Bible Commentaries
1 Samuel 6

El Ilustrador BíblicoEl Ilustrador Bíblico

Versículo 1

Y el arca de Dios estaba en la tierra de los filisteos.

Aspectos terribles del car�cter de Dios

Por fin, el arca abandona la tierra de los filisteos. Durante siete terribles meses se hab�a extendido entre ellos la ansiedad, el terror y la muerte. Nada m�s que la ruina parec�a probable que surgiera de una residencia m�s prolongada del arca en sus territorios. Se alegraron de deshacerse de �l, emerods dorados, ratones dorados, carro nuevo, vacas lecheras y todo. Es una verdad solemne que hay aspectos del car�cter de Dios, aspectos del car�cter del Salvador, en los que �l es s�lo un terror y un problema.

Estos son los aspectos en los que se ve a Dios opuesto a lo que los hombres aman y aprecian, arrancando sus tesoros de ellos o arranc�ndolos de sus tesoros. Es terrible conocer a Dios solo en estos aspectos. Sin embargo, es el aspecto en el que Dios suele aparecer al pecador. Es el aspecto en el que nuestra conciencia le presenta cuando somos conscientes de haber incurrido en su disgusto. Y mientras el hombre sigue siendo un pecador y est� enamorado de su pecado, puede tratar de disfrazar el solemne hecho en su propia mente, pero es cierto que su deseo secreto es deshacerse de Dios. ( WG Blaikie, DD )

Versículo 3

No lo env�e vac�o.

La superstici�n del mono de la verdadera devoci�n

Estos sacerdotes supersticiosos pueden aconsejarles que no env�en el arca de Dios vac�a, sino que la den como ofrenda por el pecado. No hab�an vivido tan lejos del humo de los altares jud�os, pero sab�an que Dios estaba acostumbrado a m�ltiples oblaciones. Ning�n israelita podr�a haber dicho mejor; la superstici�n es el simio de la verdadera devoci�n, y si muchas veces no mira a la base de ambas, es dif�cil, por los actos externos, distinguirlas.

La naturaleza misma nos ense�a que Dios ama la mano llena. El que ha sido tan generoso con nosotros como para darnos a todos espera que le devolvamos alguna ofrenda. Si le presentamos nada m�s que nuestros pecados, �c�mo podemos esperar ser aceptados? Los sacrificios bajo el Evangelio son espirituales; con ellos debemos llegar a la presencia de Dios si deseamos llevarnos la remisi�n y el favor. ( Obispo Hall. )

Versículo 4

�Cu�l ser� la ofrenda por la culpa?

Ofrendas a los dioses

La idea de presentar ofrendas a los dioses correspondientes al objeto en relaci�n con el cual fueron presentadas a menudo fue aplicada por naciones paganas. �Los que se salvaron del naufragio ofrecieron fotograf�as del naufragio, o de la ropa que ten�an en ese momento, en el Templo de Isis; esclavos y cautivos, en agradecimiento por la recuperaci�n de su libertad, ofrecieron cadenas a los Lares, gladiadores retirados, sus armas a H�rcules; y en el siglo V prevaleci� entre los cristianos la costumbre de ofrecer en sus iglesias oro o plata, manos, pies, ojos, etc.

, a cambio de curaciones efectuadas en esos miembros respectivamente en respuesta a la oraci�n. Esta fue probablemente una costumbre pagana transferida a la Iglesia cristiana, ya que todav�a se encuentra un uso similar entre los paganos en la India ". ( Speaker ' s Comentario. )

Versículo 9

Fue una casualidad que nos pas� a nosotros.

El ministerio del azar

El mundo cree en el azar, y sin duda hay alg�n fundamento para su creencia, pero podemos dudar de si ese fundamento constituye un fundamento real. �Qu� significa casualidad? Significa que es algo que sucede, se cae, sin ser previsto o intencionado. Nada sucede imprevisto por la Gran Mente que gobierna sobre todo. Toda oportunidad es "direcci�n que no puedes ver"; pero aunque no lo vemos, la direcci�n no estaba menos all�.

