Bible Commentaries
2 Crónicas 5

El Ilustrador BíblicoEl Ilustrador Bíblico

Versículo 1

As� qued� terminada toda la obra que hizo Salom�n para la casa del Se�or.

Cosas dedicadas

I. David antes de su muerte dedic� ciertos tesoros a Dios.

II. Salom�n muy escrupuloso en la realizaci�n del deseo de su padre.

III. El ejemplo de Salom�n digno de nuestra imitaci�n. ( J. Wolfendale .)

La alegr�a del trabajo terminado.

I. La realizaci�n de la obra terminada es motivo de gozo.

II. El poder para realizar esta obra debe atribuirse a Dios.

III. Por lo tanto, en cada empresa debemos pedir la direcci�n de Dios. ( J. Wolfendale )

Cosas que nunca se terminan

Hay algunos edificios que nunca se terminan. Nunca terminamos la construcci�n de nuestra vida; El templo de la vida se levanta para siempre; cada uno mire c�mo edifica. No suponga que puede terminar su educaci�n. En la educaci�n superior solo terminas para que puedas comenzar; cierra un libro como garant�a de su calificaci�n para abrir otro. �C�mo, cuando �ramos ni�os en la escuela, sol�amos desanimarnos con este proceso de avance! Habiendo cerrado la aritm�tica, �qui�n estaba dispuesto de todo coraz�n a abrir su �lgebra? Muchas personas podr�an haber dejado la escuela c�modamente sin haberla comenzado.

Pero siempre hay un aspecto superior de las cosas que aprehender y aplicar. La tabla termina en doce por doce, pero no en multiplicaciones. De modo que nunca podremos terminar de leer la Palabra de Dios. Salom�n pudo terminar su templo, pero no pudo terminar el registro escrito; nunca termina, o termina como terminan los d�as. �C�mo cierran los d�as? Para empezar de nuevo. Cada d�a el sol dice mientras se pone en el oeste en las nubes doradas, no "Adi�s", sino s�lo "Adi�s: nos volvemos a encontrar ahora; mientras tanto, �duerme bien! �As� ocurre con la Biblia; cuando lo hayamos le�do queremos leerlo.

Nunca puedes terminar el amor. Si puedes terminarlo, nunca lo comenzaste. El amor crece. Hay algunas personas que se han agotado de esa pasi�n y se han hundido en la tierra y la frialdad. Entonces nunca conocieron la inspiraci�n del amor. ( J. Parker , DD .)

Versículos 2-10

Para traer el arca del pacto del Se�or.

La remoci�n del arca

I. El momento de su remoci�n.

1. Destacado en s� mismo. El edificio terminado en noviembre no se dedic� hasta octubre del a�o siguiente. Fiesta de los Tabern�culos momento m�s adecuado para dedicar el templo.

2. Notable por su influencia. �La magnitud del evento est� marcada por el hecho de que ahora, por primera vez desde el �xodo, tenemos el a�o y el mes registrados� ( Stanley ).

II. El m�todo de su eliminaci�n. Similar a la ceremonia de expulsi�n de la casa de Obed-edom.

III. Las ceremonias que acompa�aron a su remoci�n.

IV. El solemne dep�sito en su lugar de descanso. ( J. Wolfendale .)

Versículos 12-13

Tambi�n los levitas, que eran los cantores.

El coro del templo

I. M�sica y revelaci�n de Dios. �No hay una revelaci�n de Dios m�s completa en la naturaleza que la que se encuentra en estas leyes del sonido, por las cuales �l entra en el coraz�n mismo del hombre, incluso en sus rincones m�s rec�nditos de amor y adoraci�n; y solo se requiere un coraz�n sensible y de ni�o para interpretar esta m�sica muda encerrada dentro de la Naturaleza como la voz de Dios suplicando que se la deje salir en la m�sica y la alabanza a trav�s del coraz�n del hombre, porque solo as� Sus obras pueden alabarlo ".

II. La m�sica como ciencia para cultivar.

III. M�sica consagrada a su m�ximo uso en el culto a Dios. ( J. Wolfendale. )

M�sica en las iglesias

Propongo hablar de m�sica sacra.

I. Su importancia. Esto es evidente

1. Por el hecho de que Dios lo orden�. Por medio de Pablo nos dice que nos amonestemos unos a otros con salmos, himnos y c�nticos espirituales, y por medio de David clama: "Cantad a Dios, todos los reinos de la tierra". Creo que hay m�s mandamientos en la Biblia para cantar que para orar.

2. Por lo impresionante del ejercicio. Sabes algo de lo que ha logrado la m�sica secular. Un aire nacional inspirador vale treinta mil hombres como ej�rcito permanente. En la primera parte de la �ltima guerra, el gobierno propuso economizar bandas de m�sica, y muchas de ellas fueron enviadas a casa; pero los generales del ej�rcito enviaron un mensaje a Washington: �Est� cometiendo un gran error. Estamos retrocediendo y retrocediendo.

