Bible Commentaries
2 Crónicas 14

El Ilustrador BíblicoEl Ilustrador Bíblico

Versículos 1-4

E hizo Asa lo bueno y lo recto ante los ojos de Jehov� su Dios.

Asa fiel a su Dios

Hemos visto la ca�da constante del reino de Israel. Jud� tambi�n comenz� con verg�enza y termin� en desastre, pero su verg�enza no fue tan pura ni su desastre tan completo. La raz�n de este mejor destino se sugiere en nuestro texto: la influencia salvadora de hombres buenos se interpuso para mantener al pueblo a Dios y la prosperidad. Nuestra lecci�n presenta a Asa como el l�der justo de su pueblo.

1. Asa reform� la religi�n de Jud�. Como Gede�n, comenz� su gobierno con un audaz ataque contra la idolatr�a popular. La adoraci�n de Baal y Astart� se hab�a adherido a la gente desde que la conocieron al entrar en Cana�n, a pesar de la advertencia de Dios de que por este mismo pecado los habitantes fueron arrojados ante ellos. En los �ltimos a�os, Salom�n lo hab�a patrocinado, Roboam alent� y Ab�as lo confirm�; y bajo estos l�deres reales, Jud� se hab�a fascinado con su adoraci�n y se hab�a corrompido con su horrible vicio.

Pero el hacha del reformador se estrell� contra las arboledas. Fue bien llamado Asa ("M�dico", "Cura"), porque cur� el dolor de su pueblo. No tenemos noticias de resistencia a sus vigorosas medidas. La conciencia de la naci�n todav�a respondi� a la conciencia del rey: "la tierra estaba tranquila ante �l".

2. Asa promovi� la prosperidad material de Jud�. En los diez a�os de descanso que Dios le dio, �edific� ciudades valladas, con muros y torres, puertas y barras�, para protegerlos de Israel en el norte y de Egipto en el sur.

3. Pasando ahora a determinar la naturaleza y el alcance de la influencia de Asa, encontramos la causa de su �xito en su piedad. Fue un reformador s�lido, un rey capaz y un soldado exitoso, porque fue fiel a su Dios. �Hizo lo recto y orden� al pueblo que sirviera al Se�or�. As�, tambi�n, su mejor trabajo para sus s�bditos fue sobre sus personajes. La influencia de Asa fue muy importante y duradera.

Ascendi� al trono en una crisis en la historia de la naci�n. Israel ya llevaba veinte a�os en su transgresi�n fatal, y Jud� se apresuraba tras ella. Su padre y su abuelo hab�an abandonado la justicia de David y perpetuado la iniquidad de Salom�n, en lugar de su esplendor o su sabidur�a. Si el reinado siguiente de cuarenta y un a�os hubiera seguido el mismo curso, debemos creer que la corriente hacia la maldad se habr�a puesto m�s all�.

Si Asa hubiera sido como Jeroboam, Jud� habr�a ca�do como Israel. A trav�s de la fidelidad de Asa se ha cumplido la bendici�n agonizante del anciano: "Jud�, t� eres aquel a quien tus hermanos alabar�n; los hijos de tu padre se postrar�n ante ti, y ante �l ser� la reuni�n del pueblo". Porque Jud� prevaleci� sobre sus hermanos, y de �l vino el principal gobernante. La monarqu�a jud�a finalmente cay�, pero la verdadera causa por la que Asa luch� nunca perecer�.

El que lea la historia de Israel y Jud� marcar� con asombro el poder de control ejercido por el rey sobre la fe religiosa de la naci�n. Si est� escrito de uno: "Hizo lo malo ante los ojos del Se�or", siempre es cierto que "hizo pecar a Israel". Si adoraba a Jehov�, sus s�bditos adoraban con �l. El car�cter del rey decidi� el car�cter del pueblo. La influencia salvadora de los l�deres rectos. El poder de dirigir a otros puede provenir de circunstancias externas o de cualidades personales.

