Bible Commentaries
Isaías 1

El Ilustrador BíblicoEl Ilustrador Bíblico

Versículo 1

La visi�n de Isa�as hijo de Amoz

Isa�as hijo de Amoz

Este no es Amos, el pastor inspirado.

Es su gloria simplemente que fue el padre de Isa�as. Como muchos otros, vive en la gloria reflejada de su descendencia. La mejor alternativa a ser un gran hombre es ser padre de uno. ( S. Horton. )

El padre de Isa�as

Los rabinos representan a su padre Amoz como hermano del rey Amas�as; pero, en cualquier caso, si podemos juzgar por el nombre de su ilustre hijo, que significa "la salvaci�n es de Jehov�", �l era leal a la fe nacional en d�as nublados por dolorosos problemas, peligros pol�ticos que amenazaban desde el exterior y una profunda decadencia religiosa que lo impregnaba. todas las clases de la comunidad. ( C. Geikie, LL. D. )

La visi�n de Isa�as

La palabra �visi�n� se usa aqu� en el sentido amplio de una colecci�n de or�culos prof�ticos ( Nah�m 1:1 ; Abd�as 1:1 ). As� como al profeta se le llam� "vidente" y su percepci�n de la verdad Divina se le llam� "ver", su mensaje en su conjunto se denomina "visi�n". ( Prof. J. Skinner, DD )

El tiempo en que Isa�as profetiz�

�Por qu� la Biblia nos dice tan particularmente el momento en que Isa�as profetiz�? �No pertenece el pensador a todas las edades? �No canta el poeta para todos los tiempos? �Por qu� ponderar la narrativa con estos detalles tronol�gicos? Porque solo puedes juzgar a un hombre o su mensaje conociendo las circunstancias de su tiempo. Si le toma a un ge�logo un nuevo esp�cimen, no solo quiere saber su g�nero y especie, sino tambi�n la matriz de la que se extrajo.

Los mejores hombres no solo ayudan a hacer sus tiempos, sino que sus tiempos ayudan a hacerlos. Aquel que est� completamente moldeado por su entorno es una medusa humana, sin importancia. Aquel que no se deja influir en absoluto por �el juego de la pasi�n popular�, el conjunto de la opini�n p�blica, es un anacronismo, un cad�ver viviente. ( S. Horton. )

La franqueza viril de Isa�as

Es un hombre vivo quien nos habla. Este no es un libro an�nimo. Se atribuye mucho valor al testimonio personal. El verdadero testigo no se averg�enza del d�a y la fecha y de toda la cronolog�a circundante; sabemos d�nde encontrarlo, de qu� surgi�, qui�n es y qu� quiere. ( J. Parker, DD )

Versículos 2-31

O�d, cielos, y escucha, tierra, porque Jehov� ha hablado.

Dios encuentra vindicaci�n en la naturaleza

Recuerdo muy bien dos funerales que salieron de mi casa en unos breves meses durante mi residencia en Londres.

Hubo tarjetas enviadas por correo y dejadas en la puerta, con toda amabilidad; pero una noche oscura cuando mi dolor me abrum�, mir� algunas de las cartas y no pude encontrar ninguna vibraci�n de simpat�a all�. No hab�a sentido el toque de la mano que los envi�. Sal� a la tormenta que gem�a y bramaba alternativamente, y camin� alrededor de Regent's Park a trav�s del mismo coraz�n del hurac�n. Pareci� tranquilizarme.

Troy, no pude encontrar simpat�a all�. Quiz�s no, pero al menos encontr� afinidad: la tormenta exterior parec�a armonizar con la tormenta interior; y luego record� que Aquel que envi� esa tormenta para barrer la tierra amaba a�n la tierra, y luego record� que Aquel que envi� la tormenta para barrer mi alma y devastar mi hogar, todav�a me amaba. All� encontr� consuelo en la oscuridad y el ruido salvaje de una tormenta en una noche de oto�o, que no encontr� en las tarjetas de condolencia, sincera como en muchos casos la simpat�a de los remitentes.

�Ah, yo! Cuando el hombre no solo no simpatiz�, sino que tambi�n olvid� toda gratitud y se rebel� contra su Padre Celestial, puedo imaginar a Dios mirando hacia Su propio universo, hacia la obra de Su propia mano, y buscando vindicaci�n, si no simpat�a, mientras hablaba. del hombre, su rebeli�n y locura. ( D. Davies. )

La naci�n pecadora

I. LOS PRIVILEGIOS DE LA NACION. No era una prerrogativa insignificante convertirse en el pueblo elegido de Dios, pero �para qu� se tom� esa decisi�n? Seguramente no por personajes perfectos; sino m�s bien declarar entre las naciones los mensajes de Dios; no una naci�n santa en car�cter, sino con una santa misi�n. Cuando las diez tribus se rebelaron, dejando s�lo un remanente, ese remanente debe hacer el encargo designado. As� habl� Dios de ellos como "Mi pueblo", "Mis hijos". Nuestros privilegios no pueden salvarnos, e incluso nuestras bendiciones pueden convertirse en una maldici�n. Dios no puede darnos personalmente lo que no recibiremos.

II. LA CORRUPCI�N NACIONAL. Cu�l es el primer cap�tulo de la Ep�stola a los Romanos en el Nuevo Testamento, ese es el primer cap�tulo de la profec�a de Isa�as en el Antiguo. Ser�a dif�cil encontrar una degradaci�n m�s profunda que la de Israel. En la �poca de Isa�as, los �dolos de oro y plata brillaban en todas las calles de Jerusal�n. Por autoridad real, se daba culto al sol y a la luna. Al comienzo de cada nueva temporada, los caballos blancos como la nieve, estacionados en las habitaciones a la entrada del templo, eran conducidos con arneses en carros dorados para encontrarse con el sol al salir.

El incienso ascendi� a los dioses paganos desde los altares construidos en las calles. El vicio ten�a sus ritos impuros en el propio templo. El valle de Hinnom hizo eco de los gritos moribundos de los ni�os ofrecidos como sacrificios en las terribles llamas del espantoso Moloch. Las palabras fallan al describir la profunda corrupci�n. Existe el aguij�n del pecado en la clara declaraci�n de la terrible historia, "Han abandonado al Se�or", etc.

III. LA RELACI�N DEL RITUAL CON LA MORALIDAD. Cuanto m�s pronunciado sea el ceremonial, m�s tenazmente se aferrar�n los hombres a �l. As�, en los d�as de Isa�as, los que hab�an arrojado su incienso hacia el sol y la luna; que hab�a adorado a Baal en los lugares altos y en las arboledas; que hab�an arrojado a sus hijos a los brazos ardientes de Moloch, se apartaron inmediatamente de estas pr�cticas paganas para adorar en el templo.

De holocaustos y sacrificios no hab�a fin. El culto espiritual m�s puro, como el de Enoc, Abraham y Melquisedec, no lo necesitaba; se dio cuando una naci�n de esclavos, degradada por la servidumbre egipcia, no pudo apreciar nada m�s elevado, y fue quitada cuando lleg� la luz verdadera. No hab�a perfecci�n ni espiritualidad en tal ritual; sin embargo, en tal sistema, Dios trat� de elevar a la naci�n a verdades espirituales que a�n no pod�an comprender. El ritual no pod�a hacer moralidad.

IV. CUALQUIER ADORACI�N PARA AGRADAR A DIOS DEBE SER RAZONABLE. El llamamiento divino reclama la atenci�n indivisa de los pensamientos m�s profundos; "Ven, ahora, y razonemos juntos". ( Sermones del Monday Club ) .

La naci�n pecadora

El mensaje a la �naci�n pecadora� con el que comienza el libro de Isa�as tiene para nosotros la tremenda fuerza de la actualidad y la verdad.

I. Se nos lleva a considerar que ESTADO Y NACI�N EST�N INVOLUCRADOS JUNTOS. El pa�s est� "desolado", las ciudades "quemadas por el fuego, y la hija de Sion queda como caba�a en un vi�edo, como caba�a en un huerto de pepinos, como ciudad sitiada". De hecho, recordamos que los santos han sobrevivido en "las guaridas y cuevas de la tierra". Pero estas victorias de la verdad y la justicia, el poder de Dios para vencer la maldad, de ninguna manera contradicen la visi�n de Isa�as.

Si es cierto que el Fundador de la Iglesia puede mantener su fuerza a pesar de la agitaci�n y la decadencia civil, consideremos tambi�n c�mo Dios magnifica a la Iglesia a trav�s de d�as de paz y virtud. Jes�s mismo esper� hasta que las naciones se quedaron quietas. Y es fascinante contemplar cu�les pueden ser las posibilidades para su reino del crecimiento continuo y la felicidad de nuestro propio pa�s. Los tesoros del amor, �cu�n llenos pueden estar! Los pastores y maestros de cada tierra oscura, �qu� hostias se pueden preparar!

II. Despertados por la consideraci�n de tal problema, apreciamos f�cilmente la referencia del profeta a LA RESPONSABILIDAD DE LOS GOBERNANTES (vers�culo 10). Nuestras propias visiones felices del futuro pueden estar completamente nubladas si solo hay un Acab en autoridad. La exhortaci�n, por tanto, se dirige a quienes, como ciudadanos, deben tener el deber de colocar a los hombres en el poder.

III. Encontramos al profeta claramente RASTANDO LAS CALAMIDADES NACIONALES A LA MALDAD DE LA NACI�N (vers�culos 4-8).

IV. EL MENSAJE DEL PROFETA A SUS PA�SES EST� EN PARTICULAR DIRECTO CONTRA SU IMPIEDAD. Tienen suficientes formas de religi�n, de hecho. Pero del culto del pueblo se han ido el coraz�n y la vida. Solo quedan las c�scaras. Quiz�s al final se ver� que el fariseo no s�lo es tan malo, sino tambi�n tan malo como ciudadano, como el glot�n y el bebedor de vino. El veneno farisaico act�a con una fuerza m�s sigilosa y ataca partes m�s vitales.

Debemos buscar no solo la decadencia natural de una naci�n pecadora, sino tambi�n esas poderosas interposiciones de la Providencia en el diluvio y el hambre, en la pestilencia y la guerra, directamente para su castigo y derrocamiento.

V. EL VALOR DE UN �REMANENTE�. Dios ha estado salvando remanentes desde el principio - No�, Abraham, Mois�s, Nehem�as - y las peque�as compa��as de las cuales tales almas son el centro y la vida en cada �poca. Los planes de Dios no se estropean por la locura del hombre. Si muchos se rebelan contra �l, �l salva a unos pocos y multiplica su poder. La levadura vuelve a fermentar toda la masa.

VI. Lo m�s impresionante, por lo tanto, es LA TENDIDA Y EMF�TICA PROCLAMACI�N DE MISERICORDIA Y PERD�N en este cap�tulo. ( Hanford A. Edson, DD )

I. EL ESCRITOR (vers�culo 1).

La naci�n pecadora

II. EL CAR�CTER DEL PUEBLO ( Isa�as 1:2 ).

III. LOS FRUTOS DE ESTE PERSONAJE ( Isa�as 1:7 ).

IV. FALSOS ESFUERZOS PARA OBTENER ALIVIO ( Isa�as 1:10 ). Se pueden encontrar asesinos en la iglesia, haciendo de su asistencia un manto por su iniquidad o una expiaci�n por su crimen. Dios no puede participar en un comercio tan horrible.

V. LA VERDADERA FORMA DE LIBERACI�N ( Isa�as 1:16 ). Dios no solo describe la enfermedad, sino que proporciona el remedio. Se proporciona la fuente; los pecadores deben lavarse en �l, deben confesar, abandonar, tener el esp�ritu correcto y obrar bien. ( J. Sanderson, DD )

El serm�n de Isa�as

El serm�n contenido en este cap�tulo contiene:

I. UN ALTO CARGO exhibido en nombre de Dios contra la Iglesia y la naci�n jud�a.

1. Por su ingratitud (vers�culos 2, 3).

2. Por su incorregibilidad (vers�culo 5).

3. Por la corrupci�n y degeneraci�n universal del pueblo (vers�culos 4, 6, 21, 22).

4. Por la perversi�n de la justicia por parte de sus gobernantes (vers�culo 23).

II. UNA TRISTE QUEJA DE LOS JUICIOS DE DIOS que hab�an tra�do sobre s� mismos por sus pecados, y por los cuales fueron llevados casi a la ruina total (pudriciones 7-9).

III. UN JUSTO RECHAZO DE AQUELLOS ESPECT�CULOS Y SOMBRAS DE RELIGI�N que mantuvieron entre ellos, a pesar de esta deserci�n general y apostas�a (vers�culos 10-15).

IV. UN LLAMADO M�S GANADOR AL ARREPENTIMIENTO Y A LA REFORMA, poniendo delante de ellos la vida y la muerte (vers�culos 16-20).

V. UNA AMENAZA DE RUINA PARA LOS QUE NO SER�AN REFORMADOS (vers�culos 24, 28-31).

VI. UNA PROMESA DE UNA FELIZ REFORMACI�N POR FIN, y un regreso a su pureza y prosperidad primitivas (vers�culos 25-27). Y todo esto debe ser aplicado por nosotros, no solo a las comunidades de las que somos miembros, en sus intereses p�blicos, sino al estado de nuestras propias almas. ( M. Henry. )

Un ultimo llamamiento

Los profetas son las se�ales de tormenta de Dios. Esta fue una crisis en la historia de Israel. La misericordia y el juicio hab�an fallado por igual. La masa de la gente se hab�a endurecido m�s. El juicio por s� solo se hab�a convertido ahora en la �nica misericordia real. El profeta fue enviado para hacer un �ltimo llamamiento; para advertir del juicio.

I. EL CARGO. Han demostrado ser ni�os antinaturales. Han repudiado a su Padre. No han cumplido con las reclamaciones que les adeudan. Han frustrado el prop�sito de su existencia nacional. Como naci�n, se han abandonado por completo al pecado. A pesar de privilegios excepcionales, se han rebajado por debajo del nivel de los brutos. La naturaleza testifica contra ellos y los averg�enza.

II. LA DEFACE. El profeta los imagina se�alando sus servicios en el templo, tan regulares, elaborados, costosos, como prueba de que sus relaciones naturales con su Padre se han mantenido. Pero este autoenga�o com�n es rechazado, expuesto, repelido. No se requiere ritual, ni laboriosa y costosa adoraci�n, sino sinceridad de coraz�n, integridad de prop�sito, rectitud de mente. La observancia religiosa aceptable debe ser la expresi�n espont�nea de una vida religiosa interior.

III. LA OFERTA DE LA MISERICORDIA. Pero el d�a de la gracia a�n no ha pasado. A�n se ha hecho un �ltimo intento para despertar la sensibilidad espiritual dormida de la naci�n mediante el ofrecimiento del perd�n. La reconciliaci�n solo es posible mediante enmienda.

IV. LA AMENAZA DEL JUICIO. El fuego solo ahora puede efectuar el cambio deseado. Dios no puede ser evadido. Es tan verdaderamente misericordioso al amenazar como al ofrecer perd�n. La naci�n ser� purificada, pero no destruida. El mal ser� consumido. Pero a ella quien, como el oro, aguante el fuego y salga purificado ser� el n�cleo de una sociedad ideal, y remodelar� la vida nacional. Toda enmienda social tiene sus ra�ces en la completa purificaci�n de los corazones individuales.

El sue�o del profeta nunca se hizo realidad. Sin embargo, no fue en vano. Fue un ideal, una inspiraci�n para el bien en el futuro. Alg�n d�a se realizar� a trav�s del Evangelio. ( Lloyd Robinson. )

He alimentado y criado hijos, y ellos se han rebelado contra M�.

La paternidad de Dios en relaci�n con Israel

Israel son los hombres de Jehov� ( �xodo 4:22 , etc.); todos los miembros de la naci�n son sus hijos Deuteronomio 14:1 ; Deuteronomio 32:20 ); �l es el Padre de Israel, a quien ha engendrado ( Deuteronomio 32:6 ; Deuteronomio 32:18 ).

La existencia de Israel como naci�n, como la de otras naciones, se efect�a, de hecho, por medio de la reproducci�n natural, no por la regeneraci�n espiritual; pero el fundamento principal del origen de Israel es la palabra de gracia sobrenaturalmente eficaz dirigida a Abraham ( G�nesis 17:15 , etc.); y una serie de maravillosos tratos en gracia ha llevado el crecimiento y desarrollo de Israel al punto que hab�a alcanzado en el �xodo de Egipto. En este sentido Jehov� ha engendrado a Israel. ( F. Delitzsch. )

La apostas�a de Israel

Dos cosas que nunca deber�an haberse unido:

I. LA RELACI�N GRACIOSA Y FILIAL DE ISRAEL CON JEHOV�.

II. LA APOSTAS�A BASE DE ISRAEL DE JEHOV�. ( F. Delitzsch. )

La paternidad de Dios en el Antiguo Testamento

A veces imaginamos que la Paternidad de Dios es una revelaci�n del Nuevo Testamento; hablamos de los profetas como refiri�ndose a Dios bajo t�tulos de gloria resplandeciente y majestad abrumadora, y establecemos en contraste los t�rminos m�s suaves por los cuales se designa al Ser Divino en el nuevo pacto. �C�mo se describe Dios a s� mismo en este cap�tulo? Aqu� �l dice ser Padre: he alimentado y criado hijos - no, he alimentado y criado esclavos - o s�bditos - o criaturas - o insectos - o bestias de carga - he alimentado y tra�do hijos: soy el Padre de la creaci�n, fuente y origen de la religi�n paterna y filial. ( J. Parker, DD )

Ingratitud

As� como el Mar Muerto bebe en el r�o Jord�n y nunca es m�s dulce, y el oc�ano todos los dem�s r�os y nunca es m�s fresco, tambi�n podemos recibir misericordias diarias de Dios y seguir siendo insensibles para ellos, desagradecidos por ellos. ( Obispo Reynolds. )

El verdadero amigo del hombre de Dios

Estamos obligados a hablar del Se�or a la manera de los hombres, y al hacerlo estamos claramente autorizados a decir que �l no ve el pecado humano simplemente con el ojo de un juez que lo condena, sino con el ojo de un amigo. quien, mientras censura al ofensor, lamenta profundamente que haya tales faltas que condenar. Oye: "�Cielos, y escucha, tierra! He alimentado y criado hijos, y ellos se rebelaron contra m�", no es simplemente una exclamaci�n de sorpresa o una acusaci�n de injuria a la justicia, sino que contiene una nota de dolor, como si el Alt�simo se representara a s� mismo ante nosotros como un padre maltratado y lamentando que, despu�s de haber tratado tan bien a su descendencia, le hubieran hecho un regreso tan vil.

Dios se entristece de que el hombre peque. Ese pensamiento deber�a animar a todos los que est�n conscientes de haber ofendido a Dios a regresar a �l. Si te lamentas de tu transgresi�n, el Se�or tambi�n se lamenta. ( CH Spurgeon. )

El dolor de los padres de Dios y su pat�tico atractivo

(con Isa�as 1:3 ): - Veo este texto como un fragmento de la autobiograf�a divina y, como tal, posee el mayor significado para nosotros.

I. Nos presenta de manera sorprendente EL LADO SOCIAL DEL CAR�CTER DE DIOS. Es bueno que recordemos que todo lo que es tierno y amable en nuestra experiencia social, en la medida en que es puro y noble, se obtiene de Dios. La revelaci�n que tenemos de Dios nos lo presenta, no como aislado de todas Sus criaturas, sino como encontrando Su mayor gozo en perfecta comuni�n con los esp�ritus exaltados que �l ha creado.

Me encanta pensar que el hombre existe debido a este exaltado instinto social en Dios. Adem�s, cuando Dios dijo: "No es bueno que el hombre est� solo", creo que escucho el eco de un sentimiento divino, de un sentimiento divino. Entre los misterios de la pasi�n de Cristo encontramos un elemento de sufrimiento que, como Dios y hombre, sinti�: �Me dejar�is en paz�; "Dios m�o, Dios m�o, �por qu� me has desamparado?" Nuestro Dios es para nosotros un objeto de supremo inter�s porque tiene con nosotros la relaci�n m�s sagrada.

II. Nuestro texto representa a DIOS EN EL LADO DOM�STICO DE SU CAR�CTER. Es lo paterno m�s que lo paterno lo que vemos aqu�. La palabra padre no expresa todo lo que Dios es para nosotros. Las ilustraciones de este Libro no se agotan con las que se refieren a Su paternidad: ��Puede una mujer olvidar a su hijo de Isa�as 49:15 �, etc. ( Isa�as 49:15 ).

Todo lo que es tierno en la maternidad, as� como todo lo que es fuerte en la paternidad, se encuentra en �l. Es como un padre que �l habla aqu�: "Yo he alimentado" - o "dado alimento". En otras palabras, �Con Mis ricos recursos de bendici�n he provisto para su necesidad; He alimentado y criado a los ni�os ". Aqu� tenemos el dolor de Dios revelado en la luz que solo puede venir a trav�s de canales tiernos y amorosos como la paciencia de los padres y el amor herido.

III. Nuestro texto revela EL CAR�CTER DE DIOS EN SU ASPECTO REPROBADORA. La locura se enfatiza en la comparaci�n con dos criaturas, de ninguna manera destacadas por su inteligencia. Sin embargo, ambos son criaturas domesticadas y sienten los lazos de propiedad. �Qu� es lo que domestica a una criatura? La criatura que reconoce al hombre como su amo, por ese mismo acto se vuelve domesticada. El tipo superior de conocimiento que posee el animal domesticado es un reconocimiento directo de su amo.

Las mejores criaturas lo poseen. Hay un grado m�s bajo de conocimiento, pero a�n as� uno que marca a la criatura como domesticada. Eso es un reconocimiento, no del maestro directamente, sino un reconocimiento de la provisi�n que el maestro ha hecho para su necesidad. "El buey conoce a su due�o". El asno no hace eso; pero el asno conoce "el pesebre de su amo". El asno conoce el establo donde se alimenta, y va y se alimenta all�. Con ese acto reconoce indirectamente la soberan�a de su due�o, porque reconoce su protecci�n.

IV. El texto nos presenta EL LADO TENDIDO Y PAT�TICO DEL CAR�CTER DE DIOS. Esta es la versi�n de Dios del pecado humano. Sus reprensiones est�n llenas de patetismo. Con el gran manto de la caridad que cubre multitud de pecados, y con la piedad divina que pone la mejor construcci�n a la rebeli�n humana, todo lo atribuye a la ignorancia y la locura. Observe adem�s, que aunque se han rebelado contra �l, �l no retira el nombre que les dio, Israel - �Israel no sabe: Mi pueblo no tiene en cuenta.

��l no los repudia. Lo �ltimo que puede hacer el amor es eso. Hay algo extremadamente pat�tico en Dios aqu� que hace un llamamiento a la creaci�n en relaci�n con su relaci�n con el hombre. �Qu� pasar�a si al coraz�n de Dios le diera un alivio exclamar a su propia creaci�n que gimi� con �l por el pecado humano: "�Oye, cielos, y escucha, tierra!" Estoy imaginando �No encontramos un sentimiento tanto divino como humano en el hecho de que Cristo vaya al desierto oa la cima de la monta�a en las horas de Su mayor necesidad? All�, en medio de la creaci�n de Dios, encontr� a su Padre muy cerca.

Aqu�, el hecho de que el ni�o no conozca a su Padre Celestial se representa como la carga del dolor de Dios. Pero en este caso la ignorancia fue deliberada. Esta fue la carga en el coraz�n de Cristo en Su oraci�n ( Juan 17:1 ). All� todo depende de que los hombres conozcan a Dios como su Padre. Por eso predicamos.

Buscamos hacer imposible que usted pase por el mundo de Dios y reciba de Sus manos bendiciones grandes e ilimitadas, y sin embargo no lo conozca. Buscamos que le sea imposible mirar la Cruz y escuchar la historia de un sacrificio infinito, y sin embargo olvidar que �tanto am� Dios al mundo�, etc. ( D. Davies ) .

La atrocidad de la rebeli�n contra el gobierno paterno de Dios

La criminalidad de la rebeli�n debe, por supuesto, verse afectada por la naturaleza del gobierno y la administraci�n contra los que se ejerce. Debe medirse por la mansedumbre y correcci�n del sistema a cuya autoridad renuncia, y por la paciencia, la indulgencia y la sabidur�a con que se administra ese sistema. Si el gobierno es desp�tico en su car�cter y administrado con implacable o feroz severidad, dif�cilmente puede ser ilegal y puede merecer elogios. Si el gobierno es paternal en su car�cter y administrado con sensibilidad paternal, entonces criminal en un grado absolutamente espantoso.

I. EL GOBIERNO PATERNO DE DIOS. Esto se ve en ...

1. El objeto de sus preceptos. El objetivo completo y simple de todos y cada uno de sus mandamientos, y los motivos por los que los impulsa, parecen ser un avance en el conocimiento, la santidad y la felicidad, para que podamos estar preparados para su propia presencia y comuni�n �ntima; por las dignidades exaltadas y la dicha interminable de los reinos donde habita Su honor.

2. La duraci�n de Su paciencia. �Qui�n sino un padre, superando a todos los de abajo que han honrado este nombre entra�able, podr�a haber soportado tanto tiempo y tan mansamente, con los ingratos, los descarriados, los audaces, los provocadores! �Qui�n sino un padre, como el que s�lo el cielo puede proporcionar, devolver�a bien por mal y bendici�n por maldecir, cientos y miles de a�os, y luego, cuando cualquier experimentador finito se hubiera desesperado por completo, decidiera vencer a sus enemigos, no por el terror? , desgaste y aflicci�n, �pero por la omnipotencia de la gracia y la misericordia! �Qui�n sino un DIOS, y un DIOS paterno, hubiera cerrado una historia tan extra�a y melanc�lica como la de Israel, enviando �Su Hijo al mundo, no para condenar al mundo�, etc.?

3. La naturaleza de su ternura. El fil�ntropo se compadece de las angustias de sus semejantes y decide magn�nimamente mejorarlos. Pero no est� animado por esa ternura viva, abrumadora y abnegada que impulsa los esfuerzos de un padre en favor de su hijo que sufre. No; que la ternura se encoge ante ning�n gasto, vacila ante ning�n obst�culo. Y tal fue la ternura de Dios, porque no se dice que se compadeciera tanto, sino que "tanto am� al mundo que dio a su Hijo unig�nito", etc.

II. SI EL PECADO ES LA RESISTENCIA DE LOS MANDOS Y RECLAMOS, LOS MOTIVOS Y EXPOSTULACIONES, LA GRACIA Y LA MISERICORDIA DE UNO QUE NOS HA DADO TALES ILUSTRIOSAS PRUEBAS DE SU RESPONSABILIDAD PATERNA Y

BONDAD - �PUEDE SER OTRO QUE LA REBELI�N? �Puede ser otra rebeli�n del car�cter m�s agravado? La consideraci�n debe silenciar todo susurro de pretensi�n de virtud meritoria y avivar los sentimientos de profunda contrici�n. Deber�a eliminar todos los s�ntomas de terquedad y hacernos acusarnos a nosotros mismos, ser humildes y tener el coraz�n quebrantado. ( TWCoit. )

Versículo 3

El buey conoce a su due�o. .. pero Israel no sabe

El mensaje de Isa�as

�Qu� ense�a Isa�as acerca de Dios?

Un profeta de su �poca tuvo mucho que hacer para despejar las mentes de la gente de la confusi�n, o algo peor, en el que, como muestra la historia, los jud�os eran demasiado propensos a caer. Estaban rodeados de naciones id�latras, y exist�a el peligro de que pudieran considerar a Jehov� como si fuera como estos dioses de las naciones. Incluso cuando no se hundieron a este nivel, fueron propensos a considerarlo como su Dios nacional, no como el Dios de toda la tierra.

I. Lo que el profeta trat� de hacer fue comunicarles algo de esa visi�n de la MAJESTAD DE SU GLORIA Y LA BELLEZA DE SU SANTIDAD que se hab�a grabado tan profundamente en su propia mente. �l hab�a visto a Dios, y le gustar�a que ellos tambi�n lo vieran. �Y d�nde podemos buscar concepciones m�s sublimes de la espiritualidad, la santidad, la majestad de Dios que las que encontramos en este libro?

II. Pero la ense�anza del profeta incluye otra concepci�n de Dios que deber�amos estar a�n menos preparados para encontrar en el Antiguo Testamento. Si sorprenden las elevadas concepciones de la espiritualidad divina, a�n m�s nos impresiona la revelaci�n de LA DIVINA TERNURA Y PENSAMIENTO PARA EL HOMBRE. �sta es la base de todos esos llamamientos urgentes dirigidos por Isa�as a su propia generaci�n. El primer cap�tulo golpea la nota clave.

Aqu� no hay un Dios distante tan absorto en el cuidado de Su vasto imperio que no recuerde a Sus pobres hijos aqu�, y tan distante que entre �l y ellos no pueda haber simpat�a. La nota predominante es aquella para la que estamos menos preparados: la del Amor. No hay que perder el tiempo con el pecado. La apostas�a del pueblo se expone en sus aspectos m�s oscuros, y la enormidad de la rebeli�n s�lo sirve para hacer m�s conspicua la gloria de la gracia que se proclama a estos pecadores.

Toda su iniquidad, su ingratitud, su orgullo de coraz�n, su olvido de Dios no han apartado de ellos el coraz�n de su Dios. Seguramente estas son ense�anzas maravillosas para encontrar en este antiguo registro mundial. Isa�as los obtuvo de Dios mismo. ( JG Rogers, BA )

La desconsideraci�n de la humanidad hacia Dios

I. UNA FALTA GRAVE, com�n, s�, universal. "Israel no sabe, mi pueblo no considera".

1. Los hombres son muy desconsiderados con Dios. Uno los perdonar�a si olvidaran muchas cosas menores y descuidaran a muchas personas inferiores, pero ser desconsiderados con su Creador, con su Conservador, con Aquel en cuya mano est� puesto su destino eterno, esto es una extra�a locura, as� como una gran locura. pecado. Si fuera s�lo porque �l es tan grande, y por lo tanto dependemos tanto de �l, uno habr�a pensado que un hombre racional se habr�a familiarizado con Dios y estar�a en paz; pero cuando pensamos que Dios es sumamente bueno, bondadoso, tierno y misericordioso, adem�s de grande, la maravilla de la irreflexi�n del hombre aumenta mucho.

2. Entonces, nuevamente, el hombre es desconsiderado consigo mismo en referencia a sus mejores intereses.

3. El hombre irreflexivo es desconsiderado con las pretensiones de la justicia y la gratitud, y esto lo hace parecer tan vil como tonto. El texto dice: "Israel no lo sabe". Israel es un nombre de nobleza, significa pr�ncipe; y hay algunos aqu� cuya posici�n en la sociedad, cuya condici�n entre sus semejantes, deber�a obligarlos al servicio de Dios. Ese lema es cierto, " nobleza obliga " , la nobleza tiene sus obligaciones; y cuando el Se�or eleva a un hombre a una posici�n de riqueza e influencia, debe sentir que est� bajo ataduras especiales para servir al Se�or. Tambi�n hablo a los que han sido educados en el temor de Dios. A ti se te da m�s y, por lo tanto, de ti se requiere m�s.

4. Un punto triste de esta desconsideraci�n es que el hombre vive sin consideraci�n en un asunto en el que nada m�s que la consideraci�n valdr�.

5. Esta desconsideraci�n, tambi�n, ocurre en un tema donde, seg�n el testimonio de decenas de miles, la consideraci�n ser�a abundantemente remuneradora y producir�a los resultados m�s felices.

II. AGRAVACIONES QUE LA ASISTIR, en muchas formas.

1. Y primero, recuerde que algunas de estas personas descuidadas han dirigido su atenci�n seriamente a los temas que a�n descuidan. Observe en este pasaje que estas personas hab�an sido convocadas por Dios para considerar. Los cielos y la tierra fueron llamados a dar testimonio de que hab�an sido alimentados y criados por el buen Padre, y en el cuarto vers�culo son reprendidos porque contin�an sin recordar a su Dios.

Ahora bien, si una persona olvida por un tiempo algo importante, no deber�a sorprendernos, porque la memoria no es perfecta; pero cuando se le llama la atenci�n una y otra vez, cuando se pide consideraci�n con amabilidad, ternura, seriedad, y cuando se descuida la advertencia, se exige esa atenci�n con autoridad, y posiblemente con cierto grado de agudeza, uno siente que un hombre que es todav�a descuidado no tiene ninguna excusa, y debe ser negligente con el prop�sito establecido y con un dise�o determinado.

2. El profeta luego menciona la segunda agravaci�n, a saber, que adem�s de ser llamados y amonestados, estas personas hab�an sido castigadas. De hecho, hab�an sido castigados tan a menudo y tan severamente que el Se�or se cans� de ello. Ya no vio ninguna utilidad en golpearlos. Todo su cuerpo estaba cubierto de magulladuras, hab�an sido muy heridos. La naci�n como naci�n hab�a sido tan invadida y pisoteada por sus enemigos que qued� completamente desolada, y el Se�or dice: ��Por qu� hab�is de ser heridos m�s? Os rebelar�is m�s y m�s.

�Puede que me est� dirigiendo a alguien cuya vida �ltimamente ha sido una serie de dolores. �No sab�is que todos estos son enviados para destetaros del mundo? �Todav�a te aferrar�s a �l? �Debe el Se�or golpear una y otra vez, y una y otra vez, antes de que lo escuches?

3. Era una culpa adicional que estas personas fueran todo el tiempo que no considerar�an, muy celosas en una religi�n externa.

4. A�n m�s, hubo una agravaci�n al olvido de Dios por parte de Israel, porque fue invitada de la manera m�s seria y afectuosa a volverse a Dios por medio de promesas de gracia. �Venid ahora, y razonemos juntos, dice el Se�or: aunque vuestros pecados sean como la escarlata, ser�n blancos como la nieve; aunque sean rojas como el carmes�, ser�n como lana �. Un hombre podr�a decir: ��Por qu� deber�a pensar en Dios? �l es mi enemigo ". Oh hombre, lo sabes mejor.

5. Como �ltimo agravio, tenga en cuenta que estas mismas personas ten�an la capacidad suficiente para considerar otras cosas, porque nos encontramos con que consideraron c�mo obtener sobornos y fueron muy astutos al seguir las recompensas; sin embargo, no conocieron ni consideraron a su Dios. Oh, qu� r�pidos son algunos hombres en los caminos del mal y, sin embargo, si les hablas de religi�n, dicen que es misteriosa y que est� m�s all� de su poder de aprehensi�n.

Esas mismas personas discutir�n contigo los puntos m�s complicados de la pol�tica o desentra�ar�n las abstrusiones de la ciencia y, sin embargo, pretenden no comprender las simplicidades de la revelaci�n. �Soy un hombre pobre�, dice uno, �y no puedes esperar que sepa mucho�; sin embargo, si alguien se encontrara con ese mismo �pobre hombre� en la calle y le dijera que es un tonto, se indignar�a ante tal acusaci�n y demostrar�a celosamente que no es inferior en el sentido com�n.

