Bible Commentaries
Isaías 11

El Ilustrador BíblicoEl Ilustrador Bíblico

Versículos 1-16

Y saldr� una vara del tronco de Isa�

Una profec�a sobre el Mes�as Pr�ncipe

I. SU SALIDA DE LA CASA DE DAVID ( Isa�as 11:1 ).

II. SUS CUALIFICACIONES PARA SU GRAN EMPRESA ( Isa�as 11:2 ).

III. LA JUSTICIA Y EQUIDAD DE SU GOBIERNO ( Isa�as 11:3 ).

IV. LA PAZ DE SU REINO ( Isa�as 11:6 ).

V. LA ADHESI�N DE LOS GENTILES A EL ( Isa�as 11:10 ).

VI. Y con ellos EL RESTABLECIMIENTO DE LOS JUD�OS que deber�a unirse con ellos en el reino del Mes�as ( Isa�as 11:11 ). ( M. Henry. )

La imagen del futuro

El cuadro del futuro que llena el cap�tulo once es uno de los m�s extensos que ha dibujado Isa�as. En �l se despliegan tres perspectivas.

I. UNA PERSPECTIVA DE MENTE (vers�culos 2-5). La geograf�a de una mente real en sus tramos de car�cter, conocimiento y logros.

II. UNA PERSPECTIVA DE LA NATURALEZA (vers�culos 6-9). Una visi�n de la restituci�n de la naturaleza: el para�so recuperado.

III. UNA PERSPECTIVA DE HISTORIA (vers�culos 9-16). La geograf�a de la redenci�n de Israel. Para esta tercera perspectiva, el cap�tulo 12. forma una conclusi�n adecuada, un himno de alabanza en boca de los exiliados que regresan. ( Prof. GA Smith, DD )

Tres grandes ideales

1. La perfecta morada en nuestra humanidad por el Esp�ritu de Dios.

2. La paz y comuni�n de toda la naturaleza, cubiertas con el conocimiento de Dios.

3. La traves�a de toda la historia por los prop�sitos divinos de la redenci�n. ( Prof. GA Smith, DD )

Asiria e Israel: un contraste

Debemos conectar la apertura del cap�tulo und�cimo con el cierre del d�cimo para sentir toda la fuerza del contraste. All� leemos: "Y cortar� la espesura del bosque con hierro y el L�bano caer� por un valiente". Luego viene la profec�a de que �saldr� una vara�, etc. El cedro del L�bano era el s�mbolo del poder asirio. Fue un mal s�mbolo. Visto desde el punto de vista bot�nico, representaba muy v�vidamente la pompa pasajera de un imperio pagano.

Es del g�nero de los pinos y no env�a chupones, y cuando se corta, desaparece. La encina es el s�mbolo del poder de Israel, y aunque se corta, vuelve a crecer - "del tallo de Isa� saldr� una vara, y un v�stago brotar� de sus ra�ces" - de la mism�sima toc�n m�s bajo que queda en el suelo. ( J. Parker, DD )

Eterna juventud

�Cu�l es el s�mbolo de nuestro poder? �Es la nuestra una influencia que se puede cortar y nunca revivir? �O estamos tan arraigados en el Eterno que, aunque la persecuci�n nos empobrezca y suframos gran privaci�n y agotamiento de todo tipo, sin embargo, resucitaremos en la eterna juventud? ( J. Parker, DD )

Profec�a: una muy buena transici�n

Es una muy buena transici�n en la profec�a (sea ret�rica o no) y muy com�n, pasar de la predicci�n de las liberaciones temporales de la Iglesia a la de la gran salvaci�n, que, en el cumplimiento de los tiempos , debe ser realizado por Jesucristo, de los cuales los otros eran tipos y figuras. ( M. Henry. )

La rama

La palabra traducida como "rama" est� en el hebreo Netser. Se dice que la palabra se deriva de una ra�z que significa "brillante" o "verde". Y esto concuerda con el car�cter del valle en el que se encuentra la ciudad de Netzer o Natsoreth (Nazaret). "Los arbustos y los arbustos arom�ticos, y especialmente las brillantes flores silvestres, quitan la desolaci�n del paisaje". Es de este t�tulo, entonces, Netser o la Rama, que San Mateo cita cuando dice: �Ser� llamado Nazareno� ( Mateo 2:23 ). ( Tiempos expositivos. )

La vara del tronco de Isa�

Regresemos al punto m�s humilde, la l�nea de partida, y aprendamos que este Hijo de Dios no era solo el hijo de un rey, sino el hijo del padre humilde de un rey. El cristianismo es la religi�n de la gente com�n. El Evangelio atrae a todos los hombres, ricos y pobres, en todas las zonas y climas, y es m�s para los que m�s lo necesitan. ( J. Parker, DD )

Cristo, el renuevo fruct�fero

"Un brote de sus ra�ces da fruto". El brote que brota debajo del suelo se convierte en un �rbol, y este �rbol obtiene una corona con frutos; y as�, un estado de exaltaci�n y plenitud sigue al estado de humillaci�n. ( F. Delitzsch. )

Las calificaciones de Cristo para su oficio de mediador

I. El primer verso del texto predice EL NACIMIENTO Y LA FAMILIA DEL MES�AS. El Mes�as nacer�a de la casa de David, el hijo de Isa�. Pero, �por qu� se menciona aqu� a Isa�, en lugar de a David, su hijo m�s ilustre? En parte para se�alar el lugar de nacimiento del Mes�as. Isa� parece haber vivido siempre en Bel�n y era conocido como el Bel�n; mientras que David residi� la mayor parte de su vida en Hebr�n y Jerusal�n.

Jesse estaba en un rango de vida m�s humilde que el hijo de Jesse; y as� Jes�s, aunque superior a David, como rey real, siendo el Se�or de David, as� como el hijo de David, sin embargo, en las circunstancias reales de Su vida, estaba m�s cerca del humilde rango de Isa� que del estado real de David. Tambi�n era del tallo de Isa� de donde saldr�a la vara, de un tallo donde no quedaba nada m�s que tallo y ra�z; no de un �rbol noble, con sus amplias ramas.

�Y una rama brotar� de sus ra�ces�. Se insin�a aqu�, y en otros lugares se predice m�s claramente, que la Rama deber�a surgir de la familia de Isa�, cuando estaba en circunstancias humildes, en un momento en que la casa de David deber�a ser muy reducida, y que deb�an formarse escasas expectativas de al principio, pero que con el tiempo deber�a convertirse en una Rama hermosa y gloriosa.

�C�mo describe exactamente todo esto el nacimiento y el linaje de Jesucristo? Sin embargo, �alguna vez fue la rama tan gloriosa en su crecimiento? �Qu� frutos nobles han colgado de esa Rama! �Qu� Iglesias se han agrupado a su alrededor!

II. SUS CUALIFICACIONES COMPLETAS PARA SU OFICINA, como se describe en esta predicci�n ( Isa�as 11:2 ). "El Esp�ritu del Se�or reposar� sobre �l". Sobre �l fue derramada la unci�n del Santo en toda su plenitud. Pero recuerde, el Esp�ritu del Se�or descans� sobre �l en Su oficio de Mediador. Ahora, este es un cargo p�blico, un cargo que Jes�s sostiene para el beneficio de Su pueblo; y por tanto, el Esp�ritu del Se�or reposa sobre �l para su pueblo.

1. "El esp�ritu de sabidur�a". Ten�a sabidur�a en plena medida. Debe haber tenido una comprensi�n perfecta de Dios en su naturaleza, cualidades, atributos, obras y caminos; Debe haber tenido un conocimiento profundo del �nico m�todo por el cual el desdichado pod�a salvarse; Debe haber sabido lo que hab�a en la mente del hombre, porque respondi� a los fariseos y saduceos, y conoc�a las dificultades y dudas de sus disc�pulos, incluso antes de que les dieran expresi�n en palabras. �Cu�n sabias fueron todas Sus provisiones para Su Iglesia! �Qu� sabio fue Jesucristo para ganar almas! Y recuerda que �l tiene sabidur�a para ti.

2. "El esp�ritu de entendimiento". Esto se ampl�a en el siguiente vers�culo. El Salvador tuvo rapidez para comprender lo que podr�a ser para gloria o deshonra de Su Padre celestial. Ning�n oropel podr�a ocultarle la repugnante deformidad del pecado; ninguna hipocres�a podr�a gritarle el orgullo y la corrupci�n del fariseo. Cuando Satan�s vino con sus tentaciones y ceb� su lazo con todos los reinos del mundo en toda su gloria, Cristo comprendi� instant�neamente el enga�o, y "Vete, Satan�s", fue Su lenguaje indignado.

3. "El esp�ritu de consejo". �Este�, dice nuestro profeta, �es el nombre con el que se le llamar� Consejero admirable�. Cristo puede dar el consejo m�s sabio de la manera m�s bondadosa. Tiene consejos adaptados a cada caso. �l aconseja al pecador. �l le dice a la Iglesia en un estado de Laodicea: "Te aconsejo que de m� compres oro refinado en fuego, para que seas rico". Aconseja al guerrero cristiano c�mo mantener la lucha contra el pecado con una fe perseverante.

4. "El esp�ritu de poder". Es un Cordero en mansedumbre; �l es el Le�n de la tribu de Jud� en fuerza. Su obra requer�a un esp�ritu muy imp�vido, y nunca tembl� de miedo, ni tembl� de alarma. Y tambi�n tiene el esp�ritu de poder para ti.

5. "El esp�ritu de conocimiento". En Cristo habita todo conocimiento: el conocimiento de Jehov�, Su Padre celestial, de Su santa voluntad, Sus justos reclamos, la bienaventuranza de conocer a Dios como Padre. Y este mismo conocimiento de Su Padre �l puede impartirte.

6. "Y del temor del Se�or". �El temor del Se�or es el principio de la sabidur�a� y tambi�n es uno de los logros m�s elevados de la sabidur�a y uno de los mejores efectos del Esp�ritu Santo en el coraz�n. ( J. Hambleton, MA )

El reino de cristo

Bien podemos estudiar esta imagen del reinado del Mes�as en la tierra, dibujada por una mano divina y pintada con colores que no se desvanecen, porque a trav�s de ella vemos, como no podemos de otra manera, aquello por lo que oramos diariamente. La historia no nos interpreta completamente la profec�a. Si s�lo supi�ramos los cambios en las naciones antes de que llegue el cumplimiento de los tiempos, si pudi�ramos estar seguros de d�nde, cu�ndo y c�mo reinar�a Jes�s de una manera terrenal entre los hombres, a�n no tendr�amos lo que nos proporciona la visi�n de Isa�as.

No vio nada de esto. �Y qu� vio �l? En primer lugar, un bosque imponente, cuyos altos �rboles hundieron sus ra�ces en lo profundo de la tierra, y cuyas ramas se ensancharon hacia el este. Estas eran las naciones orgullosas que oprim�an a Israel y parec�an lo suficientemente fuertes como para resistir para siempre. Pero iban a perder su gloria. Entre ellos hab�a un mu��n que, de su descomposici�n y humillaci�n, lanzaba un brote peque�o, tierno pero vigoroso.

Esta fue la antigua pero ca�da casa de David; y el brote verde que brotaba era solo en cumplimiento del antiguo pacto de que siempre deber�a haber alguien que se sentara en el trono de David. Al mirar, a trav�s de la visi�n del vidente, vemos que el �rbol joven se disuelve en la forma de un Hombre, un Hombre en quien el Esp�ritu Santo descansa con siete dones de sabidur�a, conocimiento, consejo, poder y entendimiento en el temor del Se�or.

Este hombre est� lleno de justicia, y sus vestiduras est�n ce�idas de justicia cuando se sienta y juzga entre el pueblo. Y nuevamente, mientras miramos, vemos que el Hombre se disuelve en una monta�a, la monta�a del Se�or que se establecer� en la cima de las monta�as en los �ltimos d�as. Esta monta�a est� llena de paz y seguridad. Una vez m�s, como para expresar en una frase todo el pensamiento y la esperanza del profeta, vemos la tierra entera llena del conocimiento del Se�or como las aguas cubren el mar. Al interpretar esta visi�n, hay dos verdades en las que bien se puede insistir.

I. EL HECHO PRINCIPAL ACERCA DEL REINO DE CRISTO ES EL MISMO CRISTO, QUE HACE SU REINO AL HABITAR EN LOS CORAZONES DE LOS HOMBRES.

II. SU REINADO ES COMO EL REINADO DEL NI�O EN MEDIO DE LOS ANIMALES QUE NATURALMENTE SE ODIAN Y DEVORAN EL UNO AL OTRO. Es un reino de inocencia e infantilismo, el poder de la debilidad y la pureza sobre la fuerza bruta. ( EN Packard. )

El reino de Cristo en el mundo es solo la presencia de Cristo en el mundo

El reino de Cristo en el mundo es solo la presencia de Cristo en el mundo, repitiendo sus actos de misericordia y amor, pronunciando sus verdades eternas, quemando la hipocres�a y el error con el aliento de su boca, cambiando las voluntades rebeldes en d�ciles, limpiando y alegrando todo en todas partes. No hay reino de Cristo del que podamos formarnos una idea que no sea este. Cuando los hombres son santos, por su morada entre ellos, ese es el reinado de Cristo.

Olvidemos los elementos esc�nicos y dram�ticos en las glorias milenarias y simplemente pensemos en el reino como la presencia del Rey. Aqu� vemos la diferencia entre Su reinado y el de cualquier monarca terrenal que pueda transmitir su poder a su hijo y �l a su posteridad, y as�, con precedentes, leyes y tradiciones, puede haber alg�n enfoque de la seguridad y la paz. Federico el Grande. muere, pero su imperio contin�a y lo mantiene en la memoria.

Pero Cristo no tiene sucesores, y no hay familia real excepto la que est� formada por todos los que llevan su nombre. Cristo debe estar tan verdaderamente entre los hombres en una edad como en otra, y donde no es una presencia viva y controladora, no hay nada m�s que un nombre. Lo que llamamos cristianismo, la suma total de las influencias que emanan de Cristo y tocan la compleja vida del hombre, no tiene vitalidad inherente en s� mismo. No puede atenerse a las tradiciones de Aquel que la fund� hace siglos. Solo la presencia perpetua de Cristo hace posible el cristianismo. Lo mismo ocurre con la Iglesia. ( EN Packard. )

El reinado del Mes�as

I. LA PERSONA.

II. EL PERSONAJE.

III. EL REINO del Mes�as. ( D. Brown, DD )

El tallo de la vara de Isa�

Que esto se refiere al Se�or Jes�s es indudable.

I. SU DESCENSO. Parece que intervienen tres ideas.

1. Maldad u oscuridad.

2. Progresi�n. Por m�s podrido que parezca el �rbol, sin embargo, una Rama iba a brotar y brotar de sus ra�ces. Durante un tiempo, el crecimiento estuvo lejos de ser r�pido, pero finalmente apareci� como una Planta de renombre eterno, una operaci�n secreta y misteriosa. La met�fora est� tomada de la vegetaci�n, ese proceso del Dios obrador de maravillas que nadie puede explicar, pero cuya existencia nadie puede discutir.

II. SUS DOTACIONES PERSONALES Y OFICIALES.

1. Su naturaleza ( Isa�as 11:2 ). Ellos eran&mdash

(1) Diversificado en su car�cter.

(2) Ilimitado en su rango. El Esp�ritu le fue impartido sin medida.

(3) Continua en su posesi�n. "El Esp�ritu del Se�or reposar� sobre �l".

2. Los fines para los que les fueron conferidas las dotaciones.

(1) Para poder discriminar el car�cter de los hombres. �Y lo har� de r�pido entendimiento en el temor del Se�or�, etc.

(2) Para defender la causa de los oprimidos. �Pero juzgar� a los pobres con justicia�, etc.

(3) Para castigar a los que hacen iniquidad. �Y herir� la tierra con la vara de su boca�, etc.