1. La influencia dada por circunstancias externas.

(1) El rango oficial otorga autoridad. Asa hizo, como rey, lo que nunca podr�a haber logrado como ciudadano privado. Ten�a control directo sobre sus dependientes. Un centuri�n devoto tendr� un soldado devoto que lo atender�. La influencia moral de los que est�n en las altas esferas es amplia y fuerte. La eminencia hace que el ejemplo sea notorio.

(2) La riqueza trae influencia.

(3) Los empleadores tienen grandes oportunidades para el bien.

2. Adem�s del control que dan las circunstancias externas, podemos notar la influencia de las cualidades personales. No lo que el hombre tiene, sino lo que es, lo convierte en un l�der. Jeroboam es un ejemplo de ello. Comenz� su vida como un trabajador com�n y muri� como rey de Israel. Cu�n continuamente hombres talentosos, exitosos y eruditos han tra�do ayuda salvadora a la Iglesia de Dios a lo largo de su historia. Hay una sutil y poderosa influencia que siempre debe consagrarse a usos sagrados: popularidad, poder para ganar el favor de los dem�s.

El car�cter disciplinado tiene un dominio peculiar sobre los dem�s para siempre. Su control es m�s silencioso y profundo que cualquiera de los que hayamos marcado; es la atm�sfera de un alma refinada para sus usos m�s elevados. �Toda alta belleza tiene un elemento moral en ella. Las naturalezas groseras y oscuras, por muy decoradas que est�n, parecen un desastre impuro; pero el car�cter da esplendor a la juventud y asombro a la piel arrugada y las canas ". Dios se ha esforzado mucho por preparar almas para este servicio. ( Serm�n del Club del Lunes ).

Versículo 7

Por tanto, dijo a Jud�: Edifiquemos estas ciudades . .. mientras la tierra a�n est� ante nosotros

El deber de mejorar la oportunidad presente

(un serm�n de la escuela dominical): - Considere&mdash

I. La oportunidad de trabajo con la que somos bendecidos. "La tierra a�n est� ante nosotros".

1. Tenemos libertad para trabajar.

2. Las instalaciones son excelentes: multiplicaci�n de libros elementales, circulaci�n de Biblias, etc.

3. Los est�mulos son numerosos. Los prejuicios de la sociedad est�n a nuestro favor. El mandato de Dios, etc.

II. La importancia de trabajar mientras tengamos esta oportunidad.

1. �Cu�l es el trabajo al que estamos llamados? El de ense�ar a los j�venes la Palabra de Dios ( Deuteronomio 6:6 ; Salmo 78:5 ; Salmo 78:7 ; Proverbios 22:6 ).

2. El deber de mejorar las oportunidades existentes. Conclusi�n: Dir�gete a los ni�os. Si tuvieras que atravesar un pasaje largo y oscuro donde hab�a muchos pozos profundos, qu� ansioso, al principio, sentir�as por la luz. Tal es la Palabra de Dios que te fue dada al entrar en la vida ( Salmo 119:105 ). ( JG Breay, BA .)

Versículos 11-12

Y Asa clam� a Jehov� su Dios.

Victorias sobre n�meros superiores

Estas victorias sobre n�meros superiores pueden f�cilmente ser igualadas o superadas por numerosos ejemplos sorprendentes de la historia secular. Las probabilidades eran mayores en Agincourt, donde al menos sesenta mil franceses fueron derrotados por no m�s de veinte mil ingleses; en Marat�n, los griegos derrotaron a un ej�rcito persa diez veces m�s numeroso que el suyo; en la India, los generales ingleses han derrotado a innumerables hordas de guerreros nativos.

En su mayor parte, los generales victoriosos han estado dispuestos a reconocer el brazo socorrista del Dios de las batallas. Enrique V de Shakespeare, despu�s de Agincourt, habla en el esp�ritu de la oraci�n de Asa: �Oh Dios, Tu brazo estaba aqu�; y no a nosotros, sino solo a Tu brazo, atribu�moslo a todos ". Cuando la flota de Isabel derrot� a la Armada Espa�ola, la piedad agradecida de la Inglaterra protestante sinti� que sus enemigos hab�an sido destruidos por el aliento del Se�or: "Afflavit Deus et dissipantur". ( WH Bennett, MA .)

La superioridad de la fuerza moral sobre la material.

