Bible Commentaries
Isaías 10

El Ilustrador BíblicoEl Ilustrador Bíblico

Versículos 1-4

Ay de los que decretan decretos injustos

Crimen bajo el color de la ley

El profeta ha descrito los pecados de Efra�n de una manera general; pero sobre la menci�n de Jud� procede a denunciar lo que sabemos de todo el tenor de sus discursos que sinti� como la peor forma de culpa de su propio pueblo, con una particularidad que quiz�s no sea imaginativo atribuir a sus pensamientos siendo ahora dirigido hacia casa.

Las Diez Tribus eran mucho m�s feroces y an�rquicas que los hombres de Jud�; Hay m�s indicios en este �ltimo de ese respeto nacional por la ley que tanto caracteriza a los ingleses, que se ha observado (por Lord Campbell), que aunque la historia nos atribuye nuestra parte en la maldad nacional, nuestros cr�menes casi siempre se han cometido bajo color de la ley, y no por la violencia abierta, como en la serie de asesinatos judiciales en los reinados de Enrique VIII, Carlos II y Jaime II.

Y as� Isa�as, recurriendo a Jud�, denuncia la mayor severidad de la ira de Dios en el d�a en que �l, el Juez justo, vendr� a visitar a "una naci�n hip�crita", cuyos nobles y magistrados decretan y ejecutan decretos injustos, �Apartar del juicio al necesitado�, etc. (vers�culo 2). Est�n satisfechos, que est�n a salvo en su ego�smo sin coraz�n, con la paz en casa y la protecci�n en el exterior restaurada por su arte de gobernar y su alianza con Asiria.

Pero mientras se regocijan as� en casa, "la desolaci�n viene de lejos". �A qui�n acudir�n en busca de ayuda cuando Dios los haya abandonado? �Bajo la protecci�n de qui�n dejar�n su riqueza, su dignidad, su gloria, que han estado acumulando para s� mismos? El cautiverio o la muerte son las �nicas perspectivas que tienen ante ellos. Y, sin embargo, como si ning�n juicio pudiera condenar y castigar suficientemente su total iniquidad, mi profeta repite: "Con todo esto, su ira no se apart�, sino que su mano a�n extendida". ( Sir E. Strachey, Bart. )

Dios contra toda injusticia

La voz del Se�or siempre es por justicia, �Qu� es lo que se denuncia? Es precisamente lo que hay que denunciar cada vez m�s. No hay nada local o temporal en esta causa de ofensa divina. El Se�or est� en contra de todos los decretos injustos, las alianzas antinaturales y los pactos perversos. Esta es la gloria misma de la majestad de la omnipotencia, que se alista contra incluso la forma del mal y el mal. Luego, ��Ay de los que decretan decretos injustos y escriben las penas que han prescrito�: escribas o registradores que conservan todas las formas del tribunal y mantienen sus plumas ocupadas en el registro del tribunal, anotando cada caso, y aparentar hacer el negocio de forma correcta y reflexiva; y sin embargo, todo el tiempo, estos mismos registradores estaban conspirando �para quitar el derecho de los pobres, para que las viudas sean su presa,

�El tribunal de justicia se convirti� en un medio de robo, como lo es en casi todos los pa�ses bajo el sol. Los escribas que redactaron la ley fueron hombres que la violaron en secreto o abiertamente; el juez us� su armi�o como un manto, para que, bajo su ocultaci�n, pudiera meter m�s la mano en la propiedad de los que no ten�an ayuda. "Por todo esto, su barrena no se apart�". �Bendito sea su nombre! Oh, quema contra todos nosotros; Dios poderoso, terrible y santo, arde m�s y m�s, hasta que aprendamos por el fuego lo que nunca podremos aprender por compasi�n. El Se�or habla siempre por el pobre, por la viuda, por el hu�rfano, por el desamparado. ( J. Parker, DD )

Opresores de los pobres y necesitados

I. LA ACCI�N redactada contra estos opresores ( Isa�as 10:1 ). Est�n acusados

1. Con hacer leyes y edictos perversos. Ay de los poderes superiores que elaboran y decretan estos decretos; no son demasiado altos para estar bajo el control Divino; y ay de los oficiales inferiores que los redactan, y los registran en el registro, "los escritores que escriben el dolor", no son demasiado mezquinos para estar dentro del conocimiento Divino. El director y los accesorios caer�n bajo la misma pena.

2. Con pervertir la justicia en la ejecuci�n de las leyes que se dictaron. Ning�n pueblo tuvo estatutos y juicios �tan justos como ellos; y, sin embargo, los jueces corruptos encontraron formas de apartar del juicio a los necesitados, para impedirles venir por su derecha.

3. Con enriquecerse oprimiendo a los que est�n a su merced, a los que deber�an haber protegido.

II. UN DESAF�O que se les dio, con todo su orgullo y poder, para superar los juicios de Dios ( Isa�as 10:3 ). �No vendr� una desolaci�n sobre aquellos que han desolado a otros? Quiz�s venga de lejos y, por lo tanto, puede que anhele venir, pero al fin llegar�. Los indultos no son perdones.

1. Se acerca un d�a de visitaci�n, un d�a de investigaci�n y descubrimiento, un d�a de b�squeda que traer� a la luz, a una luz verdadera, la obra de cada hombre y de cada hombre.

2. El d�a de la visitaci�n ser� un d�a de desolaci�n para todas las personas inicuas, cuando todas sus comodidades y esperanzas se perder�n y desaparecer�n.

3. Los pecadores impetuosos estar�n completamente perdidos y no sabr�n qu� hacer en el d�a de la visitaci�n y la desolaci�n.

4. Nos concierne a todos seriamente considerar lo que haremos en el d�a de la visitaci�n, en un d�a de aflicci�n, en el d�a de la muerte y el juicio, y proveer que podamos hacerlo bien.

III. ORACI�N SOBRE ELLOS, por la cual est�n condenados, algunos al encarcelamiento y al cautiverio. ( Matthew Henry. )

Injusticia legalizada

I. LOS MAGISTRADOS Y LOS GOBERNANTES SON RESPONSABLES ANTE DIOS.

II. SUS DECISIONES SERAN REVISADAS.

III. SUS DECISIONES SER�N INVERTIDAS EN MUCHOS CASOS.

IV. LAS CONSECUENCIAS DE SU INJUSTICIA REGRESAR�N SOBRE S� MISMOS. ( J. Lyth, DD )

Opresi�n resistida

(Tributaci�n de Enrique VIII): - En cada condado, los comisionados reales exigieron una d�cima parte a los laicos y una cuarta al clero. Pero la demanda se encontr� con una resistencia general. .. De hecho, estall� una revuelta entre los tejedores de Suffolk; los hombres de Cambridge se unieron a la resistencia; los pa�eros de Norwich, aunque cedieron al principio, pronto amenazaron con levantarse. "�Qui�n es tu capit�n?" pregunt� el duque de Norfolk a la multitud.

"Su nombre es Pobreza", fue la respuesta, "porque �l y su primo la Necesidad nos han llevado a esto". De hecho, hubo una huelga general de empleadores. Los te�idores despidieron a sus trabajadores, los granjeros despidieron a sus sirvientes. �Dicen que el rey pide tanto que no pueden hacer lo que han hecho antes de este tiempo�. Una insurrecci�n campesina como la que se estaba produciendo en Alemania s�lo fue impedida por la retirada incondicional de la demanda real. ( JR verde ' s personas Ingl�s. )

Versículo 3

�Y qu� har�is en el d�a de la visitaci�n?

El d�a de la visitaci�n

En el estilo de las Escrituras, la temporada en la que Dios se complace en acercarse a una persona o pueblo, para que pueda lograr varios prop�sitos importantes, se llama d�a de visitaci�n.

1. A veces, Su visitaci�n tiene por objeto brindar liberaci�n y consuelo a los oprimidos, liber�ndolos de la servidumbre y la miseria, e introduci�ndolos en una condici�n feliz y confortable. En este sentido, se dice que el Se�or visit� a su pueblo Israel, cuando los liber� de la servidumbre egipcia ( �xodo 4:31 ); y haber visitado y redimido a su pueblo cuando les otorg� la mayor misericordia ( Lucas 1:68 ).

2. A veces est� dise�ado para manifestar Su tierno cuidado e inspecci�n constante de Su pueblo, sobre quien ejerce la m�s vigilante atenci�n, para que pueda promover eficazmente sus mejores intereses ( Salmo 89:32 ). Esos tiempos son en verdad d�as de visitaci�n, en los que Dios se acerca sensiblemente con las pruebas de su bondad y favor, que inmerecidamente confiere; y en el que �l aparece con Su vara de correcci�n, para que pueda administrar los castigos necesarios y restaurar a los que hab�an abandonado sus leyes de sus extrav�os.