III. EL BENDITO ESTADO DE LAS COSAS QUE SE REALIZAR�N BAJO SU ADMINISTRACI�N. No nos atrevemos a perder ocho de la verdad, que �l es poderoso para destruir; pero cu�n alentador es recordar que el que habla y act�a con justicia tambi�n es poderoso para salvar. Y la porci�n final de esta profec�a muestra de qu� manera notable se ejercer� Su poder salvador.

1. La condici�n descrita. �El lobo tambi�n morar� con el cordero�, etc. Tenemos aqu� dos ideas principales.

(1) Paz y armon�a.

(2) Seguridad.

2. Para ello se efectuar�n las m�s maravillosas transformaciones.

3. El medio de esta transformaci�n ser� la difusi�n universal del conocimiento Divino ( Isa�as 11:9 ).

Conclusi�n&mdash

1. Oremos para que venga el reino del Redentor.

2. Para nosotros, personalmente, lo grandioso es poseer nosotros mismos el conocimiento del Se�or. ( Anon. )

Versículos 2-5

Y el esp�ritu del Se�or reposar� sobre �l

El espiritu del se�or

???? es el Esp�ritu Divino como portador de la plenitud de los poderes Divinos.

Luego siga en tres pares los seis esp�ritus comprendidos por ????, el primer par de los cuales se relaciona con la vida intelectual, el segundo con la vida pr�ctica y el tercero con la relaci�n directa con Dios. ( F. Delitzsch. )

El espiritu de dios

El Esp�ritu de Dios es absolutamente el coraz�n de todos; corresponde al eje del candelero de siete llamas, y los tres pares a los brazos que se extend�an desde �l. ( F. Delitzsch. )

El gran predicador

Aqu� est� claramente profetizado que nuestro Salvador, cuando viniera al mundo, ser�a especialmente dotado por el Esp�ritu Santo, con sabidur�a, discernimiento y poder en el habla, lo que lo convertir�a en un predicador extraordinario.

I. QU� MAESTRO CONSUMADO FUE JES�S DE VERDADERA ELOQUENCIA. Por supuesto que no me refiero a las artes mezquinas y las reglas estudiadas del orador y actor profesional. No necesitaba ninguno de estos para ayudarlo; Estaba infinitamente por encima de todos ellos. Todo su comportamiento era perfectamente simple y natural, aunque serio, exigente e impresionante, como el amor puro y la completa apreciaci�n de la verdad pueden hacer uno. Aparte de la seriedad y la naturalidad, su gran poder de elocuencia consist�a en:

1. En la claridad e integridad de Sus puntos de vista.

2. En su perfecto dominio, a trav�s del lenguaje, de todos los poderes y pasiones del alma humana.

II. CU�N CLARAMENTE Y CON FUERZA NUESTRO SALVADOR PREDIC� LAS GRANDES DOCTRINAS O HECHOS FUNDAMENTALES DEL SISTEMA DEL EVANGELIO.

III. EL MODO PECULIAR Y EL PODER ASOMBROSO DE LA PREDICACI�N DEL SALVADOR. ( EP Marvin. )

El esp�ritu de Pentecost�s

Esta es la descripci�n de Isa�as del Esp�ritu de Pentecost�s; el Esp�ritu real que iba a descender, y descendi� sin medida, sobre el Rey ideal y perfecto. Consideremos qu� es ese Esp�ritu.

1. �l es el Esp�ritu de amor. Dios es amor; y �l es el Esp�ritu de Dios.

2. �l es el Esp�ritu de sabidur�a. Ahora bien, �es el esp�ritu de sabidur�a lo mismo que el esp�ritu de amor?

(1) La sana teolog�a, que es la raz�n m�s elevada, nos dice que debe ser as�. Suponer que la sabidur�a de Dios y el amor de Dios, o que la justicia de Dios y el amor de Dios, son diferentes entre s�, o se limitan, o se oponen entre s�, o son cualquier cosa menos uno y lo mismo eternamente, es dividir la sustancia de Dios; negar que Dios es uno.

(2) Pero m�s; la experiencia nos mostrar� que el esp�ritu de amor es lo mismo que el esp�ritu de sabidur�a; que si alguien desea ser verdaderamente sabio y prudente, su �nico camino es ser amoroso y caritativo. La experiencia de los ap�stoles lo prueba. Tuvieron el �xito pr�ctico m�s enorme que jam�s hayan tenido los hombres. Ellos, doce pobres, se propusieron convertir a la humanidad am�ndolos, y lo lograron. Recuerde, adem�s, que el texto habla de este Esp�ritu del Se�or dado a Uno que iba a ser Rey, Gobernante, Gu�a y Juez de los hombres; que iba a ejercer influencia sobre los hombres para su bien.

Esta profec�a se cumpli� primeramente en el Rey de reyes, nuestro Se�or Jesucristo; pero tambi�n se cumpli� en sus ap�stoles, que eran, a su manera y medida, reyes de hombres, que ejerc�an una vasta influencia sobre ellos. �Y c�mo? Por el real Esp�ritu de amor. Nuestra propia experiencia ser� la misma que la de los ap�stoles. Si no entendemos a nuestros semejantes, nunca los amaremos. Pero es igualmente cierto que si no los amamos nunca los entenderemos.

3. A continuaci�n, este Esp�ritu real se describe como el "esp�ritu de consejo y fortaleza", es decir , el esp�ritu de prudencia y poder pr�ctico, el esp�ritu que ve c�mo tratar con los seres humanos y tiene el poder pr�ctico de hacerlos obedecer. Ahora, ese poder, nuevamente, solo puede obtenerse amando a los seres humanos. Mi experiencia es la siguiente: que siempre que en mi vida pasada he estado enojado y despectivo, he dicho o hecho algo imprudente, he da�ado m�s o menos mi propia causa; debilit� mi propia influencia sobre mis semejantes; los repeli� en lugar de atraerlos.

4. Y luego: este Esp�ritu es "el esp�ritu de conocimiento y de temor del Se�or". Ambos comienzan y terminan en el amor.

(1) Si desea obtener conocimiento, debe comenzar por amar el conocimiento por s� mismo. Y cuanto m�s conocimiento obtenga, m�s anhelar� saber. Y si esto es cierto de las cosas terrenales y temporales, �cu�nto m�s de las celestiales y eternas? Debemos comenzar amando todo lo que es verdadero, todo lo que es justo, todo lo que es puro, honesto y de buen nombre. Debemos empezar por amarlos con una especie de amor de ni�o, sin comprenderlos.

Pero a medida que avanzamos, como nos ordena San Pablo, meditemos en ellos; y "si hay alguna virtud y si hay alguna alabanza, pensar en tales cosas", y alimentar nuestras mentes diariamente con pensamientos purificadores, elevadores, aleccionadores, humanizadores, iluminadores: entonces llegaremos a amar la bondad con "un pensamiento razonable y amor varonil �, para ver la belleza de la santidad; la fuerza del autosacrificio; la gloria de la justicia; la divinidad del amor; y en una palabra: amar a Dios por s� mismo y darle gracias por su gran gloria, que es: que es un Dios bueno.

(2) Este Esp�ritu es tambi�n el "esp�ritu del temor del Se�or". Eso tambi�n debe ser un esp�ritu de amor no solo para Dios, sino tambi�n para nuestros semejantes. Porque si consideramos que Dios Padre ama a todos; que su misericordia est� sobre todas sus obras; y que �l no aborrece nada de lo que ha hecho: entonces, �c�mo nos atrevemos a odiar cualquier cosa que �l haya hecho, mientras tengamos alg�n temor racional de �l, asombro y respeto por �l, verdadera fe en Su majestad y poder infinitos? Si consideramos que Dios el Hijo en realidad baj� a la tierra para morir, y tambi�n para morir en la Cruz, por toda la humanidad, entonces, �c�mo nos atrevemos a odiar a un ser humano por quien �l muri�! ( C. Kingsley, MA )

Dones del Esp�ritu de Cristo a su Iglesia

Fue como Cabeza de Su Iglesia que el Esp�ritu se derram� sobre �l, y de �l desciende sobre Sus miembros. Entonces, si queremos saber cu�les son las gracias que debemos esperar de este tipo, debemos preguntar qu� recibi� nuestro Se�or.

I. LOS DONES DEL ESP�RITU SOBRE CRISTO, ADAPT�NDOLO PARA SU OFICINA MEDIATORIAL. Parecen intencionadas tres ramas de la gracia: sabidur�a, poder, devoci�n inteligente a la Palabra de Dios.

II. C�MO FLUYEN LAS GRACIAS DE LA INFLUENCIA ESPIRITUAL DE CRISTO A SU PUEBLO.

1. Primero descendieron sobre los ap�stoles cuando, reunidos en Jerusal�n, esperaron la promesa del Padre.

2. Estos dones no se limitaron a los ap�stoles. Multitudes, a trav�s de su predicaci�n, se apartaron de la idolatr�a de los gentiles o de la superstici�n de los jud�os para servir al Dios viviente; ya ellos tambi�n se les concedi� el Esp�ritu.

3. Tampoco se han agotado estas ricas corrientes. El Salvador a�n otorga con mano generosa las influencias espirituales que necesitamos. ( J. Ayre, MA )

El Esp�ritu del Se�or siempre ha estado en la historia de la humanidad.

Explica todos los hero�smos, los nobles atrevimientos, los autosacrificios, todos los trabajos destinados, no a la bienaventuranza del trabajador mismo, sino a la gratificaci�n y el progreso de otras �pocas. ( J. Parker, DD )

Dotaciones espirituales para los gobernantes terrenales

Los expositores modernos a menudo han restringido esta amable descripci�n del enriquecimiento real al Rey ideal de Israel, el Mes�as venidero. Esta aplicaci�n es, sin duda, su designaci�n final, pero hay evidencia m�s que suficiente para justificar la discriminaci�n de los maestros medievales, quienes seleccionaron audazmente este pasaje heroico sobre los siete Esp�ritus de Dios como un ep�tome perfecto de los dones que podr�an reclamarse con raz�n. para aquellos y por aquellos que son divinamente llamados a llevar una corona terrenal ya gobernar en los asuntos temporales.

Dean Plumptre ha sugerido que estos vers�culos bien pueden representar el programa que el mismo Isa�as present� a su disc�pulo, Ezequ�as, sobre su ascenso al trono, que su d�bil predecesor hab�a sufrido para degenerar en un terreno ventajoso para el abuso de la justicia y la laxitud de la moral. como hab�a deteriorado la fe y la fibra moral de su pueblo. Y, como se�ala el Dr. George Adam Smith, en la teolog�a, el arte y el culto de la Edad Media, este texto se asoci� constante y consistentemente con la asunci�n de responsabilidades reales y con la administraci�n judicial de los magistrados.

Se le conoc�a como "el espejo de los magistrados" y se utilizaba com�nmente en la coronaci�n de reyes y en el cercado de los tribunales de justicia. �Lo que Isa�as escribi� para Ezequ�as de Jud� se convirti� en la oraci�n, canci�n o ejemplo oficial de los primeros reyes cristianos de Europa. Es evidentemente el modelo de ese himno real, no de Carlomagno, como se suele suponer, sino de su nieto, Carlos el Calvo, el Veni Creator Spiritus.

"Tan profundamente este sentido de la necesidad y el privilegio de los dones del Esp�ritu para la clase dominante impregn� la vida de la �poca que la orden de caballer�a de Enrique III," Du Saint Esprit ", se restringi� a los hombres pol�ticos, y particularmente a los magistrados. . ( F. Platt, BD )

Regalos de coronaci�n

Por lo tanto, podemos reclamar abundantes precedentes en el uso del texto para corregir dos tendencias peligrosas en el pensamiento nacional y religioso de nuestros d�as: una provocada por un error cometido por hombres del mundo en los asuntos de Estado, y la otros, el resultado de una mala interpretaci�n de los hombres de Dios en los asuntos del Esp�ritu.

1. La primera tendencia, que es menospreciar la operaci�n del Esp�ritu de Dios en la vida y el deber c�vicos, puede ilustrarse con un simple hecho. En el Discurso desde el trono, en la inauguraci�n del �ltimo Parlamento de la Reina Victoria, se omiti� la referencia habitual al cierre de la bendici�n de Dios Todopoderoso sobre la labor de sus fieles Comunes. Posteriormente, un ministro responsable de la Corona explic� que la omisi�n fue accidental, pero la omisi�n marca, no obstante, una tendencia.

El reconocimiento de lo Divino en la vida pol�tica se ha vuelto formal. Sus s�mbolos perduran, pero se supone que los hombres reflexivos les sonr�en y depositan la carga de su supervivencia en los sustanciales emolumentos del cargo, o en el amor popular por los espectaculares s�mbolos de la dignidad. Al menospreciar el "derecho divino" de los reyes, �hemos disminuido la seguridad de que "por m� reinan los reyes y los pr�ncipes decretan la justicia"? �Nos impresionan m�s los esplendores de una coronaci�n que sus solemnidades! �Nos atrae la sensaci�n de un imperio en expansi�n m�s que una creciente sensibilidad hacia la supremac�a de la obligaci�n espiritual? �Respondemos m�s en los movimientos nacionales a las solicitudes de la excitaci�n sensual que a las sugerencias internas del Esp�ritu de conocimiento y del temor del Se�or?

2. Entre la tendencia a menospreciar el lugar de lo Divino en la vida nacional y la tendencia ulterior del pensamiento religioso a limitar indebidamente la esfera de las actividades del Esp�ritu de Dios a lo que se denomina espiritual en contraposici�n a los asuntos temporales, hay un correspondencia interna que es muy significativa. Hay un modo, popular entre los religiosos, de hablar de la obra del Esp�ritu de Dios como "sobrenatural" y, por tanto, excluir los procesos conocidos como naturales o racionales, que es claramente peligroso.

Esta distinci�n implica que podemos sentir y conocer la presencia del Esp�ritu de Dios en la Convenci�n de Keswick, pero no esperamos Su influencia en la Convenci�n de Bloemfontein. Afirma Su inspiraci�n en las Sagradas Escrituras, pero no tiene un lugar seguro para Su control o sugerencia en los principales art�culos de la prensa "secular". Sus dones pueden ser pose�dos por los "espirituales", pero el hombre inmerso en asuntos pol�ticos piensa y trabaja en otra esfera.

Su presencia se invoca en los concilios de la Iglesia, pero en los concilios de industria se la considera una cualidad insignificante. En los problemas del alma puede esperarse conscientemente su gu�a como Esp�ritu de verdad, pero en los problemas de la ciencia los hombres deben seguir la luz de la naturaleza. Fue en contra de una concepci�n similar en su tiempo que se anunci� la declaraci�n de Isa�as de los siete dones del Esp�ritu.

Israel hab�a hecho la distinci�n fatal entre lo secular y lo sagrado que est� en la ra�z de gran parte de nuestro desprecio por Dios. No nos sorprende que, con emergencias y necesidades nacionales como estas que lo presionan, Isa�as revela la fuente y la fuerza de la sagacidad pol�tica y la autoridad real como morada en estas augustas prerrogativas del Esp�ritu del Se�or que son predominantemente intelectuales, �el esp�ritu de sabidur�a y entendimiento, esp�ritu de consejo y fortaleza, esp�ritu de conocimiento y de temor del Se�or.

�Muestran una maravillosa coordinaci�n de la vida intelectual y pr�ctica con el sentido de la relaci�n directa de la vida con Dios. No se pueden estudiar y aplicar demasiado de cerca como la provisi�n divina para la mente gobernante y pol�tica, y el temperamento cient�fico de nuestros d�as. �'Sabidur�a' es el poder de discernir la naturaleza de las cosas a trav�s de la apariencia; 'comprender' el poder de discernir la diferencia de las cosas en su apariencia; "consejo" es el don de sacar conclusiones correctas, y podr�a "la capacidad de llevarlas a cabo con energ�a".