�No puedo�, dice uno, �irritar mi cerebro por cosas como estas�; sin embargo, ese mismo hombre usa su cerebro mucho m�s en pos de la riqueza o el placer. Si un hombre tiene entendimiento y puede ejercitarlo bien en asuntos menores, �c�mo podemos disculparnos por haber descuidado a su Dios?

III. LAS CAUSAS SECRETAS de la indiferencia humana hacia temas tan importantes.

1. En el caso de muchas personas irreflexivas, debemos echarle la culpa a la frivolidad de su naturaleza.

2. Sin embargo, no tengo ninguna duda de que en todas las situaciones, sin embargo, la raz�n fundamental es la oposici�n a Dios mismo.

3. En algunas mentes, la tendencia a la demora opera terriblemente.

4. Algunos se excusan para no considerar la eternidad, porque son hombres eminentemente pr�cticos. S�lo desear�a que los que profesan ser pr�cticos lo sean m�s verdaderamente, porque un hombre pr�ctico siempre cuida m�s de su cuerpo que de su abrigo, ciertamente; Entonces, �no deber�a cuidar m�s de su alma que de su cuerpo, que no es m�s que su prenda? Un hombre pr�ctico se asegurar� de considerar los asuntos en la debida proporci�n; no dedicar� toda su mente a un partido de cricket y descuidar� sus asuntos. Y, sin embargo, cu�n a menudo su hombre pr�ctico se equivoca a�n m�s; dedica todo su tiempo a hacer dinero, y ni un minuto a la salvaci�n de su alma y su preparaci�n para la eternidad.

5. No tengo ninguna duda, con muchos, de que su raz�n para no pensar en los asuntos del alma es el prejuicio. Tienen prejuicios porque alg�n profesor cristiano no ha estado a la altura de su profesi�n, o han escuchado algo que se dice que es la doctrina del Evangelio, que no pueden aprobar.

6. En la mayor�a de los casos, a los hombres no les gusta molestarse, y tienen la inc�moda sospecha de que si mirasen demasiado de cerca sus asuntos, encontrar�an cosas que distan mucho de ser saludables. Son como los quebrados ante el tribunal el otro d�a que no llevaban libros; no le gustaban sus libros, porque sus libros no le gustaban a �l. Iba al mal y, por tanto, trat� de olvidarlo. Dicen del tonto avestruz que cuando esconde la cabeza en la arena y no ve a sus perseguidores cree que est� a salvo; esa es la pol�tica de muchos hombres.

IV. Algunas palabras de EXPOSTULACI�N. �No es su desconsideraci�n muy injustificable? �Puedes disculparlo de alguna manera? ( CH Spurgeon. )

Instinto comparado con la raz�n en su reconocimiento de personas

Ad�n, antes de su ca�da, reconoci� instintivamente las relaciones en las que se encontraba con Dios, con su �nico pr�jimo existente y con las bestias del campo. Reconoci� a Dios como su Creador y Conservador; Eva como participante de la misma naturaleza y las mismas simpat�as consigo mismo, - como alguien, por lo tanto, con quien ten�a una deuda de benevolencia y apoyo; los animales inferiores como vasallos sometidos a sus pies.

Pero tan pronto como cay�, su reconocimiento natural de estas diversas relaciones lo abandon�. De hecho, las relaciones en s� mismas todav�a exist�an; pero perdi� todo sentido (o casi todo sentido) de las obligaciones que se basaban en ellos. De las tres rupturas ocurridas en el oto�o, la primera fue, no solo la m�s grave, sino tambi�n la m�s total y completa. No afirmamos que el hombre natural haya perdido todo sentido de obligaci�n hacia sus semejantes y las bestias del campo.

No deseamos apartarnos de esta amabilidad, esta consideraci�n, esta benevolencia; d�jalos pasar por lo que valen. Al mismo tiempo, debe recordarse que tales rasgos de car�cter, por agradables que sean en s� mismos, m�s bien agravan que aten�an el hecho de la impiedad del hombre. �Qu� diremos del reconocimiento que el hombre tiene de su familia y sus dependientes, sino que da sentido al insulto de negar el reconocimiento a Dios? Tampoco, aunque la creaci�n bruta se rebel� contra el hombre en la hora de su ca�da y se volvi� intratable, esta ruptura de la separaci�n tampoco fue total y completa.

"El buey conoce a su due�o". Incluso aquellos animales cuyo instinto es menos agudo, cuyo mismo nombre se ha convertido en un proverbio de estupidez y terquedad, no dejan de reconocer el lugar en el que y la mano de la que tienen la costumbre de recibir su sustento diario. "El asno conoce el pesebre de su amo". ( Dean Goulburn. )

El hombre en su relaci�n con Dios

I. COMPARAR LAS RELACIONES SUBSISTENTES ENTRE UNA CRIATURA INFERIOR Y SUPERIOR CON LAS QUE SUBSISTEN ENTRE UN SUPERIOR Y EL CREADOR. E inmediatamente se sugerir� a s� mismo que, aunque estas relaciones pueden ser susceptibles de comparaci�n, hay una insuficiencia en la relaci�n inferior para tipificar la superior. La distancia, en cuanto a facultades, entre el hombre y las criaturas inferiores, si es grande, es al menos mensurable.

El hombre tiene la superioridad sobre los brutos con respecto a su raz�n, pero con respecto a nuestros cuerpos mortales, sujetos de enfermedad y decadencia, ambos estamos completamente a la par. Mientras que la distancia entre el hombre finito y el Dios Infinito es, por supuesto, incalculable. Esta insuficiencia de la comparaci�n sugerida en nuestro texto se har� m�s evidente a medida que entremos en una consideraci�n de sus detalles. La criatura muda reconoce al amo, de quien es propiedad �El buey conoce a su due�o.

��Qu� constituye el derecho del hombre a la propiedad del buey? Simplemente el hecho de que ha dado a cambio de �l un equivalente en el oro que perece. No fue �l quien cre� al buey. Si sostiene su vida, es s�lo proporcion�ndole el debido suministro de alimento, no ministr�ndole moment�neamente el aliento que toma. Hasta aqu� la propiedad del buey por parte del hombre. Pasemos ahora a la propiedad del hombre por parte de Dios. �Qu� constituye el derecho de propiedad de Dios sobre nosotros, sus criaturas inteligentes?

1. El hecho de que somos obra de sus manos. Esto constituye un reclamo de nuestros servicios, una propiedad en todas nuestras facultades, ya sean corporales o mentales, que ninguna criatura puede tener en las facultades de otra.

2. Pero la creaci�n no es el �nico terreno sobre el que descansa la propiedad del hombre por parte de Dios. De todas las cosas que se puede decir que poseemos, nuestra propiedad es la m�s completa, en aquellas cosas que, habiendo sido una vez despojadas de ellas por fraude o violencia, posteriormente hemos pagado un precio por recuperar. Esa afirmaci�n, fundada originalmente en el hecho de la creaci�n, ha sido confirmada y ampliada por el hecho de la redenci�n.

�Vosotros no sois vuestro propio�, dice el ap�stol Pablo; �Porque hab�is sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro esp�ritu, que son de Dios�. �D�nde, en todo el reino de la naturaleza, buscaremos un reclamo tan abrumadoramente poderoso como este, sobre la devoci�n sin reservas de nuestros corazones, de todo lo que somos y de todo lo que tenemos?

3. Pero nuestro texto nos sugiere otro detalle de los derechos que nuestro Due�o celestial tiene sobre nuestra lealtad. "El asno conoce el pesebre de su amo". Conoce la mano que lo alimenta y el pesebre del que se alimenta. No requiere ning�n destello de inteligencia, ning�n gran esfuerzo de un instinto casi racional para reconocer esta afirmaci�n. Si el hombre parece ignorar las afirmaciones de Dios que se establecen mediante la creaci�n y la redenci�n, tal vez podr�a alegarse en su favor que es una criatura de los sentidos y que los hechos de la creaci�n y la redenci�n no son reconocibles por los sentidos.

Estos estupendos hechos son tramitados y pasados, y en lo que respecta a nuestra vida animal, no parece que obtengamos ning�n beneficio presente de ellos. Pero, �no queda enteramente interrumpida esta miserable justificaci�n por el hecho aqu� implicado de que el hombre est� en deuda con su Dios por su mantenimiento diario, por la comodidad y la continuidad incluso de su vida animal? Cada uno de nuestros per�odos de refrigerio y reposo, de tranquilidad y relajaci�n del trabajo, proviene de la mano invisible de nuestro Due�o celestial.

No es, pues, la creaci�n bruta en estado salvaje, cuyas relaciones con el hombre se comparan aqu� con las relaciones del hombre con Dios. El escritor inspirado ha elegido, como mejor se adapta para ilustrar su argumento, ejemplos de los animales dom�sticos, que est�n domiciliados con el hombre, que comparten sus labores diarias y viven como sus dependientes en las inmediaciones de su hogar. No menciona al b�falo salvaje e ind�mito, que habita en la lejana pradera, sino al paciente buey y asno, acostumbrados desde la juventud a las ataduras del yugo, y familiarizados por una larga costumbre con la morada y las formas de vida de su amo.

Tampoco, por otra parte, al establecer el contraste, menciona a la humanidad en general; la acusaci�n de ingratitud se presenta aqu� contra una parte espec�fica de la raza humana. Israel no sabe, mi pueblo no considera �. En cierta medida, era excusable que los gentiles se negaran a reconocer al Dios viviente. No poseen ninguna revelaci�n de Su voluntad. Si Israel alberga un disgusto secreto por las cosas de Dios, no es que tales cosas le sean extra�as, que se desprenda de sus viejos prejuicios o se queje de sus primeras asociaciones.

Y lo que realza tan peculiarmente la culpa de Israel aumenta a�n m�s la culpa de ese gentil que, por la recepci�n del primer sacramento del Evangelio, se ha convertido en conciudadano de los santos y de la casa de Dios. Podr�amos esperar razonablemente, entonces, que los bautizados al menos, hagan lo que hagan los dem�s, ceder�n a su Creador, Redentor, Benefactor y Padre adoptivo alg�n sincero tributo de reconocimiento.

II. SE DIBUJA UN CONTRASTE ENTRE EL RECONOCIMIENTO HECHO POR LOS ANIMALES MUDOS DE SU RELACI�N CON SUS DUE�OS Y LA NEGACI�N DE ISRAEL DE RECONOCIMIENTO A SU DIOS.

1. Y primero del reconocimiento del animal mudo a su due�o. "El buey conoce a su due�o". Entiendo el t�rmino "saber" en el sentido ordinario de reconocer. El ganado reconoce la voz de su due�o. Una palabra, ya sea de amenaza o de caricia, si se les dirige con los conocidos acentos de su se�or, tiene un efecto instant�neo. No as� las amenazas o caricias de extra�os. �Qu� prueba tan contundente de la insensibilidad del pueblo de Dios!

2. �Israel no sabe� Los miembros profesantes de la casa de Dios, la Iglesia, no hacen caso de las llamadas que �l les dirige diariamente con los tratos de Su providencia exterior y las s�plicas de Su Esp�ritu dentro de ellos.

(1) No reconocen a Dios en Sus advertencias, ya sea que esas advertencias se dirijan a ellos mismos como individuos oa la naci�n de la que son miembros. Algunos de ellos han sido tendidos en un lecho de enfermo, donde la muerte, el juicio y la eternidad se han acercado mucho a ellos.

(2) Pero, finalmente, �podemos alegar en su nombre que habitualmente reconoce a Dios en Sus misericordias? Las bendiciones de la naturaleza y la providencia de Dios son aceptadas por el gran cuerpo de su pueblo profesante como algo natural. �El asno conoce el pesebre de su se�or�; pero Israel, m�s insensato que la criatura muda, no reconoce la mano que confiere sus bendiciones. "�l no considera". La falta de consideraci�n es la ra�z y la raz�n de esta extra�a insensibilidad.

No es que le falte la facultad de aprehender a Dios, pero no se tomar� la molestia de ejercitar esa facultad. No es que le falte un conocimiento especulativo de las verdades que hemos expuesto, sino que no se toma en serio ese conocimiento, ni le concede su peso debido. La falta de impresionabilidad procede de una irreflexi�n deliberada y deliberada. ( Dean Goulburn. )

La distinci�n entre conocimiento y consideraci�n

Parecer�a, de este vers�culo, que los hijos de Israel ni sab�an ni consideraron, pero a�n as� sugiere una distinci�n entre estas dos cosas. Y en el Libro de Malaqu�as, tenemos una distinci�n similar, cuando el Se�or les dice a los sacerdotes: "Si no o�s, y si no lo tom�is en serio". De hecho, es posible que un hombre haga una de estas cosas y no la otra.

Puede que conozca la verdad y, sin embargo, no la considere. Puede que lo escuche y, sin embargo, no se lo tome en serio. Y as� es como podemos recoger la diferencia que hay entre conocimiento y sabidur�a. El primero es una adquisici�n especulativa. La otra es una facultad o h�bito pr�ctico. Por lo segundo, recurrimos a su uso rentable del primero. As� es que puede haber una gran locura junto con una gran erudici�n; y, por otro lado, que una mente analfabeta sea ilustre en sabidur�a.

Quiz�s hayas visto cuando hab�a una gran riqueza y, sin embargo, por falta de una gesti�n juiciosa, gran falta de comodidad en una familia; y lo que contrasta hermosamente con esto, es posible que haya presenciado la uni�n de medios muy humildes, con tal consideraci�n en la direcci�n de ellos, que ha producido una apariencia respetable, una hospitalidad decente y la suficiencia de una provisi�n completa. Y as�, con los tesoros del intelecto, las adquisiciones de la mente, de las cuales uno puede ser rico, poseer los materiales m�s amplios en todo el conocimiento, y sin embargo tener una mente mal condicionada; y otro desprovisto de todas las verdades excepto de las m�s elementales, puede que, mediante una sabia aplicaci�n de ellas, haya alcanzado la verdadera luz y armon�a del alma, y ??est� en sana preparaci�n tanto para los deberes del tiempo como para los deleites de la eternidad. .

Todos han aprendido a contar sus d�as para conocer el l�mite extremo de la vida humana sobre la tierra; sin embargo, no todos han aprendido a contar sus d�as como para aplicar su coraz�n a la sabidur�a. ( T. Chalmers, DD )

Conocimiento y sabidur�a

I. Esta distinci�n entre conocimiento y sabidur�a se realiza abundantemente incluso en EL CAMPO DE LA EXPERIENCIA TERRENAL Y SENSIBLE. El hombre de disipaci�n puede tener los ojos abiertos a la ruina del car�cter y la fortuna que le espera, pero la tiran�a de sus malos deseos lo obliga a perseverar en los caminos de la miseria. El hombre de indolencia puede prever la inminente bancarrota que sobrevendr� en la gesti�n descuidada de sus asuntos, pero hay un letargo en su interior que lo arrastra a una inactividad fatal.

El hombre de la irritaci�n precipitada puede ser capaz de discernir el da�o acumulado que levanta contra s� mismo y, sin embargo, continuar como antes siendo apresurado por la violencia que se apodera de �l. En todos estos casos no hay falta de conocimiento en posesi�n. Pero hay una falta de conocimiento en uso o en aplicaci�n. El infeliz ha recibido la verdad, pero no hace caso de la verdad.

II. Pero lo que hemos afirmado, incluso de aquellos eventos y consecuencias que tienen lugar a lo largo del viaje de este mundo, es a�n m�s evidente de ESE GRAN EVENTO QUE HACE SU TERMINACI�N. No hay criatura humana de mente m�s ordinaria, y que haya traspasado los l�mites de la infancia, que no sepa de la muerte, y con quien no se encuentre entre las m�s indudables de las certezas que le esperan.

Y no es s�lo aquello de lo que est� m�s completamente seguro, sino que es aquello de lo que, en el curso de la observaci�n y la historia, se le recuerda m�s constantemente. Pero, �c�mo es real y experimentalmente? Esa muerte que todos conocemos tan bien, casi nunca est� en nuestros pensamientos. El toque moment�neo de dolor y seriedad, con el que a veces somos visitados, r�pidamente se disipa por completo.

No parece obrar el menor abatimiento en el af�n del hombre por los intereses de este mundo. No necesita un apetito impetuoso para dominar el pensamiento de la muerte; porque en la tranquila ecuanimidad de muchos ciudadanos sobrios y ancianos, lo encontrar�s tan profundamente dormido ante el sentimiento de su propia mortalidad como lo est� ante cualquiera de los sentimientos o instigaciones del libertinaje. La muerte es el trampol�n entre los dos mundos; y as�, en cierto modo, combina lo palpable de la materia con lo sombr�o y evanescente del esp�ritu.

Es la puerta de entrada a una tierra de misterio y de silencio, y parece recoger algo del car�cter visionario que tienen las cosas de la fe para el ojo de los sentidos. Y as�, en medio de todas las variedades de temperamento de nuestra especie, hay una indiferencia universal hacia la muerte. Parece contrario a la tendencia de la naturaleza pensar en ello. La cosa se sabe, pero no se considera. Esto podr�a servir para convencernos de lo in�til que es el mero conocimiento, incluso de una verdad importante, si no est� acompa�ado por el sentimiento o el recuerdo pr�ctico de la misma.

El conocimiento en este caso solo sirve para agravar nuestra locura. Por tanto, la irreligi�n del mundo no se debe a la falta de una demostraci�n satisfactoria de parte de Dios, porque esto podr�a habernos excusado; sino a la falta de la debida consideraci�n por nuestra parte, y esto es imperdonable.

III. Pasemos ahora a LOS INVISIBLES DE LA FE, a aquellas cosas que no est�n, como la muerte, en los confines de la regi�n espiritual, sino que est�n enteramente dentro de esa regi�n, y que el hombre no ha visto con sus ojos ni o�do. por su o�do - a las horribles realidades que permanecer�n en un profundo y misterioso ocultamiento de nosotros, mientras estemos en el cuerpo. Este car�cter invisible y espiritual no se limita a las cosas futuras.

Hay cosas presentes que tambi�n son espirituales. Hay una Deidad presente, que habita en la luz, es verdad; pero es la luz inaccesible. Y, sin embargo, incluso de este gran Esp�ritu se nos puede decir, en un sentido, que sabemos, por poco que podamos considerarlo. Hay afirmaciones acerca de Dios que desde hace mucho tiempo reconocemos y clasificamos entre nuestras proposiciones admitidas, aunque rara vez recurrimos a ellas en el pensamiento y nunca nos impresionan adecuadamente.

Sabemos, o creemos saber, que Dios es; y que toda otra existencia est� suspendida de Su voluntad; y que es un Dios de inviolable santidad, en cuya presencia el mal no puede morar. Ahora, como prueba de cu�n distinto es este conocimiento de Dios de la consideraci�n de �l, nos aventuraremos a decir que incluso la primera y m�s simple de todas estas proposiciones es, para muchos, impensable durante d�as y semanas juntos.

En el trabajo que ejercen, y las comodidades de las que disfrutan, e incluso las obligaciones de las que se cumplen para con sus familiares y amigos, �hay alg�n temor de Dios ante sus ojos? - y �no es el temor a la deshonra de los hombres? �Un freno mucho m�s poderoso para tu libertinaje que el temor a la condenaci�n de Aquel que es el juez y el discernidor de los hombres? Este vac�o del coraz�n del hombre en cuanto al reconocimiento de Dios recorre toda su historia.

Est� absorto en lo visible y secundario y no piensa m�s. Cuando disfruta, es sin gratitud. Cuando disfruta, es sin el impulso de una obediente lealtad. Cuando admira, es sin llevar el sentimiento hacia arriba al cielo. Ahora, esta es la controversia de Dios con el hombre en el texto. All� se queja de nuestra negligencia. Y esta desconsideraci�n nuestra es motivo de culpa, solo porque es una cuesti�n de obstinaci�n. El hombre tiene un control voluntario sobre sus pensamientos.

IV. Pero la distinci�n entre los que solo saben y los que tambi�n consideran, nunca est� m�s marcada que en LAS DOCTRINAS PECULIARES DEL EVANGELIO. Y espantoso es el riesgo de que el conocimiento, y solo �l, satisfaga al poseedor. La misma cantidad de debate y de argumentaci�n que se ha invertido en teolog�a conduce a una concepci�n err�nea sumamente hiriente de este asunto. El dise�o del argumento es llevarlo a un conjunto de convicciones precisas.

Y, sin embargo, la totalidad de su adquisici�n puede ser un mero cristianismo racional. No hay temas sobre los que haya tanta controversia, o que hayan dado lugar a tantas disertaciones elaboradas, como la persona y oficios de Cristo. Sin embargo, no se disimule que el conocimiento de todos estos credenda es una cosa y la consideraci�n pr�ctica de ellos es otra. Primero, �l es el Ap�stol de nuestra profesi�n, o lo profesamos como nuestro Ap�stol.

Pensemos en todo lo que implica este t�tulo. Significa uno que es enviado. �C�mo deber�a conmovernos ante la proximidad de tal mensajero cuando pensamos en la gloria y el car�cter sagrado de Su antigua morada! Y lo que deber�a atraer sobre �l una consideraci�n a�n m�s intensa, �l viene con un mensaje a nuestro mundo: viene directamente de la Divinidad misma, y ??�l le encarga una comunicaci�n especial.

Por su indiferencia diaria a la palabra que est� escrita, hereda toda la culpa y caer� bajo el reconocimiento mismo de aquellos que, en los d�as del Salvador, trataron con descuido la palabra que fue dicha. Hay un tema que est� relacionado con el apostolado de Cristo y que imprime un inter�s muy peculiar en la visita que nos hizo desde lo alto. �l es Dios manifestado en carne.

En el car�cter de un hombre nos ha representado los atributos de la Divinidad. Y nosotros, al considerar a este Ap�stol, aprendemos de Dios. Pero esto nos lleva a otro tema de consideraci�n, el sacerdocio de Cristo. La expiaci�n que hizo por el pecado ocupa un lugar destacado en la ortodoxia. Pero, una verdad puede ser adquirida y luego, arrojada, por as� decirlo, en alg�n rinc�n oculto de la mente, puede quedar olvidada, como en un dormitorio.

Y por lo tanto, quisi�ramos invitarle nuevamente a considerar a Aquel que es el Sumo Sacerdote de su profesi�n, al que invocamos, de vez en cuando, para que piense en Su sacrificio; y para alejar de vuestros esp�ritus la legalidad de la naturaleza, por un h�bito constante de recurrencia, de vuestra parte, a la expiaci�n que �l ha hecho, y a la justicia eterna que ha tra�do. Sin esto, la mente est� siempre desfalleciendo pronto a la alienaci�n y la desconfianza. ( T. Chalmers, DD )

Desconsideraci�n

No es un cargo presentado contra la familia humana en general. Los t�rminos son especiales, "Mi pueblo no considera". Si, entonces, los jefes y dirigentes de la sociedad han ca�do en la desconsideraci�n, �qu� maravilla que la multitud sin nombre est� mareada? La sal ha perdido su sabor y la ciudad alta ha ocultado su belleza. No se dej� a los incr�dulos y burladores presentar las acusaciones m�s severas contra la Iglesia; �Dios mismo ha marcado sus defectos y la ha acusado en voz alta de pecado! Nunca ha sido el abogado especial de Su pueblo; Nunca trat� de exponerles un caso a pesar de los hechos o incluso de las apariencias; con solemne fidelidad y conmovedor dolor, mostr� a la Iglesia su corrupci�n y la avergonz� en presencia de sus enemigos. Nos detendremos en el tema de la desconsideraci�n que afecta a la Iglesia y a los hombres en general. Hay dos puntos notables en com�n para ambos. �Por qu� los hombres no consideran?

1. No por falta de oportunidades. All� est�n los grandes cielos que David consider�; est�n los lirios que Jesucristo mand� a los hombres a considerar; est�n los signos de los tiempos, llenos de significado; mil objetos, de hecho, desaf�an diariamente nuestra consideraci�n.

2. No por falta de reproche o est�mulo. Los fracasos, las decepciones, los desatinos, m�s all� de la numeraci�n, nos han mostrado la picard�a de la desconsideraci�n. Por otro lado, la consideraci�n siempre nos ha recompensado con la tranquilidad de una buena conciencia; una y otra vez dejamos de estar pensativos. Miremos la desconsideraci�n:

I. EN SUS MOTIVOS.

1. La falta de consideraci�n ahorra problemas intelectuales. A los hombres no les gusta pensar profundamente. Prefieren rozar la superficie y, en lugar de trabajar constantemente para obtener resultados, eligen arrebatar cualquier cosa que pueda servirles en el momento que pasa. �Un declive de la consideraci�n es tambi�n un declive de la fuerza moral! La Iglesia piensa poco. Casi todas sus propuestas han sido aceptadas en confianza. �Observar! Jesucristo siempre desafi� el pensamiento de aquellos que lo soportan. Nunca desanim� la investigaci�n honesta y devota. Nunca dijo una palabra para elogiar la ignorancia. Ninguna autoridad suya puede citarse por indolencia intelectual. El cristianismo vivifica el intelecto.

2. La desconsideraci�n mitiga el remordimiento moral. Lo hace ocultando a un hombre de s� mismo. Los hombres, en muchos casos, no se atreven a considerarse a s� mismos. �Una mirada a sus propios corazones los espantar�a! Podemos pensar bien de nosotros mismos simplemente porque no nos conocemos. El dolor viene con el autoconocimiento; pero si el dolor lleva a los hombres al Sanador, ser� para ellos como el �ngel de Dios.

3. La desconsideraci�n escapa a la obligaci�n social. Hay ignorancia que ense�ar; �pero no entramos en la pregunta! Hay miseria que aliviar; �pero no pensamos nada al respecto! Hay un hombre muriendo en el camino; �pero pasamos por el otro lado! ( Proverbios 24:12. )

II. SUS RESULTADOS.

1. Ate�smo pr�ctico. Dios es reconocido con los labios, pero no tiene cabida en el coraz�n. Las cosas se ven desde fuera y las causas secundarias se consideran primarias y originales.

2. Debilidad espiritual. Sin consideraci�n, ning�n hombre puede ser fuerte. No tiene convicciones duraderas. No hay nada en �l o dentro de �l que no est� preparado para deshacerse bajo presi�n.

3. Alarma innecesaria. El hombre que no ha pasado mucho tiempo pensando en silencio, confunde el sentido de circunstancias inusuales. Una sombra lo asusta. No tiene conocimiento de la historia. Teniendo ojos, no ve.

4. Autoprivaci�n. ( J. Parker, DD )

Desconsideraci�n fatal

Tratar� de la acusaci�n aqu� presentada contra los jud�os de la antig�edad con un doble punto de vista:

I. YA QUE SE REFIERE M�S ESPECIALMENTE A LOS PECADORES IMPENITENTES. Es el car�cter propio de todos los impenitentes, que no consideran ni considerar�n. �sta es la base de su culpa y la causa fatal de su ruina. Considerar es lo mismo que aplicar atentamente la mente a las cosas, seg�n su respectiva naturaleza e importancia, para que las aprehendamos con mayor claridad y sepamos c�mo debemos actuar en relaci�n con ellas.

Y, dado que las cosas de la religi�n son de la naturaleza m�s elevada, y de la mayor importancia concebible, nuestra consideraci�n de estas cosas debe implicar que las examinemos y las meditemos con el mayor cuidado, seriedad e imparcialidad; y esto con miras a que podamos formarnos un juicio m�s verdadero y m�s claro sobre ellos, y sobre la manera en que deben influir en nuestras acciones; hasta el final, podemos ser guiados y decididos eficazmente a actuar como debemos, y como la naturaleza y la importancia de las cosas deber�an persuadirnos de hacerlo.

Debemos atender con atenci�n, examinar imparcialmente, pensar y reflexionar seriamente, para poder juzgar, resolver y actuar correctamente. Lo har� - 1. Por ejemplo, algunos detalles en los que se manifiesta que las personas de las que ahora estoy hablando no las consideran.

(1) No consideran lo que su propia raz�n y la Sagrada Escritura les instruir�a acerca de Dios, Su ser y providencia, Sus atributos y obras. �El imp�o, con la soberbia de su rostro, no buscar� a Dios; Dios no est� en todos sus pensamientos� ( Salmo 10:4 ).

(2) No consideran el fin para el que fueron hechos, y cu�l es su verdadero inter�s y su m�xima felicidad. �sta es una cuesti�n sumamente importante, de absoluta necesidad para regular la vida humana; porque seg�n sea nuestro fin, as� ser� el curso de nuestras acciones en cumplimiento de �l.

(3) No consideran las infinitas obligaciones que tienen para con ese Dios cuyos mandamientos desobedecen. Este es el motivo y el ejemplo particular de la acusaci�n contra el pueblo de Jud�.

(4) No consideran la gran importancia de la salvaci�n y cu�les son sus t�rminos indispensables.

(5) Las mismas personas no consideran la naturaleza y la tendencia de su actual curso de vida. No reflexionan sobre sus acciones y pesan y reflexionan sobre sus pasos. No tienen la precauci�n de los viajeros comunes para pensar si tienen raz�n o no.

(6) No consideran la incertidumbre de la vida.

(7) O, la certeza de un mundo por venir.

2. Exponga ante usted las deplorables consecuencias de esta negligencia de consideraci�n seria.

(1) Los hombres no consideran y, por lo tanto, no saben.

(2) Los hombres no consideran y, por lo tanto, carecen de todos los temores que despiertan la culpa y la miseria de un rumbo vicioso de la vida.

(3) Las personas comprometidas en un curso vicioso no consideran y, por lo tanto, son poco sol�citos para hacer las paces con Dios y para asegurarse un inter�s en el Salvador y la salvaci�n que se les propone en el Evangelio.

(4) No consideran y, por lo tanto, se resignan a la conducta del apetito, la lujuria y la pasi�n.

(5) Los hombres no consideran, y por eso es que las tentaciones al pecado son tan invencibles.

(6) Los hombres no considerar�n y, por lo tanto, se apoyar�n con apoyos falsos y peligrosos, como estos: Dios es misericordioso; Cristo muri� por los pecadores; y ser� el momento de arrepentirse de aqu� en adelante.

Solicitud&mdash

(1) � Cu�n imperdonables deben aparecer todos los que perecen en sus pecados! Ellos perecen porque no consideraron.

(2) Aqu� puede ver, en caso de que tenga alg�n prop�sito de llevar una vida santa, por d�nde debe comenzar. Debes sentarte y considerar. �Pens� en mis caminos�, etc. ( Salmo 119:59 ).

(3) Perm�tanme, pues, exhortarlos a que practiquen un deber tan necesario y de tan infinita ventaja.

II. COMO EN UN GRADO MENOR, AFECTA CON FRECUENCIA A PERSONAS DE SINCERA PIEDAD. Toda esa consideraci�n que es necesaria para la esencia de la virtud y la piedad, la practican; pero no siempre lo que se requiere para un estado de mayor perfecci�n. Hay varias cosas que demuestran claramente su falta de consideraci�n.

1. Los errores y fallas de los que son culpables con demasiada frecuencia. No me refiero a aquellos que son tan incidentes con la naturaleza humana en el estado actual, que es casi imposible preservarnos completamente libres de ellos; pero aquellos que, con el debido cuidado y circunspecci�n, f�cilmente podr�amos evitar.

2. La pereza y la inactividad en un curso de vida virtuoso y religioso es otro argumento de una consideraci�n defectuosa, incluso en los hombres buenos. Similar a esto es ...

3. Aquella dedicaci�n en los ejercicios del culto religioso, en la que los cristianos son demasiado propensos a deslizarse, y que de manera demasiado visible argumenta su desuso de esa consideraci�n que ser�a de admirable servicio para avivar el fuego sagrado, cuando empezaba a apagarse y l�nguidamente. . �Mientras meditaba�, dice el salmista, �el fuego ard�a�.

4. El amor al mundo, que tiene demasiado predominio sobre algunas mentes piadosas, y el hecho de que est�n tan grandemente conmovidos, si no trastornados, por las conmociones y cambios del mismo, debe atribuirse a menudo a la misma causa.

5. Un celo fuera de lugar y de mala conducta; un celo por las opiniones y pr�cticas que no sabemos por qu�, y este celo bajo tan poco gobierno, que ocasiona amargas luchas y animosidad entre los cristianos, y suscita tales disturbios en la Iglesia de Dios, que obstaculizan su estado floreciente; esto tambi�n muestra que los hombres no tienen en cuenta.

6. Es muchas veces porque no consideran que los religiosos no disfrutan de su religi�n. ( H. Grove, MA )

Razones de consideraci�n

1. La consideraci�n es el car�cter propio de los seres razonables: esta facultad es la principal distinci�n entre el hombre y la bestia; y el ejercicio de ella, del sabio del necio

2. Demostramos que podemos considerar las cosas de esta vida; y �por qu� no entonces en las cosas de la religi�n?

3. Haga su parte, y Dios no retendr� Su gracia, por la cual podr� hacer todo lo que se le pida.

4. Con el tiempo y el uso de este ejercicio, por ingrato que sea al principio, se volver� m�s f�cil y agradable.

5. La consideraci�n se recomienda adem�s por sus efectos m�s bendecidos. Como, por mencionar s�lo dos de car�cter m�s general: el primero, nuestro convertirnos del error de nuestros caminos; el otro, nuestra constante perseverancia en la pr�ctica de la santidad.

6. Si no hubiera nada m�s que este �nico motivo para comprometerlo a considerar, �ste deber�a ser irresistible, que es absolutamente necesario: no se puede prescindir de �l; la consecuencia de descuidarlo es fatal y nunca se recuperar�. ( H. Grove, MA )

Hombre avergonzado por los animales inferiores

Se llega a un hombre excelente cuando se averg�enza incluso en el conocimiento y la comprensi�n de estos animales tontos; y no solo se les env�a a la escuela ( Proverbios 6:6 ), sino que se coloca en un formulario debajo de ellos ( Jeremias 8:7 ); �Ense�� m�s que las bestias de la tierra� Job 35:11 ), y a�n sabiendo menos. ( M. Henry. )

En consideraci�n

La falta de consideraci�n de lo que sabemos es un enemigo tan grande para nosotros en la religi�n como la ignorancia de lo que deber�amos saber. ( M. Henry. )

El dolor de Dios se convirti� en Sus hijos no lo conocen

Un antepasado m�o fue una vez encarcelado por causa de la justicia, y entre las tradiciones m�s tiernas que me han sido transmitidas est� esta, que cuando ese hombre fuerte entr� en la c�rcel, ni un nervio tembl�, y no se vio una mirada de tristeza en su rostro. . Una vez m�s, cuando fue liberado y se reuni� con sus amigos, aguant� heroicamente; el gozo de la liberaci�n no lo quebrantaba; pero cuando entr� en su casa, y cuando el ni�o sobre las rodillas de la madre, que un mes antes hab�a conocido a su padre, no lo conoci�, sino que se alej� de �l, el el hombre fuerte llor� como un ni�o. Rompi� a llorar y sollozar. El dolor de Dios aqu� es que sus propios hijos no lo conocieron. ( David Davies. )

Versículo 4

Ah, naci�n pecadora

La indignaci�n de Dios contra el pecado

La palabra "ah" no es una interjecci�n, lo que indica un mero suspiro de l�stima o arrepentimiento; la palabra no debe escribirse como est� aqu�, las letras deben estar al rev�s, debe ser "ha" y pronunciarse como una expresi�n de indignaci�n.

