Bible Commentaries
1 Samuel 12

Comentario Bíblico de SermónComentario Bíblico de Sermón

Versículo 20

1 Samuel 12:20

Es la maldici�n especial y m�s peligrosa del pecado la que oscurece, o borra por completo, o distorsiona terriblemente la visi�n de Dios en nuestros corazones; gradualmente nos reduce a la m�s desolada de todas las condiciones "sin esperanza y sin Dios en el mundo".

I. Los que m�s necesitan amigos son los que m�s se han ca�do y est�n en la condici�n m�s dolorosa; pero si aun el hombre desprecia y no encuentra perd�n por nuestras faltas, �hay alguna esperanza de que Aquel a cuyos ojos no est�n limpios los cielos mismos, tendr� piedad de nosotros, nos llevar� a Su pecho y nos permitir� vivir en la gloria? de su presencia? �Ser� �l, que es amigo de los inocentes, amigo de los culpables tambi�n?

II. Dios aborrece nuestros pecados, pero sabiendo que somos polvo, ama nuestras almas. Envi� a su Hijo a buscar y salvar a los perdidos. Cuando ese Hijo bendito tom� nuestra naturaleza sobre �l, vivi� con los ancianos y los marchitos, los sin hogar y los enfermos, con los paral�ticos y endemoniados, con los ignorantes y los ciegos.

III. Cada nuevo d�a es para ti una nueva oportunidad. Vuelve a Dios y �salo correctamente, dejando que el tiempo pasado de tu vida te baste para haber caminado por los caminos dif�ciles del pecado y la verg�enza. Los errores, las locuras, los pecados, las calamidades del pasado pueden, si los usas correctamente, ser los �ngeles compasivos que te guiar�n en el futuro. Si pospone el tiempo presente para el arrepentimiento, es posible que la temporada conveniente nunca llegue. Todav�a la puerta est� abierta ante ti; muy pronto ser� demasiado tarde y la puerta se cerrar�.

FW Farrar, La ca�da del hombre, p�g. 364.

Note cuatro cosas:

I. Hemos cometido algunos pecados que no podemos reparar. Dios, en su gran amor, nos toma como somos; nos lleva de regreso a su seno; s�lo pregunta una cosa: que al menos ahora sigamos adelante con sencillez y sinceridad.

II. Aunque el castigo temporal puede permanecer, puede que no sea se�al de que el pecado no ha sido perdonado. Es una dificultad en nuestro camino planteada por nosotros mismos. Dios nos lleva de regreso aunque estemos ca�dos. Sigamos sirvi�ndole todav�a, aunque el vigor de los viejos tiempos se haya ido.

III. Este castigo es una se�al, una se�al segura, de destrucci�n despu�s de un pecado no perdonado. Si Dios castiga as� a los que recibe como arrepentidos, �qu� nos suceder� si no nos arrepentimos? Seguramente nada m�s que "seremos consumidos".

IV. �Qu� discusi�n para nosotros debe ser su paciencia! �Qu� paz hay en el pensamiento de un perd�n tan grande, tan pleno, tan libre, como Dios lo ha prometido! Ni amigos, ni reposo, ni confesi�n, ni resoluci�n vale nada sin la presencia misma de Dios; pero cada una de estas cosas en �l puede hacernos bien, y �l en ellas puede traernos la absoluci�n y la paz perfecta.

Arzobispo Benson, Boy Life: Sundays in Wellington College, p�g. 227.

Referencias: 1 Samuel 12:20 . J. Keble, Sermones para el a�o cristiano: domingos despu�s de la Trinidad, Parte I., p. 105; EH Plumptre, King's College Sermons, p�g. 60.

Versículo 23

1 Samuel 12:23

Note: (1) Algunas de las razones para la oraci�n de intercesi�n y (2) algunos de sus est�mulos.

I. �Por qu� es una gran cosa la oraci�n de intercesi�n? (1) San Pablo lo establece como un mandamiento positivo y lo convierte en la obligaci�n principal de todo cristiano. (2) Nunca caminamos tan exactamente y tan cerca de los pasos de Jesucristo como cuando oramos por alguien. (3) Nunca nos beneficiamos m�s eficazmente que cuando oramos por los dem�s. (4) No tenemos talento de mayor utilidad que el talento de la oraci�n intercesora.

Todos los dem�s canales del bien est�n circunscritos y la enfermedad y la ausencia toman su lugar. Pero esto no tiene l�mite. Dondequiera que estemos, bajo cualquier circunstancia, podemos hacerlo; y al hacerlo, podemos llegar a aquellos que de otro modo ser�an perfectamente inaccesibles para nosotros, los m�s culpables y los m�s alejados de Dios.

II. Los est�mulos para la oraci�n de intercesi�n tambi�n son cuatro. (1) La primera radica en el car�cter de Dios, que todo lo que traemos le es querido, que "no quiere que nadie perezca, sino que todos se salven", y que debe ser algo muy querido para �l. Dios cuando uno de Sus hijos trae a otro de Sus hijos y lo pone a los pies de su Padre com�n. (2) El segundo gran est�mulo es el hecho de que nunca hay un mandamiento en el que no haya una promesa enrollada.

Hemos visto que se manda: "Orad unos por otros"; argumentamos con seguridad que nunca se habr�a ordenado si no estuviera en la mente de Dios conceder lo que se nos dice que pidamos. (3) En tercer lugar, la promesa general de la oraci�n es sumamente grande. Todo lo que es de fe es seguro. El �xito de esa oraci�n est� convenido. "Todo lo que pid�is en oraci�n, creyendo, lo recibir�is". (4) En cuarto lugar, casi todos los milagros de nuestro Se�or se realizaron en respuesta a la oraci�n de intercesi�n.

No hay una promesa positiva para la oraci�n de intercesi�n, pero, salvo la empresa real de Dios, hay de todo para dar esperanza y casi certeza cuando pedimos cualquiera de esas cosas que sabemos que son conforme a la mente de Dios para d�rselas. Sus hijos, y que Cristo compr� con su propia sangre.

J. Vaughan, Cincuenta sermones, novena serie, p�g. 333.

Referencias: 1 Samuel 12:23 . J. Harrison, Christian World Pulpit, vol. xiv., p�g. 49; Spurgeon, Sermons, vol. xxvi., n� 1537; J. Keble, Sermones, acad�micos y ocasionales, p. 127. 1 Samuel 12:23 . GRAMO.

B. Ryley, Christian World Pulpit, vol. xiii., p�g. 253. 1 Samuel 12 Parker, vol. VIP. 315. 1 Samuel 13:1 . Revista homil�tica, vol. viii., p�g. 164. 1 Samuel 13:3 . JM Neale, Sermones para el a�o eclesi�stico, vol. i., p�g. 269. 1 Samuel 13:7 . Parker, vol. vii., p�g. 67.

Información bibliográfica
Nicoll, William R. "Comentario sobre 1 Samuel 12". "Comentario Bíblico de Sermón". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/sbc/1-samuel-12.html.