Lectionary Calendar
Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
Attention!
StudyLight.org has pledged to help build churches in Uganda. Help us with that pledge and support pastors in the heart of Africa.
Click here to join the effort!

Bible Commentaries
2 Crónicas 1

El Ilustrador BíblicoEl Ilustrador Bíblico

Buscar…
Enter query below:

Versículos 1-12

Y Salom�n, hijo de David, se fortaleci� en su reino.

El espl�ndido comienzo

I. La sucesi�n de Salom�n al trono fue asegurada providencialmente: "El Se�or su Dios estaba con �l".

II. Las pretensiones de Salom�n al trono fueron aprobadas por una asamblea representativa.

III. El ascenso de Salom�n al trono fue se�alado por actos solemnes de adoraci�n.

1. En obediencia a la ley divina.

2. Con la magnificencia apropiada.

IV. El ascenso de Salom�n al trono fue en un esp�ritu de devota s�plica. Cuando Victoria se enter� de que estaba a punto de convertirse en reina de Inglaterra, sus primeras palabras al arzobispo de Canterbury fueron: "Le ruego que ore por m�". Juntos se arrodillaron y el nuevo reinado comenz� con la oraci�n.

V. El ascenso al trono de Salom�n fue inigualable en esplendor ( 2 Cr�nicas 1:12 ).

1. Esplendor exterior: "Riquezas y riquezas y honor".

2. Esplendor moral: "Sabidur�a y conocimiento". ( James Wolfendale .)

Versículo 7

Aquella noche Dios se apareci� a Salom�n y le dijo: Pide lo que te dar�.

La elecci�n de Salom�n

I. La direcci�n que Dios le dirigi� a Salom�n, �Pide�, etc. , en efecto lo hace a cada uno de nosotros, especialmente a los j�venes.

II. Aunque no necesitamos la calificaci�n que Salom�n requiri� para el oficio real, todos necesitamos sabidur�a y entendimiento espirituales y, por lo tanto, podemos imitar su ejemplo.

III. Dios est� complacido con aquellos que toman la decisi�n y ofrecen la oraci�n de Salom�n. Porque&mdash

1. Es el efecto de Su gracia.

2. Indica sentimientos y opiniones similares a los suyos.

3. Indica humildad.

4. Muestra una benevolente preocupaci�n por Su gloria y por la felicidad de sus semejantes.

5. De hecho, tiende a promover Su gloria.

IV. Todos los que hagan esta elecci�n y adopten esta oraci�n ciertamente ser�n favorecidos con un coraz�n sabio y comprensivo. ( E. Payson , DD .)

C�mo obtener la mejor bendici�n

Para adquirir la mayor riqueza, "pedir" -

1. Es el m�todo m�s simple.

2. El m�todo divinamente designado ( Mateo 7:7 ; Marco 14:38 ).

3. El �nico m�todo. La compra es imposible.

4. El m�todo cierto.

5. El m�todo abundantemente aplicado. Reforzado por toda la Biblia.

6. Siempre ha sido el m�todo de gran �xito. ( RA Griffin .)

Oportunidad de Salom�n

Hablamos con tono de reproche y reproche a los hombres que han tenido lo que llamamos su oportunidad y no la han aprovechado. Si un hombre llega a la pobreza, revisamos su vida y decimos: �No tuvo la oportunidad de hacerlo mejor; ha aprovechado al m�ximo sus circunstancias, se merece simpat�a; extendamos nuestra ayuda a �l ". O decimos: �Ha tenido su oportunidad; podr�a haber estado tan alto como la mayor�a de nosotros; recordamos el momento en que su vida fue coronada con una graciosa oportunidad; era holgaz�n, incapaz; estaba ocupado aqu� y all�, y el rey pas�; y ahora no sentimos ning�n despertar de verdadera consideraci�n e inter�s en relaci�n con hun. Dios le da a cada hombre su oportunidad. ( J. Parker, DD .)

La oraci�n por la sabidur�a

�La piadosa oraci�n del joven Salom�n al comienzo de su vida real! Hay en esta narrativa una mezcla de lo natural y lo sobrenatural que sobrepasa todo poder de fabricaci�n; en s� mismo, el alto grado de aptitud que marca la manifestaci�n Divina aqu� registrada, combinado con su sorprendente sencillez, nos revela la intervenci�n personal de Aquel �que habita en las alturas, que se humilla para contemplar las cosas que est�n en el cielo y en la tierra .

El hecho de que la muy alabada sabidur�a de Salom�n no tuviera originalmente el car�cter religioso que se le atribuye en el texto, se puede afirmar f�cilmente, pero est� lejos de ser probado y, adem�s, est� en desacuerdo con una multitud de hechos. Incluso se puede dudar con raz�n si una sabidur�a y un conocimiento como los que este Rey de Israel debi� haber pose�do en su d�a se puedan explicar sobre bases puramente naturales; Ciertamente, es algo m�s sencillo encontrar, con el escritor sagrado, en la propia experiencia de Salom�n el fundamento de su expresi�n: "El Se�or da sabidur�a, de su boca sale el conocimiento y la inteligencia".

I. �Ven y ve� a un joven que en un momento cr�tico se encuentra en oraci�n. Es cierto que cada momento de esta vida fugaz tiene su propio significado; pero, sin embargo, hay horas �nicas que, m�s que otras, arrojan un gran peso en la balanza temblorosa. �Qu� diferencia entre lo que hasta ahora ha sido Salom�n y lo que ser� en lo sucesivo; �Y cu�nto depende, incluso para �l mismo, del esp�ritu con el que se d� el primer paso en el nuevo camino! Hasta ahora ni�o, ni�o, juventud; amamantado en verdad en el seno del lujo, pero con un David como padre, un Nat�n como gu�a; amado y feliz entre sus hermanos, pero en gran medida en igualdad con ellos.

Ahora, de repente, rey y ... libre; libre de todo v�nculo. En un rasgo simple a veces se manifiesta toda una diferencia de car�cter y principio. As� es en la conducta de Salom�n a esta hora, en comparaci�n con la de su hermano Adon�as, pero hace unos pocos meses. Mientras que este �ltimo, incluso durante la vida de David, se aferra al trono, s�lo prepara un banquete: como si pudiera de inmediato, como desde la mesa, ascender al trono principesco.

Cuando Salom�n, en cambio, despu�s de la muerte de David asume las riendas, se prepara casi como primer acto una fiesta religiosa de homenaje y coronaci�n. �Con qu� emoci�n sagrada llena este d�a su coraz�n, todo el que perciba en su oraci�n nocturna la vibraci�n posterior de las mejores cuerdas de su coraz�n que hab�an sido tocadas por el d�a! No es tan atractivo para �l el palacio de cedro de Jerusal�n como esta sencilla colina exterior, donde se invoca el nombre del Dios de su padre.

Es poco para �l que su exaltaci�n lleve el sello de la aprobaci�n humana; debe consultar al Se�or en el palacio de Su santidad, y colocarse con todo su futuro bajo la misericordiosa mano del Santo de Israel. Vista que alegra el coraz�n: un rey que se siente s�bdito de Dios; �un joven que siente que su camino no puede ser puro a menos que lo dirija de acuerdo con la Palabra de Jehov�! �No es la facilidad de que la piedad sincera, por muy frecuentemente ridiculizada y repudiada, sea sin embargo algo glorioso y justo? el adorno de cada condici�n, y sobre todo el m�s alto; �pero especialmente amable y augusto en el joven que con coraz�n �ntegro y gozoso ha elegido el servicio de Dios? Es cierto, cuando un pecador anciano inclina su cabeza en arrepentimiento ante Dios, Satan�s pierde su presa; pero cuando en un coraz�n joven se despierta una voz que clama por el Dios vivo,

�Cu�ntos j�venes se encuentran en esta hora en el punto de inflexi�n decisivo de su vida, pero que comienzan su curso de manera completamente diferente y que, por lo tanto, muy pronto hacen un progreso completamente diferente al de Salom�n! �Cu�ntas barcas, ligeramente cargadas y bastante equipadas, dejan el refugio seguro y bailan sobre las olas ondulantes, y por un tiempo parece distanciar a otros, pero pronto con el cambio de fortuna se queda atr�s y pierde por completo su rumbo, hasta que se convierte en �Un juguete de la tormenta, se estrella contra las rocas y desaparece en el abismo l�gubre! Qu� maravilla, el timonel inexperto hab�a pensado en todo menos en la indispensable br�jula; hab�a consultado a todos menos a Aquel que dice: "M�o es el consejo y su fuerza"; hab�a contado de antemano con el puerto, pero no con la tormenta y con Aquel que es el �nico que puede sofocar la tormenta.

