Bible Commentaries
2 Crónicas 33

El Ilustrador BíblicoEl Ilustrador Bíblico

Versículo 1

Manas�s ten�a doce a�os.

Manas�s; o, lo material y lo moral en la vida humana

Hay dos grandes errores que prevalecen entre los hombres, uno es una sobreestimaci�n de lo secular, el otro una depreciaci�n de lo espiritual. El hombre es uno, y todos sus deberes e intereses son concurrentes y armoniosos; el fin del cristianismo es hacer felices a los hombres en cuerpo y alma, aqu� y en el m�s all�.

I. La elevaci�n de lo secular y la degradaci�n de lo espiritual. Aqu� hay un hombre en la c�spide de la elevaci�n secular. Es elevado a un trono, llamado a balancear su cetro sobre un pueblo de los m�s ilustrados, y en un pa�s el m�s f�rtil y hermoso de la faz de la tierra. En la persona de este Manas�s, tienes la grandeza secular en su mayor altitud y posici�n m�s atractiva. Pero en conexi�n con esto tienes degradaci�n espiritual. Penetra en los llamativos adornos de la realeza, mira dentro y �qu� te ves? Un esp�ritu bajo, miserable, infame, un esp�ritu degradado casi hasta el punto m�s bajo de la moral.

1. M�ralo socialmente. �C�mo actu� como hijo? Su padre, Ezequ�as, era un hombre de indudable piedad, un monarca de gran valor. Su padre estaba apenas fr�o en su tumba, antes de que el hijo comenzara a deshacer en el reino todo lo que su piadoso padre se hab�a esforzado durante a�os por lograr. �Edific� de nuevo el lugar alto que su padre Ezequ�as hab�a destruido�, etc. �C�mo actu� como padre? �Estaba ansioso por la virtud y la felicidad de sus hijos? No, "hizo pasar a sus hijos por el fuego del hijo de Hinom".

2. M�ralo religiosamente, v�ctima de la m�s est�pida impostura. "Observ� tiempos y us� encantamientos, y us� brujer�a, y trat� con un esp�ritu familiar y con magos".

3. M�ralo arruinando pol�ticamente a su pa�s, provocando la indignaci�n del cielo �. Entonces Manas�s hizo errar a Jud� y a los habitantes de Jerusal�n, y hacer peores que las naciones, a quienes Jehov� hab�a destruido delante de los hijos de Israel �. Esta elevaci�n de lo secular y la degradaci�n de lo espiritual, tan manifiesta en la vida de este monarca, y tan manifiesta, ay, en todos los tiempos y tierras, no est� desprovista de muchas sugerencias graves y sorprendentes.

Primero: muestra la desorganizaci�n moral del mundo humano. Este estado de cosas nunca puede ser, seg�n el plan original de la creaci�n. Una terrible convulsi�n le ha ocurrido al mundo humano; una convulsi�n que ha desordenado todas las partes. "Todos los cimientos de la tierra est�n fuera de curso". El mundo social est� sumido en un caos moral. La Biblia rastrea la causa y propone el remedio de esta terrible desorganizaci�n.

En segundo lugar: muestra la capacidad pervertida del alma. Cuanto mayor es la cantidad de bienes mundanos que posee un hombre, m�s fuerte es el atractivo del Creador por su gratitud y devoci�n. Adem�s, cuanto mayor sea la cantidad de riqueza y poder mundanos, mayores ser�n las facilidades y las obligaciones para una vida de inteligencia espiritual, santidad y piedad. La capacidad pervertida del alma dentro de nosotros bien puede llenarnos de asombro y alarma.

En tercer lugar: muestra la alta probabilidad de un juicio. Bajo el gobierno de un monarca justo, �el vicio tendr� siempre sus banquetes, su p�rpura y su corona? �Permitir� el gran Se�or que Sus mayordomos se apropien indebidamente de Su sustancia y nunca los pedir� cuentas?

II. La degradaci�n de lo secular y la elevaci�n de lo espiritual. El juicio de Dios, que siempre debe seguir al pecado, finalmente alcanz� al malvado monarca. El ej�rcito asirio, bajo la direcci�n de Esarhaddon, invadi� el pa�s y se lo llev� todo. El miserable monarca abandona su palacio y su trono, vuela aterrorizado por su vida y se esconde en una espina. Aqu� lo descubren.

Es encadenado, transportado a Babilonia y all� encarcelado. Aqu� est� la degradaci�n secular. Primero: las circunstancias del hombre no son obst�culos necesarios para la conversi�n. Si se hiciera la pregunta, �qu� circunstancias son las m�s adversas para el cultivo de la piedad? Debo responder sin vacilar: Adversidad. De hecho, soy muy consciente de que la adversidad, como en el caso que nos ocupa, a menudo logra inducir la reflexi�n religiosa y la penitencia cuando la prosperidad ha fracasado.

Pero, a pesar de esto, no puedo considerar la adversidad misma como la m�s adecuada para el cultivo del car�cter religioso. Los sufrimientos son contrarios a ese sentimiento de gratitud y esfuerzo espiritual que requiere la cultura religiosa. Es cuando el sistema limita con la salud, cuando la Providencia sonr�e en el camino, que los hombres est�n en la mejor posici�n para disciplinarse a s� mismos y llevar una vida piadosa. Pero aqu� encontramos a un hombre en las circunstancias m�s desfavorables, lejos de las instituciones religiosas, de los amigos y de los libros, un exiliado f�rreo en una tierra pagana, comenzando a pensar en sus caminos y dirigiendo sus pies por los caminos de la santidad.

Un caso como este cumple con todas las excusas que ofrecen los hombres por su falta de religi�n. A menudo se dice: "Si estuvi�ramos en tales circunstancias, ser�amos religiosos". El hombre rico dice: �Si tuviera una vida humilde, m�s libre de las ansiedades, preocupaciones, responsabilidades y asociaciones de mi posici�n, vivir�a una vida piadosa; mientras que los pobres, por otro lado, dicen, con mucha m�s raz�n: �Si mi esp�ritu no estuviera presionado por las aplastantes fuerzas de la pobreza; si tuviera suficientes bienes mundanos para librarme de toda ansiedad necesaria, entregar�a mi mente a la religi�n y servir�a a mi Dios.