3. En otras ocasiones, Dios visita a los que no se han beneficiado de las muchas advertencias que han recibido, ni se han arrepentido de los pecados que han cometido, a pesar de las repetidas correcciones que les ha administrado, para ejecutar sobre ellos juicios desoladores y terribles venganzas. Jeremias 5:9 ). En este �ltimo sentido, supongo, aqu� se entiende el d�a de la visitaci�n. ( R. Macculloch. )

El d�a de la visitaci�n

Lejos de que Dios haya abandonado al mundo, continuamente lo est� pidiendo cuentas. No solo ha fijado en Su mente eterna un per�odo de visitaci�n final, sino que vienen repetidamente d�as de visitaci�n. �Y qui�n sabe cu�ntos pueden acudir a nosotros?

I. EL PERIODO SOLEMANO DEL QUE SE HABLA. Se dice que Dios "visita" a los hombres cuando viene a ellos, o se revela, ya sea en misericordia o en juicio. Cristo mismo llama a los d�as de su ministerio entre los jud�os el d�a de su visitaci�n, su d�a evang�lico de misericordia. Pero el t�rmino, como se usa en nuestro texto, debe entenderse en el sentido contrario, para denotar un per�odo de juicio. Hay varios per�odos que son d�as de visitaci�n Divina.

1. El d�a de la angustia.

2. El d�a de la aflicci�n.

3. El d�a de la muerte.

4. El d�a del juicio.

II. HECHO EL LLAMAMIENTO PARA DESPERTAR ALMAS. '�Qu� vas a hacer? �A qui�n huir�is en busca de ayuda? Este lenguaje implica que se debe hacer algo, que se requerir� ayuda. Por m�s autosuficientes que queramos pensar nosotros mismos cuando todo sea brillante, siempre que llegue cualquiera de los d�as de la visitaci�n Divina, encontraremos que se necesitar� �ayuda� para resistir bien la prueba. Si es as�, �qu� har�s?

1. �Qu� ocurre en el d�a de la angustia? Entonces, muchos se sienten abrumados por ello; en estas circunstancias, muchos mueren desesperados, se desvanecen en la melancol�a o se imponen violentamente las manos. Cuando todo trago de la copa de la vida sea la hiel misma de la amargura, �ad�nde ir�is en busca de dulzura?

2. Si sobrevinieran visitaciones aflictivas, �qu� har�is entonces? Puede acudir al m�dico, pero �l no puede hacer m�s de lo que los medios de Dios le permiten.

3. Y luego, cuando llegue el d�a de la disoluci�n, ese terrible d�a de �visitaci�n�, �qu� har�is? �Enviar� por su ministro para que ore por usted? Pero, �de qu� sirven sus oraciones si no rezas por ti mismo?

4. Y cuando llegue el �ltimo gran d�a, ese d�a de todos los d�as, �qu� haremos entonces? �Y a d�nde huiremos en busca de ayuda? Ahora, lleve todo esto a un punto.

(1) Resuelvan en sus mentes que vendr�n d�as de visitaci�n.

(2) Cu�n necesario, ahora en el tiempo de nuestra visitaci�n misericordiosa de las ofertas y los �nimos del Evangelio, hacer del Dios Todopoderoso nuestro amigo por la fe en Cristo.

(3) Si no lo hacemos, �no debemos esperar ser abandonados y abandonados a la ruina eterna, sin ayuda ni esperanza? ( Recuerdo de Essex. )

�Qu� har�is en el d�a de la visitaci�n?

Por mucho que los hombres malvados puedan adularse a s� mismos, o ser halagados por otros, Dios no lo har�.

I. Observemos DOS O TRES DETALLES CONTENIDOS EN EL TEXTO, antes de continuar con la investigaci�n principal.

1. Las personas a las que se dirigi� originalmente fueron los hijos de Israel, un pueblo rebelde; pero las palabras son aplicables a pecadores de toda descripci�n.

2. Para el pueblo de Israel fue designado �un d�a de visitaci�n�, y lo mismo puede decirse de nosotros. Hay d�as de visitaci�n tanto para individuos como para naciones enteras.

II. SIGA LA PREGUNTA PRINCIPAL: "�Qu� har�is?" etc.

1. �Rogar�s y protestar�s con Dios? En un trono de gracia, el pecador puede suplicar a Dios, pero �qu� argumentos valdr�n en el tribunal de su justicia?

2. �Intentar�s resistirte a �l?

3. �Huir�s de �l! �Ad�nde?

4. �Se endurecer�n contra �l? y viendo que no pueden escapar del castigo, esfu�rcense por soportarlo lo mejor que puedan; diciendo, con el impenitente Israel, "Verdaderamente esto es un dolor, y debo soportarlo"? Jeremias 10:19 ). "�Qui�n podr� enfrentarse a su indignaci�n?" (JoelNa 1: 2-6).

5. �Se arrojar�n a sus pies y adoptar�n el lenguaje humilde y sumiso de David: �Si dice: No me complazco en ti, aqu� estoy; que me haga lo que bien le parezca �? Esto ciertamente ser�a muy apropiado, antes de que se promulgue el decreto, y se acepte tal humillaci�n; pero no se puede hacer despu�s, o si se hace, no servir� de nada. Prop�ntense entonces otra pregunta: �Qu� har� antes de que venga este d�a de visitaci�n para evitar las tremendas consecuencias? ( B. Beddome, MA )

El d�a de la visitaci�n y preparaci�n para �l.

I. UN D�A DE VISITAS SE ACERCA DE TODOS LOS HOMBRES.

II. ES DE LA MAYOR IMPORTANCIA ESTAR PREPARADOS PARA ESTE D�A.

1. Porque su felicidad, cuando llegue el d�a de la visitaci�n, depender� de ello.

2. Ser� una verdadera desdicha no estar preparado.

3. Tienes un tesoro invaluable en peligro.

4. Si llega a juicio sin estar preparado, ser� demasiado tarde para siempre.

III. DIOS EN SU MISERICORDIA PRESIONA ESTA PREGUNTA SOLEMNA SOBRE NUESTRA SERIA Y DEVOCADA CONSIDERACI�N.

1. Parece claro que Dios desea sinceramente la felicidad de todos los hombres.

2. El hecho de que presiona as� este pensamiento solemne sobre la consideraci�n de los hombres muestra que no est�n dispuestos a obedecer a Dios.

3. La falta de felicidad del hombre es enteramente consigo mismo y no con Dios. ( NM Harry. )

�D�nde dejar�is vuestra gloria? -

La vanidad de la gloria terrenal

La palabra principal en esta breve pregunta parece, por su propio sonido, traer ante la mente indistintamente, una visi�n de algo grande y magn�fico, pero insustancial y vano. Cuando enfocamos nuestros pensamientos en �l de manera m�s clara, lo reconocemos como el t�rmino favorito m�s conspicuo del paganismo. Nos referimos a un paganismo de todos los tiempos y pa�ses; esa acci�n y pasi�n de la mente humana, por la cual nociones y sentimientos de grandeza, valor trascendente, se han atribuido a ciertas cosas de valor imaginario; cosas por las que se han codiciado, adorado, trabajado, luchado, vivido, muerto, como gloria.

�Gloria�, por tanto, ha sido el nombre de la vanidad convertida en dios. �Y cu�n vasto el dominio de este enga�o id�latra! En qu� consiste, la gloria del mundo, se comprende f�cilmente. Que un hombre se destaque entre sus compa�eros mortales y por encima de ellos; ser muy observados, admirados e incluso envidiados por ser lo que no pueden ser.

I. �D�nde DEJAR�S tu gloria? Entonces, despu�s de todo, no est� realmente unido al hombre. Gasta el ardor de su alma para combinarlo con su ser, para convertirlo en su sustancia misma, �pero a�n es extra�o! Puede que tenga que ir a donde no lo acompa�e.

II. �Y D�NDE dejar�n su gloria? �D�nde, que en alg�n sentido puede seguir siendo suyo, de ellos, para obtener alg�n efecto beneficioso o gratificante para ellos? �Qu� les ocurrir� a los dem�s mortales? Nada es m�s triste que separarse de lo que se ama apasionadamente, con la perfecta certeza de no poseerlo m�s.

III. Como parte final de estas meditaciones, apliqu�moslas brevemente a varias de las formas de la gloria de este mundo. Se presenta una gloria cristiana, celestial, eterna. Cuando los amantes de la gloria son invitados a esto y lo desprecian y lo rechazan, �qu� es lo que toman?