Ahora hay una f�bula dando vueltas en el mundo: la incredulidad la ha inventado, y el escepticismo ahora la susurra de la boca de un colegial a los o�dos de otros. Es esto: que para toda la doctrina de la oraci�n infantil ya no hay lugar dentro del alcance de la visi�n moderna del mundo. As� suena el evangelio de la desesperaci�n, aclamado por muchos ni�os de esta �poca como la m�s alta sabidur�a, un evangelio ante el cual el �ngel de oraci�n en el interior huye del santuario imp�o; mientras que en su lugar el genio de la sujeci�n pasiva, con mirada r�gida, se sienta junto a la tumba de la esperanza difunta. �Pobre hombre, sobre todo pobre joven, que tiene todo lo necesario para la vida exterior, pero ha perdido la oraci�n! �En todos, tus caminos le reconocen�.

II. Ven a ver, en la segunda pieza, al hijo de un rey que reza exclusivamente por sabidur�a. Ciertamente, ante la presencia del Infinito, el pr�ncipe no es m�s que el mendigo; pero �no est� el primero expuesto a tentaciones mucho mayores? "Pregunta qu� te dar�". �Qu� palabra, y qu� gran concesi�n contenida en esa palabra! �Todas las c�maras del tesoro del infinito favor de Dios se abrieron ante el alcance de una sola mano! �P�deme�, dice el Poseedor de todas las cosas, �y elige t� mismo la bendici�n que deseas sobre todas las dem�s.

�Caer�n los cedros del L�bano para que en tu capital se levante un edificio de incomparable esplendor? �Adornar� el laurel tu frente, entrelazada con las rosas del amor? �Llevar� tu nombre a mil lenguas, hasta el Tigris y el �ufrates? y una era patriarcal corona todas estas bendiciones? " �Qui�n no tiembla involuntariamente al ver la mano en la que se coloca tal decisi�n? �Da a tu siervo un coraz�n comprensivo� ( 1 Reyes 3:9 ); y el significado de su oraci�n puede conjeturarse f�cilmente, especialmente cuando recordamos el sentido en el que Salom�n en el Libro de Proverbios constantemente menciona la sabidur�a.

Con �l no se refiere a un mero aprendizaje, que puede lograrse de otra manera; y tan poco esa agudeza, versatilidad, pulido, que con frecuencia est� casi enteramente desconectado de los primeros principios de la vida moral. �l desea, por otro lado, esa sabidur�a pr�ctica que califica en toda facilidad para reconocer, elegir y realizar lo correcto, lo verdadero y lo bueno. Si solo tiene sabidur�a, �qu� necesita adem�s? Feliz Salom�n, que has entendido tu m�s profunda necesidad; pero que al mismo tiempo sabe d�nde se debe buscar la satisfacci�n de esta necesidad.

III. Ven a ver aqu� a un humilde, que no reza en vano. Uno humilde: en esa palabra pongo el acento, porque es la clave del todo. Cu�n asombrosamente se expresa esta humildad, especialmente en las palabras de la oraci�n conservadas en otro lugar. Primero, acci�n de gracias por lo que ya se ha otorgado o prometido; y luego, adem�s, �Y ahora, oh Se�or, Dios m�o� - el �m�o� de una fe humilde - �T� has hecho rey a tu siervo en lugar de mi padre David; y yo soy un ni�o peque�o, no s� salir ni entrar �, como lo requiere mi puesto.

Salom�n, al menos, ciertamente ha experimentado la verdad de sus propias palabras, "Con los humildes est� la sabidur�a", pero tambi�n aprendi� al mismo tiempo que Dios dar� gracia a los humildes. Inmediatamente recibe la respuesta: �Porque esto estaba en tu coraz�n, la sabidur�a y el conocimiento te son concedidos. �Si alguno de vosotros tiene falta de sabidur�a, p�dala a Dios, que da a todos abundantemente y no le reprende; y le ser� dado.

Pero - la condici�n es tan simple como razonable - "que pida con fe, sin dudar". Nadie puede explicar completamente c�mo se escucha la oraci�n; pero que se escuche es por la fe reflexiva levantada por encima de toda duda. �Te instruir� y te ense�ar� en el camino que debes andar; Te guiar� con mis ojos �. No es que debas buscar la luz interior aparte de la Palabra escrita de Dios, y menos a�n que esta instrucci�n celestial sea liberarte de la necesidad de tu propio trabajo y esfuerzo. En el �mbito de la verdadera sabidur�a, nadie es coronado si no se ha inclinado ante Dios con el esp�ritu de un ni�o.

IV. Ven a ver aqu� a un favorecido, que recibe mucho m�s de lo que pide. Sin embargo, como hemos escuchado s�lo la mitad de la respuesta del cielo: por lo tanto, contin�a, �Por lo tanto te dar� riquezas, hacienda y honor�, etc . No, el que da lo que es de primera necesidad tampoco rechaza lo que es menos. Salom�n ni siquiera hab�a pensado en los dones temporales; pero su Dios no olvida nada de todo lo que puede aumentar el brillo de Su trono.

�Y se despert� Salom�n, y he aqu� que era un sue�o�. Pero qu� sue�o; y que despertar! Ha llegado la hora de la ma�ana de una nueva vida, y mientras este maestro-so�ador desciende de inmediato de la cresta de Gibson, es muy pronto para elevarse a una altura m�s gloriosa ante los ojos de su propia naci�n y de las naciones vecinas. Lo que el rey ha recibido redunda, espiritual y materialmente, en el bien de la naci�n, que comparte el beneficio.

Dios, en respuesta a la oraci�n, generalmente da primero lo indispensable; pero en seguida a�ade tambi�n lo �til, lo agradable, lo comparativamente superfluo. El Se�or da gracia, y en esa �nica cosa est�n escondidas todas las cosas; sin embargo, a�ade a la gracia tambi�n honra, y no niega el bien a los que andan en rectitud. �Bienaventurado el hombre que halla sabidur�a y el hombre que adquiere entendimiento. ... Ella es �rbol de vida para los que la abrazan, y bienaventurados todos los que la mantienen ".

V. Un infeliz que por su propia culpa ha perdido esta bendici�n de su oraci�n. ( J. Van Oosterzee, DD .)

�Qu� debo preguntar?

Es una disciplina excelente para aquellos que orar�an correctamente, comenzar por escuchar a Dios decirles: "Pidan ahora qu� debo darles". Piense en usted mismo antes de arrodillarse para orar: ��Qu� debo pedir? qu� deseo hay en mi coraz�n; �Hay algo que me angustie, me moleste o me duela en este momento que pueda pedirle a Dios que lo alivie o elimine? �Hay algo que desee mucho, algo que creo que me har�a feliz tener, algo que negarme amargar�a o desolar�a mi vida? �Pide lo que te dar�, dice Dios, y que no encuentre silencio, ni doble lengua en aquel a quien se lo dice.

Todo esto apunta a lo que la Escritura llama "la preparaci�n del coraz�n" para la oraci�n. Cu�n diferente ser�a el paso mismo de los adoradores cuando salieran de sus hogares, cu�n diferente ser�a el aspecto mismo de los rostros aa que entraran por estas puertas y tomaran sus lugares, si cada uno sintiera que Dios est� aqu�, y que �l le dec�a a cada uno: "�Qu� te dar�?" Hay un momento en la mayor�a de las vidas en el que se les plantea la cuesti�n del destino de la vida y debe ser respondida.

Incluso el destino de esta vida es muy importante. A menudo tiene el destino de la otra vida. Para un joven, la pregunta toma la forma de "�Cu�l ser� su profesi�n?" En la medida en que el campo de elecci�n sea m�s y m�s amplio ser�, por supuesto, la dificultad y la gravedad de la pregunta: "�Qu� har� con mi vida para el servicio de Dios y de mi generaci�n?" Este es el ejemplo m�s directo que se puede encontrar en nuestros d�as, quiz�s, del joven rey en uno de mis textos.