Se pueden encontrar ejemplos caracter�sticos en los movimientos m�s amplios de las organizaciones pol�ticas internacionales. Italia en el siglo dieciocho parec�a tan desesperadamente dividida como Israel bajo los jueces, y Grecia tan completamente esclavizada del �turco indecible� como los jud�os de Nabucodonosor; y sin embargo, desprovistas de recursos materiales, estas naciones ten�an a su disposici�n grandes fuerzas morales: la memoria de la grandeza antigua y el sentimiento de nacionalidad; y hoy Italia puede contar cientos de miles como los reyes jud�os del cronista, y Grecia construye sus fortalezas por tierra y sus acorazados para dominar el mar.

El Se�or ha luchado por Israel. Pero el principio tiene una aplicaci�n m�s amplia. Los pioneros ingleses y estadounidenses de los movimientos para la abolici�n de la esclavitud tuvieron que enfrentarse a lo que parec�a una falange impenetrable de poderosos intereses e influencias. Se puede objetar que si la victoria fuera asegurada por la intervenci�n divina, no habr�a necesidad de reunir quinientos ochenta mil hombres, ni tampoco ning�n ej�rcito. No tenemos derecho a buscar la cooperaci�n divina hasta que hayamos hecho nuestro mejor esfuerzo; debemos trabajar en nuestra propia salvaci�n, porque es Dios quien obra en nosotros. ( WH Bennett, MA )

La oraci�n del rey Asa en v�speras de la batalla

I. Nuestro texto es un prater: el arma m�s segura en la guerra como en todas las dem�s emergencias.

II. Es la oraci�n de un rey en v�speras de la batalla y, por lo tanto, tiene un car�cter nacional.

III. Es una oraci�n de fe, que exhibe la confianza en el brazo divino en busca de ayuda y, por lo tanto, implica humillaci�n, junto con una clara convicci�n de que ninguna fuerza humana, por vasta que sea, puede prevalecer, excepto bajo el reconocido campeonato del Todopoderoso. ( El p�lpito de Penny .)

La suficiencia total de la ayuda de Dios

I. Asa actu� r�pida y en�rgicamente seg�n lo requiriera la ocasi�n. Solo un prop�sito lo mov�a, y ese era sacar toda la fuerza militar de su reino, y de inmediato, sin demoras innecesarias, golpear al enemigo, cada soldado d�ndose cuenta de que la corona de la victoria era el premio a ganar o perder. seg�n sea fiel o infiel en su deber particular. Habiendo actuado as� con prontitud y energ�a, entonces ...

II. Asa pidi� ayuda a Dios. No le pidi� a Dios que obrara un milagro en su favor. Quien pide ayuda a Dios sin primero ayudarse a s� mismo, sin hacer primero sus propios esfuerzos para conseguir aquello para lo que invoca la ayuda divina, invocar� a Dios en vano. Hay otros elementos de fuerza en la guerra adem�s de los meramente f�sicos. Dios es una fuerza moral y espiritual que har� que un ej�rcito de n�meros inferiores sea m�s que adecuado para encontrar y vencer la mera fuerza f�sica que es inherente a la superioridad de los n�meros. De ah� la sabidur�a y la virtud de la oraci�n.

III. �Cu�l fue el problema? �El Se�or hiri� a los et�opes ante Asa, etc. ( WT Tindley, DD .)

Oraci�n de Asa

Este rey Asa, nieto de Roboam, hab�a tenido un largo reinado de paz, que el autor del libro de Cr�nicas atribuye al hecho de que hab�a erradicado la idolatr�a de Jud�. �La tierra tuvo reposo y �l no tuvo guerra. .. porque el Se�or le hab�a dado descanso. " Pero lleg� un momento en que la nube de guerra comenz� a rodar amenazadoramente sobre la tierra, y un gran ej�rcito se alz� contra �l. Como un hombre sabio, primero tom� sus disposiciones militares y luego or�. Esta oraci�n contiene la esencia misma de lo que deber�a ser la actitud cristiana en referencia a todas las condiciones y peligros y conflictos amenazadores de la vida.

