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1 Corintios 8

Comentario Bíblico de SermónComentario Bíblico de Sermón

Versículos 1-13

1 Corintios 8:2

I. Corinto era una gran ciudad con mucha comunicaci�n con otros pa�ses y un estado activo de conocimiento existente en s� misma. Era probable que los corintios se quedaran impresionados por la belleza de la moralidad del evangelio, admiraran sus amplias y liberales opiniones, abrazando como lo hizo a todas las naciones y rangos de hombres sin distinci�n, y sin hacer hincapi� en las ceremonias externas, como las que hab�an visto antes. Jud�os tan cari�osamente apegados.

Pero sus h�bitos y caracteres los llevar�an a tomar esta visi�n del cristianismo �nicamente y a desenfrenarse por ella; mientras que sus otros rasgos son su humildad, su intensa caridad y su abnegaci�n que ellos estaban muy poco inclinados a valorar.

II. Una vez m�s, mientras entraban f�cilmente en lo que hab�an o�do acerca de la libertad y las gloriosas perspectivas del cristiano, quer�an la humildad y la sobriedad que los salvar�a de caer en los males del fanatismo. Los dones del Esp�ritu, que hab�an recibido, deb�an mostrarse sin las fr�as restricciones del orden o la utilidad; las mujeres se han convertido en herederas de las promesas no menos que los hombres, �por qu� deber�an conservar en sus asambleas p�blicas esa vieja moda de vestir que las obligaba a no aparecer sin velo en el extranjero, como si se entrometieran m�s all� de su propio elemento? Una vez m�s, la Cena del Se�or fue una fiesta cristiana, una conmemoraci�n de sus altos privilegios; que luego se celebre con nada m�s que alegr�a.

La tierra era del Se�or, y �l hab�a dado el uso de ella a Sus hijos redimidos; entonces no necesitan temer para disfrutar de Sus dones. Para un pueblo de este tipo hab�a m�s necesidad de aquello que pudiera humillarlos que de algo que los animara m�s. No era necesario que se les hablara de la excelencia del conocimiento, sino que se les advirtiera de su insuficiencia cuando no iban acompa�ados de humildad o caridad; para que se les recuerde, cuando hablaron de su conocimiento, que el conocimiento enaltece, pero la caridad edifica.

Se pueden dar muchos ejemplos, tanto en las Ep�stolas a los Corintios, exponiendo su car�cter peculiar y los discursos peculiares que requiri� del Ap�stol. Podemos ver su disposici�n y la forma en que se trata esa disposici�n; y si sentimos que el nuestro es uno de esos, entonces esta es una parte de la Escritura que nos conviene particularmente; debemos leerlo una y otra vez, porque aqu� est� la sabidur�a de Dios para la curaci�n de nuestras propias enfermedades especiales.

T. Arnold, Sermons, vol. VIP. 204.

Referencias: 1 Corintios 8:6 . A. Barry, Cheltenham College Sermons, p�g. 293; Obispo Westcott, The Historic Faith, p�g. 45. 1 Corintios 8:8 . Preacher's Monthly, vol. ii., p�g. 98. 1 Corintios 8:8 .

FW Robertson, Lectures on Corinthians, p�g. 133. 1 Corintios 8:9 . J. Keble, Sermones desde la Pascua hasta el d�a de la Ascensi�n, p. 281. 1 Corintios 9:15 . Sermones sencillos de los colaboradores de "Tracts for the Times", vol. VIP. 236.

Información bibliográfica
Nicoll, William R. "Comentario sobre 1 Corinthians 8". "Comentario Bíblico de Sermón". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/sbc/1-corinthians-8.html.