Dios no se limita a suspirar por la iniquidad humana, consider�ndola como un lapsus, una cosa infeliz, una circunstancia que deber�a haber sido de otra manera; Su tono es conmovedor, judicial, indignado, porque no solo est� herido su coraz�n, sino que su justicia est� ultrajada y la seguridad de su universo est� amenazada, porque el universo se encuentra en la plomada, en estricta geometr�a, y cualquiera que juegue con �l. la plomada, con la rectitud, manipula la seguridad del universo. ( J. Parker, DD )

Una naci�n pecadora

Las palabras originales usadas en referencia al pueblo antiguo de Dios son "una naci�n pecadora", que denota una naci�n que peca habitualmente. Hay tres formas en que una naci�n se vuelve pecadora.

I. CUANDO EL GRAN CUERPO DEL PUEBLO CONSIENTE O APRUEBA LOS PECADOS DE LAS GENERACIONES ANTERIORES. Por eso Cristo dijo a los jud�os: "Verdaderamente sois testigos de que permit�s las obras de vuestros padres".

II. CUANDO EL GRAN CUERPO DEL PUEBLO CONSIENTE LOS PECADOS DE SUS GOBERNANTES. Por lo tanto, los jud�os eran una naci�n pecadora, porque aprobaron las obras de sus gobernantes al matar a los profetas y crucificar a Cristo, y estos pecados se les acusan expresamente y se les castigaron a nivel nacional.

III. CUANDO LA GENERALIDAD DEL PUEBLO VIVE POR SUS PROPIAS RAZONES. Tal era el estado de los jud�os cuando Isa�as los acus� de desprecio a Dios, hipocres�a y m�ltiples transgresiones habituales. ( Revista original de la Secesi�n. )

Savonarola y Florencia

Florencia, en tiempos de Lorenzo el Magn�fico, se hab�a convertido pr�cticamente en una ciudad pagana. Ella hab�a ca�do de Cristo como Jerusal�n de Jehov�. Uno de sus historiadores la califica de "moralmente desesperada, llena de libertinaje, crueldad y corrupci�n, que viola juramentos, traiciona fideicomisos, no cree en nada m�s que manuscritos griegos, monedas y estatuas, y no se preocupa m�s que por los placeres". Fue a una ciudad as�, a la que se aplicar�a casi literalmente el preludio de Isa�as, a donde lleg� Savonarola.

Al ver, como �l mismo lo expres�, �el mundo se puso patas arriba�, atraves� las calles y vag� por las orillas del Arno, meditando y llorando sobre la gran miseria del mundo, y las iniquidades de los hombres, y la enorme maldad de el pueblo de Italia. Luego, despu�s de un tiempo de prueba en el convento de San Marco, irrumpi� sobre los florentinos como un profeta de elocuencia ardiente y virtud intransigente, de car�cter intr�pido y con una visi�n divina similar a la de su gran prototipo, Isa�as de Jerusal�n.

A trav�s de problemas internos y asaltos externos, advirti� al pueblo y a sus gobernantes, esforz�ndose por volver sus corazones a Dios y mantenerlos en �l. A los sacerdotes les dijo que los falsos y tibios entre ellos, los perros mudos que no pod�an ladrar, hab�an pervertido al pueblo y lo hab�an perjudicado contra la verdad. �Ante todo, los sacerdotes y siervos malvados de la Iglesia son los culpables de esta corrupci�n, as� como tambi�n de las calamidades venideras.

"�l grit� en voz alta al populacho: T� sabes, t� sabes, oh Florencia, que quiero darte un estado espiritual". Siempre te he mostrado claramente que un reino solo es fuerte en la proporci�n en que es espiritual, al estar m�s estrechamente relacionado con Dios �. As� habl� Savonarola fiel y valientemente lo que hab�a en �l del Esp�ritu Santo. ( F. Sesiones. )

Corruptores

"Corruptores"

Hijos que son como gusanos cancros; hijos que arrojan veneno en corrientes de aguas transparentes; hijos que sugieren malos pensamientos para abrir mentes. ( J. Parker, DD )

La fuerza del ejemplo

Tenga compa�erismo con los cojos y aprender� a cojear. ( Adagio latino. )

Los corruptos son corruptores

Una manzana podrida infectar� la tienda; la uva podrida corrompe todo el racimo. ( F. Jacox. )

Compa�erismo en el mal

A los hombres les encanta no ser encontrados singulares, especialmente cuando la singularidad reside en los caminos accidentados y severos de la virtud: la compa��a genera confianza y da tanto cr�dito como defensa, cr�dito al crimen y defensa al criminal ( R. South, DD )

El contagio del car�cter

��Ves�, dijo el Dr. Arnold a un asistente del maestro que hab�a llegado recientemente a Rugby, �esos dos chicos caminando juntos? Nunca los hab�a visto juntos antes; debe prestar especial atenci�n a la compa��a que mantienen; nada dice los cambios en el car�cter de un ni�o ". ( F. Jacox. )

Mala compa��a perjudicial

El que se acuesta con perros se levantar� con pulgas. ( Proverbio espa�ol. )

Guiando a otros por mal camino

Un padre le pidi� a su hijo que colocara algunos ladrillos a los lados, en una l�nea regular a una corta distancia. "Ahora", dijo, "derriba el primer ladrillo". El ni�o obedeci� y todos los dem�s cayeron con �l. "Ahora", dijo el padre, "levante el �ltimo ladrillo y vea si los dem�s se levantan con �l". Pero no, una vez abajo, deben criarse individualmente. Dijo el padre: "Te he dado esta lecci�n pr�ctica para ense�arte lo f�cil que es para uno desviar a otros, pero lo dif�cil que es restaurarlos, por sincero que sea su arrepentimiento". ( Cr�nica de la Escuela Dominical. )

Han abandonado al se�or

Una acusaci�n espec�fica y terrible

�Qu� han hecho? Han hecho tres cosas. No es una acusaci�n general la que se presenta contra Jud� y Jerusal�n, y por ellos contra todas las naciones de la tierra; es una acusaci�n espec�fica, llena de detalles.

I. �HAN ABANDONADO AL SE�OR�. Por tanto, su acci�n es negativa; han dejado de asistir al altar; se han olvidado de leer la escritura de Italia; le han dado la espalda a aquello a lo que una vez miraron con el rostro abierto y los ojos radiantes.

II. "HAN PROVOCADO AL SANTO DE ISRAEL A LA IRA." Observe c�mo aumenta la intensidad, c�mo el agravamiento se profundiza y se oscurece; se han atrevido en el pecado; han lanzado desaf�os en el rostro de Dios; lo han desafiado a que arroje sus rayos y sus rel�mpagos sobre ellos.

III. "SE HAN IDO HACIA ATR�S". Abandonaron, provocaron, apostataron. El pecado tiene su curso l�gico al igual que la santidad. Los hombres no se detienen a punto de abandonar a Dios: habi�ndolo abandonado por un tiempo, encontrar�n casi necesario provocarlo, para que se justifiquen a s� mismos y a los dem�s, diciendo: Ni siquiera la provocaci�n puede despertar el juicio de el cielo con cualquier signo de impaciencia; y habiendo provocado al Santo de Israel, el pr�ximo punto ser� la apostas�a universal, un desprendimiento completo de los �ltimos rastros y semblantes de religi�n. Vea si esto no es as� en la historia de la mente individual. ( J. Parker, DD )

Gravitaci�n moral

Hay una ley de la gravitaci�n, tanto espiritual como f�sica, y ahora el hombre que ha comenzado abandonando terminar� retrocediendo, toda su vida desordenada, descentralizada; y perpetra la iron�a de caminar hacia atr�s, y su acci�n de cangrejo lo llevar� al abismo. ( J. Parker, DD )

El Santo de Israel

El Santo de Israel

Es decir, "El que se muestra santo en Israel". ( Prof. TK Cheyne. )

Versículos 5-6

�Por qu� habr�as de ser herido m�s?

El poder de los malos h�bitos

No hay pasajes en las Sagradas Escrituras m�s conmovedores que aquellos en los que Dios parece representarse a s� mismo como realmente perdido, sin saber qu� pasos adicionales tomar para llevar a los hombres al arrepentimiento y la fe ( Isa�as 5:4 ; Oseas 6:4 ). Por supuesto, los castigos pueden continuar, pero la experiencia del pasado atestigua una fuerte probabilidad de que m�s aflicciones no produzcan ninguna reforma. Dios, por tanto, s�lo puede preguntar, y la pregunta est� llena de la protesta m�s pat�tica: "�Por qu� hab�is de ser heridos m�s?"

1. Ahora, observe que fue un largo curso de maldad lo que llev� a la gente a una condici�n moralmente desesperada. Era el h�bito de cometer pecado, el h�bito de resistir las amonestaciones y los castigos de Dios que por fin hab�an agotado los recursos de la sabidur�a divina. Las palabras en las que Jerem�as declara el tremendo poder del h�bito son muy sorprendentes: ��Puede el et�ope cambiar su piel, o el leopardo sus manchas? entonces tambi�n vosotros pod�is hacer el bien, los que est�n habituados a hacer el mal.

Sin embargo, nuestro texto, probablemente, lo pone en un punto de vista a�n m�s conmovedor - considerando por qu� es que los hombres que se han acostumbrado durante mucho tiempo a hacer el mal, por lo tanto, se ponen moralmente en tal condici�n, que Dios, como en la desesperaci�n , se ve obligado a exclamar: ��Por qu� hab�is de ser heridos m�s? Toda la cabeza est� enferma y todo el coraz�n desmayado ". Ahora bien, pueden saber muy poco de su constituci�n moral, y de la tendencia de su naturaleza, quienes no son plenamente conscientes de c�mo, por regla general, hacer una cosa dos veces facilita volver a hacerla.

No tenemos derecho a quejarnos de que exista tal ley, porque es de aplicaci�n universal y, por lo tanto, ser� tan beneficioso para nosotros si aspiramos a hacer el bien como perjudicial si nos permitimos hacer el mal. El hombre que ha cedido a una tentaci�n sin duda se encontrar� menos capaz de resistir cuando esa tentaci�n lo asalte de nuevo. Pero si ha vencido, indudablemente se encontrar� m�s capacitado para resistir.

El h�bito empedernido y la conciencia cauterizada son compa�eros tan necesarios, que cuando deseamos inducir a un hombre a que abandone una pr�ctica apreciada durante mucho tiempo, no contamos con tal agudeza del sentido moral, que har� que quede en segundo plano nuestra protesta. o dar un punto a nuestro consejo; y esto es lo que casi rinde; desesperado el caso de aquellos que llevan mucho tiempo viviendo en alg�n pecado conocido. Hombres as� deben haber ganado la m�s desastrosa de las victorias: la victoria sobre la conciencia.

Por tanto, apenas sabemos bajo qu� forma dar forma a nuestro ataque. Nuestra posici�n da por hecho que hay un monitor interno, de modo que la voz de afuera, contestada desde la voz de adentro, pueda forzarse una audiencia, y provocar una convicci�n presente, si no una resoluci�n permanente; pero ahora falta el monitor interno; la voz de afuera que no evoca ninguna voz de adentro, parecer�a no tener un �rgano al que dirigirse, y por lo tanto nuestras palabras se desperdiciar�n tanto como si se hablaran al aire.

De ah� que tengamos tanta urgencia con los j�venes que no pospongan para un d�a posterior los deberes de la religi�n. Los j�venes parecen imaginar que la cuesti�n entre nosotros y ellos es simplemente una cuesti�n de probabilidades de vida; y que si pod�an asegurarse un cierto n�mero de a�os, no deb�an correr el riesgo de retrasar por un tiempo la atenci�n a la religi�n. Por lo tanto, no toman en cuenta el resultado inevitable de una continuaci�n en el pecado, a saber, que se generar� un h�bito de pecado, de modo que cuando se alcance el tiempo que ellos mismos pueden haber fijado como adecuado para el arrepentimiento, ser�n ampliamente Seres diferentes de lo que son cuando se resuelven a retrasar: seres atados y atados con grilletes forjados y sujetos por ellos mismos, y faltos del principio que podr�a impulsarlos a liberarse de la esclavitud autoimpuesta.

Es esto lo que hace que el pecador anciano sea un sujeto tan poco prometedor para las ministraciones de la Palabra, no su vejez en a�os, sino su vejez en pecado. �sta es la primera evidencia que presentamos en cuanto a la verdad de ese hecho terrible que derivamos de nuestro texto: el hecho de que el pecado habitual lleva incluso al mismo Dios a una perplejidad en cuanto a c�mo tratar con el pecador; le dificulta emplear otros medios para recuperar al pecador de la iniquidad.

2. Hay algo a�n peor que decir. El hombre que persiste en pecar, hasta que el pecado se convierta en un h�bito, aleja de �l al Esp�ritu Santo de Dios cuyo oficio especial es llevarnos al arrepentimiento y renovar nuestra naturaleza ca�da. No es por un acto ocasional de pecado que un hombre puede "apagar" el Esp�ritu; aunque cada una de sus transgresiones pueda �contristar� a ese Esp�ritu. Observar� qu� correspondencia hay entre apagar el Esp�ritu y apagar la conciencia.

Tan conectados, si no identificados, est�n la conciencia y el Esp�ritu Santo, por lo que en realidad uno es un motor a trav�s del cual trabaja el otro, que en la medida en que el hombre logra amortiguar su conciencia, avanza hacia la extinci�n del Esp�ritu. �Por qu� entonces maravillarse de la expresi�n de nuestro texto?

3. Nuestro texto implica una gran dificultad m�s que una imposibilidad, por lo que no debe dejar de tener cierta esperanza que el ministro se dirija incluso a los esclavos de las malas costumbres. Puede ser que el Esp�ritu no se vaya de tal modo que determine que no regresar�. Podemos considerarlo m�s bien como si se cierne sobre el transgresor que lo ha contristado y resistido de manera tan pertinaz; y que haya s�lo el m�s m�nimo indicio de un deseo por Su presencia, y �l podr� descender y establecer Su morada en el alma que se ha visto obligado a abandonar.

Y, si la conciencia estuviera despertada, puede haber un deseo por el regreso del Esp�ritu. Si bien no cerramos la puerta ni siquiera a los pecadores habituales, nuestro gran esfuerzo debe ser el de persuadir a los hombres contra la formaci�n de malos h�bitos. ( H. Melvill, BD )

El poder del mal h�bito

Si un hombre es un borracho o un jugador empedernido, casi se ha convertido en un proverbio, que hay pocas esperanzas de reforma, y ??usted lo considera poco menos que un milagro si se le obliga a abandonar el vino o los dados. En tales casos, el h�bito se impone a su atenci�n en toda su terrible tiran�a. Los esfuerzos para romper el dominio se hacen, en cierto sentido, en p�blico, y si fracasan o tienen �xito, se puede observar.

Pero si estos son los casos m�s notorios de lucha contra el poder de un h�bito maligno, no debe pensar que el poder no puede ser como actuario, o ejercido injustamente en casos donde hay poca o nada de tiran�a manifiesta. Puede haber h�bitos de indulgencia mental o moral; h�bitos de autocomplacencia; h�bitos de codicia; h�bitos de indiferencia ante las cosas serias; h�bitos de retrasar la temporada del arrepentimiento: estos pueden ser, ya menudo se encuentran, en una y la misma persona; y aunque, incuestionablemente, ninguno de estos puede ser paralelo al h�bito que cautiva al borracho o al jugador, sin embargo se asemejan a tantas cuerdas menores que atan a un hombre en lugar de una cadena maciza; y el esfuerzo por desatarse ser� igualmente probable que no tenga �xito. ( H. Melvill, BD )

El enga�o del pecado

En este y en los casos similares, es especialmente por y a trav�s de su enga�o, que el pecado produce obstinaci�n final, haciendo que "toda la cabeza se enferme y todo el coraz�n se desmaye". El hombre est� cegado al hecho de que est� siendo endurecido; todo se hace de forma clandestina; y mientras existe la r�pida formaci�n de un h�bito inveterado de complacencia, una inclinaci�n depravada o un h�bito de codicia, o un h�bito de ego�smo, o un h�bito de procrastinaci�n, puede haber gran facilidad y satisfacci�n, y un sentimiento de conmiseraci�n cordial. para aquellos esclavos de sus pasiones de quienes dif�cilmente se puede decir que se esfuercen y sean llevados cautivos por Satan�s a su voluntad. Lejos, pues, de limitar el poder de los malos h�bitos a las personas que viven en la pr�ctica de pecados graves. ( H. Melvill, BD )

El pecado no se reforma a s� mismo

Podr�a parecer, si el pecado puede ser llamado antinatural y monstruoso, que la naturaleza podr�a deshacerse de �l y volver a su propia ley. Tambi�n podr�a parecer que los resultados del pecado curar�an al pecador de sus malas tendencias y lo enviar�an de regreso al camino de la sabidur�a. Concedemos que un hombre en estado de pecado puede ser inducido a abandonar alg�n pecado, o alg�n exceso de pecado, por consideraciones de prudencia. Concedemos tambi�n que la aflicci�n suaviza muchos caracteres que no logran conducir a un arrepentimiento sincero, al rebajar su orgullo o al hacer que sus puntos de vista sobre la vida sean serios.

No tenemos ninguna duda de que las semillas de una vida mejor se siembran en medio de las tormentas y las inundaciones de la calamidad. Y para el cristiano es cierto que el dolor es un medio principal de crecimiento en la santidad. Es m�s, incluso puede suceder que un pecado cometido por un cristiano pueda, al final, convertirlo en un hombre mejor, como Pedro, despu�s de su negaci�n de Cristo. Admitimos, tambi�n, que una vida de pecado, siendo una vida de inquietud y desilusi�n, no puede dejar de ser sentida como tal, de modo que un sentimiento de miseria interior, un anhelo de redenci�n, entra en los sentimientos de muchos corazones que est�n no dispuesto a confesarlo.

Pero todo esto no se opone al punto de vista que tomamos del pecado, que no contiene en s� mismo ninguna curaci�n radical, ninguna reforma real. El pecado no conduce al hombre a la santidad. Los medios de recuperaci�n se encuentran fuera de la regi�n del pecado, m�s all� del alcance de la experiencia, se encuentran en la gracia gratuita de Dios, a la que el pecado a menudo se opone y rechaza, cuando viene con sus medicinas curativas y sus garant�as de liberaci�n.

Lo m�ximo que puede hacer la prudencia, actuando en vista de las consecuencias experimentadas del pecado, es enlucir el exterior, evitar h�bitos peligrosos, elegir pecados profundamente arraigados en lugar de los que yacen en la superficie. ( TD Woolesey, DD )

El pecado no se reforma a s� mismo

Que el pecado por ning�n proceso, directo o indirecto, puede purificar el car�cter, aparecer�:

I. DE LA NATURALEZA AUTO PROPAGADORA DEL PECADO. Si el pecado tiene la naturaleza de difundir y fortalecer su poder, si por la repetici�n se forman h�bitos que son dif�ciles de romper, si la ceguera de la mente que sobreviene aumenta la facilidad para pecar, si el pecado que se extiende de una persona a otra aumenta el mal de la sociedad, y por lo tanto reduce el poder de cada uno de sus miembros para elevarse por encima de la corrupci�n generalizada, �no muestran todas estas consideraciones que el pecado no se cura a s� mismo, que no hay, sin la intervenci�n divina, ning�n remedio para �l? �Alguien puede demostrar que hay un m�ximo de fuerza en el pecado, de modo que despu�s de alg�n tiempo de continuaci�n, despu�s de que la ronda de experiencias haya terminado, despu�s de que se haya ganado la sabidur�a, su fuerza disminuya y el alma entre en una obra de auto restauraci�n? !

II. POR EL HECHO DE QUE LA MASA DE LAS PERSONAS QUE SON VERDADERAMENTE RECUPERADAS DEL PECADO, ASCRIBEN SU CURACI�N A ALGUNA CAUSA EXTERNA, no, deber�a decir a alguna causa extraordinaria, que el pecado no tuvo nada que ver con traer a la existencia. Preg�ntele a cualquiera que le parezca tener un principio sincero de piedad, qu� fue lo que produjo el cambio en su caso, por el cual abandon� sus antiguos pecados. �Te dir� que fue el pecado lo que lo llev�, por la experiencia de sus efectos nefastos, a una vida de santidad? �Lo referir� siquiera a un sentido de obligaci�n despertado por la ley de Dios? �O no lo atribuir� m�s bien a la percepci�n del amor de Dios al perdonar a los pecadores a trav�s de Su Hijo? Tampoco se detendr� all�; ir� m�s all� del motivo externo de la verdad a la operaci�n interna de un Esp�ritu Divino.

No se puede hacer que aquellos que han pensado m�s en el pecado y que han tenido la experiencia m�s profunda de su calidad, admitan que la muerte espiritual en s� misma obra una resurrecci�n espiritual. Adem�s, si fuera as�, no podr�as admitir la necesidad del Evangelio. �De qu� sirve la medicina, si la enfermedad, despu�s de seguir su curso, fortalece la constituci�n para protegerla contra enfermedades en el futuro? �Puede la verdad, con todos sus motivos, hacer tanto? A esto se puede agregar que las mismas prescripciones del Evangelio a menudo no logran curar el alma; ni la mitad de los que son educados bajo el Evangelio son verdaderamente cristianos. Esto nuevamente muestra cu�n dif�cil es la cura del pecado.

III. NO ENCONTRAMOS QUE EL DESEO DESORDENADO SE RENDIERA MODERADO POR LA EXPERIENCIA QUE NO SATISFACE EL ALMA. Una clase de pecados muy importante son los de deseo excitado o, como las Escrituras los llaman, de lujuria. La extravagancia de nuestros deseos, el hecho de que crezcan en una fuerza indebida y persigan objetos incorrectos, se debe a nuestro estado de pecado mismo, a la falta de un principio regulador de la piedad.

Pero tal gratificaci�n no puede llenar el alma. �C�mo le ocurre ahora al alma que ha mimado as� sus deseos terrenales y ha matado de hambre a sus celestiales! �Se cura a s� mismo de sus afectos fuera de lugar? Si pudiera, todas las advertencias y contemplaciones de los fil�sofos morales podr�an ser lanzadas por los vientos, y solo necesitar�amos predicar la intemperancia para asegurar la templanza; para alimentar el fuego del exceso, para que se apague m�s r�pidamente. Pero, �qui�n se arriesgar�a a realizar un experimento as�? �El anciano avaro afloja el agarre de sus bolsas de dinero y se posa sobre las heces de la benevolencia?

IV. EL DOLOR O LA P�RDIDA, PERDIDA COMO FRUTO DEL PECADO, NO ES, EN S� MISMO, REFORMATORIO. Ya he dicho que, seg�n el Evangelio, el Esp�ritu Divino utiliza a menudo la paga del pecado para sobrir, sojuzgar y renovar el car�cter. Pero incluso bajo el Evangelio, �cu�ntos, en lugar de ser reformados por el castigo de sus pecados, se endurecen, se amargan, se llenan de quejas contra la justicia divina y la ley humana! Encontramos continuas quejas por parte de los profetas de que el pueblo permaneci� endurecido a trav�s de toda la disciplina de Dios, aunque fue el castigo paternal, que ofrec�a esperanza de restauraci�n al favor divino.

Fue una gran experiencia de la eficacia del castigo bajo la econom�a jud�a. Pasemos ahora a un estado de cosas en el que la clemencia divina es totalmente desconocida o s�lo se ve en sus m�s d�biles destellos. �Trabajar� la ley desnuda, la justicia pura una reforma a la que la clemencia divina es desigual?

V. EL REMORDIMIENTO DE CONCIENCIA NO ES REFORMATORIO. El remordimiento, en su dise�o, se puso en el alma como salvaguarda contra el pecado. Pero en el estado actual del hombre, el remordimiento no tiene tal poder por las siguientes razones:

1. Depende de su poder, e incluso de su existencia, de la verdad que posee la mente. Por s� mismo no ense�a nada; m�s bien obedece a la verdad que est� ante la mente en ese momento. Si ahora la mente se encuentra al alcance de cualquier medio por el cual pueda protegerse de la fuerza de la verdad, o poner la falsedad en lugar de la verdad, el pecado superar� al remordimiento, el temor al remordimiento dejar� de establecer la alma en guardia.

2. Todo pecador tiene tales medios para protegerse de la fuerza de la verdad y, por lo tanto, para debilitar el poder de la autocondena que tiene a su disposici�n. Son innumerables las sofismas que un alma pecadora juega sobre s� misma, las excusas que palian, si no justifican la transgresi�n.

3. El remordimiento, de acuerdo con la operaci�n de la ley del h�bito, es un sentimiento que pierde su fuerza cuando el pecador contin�a pecando.

4. Pero, una vez m�s, supongamos que todo este entumecimiento de conciencia es temporal, como de hecho puede serlo; Supongamos que a lo largo de estos a�os de pecar ha reunido silenciosamente su energ�a el�ctrica, pero, cuando el alma est� trillada en el pecado y la vida en la escoria, dar� un terrible impacto: �se reformar� esta obra? �Habr� valor para emprender entonces una obra para la que se necesitan las mejores esperanzas, la mayor fuerza de resoluci�n y la ayuda de Dios? �No! el des�nimo, entonces, debe impedir la reforma. El dolor del mundo produce muerte.

VI. LA EXPERIENCIA DEL PECADO NO ACERCA AL ALMA A LA VERDAD RELIGIOSA. Porque el pecado, entre otros de sus efectos, nos hace m�s temerosos de Dios o m�s indiferentes a �l. El primer cambio interior provocado por el pecado es engendrar un sentimiento de separaci�n de Dios. A esto podemos agregar que se contrae un h�bito de escepticismo en un curso de pecado, que es sumamente dif�cil de dejar de lado. Para paliar el pecado y hacer menos amargo el autorreproche se hizo necesario inventar excusas para complacer los malos deseos.

Entonces, �es f�cil deshacerse de tal h�bito? �Es f�cil, cuando los h�bitos de pecado han tra�do h�bitos de escepticismo, volverse perfectamente sincero y dejar de lado las dudas de toda una vida, que a menudo son enga�osas y, en cierto sentido, honestamente entretenidas? La ceguera de la mente es la mejor seguridad contra la reforma.

1. Del curso del pensamiento en este discurso se desprende que nuestra vida presente no favorece la opini�n de que el pecado es una etapa necesaria en el desarrollo del car�cter hacia la perfecci�n. La tendencia del pecado, como muestra la vida, es volverse m�s ciega, m�s insensible, menos abierta a la verdad, menos capaz de la bondad.

2. Y, nuevamente, la experiencia de este mundo arroja luz, o mejor dicho, tinieblas, sobre la condici�n del pecador que muere impenitente. No hay ninguna tendencia en la experiencia de toda su vida hacia la reforma. �C�mo se puede demostrar que habr� m�s all�!

3. Nuestro tema Se�ala, como con un dedo visible, el mejor momento para deshacerse del pecado. Todo lo que hemos dicho es s�lo un comentario sobre ese texto: "Exhortaos unos a otros todos los d�as, mientras se llama hoy, para que ninguno de vosotros se endurezca por el enga�o del pecado". El pecado ahora est� moldeando tu car�cter; �l est� agregando trazo tras trazo para el semblante y la forma finales. Si espera, todo se arreglar�; su trabajo estar� hecho. ( TD Woolesey, DD )

Isa�as m�dico y vidente

�l dice, est�s vitalmente equivocado, org�nicamente enfermo: toda la cabeza est� enferma, todo el coraz�n est� d�bil: los miembros principales de tu constituci�n est�n equivocados. Es una cuesti�n de cabeza y coraz�n. No, el pie se ha descarriado y la mano ha estado jugando un juego malvado, o alg�n miembro inferior del cuerpo ha dado indicios de inquietud y traici�n; pero la cabeza, donde habita la mente, est� enferma; el coraz�n, que continuamente mantiene en acci�n la corriente de vida, est� d�bil y no puede hacer su trabajo. Hasta que no vea la gravedad del caso, no podr� aplicar los recursos adecuados. ( J. Parker, DD )

�Qu� es la naturaleza humana?

No consultes al optimista poeta, porque todo lo mira con rosada: ve en la lepra s�lo la belleza de su nevosidad; mira el estanque de manto verde y no ve nada m�s que una pizca de verdor. No consultes al pesimista l�gubre, porque al mediod�a no ve m�s que una variedad de medianoche, y en toda la belleza del verano no ve m�s que un intento de escapar de la tristeza del invierno.

Pero consulte la l�nea de la raz�n y el hecho s�lido, o la experiencia innegable, y �qu� es esta naturaleza humana? �Puede describirse de manera m�s perfecta y exquisita que en los t�rminos usados ??por el profeta en los vers�culos quinto y sexto de este cap�tulo? �Los pobres solo llenan nuestros tribunales de justicia? �Son nuestros tribunales de justicia solo una variedad de nuestras escuelas destartaladas? �Es el pecado sino el truco de la ignorancia o el lujo de la pobreza? O la pregunta puede comenzar desde el otro punto: �Son s�lo los que nacieron en alto grado culpables de hacer mal? Lea la historia del crimen, lea la historia humana en toda su amplitud y luego diga si no hay algo en la naturaleza humana que corresponda a esta descripci�n. ( J. Parker, DD )

Versículo 8

Una caba�a en un vi�edo

Una caba�a en un jard�n

El verdadero punto de la comparaci�n no aparecer� hasta que se acabe la cosecha y el guardi�n abandone la caba�a.

Entonces los postes caen o se inclinan en todos los sentidos, y esas ramas verdes con las que est� sombreado habr�n sido esparcidas por el viento, dejando solo un naufragio irregular y extenso, un tipo de desolaci�n total m�s conmovedora, �como Sodoma, y como Gomorra ". ( Thomson ' sLa, la tierra y el libro. �)

Versículo 9

Excepto que el Se�or de los ej�rcitos nos hab�a dejado un remanente muy peque�o.

La influencia de los buenos hombres

1. La grandeza de Dios en el universo. El "Se�or de los ej�rcitos", o Jehov� de los ej�rcitos. �Qui�nes son sus "huestes"? �ngeles. �Qui�n contar� el n�mero de estas tropas? �l es su Creador y Sustentador.

2. La autoridad de Dios sobre los hombres buenos. Aqu� se lo representa como habiendo "dejado un remanente muy peque�o". mientras que las existencias son absolutamente Suyas, �l tiene un inter�s especial en el bien. Mantiene a los hombres buenos aqu� todo el tiempo que crea conveniente. Los quita a su gusto.

I. SU INFLUENCIA ES MUY BENEFICIOSA. �De qu� mal libr� este remanente al pa�s? La respuesta saldr� con potencia al responder a otras dos preguntas.

1. �Cu�l era la condici�n moral de Sodoma y Gomorra? Su pecado fue "muy grave" ( G�nesis 18:20 ).

2. �Cu�l fue su destino? ( G�nesis 19:24 .) Ahora, fue de esta corrupci�n moral y terrible condenaci�n que esta buena gente, se dice en nuestro texto, liber� a otros. �Vosotros sois la sal de la tierra�, la historia abunda en ejemplos de declinaci�n moral, y todos los corazones son conscientes de esta fuerza gravitante. �Qu� es lo que contrarresta? La vida de Cristo en el hombre. Esa vida ilumina el coraz�n corrupto de la sociedad y lo enrojece. Pero pocos se atrever�n a pecar en presencia de una santidad viva. El vicio se acobarda bajo el radiante ojo de la virtud.

II. Su influencia es muy ben�fica, SIN EMBARGO, POCOS EN SU N�MERO. "Un remanente muy peque�o". Un poco de bondad en esta tierra va muy bien. Incluso un hombre como Mois�s, El�as, Pablo, Lutero, Whitefield, Wesley, puede detener el flujo de la depravaci�n y cambiar los destinos de una �poca. Conclusi�n&mdash

1. La criminal ignorancia de las naciones en relaci�n con sus verdaderos benefactores

2. El valor supremo del cristianismo. ( D. Thomas, DD )

Influencia beneficiosa de la bondad

En un caluroso d�a de verano, hace algunos a�os, navegaba con un amigo en un bote diminuto en un lago en miniatura encerrado como una taza dentro de un c�rculo de colinas escocesas empinadas y desnudas. En el hombro de la monta�a marr�n quemada por el sol, y a plena vista, hab�a un pozo con una corriente de cristal que goteaba sobre su borde y descend�a hacia el lago. Alrededor del mes del pozo y a lo largo del curso del riachuelo, un cintur�n verde se destacaba en fuerte contraste con la superficie de hierro de las rocas alrededor.

Pronto estuvimos de acuerdo en lo que deber�a hacerse con �l. All� estaba, una leyenda claramente impresa por el dedo de Dios en la ladera de estas colinas silenciosas, que ense�aba al transe�nte lo necesario que es un buen hombre y lo �til que puede ser en un mundo des�rtico. ( W. Arnot, DD )

El, Se�or de los ej�rcitos

Jehov� de los ej�rcitos, o de los ej�rcitos, es una expresi�n favorita de los escritores hebreos, y especialmente de Isa�as, Jerem�as, Zacar�as y Malaqu�as, por lo que lo reconocen como el gobernador universal del cielo y la tierra, �quien ha ordenado y constituido los servicios de hombres y �ngeles en un orden maravilloso �, y que emplea su poder real y todopoderoso para gobernar las naciones con justicia y, como ahora, tanto para castigar como para salvar a su pueblo escogido. ( Sir E. Strachey, Bart. )

Versículo 10

O�d la palabra del Se�or, gobernantes de Sodoma

El verdadero profeta se ocupa de las necesidades del presente

Es una cosa muy miserable para un predicador cuando vive enteramente en el pasado o en el futuro, y as� permite que uno o el otro lo desv�en del deber que le debe a Dios en el presente.

�Qu� es m�s lamentable, m�s diferente a la idea de un verdadero profeta, que encontrar uno cuya obra sea predicar a los hombres del siglo XX ocupando su tiempo en hablar de los pecados de los jud�os siglos antes de Cristo, o incluso de los pecadores de Cristo? �Jerusal�n, que crucific� al Se�or, a menos que su primer cuidado sea advertirles para que no caigan en el mismo ejemplo de incredulidad? E Isa�as habr�a hecho un muy mal servicio a los jud�os en ese momento si, en lugar de ofrecerles luz para su gu�a actual y sabidur�a para dirigirlos en las emergencias de la terrible crisis por la que estaban pasando, simplemente hubiera sido invit�ndolos siempre a contemplar las glorias de un futuro en el que nunca entrar�an.