1. La doctrina del azar se ha aplicado a la formaci�n del mundo. Se ha dicho que el mundo es el resultado de la interacci�n de los �tomos a lo largo de toda la Eternidad pasada, cayendo finalmente por casualidad en una disposici�n ordenada. Supongamos que se juntan un inmenso n�mero de alfabetos - un n�mero suficiente de ellos, por ejemplo, para componer la Biblia, digamos un mill�n de letras m�s o menos - y que alguien fuera designado para que los arrojara cada segundo. a lo largo de cien millones de a�os, �hay alguna probabilidad de que se reduzcan una vez en un orden tal que haga la Biblia, o un solo libro de la Biblia, o un solo cap�tulo de la Biblia, o un solo vers�culo? Neverso Sin embargo, eso es exactamente lo que Lucrecio supuso que suceder�a con la creaci�n del mundo a partir de la interacci�n de los �tomos.

Debe haber inteligencia; debe haber un dise�o para obtener lo que llamamos el mundo. La palabra griega que traducimos "mundo" significa algo arreglado, algo ordenado y, por tanto, hermoso.

2. Las tendencias, es decir, las leyes, pueden ser observadas y previstas. Y este es el gran negocio del hombre, como observ� Bacon: �El hombre, ministro e int�rprete de la naturaleza, hace y comprende tanto como sus observaciones sobre el orden de la naturaleza, ya sea con respecto a las cosas o la mente, le permiten, y ni sabe ni es capaz de m�s ". Es decir, debe averiguar qu� orden le ha dado Dios a la naturaleza y guiarse en consecuencia.

Si las cosas se salieran por casualidad, ser�a absolutamente imposible prever o guiarnos a la vista de cualquier evento. Si encontr�ramos que el ladrillo duro de hoy era blando como su arcilla original ma�ana, y eso sin raz�n perceptible; o la madera fuerte fue atacada con debilidad a intervalos variables e inciertos; o que la pizarra que arroj� muchas veces la lluvia de ayer se convirti� en un cedazo para el torrente de hoy; o que la ventana que era trasl�cida se hab�a vuelto repentinamente opaca; si no pudi�ramos asignar ninguna raz�n para estos cambios repentinos, y todas las dem�s cosas fueran iguales en esto, ser�amos completamente incapaces de realizar un trabajo �til.

Si la mente humana fuera lo suficientemente poderosa para asimilar y calcular todas las diversas fuerzas que intervienen en los movimientos de cada uno, ser�a capaz de mostrar las razones del menor cambio en la direcci�n y fuerza del viento, de la m�s peque�a bandada de viento. la nube, y de cada destello de la aurora del cielo del norte, y de cada variaci�n en la salud del hipocondr�aco. Todav�a es posible que la ciencia pueda predecir lo que, en tiempos pasados, solo era posible para la profec�a.

3. Pero se puede preguntar: ��Qu� opinas de un milagro? �No es esa una ruptura del orden y la continuidad de la naturaleza que equivaldr�a a la intrusi�n del azar? " Decimos que no, porque un milagro es solo la operaci�n de una ley superior, es solo el resultado de la influencia del Gran Mec�nico, quien, seguramente, no deber�a quedar fuera de nuestro c�lculo de lo que es posible en este mundo complejo. de los nuestros.

La ciencia deber�a admitir modestamente que puede haber una direcci�n que ella no puede ver - que hay una Providencia "que da forma a nuestros fines, �spelos como queramos" - que fuera del marco de la naturaleza hay una Mente inteligente, y que hay Pueden ser razones de su interferencia tan fuertes como las que operan sobre el director de la f�brica para reparar una rueda rota o para reducir un movimiento demasiado violento.