'El conocimiento del Se�or' es conocimiento fundado en la comuni�n del amor; y 'el temor del Se�or' es temor absorto en reverencia ". Estos son los resortes ocultos del genio del arte de gobernar. El Esp�ritu es la verdadera gloria hist�rica de la realeza y el secreto de la ciudadan�a en todos los desarrollos permanentes de las libertades populares y la expansi�n imperial; y aceptar cualquier estatuto de limitaciones en la opulencia de Sus energ�as en la vida nacional es tan fatal para la permanencia como para el progreso. ( F. Platt, BD )

El Esp�ritu de Dios en el patriotismo y la administraci�n judicial

El verdadero patriotismo es una variaci�n inspiradora de la obra del Esp�ritu de Dios. La administraci�n judicial es parte de la vida religiosa y la fe. �El Se�or de los ej�rcitos es esp�ritu de juicio para el que se sienta en juicio, y fortaleza para los que vuelven la batalla a la puerta�. ( F. Platt, BD )

La santificaci�n de la vida secular

Si bien estamos atentos a la revelaci�n m�s rica de la gracia del Esp�ritu Santo revelada en el Nuevo Testamento, la interpretaci�n del Antiguo Testamento de Sus dones es de importancia esencial. Esto puede resumirse generalmente como la santificaci�n de la vida secular, el contacto fertilizante del Esp�ritu de Dios con la materia y la mente en su organizaci�n en la naturaleza y en la sociedad humana. Jos�, como administrador, es reconocido como Su producto: �un hombre en quien est� el Esp�ritu de Dios.

"Fue el equipo de los colegas de Mois�s en la judicatura," Dios tom� del Esp�ritu que estaba sobre �l y se lo dio ". De Bezaleel y sus tejedores y artesanos, dice el registro: "Lo he llenado del Esp�ritu de Dios en sabidur�a y entendimiento, y en conocimiento, y en toda forma de mano de obra, para concebir obras de astucia". El poder de Sans�n fue el Esp�ritu del Se�or, y �el Esp�ritu del Se�or se visti� de Gede�n� por la destreza de su gran empresa militar.

La historia de la coronaci�n de Sa�l, el primer rey de Israel, es la historia progresiva de los movimientos y dotes del Esp�ritu de Dios. Y el tiempo fallar�a en hablar de David y la larga l�nea de reyes a quienes el mismo Esp�ritu ungi� y estableci� en el gobierno. ( F. Platt, BD )

Cristo esta lleno de luz

Entrando en un pueblo de noche, con las luces relucientes a cada lado de la calle, en algunas casas estar�n en el s�tano y en ning�n otro lugar, y en otras en el desv�n y en ning�n otro lugar, y en otras en alguna c�mara intermedia; pero en ninguna casa todas las ventanas brillar�n de arriba abajo. As� ocurre con las facultades de los hombres. La mayor�a de ellos est�n en la oscuridad. Uno brilla aqu� y otro all�; pero no hay hombre cuya alma sea luminosa por completo. Pero Cristo present� un car�cter perfecto. Cada habitaci�n de Su alma se llen� de luz. El es ligero. ( HW Beecher. )

Versículo 3

Y lo har� de r�pido entendimiento en el temor del Se�or

�De r�pido entendimiento en el temor del Se�or�

�De r�pido entendimiento en el temor de Jehov�, una palabra que se relaciona con el poder del olfato o del olor; Debe tener ese sentido agudo que tiene el perro cuando la caza no est� lejos y, sin embargo, est� profundamente escondida; Debe conocer la sabidur�a, la justicia y la verdad como el ciervo sediento huele las corrientes de agua; o, por otra etimolog�a, debe respirar en el temor del Se�or; I. ., el temor del Se�or ser� Su aliento nativo.

La religi�n no debe ser una carga para �l, ninguna superposici�n que �l deba llevar, lo quiera o no; Su religi�n es Su aliento, orar� porque respira, hablar� porque respira; es parte de �l mismo, de Su misma naturaleza; pertenece a un gran sistema de voluntariedad, que constante y continuamente se entrega en beneficio de quienes est�n dentro del alcance de su influencia. ( J. Parker, DD )

La perspicacia penetrante de Cristo

Esta predicci�n se verific� plenamente en nuestro Se�or Jesucristo, quien fue de tan r�pido discernimiento y aguda comprensi�n en las disposiciones del coraz�n humano, que pudo determinar infaliblemente con respecto al car�cter de los hombres, de los cuales se registran algunos ejemplos memorables en el Nuevo Testamento. . Su sagacidad penetrante fue tal que, a primera vista, f�cilmente pudo descubrir un verdadero israelita en quien estaba el temor del Se�or, de aquellos que eran malvados, hip�critas o formales, y desprovistos de esta calificaci�n interna ( Juan 1:47 ).

Demostr� que conoc�a perfectamente el car�cter de la mujer pecadora. Seg�n esta profec�a, el Mes�as, al admitir personas en Su reino, no deb�a tener respeto por sus ventajas externas, su descendencia o sus riquezas, su reputaci�n y condici�n en el mundo, o sus apariencias exteriores de piedad fingida; sino juzgarlos simplemente por su temor y reverencia al Se�or, que forma la belleza del hombre interior y est� inseparablemente conectado con cualquier otra gracia divina y los ejercicios de obediencia obediente a Dios. ( R. Macculloch. )

Cristo y el temor de Jehov�

�El temor de Jehov� es fragancia para �l�. No significa que �l se complace en el temor de Dios, sino que el temor de Dios cuando lo percibe en los hombres es fragancia para �l ( G�nesis 8:21 ); porque el temor de Dios es un sacrificio de adoraci�n, que asciende continuamente a Dios. ( F. Delitzsch. )

La religi�n acelera la inteligencia

1. Aquellos que son m�s verdadera y valiosamente inteligentes que est�n tan �en el temor del Se�or�, en el negocio de la religi�n; porque eso es tanto el fundamento como la piedra angular de la sabidur�a.

2. Por esto parecer� que tenemos el Esp�ritu de Dios si tenemos los sentidos espirituales ejercitados y somos �de r�pido entendimiento en el temor del Se�or�. Aquellos que tienen iluminaci�n Divina conocen su deber y saben c�mo hacerlo.

3. Por tanto, Jesucristo tuvo el Esp�ritu sin medida, para que pudiera comprender perfectamente su empresa. ( M. Henry. )

El temor del se�or

El temor del Se�or puede denotar aqu� el afecto devoto de la reverencia, que surge en la mente por medio de la contemplaci�n de la grandeza y el dominio, el poder y la justicia, con las otras excelencias divinas de Jehov�. Adora su grandeza; venera su pureza; respeta Su omnisciencia; rinde homenaje a su bondad; est� asombrado de Su poder; honra su justicia y se preocupa por evitar su disgusto.

Es una reverencia tan profunda por Dios que va acompa�ada de amor, y una preocupaci�n devenir por rendir una obediencia exacta a todos sus mandamientos; se parece al afecto que un hijo obediente descubre hacia su estimado padre, y los fieles s�bditos entretienen a un buen pr�ncipe. ( R. Maccolloch. )

Efectos del temor del Se�or

Cuando este principio reina en el coraz�n, produce los efectos m�s poderosos y tiene una influencia feliz y extensa sobre todos los prop�sitos, afectos, deseos y acciones. Disipa el miedo del hombre que trae una trampa y lo hace superior a todas las amenazas y terrores del mundo; se refrena del pecado y se adhiere estrechamente a Dios y sus caminos; se muestra cauteloso y circunspecto, y demuestra ser el guardi�n vigilante del coraz�n; preside cada acto de adoraci�n y estimula el cumplimiento de todos los deberes que agraden al Se�or. ( R. Maccolloch. )

La relaci�n del temor del Se�or con otras gracias

Este temor filial y reverencia a Jehov� es fruto del Esp�ritu; la descendencia de la fe, por la cual es apreciada; el concomitante del amor, que lo preserva de degenerar en un terror servil; la compa�era de la esperanza, que evita que caiga en la presunci�n, mientras que la esperanza evita que el miedo se hunda en la desesperaci�n; califica el gozo y lo mantiene alejado de la frivolidad, mientras que el gozo muestra que el miedo es genuino y del tipo correcto. ( R. Maccolloch. )

Y no juzgar� despu�s de la vista de sus ojos

El juicio imparcial de Cristo

Se predice que �l administrar� el juicio imparcial y la reprensi�n equitativa. En el ejercicio de su penetrante juicio, deb�a pronunciarse imparcialmente sobre el car�cter de los que iban a ser admitidos a participar en los privilegios de su pueblo, para determinar de acuerdo con las reglas perfectas de equidad las diferencias que pudieran surgir entre ellos respecto a su conducta. e intereses, para defenderlos de los agravios a los que pudieran estar expuestos y para vengar los agravios que sufrieron. ( R. Maccolloch. )

Versículo 4

Pero juzgar� a los pobres con justicia

La justicia del reino de Cristo

Como puede mostrarse de muchas maneras que la Iglesia de Cristo, aunque es una Iglesia con los jud�os, se diferencia de ella como un reino, as� ahora perm�tanme detenerme en este punto: que aunque es un reino como los imperios de la tierra, difiere de ellos en ser una Iglesia, i. ., un reino de verdad y justicia. Que la Escritura habla del reino de Cristo como no un reino terrenal, no sostenido por la fuerza del brazo o la fuerza de la mente o cualquier otra facultad o don del hombre natural, es claro. Pero consideremos algunas objeciones a las que dan lugar las circunstancias de su historia y condici�n reales.

I. SE PUEDE DECIR QUE EL ACONTECIMIENTO NO HA CUMPLIDO LAS PROFEC�AS; que el reino ha sido realmente grande y poderoso, pero no ha gobernado de acuerdo con la justicia y la verdad; que a veces ha tenido hombres muy malvados entre sus gobernantes, y que se han encontrado en ella grandes corrupciones, religiosas y morales; y que se han perpetrado peores cr�menes bajo el pretexto de la religi�n que de cualquier otra forma. Pero esto se puede conceder en el argumento; sin embargo, el relato b�blico de la Iglesia permanece intacto. Es un reino de justicia, porque es un reino fundado en justicia.

II. EN EL EVANGELIO, LOS SEGUIDORES DE CRISTO SON REPRESENTADOS COMO POBRES, DESPRECIADOS, D�BILES Y DESAMPARADOS. As� de preeminente fueron los ap�stoles. Pero en los profetas, especialmente en Isa�as, el reino se representa como rico, floreciente y honrado, poderoso y feliz. Si la Iglesia de Cristo buscara poder, riqueza y honor, caer�a de la gracia; pero no es menos cierto que los tendr�, aunque no los busque, o m�s bien, si no los busca.

Tal es la ley del reino de Cristo, tal la paradoja que se ve en su historia. Pertenece a los pobres en esp�ritu; pertenece a los perseguidos; est� pose�do por los mansos; es sostenido por el paciente. Conquista sufriendo; avanza retir�ndose; se hace sabio por la necedad.

III. EL PODER TEMPORAL Y LA RIQUEZA, AUNQUE NO ES ESENCIAL PARA LA IGLESIA, SON ASISTENTES CASI NECESARIOS EN ELLA. ( JHNewman, DD )

Versículo 5

Y ser� la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad cinto de sus ri�ones.

La faja derecha

I. Tenemos al Salvador aqu� representado en Su JUSTICIA. El Salvador fue abstractamente, en y de y de �l mismo, justo. Pero la justicia aqu� significa el cumplimiento real de Su misi�n. �l dice de s� mismo. "�No deber�a Cristo sufrir estas cosas?" Pero no solo fue justo en su obra, fue justo en todos lados. �La justicia ser� el cinto de sus lomos�; rodearlo.

Eso no se puede decir de nosotros si no es por fe. Por la fe nos vestimos con el cinto de la justicia. Pero personalmente estamos rodeados de debilidad. No as� el Salvador. Fue tentado o probado, pero nunca mostr� una parte d�bil en ninguna parte. No solo era justo, tambi�n era fuerte.

II. Tenemos al Salvador aqu� representado en Su FIDELIDAD. Por "riendas", como bien observa Cruden, se entienden los afectos vitales del alma. �Cedieron alguna vez los afectos vitales de Cristo? �No! �Cu�n fiel era en el amor! ( James Wells. )

Fajas

En la antig�edad, las personas de alto rango usaban fajas de diversos tipos, hechas de materiales valiosos, lo que las distingu�a de las de rango inferior, por quienes tambi�n usaban fajas de alg�n tipo. Los cinturones que vest�an los sacerdotes eran de oro, azul, p�rpura, escarlata y lino torcido. El cinto militar era a veces de considerable excelencia y valor, como claramente se insin�a en lo que Joab le dijo al joven que le inform� que hab�a visto a Absal�n colgado de un �rbol ( 2 Samuel 18:11 ). ( R. Macculloch. )

Justicia y fidelidad

Justicia y fidelidad, agradablemente mezclados, componen el cinto del Mes�as. Estas dos cualidades amables no pueden separarse y sirven mutuamente para ilustrarse; la fidelidad es necesaria para cumplir las promesas de Dios, y la justicia no es menos requisito para discernir el car�cter de aquellos a quienes deben cumplirse, en qu� medida y en qu� momento deben cumplirse. ( R. Macculloch. )

Faja de cristo

1. As� como un cinto rodea todo el cuerpo de un hombre, y se ve ventajoso dondequiera que se vuelva, as�, de la misma manera, estas dos excelencias divinas deber�an aparecer en todos los sentidos m�s conspicuas en la administraci�n del Mes�as de los asuntos de su reino.

2. As� como los cinturones que se usaban antiguamente, serv�an para sujetar las prendas sueltas y sueltas que se usaban entonces y para fortalecer los lomos de quienes estaban ce�idos con ellas, as� estas gloriosas perfecciones completan el car�cter del Rey de Israel y dan vigor. al ejercicio honorable y exitoso de la autoridad real.

3. Como los cinturones serv�an en la antig�edad como adorno a las personas ilustres que se los pon�an, as� la rectitud y la fidelidad deb�an adornar eminentemente la conducta personal y el car�cter p�blico del Pr�ncipe de Paz, Rey de reyes y Se�or de se�ores ( Apocalipsis 19:11 ). ( R. Macculloch. )

La trilog�a de las figuras prof�ticas del Mes�as

La trilog�a de las figuras prof�ticas del Mes�as a punto de nacer, nacer y gobernar, ahora est� completa. ( F. Delitzsch, DD )

Versículos 6-9

El lobo tambi�n morar� con el cordero

Un retrato de la humanidad

I. LAS VARIEDADES MORALES DE LA RAZA. Los hombres est�n aqu� representados por criaturas irracionales, que difieren inmensamente en sus organizaciones, sus h�bitos y su temperamento: el "lobo", el "cordero", etc. Las diferencias f�sicas entre los hombres son grandes. Las diferencias mentales tambi�n son grandes. Pero las variedades morales son, quiz�s, a�n mayores. Hay hombres en todas partes a nuestro alrededor tan feroces como el "le�n", tan salvajes como el "oso", tan gru�ones como el "lobo", tan astutos como el "leopardo", tan venenosos como la "serpiente", tan inofensivos como la "Ni�o", el "cordero" o el "ni�o peque�o".

II. LA REFORMA DEL EVANGELIO DE LA CARRERA. Aqu� se representa a estas criaturas como si hubieran pasado por un cambio maravilloso en sus instintos y h�bitos, y este cambio se atribuye al advenimiento y reinado del Mes�as. No es un cambio en su constituci�n f�sica. El lobo, el leopardo, el oso, el le�n y la serpiente conservan intactas sus constituciones, aunque habitan con el cabrito, el cordero y el ni�o peque�o. El cambio est� en su temperamento, en sus instintos dominantes. Tal es el cambio que obra el Evangelio en el hombre. El cambio est� simplemente en el temperamento, el coraz�n. Hace dos cosas.

