Bible Commentaries
1 Samuel 28

El Ilustrador BíblicoEl Ilustrador Bíblico

Versículos 1-25

Los filisteos reunieron sus ej�rcitos para la guerra, para pelear con Israel.

Noche anterior a la batalla

As� como el rel�mpago revela el paisaje oculto alrededor, la recepci�n de noticias trascendentales revela de repente el car�cter. Trazamos dos eventos de este tipo: la noticia de la terrible derrota que recibi� de Sa�l y la noticia de la muerte de Sa�l que recibi� de David. Llevando a su pueblo al encuentro de los filisteos, cuyo n�mero est� asombrado y atemorizado, nos encontramos con Sa�l cuando su ej�rcito est� acampando en las laderas de Gilboa. Nos damos cuenta:&mdash

I. Se busca la direcci�n divina ( 1 Samuel 28:6 ). En todas las dificultades anteriores, Sa�l hab�a buscado a Samuel. La voz del profeta se call�. Pocos estiman a los asesores fieles por su valor. Sa�l no ten�a a Samuel ahora. No conoc�a a Dios. Su desolaci�n es indescriptible. Su propia mano hab�a cerrado las avenidas por las que sol�a venir el �ngel de la misericordia.

Sin embargo, como dice Cowper, "en la agon�a la naturaleza no es atea"; �As� que este hombre desolado y malhumorado se arrodilla ante Dios! La voluntad propia, el orgullo y el resentimiento acechan en su petici�n ( 1 Samuel 28:15 ). No desea conocer la voluntad de Dios, �solo c�mo puede tener �xito! Quejas contra los tratos de Dios: �no hay oraci�n en tales palabras! �Tiene alguna utilidad venir as� para buscar la ayuda de Dios? �Simplemente para nuestros propios fines ego�stas, pidiendo al Divino que se convierta en socio en nuestros prop�sitos ego�stas! �Ven, mantengamos nuestras oraciones a la luz! No todo el que diga: "Se�or, Se�or" entrar� en el Reino. Incapaz de soportar el silencio, Sa�l exhibe el ...

II. Desaf�o desesperado a la desobediencia. En aquellos d�as en que su visi�n era clara y su coraz�n abierto a la ense�anza divina, aborrec�a este pecado. Impulsado por el miedo, los celos y el orgullo, neg�ndose a humillarse ante Dios, env�a a su siervo a buscar �alguien que tenga un esp�ritu familiar� ( 1 Samuel 28:7 ). La superstici�n reemplaza a la fe obediente. Las cuatro teor�as relativas a esta escena pueden resumirse as�:

(1) que Samuel realmente apareci� por voluntad divina;

(2) que a Saulo se le concedi� una visi�n por el poder divino, en la que vio, como en un sue�o, al profeta;

(3) aquello que lo atribuye a la agencia sat�nica; y el �ltimo, que se trataba de una impostura concebida y realizada por Abner y su madre. La narraci�n misma parece establecer claramente el hecho de la aparici�n de Samuel. �La respuesta de Samuel es una negativa! Con palabras solemnes, Samuel le recuerda a Sa�l la eliminaci�n del favor de Dios: �El Se�or est� de parte de tu pr�jimo� ( 1 Samuel 28:16 ).

El Se�or guarda su palabra, y ha arrancado el reino de tu mano ( 1 Samuel 28:17 ). �La muerte y el desastre son tu porci�n� ( 1 Samuel 28:18 ). �Podr�a darse una mayor prueba de la negativa de Dios a escuchar?

III. La desobediencia termina en desastre. �No cayeron nuestros padres en el desierto por incredulidad? �No es por eso que tantos no logran entrar en la vida de la alegr�a?

1. La desobediencia produjo una miseria m�s terrible. En el camino de la desobediencia nos convertimos en blanco de los arqueros de Satan�s.

2. La desobediencia culmin� en suicidio. Los habitantes del infierno seguramente son suicidas. �Oh Israel, te destruiste a ti mismo. No quer�is venir a m� para tener la vida �. ( �L Piedra. )

Versículo 6

El Se�or no le respondi�.

El silencio de dios

I. Experiencia frecuente de los que buscan a Dios. No es universal ni invariable, de lo contrario la oraci�n se volver�a imposible. Pero es lo suficientemente frecuente como para ocasionar graves dificultades espirituales.

1. En aparente contradicci�n con la promesa divina. De Israel, incluso en Egipto, se dijo: "Seguramente oir� su clamor" ( �xodo 22:23 ). ( Zacar�as 10:1 ) ( Salmo 86:7 ) Cu�n fuertes son las seguridades de Cristo. ( Mateo 7:7 .)

2. Desastroso en su efecto sobre la vida del alma. Si es cierto que �donde no hay visi�n el pueblo muere�, igualmente lo es que cuando ninguna voz divina le habla al alma, �sta debe dejar de vivir. Mientras la planta se seca en la penumbra del s�tano, el alma que no conoce el sol de la sonrisa del Padre no puede estar sana ni vigorosa.

3. Fuente de malestar y dolor. No s�lo es correcto sino en el mejor sentido natural que el hombre busque a Dios; no hay fuente m�s profunda de insatisfacci�n e inquietud que un instinto desconcertado.

II. Una experiencia para ser interpretada. Incluso el silencio de Dios tiene un significado. Si se lo interroga correctamente, puede resultar una preciosa revelaci�n. En cualquier caso, las posibilidades son demasiado graves para descuidar el "signo".

1. A veces se supone que Dios guarda silencio cuando no lo est�. Las respuestas a las oraciones no siempre son a la vez o f�cilmente aparentes.

2. Su silencio no siempre es una muestra de disgusto. Puede ser simplemente

(1) directiva; nuestra solicitud es imprudente, etc. O puede ser

(2) estimulante; como cuando la mujer sirofenicia se volvi� importuna cuando �l "no le respondi� nada".

3. Sin embargo, a menudo expresa la ira divina.

No debe considerarse una cosa ligera.

1. Puede tener la intenci�n de invitar al examen interior y al arrepentimiento. Alguna infidelidad; una ca�da de la gracia; puede ser desobediencia directa. El Santo est� diciendo, con Su silencio, �Sube m�s alto. �No puedo hablar contigo all�! "

2. A veces ocurre, como en el caso de Sa�l, en se�al de perdici�n. Los labios bondadosos de Cristo callaron ante Pilato y Herodes. ( AF Muir, MA )

Un dios silencioso

1 . La calamidad puede sobrellevarse. Podemos oponerlo a nuestra hombr�a y nuestra constancia. Amenazados por un naufragio, podemos afrontar la tormenta. Ser derrotado en la batalla, ser reemplazado en el poder, ver que la popularidad se desmorona en la indiferencia: todo esto y m�s tuvo que soportar Saulo, y todo esto puede ser soportado. "Si Dios est� de mi lado", cualquiera puede decirle a todo el mundo, "el resto no me importa nada". �No grit� el gran Mart�n Lutero: ��Oh! Dios m�o, �me castigas m�s bien con pestilencia, con todas las terribles enfermedades de la tierra, con la guerra, con cualquier cosa, antes que t� me guardes silencio? �Y cuando Sa�l consult� al Se�or, el Se�or no le respondi�. �Ah! �Eso es en verdad desolado!

2. Hay algunos a quienes Dios no responde porque no les interesa en absoluto preguntarle. La tierra les basta. La vida es su abrevadero y no les importa nada m�s. Nunca les importa mirar m�s all� del estrecho horizonte de s� mismos.

3. Cuando Sa�l consult� al Se�or, se nos dice que el Se�or no le respondi�, ni por sue�os, ni por Urim, ni por profetas. Los sue�os eran la forma m�s baja de revelaci�n; sin embargo, tenemos tantas formas m�s cercanas de comuni�n con Dios, en Su Cristo y por Su Esp�ritu, que de los sue�os no necesitamos hablar. �Ning�n mensaje de las Escrituras ha parecido alguna vez quemar repentinamente su revelaci�n sobre sus almas? S�, Dios todav�a nos habla por Urim, y tambi�n nos habla por Sus profetas.

�Y puede preguntarse que, si esto es as�, Dios, a quien ha despreciado y cuyas leyes ha violado deliberada y habitualmente, no solo se quede callado para usted por fin? Dios nunca se aparta del clamor del penitente, por muy malo que haya sido. Distinga entre los aparentes silencios de Dios para sus hijos y el silencio que usted mismo cre� para aquellos que lo rechazan por completo. Oh, cuid�monos de no sentir el espantoso silencio que no es de Dios, sino que surge de nuestra propia maldad obstinada y decidida, para que no nos abrume. ( Decano Farrar. )

Comunicaciones amenazadas

Durante una fuerte tormenta de nieve, se envi� la advertencia de que en unas pocas horas la nieve h�meda y pesada romper�a los cables telef�nicos y telegr�ficos y cortar�a la comunicaci�n con el mundo exterior. Al instante hubo una gran avalancha hacia los tel�fonos y las oficinas de tel�grafos para recibir los mensajes antes de que fuera demasiado tarde. �Qu� pasar�a si supi�ramos que muy pronto Dios se negar�a a escuchar m�s oraciones? �No habr�a una gran precipitaci�n hacia el trono de la gracia para enviar nuestras peticiones al cielo antes de que fu�ramos eliminados del reverso? ( Christian Endeavour Times ) .

Versículos 7-25

B�scame una mujer que tenga un esp�ritu familiar.