Esta esfera, llamada en nuestro vocabulario imperfecto el de milagro, est� muy alejada de la del azar, donde siempre reinan la incertidumbre, la duda y la incapacidad. Pero se puede sugerir aqu� que deber�amos entrar en alguna investigaci�n sobre la oraci�n y sobre su poder para resistir el orden habitual de la naturaleza, y as�, por as� decirlo, dejar de lado el gobierno de la ley. Ahora bien, aqu� dir�a que, en relaci�n con la oraci�n, debemos tener en cuenta que con su respuesta, en las Escrituras, el ministerio de los �ngeles est� estrechamente asociado.

Verdaderamente, es una ciencia pobre la que s�lo reconoce lo visible y tangible, lo pesable y mensurable, mientras nos rodean en el �ter ambiental, o dentro de nosotros en lo m�s rec�ndito de la mente, los esp�ritus ministrantes, �enviados a ministrar a los que ser�n herederos de la salvaci�n ". Pero debe observarse que todo lo que hacen estos esp�ritus ministradores, no se hace para producir confusi�n en el mundo, sino en total conformidad con las leyes inferiores que observa la ciencia.

En nuestro pensamiento no puede introducirse ning�n desorden, cuando se tienen en cuenta las fuerzas superiores. Tomemos el caso de la resurrecci�n de Cristo. La ciencia, que no tuvo en cuenta el Esp�ritu de santidad, ni tuvo en cuenta el Esp�ritu de Dios con el que fue lleno por encima de toda medida, dijo que no era posible que resucitara; pero el Ap�stol nos dice que no era posible que fuera retenido de muerte.

Dios estaba en �l con tal presencia y poder que la muerte fue vencida y la vida, arrebatada violentamente, fue restaurada. Sin el poder divino en Cristo, los cient�ficos de la �poca ten�an toda la raz�n al asumir la imposibilidad de la resurrecci�n; pero (y aqu� no hay ninguna posibilidad, sino la presencia de una causa poderosa) todos eran astrales al pensar que no hab�a resurrecci�n para �l. Era absolutamente seguro que resucitar�a; hab�a una causa m�s poderosa que la muerte operando para Su restauraci�n.

Todo esto es ciertamente conforme a la ley, como dice Pablo: "La ley del esp�ritu de vida en Cristo Jes�s me ha librado de la ley del pecado y de la muerte". Se puede observar que, al menos, en aquellos casos que han sido tratados por personas piadosas como respuestas a las oraciones, los naturalistas han razonado invariablemente que los mismos resultados habr�an ocurrido sin la intervenci�n de la oraci�n en absoluto, lo que significa que ellos, al menos, no constat� que se produjera ning�n desorden por ning�n poder que ejerciera la oraci�n.

Estas intervenciones en respuesta a la oraci�n, por agencia angelical o de otro tipo, no parecen dar raz�n para afirmar que el azar tiene alg�n alcance o juego en el mundo. Entendido esto, tambi�n podemos decir una palabra con respecto a la frecuencia de las operaciones de tal agencia espiritual. �Son frecuentes, o s�lo ocurren de forma casual e irregular? �Se limitaron a Palestina y a los per�odos prof�ticos, o est�n en funcionamiento en todo momento y en todas las esferas del mundo? Responde, decimos, sin duda, que siempre est�n trabajando como siempre est�n viviendo y trabajando seg�n la ley, es decir, seg�n la direcci�n de Dios.

Pero seguramente podemos afirmar que no interfieren con ninguna ley de la naturaleza, ni se debe confiar en ellos en respuesta a ninguna oraci�n ofrecida para protegernos contra calamidades que podr�amos haber evitado o que nos hemos provocado por falta. de la previsi�n adecuada.

4. Al no existir, entonces, el azar y la violaci�n de las leyes de la materia por un poder superior, es claramente nuestro deber saber cu�les son esas leyes, especialmente aquellas que regulan el negocio, el comercio, la profesi�n o llamada de cada uno. Puede ser que, despu�s de haber hecho nuestro mejor esfuerzo, todav�a ignoremos muchas cosas que nos preocupa mucho saber, nuestra ignorancia de las mismas nos traer� p�rdidas, desastres e incluso la muerte.