�Y cu�l ser� la respuesta? �Ser� "dame riqueza"? ser�, "Dame honor"? ser�: �Dame un lugar destacado en las filas de la fama, o de tal reputaci�n y respetabilidad que ocupe el lugar de la fama entre los humildes; dame �xito, dame aplausos, dame un r�pido progreso hacia una posici�n satisfactoria; o, dame una porci�n entre los que saben, que amasan informaci�n, que escriben o hacen libros, que se llaman hombres de literatura, hombres de ciencia, hombres de cultura, hombres de educaci�n �? o ser�, �Se�or, hazme �til en mi generaci�n; que no me preocupe si soy grande o peque�o, si puedo ayudar a algunos otros a conocer Tu consuelo, si puedo traer paz a algunas almas infelices o guiar a algunas vidas extraviadas por el camino de la santidad �. Si tuvi�ramos un coraz�n as�, �cu�n rica ser�a la recompensa!

"Hay momentos en que la pregunta:" �Qu� debo hacer, Se�or? " aparece de manera muy prominente. As� sucede con el joven eclesi�stico en la temporada de la confirmaci�n; es as� en la primera y en cada comuni�n sucesiva; es as� cuando la mano de Dios se posa pesadamente sobre la vida en dolor; es as� cuando llega la enfermedad, no a la muerte; Es as� cuando la formaci�n de nuevos lazos, o la ruptura providencial de los viejos, obliga a un hombre a quedarse quieto y asentarse consigo mismo: �cu�l ser� el tenor de mi vida, cu�l ser� el rumbo y cu�l la meta? Feliz si puede entregarse con fe en Aquel que es "una ayuda muy presente" y decir: "Dame entendimiento, dame gracia, dame un curso �til y un final bendito". ( Dean Vaughan .)

La elecci�n de Salom�n

Hoy en d�a es imposible decir que Dios nunca habla a los hombres en sue�os, pero no es frecuente que lo haga. Por una buena raz�n: la Biblia ahora est� completa, y all� se puede aprender Su voluntad, y all� se da a conocer. �Sin embargo, hay algunos sue�os que ciertamente son notables! "

I. Primero hablemos un poco sobre el permiso: ��Pide lo que te dar�! Supongamos que le hiciera esta pregunta a cada uno de los presentes, cu�ntas peticiones singulares se escuchar�an. Una vez se escuch� a una anciana orar as�: "Oh Se�or, dame mucho para comer y mucho para beber, y eso es todo lo que quiero". Dios deseaba que Salom�n se preguntara: "�Qu� es lo que m�s necesito realmente?" Antiguamente los tenderos sol�an gritar en voz alta: "�Qu� - os falta?" Esta es una buena regla en la oraci�n, decir: �Qu� es lo que realmente quiero en este mismo momento? Si descubres en qu� eres m�s deficiente, aprender�s tu verdadero car�cter.

Mire a su alrededor y diga ahora: ��Qu� necesito realmente? �Qu� debe poseer un ni�o o una ni�a que reci�n comienza a vivir? �Qu� - me falta? Quiz�s no sepa cu�nto necesita algunas cosas, ni lo sabr� sin preguntar. Los comerciantes llenan sus escaparates con juguetes, dibujos, libros y vestidos, para que la gente se sienta inclinada a quererlos y venga y compre. La Biblia est� llena de descripciones de cosas que todo el mundo deber�a necesitar. Mira lo que dice y descubrir�s qu� es lo que m�s quieres y, en primer lugar,

II. Dios le hizo esta pregunta a Salom�n por otra raz�n; Deseaba mostrarnos la verdadera forma de obtener lo que necesitamos; es decir, rezando o pidiendo. Salom�n hab�a recibido grandes regalos de su padre David sin pedirlos. Dios tambi�n le hab�a dado muchas de las m�s valiosas bendiciones, muchas de ellas sin pedirlas. "Ahora", dice Dios, "pide y tendr�s". Algunas cosas no se pueden comprar con dinero; ning�n rico tiene suficiente riqueza para comprar salud o felicidad. Y no puedes comprar las bendiciones del evangelio; debes recibirlos como un regalo del Se�or Jes�s. ( N. Wiseman .)

La oraci�n del rey Salom�n pidiendo sabidur�a para gobernar a su pueblo

Independientemente de lo que en la vida posterior haya sido la desviaci�n de Salom�n del deber y del temor del Se�or, los primeros a�os de su reinado evidencian una mente agudamente viva para todas las necesidades y responsabilidades de su posici�n, y un coraz�n sincero en amor y lealtad hacia Dios. . Esta oraci�n de Salom�n muestra el esp�ritu propio de todo joven, especialmente de todo joven cristiano, al asumir las responsabilidades de la vida. Hay tres caracter�sticas destacadas del temperamento de su mente que son eminentemente dignas de consideraci�n.

I.Su preferencia por el bienestar de las personas sobre las que gobernaba por encima de cualquier gratificaci�n o inter�s propio. Por la manera en que el Se�or ofreci� al rey cualquier regalo que su coraz�n deseara, es evidente que Salom�n estaba en perfecta libertad, si tal hubiera sido su elecci�n, para solicitar el cumplimiento de alg�n fin puramente personal o privado. Si se hubiera hecho tal oferta a cualquiera de los poderosos reyes cuyos nombres est�n blasonados en la historia, �cu�l habr�a sido su elecci�n? �Qu� oraci�n habr�a expresado el deseo del coraz�n de Alejandro, de An�bal, de C�sar o de Napole�n? Alejandro habr�a pedido conquistar otro mundo; An�bal habr�a buscado la saciedad de la venganza en el exterminio de los enemigos italianos; C�sar habr�a exigido la admisi�n entre los dioses y el culto perpetuo de los ciudadanos de Roma;

Pero el esp�ritu que el Se�or aprob� en Salom�n estaba libre de toda mancha de deseo ambicioso, ego�sta o despiadado. Ojal� todos aquellos a quienes se encomiendan los intereses de los dem�s est�n animados alguna vez por el esp�ritu de Salom�n.

II. La calurosa conformidad a la Divina voluntad de sus deseos con respecto a su puesto. Cuando Dios prometi� a cualquiera de los reyes de Israel o de Jud� el establecimiento de su trono y ayuda contra sus enemigos, siempre se dispuso que ese rey deb�a observar diligentemente los estatutos, mandamientos y ordenanzas del Se�or. Cuando rechaz� a Sa�l para que no fuera rey de su pueblo, no fue porque hab�a demostrado ser infiel al bienestar de la naci�n, sino porque hab�a rechazado la palabra del Se�or y no hab�a guardado el mandamiento que el Se�or le hab�a ordenado.

Y cuando David fue elevado al trono de Israel, fue por este testimonio que Dios le dio: "He encontrado a David, el hijo de Isa�, un hombre conforme a mi coraz�n, el cual cumplir� toda Mi voluntad". Por eso, en labios de Salom�n, esta oraci�n de sabidur�a ten�a un significado muy peculiar y completo. Su esp�ritu no era la ambici�n de ser el monarca m�s sabio de su �poca, ni la servil ansiedad por conseguir el favor de un amigo poderoso; era el deseo de hacer la voluntad de su misericordioso Padre celestial.

Este mismo esp�ritu de amorosa y sincera conformidad con la voluntad Divina ha controlado las oraciones y la vida del verdadero pueblo de Dios en todas las generaciones: Abram; Mois�s; Jos�; Pablo; el Redentor mismo. �Oh, qu� consuelo en la aflicci�n, qu� apoyo en la prueba, qu� deleite en el deber, brota del pensamiento: "Es la voluntad de Dios"!

III. Su reconocimiento de s� mismo como d�bil y propenso a errar, y de Dios como la gran fuente de sabidur�a y fortaleza para el cumplimiento del deber. En la humildad y la timidez de Salom�n, tenemos un ejemplo de lo que parece ser com�nmente el caso, que los hombres valiosos y h�biles son los m�s profundamente conscientes de sus deficiencias y faltas. Totalmente diferente de tal esp�ritu fue Roboam, el hijo y sucesor de Salom�n al asumir el cetro.

