Bible Commentaries
Zacarías 6

Comentario Bíblico de SermónComentario Bíblico de Sermón

Versículos 12-13

Zacar�as 6:12

I. Un sacerdote en Su trono en el templo del Se�or. Tal es la visi�n en la que se fij� la mirada de Zacar�as, y que alegr� su coraz�n en ese d�a nublado y oscuro. El gran ideal del que han cantado los salmistas hebreos y hablado los profetas hebreos se har� realidad. El Hijo de David prometido ser� visto sentado como un sacerdote en Su trono en el templo, llevando gloria y gobernando.

II. Pasaron quinientos a�os de fatiga, y mientras la profec�a de Isa�as y Zacar�as esperaba su cumplimiento, los hijos de Sion se lamentaron. Pero finalmente lleg� el momento se�alado. Jes�s nace de Mar�a, y �l es el hombre cuyo nombre es El Renuevo, que nace de las ra�ces de Isa�. Viene (1) a construir el templo del Se�or. Esa es Su gran obra durante Su ministerio en la tierra. (2) Ser entronizado en �l y gobernarlo como Rey. La ascensi�n de Jes�s es Su entrada como hombre al cielo y Su entronizaci�n en nuestra naturaleza en el trono de Dios. Como Rey entronizado, Jes�s reina sobre Su Iglesia como Vicegerente de Dios.

III. El autor de la Ep�stola a los Hebreos repite la revelaci�n de Jes�s como el Sacerdote entronizado y nos ense�a su efecto pr�ctico en la conducta cristiana. Nos dice que tenemos un gran Sumo Sacerdote que traspas� los cielos, Jes�s, el Hijo de Dios. Nos ense�a a reconocer su simpat�a debido a su conocimiento experimental de las condiciones de nuestra vida. �l nos lo revela como entronizado en el trono de la gracia, en la plenitud del poder, y con la ternura de una simpat�a perfecta, y nos invita a "acercarnos con denuedo al trono de la gracia, para obtener misericordia y hallar gracia para ayudar". en tiempos de necesidad ".

G. Body, p�lpito anglicano de hoy, p�g. 258.

Referencias: Zacar�as 6:12 ; Zacar�as 6:13 . Obispo Moorhouse, La expectativa de Cristo, p. 80.

Versículo 13

Zacar�as 6:13

I. La verdadera esperanza del mundo es un sacerdote. La idea del sacerdocio es universal. Ha sido distorsionado y abusado; se ha convertido en el fundamento de la tiran�a espiritual. El cura no ha sido el maestro ni el elevador del pueblo. En todo el mundo ha sido el aliado de la opresi�n y la oscuridad; ha obstaculizado y restringido el progreso social e intelectual. Y sin embargo, a pesar de todo esto, all� est� el oficio, y dondequiera que vayan los hombres, por alguna extra�a perversidad, se llevan esta idea y eligen entre ellos a quienes, dotados de una especie de pureza ceremonial y simb�lica, desempe�ar� para sus hermanos el doble oficio de representarlos ante Dios y de representar a Dios ante ellos. Eso es lo que el mundo quiere decir, con absoluta y entera unanimidad, por un sacerdote que ser� sacrificador, intercesor,

�Cu�l es el sacerdote que los hombres anhelan? (1) El primer requisito es la unidad con aquellos a quienes �l representa. Tenemos un sacerdote que "en todo es semejante a sus hermanos". (2) Como en naturaleza y car�cter, as� en funci�n, Cristo corresponde a las necesidades ampliamente expresadas de los hombres, como se muestra en sus sacerdocios.

II. El sacerdote del mundo es el Rey de los hombres. (1) �l gobierna. "El reino de Cristo" no es una frase caprichosa. (2) El fundamento de Su gobierno es Su sacrificio. (3) Su gobierno se ejerce con mansedumbre.

III. El Sacerdote-Rey de los hombres edifica entre los hombres el templo de Dios. (1) Cristo mismo es el verdadero templo de Dios. (2) Cristo construye el templo. Por la fe, el alma individual se convierte en la morada de Dios, y en nuestros esp�ritus profanados llega el Rey de la Gloria. (3) Cristo construye este templo porque �l es el templo. Por su encarnaci�n y obra, hace posible nuestra comuni�n con Dios y la morada de Dios en nosotros.

Por su muerte y sacrificio, atrae a los hombres hacia �l y los mezcla en una unidad viva. Por el don de su Esp�ritu y su vida, santifica su voluntad y los hace part�cipes de su semejanza; para que, viniendo a �l, tambi�n seamos edificados una casa espiritual. (4) Cristo construye el templo y nos usa como sus siervos en la obra.

A. Maclaren, Sermones predicados en Manchester; Segunda serie, p�g. 310.

Referencias: Zacar�as 6:13 . Spurgeon, Sermons, vol. iv., n�m. 191; vol. xxv., n�m. 1495; Ib�d., Morning by Morning, p�g. 174. Zacar�as 7:1 . W. Lindsay Alexander, Revista homil�tica, vol. vii., p�g. 105. Zacar�as 7:3 .

A. Mursell, Christian World Pulpit, vol. xix., p�g. 353. Zacar�as 7:5 ; Zacar�as 7:6 . Spurgeon, Sermons, vol. viii .. N� 438; Ibid., My Sermon Notes: Ecclesiates to Malachi, p�g. 368. Zacar�as 7 ; Zacar�as 8 Expositor, 3ra serie, vol. iv., p�g. 216.

Información bibliográfica
Nicoll, William R. "Comentario sobre Zechariah 6". "Comentario Bíblico de Sermón". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/sbc/zechariah-6.html.