1. Extrae antipat�as sociales.

2. Implanta simpat�as sociales. Esta es la �nica reforma que cumplir� con el caso.

III. LA ARMON�A SOCIAL DE LA RAZA. Estas criaturas, una vez antag�nicas, est�n aqu� comiendo juntas, acostadas juntas, jugando juntas. Todos est�n casados ??en esp�ritu. El cristianismo es esencialmente pac�fico en su esp�ritu, sus ense�anzas, sus tendencias y resultados. ( Homilista. )

Los frutos del reino de Cristo

1. En toda alma que venga al cielo debe haber un cambio.

2. El cambio no es de las partes sustanciales del cuerpo, sino de las cualidades corruptas de la mente o el alma.

3. El cambio se realiza en la Iglesia de Dios en este mundo.

4. El cambio viene de la gracia de Dios, y fluye a nosotros por Jesucristo nuestro Se�or.

5. Los medios por los cuales se produce el cambio, es decir, por el conocimiento de la ley, etc.

6. Las marcas del cambio. ( R. Sibbes, DD )

La piedra de toque de la regeneraci�n

Es una marca eminente de regeneraci�n que se nos quite la violencia y la ferocidad de nuestra naturaleza cruel. Los signos de regeneraci�n contenidos en nuestro texto son:

I. INOCUIDAD. Esto, aunque corre a lo largo del cuerpo del texto y se menciona por �ltima vez, se puede nombrar primero, porque est� impl�cito en todos. �C�mo puede un hombre decir que ha sido renovado a menos que de alguna manera sea semejante a Dios en misericordia? Es una cualidad primordial en los imp�os hacer da�o; es una propiedad del hijo de Dios ser inofensivo. Hay dos signos de este signo.

1. Si no quisi�ramos hacer el mal, aunque pudi�ramos hacerlo sin ser visto por ninguna criatura: como cuando un ni�o peque�o pone su mano sobre la guarida de la v�bora, la serpiente puede picar y, sin embargo, sin que nadie lo vea, volver a tirar de la cabeza. .

2. Aunque tengamos provocaci�n, nos abstendremos de hacer el mal. El ni�o juega en el agujero del �spid, y el ni�o destetado pone la mano sobre la guarida de la v�bora. �No hay aqu� provocaci�n? �Bendice a los que te maldicen�, etc.

II. SOCIABILIDAD. �A qui�n pertenece esta sociedad? No de fieras con fieras; pero aqu� est� impl�cita no s�lo una sociedad simple, como entre las fieras, sino una sociabilidad, por as� decirlo, entre las de otra generaci�n. Naturalmente, todos hemos sido leones, osos y lobos, y odiadores insociables de la bondad en los dem�s. Esta sociabilidad con aquellos antiguos siervos de Dios, que han sido llamados as�, es una marca muy segura de este cambio en nosotros ( 1 Juan 3:14 ).

1. Ning�n hombre puede amar a un santo, como a un santo, sino a un santo. Una verdadera prueba de sociabilidad es cuando los hombres se alegrar�n de agruparse con aquellos con quienes anteriormente han sido m�s insociables y cuya compa��a han aborrecido m�s.

2. Un segundo signo de este signo es amar a cada hermano, s�, aunque fuera a dar nuestra vida por un hermano.

III. CONSTANCIA. �C�mo se implica esto? Viviendo y acost�ndose juntos. Habr� muchos compa�eros que vayan con un hombre a la iglesia por el bien de la moda, y sin embargo se ir�n antes de que pase mucho tiempo. Tendr�s a algunos hombres enfermos, y luego, como una serpiente helada en invierno, que arroja su piel, har�s que se moldeen un poco la piel; es decir, llamar al predicador, confesar sus pecados, diciendo: ��Oh! si Dios me perdona, ser� un hombre nuevo ". Pero cuando est� bien, dentro de un mes, no lo encontrar�s con el cordero, sino con los osos y los lobos.

IV. ESPIRITUALIDAD. Sus peque�os, queridos por ellos, y de quienes sienten tanta envidia y ternura, se acostar�n juntos ( Hechos 4:32 ).

V. TRACTABLECIMIENTO. Un ni�o los guiar� y los gobernar�. Es una verdadera se�al de gracia cuando nos volvemos f�ciles para ser gobernados y llevados en br�jula ( Job 31:13 ).

VI. SENCILLEZ. "El le�n comer� paja como el buey". Ca�n estaba ensangrentado y se alimentaba de sangre; por tanto, como Juan 4:32 ( Juan 4:32 ) cuando un hombre ha llegado hasta aqu�, tiene comida que no ve. Usos&mdash

1. Para el consuelo. Mire qu� religi�n hace a un hombre m�s apacible y domestica su naturaleza feroz: ah� est� la Iglesia. Si somos feroces y salvajes, no nos enga�emos a nosotros mismos; no hemos llegado al monte del que se dice: "No har�n da�o ni destruir�n en todo Mi santo monte".

2. Para exhortaci�n. A�n queda un poco del le�n y del oso en cada uno de nosotros; nuestro �rbol todav�a tiene, a un lado, cangrejos. Vea qu� mentes debemos tener si buscamos una habitaci�n en el monte santo de Dios. ( R. Sibbes, DD )

El esplendor y la amplitud del reino de Cristo

I. EL SIGNIFICADO DE ESTA PROFEC�A. �Qu� se entiende por lobo, leopardo y el resto de las criaturas aqu� mencionadas? Cristo vendr� para hacer al mundo tan feliz, que pr�ncipes y pueblos, los poderosos y los m�s humildes; los violentos y los que no tienen poder ni voluntad para resistir; el soldado y el pac�fico compatriota; la gente avispada y los de car�cter dulce ser�n todos sometidos a la misma disciplina y sometidos a las mismas leyes; no para lastimarse o molestarse unos a otros, sino para promover el bien com�n de todo el cuerpo al que pertenecen.

II. LA VERDAD DE �L; o que se cumpli� exactamente en nuestro Se�or y Salvador.

1. Fue el aparente designio de la venida de nuestro Salvador el hacer un acuerdo tan feliz entre los hombres.

2. La naturaleza de Su religi�n es tal que puede producir este efecto que �l dise��. Esto ser� evidente para satisfacci�n de todos los que sopesen seriamente estas tres cosas.

(1) Los principios de Su religi�n, junto con las formas y medios por los cuales estos principios se establecieron en la mente de los hombres. Les ense�� que hay un solo Dios, cuya incredulidad hab�a puesto al mundo en enemistades unos con otros, como ellos confesaron que estaba entre las deidades. �l lo revel� como Su Padre y el de ellos, lleno de bondad y buena voluntad para con todos Sus hijos; que San Pablo consider� un v�nculo tan fuerte y un motivo tan eficaz que concluye el gran mont�n de argumentos con los que persuade a los cristianos a la unidad del esp�ritu y la paz ( Efesios 4:6 ).

Se les ense�a a adorar a este �nico Dios, solo por un Mediador. Envi� a sus ap�stoles a bautizar a todas las naciones en una sola fe ( Efesios 4:5 ). El mundo deb�a ser gobernado y juzgado por una ley com�n, y no por la ley de Mois�s, sino por las reglas claras de justicia, sobriedad y piedad. ( Efesios 2:14 ; Efesios 2:19 ). Todos, tanto jud�os como gentiles, fueron dotados indiferentemente del mismo Esp�ritu.

(2) Los preceptos de su religi�n. Justicia exacta ( Mateo 7:12 ). Misericordia. Mansedumbre y paciencia. Bendecir a nuestros enemigos y hacerles el bien, lo que tiene un extra�o poder para encantar y conquistar incluso las naturalezas m�s feroces y b�rbaras. �l quiere que nos contentemos con las cosas que tenemos: lo que evidentemente destruye esa envidia, la emulaci�n y la ambici�n, de donde surgen no peque�as revueltas y confusiones en el mundo.

En cuestiones de libertad, pide a los que est�n satisfechos que no desprecien a los que no lo est�n; y los que no est�n satisfechos, no juzgar a los que son Romanos 14:3 ). En toda clase de diferencias que puedan surgir entre nosotros, �l quiere que �la paz de Dios gobierne en nuestros corazones�, de modo que teniendo a este �rbitro all�, deber�amos descansar en la determinaci�n de lo que ser� m�s beneficioso para la paz.

�l instruye igualmente nuestro comportamiento en nuestras diversas relaciones, ense�ando a los esposos y esposas, padres e hijos, amos y siervos, pastores y personas, a degradarse para su mutua satisfacci�n, como para quitar la causa de toda discordia, no solo en las familias. y parroquias, pero en las sociedades m�s grandes de la Iglesia y el Estado. Nuestro Se�or puso la ra�z y el fundamento de todo esto con mucha humildad y caridad.

(3) Las obligaciones que impuso a los hombres para recibir estos principios y observar estos preceptos. Su doctrina supera a la de los mejores fil�sofos, quienes ense�aron muchas lecciones excelentes, pero no pudieron imponerlas con una esperanza tan segura de la vida inmortal o el temor de la muerte eterna como lo han hecho nuestro Salvador y Sus ap�stoles.

3. Este efecto en realidad se produjo en aquellos que abrazaron de coraz�n Su religi�n ( Hechos 4:32 ; 2 Corintios 8:3 ). Es de esperar que llegue el momento en que el cristianismo termine, como comenz�, en abundancia de verdad y paz, mediante una correcta comprensi�n de la voluntad de Dios y una sincera sumisi�n a ella. Que cada alma de nosotros haga su parte para que el lugar donde vive est� en paz: pr�ncipes y gobernadores, ministros del Evangelio, etc. ( S. Patrick, DD )

Una imagen de lo que ser� el mundo

No es una fotograf�a. El poeta nunca fotograf�a, retrata. Y este poeta no es una excepci�n. No quiere que creamos que los lobos y los corderos alg�n d�a ser�n amigos, y que lo que Burns llama "uni�n social de la naturaleza" debe realizarse mediante la transfiguraci�n de un le�n en una mascota dom�stica o en una bestia del establo. No est� fotografiando, sino imaginando una escena que nunca fue y nunca ser�, para representar una espl�ndida realidad espiritual y social que debe ser: el reinado entre los hombres de perfecta uni�n y paz en la tierra.

Puedes ver cu�n cierto es esto cuando pasas a otra imagen de este mismo artista profeta con la intenci�n de ilustrar el mismo tema. All� el desierto se alegrar�, el desierto florecer� como la rosa y se regocijar�, el cojo saltar� como el ciervo, la calzada usualmente infestada de leones y bestias de presa ser� segura como una torre fuerte, porque el raz�n obvia "ning�n le�n habr� all�". Claramente, el profeta no est� fotografiando, sino retratando. ( RJ Kyd. )

"Uni�n social de la naturaleza": una imagen del cielo sobre la tierra

I. Tenemos UNA IMAGEN DE LA UNI�N ESPIRITUAL INTERNA Y LA PAZ QUE DIOS EST� CREANDO EN EL BOSQUE DE CADA HOMBRE. En el hombre todo animalismo se resume en la composici�n m�s sutil; pero hay tambi�n en su seno un elemento Divino representado por un ni�o peque�o, una fuerza elemental que se coloca all� para reinar sobre las pasiones feroces y las concupiscencias carnales, una fuerza que est� destinada a dominar. Pablo nos da una idea de este tema.

Reconoce en la naturaleza compuesta del hombre al lobo y al cordero, al le�n y al ni�o. La carne codicia contra el esp�ritu y el esp�ritu contra la carne. La palabra "carne" es el t�rmino de Pablo para esa naturaleza en nosotros que se ama a s� mismo y s�lo a s� mismo, una naturaleza que es caracter�stica de todo el mundo animal. El t�rmino "esp�ritu" es un t�rmino para esa naturaleza Divina en nosotros que ama y se preocupa por los dem�s y piensa poco o nada en uno mismo.

Tal como est�n las cosas, estas dos naturalezas difieren m�s o menos en todos nosotros. Pero no deber�a haber guerra en nuestro seno. La paz es el estado ideal. El amor a uno mismo y el amor a los dem�s no deben chocar, sino cooperar como lo hacen en el pecho materno. El amor propio no debe herir el esp�ritu, la conciencia, los sentimientos m�s finos y elevados de caridad. Esta armon�a representada por Isa�as y establecida �ticamente por Pablo es el cielo que ha comenzado a estar en nuestro seno, pero reci�n ha comenzado. El Coraz�n de Ni�o debe reinar. El que ha comenzado la buena obra en nosotros, la continuar� hasta el d�a de Cristo.

II. Tenemos UNA IMAGEN DE LA UNI�N SOCIAL DEL HOMBRE. Su uni�n social es el resultado de la uni�n espiritual interior. Cuando un hombre est� constantemente peleando consigo mismo, su conciencia burl�ndose de su codicia y ego�smo, y el ni�o en �l lo lleva al trabajo y al autosacrificio mientras el animal en �l exige comodidad y placer, esta imagen de uni�n y hermandad no es posible de realizaci�n. Lo primero que debemos hacer si queremos darnos cuenta es enderezar el pecho de cada hombre.

Los lobos de la sociedad, las serpientes, los tiburones terrestres, los hombres que devoran las casas de las viudas, los zorros o Herodes que siempre est�n cuidando al N�mero Uno, el hip�crita con la mentira viscosa en su labio mientras la l�grima de cocodrilo est� en su ojo, todos ser�n transformados en hombres de honra y bondad, hombres de pureza y justicia. Las disputas sociales terminar�n. El problema del trabajo y el capital se resolver�, y el capital y el trabajo habitar�n juntos, como el lobo y el cordero de Isa�as, en paz.

Los pobres y los d�biles no ser�n empujados contra la pared. Incluso el ni�o inocente estar� a salvo en la oscuridad. Los pasos del polic�a dejar�n de o�rse en la tierra, y el soldado convertir� su espada en una reja de arado. �Bendito panorama!

III. ESTA IMAGEN DEBE SER REALIZADA POR EL CRISTO QUE FUE Y SER�. Por el poder que Cristo ha demostrado transfigurando a los hombres y elevando el tono de la sociedad a lo que es, estamos persuadidos de que lograr� cumplir Su obra herc�lea de convertir la tierra en cielo. �Seguramente debe ser Divino quien se propone emprender tal obra! Miremos al Hombre Divino que es capaz de realizar lo que nos parece imposible.

Tiene un coraz�n de ni�o en �l. ��l es�, dice Isa�as, �una vara del tronco de Isa�. En �l descansa el Esp�ritu del Se�or, el esp�ritu de sabidur�a y entendimiento ". La m�sica del Buen Pastor que trae la paz de Dios en nuestro seno es en un principio un llamado a la guerra. Es un llamado al ni�o que hay en nosotros para que despierte y lleve a un cautiverio glorioso a la naturaleza animal inferior que siempre ha deseado ser la primera.

Es un llamado a lo superior en nosotros para que controle lo inferior y lo lleve mediante la confianza y la obediencia a la uni�n y la cooperaci�n. Estamos llamados a aceptar la bendita tarea de ser pacificadores en nuestro propio pecho, y el establecimiento de la paz all� debe comenzar con una proclamaci�n de guerra. �Qu� trabajo extra�o para un ni�o! �Trabajo imposible! afirmas Dios ha escogido lo d�bil del mundo para confundir lo poderoso �. Es el camino de Dios mediante "lo que no es, deshacer lo que es". ( RJ Kyd. )

Las bestias salvajes

Nosotros, que vivimos en pa�ses en los que se ha exterminado a las fieras, no podemos comprender la inseguridad y el terror que provocan en las regiones donde abundan. Un vidente moderno de los tiempos de la regeneraci�n dejar�a a los animales salvajes fuera de su vista. Ya no impresionan m�s la conciencia o la imaginaci�n humanas. Pero una vez lo hicieron de la manera m�s terrible. La hostilidad entre el hombre y las bestias no solo form� una vez el principal obst�culo material en el progreso de la raza, sino que sigue siendo para el pensador religioso la parte m�s pat�tica de ese gemido y dolores de parto de toda la creaci�n que es una carga tan pesada. en su coraz�n. ( Prof. GA Smith, DD )

No exterminado, sino domesticado

Isa�as no quer�a que las bestias salvajes fueran exterminadas, sino domesticadas. All� nuestra imaginaci�n occidental y moderna puede no seguirlo, especialmente cuando incluye reptiles en la regeneraci�n y profetiza de v�boras y lagartos como juguetes de ni�os. Pero seguramente no hay un hombre genial, que haya visto las diversas formas de vida que se divierten bajo el sol del sur, que no simpatizar� con el profeta en su gozosa visi�n.