Sa�l y la bruja de Endor

Esta narraci�n es diferente a cualquier otra en la Biblia y, por lo tanto, como era de esperar, ha recibido varias explicaciones. Tres de ellos pueden notarse brevemente:

(1) Que el mismo Samuel se apareci� a la se�ora de la nigromancia en Endor y le predijo a Sa�l su muerte al d�a siguiente;

(2) Que un esp�ritu maligno, o demonio, que personificaba a Samuel, se apareci� a la mujer y le predijo a Sa�l su muerte.

(3) Que la mujer, que era ventr�locuo, describi� una aparici�n como la que el rey supon�a que era la de Samuel, y luego hizo que sus palabras parecieran venir del lugar donde se supon�a que estaba la aparici�n.

1. A favor de la primera interpretaci�n puede insistirse en el significado prima facie de la narraci�n. Porque el escritor sagrado dice que �la mujer vio a Samuel� ( 1 Samuel 28:12 ); que cuando describi� la aparici�n que ella vio, �Sa�l supo que era Samuel� ( 1 Samuel 28:14 ); que el profeta reprendi� a Sa�l por �inquietarlo y hacerle subir� ( 1 Samuel 28:15 ); y que el profeta predijo la derrota de Israel y la muerte de Sa�l y sus hijos al d�a siguiente ( 1 Samuel 28:19 ), las cuales sucedieron.

�stas son razones poderosas, y si se dejan de lado, deber�a ser en vista de otras que son m�s fuertes. �Cu�les son, entonces, algunos de los argumentos en contra de esta explicaci�n de la narrativa? Dios hab�a prohibido la pr�ctica de la nigromancia en Israel, y hab�a ordenado que los que practicaban la misma fueran apedreados ( Lev�tico 20:27 ; Deuteronomio 18:10 ).

Una vez m�s, el mismo Sa�l estaba familiarizado con esta ley de Jehov� y hab�a intentado ejecutarla (vers�culo 3-9). A�n m�s, Dios hab�a rechazado al rey y se hab�a negado a responderle por cualquiera de las formas usuales y designadas de dar a conocer su voluntad ( 1 Samuel 28:6 ). Y, adem�s, no hay ninguna indicaci�n en esta narrativa de que Saulo estaba ahora, por fin, arrepentido, de modo que se pudiera esperar que un mensaje de Dios lo controlara o lo beneficiara.

Ciertamente, la negativa de Dios a responder a Sa�l por sue�os, por el Urim o por los profetas, la desobediencia voluntaria del rey en el acto de consultar a las mujeres, y la estrecha conexi�n de la aparici�n de Samuel (si es real) con la agencia de este mujer malvada, son objeciones morales a este punto de vista del pasaje. Adem�s, dif�cilmente se negar� que las palabras: "�Por qu� me has inquietado para hacerme subir?" no parecen perfectamente naturales como el lenguaje de un verdadero profeta que regresa de lo Invisible con un mensaje divino, mientras que s� parecen completamente naturales como palabras pronunciadas en nombre de una supuesta aparici�n por la propia hechicera. Una vez m�s, si la mujer estaba realmente y enormemente asombrada por la aparici�n de Samuel, como bien podr�a estarlo si fuera real, es algo extra�o que ella fuera tan prudente y serena despu�s.

2. A favor de la segunda explicaci�n, que un esp�ritu maligno, que personificaba a Samuel, se apareci� a la mujer y predijo a Sa�l su derrota y muerte al d�a siguiente, podemos decir muy poco de car�cter positivo. Sin embargo, est� libre de algunas de las objeciones que se oponen al primero. Porque seg�n esta hip�tesis, Dios no conecta una revelaci�n del futuro a trav�s de su propio profeta con un acto de desobediencia desesperada por parte de Saulo, o con una pr�ctica tan solemnemente prohibida como la nigromancia.

Porque todas las partes interesadas est�n entregadas al mal. ��Que el diablo, con el permiso divino, pueda personificar a Samuel no es extra�o, ya que puede transformarse en un �ngel de luz! Tampoco es extra�o que se le permitiera hacerlo en esta ocasi�n, que Saulo pudiera ser llevado a la desesperaci�n, preguntando al diablo, ya que �l, de la manera correcta, no preguntar�a al Se�or, por lo que podr�a haberlo hecho. comodidad.

Si este hubiera sido el verdadero Samuel, no podr�a haber predicho el evento, a menos que Dios se lo hubiera revelado; y, aunque era un esp�ritu maligno, Dios pod�a predecirlo por medio de �l; mientras leemos acerca de un esp�ritu maligno que previ� la ca�da de Acab en Ramot de Galaad, y fue fundamental en ella ".

3. A favor de la tercera explicaci�n se pueden alegar varias cosas.

1. El rey estaba en un estado mental que facilitar�a el enga�o por parte de la hechicera. Cre�a en la nigromancia, y en el testimonio de sus sirvientes de que esta mujer era una due�a de la nigromancia, tambi�n ten�a miedo y estaba sumamente ansioso por obtener alguna pista del futuro del mundo invisible, especialmente por medio de Samuel, a quien sab�a que s� un profeta.

2. Es muy probable que la mujer de Endor conociera la extraordinaria estatura de Sa�l, la degeneraci�n de su car�cter y su fortuna, la peligrosa condici�n de su ej�rcito y la vestimenta de Samuel en su vejez.

3. Con este conocimiento, habr�a estado bastante segura de detectar la persona de Saulo a pesar de su disfraz, y habr�a establecido su plan de acci�n en consecuencia.

4. Habr�a sido f�cil para ella, como ventr�locuo, hacer que el rey postrado supusiera que su voz cambiada proven�a de una forma invisible a una ligera distancia del lugar donde se encontraba.

5. Se observar� que Sa�l mismo no vio la supuesta aparici�n de Samuel; pero lo infiri� de la descripci�n de la mujer de lo que ella profesaba ver surgir de la tierra.

6. La animosidad de la mujer hacia Sa�l, debido a que �l �ech� de la tierra a los nigromantes y a los hechiceros�, pudo haberla llevado a desear su muerte, y las circunstancias en las que ahora estaba colocado por los filisteos pueden haberla animado a decir que hizo ella. Pero al declarar la condenaci�n de Sa�l estaba personificando a Samuel, y por lo tanto debe hablar como se esperaba que hablara, record�ndole a Sa�l su desobediencia pasada a Dios, el disgusto de Dios con �l por ese motivo, el hecho de que Dios le dio el trono a David, y de la muerte segura que esperaba a Sa�l ya sus hijos al d�a siguiente.

7. El cumplimiento de sus palabras pudo deberse en parte a la desesperaci�n que produjeron en la mente de Saulo. De todos modos, el hecho de su cumplimiento no es concluyente, dadas las circunstancias, de que sean una revelaci�n adecuada de antemano del prop�sito de Dios. ( A. Hovey, DD )

Sa�l y la bruja de Endor

En este per�odo al que se refiere el texto, Saulo estaba muy perplejo, debido a la falta de alguien a trav�s de quien obtener el consejo de Dios. Los asuntos de Israel estaban en este momento en un estado cr�tico. Sus antiguos adversarios, los filisteos, estaban reuniendo sus fuerzas. La degeneraci�n moral de Israel sirvi� para envalentonar al enemigo. Intentemos ahora se�alar algunas de las lecciones pr�cticas que sugiere esta notable narrativa.

1. La historia ense�a a la fuerza la verdad solemne de que el d�a de gracia de un hombre no es invariablemente co-extenso con su vida en la tierra. Es evidente que, al menos durante un tiempo, antes de que Saulo muriera, se le dej� comer del fruto de su propio camino y llenarse de sus propios recursos. El Esp�ritu se apart� de �l y, al mismo tiempo, el Esp�ritu del mal entr� y se apoder� de �l por completo.

Despu�s de esto, no hubo m�s medios que probar para su conversi�n. El rey hab�a sobrevivido a su tiempo de oportunidad y Dios se hab�a apartado de �l. Entonces el d�a de gracia de Saulo hab�a terminado; y, mientras nota esto, observe tambi�n los pasos que condujeron a esta consumaci�n: fueron una serie progresiva de resistencias ofrecidas al Esp�ritu de Dios: actos repetidos de provocaci�n, la repetici�n de la negativa a escuchar y obedecer.

Hay muchos que se envalentonan en un curso de irreligi�n por la impresi�n de que ser� f�cil en alg�n momento futuro volverse y arrepentirse, y sufrir el cambio indispensable, sin el cual no pueden entrar en el reino de los cielos. Por este motivo es m�s necesario repetir la advertencia, que el tiempo para volverse al Se�or puede pasar, para nunca volver, incluso antes de que el golpe de la muerte lleve al alma a su porci�n eterna.

2. Nuevamente, la historia que tenemos ante nosotros es instructiva al se�alar qu� acto fue de parte de Saulo el que desafi� su castigo final e inmediato. Seg�n la narrativa, parece que fue el pecado de la brujer�a. Pero la peculiaridad radica en esto, que era un pecado que Saulo hab�a abandonado y contra el cual hab�a proclamado una guerra abierta. �Podemos equivocarnos al concluir de ah� que el pecado es m�s especialmente odioso para Dios cuando lo practica alguien que conoce su naturaleza y una vez se ha propuesto deliberadamente abandonarlo? Caer en la indulgencia de un pecado al que una vez resolvi� renunciar es una forma segura de provocar el gran disgusto de Dios.