No tenemos suficiente m�sica ". Entonces el Gobierno cambi� de opini�n: se enviaron m�s bandas de m�sica al campo y termin� el d�a de la vergonzosa derrota. Muchos de ustedes son ilustraciones de lo que puede hacer el canto sagrado. A trav�s de ella fuiste tra�do al reino de Jesucristo.

3. De su poder para calmar las perturbaciones.

4. De su poder de despertar a la acci�n.

II. Algunos de los obst�culos en el camino de su avance.

1. Se le ha inculcado al servicio de la superstici�n.

2. Un miedo desmesurado a la cr�tica.

3. Ha habido tanta discusi�n airada sobre el tema.

4. La noci�n err�nea de que esta parte del servicio podr�a ser realizada por delegaci�n. ( T. De Witt Talmage .)

Alabanza unida como medio de gracia

I. Que la gloria del Se�or comenz� a manifestarse cuando la asamblea se dedicaba a la alabanza y la acci�n de gracias. La alabanza es el servicio m�s aceptable en el que podemos estar comprometidos: "El que ofrece alabanza me glorifica". La oraci�n es una expresi�n de nuestra indigencia y debilidad. La acci�n de gracias expresa nuestro gusto por la dulzura de los beneficios recibidos; pero la alabanza se eleva por encima de todo respeto ego�sta y termina directamente en la grandeza y amabilidad de Dios mismo.

Las habitaciones de los bienaventurados resuenan continuamente con las grandes alabanzas de Dios. Si alab�ramos m�s a Dios, �l nos dar�a mayor motivo para alabarlo. Es sugerente que el Padre Nuestro comienza y termina con la adoraci�n.

II. El tema de la alabanza, que Dios honr� con esta muestra de Su aceptaci�n, fue Su propia bondad y misericordia eterna. Dios est� m�s complacido con nuestras alabanzas cuando adoramos y celebramos esas perfecciones de su naturaleza que lo disponen a compadecerse de los miserables y tener el aspecto m�s bondadoso hacia los hijos de los hombres.

III. La seriedad y el fervor de esta devota asamblea. Dedicaron toda su fuerza y ??actividad, como si tuvieran la ambici�n de gastarse en este empleo celestial. La devoci�n del alma es el alma de la devoci�n.

IV. La armon�a y unanimidad de estos antiguos adoradores. �Eran todos como uno, y hac�an un solo sonido para ser o�do alabando y dando gracias al Se�or� ( Hechos 2:1 ; Salmo 133:1 .; Mateo 5:23 ). ( R. Walker .)

En la salmodia

I. Por qu� o con qu� fin se usa la m�sica en el culto religioso. Por la constituci�n de nuestra naturaleza, la m�sica, por un agente misterioso y potente, despierta el coraz�n, concentra los pensamientos y eleva el alma, y ??el fin de la m�sica en el culto religioso es ayudar a nuestras devociones, mediante una aplicaci�n a nuestros afectos de ese que tiene sobre ellos una poderosa acci�n para excitarlos y dirigirlos; involucr�ndonos en un ejercicio en el que la simpat�a tiene un gran alcance, y cada uno act�a sobre el resto, para permitirnos animarnos unos a otros; para derramar nuestras alabanzas y adoraciones de una manera significativa y edificante, deleitosa e impresionante. Por eso&mdash

1. Lo absurdo de hacer de la m�sica en nuestros servicios religiosos una mera cuesti�n de entretenimiento.

2. Toda clase de m�sica que no tenga tendencia a ayudar y gratificar la devoci�n debe ser desterrada de la casa de Dios.

II. Algunos de los ejemplos y autoridades para hacer de la m�sica una esclava de la religi�n ( Job 38:7 ; G�nesis 4:21 ; �xodo 15:20 ; Salmo 47:6 ; Salmo 98:7 ; Efesios 5:19 ; Mateo 26:30 ).

III. De qu� manera los primeros cristianos realizaron este servicio. Cuanto m�s nos acerquemos al modelo de la Iglesia primitiva en esto, m�s nos acercaremos a la perfecci�n. La salmodia de los primeros cristianos fue clara, sencilla y solemne. Sus melod�as eran, probablemente, f�ciles y pocas, y su car�cter expresaba humildad y amor, y estaba calculado m�s para derretir que para capturar el coraz�n.

Posteriormente, a medida que la piedad declinaba, se hizo necesario volver a excitarla y animarla con m�sica m�s impactante; y toda la congregaci�n se dividi� en dos partes, que cantaron en respuesta entre s�.

IV. Algunas breves sugerencias sobre c�mo podemos usar esta parte del servicio divino para nuestro propio beneficio y la gloria de dios. ( Mons. Dehon .)