1. La forma m�s com�n de lo idolatrado es: lo que podr�a llamarse el esplendor material de la vida; aquello que golpea inmediatamente los sentidos. Pero deben dejar su gloria.

2. Es, en parte, una forma diferente y adicional de la gloria del mundo, cuando mencionamos un rango elevado en la sociedad. Todos saben cu�n vehementemente codiciada y envidiada es esta gloria, cu�n euf�ricos se sienten, en su mayor parte, quienes la poseen. �Pero la idea de dejarlo! �Con qu� aspecto sombr�o y fantasmal debe aparecer este pensamiento, cuando a veces se entromete!

3. La posesi�n del poder es quiz�s el �dolo supremo; tener bajo control, y en completa sujeci�n, la acci�n y la condici�n de un gran n�mero de la humanidad; ver a la multitud, ya sea de coraz�n servil o rebelde, pr�cticamente atemorizada, sumisa, obediente. �Pero no es esa voz la que es larga para mandar!

4. Podr�amos haber llamado la gloria marcial, el objeto de la m�s ardiente aspiraci�n y de la m�s perniciosa idolatr�a. A menudo hay un enga�o total en esta expectativa.

5. En �ltimo lugar, podr�a denominarse gloria intelectual: la del conocimiento, el talento y el gran desempe�o mental. Si, en esa pasi�n por la fama, has ejercido grandes facultades mentales para cometer un da�o fatal, para abrumar la verdad, para corromper la moral, para hacer estallar la religi�n, para degradar la gloria del Redentor, �entonces qu�? Si puedes, en ese mundo, sentir una simpat�a vital por tu fama, si tu influencia permanece en �l, la consecuencia ser�a una r�pida y continua sucesi�n de espantosos choques, transmitidos a tu esp�ritu viviente por lo que tus obras est�n haciendo aqu�.

Contrasta con todas esas formas de locura, el objetivo predominante de un cristiano, que es todav�a la "gloria"; sino una gloria que no tendr� que dejar; la gloria acumulada para �l en el mundo al que se dirige. ( John Foster. )

Versículos 5-34

Oh asirio

"Oh asirio"

"Ho Asshur", el nombre tanto del pueblo como de su dios nacional.

( Prof. J. Skinner, DD )

El juicio de la potencia mundial

La idea principal del pasaje es el contraste entre la misi�n asignada a Asiria en el esquema de la providencia de Jehov�, y la ambiciosa pol�tica de dominio universal acariciada por los gobernantes de ese imperio, Asiria fue el instrumento elegido por Jehov� para manifestar Su �nica Deidad por medio de la extinci�n de todas las nacionalidades que confiaban en dioses falsos. Pero la gran potencia mundial, intoxicada por su �xito y atribuyendo esto a su propia sabidur�a y recursos, no reconoce ninguna diferencia entre Jehov� y otros dioses, pero conf�a en probar Su impotencia subyugando Su tierra y Su pueblo.

Por tanto, es necesario que Jehov� vindique Su Deidad suprema mediante la destrucci�n del poder que ha traspasado imp�amente los l�mites de Su comisi�n providencial. Y este juicio tomar� plebe en el mismo momento en que Asiria busque coronar su carrera de conquista con un asalto al santuario de Jehov� en el monte Si�n, la sede terrenal de Su gobierno. ( Prof. J. Skinner, DD )

Asiria un instrumento de venganza

No debemos omitir la reflexi�n de que esto fue algo terrible para Asiria. �Qu� hombre le gusta ser un instrumento a trav�s del cual la justicia castigar� a otro hombre! �Qui�n aceptar�a de buena gana una vocaci�n y una elecci�n tan severas? ( J. Parker, DD )

Instrumentos de naciones en manos de Dios

�Qu� son las naciones sino instrumentos en manos de Aquel que las hizo? As� que estamos desconcertados y perplejos por muchas pol�ticas imperiales; no nos gusta y, sin embargo, procede a resolver todos sus problemas misteriosos, ahora graves, ahora ben�ficos. Estamos en tumulto, oscuridad y perplejidad, espesos y que no se pueden desenredar; y cu�n pocas veces nos damos cuenta del hecho de que todo esto puede ser un movimiento Divino, un enturbiamiento de la presencia Divina y una manifestaci�n de prop�sitos Divinos y eternos. ( J. Parker, DD )

Nuestra Asiria puede ser el mundo

Nuestra Asiria puede ser el mundo en el sentido de Cristo, esa avalancha de fuerzas exitosas, desalmadas, sin escr�pulos y desde�osas que estallan sobre nuestra inocencia, con su desaf�o de llegar a un acuerdo y rendir tributo, o ir directamente a la lucha por la existencia. .. Es in�til pensar que nosotros, los hombres comunes, no podemos pecar a la manera grandiosa de este monstruo imperial. En nuestra medida, fatalmente podemos. En esta era comercial, las personas privadas se elevan muy f�cilmente a una posici�n de influencia que da un escenario casi tan amplio para que el ego�smo se muestre como se jactaba el asirio.

Pero despu�s de todo, el Ego humano necesita muy poco espacio para desarrollar las posibilidades de ate�smo que hay en �l. Un �dolo es un �dolo, ya sea que lo coloques en un pedestal peque�o o grande. Un hombre peque�o con un poco de trabajo puede interponerse f�cilmente entre �l y Dios como un emperador con el mundo a sus pies. El olvido de que es un sirviente, un comerciante de un capital que se le ha confiado gentilmente �y luego, en el mejor de los casos, no rentable� no es menos pecaminoso en un ego�sta peque�o que en uno grande; es mucho m�s rid�culo de lo que Isa�as, con su desprecio, lo ha hecho aparecer en el asirio. ( Prof. GA Smith, DD )

Nuestra Asiria puede ser las fuerzas de la naturaleza

Nuestra Asiria puede ser las fuerzas de la naturaleza, que se han apoderado del conocimiento de esta generaci�n con la novedad y el �mpetu con que las huestes del norte irrumpieron en el horizonte de Israel. Los hombres de hoy, en el curso de su educaci�n, se familiarizan con las leyes y fuerzas que eclipsan las teolog�as m�s simples de su ni�ez, m�s o menos cuando las creencias primitivas de Israel se desvanecieron ante el rostro arrogante de Asiria.

La alternativa los enfrenta, ya sea para retener, con un coraz�n estrecho y temeroso, sus viejas concepciones de Dios, o para encontrar su entusiasmo en estudiar, y su deber en relacionarse �nicamente con las fuerzas de la naturaleza. Si esta es la �nica alternativa, no cabe duda de que la mayor�a de los hombres tomar�n el �ltimo curso. Debemos tan poco asombrarnos de que los hombres de hoy abandonen ciertas teolog�as y formas de religi�n por un naturalismo franco &mdashpor el estudio de poderes que atraen tanto a la curiosidad y la reverencia del hombre&mdash como nos maravillamos de los jud�os pobres del mundo. siglo VIII antes de Cristo, abandonando sus concepciones provincianas de Dios como una Deidad tribal en homenaje a este gran asirio que trataba a las naciones y sus dioses como juguetes.

Pero, �es esa la �nica alternativa? �No existe una concepci�n superior y soberana de Dios, en la que incluso estas fuerzas naturales puedan encontrar su explicaci�n y t�rmino? Isa�as encontr� tal concepci�n para su problema, y ??su problema era muy similar al nuestro. Debajo de su idea de Dios, exaltado y espiritual, incluso el imperial asirio, con toda su arrogancia, cay� subordinado y servicial. La fe del profeta nunca vacil� y al final fue reivindicada por la historia.

�No intentaremos al menos su m�todo de soluci�n? No podr�amos hacerlo mejor que tomando sus factores. Isa�as obtuvo un Dios m�s poderoso que Asiria, simplemente exaltando al antiguo Dios de su naci�n en justicia. ( Prof. GA Smith, DD )

Versículos 7-9

Sin embargo, no es as�

El hombre propone, pero Dios dispone

��l no quiere decir eso.

"

1. El Dios sabio a menudo subordina incluso las pasiones y proyectos pecaminosos de los hombres a sus propios grandes y santos prop�sitos.

2. Cuando Dios usa a los hombres como instrumentos en sus manos para hacer su obra, es muy com�n que �l signifique una cosa y que ellos signifiquen otra; es m�s, para que signifiquen completamente contrarios a lo que �l pretende G�nesis 50:20 ; Miqueas 4:11 ). Los hombres tienen sus fines y Dios el suyo; pero estamos seguros de que "el consejo del Se�or permanecer�". ( M. Henry. )

El uso de Dios de hombres malvados

Como al aplicar sanguijuelas el m�dico busca la salud de su paciente, la sanguijuela s�lo el llenado de su garganta, as� es cuando Dios lanza un enemigo sanguinario sobre su pueblo; Tiene fines excelentes, en los que ellos no piensan. ( J. Trapp. )

Est� en su coraz�n destruir y cortar naciones no pocas

Conquistas asirias

El significado de Isa�as 10:9 aparece cuando se consideran las fechas de los hechos aludidos. .. La aplicaci�n a Jerusal�n es obvia. .. Es cierto que las conquistas a las que se alude en Isa�as 10:9 no son las de Senaquerib, Isa�as 10:13 , etc.