3. La narraci�n est� llena de instrucciones sobre la locura de esperar la conversi�n por milagro cuando no se efect�a por medios ordinarios. La reaparici�n de Samuel no sirvi� de nada para la conversi�n de Sa�l. El Profeta reanimado no pudo guiar al hombre que hab�a abandonado la gu�a del propio Esp�ritu de Dios. No se enga�e al suponer que si no se convierte por lo que Dios est� haciendo por usted ahora, ser�a convertido por cualquier agencia sobrenatural. Tu conversi�n es posible ahora. Es competencia del Esp�ritu Santo efectuarlo. Utilice los medios que tenga. Dios les dar� el Esp�ritu Santo a los que lo pidan. ( R. Bickersteth, DD )

La bruja de endor

1. Perm�tanme explicarles cu�l era la creencia sobre esta mujer de Endor. En el habla popular hablamos de ella como la bruja de Endor, pero una descripci�n m�s precisa ser�a la Nigromante. Entre todas las razas y naciones del mundo antiguo se cre�a y se practicaba la brujer�a, la nigromancia y todas sus artes m�gicas aliadas. En todas las religiones paganas hab�a un lugar para los adivinos, augures y magos, quienes por sus artes profesaban decir cu�l era la voluntad de los dioses en cualquier empresa especial.

Nunca el ej�rcito griego o romano sali� a la batalla hasta que se buscaron los presagios y se encontr� que eran favorables. A veces, los adivinos profesaban encontrar la respuesta que buscaban en las apariciones de la Naturaleza en el mar, la tierra o el cielo, a veces en visiones de la noche, a veces en las criaturas muertas como sacrificios; a veces en los misterios de la tumba, como esta mujer; a veces por extra�os, extra�os encantamientos o por misteriosos ritos y encantamientos. De una u otra forma, los hombres cre�an que pod�an llegar a conocer la voluntad divina.

2.El siguiente punto que tocar�a es la pregunta: �Cu�l es el significado de esta creencia tan extendida en la nigromancia y la magia? Creo que ahora se sostiene que estas artes representan los primeros intentos de los hombres de conversar con el mundo invisible, los primeros intentos ciegos del alma en pos de Dios, los primeros esfuerzos rudos del esp�ritu del hombre hacia una religi�n. As� como la ciencia de la qu�mica con sus maravillosos descubrimientos de las fuerzas secretas y sutiles de la naturaleza tuvo su comienzo en los sue�os y visiones y ambiciones imposibles de los alquimistas; o as� como la astronom�a, que revela el orden sublime de los cuerpos celestes, tuvo su origen en las imaginaciones sin fundamento de la astrolog�a, as� la religi�n en la historia humana comenz� en la pr�ctica de estas artes m�gicas. Lo que Dios exige en los que acuden a �l no es el poder de la magia, sino la misericordia, la verdad,

I. La condici�n espiritual de Saulo. En primer lugar, arroja luz sobre la condici�n espiritual de Saulo. Busc� la ayuda de este nigromante porque se desesperaba por cualquier mensaje de Dios. Es en tiempos de decadencia religiosa cuando m�s florece la superstici�n. Cuando los hombres pierden la fe en un Dios viviente que ama la justicia, recurren a la magia y la hechicer�a, y ponen su fe en ceremonias y ritos externos.

El espiritismo es una reversi�n a las primeras y m�s bajas formas de investigaci�n religiosa. La ciencia nos dice que cuando una planta o animal vuelve a su tipo original, sufre degeneraci�n. Y el espiritualista es aquel que est� ignorando todo el progreso del mundo a trav�s de las edades de la educaci�n religiosa, y est� volviendo a los primeros m�todos rudos y bajos en los que los hombres buscaban comunicarse con lo Invisible.

II. Una impostura deliberada. Las palabras en las que se describe a la mujer se�alan los medios por los que pudo haber realizado la impostura. Interpretadas literalmente, las palabras, "una mujer que ten�a un esp�ritu familiar", se le�a, "una mujer una amante de la Ob". Y la palabra "Ob" denota ventriloquia. Sin duda, se cre�a que el poder del ventriloquia era sobrenatural, el don de los esp�ritus malignos. Luego, por otra parte, lo que el supuesto fantasma del profeta difunto revel� era en gran parte ya conocido por Sa�l, y pudo haber sido conocido por la mujer.

No necesitaba ning�n esp�ritu de la tumba para dec�rselo. Y en cuanto a la predicci�n de la muerte de Sa�l al d�a siguiente, hay quienes sostienen que la palabra traducida �ma�ana� tiene un significado indefinido que denota alg�n tiempo en el futuro. La predicci�n de que Sa�l y sus hijos alg�n d�a estar�an con Samuel en el mundo de las sombras era una predicci�n segura, como muchos de los or�culos antiguos. Pero la principal objeci�n es simplemente la idea de que cualquier arte pose�do por el nigromante deber�a haber tenido el poder de convocar a los muertos.

A veces se supone que en esta ocasi�n Dios obr� un milagro a trav�s de la mujer para informar a Saulo de su destino. Pero esta explicaci�n est� plagada de dificultades insuperables. Porque seg�n �l, Dios estar�a haciendo exactamente lo que se hab�a negado a hacer. Estar�a "respondiendo" a Saulo y satisfaciendo su deseo de una comunicaci�n Divina. Nuevamente, parece incre�ble que Dios preste sanci�n a las pretensiones de un nigromante cuando la pr�ctica de cada uno de esos arte fue condenada bajo las m�s severas penas por la ley divina.

Cuando leemos la narraci�n a la luz de estas consideraciones, hay poca dificultad en suponer que todo fue una impostura deliberada practicada sobre un hombre desdichado y desesperado. Mant�n clara tu fe en el Dios Viviente, el Justo y el Amoroso, y la brujer�a y todas las dem�s supersticiones ser�n impotentes sobre ti. Pero si pierde el control de Dios, puede caer en cualquier creencia oscura y degradante. ( J. Legge, MA )

Lecciones del incidente en Endor

Solemnes son las instrucciones que se derivan de este incidente.

1. Es posible que hayamos tomado terreno firme contra alguna forma particular de maldad, es posible que lo hayamos condenado en otras y, hasta ahora, podemos haber actuado exteriormente de acuerdo con los mandamientos de Dios; pero podemos vivir para hacer exactamente lo que hemos condenado, para romper los mismos mandatos a los que hemos dado un homenaje externo. Puede haber motivos para desechar una forma particular de pecado, cuya operaci�n a�n puede coexistir con un esp�ritu que no est� dispuesto a ceder al temor de Dios y que no se ve afectado por su amor.

No fue porque el coraz�n de Saulo estaba dispuesto a rendir lealtad a Dios por lo que dej� la brujer�a; pero porque afectar�a una consideraci�n externa por la religi�n, o porque deseaba vengar su inquietud mental en aquellos a quienes consideraba su causa, o porque tem�a diariamente alg�n da�o adicional de parte de ellos. La operaci�n de estos motivos, y su resultado, a�n lo dejaban rebelde, preparado en cualquier momento, cuando la voluntad de Dios se cruzara con su propio prop�sito, para resistir los mandatos del Todopoderoso.

Y dondequiera que se permita el esp�ritu de oposici�n a la voluntad divina, no hay seguridad contra su indulgencia en ninguna forma particular; y si las circunstancias lo hacen conveniente, puede desarrollarse en la misma manifestaci�n que, en una etapa anterior de nuestra historia, hemos sido m�s ardientes y ruidosos en condenar. Tengamos la seguridad de que no se debe depender de ninguna reforma externa que no provenga de ese cambio radical del cual el Esp�ritu Santo es el autor, y en el que todo el coraz�n est� entregado a Dios.

2. Notamos que ciertamente un hombre pierde su propia dignidad en la medida en que se aleja del principio de obediencia a Dios y cede a la gu�a de su propio coraz�n. �Qu� t�rmino describe tan acertadamente la condici�n del rey de Israel en la morada de la bruja en Endor, como la de degradaci�n: degradaci�n profunda y completa? Sea nuestro para recibir advertencia. Ninguna posici�n en la vida, por exaltada que sea, ninguna posici�n, por respetable que sea, ning�n reclamo en la consideraci�n de la sociedad, por fuerte que sea, puede oponerse a la influencia degradante del pecado consentido.

3. Se nos ense�a que las misericordias abusadas y los privilegios despreciados pueden desearse cuando han sido retirados y cuando, en los arreglos providenciales de Dios, ya no est�n a nuestro alcance. Mientras Samuel vivi�, su consejo fue tratado con desprecio; pero cuando ya no pudo ser consultado, el mismo hombre que m�s lo aflig�a estaba ansioso por tenerlo de regreso a cualquier precio. Deje que el triste espect�culo despierte la pregunta: �C�mo est� empleando las misericordias presentes? ( JA Miller. )

La religi�n de los fantasmas

I. Primero aprendo de este tema que el espiritismo es una religi�n muy antigua. �Qu� piensa Dios de todos estos enga�os? Piensa tan severamente en ellos que nunca habla de ellos sino con l�vidos truenos de indignaci�n. Dice: "Ser� testigo r�pido contra el hechicero". �l dice: "No permitir�s que viva una bruja". Y para que no hagan alguna distinci�n importante entre el espiritismo y la brujer�a, Dios dice, en tantas palabras: �No habr� entre ustedes un consultor de esp�ritus familiares, o mago o nigromante; porque los que hacen estas cosas son abominaci�n al Se�or �.