En un c�lido d�a de primavera en Palestina, sentarse sobre la hierba, junto a alg�n viejo dique o ruina con su cara al sur, es en verdad obtener una vista extasiada de la riqueza de la vida con la que el Dios generoso ha bendecido y hecho feliz al hombre. lugar de la vivienda. �C�mo van y vienen las lagartijas entre las piedras grises y resplandecen como joyas en el polvo! Y la t�mida serpiente que ondula r�pidamente pasando por la hierba, y la tranquila tortuga, con su lomo brillante, y el camale�n, temblando con un nuevo color mientras pasa de ramita a piedra, y de piedra a paja, todo el aire mientras est� vivo. con la musica del grillo y la abeja! Sientes que lo ideal es no destruir estas cosas bonitas como alima�as.

�Qu� p�rdida de color implicar�an las lagartijas por s� solas! Pero, como declara Isa�as, a quien podemos imaginar caminando con sus hijos por los empinados senderos de los vi�edos, para ver a las criaturas ir y venir por los diques secos a cada lado, el ideal es hacerlos simpatizar con nosotros mismos, haz de ellos mascotas y juguetes para los ni�os, que de hecho extienden sus manos con alegr�a a los bonitos juguetes. ( Prof. GA Smith, DD )

El misterio de la creaci�n bruta

�Qu� son estos animales? �Qui�n los hizo? �Qui�n puede explicarlos? �Qui�n conoce su futuro? Este es un misterio lleno de gracia en todo caso, y puede aceptarse como un hecho: que cuando el hombre est� bien con Dios, los animales estar�n bien con el hombre; cuando el hombre est� bien con Dios, la tierra estar� bien con el hombre, y sentir� como si ella no pudiera hacer lo suficiente por �l para cultivarle todo el pan que quiere y luego darle m�s de lo que necesita. �Que el pueblo te alabe, oh Dios; que todo el pueblo te alabe. Entonces la tierra dar� su fruto; y Dios, nuestro propio Dios, nos bendecir� ". ( J. Parker, DD )

La redenci�n de la naturaleza

Es uno de esos errores, que distorsionan tanto la poes�a como la verdad de la Biblia, suponer que por los osos, leones y reptiles que el profeta ve ahora domesticados en el tiempo de la regeneraci�n, se propone los violentos caracteres humanos que �l tan a menudo ataca. Cuando Isa�as habla aqu� de las bestias, se refiere a las bestias. El pasaje no es aleg�rico, sino directo, y forma un paralelo al conocido pasaje del octavo de Romanos. ( Prof. GA Smith, DD )

La leyenda de San Blas

La leyenda de San Blas es de origen griego. Fue obispo de la Iglesia cristiana en Sebaste en Capadocia, y gobern� su reba�o durante muchos a�os con gran vigilancia, hasta que la persecuci�n de Diocleciano, en el 289 d. C., lo oblig� a huir; y se refugi� en una cueva de la monta�a a cierta distancia de la ciudad. Esta monta�a era el refugio de las fieras (osos, leones y tigres); pero estos animales estaban tan completamente sometidos por la dulzura y piedad del buen anciano, que, lejos de hacerle da�o, ven�an todas las ma�anas a pedir su bendici�n.

Si lo encontraban arrodillado ante sus devociones, esperaban dudosos hasta que terminaba y, habiendo recibido la bendici�n acostumbrada, se retiraban. Ahora, en la ciudad de Sebaste, y en toda la provincia, tantos cristianos fueron ejecutados, que comenz� a haber escasez de animales salvajes para los anfiteatros. Y Agricolaus, el gobernador, envi� a sus cazadores a las monta�as para recolectar tantos leones, tigres y osos como fuera posible; y sucedi� que estos cazadores, llegando un d�a antes de la boca de la cueva en la que St.

Blaise se hab�a refugiado, lo encontr� sentado frente a �l y rodeado de una variedad de animales de diferentes especies. El le�n y el cordero, la cierva y el leopardo, parec�an haberse despojado de su naturaleza y estaban juntos amistosamente, como si hubiera habido paz eterna entre ellos; ya algunos los bendijo con santas palabras, sabiendo que Dios se preocupa por todas las cosas que ha hecho; ya otros que estaban enfermos o heridos ministraba gentilmente; ya otros los reprendi� por su rapacidad y glotoner�a.

Y, cuando los cazadores vieron esto, fueron como hombres en un sue�o: se quedaron asombrados, pensando que hab�an encontrado alg�n encantador. Y lo prendieron y lo llevaron ante el gobernador; y, mientras avanzaban, el buen obispo dio gracias a Dios y se regocij� mucho de que, finalmente, hab�a sido hallado digno de morir por la causa de Cristo. ( Sra. Jameson. )

El hombre tiene la culpa del desenfreno de las bestias

Podemos tomar en base a la autoridad cient�fica algunos hechos como insinuaciones de la naturaleza, que despu�s de todo el hombre es el culpable del desenfreno de las bestias, y que a trav�s de su santificaci�n pueden volver a simpatizar con �l mismo. Charles Darwin dice: �Merece la pena notar que en un per�odo extremadamente antiguo, cuando el hombre entr� por primera vez en cualquier pa�s, los animales que viv�an all� no habr�an sentido un miedo instintivo o heredado hacia �l y, en consecuencia, habr�an sido domesticados con mucha m�s facilidad que en la actualidad.

�Y da algunos hechos muy instructivos en prueba de esto con respecto a perros, ant�lopes, manat�es y halcones. "Los cuadr�pedos y los p�jaros que rara vez han sido molestados por el hombre no le temen m�s que nuestros p�jaros ingleses, las vacas o los caballos que pastan en los campos". Los detalles de Darwin son peculiarmente pat�ticos en su revelaci�n de la total confianza de los brutos en el hombre antes de llegar a conocerlo.

Las personas que han tenido que ver con animales individuales de una especie que nunca ha sido completamente domesticada, son conscientes de que la dificultad de adiestrarlos radica en convencerlos de nuestra sinceridad y buen coraz�n, y que cuando esto se supere aprender�n casi cualquier cosa. truco o h�bito. Las conocidas l�neas de Burns al rat�n de campo recogen la causa de todo esto, de una manera muy similar a la de la Biblia. ( Prof. OA Smith, DD )

Relaci�n del hombre con los animales inferiores

Los �usos� pr�cticos de un pasaje de la Escritura como este son claros. Algunos de ellos son la terrible responsabilidad de la posici�n del hombre como piedra angular de la creaci�n, los efectos materiales del pecado y, especialmente, la religiosidad de nuestra relaci�n con los animales inferiores. ( Prof. OA Smith, DD )

Un ni�o los guiar�

El ni�o al frente

La Biblia, cuando habla como lo hace en estos vers�culos, siempre significa algo mejor de lo que dice. A los ni�os les vienen muchas cosas mucho peores que ser destruidos por un le�n, o devorados por un lobo, o envenenados por el colmillo de una serpiente, solo que, lamento creerlo, ni los ni�os ni los adultos piensan que sean peores cosas, ni nada por el estilo. terrible. Quiz�s ese sea el mal m�s lamentable de todos. Si no hubiera tenido fe en la gran sabidur�a, amor y justicia de Dios, sentir�a que para decenas de millones de ni�os en este mundo ser�a infinitamente mejor que nunca hubieran nacido; y que, al nacer, el siguiente evento preferible ser�a que murieran lo antes posible despu�s del nacimiento, aunque fuera un lobo hambriento el que los matara.

Llegan a lugares m�s terribles que la guarida de una bestia salvaje o la guarida de una cucaracha. Llegan a lugares llenos de ignorancia e iniquidad, donde no tienen la oportunidad de crecer bien, ni siquiera de saber qu� es el bien. Ahora, este texto dice que en el buen tiempo por venir, todo esto cambiar�. Se acerca el d�a en nuestro pa�s en que el ni�o, por su debilidad y sus necesidades, ser� la persona m�s querida y cuidada, ya sea en el hogar, la Iglesia o el Estado.

I. De estas palabras, entonces, obtenemos la idea de que a medida que el mundo avanza y los hombres crecen m�s sabios, m�s verdaderos y m�s santos, los ni�os ascienden en su consideraci�n. Se exalta el cuidado de los ni�os; deja de ser un afecto meramente natural, para intensificarse y purificarse en una pasi�n moral y espiritual. La Biblia nos ense�a que el amor a los ni�os es una nota de cultura moral, y toda la historia muestra que en la medida en que los reclamos de los peque�os se miran a la ligera, el tono moral es bajo.

Puede haber fuerza y ??coraje para la guerra, puede haber arte y filosof�a, puede haber una abundancia de exhibici�n f�sica e intelectual, pero la moral m�s alta, las que son las mismas gracias del alma, las que perfeccionan a los hombres y van a la la ra�z de los pecados y dolores del mundo - son sumamente escasos.

II. Estas palabras nos ense�an QUE LOS NI�OS PUEDEN PARTICIPAR EN LO M�S ALTO Y DIVINO: que pueden compartir lo mejor y lo m�s alto con los mejores y m�s elevados hombres. La filosof�a del bien supremo puede estar mucho m�s all� del alcance de su raz�n, pero ellos pueden realizar y disfrutar de la bendici�n. La luz del sol es tan c�lida y deliciosa para ellos sin ninguna teor�a de la luz y el calor como con uno.

III. Otra palabra que tenemos que decir es, QUE LOS QUE EST�N TRABAJANDO POR LOS NI�OS EST�N EN LAS L�NEAS DEL PROGRESO MUNDIAL. El mundo sigue a los ni�os, siempre est�n al frente. ( W. Hubbard. )

Ministerio de la ni�ez

Los ministros de Dios son variados. Los ni�os ense�an muchas lecciones.

1. Purifican - por su inocencia, capacidad de ense�anza y pureza.

2. Se elevan, apelando a nuestros mejores y m�s altos instintos.

3. Se mueven. Nos mueven a vivir mejor y estimulan nuestras mejores cualidades.

4. Ellos instruyen , por ejemplo , Samuel y El�.

5. Consuelan, ayudando a distraer nuestra mente de los problemas.

6. Se reconcilian. Una madre est� alegre por el bien de los ni�os. Un padre se fortalece con su vida hogare�a.

7. Se alegran. Los ni�os son la poes�a, las flores y el sol de la vida.

8. Ablandan y ablandan, - porque su desamparo nos atrae; el toque de una mano diminuta nos estremece de l�stima.

9. Conducen hacia Dios.

10. Son un ministerio poderoso para el bien ... ( Semilla para sembradores ocupados ) .

Dirigido por un ni�o

1. No tenemos derecho a hundir un intervalo de muchos siglos entre los vers�culos de esta breve profec�a, y decir que si bien una parte de ella se cumpli� en el Adviento, la otra s�lo se cumplir� en el Milenio a�n lejano. Estamos m�s bien obligados a decir: �Si el Se�or Jes�s fue el Renuevo que brot� de la ra�z de Isa�, y el Esp�ritu del Se�or realmente vino sobre �l para gobernar y reprender al pueblo, entonces, desde ese momento, el lobo comenz� a habitar con el cordero, el leopardo a acostarse con el cabrito, el le�n con el becerro; y el Ni�o iba delante de ellos, llev�ndolos al monte santo en el que ni da�an ni destruyen.

�No necesitamos fijar una fecha para estas palabras. No son para una �poca, sino para siempre, y tambi�n para la eternidad. Describen el reino universal de Cristo. Nos dicen cu�l ha sido y ser� siempre el esp�ritu, las caracter�sticas distintivas de ese reinado.

2. El domador de bestias se distingue por un ojo r�pido, una mano pronta y castigadora, un coraje y un dominio propio que nunca flaquean; y �c�mo debemos buscar estas caracter�sticas y cualidades en un ni�o? Pero, �no puede un ni�o tener otras cualidades tan potentes, e incluso m�s potentes? �Es la fuerza bruta la �nica fuerza por la que se gobierna incluso a los brutos? Seguramente no. El beb� se acuesta en la alfombra con el perro y come. No es tan fuerte, �gil o r�pido como ellos, ni siquiera como t�.

Sin embargo, se toma libertades con ellos que t� no puedes tomar, y recuerda, el gato es de la misma sangre con el leopardo y el perro con el lobo. Ni siquiera las bestias salvajes son insensibles a su reclamo y encanto. Si no, qu� significan todas esas historias de ni�os desamparados y abandonados amamantados, alimentados, custodiados por lobos y osos y leones; �O de ni�os elegidos por fieras enjauladas, m�s salvajes por su cautiverio, para ser sus compa�eros de juego y compa�eros? Muchas de estas historias son bastante ciertas y muestran el poder que puede tener un ni�o peque�o, un poder m�s all� del del hombre.

3. Pero cuando el profeta nos dice que en el reino de Cristo, un ni�o peque�o gu�a al lobo, al leopardo y al le�n, as� como al cordero, al cabrito y al becerro, no puede simplemente querer decir que un ni�o inocente puede tener m�s poder sobre los brutos que un hombre adulto. Tambi�n quiso decir, sin duda, que en la medida en que Cristo reine sobre la tierra, se restaurar� el orden primordial; que los hombres, reconciliados con Dios y entre s�, estar�n tambi�n en paz con todas las fuerzas de la naturaleza, las gobernar�n y se someter�n a su servicio incluso las m�s feroces, an�rquicas, hostiles e indomables, y as� recuperar todo, y m�s que todo, lo que Ad�n perdi�.

4. �No se ha verificado la predicci�n una y otra vez, y eso incluso en los niveles inferiores de nuestra vida? Aqu�, Salt, es un hombre malo, brutal, feroz, ingobernable e ingobernable. Dios le env�a un ni�o peque�o. Y el hombre rudo y la mujer abandonada, al inclinarse sobre ella, se tocan, suavizan, purifican. Dios conduce a casi todos los hombres por sus hijos, los conduce al "monte santo", es decir

, a niveles m�s altos de vida donde respiran un aire m�s puro y obtienen una perspectiva m�s amplia. �l env�a al �ni�o peque�o�, y de inmediato incluso los duros y ego�stas se vuelven tiernos y altruistas, al menos en algunos de sus objetivos. Lo seguir�n incluso a la casa y adorar�n a Dios, porque muchos reparan la casa de Dios por el bien de sus hijos que no quisieron venir por los suyos, y se encontrar�n en "el monte santo" o alguna vez son conscientes.

5. De modo que cuando Dios envi� al Santo Ni�o Jes�s para llevar a los hombres al reino de los cielos, no tom� con nosotros un camino nuevo sin probar, sino un camino probado y aprobado durante mucho tiempo. Pero, para nosotros, el Se�or Jes�s no es el Santo Ni�o solo en Navidad, o solo porque alguna vez fue un beb� en los brazos de Mar�a. Cuando lleg� a ser un hombre, �l mismo tom� a un ni�o en Sus brazos y ense�� a Sus disc�pulos que para entrar en Su reino deb�an llegar a ser como ni�os peque�os, y que quienquiera que poseyera m�s plenamente el esp�ritu de un ni�o ser�a el mayor en ese reino. .

Pero entrar en Su reino es comenzar a crecer como Cristo; y llegar a ser grande en �l es crecer tan como �l como podamos. Crecer como un ni�o es, por lo tanto, crecer como Cristo. Pero, �c�mo puede ser eso a menos que Cristo mismo sea como un ni�o peque�o?

6. "Un ni�o peque�o los guiar�". �Pero no los dirige ya? Cuando los peque�os vienen a ellos, �para qui�n piensan, trabajan y planifican? �Qui�n determina la cantidad de su trabajo, e incluso el tipo de diversiones en las que se entregan, y a menudo determina tambi�n los objetivos y m�todos de sus vidas?