, ser�a en su boca una exageraci�n; y de ah� que la profec�a haya sido referida por algunos al per�odo de Sarg�n. Pero el tema en Isa�as 10:7 es �Asiria� (ver Isa�as 10:5 ), y aunque Isa�as pudo haber considerado que el rey (vers�culo 12) era aqu� el hablante, los vers�culos 5, etc.

, muestran que habla, no con referencia a sus logros personales, sino como una personificaci�n de la pol�tica de su naci�n. Y esta pol�tica que Sennacherib en 701 realmente estaba manteniendo. El lenguaje de estos vers�culos, por lo tanto, en realidad no milita en contra de una fecha que en otros aspectos est� completamente de acuerdo con el contenido de la profec�a. ( Prof. SR Driver, DD )

Ambici�n tonta

Pirro, rey de Epiro, habiendo ampliado sus dominios con la conquista de Macedonia, estaba decidido a someter a Italia y agregarla a su imperio. Al pedirle consejo a su consejero Cineas, le pregunt� al pr�ncipe qu� pensaba hacer despu�s de conquistar Italia. "A continuaci�n", dijo, "me refiero a invadir Sicilia, que es un pa�s rico y poderoso y no est� muy lejos". "Cuando tengas Sicilia", dijo Cineas, "�entonces qu�?" ��frica�, respondi� el rey, �que contiene muchos reinos excelentes, no est� muy lejos, y gracias a mi renombre y el valor de mis tropas, puedo someterlos.

"�Sea as�", dijo el consejero, "cuando hayas vencido los reinos de �frica, qu� har�s entonces!" Pirro respondi�: "Entonces t� y yo estaremos felices para hacernos felices a ti y a m�: si tuvieras todo el mundo, no podr�as estar m�s feliz, ni tener mejor alegr�a". ( R. Macculloch. )

Versículo 12

Cuando el Se�or haya realizado toda su obra en el monte de Sion

La providencia bilateral de Dios

1.

Dios dise�� hacer el bien a Si�n y Jerusal�n mediante esta providencia. Cuando Dios suelta a los enemigos de Su Iglesia y de su pueblo, y permite que prevalezcan por un tiempo, es para realizar una gran obra buena sobre ellos; y cuando eso est� hecho, entonces, y no hasta entonces, obrar� liberaci�n para ellos.

2. Cuando Dios hubiera realizado esta obra de gracia para su pueblo, obrar�a una obra de ira y venganza sobre sus invasores. ( M. Henry. )

Fortaleza de coraz�n

El �coraz�n valiente� aqu� amenazado es enteramente diferente de la verdadera magnanimidad o grandeza de esp�ritu, surgida de buenos principios y acompa�ada de otras virtudes, que excita a las acciones m�s loables y reconocidas. Es una disposici�n obstinada y odiosa, que act�a en directa contradicci�n con la humildad mental y la pobreza de esp�ritu, por lo que la gente se inclina a pensar modestamente en sus habilidades y actuaciones; procede del orgullo, se ve reforzada por la grandeza y la dignidad externas, y se descubre por la vanidad y la jactancia necia de los esfuerzos y �xitos pasados ??y de las futuras empresas intencionadas.

El fruto del coraz�n valiente del rey de Asiria fue una atrevida expedici�n contra Jerusal�n, emprendida con orgulloso desprecio del Dios verdadero y acompa�ada de insultos blasfemos, repetidos al Alt�simo sobre toda la tierra. ( R. Macculloch. )

Penalizaci�n en aparente �xito

Cuando la escoria est� en lo m�s alto, cae al fuego. ( J. Trapp. )

Versículo 13

Porque �l dice: Con la fuerza de mi mano lo he hecho

La impiedad de las actividades mundanas

1.

Reflexionemos sobre el olvido total de Dios y la falta de voluntad para reconocer su poder y su presencia, con los que frecuentemente se persiguen y disfrutan los objetos de inter�s y ambici�n humanos.

2. Deteng�monos en el esp�ritu con el que los hombres mundanos se dedican a la b�squeda de sus objetos favoritos, el temperamento y disposici�n mental con los que se encuentran con la desilusi�n y el tipo de felicidad que obtienen del �xito de sus empresas.

(1)El ardor con que los procesan es pr�cticamente una declaraci�n de que est�n decididos a ser felices independientemente de Dios; la firmeza y perseverancia con la que luchan contra la adversidad, y el trabajo para recuperar sus p�rdidas, son tantos intentos de disputar con �l la determinaci�n de los acontecimientos, y de arrebatarle de Su mano el gobierno del universo; y cuando han tenido �xito casi o en su totalidad en la medida de sus expectativas, y cuando contrastan el �xito que los ha recompensado con el fracaso y la decepci�n que han sufrido otros en circunstancias similares, el principio que se encuentra en la base de todo sus goces, y da entusiasmo a cualquier otra gratificaci�n, es sustancialmente lo que se expresa en nuestro texto: "Con la fuerza de mi mano lo he hecho, y con mi sabidur�a, porque soy prudente".

(2) Sin embargo, estas observaciones no son aplicables �nicamente a aquellos que colocan su principal bien en una porci�n determinada de la riqueza de este mundo. Se hallar� que son igualmente verdaderas en el caso de aquellos que pueden encontrar en el ejercicio de altas dotes intelectuales una gratificaci�n que la mera riqueza mundana nunca podr�a proporcionar, pero que a�n no han adquirido ninguna capacidad para la felicidad m�s pura y m�s permanente. de una creciente conformidad a la imagen Divina en este mundo, y el disfrute de la comuni�n eterna con Dios en el mundo venidero.

Por elevadas que puedan ser tales b�squedas, y profundo como es el homenaje de respeto al que se invoca al mundo, y consiente de buena gana en rendirles, sin embargo, dondequiera que constituyan la �nica porci�n que el alma busca, y ocupen ese lugar en el mundo. los afectos que Dios reclama como suyos, llevan sobre ellos la misma impronta de impiedad que caracteriza los planes de engrandecimiento mundano, y que, en �ltima instancia, puede atribuirse al mismo principio.

(3) La misma observaci�n se aplica tambi�n al hombre que, por la benevolencia de su car�cter y la regularidad irreprochable de su vida, se ha asegurado el respeto del mundo, y que construye con confianza en sus muchas virtudes como un fundamento seguro de esperanza para el futuro; porque cuando tal hombre contrasta su propio car�cter con el de las multitudes que lo rodean, ser� con sentimientos de autocomplacencia.

3. Ser�a f�cil, entrando en los detalles de casos particulares, mostrar c�mo el principio en el texto impregna todos los negocios y placeres de un mundo no regenerado.

4. El sentimiento es tan necio con respecto al pecador, como imp�o con respecto al Todopoderoso; porque tambi�n podr�a suponerse que los movimientos del universo material permanecer�an inalterados, aunque el principio que es esencial para su estabilidad fuera aniquilado, como que una criatura inteligente y moral podr�a ser bendecida permanentemente, si se libera de la ley de dependencia de su Creador. ( R. Gordon, DD )

"Eliminador de fronteras"

Un t�tulo asumido por los reyes asirios. Afirmaron ser rey de reyes y se�or supremo o superior. ( B. Blake, BD )

Robar tesoro

Los grandes conquistadores muchas veces no son mejores que los grandes ladrones. ( Matthew Henry. )

Versículo 14

Y mi mano hall� como nido las riquezas del pueblo

Una orgullosa jactancia de absoluta subyugaci�n

El conquistador asirio ha recogido toda la tierra como se recogen los huevos de los que primero ha expulsado al aterrorizado p�jaro gallina.