II. M�s a�n: ahora aprendemos de este texto que la gente llega a caer en el espiritismo. Sa�l tuvo suficientes problemas para matar a diez hombres. No sab�a ad�nde acudir en busca de alivio. Despu�s de un rato decidi� ir a ver a la bruja de Endor. Fue su problema lo que lo llev� all�. Y tengo que decirles ahora que el espiritismo encuentra sus v�ctimas en los afligidos, en la quiebra, en los enfermos, en los desamparados.

III. Aprendo a�n m�s de este tema, que el espiritismo y la nigromancia son asuntos de la oscuridad. �Por qu� no fue Sa�l durante el d�a? Estaba avergonzado de irse. Adem�s de eso, sab�a que esta m�dium espiritual, como todos sus sucesores, realizaba sus haza�as en la noche.

IV. A�n m�s, ese espiritismo es condenaci�n y muerte para sus disc�pulos. El rey Sa�l pens� que obtendr�a ayuda de la "m�dium"; pero lo primero que ve le hace desmayarse, y tan pronto como es resucitado se le dice que debe morir. El espiritismo es condenaci�n y muerte para todo aquel que se rinda. Arruina el cuerpo. El espiritismo golpea ante todo, y poderosamente, al sistema nervioso, y as� hace la vida miserable.

V. Tambi�n acuso el espiritismo, porque es una maldici�n social y marital. Los peores actos de libertinaje y las peores org�as de obscenidad se han realizado bajo su patrocinio.

VI. Adem�s, acuso al espiritismo por el hecho de que es la causa de mucha locura.

VII. Traigo contra este enga�o una acusaci�n m�s terrible: arruina el alma inmortal. Todo el sistema, como yo lo concibo, se basa en la insuficiencia de la Palabra de Dios como revelaci�n. Dios dice que la Biblia es suficiente para que conozcas el mundo futuro. Dios te ha dicho todo lo que debes saber, y �c�mo te atreves a entrometerte en lo que no es de tu incumbencia? No se puede tener la Biblia en una mano y el espiritismo en la otra. Uno u otro se le escapar� de las manos, dependa de ello. ( T. De Witt Talmage, DD )

Saul en Endor

�Los mundos est�n m�s cerca de lo que pensamos! �Qu� hay en la raz�n, en la idoneidad de las cosas, o en la Escritura misma, para prohibir la idea de que estamos rodeados de existencias espirituales? �Cu�l es tu universo, oh hombre? T� haces tu propia creaci�n. El pat�tico incidente muestra:

I. La rapidez con que un hombre puede caer desde la m�s alta eminencia. "Por cuanto no obedeciste a la voz del Se�or, ni cumpliste el ardor de su ira sobre Amalec, por eso el Se�or te ha hecho esto hoy". �S�lo hay un paso entre t� y la muerte!

II. La espantosa posibilidad de estar desconectado de la comunicaci�n espiritual con lo Divino e invisible. "Dios se ha apartado de m� y no me responde m�s, ni por profetas ni por sue�os".

III. La certeza de que alg�n d�a los impenitentes querr�n a sus antiguos maestros. "Tr�eme a Samuel". "Te he llamado para que me hagas saber lo que har�". La lecci�n solemne de todo esto es: �buscad al Se�or mientras puede ser encontrado! ( J. Parker, DD )

El espiritismo una locura

Entrometerse en los muros de separaci�n que Dios ha construido es algo malo y pecaminoso. No tenemos ning�n otro negocio que no sea en nuestro propio mundo. Esta incursi�n en el espiritismo y la comunicaci�n con los difuntos no es m�s que una locura. Es ilegal y tiene todas las consecuencias de una ley quebrantada. Hab�a un viejo cad�ver escoc�s, que estaba sentado junto al lecho de muerte de su �nico hijo. Tratando de consolar a la madre afligida, el ni�o moribundo dijo: "Madre, si est� permitido, vendr� de entre los muertos para verte". "Na, nosotros, muchacho", exclam�; "Mant�n tu lado del pecado". Fue una sabia orden judicial. Mantente a tu lado. ( J. Robertson. )

Versículo 11

Tr�eme a Samuel.

Samuel despu�s de la muerte

Sabias razones deben haber prevalecido ante Dios para la aparici�n de Samuel. El Dr. Hales ha sugerido los tres siguientes:

1. Hacer del crimen de Saulo el instrumento de su castigo, en la terrible denuncia de su inminente perdici�n.

2. Mostrar al mundo pagano la superioridad infinita del Or�culo del Se�or inspirando a sus profetas sobre los poderes de las tinieblas, y los enga�osos pron�sticos de sus miserables devotos en sus falsos or�culos.

3. Confirmar la creencia en un estado futuro, por �uno que resucit� de entre los muertos�, incluso bajo la dispensaci�n mosaica.

Tomando el punto de vista ahora representado, podemos sacar algunas conclusiones pr�cticas de �l.

1. El alma vive despu�s de la muerte. La aparici�n de Samuel mostr� que su alma a�n viv�a, aunque su cuerpo hab�a muerto en Ram� y hab�a sido enterrado.

2. Es en vano rezar a los muertos. Las Escrituras no alientan esta pr�ctica. Este pasaje, y uno en el Nuevo Testamento, muestra la absoluta desesperanza de encontrar consuelo por este medio. La palabra de Dios revela el propiciatorio; y una oraci�n que escucha a Dios invita al pecador a pedir misericordia en el nombre de Jes�s. �Si alguno hubiere pecado, abogado tiene para con el Padre, a Jesucristo el justo.

�� Puede salvar perpetuamente a los que por �l se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos �( Hebreos 7:25 ).

3. No hay otro or�culo del futuro que el de Dios. Ning�n esp�ritu maligno puede revelar el destino de un alma, ni se puede confiar en �l. Ninguna luz que desv�e fue luz del cielo. El padre de las mentiras no pod�a tener derecho a acreditarse en sus revelaciones de nuestro futuro. Los santos difuntos son incapaces de hacer esto. No se les ha asignado tal funci�n en la econom�a del mundo espiritual. ( R. Steel. )

Saulo en la cueva de Endor

I. Este es el clamor de un alma conscientemente abandonada de Dios. �El Se�or no le respondi�, ni por sue�os, ni por Urim, ni por profetas�.

1. Dios a veces abandona al pecador incluso en este mundo. "Mi Esp�ritu no siempre luchar� con el hombre". �Efra�n se une a los �dolos; d�jalo en paz ".

2. La conciencia de esta deserci�n es la mayor miseria. No hay orfanato tan malo como el orfanato de un alma, un alma que ha perdido a su Dios. Vive para hundirse m�s y m�s profundamente para siempre en la ruina.

II. Este es el grito de un alma profundamente convencida del valor de un ministerio una vez descuidado. "Mirad que no desech�is al que habla, porque si no escaparon", etc.

III. Este es el grito de un alma que se hab�a convertido en v�ctima de los enga�os. La mente del hombre bajo un sentimiento de culpa y deserci�n divina hab�a perdido el equilibrio; su intelecto hab�a sido arrojado del trono, y su imaginaci�n, bajo el despotismo de una conciencia culpable, llenaba su alma de fantasmas espantosos. Los hombres hablan de una mente sana en un cuerpo sano, pero no hay mente sana sin una conciencia sana, una conciencia libre del sentimiento de culpa y sintonizada con las armon�as eternas del derecho.

La raz�n en la atm�sfera de una conciencia culpable es como el ojo en medio de la lluvia de luces pirot�cnicas, deslumbrado por visiones falsas. As� como edificamos nuestras casas y nuestras ciudades con los materiales toscos tomados de la tierra, la imaginaci�n de una mente conscientemente abandonada por Dios construir� su mundo de aflicci�n con los materiales corruptos de su propio coraz�n.

IV. Este es el grito de un alma que se sumerge en las profundidades de la desesperaci�n. Cuando llega la desesperaci�n, una oscuridad desesperada se asienta sobre el alma. El curso del pecado conduce a la desesperaci�n. Cada pecado que comete un hombre apaga una estrella en el firmamento de la esperanza. La moraleja del todo es esta: el bienestar de la humanidad consiste en la comuni�n amorosa con el Padre Eterno. ( Homilista. )

Sin dios, sin esperanza

Este fue un grito arrancado del coraz�n de un hombre que se cre�a abandonado por Dios. "Su alma qued� hu�rfana", sin Dios en el mundo ".

1. �Nunca has sentido ese orfanato, cuando Dios parece haber salido de tus cielos y el universo parece un infinito vasto, sin sol, sin Dios, negro como la noche? �El mundo sin sol! Los tallos de las flores se doblan llenos de l�grimas heladas derramadas por la p�rdida del sol que les dio todos sus colores, las hojas blanqueadas cuelgan sin aleteo en el aire quieto, fr�o, o caen pudri�ndose en la oscuridad, el ganado del campo, perecen por falta de alimentos dulces y calor suave, y los corazones temblorosos de los hombres se congelan dentro de ellos, porque el sol muri� anoche.

Un alma sin Dios, en terrible soledad, sin estrellas, sin sol. Si has sentido ese orfanato y has vivido la duda y la desesperaci�n para creer en Dios, feliz eres. Si nunca lo has conocido, feliz eres tambi�n.

1. Saulo estaba sin Dios en su alma, estaba solo; �Qu� debe hacer? �Hacer! �Que pod�a hacer? �Por qu� no pod�a quedarse callado y quedarse quieto? El sol no estar�a para siempre en el tama�o inferior del mundo, la noche no durar�a para siempre. Uno de los errores m�s fecundos de la humanidad es ese deseo irreprimible de hacer algo; los hombres no pueden esperar. Pascal dijo que la mayor�a de los males de la vida surg�an de que "el hombre no puede quedarse quieto en una habitaci�n". Esta inquietud inquieta es la causa de la depresi�n empresarial; los hombres deben especular, "hacer algo"; hab�a una man�a por la acci�n excesiva.