Ventajas de la m�sica en el culto p�blico

I. "alzaron su voz". Aquellos a quienes la naturaleza ha dotado de una voz deben levantarla no solo al dar respuestas, sino tambi�n al cantar alabanzas a su Creador y Redentor. El coro no debe ser delegado por la congregaci�n para alabar a Dios en su lugar. Su funci�n es m�s bien dirigir sus alabanzas unidas.

II. En la adoraci�n aceptable, la alabanza del coraz�n debe acompa�ar a la alabanza de los labios: "Eran como uno para hacer un solo sonido para ser escuchado alabando y agradeciendo al Se�or". Todos sus corazones eran uno "con las trompetas, los platillos y los instrumentos de m�sica". Aquellos que cantan en voz alta las alabanzas de Dios deben dejar que el coraz�n, los labios y la vida sean un instrumento bien afinado dedicado al servicio del santuario. El hombre que canta hermosas palabras con lengua de �ngel y lleva una vida imp�a, pronuncia su propia condenaci�n.

III. Aquellos que est�n ansiosos de que la alabanza del coraz�n acompa�e a la alabanza de los labios se encontrar�n muy ayudados por los instrumentos de m�sica: "Alzaron su voz con trompetas, c�mbalos e instrumentos de m�sica". La m�sica instrumental une voces que de otro modo ser�an discordantes y elimina la timidez de quienes de otro modo estar�an callados al servicio del santuario.

La m�sica instrumental elimina el cansancio de la mente, ahuyenta los pensamientos errantes y nos permite elevarnos por encima del mundo y las cosas del mundo, y mantener una gran conversaci�n con la adorable Trinidad. Tambi�n nos transmite una viva imagen del culto y los servicios del santuario celestial. ( Apocalipsis 14:2 ; Apocalipsis 14:8 ). Debemos aprender a distinguir entre el efecto natural de la m�sica en los sentidos y el efecto espiritual de las verdades divinas en el alma.

IV. El tema de la alabanza: la bondad de Dios en la creaci�n y la redenci�n.

V. El testimonio de aprobaci�n de Dios: la nube llen� la casa. Esto fue dise�ado para impresionar sus sentidos con una terrible reverencia a Dios.

VI. El momento en que Dios les dio esta notable muestra de Su aprobaci�n: "Cuando alzaron su voz". Conclusi�n: "Para que los sacerdotes no pudieran estar de pie para ministrar a causa de la nube". Estos muestran que, cuando Cristo venga, los sacerdotes no deben ministrar como antes. Ahora estamos llamados a renunciar a todo altar menos a la Cruz, y a todo sacrificio menos a la V�ctima que sangr� en el Calvario. Como sacerdocio espiritual, tenemos que �presentar nuestros cuerpos en sacrificio vivo�. ( Can�nigo Arthur R. Pennington .)

Que entonces la casa se llen� de una nube (con 2 Cr�nicas 7:1). -

Glorias del templo

Los dos pasajes de la Escritura que les he le�do les dan dos im�genes. En el primero tienes la nube, en el segundo tienes el fuego; y en estos dos juntos tienes los sagrados s�mbolos m�sticos de la presencia del Eterno Dios en medio de Su pueblo.

I. El primero de estos pasajes me proporciona el primer encabezado de mi discurso. Observemos:

1. La ocupaci�n a la que se dedicaba la gente. Estaban alabando a Dios.

(1) Por unanimidad.

(2) De todo coraz�n.

(3) Escrituralmente.

Cantaron ese antiguo salmo: "Su misericordia es para siempre".

2. Mientras estaba as� ocupado, la nube llen� los lugares sagrados.

3. Entonces un solemne temor se apoder� de todos los que estaban reunidos ese d�a.

4. Los suplicantes sintieron que deb�an orar m�s fervientemente porque oraban con certeza.

II. El primer texto ha hecho referencia al pasado. El siguiente se centra especialmente en el futuro. Despu�s de la alabanza, junto con la oraci�n solemne y el sacrificio, el fuego descendi�.

1. �Cu�nto desea el predicador este fuego! �Oh! He o�do a un hombre predicar un serm�n que un �ngel podr�a haber escuchado por su veracidad sin falta, pero carec�a de fuego; pero he conocido a otro cuyo ministerio fue defectuoso en muchos aspectos, pero sin embargo habl� como un hombre que quer�a decir lo que dec�a, con el coraz�n hirviendo en sus ojos, y los hombres se conmovieron y muchas almas se salvaron.

2. Pero tambi�n necesitamos este fuego sobre los oyentes. �Qu� bien escucha la gente cuando viene a o�r algo! �Qu� efecto tan noble se produce cuando una vez que el fuego cae sobre una congregaci�n! ( CH Spurgeon .).

Información bibliográfica
Exell, Joseph S. "Comentario sobre "2 Chronicles 5". El Ilustrador Bíblico. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tbi/2-chronicles-5.html. 1905-1909. Nueva York.