Pero ella revolotear�a alrededor de su nido rayado y su saqueador con una huida trepidante y un grito desgarrador, que ning�n movimiento y sonido en la creaci�n bruta expresa m�s angustia; mientras que estas naciones malcriadas no se atreven a mostrar ni siquiera esos signos instintivos de un coraz�n roto, pero conocen una profundidad m�s all� de esa profundidad: "no hubo nadie que moviera el ala, o abriera la boca, o chirriara". ( Sir E. Strachey, Bart. )

Conquista f�cil

�He tomado con mi poder las riquezas del pueblo, con tanta facilidad como un compatriota saca p�jaros j�venes de un nido; s�, como se toma y se recolectan los huevos que el p�jaro ha abandonado �, lo cual es m�s f�cil que tomar p�jaros. ( W. Day, MA )

Jactancia imp�a

Es extra�o que alguna vez los hombres, que fueron hechos para hacer el bien, se enorgullezcan y se complazcan en hacer el mal o hacer da�o a todo lo que los rodea sin control, y consideren que su gloria es su verg�enza. ( M. Henry. )

Versículo 15

�Se gloriar� el hacha contra el que con ella corta?

La supremac�a divina

Todas las diversas �rdenes de criaturas, naturales y sobrenaturales, animadas e inanimadas, est�n bajo el control del Ser Divino, que las utiliza para la realizaci�n de sus propios prop�sitos. Los asirios no ten�an conciencia de ser siervos del Se�or; Por lo tanto, no ten�a ninguna virtud el ser empleados a Su servicio. F�jense en el discurso del rey de Asiria, es bastante vano y exagerado. Observa aqu�:

I. LA SOBERAN�A DE DIOS.

1. Esta es una doctrina de las Escrituras.

2. Aqu� conviene el t�rmino soberan�a, ya que significa la supremac�a del Ser Divino. �A d�nde iremos para las manifestaciones de la soberan�a divina?

(1) A la creaci�n.

(2) El gobierno moral del mundo proporciona la ilustraci�n m�s sorprendente de la soberan�a divina.

II. EL SUJETO DE LOS HOMBRES.

1. El hombre no es un instrumento meramente pasivo, sino un ser activo, dependiente y bajo el control de su Hacedor.

2. El hombre es un agente voluntario, posee un poder que llamamos voluntad, y un poder terrible es para bien o para mal. Importa responsabilidad.

3. Sin embargo, cualquier cosa que se pueda decir acerca de la voluntad del hombre, o la voluntad de una naci�n, considerada como un poder, debe permitirse que el hombre y sus circunstancias, que las naciones con todos sus asuntos complicados, est�n bajo el control del poder. Ser divino.

4. El Ser Divino est� todav�a a la cabeza de las naciones de la tierra, dirigiendo y controlando todos sus asuntos, para el cumplimiento de Sus propios fines; as� como un hombre dirige y controla el arroyo de la monta�a, para el trabajo de su molino o el riego de sus tierras.

III. EL PECADO DE ABANDONAR AL SER DIVINO.

1. Es obvio que el hombre no tiene elecci�n en cuanto a si tendr� o no que ver con su Hacedor. La elecci�n del hombre es si seguir� o no una l�nea de conducta acorde con la relaci�n en la que se encuentra con Dios; si obedecer� o desobedecer�, si honrar� o menospreciar� a Dios.

2. Est� en la naturaleza misma de una criatura ser dependiente; el hombre es una criatura y, por lo tanto, depende de Dios para todo lo esencial para su bienestar temporal; y ciertamente no menos en todo lo esencial para su bienestar espiritual.

3. Por lo tanto, es irracional y, de hecho, tremendamente pecaminoso, para aquellos que superan a otros en posici�n, en fortuna, con respecto a cualquier cosa que pueda ser justamente considerada una ventaja, atribuir la diferencia por completo, o incluso principalmente a sus propias habilidades y esfuerzos. ; como si no hubiera Dios, o como si

No pudo, o no quiso, interferir en los asuntos humanos ( 1 Corintios 4:7 ).

4. Dios est� celoso de su honor. No puede dar Su gloria a otro.

5. El caso de Nabucodonosor, seg�n se registra en Daniel 4:1 , proporciona una ilustraci�n notable de la supremac�a del Ser Divino y del pecado de posarlo. Inferimos ...

(1) Que es la voluntad de Dios que haya varias distinciones entre los hombres con respecto a las circunstancias; que unos deben estar por encima de otros.

(2) Es deber imperativo del hombre, cualquiera que sea su rango o posici�n en la sociedad, reconocer al Ser Divino de manera uniforme y constante.

(3) La supremac�a divina debe ser reconocida con alegr�a en todos los hogares.

(4) Que las naciones de la tierra reconozcan la autoridad divina.

(5) La Iglesia est� especialmente obligada a honrar a Dios. ( W. Winterburn. )

El trabajador y sus herramientas

Estas palabras describen una de las tentaciones comunes de los hombres fuertes en todas las esferas de acci�n. Se�alando el poder en la esfera de la industria humana, decimos: "�Se jactar� el ganado contra el que con �l corta?"

I. LA REAL CONEXI�N DE LA INDUSTRIA HUMANA CON DIOS. El arte �til y bello pertenece a la idea original del hombre como ser trabajador. El hombre se conforma al dise�o de su naturaleza cuando los m�sculos y los nervios, la mente y el coraz�n, se gravan en las producciones de la industria humana.

1. Esto se hace evidente por la constituci�n del hombre. La pecaminosidad no pertenece a los ideales divinos del hombre. Por tanto, la naturaleza interior del hombre no aprueba el pecado. Pero la industria no produce tal estr�s y confusi�n en el alma.

2. Esto se ve adem�s en el tipo de mundo en el que Dios ha hecho nuestro hogar actual. Algunas cosas las ha escondido, y otras las ha constituido de tal manera que debemos buscar, descubrir, adaptar, aplicar y fabricar, antes de que podamos obtener de la tierra (aunque est� llena de las riquezas de Dios) lo que realmente necesitamos. El trabajo y el dolor que ahora est�n relacionados con el trabajo no pertenecen a la ordenanza original del trabajo. Pero incluso esta disciplina es misericordiosa.

En el trabajo penitenciario, a veces se requiere que el delincuente haga girar una rueda conectada con una manivela cargada. El poder no se aplica para ning�n prop�sito �til, sino que est� destinado simplemente a cansar al prisionero y, por lo tanto, a castigarlo. Y un elemento amargo en esta correcci�n es este: el prisionero sabe que su trabajo no produce nada. Ahora, Dios ha sobrea�adido la fatiga al trabajo, pero con la fatiga ha conectado el aumento.

3. El modo en que las Escrituras hablan de las artes sustenta la doctrina que ahora proponemos. No se escribe una palabra en la Biblia contra el m�s alto desarrollo de la industria humana. Al contrario, mucho se encuentra en las Escrituras sobre la naturaleza de la sanci�n. Cuando el deseo de poseer los productos de la industria se convierte en lujuria, y cuando la posesi�n implica orgullo, entonces las creaciones art�sticas asumen una posici�n y sostienen una relaci�n que es del mundo y no del Padre.

Pero esto muestra que el mal est� en el exceso y no en la cosa misma. El Nuevo Testamento confirma nuestras observaciones. Jesucristo era el hijo de un artesano y, aunque eligi� una condici�n de pobreza, no se visti� de cilicio ni se neg� a participar de los lujos de los ricos. No dijo una palabra en contra de la industria humana, aunque reprob� y denunci� a todos los vicios y maleantes de su tiempo, y en el momento de su muerte vest�a una t�nica entera tejida, por la cual los soldados romanos echaron suertes.

Los ap�stoles siguieron los pasos del Salvador. Paul no requiere que Lydia, una vendedora de p�rpura, cambie de ocupaci�n. Aprendamos a separar la obra humana del pecado humano. El arte est� a salvo cuando se reconoce a Dios en �l.

II. LA DESCONEXI�N DE LAS B�SQUEDAS INDUSTRIALES DE DIOS EN LA MENTE DE LOS HOMBRES EN GENERAL. Los hombres han excluido a Dios completamente del arte, o han trabajado como si fueran sufrimientos divinos. Y debido a que Dios no ha estado en sus pensamientos, han sentido que Dios no estaba en su oficio y se han llevado para s� toda la gloria. Mientras que los id�latras han tenido un Dios para cada arte y para todas las ramas importantes de la empresa humana, los cristianos han pensado con demasiada frecuencia que deben llamar al arte el mundo, y mientras usan y disfrutan sus variados productos, abusan verbalmente de ellos.

No leemos as� la naturaleza humana. No leemos as� la providencia divina. No leemos as� nuestra Biblia. Y las palabras que tenemos ante nosotros nos advierten contra este esp�ritu. El hombre se convierte en productor; y cuando produce con su trabajo, cumple una parte de su misi�n. �Ahora en esto Dios ser� olvidado! �Dios! �De qui�n es esta tierra? �Dios! �De qui�n son los metales preciosos y �tiles, ya qui�n pertenecen los �rboles del bosque y el ganado en las colinas? �Se olvidar� de Dios? �Dios! somos sus obreros; usamos sus herramientas; empleamos Sus materiales y trabajamos en Su f�brica. Dios olvidado? �Cu�n indecoroso e ingrato es esto!