"El hombre en medio de la emoci�n y el bullicio de la vida comercial, dice:" �Estaba yo en una situaci�n m�s retirada, en alguna regi�n moral lejos del bullicio eterno de los negocios? m�sica de p�jaros y arroyos, yo servir�a a mi Hacedor ". El hecho, despu�s de todo, es que las circunstancias no son un obst�culo o una ayuda necesaria para la vida religiosa. En segundo lugar: que la misericordia del cielo es mayor que las iniquidades del hombre.

III. La elevaci�n concurrente tanto de lo espiritual como de lo secular. El Todopoderoso escucha su oraci�n. Es emancipado de su esclavitud, devuelto a su propio pa�s y restaurado al trono de Israel. All� est� ahora con un coraz�n sincero, en una posici�n noble: un gran hombre real que ocupa un gran cargo. �sta es una escena rara; y, sin embargo, la �nica escena de acuerdo con la constituci�n real de las cosas y la voluntad de Dios.

Me parece que si el hombre hubiera permanecido en la inocencia, su posici�n exterior siempre habr�a sido producto y tipo de su alma interior. La restauraci�n de Manas�s al trono, y la obra de reforma a la que se propone, sugieren dos temas para la reflexi�n. Primero: La tendencia de la piedad a promover la elevaci�n secular del hombre. El monarca regresa en esp�ritu a Dios, y Dios lo trae de regreso a su trono.

Como la condici�n material de los hombres depende de su moral, mejore la �ltima y mejorar� la primera. A medida que el mundo se vuelva espiritualmente m�s santo, se volver� secularmente m�s feliz. En segundo lugar: la tendencia de la penitencia a restituir. Con respecto a Manas�s, est� escrito as�: "Despu�s de esto, construy� un muro fuera de la ciudad de David, en el lado occidental de Gih�n, en el valle, hasta la entrada por la puerta de los peces", etc.

Aqu� hay restituci�n y un esfuerzo ferviente para deshacer el da�o que hab�a causado. As� actu� Zaceheus, y as� todos los verdaderos penitentes han actuado y actuar�n siempre. La verdadera penitencia tiene un instinto restitutivo. Pero qu� poco, �ay! �Del da�o hecho se puede deshacer! ( Homilista .)

Versículos 10-11

Y lo at� con grilletes.

Disciplina divina

La manera correcta de llevar a un pecador a Dios es que Dios le hable y que �l escuche. Manas�s no vendr�a por ese camino, as� que Dios lo trajo de regreso por un camino m�s accidentado.

I. El Se�or a menudo permite que las pruebas temporales lleven cautivos a los hombres.

1. Desastres empresariales.

2. Falta de empleo.

3. Problemas extraordinarios.

4. Aflicci�n corporal.

5. La p�rdida de queridos amigos.

II. El se�or a veces permite que los hombres est�n sujetos a pruebas mentales; "Atado con grilletes". Tal como&mdash

1. Cuando el pecado deja de proporcionar placer. Las mismas cosas que una vez lo hicieron resplandecer de deleite no lo afectan ahora, ni arrojan un solo rayo de luz en su camino.

2. La afici�n diaria se vuelve desagradable.

3. Hay una gran incapacidad en la oraci�n.

4. Tus viejos pecados salen de sus escondites.

5. Gran falta de poder para aferrarse a las promesas.

6. Temor a la muerte y pavor al juicio.

Conclusi�n: Para tu comodidad y paz:

1. Sepa que el Se�or es Dios.

2. Hum�llate ante �l.

3. Empiece a orar.

4. Cree en el Se�or Jesucristo. ( CH Spurgeon .)

Versículo 12

Y cuando estaba afligido, suplic� al Se�or su Dios.

La maldad y la penitencia de Manas�s

I. La carrera de Manssseh en el crimen.

II. Su regreso y aceptaci�n de Dios.

III. Los graciosos resultados de su penitencia. Mejora.

1. La lamentable maldad y duplicidad del coraz�n humano.

2. La franqueza, plenitud y eficacia de la gracia divina.

3. Las consecuencias de la salvaci�n son la reforma y la obediencia. ( TB Baker .)

Manas�s

Manas�s es un ejemplo eminente del poder, la riqueza y la libertad de la misericordia Divina. Observar&mdash

I. Los pecados que cometi�.

1. Su causa contribuyente. Su temprana libertad de restricci�n, su llegada al poder supremo cuando solo ten�a doce a�os de edad.

2. Su naturaleza especial. El cat�logo es espantoso.

3. Su car�cter agravado.

(1) Fueron cometidos desafiando la educaci�n religiosa y las advertencias y el ejemplo de su padre.

(2) Eran de una enormidad m�s que com�n.

(3) Produjeron m�s que el mal com�n para los dem�s.

(4) Desafiaron las protestas de los profetas (vers�culo 10).

II. El arrepentimiento que ejerci�.

1. Su causa.

(1) Su causa m�s remota fue probablemente su educaci�n religiosa. El caso de Manas�s no desanima a educar a los ni�os en el camino que deben seguir.

(2) La causa inmediata fue la aflicci�n.

2. Su naturaleza.

(1) Profunda convicci�n de pecado.

(2) Profunda contrici�n.

(3) Oraci�n ferviente.

(4) Reforma de vida.

III. Las misericordias que recibi� manas�s.

1. Naturaleza temporal.

2. Espiritual Fue llevado al conocimiento espiritual del Dios de su salvaci�n. �Entonces conoci� Manas�s que el Se�or era Dios�. Este conocimiento lo llev� a temer, confiar, amar y obedecer. Esta obediencia estuvo acompa�ada de la m�s profunda abnegaci�n y humillaci�n hasta el final de su vida. Lecciones.

1. A aquellos que son insensibles de su pecaminosidad.

2. A los que est�n dispuestos a hundirse en la desesperaci�n bajo el peso de su pecaminosidad.

3. A los que est�n dispuestos a presumir de la misericordia de Dios. Am�n, el hijo de Manas�s, fue r�pidamente cortado en medio de sus pecados (vers�culos 21-28). Parece ser un faro colocado cerca del lado de su padre arrepentido y aceptado, para advertir a todas las personas que no presuman de la misericordia manifestada a Manas�s. ( Homilista .)

El arrepentimiento de Manas�s

I. Su car�cter de pecador.

1. Era un pecador notorio.

2. No era un pecador sin esperanza.

II. Su conducta como penitente.

1. Se especifica el per�odo de su arrepentimiento. "Cuando estaba en aflicci�n".

2. Se describe la naturaleza de su arrepentimiento.

(1) Humildad profunda.

(2) Oraci�n ferviente. Estos invariablemente distinguen la conducta de todo verdadero arrepentido ( Jeremias 31:18 ; Lucas 18:13 ; Hechos 9:11 ).