Salom�n evidenci� su sentido de debilidad, no al rehuir sus deberes, sino al buscar la ayuda de Dios para cumplirlos. Eliseo, temblando al pensar en lo pronto que deber�a ser llamado a vestir el manto del mayor de los profetas, pidi� una doble porci�n del esp�ritu de su maestro. En un marco similar, Salom�n or� pidiendo un coraz�n comprensivo para juzgar al pueblo del Se�or. ( EI Hamilton, DD .)

Sabidur�a

La sabidur�a consiste principalmente en tres cosas.

1. Conocimiento para discernir.

2. Habilidad para juzgar.

3. Actividad para perseguir. ( T. Watson .)

La sabidur�a de salom�n

Mostr� su sabidur�a pidiendo sabidur�a. ( Dean Stanley .)

Se necesita sabidur�a divina

Todo hombre necesita la sabidur�a divina para poder hacer bien su obra terrenal. Encender�a mejor una l�mpara si primero le pidiera a Dios que le mostrara c�mo encenderla. ( J. Parker, DD .)

La responsabilidad de un soberano

�Ahora eres la reina de la tierra m�s poderosa de Europa, en tu mano est� la felicidad de millones�, dijo el joven pr�ncipe Alberto a Victoria en su carta de felicitaci�n. Iba a Italia, en la libertad de una vida menos agobiada, menos llena de espl�ndidos cuidados que la de ella, pero no sin pensar que sus propios vagabundeos eran en alg�n momento para estar al servicio de ella. �Que el Cielo los ayude�, agrega, �y fortalezca con su fuerza en esa alta y dif�cil tarea�.

El deseo de Salom�n por la sabidur�a y el uso que hizo de ella

1. La sabidur�a pr�ctica con la que llevamos a cabo los asuntos de la vida diaria proviene de Dios. Busquemos, entonces, desde su verdadera fuente. Si buscamos ser sabios sin Dios, incluso nuestra sabidur�a mundana se convertir� en una locura.

2. Cometemos un gran error al separar los asuntos religiosos de los cotidianos. No me refiero simplemente a insistir en la lecci�n un tanto trillada de que la moralidad que ense�a la religi�n debe practicarse en la vida diaria. Hay muchos que act�an de acuerdo con esto, pero a�n no incorporan su religi�n lo suficiente en su trabajo diario. Su oficio o su negocio los ocupa durante mi semana. Se guarda a intervalos establecidos, para dejar lugar a pensamientos superiores; y estos pensamientos superiores se dejan de nuevo a un lado cuando vuelven a los negocios.

No pueden entender hacer todas las cosas para la gloria de Dios. El efecto de esto es doble. Primero, hace que la religi�n sea muy d�bil y endeble; en lugar de hacer todas las cosas para la gloria de Dios, hacemos algunas cosas solo para Su gloria. En segundo lugar, estropear� nuestro trabajo; porque nada est� realmente bien hecho a menos que se haga con esp�ritu religioso. Pero si Salom�n ejerci� la sabidur�a dada por Dios en asuntos tales como sacar hilo de lino de Egipto, �por qu� no podemos nosotros tambi�n entender que en nuestro comercio y otros negocios ordinarios, estamos usando los dones de Dios y haciendo un trabajo que puede y debe ser? sea ??hecho de tal manera que sea para Su gloria? ( AK Cherrill, MA .)

Los mejores motivos para actuar desinteresadamente

En la vida privada, y en toda la vida, los mejores motivos para actuar son los que est�n fuera de la sal y sus supuestos intereses. Construir el barco firme y seguro y la casa firme y saludable por el bien de las vidas humanas que se les encomendar�, administrar justicia por su equidad, curar enfermedades y ense�ar leyes sanitarias por el bien de la humanidad que sufre, cuidar. en cada empleo, una vislumbre e inter�s por el bien que debe producir en el mundo, introduce un elemento m�s fino en el trabajo y, de hecho, produce una mejor calidad de trabajo que la que se puede obtener con la mera esperanza de un beneficio personal para el trabajador. ( Grandes pensamientos .)

La locura de confiar en nuestra propia sabidur�a en la conducci�n de la vida.

Hace unos a�os, una sensaci�n muy dolorosa fue creada en la mente del p�blico por la inteligencia de un accidente angustioso y fatal que le hab�a ocurrido a un distinguido Archidi�cono de la Iglesia Establecida. Este se�or, eminente tanto por su car�cter como por sus escritos, pasaba un corto tiempo en el continente y, habiendo subido a una monta�a con algunos amigos, expres� un fuerte deseo de regresar solo por una nueva ruta.

Sus compa�eros protestaron, se�alaron el peligro de intentar seguir un camino desconocido e instaron a que al menos su amigo aceptara los servicios de un gu�a. Lamentablemente, no se dej� persuadir y al poco tiempo comenz� su peligroso descenso. El resto del grupo sigui� su curso a rega�adientes y esper� su llegada a la posada. A medida que pasaba el tiempo y el Archidi�cono no aparec�a, sus temores se volvieron a despertar y se orden� que se realizara una b�squeda.

Pronto se horrorizaron, aunque no sorprendieron, al saber que el cuerpo sin vida de su amigo hab�a sido encontrado debajo de un precipicio sobre el que hab�a ca�do en su intento de llegar a la posada. �Cu�n sorprendente ilustraci�n ofrece este triste incidente de la fatal obstinaci�n de quienes persisten en confiar en su propia sabidur�a y fuerza de prop�sito en el camino de la vida! �Qu� les puede esperar sino destrucci�n si se niegan a aceptar la gu�a? Sin embargo, una gu�a no es suficiente en todo momento.

Recientemente, un grupo de viajeros en el Mont Blanc, acompa�ados por h�biles gu�as, fueron alcanzados por una avalancha; y no solo dos de ellos, sino uno de los gu�as tambi�n perecieron en un momento. Necesitamos una gu�a infalible; �Y d�nde se encontrar� sino en Aquel que es Sabidur�a infinita y Amor infinito? ( Experiencia .)

Los frutos de la oraci�n

"�De verdad crees que Dios escuchar� tus oraciones?" dijo un esc�ptico a una pobre mujer cristiana. �S�, respondi� ella, �tambi�n podr�a decirme que ese barco, que acaba de llegar de un puerto extranjero, nunca estuvo all� porque yo no estaba all� para verlo. Crees que estaba all� debido a las cosas que ha tra�do, y por eso no creo que Dios escuche mis oraciones, s� que �l las escucha y las responde, porque tengo frutos en mi posesi�n ". ( J. Nicoll .)

Importancia del conocimiento

Las siguientes palabras son de una carta escrita por la madre de la se�orita Willard a sus hijos cuando eran muy peque�os: �El mayor deseo de mi coraz�n, excepto que mis hijos sean cristianos, es que tengan una buena educaci�n. Una buena educaci�n te abrir� el mundo como un cuchillo abre una ostra. Las riquezas no har�n esto, porque las riquezas no tienen poder para iluminar el intelecto. Un buey y un fil�sofo miran hacia el mismo mundo, y quiz�s el buey tiene los ojos m�s fuertes y hermosos de los dos, pero la diferencia entre los cerebros detr�s de los ojos hace una diferencia entre los dos seres que es m�s ancha que todos los mares.

Quiero que el cerebro de mis hijos est� lleno de los mejores pensamientos que las grandes mentes han tenido en todos los siglos; Quiero que guarden en sus cabecitas la historia de lo que estaba haciendo el mundo antes de que ustedes llegaran: qui�nes fueron sus poetas, sus pintores y fil�sofos, sus inventores y legisladores. Quiero que sepa lo que hay en sus libros m�s nobles y lo que dicen sus hombres de ciencia sobre su estudio de la tierra, el oc�ano y las estrellas.

Quiero que se le ense�e a ser cuidadoso y exacto por su conocimiento de las cifras; y, sobre todo, quiero que aprendas a hablar y escribir tu propia noble lengua inglesa, porque sin el poder de expresi�n eres como un arpa e�lica cuando no hay brisa ".

El regalo desbordante de Dios

Cuando se rompe el hielo en Rusia, el Zar se pone a beber del r�o Neva, y habiendo bebido, durante mucho tiempo el Zar ten�a la costumbre de devolver la copa a sus asistentes llena de oro; pero a�o tras a�o se hizo mucho m�s grande que finalmente se pag� una suma estipulada en lugar de la antigua multa. Pero, por grande que sea el vaso que llevemos a Dios, y por m�s que aumente su capacidad con la disciplina de los a�os, Dios har� que rebose con esa paz, fe, amor y gozo que es mejor que mucho oro fino. ( Compa�ero dominical .)