Estaba all� para decirles a los hombres cu�l era la voluntad de Dios en relaci�n con ellos mismos, para hacer frente a sus propias dificultades, para responder a los problemas que agitaban sus corazones, para animarlos bajo los reveses que los desanimaban, para reprenderlos por la el mal que los separaba de Dios, y advertirles del juicio que Dios traer�a sobre ellos; pero, al mismo tiempo, asegurarles Su infinita piedad y compasi�n. ( JG Rogers, BA )

Hablando con claridad

Esto es llano; pero Dios nunca env�a a hombres de lengua aterciopelada como sus mensajeros. ( CH Spurgeon. )

Gobernantes corruptos

El pescado apesta primero en la cabeza. ( Proverbio turco. )

Versículos 11-15

�Para qu� es la multitud de vuestros sacrificios para m�?

dice el Se�or

Hipocres�a y parcialidad en la religi�n.

Estas palabras no deben entenderse absoluta, sino comparativamente, y con respecto a los modales de estos hombres. Para&mdash

I. DIOS NO PODR�A RECHAZAR ABSOLUTAMENTE LOS SACRIFICIOS, porque fueron designados por �l mismo, como estamos abundantemente certificados en los Libros del �xodo y Lev�tico. Y fueron instituidos para posturas muy buenas.

1. Como ritos federales entre Dios y Su pueblo, para que al comer de lo que se ofrec�a sobre Su altar pudieran profesar su uni�n y comuni�n con �l, que eran de Su familia, �l su Padre y ellos Sus hijos. Y esto es lo que hizo que la idolatr�a le resultara tan odiosa, y por lo que se declara un Dios celoso, que cuando sacrificaron a los �dolos les hicieron los mismos reconocimientos.

2. Se instituyeron sacrificios para expiar los pecados de ignorancia y las transgresiones de naturaleza inferior. Es cierto, afirma San Pablo en su Ep�stola a los Hebreos, que era imposible que la sangre de toros y machos cabr�os purificara la conciencia, para lavar la culpa del pecado, que s�lo el Cordero puede expiar. de Dios, inmolado desde la fundaci�n del mundo. Sin embargo, sirvieron para purificar la carne y fueron aceptados por Dios en lugar de castigos temporales.

3. Los sacrificios fueron dise�ados para ense�ar a los hombres que sin derramamiento de sangre no puede haber remisi�n de pecados. De esta manera se les llev� a considerar que la justicia infinita requer�a propiamente la vida del ofensor, pero que la misericordia infinita aceptada de una vida vicaria.

4. Se ofrec�an a Dios ofrendas de paz o sacrificios de gratitud con la esperanza de obtener alg�n favor, o como agradecimiento por haber recibido alguna misericordia se�al de �l.

5. Se instituyeron sacrificios por tipos y representantes de ese sacrificio final del Hijo de Dios en quien todos se centraron y fueron consumados. ( Salmo 40:6 ; Hebreos 10:5 ) �Quita lo primero, para afirmar lo segundo�, i.

mi. , el sacrificio de s� mismo; y, en consecuencia, Pablo llama a la ley nuestro maestro de escuela para llevarnos a Cristo, ya Cristo el fin de la ley, porque fue terminada en �l y por �l. En este sentido es que nuestro Se�or afirma que no vino para abrogar la ley y los profetas, sino para cumplirlos. Cumpli� la ley moral por su perfecta santidad y virtud, y la ley de los sacrificios por su muerte y pasi�n. De todo esto infiero que Dios no rechaza los sacrificios como tales y, por lo tanto, debemos concluir que:

II. SU AVERSI�N HACIA ELLOS FUE OCASIONADA POR LOS MALOS MODOS DE LOS QUE LES OFRECERON, quienes no se preocuparon por lograr los buenos fines que pretend�an, ni consideraron que por estos sacramentos se impon�an renovadas obligaciones de ser sensibles a sus propios dem�ritos. , para arrepentirse y reformar todo lo que encontraran mal en sus vidas, y abundar en el amor de Dios y los frutos de Su Santo Esp�ritu.

Se desprende del car�cter de estos hombres, especialmente en sus �ltimos y peores tiempos, que se satisfac�an con el opus operatum, los deberes externos de la religi�n, y no ten�an en cuenta la renovaci�n de sus corazones y mentes. ( W. Reading, MA )

Religiosidad

El refugio m�s com�n de la conciencia del hombre com�n. ( Prof. GA Smith, DD )

Pecado ofensivo para Dios

1. La Escritura para nuestro entendimiento atribuye sentidos a Dios, y aqu� encontramos todos los sentidos disgustados con sus pecados.

(1) Fueron ofensivos para su paladar; porque sus holocaustos de carneros, con grasa de cordero, etc., no pod�a saborearlos; no le agradaban, eran amargos a su paladar.

(2) Eran ofensivos para su olor; porque les dice que el incienso de ellos era una abominaci�n para �l; ese perfume precioso, que estaba hecho con tantas especias dulces e incienso puro ( �xodo 30:34 ), apestaba en sus narices, el olor de �l no pod�a acatar.

(3) Fueron ofensivos para Su sentimiento; porque sus lunas nuevas y las fiestas se�aladas eran una carga para �l, estaba cansado de llevarlas. Y aunque no se cansa de llevar el mundo entero, sin embargo est� cansado de esta carga; tan pesado es para Su sentido, que se queja de que est� �presionado debajo de �l, como se aprieta un carro lleno de gavillas� ( Am�s 2:13 ).

(4) Fueron ofensivos para su vista; y por eso les dice que, aunque extiendan las manos, ocultar� sus ojos. Sus ojos puros "no pueden contemplar el mal", ni soportar ver la iniquidad, y por lo tanto, debe apartar su rostro de ellos.

(5) Fueron ofensivos para su o�do; porque cuando hacen muchas oraciones, �l no escucha. Sus oraciones eran tan discordantes en sus o�dos como si varios m�sicos distra�dos tocaran varios instrumentos malos, tantas melod�as al mismo tiempo.

2. Sus pecados no fueron solamente desagradables a sus sentidos, sino tambi�n agraviados a su mente, y por eso les dice que sus lunas nuevas y las fiestas se�aladas que su alma odiaba; que es un discurso enf�tico y un argumento del sincero odio de Dios. ( N. Rogers. )

Piedad disfrazada

La piedad disfrazada es doble iniquidad. ( M. Henry. )

Blanqueamiento moral

No se burlan de Dios, e incluso el hombre no se ve impuesto durante mucho tiempo por una vana demostraci�n de devoci�n. Una vez escuchamos al padre Taylor, un destacado predicador de los marineros en Estados Unidos, orar para que los hombres que se consideraban buenos y no lo eran, pudieran ser enga�ados; y grit�: "�Se�or, qu�tate la cal!" ( D. Fraser, DD )

Hipocres�a religiosa: duques de Orleans y Borgo�a

El 20 de noviembre de 1407, los dos primos oyeron misa y participaron juntos del santo sacramento en la iglesia de los Agustinos. Nunca hubo un ejemplo m�s negro de hipocres�a sacr�lega. En el mismo momento en que profanaba as� el rito m�s solemne del cristianismo, Jean sans Peur hab�a condenado deliberadamente a su enemigo a una muerte violenta y sangrienta. ( Student ' s Francia. )

Religi�n formal

Dickens describe c�mo en G�nova una vez presenci� �una gran fiesta en la colina detr�s de la casa, cuando la gente bailaba alternativamente bajo carpas al aire libre y se apresuraba a decir una oraci�n o dos en una iglesia contigua brillante con rojo, oro y azul y astilla: tantos minutos de baile y de oraci�n en turnos regulares de cada uno �. ( HOMackey. )

Inconsecuencia

Al escribir sobre Lorenzo de Medici, el Sr. Howells dice: �Despu�s de entregar toda su mente y alma a la destrucci�n del �ltimo remanente de libertad, luego de pronunciar alguna sentencia nueva de ruina o muerte, ingres� en la Academia Plat�nica y discuti� ardientemente la virtud y la inmortalidad del alma; luego, saliendo para mezclarse con la juventud disoluta de la ciudad, cant� sus canciones de carnaval y se abandon� al libertinaje; Al regresar a casa con Pulci y Politian, recit� versos y habl� de poes�a; ya cada una de estas ocupaciones se entreg� tan enteramente como si fuera la �nica ocupaci�n de su vida �. ( HO Mackey. )

"La santidad viene a ser tu casa"

Cuando Ruskin estaba haciendo exploraciones por Venecia, en la Iglesia de St. James, descubri�, grabadas en una piedra, estas palabras: "Alrededor del templo, que los pesos del comerciante sean verdaderos, sus medidas justas y sus contratos sin enga�o". ( Cr�nica de la Escuela Dominical. )

El Figaro de Par�s menciona que recientemente se hizo un descubrimiento curioso cuando se disolvi� la famosa banda de ladrones de Papakoritzopoulo. En el bolsillo del m�s notorio de los bandidos europeos se encontr� una peque�a Biblia, cuidadosamente encuadernada y envuelta en un pa�uelo de seda limpio, un libro de oraciones, reliquias sagradas en cajas diminutas, una cruz y otros objetos religiosos.

Inconsecuencia

El hijo de Eclesi�stico pregunta al que se lava despu�s de tocar un cad�ver, y luego lo vuelve a tocar, �de qu� le sirve lavarse? �As� ocurre con el hombre que ayuna por sus pecados, y vuelve y hace lo mismo: �qui�n oir� su oraci�n? �O de qu� le aprovecha su humillaci�n? ( F. Jacox, BA )

Hipocres�a audaz

Cuando el Papa Adriano II consinti� finalmente en admitir a Lotario en la santa comuni�n, le advirti�: "Pero si piensas en tu coraz�n volver a revolcarte en la lujuria, ten cuidado de recibir este sacramento, no sea que provoques el terrible juicio de Dios". Y el rey se estremeci�, pero no retrocedi�. ( F. Jacox, BA )

Adoraci�n detestable

El Dr. South dice de aquel que, por hip�tesis, llega a la iglesia con mala intenci�n, que viene a la casa de Dios por encargo del diablo, y por lo tanto todo el acto se vuelve malo y detestable ante Dios. Jeremy Taylor compara las oraciones de un hombre malvado con "el aliento de los pulmones corruptos: Dios se aparta de esos alientos malsanos". ( F. Jacox, BA )

Contrabandista y predicador tambi�n

Las cartas de Robert Louis Stevenson cuentan una asombrosa historia de contrabando en las Shetlands. El funcionario fiscal tuvo un gran problema con un hombre conocido como Pedro el Predicador, quien, cada vez que regresaba con su bot�n, enviaba volantes para anunciar su llegada y se paseaba por el pa�s predicando. Despu�s de haber orado mucho y predicado mucho, dio la bendici�n, y esta fue la se�al para que todos los que lo conoc�an se agolparan.

��Cu�ntos galones te dar�? �Cu�nto quieres?" Tal fue la conversaci�n; y as� vendi� sus esp�ritus de contrabando y mejor� las almas de la gente mientras llenaba su propio bolsillo. Adoraci�n y maldad : - Un famoso bandido en Sicilia robaba constantemente y, a veces, asesinaba. Pero nunca saldr�a en sus expediciones sin antes arrodillarse ante un peque�o santuario de su cueva, donde guardaba una imagen de la Virgen. ( Comunidad cristiana. )

Pew sosteniendo

Emerson, en un ensayo, se refiere a "lo que se llama religi�n, pero tal vez sea un banco".

Un religioso in fraganti

No hay nombre en la historia de Escocia en torno al cual se junten asociaciones m�s oscuras, m�s sombr�as o m�s sangrientas que el nombre de John Graham de Claverhouse. Caz� y acos� a los hombres del Pacto. A algunos les dispar� con su propia mano. Trajo miseria y llanto, viudez y orfandad a muchos hogares humildes y piadosos. Sin embargo, fue escrupuloso en la observancia de todas las ordenanzas religiosas. D�jame tener cuidado con esta doble vida. ( A. Smellie, MA )

Versículo 13

La convocatoria de asambleas, no puedo dejar de

Servicio, no servicios

1 .

Muchos piensan que la religi�n prospera si hay una buena asistencia a los servicios. Pero, a menos que estemos �dispuestos y obedientes�, nuestras �cosas gordas� no nos har�n engordar. Preferir�n hacernos da�o. Pablo dice: "Vosotros serv�s al Se�or Cristo". Tu vocaci�n es la parte principal de tu servicio para �l, siempre que est�s en el lugar donde �l quiere que est�s. Si no tienes claro ese punto, aseg�rate y preg�ntale.

En una casa bien ordenada hay muchos sirvientes y, si uno tratara de hacer el trabajo de otro, habr�a confusi�n. Haz tu trabajo y hazlo fielmente. Si Dios tiene un servicio especial y ocasional, m�s all� de esto, �l lo dirigir� a �l.

2. Una vez m�s, recuerde lo que dice el ap�stol sobre el servicio: �No perezoso en los negocios, ferviente de esp�ritu, sirviendo al Se�or� - ferviente, es decir, no hirviendo. M�s vale manejar una locomotora sin vapor que intentar servir al Se�or sin fervor. �C�mo lo conseguir�s? Puede obtenerlo en cierta medida de la influencia de aquellos que son c�lidos en el servicio de Dios. Atrapa fuego de alguien como Samuel Rutherford, cuyo volumen me recuerda un artilugio que ten�an antes de que se inventaran los f�sforos.

Era una especie de botella, que conten�a una mezcla, en la que sumerg�as el f�sforo y de inmediato se incendi�. Estas cartas de Rutherford son as�. Cuando te sientas aburrido, tibio, lee una o dos de esas cartas y, siempre que tu coraz�n sea sincero, f�jate si no te prende fuego. Pero tenemos algo mejor que eso. Tenemos al maestro de Rutherford. La fuente central del celo santo, del amor ardiente, est� ah�.

3. Nuevamente, est� dispuesto a hacer lo que es humilde, lo que parece in�til, si �l as� lo dirige. Es una gran prueba de paciencia. Mois�s cuid� ovejas cuarenta a�os. La principal dificultad de Dios con nosotros no es llenarnos, sino vaciarnos; no edifica ni edifica, ya que nos derriba. Mire la historia de la Iglesia y ver� que la mayor�a, si no todos, de aquellos a quienes Dios ha empleado de una manera destacada para Su gloria, han estado, de una forma u otra, entre los hombres m�s afligidos, ya sea en coraz�n o en el cuerpo, a veces en ambos.

Por tanto, no tengas miedo al sufrimiento; ayuda al servicio. La obra de Dios es en su mayor parte una obra oculta, plenamente conocida por �l, conocida en parte por aquellos que son los objetos inmediatos de ella, apenas conocidos por nosotros. Me temo que hoy en d�a se habla demasiado del trabajo realizado o que se est� haciendo. A veces he pensado en lo bien que se las arreglaban los ap�stoles sin peri�dicos, �y el trabajo se hizo de todos modos!

4. Si estamos haciendo as� la obra de Dios con fervor, humildad, paciencia, aunque oscuramente, mir�ndolo solo a �l, nosotros, como nuestro Maestro, terminaremos la obra que �l nos ha encomendado. Solo si permanecemos en Cristo, podremos completar nuestro trabajo. La mera maquinaria y la actividad externa no tienen importancia sin esta morada diaria en �l y su extracci�n. ( T. Monod. )

Adoraci�n aceptable

Adorar a Dios por su bondad y orarle para que nos haga buenos es la suma y sustancia de toda adoraci�n sana. Entonces, es un hombre apto para ir a la iglesia, con sus pecados y todo, si lleva sus pecados a la iglesia, no para llevarlos a cabo de nuevo de manera segura y cuidadosa, como todos solemos hacer, sino para arrojarlos a los pies de Cristo. Cross, con la esperanza (y nadie esper� jam�s esa esperanza en vano) de ser aliviado de esa carga, y dejar algunos de ellos, al menos, detr�s de �l. ( C. Kingsley, MA )

Versículo 14

Estoy cansado de soportarlos

Dios oprimi�

�Maravillosa expresi�n esta! Sugiere la idea de que el Todopoderoso est� oprimido por el peso de los pecados humanos.

I. LA EXQUISITA SENSIBILIDAD MORAL DE DIOS. Dios no es mera fuerza o intelecto, es coraz�n, es sensibilidad infinita. Todos los eventos y acciones vibran en Su naturaleza: �l se siente vivo para todos.

II. LA ASOMBROSA PACIENCIA DE DIOS. Si est� "cansado", �por qu� lo "soporta"? �Por qu� no apaga en la medianoche de la extinci�n eterna a todos los autores del pecado?

III. LA AGENCIA REMEDIAL DE DIOS. Debido a que el pecado es tan abominable y el pecador tan querido, envi� a su "Hijo unig�nito" al mundo, para "quitar el pecado mediante el sacrificio de s� mismo". ( Homilista )

Versículo 16

Lavarte, hacerte limpio

Arrepentimiento necesario y posible

Hay que reconocer necesariamente dos cosas para fomentar los esfuerzos en pos de la piedad.

1. Tener la seguridad de que Dios no querr� brindar la ayuda de Su gracia y Esp�ritu.

2. Que mediante esta asistencia estamos capacitados para cumplir con nuestro deber. Hay dos cosas que ning�n sabio somete a su cuidado o pensamiento, a saber, lo necesario y lo imposible. Para las cosas necesarias, no necesita encargarse de ellas, porque, por supuesto, se har�n; y para cosas imposibles, es una cosa en vano emprender. No debemos considerarnos en un estado de imposibilidad, por lo tanto debemos suponer que Dios est� con nosotros por Su gracia y asistencia; y mientras Dios est� con nosotros, podremos hacer las cosas que �l requiere de nosotros: lavarnos y limpiarnos, etc., palabras que deben considerarse seg�n su forma y seg�n su materia.

1. Seg�n su forma, son una exhortaci�n, por lo que no en vano se nos exhorta al deber.

2. Con respecto a su asunto, hacen estas dos observaciones:

(1) Ese pecado es en s� mismo una cosa de contaminaci�n y contaminaci�n.

(2) Esa religi�n es una moci�n de restauraci�n.

Los malos h�bitos sesgan extra�amente nuestras facultades; pero aunque hacen esto, no determinan absolutamente nuestras facultades ni las hunden, porque estas facultades son la esencia del alma. Es con mucha dificultad que se superen ( Jeremias 13:23 ); pero la facultad es gratuita a pesar de cualquier h�bito adquirido; de lo contrario, ser�a imposible recuperar a un pecador habitual.

I. DIOS DESEA PRINCIPALMENTE EL BIEN DE TODAS SUS CRIATURAS ( 1 Timoteo 2:4 ; Isa�as 5:4 ).

II. DIOS NO DESEA LA SALVACI�N DEL HOMBRE SIN SU VUELTA. Porque es imposible que alguien sea feliz en una forma de obstinaci�n y rebeli�n contra Dios,

III. DIOS NO DESEA EL REGRESO DEL HOMBRE SIN SU PROPIO CONSENTIMIENTO. Porque si deseara esto, deber�a desear lo que no puede ser: por ser agentes inteligentes y voluntarios, no se puede decir verdaderamente que hagamos lo que hacemos en contra de nuestra mente. Porque para un acto humano son necesarias dos cosas; que exista el juicio de la raz�n en el entendimiento y la elecci�n de la voluntad. Si la mente no consiente, no es un acto libre; y si no se hace libremente y por elecci�n, no puede ser un acto de virtud; y si no es un acto de virtud, no puede tener ninguna consideraci�n moral.

No es menos un acto de la voluntad, aunque un hombre al primer intento sea reacio y averso; s�, aunque sufri� grandes dificultades para llegar a �l. Porque este hombre se ha acercado a ello mediante la raz�n, la consideraci�n y el argumento, por lo que su consentimiento est� mejor fundamentado. Solicitud&mdash

1. Debemos estar agradecidos con Dios y reconocerle por la ayuda misericordiosa que nos brinda.

2. Debemos hacer uso y emplear esta ayuda divina, que est� en el lenguaje del ap�stol, para no recibir la gracia de Dios en vano ( 2 Corintios 6:1 ). ( B. Whichcote DD )

Abluci�n moral

I. QUE EL PECADO SE PUEDE SEPARAR DE LA NATURALEZA DEL HOMBRE. El pecado no es m�s parte de la naturaleza humana que una mancha de una prenda.

1. La naturaleza humana ha existido sin haber sido jam�s tocada por el pecado. Cristo, durante toda su vida, pudo decir: "El pr�ncipe de este mundo viene, y nada tiene en m�".

2. La naturaleza humana existe despu�s de haber sido limpiada del pecado. Lo hace en el cielo.

II. QUE EL PECADO DEBE SER SEPARADO DE LA NATURALEZA DEL HOMBRE. Hay tres razones obvias para este comando:

1. Porque tu contaminaci�n oculta la imagen moral de S� mismo que tu Hacedor ha impreso en tu naturaleza. El pecado es tal mancha del espejo moral del ser del hombre, que apenas se ve reflejado un rayo divino.

2. Porque su contaminaci�n debilita su salud moral. La contaminaci�n f�sica es perjudicial para la salud f�sica. El pecado deja al hombre impotente para siempre.

3. Porque tu contaminaci�n da�a a la sociedad. ( Homilista. )

Regeneraci�n pr�ctica

La convocatoria se hace a la clase que habitualmente se da por vencida. Surgen dos preguntas en relaci�n con este tema.

1. Cuando un hombre se equivoca en su vida, es perverso debido a la fuerza de las peculiaridades constitucionales, y est� organizado con tal pasi�n, tal voluntad, tal temperamento, tal orgullo y avaricia, que esa organizaci�n lo obliga y lo controla, �Es posible que �l cambie esa organizaci�n y sus frutos?

2. Cualesquiera que hayan sido las proporciones en las que se le otorgan las facultades de un hombre, si ha sido arrojado en medio de las tentaciones, �est� en su poder, si es un hombre medio, romper, afirmar los suyos propios? soberan�a y recuperarse? �Puede un hombre controlarse, primero, a s� mismo interiormente, y segundo, a s� mismo exteriormente? �No luch� Peter plenamente el �xito con su organizaci�n constitucional? Hay un ejemplo que es a�n m�s notable en algunos aspectos.

El relato que Pablo da de s� mismo es muy sorprendente. Aqu� tenemos a un precisionista, un fan�tico estrecho e intenso, un hombre cuya conciencia era l�gica y que, por tanto, segu�a su conciencia sin escr�pulos y sin la restricci�n de ning�n principio meliorante. No s�lo era un hombre de los sentimientos m�s malignos al servicio de la religi�n, sino que era un hombre de la m�xima firmeza de prop�sito. Nada pod�a detenerlo en el mar o en tierra.

Era un hombre del orgullo m�s sensible. Ahora, vaya al cap�tulo trece de Primera de Corintios y vea cu�l fue el fruto del cambio de Pablo. Se puede decir que es un registro de su experiencia. Luego, en cuanto a la otra pregunta, �pueden los hombres controlar sus circunstancias? Si un hombre puede anular una peculiaridad constitucional, �cu�nto m�s f�cil puede controlar lo que no es de �l mismo, sino que es exterior a �l! Las experiencias del Evangelio durante miles de a�os muestran que los hombres pueden ser rescatados de todas las formas de vicio.

Los hombres pueden abrirse paso y rescatarse del poder de la maldad cuando adquiere una forma externa y social. Esa es la voz del Antiguo Testamento. �Es una proclamaci�n falsa, basada en una visi�n falsa de la vida y la posibilidad? Principalmente es la voz del Nuevo Testamento. Las cosas invisibles de Dios son m�s y m�s poderosas que las visibles. Si un hombre se trata a s� mismo simplemente como una organizaci�n f�sica y no cree en nada m�s que en lo que puede ver y manejar, puede parecerle como si este mundo fuera simplemente una gigantesca m�quina trituradora, irresistible en sus impulsos y como si fuera la mejor manera de hacerlo. porque �l deb�a someterse a �l, y dejar que lo llevara a donde quisiera; pero se nos ense�a, y creemos que todo el cielo est� lleno de poderes que son m�s poderosos que todos los que se ven. ( HW Beecher. )

Las fuerzas renovadoras son silenciosas y suaves.

La naturaleza misma nos da una ilustraci�n de ello. Cuando el resorte extrae la savia del suelo hacia los �rboles, la fuerza real que se ejerce es mayor que la de todas las m�quinas humanas juntas. Nunca se construy� un motor que pudiera compararse por un momento con el desarrollo de la potencia f�sica real en un roble parado en un campo, de un acre de ancho, cada primavera. Sin embargo, no ves nada ni oyes nada.

Pero ha sido medido y estimado. Hay en la influencia silenciosa de las estaciones m�s poder que en todas las tormentas que azotaron la tierra desde la creaci�n. Las fuerzas invisibles de la naturaleza son m�s poderosas que las visibles. Busque en un hogar. El marido bullicioso que lleva a los ni�os de aqu� para all�, y tendr� orden, no tiene m�s que desorden; mientras la madre se sienta quieta y ama, gobierna a todos los ni�os de la familia y asegura la perfecta obediencia.

El silencio del amor es m�s poderoso que toda la fuerza f�sica o moral de la fuerza bulliciosa. Ahora bien, esta verdad, que discernimos incluso en las formas m�s bajas de la materia, y que se hace cada vez m�s sorprendente a medida que asciendes a lo largo de la l�nea de la sociedad humana, se encuentra con la gran declaraci�n del Verbo Divino, que Dios ha dado al Esp�ritu Santo, y que esta fuerza invisible y silenciosa en el universo es tal que son m�s los que est�n a favor de un hombre que quiere volverse que los que est�n en su contra.

Todo el cielo es el aparato de Dios para ayudar a los hombres a deshacerse de sus faltas, a dejar a un lado sus h�bitos, a cambiar poderosamente toda su econom�a interna, s�, a revolucionarse de tal manera que, mientras que antes lo animal, lo f�sico, estaba en ascenso, ahora el �ngel, el espiritual, es. �Existe, entonces, tal influencia en cada comunidad? S�, en todas las comunidades. ( HW Beecher. )

En la regeneraci�n, el hombre debe cooperar con el Esp�ritu de Dios.

Si los hombres quieren la ayuda del sol, no deben enfurru�arse en cuevas; si los hombres quisieran poner el sol para producir vi�as, ma�z y otros granos, deben emplearlo de acuerdo con las leyes y m�todos del sol. Si lo hacen, se beneficiar�n de su poder. Todo el poder que hay en la naturaleza es m�o si estudio la ley natural y la obedezco. Ahora, las influencias invisibles en la naturaleza Divina, se nos ense�a abundantemente en la Palabra de Dios, deben buscarse como los hombres buscan las estaciones.

Si el poder que est� en Dios ha de acudir en ayuda de un hombre, deber�a haber al menos tanta b�squeda como los hombres dan a las leyes de la naturaleza cuando las buscan. �C�mo intentan los hombres renovar su naturaleza espiritual? �Con qu� coqueteo, qu� descuido, qu� f�cil des�nimo, qu� intermedios, qu� asociaciones que neutralizan o desdibujan lo que es brillante en nosotros, buscan los hombres para llevar la influencia divina sobre sus peculiaridades constitucionales! �Est�s orgulloso? Sabes c�mo extraer las ra�ces del �rbol m�s poderoso que jam�s haya crecido; sabes c�mo atacarlo y sacarlo; y, sin embargo, las influencias por las cuales un hombre puede extraer de ra�z todas las malas influencias dentro de �l son cien veces mayores, si los hombres tuvieran alg�n concepto de la necesidad.

Un hombre puede dominar su orgullo. Paul lo hizo. �Puede un hombre cambiar sus pasiones b�sicas para que queden en suspenso? Ciertamente que puede. Se puede hacer algo por cada hombre mediante m�todos fisiol�gicos. Un hombre de temperamento violento, que se excita f�cilmente, un hombre excesivamente carn�voro o un hombre adicto al uso de bebidas estimulantes, dif�cilmente puede esperar vencer al animal en s� mismo mientras lo est� atiborrando y est� encendiendo fuego bajo las mismas calderas. que se enfriar�a.

Si un hombre elige pasar por la pr�ctica necesaria, ciertamente puede cambiar; pero si un hombre se dice a s� mismo: �No creo en la religi�n; Cambiar� poco a poco; no es conveniente ahora; No entiendo este gran cambio, y no me gusta entrar en nada que mi raz�n no comprenda �, le digo: �Insistes, cuando est�s enfermo, y mandas llamar a tu m�dico, al entrar en una discusi�n con �l? �Le dices: "�Qu� me pasa?" y cuando te prescribe dices: "Si�ntate y cu�ntame toda la historia de este medicamento, qui�n lo invent�, para qu� sirve, qui�n lo ha empleado y qu� derecho ten�a el hombre para componerlo o mezclarlo". ? No act�as as�.

Un hombre en tales circunstancias lo convierte instant�neamente en un asunto pr�ctico y toma ciertos pasos pr�cticos. Por otro lado, ning�n hombre puede apartarse de las tentaciones circundantes y las malas influencias sin una adaptaci�n de su vida y voluntad al trabajo peculiar que se requiere. �Intentar� un hombre cambiarse a s� mismo de mal en bien, y hacerlo f�cil y sin pensar y sin cuidado? Tal cambio nunca llega por accidente ni por un poco de esfuerzo.

Aqu� est� el simple hecho de todo este tema: tanto la filosof�a como el ejemplo ense�an que en nuestra lucha por la virtud, las pasiones y los apetitos, las infelicidades de nuestra organizaci�n, pueden ser superadas; que podemos salirnos de nuestras faltas constitucionales, y que si hemos ca�do en las tentaciones, es posible que rompamos la red y escapemos de ellas. Cuando Jes�s vino, una de las m�s incomparables y elocuentes de todas Sus declaraciones fue que hab�a venido a abrir las puertas de la prisi�n, a romper los grilletes, a dar libertad a los presos y a dejar libres a los que estaban atados. ( HW Beecher. )

Versículos 16-17

Deja de hacer el mal; aprender a hacerlo bien

Una vida inofensiva

El orden en el que se colocan estas palabras fue evidentemente dise�ado para ense�arnos que la base de actuar correctamente es evitar todo lo incorrecto.

Varias otras partes de la Escritura establecen la misma regla en casi los mismos t�rminos ( Salmo 34:14 ; Salmo 37:27 ; Am Romanos 12:9 ; 1 Pedro 3:11 ); y muchos expresan o implican la misma doctrina, anteponiendo el arrepentimiento a la fe y la obediencia (Mt Marco 1:15 ; Hechos 20:21 ; Tito 2:12 ).

Incluso los autores paganos, en �pocas y pa�ses muy distantes, han dado la misma direcci�n. Y, de hecho, todos deben reconocer su justicia; pero todav�a muy pocos parecen percibir o prestar suficiente atenci�n a su importancia, lo cual, por lo tanto, me esforzar� por mostrarles:

I. RESPECTO DE NUESTRA CONDUCTA EN GENERAL. Es claramente el m�todo natural y racional comenzar por eliminar todo lo que pueda obstruir nuestro progreso, y hacer de la unidad dentro de nuestros propios senos nuestro m�s sincero cuidado. Aquel que s�lo tiene objetivos consistentes puede seguirlos con una perspectiva de �xito; pero una mente, distra�da entre principios de acci�n contrarios, no puede esperar nada m�s que ser arrastrada hacia adelante y hacia atr�s por ellos continuamente, a medida que tengan la oportunidad de prevalecer en sus turnos.

Las cosas, de hecho, que de vez en cuando se obstaculizan de vez en cuando, pueden enjuiciarse juntas, y la preferencia debida, cuando interfieren, puede ajustarse lo suficientemente bien. Pero el pecado y el deber son tan esencialmente opuestos, que sus intereses nunca pueden reconciliarse. Fluyen por diferentes motivos, proceden por diferentes medios, apuntan a diferentes fines y se frustran mutuamente para siempre.

Y es a los hombres que pasan por alto esta verdad obvia, que el fracaso de sus buenas intenciones, la irresoluci�n de sus vidas, la incoherencia de sus caracteres, en gran medida, debe su surgimiento. Cada uno de nosotros sabe, en general, lo que debe hacer: todo el mundo lo aprueba; y hasta ahora, al menos, una disposici�n a ello. Pero tambi�n siente disposiciones bastante adversas: y aunque las ve injustificables, es doloroso desarraigarlas y no es agradable ni siquiera darse cuenta de ellas.

Entonces, para evitar problemas, a ambos tipos se les permite crecer juntos como puedan; y, que prosperar� m�s r�pido, pronto aparece. Quiz�s solo se pretend�a complacer uno o dos tipos de maldad: pero estos tienen conexiones imprevistas con otros, y con aquellos con m�s. O, si no hubieran tenido ninguno, cuando los hombres se han rendido una vez a hacer una sola cosa mal, no tienen un terreno firme sobre el cual pararse para negarse a hacer un segundo y un tercero: de modo que gradualmente pierden su fuerza, Dios retira Su ayuda, y caen de mal en peor.

II. RESPECTO DE NUESTRO COMPORTAMIENTO DE LOS OTROS. Es algo notable en la constituci�n de este mundo, que tengamos mucho m�s poder de producir desdicha que felicidad. Todo el mundo, hasta el m�s insignificante, es capaz de causar inquietud, no, dolor y aflicci�n a otros, ya menudo a un gran n�mero, sin la menor dificultad; mientras que incluso aquellos con habilidades superiores en todos los sentidos, dif�cilmente pueden descubrir los medios, a menos que est� dentro de un marco muy estrecho de vez en cuando, para hacer un gran bien o comunicar un placer considerable.

Adem�s, los efectos de la bondad siempre pueden perderse por completo, pero los de las heridas con demasiada frecuencia nunca pueden remediarse. Y, por lo tanto, debemos cuidarnos a nosotros mismos con cuidado perpetuo, examinar la tendencia de todas nuestras palabras y acciones y, no contentarnos con no querer hacer da�o, ser sol�citos para no hacer nada. El da�o que hacemos por negligencia ciertamente no es tan criminal, como si hubiera sido intencionalmente inventado; pero puede ser casi, si no del todo, tan severamente sentido a pesar de eso: o aunque lo fuera levemente, �por qu� deber�amos ser tan inadvertidos, tan innecesariamente? para causar s�lo una hora, es m�s, un momento de disgusto o dolor a uno de nuestros hermanos; �O privarlo de la m�s peque�a de esas inocentes gratificaciones, que ayudan a aliviar los dolores de la vida y hacen c�modo el paso por ella? ( T. Secker, LL. D. )

El arte b�blico de reformar a los hombres

I. Su principio principal es que LA REFORMA DEBE EMPEZAR EN LA FUENTE DE LA CONDUCTA HUMANA. Cambia los resortes de toda acci�n y cambias cada elemento de conducta. Debes nacer de nuevo. Del coraz�n proceden todos los males.

1. No deja de lado todas las formas de ayuda externa: sociedad, industria, familia, iglesia, sino que son auxiliares del esfuerzo central de la voluntad humana.