III. Su salvaci�n como creyente.

1. Obtuvo la misericordia perdonadora de Dios.

2. Recibi� un conocimiento salvador de Dios ( Bosquejos de cuatrocientos sermones ).

Manas�s humillado

I. El beneficio de las aflicciones para llevar al pecador a un verdadero sentido de su condici�n y convertirlo a Dios.

II. La misericordia de Dios al traerlo y recibirlo.

III. La porci�n restante y duradera del mal del pecado, incluso despu�s de que el individuo es perdonado. En el Segundo Libro de los Reyes se declara repetidamente que Jud� fue destruida a causa de los hijos de Manas�s.

1. Un hombre mira hacia atr�s con tristeza y contrita preocupaci�n por las locuras y pecados de su juventud; pero �qu� hay de sus compa�eros de culpa? A algunos, quiz�s, a quienes sedujo al pecado, ya muchos a quienes alent� y confirm� en el pecado.

2. Algunos escritores han empleado sus plumas en la odiosa causa de la inmoralidad y la irreligi�n. Tales personas han lamentado sus errores; pero la publicaci�n ha hecho su trabajo; el veneno ha circulado y la corrupci�n es incurable. ( J. Slade, MA )

La conversi�n de Manas�s

I. Que las primeras ventajas pueden ser reemplazadas por un pecado complicado.

II. Ese pecado es con frecuencia la causa de una aflicci�n severa.

III. Esa aflicci�n, cuando se santifica, exalta a la oraci�n y promueve la humillaci�n.

IV. Esa oraci�n y humillaci�n siempre van acompa�adas de distinguidas bendiciones y producen efectos valiosos.

V. Del conjunto.

1. La paciencia de Dios.

2. La soberan�a de Dios.

3. La sabidur�a de Dios en la adaptaci�n de los medios a la conversi�n de los hombres.

4. La misericordia de Dios al salvar al mayor de los pecadores. ( S. Kidd .)

El arrepentimiento de Manas�s

Conectaremos el importante cambio que tuvo lugar en la mente de Manas�s:

I. Con sus primeras ventajas. John Newton dice en alguna parte: "Cuando estaba en la miseria m�s profunda, y cuando estaba cometiendo el pecado m�s atroz, siempre parec�a sentir la mano de mi santa madre presionando mi cabeza".

II. Con las aflicciones por las que fue producido.

III. Con los efectos que despleg�.

IV. Con la soberan�a de la Gracia Divina. ( AE Farrar .)

Manas�s llevado al arrepentimiento

I. Su vida de pecado.

1. Fue en contraste directo con el buen reinado de su padre.

2. Su pecado hizo que muchos se sintieran culpables. �l "hizo errar a Jud� ya los habitantes de Jerusal�n".

3. No se conmovi� al ver la misma maldad en aquellos a quienes despreciaba ( 2 Reyes 21:9 ).

4. Su pecado no fue controlado por el castigo de Dios a otros. Los paganos hab�an sido expulsados ??de la tierra a causa de su maldad. Jud� ocup� su lugar y adopt� su vicio.

II. La vida de manas�s bajo el castigo de Dios. Aprendemos de las inscripciones asirias recientemente descubiertas lo que se entiende por "entre las espinas". La palabra as� traducida significa un gancho, que se pasaba por debajo de los labios de los cautivos. Se pueden imaginar las profundidades de la degradaci�n de Manas�s. Sin embargo, fue enviado en misericordia para convertirlo a Dios.

III. Su arrepentimiento y restauraci�n.

IV. Su restablecimiento del culto a Dios. Lecciones.

1. Nunca avergonzarse del arrepentimiento.

2. Vemos el significado de los castigos de Dios.

3. El poder de un solo hombre cuando se ha vuelto del pecado a Dios.

4. La necesidad de la comuni�n solitaria con Dios.

5. El amor paciente de Dios. ( Sermones del club de los lunes ).

La conversi�n de un transgresor anciano

I. Prestemos atenci�n a las circunstancias que por la gracia de Dios llevaron a la conversi�n de Manas�s.

1. Aflicci�n.

2. Reflexi�n solitaria.

3. Oraci�n.

II. Considere a continuaci�n c�mo oper� la gracia de Dios en Manas�s.

1. Se humill� mucho ante el Dios de sus padres.

2. Se le hizo saber que el Se�or era Dios.

3. Dio frutos dignos de arrepentimiento.

III. Las circunstancias que hicieron que su conversi�n fuera particularmente sorprendente.

1. Fue la conversi�n de un pecador atroz.

2. De un pecador anciano.

3. Tuvo lugar a distancia de los medios ordinarios de gracia . ( H. Belfrage, DD .)

Manas�s

Dios no se contenta con dejar constancia en su palabra de declaraciones y promesas de gracia como faros de esperanza para el pecador. Tambi�n tenemos ejemplos de sus actos de gracia. Abundante iniquidad, y m�s abundante gracia, son las caracter�sticas especiales que se nos presentan en esta historia de Manas�s.

I. La abundante iniquidad marc� el curso de Manas�s.

1. Era hijo de Ezequ�as, siervo del Se�or. Ponemos esto ante todo como una agravaci�n de su pecado, que a pesar del ejemplo de un padre desech� el temor del Se�or y pec� con mano en�rgica contra su Dios. Ese padre, en verdad, le fue quitado temprano, porque Manas�s ten�a s�lo doce a�os cuando comenz� a reinar; a�n as�, el recuerdo de la piedad de Ezequ�as no pod�a haber sido olvidado por completo.

Demasiado marcada hab�a sido la interposici�n de Jehov� en la liberaci�n de ese padre de Asiria y en su recuperaci�n de la enfermedad para que el informe hubiera fallecido. Pero Manas�s no hizo caso de estas cosas; �Hizo mucha iniquidad ante los ojos del Se�or para provocarle a ira�.

2. Manas�s a�adi� a su desprecio por un padre piadoso esta iniquidad tambi�n, que llev� a sus hijos al pecado, "hizo que sus hijos pasaran por el fuego en el valle del hijo de Hinom". .. Algunos padres imp�os han mostrado una feliz inconsistencia, en el sentido de que, al seguir ese camino "cuyo fin es la perdici�n", han deseado para su descendencia que busquen al Se�or.