Versículo 12

Aquella noche Dios se apareci� a Salom�n y le dijo: Pide lo que te dar�.

La elecci�n de Salom�n

I. La direcci�n que Dios le dirigi� a Salom�n, �Pide�, etc. , en efecto lo hace a cada uno de nosotros, especialmente a los j�venes.

II. Aunque no necesitamos la calificaci�n que Salom�n requiri� para el oficio real, todos necesitamos sabidur�a y entendimiento espirituales y, por lo tanto, podemos imitar su ejemplo.

III. Dios est� complacido con aquellos que toman la decisi�n y ofrecen la oraci�n de Salom�n. Porque&mdash

1. Es el efecto de Su gracia.

2. Indica sentimientos y opiniones similares a los suyos.

3. Indica humildad.

4. Muestra una benevolente preocupaci�n por Su gloria y por la felicidad de sus semejantes.

5. De hecho, tiende a promover Su gloria.

IV. Todos los que hagan esta elecci�n y adopten esta oraci�n ciertamente ser�n favorecidos con un coraz�n sabio y comprensivo. ( E. Payson , DD .)

C�mo obtener la mejor bendici�n

Para adquirir la mayor riqueza, "pedir" -

1. Es el m�todo m�s simple.

2. El m�todo divinamente designado ( Mateo 7:7 ; Marco 14:38 ).

3. El �nico m�todo. La compra es imposible.

4. El m�todo cierto.

5. El m�todo abundantemente aplicado. Reforzado por toda la Biblia.

6. Siempre ha sido el m�todo de gran �xito. ( RA Griffin .)

Oportunidad de Salom�n

Hablamos con tono de reproche y reproche a los hombres que han tenido lo que llamamos su oportunidad y no la han aprovechado. Si un hombre llega a la pobreza, revisamos su vida y decimos: �No tuvo la oportunidad de hacerlo mejor; ha aprovechado al m�ximo sus circunstancias, se merece simpat�a; extendamos nuestra ayuda a �l ". O decimos: �Ha tenido su oportunidad; podr�a haber estado tan alto como la mayor�a de nosotros; recordamos el momento en que su vida fue coronada con una graciosa oportunidad; era holgaz�n, incapaz; estaba ocupado aqu� y all�, y el rey pas�; y ahora no sentimos ning�n despertar de verdadera consideraci�n e inter�s en relaci�n con hun. Dios le da a cada hombre su oportunidad. ( J. Parker, DD .)

La oraci�n por la sabidur�a

�La piadosa oraci�n del joven Salom�n al comienzo de su vida real! Hay en esta narrativa una mezcla de lo natural y lo sobrenatural que sobrepasa todo poder de fabricaci�n; en s� mismo, el alto grado de aptitud que marca la manifestaci�n Divina aqu� registrada, combinado con su sorprendente sencillez, nos revela la intervenci�n personal de Aquel �que habita en las alturas, que se humilla para contemplar las cosas que est�n en el cielo y en la tierra .

El hecho de que la muy alabada sabidur�a de Salom�n no tuviera originalmente el car�cter religioso que se le atribuye en el texto, se puede afirmar f�cilmente, pero est� lejos de ser probado y, adem�s, est� en desacuerdo con una multitud de hechos. Incluso se puede dudar con raz�n si una sabidur�a y un conocimiento como los que este Rey de Israel debi� haber pose�do en su d�a se puedan explicar sobre bases puramente naturales; Ciertamente, es algo m�s sencillo encontrar, con el escritor sagrado, en la propia experiencia de Salom�n el fundamento de su expresi�n: "El Se�or da sabidur�a, de su boca sale el conocimiento y la inteligencia".

I. �Ven y ve� a un joven que en un momento cr�tico se encuentra en oraci�n. Es cierto que cada momento de esta vida fugaz tiene su propio significado; pero, sin embargo, hay horas �nicas que, m�s que otras, arrojan un gran peso en la balanza temblorosa. �Qu� diferencia entre lo que hasta ahora ha sido Salom�n y lo que ser� en lo sucesivo; �Y cu�nto depende, incluso para �l mismo, del esp�ritu con el que se d� el primer paso en el nuevo camino! Hasta ahora ni�o, ni�o, juventud; amamantado en verdad en el seno del lujo, pero con un David como padre, un Nat�n como gu�a; amado y feliz entre sus hermanos, pero en gran medida en igualdad con ellos.

Ahora, de repente, rey y ... libre; libre de todo v�nculo. En un rasgo simple a veces se manifiesta toda una diferencia de car�cter y principio. As� es en la conducta de Salom�n a esta hora, en comparaci�n con la de su hermano Adon�as, pero hace unos pocos meses. Mientras que este �ltimo, incluso durante la vida de David, se aferra al trono, s�lo prepara un banquete: como si pudiera de inmediato, como desde la mesa, ascender al trono principesco.

Cuando Salom�n, en cambio, despu�s de la muerte de David asume las riendas, se prepara casi como primer acto una fiesta religiosa de homenaje y coronaci�n. �Con qu� emoci�n sagrada llena este d�a su coraz�n, todo el que perciba en su oraci�n nocturna la vibraci�n posterior de las mejores cuerdas de su coraz�n que hab�an sido tocadas por el d�a! No es tan atractivo para �l el palacio de cedro de Jerusal�n como esta sencilla colina exterior, donde se invoca el nombre del Dios de su padre.

Es poco para �l que su exaltaci�n lleve el sello de la aprobaci�n humana; debe consultar al Se�or en el palacio de Su santidad, y colocarse con todo su futuro bajo la misericordiosa mano del Santo de Israel. Vista que alegra el coraz�n: un rey que se siente s�bdito de Dios; �un joven que siente que su camino no puede ser puro a menos que lo dirija de acuerdo con la Palabra de Jehov�! �No es la facilidad de que la piedad sincera, por muy frecuentemente ridiculizada y repudiada, sea sin embargo algo glorioso y justo? el adorno de cada condici�n, y sobre todo el m�s alto; �pero especialmente amable y augusto en el joven que con coraz�n �ntegro y gozoso ha elegido el servicio de Dios? Es cierto, cuando un pecador anciano inclina su cabeza en arrepentimiento ante Dios, Satan�s pierde su presa; pero cuando en un coraz�n joven se despierta una voz que clama por el Dios vivo,

�Cu�ntos j�venes se encuentran en esta hora en el punto de inflexi�n decisivo de su vida, pero que comienzan su curso de manera completamente diferente y que, por lo tanto, muy pronto hacen un progreso completamente diferente al de Salom�n! �Cu�ntas barcas, ligeramente cargadas y bastante equipadas, dejan el refugio seguro y bailan sobre las olas ondulantes, y por un tiempo parece distanciar a otros, pero pronto con el cambio de fortuna se queda atr�s y pierde por completo su rumbo, hasta que se convierte en �Un juguete de la tormenta, se estrella contra las rocas y desaparece en el abismo l�gubre! Qu� maravilla, el timonel inexperto hab�a pensado en todo menos en la indispensable br�jula; hab�a consultado a todos menos a Aquel que dice: "M�o es el consejo y su fuerza"; hab�a contado de antemano con el puerto, pero no con la tormenta y con Aquel que es el �nico que puede sofocar la tormenta.

Ahora hay una f�bula dando vueltas en el mundo: la incredulidad la ha inventado, y el escepticismo ahora la susurra de la boca de un colegial a los o�dos de otros. Es esto: que para toda la doctrina de la oraci�n infantil ya no hay lugar dentro del alcance de la visi�n moderna del mundo. As� suena el evangelio de la desesperaci�n, aclamado por muchos ni�os de esta �poca como la m�s alta sabidur�a, un evangelio ante el cual el �ngel de oraci�n en el interior huye del santuario imp�o; mientras que en su lugar el genio de la sujeci�n pasiva, con mirada r�gida, se sienta junto a la tumba de la esperanza difunta. �Pobre hombre, sobre todo pobre joven, que tiene todo lo necesario para la vida exterior, pero ha perdido la oraci�n! �En todos, tus caminos le reconocen�.