I. La sana conciencia de nuestra propia impotencia. No hizo falta mucho para convencer a Asa de que "no ten�a poder". Su ej�rcito, de acuerdo con los n�meros dados de los dos ej�rcitos, fue superado en n�mero de dos a uno. Si miramos con imparcialidad nuestros deberes, nuestras tareas, nuestros peligros, las posibilidades de la vida y sus certezas, cuanto m�s humildemente pensemos en nuestra propia capacidad, m�s sabiamente pensaremos en Dios, y con mayor certeza estimaremos. Nosotros mismos.

El mundo dice: "La autosuficiencia es la virtud conquistadora". Jes�s nos dice: "La desconfianza en uno mismo es la condici�n de toda victoria". Y eso no significa simplemente quitarnos la responsabilidad de nuestros propios hombros, sino mirar los hechos de nuestras vidas, y de nuestros propios personajes, cara a cara. Y si hacemos eso, no importa cu�n aparentemente f�cil sea nuestro camino, y cu�n ricos seamos en mente, cuerpo o estado, encontraremos que cada uno de nosotros es como "el hombre con diez mil" que tiene que cumplir " el Rey que viene contra �l con veinte mil �; y no "deseamos condiciones de paz" con nuestro enemigo, porque eso no es lo que tenemos que hacer en esta facilidad, sino que miraremos a nuestro alrededor, y no mantendremos nuestros ojos en el horizonte y en los niveles de la tierra,

Ahora todo eso es cierto sobre la desproporci�n entre los enemigos que tenemos que enfrentar y luchar y nuestra propia fuerza. Es eminentemente cierto acerca de nosotros los cristianos, si estamos haciendo alg�n trabajo para nuestro Maestro. Escuchas a la gente decir: �Mira el peque�o n�mero de cristianos profesantes en este pa�s, en comparaci�n con los n�meros del otro lado. �De qu� sirve que intenten convertir el mundo? " Si la Iglesia cristiana tuviera que emprender la tarea de cristianizar el mundo con sus propias fuerzas, bien podr�amos tirar la esponja y detenernos por completo.

"No tenemos fuerzas". Pero no solo somos d�biles num�ricamente. Una multitud de no efectivos, meros seguidores del campamento, poco apegados, cristianos nominales tienen que ser deducidos de la lista. Entonces, una profunda desconfianza en nosotros mismos es nuestra sabidur�a. Pero no es para paralizarnos, sino para llevarnos a algo mejor, como lo llev� Asa.

II. Invocar a Dios en el mundo debe seguir una sana desconfianza en uno mismo. Asa usa una expresi�n notable, que, tal vez, apenas se reproduce adecuadamente en otro vers�culo: "No hay nada contigo para ayudar, ya sea con muchos o con los que no tienen poder". Es una frase extra�a, pero parece m�s probable que la traducci�n sugerida en la Versi�n Revisada est� m�s cerca del significado del escritor, que dice: ��Se�or! no hay nadie fuera de ti que ayude entre los poderosos y los que no tienen poder �, lo cual para nuestros o�dos es una manera un tanto engorrosa de decir que Dios, y solo Dios, puede ajustar la diferencia entre el poderoso y el d�bil.

Asa se vuelve hacia Dios y dice: �T� solo puedes recortar la balanza y hacer que la pesada sea la m�s liviana de las dos arrojando Tu poder en ella. Ay�danos, Se�or, Dios nuestro �. Un hombre con Dios a sus espaldas es siempre la mayor�a. Se anima a las personas que tienen que luchar contra causas impopulares en el mundo. La conciencia de la debilidad puede poner nervioso a un hombre; y es por eso que la gente en el mundo siempre se da unas palmaditas en la espalda y se dice: �An�mate y conf�a en ti mismo.

Pero la desconfianza en uno mismo que se vuelve hacia Dios se convierte en el padre de una autosuficiencia mucho m�s confiable que la que conf�a en los hombres. Mi conciencia de la necesidad es abrir la puerta para que Dios entre. As� como siempre encuentras los lagos en los huecos, siempre encontrar�s la gracia de Dios entrando en los corazones de los hombres para fortalecerlos y hacerlos victoriosos, cuando haya sido la preparaci�n de la estimaci�n m�s baja de uno mismo.

