; Juan 20:3 . Habiendo sido declarada la resurrecci�n a los disc�pulos en Jerusal�n en este per�odo ( Lucas 24:22 ), Cleof�s y su compa�ero dejan a sus hermanos para ir a Ema�s.

Mar�a Magdalena vuelve al sepulcro, se queda all� despu�s de los ap�stoles ( Juan 20:11 ) y conversa con los dos �ngeles que antes se hab�an aparecido a las mujeres. Volvi�ndose, percibe a Jes�s, que poco a poco se le da a conocer; en consecuencia, se apresura a ir a la ciudad y anuncia esta su primera aparici�n a los disc�pulos, pero ellos no creen, Marco 16:9 ; Juan 20:11 . Las otras mujeres, habiendo dicho a los disc�pulos de su resurrecci�n, contin�an en la ciudad, mientras Pedro y Juan visitan, y Mar�a Magdalena vuelve a visitar el sepulcro: luego regresan, y al encontrarlo desierto, regresan a Jerusal�n. En su camino, Jes�s se encuentra y les pide que dirijan a sus disc�pulos a partir hacia Galilea, Mateo 28:9.

Esta es su segunda aparici�n. Los guardias de esta �poca abandonan las cercan�as del sepulcro e informan a los gobernantes jud�os de lo que hab�a ocurrido que ellos supieran, Mateo 28:11 . Seg�n Pablo, ( 1 Corintios 15:5 ,) la tercera aparici�n es a Cefas; y el cuarto, a los dos que alg�n tiempo antes dejaron a sus hermanos para ir a Ema�s; quienes, regresando inmediatamente a Jerusal�n, lo relatan a los otros disc�pulos, y no se les acredita, Mateo 16:12 ; Lucas 24:13 . La �ltima vez que lo vieron el d�a de su resurrecci�n, siendo el quinto, fue por los ap�stoles mientras se sentaban a la mesa en ausencia de Tom�s, 1 Corintios 15:5 ; Marco 16:14 ; Lucas 24:36 ; Juan 20:19 .

Con esto concluyen las grandes y gloriosas transacciones del importante d�a en que Jes�s resucit� de entre los muertos. Aproximadamente al octavo d�a despu�s de su resurrecci�n, �l nuevamente, la sexta vez, se aparece a sus disc�pulos, cuando Tom�s estaba presente, Juan 20:24 . Su s�ptima aparici�n ocurre entre el octavo y el cuadrag�simo d�a, en el mar de Tiber�ades, a sus disc�pulos ( Mateo 28:16 ; Juan 21:1 ) y a los suyos. octavo, a los del monte de Galilea, Mateo 28:16. Pablo (1 Corintios 15: 6) relata haber sido visto por m�s de quinientos hermanos a la vez, muchos de los cuales, en el momento de escribir esta ep�stola, eran testigos vivos de esta novena aparici�n. Su d�cimo es para James; y su aparici�n final, siendo la und�cima, es a los ap�stoles, en la ascensi�n, 1 Corintios 15:7 ; Hechos 1:3 ; Marco 16:19 ; Lucas 24:50 .

Versículo 25

Y tambi�n hay muchas otras cosas que Jes�s hizo, muchas que ninguno de los evangelistas ha registrado; que, si se escribieran cada uno, cada hecho, y todas sus circunstancias; Supongo que esta expresi�n, que suaviza la hip�rbole, (si es que esta es una) muestra que Juan escribi� este vers�culo; el mundo mismo no podr�a contener los libros que debieran escribirse. La construcci�n de este vers�culo, en nuestra traducci�n actual, est� plenamente justificada aduciendo del Antiguo Testamento expresiones igualmente hiperb�licas. As� �xodo 3:8 , se dice que la tierra de Cana�n fluye leche y miel. N�meros 13:33, los esp�as, que regresaron de registrar la tierra de Cana�n, dicen que vieron all� gigantes de un tama�o tan prodigioso, que eran, a sus propios ojos, como saltamontes. Jueces 7:12 , los madianitas, etc., se dice que yacen en el valle como saltamontes , y que sus camellos son como la arena a la orilla del mar en multitud.

1 Reyes 10:27 , Se dice que Salom�n hace que la plata sea en Jerusal�n como piedras. El lector puede encontrar m�s ejemplos de tales hip�rboles, tanto en autores sagrados como profanos, en una nota del obispo Pearce sobre este texto. Tales expresiones no son inusuales en la magn�fica exuberancia del estilo oriental, aunque rara vez ocurren en las narraciones sencillas e ingeniosas de los ap�stoles. As� entendida, la cl�usula simplemente significa que Jes�s realiz� una prodigiosa cantidad de milagros. No obstante, el texto puede considerarse en cierto sentido algo diferente. Este evangelista usa frecuentemente la palabra mundo en un sentido general, para denotar a sus habitantes, comoJuan 8:26 , y en otros lugares, (verJuan 15:18,) como significando la parte carnal e incr�dula de la humanidad. La palabra griega ?????, aqu� traducida contener , no solo se usa en ese sentido, sino que, cuando se aplica a la mente, denota la recepci�n y comprensi�n de cualquier cosa, y se traduce con este prop�sito, Mateo 19:11 ; y Filem�n 1:15 .

Al adoptar estas observaciones puede entenderse que el texto significa, estoy convencido de que el mundo mismo no recibir�a los libros que deber�an escribirse; que es la traducci�n de Doddridge. Whitby, Chandler y muchos otros han apoyado esta construcci�n. Seg�n nos informa Juan, que si todos los milagros que Jes�s realiz� fueran escritos, el mundo mismo no podr�a recibir los libros, no podr�a creerlos, porque parecer�an absolutamente incre�bles. Pero a esta interpretaci�n puede objetarse que la frase ????? ??? ??????, el mundo mismo , no puede significar los hombres del mundo, por lo que parece preferirse el primer sentido.

�Estoy perfectamente de acuerdo�, dice el Dr. Campbell, �con esos int�rpretes que piensan que la hip�rbole contenida en este verso es mucho m�s tolerable que la tortura a la que algunos cr�ticos han sometido las palabras, para que hablen en un sentido diferente. "

�Quiz�s�, dice el piadoso Dr. Doddridge, refiri�ndose a lo que San Juan declara aqu� con respecto a las muchas otras cosas hechas por Jes�s, que no han sido registradas, �puede ser la parte m�s deliciosa del entretenimiento del mundo celestial, para aprender de nuestro bendito Se�or mismo, o de aquellos que conversaron con �l en la tierra, una multitud de detalles de su vida que ser�n dignos de nuestra eterna admiraci�n. Mientras tanto, alabemos a Dios por lo que est� registrado, y estudiemos los registros sagrados que contienen relatos tan aut�nticos y exactos de esos hechos importantes, en los que todos estamos tan interesados; registros incomparablemente m�s valiosos que los escritos de nuestras propiedades privadas, o las cartas de nuestras libertades p�blicas. Oremos fervientemente para que su gran designio sea respondido en nosotros; y hacerle nuestra importuna petici�n,

Y, sobre todo, preocup�monos de que nuestro coraz�n sea tan influido por su palabra y, por as� decirlo, entregado en el molde de ella, que, creyendo en Cristo, bajo todos los caracteres que lleva, tengamos vida. a trav�s de su nombre , y que por fin reciba el fin de nuestra fe en la completa salvaci�n de nuestras almas �. �Am�n! �Que as� sea para el autor de este trabajo y para todos los que lo hagan o puedan leerlo!

Información bibliográfica
Benson, Joseph. "Comentario sobre John 21". Comentario de Benson. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/rbc/john-21.html. 1857.