2. Tambi�n reconoce que el trabajo completo es por etapas, gradual, aunque el prop�sito puede ser inmediato.

II. No solo se establece claramente el elemento central de la reforma, sino que se establece lo que podr�a llamarse EL PLAN DE TRABAJO DE LA REFORMA DEL MAL. ( Daniel 3:27 . Compare eso con Mateo 3:8. )

1. Hacer el bien es la forma de dejar de hacer el mal. Efesios 4:28 suficiente para dejar de robar, �pero debe hacerlo aprendiendo a salir Efesios 4:28 trabajando! La forma de curar el mal es establecer una corriente de acci�n contraria.

2. La ilustraci�n del gobierno interno de la mente: c�mo los sentimientos de una clase aumentan o disminuyen en respuesta a la emoci�n o somnolencia de otra.

3. Las dos formas defectuosas.

(1) Formar un prop�sito, sin dar pasos pr�cticos - el vac�o se resuelve - por el arrepentimiento - solo las hojas; sin fruta.

(2) Reforma por regulaci�n externa - mec�nica.

III. LAS DIFICULTADES DEL VICE, DEL H�BITO, CUANDO SIMPLEMENTE SE VIGILAN CONTRA.

1. Dejan a los hombres solos, infelices.

2. El alma desarrolla el poder de derribar el mal s�lo mediante la inspiraci�n de virtudes opuestas.

IV. LA RAZ�N POR LA QUE MUCHAS PERSONAS SE VUELVEN NEGATIVAS, F�CILES Y SIN INTER�S CUANDO SE HACEN RELIGIOSAS.

V. LA RAZ�N DE QUE TANTOS SON FUERTES, NOBLES, COMO HOMBRES MUNDIALES EN LOS NEGOCIOS, PERO SIN FUERZA EN LOS ESPIRITUALES. Se sueltan por completo en un solo caso. Atan los elementos fuertes en el otro, por miedo a las travesuras, y no dejan salir a ning�n otro. ( Proverbios 3:13 ; tambi�n 8:11, etc.)

VI. CUANDO LOS HOMBRES PASEN DEL MAL, �VAYAN CLAROS A LA RELIGI�N! ( HWBeecher. )

Los hombres de la �poca

Se necesitan hombres que est�n preparados para marchar en la vanguardia del ej�rcito de reformadores nacionales, c�vicos y personales, hombres con el �nico pensamiento domin�ndolos de que Dios el Padre vive y ama con un amor eterno a cada miembro de la raza humana. - hombres que, influenciados por esta intuici�n irresistible, buscan depurar y purificar la pol�tica y el comercio, la sociedad y la Iglesia, la ley y la costumbre, el habla y la pr�ctica, de todo aquello que oprime y hiere, y que de alguna manera retarda el triunfo. del reino de Dios. La consigna sigue siendo: "Dejad de hacer el mal", etc. ( F. Sessions. )

El temperamento prof�tico de James Russell Lowell

El temperamento que ten�a James Russell Lowell es el temperamento que buscamos en todos nuestros hombres p�blicos, en todos los l�deres de pensamiento de la Iglesia o del Estado, de seguidores locales o generales. �Cant� sobre los males del pobre y del esclavo; el vac�o de la vida sin convicci�n; de la nulidad de la poes�a sin prop�sito; la vagancia de la predicaci�n sin piedad; la verg�enza de la ley sin justicia; el horror en blanco de un mundo sin Dios ". ( F. Sesiones. )

Aferr�ndose a un pecado

Un ni�o peque�o estaba un d�a jugando con un jarr�n muy valioso, cuando meti� la mano en �l y no pudo sacarlo. Su padre tambi�n hizo todo lo posible por sacarlo, pero todo fue en vano. Estaban hablando de romper el jarr�n, cuando el padre dijo: �Ahora, hijo m�o, int�ntalo una vez m�s; abre la mano y estira los dedos, como ves que hago, y luego tira ". Para su asombro, el peque�o dijo: �Oh, no, pap�. No podr�a extender los dedos as�, porque si lo hiciera, dejar�a caer mi centavo ". �Hab�a estado guardando un centavo todo el tiempo! No es de extra�ar que no pudiera retirar la mano. ( J. McNeill. )

El primer principio

No hay religi�n - o si la hay, no la s� - que no diga: �Haz el bien; evitar el mal ". No hay ninguno que no contenga lo que el rabino Hillel llam� la quintaesencia de todas las religiones, la simple advertencia: "S� bueno, muchacho". �P�rtate bien, muchacho�, puede parecer un catecismo muy breve; pero agreguemos: �S� bueno, muchacho, por el amor de Dios�, y tenemos en �l casi toda la Ley y los Profetas. ( Max Muller. )

Que es el arrepentimiento

Supongamos que voy a ir a Boston esta noche, y voy a la estaci�n Union y le digo a un hombre que veo all�: "�Puede decirme si este tren va a Boston?" y el hombre dice "S�". Voy y subo al tren, y el superintendente viene y me dice: "�A d�nde vas?". Yo digo: �Me voy a Boston� y �l dice: �Bueno, est�s en el tren equivocado, ese tren va a Albany.

"Pero estoy bastante seguro de que tengo raz�n; Le pregunt� a un ferroviario aqu� y me dijo que este era el tren ". Y el superintendente dice: �Moody, s� todo sobre estos trenes; He vivido aqu� cuarenta a�os y veo estos trenes subir y bajar aqu� todos los d�as ". Y por fin me convence de que estoy en el tren equivocado. Eso es convicci�n, no conversi�n. Pero si no me quedo en ese tren, sino que me subo al otro tren, eso es arrepentimiento. Solo para cambiar de tren, eso es arrepentimiento. ( DL Moody. )

El mal ser� reemplazado por el bien

El pecado debe ser superado, no tanto manteniendo una oposici�n directa a �l, como cultivando principios opuestos. �Matar�as las malas hierbas de tu jard�n, plantar�as con buena semilla? Si el suelo est� bien ocupado, habr� menos necesidad de la mano de obra de la azada. Si un hombre deseaba apagar el fuego, pod�a combatirlo con sus manos hasta morir quemado; la �nica forma es aplicar un elemento opuesto. ( Andrew Fuller. )

Aprende a hacerlo bien

La educaci�n m�s alta

Escuchamos mucho sobre varios grados de educaci�n: educaci�n primaria, secundaria y superior; en el texto se nos recuerda esa educaci�n superior que concierne a todos y que es el principal fin de la vida asegurar. La cultura moral es a�n m�s imperativa que el desarrollo intelectual.

I. LA NECESIDAD DEL APRENDIZAJE MORAL. Se han dado numerosas definiciones del hombre, pero podr�a definirse con justicia como el ser que aprende. Otras criaturas apenas pueden, dijo, aprender; todo lo que pertenece a su especie lo hacen instintiva, inmediata y perfectamente. Una alondra construye su primer nido tan h�bilmente como el �ltimo, el primer bordado de una ara�a es tan exquisito como cualquier cosa que hile en la vida adulta, una abeja construye su primera celda y prepara su primera miel con una eficiencia que no deja nada que desear.

Sabemos que los naturalistas no est�n del todo de acuerdo en este punto, pero podemos concluir que sustancialmente el instinto prescinde de ese laborioso proceso que conocemos como aprendizaje. Es completamente diferente con la criatura humana. Si vamos a "hacerlo bien", tomando esa frase en su sentido m�s noble, debemos "aprender" a hacerlo, adquiriendo el poder espl�ndido a trav�s de la atenci�n, el esfuerzo repetido y los m�ltiples sacrificios.

Tomemos, por ejemplo , la virtud del contentamiento. Estamos persuadidos de la razonabilidad del contentamiento con las dispensaciones de la Divina Providencia; sin embargo, la locura del alma s�lo se vence a trav�s de mucho fracaso y disciplina. O tome la virtud de la sinceridad. Esta virtud, si no es m�s bien la esencia de todas las virtudes, todos, hasta cierto punto, necesitamos aprender; algunos, sin embargo, encuentran en aprenderla la tarea principal de la vida.

Parece parad�jico decirlo, pero algunos hombres son naturalmente teatrales; la tentaci�n es siempre hacer parte. A trav�s de castigos repetidos y contundentes del alma, dominamos esta pasi�n por el enmascaramiento y logramos la sinceridad, la sencillez y la minuciosidad de la vida. Toma la virtud de la veracidad. Tenemos mucho que aprender aqu�: a decir la verdad, a actuar con la verdad, a vivir la verdad. Toma la virtud del temperamento.

Hay una facultad de ira en la naturaleza, y una facultad de ira se convierte en hombres nobles, pero armonizar esta facultad con la raz�n y ser a la vez alegres y gentiles es un problema que puede requerir a�os para su soluci�n. O tome la virtud de la bondad. Pasamos por mucho autorreproche, flagelaci�n y verg�enza al esforzarnos por alcanzar el bello ideal. San Pablo da testimonio de s� mismo: "He aprendido a estar contento en cualquier estado en que me encuentre". Recordemos en la educaci�n de nuestros hijos que la virtud se adquiere tanto como la vida intelectual.

II. CONSIDERE EL M�TODO DE ESTA CULTURA MORAL. Tres cosas son esenciales para la educaci�n liberal del alma.

1. Un patr�n. "Mirando a Jes�s". �l es el Patr�n supremo. Dijo un artista estadounidense: "Dar�a todo lo que tengo por ver a Vel�squez pintar durante una semana, un d�a". �Pero se nos ha dado el espl�ndido privilegio de contemplar al Se�or Jes�s vivir a trav�s de los a�os! �Aprende de m�, dice el Maestro, y una mirada amorosa y reflexiva al Nuevo Testamento todos los d�as es una visi�n de perfecci�n para toda la vida. Aprendamos de �l en la alegr�a y la tristeza, en el trabajo y el ocio, en la fuerza y ??el cansancio, en la popularidad y el abandono, en el �xito y el fracaso, en la vida y en la muerte. Es el que mejor ense�a el arte de la vida.

2. Poder. Nunca podremos llegar a ser santos a menos que tengamos un genio para la santidad, y este genio en un grado adecuado solo el Esp�ritu de Dios puede impartirlo. Busquemos en la oraci�n m�s visi�n interior, receptividad y energ�a, m�s del Esp�ritu que obra poderosamente en las almas totalmente entregadas, y todo ser� posible.

3. Practica. Aprendemos a hacerlo bien haci�ndolo bien. ( WL Watkinson. )

La gran lecci�n de la vida

I. NO HAY CAMINO REAL QUE RENOVAR. "Me envidias, �verdad?" dijo un mariscal (Lefevre) de Francia, a un amigo felicit�ndolo por sus posesiones y buena fortuna. �Bueno, tendr�s estas cosas a un precio mejor que el que tuve yo. Entra en el patio: te disparar� veinte veces a treinta pasos, y si no te mato, todo ser� tuyo. �Qu�, no vendr�s! Muy bien; �Recuerda, entonces, que me han disparado m�s de mil veces, y mucho m�s cerca de treinta pasos, antes de llegar al estado en el que ahora me encuentras! El amigo del mariscal s�lo vio el �xito obtenido; se olvid� del trabajo, el sufrimiento y el peligro con los que se hab�a logrado.

El viajero con ardiente amor por la belleza sube a la escarpada colina desde donde su vista, seg�n �l, ser� despejada y completa; pero hizo la primera subida, he aqu�, otro cerro lo cubr�a; y eso super�, he aqu�, todav�a otro lo mira con ce�o m�s alto a�n. Lo mismo ocurre con la colina de la vida. Una ardua ascensi�n hecha, una dificultad superada, otra se presenta, otra y otra m�s. �Siempre es "Excelsior!" No lo tendr�amos de otra manera. Sin dificultad, no hubo exhibici�n de energ�a. Sin tentaci�n, no hay autodisciplina. Sin juicio y sufrimiento, no hubo fortaleza ni resignaci�n.

II. OBSERVE LA APLICACI�N DE ESTA LECCI�N DE LA PARTE DE LA NATURALEZA LOS PRINCIPIOS DE LA VIDA. Comenzamos la vida como "extra�os en una tierra extra�a". No traemos nada con nosotros al mundo, ya sea de riqueza, conocimiento o experiencia. Lo que poseemos, lo recibimos, adquirimos o aprendemos. Encontramos que las condiciones de vida ya existen. Debemos �aceptar la situaci�n�; afrontarlo lo mejor que podamos, y cada uno pasar� a hacer su parte.

Al comenzar a aprender, nos encontramos con la naturaleza y sus leyes fijas, inexorables, que exigen reconocimiento, triste obediencia. Observe estas leyes, preste atenci�n a las advertencias de la naturaleza, y ella es una amante amable, una benefactora amable; pero si los ignoras, los desobedeces, se convierte en una terrible vengativa. La pena que ella nunca deja de infligir. Si no en la juventud, entonces en la edad adulta; si no en la edad adulta, entonces en la vejez. Aunque su voz sea silenciosa, la naturaleza todav�a habla.

Y esta es su palabra: "Cualquiera que sea su lugar y donde sea que est� en la arena de la vida, act�e bien, aprenda a hacerlo bien". Por el bien de su bienestar f�sico; por el bien de tu felicidad temporal; por el bien de los que vendr�n despu�s de ti, observa mis mandamientos para cumplirlos.

III. CONSIDERE LA UTILIDAD DE ESTA LECCI�N ENSE�ADA POR LA SOCIEDAD Y ENFASIZADA EN CADA ESFERA DE LA VIDA. El hogar, la escuela, la universidad, las matr�culas de la sala de recuento, los aprendizajes comerciales, las leyes e instituciones civiles y pol�ticas, cualquier factor que intervenga para desarrollar y mejorar la sociedad, no son m�s que la consecuencia y la ejemplificaci�n del precepto de �aprender a aprender�. hacer bien." Son los ayudantes de la naturaleza, ense��ndonos c�mo hacer las cosas bien en la vida.

�Qu� es la abnegaci�n? No es m�s que otra palabra para �aprender a hacerlo bien; es decir, aprender a renunciar a lo menor por el bien superior; negar el momento presente por el momento que est� por venir, todo lo cual implica dificultad, costo, dolor, esfuerzo persistente. El esfuerzo persistente para superar las dificultades es la base del verdadero avance y �xito. La sabidur�a, la habilidad, el dominio en el �mbito del comercio o la ciencia, en el campo de la pol�tica o la guerra, no vienen por desear.

IV. PERO, JUNTO CON LA AUTORENGACI�N, EL �APRENDER A HACER BIEN� IMPLICA EL SUMISI�N A UNA AUTORIDAD SUPERIOR. �Qui�n podr�a esperar convertirse en un soldado capaz sin antes someterse a la gu�a de un estratega? Deben haber d�as, semanas, meses de fatigosa carga de ojos y o�dos, nervios y m�sculos; debe haber una moderaci�n continua del cuerpo y la mente; debe haber sumisi�n a la voluntad de otro, obediencia a la orden de un maestro.

Pero, ah� viene de nuevo, la obediencia, el autocontrol, es dif�cil. �Y para qu� es toda esta lucha con dificultad? Por qu�, simplemente por "aprender a hacerlo bien", a perforar bien; �por el bien de convertirse en un buen soldado!

V. Pero la Biblia declara que esta vida es un per�odo de prueba, en cuyo tema gira el destino de nuestro ser futuro. Entonces, si todo lo que vale la pena tener en esta vida presente no viene sin conflicto con dificultades, �ES RAZONABLE SUPUESTO QUE LAS VENTAJAS DE LA VIDA FUTURA NOS ACUMULAR�N SIN COMO CONFLICTOS CON DIFICULTADES? �No hacer nada y seguir heredando la vida eterna? No es algo tan barato como eso.

VI. M�s all� de esto, LA BIBLIA NO S�LO SE�ALA LAS DIFICULTADES QUE SE OPONEN A NOSOTROS - MUESTRA C�MO SE HAN DE SUPERAR LAS DIFICULTADES. En la vida de sus h�roes, la Biblia individualiza cada virtud, pero en ninguna de ellas aparece toda virtud hasta que llegamos al hombre perfecto, Cristo Jes�s. El es el Maestro de la bondad. Y �l dice: �Si alguno quiere venir en pos de m�, ni�guese a s� mismo, tome su cruz cada d�a y s�game.

"Si el camino parece estar demasiado lleno de obst�culos, y los pecados antiguos nos rodean, y nuestra debilidad es muy grande, �l nos dice bondadosamente como al ap�stol Pablo:" B�state mi gracia ", etc. ( CPH Nason , MA )

La lucha entre el bien y el mal en el alma humana

Vemos lo que ha producido el autor, pero no vemos lo que ha destruido. El libro sale en buena copia, y nosotros, mirando s�lo a la superficie, decimos: �Qu� bien hecho! �Qui�n puede decir cu�nto cuesta esa "copia fiel"? Vemos el cuadro colgado en la pared para su exhibici�n, pero no vemos cu�ntos lienzos se tiraron, cu�ntos contornos se descartaron o cu�ntos esfuerzos se consideraron indignos.

Solo vemos lo �ltimo o lo mejor. Hay mucho que hacer en privado con respecto a aprender a hacerlo bien. No vivimos toda nuestra vida en p�blico. Hacemos un esfuerzo en soledad: es un fracaso; lo tiramos; Reconocemos su existencia en el tono uno: a�n as�, estamos adquiriendo habilidad - la pr�ctica hace al maestro - y cuando hacemos nuestro primer acto de virtud a la vista del p�blico, la gente puede suponer que todos somos menos prodigios y milagros, as� de bien fue el hecho. hecho.

Solo el ojo de Dios vio el proceso que lo condujo. Esta es una caracter�stica de la gracia divina, que considera cada intento como un �xito, marca cada fracaso honestamente hecho como una victoria ya coronada. As� que no perdemos nada ni siquiera en la carretera. El mismo aprendizaje es en s� mismo una educaci�n; el mismo intento de hacer, aunque no lo logremos, da fuerza, aliento y confianza. Al aprender a hacer el bien, ayudamos al trabajo negativo de dejar de hacer el mal. ( J. Parker, DD )

"Aprende a hacerlo bien"

1. Debemos estar haciendo; no dejes de hacer el mal, y luego permanece inactivo.

2. Debemos estar haciendo el bien; el bien que requiere el Se�or nuestro Dios, y que se convertir� en buena cuenta.

3. Debemos hacerlo bien, de la manera correcta y con el fin correcto.

4. Debemos aprender a hacerlo bien, debemos esforzarnos por conocer nuestro deber, ser inquisitivos al respecto, cuidarlo; y acostumbrarnos a �l, para que podamos f�cilmente poner nuestras manos en nuestro trabajo y convertirnos en maestros de este sagrado arte de hacer el bien ( M. Henry ) .

Versículo 18

Ven ahora y razonemos juntos, dice el Se�or

Razonamiento adicional in�til

�No tienes nada m�s que decir; todo lo que ya ha dicho no tiene valor; el razonamiento ha hecho su trabajo; si el razonamiento va a fallar, el caso debe ir en su contra; no puede haber otro problema; pero si cediendo a la fuerza de Mi razonamiento, admitiendo que es verdadero y justo, se confiesan convencidos y condenados, entonces Mi misericordia tendr� su libre y triunfante ejercicio sobre ustedes; aunque vuestros pecados sean como escarlata, ser�n blancos como la nieve; aunque sean rojas como el carmes�, ser�n como lana.

�( W. Perkins. )

Reforma y perd�n

�Dejad de hacer el mal�, etc. �Ven ahora�, etc. Ya en el tiempo de Isa�as encontramos que la doctrina de la reforma del car�cter depende del perd�n de los pecados ense�ada claramente. El remedio de Dios para el pecado es el mismo en todas las �pocas. Quiz�s se le dio m�s prominencia a la observancia de la ley en los tiempos antiguos, pero no a la exclusi�n de la gracia; mientras que en el Nuevo Testamento la gracia aparece m�s prominente, pero seguramente no con exclusi�n de la ley. Ni en uno ni en el otro la ley era condici�n de vida. Ambos representan m�s bien dos etapas diferentes en el mismo pacto de gracia, una preparatoria para la otra.

I. LA DEMANDA AQU� HECHA.

1. La naturaleza de la demanda. Es para reformar la pr�ctica. �Lavarte, limpiarte�, etc. Este es el �nico llamado Divino al hombre ca�do. En �l se resume todo. Hecho en diversas �pocas y de diversas maneras, siempre permanece sustancialmente igual. La esencia de la belleza moral es la bondad. Ahora bien, la bondad no es una cualidad depositada en el coraz�n y all� se calla; ni tampoco algo para vestirse a voluntad.

M�s bien es el fruto de hacer el bien, el resultado de una vida recta. Eso es lo que Dios requiere. Este ser� el resultado de Su amor redentor. Pero no se puede lograr sin la actividad cooperativa de la voluntad humana. Si bien las manos est�n manchadas de sangre, la se�al de una vida inmoral, todos los refinamientos naturales tienen muy poco valor a sus ojos. Dios es intransigente aqu�. Nuestra mayor felicidad es hacer el bien. Haciendo el bien encontraremos el bien supremo. Esta es, pues, la gran lecci�n de la vida: �Dejad de hacer el mal; aprender a hacerlo bien ".

2. La palabra "aprender" sugiere una reflexi�n adicional, a saber, el fundamento de esta demanda de reforma. El hombre es malvado y hace el mal. Incluso aquellos que tienen la visi�n m�s optimista de la naturaleza humana admiten que hay algo mal en la constituci�n moral del hombre.

3. Sin embargo, para estimar correctamente esta causa, debemos considerar la justicia de la demanda. Es Dios quien lo hace. Pero no podr�a haberlo logrado a menos que fuera solo para hacerlo; ni lo habr�a hecho a menos que el hombre pudiera afrontarlo.

II. C�MO SATISFACER LA DEMANDA DE DIOS. �De d�nde viene el poder? Solo dos respuestas son posibles: o es inherente al hombre, esta es la respuesta de la naturaleza, o es suministrada desde afuera, esta es la respuesta de la gracia.

1. La respuesta de la naturaleza. La creencia en la capacidad del hombre para reformarse a s� mismo se basa en la ignorancia de la naturaleza real de su condici�n moral, como era el caso en el mundo pagano, o en una negativa deliberada a reconocer la verdad cuando se presenta en relaci�n con esa condici�n. como fue el caso del juda�smo, y es el caso en la actualidad de aquellos que se persuaden a s� mismos de creer en la capacidad intr�nseca infinita de la naturaleza humana.

Tal es el orgullo del hombre, que siempre tarda en admitir su propia debilidad. No, dice el entusiasta moderno: lamento la nueva luz, porque las exigencias que me hace son demasiado humillantes; No veo ninguna raz�n por la que un hombre, dados los entornos favorables necesarios, no deba, con un poco de esfuerzo, llegar a ser perfectamente bueno. Ni la religi�n del mundo pagano, ni la filosof�a de los griegos, ni el poder y la civilizaci�n de los romanos ofrecen mucho fundamento para esta creencia en la naturaleza humana.

Entonces, la sabidur�a, en las circunstancias m�s favorables, no ha podido proporcionar el poder necesario para reformar el mundo. Ni las promulgaciones de un senado romano, ni las leyes de un parlamento moderno, ni ning�n poder de la ley, pueden hacer al hombre bueno o incluso moral. La justicia por s� misma, no m�s que la sabidur�a, puede eliminar el mal. Pero en ninguna parte est� la insuficiencia de la sabidur�a y la ley para sacar el poder que hay en el hombre para reformar su propio car�cter, mejor ilustrado que en el caso del pueblo elegido de Israel.

Pod�an jactarse de una sabidur�a m�s divina que la de los griegos, un sistema de leyes superior al de los romanos; mientras que, en virtud de sus peculiares privilegios como naci�n, se encontraban en una posici�n incomparablemente m�s ventajosa que cualquier otro pueblo para triunfar por sus propias fuerzas, ya que ten�an la voluntad de hacerlo. La mera posesi�n de sus privilegios superiores, cuando abusaron de ellos, les trajo un castigo m�s severo.

2. La respuesta de la gracia. Un poder externo es absolutamente necesario para que el hombre pueda satisfacer la demanda de reforma. Este poder es el perd�n de Dios. �Vamos, razonemos juntos�, o mejor, �terminemos la disputa�: �aunque tus pecados sean como escarlata, ser�n blancos como la nieve; aunque sean rojas como el carmes�, ser�n como lana �. Aunque la demanda precede al ofrecimiento del perd�n, no debemos suponer que la obra de reforma debe preceder al disfrute del don divino.

Eso de hecho era imposible. As� como todo deber del hombre se resume en el mandato de reformar, todas las riquezas de la gracia se resumen en el don del perd�n. Pero, �qu� virtud o poder peculiar posee el perd�n para producir un cambio de vida?

(1) Es un incentivo al arrepentimiento, que es el primer paso en la reforma del car�cter. Induce la resoluci�n al referidor y luego se convierte en un poder en el penitente para ayudarlo a llevar a cabo su resoluci�n. El perd�n tiende as� un puente sobre el abismo que existe entre el conocimiento del deber y el cumplimiento del mismo.

(2) Otra funci�n del perd�n, y quiz�s la m�s importante de todas en la reforma del car�cter, es que quita, o m�s bien es �l mismo, como su nombre lo indica, la remoci�n del pecado. El perd�n convertir� al criminal en santo. El mundo pagano no sab�a nada de esto. Es "el poder de Dios para salvaci�n". ( RE Morris, BA )

Dios razona con el hombre

La misericordiosa promesa de que Dios nos limpiar� sigue inmediatamente a un mandamiento muy distinto de que nos limpiemos a nosotros mismos. �Le parece esto inconsistente? Aqu� se exhorta a los jud�os a limpiarse, apart�ndose de ellos la maldad de sus obras, dejando de hacer el mal, aprendiendo a hacer el bien. De hecho, se les habla como si hubiera dependido totalmente de ellos mismos adquirir pureza moral.

1. Pero me atrevo a decir que estaban listos con sus objeciones: alegar�an que en realidad no era �til condenarlos y exhortarlos al mismo tiempo. ��De qu� nos sirve�, parecen decir, �que hagamos alg�n esfuerzo, incapaces, como confesamos, de guardar la ley de Dios? E incluso si pudi�ramos obedecer para el futuro, �no hay desobediencia pasada por la que a�n no se nos tiene en cuenta? Es en gran parte de esta manera que los hombres todav�a reciben exhortaciones al arrepentimiento y la enmienda; porque tales exhortaciones pertenecen tanto al Evangelio como a la ley.

�Y qu� responden los hombres? El ministro, ense�ando como lo hace la doctrina de la corrupci�n y el desamparo humanos, es absurdo que le diga a los hombres que se arrepientan. �No se contradice a s� mismo? " Podemos creer que, frente a argumentos como estos, Dios me desafi� a los jud�os a una controversia en las palabras de nuestro texto. ��Es �ste el camino?�, Parece exclamar el Todopoderoso. ��En el que tratas Mis urgentes amonestaciones para enmendarte! �Venid, razonemos juntos! " Pero, �con qu� tipo de razonamiento se enfrentan los objetores? Quiz�s busque alg�n argumento sutil e ingenioso.

Sin embargo, no tiene ning�n argumento; solo tienes la promesa, una muy libre y llena de gracia, pero a�n as� solo una promesa: "Aunque tus pecados sean tan escarlata, ser�n blancos como la nieve". Pero, �c�mo elimina la promesa la objeci�n? Solo as�, Dios declara que este es Su camino designado; �l se propone salvar a los hombres de esta manera, y por lo tanto est� prescrito de esta manera.

Las partes a quienes �l impartir� gracia adicional son aquellas que, en obediencia a Su llamado, est�n esforzando todos sus nervios para abandonar los malos caminos. No es que sean capaces por s� mismos de elaborar una enmienda moral; pero es que Dios tiene la intenci�n de otorgarles la habilidad mientras est�n haciendo el esfuerzo.

2. Y, quiz�s, los jud�os plantearon objeciones m�s generales. Es posible que hayan murmurado sobre los tratos de Dios, sin seleccionar este o aquel caso en particular, as� como los hombres ahora est�n dispuestos a acusar los nombramientos del Cielo como severos o injustos. El cap�tulo en el que aparece nuestro texto est� lleno de reprimendas indignadas y vehementes amenazas, y no se puede imaginar que un pueblo altivo no se resentir�a de ser tratado con tanta severidad y negar�a la equidad de los juicios que predijo el profeta.

Si esto se supone, Dios invita a los hombres a razonar con �l sobre la bondad de sus tratos. Vamos, despejemos el escenario para la pol�mica. Vengan, todos ustedes que piensan que Dios no los trata de ninguna manera, que sus dispensaciones no son las que se podr�an haber esperado: �Vengan, razonemos juntos�. Por lo tanto, no es necesario que vacile en expresar claramente lo que piensa y en expresar sus quejas.

Bueno, �qu� tienes que decir? Usted insiste, puede ser, que su suerte es de pobreza, que los problemas se multiplican m�s all� de su poder de resistencia y las tentaciones m�s all� de su poder de resistencia. Algunos de ustedes, tal vez, alegan que, nacidos como son con tendencias corruptas, y ubicados donde hay todo para incitarlos y fortalecerlos, realmente no tienen ninguna posibilidad de mantenerse alejados del vicio; que est�s llamado a deberes que son manifiestamente demasiado arduos y amenazados, si fallas, con castigos que son manifiestamente excesivos.

Espera que Dios tome sus quejas una por una, y las muestre como infundadas o, si admite ciertos males, las muestre m�s que contrarrestadas por las bendiciones. O, de nuevo, esperan que, en la medida en que se hayan detenido en las pruebas propias de ustedes, Dios las sopese pacientemente, demuestre que no son excesivas o rastree los resultados beneficiosos que est�n calculados para producir. Bueno, esto es muy natural; Creo que es exactamente lo que ser�a, si el debate fuera con un simple razonador humano.

Pero escuchar� en vano si espera de Dios esta exposici�n cuidadosa de la falacia o falsedad de sus declaraciones. No se oye nada m�s que la hermosa promesa: �Aunque tus pecados sean como escarlata, ser�n blancos como la nieve; aunque sean rojas como el carmes�, ser�n como lana �. ( H. Melvill, BD )

El uso correcto de la raz�n

La aparici�n de la palabra �raz�n� justifica que les hable sobre el uso correcto de la raz�n y les advierte de los errores en los que algunos pueden caer.

1. Si oye algunas objeciones al cristianismo que no puede contestar, no por eso concluya que no pueden ser respondidas, tenga la modestia de creer que otros pueden explicar lo que es demasiado dif�cil para usted. Hay una evidencia que puedo prometerle: si lee la Biblia con cuidado y con oraci�n, la Biblia hablar� por s� misma.

2. Y, adem�s de las evidencias del cristianismo, la raz�n tiene un gran papel que desempe�ar con respecto a las doctrinas. Ser�a una falacia tan grande como se podr�a alegar contra el Evangelio si se dijera que no se recomienda al hombre exactamente como lo que necesita, de modo que cuando lo reciba debe ser con la fuerza de un testimonio externo y no en absoluto en la conciencia de su satisfacci�n de sus necesidades.

No digo que la raz�n pueda rastrear en todos los puntos la conexi�n entre la muerte de Cristo y el perd�n del pecado; pero, en todo caso, la raz�n puede distinguir claramente que, porque el honor de Dios est� provisto por el sacrificio del Calvario, y que este sacrificio debe haber sido de un valor tan estupendo como para hacer posible la salvaci�n de todo ser humano, - Por tanto, no hay nada a lo que rehuir el desaf�o de nuestro texto.

Estoy celoso por la raz�n; En verdad, no quemar� un incienso id�latra ante la raz�n; como si lo considerara suficiente para la gu�a del hombre, vagabundo como es en un mundo oscurecido; pero que la raz�n se mantenga en su posici�n correcta, y en lugar de empujar con la revelaci�n, pondr� la revelaci�n en un trono, y luego se postrar� reverente y sumisamente ante ella. Porque es muy lamentable pensar cu�ntos hombres pierden su alma porque no humillar�n su raz�n.

Las instrucciones son muy sencillas; no se confundan con ninguna dificultad; las instrucciones son: "Deja de hacer el mal, aprende a hacer el bien". Haz un comienzo. M�s de un hombre pierde su alma al descuidar actuar de inmediato sobre alguna verdad que le ha sido tra�da a la conciencia. ( H. Melvill, BD )

Religi�n racional

I. Tome esa verdad b�sica que se encuentra en el fondo de toda religi�n razonable: EL SER DE DIOS. La doctrina de la existencia de Dios es razonable. Creer que no hay un poder consciente detr�s del mundo para dar cuenta de ello es irracional. No argumenta que todas las mentes no ven a Dios detr�s de la naturaleza; no todas las mentes ven la belleza del arte; no todos los o�dos est�n embelesados ??por la m�sica.

II. Una vez m�s, estamos viviendo bajo UN GOBIERNO MORAL que es razonable, uno en el que se puede defender y descansar. Un gobierno moral est� aqu�, que trae el mal a su perdici�n y hace que el derecho sea seguro y exitoso a largo plazo.

Es racional y se puede defender, como se puede entender. Todo pecado es irracional y absolutamente indefendible.

III. Retome algunas de las VERDADES FUNDAMENTALES DE LA RELIGI�N SOBRENATURAL.

1. La doctrina de la encarnaci�n es razonable. Si la encarnaci�n es o no razonable depende de tu concepci�n de Dios. Si �l es como los hombres en general, una especie de ego�smo encarnado, por simpat�a por el sufrimiento, indiferente a las miserias del mundo, entonces la encarnaci�n es irrazonable. Pero si Dios es amor y ama a sus hijos como nosotros amamos a los nuestros, entonces la encarnaci�n es razonable, es inevitable.

2. Por otra parte, su vida en la carne es racional. Los evangelios narran exactamente lo que podr�amos esperar que Dios hiciera si viniera aqu�.

3. Entonces era razonable que muriera. El principio estuvo en el coraz�n de Dios desde la eternidad. El Cordero fue inmolado desde la fundaci�n del mundo. El sacrificio no era ajeno a la naturaleza de Dios y de repente se invocaba para una ocasi�n o emergencia espec�fica; fue eterno con �l. La expiaci�n es la m�s racional de todas las verdades racionales. El principio en su coraz�n est� en el coraz�n de la naturaleza; est� en el coraz�n de la humanidad. Es la condici�n sobre la que descansa la mejor vida del mundo.

4. Y lo mismo puede decirse de la resurrecci�n. La resurrecci�n de Cristo es una doctrina racional. Es el cl�max apropiado para la vida que hay detr�s, para la misi�n a la que vino. No encajaba en la naturaleza de las cosas que la muerte tuviera en sus garras una vida as�. Era debido a la majestad de la verdad y la virtud que deb�a apelarse a tal reivindicaci�n.