1. El mal del que se queja el texto puede existir en un estado negativo o positivo. Di que Dios no est� en los pensamientos. No hay rechazo de Dios, pero Dios no est� presente. El hombre piensa en s� mismo, no piensa en Dios.

2. Las fuentes de este mal son la ignorancia religiosa y el alejamiento de Dios.

3. Las formas en que se desarrolla este mal son como estas: la ley de Dios no se aplica al trabajo humano. El trabajo no se realiza con esp�ritu devocional. El honor de Dios no se busca con eso. Y tienes una de dos cosas: un hombre en apariencia irreligioso en todas partes, o un hombre en apariencia religiosa en todas partes menos en sus negocios. �Y luego que tienes t�? Un sepulcro blanqueado, un hombre-mentira o un rebelde, abierto y confeso, contra Dios Creador.

Rastree esto hasta sus resultados. �Elimina la religi�n de la industria humana y eliminar�s la principal restricci�n saludable! Entonces el hombre tendr� a su hermano en esclavitud; entonces los hombres enga�ar�n, mentir�n, se extralimitar�n y retendr�n la paga del trabajador.

4. La doctrina de lo que com�nmente se denomina Justificaci�n por la fe, tiene una conexi�n muy �ntima con este tema. La esencia de esa doctrina es que cuando un pecador verdaderamente se arrepiente y cree en Jesucristo, Dios, en lugar de ponerlo en libertad condicional, lo recibe inmediatamente a la comuni�n infantil. Esto muestra que un cristiano puede tener comuni�n con Dios de inmediato en todos los temas que le conciernen.

5. Orgullo, codicia, opresi�n y crueldad son las cuatro transgresiones, nombradas principalmente como la raz�n de Dios para el derrocamiento de N�nive y Babilonia, Egipto y Tiro. Sin una verdadera religi�n, el progreso del arte fomenta estos males.

6. Los deberes que incumben especialmente a los cristianos de esta tierra, en relaci�n con su trabajo diario, son el reconocimiento infalible de la providencia divina, la humildad, la justicia y la bondad. No hay colores tan brillantes, formas tan elegantes, combinaciones tan completas, productos tan perfectos y abundantes como los que existen aparte de la habilidad y el trabajo humanos. El hombre, en comparaci�n con el Gran Trabajador, no ha hecho nada.

7. No habr� dejado de marcar el llamado de Dios al m�s poderoso con este nombre, �hacha y sierra�; tambi�n Dios insin�a la inutilidad de toda jactancia, "como si no fuera madera"; y Dios amenaza con ense�ar el hacha y vio su posici�n real; y aprender�s esta lecci�n: si no hacemos de Dios infinitamente m�s importante que el hombre, �l nos har� sentir cu�nto m�s bajo que el hombre Su maldici�n puede hundirnos; y luego, cuando me gusta

Nabucodonosor, nos sentimos menos y m�s bajos que los hombres, podemos, en esta escuela severa, �aprender a alabar, ensalzar y honrar al Rey del cielo, todas cuyas obras son verdad, todos cuyos caminos son juicio, y todos los que pueden para humillar a los que caminan con orgullo ". ( S. Mart�n. )

Orgullosos jactancia que Dios no pasa por alto

Dios lleva cuenta de las palabras soberbias y altivas de todos los hombres, con las que desaf�an el cielo y la tierra. Los que hablan palabras de vanidad grandes y ensordecedoras volver�n a o�r de ellas. ( Matthew Henry. )

Fanfarronear absurdo

Oh, qu� polvo hago, dijo el fabricante, la mosca sobre la rueda del carro, en la f�bula. �Qu� destrucci�n hago entre los �rboles! dice el hacha. ( Matthew Henry. )

Dios para ser honrado

Bengel, cuando un tutor, dirigiendo una carta a un antiguo alumno, dijo: �O abstente, querido Reuss, de escribirme, o no me apliques expresiones tan superlativas. En silencio, como un padre cari�oso, depositar�a todo en la cuenta de tu amor, si no tuviera miedo de que mi permiso me acarree una gran responsabilidad. Por la misma raz�n, desear�a que no se dijera aqu� en las oraciones diarias de nuestros m�s reverendos tutores.

Creo que si Herodes se hubiera disgustado con la aclamaci�n, 'Es la voz de un dios y no de un hombre', no habr�a muerto de una manera tan horrible. El honor de Dios es algo terriblemente tierno y puede resultar herido antes de que nos demos cuenta ".

La presunci�n de Napole�n Bonaparte

Cuando Bonaparte estaba a punto de invadir Rusia, una persona que se hab�a esforzado por disuadirlo de su prop�sito, al ver que no pod�a prevalecer, le cit� el proverbio: "El hombre propone, pero Dios dispone"; a lo que �l respondi� indignado: "Dispuesto tanto como propongo". Una Dama Cristiana, al escuchar la jactancia imp�a, coment�, yo establec� eso como el punto de inflexi�n de la suerte de Bonaparte. Dios no tolerar� impunemente que una criatura usurpe Su prerrogativa. A Bonaparte le sucedi� tal y como predijo la dama. Su invasi�n de Rusia fue el comienzo de su ca�da. ( J. Whitecross. )

Versículo 17

Y la luz de Israel ser� por fuego

La luz de israel

Un nombre de Jehov�, que fue representado por la gloria Shekinah.

( B. Blake, BD )

El colapso de la empresa asiria

El genio de Isa�as le proporciona una espl�ndida figura bajo la cual representar el colapso de la empresa asiria. Los apresurados batallones de Asiria aparecen a su imaginaci�n como los �rboles de un enorme bosque, irresistibles en su fuerza e incontables en su n�mero; pero la Luz de Israel se enciende majestuosamente en una llama; y al final de un solo d�a un ni�o puede contarlos. ( Prof. SR Driver, DD )

Versículo 18

Ser�n como cuando un abanderado se desmaya

Una representaci�n diferente

�Como el susurro de un hombre enfermo�, se adapta mejor a una conexi�n en la que no hay ninguna referencia a la batalla.

Asiria ser� completamente consumida. Espinos y cardos, bosques se�oriales y campos f�rtiles perecer�n igualmente; o, si queda alguno, se consumir� como un hombre herido por una enfermedad incurable. ( Talbot W. Chambers, DD )

El abanderado cristiano

Perm�tanme tratar de presentarles una o dos caracter�sticas por las que debe distinguirse un l�der en el ej�rcito cristiano.

I. DEBE HABER UN PRINCIPIO FIJO Y FUERTE. El hombre que ha de llevar el estandarte en cualquier ej�rcito debe estar devoto a la causa por la que lucha el ej�rcito. El hombre que ha de ser gu�a y l�der en la Iglesia cristiana debe tener sin duda convicciones muy definidas sobre lo que es el cristianismo y sobre lo que es la Iglesia. Hay otras cualidades que pueden serle de un servicio eminente: la capacidad de tener una visi�n amplia de todas las cuestiones, una simpat�a inmediata por todos los que luchan por la verdad, aunque en este momento se encuentren en tinieblas.

II. LA SEGUNDA CALIFICACI�N DE PORTADOR EST�NDAR ES VALOR. Un verdadero abanderado puede describirse en un solo ep�teto, tomado de uno de los profetas, como "valiente por la verdad". Eso significa que la verdad es su ley. La verdad no es para �l algo con lo que jugar. No es tanto su posesi�n, sino que est� pose�do por la verdad; se apoder� de su raz�n, cautiv� sus afectos, aviv� e inspir� su conciencia.

III. HAY UN ELEMENTO A�N M�S SUPERIOR, UN SIGUIENTE NOBLE, UNA FUERZA M�S PODEROSA POR LA CUAL EL PORTADOR DEL EST�NDAR EN EL EJ�RCITO CRISTIANO ES DIRIGIDO Y GOBERNADO, Y ESO ES LA DEVOCI�N PERSONAL A CRISTO. Cristo es para �l la verdad, y solo Cristo es su ley. El m�s ilustre de los abanderados del ej�rcito cristiano, supongo que se confesar� universalmente, fue el ap�stol de los gentiles; y si estudiamos su vida y su car�cter, tal vez lleguemos a la mejor y m�s verdadera concepci�n de un l�der ideal en el ej�rcito cristiano. ( JG Rogers, BA )

Un abanderado

En un serm�n sobre la muerte del reverendo GM Murphy predicado por el reverendo PJ Turquand, el Sr. Turquand dijo: �l llev� ...