II. Ven a ver, en la segunda pieza, al hijo de un rey que reza exclusivamente por sabidur�a. Ciertamente, ante la presencia del Infinito, el pr�ncipe no es m�s que el mendigo; pero �no est� el primero expuesto a tentaciones mucho mayores? "Pregunta qu� te dar�". �Qu� palabra, y qu� gran concesi�n contenida en esa palabra! �Todas las c�maras del tesoro del infinito favor de Dios se abrieron ante el alcance de una sola mano! �P�deme�, dice el Poseedor de todas las cosas, �y elige t� mismo la bendici�n que deseas sobre todas las dem�s.

�Caer�n los cedros del L�bano para que en tu capital se levante un edificio de incomparable esplendor? �Adornar� el laurel tu frente, entrelazada con las rosas del amor? �Llevar� tu nombre a mil lenguas, hasta el Tigris y el �ufrates? y una era patriarcal corona todas estas bendiciones? " �Qui�n no tiembla involuntariamente al ver la mano en la que se coloca tal decisi�n? �Da a tu siervo un coraz�n comprensivo� ( 1 Reyes 3:9 ); y el significado de su oraci�n puede conjeturarse f�cilmente, especialmente cuando recordamos el sentido en el que Salom�n en el Libro de Proverbios constantemente menciona la sabidur�a.

Con �l no se refiere a un mero aprendizaje, que puede lograrse de otra manera; y tan poco esa agudeza, versatilidad, pulido, que con frecuencia est� casi enteramente desconectado de los primeros principios de la vida moral. �l desea, por otro lado, esa sabidur�a pr�ctica que califica en toda facilidad para reconocer, elegir y realizar lo correcto, lo verdadero y lo bueno. Si solo tiene sabidur�a, �qu� necesita adem�s? Feliz Salom�n, que has entendido tu m�s profunda necesidad; pero que al mismo tiempo sabe d�nde se debe buscar la satisfacci�n de esta necesidad.

III. Ven a ver aqu� a un humilde, que no reza en vano. Uno humilde: en esa palabra pongo el acento, porque es la clave del todo. Cu�n asombrosamente se expresa esta humildad, especialmente en las palabras de la oraci�n conservadas en otro lugar. Primero, acci�n de gracias por lo que ya se ha otorgado o prometido; y luego, adem�s, �Y ahora, oh Se�or, Dios m�o� - el �m�o� de una fe humilde - �T� has hecho rey a tu siervo en lugar de mi padre David; y yo soy un ni�o peque�o, no s� salir ni entrar �, como lo requiere mi puesto.

Salom�n, al menos, ciertamente ha experimentado la verdad de sus propias palabras, "Con los humildes est� la sabidur�a", pero tambi�n aprendi� al mismo tiempo que Dios dar� gracia a los humildes. Inmediatamente recibe la respuesta: �Porque esto estaba en tu coraz�n, la sabidur�a y el conocimiento te son concedidos. �Si alguno de vosotros tiene falta de sabidur�a, p�dala a Dios, que da a todos abundantemente y no le reprende; y le ser� dado.

Pero - la condici�n es tan simple como razonable - "que pida con fe, sin dudar". Nadie puede explicar completamente c�mo se escucha la oraci�n; pero que se escuche es por la fe reflexiva levantada por encima de toda duda. �Te instruir� y te ense�ar� en el camino que debes andar; Te guiar� con mis ojos �. No es que debas buscar la luz interior aparte de la Palabra escrita de Dios, y menos a�n que esta instrucci�n celestial sea liberarte de la necesidad de tu propio trabajo y esfuerzo. En el �mbito de la verdadera sabidur�a, nadie es coronado si no se ha inclinado ante Dios con el esp�ritu de un ni�o.

IV. Ven a ver aqu� a un favorecido, que recibe mucho m�s de lo que pide. Sin embargo, como hemos escuchado s�lo la mitad de la respuesta del cielo: por lo tanto, contin�a, �Por lo tanto te dar� riquezas, hacienda y honor�, etc . No, el que da lo que es de primera necesidad tampoco rechaza lo que es menos. Salom�n ni siquiera hab�a pensado en los dones temporales; pero su Dios no olvida nada de todo lo que puede aumentar el brillo de Su trono.

�Y se despert� Salom�n, y he aqu� que era un sue�o�. Pero qu� sue�o; y que despertar! Ha llegado la hora de la ma�ana de una nueva vida, y mientras este maestro-so�ador desciende de inmediato de la cresta de Gibson, es muy pronto para elevarse a una altura m�s gloriosa ante los ojos de su propia naci�n y de las naciones vecinas. Lo que el rey ha recibido redunda, espiritual y materialmente, en el bien de la naci�n, que comparte el beneficio.

Dios, en respuesta a la oraci�n, generalmente da primero lo indispensable; pero en seguida a�ade tambi�n lo �til, lo agradable, lo comparativamente superfluo. El Se�or da gracia, y en esa �nica cosa est�n escondidas todas las cosas; sin embargo, a�ade a la gracia tambi�n honra, y no niega el bien a los que andan en rectitud. �Bienaventurado el hombre que halla sabidur�a y el hombre que adquiere entendimiento. ... Ella es �rbol de vida para los que la abrazan, y bienaventurados todos los que la mantienen ".

V. Un infeliz que por su propia culpa ha perdido esta bendici�n de su oraci�n. ( J. Van Oosterzee, DD .)

�Qu� debo preguntar?

Es una disciplina excelente para aquellos que orar�an correctamente, comenzar por escuchar a Dios decirles: "Pidan ahora qu� debo darles". Piense en usted mismo antes de arrodillarse para orar: ��Qu� debo pedir? qu� deseo hay en mi coraz�n; �Hay algo que me angustie, me moleste o me duela en este momento que pueda pedirle a Dios que lo alivie o elimine? �Hay algo que desee mucho, algo que creo que me har�a feliz tener, algo que negarme amargar�a o desolar�a mi vida? �Pide lo que te dar�, dice Dios, y que no encuentre silencio, ni doble lengua en aquel a quien se lo dice.

Todo esto apunta a lo que la Escritura llama "la preparaci�n del coraz�n" para la oraci�n. Cu�n diferente ser�a el paso mismo de los adoradores cuando salieran de sus hogares, cu�n diferente ser�a el aspecto mismo de los rostros aa que entraran por estas puertas y tomaran sus lugares, si cada uno sintiera que Dios est� aqu�, y que �l le dec�a a cada uno: "�Qu� te dar�?" Hay un momento en la mayor�a de las vidas en el que se les plantea la cuesti�n del destino de la vida y debe ser respondida.

Incluso el destino de esta vida es muy importante. A menudo tiene el destino de la otra vida. Para un joven, la pregunta toma la forma de "�Cu�l ser� su profesi�n?" En la medida en que el campo de elecci�n sea m�s y m�s amplio ser�, por supuesto, la dificultad y la gravedad de la pregunta: "�Qu� har� con mi vida para el servicio de Dios y de mi generaci�n?" Este es el ejemplo m�s directo que se puede encontrar en nuestros d�as, quiz�s, del joven rey en uno de mis textos.

�Y cu�l ser� la respuesta? �Ser� "dame riqueza"? ser�, "Dame honor"? ser�: �Dame un lugar destacado en las filas de la fama, o de tal reputaci�n y respetabilidad que ocupe el lugar de la fama entre los humildes; dame �xito, dame aplausos, dame un r�pido progreso hacia una posici�n satisfactoria; o, dame una porci�n entre los que saben, que amasan informaci�n, que escriben o hacen libros, que se llaman hombres de literatura, hombres de ciencia, hombres de cultura, hombres de educaci�n �? o ser�, �Se�or, hazme �til en mi generaci�n; que no me preocupe si soy grande o peque�o, si puedo ayudar a algunos otros a conocer Tu consuelo, si puedo traer paz a algunas almas infelices o guiar a algunas vidas extraviadas por el camino de la santidad �. Si tuvi�ramos un coraz�n as�, �cu�n rica ser�a la recompensa!

"Hay momentos en que la pregunta:" �Qu� debo hacer, Se�or? " aparece de manera muy prominente. As� sucede con el joven eclesi�stico en la temporada de la confirmaci�n; es as� en la primera y en cada comuni�n sucesiva; es as� cuando la mano de Dios se posa pesadamente sobre la vida en dolor; es as� cuando llega la enfermedad, no a la muerte; Es as� cuando la formaci�n de nuevos lazos, o la ruptura providencial de los viejos, obliga a un hombre a quedarse quieto y asentarse consigo mismo: �cu�l ser� el tenor de mi vida, cu�l ser� el rumbo y cu�l la meta? Feliz si puede entregarse con fe en Aquel que es "una ayuda muy presente" y decir: "Dame entendimiento, dame gracia, dame un curso �til y un final bendito". ( Dean Vaughan .)