Pero es seguro que, mediante el ejercicio de la previsi�n, podr�amos evitar grandes calamidades. Se deber�a haber evitado la mitad, dos tercios, tres cuartos de los accidentes que ocurren, que destruyen la vida y las extremidades. �Por qu� caen continuamente los andamios, arrojando a los seres humanos a la tierra cad�veres destrozados, cuando una cuerda de suficiente grosor, o un poste de suficiente firmeza, habr�a evitado la cat�strofe? �Por qu� deber�a caer el taller bajo su carga, cuando un v�nculo insignificante tendr�a sus paredes perpendiculares? �Por qu� habr�a de quemar una casa, cuando un poco de cuidado hubiera curado un conducto defectuoso? �Por qu� deber�a hundirse el barco en el oc�ano, cuando un buen vig�a habr�a evitado la colisi�n con el iceberg o con el otro barco que cruza el curso?

Obs�rvese, no uno de estos ni accidentes similares, pero podr�an haber sido previstos y prevenidos. En todos los casos, el material empleado sigui� expl�citamente las leyes de su propio ser. La ca�da del cadalso, el edificio que se hunde, la ciudad en llamas, todo sucedi� de acuerdo con la ley. Cuando ocurre un gran desastre en un edificio, no podemos, por ese motivo, decir que el Cielo est� furioso contra �l, o que es un juicio sobre �l por las inmoralidades all� alimentadas.

El juicio es contra la locura, la perversidad, el pecado de imprudencia, descuido, falta de previsi�n o maldad impl�cita en la construcci�n defectuosa en aras de la ganancia. No digas que aquellos sobre quienes cay� la torre de Silo� fueron m�s pecadores que los dem�s en Jerusal�n sobre quienes no vino tal juicio. Lo que nos preocupa es la enorme importancia de la prudencia y el cuidado con respecto a cada edificio donde la vida humana podr�a, con tal disposici�n, estar en peligro.

5. Pero a�n hay un pensamiento que es importante que le inculquemos. No se pongan en peligro al que el deber no llame; es m�s, ampliemos el mandato, no caminemos por ning�n camino en el que el deber no indique el camino, aunque sea absolutamente seguro. No tenemos ninguna promesa de que tendremos seguridad salvo en los caminos del bien; es m�s, ni siquiera de seguridad f�sica all�. Aunque el hombre exterior perezca, el hombre interior vivir� ileso en medio de la guerra de los elementos, el desorden de la materia y el colapso de los mundos. ( J. Bonnet, DD )

Versículo 12

Bajando a medida que avanzaban.

El coraz�n yendo hacia el cielo

Cu�ntas, muchas veces han ido hombres con l�grimas en los ojos a la puerta del cielo que nunca podr�an haber sido atra�dos all� por la mera presentaci�n de la verdad. As� como las vacas bailaban con el arca, as� el coraz�n va bajando hacia el cielo, buscando a los suyos, y encontr�ndolos en la esperanza, en la imaginaci�n, y descansando s�lo cuando por la fe se les acerca conscientemente de nuevo a ellos en el reino de los cielos. Padre eterno. ( HW Beecher. )

Versículo 13

Y los de Bet-semes estaban segando su mies de trigo en el valle.

El campo de la cosecha

Las palabras del texto dan una escena de cosecha.

I. Se�ales de Dios. Cada escena de la cosecha es una nueva revelaci�n divina. Han pasado miles de a�os desde que �l prometi� que "mientras la tierra permanezca, el tiempo de la siembra y la cosecha no fallar�n". En el cumplimiento de esa promesa, �cu�nto de Dios se ve!