2. � Saulo har�a algo, no importa qu�! Buscar�a una bruja y ella le ayudar�a a Samuel. Los malos presagios se agolpan en su mente, y su coraz�n se desanim� cuando escuch� al misterioso vidente del m�s all� agregar su palabra fantasmal a su propia previsi�n demasiado triste de desastre y ruina al d�a siguiente. No necesita ning�n fantasma que le diga eso, ya se sabe con demasiada seguridad. �Oh, poder de la conciencia! Una conciencia culpable llena el alma de fantasmas con lengua de maldad.

La tortura de una mala conciencia es el infierno del alma. La conciencia habla en susurros; pero, si no se les presta atenci�n, sus susurros resuenan r�pidamente de ida y vuelta desde las paredes cerradas de la oscura prisi�n del alma, hasta que, reuniendo fuerzas, reverberan como sonidos de truenos. Peque�a como una lombriz de tierra, la conciencia puede hincharse, hasta que por fin se convierte en una gran serpiente punzante.

3. La esperanza es creer en Dios; La esperanza es el ancla del alma, que, arrojada en el oc�ano ondulante que est� lleno hasta reventar, y empujada indefensa por el viento que est� mojado por las tormentas, es firme, porque profundamente enterrada en el seno de Dios est� el ancla, la confianza en nuestro Padre. en el cielo. Los sabios antiguos dec�an que Hope era el �nico regalo que quedaba en la caja de Pandora; es lo �ltimo que muere en un hombre. Perder la esperanza es perderse a uno mismo.

Por la esperanza somos salvos. No te averg�ences de tener esperanza; Espero las cosas m�s elevadas. Ese es nuestro deber cristiano. Un alma que pierde la esperanza en Dios es como un viajero que baja la ladera de una monta�a mientras el sol se pone detr�s de �l; a cada paso que da, su sombra se ensancha, se alarga, se ennegrece, hasta que por fin se ve envuelto en la oscuridad de la medianoche, y con el camino perdido, cae por el pe�asco en ruinas. Espera, pues, en Dios; duda pero acelera el peligro.

Mira hacia arriba, fuera de ti mismo; y aprende que las tinieblas son tuyas, que los cielos resplandecen con luz. �Te desesperas por el bien, diciendo que no hay sol? Abre tus ojos cerrados, la oscuridad est� solo en tu propia alma. La desesperaci�n es el �nico ate�smo; la desesperanza es la incredulidad en Dios; Espero t�; es decir, cree en Dios; el que no cree, es condenado. Pero la esperanza, que es la presencia de Dios, nunca muere, nunca muere ( BJ Snell, MA )

Versículo 14

Y comprendi� Sa�l que era Samuel.

La aparici�n de Samuel

Esta es una escena completamente extra�a y misteriosa. Es una cuesti�n dif�cil y muy debatida c�mo debemos entenderla. Uno o dos comentarios es todo lo que se puede ofrecer aqu�. En primer lugar, no hay ning�n fundamento para suponer una colusi�n entre la mujer y los dos sirvientes de Soul. En segundo lugar, tampoco se puede sostener que Satan�s apareci�, personificando a Samuel. Si, entonces, sostendremos que todos los fen�menos, tanto de la vista como del sonido, formaron una visi�n presentada sobrenaturalmente por Dios; o como ocurrencia real y literal? De visiones hab�a dos variedades principales: Primero, una representaci�n simb�lica vista en un trance, como la presentada a Pedro ( Hechos 10:1 ) o las presentadas ante la mente absorta de Juan (Apocalipsis).

De este tipo, la escena que tenemos ante nosotros no podr�a ser un ejemplo. La figura no es simb�lica. El estado mental es tranquilo y sereno. En segundo lugar, una visi�n milagrosa de objetos reales y presentes. De este tipo fue la visi�n de Zacar�as ( Lucas 1:1 ); de los �ngeles en la tumba ( Lucas 24:23 ); y de Mois�s y El�as en el monte ( Mateo 17:9 ).

En este �ltimo sentido, la visi�n no difiere mucho del entendimiento literal del suceso. A la objeci�n - que fue injusto para Samuel "inquietarlo" as�, se puede responder que la palabra se refiere solo a su cambio de lugar en su aspecto externo, y no necesariamente implica la resistencia del dolor. A la otra objeci�n: que la figura se vio "ascendiendo de la tierra" y, por lo tanto, no pod�a representar el alma de Samuel, puede considerarse satisfactorio decir que la tierra es el lugar de descanso del cuerpo, y la figura apareciendo en el car�cter de un cuerpo, era natural presentar la aparici�n misteriosa como emergiendo del suelo; y que, independientemente de lo que se piense de esto, la objeci�n se sostiene igualmente contra la suposici�n visual.

La �ltima objeci�n que exige ser notificada tiene un terreno m�s elevado, y la respuesta a ella nos llevar� entre los prop�sitos morales a los que sirve esta misteriosa transacci�n. �No era digno de Dios, ni apto para asegurar objetos lo suficientemente importantes como para recomendar a nuestra raz�n una interposici�n como la que implica la teor�a literaria�. Se ver� enseguida que cualquier respuesta que disponga satisfactoriamente de la segunda rama de la objeci�n ser� v�lida contra la primera. Ahora bien, no tendremos que ir muy lejos en busca de fines importantes que realmente sirvan con el suceso.

1. Una severa reprimenda a Sa�l. El culpable recurri� a una agencia que su conciencia condenaba, y que su propia promulgaci�n reciente proscribi� como ilegal y castig� capitalmente como imp�a. El Dios santo lo encontr� en la cara en ese terreno prohibido, en esa obra imp�a. Y enfrentarse as� debe haberlo llenado de abrumadora confusi�n. El profeta de coraz�n tierno lo denunci� sin reserva ni mitigaci�n. Y las reprensiones nunca caen de manera tan aplastante, o con evidencia tan condenatoria de su justicia, como de los labios de una ternura tolerante.

2. Ensayo solemne de la ley que regul� las fortunas nacionales. La calamidad vino como consecuencia del pecado. El santo Rey del cielo los constituy� pueblo sobre esa base. Su mando se quebr� de manera significativa en el caso de Amalek. Esta terrible ofensa a�n estaba derramando sus copas de venganza sobre la tierra. La cat�strofe anunciada por Samuel que ocurrir�a de inmediato fue para agotar los restos de esta venganza sobre la dinast�a condenada de Sa�l. Cu�n sabiamente se adaptaron a golpear en su conciencia la convicci�n de que esta gran calamidad era estrictamente punitiva.

3. Prueba de que el Dios de Israel anul� todos los agentes del mal. De hecho, es algo misterioso, y sin igual, que el santo Jehov� participe en una escena como esta. La misma autoridad soberana se apoder� de Balaam e hizo del hombre malo un verdadero profeta.

4. Una exhibici�n de hechos importantes del mundo espiritual. La existencia del alma despu�s de la muerte; la continuidad de todos sus poderes, y entre ellos la memoria, almacenada con los recuerdos del pasado; la perpetuaci�n del car�cter moral y espiritual. ( P. Richardson, BA )

La aparici�n de Samuel a Sa�l en Endor

Ha habido una gran variedad de sentimientos entre los eruditos y se han dado relatos muy diferentes de esta famosa aventura.

I. La verdad del caso. Algunos han pensado que no hab�a nada m�s que un truco y una prestidigitaci�n mediante los cuales una mujer astuta impon�a la credulidad de Soul. Pero esta opini�n es muy improbable. Porque, si la mujer tuviera la �nica direcci�n de ese asunto, con la �nica intenci�n de imponerse a Sa�l, indudablemente se las habr�a ingeniado para hacer que la pretendida respuesta de Samuel fuera lo m�s agradable y agradable posible para el Rey, y eso especialmente por su propio bien; por temor a ofender a Saulo, y para salvar su propia vida, as� como para procurarle una mayor gratificaci�n.

Porque debe observarse adem�s, que lo que aqu� se habl� como de Samuel fue realmente prof�tico, y se cumpli� puntualmente unos d�as despu�s. Nadie m�s que Dios mismo podr�a haber revelado el secreto. Y cu�n improbable es que Dios use a esta hechicera como profetisa y le d� el honor de revelar sus consejos. Por estas razones, podemos presumir de pensar y juzgar que el asunto aqu� relacionado no fue todo un mero malabarismo o invenci�n de una mujer h�bil, sino algo m�s.

Ciertamente hubo una aparici�n en la tranquilidad, ya sea del fantasma de Samuel, o de alg�n otro esp�ritu personificando a Samuel. Me inclino a pensar que Samuel apareci� de verdad. Las razones de esta interpretaci�n son las siguientes:

1. Este m�todo de proceder es muy conforme a lo que Dios se hab�a complacido en hacer antes, en otros casos de naturaleza similar. Como Balac recurri� a hechicer�as y adivinaciones con la esperanza de obtener alg�n alivio, o al menos promesas justas de ellos. De la misma manera, cuando el rey Ocoz�as hab�a enviado a consultar a Beelzebub, el demonio de Ecr�n, para saber si deb�a recuperarse de la enfermedad que padec�a, esperando, sin duda, obtener all� una respuesta favorable, como probablemente lo hubiera hecho; Dios mismo se preocup� de anticipar la respuesta de El�as el Profeta, quien asegur� a los mensajeros, encontr�ndolos por el camino, que su amo Ocoz�as no se recuperar�a, sino que seguramente morir�a. Probablemente as� fue en el caso de Sa�l.