IV. Pasemos ahora a algunos de los REQUISITOS DE LAS PR�CTICAS de la religi�n b�blica.

1. Tome ese requisito inicial de fe. La fe es razonable. Las mejores cosas est�n fuera de la vista. Nos elevamos hacia nuestras posibilidades m�s elevadas solo si vivimos de acuerdo con lo invisible.

2. El arrepentimiento es una demanda razonable.

3. La confesi�n est� estrechamente relacionada con la fe y el arrepentimiento. La confesi�n del pecado es racional, pero tambi�n lo es la confesi�n de Jesucristo.

4. Los deberes del cristianismo son razonables. La oraci�n es un ejercicio racional del alma. Si tenemos un Padre en el cielo, es razonable que entremos en contacto con �l. Y as� de los medios de gracia en su totalidad. El uso de los medios de gracia es razonable y correcto. Los efectos provienen de causas bien definidas siempre y en todas partes. El uso de la Iglesia al m�ximo de su poder para servirnos es un procedimiento racional.

No tenemos grandes santos entre los que ignoran la Iglesia de Jesucristo. Hay una conclusi�n: es mejor abandonar un conjunto de opiniones y creencias que no resistir�n la prueba de la raz�n. Es mejor renunciar a una vida que no se puede defender y justificar. Ser� mejor que pongamos nuestra vida sobre una base que pueda justificarse en todo momento. ( SH Howe. )

El argumento de Dios con el hombre

Se nos ha se�alado que en los primeros vers�culos del libro de Isa�as parecemos estar presentes en un Tribunal de Justicia, en alg�n Assize, y es un caso de la Corona el que est� en marcha. Y la Corona est� presente en persona para argumentar y defender su propia causa. Dios y su pueblo Israel son las partes involucradas, y se escucha a Dios en un argumento que establece la acusaci�n que hace, barriendo por completo las s�plicas y excusas que se ofrecen, hasta que en este vers�culo parece resumir la posici�n y el caso llega a su fin. una conclusi�n maravillosa, inesperada y Divina.

La gente es culpable de todos los cargos. Cualquier intento de justificar su conducta lo empeora y los cubre con una culpa m�s oscura. El caso ha ido tan claramente en su contra, sus argumentos han demostrado ser tan absolutamente in�tiles, el veredicto es tan cierto, que casi estamos esperando en silencio a que se pronuncie la terrible sentencia. �Pero he aqu�! en lugar de la sentencia de condenaci�n y castigo, se ofrece el perd�n perfecto y completo.

Les he dado el caso de Dios contra Israel, pero es uno t�pico que se repite de una �poca a otra. Es igualmente el caso de Dios contra el hombre, Dios contra el pecador. Es un caso en el que no somos espectadores, somos nosotros mismos los acusados. Dios est� aqu� discutiendo con nosotros, argumentando contra nosotros, y resume todo con la declaraci�n de gracia: �Admitid la fuerza de Mi razonamiento, r�ndete a �l, confi�sate convencidos y condenados, y Mi misericordia tendr� su libre albedr�o. y triunfante ejercicio sobre ti ". ( W. Perkins. )

El Dios razonador

Dios razona con el hombre, ese es el primer art�culo de religi�n con Isa�as. Dios se dirige a la mente, la inteligencia y la conciencia del hombre. Hay dos grandes falsedades en el mundo acerca de Dios.

1. Que es demasiado grande para razonar con el hombre; que nunca da ninguna raz�n para nada de lo que manda o hace.

2. Que Dios mismo no es un Ser razonable en absoluto. Es una falsedad no declarada abiertamente con tantas palabras, sino una pr�ctica adoptada en la vida de los hombres. Los hombres act�an como si creyeran que podr�an imponerse a Dios. Tratemos de seguir el razonamiento de Dios en este cap�tulo. Hay una triple base de razonamiento establecida.

I. Dios razona con el hombre SOBRE LA BASE DE TODA LA VIDA DEL HOMBRE. Dios le dijo al hombre: "Ven, razonemos juntos". �Muy bien�, dice el hombre, �que este sea el fundamento de nuestro razonamiento. Mira mi vida como est� dentro del c�rculo de su acci�n y ejercicios religiosos, los sacrificios que te traigo, el incienso que ofrezco, los ayunos que hago. Razonemos sobre esa base, pongamos nuestra posici�n all�.

�Y como ver� en este cap�tulo, Dios rechaza completamente un razonamiento como este y dice:� No, no; Debo tratar contigo sobre la base de toda tu vida, no de una parte limitada y seleccionada de ella que elijas presentar e instar ". Ahora bien, hay un gran significado en esta conexi�n en las palabras iniciales de este cap�tulo. Dios clama a la tierra y al cielo, y dice: �Estos son los �nicos l�mites de la vida del hombre que puedo reconocer: la tierra sobre la que camina, en cuya superficie se hace todo, los cielos sobre su cabeza, que miran hacia abajo en cada transacci�n de su vida; esa es la base de Mi razonamiento, y solo eso ". Es bueno que recordemos esto, porque hoy los hombres est�n tratando continuamente de razonar con Dios en alg�n terreno estrecho y escogido por ellos mismos.

II. Dios razona con los hombres o LA BASE DE SU PROPIA PATERNIDAD. Ver� c�mo en este cap�tulo �l se lo recuerda a todos los hombres, les da pruebas de ello, les dice a los hombres que lo ha cumplido en relaci�n con ellos. �Admite�, dice �l, �Mi Paternidad, y �c�mo es tu vida a la luz de ella? Qu� antinatural y b�sico se vuelve. Te hundes debajo del bruto ". Este es el razonamiento de Dios, y �qui�n de nosotros puede oponerse a �l?

III. Dios razona con el hombre o LA BASE DE LOS RESULTADOS DEL PECADO. �l dice: �Te has rebelado contra m�. �Se ha justificado a s� mismo en su �xito? " Y Dios da la respuesta con palabras escrutadoras y terribles: "�Por qu� hab�is de ser heridos m�s?" etc. (vers�culos 5-8). Les se�ala los terribles y lamentables resultados que han tenido lugar para el individuo y la naci�n a trav�s de su desobediencia a Dios; y �l los desaf�a, y dice: �Ahora, m�renlo como lo he razonado con ustedes.

�Este es todav�a el argumento de Dios. Si escuch�ramos, podr�amos escuchar Su voz en Su Palabra, y en nuestra conciencia, diciendo: "Dime, hombres y mujeres que viven sin M� y en pecado, �qu� bien les ha hecho su pecado!" No hay respuesta. Y as� llegamos a la crisis de mi texto. Parece que nos encontramos ante un gran dilema. O Dios debe abatir sus pretensiones, reducir la rebeli�n, o de lo contrario la l�gica debe gobernar, la justicia debe salirse con la suya.

Sabemos que Dios no puede hacer el primero de ellos. Destrozar�a Su universo si Dios rechazara el derecho absoluto, traer�a ruina y verg�enza dondequiera que se encuentren seres creados y finitos. Si eso es imposible, �qu� queda? Oh, parece haber un momento terrible entre la primera cl�usula del texto y lo que sigue. �Vamos, terminemos con nuestro razonamiento. No hay nada m�s que decir.

El caso se ha vuelto en su contra; todos tus argumentos han ca�do al suelo ". �Lo que queda? Esperamos escuchar, y en lugar de la terrible sentencia de ira y juicio vienen las palabras de misericordia: "Aunque tus pecados sean como escarlata", etc. Justo entre la justicia eterna e infinita y la condenaci�n del pecador, la misericordia irrumpe, el perd�n perfecto. y completa. Tan grande el cambio que cuando un hombre siente el perd�n en su coraz�n, puede volver el rostro y dirigirse esperanzado a ese gran ideal de vida que presenta la ley de Dios.

�Lavarte, limpiarte�, etc. Y entonces, el alma dentro de nosotros se levanta y pregunta: ��Por qu� es esto, si Dios es infinitamente razonable, si razona con tanta fuerza y ??conclusi�n, por qu� no sigue Su razonamiento hasta su conclusi�n l�gica? �Por qu� perdona y perdona al pecador sorprendido con las manos en la masa en su pecado? Pues, simplemente porque hay algo m�s escarlata que el escarlata del pecado de un pecador, que cubre el pecado del pecador y hace que el perd�n de Dios sea algo justo y leg�timo. �Hay una fuente llena de sangre�, etc. ( W. Perkins ) .

Hombres invitados a razonar con Dios

1. Dios es un agente moral. Que �l tiene car�cter moral se manifiesta suficientemente por el hecho revelado de que el hombre est� hecho a Su imagen.

2. Dios tambi�n es un buen Ser, no solo moral, sino santo y sabio. Siempre act�a por razones buenas y suficientes, y nunca de manera irracional y sin razones para su conducta.

3. Dios siempre est� influenciado por buenas razones. Es m�s seguro que las buenas razones tengan todo su peso en su mente que en la mente de cualquier otro ser del universo.

I. �A QU� ES A LO QUE NOS INVITA ESTE TEXTO? "Ven ahora, y razonemos juntos". Pero, �sobre qu� debemos �razonar�? El pasaje procede a decir: "Aunque vuestros pecados sean como escarlata", etc. En el contexto anterior, Dios presenta graves acusaciones contra los hombres. Ahora, desciende para examinar su caso y ver si hay alguna esperanza de arrepentimiento, y procede a haz una propuesta "Ven", etc. Expresa tus fuertes razones por las que tu Dios deber�a perdonar tu gran pecado.

II. La invitaci�n, junto con las promesas adjuntas, implica que HAY BUENAS Y SUFICIENTES RAZONES POR LAS QUE DIOS DEBE PERDONAR AL PENITENTE. Los pecadores pueden presentar sus razones ante Dios para asegurar el �xito.

III. La naturaleza del caso muestra que DEBEMOS ABORDAR NUESTRAS RAZONES Y HACER NUESTRO LLAMAMIENTO, NO A LA JUSTICIA SINO A LA MISERICORDIA. Debemos presentar razones que sancionar�n el ejercicio de la misericordia. ( CG Finney. )

Razones para el perd�n y la santificaci�n

I. LAS RAZONES QUE SE PUEDEN OFRECER POR LAS QUE DIOS DEBE PERDONAR NUESTRO PECADO.

1. Puede suplicar que justifique completamente a Dios en todo Su proceder. Ciertamente debes tomar esta posici�n, porque �l no puede perdonarte mientras persistas en la autojustificaci�n. Sabes m�s all� de toda duda que todo lo malo est� de tu lado y todo lo bueno del lado de Dios. Tambi�n puedes y debes saber que debes confesar esto. No necesitas esperar que Dios te perdone hasta que lo hagas.

2. Puede venir a Dios y reconocer que no tiene ninguna disculpa por su pecado.

3. Tambi�n debes estar dispuesto a renunciar a todo pecado, y poder decir esto con toda honestidad ante Dios.

4. Debe someterse incondicionalmente a Su discreci�n. Nada menos que esta es la posici�n moral adecuada para un pecador ante Dios.

5. Puede alegar la vida y muerte de Jesucristo como suficiente para honrar la ley y justificar a Dios al mostrar misericordia. El perd�n no debe poner en peligro la santidad ni la justicia de Jehov�. La m�xima expresi�n que �l pudo hacer, o necesita hacer de Su santidad y justicia, en cuanto a los pecados del hombre, ya est� hecha en la muerte de Cristo, �a quien Dios mismo estableci� como propiciaci�n�, etc.

6. Tambi�n puede instar a que profese su amor por los pecadores.

7. Tambi�n te ha invitado a venir y razonar con �l. Por tanto, ha abierto plenamente el camino para la comuni�n m�s libre y plena en este punto. Tambi�n puedes defender su honor; que, viendo que �l est� bajo juramento y est� comprometido ante el universo, puede preguntarle qu� har� por Su gran nombre si se niega a perdonar a un pecador arrepentido y creyente. Puede defender todas las relaciones y la obra de Cristo.

You may say to Him, Lord, will it not induce other sinners to come to Thee? Will it not encourage Thy Church to labour and pray more for salvation? Will not Thy mercy shown to me prove a blessing to thousands! You may urge the influence of refusing to do so. You may suggest that His refusal is liable to be greatly misapprehended; that it may be a scandal to many; and that the wicked will be emboldened to say that God has made no such exceeding great and precious promises.

Puedes instar que hay gozo en el cielo, y tambi�n en la tierra, por cada pecador perdonado y salvo. Puede instarle que, dado que Dios ama hacer felices a los santos en este mundo, seguramente no tendr� aversi�n a darte Su Esp�ritu y quitar tus pecados; esto causar� tal gozo en los corazones de Su amado pueblo. Tambi�n puede alegar el gran aborrecimiento que siente por vivir en pecado, como seguramente lo har� a menos que �l lo perdone.

D�gale, adem�s, cu�n desdichado es y debe estar en sus pecados, si no puede encontrar la salvaci�n, y qu� da�o es probable que haga en todas partes, en la tierra y en el infierno, si no es perdonado y renovado en santidad.

II. LAS RAZONES QUE PUEDE SER URGIDA POR EL PECADOR PERDONADO QUE PIDE LA SANTIFICACI�N COMPLETA.

1. Puede alegar su justificaci�n actual.

2. Puedes defender tu relaci�n con �l, con la Iglesia y con el mundo: que, habiendo sido ahora justificado y adoptado en Su familia, eres conocido como cristiano e hijo de Dios, y por lo tanto se convierte en La mayor consecuencia es que tengas la gracia de vivir para adornar tu profesi�n y honrar el nombre por el que eres llamado. Tambi�n puede alegar sus grandes responsabilidades y el peso de esos intereses que dependen de su progreso espiritual.

Aboga por el deseo que sientes de estar completamente libre del pecado. Preg�ntale si no te ha dado este mismo deseo, y preg�ntale si tiene la intenci�n de agudizar tu sed y, sin embargo, retener las aguas de la vida. Aboga tambi�n por Su voluntad expresada. Apela a su gran amor por ti, como se manifiesta en lo que Cristo ha hecho, etc. Dile c�mo has hecho tropezar a muchos por tus ca�das en el pecado, y has dado gran ocasi�n de reproche a la causa que amas; dile que no puedes vivir as�.

D�gale que est� dispuesto a hacer cualquier sacrificio; que est�s dispuesto a renunciar a tu buen nombre ya poner tu reputaci�n por completo sobre Su altar. Aseg�rese de recordarle que tiene la intenci�n de ser completamente desinteresado y desinteresado en este asunto; usted pide estas cosas no por su propio inter�s ego�sta presente; sabes que una vida realmente santa puede ser objeto de mucha persecuci�n. Quieres representarlo de verdad. Luego cu�ntele de su gran debilidad y de c�mo desconf�a por completo de s� mismo. Dile que te ir�s muy decepcionado si no recibes la gracia que pides y necesitas. Observaciones

1. Siempre que hayamos considerado las razones de las acciones de Dios hasta que realmente nos hayan conmovido y persuadido, seguramente lo conmover�n. Dios no es lento, nunca m�s lento que nosotros, para ver las razones para mostrar misericordia y para llevarnos a la santidad.

2. Muchos no llegan a Dios porque no lo tratan como un ser racional.

3. Muchos no presentan estas razones, porque honestamente no pueden.

4. Cuando deseamos algo de Dios, siempre debemos considerar si podemos presentar buenas razones por las que debemos concederlo.

5. Se invita a todos los que lo necesiten a que vengan y expongan sus s�lidas razones.

6. De todos los seres, es m�s f�cil influir en Dios para que salve. �l, por su misma naturaleza, est� dispuesto a salvar a los perdidos. ( CG Finney. )

El cultivo de la raz�n

��Qu� trabajo es un hombre! �Qu� noble de raz�n! �Cu�n infinita en facultad! en forma y conmovedor, �qu� expresivo y admirable! en acci�n, �qu� parecido a un �ngel! en aprensi�n, �qu� parecido a un dios! " En este conocido paneg�rico sobre el hombre, el gran dramaturgo pone en primer lugar la raz�n: "�Qu� noble de raz�n!" y, quiz�s, la raz�n sea la primera dignidad del hombre. Es por ella, m�s de lo debido, que el hombre se separa de los animales inferiores.

Es por ella que �l los gobierna. Es mediante el desarrollo de la raz�n que una raza supera a otra en el curso del progreso, y este es el est�ndar aceptado por el cual medimos la grandeza entre hombre y hombre. Por lo tanto, el cultivo de la raz�n debe ser un tema de inter�s supremo e incluso religioso para todos los que deseen alcanzar una hombr�a noble y bien desarrollada. ( J. Stalker, DD )

La raz�n

I. LA OBRA DE LA RAZ�N.

1. La raz�n es la facultad por la cual, de cosas ya conocidas, avanzamos a conclusiones que �stas implican, pero que, hasta que se realiza el acto de la raz�n, son desconocidas; de modo que el trabajo de la raz�n es una especie de trabajo creativo, y �no crees que hay un indicio de eso en el tipo de j�bilo con el que completamos cualquier acto dif�cil de razonamiento, o incluso escuchamos a un hablante completarlo? Creo que todos los escolares sienten un poco de este j�bilo cuando ven que una suma en la que est� trabajando sale bien, y todas las amas de casa lo sienten cuando ven que los dos lados de sus cuentas est�n a punto de equilibrarse exactamente.

En un tribunal de justicia, al concluir las pruebas, los hechos a menudo le parecen al Jurado una masa confusa, que no apunta en ninguna direcci�n en particular; pero cuando se levanta un h�bil abogado, y se apodera de las pruebas, separa una cosa de otra y deja esto al lado, muestra que de la masa confusa surge una conclusi�n necesaria e irresistible, qu� delicioso es escuchar eso.

Toda la ciencia de las matem�ticas se deduce de unos pocos axiomas simples. A estos, una mente ordinaria podr�a dar su asentimiento, sin observar que pudiera estar impl�cito; pero el intelecto practicado deduce de ellos, paso a paso, un magn�fico sistema de verdad. As�, la raz�n, aplicando sus fuerzas sobre las materias primas del conocimiento suministradas por las facultades inferiores, infiere de ellas un conocimiento propio m�s avanzado y elevado.

2. Pero ahora, me gustar�a dar una explicaci�n m�s clara y sencilla de en qu� consiste su trabajo. La raz�n puede denominarse facultad de comparaci�n o facultad por la que percibimos las conexiones o relaciones de las cosas. Estas relaciones entre cosas de las que tiene que ocuparse la raz�n son de diferentes tipos, pero sean del tipo que sean, la raz�n tiene que ocuparse de ellas.

(1) Uno de ellos es el de los medios y los fines. Es necesario hacer algo, pero �c�mo? Es obra de la raz�n averiguarlo.

(2) Otra relaci�n entre cosas que es a�n m�s importante por la raz�n, es la de causa y efecto. La palabra "por qu�" es una gran palabra de la raz�n, y su palabra hermana es "porque". Dondequiera que el "por qu�" y el "porque" se expresen, la raz�n est� en juego.

(3) Pero este proceso puede invertirse. En lugar de mirar los fen�menos y preguntar c�mo llegan all�, podemos decir: �Dadas ciertas cosas, �cu�l ser� la consecuencia? Supongamos que existen ciertas condiciones, �qu� se seguir� de ellas? " Si el fuego y la p�lvora entran en contacto, sabemos lo que seguir�. Si las personas viven en una atm�sfera contaminada, sabemos cu�l ser� el resultado para sus cuerpos. Pero no podemos ocuparnos mucho de tales relaciones sin que surja esta pregunta: �C�mo llegan a subsistir estas relaciones entre las cosas?

(4) Uno de los mayores triunfos de la raz�n es descubrir las leyes de la naturaleza, por ejemplo , la ley de la gravitaci�n. Newton descubri� esa ley y la aplic� primero a algunas cosas triviales; luego �l y otros la aplicaron a cosas m�s distantes y sublimes, hasta que ahora sabemos que es una ley que prevalece en todo el sistema de cosas y entre los cuerpos que ruedan en el espacio; pero �c�mo es que todos los cuerpos en la tierra y el cielo est�n regidos por esta ley? A medida que la mente se mueve as� a trav�s de la naturaleza, descubre que no puede hacerlo arbitrariamente.

Las divisiones que hace est�n en la naturaleza antes de encontrarlas. En resumen, la naturaleza es inteligente, s�, y es moral, porque se considera que la naturaleza est� organizada de tal manera que alienta ciertas l�neas de acci�n y desalienta otras l�neas de acci�n. Las estrellas en sus cursos, por as� decirlo, luchan contra el mal y est�n del lado de la justicia. �Y no parece eso como si detr�s de la naturaleza hubiera alguien que es inteligente, y quien, porque �l ordena la naturaleza para hacer justicia, es buena?

II. EL CULTIVO DE LA RAZ�N. Esta facultad se otorga a diferentes individuos en muy diferentes grados. A aquellos que el Creador pretend�a que fueran l�deres de sus semejantes, se les da en una medida generosa. Hay muchos otros cuyas ideas son habitualmente vagas y d�biles. La raz�n puede darse en diferentes formas, algunas de las cuales son m�s conscientes y otras m�s inconscientes. La raz�n en la forma inconsciente la llamamos con nombres como tacto o sentido com�n.

La ciencia de la l�gica tiene como finalidad hacer visible al ojo el proceso por el que pasa la mente en el razonamiento, sea consciente o no de este proceso, y al mismo tiempo hace visible, para mostrar su absurdo, los diferentes tipos de razonamiento falaz; y no cabe duda de que el estudio de esa ciencia es uno de los mejores medios para cultivar la mente.

III. EL USO RELIGIOSO DE LA RAZ�N. Las marcas de Dios est�n en todas las cosas que �l ha hecho, y al recopilarlas de todos los lugares donde se pueden ver, la raz�n capta Su poder eterno y Deidad, y nunca en la raz�n del hombre tan noblemente empleada como cuando es as�. recogiendo las indicaciones de Dios, para convertirlas en una concepci�n correcta e impresionante de lo que �l es, o cuando est� reivindicando Su existencia y Su car�cter frente a los ataques de la incredulidad.

Nuestro texto dice: �Ven ahora, y razonemos juntos, dice el Se�or�, y una de las quejas m�s comunes de la Biblia es que la gente no razona. "Israel no sabe, mi pueblo no considera". Esa es la queja de todos los profetas. Siempre se da por sentado que si la gente pensara, amar�a y obedecer�a a Dios. Uno de los nombres m�s comunes en la Biblia para el pecado es locura.

En la actualidad necesitamos un cristianismo razonado, porque el cristianismo tiende demasiado al sentimentalismo y al sensacionalismo. El trabajo cristiano se est� volviendo tan absorbente que los hombres no tienen tiempo para pensar, y si los cristianos no piensan, el cristianismo pronto sufrir� las consecuencias y ser�n dif�ciles de soportar. ( J. Stalker, DD )

El evangelio de la misericordia perdonadora predicado por los profetas del reino

Analice cuidadosamente el cuadro de los pecados que el profeta presenta a su pueblo, como preliminar a su gloriosa, plena y gratuita oferta de misericordia.

1. Una caracter�stica notable del retrato, aqu� dibujado, es que son pecadores bajo la luz de las revelaciones especiales y las ordenanzas se�aladas de Jehov�.

2. Estos pecadores son tales frente a toda obligaci�n de amor y gratitud a Jehov�, que surge de bendiciones y privilegios peculiares.

3. Sin embargo, en medio de todas estas misericordias, el pecado abunda en todas partes. Tanto el p�blico como el pueblo son corruptos.

4. Toda esta maldad se reviste con el atuendo de la religi�n. Habiendo considerado a qui�n habla, consideremos lo que el profeta les dice a todos ellos. Abarca principalmente tres puntos.

I. UNA PROPUESTA PARA DETENER Y RAZONAR EL ASUNTO CON JEHOV�. La propuesta es muy sugerente; ambas son las causas por las que los hombres contin�an viviendo en pecado; y de los medios y procesos por los cuales Jehov� los traer�a de regreso a S� mismo. La gran causa de la continuaci�n en el pecado es que los hombres no razonar�n al respecto. No es que no sepan lo suficiente; pero no razonan sobre lo que saben.

II. EL OBJETO DE LA PARLEY: el pecado y sus consecuencias.

III. EL REMEDIO PARA EL PECADO: su eficacia, certeza y disposici�n. ( S. Robinson, DD )

Perd�n por el pecado agravado

"Aunque tus pecados sean como escarlata y rojos como el carmes�". Los cr�ticos nos dicen que uno de los t�rminos aqu� se refiere a la apariencia exterior, deslumbrante, atrayendo y fijando la atenci�n; el otro, de una ra�z que significa doble inmersi�n, se refiere a la mancha imborrable del pecado sobre el alma; una mancha que ni la lluvia, ni el sol, ni el roc�o pueden lavar ni blanquear. El significado es, sin importar cu�n agravados sean tus pecados. Entonces, �cu�les son algunas de las circunstancias que agravan el pecado? Los pecados se agravan

1. Cuando se comete contra una luz y un conocimiento especiales.

2. Cuando se comete contra obligaciones especiales de gratitud.

3. De la posici�n social de los que pecan, o su posici�n relativa hacia los dem�s, o sus dones y dotes peculiares que les dan influencia sobre los dem�s.

4. Como cometido contra convenios y votos especiales. ( S. Robinson, DD )

Dios razona con el hombre

Este texto ataca la ra�z de la perversa noci�n de que el hombre est� bajo un gobierno arbitrario, que es un mero esclavo o una mera m�quina, y que est� controlado al margen de los principios morales. Se le trata casi como a un igual al Todopoderoso. ( J. Parker, DD )

Dios razona con el hombre

La proposici�n viene de Dios. No surge del lado humano en absoluto.

1. Dios, habiendo hecho esta proposici�n, parte de la suposici�n de que �l mismo sabe que tiene raz�n en este caso. El hombre que sabe que tiene raz�n es siempre el primero en hacer las proposiciones m�s nobles y en ofrecer tantas concesiones como sea posible sin menoscabar la ley del derecho, la verdad y la propiedad absolutos. Si lo hacemos entre nosotros, es verdad en un grado infinitamente m�s alto en el caso del Dios Todopoderoso.

�l hace la propuesta a Su rebelde. Esta proposici�n no es solo la prueba de la gracia de Dios; pero esa gracia misma es la vindicaci�n de Su justicia. �l sabe que tiene raz�n en el tribunal de la raz�n; que si el caso se declara plenamente, el criminal se condenar� a s� mismo, arder� de verg�enza y clamar� por un juicio justo. No nos equivocamos parcialmente, no nos equivocamos aqu� y all�, con peque�as manchas de luz y azul, entre los errores, pero estamos completamente equivocados, �vergonzosamente, infamemente equivocados!

2. Sin embargo, Dios sabiendo esto, nos pide que razonemos el caso con �l. Mostr�ndonos, a continuaci�n, que Dios parte de la suposici�n de que el hombre debe estar preparado para vindicar su conducta con razones. Dios dice: ��Por qu� haces esto? H�game saber sus razones para haberlo hecho. �Me expondr�s tu caso? Te doy la oportunidad de exponer tu propio caso en tus propios t�rminos ". Observe cu�n maravillosamente influyente, cuando se acepta correctamente, es una propuesta de este tipo.

Si los hombres pensaran m�s, pecar�an menos. La l�gica est� en tu contra al igual que la teolog�a. El sentido com�n est� en tu contra al igual que la revelaci�n espiritual. Esta es la fuerza y ??la majestad de la fe cristiana, que desaf�a a los hombres por los primeros principios del razonamiento a defenderse, como pecadores, ante el Todopoderoso.

3. Pero hay algo que recordar en este momento. Si Dios pudiera jugar con la justicia al hacernos un caso, Su propio trono ser�a inseguro, Su propio cielo no valdr�a la pena tenerlo. Al cuidar de la justicia, �l cuida de nosotros. En esto los hombres se equivocan mucho. Hablando de cuestiones religiosas, dicen: "�Por qu� Dios no desciende y nos perdona a todos?" Eso es precisamente lo que Dios mismo quiere hacer. Solo Dios no puede perdonar hasta que nosotros mismos queramos ser perdonados.

4. Con todo esto ante m�, me veo obligado a llegar a esta conclusi�n, que ahora el pecador se queda absolutamente sin excusa. ( J. Parker, DD )

Dios razona con el hombre

I. LAS PARTES INVITADAS. �Quienes son estos? Son aquellos de quienes se dice, "sus pecados son como escarlata y rojo como el carmes�", t�rminos que claramente transmiten la idea de que no hay pecados tan atroces que no puedan ser perdonados, y ning�n hombre tan malvado que no pueda ser perdonado. puede que no se guarde. Estos t�rminos designan colores brillantes, resplandecientes y f�ciles de ver, ense�ando de manera m�s expl�cita, en su conexi�n actual, que el pecado, aunque tan grande como para llenar el ojo p�blico, no obstante puede ser perdonado.

De hecho, no puedo evitar pensar que el lenguaje del profeta aqu� tambi�n tiene un significado simb�lico, y que como el carmes� es el color de la sangre, se nos presenta el pensamiento de que no solo el transgresor flagrante, sino el criminal atroz ... el hombre cuyas manos han sido imbuidas de la sangre de su pr�jimo - se declara que est� al alcance de la misericordia Divina. Y estoy fortalecido en esta persuasi�n por las palabras del Maestro, "que se predicase en su nombre el arrepentimiento y la remisi�n de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusal�n".

II. LA INVITACI�N QUE LES HIZO. �Venid ahora, y razonemos juntos, dice el Se�or�. Lo que nos impresiona con fuerza en esta declaraci�n no es solo el barrido omnipresente de la misericordia Divina, sino la forma singular en que se ofrece esta misericordia. La forma habitual en que un superior da a conocer su voluntad a un inferior es mediante una orden. El amo da �rdenes a su sirviente. El padre manda a su hijo, y el lenguaje de los personajes reales nunca es el lenguaje de la solicitaci�n.

Pero tenemos aqu� al Rey de reyes y Se�or de se�ores, muy diferente al hombre, que no emplea la fuerza, la autoridad, el mando, sino que se muestra condescendiente a razonar con Sus criaturas e intenta, por as� decirlo, mediante argumentos y persuasi�n, inducirlos a acepta su gracia.

III. LA AUTORIDAD SOBRE LA QUE SE BASA LA INVITACI�N. Cuando nos traen buenas noticias, a veces dudamos en recibirlas. �Y por qu�? Porque pensamos que es demasiado bueno para ser verdad, y no estamos satisfechos con la total veracidad y fidelidad al hecho de la persona que lo trae cuando se le dijo a Jacob que Jos�, su amado hijo, a quien hab�a llorado durante mucho tiempo como muerto, estaba vivo. y bien, y gobernador de Egipto, su coraz�n se desmay�, �porque no les crey�. Pero aqu�, la autoridad es tan inexpugnable como cordial es la invitaci�n, y se emite con la autoridad de Dios mismo.

IV. EL PERIODO EN QUE SE ENTREGA LA INVITACI�N. Todos los privilegios que se exigen a su aceptaci�n en la Biblia son estrictamente aplicables y est�n limitados al momento en que se le ofrecen. Esa inacci�n mental y moral, tan fatal para nuestras perspectivas espirituales, no recibe el apoyo de la Palabra de Dios. Por el contrario, siempre se denuncia como plagado de los mayores peligros para nuestras almas. ( J. Imrie, MA )

Razonar con Dios

De este pasaje inferimos:

I. ESE HOMBRE, AUNQUE DEPRAVADO, TODAV�A TIENE UNA FACULTAD PARA RAZONAR CON DIOS.

1. Este poder existe como un hecho incuestionable. Es un hecho&mdash

(1) Involucrado en la existencia de una revelaci�n. �Nos atraer�a la Raz�n Infinita a menos que tuvi�ramos el poder de la apreciaci�n?

(2) Impl�cito en las consideraciones dirigidas a nuestra raz�n. La Biblia abunda en consideraciones que se nos dirigen sobre la sabidur�a y la insensatez, lo correcto y lo incorrecto de nuestra conducta.

(3) Atestiguado por la conciencia universal de la humanidad.

2. Este poder existe como la principal gloria de la naturaleza humana. �Cu�l es la principal gloria de la naturaleza humana en s� misma considerada? No sus facultades de inventiva e investigaci�n l�gica, como las ve desarrolladas en las artes y las ciencias. Pero el poder del hombre para razonar con el Infinito, para tomar los pensamientos de Dios y sentir su poder.

3. Este poder existe, a pesar de las devastaciones de la depravaci�n.

II. ESE HOMBRE, AUNQUE DEPRAVADO, TIENE AHORA LA OPORTUNIDAD DE RAZONAR CON DIOS. Si bien todos los pecadores tendr�n para siempre el poder del razonamiento moral, solo ahora en la tierra est�n invitados a una conferencia misericordiosa con Dios. Esta invitaci�n implica:

1. La existencia de un principio extraordinario en el gobierno divino de Dios. El razonamiento antecedente nos llevar�a a concluir que siempre que una criatura se rebelara contra el gobierno justo de su Creador, el resultado ser�a el destierro de Su santa presencia. �Los �ngeles que no guardaron su primer estado�, etc. Dios gobierna a la humanidad por mediaci�n de Cristo.

2. Denota la asombrosa condescendencia de Dios.

III. ESE HOMBRE, AUNQUE DEPRAVADO, AL DISPONERSE CON RECHAZO DE ESTA OPORTUNIDAD, PUEDE SER COMPLETAMENTE LIMPIADO DE SUS PECADOS. �Aunque vuestros pecados sean como escarlata�, etc. F�jense:

1. Ese pecado se ha apoderado muy r�pidamente de la naturaleza humana. �Cu�n estrecha y firmemente apegado est� el pecado a la naturaleza humana! Ha coloreado no solo el cutis, sino la corriente vital de la vida del hombre. Cada pensamiento, sentimiento y expresi�n est� te�ido con la mancha del pecado.

2. Que aunque se ha apoderado de esta forma r�pida, puede separarse. El escarlata no forma parte de la textura. As� que del pecado. Aunque se identifica estrechamente con la naturaleza humana, no forma parte de ella. La naturaleza humana puede existir sin ella, ha existido sin ella, existir� sin ella. Existe una qu�mica moral que puede quitar el escarlata y el carmes� de la textura de la naturaleza humana.

3. Que la atenci�n correcta al razonamiento de Dios eliminar� con certeza y eficacia la mancha del pecado. ( Homilista. )

Personajes desesperados

I. Tengo que PUBLICAR LA INVITACI�N DEL SE�OR A LOS PERSONAJES DESESPERADOS. La invitaci�n es para aquellos cuyos pecados son de color escarlata y carmes� te�ido doblemente.

1. Ha tenido padres piadosos.

2. Alguna vez fue miembro de una congregaci�n o iglesia cristiana.

3. Tengo que dar la invitaci�n a aquellos cuyos pecados los han hecho peores que las bestias.

4. Y a los que est�n "cargados de iniquidad".

5. Y a los que son �corruptores� de otros.

6. Esta invitaci�n que lo abarca todo es para aquellos que han "abandonado al Se�or".

II. Debo dar RAZONES POR LAS QUE PERSONAJES DESESPERADOS DEBEN ACEPTAR LA INVITACI�N.

1. Dices: "Me es imposible aceptarlo porque mi coraz�n est� perfectamente endurecido". �Imposible! Si tu coraz�n est� endurecido, ven y acepta la invitaci�n, porque Dios ha prometido quitar el coraz�n de piedra y darte uno de carne.