De hecho, la fuerza del ejemplo, al encontrarse con �el mal que est� atado en el coraz�n de un ni�o�, resultar� en tales situaciones a menudo demasiado poderosa para ser resistida. Pero Manas�s no tom� tal curso, sino que dedic� a sus hijos, as� como a s� mismo, al servicio de los dioses falsos. �Ay, el poder de reproducci�n del mal! T� que eres un ciudadano del mundo, empe�ado en la ganancia o el placer, �se puede esperar que tus hijos sigan tu camino por el mismo camino destructivo?

3. Manas�s desafi� a Jehov� en Su propio santuario. No solo reconstruy� los lugares altos que su padre Ezequ�as hab�a destruido, sino que "puso una imagen tallada", el �dolo que hab�a hecho, "en la casa de Dios". No le bastaba con que �l mismo se inclinara ante los �dolos, y que sus hijos tambi�n los homenajearan, sino que con un pecado a�n m�s presuntuoso se declar�, ante todo Israel, id�latra, y profan� con este vil fin el pueblo de Israel. mismo templo, del cual el Se�or hab�a dicho: "Mi Nombre estar� all�". Es el car�cter mismo de Jehov� que �l es "un Dios celoso", "No dar� su gloria a otro".

4. Pero adem�s, Manas�s "derram� mucha sangre inocente, hasta que llen� Jerusal�n de un extremo a otro". Los fieles que le advirtieron fueron sin duda los que se sacrificaron especialmente en su venganza, y se supone que Isa�as sufri� la muerte bajo este temible perseguidor de la Iglesia de Dios. Porque la maldad de Manas�s no pudo alegar esto ni siquiera como paliativo por no haber sido reprendido: �El Se�or habl� a Manas�s ya su pueblo, pero ellos no escucharon.

��Qu� profundidad de malignidad hay en el alma inalterada! �Qu� contaminaciones! �Qu� ingratitud! �Qu� rebeli�n! Si no fuera por la gracia restrictiva de Dios, �qu� escena de derramamiento de sangre y de toda enormidad ser�a esta tierra!

II. M�s abundante a�n la gracia de Dios.

1. En el castigo se manifest� el primer rayo de misericordia. La voz de la abundancia le hab�a hablado en vano, la voz de advertencia hab�a sido tratada con descuido, pero ahora la voz de la correcci�n habla en tonos que no se pueden contradecir. La alarma de la guerra se escucha en ese tribunal culpable.

2. Su profunda penitencia dio testimonio de las obras de la gracia. Se humill� grandemente ante el Dios de sus padres. Esa palabra "grandemente" habla mucho seg�n la registra el Esp�ritu de verdad. Al igual que con el evangelio mismo, as� con los castigos del Se�or, son �olor de vida para vida o de muerte para muerte�.

3. La voz de la oraci�n se elev� desde esa prisi�n: �Rog� al Se�or. .. y le or�. " Las l�grimas, muchas pueden ser, cayeron antes de que se pronunciara una oraci�n.

4. Gracia abundante, tambi�n resplandeciente en la respuesta concedida a la oraci�n. "Dios fue tratado de �l". Escuch� su grito y la esperanza brot� en su alma abatida.

5. Las obras de la gracia de Dios se evidenciaron a�n m�s por los frutos de la fe en la vida seg�n la piedad. Manas�s restaurado a su reino, ahora tiene un solo objetivo a la vista, la gloria de Dios, y ese objetivo que persigui� constantemente. El �dolo est� al este del templo, y los altares de los dioses falsos fuera de la ciudad, y al pueblo se le ha ordenado "servir al Se�or Dios de Israel". No se apart� de su prop�sito de traer de vuelta a Jehov� a aquellos a quienes anteriormente hab�a llevado al pecado; y sigui� este camino piadoso hasta el fin.

Lecciones.

1. La primera es que hay una plenitud de gracia en Dios como nuestro Padre reconciliado en Cristo Jes�s m�s all� del poder del coraz�n para concebir o de la lengua para pronunciar.

2. Pero esta historia tambi�n nos recuerda la terrible naturaleza del pecado. Profundos son sus surcos, perdurando sus efectos. Manas�s es perdonado, pero, �podr�a reparar el mal que hab�a hecho? ( F. Storr , MA .)

Manas�s

Consideraremos a Manas�s:

I. Como pecador.

1. Pec� contra la luz, contra la educaci�n piadosa y la formaci�n temprana. Es un hecho notorio que cuando los hombres se equivocan despu�s de un buen entrenamiento, son los peores hombres del mundo. El asesinato de John Williams en Erromanga fue provocado por las malas acciones de un comerciante que hab�a ido a la isla y que tambi�n era hijo de un misionero. Se hab�a vuelto imprudente en sus h�bitos y trataba a los isle�os con tal barbarie y crueldad que se vengaron de su conducta contra el pr�ximo hombre blanco que pusiera un pie en su orilla.

2. Fue un pecador muy valiente.

3. Ten�a el poder de desviar a otros en gran medida.

II. Como incr�dulo. No cre�a que Jehov� fuera solo Dios.

1. El poder ilimitado que pose�a Manas�s ten�a una gran tendencia a convertirlo en un incr�dulo.

2. Su orgullo fue otra causa.

3. Otra causa fue su amor por el pecado.

III. Como converso. Crey� en Dios

1. Porque Dios hab�a respondido a su oraci�n.

2. Porque hab�a perdonado su pecado. ( CH Spurgeon .)

El arrepentimiento de Manas�s

Manas�s es �nico por igual en su extrema maldad, sincera penitencia y profunda reforma. La reforma de Julio C�sar o de nuestro propio Enrique V, o para tomar un ejemplo diferente, la conversi�n de Pablo, no fue nada comparado con la conversi�n de Manas�s. Era como si Herodes el Grande o C�sar Borgia hubieran sido detenidos a mitad de camino en una carrera de crueldad y vicio, y desde entonces hubieran vivido vidas puras y santas, glorificando a Dios al ministrar a sus semejantes. ( WH Bennett, MA .)

Se le insinu�.

Perd�n por la mayor culpa

La historia de Manas�s es muy valiosa. Estoy seguro de esto, porque lo encuentras dos veces en la Palabra de Dios. Dios quiere que nos detengamos una y otra vez en las maravillas de la gracia soberana que Manas�s nos presenta.

I. Examinemos el caso que tenemos ante nosotros.

1. Manas�s era hijo de un buen padre.

2. Deshizo todas las acciones de su padre.

3. Sirvi� a dioses falsos.

4. Profan� los atrios del Se�or. Hay algunos hoy que hacen esto; porque hacen que incluso su asistencia a la casa de Dios sea una ocasi�n para el mal.