1. Ah� est� Su bondad. Se hacen provisiones para el hombre y la bestia.

2. All� est� Su poder.

3. All� est� Su fidelidad.

4. Est� Su eternidad.

Quien cumpla hoy en los campos de ma�z maduro una promesa hecha hace miles de a�os, debe ser independiente de las revoluciones de los tiempos y las circunstancias. Se dice que el Dr. Johnson se quitaba el sombrero cada vez que pasaba por un campanario. Pero debe tener un alma aburrida que no siente reverencia cuando camina por campos de ma�z maduros. En los campos de cosecha vemos

II. Vida de la muerte. El grano que el sembrador arrojaba al suelo en primavera sufr�a el proceso de disoluci�n y muerte. Durante semanas estuvo enterrado en el polvo. Toda esta exuberancia del campo de la cosecha ha surgido de una aparente muerte.

1. Simboliza el trabajo espiritual. El verdadero maestro cristiano, fil�ntropo, reformador, ministro, como el labrador, tiene su semilla enterrada por un tiempo. Sin embargo, aunque muera, la semilla vive y se levantar�, crecer� y madurar� a la perfecci�n.

2. Esta exuberancia en el campo de la cosecha ilustra la vida humana en la tierra. El campo de la cosecha nos recuerda la verdadera educaci�n del hombre. Como la semilla sembrada, es el surgimiento de lo que est� en el alma: el ego moral. Algunos maestros hablan de la mente como un recipiente, otros como una piedra. Y la idea es llenar la vasija, pulir la piedra. Pero no es piedra ni vasija; es una semilla. No puedes llenarlo, no puedes pulirlo.

Debes sacarlo. El hombre al nacer es sembrado en la tierra, como semilla, en dos aspectos. La semilla exist�a antes de ser sembrada. El hombre exist�a antes de nacer en este mundo. La semilla requiri� sembrar para su desarrollo. El hombre necesitaba nacer en este mundo para poder desarrollar sus poderes. Como semilla, el hombre se diferencia de otras existencias germinantes en dos aspectos:

(1) Tiene un poder autoformativo.

(2) Tiene posibilidades ilimitadas. En el campo de la cosecha vemos

III. Me gusta de Me gusta. Cada semilla ha surgido en su propia especie. El hombre cosecha como lo que siembra.

1. Es as� en las cosas espirituales.

2. Est�, pues, en desarrollo corporal. En el campo de la cosecha vemos

IV. Mucho de poco. Cada semilla se multiplica, unas treinta, unas sesenta, unas cien veces. Tan maravillosamente prol�fica es la semilla que un solo grano en el transcurso del tiempo cubrir� los continentes. Un pensamiento ha formado un personaje y un personaje ha cambiado el destino de una naci�n. Mucho de lo peque�o caracteriza todas las operaciones de Dios. En el campo de la cosecha vemos

V. Bendiciones del trabajo. Las cosechas nunca hubieran aparecido si el hombre no hubiera cultivado la tierra y se hubiera sembrado el preciado grano. Cada campo de cosecha es un testimonio de la importancia del albedr�o humano. En el campo de la cosecha vemos

VI. Madurez del progreso. Desde el comienzo de la germinaci�n, la semilla continu� hasta que apareci� en los granos multiplicados de la cosecha. Todas las cosas tienden a madurar: -

1. Todas las cosas en la naturaleza.

2. Todas las cosas en la sociedad.

3. Todas las clases de car�cter. ( D. Thomas, DD )

Versículos 19-20

E hiri� a los varones de Bet-semes, porque hab�an mirado dentro del arca del Se�or.

Curiosidad irreverente

Los hombres indiscretos de Beth-shemesh han tenido sus hom�logos muchas veces en los �ltimos d�as. Muchos hombres, con fuertes inclinaciones teol�gicas, han manifestado un fuerte deseo de indagar en las "cosas secretas que pertenecen al Se�or nuestro Dios". Presciencia, elecci�n, libre albedr�o, castigo del pecado: los hombres a menudo han olvidado que hay mucho en estos temas que excede la capacidad de la mente humana, y que as� como Dios ha mostrado reserva en lo que ha revelado sobre ellos, los hombres deben muestren santa modestia en su manera de tratarlos.