La elecci�n de Salom�n

Hoy en d�a es imposible decir que Dios nunca habla a los hombres en sue�os, pero no es frecuente que lo haga. Por una buena raz�n: la Biblia ahora est� completa, y all� se puede aprender Su voluntad, y all� se da a conocer. �Sin embargo, hay algunos sue�os que ciertamente son notables! "

I. Primero hablemos un poco sobre el permiso: ��Pide lo que te dar�! Supongamos que le hiciera esta pregunta a cada uno de los presentes, cu�ntas peticiones singulares se escuchar�an. Una vez se escuch� a una anciana orar as�: "Oh Se�or, dame mucho para comer y mucho para beber, y eso es todo lo que quiero". Dios deseaba que Salom�n se preguntara: "�Qu� es lo que m�s necesito realmente?" Antiguamente los tenderos sol�an gritar en voz alta: "�Qu� - os falta?" Esta es una buena regla en la oraci�n, decir: �Qu� es lo que realmente quiero en este mismo momento? Si descubres en qu� eres m�s deficiente, aprender�s tu verdadero car�cter.

Mire a su alrededor y diga ahora: ��Qu� necesito realmente? �Qu� debe poseer un ni�o o una ni�a que reci�n comienza a vivir? �Qu� - me falta? Quiz�s no sepa cu�nto necesita algunas cosas, ni lo sabr� sin preguntar. Los comerciantes llenan sus escaparates con juguetes, dibujos, libros y vestidos, para que la gente se sienta inclinada a quererlos y venga y compre. La Biblia est� llena de descripciones de cosas que todo el mundo deber�a necesitar. Mira lo que dice y descubrir�s qu� es lo que m�s quieres y, en primer lugar,

II. Dios le hizo esta pregunta a Salom�n por otra raz�n; Deseaba mostrarnos la verdadera forma de obtener lo que necesitamos; es decir, rezando o pidiendo. Salom�n hab�a recibido grandes regalos de su padre David sin pedirlos. Dios tambi�n le hab�a dado muchas de las m�s valiosas bendiciones, muchas de ellas sin pedirlas. "Ahora", dice Dios, "pide y tendr�s". Algunas cosas no se pueden comprar con dinero; ning�n rico tiene suficiente riqueza para comprar salud o felicidad. Y no puedes comprar las bendiciones del evangelio; debes recibirlos como un regalo del Se�or Jes�s. ( N. Wiseman .)

La oraci�n del rey Salom�n pidiendo sabidur�a para gobernar a su pueblo

Independientemente de lo que en la vida posterior haya sido la desviaci�n de Salom�n del deber y del temor del Se�or, los primeros a�os de su reinado evidencian una mente agudamente viva para todas las necesidades y responsabilidades de su posici�n, y un coraz�n sincero en amor y lealtad hacia Dios. . Esta oraci�n de Salom�n muestra el esp�ritu propio de todo joven, especialmente de todo joven cristiano, al asumir las responsabilidades de la vida. Hay tres caracter�sticas destacadas del temperamento de su mente que son eminentemente dignas de consideraci�n.

I.Su preferencia por el bienestar de las personas sobre las que gobernaba por encima de cualquier gratificaci�n o inter�s propio. Por la manera en que el Se�or ofreci� al rey cualquier regalo que su coraz�n deseara, es evidente que Salom�n estaba en perfecta libertad, si tal hubiera sido su elecci�n, para solicitar el cumplimiento de alg�n fin puramente personal o privado. Si se hubiera hecho tal oferta a cualquiera de los poderosos reyes cuyos nombres est�n blasonados en la historia, �cu�l habr�a sido su elecci�n? �Qu� oraci�n habr�a expresado el deseo del coraz�n de Alejandro, de An�bal, de C�sar o de Napole�n? Alejandro habr�a pedido conquistar otro mundo; An�bal habr�a buscado la saciedad de la venganza en el exterminio de los enemigos italianos; C�sar habr�a exigido la admisi�n entre los dioses y el culto perpetuo de los ciudadanos de Roma;

Pero el esp�ritu que el Se�or aprob� en Salom�n estaba libre de toda mancha de deseo ambicioso, ego�sta o despiadado. Ojal� todos aquellos a quienes se encomiendan los intereses de los dem�s est�n animados alguna vez por el esp�ritu de Salom�n.

II. La calurosa conformidad a la Divina voluntad de sus deseos con respecto a su puesto. Cuando Dios prometi� a cualquiera de los reyes de Israel o de Jud� el establecimiento de su trono y ayuda contra sus enemigos, siempre se dispuso que ese rey deb�a observar diligentemente los estatutos, mandamientos y ordenanzas del Se�or. Cuando rechaz� a Sa�l para que no fuera rey de su pueblo, no fue porque hab�a demostrado ser infiel al bienestar de la naci�n, sino porque hab�a rechazado la palabra del Se�or y no hab�a guardado el mandamiento que el Se�or le hab�a ordenado.

Y cuando David fue elevado al trono de Israel, fue por este testimonio que Dios le dio: "He encontrado a David, el hijo de Isa�, un hombre conforme a mi coraz�n, el cual cumplir� toda Mi voluntad". Por eso, en labios de Salom�n, esta oraci�n de sabidur�a ten�a un significado muy peculiar y completo. Su esp�ritu no era la ambici�n de ser el monarca m�s sabio de su �poca, ni la servil ansiedad por conseguir el favor de un amigo poderoso; era el deseo de hacer la voluntad de su misericordioso Padre celestial.

Este mismo esp�ritu de amorosa y sincera conformidad con la voluntad Divina ha controlado las oraciones y la vida del verdadero pueblo de Dios en todas las generaciones: Abram; Mois�s; Jos�; Pablo; el Redentor mismo. �Oh, qu� consuelo en la aflicci�n, qu� apoyo en la prueba, qu� deleite en el deber, brota del pensamiento: "Es la voluntad de Dios"!

III. Su reconocimiento de s� mismo como d�bil y propenso a errar, y de Dios como la gran fuente de sabidur�a y fortaleza para el cumplimiento del deber. En la humildad y la timidez de Salom�n, tenemos un ejemplo de lo que parece ser com�nmente el caso, que los hombres valiosos y h�biles son los m�s profundamente conscientes de sus deficiencias y faltas. Totalmente diferente de tal esp�ritu fue Roboam, el hijo y sucesor de Salom�n al asumir el cetro.

Salom�n evidenci� su sentido de debilidad, no al rehuir sus deberes, sino al buscar la ayuda de Dios para cumplirlos. Eliseo, temblando al pensar en lo pronto que deber�a ser llamado a vestir el manto del mayor de los profetas, pidi� una doble porci�n del esp�ritu de su maestro. En un marco similar, Salom�n or� pidiendo un coraz�n comprensivo para juzgar al pueblo del Se�or. ( EI Hamilton, DD .)

Sabidur�a

La sabidur�a consiste principalmente en tres cosas.

1. Conocimiento para discernir.

2. Habilidad para juzgar.

3. Actividad para perseguir. ( T. Watson .)

La sabidur�a de salom�n

Mostr� su sabidur�a pidiendo sabidur�a. ( Dean Stanley .)

Se necesita sabidur�a divina

Todo hombre necesita la sabidur�a divina para poder hacer bien su obra terrenal. Encender�a mejor una l�mpara si primero le pidiera a Dios que le mostrara c�mo encenderla. ( J. Parker, DD .)

La responsabilidad de un soberano

�Ahora eres la reina de la tierra m�s poderosa de Europa, en tu mano est� la felicidad de millones�, dijo el joven pr�ncipe Alberto a Victoria en su carta de felicitaci�n. Iba a Italia, en la libertad de una vida menos agobiada, menos llena de espl�ndidos cuidados que la de ella, pero no sin pensar que sus propios vagabundeos eran en alg�n momento para estar al servicio de ella. �Que el Cielo los ayude�, agrega, �y fortalezca con su fuerza en esa alta y dif�cil tarea�.