Ahueca tu coraz�n mediante la desconfianza en ti mismo, y Dios lo llenar� con las aguas centelleantes de Su fuerza otorgada. La forma en que llamamos a Dios al campo: Asa ora: �Ay�danos, oh Se�or, Dios nuestro, porque en ti descansamos�; y la palabra que emplea para "descanso" no es muy frecuente. Lleva consigo una imagen muy llamativa. Se usa en esa tr�gica historia de la muerte de Sa�l, cuando el hombre que lo vio por �ltima vez se acerc� a David y dibuj� en una oraci�n el cuadro pat�tico del monarca cansado, herido, con el coraz�n roto, hundido y desesperado apoyado en su cabeza. lanza.

Se puede comprender con qu� fuerza se inclin�, con qu� fuerza lo sostuvo y con qu� fuerza todo su peso, l�nguido e impotente, lo presion�. Y esa es la palabra que se usa aqu�. �Nos apoyamos en ti� como el herido Sa�l se inclin� sobre su lanza. �Es esa una imagen de tu fe?

III. El avance valiente debe seguir a la desconfianza en uno mismo y la invocaci�n de Dios por fe. Est� bien cuando la desconfianza en uno mismo conduce a la confianza. Pero eso no es suficiente. Es mejor cuando la desconfianza en uno mismo y la confianza en Dios conducen al valor. Y mientras Asa contin�a, "Ay�danos, porque confiamos en ti, y en tu nombre vamos contra esta multitud". No importa, aunque es de dos a uno. �Que importa eso? La prudencia y el c�lculo est�n bastante bien, pero hay una gran cobard�a y falta de fe en el pueblo cristiano, tanto en lo que respecta a sus propias vidas como a la obra cristiana en el mundo, que se disfraza bajo una actitud demasiado respetable. nombre, y se autodenomina "cautela juiciosa" y "prudencia". Si tenemos a Dios con nosotros, seamos valientes al enfrentar los peligros y las dificultades que nos acosan, y asegur�monos de que �l nos ayudar�.

IV. La s�plica todopoderosa a la que Dios responder�. "T� eres mi Dios, que ning�n hombre prevalezca contra ti". Esa oraci�n cubre dos cosas. Puede estar bastante seguro de que si Dios es su Dios, no ser� derrotado; y puede estar muy seguro de que si ha hecho suya la causa de Dios, �l har� suya la suya, y nuevamente usted no ser� derrotado. "T� eres nuestro Dios". �Se necesitan dos para hacer un trato�, y Dios y nosotros tenemos que actuar antes de que �l sea verdaderamente nuestro.

�l se entrega a nosotros, pero tambi�n se requiere un acto nuestro, y ustedes deben tomar al Dios que se les ha dado y hacerlo suyo porque ustedes se hacen suyos. Y cuando lo he tomado por m�o, y no a menos que lo haya hecho, �l es m�o, para todos los intentos de dar fuerza y ??bendici�n. ( A. Maclaren, DD .)

El nombre de Dios escrito en vida

Toda nuestra vida debe estar llena de Su nombre. Puedes escribirlo en cualquier lugar. No necesita una placa de oro para grabar Su nombre. No es necesario engastar joyas ni diamantes. El m�s pobre trozo de papel marr�n, el m�s romo de l�piz y la mano m�s temblorosa bastar�n para escribir el nombre de Cristo; y toda la vida, tanto las trivialidades como las crisis, puede ser fulgurante y brillante con las s�labas sagradas.

Los mahometanos decoran sus palacios y mezquitas sin im�genes, pero con el nombre de Al� en arabescos dorados. En todas partes, en paredes y techo, ventanas y cornisas, pilares y muebles, est� escrito el nombre. No existe tal decoraci�n para una vida como la inscripci�n del nombre de Cristo en ella. ( A. Maclaren, DD ).

Información bibliográfica
Exell, Joseph S. "Comentario sobre "2 Chronicles 14". El Ilustrador Bíblico. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tbi/2-chronicles-14.html. 1905-1909. Nueva York.