2. De nuevo, dices: "No puedo aceptarlo, porque soy muy malvado". Si te sientes malvado, es el Esp�ritu de Dios mostrando Su luz en tu alma para que puedas ser conducido a la Cruz de Jes�s y tus pecados sean lavados hasta quedar blancos como la nieve.

3. Entonces alguien m�s responde: "Bueno, lo aceptar�a, pero siempre he fallado". Aunque hayas fracasado, vuelve de nuevo, porque nuestro Padre celestial es conocido por recibir a los pecadores.

4. Pero otro dice: "Antes de venir esta noche, dije que no me convertir�a". Se orden� a dos hombres que hicieran la voluntad de su se�or. Uno de ellos dijo: "Lo har�"; pero �l se fue y no lo hizo. Y el otro se enoj� y exclam�: "No har� tu voluntad", pero despu�s de que se fue, se arrepinti� y fue y lo hizo. Copie el ejemplo de este �ltimo.

5. Quiz�s alguien todav�a responde: "No me has puesto la mano encima, porque estoy hundido en el pecado". La Biblia me dice que ning�n hombre puede hundirse m�s bajo que el alcance de los brazos eternos de Dios. Aunque hayas perdido tu car�cter, tu honor y tu autocontrol, Dios te invita a ser salvo.

III. UN ENTRADO M�S GANADO PARA QUE VENGAS DE INMEDIATO. ( W. Birch. )

El Se�or razona con los pecadores

Consideremos estas palabras:

I. DIRIGIDO A AQUELLOS QUE VIVEN EN PECADO. �Venid ahora, y razonemos juntos, dice el Se�or�. Pecador, da a conocer tus fuertes razones; luego escucha las razones de Dios. �Qu� s�plica har�s para no volverte a Dios?

1. Dices, quiz�s, �Este mundo es todo lo que deseo. Estoy muy contento con lo que da. Sus ganancias y placeres me sientan bien. No deseo nada m�s all�. �Por qu� no me dejas seguir mi propio camino? �Qu� dice Dios en respuesta? "El mundo pasa, y sus deseos".

2. O, razonar�s as�: �A�n tengo a�os por delante. En una temporada m�s conveniente buscar� a Dios �? �Qu� responde Dios? "Necio, puede ser que esta noche se te demande el alma"

3. � O dices en tu coraz�n: �Odio el conocimiento de los caminos de Dios? La religi�n es un cansancio para m�. Seguir� como soy y asumir� las consecuencias �? �Conoces el fin de los terrores del Se�or?

4. O, �est� en tu pensamiento decirle a Dios: "�En qu� he pecado tanto contra ti?" He aqu�, �l te responde: �Yo te hice, oh hombre, y todo el poder que tienes debe estar dedicado a M�: tu vida, tu salud y fuerza, tu cuerpo y alma. �Me han sido dedicados? �Se ha mantenido tu cuerpo en sobriedad, templanza y castidad? �Siempre has sido guiado por Mi Esp�ritu?

II. Pero el texto se dirige, en su �ltima parte m�s particularmente, A LOS QUE SABEN QUE HAN PECADO PROFUNDAMENTE CONTRA DIOS, Y QUE VOLUNTAR�AN, SI SE ATREVIDAN, VOLVER A �L. �Cu�l es el sentimiento de tal? Puede ser que se sienta tentado a decir: �No hay esperanza. Mi pecado es demasiado grande para ser perdonado ". La respuesta de Dios es: �Ven ahora, y razonemos juntos�, etc. �No se adapta bien a tu caso?

III. EL TEXTO NO EST� SIN ADMONICI�N Y COMODIDAD PARA EL CRISTIANO CREYENTE. ( E. Blencowe, MA )

Perdon del pecado

I. LA GRACIOSA CONDESCENSI�N Y EL AMOR SIN L�MITES DE DIOS, AL DIRIGIR ESTA INVITACI�N A LOS PECADORES. Incluso entre amigos, la parte ofendida no muestra primero una disposici�n a reconciliarse. Por lo general, considera que la primera obertura debe proceder del delincuente. Pero he aqu� la infinita condescendencia y compasi�n del Dios Alt�simo hacia el hombre pecador. No espera a que los hombres se den cuenta de sus delitos.

II. LA IMPORTACI�N DE LA INVITACI�N. �A qu� te llama Dios? �l dice: "Razonemos juntos". Parece ser una expresi�n tomada de los tribunales de justicia y equivale a decir: "Escuchemos la causa de los acusados".

1. El pecador debe escuchar la acusaci�n, la gran acusaci�n, para que pueda conocer el alcance de su culpa y sentir la desesperanza de su caso. Esta acusaci�n es realmente pesada, pero debe ser escuchada. La ley es santa. Deja que te opere como lo hizo con Saulo de Tarso.

2. Observe, Dios est� dispuesto a escuchar su defensa, si puede hacer una honesta y verdadera; pero si no, escuchar� tu confesi�n. Cual sera?

III. SE PUEDE CONSIDERAR QUE DIOS SE DIRIGE A AQUELLOS QUE, CON EL CORAZ�N CONVENCIDO Y QUEBRADO, TIENEN MIEDO DE AVENTURARSE ANTE �L, y que tienen la sentencia de condena y muerte en s� mismos.

IV. Completemos todo este glorioso tema de la salvaci�n, invit�ndolos a observar y admirar el gran principio establecido por este texto, que, CUALQUIERA QUE SEA LA MAGNITUD DE NUESTROS PECADOS, NO NOS EXCLUYEN DE LOS BENEFICIOS DE LA DIVINA MISERICORDIA. ( El evangelista. )

Perdonando misericordia

El perd�n del pecado ha sido llamado justamente "la sangre vital de la religi�n". Es esto lo que corre por todas las partes de la Escritura, como la sangre en nuestras venas, y es el objeto principal del glorioso Evangelio.

I. Lo primero en el texto es UN CARGO IMPL�CITO, y m�s particularmente expresado, en los primeros vers�culos de este cap�tulo. La acusaci�n es el pecado, el pecado m�s agravado. El escarlata y el carmes� son colores muy alejados del blanco, que es el emblema de la inocencia o la rectitud. ( Apocalipsis 19:8. Pero aqu� pecadores se representan como en prendas de vestir manchadas de sangre).

Se puede pretender la naturaleza sanguinaria, asesina y destructiva del pecado. El pecado ha matado a millones. ( Romanos 5:12. ) Algunos entienden por la palabra �escarlata�, te�ido doble; tan profundamente te�ido por el pecado como sea posible; como cuando cualquier prenda ha sido te�ida dos veces, primero en la lana y nuevamente en el hilo o la pieza. As� que los grandes pecadores son te�idos dos veces, primero en su naturaleza corrupta, y luego nuevamente en los h�bitos confirmados de la transgresi�n real. Es absolutamente necesario que cada uno de nosotros sepa personalmente que este es su propio caso.

II. LA INVITACI�N. La verdadera religi�n es lo m�s razonable del mundo.

1. �No es la autoconservaci�n muy razonable? La consideramos la primera ley de la naturaleza y deber�amos culpar al hombre que la descuida. �Se est� incendiando una casa? Deje que el habitante escape por su vida.

2. �No es razonable que un hombre lo haga bien por s� mismo? S�; "Los hombres te alabar�n cuando te hagas bien". Felicitamos al comerciante honesto, ingenioso y trabajador. �Es razonable que un hombre se ocupe de sus propios asuntos? Bueno, "una cosa es necesaria"; el cuidado de tu alma es el negocio de la vida ( Lucas 10:42 ).

�Es razonable mejorar las oportunidades de negocio, como ferias y mercados? Redime entonces el tiempo y aprovecha las doradas oportunidades de ganancia para tu alma. �Es razonable hacer un buen trato? El cristiano hace lo mejor del mundo. �Es razonable cultivar la amistad con los sabios, los buenos y los grandes? �Oh, qu� sabio hacer de Cristo nuestro Amigo!

3. �No es razonable creer en el Dios de verdad? La Palabra de Dios tiene toda la confirmaci�n que podr�amos desear.

4. �No es el amor a Dios y al hombre perfectamente razonable? Esta es la totalidad de nuestra religi�n. �Es razonable o no amar al Mejor de los seres mejor que a todos los dem�s seres?

III. LA GRACIOSA PROMESA. �Aunque sean tus pecados�, etc. El perd�n del pecado es lo primero en la religi�n. El gran negocio de Cristo en la tierra fue conseguirlo. El perd�n del pecado se origina en la misericordia gratuita y la gracia soberana de Dios, sin respeto a nada bueno en la criatura. Pero no debemos esperar el perd�n de un Dios absoluto. El perd�n es un acto de justicia y de misericordia.

Misericordia por parte de Dios, pero justicia por Cristo. Otra cosa es que es solo por la fe que se nos hace part�cipes de la misericordia que perdona. F�jense tambi�n en la perfecci�n del perd�n, que se expresa haciendo escarlata como la nieve y carmes� como la lana. Debemos entender esto del pecador, no de sus pecados. El perd�n no altera la naturaleza ni disminuye la maldad del pecado. ( G. Burder, DD )

La razonabilidad de las ofertas y los t�rminos del Evangelio.

I. LAS OFERTAS DEL EVANGELIO. El Todopoderoso se propone aqu� quitar completamente la culpa del pecado y, en consecuencia, remitir el castigo que se le debe. Hay varios tipos y grados de pecado; pecados de diferentes colores y complexiones, m�s o menos agravados, m�s o menos reforzados por el h�bito y la indulgencia. Pero la oferta de perd�n se extiende a todos por igual. �No es esta una bendici�n especialmente adaptada a nuestra necesidad? Nada m�s que una remisi�n gratuita del pecado puede adaptarse a nuestro caso. Dios trata con nosotros de la manera m�s razonable y nos deja sin excusa si no atendemos a Su oferta.

II. LOS T�RMINOS DEL EVANGELIO.

1. Respecto a la fe. �No es esta una solicitud perfectamente razonable? Puesto que Dios le ha proporcionado una salvaci�n, �no tiene derecho a estipular los medios por los que se aplicar� a s� mismo el beneficio de esa salvaci�n? �Y qu� manera m�s f�cil y sencilla podr�a haber ideado?

2. En cuanto al arrepentimiento. �Hay algo irrazonable en esta requisa? �Puede considerarse como una condici�n dif�cil que debamos renunciar a aquellas pr�cticas que le cuestan la vida al Hijo de Dios? y que, si no hubiera muerto por ellos, nos habr�a costado el alma? Si la religi�n es en s� misma un servicio tan razonable, �c�mo puedes actuar tan irracionalmente como para no elegirlo y seguirlo? ( E. Cooper. )

Autoexamen en la presencia de Dios

I. EL DEBER DE EXAMINAR NUESTRO CAR�CTER MORAL Y CONDUCTA JUNTO CON DIOS. Siempre hay dos seres que se preocupan por el pecado: el ser que lo comete y el ser contra el que se comete. Un examen conjunto como este produce un sentido muy agudo de la maldad y la culpa del pecado. Cuando el alma est� encerrada con el Santo de Israel, hay grandes b�squedas de coraz�n. Otro efecto es hacer que nuestros puntos de vista sean discriminatorios. Los objetos se ven en sus verdaderas proporciones y significados.

II. HAY PERD�N CON DIOS. Deducimos las siguientes direcciones pr�cticas.

1. En todos los estados de ansiedad religiosa, debemos acercarnos instant�nea y directamente a Dios.

2. Debemos hacer una declaraci�n completa y clara de todo a Dios. ( WGT Shedd, DD )

Perd�n

En este pasaje ...

I. SE ASUME LA EXISTENCIA DE CULPA ENORME. Los agravamientos del pecado se encuentran en su forma m�s elevada donde se instituyen medios poderosos para disuadir de su perpetraci�n, y donde, sin embargo, se comete a pesar de restricciones eminentemente calculadas para dirigir el alma hacia el bien. Nos dirigimos de inmediato al pa�s en el que habitamos, para encontrar los pecados que son como el tinte "escarlata" o "carmes�". El nuestro es un pa�s, notablemente favorecido con los medios mejor adaptados para conducir de la transgresi�n y excitar a la obediencia.

II. SE PROMETE EL BONITO DE LA MISERICORDIA PERDONADORA.

1. De hecho, se podr�a haber imaginado que, despu�s de tan repetidas acusaciones de iniquidad, s�lo se producir�a una amenaza de perdici�n. �Dios no es justo? �No est� celoso de su gloria?

2. Una promesa como esta se hace en perfecta coherencia con la justicia inmutable y la santidad de la naturaleza divina.

3. Ser� apropiado observar la manera en que se otorga la bendici�n prometida. Dios comunica el perd�n a trav�s del sacrificio expiatorio de Su Hijo.

4. Para asegurar la aplicaci�n personal del sacrificio de Cristo, debe haber en ustedes la producci�n de ciertas emociones y principios, por la operaci�n del Esp�ritu de Dios.

5. Observemos adem�s, la suficiencia por la cual se caracteriza esta prometida bendici�n del perd�n.

III. SE DESEA EL EJERCICIO DE CONSIDERACI�N SABIA. ( James Parsons. )

Protesta divina

I. LOS PERSONAJES A LOS QUE AQU� SE DIRIGE. Vemos a los jud�os acusados

1. Con una gran desviaci�n de Dios.

2. Con llevar sus abominaciones a los servicios religiosos del santuario.

II. EL CAR�CTER EN EL QUE DIOS EST� REPRESENTADO AQU� POR EL PROFETA, es decir, de la m�s asombrosa condescendencia. Hay varios m�todos en los que se puede decir que Dios razona con nosotros.

1. Por aflicciones familiares.

2. Por inflicciones personales.

3. Por terribles providencias.

4. A trav�s del ministerio de Su Palabra.

�Por qu� Dios condesciende a razonar con nosotros? Para el otorgamiento del perd�n. Tu raz�n, en sus m�s altos poderes, es desafiada. ( J. Gaskin, MA )

La trompeta de plata

I. Nuestro texto est� dirigido a PECADORES DEL M�S PROFUNDO TINTOR.

1. En el segundo vers�culo percibir� que el texto estaba dirigido a pecadores insensatos, tan insensatos que Dios mismo no se dirig�a a ellos en protesta, sino que llamaba a los cielos y la tierra para escuchar sus quejas.

2. El texto se da a los pecadores ingratos. "He alimentado y criado hijos, y ellos se han rebelado contra M�". �Oh, cu�ntos de nosotros caemos bajo esta descripci�n!

3. Al leer el tercer vers�culo, percibir� nuevamente que el texto est� dirigido a hombres que son peores que las bestias. Ninguno de nosotros mantendr�a un caballo durante veinte a�os, si nunca funcionara, sino que solo buscara lastimarnos; y, sin embargo, hay hombres a quienes Dios ha guardado estos cuarenta y cincuenta a�os, les ha puesto el aliento en la nariz, el pan en la boca y la ropa en la espalda, y no han hecho nada m�s que maldecirle, hablan mal de su servicio. e infringir�s sus leyes.

4. Eran un pueblo "cargado de iniquidad".

5. No solo estaban cargados de pecado, sino que tambi�n eran maestros en transgresiones. "Ni�os que son corruptores".

6. El texto bendito que tenemos a mano est� dirigido a hombres sobre quienes se hab�an perdido y desechado toda clase de aflicciones. Es una gran agravaci�n de nuestro pecado cuando pecamos bajo la vara.

7. La invitaci�n se env�a a hombres que parec�an totalmente depravados desde la planta del pie hasta la cabeza.

II. El texto nos presenta el RAZONAMIENTO DEL PODER M�S PREVALENTE.

III. Las palabras de este texto contienen una PROMESA DE PERD�N DE LA M�XIMA FUERZA. �Aunque vuestros pecados sean como escarlata, ser�n blancos como la nieve; y aunque sean rojas como el carmes�, ser�n como lana �. Estos colores se seleccionan por su brillo extraordinario. Ahora bien, algunos pecados son pecados notorios y llamativos; no puedes evitar verlos; y el mismo pecador se ve obligado a confesarlos.

Pero la palabra hebrea transmite la idea de doble te�ido - lo que llamamos colores arraigados - cuando la lana ha estado tanto tiempo en el tinte que no se puede sacar; aunque lo lave o lo use todo el tiempo que quiera, debe destruir la tela antes de que pueda destruir el color. Sin embargo, aqu� est� la promesa de un perd�n total por los deseos deslumbrantes y arraigados. Y observe c�mo se pone el perd�n - "ser�n como nieve" - ??pura nieve virgen blanca.

Pero la nieve pronto pierde su blancura y, por lo tanto, se compara con la blancura de la lana lavada y preparada por el ama de casa ocupada para su hermoso lino blanco. Ser�s tan purificado, que no quedar� sobre ti ni la sombra de una mancha, ni la se�al de un pecado. Cuando un hombre cree en Cristo, est� en ese momento, ante los ojos de Dios, como si nunca hubiera pecado en toda su vida.

IV. EL TIEMPO mencionado en el texto, que es de la SIGNIFICACI�N M�S SOLEMNA. "Ahora." ( CH Spurgeon. )

Razones para separarse del pecado

Es el gran gozo de nuestro coraz�n que no trabajemos en vano, ni gastemos nuestras fuerzas en vano. A�n as�, hay un bajo en esta m�sica: hay algunos, y estos no pocos, que permanecen sin bendiciones donde otros se salvan. Es obvio que algo obstaculiza. �Qu� puede ser? La verdadera raz�n por la cual los hombres que tienen un ferviente deseo de ser salvos, y tienen una religiosidad sincera de cierto tipo, no encuentran la paz, es porque est�n enamorados del pecado. �Venid ahora, y razonemos juntos, dice el Se�or�. Dejemos este asunto fuera y escuchemos lo que se debe instar a favor de las demandas de Dios.

I. ES UNA COSA RAZONABLE QUE EL PECADO DEBE SER RENUNCIADO.

1. Porque es sumamente inconsistente suponer que se puede perdonar mientras continuamos en el pecado. �C�mo pudo el Juez de toda la tierra hacer un gui�o a la iniquidad? Imag�nense qu� efecto tendr�a en nuestro pa�s si se emitiera una proclama de que en lo sucesivo todo tipo de delitos contra la ley ser�an inmediatamente perdonados y los hombres podr�an seguir cometi�ndolos. �Y cu�l ser�a el efecto sobre el pecador mismo si ese fuera el caso? D�gale a un hombre: no debe ser castigado por su pecado y, sin embargo, puede vivir en �l todav�a, �y qu� peor giro le podr�a hacer? Aqu� hay una herida sangrante en mi brazo; el cirujano dice que permitir� que siga sangrando, pero eliminar� mi sensaci�n de desmayo y dolor.

Me negar�a a que as� fuera. No es razonable que esperes que Dios te permita permanecer impenitente y, sin embargo, te d� el beso del amor perdonador. No ser�a ni honorable para Dios, ni bueno para sus semejantes, ni realmente beneficioso para usted.

2. �No es razonable tambi�n que nos separemos del pecado, porque el pecado es tan grave para Dios?

3. � No deber�a abandonarse por el da�o que ya le ha hecho al hombre!

4. Recuerde, tambi�n, que a menos que se arrepienta y abandone el pecado, ning�n acto suyo, ni ceremonia religiosa, ni o�r, ni orar puede posiblemente salvarlo.

II. Perm�tanme ir m�s all� y declarar que ES MUY RAZONABLE QUE EL HOMBRE DEBE BUSCAR LA PUREZA DE CORAZ�N. Pides perd�n y, a cambio, Dios te dice: �L�vate, l�mpialo; aparta la maldad de tus obras de delante de mis ojos; deja de hacer el mal; aprender a hacerlo bien; buscar juicio; aliviar a los oprimidos; juzga a los hu�rfanos; aboga por la viuda ". �No hay raz�n en este mandato? Pr�cticamente dices: �Se�or, entra en amistad y paz conmigo.

"El Se�or responde:" No hay paz para los malvados: s�lo cuando ustedes se renueven en la naturaleza, puede haber paz entre nosotros ". �Quieres pedirle a Dios que tenga comuni�n contigo mientras eres un amante del pecado?

III. SI EL PECADOR PERMANECE IMPENITENTE, ES MUY IRRAZONABLE QUE EL PONGA LA CULPA DE NO SER PERDONADO EN EL CAR�CTER DE DIOS, PORQUE DIOS EST� LISTO PARA PERDONAR.

IV. ES COSA RAZONABLE QUE DIOS DEBER�A EXIGIR CON ESTE PERD�N LA OBEDIENCIA A SU MANDAMIENTO. �Y cu�l es ese comando? Es: �Si est�is dispuestos y obedec�is, comer�is del bien de la tierra; pero si reh�san y se rebelan, la espada los devorar� �. �Obediente a qu�? Obediente a todos los preceptos del Evangelio. ( CH Spurgeon. )

Pecadores escarlata perdonados y purificados

Es un ejemplo maravilloso de compasi�n divina que Dios est� dispuesto a celebrar una conferencia con el hombre. Por supuesto, la primera persona en solicitar tal conferencia deber�a haber sido la parte infractora. Pero, en lugar de que el hombre busque a Dios y ruegue con l�grimas amargas: �Se�or, esc�chame con l�stima; esc�chame atentamente y perd�name �; es Dios quien viene buscando al hombre. Seguramente deber�a ser un gran gozo para un hombre escuchar que Dios lo invita a una conferencia; deber�a tener un coraz�n de esperanza de ese hecho. Dios se encuentra con el hombre de dos maneras: primero, mediante el perfecto perd�n del pecado y, a continuaci�n, mediante una liberaci�n limpia del poder del pecado.

I. Primero, supongo que tengo ante m� a alguien que dice: "MIS PECADOS SON TAN BRILLANTES COMO ESCARLATA". �C�mo puedo ser amigo de Dios si mis pecados son tan prominentes? Los pecados de algunas personas son de un color mon�tono, es posible que no los note; los pecados de otras personas son una especie de marr�n blanquecino, apenas los percibir�as; pero mis pecados son escarlata, ese es un color que se observa de inmediato. �Qu� tipo de pecados pueden llamarse escarlata?

1. Los vicios m�s inmundos.

2. Los pecados universalmente condenados, aquellos pecados que son ofensas contra el Estado, y contra el bienestar y el orden social de la comunidad, tales como la deshonestidad, el robo, la peculaci�n en todas sus formas, la picard�a, el enga�o, la mentira.

3. Los desaf�os m�s ruidosos de Dios. Algunos hombres se atreven a contradecir la Escritura, a expresar su incredulidad en ella, es m�s, a contradecir a Dios mismo incluso para expresar su incredulidad en Su existencia; y, sin creer en Dios, se atreven a cuestionar su providencia, a juzgar sus palabras y a criticar y sarcasmos los actos del Alt�simo.

4. Los pecados escarlata pueden consistir, nuevamente, en disipaciones prolongadas.

5. En repetidas transgresiones.

6. En cualquier acto de pecado que sea claramente deliberado. �Quieres saber c�mo se puede hacer esto? Es a trav�s del gran sacrificio expiatorio de Jesucristo.

II. Pero hay una segunda dificultad. El hombre de quien habl� por primera vez tambi�n dice: "MI TENDENCIA AL PECADO EST� PROFUNDAMENTE GRABADA". �l dice: "Si todos mis pecados escarlata fueran perdonados, me temo que no estar�a bien ni siquiera entonces". �Por qu� no? �Porque siento dentro de m� impulsos hacia el mal que, creo, son m�s fuertes que en cualquier otra persona. Bueno, lo llevar� a su propio terreno; Creo que hay algunas personas que tienen una mayor tendencia hereditaria a algunos pecados que otras.

A�n as�, aunque sus pecados sean rojos como el carmes�, ser�n como lana, Dios sabe c�mo efectuar esta transformaci�n por la obra del Esp�ritu Santo. "�Oh!" dice otro: �No deber�a importarme las tendencias hereditarias; pero mi dificultad es que he estado cometiendo pecados habitualmente ". El Esp�ritu Santo te ayudar� a deshacerte de todo h�bito pecaminoso a la vez. Sabes que el escarlata y el carmes� son colores muy dif�ciles de sacar de cualquier tejido.

Ni el roc�o, ni la lluvia, ni ning�n proceso ordinario de blanqueamiento sacar�n el escarlata. Pero Dios sabe c�mo, sin destrozar la tela, sacar un h�bito carmes� de cincuenta a�os y no dejar una mancha. Escuch� a una tercera persona decir: �El problema conmigo es que tengo una resistencia mental tan d�bil al mal, soy tan d�bil, soy un pobre tonto. Bueno, no eres muy tonto si sabes que lo eres; los m�s tontos son los que nunca saben que son tontos.

A�n as�, hay gente de este tipo. Ahora, si vienes y razonas con Dios, y te rindes al poder del Esp�ritu Santo, �l te pondr� la columna vertebral. A�n as�, tal vez, no he dado en el clavo con todos ustedes. Algunos est�n enredados por sus circunstancias. Pero la gracia de Dios puede librarte. No hay nada como decidir que est�s saliendo directamente de todo lo que est� mal, cueste lo que cueste.

"�De qu� le sirve al hombre ganar el mundo entero y perder su alma?" El barco se est� hundiendo, y si su peque�o bote est� atado a �l, usted tambi�n se hundir�. �Lev�ntate con el hacha y corta la cuerda! Creo que escucho a otro decir: "Pero soy un hombre de pasiones tan fuertes". Deben deshacerse de ellos; y no conozco ninguna operaci�n quir�rgica que pueda hacerlo; tendr�s que nacer de nuevo, esa es la �nica cura real. ( CH Spurgeon. )

Te�ido y decoloraci�n

Todos los hombres pueden te�irse el alma, pero, como dice un divino divino, solo Dios puede blanquearlos. Est� en nuestro poder te�irnos de todos los colores, pero solo Dios puede hacernos blancos. La idea es que no hay ninguna condici�n humana que est� demasiado desesperada por recibir un tratamiento Divino. ( J. Parker, DD )

La teolog�a de los colores

Hay una filosof�a de colores; hay una teolog�a de matices; ya Dios le agrad� representar la pureza por la blancura. Los santos de arriba est�n vestidos de blanco; los que aman a Dios est�n ahora vestidos con ropas blancas, y es la ramera de la tierra la que est� escarlata y vive en su significativo enrojecimiento. ( J. Parker, DD )

Pecados escarlata y carmes�

Los pecados se comparan aqu� con el tinte escarlata y carmes�, y con raz�n, de hecho. Porque, en primer lugar, el escarlata y el carmes� son los colores m�s deslumbrantes y ostentosos; y el pecado es la apariencia m�s audaz y enga�osa bajo la cual el hombre afrenta la majestad de Dios ante los ojos del cielo y la tierra. El escarlata y el carmes� tambi�n son el rubor de la verg�enza. �Y qu� vergonzoso es el pecado, o m�s bien qu� puede ser vergonzoso sino el pecado! El escarlata y el carmes� tambi�n son el color de la sangre; y la sangre est� sobre la cabeza de cada pecador, como San Pablo, dijo a los jud�os incr�dulos cuando se negaron a convertirse de sus pecados: Tu sangre sea sobre tus propias cabezas �Y el escarlata y el carmes� eran (lo que sean ahora) colores que estaba m�s all� del poder y la habilidad de todos los hombres para descargar de la tela que hab�an sido te�idos con ellos. �Y no est� igualmente m�s all� del poder del hombre limpiar su propia alma del tinte del pecado? (RWEvans, BD )

Todopoderoso blanco

Un predicador admir� la blancura de la ropa de una lavandera. All� colgaban de la l�nea, maravillosamente blancos, en comparaci�n con las pizarras oscuras del techo de la casa detr�s de ellos. Pero despu�s de que llegara una tormenta de nieve, que cubri� los tejados y las calles con un manto de pureza inmaculada, parec�an haber perdido toda su blancura. Y cuando �l le dijo: �La ropa no se ve tan blanca como antes�, ella respondi�: ��Ah, se�or! la ropa es tan blanca como antes, pero �qu� puede oponerse al blanco de Dios Todopoderoso? ( Vida de Saith. )

Ven ahora

"�Sabes que, como vivo", escribi� James Smetham, "me impresiona cada vez m�s una palabra, y esa palabra es ahora ?"

Pecados "escarlata"

�Tenemos algunas peque�as dificultades�, dijo un profesor cient�fico, �con los tintes de hierro; pero los m�s problem�ticos de todos son los trapos rojos de Turqu�a. Ver�, he sumergido esto en mi soluci�n; su rojo es m�s p�lido, pero a�n es fuerte. Si lo remojo lo suficiente para borrar el color por completo, la fibra se destruir�; ser� in�til para nuestra fabricaci�n. Entonces, �c�mo vamos a deshacernos de nuestros trapos rojos? Dejamos su tinte indeleble como est� y los convertimos en papel secante rojo.

Quiz�s se haya preguntado por qu� nuestra almohadilla secante es roja; ahora sabes la raz�n ". �Qu� ilustraci�n sorprendente de la idoneidad y la fuerza de esta figura de la Palabra de Dios, y del poder de �la sangre preciosa de Jes�s� para cambiar y limpiar es la que proporciona la explicaci�n anterior! El Esp�ritu de Dios llev� al profeta Isa�as a escribir, no �aunque tus pecados sean tan azules como el cielo, o tan verdes como la hoja de olivo, o tan negros como la noche.

"Eligi� el mismo color que la ciencia moderna, con todos sus dispositivos, encuentra indestructible -" aunque tus pecados sean como escarlata, ser�n tan blancos como la nieve "; aunque sean rojas como el carmes�, ser�n como lana �.

Rosas hablando de pecado y perd�n

Una noche de junio, hace unos a�os, la hermana Margaret regresaba a casa de su trabajo en las calles, triste de coraz�n por el pecado y la miseria que la rodeaba, y algo decepcionada por lo que parec�a una noche de trabajo infructuoso. Se hab�a llevado un ramo de flores, y ahora estaban todas marchitas, excepto dos rosas que hab�an mantenido su frescura: una de un rojo intenso y la otra de un blanco puro. Mientras los miraba, se le ocurrieron las palabras: �Aunque tus pecados sean como escarlata, ser�n blancos como la nieve.

De repente, al levantar la vista, vio a la sombra de una puerta en Piccadilly a una ni�a, una imagen de absoluta desesperaci�n. La hermana se acerc� a ella y le tendi� las rosas; pero el rostro de la ni�a se endureci� de inmediato con desd�n y se volvi�. La hermana la sigui� en silencio, cuando la ni�a se volvi� y dijo enojada: ��Por qu� vienes a m� con flores? �Quieres atormentarme? "�Sabes lo que estas rosas parec�an decirme, esta rosa blanca y esta rosa roja?" dijo la hermana amablemente.

�El mensaje que hablaron fue este: 'Aunque tus pecados sean como escarlata, ser�n tan blancos como la nieve'�. �S�, dijo la ni�a, �eso est� muy bien para ti, pero no estoy en condiciones de tocar ellos." �Oh, pero el mensaje es tanto para ti como para m�, y nuevamente la hermana extendi� las flores. Entonces la ni�a rompi� a llorar: �Las tomar� y las guardar� por el bien de mi madre. Me envi� dos rosas en su �ltima carta.

Los tengo ahora en la Biblia que me dio cuando sal� de casa para ir a Londres. Ahora era f�cil instar el mensaje de amor. Esa noche la ni�a dej� su vida de pecado y vino simplemente al Salvador. Pronto fue restaurada a su hogar en el campo y su nueva vida ha sido una bendici�n para muchos. Con frecuencia, ella env�a una caja de flores a la hermana Margaret, con el mensaje: �D�selas a las ni�as; una flor me salv�. Puede que sirva tanto para otra persona ". ( M. Guy Pearse. )

Versículos 19-20

Si est�is dispuestos y obedec�is, comer�is lo bueno de la tierra.

La obligaci�n de todos los que han recibido la voluntad revelada de Dios de ajustarse a ella.

El texto, que involucra la gran verdad que evidentemente est� impl�cita en �l, es la sanci�n con la que se hace cumplir todo el cap�tulo.

I. ES OBLIGACI�N VINCULADA DE TODOS LOS QUE HAN RECIBIDO LA VOLUNTAD REVELADA DE DIOS, YA SEAN NACIONES O PERSONAS, CUMPLIR CON ESA VOLUNTAD, - as� como en la regulaci�n de su fe y pr�ctica, como en el orden y gesti�n de su asuntos, en la formaci�n y ejecuci�n de sus leyes; y no admitir ning�n otro principio, ni regirse por ninguna otra regla. Considerar&mdash

1. Cuya revelaci�n es para una conformidad devota y universal a la que suplicamos.

2. �Con qu� prop�sito se ha complacido Dios en darnos a conocer Su mente y Su voluntad?

3. La maravillosa adaptaci�n de esta voluntad celestial a todos nuestros deseos y circunstancias.

4. La deplorable condici�n del hombre sin esa luz del cielo.

5. Es por la voluntad revelada de Dios que finalmente todos seremos juzgados.

II. LAS CONSECUENCIAS de adherirse o desviarse de esa revelaci�n Divina, en cualquier aspecto. Nunca podemos suponer que Dios permitir� que cualquier naci�n o individuo no crea o ignore su Palabra con impunidad; ni podemos imaginar que �l permitir� que ninguna naci�n o individuo, obedeciendo Su voz, se quede sin Su bendici�n.

III. ALGUNAS OBJECIONES QUE PUEDEN SER URGADAS.

1. Todo esto se aplica al Israel de anta�o, como una naci�n peculiar, levantada de una manera particular, con un prop�sito especial. �Pero no es �l, que era su Dios, el Dios de todas las familias de la tierra?

2. � Pero el Antiguo Testamento se aplica igualmente a nosotros como el Nuevo? Indudablemente.

3. �Encontramos alguna insinuaci�n de este tipo en el Nuevo Testamento? Ciertamente. ( Mateo 5:17 ; Romanos 15:4 ; 1 Corintios 10:11. )

4. �C�mo es posible, en medio de una descripci�n mixta del car�cter, producir tal estado de cosas? Intenta dejar el problema en manos de Dios.

5. Pero, �tendr�as todo para estar basado en el Verbo Divino? S�, todo. Quisiera ver a toda la naci�n viviendo en el temor de Dios y esforz�ndose por promover Su gloria. ( R. Shittler. )

Se acepta la obediencia sincera

No dice: Si eres perfectamente obediente, pero de buena gana; porque si hay una mente dispuesta, se acepta. ( M. Henry. )

La culpa amarga las comodidades de las criaturas

Si el pecado es perdonado, las comodidades de las criaturas se convierten en verdaderas comodidades. ( M. Henry. )

Econom�a equivocada

Cerca de Port Arthur en el Dominio Canadiense hay una peque�a isla llamada Silver Island. Se sab�a que la plata estaba all� y algunos caballeros canadienses se unieron en exploraciones. La mayor�a de ellos, sin embargo, se opusieron al desembolso necesario en obras y vendieron sus derechos a una empresa estadounidense. Los estadounidenses comenzaron a cavar y encontraron plata no solo en vetas ricas, sino tambi�n en l�minas gruesas y s�lidas. Los canadienses lamentaron amargamente su locura al no gastar el dinero que habr�a asegurado el tesoro, pero ya era demasiado tarde.