1. El estandarte de la Cruz.

2. El est�ndar de templanza.

3. El nivel de educaci�n.

4. El est�ndar de justicia. ( El p�lpito del mundo cristiano. )

Versículos 20-23

El remanente volver�

"Un remanente se convertir�"

( Isa�as 10:21 ): - As� se cumplir� la profec�a encarnada en el nombre del hijo de Isa�as, Shear-jashub.

( Prof. J. Skinner, DD )

Una feliz conversi�n

Considerar&mdash

I. QU� SE DICE DE SU ANTERIOR ERROR. Cuando se dice que "nunca m�s permanecer�n sobre el que los hiri�", seguramente implica que ya hab�an hecho esto antes: este fue su error.

1. Hab�an ejercido una dependencia indebida.

2. Su dependencia se ha visto defraudada.

3. Su locura deb�a ser corregida por su Soberano.

II. LO QUE SE DICE DE SU EXPERIENCIA RENOVADA. "Se quedar� en el Se�or", etc.

1. Es una confianza iluminada. Es una tonter�a confiar sin preguntar y negarse a confiar en los dignos de confianza.

2. Su confianza es muy amplia. Cubre todos los tiempos; todos los eventos que pueden despertar nuestra ansiedad; todo lo que pertenece a la vida y a la piedad, etc.

3. Es una bendita confianza.

III. LA REALIDAD DE SU CAMBIO. "En verdad." Eso es lo importante. Esta confianza es distinguible:

1. Por meras pretensiones.

2. De la confianza imaginaria. ( W. Jay. )

La adversidad puede llegar al coraz�n duro

Las cuatro estaciones una vez decidieron probar cu�l pod�a llegar m�s r�pido al coraz�n de una piedra. La primavera engatus� a la piedra con sus suaves brisas e hizo que las flores la rodearan y que los �rboles dispararan sus ramas y la atemorizaran, pero todo fue en vano. La piedra permaneci� indiferente a las bellezas del manantial, ni ceder�a su coraz�n a sus suaves caricias. Luego vino el verano, e hizo que el sol brillara sobre la piedra, esperando derretir su coraz�n obstinado; pero aunque la superficie de la piedra se calent�, r�pidamente volvi� a enfriarse cuando no estaba bajo la influencia de los rayos del sol de verano.

El verano, al no poder as� por ning�n grado de calor penetrar la naturaleza pedernal de la piedra, dio lugar al oto�o. Creyendo que la piedra hab�a sido tratada con demasiada amabilidad, el oto�o marchit� las flores y despoj� a los �rboles de sus hojas y amenaz� y bramaba; pero la piedra segu�a impasible. Luego vino el invierno. Primero envi� fuertes vientos que desnudaron la piedra; luego envi� una lluvia fr�a, y luego una helada aguda, que parti� la piedra y puso la liebre en su coraz�n. Tantos corazones que ni la dulzura, el calor ni las amenazas pueden tocar, es alcanzado por la adversidad. ( Nye ' es Anecdote. )

La obra doble de Dios sobre Jud�

El profeta hab�a dicho ( Isa�as 10:12 ), que �el Se�or llevar�a a cabo toda Su obra sobre el monte Si�n y sobre Jerusal�n�, cuando Senaquerib invadiera la tierra. Ahora bien, aqu� se nos dice cu�l deber�a ser ese trabajo, un trabajo doble:

I. LA CONVERSI�N DE ALGUNOS, para quienes esta providencia deber�a ser santificada y producir el fruto apacible de la justicia, aunque por el momento no fue alegre sino doloroso. Se dice que este resto de Israel son los que escaparon de la casa de Jacob, los que escaparon de las corrupciones de la casa de Jacob y mantuvieron su integridad en tiempos de apostas�a com�n. Por tanto, escapan de las desolaciones de esa casa.

1. Este remanente se desprender� de toda confianza en un brazo de carne; esta providencia los curar� de eso; "No volver�n a detenerse m�s sobre el que los hiri�". "Los sufrimientos ense�an cautela". Han aprendido, por experiencia cara, la locura de apoyarse en ese bast�n como un apoyo para ellos, que tal vez resulte un bast�n para vencerlos ( Oseas 14:3 ).

2. Regresar�n a casa a Dios, al Dios Fuerte, uno de los nombres dados al Mes�as ( Isa�as 9:6 ), al Santo de Israel. Volver�n a Dios y permanecer�n en �l. S�lo pueden permanecer con comodidad en Dios aquellos que regresan a �l.

II. EL CONSUMO DE OTROS. Ser�n consumidos por esta decadencia general en medio de la tierra. Observar&mdash

1. Es un consumo de la propia creaci�n de Dios.

2. Est� decretado, no el producto de una resoluci�n repentina. En particular, se determina cu�nto se extender�, cu�nto tiempo continuar�, qui�n ser� consumido por �l y qui�n no.

3. Es un consumo desbordante, que se extender� sobre la tierra, y como un torrente poderoso o una inundaci�n, derribar� todo lo que se encuentre delante de �l.

4. Aunque se desborde, no es al azar, sino en justicia. ( Matthew Henry. )

Los restos de la sociedad

�Alguna vez reflexion� sobre las desintegraciones que est�n ocurriendo en la sociedad humana? El n�mero de los que caen fuera de las filas de la sociedad es infinitamente mayor que el n�mero de los que alguna vez cayeron de cualquier ej�rcito reunido en el campo de batalla. Por lo general, tomamos estad�sticas de los hombres pr�speros de la sociedad. Pero, �qui�n puede tener una cuenta exacta de todos los d�biles? �A qui�n le importan los restos de la sociedad? Dios lo hace. Veamos algunos de estos remanentes.

1. Los que est�n quebrantados de salud, y por eso se apartan por completo de todo lo que buscaban. Cuentan como cifras. Para lo �nico que parecen ser buenos es para servir como memoria de la paciencia de una madre, de la bondad de una hermana o de la fidelidad de una esposa. Cu�ntos hombres son como un barco de guerra, que est� firmemente construido con el mejor material, pero que en su primer viaje es tan manejado por los vientos y las olas que se vuelve ingobernable y se apresura a volver a puerto, y ancla en el astillero de la marina, �y es un viejo casco receptor por el resto de sus d�as!

2. Entonces, cu�ntos remanentes hay en la sociedad a causa de la mala aplicaci�n de sus poderes y su total fracaso. Cu�ntos hombres de segunda y tercera categor�a se comprometen a desempe�ar funciones que exigen el ejercicio de las facultades en su mejor estado.

3. Luego quedan restos de la sobrecarga de hombres que se adaptan a su trabajo, pero no tienen la resistencia que requieren sus circunstancias. Hay algunos hombres que, cuando se aver�an, son como los que viajan en carretas bajas, y que si la carreta se quiebra no caen lejos, sino que pueden levantarse, arreglarlo y seguir adelante; pero hay otros hombres que cuando se derrumban son como los que cruzan un oscuro abismo en un puente alto, y que, si el puente se rompe, caen una gran distancia al arroyo de abajo y no tienen poder para retroceder y reparar. el da�o y continuar su viaje.

4. Muchas m�s personas se derrumban por una mala gesti�n secreta de s� mismas. Veo hombres que usan m�s viento para hacer flotar un bote de galletas a trav�s de un estanque de lo que se requerir�a para llevar un barco de guerra a trav�s del mar.

5. Adem�s de �stos, que perpetuamente se derrumban y caen por la retaguardia, est�n los que violan las leyes de la sociedad; que son detectados, condenados y marcados con verg�enza. Creo que lo m�s lamentable del mundo es ver a un hombre, no peor que nosotros, que, bajo la influencia de la compa��a o por tentaci�n, ha cometido un gran error y ha sido marcado por la sociedad. Su vida no vale nada despu�s de eso.

Porque las leyes de la sociedad son como las leyes de un fuerte, que cuando un hombre est� adentro lo defiende contra todo ataque, pero que cuando est� afuera abren toda la artiller�a del fuerte sobre �l si intenta volver. Muchos hombres tienen conciencia debajo de una chaqueta de prisi�n. Dios juzga con la justicia del amor y no con la injusticia del odio. A todos los que est�n abatidos y que sufren, les digo: Hay un Dios que se compadece de ustedes.

Cuidado, entonces, con la desesperaci�n. Si has fallado en esta vida, no falles tambi�n en la otra. Es mucho lo que a�n puedo hacer, incluso en la tarde y el crep�sculo de la vida de los hombres, si est�n esperanzados y activos. ( HW Beecher. )

Restos

Piense un momento en lo que se entiende por "un remanente". No se refiere simplemente a unos pocos; tampoco significa simplemente las �ltimas cosas; aunque incluye ambas ideas. Cuando uno ha cortado una prenda de una telara�a, hay un orillo, se comieron las piezas laterales, de formas curiosas, y por fin queda la pieza de la cola, un peque�o golpe a la izquierda. Se han sacado y utilizado las partes principales y mejores. Aunque son de tan buena sustancia como el resto, est�n estos bordes, los bits intermedios y la parte final restante; y todos estos se llaman �los remanentes�.