5. Dedic� a sus hijos al diablo. Nadie aqu� dedicar� a sus hijos al diablo, seguro; sin embargo, muchos lo hacen. �No he visto a un padre dedicar a su hijo al diablo, como lo ha animado a beber? �Y no muchos en esta gran ciudad, entregan a sus hijos al diablo dej�ndolos entrar en todo tipo de libertinaje, hasta convertirse en v�ctimas del vicio?

6. Confraterniz� con el diablo, buscando todo tipo de hechicer�as y hechicer�as sobrenaturales.

7. Condujo a otros por mal camino.

8. Persigui� al pueblo de Dios. Se dice, no sabemos si fue as� o no, pero es muy probable que hizo que Isa�as fuera cortado en dos con una sierra de madera.

9. En resumen, Manas�s era un compuesto de todo tipo de maldades.

10. A pesar de todo esto, Manas�s fue perdonado. �C�mo surgi�?

(1) Estando en una gran angustia, se volvi� a Jehov� su Dios.

(2) Se humill� grandemente.

(3) El or�.

II. Consideremos por qu� deber�a haber otros como Manas�s. A juzgar por muchas probabilidades, Dios salvar� a otros grandes pecadores como salv� a Manas�s.

1. Porque habla a tan grandes pecadores y les manda que se arrepientan ( Isa�as 1:16 ). Debido a las grandes promesas que Dios ha dado a los grandes pecadores.

3. Por la naturaleza de Dios.

4. Por lo que s� del valor de la sangre de Jes�s. ( CH Spurgeon .)

Entonces Manas�s supo que el Se�or era Dios. -

Perd�n y conocimiento de Dios

Los hombres comienzan a conocer a Dios cuando son perdonados. �Qu� sab�a el hijo pr�digo de su padre cuando le pidi� la parte de los bienes que le correspond�an, o mientras malgastaba sus bienes en una vida desenfrenada? Debido a que el amor y el perd�n son m�s extra�os y sobrenaturales que la reprensi�n y el castigo, el pecador se humilla mucho m�s con el perd�n que con el castigo; y su sumisi�n temblorosa al Juez justo se profundiza en una reverencia y un temor m�s profundos por el Dios que puede perdonar, que es superior a toda venganza, cuyos recursos infinitos le permiten borrar la culpa, cancelar la pena y anular las consecuencias del pecado. . ( WH Bennett, MA .)

Versículo 18

Y cuando estaba afligido, suplic� al Se�or su Dios.

La maldad y la penitencia de Manas�s

I. La carrera de Manssseh en el crimen.

II. Su regreso y aceptaci�n de Dios.

III. Los graciosos resultados de su penitencia. Mejora.

1. La lamentable maldad y duplicidad del coraz�n humano.

2. La franqueza, plenitud y eficacia de la gracia divina.

3. Las consecuencias de la salvaci�n son la reforma y la obediencia. ( TB Baker .)

Manas�s

Manas�s es un ejemplo eminente del poder, la riqueza y la libertad de la misericordia Divina. Observar&mdash

I. Los pecados que cometi�.

1. Su causa contribuyente. Su temprana libertad de restricci�n, su llegada al poder supremo cuando solo ten�a doce a�os de edad.

2. Su naturaleza especial. El cat�logo es espantoso.

3. Su car�cter agravado.

(1) Fueron cometidos desafiando la educaci�n religiosa y las advertencias y el ejemplo de su padre.

(2) Eran de una enormidad m�s que com�n.

(3) Produjeron m�s que el mal com�n para los dem�s.

(4) Desafiaron las protestas de los profetas (vers�culo 10).

II. El arrepentimiento que ejerci�.

1. Su causa.

(1) Su causa m�s remota fue probablemente su educaci�n religiosa. El caso de Manas�s no desanima a educar a los ni�os en el camino que deben seguir.

(2) La causa inmediata fue la aflicci�n.

2. Su naturaleza.

(1) Profunda convicci�n de pecado.

(2) Profunda contrici�n.

(3) Oraci�n ferviente.

(4) Reforma de vida.

III. Las misericordias que recibi� manas�s.

1. Naturaleza temporal.

2. Espiritual Fue llevado al conocimiento espiritual del Dios de su salvaci�n. �Entonces conoci� Manas�s que el Se�or era Dios�. Este conocimiento lo llev� a temer, confiar, amar y obedecer. Esta obediencia estuvo acompa�ada de la m�s profunda abnegaci�n y humillaci�n hasta el final de su vida. Lecciones.

1. A aquellos que son insensibles de su pecaminosidad.

2. A los que est�n dispuestos a hundirse en la desesperaci�n bajo el peso de su pecaminosidad.

3. A los que est�n dispuestos a presumir de la misericordia de Dios. Am�n, el hijo de Manas�s, fue r�pidamente cortado en medio de sus pecados (vers�culos 21-28). Parece ser un faro colocado cerca del lado de su padre arrepentido y aceptado, para advertir a todas las personas que no presuman de la misericordia manifestada a Manas�s. ( Homilista .)

El arrepentimiento de Manas�s

I. Su car�cter de pecador.

1. Era un pecador notorio.

2. No era un pecador sin esperanza.

II. Su conducta como penitente.

1. Se especifica el per�odo de su arrepentimiento. "Cuando estaba en aflicci�n".

2. Se describe la naturaleza de su arrepentimiento.

(1) Humildad profunda.

(2) Oraci�n ferviente. Estos invariablemente distinguen la conducta de todo verdadero arrepentido ( Jeremias 31:18 ; Lucas 18:13 ; Hechos 9:11 ).

III. Su salvaci�n como creyente.

1. Obtuvo la misericordia perdonadora de Dios.

2. Recibi� un conocimiento salvador de Dios ( Bosquejos de cuatrocientos sermones ).

Manas�s humillado

I. El beneficio de las aflicciones para llevar al pecador a un verdadero sentido de su condici�n y convertirlo a Dios.

II. La misericordia de Dios al traerlo y recibirlo.

III. La porci�n restante y duradera del mal del pecado, incluso despu�s de que el individuo es perdonado. En el Segundo Libro de los Reyes se declara repetidamente que Jud� fue destruida a causa de los hijos de Manas�s.

1. Un hombre mira hacia atr�s con tristeza y contrita preocupaci�n por las locuras y pecados de su juventud; pero �qu� hay de sus compa�eros de culpa? A algunos, quiz�s, a quienes sedujo al pecado, ya muchos a quienes alent� y confirm� en el pecado.