2. Esta interpretaci�n es simple y natural, y la menos forzada de todas, concordando bien con las palabras del texto. La historia se cuenta aqu� de la manera que uno esperar�a encontrar, suponiendo que realmente fuera Samuel. De modo que si consideramos la letra del texto, y la construcci�n m�s obvia y natural del mismo, nos veremos obligados a confesar que la aparici�n fue realmente Samuel y no otra.

3. Esta construcci�n es muy antigua, la m�s antigua de todas; y parece haber sido la persuasi�n general de la Iglesia jud�a mucho antes de la venida de Cristo. (Sir 46:20). En los mismos sentimientos estaba Josefo, el historiador jud�o, que vivi� en la �poca del ap�stol; y as� pensaron muchos de los primeros padres cristianos.

II. Objeciones contestadas. Se objeta que el texto habla de sacar a Samuel de la tierra; mientras que, si hubiera sido Samuel, habr�a preferido descender del cielo. Pero la verdadera raz�n por la que se representa a Samuel como criado es porque su cuerpo estaba bajo tierra, con el cual su alma todav�a estaba concebida para tener una relaci�n; y fue sobre esto principalmente que se fund� la noci�n popular prevaleciente de que todas las almas separadas est�n en el coraz�n de la tierra.

2. Pero adem�s se objeta que la aparici�n aqu� en la persona de Samuel se queja a Sa�l de estar inquieto o perturbado por �l. Pero el Dios Todopoderoso, con quien los esp�ritus de los justos habitaron perfectamente, podr�a enviar a Samuel en esa ocasi�n para entregar el mensaje de �l.

3. Pero adem�s se objeta que es dif�cil dar una raz�n por la cual Dios, quien se hab�a negado a responder a Sa�l, ya sea por sue�os, o por Urim, o por profetas, deber�a finalmente permitirse responderle de esta manera: y por mediaci�n de una hechicera malvada. Pero puede ser f�cil explicar por qu� Dios respondi� a Saulo de esta manera, ya que lo expon�a y lo aflig�a m�s severamente que en cualquier otro, despu�s de que se lo merec�a ricamente.

4. Pero a�n se objeta adem�s que las predicciones de la aparici�n, bajo el nombre de Samuel, no eran verdaderas y, por lo tanto, no pod�an ser las de Samuel. Pero las cosas predichas fueron verificadas exactamente, y el evento respondi� a la profec�a en cada detalle. Las cosas sucedieron cuatro o cinco d�as despu�s. Dice: Ma�ana estar�is conmigo t� y tus hijos. Pero los mejores cr�ticos reconocen que la palabra que traducimos en ingl�s, ma�ana, tambi�n puede traducirse muy pronto, lo que realmente significa en este lugar.

5. Bien, pero �no se dice: Ma�ana estar�is conmigo t� y tus hijos? Entonces, �era Sa�l un hombre tan perverso para ir tras la muerte al mismo lugar bendito con el justo Samuel? El texto no determina nada en absoluto del estado de ninguno de los dos despu�s de la muerte. Todo lo que se quiere decir con las palabras, estar�s conmigo, es, morir�s; agregue as� que result�.

III. Usos pr�cticos.

1. Observe cu�n descuidados e irreflexivos pueden ser los hombres en su prosperidad y hasta que llegue la hora de la angustia.

2. Que en tales casos, por lo general, Dios muy justamente aparta Su o�do y no responder� de la manera ordinaria a un ofensor tan grave.

3. Observe, adem�s, cu�n miserable, cu�n melanc�lico es para un hombre haber pecado hasta el punto de ser completamente abandonado por Dios, y que el mejor amigo del mundo se convierta en su enemigo. La conclusi�n pr�ctica de todo esto es que aprendemos a poner un verdadero valor en el favor y la amistad de Dios, y que utilizamos nuestros mayores esfuerzos tanto para procurarlo como para preservarlo. ( D. Waterland, DD )

Versículo 15

Dios se ha apartado de m�.

"Sin Dios en el mundo"

No est� en el poder del lenguaje describir una condici�n m�s terrible y desesperada para una criatura racional que la que se establece en estas cinco palabras de la Escritura. Y el punto culminante de la descripci�n de Pablo del estado no regenerado del hombre es: "Sin esperanza y sin Dios en el mundo". Echemos un vistazo al verdadero significado y significado de las palabras.

1. No significan que Dios los ha absuelto de toda obligaci�n, que ya no mantiene relaciones con ellos, que ha retirado su supervisi�n y no siente preocupaci�n por ellos. Porque �l los tiene en cuenta estrictamente lo mismo que a otros hombres; Conoce su conducta diaria, como si estuvieran en t�rminos de intimidad.

2. Pero s� quieren decir:

(1) El lanzamiento del favor de Dios. Son "extraterrestres" de Su amor. No tiene complacencia en ellos. "Dios no est� en todos sus pensamientos". Viven solo por Su tolerancia.

(2) Significan el retiro de Su presencia especial, Su Esp�ritu Santo, las se�ales de Su favor, el reconocimiento y la conciencia interior de que �l es un poder amistoso con quien tienen que tratar. No hab�a habido se�ales o revelaciones que le declararan el terrible hecho. As� que todo imp�o sabe y siente. No necesita que ning�n esp�ritu suba de la tumba para anunciarlo.

(3) Significan que todo trato amistoso entre Dios y ellos ha cesado. Sa�l suplic� al Se�or cuando el desastre y la calamidad le sobrevinieron a �l ya su reino; pero busc� en vano.

3. � Mire lo espantoso de tal condici�n!

(1) Estar �sin Dios en el mundo� es estar desprovisto de todo elemento de verdadera felicidad.

(2) Poseer un car�cter que no tiene ning�n elemento de valor moral.

(3) Estar a merced de todas las fuerzas de la depravaci�n, humanas y diab�licas, sin defensa, sin escudo, sin nada para mitigar el mal.

(4) No solo estar sin amigos y ser miserable "en el mundo" sino "sin esperanza" por la eternidad. ( JM Sherwood, DD )

La humanidad conscientemente abandonada de Dios

Hay dos etapas en la historia de la depravaci�n humana.

1. El hombre abandona a Dios. Dios llama y el hombre se niega.

2. Dios abandona al hombre. El Eterno se aparta de �l, lo que significa una interrupci�n de las propuestas de Su amor y Sus agentes para restaurar; es dejar al hombre solo para cosechar el trabajo de sus propias manos; es el m�dico que entrega al paciente; el padre tierno cerrando la puerta a su hijo r�probo. En la primera etapa, encontramos las vastas mayor�as de la humanidad en todas las �pocas; en el segundo, podemos encontrar algo de tierra en cada per�odo.

Esta etapa es el infierno. La primera etapa es la libertad condicional; la segunda etapa es la retribuci�n. Esta segunda y �ltima etapa que hab�a alcanzado Sa�l. Todos los or�culos rectores le fueron silenciados. El Se�or no le respondi�, ni por sue�os, ni por Urim, ni por profetas. Profunda es la necesidad que siente por ayuda sobrenatural. Se siente abandonado por Dios. Este pasaje presenta tres consideraciones sobre la humanidad en este estado.

I. Que la humanidad, consciente de la deserci�n de Dios, se sentir� siempre impresionada por la necesidad de los medios perdidos de la comuni�n divina. Hubo un tiempo en que Sa�l se comunicaba con su Hacedor. Los profetas le eran accesibles. Pod�a consultar al Urim sobre el pecho del sumo sacerdote; pero ahora lo hab�a perdido todo: hab�a matado al sumo sacerdote; Samuel estaba muerto; el Esp�ritu del Se�or lo abandon�, y los cielos se cerraron contra �l.

Cu�n profundo y serio es el grito: "Hazme subir a Samuel". �Oh! por una palabra de Dios ahora. �Oh! que podr�a recibir un mensaje m�s de esos cielos sellados. El clamor profundo de la humanidad, bajo la conciencia de que Dios la hab�a abandonado, es: ��Oh! que yo sab�a, pero donde podr�a encontrarlo ". Cautivos en Babilonia, �c�mo valoraban los jud�os el templo que, tal vez, a menudo descuidaban cuando estaban en casa? Pecador, valora y mejora los medios de la comuni�n Divina ahora: Dios te est� hablando, a trav�s de los ministros, la Biblia y otros libros.

II. Que la humanidad, consciente de la deserci�n de Dios, se convierte en objeto de espantosos enga�os. Me parece que tales delirios surgen naturalmente de su excitado estado de lodo.

1. Presentaba una v�vida visi�n del maestro cuyos consejos hab�an sido desatendidos. La imaginaci�n de un pecador afligido por la conciencia sacar� viejos ecos de sus tumbas, les dar� voz y les har� hablar de nuevo.

2. Proclam� el pecado y pronunci� la condenaci�n. ( 1 Samuel 28:18. ) La imaginaci�n ahora da voz de trueno a todo este susurro de conciencia. La imaginaci�n es una facultad terrible cuando se ve influida por una conciencia culpable. �Qu� visiones puede desplegar! Puede crear un mundo subjetivo, cuyo firmamento es "negro como cilicio", cuyos inquilinos son demonios, cuya atm�sfera tormentosa es rasgada por rel�mpagos y cargada de gritos de angustia.