E incluso en el manejo de las cosas sagradas en general, en el camino de la discusi�n teol�gica, se ha mostrado muy a menudo una falta de reverencia. Nos conviene a todos con mucho cuidado tener cuidado de no abusar de la misericordiosa condescendencia que Dios ha mostrado en su revelaci�n, y en el uso que �l quiere que hagamos de ella. Fue una regla excelente que un te�logo extranjero se impuso a s� mismo para mantener el esp�ritu de reverencia: nunca hablar de Dios sin hablar con Dios. ( WG Blaikie, DD )

Curiosidad desenfrenada peligrosa

Los hombres pronto pueden ser demasiado audaces con misterios ocultos; el que mira modestamente al sol, ve una antorcha gloriosa y recibe una luz agradable; pero el que fija sus ojos demasiado en �l, queda ciego y, como ver� m�s de lo que deber�a, al final no ver� nada en absoluto. ( T. Adams. )

Entrometerse peligroso en cosas secretas

El que fisgonee en cada nube, puede ser herido por un rayo. ( Eliza Cook. )

La severidad y misericordia de Dios

La ciudad de Bet-semes (que significa la Casa del Sol) estaba ahora bajo tal eclipse y oscuridad, tan malhumorado como para pensar que Dios era demasiado estricto, echando toda la culpa a Dios, y ninguna a sus pecados ( 1 Samuel 6:20 ), y por lo tanto deseo descartar el arca como la causa de este rigor. El mismo David ten�a algo de este pecado ( 2 Samuel 6:8 ), y los Gadarin mucho m�s ( Mateo 8:54).

Dios siempre muestra la mayor severidad al castigar a su propio pueblo, especialmente en asuntos que conciernen inmediatamente a su adoraci�n, y los hombres no son jueces competentes, porque no comprendemos las inescrutables razones de sus juicios. �Qui�n ha sido el consejero de Dios, etc.? ( Romanos 11:33 ), no debemos buscar en los secretos de Dios, que le pertenecen solo a �l ( Deuteronomio 29:29 ).

Es un truco tan descort�s espiar el interior de la casa de otro hombre con los ojos, como presionarlo con los pies: �Cu�nto m�s ilegal era este fisgonear y espiar en los secretos de Dios, tan expresamente en contra de la Ley de Dios? ( N�meros 4:15 ; N�meros 4:18 ).

As� como es una ignorancia aprendida no saber lo que no se ha revelado, es una especie de locura fisgonear en ellos. Es una maravilla que no todos los filisteos fueran exterminados (como lo fueron los beth-shemitas aqu�, 1 Samuel 6:19 ) cuando pusieron sus manos inmundas sobre �l por primera vez, cuando lo llevaron cautivo por primera vez; y ahora de nuevo, cuando llevaron el arca (aunque sobre un carro nuevo), viendo que el Se�or abri� una brecha en David por haber hecho lo mismo ( 2 Samuel 6:8 ).

No se puede dar raz�n de esta severidad de Dios contra sus siervos, y su indulgencia hacia sus enemigos, pero esto, Dios confiere mayores privilegios a su propio pueblo, y por lo tanto, si transgreden toda su luz y amor, etc., infiere mayores castigos sobre ellos ( Am�s 3:2 ). David y los Bet-semitas ten�an la luz de la ley de Dios por medio de ellos, y por lo tanto pecaron contra el conocimiento m�s de lo que pod�an hacer aquellos pobres filisteos ciegos e ignorantes: Por lo tanto, Dios no solo los perdon� en el transporte de su arca, sino que tambi�n condescendi� a trabajar en esto. milagro por su convicci�n. ( C. Ness. ).

Información bibliográfica
Exell, Joseph S. "Comentario sobre "1 Samuel 6". El Ilustrador Bíblico. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tbi/1-samuel-6.html. 1905-1909. Nueva York.