2. Algunos escritores han empleado sus plumas en la odiosa causa de la inmoralidad y la irreligi�n. Tales personas han lamentado sus errores; pero la publicaci�n ha hecho su trabajo; el veneno ha circulado y la corrupci�n es incurable. ( J. Slade, MA )

La conversi�n de Manas�s

I. Que las primeras ventajas pueden ser reemplazadas por un pecado complicado.

II. Ese pecado es con frecuencia la causa de una aflicci�n severa.

III. Esa aflicci�n, cuando se santifica, exalta a la oraci�n y promueve la humillaci�n.

IV. Esa oraci�n y humillaci�n siempre van acompa�adas de distinguidas bendiciones y producen efectos valiosos.

V. Del conjunto.

1. La paciencia de Dios.

2. La soberan�a de Dios.

3. La sabidur�a de Dios en la adaptaci�n de los medios a la conversi�n de los hombres.

4. La misericordia de Dios al salvar al mayor de los pecadores. ( S. Kidd .)

El arrepentimiento de Manas�s

Conectaremos el importante cambio que tuvo lugar en la mente de Manas�s:

I. Con sus primeras ventajas. John Newton dice en alguna parte: "Cuando estaba en la miseria m�s profunda, y cuando estaba cometiendo el pecado m�s atroz, siempre parec�a sentir la mano de mi santa madre presionando mi cabeza".

II. Con las aflicciones por las que fue producido.

III. Con los efectos que despleg�.

IV. Con la soberan�a de la Gracia Divina. ( AE Farrar .)

Manas�s llevado al arrepentimiento

I. Su vida de pecado.

1. Fue en contraste directo con el buen reinado de su padre.

2. Su pecado hizo que muchos se sintieran culpables. �l "hizo errar a Jud� ya los habitantes de Jerusal�n".

3. No se conmovi� al ver la misma maldad en aquellos a quienes despreciaba ( 2 Reyes 21:9 ).

4. Su pecado no fue controlado por el castigo de Dios a otros. Los paganos hab�an sido expulsados ??de la tierra a causa de su maldad. Jud� ocup� su lugar y adopt� su vicio.

II. La vida de manas�s bajo el castigo de Dios. Aprendemos de las inscripciones asirias recientemente descubiertas lo que se entiende por "entre las espinas". La palabra as� traducida significa un gancho, que se pasaba por debajo de los labios de los cautivos. Se pueden imaginar las profundidades de la degradaci�n de Manas�s. Sin embargo, fue enviado en misericordia para convertirlo a Dios.

III. Su arrepentimiento y restauraci�n.

IV. Su restablecimiento del culto a Dios. Lecciones.

1. Nunca avergonzarse del arrepentimiento.

2. Vemos el significado de los castigos de Dios.

3. El poder de un solo hombre cuando se ha vuelto del pecado a Dios.

4. La necesidad de la comuni�n solitaria con Dios.

5. El amor paciente de Dios. ( Sermones del club de los lunes ).

La conversi�n de un transgresor anciano

I. Prestemos atenci�n a las circunstancias que por la gracia de Dios llevaron a la conversi�n de Manas�s.

1. Aflicci�n.

2. Reflexi�n solitaria.

3. Oraci�n.

II. Considere a continuaci�n c�mo oper� la gracia de Dios en Manas�s.

1. Se humill� mucho ante el Dios de sus padres.

2. Se le hizo saber que el Se�or era Dios.

3. Dio frutos dignos de arrepentimiento.

III. Las circunstancias que hicieron que su conversi�n fuera particularmente sorprendente.

1. Fue la conversi�n de un pecador atroz.

2. De un pecador anciano.

3. Tuvo lugar a distancia de los medios ordinarios de gracia . ( H. Belfrage, DD .)

Manas�s

Dios no se contenta con dejar constancia en su palabra de declaraciones y promesas de gracia como faros de esperanza para el pecador. Tambi�n tenemos ejemplos de sus actos de gracia. Abundante iniquidad, y m�s abundante gracia, son las caracter�sticas especiales que se nos presentan en esta historia de Manas�s.

I. La abundante iniquidad marc� el curso de Manas�s.

1. Era hijo de Ezequ�as, siervo del Se�or. Ponemos esto ante todo como una agravaci�n de su pecado, que a pesar del ejemplo de un padre desech� el temor del Se�or y pec� con mano en�rgica contra su Dios. Ese padre, en verdad, le fue quitado temprano, porque Manas�s ten�a s�lo doce a�os cuando comenz� a reinar; a�n as�, el recuerdo de la piedad de Ezequ�as no pod�a haber sido olvidado por completo.

Demasiado marcada hab�a sido la interposici�n de Jehov� en la liberaci�n de ese padre de Asiria y en su recuperaci�n de la enfermedad para que el informe hubiera fallecido. Pero Manas�s no hizo caso de estas cosas; �Hizo mucha iniquidad ante los ojos del Se�or para provocarle a ira�.

2. Manas�s a�adi� a su desprecio por un padre piadoso esta iniquidad tambi�n, que llev� a sus hijos al pecado, "hizo que sus hijos pasaran por el fuego en el valle del hijo de Hinom". .. Algunos padres imp�os han mostrado una feliz inconsistencia, en el sentido de que, al seguir ese camino "cuyo fin es la perdici�n", han deseado para su descendencia que busquen al Se�or.

De hecho, la fuerza del ejemplo, al encontrarse con �el mal que est� atado en el coraz�n de un ni�o�, resultar� en tales situaciones a menudo demasiado poderosa para ser resistida. Pero Manas�s no tom� tal curso, sino que dedic� a sus hijos, as� como a s� mismo, al servicio de los dioses falsos. �Ay, el poder de reproducci�n del mal! T� que eres un ciudadano del mundo, empe�ado en la ganancia o el placer, �se puede esperar que tus hijos sigan tu camino por el mismo camino destructivo?

3. Manas�s desafi� a Jehov� en Su propio santuario. No solo reconstruy� los lugares altos que su padre Ezequ�as hab�a destruido, sino que "puso una imagen tallada", el �dolo que hab�a hecho, "en la casa de Dios". No le bastaba con que �l mismo se inclinara ante los �dolos, y que sus hijos tambi�n los homenajearan, sino que con un pecado a�n m�s presuntuoso se declar�, ante todo Israel, id�latra, y profan� con este vil fin el pueblo de Israel. mismo templo, del cual el Se�or hab�a dicho: "Mi Nombre estar� all�". Es el car�cter mismo de Jehov� que �l es "un Dios celoso", "No dar� su gloria a otro".