III. Que la humanidad, consciente de la deserci�n de Dios, debe hundirse en una desesperaci�n absoluta. Aqu� la desesperaci�n postra al hombre. La mente culpable, desesperada, pierde tres elementos de poder.

1. Esperanza. �Qu� elemento tan inspirador es este! �C�mo se sostiene bajo prueba! �C�mo estimula en la empresa!

2. Objeto. La mente solo es poderosa y feliz si tiene alg�n prop�sito para ocupar su atenci�n y energ�as: pero en la desesperaci�n no hay prop�sito; la mente mira hacia el exterior en el universo oscuro y no encuentra nada que hacer.

3. Simpat�a. Una mente abandonada por Dios no siente simpat�a: todos los corazones retroceden ante un alma condenada por el pecado y se vuelve sobre s� misma. ( Homilista. )

Abandonado por Dios

Es la confesi�n m�s triste y desesperada que jam�s haya salido de labios humanos. Podemos simpatizar con la amargura de las p�rdidas y los duelos m�s ordinarios de los hombres. Pero no podemos levantarnos a la agon�a total de la confesi�n de Saulo, ni simpatizar con la tristeza y la desesperanza del esp�ritu que gime a trav�s de ella, como los vientos a trav�s de las b�vedas de los muertos.

I. Consideramos la partida de Dios. Hay dos grupos de fuerzas morales en el mundo que compiten entre s� por la posesi�n del esp�ritu del hombre, llamado en las Escrituras el uno, los poderes del mundo venidero; el otro, los poderes de este presente mundo maligno. El primero es un orden santo y ben�fico de influencias que tienen su origen en la naturaleza y la vida de Dios; el �ltimo es un orden destructivo, despojador y degradante.

Ahora bien, as� como las leyes y fuerzas del mundo material construyen la econom�a externa de las cosas, estos dos conjuntos de influencias moldean y forman el car�cter humano. Evidentemente, son diametralmente opuestos entre s� en su objetivo y tendencia; tratan de llevar y tirar del esp�ritu de vida de cada hombre en direcciones opuestas. Por tanto, lo que hab�a sucedido en la experiencia de Saulo era esto: que el conjunto de virtudes o energ�as santas que tienen su origen en Dios y que atraen a los hombres hacia Dios, hab�a dejado de luchar por la posesi�n de su esp�ritu; y lo hab�a dejado a la soberan�a indiscutible de los poderes de este mundo malvado presente.

Y mire lo que sucedi� en la naturaleza de Saulo cuando Dios se apart� de �l en este sentido, el �nico sentido en el que Dios se aparta de un hombre. Su naturaleza, una vez hermosa, valiente y varonil - varonil y valiente y hermosa mientras Dios se quedara para hacerlo y mantenerlo as� - se volvi� sospechoso, amargo e inquieto, y se llen� de un miedo servil. Es una ley que se mantiene para siempre, que es tan fija e inalterable como las leyes del universo f�sico; es una ley eterna que la separaci�n de Dios implica desorden moral y la tiran�a de todas las influencias destructoras que se aprovechan de los corazones humanos.

La experiencia de Saulo nos revela lo que suceder�a si Dios se apartara de la vida social de hoy, ya sea la vida del pueblo, la vida comercial o la vida de la corte; �Se apart� de alguna de las esferas de la vida donde los hombres se encuentran, se asocian y tratan con los hombres? La sociedad es imposible sin la presencia sentida de Dios, que lucha contra el pecado y lo mantiene en el coraz�n de los hombres. Y tambi�n en el caso del individuo, toda clase de desorden moral y miseria est� involucrada en la partida de Dios.

El alma individual es el �mbito de las actividades m�s santas y benditas de Dios. Oh, es terrible cuando Dios, como fuerza moral en el alma, se aparta de un hombre; porque en este mundo hay una gran conspiraci�n y confederaci�n contra nuestro verdadero bien, cuya astucia solo Dios puede desconcertar y solo Dios puede confundir. Sin �l, nuestras mismas concepciones de la justicia ser�an indignas; nuestras conciencias se quemar�n, como si un hierro candente hubiera pasado sobre ellas, amortiguando sus sensibles papilas; Nuestros corazones dar�n a luz a malos planes, planes imp�os y pensamientos de placeres prohibidos y sin ley.

Toda nuestra naturaleza se enmohecer� y se corromper�, a menos que las dulces y refrescantes aguas de la vida circulen en nosotros. En resumen, no hay crimen o pecado que no sea posible y que probablemente suceda en la vida del hombre de quien Dios se ha apartado.

II. Ahora tenemos que considerar lo que hizo Sa�l para obligar a Dios a partir. Fue la desobediencia y la perversidad de temperamento de Sa�l lo que ahuyent� a Dios. Mediante los recursos necesarios de pasar por alto, despreciar, rechazar, fatigar y agotar la presencia reprobadora del esp�ritu de Dios en �l, hab�a logrado aislar completamente su alma y el alma de las almas. Decidi�, contra su mejor raz�n, guardar sus pecados y su mal coraz�n, y tomar su propia voluntad y su propio camino.

El gran Padre de todos nosotros nunca env�a un esp�ritu maligno al coraz�n y la mente de los hombres. Todo esp�ritu que proviene de la c�rnea de Dios, proviene de santos ministerios de amor y bendici�n; viene a esforzarse por poner a los malos bajo el poder de la bondad; Viene a la guerra una noble guerra contra el mal que Sa�l apret� contra su alma como si fuera su amigo probado y adoptado. �Qu� es lo que convierte a Dios en un enemigo implacable? o, m�s bien, �qu� es lo que aparta tanto nuestros ojos de la l�nea recta de la visi�n moral que parece que vemos al gran Padre amoroso ya un tirano? Decimos pecado.

S�; pero �qu� tipo de pecado? Pecados como los de No�, David y Pedro - embriaguez, lujuria y asesinato, falsedad y blasfemia - alienan a Dios hasta la hora oscura de la angustia Domos, pero no obligan a una partida absoluta. El pecado de Saulo debe haber sido el imperdonable: la negativa decidida a entregar el esp�ritu de nuestra vida en las manos de Dios para que �l nos forme y nos moldee. ( James Forfar. )

Saulo Dios abandonado

�Qu� complicaci�n de calamidades! �Qu� diluvio de angustia y miseria!

I. Reflexione un momento sobre el lenguaje de su denuncia. "Los filisteos han venido sobre m�". Por desproporcionadas que sean las fuerzas de un ej�rcito defensor, un rey cristiano y un pueblo cristiano est�n seguros. �Caer�n mil a su lado, y diez mil a su diestra, pero no se acercar� a ellos�. Pero cuando un hombre abandona al Se�or hasta la temporada de angustia, �qui�n puede preguntarse si su arrepentimiento est� desprovisto del car�cter de sinceridad, y se le deja perecer? �Si camin�is en contra de m�, yo andar� en contra de vosotros�, es la amenaza de ese Dios que tiene tanto justicia como misericordia.

1. Pero a�n as�, escuche su clamor: "El Se�or me ha desamparado". �Esto es indescriptiblemente espantoso! Mejor que todo el mundo nos deje, mejor que perdamos nuestra salud, nuestra fuerza, nuestra propiedad, nuestros amigos, que ser abandonados por Aquel cuya sonrisa es el Cielo, cuyo ce�o fruncido es el infierno. �Qu� estado de abandono, qu� estado de orfanato! Sin ojo para la compasi�n, sin brazo para salvar. Pero, �qu� se sigue de tal retraimiento del m�s grande y mejor de los Seres? La ceguera penal de la mente, la dureza del coraz�n, el dominio incontrolado de las pasiones malignas, dejaron presa al tentador y a la influencia y las asociaciones de los hombres malvados.

Pero esto no es todo; esc�chalo una vez m�s: "Y el Se�or no me responde, ni por profetas ni por sue�os". Esto, si es posible, es a�n m�s angustioso y espantoso que antes. �Qu� privilegio es la oraci�n! �Qu� debe ser para que nuestras oraciones sean rechazadas?

II. El m�todo que adopt� para obtener alivio. �Qu� miserable recurso para calmar la angustia de una conciencia culpable! Y sin embargo, �cu�ntas veces vemos subterfugios, igualmente insostenibles e inseguros, a los que recurren los transgresores para sofocar la convicci�n, evitar la reflexi�n, silenciar las acusaciones de una mente culpable y obtener un peque�o alivio temporal?

III. Contemplemos ahora su derrocamiento, su muerte vigilante. �Qu� sugiere este tema para nuestra mejora mutua?

1. Cu�n posible es vivir y morir sin esperanza en el mundo aunque rodeado de ventajas religiosas.

2. Aprendemos las terribles consecuencias de la rebeli�n contra Dios. ( B. Lixiviaci�n. )

Reprobaci�n

Deseo poner ante ustedes el fin al que en este mundo el pecado permitido trae finalmente al hombre impenitente. Ahora, ese estado se habla en la Palabra de Dios bajo varias descripciones horribles. Se describe como uno en el que el coraz�n se endurece; como uno en el que un hombre es "entregado a una mente reprobada"; en el que es "reprobado a toda buena obra"; en la cual los hombres �se han entregado a la lascivia, para trabajar toda inmundicia con codicia.