�No son exactamente desperdicios, pero son partes que sobran despu�s de que se ha sacado el bien principalmente. De ning�n taller de carpinter�a la madera llega nunca tan grande como entr�. Las astillas, las virutas, las losas, los bordes, las piezas intermedias, son los restos del trabajo del carpintero, las partes que no han sido utilizado para objetos comerciales. Mire una casa despu�s de que todos los ni�os hayan sido alimentados, despu�s de que todos los sirvientes hayan comido y la mesa est� limpia, y vea qu� queda.

Ver los tonos; el cart�lago los trozos de carne que son fibrosos y no se mastican f�cilmente; los trozos de papa; los trozos de reposter�a; el mont�n de fragmentos. Estos son los restos de las comidas. Mire el resto de la cosecha: todos esos tallos de trigo perdidos en los bordes de las moras de la granja desagradable; todos los que cayeron en el camino; las rebuscadas; la basura del campo. Entonces, en todas las fases de la sociedad, en el ej�rcito, en la marina, en los c�rculos comerciales, en el hogar, en todas partes, hay un remanente que surge constantemente. Es la porci�n que queda despu�s de que la mejor o m�s favorecida ha sido descartada y utilizada. ( HW Beecher. )

El trato de la sociedad a los d�biles

�Qui�n piensa en los pobres y los ca�dos? �Sociedad! El trabajo m�s chapucero que la sociedad jam�s hace en este mundo, lo hace cuando intenta ser misericordiosa. La sociedad es una m�quina, en el mejor de los casos, los parches y los expedientes. Cuando los hombres se salen de su lugar y necesitan ser tratados con ternura, entonces las manos de la sociedad son m�s torpes de tratar que las de un pat�n, la mano de un terrateniente, en el campo, es torpe para cuidar al beb� reci�n nacido. ( HWBeecher. )

Versículos 24-34

Pueblo m�o, que moras en Si�n, no temas a los asirios

Miedo prohibido

Es contra la mente y la voluntad de Dios que su pueblo, pase lo que pase, ceda ante ese temor que tiene tormento y asombro.

Los que habitan en Si�n, donde Dios habita, y donde Su pueblo lo asiste, y est�n empleados en Su servicio, que est�n bajo la protecci�n de los baluartes que rodean Si�n, no deben temer a ning�n enemigo. Deje que sus almas moren c�modamente en Dios.

1. Asiria no har� nada contra ellos sino lo que Dios ha designado y determinado. ��l te herir� con el permiso Divino, pero ser� s�lo con vara para castigarte, no con espada para herir y matar. No, "�l s�lo alzar� su bast�n contra ti", te amenazar� y te atemorizar�, y agitar� la vara contra ti, "a la manera de Egipto", como los egipcios agitaron su bast�n contra tus padres en el Mar Rojo, cuando dijeron: �Perseguiremos, adelantaremos�, pero no pudieron alcanzar para hacerles ning�n da�o. No debemos tener miedo de esos enemigos que no pueden hacer m�s que asustarnos.

2. La tormenta pronto pasar� ( Isa�as 10:25 ). La ira de Dios contra su pueblo es s�lo por un momento; y cuando eso cesa y se aparta de nosotros, no debemos temer la furia de ning�n hombre, porque es una pasi�n impotente.

3. Se tendr� en cuenta al enemigo que los amenaza. La vara con la que corrigi� a su pueblo no solo ser� puesta a un lado, sino que ser� arrojada al fuego. El profeta, para animar al pueblo de Dios, cita precedentes; y les recuerda lo que Dios hab�a hecho anteriormente contra los enemigos de Su Iglesia que eran muy fuertes y formidables, pero que fueron llevados a la ruina. Es bueno observar una semejanza entre las apariciones anteriores y posteriores de Dios para su pueblo, y contra �l y sus enemigos.

4. Ser�n completamente librados del poder de Asiria y del temor de �l ( Isa�as 10:27 ). ( M. Henry. )

Versículo 26

Seg�n la matanza de Madi�n

Asiria y Madi�n

1.

Como se vio la mano de Dios en la matanza de los madianitas, as� fue en la matanza de los asirios.

2. As� como los madianitas fueron asesinados sin p�rdida de ninguno de los israelitas, as� fueron los asirios sin ninguna p�rdida de los hombres de Jud�.

3. As� como todo el ej�rcito de los madianitas fue derrocado, tambi�n lo fue todo el ej�rcito de los asirios.

4. As� como los madianitas fueron derrocados repentinamente, cuando sus pensamientos se concentraban en lo m�s alto, as� fue todo el ej�rcito de los asirios. ( W. Day, MA )

Versículos 27-34

Su carga ser� quitada de tu hombro

Una representaci�n pintoresca de la invasi�n de Jud�

( Isa�as 10:28 ): - La descripci�n que aqu� se da, vista est�ticamente, es una de las representaciones m�s pintorescas y magn�ficas que jam�s haya producido la poes�a humana.

�Se encuentra con Ayyath, marcha por Migron, en Micmash deja su equipaje. Marchan a trav�s del barranco; �que Geba sea nuestro alojamiento nocturno! Ram� tiembla; Guibe� de Sa�l huye; Grita fuerte, hija de Galim. �Oh, solo escucha, Laysha! �Pobre Anathoth! Se apresura Madmena, los habitantes de Gebim rescatan. Hoy todav�a se detiene en Nob, - balancea su mano sobre el monte de la hija de Sion, el collado de Jerusal�n.

He aqu�, el Se�or Todopoderoso, el SE�OR de los ej�rcitos, corta las ramas con terrible fuerza, y las de gran crecimiento son cortadas, y las sublimes son abatidas. Y tala la espesura del bosque con el hierro; y el L�bano, por un majestuoso cae �. ( F. Delitzsch. )

Las realidades de la fe

La confianza prof�tica en una Divinidad debe conducir a la descripci�n de la misma como una actualidad. La fe no ve las dificultades que enfatiza la raz�n; pero se r�e de lo imposible, diciendo: "Se har�". ( B. Blake, BD )

La providencia de Dios es cr�tica y retributiva.

Esta es la providencia, entonces, bajo la cual vivimos. Los hechos lo prueban. Estamos bajo la ley y la cr�tica de tipo moral: nuestra conducta es examinada, nuestros motivos son investigados y pronunciados por el Justo; cada ma�ana es como un trono blanco colocado en los cielos; cada mediod�a es como un ojo de fuego mirando los caminos de los hombres; cada noche es un pabell�n de descanso, o una imagen de desesperaci�n. El hacha del cielo se levanta contra todos los �rboles frondosos que se suponen independientes de Dios.

Toda la belleza moral es apreciada como la perla de mayor valor que todas las dem�s. �Esta es la econom�a en la que vivimos! No nos quedamos sin ley, juicio, supervisi�n, cr�tica; cada uno de nosotros debe dar cuenta de s� mismo a Dios. �Oigamos la conclusi�n de todo el asunto: Teme a Dios y guarda sus mandamientos, porque este es todo el deber del hombre. Porque Dios traer� toda obra a juicio, con todo secreto.

�Si por unos a�os crecemos hacia la fuerza, pronto cambiamos el punto de crecimiento, y bajamos a la vejez y la debilidad, para que sepamos que somos s�lo hombres. La vida es un gran triunfo hasta la mediana edad, porque el hombre puede ser siempre wen; puede crecer en fuerza y ??prosperidad, y puede presentarse a s� mismo como un cazador exitoso; pero despu�s de eso, las canas est�n aqu� y all� sobre �l, y �l no lo sabe, y ahora los hombres pueden decir al pasar: Se inclina un poco m�s; su memoria comenzar� a ser un poco borrosa y nublada, y aunque puede mantener un buen ajuste de cuentas, debe confiar en el papel m�s de lo que confiaba antes.

Si plantamos vi�edos y bosques, y sometemos los p�ramos mediante un cultivo generoso, moriremos mientras contemplamos nuestro �xito y quedamos sepultados bajo las mismas flores que han recompensado nuestro trabajo. Esta es la econom�a bajo la cual las naciones han vivido alguna vez, y bajo la cual cada peque�a vida se desarrolla en su peque�o d�a. ( J. Parker, DD )

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Información bibliográfica
Exell, Joseph S. "Comentario sobre "Isaiah 10". El Ilustrador Bíblico. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tbi/isaiah-10.html. 1905-1909. Nueva York.