4. Pero adem�s, Manas�s "derram� mucha sangre inocente, hasta que llen� Jerusal�n de un extremo a otro". Los fieles que le advirtieron fueron sin duda los que se sacrificaron especialmente en su venganza, y se supone que Isa�as sufri� la muerte bajo este temible perseguidor de la Iglesia de Dios. Porque la maldad de Manas�s no pudo alegar esto ni siquiera como paliativo por no haber sido reprendido: �El Se�or habl� a Manas�s ya su pueblo, pero ellos no escucharon.

��Qu� profundidad de malignidad hay en el alma inalterada! �Qu� contaminaciones! �Qu� ingratitud! �Qu� rebeli�n! Si no fuera por la gracia restrictiva de Dios, �qu� escena de derramamiento de sangre y de toda enormidad ser�a esta tierra!

II. M�s abundante a�n la gracia de Dios.

1. En el castigo se manifest� el primer rayo de misericordia. La voz de la abundancia le hab�a hablado en vano, la voz de advertencia hab�a sido tratada con descuido, pero ahora la voz de la correcci�n habla en tonos que no se pueden contradecir. La alarma de la guerra se escucha en ese tribunal culpable.

2. Su profunda penitencia dio testimonio de las obras de la gracia. Se humill� grandemente ante el Dios de sus padres. Esa palabra "grandemente" habla mucho seg�n la registra el Esp�ritu de verdad. Al igual que con el evangelio mismo, as� con los castigos del Se�or, son �olor de vida para vida o de muerte para muerte�.

3. La voz de la oraci�n se elev� desde esa prisi�n: �Rog� al Se�or. .. y le or�. " Las l�grimas, muchas pueden ser, cayeron antes de que se pronunciara una oraci�n.

4. Gracia abundante, tambi�n resplandeciente en la respuesta concedida a la oraci�n. "Dios fue tratado de �l". Escuch� su grito y la esperanza brot� en su alma abatida.

5. Las obras de la gracia de Dios se evidenciaron a�n m�s por los frutos de la fe en la vida seg�n la piedad. Manas�s restaurado a su reino, ahora tiene un solo objetivo a la vista, la gloria de Dios, y ese objetivo que persigui� constantemente. El �dolo est� al este del templo, y los altares de los dioses falsos fuera de la ciudad, y al pueblo se le ha ordenado "servir al Se�or Dios de Israel". No se apart� de su prop�sito de traer de vuelta a Jehov� a aquellos a quienes anteriormente hab�a llevado al pecado; y sigui� este camino piadoso hasta el fin.

Lecciones.

1. La primera es que hay una plenitud de gracia en Dios como nuestro Padre reconciliado en Cristo Jes�s m�s all� del poder del coraz�n para concebir o de la lengua para pronunciar.

2. Pero esta historia tambi�n nos recuerda la terrible naturaleza del pecado. Profundos son sus surcos, perdurando sus efectos. Manas�s es perdonado, pero, �podr�a reparar el mal que hab�a hecho? ( F. Storr , MA .)

Manas�s

Consideraremos a Manas�s:

I. Como pecador.

1. Pec� contra la luz, contra la educaci�n piadosa y la formaci�n temprana. Es un hecho notorio que cuando los hombres se equivocan despu�s de un buen entrenamiento, son los peores hombres del mundo. El asesinato de John Williams en Erromanga fue provocado por las malas acciones de un comerciante que hab�a ido a la isla y que tambi�n era hijo de un misionero. Se hab�a vuelto imprudente en sus h�bitos y trataba a los isle�os con tal barbarie y crueldad que se vengaron de su conducta contra el pr�ximo hombre blanco que pusiera un pie en su orilla.

2. Fue un pecador muy valiente.

3. Ten�a el poder de desviar a otros en gran medida.

II. Como incr�dulo. No cre�a que Jehov� fuera solo Dios.

1. El poder ilimitado que pose�a Manas�s ten�a una gran tendencia a convertirlo en un incr�dulo.

2. Su orgullo fue otra causa.

3. Otra causa fue su amor por el pecado.

III. Como converso. Crey� en Dios

1. Porque Dios hab�a respondido a su oraci�n.

2. Porque hab�a perdonado su pecado. ( CH Spurgeon .)

El arrepentimiento de Manas�s

Manas�s es �nico por igual en su extrema maldad, sincera penitencia y profunda reforma. La reforma de Julio C�sar o de nuestro propio Enrique V, o para tomar un ejemplo diferente, la conversi�n de Pablo, no fue nada comparado con la conversi�n de Manas�s. Era como si Herodes el Grande o C�sar Borgia hubieran sido detenidos a mitad de camino en una carrera de crueldad y vicio, y desde entonces hubieran vivido vidas puras y santas, glorificando a Dios al ministrar a sus semejantes. ( WH Bennett, MA .)

Se le insinu�.

Perd�n por la mayor culpa

La historia de Manas�s es muy valiosa. Estoy seguro de esto, porque lo encuentras dos veces en la Palabra de Dios. Dios quiere que nos detengamos una y otra vez en las maravillas de la gracia soberana que Manas�s nos presenta.

I. Examinemos el caso que tenemos ante nosotros.

1. Manas�s era hijo de un buen padre.

2. Deshizo todas las acciones de su padre.

3. Sirvi� a dioses falsos.

4. Profan� los atrios del Se�or. Hay algunos hoy que hacen esto; porque hacen que incluso su asistencia a la casa de Dios sea una ocasi�n para el mal.

5. Dedic� a sus hijos al diablo. Nadie aqu� dedicar� a sus hijos al diablo, seguro; sin embargo, muchos lo hacen. �No he visto a un padre dedicar a su hijo al diablo, como lo ha animado a beber? �Y no muchos en esta gran ciudad, entregan a sus hijos al diablo dej�ndolos entrar en todo tipo de libertinaje, hasta convertirse en v�ctimas del vicio?

6. Confraterniz� con el diablo, buscando todo tipo de hechicer�as y hechicer�as sobrenaturales.

7. Condujo a otros por mal camino.

8. Persigui� al pueblo de Dios. Se dice, no sabemos si fue as� o no, pero es muy probable que hizo que Isa�as fuera cortado en dos con una sierra de madera.