"Se habla de ellos como" r�probos en cuanto a la fe "; como habiendo �atesorado� para s� mismos �ira para el d�a de la ira�; como habiendo �contristado� - s�, y �apagado� - el �Esp�ritu Santo de Dios�. Ahora bien, estos pasajes de la Palabra de Dios bastan por s� mismos para mostrar que hay aqu� en este mundo un estado como el de la impenitencia final: �y qu� se puede agregar a esas palabras para describir su miseria y horror! Sin embargo, puede ser bueno para nosotros, en lugar de simplemente descansar en ellos, examinar m�s en detalle en qu� consiste su temor; para que as�, por la misericordia de Dios, seamos impulsados ??por la vista a clamar a �l con mayor sinceridad para que nos salve de todo peligro de caer en este estado tan mortal.

1. Ahora, al entrar en este tema, debemos recordar lo que est� involucrado en esa cierta verdad que se nos presenta de un extremo al otro de la Biblia, a saber, que nosotros, en este mundo, estamos realmente en un estado de libertad condicional.

2. Ahora, marque c�mo se cumple ese per�odo de prueba:

(1) Estamos ubicados entre una multitud de cosas externas, que perpetuamente nos obligan a elegir si actuaremos de esta manera o de aquella; y cada una de estas elecciones debe estar de acuerdo con la santa y perfecta Voluntad de Dios, o oponerse a ella.

(2) Pero adem�s, la prueba especial de nosotros los cristianos consiste en ser colocados entre estas tentaciones bajo la influencia personal de Dios el Esp�ritu Santo; de modo que en cada acto de elecci�n tan distinto, hay una rendici�n directa o una oposici�n directa a Sus sugerencias secretas. Adem�s, estas influencias secretas de �l se describen como el Poder que moldea eficazmente a quienes se someten a ellas.

Por eso se dice que �l "los gu�a a toda la verdad". Para que siempre est� con nosotros; tocar los resortes m�s �ntimos de nuestro ser; sostener y renovar nuestra vida en su fuente m�s alta de existencia; actuando sobre nosotros por moderaci�n, por solicitud, por sugerencia, por asistencia en cada elecci�n.

(3) Esta, entonces, siendo nuestra probaci�n moral y espiritual, no s�lo es cada acto voluntario de nuestro esp�ritu en contradicci�n con la Voluntad de Dios una fijaci�n de nuestra voluntad en oposici�n a Su Voluntad; pero, adem�s, es en nosotros una resistencia personal directa a la acci�n sobre nuestras almas de Dios el Esp�ritu Santo. Y la consecuencia necesaria de cada acto de resistencia de este tipo debe, mediante un proceso doble, llevarnos hacia la impenitencia final.

Primero, por nuestra propia constituci�n moral, romper cualquier restricci�n del mal, o resistir cualquier sugerencia de bien, nos lleva por una reacci�n inevitable algo m�s lejos de lo que est�bamos antes en la direcci�n opuesta. Esto primero; y luego, y mucho m�s all� de esto, al resistir as� al Esp�ritu Santo hacemos que �l retire de nosotros aquellas influencias para bien en las que s�lo tenemos la fuente y la posibilidad de enmienda. �sta es la terrible verdad contenida en exhortaciones como la del Ap�stol.

"No contrist�is al Esp�ritu Santo de Dios". Ahora bien, el efecto de tal conducta en un amigo terrenal ser�a que lo llevar�a a apartarse de la relaci�n �ntima de un afecto no perturbado; y as� se nos ense�a que desde el coraz�n al resistirle, el Santo se retira. Ahora bien, como consecuencia necesaria de tal retirada, el progreso del alma abandonada hacia la dureza final es inevitable.

La calidad da�ada del suelo hace que se necesite m�s urgentemente que antes, si ha de producir un buen crecimiento, el refrigerio de las lluvias refrescantes, y en ese mismo momento ha salido a las nubes del cielo el decreto de que no llueva sobre eso.

3. Lo que debe ser el proceso descendente de tal alma lo podemos ver de inmediato recordando lo que vimos como las influencias de la gracia del Esp�ritu sobre alguien a quien estaba santificando, y estimando as� las consecuencias de su retirada. Porque las reprensiones por el pecado en un coraz�n as� se hundir�an primero en un susurro y luego se extinguir�an en silencio. Y cuando expiraran, la conciencia se enmudecer�a y, por lo tanto, desaparecer�a la primera causa de una penitencia salvadora.

A continuaci�n, la voz secreta que ense�aba al coraz�n y le recordaba las palabras de Cristo dejar�a de hablar; y con esto fallar�an tambi�n esos primeros dibujos de los afectos hacia Dios, que son como el tierno capullo de una futura penitencia, y que s�lo pueden despertar bajo la Cruz de Cristo, y dentro del sonido de sus palabras de amor, como el Bienaventurado. El esp�ritu los revela al alma. De modo que no habr�a nada en un coraz�n as� para comenzar esa obra de verdadero arrepentimiento, que sin la ayuda del buen Esp�ritu no puede originarse en el hombre ca�do.

Ni siquiera esto es todo. Porque en este coraz�n no habr�a derramamiento de las dulces influencias vivificantes del amor; no se sellar�a con la presi�n de una mano moldeadora hasta el d�a de la redenci�n. De modo que ese coraz�n debe endurecerse cada d�a. La ley del mal debe impregnarlo cada d�a m�s a fondo, hasta que llegue a elegir el pecado como pecado: mientras que de tal estado no hay nada que lo despierte. Y esta es la oscuridad exterior espantosa, desesperada, sin rayos, de la impenitencia total y final de un alma razonable que ha fracasado por completo en su probaci�n moral.

Aqu�, entonces, llegamos a la consumaci�n de este curso. Conduce a una desesperaci�n impenitente. Entonces, en este punto, hagamos una pausa por un momento y veamos la conclusi�n a la que hemos llegado. Es que este estado de impenitencia final y desesperada es la conclusi�n natural de una vida pasada bajo las influencias del Esp�ritu Bendito de Dios por un agente moral razonable, que por su negligencia o resistencia a ellos, hace que se conviertan en su m�xima condenaci�n.

Porque como la muerte no puede llegar a ning�n hombre por casualidad, como la hora de cerrar su d�a de prueba debe ser fijada exacta y ciertamente para cada hombre por la voluntad soberana de Dios, �no se sigue necesariamente del hecho de que Dios lo haya puesto en este per�odo de prueba? , que ning�n hombre es sacado de su vida de prueba con la prueba incompleta? que no se quita ning�n sarmiento de la Vid viva hasta que se tenga la certeza de que no dar� fruto.

En fin, en lugar de ser algo raro y poco com�n que los hombres alcancen un estado de impenitencia final, es el secreto real y m�s espantoso de toda muerte desesperada. Y si esto es as�, �con qu� car�cter espantoso reviste esta verdad toda concesi�n de pecado voluntario en nosotros los cristianos! Esa libertad condicional difiere, por supuesto, necesariamente en cada hombre diferente. El mismo acto de pecado puede encarnar en s� mismo, en el caso de dos hombres diferentes, grados completamente diferentes de resistencia al Esp�ritu Santo.

Esa es la lecci�n que nos ense�an los ejemplos que se nos presentan en la Palabra de Dios. Sin embargo, al menos dos de esos ejemplos se nos presentan en sus p�ginas: el de Saulo en el Antiguo Testamento y el de Judas en el Nuevo. En la historia de Sa�l se trazan con minuciosidad los dones de gracia contra los cuales se hab�an cometido sus pecados de obstinaci�n y rebeli�n contra Gad, hasta que �el Esp�ritu del Se�or se apart� de Sa�l, y un esp�ritu maligno del Se�or se turb� �l.

Desde entonces, los rasgos de alguien cuyo coraz�n se estaba endureciendo nos miran siempre desde su vida. �Y qu� fin le trae todo esto! �Qui�n puede leer indiferente el relato de esos latidos salvajes de desesperaci�n que lo llevaron a �l, que en sus mejores d�as hab�a separado de la tierra a los que ten�an esp�ritus familiares ya los magos de la tierra, a la hechicera de Endor? o la historia de todo lo que le esperaba? El tentador enga�oso, ahora convertido en el acusador despiadado, tom� la expresi�n feroz de ese coraz�n todav�a duro aunque roto: "Estoy muy angustiado", etc.

Aqu� no hay mezcla de misericordia con juicio, ning�n llamado al arrepentimiento, ning�n dulce susurro de perd�n. Estas, entonces, son nuestras lecciones de este temible tema. Primero, que nos esforzamos diligentemente por mantener tal temperamento de observancia vigilante de los movimientos del Esp�ritu Bendito, de modo que nunca podamos resistir o descuidar desprevenidos ninguno de Sus indicios m�s ligeros. Sin esta observancia vigilante, estamos seguros de interrumpir su obra.

Porque si el alma se arde de mundanalidad o se cubre con el polvo de la tierra, �c�mo recibir� esos colores celestiales con los que �l la iluminar� y adornar�? si est� perpetuamente distra�do por diez mil preocupaciones, �c�mo estar� listo para entretener su presencia? Por �ltimo, si por nuestra excesiva debilidad hemos ca�do, aprendamos a mirar directamente a la cruz de Cristo, y esforc�monos diligentemente en Su fuerza para levantarnos de nuevo; que volamos hacia �l como por nuestras vidas, clamando s�lo a �l desde nuestra humildad: �No desampares, oh Se�or, la obra de tus propias manos; no me arrojes lejos de tu presencia; y no quites de m� tu santo Esp�ritu �. ( Obispo Wilberforce. ).

Información bibliográfica
Exell, Joseph S. "Comentario sobre "1 Samuel 28". El Ilustrador Bíblico. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tbi/1-samuel-28.html. 1905-1909. Nueva York.