7. "Un ni�o peque�o los guiar�". Estas palabras se refieren tanto al futuro como al pasado y al presente. Hay una promesa en ellos incluso para nosotros que estamos en el reino del Santo Ni�o. Y la promesa es que a medida que venga el reino de Dios, estaremos m�s y m�s animados por el esp�ritu del ni�o que era y es el Esp�ritu de Cristo mismo. ( S. Cox, DD )

�Qu� es el esp�ritu infantil?

Pero, �qu� es esta bendici�n y por qu� es tan grande? Considere lo intr�pido que es un ni�o, para que pueda jugar y tomarse libertades con muchas criaturas feroces cuyas garras o dientes lo mantienen a una distancia respetuosa. Considere cu�n inocente es un ni�o en comparaci�n con usted, y lo que dar�a para estar igualmente libre de recuerdos punzantes y deseos impuros. Piense en lo amable que es un ni�o que responde con sonrisas y caricias a cada avance genuino y tierno.

Considere lo alegre que es, con lo poco que le agrada; qu� poco mundano, sin hacer distinci�n entre mendigo y pr�ncipe, amando a su pobre nodriza m�s que a la bella dama con toda su valent�a. Considere cu�n libre de cuidado est� un ni�o, porque conf�a en una sabidur�a, una habilidad, una bondad m�s all� de su propia capacidad, sin pensar en lo que comer� o beber� o con qu� se vestir�. Piense tambi�n en lo se�orial que es un ni�o.

Casi nada impresiona tanto en los ni�os peque�os como su tranquila suposici�n de que todo el mundo fue hecho para ellos, y que todos los hombres y mujeres que hay en �l no tienen nada m�s, o nada tan importante, que hacer como esperar su voluntad y su voluntad. ministrar a sus caprichos. ( S. Cox, DD )

Ni�o liderando

I. El texto sugiere algunas reflexiones sobre la BONDAD Y LA HUMILDAD DE AQUEL QUE VINO A NOSOTROS DE NI�O. Nunca naci� un ni�o en este mundo de una manera m�s humilde que el Ni�o que vino a redimirlo. �Preludio apropiado para esa vida extra�a, solemne, dolorosa, pero infinitamente hermosa! Seguramente, si la humildad depende en absoluto de las circunstancias externas, este �ni�o peque�o� fue realmente humilde. Pero el esp�ritu interior estaba en perfecta armon�a con las circunstancias exteriores. El peque�o Ni�o nunca se perdi� en el Hombre.

II. �NO FUE CUMPLIDA ESTA PROFEC�A DE MUCHAS MANERAS POR EL NI�O DE BEL�N? Condujo a los �ngeles heraldos desde sus m�s altos ministerios en los reinos de gloria hasta las llanuras de Bel�n. Condujo la estrella que viaj� siempre hacia el oeste hasta que "vino y se detuvo sobre el lugar donde estaba el Ni�o". Dirigi� a los sabios que vinieron con sus t�picas ofrendas de oro, incienso y mirra. Condujo al anciano profeta, quien, en el templo de Jerusal�n, tom� al ni�o de los brazos de su madre y estall� en ese alegre Himno de Despedida que se ha incorporado a las liturgias de la Iglesia cristiana. �Piense en la maravillosa direcci�n que hay aqu�!

III. �NO RECIBE LA PROFEC�A TODAV�A CUMPLIMIENTO DIARIO en la historia y experiencia del mundo? �Qu� es lo que trae y une a los hombres a Cristo? �Es la Divinidad de Su persona, la gloria de Sus milagros, el trueno de Su poder, la atracci�n del cielo, los terrores del infierno? Preg�ntele a un misionero que ha trabajado durante muchos a�os entre los paganos cu�l ha sido el elemento del Evangelio que ha alejado a los hombres de sus �dolos hacia Cristo.

�l les dir� que no fue el poder Divino, sino la ternura humana lo que gan� sus corazones. Los guerreros severos se vuelven amables en Su presencia. Este es Aquel a quien el mundo ha estado esperando y ante quien se inclinar�.

IV. Quiz�s SU PROPIA EXPERIENCIA le ayude a comprender las palabras del profeta. Piense en su propia relaci�n personal con Cristo. �Qu� fue lo que primero te atrajo hacia �l y ahora te mantiene en Su pista? Fue la dulzura y la belleza de su car�cter, el �ni�o peque�o� que est� para siempre entronizado en la persona de Cristo. O mire a su alrededor y vea el maravilloso poder del ni�o liderando la experiencia familiar de la vida.

V. Puede ser que las palabras nos toquen a algunos LA PRIMAVERA QUE DESBLOQUEA RECUERDOS SECRETOS Y MUY SAGRADOS. Dijimos, con el padre de anta�o enfermo: "Ir� a �l, pero �l no volver� a m�". �Pero estamos muy seguros de esto? �Son los misterios de la vida y la muerte tan claros para nosotros, que 'no nos atrevemos a pensar en los ministros de ni�os y el liderazgo de los ni�os continu� a pesar de la muerte?

VI. "Un ni�o peque�o los guiar�". Las palabras pueden tener todav�a OTRO CUMPLIMIENTO, EN "LA TIERRA QUE EST� MUY LEJOS". �De los tales es el reino de los cielos�, dijo el Salvador, mientras tomaba a los ni�os en Sus brazos. Quiz�s cuando nuestros hijos cantan: �Hijitos, estar� all�, toquen una verdad que sus mayores son demasiado lentos para creer. Puede estar entre los ministerios infantiles del cielo dar los primeros saludos a quienes los recibieron en la impotencia de su infancia terrenal; y muchos llorones pueden comenzar a acumular "el inter�s lejano de las l�grimas", cuando "un ni�o peque�o los conducir�" a trav�s del foro de los ancianos hasta el trono del Rey. ( JC Cameron. )

El poder de los ni�os

I. Les voy a mostrar EL PODER DE LOS NI�OS. Una y otra vez se han producido grandes cambios, se ha hecho historia, se ha trabajado y se ha sufrido la gente de vestido a causa de este extra�o poder de los ni�os. Si los ni�os tienen poder, pueden usarlo.

II. LAS COSAS BUENAS QUE PUEDEN HACER LOS NI�OS. ( E. Medley, BA )

El ni�o no para gobernar sino para liderar

No creo que sea bueno que los ni�os gobiernen, pero s� creo que es muy bueno que los ni�os dirijan. ( E. Medley, BA )

Un ni�o peque�o puede desarmar la ira

Un misionero en el gran r�o Congo hab�a subido en un peque�o vapor a una parte donde ning�n hombre blanco hab�a estado antes. Se arri� el ancla y se puso a flote el vapor. Se necesitaba comida para los hombres y le�a para las locomotoras. Los nativos se acercaron a la orilla para contemplar este maravilloso barco; estaban armados con flechas y lanzas grandes y feas. El misionero trat� de hablar con ellos e hizo se�ales de paz.

Pero nada de lo que �l pudiera hacer pareci� tocarlos; era evidente que estaban en parte enojados, en parte suspicaces y en parte asustados, y cuando los salvajes est�n en ese estado son muy peligrosos. Cual era la tarea asignada? Un pensamiento feliz cruz� por el misionero. Ten�a a su esposa y un querido beb� a bordo; tom� el beb�, lo tom� en brazos y se lo mostr� a la gente. Ahora el beb� era un beb� realmente sensato, parec�a comprender la situaci�n, y en lugar de llorar, o fingir timidez, re�a y cantaba tan alegremente como pod�a, y cuando los pobres salvajes vieron al beb� se sintieron seguros; comprendieron en un momento que no se pretend�a hacer da�o, as� que depusieron las armas y se hicieron muy amistosos. Incluso en �frica podemos decir: un ni�o peque�o los guiar�. ( E. Medley, BA )

Una madre guiada a Cristo por su hijo

Hace algunos a�os, una buena mujer acudi� a un ministro con el deseo de unirse a la Iglesia y confesarse seguidora del Se�or Jesucristo. Le preguntaron c�mo hab�a llegado a pensar en �l, porque hab�a vivido una vida mala y dura. �Oh�, dijo ella, �era de esta manera: no me importaban las cosas buenas, ten�a que ser esclava todo el d�a, estaba demasiado ocupada, ten�a un coraz�n demasiado duro y era demasiado miserable para preocuparme por esas cosas en absoluto.

Pero mi peque�a, va a la escuela dominical, y cuando llega a casa, simplemente canta algunos de los himnos que ha aprendido, no para m�, porque nunca le pregunt�, sino para ella misma. Pero no pude evitar escuchar, y uno de ellos fue a mi coraz�n; har�a lo que har�a, no pod�a olvidarlo, hasta que comenc� a preguntarme si �l tambi�n, no pod�a cantar ...

Escuch� la voz de Jes�s decir,

Ven a M� y descansa.

Lo escuch�, y aunque todav�a estoy muy oscuro, lo amo ". Un ni�o los guiar�; as� es. ( E. Medley, BA )

Peque�o Lord Fauntleroy

Es posible que algunos de ustedes hayan le�do un cuento para ni�os muy hermoso llamado Little Lord Fauntleroy. El meollo de la cuesti�n es simplemente esto: un muchacho noble y de coraz�n abierto es lanzado a la compa��a de su abuelo, un viejo noble orgulloso, duro de coraz�n, ego�sta, que sabe tan bien como los que lo rodean, qu� viejo c�nico y mezquino. tirano ha sido. El conde es completamente miserable, solo que est� demasiado orgulloso para poseerlo. Pero el muchacho, que ha sido educado en formas puras y santas, insiste en pensar bien en el anciano, atribuy�ndole todo tipo de buenas obras.

En la honesta sencillez de su peque�o coraz�n, cree que su abuelo es un hombre muy bueno, y dice que cuando sea mayor, tiene la intenci�n de ser como �l. El amor confiado del ni�o toca el coraz�n de piedra de su abuelo as� como el sol primaveral toca el hielo invernal y comienza a derretirse; sin saberlo, el peque�o gu�a al anciano por buenos caminos, y lo gana. En cuanto al muchacho, sigue siendo el tipo alegre que era, no en lo m�s m�nimo mojigato, ni engre�do ni engre�do, pero ha hecho una obra que nunca morir�. ( E. Medley, BA )

La voz de un ni�o resolviendo una gran pregunta

Muchos a�os desde que la sede de Mil�n estaba vacante, y el puesto fue buscado con entusiasmo por dos partidos que disputaron la elecci�n con fuertes y amargos sentimientos. El prefecto de la ciudad, que era un c�lebre joven abogado, fue llamado para sofocar el desorden y resolver la disputa. Con un tono muy serio y afectuoso, se dirigi� a la emocionada asamblea. Pero, durante una de las pausas moment�neas de su discurso, se escuch� la voz de un ni�o que exclamaba: "�Que Ambrosio sea nuestro obispo!" Esa tierna expresi�n fue aceptada como una instrucci�n divina; el joven abogado fue elegido de inmediato para ocupar la c�tedra episcopal y se convirti� en un �til servidor de la Iglesia.

As�, un ni�o dirigi� a los electores reunidos y consigui� el ministerio de San Ambrosio; San Ambrosio se convirti� en el medio de conversi�n de San Agust�n, y San Agust�n por sus escritos todav�a habla a la cristiandad. ( JH Hitchens, DD )

Los ni�os liderando

Un hombre suele vivir, si es posible, m�s cerca de la escuela a la que env�a a sus hijos que de su propio lugar de trabajo. Son los ni�os los que normalmente fijan la hora en que �l comer� y, a menudo, incluso lo que tendr� para cenar, consultando su salud y conveniencia antes que la suya. A menudo se lamenta porque pueden estar bien vestidos y, a veces, tiene hambre de que puedan estar bien alimentados.

Su propia casa est� amueblada con miras a ellos; y las alfombras nuevas o los muebles costosos que le gustar�a tener se posponen hasta que los ni�os crezcan, o el buen piano que le gustar�a a su esposa hasta que los ni�os hayan terminado su pr�ctica. �D�nde se pasar�n las vacaciones de verano? es una cuesti�n en la que los ni�os tienen voto de calidad. �Cu�ntos hombres, tambi�n, mucho despu�s de haber dejado lo suficiente para �l y su esposa, y anhelar la jubilaci�n y el descanso, contin�an trabajando, ya sea para mantener a los ni�os que no pueden mantenerse por s� mismos, o para dejarlos a un lado? un poco m�s de dinero cuando muera! Y cuando los ni�os crecen y se convierten en hombres y mujeres j�venes, �no son ellos quienes dirigen el mundo como antes dirigieron sus diversos hogares? El esp�ritu gobernante y modelador del mundo cambia con cada generaci�n. (S. Cox, DD )

Edad y juventud.

�Debemos, entonces, desacreditar la edad, la experiencia, la autoridad y entronizar la juventud, la inexperiencia y la insolencia? �Debemos escuchar lo que digan nuestros hijos y dejar que nos gu�en a donde quieran? De ninguna manera. Eso ser�a tan perjudicial para ellos como para nosotros. Pero debemos darnos cuenta del hecho de que Dios est� educando a la raza; guiando a cada generaci�n y conduci�ndola a un punto m�s all� del de la generaci�n que la precedi�.

Esta reverencia por la juventud como el nuevo elemento, el elemento progresivo y en avance del mundo, es, creo, peculiar del cristianismo, e incluso en cierta medida del cristianismo de la actualidad. ( S. Cox, DD )

Influencia de los ni�os

Escuch� el otro d�a en el norte de Inglaterra de una gran escuela donde los eruditos mayores se reun�an y ped�an a los superintendentes que no deber�a haber premios ni �rboles de Navidad ni regalos ordinarios, pero que el dinero deber�a ser entregado a los Soldiers ' y Fondo de Marineros. Nadie les hab�a incitado a hacerlo. �Cu�l fue el resultado? En todo ese distrito todos se levantaron de inmediato a un sentido de su responsabilidad, y los obsequios recibidos all� exced�an los obsequios de otros lugares. ( Canon Wilberforce, DD )

Un hermoso epitafio

En cierto patio de la tumba, una piedra blanca que marca la tumba de una ni�a tiene estas palabras: �Una ni�a de la que sus compa�eros de juego dec�an: 'Era m�s f�cil ser buena cuando estaba con nosotros'�. �No es ese un hermoso epitafio? , �peque�os?

"Mi amor"

Un caso en el que las palabras del profeta se cumplieron en esp�ritu, si no en letra, se informa en un intercambio estadounidense; "'Mi amor.' Estas tiernas palabras fueron pintadas con letras grandes en el tablero de un gran cami�n en la calle. La v�a estaba atestada de veh�culos y los conductores llenaban el aire de blasfemias. Pero el conductor de este cami�n en particular se sent� silencioso e inm�vil. Ninguna palabra suya ofendi� a los o�dos del paciente: una bestia pesada sobre la que sosten�a las riendas.

Durante el estruendo de las maldiciones, un hombre curioso se adelant� y pregunt�: "Parece que te tomas las cosas con mucha calma en este bloqueo". 'S� se�or; Estoy acostumbrado a ellos, fue la lac�nica respuesta. "Adem�s", a�adi�, "no sirve de nada jurar". 'Me doy cuenta de que tiene un nombre para su cami�n.' "S�", y el rostro del hombre estoico se ilumin� y asumi� una expresi�n nacida de un coraz�n tierno "Mi querida" era mi querida hijita.

Ella est� muerta ahora. Justo antes de que ella muriera, pero a usted no le importa escuchar nada de esto. �De hecho, s� �interrumpi� el oyente�. �Bueno, ya ves que fue as�: Nellie, mi amor, se enferm� y no pudimos salvarla; pero justo antes de morir me rode� el cuello con sus delgados bracitos y me susurr� al o�do; �Pap�, tu Nellie va a morir; Por favor, prom�teme que ser�s amable con el bueno de Dexter y no le insultes.