El deseo de Salom�n por la sabidur�a y el uso que hizo de ella

1. La sabidur�a pr�ctica con la que llevamos a cabo los asuntos de la vida diaria proviene de Dios. Busquemos, entonces, desde su verdadera fuente. Si buscamos ser sabios sin Dios, incluso nuestra sabidur�a mundana se convertir� en una locura.

2. Cometemos un gran error al separar los asuntos religiosos de los cotidianos. No me refiero simplemente a insistir en la lecci�n un tanto trillada de que la moralidad que ense�a la religi�n debe practicarse en la vida diaria. Hay muchos que act�an de acuerdo con esto, pero a�n no incorporan su religi�n lo suficiente en su trabajo diario. Su oficio o su negocio los ocupa durante mi semana. Se guarda a intervalos establecidos, para dejar lugar a pensamientos superiores; y estos pensamientos superiores se dejan de nuevo a un lado cuando vuelven a los negocios.

No pueden entender hacer todas las cosas para la gloria de Dios. El efecto de esto es doble. Primero, hace que la religi�n sea muy d�bil y endeble; en lugar de hacer todas las cosas para la gloria de Dios, hacemos algunas cosas solo para Su gloria. En segundo lugar, estropear� nuestro trabajo; porque nada est� realmente bien hecho a menos que se haga con esp�ritu religioso. Pero si Salom�n ejerci� la sabidur�a dada por Dios en asuntos tales como sacar hilo de lino de Egipto, �por qu� no podemos nosotros tambi�n entender que en nuestro comercio y otros negocios ordinarios, estamos usando los dones de Dios y haciendo un trabajo que puede y debe ser? sea ??hecho de tal manera que sea para Su gloria? ( AK Cherrill, MA .)

Los mejores motivos para actuar desinteresadamente

En la vida privada, y en toda la vida, los mejores motivos para actuar son los que est�n fuera de la sal y sus supuestos intereses. Construir el barco firme y seguro y la casa firme y saludable por el bien de las vidas humanas que se les encomendar�, administrar justicia por su equidad, curar enfermedades y ense�ar leyes sanitarias por el bien de la humanidad que sufre, cuidar. en cada empleo, una vislumbre e inter�s por el bien que debe producir en el mundo, introduce un elemento m�s fino en el trabajo y, de hecho, produce una mejor calidad de trabajo que la que se puede obtener con la mera esperanza de un beneficio personal para el trabajador. ( Grandes pensamientos .)

La locura de confiar en nuestra propia sabidur�a en la conducci�n de la vida.

Hace unos a�os, una sensaci�n muy dolorosa fue creada en la mente del p�blico por la inteligencia de un accidente angustioso y fatal que le hab�a ocurrido a un distinguido Archidi�cono de la Iglesia Establecida. Este se�or, eminente tanto por su car�cter como por sus escritos, pasaba un corto tiempo en el continente y, habiendo subido a una monta�a con algunos amigos, expres� un fuerte deseo de regresar solo por una nueva ruta.

Sus compa�eros protestaron, se�alaron el peligro de intentar seguir un camino desconocido e instaron a que al menos su amigo aceptara los servicios de un gu�a. Lamentablemente, no se dej� persuadir y al poco tiempo comenz� su peligroso descenso. El resto del grupo sigui� su curso a rega�adientes y esper� su llegada a la posada. A medida que pasaba el tiempo y el Archidi�cono no aparec�a, sus temores se volvieron a despertar y se orden� que se realizara una b�squeda.

Pronto se horrorizaron, aunque no sorprendieron, al saber que el cuerpo sin vida de su amigo hab�a sido encontrado debajo de un precipicio sobre el que hab�a ca�do en su intento de llegar a la posada. �Cu�n sorprendente ilustraci�n ofrece este triste incidente de la fatal obstinaci�n de quienes persisten en confiar en su propia sabidur�a y fuerza de prop�sito en el camino de la vida! �Qu� les puede esperar sino destrucci�n si se niegan a aceptar la gu�a? Sin embargo, una gu�a no es suficiente en todo momento.

Recientemente, un grupo de viajeros en el Mont Blanc, acompa�ados por h�biles gu�as, fueron alcanzados por una avalancha; y no solo dos de ellos, sino uno de los gu�as tambi�n perecieron en un momento. Necesitamos una gu�a infalible; �Y d�nde se encontrar� sino en Aquel que es Sabidur�a infinita y Amor infinito? ( Experiencia .)

Los frutos de la oraci�n

"�De verdad crees que Dios escuchar� tus oraciones?" dijo un esc�ptico a una pobre mujer cristiana. �S�, respondi� ella, �tambi�n podr�a decirme que ese barco, que acaba de llegar de un puerto extranjero, nunca estuvo all� porque yo no estaba all� para verlo. Crees que estaba all� debido a las cosas que ha tra�do, y por eso no creo que Dios escuche mis oraciones, s� que �l las escucha y las responde, porque tengo frutos en mi posesi�n ". ( J. Nicoll .)

Importancia del conocimiento

Las siguientes palabras son de una carta escrita por la madre de la se�orita Willard a sus hijos cuando eran muy peque�os: �El mayor deseo de mi coraz�n, excepto que mis hijos sean cristianos, es que tengan una buena educaci�n. Una buena educaci�n te abrir� el mundo como un cuchillo abre una ostra. Las riquezas no har�n esto, porque las riquezas no tienen poder para iluminar el intelecto. Un buey y un fil�sofo miran hacia el mismo mundo, y quiz�s el buey tiene los ojos m�s fuertes y hermosos de los dos, pero la diferencia entre los cerebros detr�s de los ojos hace una diferencia entre los dos seres que es m�s ancha que todos los mares.

Quiero que el cerebro de mis hijos est� lleno de los mejores pensamientos que las grandes mentes han tenido en todos los siglos; Quiero que guarden en sus cabecitas la historia de lo que estaba haciendo el mundo antes de que ustedes llegaran: qui�nes fueron sus poetas, sus pintores y fil�sofos, sus inventores y legisladores. Quiero que sepa lo que hay en sus libros m�s nobles y lo que dicen sus hombres de ciencia sobre su estudio de la tierra, el oc�ano y las estrellas.

Quiero que se le ense�e a ser cuidadoso y exacto por su conocimiento de las cifras; y, sobre todo, quiero que aprendas a hablar y escribir tu propia noble lengua inglesa, porque sin el poder de expresi�n eres como un arpa e�lica cuando no hay brisa ".

El regalo desbordante de Dios

Cuando se rompe el hielo en Rusia, el Zar se pone a beber del r�o Neva, y habiendo bebido, durante mucho tiempo el Zar ten�a la costumbre de devolver la copa a sus asistentes llena de oro; pero a�o tras a�o se hizo mucho m�s grande que finalmente se pag� una suma estipulada en lugar de la antigua multa. Pero, por grande que sea el vaso que llevemos a Dios, y por m�s que aumente su capacidad con la disciplina de los a�os, Dios har� que rebose con esa paz, fe, amor y gozo que es mejor que mucho oro fino. ( Compa�ero dominical .)

Versículos 13-14

Y Salom�n junt� carros.

La riqueza de Salom�n

I. Riqueza derivada de especulaciones comerciales.

II. Riqueza adquirida en oposici�n a los mandamientos de Dios ( Deuteronomio 17:16 ). Debe confiar en el Se�or Dios, no en carros y caballos ( Salmo 20:7 ).

III. La riqueza, por tanto, arriesgada en su posesi�n. Prosperidad de Salom�n su gran desgracia. La m�s m�nima desviaci�n de la rectitud puede conducir a graves errores y terribles miserias. ( J. Wolfendale .)

Versículo 16

Los comerciantes del rey recibieron el hilo de lino a un precio.

Los comerciantes del rey

I. Las ventajas del comercio. Suavizando los modales y rompiendo los prejuicios, ayudando a la industria, promoviendo la paz y estimulando los recursos de la naturaleza.

II. Las bendiciones de la naci�n cuyo soberano se interesa por el comercio ( J. Wolfendale. ).

Información bibliográfica
Exell, Joseph S. "Comentario sobre "2 Chronicles 1". El Ilustrador Bíblico. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tbi/2-chronicles-1.html. 1905-1909. Nueva York.
 
adsfree-icon
Ads FreeProfile