Hay quienes, aunque est�n llamados a enriquecerse tanto por el tiempo como por la eternidad, no est�n dispuestos a renunciar a los pecados que encuentran tan agradables. No pagar�n el precio preliminar y, cuando sea demasiado tarde, descubrir�n cu�nto se han perdido. Otros han pagado el precio; han asegurado el tesoro, pero cuando los lamentos son infructuosos, los amantes del mundo actual ven el error fatal que han cometido y tienen una eternidad oscura para meditar sobre su locura. ( Puertas de la imaginer�a ) .

La boca del Se�or lo ha dicho

La infalibilidad de las Escrituras

Por tanto, lo que Isa�as dijo fue dicho por Jehov�. Toda la Escritura, inspirada por el Esp�ritu, es dicha por boca de Dios. La misma valoraci�n de la Palabra del Se�or se ve en los ap�stoles de nuestro Se�or; porque trataron las Escrituras antiguas como supremas en autoridad, y apoyaron sus declaraciones con pasajes de las Sagradas Escrituras.

I. ESTA ES NUESTRA GARANT�A PARA ENSE�AR LA VERDAD DE LAS ESCRITURAS. No valdr�a la pena hablar de lo que Isa�as ha dicho, si no hubiera nada m�s que el pensamiento de Isa�as; tampoco deber�amos preocuparnos por meditar hora tras hora en los escritos de Pablo, si no hubiera nada m�s que Pablo en ellos. No sentimos un llamado imperativo a exponer y hacer cumplir lo dicho por los hombres; pero, puesto que �la boca del Se�or lo ha dicho�, �ay de nosotros si no predicamos el Evangelio!

1. El verdadero predicador, el hombre a quien Dios ha comisionado, entrega su mensaje con temor y temblor, porque �la boca del Se�or lo ha hablado�. �l lleva la carga del y se inclina debajo de �l. Llamaron cu�quero a Jorge Fox, porque cuando hablaba se estremec�a enormemente por la fuerza de la verdad que tan profundamente aprehend�a. Mart�n Lutero, que nunca temi� el rostro de un hombre, sin embargo declar� que cuando se pon�a de pie para predicar, a menudo sent�a que sus rodillas se juntaban bajo el sentido de su gran responsabilidad. �Ay de nosotros si nos atrevemos a hablar la Palabra del Se�or con menos de todo nuestro coraz�n, alma y fuerzas! �Ay de nosotros si manejamos la Palabra como si fuera una ocasi�n para exhibirnos!

2. Porque la boca del Se�or ha dicho la verdad de Dios, nos esforzamos por predicarla con absoluta fidelidad. No nos corresponde a nosotros corregir la revelaci�n divina, sino simplemente hacernos eco de ella.

3. Una vez m�s, como "la boca del Se�or lo ha dicho", hablamos la verdad Divina con valor y plena seguridad. La modestia es una virtud; pero la vacilaci�n, cuando hablamos por el Se�or, es una gran falta. Aquellos que hacen a un lado la autoridad de nuestro Maestro muy bien pueden rechazar nuestro testimonio: estamos contentos de que lo hagan. Pero, si decimos lo que ha dicho la boca del Se�or, aquellos que escuchan Su Palabra y la rechazan, lo hacen bajo su propio riesgo.

Se nos insta a ser caritativos. Somos caritativos; pero es con nuestro propio dinero. No tenemos derecho a ceder lo que est� en nuestro fideicomiso y no est� a nuestra disposici�n. Cuando tenemos que ver con la verdad de Dios, somos mayordomos, y debemos ocuparnos del tesoro de nuestro Se�or, no en la l�nea de la caridad a las opiniones humanas, sino por la regla de la fidelidad al Dios de la verdad.

4. Debido a que �la boca del Se�or lo ha dicho�, nos sentimos obligados a hablar Su Palabra con diligencia, tan a menudo como podamos, y con perseverancia, mientras vivamos. Sin duda, ser�a una bendici�n morir en el p�lpito; gastar el �ltimo aliento actuando como la boca del Se�or. Los s�bados tontos son pruebas feroces para los verdaderos predicadores. Recuerde c�mo John Newton, cuando era bastante incapaz de predicar, e incluso deambulaba un poco debido a sus debilidades y edad, persisti� en la predicaci�n; y cuando lo disuadieron, respondi� con calidez: ��Qu�! �Dejar� el viejo blasfemo africano de predicar a Jesucristo mientras haya aliento en su cuerpo? As� que ayudaron al anciano a subir al p�lpito nuevamente, para que pudiera hablar una vez m�s de la gracia inmerecida y el amor moribundo.

5. Si obtenemos una aprensi�n correcta acerca de la verdad del Evangelio - que �la boca del Se�or lo ha dicho� - nos impulsar� a decirlo con gran ardor y celo. �C�mo puedes ocultar las noticias celestiales? Sus�rralo al o�do de los enfermos; gr�talo en las esquinas de las calles; escr�balo en sus tabletas; env�elo desde la prensa; pero en todas partes sea este su gran motivo y garant�a: usted predica el Evangelio porque "la boca del Se�or lo ha hablado".

II. ESTE ES EL RECLAMO DE LA PALABRA DE DIOS A SU ATENCI�N.

1. Cada palabra que Dios nos ha dado en este Libro reclama nuestra atenci�n, debido a la infinita majestad de Aquel que la pronunci�.

2. El reclamo de Dios de ser escuchado radica tambi�n en la condescendencia que lo ha llevado a hablarnos.

3. La Palabra de Dios debe ganar su o�do debido a su importancia intr�nseca. �La boca del Se�or lo ha dicho�, entonces no es una bagatela. Dios nunca habla vanidad. Ninguna l�nea de sus escritos trata de los temas fr�volos de un d�a. Concerniente a las realidades eternas, �l te habla.

4. Conf�e en ello, si "la boca del Se�or lo ha dicho", hay una necesidad urgente y apremiante. Dios no rompe el silencio para decir lo que bien podr�a haber quedado sin decir. Su voz indica una gran urgencia.

III. ESTO LE DA A LA PALABRA DE DIOS UN CAR�CTER MUY ESPECIAL.

1. En la Palabra de Dios, la ense�anza tiene una dignidad �nica. Este Libro est� inspirado como ning�n otro libro, y es hora de que todos los cristianos confiesen esta convicci�n. No s� si ha visto la vida del Sr. Smiles de nuestro difunto amigo, George Moore; pero en �l leemos que, en cierta cena, un hombre culto coment� que no ser�a f�cil encontrar una persona inteligente que creyera en la inspiraci�n de la Biblia.

En un instante, la voz de George Moore se escuch� al otro lado de la mesa, diciendo audazmente: "S�, quiero". No se dijo nada m�s. No seamos retr�grados al tomar el lado anticuado e impopular, y decir abiertamente: "S�, acepto". �D�nde estamos si nuestras Biblias se han ido? �D�nde estamos si se nos ense�a a desconfiar de ellos? Es mejor creer lo que sale de la boca de Dios y ser llamado necio, que creer lo que sale de la boca de los fil�sofos y, por tanto, ser estimado como un sabio.

2. Tambi�n hay acerca de lo que la boca del Se�or ha dicho con absoluta certeza. Lo que el hombre ha dicho es insustancial, incluso cuando es cierto. Pero con la Palabra de Dios tienes algo a lo que aferrarte, algo a lo que tener y a lo que aferrarse.

3. Una vez m�s, si �la boca del Se�or ha hablado�, tenemos en esta expresi�n el car�cter especial de inmutable firmeza. Una vez dicho por Dios, no solo es as� ahora, sino que siempre debe ser as�. Uno le dijo a su ministro: "Mi querido se�or, seguramente deber�a ajustar sus creencias al progreso de la ciencia". "S�", dijo, "pero no he tenido tiempo de hacerlo hoy, porque todav�a no he le�do los peri�dicos de la ma�ana". Uno tendr�a que leer los peri�dicos de la ma�ana y leer cada nueva edici�n para saber d�nde se encuentra ahora la teolog�a cient�fica; porque siempre est� cortando y cambiando.

4. Perm�tanme agregar aqu� que hay algo �nico en la Palabra de Dios, debido al poder Todopoderoso que la acompa�a. �Donde est� la palabra de un rey, hay poder�; donde est� la Palabra de un Dios, hay omnipotencia.

IV. ESTO HACE DE LA PALABRA DE DIOS UN TERRENO DE GRAN ALARMA PARA MUCHOS. �Quieres que te lea todo el vers�culo? �Pero si reh�san y se rebelan, ser�n consumidos por la espada, porque la boca del Se�or lo ha hablado�. Dios nunca ha pronunciado una amenaza que haya ca�do al suelo. De nada sirve sentarse, sacar conclusiones de la naturaleza de Dios y argumentar: "Dios es amor, y por lo tanto no ejecutar� la sentencia sobre los impenitentes". �l sabe lo que har� mejor de lo que usted puede inferir; No nos ha dejado a inferencias, porque ha hablado de manera clara y directa.

V. ESTO HACE DE LA PALABRA DEL SE�OR LA RAZ�N Y EL RESTO DE NUESTRA FE. �La boca del Se�or lo ha dicho�, es el fundamento de nuestra confianza. Hay perd�n; porque Dios lo ha dicho. Creo que escucho a alg�n hijo de Dios decir: �Dios ha dicho: 'Nunca te dejar�, ni te desamparar�', pero estoy en un gran problema; todas las circunstancias de mi vida parecen contradecir la promesa �; sin embargo,� la boca del Se�or lo ha hablado �, y la promesa debe mantenerse.

Cree en Dios a pesar de las circunstancias. Poco a poco llegaremos a morir. Oh, que entonces, como el gran emperador alem�n, podamos decir: "Mis ojos han visto Tu salvaci�n" y "�l me ha ayudado con Su nombre". ( CH Spurgeon. )

Versículo 21

�C�mo se ha convertido la ciudad fiel en una ramera?

La ciudad fiel una ramera

Un canto f�nebre sobre Jerusal�n.

"Ramera" es esposa infiel. En Isa�as, "infidelidad" es la declinaci�n de la justicia social y civil. ( AB Davidson, LL. D. )

Prostituci�n espiritual

No es meramente una burda idolatr�a externa lo que convierte a la Iglesia de Dios en una �ramera�, sino la defecci�n del coraz�n, como quiera que esto pueda, en cualquier momento, expresarse; por esa raz�n Jes�s tambi�n pudo llamar a la generaci�n de Su tiempo ????? ????????, a pesar de la estricta adoraci�n de Jehov� llevada a cabo en el esp�ritu farisaico. Porque, como lo muestra el vers�culo que tenemos ante nosotros, la base de esa relaci�n matrimonial era la justicia y la rectitud en el sentido m�s amplio. ( F. Delitzsch. )

Una agravaci�n de la culpa

Es una gran agravaci�n de la maldad de cualquier familia o pueblo que sus antepasados ??fueran famosos por su virtud y probidad; y com�nmente aquellos que degeneran as� resultan ser los m�s malvados de todos los dem�s. �Corruptio optimi est pessima� - lo que originalmente era lo mejor se convierte, cuando se corrompe, lo peor ( Lucas 11:26 ; Jeremias 22:15 ). ( M. Henry. )

Justicia alojada en ella

Jerusal�n, la ciudad justa

La rectitud no era simplemente como un hu�sped que pasaba por la ciudad, sino que la que descend�a de arriba hab�a fijado all� su morada permanente; all� se quedaba d�a y noche, como si fuera su casa. Cuando el profeta se refiere a tiempos pasados, tiene en mente los tiempos de David y Salom�n, pero especialmente los de Josafat, quien (unos 150 a�os antes de la aparici�n de Isa�as) restaur� la administraci�n de justicia que hab�a ca�do en descuido desde los �ltimos a�os de Salom�n y los d�as de Roboam y Ab�as, un punto al que la reforma de Asa no se hab�a extendido, y quienes reorganizaron todo en el esp�ritu de la ley. ( F. Delitzsch. )

Versículos 22-23

Tu plata se ha convertido en escoria, tu vino mezclado con agua.

Plata

La plata representa a los pr�ncipes y se�ores, vistos con referencia a la nobleza mental asociada con su nobleza de nacimiento y rango; porque la plata, la plata esterlina, es un s�mbolo de todo lo noble y puro, y es la pureza de la luz lo que se manifiesta en ella, como en el blanco puro del biso y del lirio. Los pr�ncipes y se�ores pose�an anteriormente las virtudes que en lat�n se llaman candor animi, las virtudes de la magnanimidad, la cortes�a, la imparcialidad y la libertad de la influencia de los sobornos; ahora, esta plata se ha convertido en escoria, metales b�sicos que se separan o se desechan. ( F. Delitzsch. )

Vino diluido

En una segunda figura, los l�deres de Jerusal�n en los d�as anteriores se comparan con el "vino escogido", como les gusta a los bebedores. Este vino puro, fuerte y costoso est� ahora adulterado con agua o debilitado; es decir , a trav�s de esta adici�n, su fuerza y ??sabor disminuyen. El presente no es m�s que la escoria y la sombra del pasado. ( F. Delitzsch. )

Da�ado

La idea esencial parece ser la de debilitar la fuerza ( JA Alexander ) .

La posible degeneraci�n de las cosas valiosas

Hay muchas cosas valiosas y buenas en el mundo que por diversas causas se vuelven comparativamente in�tiles.

I. LA PLATA DE TU PERSONAJE SE HA CONVERTIDO EN DROSS POR PEQUE�OS FALLOS.

II. LA PLATA DE TU SERVICIO SE HA CONVERTIDO EN DROSS POR MOTIVOS MALOS.

III. LA PLATA DE TU DINERO SE HA CONVERTIDO EN DROSS POR EGO�SMO.

IV. LA PLATA DE TUS TALENTOS SE HA CONVERTIDO EN DROSS POR INDOLENCIA. La plata es brillante cuando se usa. Los talentos son valiosos cuando est�n activos. ( JS Exell, MA )

Compromiso pecaminoso y sus resultados

�Tu vino est� mezclado con agua�, eso suena como un compromiso. Tu vino diluido; es la corrupci�n del ideal. �Tus pr�ncipes son rebeliones� - esa es la corrupci�n del gobierno. �Todo el mundo ama las d�divas y sigue la recompensa�: esa es la corrupci�n de la justicia. �No juzguen a los hu�rfanos, ni les llegue la causa de la viuda�, esa es la corrupci�n de los m�s tiernos lazos del coraz�n.

�Ves por d�nde empiezas? Empiezas por mezclar vino y agua, comienzas por un compromiso il�cito, por rebajar y corromper el ideal, y terminas en la crueldad, olvidas a Dios, luego se olvida el ideal, luego se te olvida a ti mismo, te olvidas de tu pr�jimo, y de la causa. de la viuda no te apela. ( JH Jowett, MA )

Versículo 23

Tus pr�ncipes son rebeldes. .. todo el mundo ama los regalos

Pr�ncipes rebeldes

En lugar de reprimir la rebeli�n, ellos mismos eran rebeldes.

( JA Alexander. )

Los pr�ncipes rebeldes

I. EL BENEFICIO DE SUS LUGARES ES TODO SU OBJETIVO. Aman los regalos y siguen las recompensas; ponen su coraz�n en su salario, los honorarios y las gratificaciones de sus cargos, y son codiciosos de ellos, y nunca piensan que pueden obtener lo suficiente. Los obsequios y las propinas cegar�n sus ojos en cualquier momento y los har�n pervertir el juicio ( Oseas 4:18 ).

II. EL DEBER DE LOS LUGARES NO ES DE SU CUIDADO. Deben proteger a los heridos y conocer los llamamientos que se les hagan; �Por qu� m�s fueron preferidos? Pero �no juzgan a los hu�rfanos�, no se preocupan por cuidar a los hu�rfanos, �ni viene a ellos la causa de la viuda�, porque la viuda pobre no tiene soborno para dar. Aquellos que tendr�n mucho por qu� responder, quienes cuando deber�an ser los patrones de los oprimidos son sus mayores opresores. ( M. Henry. )

Corrupci�n audaz

Catilina, procesada por un gran delito, corrompi� a los jueces. Cuando dieron su veredicto, aunque fue absuelto solo por una mayor�a de dos, dijo que se hab�a hecho un gasto innecesario al sobornar a uno de esos jueces, porque hubiera sido suficiente tener una mayor�a de uno. ( Plutarco. )

Corrupci�n pol�tica en Inglaterra

La maquinaria de ambos lados [Whig y Tory] era un soborno ilimitado. La degradaci�n del soborno fue tan grande como la del sobornado. Berkeley escribe en 1721: "Esta corrupci�n se ha convertido en un crimen nacional, habiendo infectado tanto a los m�s bajos como a los m�s altos entre nosotros". ( Knight ' s Inglaterra. )

Francis Bacon

Fue acusado por los Comunes ante los Lores, de veintid�s actos de soborno y corrupci�n. No intent� defenderse. Hizo una clara confesi�n por escrito de los cargos que se le imputaban. Y cuando una delegaci�n de compa�eros le pregunt� si esa confesi�n era un acto voluntario suyo, respondi�: �Es mi acto, mi mano, mi coraz�n. Oh mis se�ores, perdonad una ca�a rota . �( Knight ' es Inglaterra. )

Corrupci�n en el reinado de Jacobo I.

Fue una �poca de abusos universales. Los magistrados locales fueron influenciados por los obsequios m�s insignificantes y fueron llamados "jueces de canasta". ( Knight ' s Inglaterra. )

Corrupci�n controlada por ley del Parlamento

[En 1275, el Parlamento promulg�] que ning�n oficial del rey deber�a recibir ninguna recompensa por desempe�ar su cargo, siendo dicha promulgaci�n una de las muchas pruebas de la ineficacia de la ley para frenar la corrupci�n; porque dentro de los catorce a�os hab�a s�lo dos jueces de quince que no fueron declarados culpables de las extorsiones m�s groseras. ( Knight ' s Inglaterra. )

Versículo 24

Ah, me aliviar� de mis adversarios

Los enemigos de Dios y su trato con ellos

I. LAS PERSONAS MALVAS, ESPECIALMENTE LOS GOBERNANTES MALVOS QUE SON CRUELES Y OPRESIVOS, SON ENEMIGOS DE DIOS.

II. SON UN REPENTE PARA EL DIOS DEL CIELO. Esto est� impl�cito en su alivio de ellos.

III. DIOS ENCONTRAR� EL TIEMPO Y LA MANERA DE ALIVIARSE DE ESTA CARGA. ( M. Henry. )

Salvaci�n a trav�s del juicio

La salvaci�n mediante el juicio es todav�a y siempre el �nico medio de reprender y preservar a la congregaci�n que toma su nombre de Jerusal�n. ( F. Delitzsch, DD )

Versículos 25-27

Y volver� mi mano sobre ti

Verdadera reforma la obra de Dios

I. LA REFORMA DE UN PUEBLO ES OBRA PROPIA DE DIOS.

II. LO HACE BENDIENDO CON BUENOS MAGISTRADOS Y BUENOS MINISTROS DE ESTADO ( Isa�as 1:26 ).

III. LO HACE RESTAURANDO EL JUICIO Y LA JUSTICIA ENTRE ELLOS ( Isa�as 1:27 ).

IV. LA REFORMA DE UN PUEBLO SER� SU REDENCI�N. El pecado es el peor cautiverio, la peor esclavitud.

V. REVIVIR LA VIRTUD DE UN PUEBLO ES RESTAURAR SU HONOR. �Despu�s ser�s llamada ciudad de justicia, ciudad fiel�. ( Matthew Henry. )

Y puramente purga tu escoria, y quita todo tu esta�o

Purgando la escoria

"Puramente"; RV "a fondo"; iluminado. �Como con lej�a�, es decir , potasa, que se usaba como fundente para facilitar la separaci�n de los metales. ( Prof. J. Skinner, DD )

Escoria y aleaci�n

F�jate en las im�genes. Aqu� hay una comunidad, un individuo, que conoce y pertenece a Dios; redimidos del Se�or; Su propia. Sin embargo, a la vida, al trabajo, al testimonio y al servicio, ha llegado lo que �l compara con la escoria y la aleaci�n en metal. Las dos palabras en las im�genes (escoria y aleaci�n) no son precisamente la misma idea, sugiere Dross para nosotros lo que es repulsivo, as� como sin valor: la flagrante inconsistencia, cruda y fea.

En la aleaci�n o esta�o, que se parece tanto a la plata, y sin embargo, es diferente, vemos m�s bien el mineral, los ingredientes enga�osos y sutiles del mal que entran en la obra y la vida del cristiano, no tanto por las inconsistencias como por las m�s interiores y m�s profundas. mal oculto de la autocomplacencia silenciosa; de una b�squeda t�cita de nuestra propia gloria bajo el color del Se�or; cosas que el alma nunca ha trazado con justicia, pero que puede trazar con claridad si usa firmemente las pruebas de Dios. Y estas son las cosas de las que leemos: "Volver� mi mano sobre ellos y los purgar� por completo". ( Bp. HCG Moule, DD )

Escoria y aleaci�n

�Limpiar� tu escoria�. �Qu� es la escoria? Aquello que es abiertamente flagrante en la vida. Es diferente del metal y se separa de �l con relativa facilidad. Pero Dios va m�s all�. �l dice: "Yo dominar� toda tu aleaci�n". Esto es mucho m�s maravilloso, porque la aleaci�n es algo que entra en la naturaleza de mi metal, por as� decirlo, y requiere un proceso qu�mico para separarlos. Dios dice que no solo tratar� con el afloramiento del pecado en acto, sino que tambi�n se ocupar� del pecado del cual el acto es el afloramiento. ( GHC Macgregor, MA )

Escoria moral

What is the dross which God sees in our heart and life? Lack of truthfulness, showing itself in simple lying, in exaggeration, in fraud, in deceit, in slander, in gossiping, in prevarication, in equivocation, in guile, in evil speaking. Lack of justice and due regard to the rights of others, showing itself in a spiteful temper, in unwillingness to give up our own way to others, in incivility, in rudeness, in disregard of the comfort of others, in thoughtlessness, in ingratitude, in unthankfulness.

Falta de sabidur�a, manifest�ndose en el mal uso de las oportunidades que Dios nos da, en nuestra ignorancia, en nuestra irreflexi�n, en nuestra estupidez, en nuestra ceguera a las cosas de Dios. Falta de amor, que se manifiesta en nuestro orgullo, en la envidia, en la malicia, en el odio, en la falta de voluntad para perdonar, en la falta de voluntad para disculparnos por los males que hemos cometido. Falta de autocontrol, que se manifiesta en nuestra avaricia, en la codicia, en la pereza, en el letargo, en la pereza, en la somnolencia, en la lujuria, en la sensualidad, en la glotoner�a, en la autocomplacencia en todo tipo de formas.

�Qu� diremos acerca de nuestros pecados contra Dios, nuestra falta de oraci�n, nuestra falta de conocimiento de la Palabra de Dios, nuestra falta de confianza en Dios, manifest�ndose en nuestra preocupaci�n? nuestra falta de amor a Dios, que se manifiesta en nuestro vergonzoso anhelo de las cosas de este mundo? El caso es realmente desesperado y requiere la interferencia Divina. Me volver�a loco al ver mi propio coraz�n si no creyera en el poder de Dios para limpiar ese coraz�n. ( GHC Macgregor, MA )

Versículo 26

Y restaurar� a tus jueces como al principio

Un gran ideal

Dos cosas son dignas de menci�n en este pasaje.

1. El ideal es pol�tico. La salvaci�n de Israel est� asegurada cuando todos los cargos p�blicos est�n llenos de hombres buenos. "Jueces" y "consejeros".

2. El ideal se realizar� mediante la restauraci�n de los mejores d�as del pasado. ( Prof. J. Skinner, DD )

Regeneraci�n social

I. TODOS LOS ARREGLOS DE LA SOCIEDAD EST�N ABSOLUTAMENTE EN LAS MANOS DE DIOS. �Restaurar�, etc. Ning�n hombre puede derribar o edificar, sino con Su permiso.

II. TODAS LAS INTERRUPCIONES DEL ORDEN SOCIAL EST�N BAJO EL CONTROL DE DIOS.

III. NING�N ESTADO SOCIAL PUEDE SER PURIFICADO SINO MEDIANTE PROCESOS RELIGIOSOS. Hay muchos proyectos filantr�picos y pol�ticos que tienen como objetivo la regeneraci�n nacional, pero todos est�n predestinados a la nada, porque carecen del elemento religioso.

IV. EL GRAN NOMBRE SEGUIR� A LA VERDADERA REGENERACI�N. �Despu�s ser�s llamado�, etc. No primero el t�tulo exaltado, sino el car�cter ilustrativo; no primero el espl�ndido renombre, sino el glorioso logro. ( J. Parker, DD )

Revivificaci�n nacional

El n�cleo imperecedero que queda se convierte en el centro al que se atraen todos los dem�ritos de la excelencia. ( F. Delitzsch. )

"La ciudad de la justicia"

Con Isa�as, dar un nombre es la percepci�n y el reconocimiento de la existencia real de lo que se ha manifestado externamente. ( J. Parker, DD )

Versículo 27

Sion ser� redimida con juicio

Maldad en la Iglesia

I. QUE DEBEMOS ENTENDER POR SION. La palabra significa un mont�n de piedras, un monumento, un sepulcro. Esto describe figurativamente a la Si�n literal; y expone espiritualmente la Iglesia visible y m�stica. Los verdaderos miembros de la Iglesia de Cristo son como piedras vivas, edificadas como casa espiritual; y para su seguridad, Dios mismo ha puesto un fundamento. ( 1 Pedro 2:5.

) Cada piedra de este edificio sagrado se extrae de la cantera de la naturaleza, y cuando es preparada por el poder transformador de Dios, el Esp�ritu Santo se coloca en la parte del edificio espiritual que est� designado para ocupar. Y el edificio as� formado es, en verdad, como significa la palabra Sion, un monumento, un monumento eterno de la gracia de Dios; mientras que una Iglesia meramente profesante, pero no confesora, protestante y creyente puede compararse muy propiamente a un sepulcro.

Por lo tanto, la antigua Si�n conten�a una iglesia dentro de una iglesia; los que fueron circuncidados exteriormente en la carne, y aquellos cuya circuncisi�n fue la del coraz�n. Seg�n el Nuevo Testamento entendemos por Si�n la Iglesia visible y la Iglesia m�stica.

II. LO QUE PUEDE CONSIDERARSE LA TRANSGRESI�N DE SION. Si miramos a la Si�n de anta�o, vemos la formalidad que impregna manifiestamente a la Iglesia, y la m�s elevada y presuntuosa hipocres�a que caracteriza la adoraci�n exterior de Dios. Ahora, dirija su atenci�n a la Iglesia de Dios en su estado actual. Tal examen sacar� a la luz muchos males, que son serios obst�culos para la difusi�n de la verdad evang�lica y abren camino para el sarcasmo y la oposici�n de los enemigos de la Iglesia.

1. Orgullo.

2. La tibieza de Laodicea.

3. Abuso de doctrina y disciplina.

III. VISITAS Y CASTIGOS DE ZION. La historia de la Iglesia, as� como de las naciones, ofrece la evidencia m�s impresionante de la verdad de esa declaraci�n que a menudo se cumple: "Aseg�rate de que tu pecado te descubrir�". Romanos 11:19 ; Ezequiel 34:2 ; Ezequiel 34:9 ; Apocalipsis 2:15 ; Apocalipsis 3:1 ; Apocalipsis 3:14. )

IV. LIBERACI�N DE SION. En el ejercicio de la justicia, en el derrocamiento de los enemigos de Su Iglesia y la liberaci�n de Su pueblo, as� como por el fiel cumplimiento de Sus promesas, Dios se ha comprometido a que Si�n sea redimida con juicio y sus conversos (o aquellos que regresen de ella) "con justicia". ( JF Ingenioso. )

Redimido con juicio

Jes�s vivi� para morir. Fue una necesidad voluntaria. Somos redimidos con "juicio". El juez ha pronunciado la sentencia sobre el sacrificio: "Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia". El alma convertida es redimida con "justicia". "A quien Dios ha puesto como propiciaci�n mediante la fe en su sangre", etc. ( T. Davies, MA )

Versículo 28

Los que abandonan al Se�or ser�n consumidos

Abandonando al Se�or

I. LA CULPA DE ABANDONAR EL SERVICIO DEL SE�OR.

1. El hombre est� obligado por la ley de su naturaleza a obedecer a ese Ser Todopoderoso por quien fue hecho una criatura inteligente e inmortal.

2. Muchos, al abandonar al Se�or, violan sus propios compromisos expresos y solemnes. ( Hebreos 10:29 .)

II. LA LOCURA DE ABANDONAR EL SERVICIO DEL SE�OR. Si lo hacemos, haremos ...

1. Incurrir en los reproches de nuestra propia mente.

2. Pierda la estima y la confianza de todos los hombres buenos.

3. Perder el favor e incurrir en la ira de Dios. �Y por qu� se hacen todos esos tremendos sacrificios? �Por "los placeres del pecado", que son "por un tiempo"!

III. EL PELIGRO DE ABANDONAR EL SERVICIO DEL SE�OR. "Se consumir�". La perdici�n amenazada es ...

1. Horrible.

2. Cierto. ( JH Hobart, DD )

Versículos 29-30

Se avergonzar�n de las encinas que hab�is deseado.

El juicio de destrucci�n de Dios

�Porque se avergonzar�n de los encinares que os deleitaron, y os ser� necesario sonrojar a causa de los huertos que os deleit�is� ( Isa�as 1:29 ). Los terebintos y los jardines no se denominan objetos de lujo (como suponen Hitzig y Drechsler), sino lugares de culto ilegales ( Deuteronomio 16:21 ) y objetos de culto; ambos son frecuentemente mencionados por los profetas con este significado (57: 5, 65: 3, 66:17). ( F. Delitzsch. )

Terebintos

�Porque ser�is como encina de hojas secas, y como huerto en el que no hay agua� ( Isa�as 1:30 ). Su prosperidad est� siendo destruida, y son as� como un terebinto que se seca en su follaje; sus fuentes de ayuda se secan y, por lo tanto, se asemejan a un jard�n que no tiene agua y, por lo tanto, es un desperdicio. El terebinto (pistacia de trementina), originario del sur y este de Palestina, arroja sus hojas (que son peque�as y se asemejan a las del nogal) en oto�o.

En esta condici�n seca y reseca, el terebinto y el jard�n, a los que se comparan los id�latras, son f�cilmente inflamables. Solo se necesita una chispa para encenderse, y luego se consumen en la llama. ( F Delitzsch. )

Versículo 31

Y el fuerte ser� como remolque

La yesca y la chispa

�El fuerte se convertir� en estopa, y su obra en una chispa, y ambos arder�n a la vez�, una v�vida imagen de la condenaci�n de los transgresores, ya que el valiente se hace combustible, y su propio acto es el que enciende la llama.

( TW Chambers, DD )

El fuego del juicio

El fuego del juicio que consume a los pecadores no tiene por qu� venir de afuera; el pecado lleva consigo el fuego de la ira. ( F. Delitzsch. )

El remolque y la chispa

Estas terribles palabras de advertencia no se nivelan:

1. Contra gente baja y vil ( Isa�as 1:23 ). Ni&mdash

2. Contra los declaradamente irreligiosos. Las personas a las que se dirig�a realizaban multitud de sacrificios ( Isa�as 1:11 ), eran puntillosos en su asistencia a la casa de Dios ( Isa�as 1:12 ), estaban llenos de aparente devoci�n ( Isa�as 1:15 ). Ni&mdash

3. �Se refieren a las formas m�s graves de pecado? Estos, por supuesto, caer�an bajo la misma condena. Pero los pecados espirituales, aunque m�s refinados a nuestra percepci�n, son m�s fatales incluso que los pecados sensuales. Es preeminentemente un espiritualismo en la ra�z, por m�s sensual que sea en fruto, a lo que se llega aqu�. Todo se resume en el �nico mal, �abandonar al Se�or� ( Isa�as 1:28 ). Considerar&mdash

I. LA CARGA RADICAL DEL PECADO OBRA EN LA CONSTITUCI�N DEL PECADOR. El pecado, dice el profeta, tiene una influencia desintegradora, deteriorante y degradante sobre la naturaleza del hombre que se somete a �l. �Remolcar� es la parte gruesa y quebrada del lino o c��amo - desperdicio, desperdicio - Se usa aqu� en contraste con lo que es fuerte - tambi�n como patr�n de lo que es inflamable.

1. El pecado rebaja el tono y el tenor de nuestra naturaleza.

2. El pecado, que deprava y degrada el tipo y el tenor de nuestra naturaleza, debilita nuestro poder de resistencia a los asaltos del mal externo. El pecado es tanto debilidad como de maldad; debilidad como resultado de la maldad.

3. El pecado nos imparte una mayor susceptibilidad al mal, nos hace m�s inflamables.

II. LA MANERA EN QUE EL PECADOR Y SU PECADO COOPERAN PARA SU COM�N DESTRUCCI�N. El pecado siempre se est� multiplicando entre el pecador y su acto pecaminoso. Y el problema es la ruina irremediable. �Ambos arder�n a la vez, y nadie los apagar�. La moraleja es que si queremos mantenernos fuera del infierno, debemos mantenernos fuera del pecado. ( W. Roberts, BA )

El pecado debilita al fuerte

El conde de Breadalbane plane� la masacre de Glencoe y la llev� a cabo de la manera m�s cruel y vil. Macaulay, hablando de los efectos producidos en la mente del perpetrador de este atroz hecho, dice que �Breadalbane, endurecido como estaba, sinti� las punzadas de la conciencia o el miedo a la retribuci�n. Hizo todo lo posible por asumir un aire de indiferencia. Hizo su aparici�n en la cafeter�a m�s elegante de Edimburgo y habl� en voz alta y con autocomplacencia sobre los importantes servicios que hab�a realizado entre las monta�as.

Sin embargo, algunos de sus soldados, que lo observaron de cerca, murmuraron que toda esta valent�a estaba puesta. No era el hombre que hab�a sido antes de esa noche. La forma de su rostro cambi�. En todos los lugares, a todas horas, tanto si estaba despierto como si dorm�a, Glencoe siempre estuvo antes que �l ". ( Herramientas para profesores ) .

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Información bibliográfica
Exell, Joseph S. "Comentario sobre "Isaiah 1". El Ilustrador Bíblico. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tbi/isaiah-1.html. 1905-1909. Nueva York.