�Har�s eso por m�?" Bueno, se�or, yo sol�a ser bastante duro y rudo, y pod�a maldecir con los mejores, pero �y la voz del hombre tembl�, amaba a mi Nellie y ... y le promet� que lo har�a. lo que ella pregunt�. 'S� se�or; He cumplido mi palabra. Eso est� sucediendo desde hace tres a�os, pero no he maldecido ni una vez desde entonces. Por eso llam� a mi camioneta "Mi querida"; siempre me recuerda a mi Nellie y sus dulces ojos azules. En ese momento se levant� el bloqueo y 'My darling' retumb� ". ( Edad cristiana. )

El efecto de la oraci�n de un ni�o

En un hospital del sur, una ni�a iba a ser sometida a una operaci�n peligrosa. La colocaron sobre la mesa y el cirujano estaba a punto de darle �ter cuando dijo: "Antes de que podamos curarte, debemos ponerla a dormir". Ella habl� con dulzura y dijo: "Oh, si me vas a poner a dormir, primero debo decir mis oraciones". As� que se arrodill� y dijo la oraci�n del ni�o: "Ahora me acuesto a dormir". Despu�s, el cirujano dijo que or� esa noche por primera vez en treinta a�os. ( Tiempos del esfuerzo cristiano ) .

Versículo 9

No da�ar�n ni destruir�n en todo Mi santo monte.

La era dorada

Los poetas han cantado sobre una edad de oro, los santos han orado por uno, la Biblia ense�a claramente que uno vendr�.

Este pasaje nos da las caracter�sticas de este "buen momento que viene".

I. TODA LA TIERRA SER� LA REALIZACI�N ESPIRITUAL DE LO QUE FUE EL MONTE SION PERO EL S�MBOLO. �Cu�les fueron las grandes ideas que simboliz� el monte Si�n de anta�o? Fueron especialmente dos:

1. Lugar de encuentro del hombre con Dios.

2. Consagraci�n completa al culto. Fue solo para adoraci�n y adoraci�n. Estas ideas se realizar�n plenamente en los �ltimos d�as. La tierra entera ser� el lugar de encuentro del hombre con Dios, la Shejin� brillar� en todas partes, iluminar� cada c�rculo social, irradiar� desde cada instituci�n, etc. Tambi�n cada lugar ser� sagrado para la adoraci�n. El hombre adorar� en todo, artesan�a, comercio, pol�tica, literatura.

II. TODA LA TIERRA SER� LIBRE DE INJUSTICIA Y VIOLENCIA. "No da�ar�n ni destruir�n".

1. No har�n da�o. No ser�n lastimados por ninguna palabra desagradable, o cualquier acto poco generoso, por cualquier tipo de conducta mezquina. Exquisita delicadeza de conducta distinguir� a todos. Todo hombre tratar� a su pr�jimo con la ternura amorosa de un hermano.

2. No destruir�n. No destruir�n la propiedad, la reputaci�n o la vida. No habr� guerras.

III. TODA LA TIERRA SER� INUNDADA DE CRISTIANISMO. "Como las aguas cubren el mar". Lleno como las aguas corren por los canales del Mediterr�neo, el cristianismo rodar� por todos los distritos de la vida humana. Pero si bien esta difusi�n universal del cristianismo es una caracter�stica de la edad de oro, el texto sugiere que es la causa instrumental. Inferimos ...

1. Que el cristianismo es esencialmente pac�fico.

2. Que todo fil�ntropo deber�a usar el cristianismo como su gran instrumento. No hay otra panacea para los males del mundo. ( Homilista. )

El reinado pac�fico del Mes�as

I. EL ESP�RITU DEL PAC�FICO QUE ESTAR� EN EL MUNDO EN EL REINADO DEL MES�AS.

II. LA CAUSA DE SU PREVALENCIA UNIVERSAL. El conocimiento con el que se llenar� el mundo. ( J. Summerfield, MA )

Porque la tierra estar� llena del conocimiento del Se�or

El gran evangelio y los reinos milenarios de Cristo nuestro Se�or

1. La declaraci�n de la palabra que tenemos ante nosotros a�n no se ha cumplido.

2. Dios ahora est� a punto de cumplirlo r�pidamente.

I. Abriremos todo el cap�tulo que contiene nuestro texto, para explicar QU� ES EL REINO DE CRISTO del que habla, y les presentaremos los grandes acontecimientos con los que asistir� la introducci�n de ese reino de nuestro Redentor. .

1. El cap�tulo comienza con una descripci�n gloriosa de la Persona y el oficio del bendito Redentor de los hombres.

2. Procedamos ahora a abrirles el reino evang�lico de Cristo, que est� contenido en la siguiente porci�n del cap�tulo. El dise�o de la figura ( Isa�as 11:6 ) es para mostrar que en el gran d�a en que Cristo ejecutar� Su oficio en una extensi�n m�s completa y amplia sobre la tierra habr� una maravillosa concordia, uni�n y amor entre todos los hijos de los hombres al ser llevados a adorar al �nico Redentor, mediante el �nico Evangelio de Su gracia y mediante la mismidad de Su bendito Esp�ritu.

3. Con referencia a la expresi�n en nuestro texto - "Porque la tierra estar� llena del conocimiento del Se�or, como las aguas cubren el mar" - aqu� hemos presentado ante nosotros tanto la extensi�n del conocimiento del Se�or , que caracterizar� este reino de nuestro Se�or, y la profundidad de ese conocimiento tambi�n; pues ambos est�n representados por esta semejanza del oc�ano. Debemos creer, por lo tanto, que el conocimiento de Dios que entonces prevalecer�, superar� en extensi�n y profundidad al conocimiento de cada estado de la Iglesia precedente, como las aguas del oc�ano exceden, en ancho y profundidad, el lagos comunes en medio de reinos.

4. Un gran evento que preceder� inmediatamente a este glorioso asunto ser� la conversi�n del antiguo pueblo de Dios, los jud�os; su reuni�n de todas las naciones de la tierra en la tierra de sus padres; y, seg�n creo, se convertir�n en predicadores del Evangelio de Cristo a todas las naciones de la tierra, que ahora se convertir�n a �l. Este glorioso evento se adjunta inmediatamente, en este cap�tulo, a la descripci�n del reino evang�lico del Redentor ( Isa�as 11:11 , etc.).

5. Otra poderosa realidad que acompa�ar� la introducci�n del reino venidero de nuestro Se�or y Salvador es la destrucci�n de la iglesia anticristiana (el papado).

6. La destrucci�n del anticristo.

II. Presentaremos a su vista LOS MEDIOS QUE USTED PUEDE ADOPTAR CON M�S SEGURIDAD PARA PROMOVER INSTRUMENTALMENTE EL REINO DE NUESTRO ADORABLE REDENTOR en medio de los reinos del mundo. ( H. Cole. )

El milenio

I. LA NATURALEZA DEL MILENIO. Generalmente se cree, por te�logos juiciosos:

1. Que la bienaventuranza del milenio consistir� en un grado extraordinario de conocimiento espiritual.

2. Que la santidad prevalecer� en una extensi�n sin igual.

3. Que el per�odo milenial se distinguir� por una felicidad y una paz sin igual en ning�n per�odo anterior de la historia de la Iglesia de Cristo.

II. ALGUNOS PASAJES QUE PARECEN CLARAMENTE INDICAR QUE TAL PERIODO LLEGAR� ( Salmo 72:1 ; Isa�as 55:1 ; Romanos 11:12 ; Romanos 11:15 ; Apocalipsis 14:6 ).

III. EXHIBA LOS TRIUNFOS DEL EVANGELIO DE CRISTO DURANTE LOS D�AS DE LA BENDICI�N DEL MILENIO. ( A. Fletcher, DD )

La certeza moral de que la tierra est� llena del conocimiento del Se�or

Esta profec�a se cumpli� parcialmente cuando se instituy� la dispensaci�n cristiana, y "el Evangelio del reino" produjo los efectos m�s maravillosos en los corazones y las vidas de multitudes que hab�an sido los enemigos m�s decididos de la Cruz. Pero la expresi�n espera con ansias un d�a mucho m�s ilustre, cuando la predicci�n se cumplir� por completo y toda la familia del hombre ser� bendecida con el "conocimiento del Se�or".

I. LA IMPORTANCIA DE LA FRASE, "EL CONOCIMIENTO DEL SE�OR".

1. Implica un conocimiento del car�cter del Dios verdadero.

2. Conocimiento del plan de salvaci�n por medio del Se�or Jesucristo.

3. Conocimiento de la voluntad de Dios.

II. LA CERTEZA MORAL DE QUE LA TIERRA SER� LLENA DEL CONOCIMIENTO DEL SE�OR. La raz�n lo hace probable, pero la revelaci�n declara su certeza.

1. Argumento esto a partir de una consideraci�n de la naturaleza de la religi�n cristiana. El cristianismo es una religi�n de benevolencia. No tiene nada de exclusivo en su car�cter. Est� dise�ado para el hombre, considerado como tal, y se adapta a todas las latitudes bajo el cielo. Nos presenta un culto sencillo, una fe de f�cil comprensi�n, ordenanzas pocas en n�mero, sacrificios incr�dulos, doctrinas y preceptos que conducen a Dios, promesas que son gozo y paz y esperanzas que se centran en el trono de Dios. �Dios! Es razonable concluir que Dios, que es bueno con todos, no limitar� bendiciones de tal magnitud y tan universalmente necesarias para la felicidad humana, a ninguna naci�n o �poca en particular, sino que lo har�, a su manera y en su propio tiempo. , extienda los beneficios del cristianismo a toda la familia del hombre.

2. La relaci�n del pacto entre Dios y su Hijo amado proporciona otra garant�a de que la predicci�n se cumplir�.

3. Basamos nuestras esperanzas en el car�cter del Salvador como Mediador.

4. Piense tambi�n en el registro prof�tico.

III. NUESTRO DEBER EN EL MOMENTO ACTUAL EN RELACI�N CON LA AMPLIACI�N DE ESTE CONOCIMIENTO. El trabajo es grandioso. �C�mo lograrlo? �Por la agencia de milagros? No. �Podemos esperar que el Salvador visite nuestra tierra y organice un sistema para la conversi�n de los paganos? Ya lo ha hecho. Ha hecho nuestro deber utilizar los medios que ha designado. ( John Hill, MA )

"Como las aguas cubren el mar"

La expresi�n es notable por su fuerza. Al mirar la faz del oc�ano, no se perciben diferencias: una parte no est� m�s llena que otra; una parte no se cubre y la otra se deja seca; pero todo es una corriente ininterrumpida, que lo llena y lo cubre todo. As� ser� con la Palabra de Dios entre los hombres. No ser� conocido por algunos y oculto a otros. No se declarar� �ntegramente en un lugar y solo se expresar� parcialmente en otro. Este no es todo el prop�sito del Todopoderoso. M�s bien, cualquier conocimiento que le plazca dar, se le dar� por igual y sin distinci�n. ( HASullivan, MA )

Una imagen de la condici�n moral del mundo sin el conocimiento de Dios.

Si las aguas del oc�ano se drenaran repentinamente y los canales del gran abismo quedaran desnudos, el espect�culo accidentado e indecoroso se ver�a a la vista. Los elementos de la sublimidad y la belleza podr�an verse entonces, pero extra�amente desfigurados y mezclados en toscas masas ca�ticas: valles profundos y barrancos oscuros, los senderos de los monstruos de las profundidades; cavernas l�gubres, nunca visitadas por la luz del d�a; Monta�as imponentes, promontorios abruptos y rocas escarpadas, causa de muchos desastres para el marinero aventurero, formar�an una escena tosca y repulsiva.

Todos estos est�n ahora ocultos por un velo que el Todopoderoso ha echado sobre ellos; Los ha cubierto con un fluido, brillante, transparente, el�stico, llenando todas las profundidades, alisando todas las asperezas, reduciendo monta�as y valles a un solo nivel, y extendi�ndose desde el ecuador a los polos, siempre en movimiento, siempre obediente a Su voluntad. , ya sea que �l ordene que las olas de su monta�a pronuncien Su alabanza en tonos espantosos, o que su superficie imperturbable refleje Sus glorias a los tranquilos cielos que se inclinan sobre ella.

Como el oscuro y rudo lecho del oc�ano, vaciado de sus aguas, ha sido el aspecto moral de nuestro mundo en todas las edades y pa�ses desde el oto�o. Si miramos al exterior sobre las naciones hoy, �qu� desorden, miseria y ruina se encuentran con los ojos y con qu� dolor el coraz�n! Pero el texto habla de un cambio bendito que se realizar� dentro de mucho: de un d�a venidero, cuando la tierra estar� llena del conocimiento del Se�or, como las aguas cubren el mar. ( WJ Armstrong, DD )

La gracia del Esp�ritu Santo que se extiende a lo lejos

1. En el curso de la dispensaci�n se han cumplido con mayor exactitud las cifras que el Esp�ritu Santo condescendi� a aplicarse a s� mismo; no, incluso hasta el d�a de hoy. Su operaci�n ha sido tranquila, ecu�nime, paulatina, generalizada, adelantada, �ntima, irresistible. �Qu� es tan terriblemente silencioso, tan poderoso, tan inevitable, tan envolvente como un torrente de agua? Tal fue el poder del Esp�ritu al principio, cuando se dign� descender como un viento invisible, como un diluvio derramado. As� cambi� toda la faz del mundo. El arca de Dios se mov�a sobre la faz de las aguas.

2. Y cu�l ha sido el poder del Esp�ritu en el mundo en general, tambi�n lo est� en cada coraz�n humano al que viene.

(1) Cualquier esp�ritu que profese venir solo a nosotros, y no a otros, que no pretenda haber movido el cuerpo de la Iglesia en todo momento y lugar, no es de Dios, sino un esp�ritu privado de error.

(2) Vehemencia, tumulto, confusi�n, no son atributos de ese diluvio benigno con el que Dios ha llenado la tierra. Ese torrente de gracia es sosegado, majestuoso, suave en su funcionamiento.

(3) El bautismo divino, con el que Dios nos visita, penetra en toda nuestra alma y cuerpo. No deja ninguna parte de nosotros impura, sin santificar. Reclama a todo el hombre para Dios. Cualquier esp�ritu que se contente con lo que le falta a esto, que no nos lleve a una total entrega y devoci�n, no es de Dios.

3. El coraz�n de todo cristiano debe representar en miniatura a la Iglesia cat�lica, ya que un solo Esp�ritu hace que tanto la Iglesia entera como cada miembro de ella sea su templo. As� como �l hace una Iglesia que, dejada a s� misma, se dividir�a en muchas partes, as� �l hace el alma una, a pesar de sus diversos afectos y facultades, y sus objetivos contradictorios. ( JHNewman, DD )

El conocimiento del Se�or

"Como las aguas cubren el mar". �C�mo lo cubren?

1. Completamente. No hay espacios ni espacios intermedios. El marinero se alegra de salir al mar abierto. Cerca de la tierra est� atento, pero cuando su camino sin camino se encuentra lejos de la orilla, se siente m�s a gusto.

2. Tambi�n lo cubren abundantemente. El mar no tiene nada de escaso. La profundidad media, nos dicen los ge�grafos, es aproximadamente trece veces la altura media de la tierra sobre el nivel del mar.

3. Tambi�n lo cubren de manera �til. Las aguas parecen separar un pa�s de otro, pero, en realidad, son el mejor medio para poner en comunicaci�n entre s� tierras muy separadas. �Qu� gran cuadro, entonces, se sugiere aqu� con respecto al conocimiento de Dios! Cubrir� la tierra por completo. Todos le conocer�n desde el menor hasta el mayor. Ser� un conocimiento abundante. Tal como est�, la tierra est� llena de la gloria del Se�or.

En todas partes, Dios. La catarata pronuncia a Dios. �Cada arbusto com�n arde con Dios�, pero con demasiada frecuencia solo �nos sentamos a recoger moras�. Una cosa es que Dios est� en todas partes, y otra cosa es que Dios sea reconocido en todas partes. Tambi�n ser� un conocimiento �til. No nos llevar� a hacer menos de los deberes de este mundo, sino m�s. As� como las aguas que parecen separar, pero conectan m�s estrechamente las tierras remotas, cuanto m�s verdaderamente los hombres conozcan a Dios, mejor se conocer�n entre s�, y m�s grandiosos parecer�n los deberes del d�a com�n.