9. En resumen, Manas�s era un compuesto de todo tipo de maldades.

10. A pesar de todo esto, Manas�s fue perdonado. �C�mo surgi�?

(1) Estando en una gran angustia, se volvi� a Jehov� su Dios.

(2) Se humill� grandemente.

(3) El or�.

II. Consideremos por qu� deber�a haber otros como Manas�s. A juzgar por muchas probabilidades, Dios salvar� a otros grandes pecadores como salv� a Manas�s.

1. Porque habla a tan grandes pecadores y les manda que se arrepientan ( Isa�as 1:16 ). Debido a las grandes promesas que Dios ha dado a los grandes pecadores.

3. Por la naturaleza de Dios.

4. Por lo que s� del valor de la sangre de Jes�s. ( CH Spurgeon .)

Entonces Manas�s supo que el Se�or era Dios. -

Perd�n y conocimiento de Dios

Los hombres comienzan a conocer a Dios cuando son perdonados. �Qu� sab�a el hijo pr�digo de su padre cuando le pidi� la parte de los bienes que le correspond�an, o mientras malgastaba sus bienes en una vida desenfrenada? Debido a que el amor y el perd�n son m�s extra�os y sobrenaturales que la reprensi�n y el castigo, el pecador se humilla mucho m�s con el perd�n que con el castigo; y su sumisi�n temblorosa al Juez justo se profundiza en una reverencia y un temor m�s profundos por el Dios que puede perdonar, que es superior a toda venganza, cuyos recursos infinitos le permiten borrar la culpa, cancelar la pena y anular las consecuencias del pecado. . ( WH Bennett, MA .)

Versículo 23

Pero Amon transgredi� cada vez m�s.

Consolidaci�n en las fuerzas del mal

Es maravilloso el mal que se puede hacer con una profesi�n religiosa. Am�n sacrificaba a todas las im�genes talladas; era tan religioso como irreligioso; lleg� al punto de la exageraci�n, y ese punto es la blasfemia. Cuando hay mera ignorancia, Dios, en su misericordia y tierna misericordia, a menudo cierra los ojos como si no pudiera ver lo que se est� haciendo; pero cuando no es ignorancia sino violencia, determinaci�n, verdadera obstinaci�n en el camino del mal y total imprudencia. en cuanto a lo que puede costar, �qu� pasar�a si Dios se viera obligado a abrir los ojos, mirar al hombre malvado a la cara y condenarlo con una observaci�n silenciosa? Tambi�n es maravilloso ver cu�nta maldad se puede hacer en poco tiempo.

Nada es tan f�cil como el mal. Un hombre casi podr�a talar un bosque antes de que pudiera hacer crecer un �rbol. Cada golpe dice: cada mala palabra se convierte en una gran mancha: hay un contagio infinito en el mal; afecta a todos, envenena r�pidamente, cosecha en la noche. �Para hacer el bien cu�nto tiempo se requiere! �Qu� poca gente creer� que lo estamos haciendo bien! Tenemos que encontrarnos con la sospecha, la cr�tica, la desconfianza; los hombres dicen: �Debemos esperar a ver el final; no podemos creer en la posibilidad de toda esta seriedad y sacrificio �; preguntan sobre su posible permanencia; incluso los hombres buenos tienden a obstaculizar a otros hombres buenos en su empe�o por hacer el bien.

Pero el mal no tiene tales desventajas con las que lidiar. Hay una consolidaci�n en las fuerzas del mal que no se conoce entre las fuerzas del bien. Parecer�a como si la descripci�n del poeta fuera correcta: "Diablo con diablo, maldito, se mantiene firme la concordia". Puede ser que en esa en�rgica expresi�n Milton haya expresado la realidad del caso. ( J. Parker, DD .)

Versículo 25

Jos�as su hijo rey en su lugar.

Herencia de gran alcance

Jos�as era el hijo de Am�n, lo que equivale a decir que el mayor pecador de su �poca fue el progenitor de uno de los mejores santos que jam�s haya orado. Si eso no es un milagro, �qu� se entiende por milagro? Lea el relato y diga si no es la lectura de la m�sica: - �E hizo lo recto ante los ojos del Se�or, y anduvo en los caminos de David su padre� ( 2 Cr�nicas 34:2 ) �y no declin� ni a la derecha ni a la izquierda.

Entonces tuvo m�s padres que uno. Esa es la explicaci�n. No eres el hijo del hombre que fue inmediatamente antes que t�; eres solo su hijo de una manera muy incidental. Jos�as era el hijo de "David su padre" - el padre m�s grande, la ra�z m�s profunda, el elegido de Dios; un sol ensuciado por muchos puntos negros, pero a pesar de un orbe brillante. Debemos ampliar nuestro punto de vista si queremos llegar a conclusiones correctas con respecto a muchos misterios.

Am�n no era m�s que un eslab�n de la cadena. El hombre malo aqu�, o el hombre bueno all�, tomado en su soledad, no es m�s que un incidente comparativamente trivial en la tragedia de la vida. La herencia no es de uno a dos; es del uno al �ltimo; desde el principio hasta el final. En cada hombre vive toda la humanidad que alguna vez vivi�. Estamos hechos de manera maravillosa y temerosa, no solo f�sicamente, sino tambi�n moral, religiosa y temperamentalmente.

Todos los reyes viven en el �ltimo rey o en el monarca reinante. Somos una sola humanidad. La solidaridad tiene sus lecciones al igual que la individualidad. No sabemos cu�l de nuestros antepasados ??surge en nosotros en este momento o en aquel: ahora el tigre, ahora el �guila; ahora la madre que ora, ahora el padre atrevido; ahora alg�n alma mezquina que se meti� en la corriente por un misterio que nunca se explicar�; ahora el enga�ador astuto, vigilante, paciente, que puede esperar las noches a la vez y nunca quejarse de la oscuridad o el fr�o, y ahora el h�roe que nunca tuvo miedo, el fil�ntropo que am� al mundo, la madre que nunca mir� de otra manera de lo que Dios mismo quisiera que ella mirara.

Nunca podemos decir cu�l de nuestros antepasados ??realmente est� pensando en nosotros, hablando a trav�s de nosotros; no podemos distinguir el acento de la conciencia inmediata; estos son misterios, y cuando llegue el juicio, se basar� en todo el fundamento, y no en puntos incidentales aqu� y all� ( J. Parker, DD ).

Información bibliográfica
Exell, Joseph S. "Comentario sobre "2 Chronicles 33". El Ilustrador Bíblico. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tbi/2-chronicles-33.html. 1905-1909. Nueva York.