Una gran bendici�n resultante de ese conocimiento se menciona especialmente en el cap�tulo: "No da�ar�n ni destruir�n". Es algo que uno dif�cilmente puede imaginar, esa hermosa �poca en la que la naturaleza ya no estar� "roja de dientes y garras". Puede que no sea m�s que una descripci�n po�tica de la paz y la armon�a del reino del Mes�as. Pero hay una parte, al menos, que ser� literalmente cierta. Sea como sea con respecto a la actitud de las bestias hacia los hombres, o hacia los dem�s, la actitud del hombre hacia las bestias ser� de consideraci�n, amabilidad y misericordia.

Se dice que el perro de un hombre deber�a ser mejor para su cristianismo, y as� ser�. "El justo tiene en cuenta la vida de su bestia". Y, por supuesto, ser� a�n m�s cierto que la actitud del hombre hacia su pr�jimo ser� la que deber�a ser. Uno de los pensamientos m�s tristes en relaci�n con esta tierra nuestra, tal como es, es la terrible insensibilidad y despreocupaci�n con respecto a la vida humana donde Dios, como se revela en Jesucristo, no es conocido.

Piense en un pa�s como Dahomey, donde los adornos m�s preciados son cabezas humanas pegadas a postes a lo largo de las carreteras. La Iglesia de Cristo puede estar lejos de ser perfecta en nuestros d�as, pero, al menos, representa mucho de lo que es hermoso y �til entre los hombres, y trabaja y ora por el cumplimiento de su esperanza de que la justicia y la paz finalmente llegar�n. universal. Uno comprende que la Iglesia, incluso el edificio visible de piedra y cal, representa una cierta medida de bendici�n realizada entre los hombres, incluso por una historia tan simple como la de los marineros naufragados, que dudan de qu� tipo de costa ten�an. sobre ellos, ya fueran can�bales o con algo de humanidad en ellos, y cuyos temores se aliviaron bastante cuando uno de ellos, que hab�a escalado una colina vecina, regres� corriendo, gritando: "Est� bien .

Estamos a salvo. Vi la aguja de una iglesia en la distancia ". El resultado m�s pr�ctico y visible del conocimiento universal del Se�or ser� que la relaci�n de los hombres entre s� ser� del tipo m�s feliz y �til. ( JS Maver, MA )

Las cosas deben verse a trav�s del medio adecuado

"Ver es creer." Pero nadie ve. Casi todos los hombres se enga�an con sus propios ojos. No vemos nada como realmente es. Somos las gaviotas y los enga�ados de las apariencias. Un amigo me dijo, mientras viv�amos en los Alpes: "�Puedes ver alg�n ser vivo en la ladera de esa monta�a?" A lo que respond�: "No hay ning�n ser vivo all�". Fue un discurso imprudente. Entonces fui v�ctima de una visi�n incompleta.

Me enga��, como todos los hombres se enga�an a simple vista. Dijo mi amigo: "Mira a trav�s de este telescopio". Y mir�, y �he aqu�! los rebecos y los pastores, las hermosas criaturas que se alimentan de abundante hierba en las laderas de la colina. Deber�a haber mirado a trav�s del telescopio antes de emitir mi juicio. No todas las cosas se dan en revelaci�n a simple vista. Debemos mirar a trav�s del medio adecuado si queremos ver las cosas con alg�n enfoque de la realidad.

�Este mundo se convertir� a Cristo? "�Nunca!" �Por qu� dices t�, nunca? �Porque hay m�s borrachos que puros; hay m�s burdeles que altares; hay m�s jugadores deshonestos en Exchange que hombres honestos ". Ahora mire a trav�s de este telescopio: las promesas divinas, los juramentos divinos, las seguridades repetidas y enf�ticas. �Mirar! �Qu� ves ahora, oh hombre? �Veo multitudes volvi�ndose al Se�or, Etiop�a extendiendo sus manos hacia Dios para recibir el vaso que llevar� las noticias del reino eterno a todos los lugares de la faz de la tierra�. As� es como vemos las cosas. ( Joseph Parker, DD )

Una palabra prof�tica segura

El s�bado 15 de mayo de 1836, vimos el sol tomado, en la c�spide misma de su gloria, como por una mano negra, y tan oscurecido que solo qued� visible un delgado anillo redondo de luz, y el fr�o del crep�sculo lleg� prematuramente. sobre. Esa masa de oscuridad interior parec�a el mundo yaciendo en la maldad, y ese delgado anillo redondo de luz, el progreso actual del Evangelio en �l. Pero no est�bamos m�s seguros entonces, de que ese delgado anillo redondo de luz a�n deb�a convertirse en el sol amplio y resplandeciente, de lo que estamos ahora, de que a trav�s de una interposici�n divina, pero no de otra manera, el �conocimiento de la gloria del Se�or cubren la tierra como las aguas del mar ". ( G. Gilfillan. )

Versículo 10

Habr� una ra�z de Isa�, que estar� por estandarte del pueblo

Mes�as, la ra�z de Isa�

Si, a trav�s de la gu�a infalible de los ap�stoles y evangelistas divinamente inspirados, podemos encontrar al Mes�as del que se habla en muchos pasajes del Antiguo Testamento, en los que de otra manera no lo habr�amos encontrado; en muchos otros �l est� tan claramente intencionado y presentado, que, incluso sin esa gu�a, ninguna persona inteligente, que posea alg�n grado de discernimiento espiritual, puede dejar de descubrirlo Salmo 2:7 ; Isa�as 9:6 ; Isa�as 42:1 ; Isa�as 61:1 ; Isa�as 35:4 ; Isa�as 50:6 ; Salmo 22:16 ; Salmo 69:21 ; Isa�as 52:13 ; Isa�as 53:2 ; Isa�as 35:3 ; Daniel 9:26 ; Zacar�as 6:12 ).

Este p�rrafo se refiere de manera tan manifiesta a Cristo y a Su reino, que es perfectamente incapaz de cualquier otra aplicaci�n.

I. LA PERSONA Y UNO DE LOS OFICIOS PRINCIPALES DEL MES�AS, - �UNA RA�Z DE JESSE�; �UN DISE�O DEL PUEBLO�.

1. En los vers�culos anteriores, �l se presenta en Su naturaleza humana, como la "Vara" que debe "brotar del tronco de Isa�", "el Renuevo que debe brotar de sus ra�ces" ( Jeremias 23:5 ; Zacar�as 3:8 ); pero aqu�, en Su naturaleza Divina, en la que solo �l podr�a ser la �ra�z de Isa�; la �palabra� Colosenses 1:16 ( Colosenses 1:16 ).

La palabra que aqu� se traduce como �ra�z� se traduce as� correctamente, y nunca significa rama o vara. Este es el caso igualmente en Apocalipsis 5:5 . En Apocalipsis 22:16 , encontramos ambas naturalezas mencionadas y distinguidas; y tambi�n en Romanos 1:3 ,

4: 2. Su oficina. "�l estar� por estandarte del pueblo". Donde ellos pueden prestar juramento y jurar lealtad al gran Rey y comprometerse por pacto a ser Sus s�bditos leales. Donde puedan alistarse y comprometerse a ser sus fieles soldados hasta el final de su vida. Pero, �c�mo es �l una insignia, un estandarte o un estandarte que se exhibe visiblemente? Mediante la manifestaci�n de su car�cter real y mostr�ndose a s� mismo como el mismo Mes�as que vendr�a.

Al desplegar y desplegar la verdad en Su doctrina. Ejerciendo y desplegando Su poder en milagros. Manifestando Su amor en todas Sus acciones y sufrimientos. Como levantado sobre la Cruz ( Juan 12:32 ). Como exaltado a la diestra del Padre ( Hechos 2:33 ).

Predicado y declarado a toda criatura, a toda naci�n bajo el cielo, para la obediencia de la fe. Como viniendo en las nubes del cielo, reuniendo a Sus elegidos, reuniendo �todas las naciones y lenguas� para ver Su gloria.

II. LA APLICACI�N QUE LE DEBEN HACER LOS GENTILES. "A �l lo buscar�n los gentiles (hebreos, 'las naciones')". �l mismo vino a buscar y salvar a los perdidos, ya menudo se encuentra entre aquellos que antes no lo buscaron. Aquellos, sin embargo, que se encuentran por primera vez en �l, tambi�n lo buscan.

1. � Pero con qu� fines? Como Maestro infalible, por la verdad y la gracia. Como Mediador, para perd�n, etc. Como Salvador todo suficiente, esperando liberaci�n del poder y la contaminaci�n del pecado, de la carne, del mundo y del diablo. Como su leg�timo Soberano, para darles ley, gobernarlos, protegerlos y exaltarlos. Como el Capit�n de su salvaci�n, para ir delante de ellos y conquistar para ellos, para permitirles conquistar y coronarlos como victoriosos.

2. Pero, �c�mo lo buscan? Por deseo, ferviente, constante, creciente, inquieto ( Isa�as 55:1 ; Juan 7:37 ; Apocalipsis 22:17 ). Por oraci�n Joel 2:32 ; Hechos 2:21 ; Romanos 10:13 ; 1 Corintios 1:2 ).

Por fe y confianza ( Isa�as 28:16 ; Romanos 10:11 ; Romanos 15:12 ).

III. LOS EFECTOS QUE DEBER�N SEGUIR. "Su reposo ser� glorioso". Como Maestro, "luz del mundo", y como hecho de Dios para su pueblo "sabidur�a", da descanso al entendimiento de las incertidumbres del error, mediante el conocimiento claro y satisfactorio de la verdad y la fe en ella, o "la plena certeza de entendimiento". Como sacerdote, y como hecho de Dios para nosotros "justicia", �l da descanso a la conciencia.

Como Salvador del pecado, y hecho por Dios para nosotros �santificaci�n�, �l da descanso a la voluntad, afectos y pasiones, humillando nuestro orgullo, subyugando nuestro car�cter rebelde ( Mateo 11:29 ). Como Rey, al liberar, defender, gobernar, ordenar, disponer y hacer que todas las cosas funcionen para bien, y al establecer Su reino en nuestros corazones, nos da descanso de las preocupaciones, los temores y las ansiedades.

Como el Capit�n de nuestra salvaci�n, �l da el resto como consecuencia de la victoria sobre nuestros enemigos, en la liberaci�n de todo temor atormentador de ellos, incluso el miedo a la muerte, y nos permite, mientras estamos en la tierra, vivir en paz, amor y armon�a. , uno con el otro. Da reposo a la tierra durante el milenio ( Isa�as 11:6 ; Isa�as 9:7 ; Isa�as 32:15 ; Miqueas 4:1 ; Zacar�as 14:6 ). ( J. Benson, DD )

La ra�z de Isa�

I. EL ENTORNO CON EL QUE SE CONECTAR�A EL REDENTOR. �l iba a ser "una ra�z de Isa�". En otra parte de su profec�a, Isa�as habla de �l como "ra�z de la tierra seca". La tierra seca en la que esta ra�z produjo la Planta de renombre fue la tierra est�ril de una �poca corrupta, una civilizaci�n desgastada, una humanidad depravada. Su descendencia de Isa� lo asoci� vitalmente con una familia notable de jud�os.

Pero hab�an pasado siglos desde que los descendientes de Isa� se hicieron conspicuos. La energ�a de esa vigorosa familia se hab�a gastado en el lujo y la frivolidad de muchos reyes. Jos� de Nazaret, el carpintero de la aldea, y Mar�a, su esposa, eran los representantes vivos de una ascendencia ilustre; y eran tan pobres y tan humildes que Bel�n, su ciudad natal, no los recibi� cuando fueron all� para inscribirse.

El Ni�o Jes�s comparti� su suerte. No pudo haber frecuentado las escuelas, porque sus habitantes estaban asombrados por su sabidur�a cuando comenz� a ense�ar. Evidentemente ten�a las Escrituras del Antiguo Testamento en Sus manos, y ten�a la influencia contundente de Su madre, y los sabios consejos de Jos�, y ten�a la sinagoga. Ese era Su entorno, en la medida en que Su entorno era �til. No pudo inspirarse en la vida jud�a ordinaria de Nazaret, y menos a�n en la vida griega o romana de Galilea. Su linaje jud�o es incuestionable y, sin embargo, no tiene nada de jud�o. Es m�s grande que la naci�n, m�s grande incluso que la raza. Ninguna de las leyes importantes de la herencia puede explicarlo.

II. LA ACTITUD QUE ASUMIR�A EL REDENTOR. �l deb�a "representar una bandera del pueblo". Las ideas est�n simbolizadas por est�ndares. Una bandera nacional representa una idea nacional. Isa�as declar� que Jes�s �representar�a un estandarte del pueblo�, no meramente de los jud�os, sino tambi�n de los gentiles; y Jes�s hizo una declaraci�n similar con respecto a s� mismo. �Y yo, si fuere levantado de la tierra�, etc.

Anticip� la supremac�a universal. Esta es sin duda una expectativa muy notable que un jud�o com�n de ese per�odo de la historia debe acariciar inteligentemente. Entonces se trazaron marcadamente las l�neas raciales. Sin embargo, Jes�s, un jud�o y un jud�o en una peque�a ciudad de provincias, se elev� a una apreciaci�n de la unidad esencial de la humanidad y se present� a s� mismo, con su idea, como el estandarte del pueblo, de modo que Pablo, un hebreo del Hebreos, pudo escribir a los gentiles de �feso: �Vosotros ya no sois extranjeros ni extranjeros, sino conciudadanos de los santos y de la casa de Dios.

Esta expectativa no la abrigaba quien marchaba al frente de un ej�rcito invencible, sino un joven muy humilde de la tranquila aldea de Nazaret. Nunca hab�a estado en el extranjero. Hab�a disfrutado de muy poco contacto con el mundo. Sin embargo, hizo esta afirmaci�n de autoridad universal. La sobriedad de Su pretensi�n aparecer�, y la sabidur�a de Su prop�sito ser� evidente, si se dirige la atenci�n a las caracter�sticas de Su idea y si se considera la tendencia del progreso humano.

La idea de Jes�s, la idea ilustrada por Su car�cter y vida, la idea alrededor de la cual la cristiandad est� cristalizando, se expresa claramente en las palabras, "no para ser ministrado, sino para ministrar". Esta idea, el servicio del autosacrificio, es una que es capaz de transformar la vida. Ahora esa idea empieza a hacer valer su poder.

III. LA INFLUENCIA QUE EJERCIR�A EL REDENTOR. "Su reposo ser� glorioso". Esta es la promesa de paz que Jes�s mismo repiti�. Los t�rminos son muy simples y, sin embargo, los hombres se alejan de su simplicidad. Quieren el resto, pero no quieren arrodillarse a los pies de Cristo. Este trabajo, tan glorioso, no es un experimento. Se ha aprobado a s� mismo. En Cristo, todos los hombres pueden encontrar descanso. ( Stand de HM, DD )

I. MUSTERS SUS FUERZAS PARA LA BATALLA. Bajo la dispensaci�n del Antiguo Testamento, Jehov� se revel� como el Se�or de los ej�rcitos, como un hombre de guerra; y Dios manifestado en carne fue el Capit�n de la salvaci�n, y estableci� Su est�ndar para que los hombres se unieran, para que pudieran vencer el pecado por fuera y el pecado por dentro. Como soldados de la Cruz, debemos reunirnos alrededor de nuestro gran Alf�rez, para la disciplina, el entrenamiento y la batalla.

La proclamaci�n real ha salido; se ha declarado la guerra contra los poderes de las tinieblas; ha sonado la trompeta del Evangelio, llamando a �todo el mundo� ya �toda criatura�; a ella han venido los gentiles, y la Iglesia militante avanza en esta guerra santa.

La guerra santa

Nuestro Se�or como alf�rez:

II. MARCHA CON SUS FUERZAS A LA BATALLA. Va al frente como l�der y comandante, para guiar, estimular y animar. La fuerza de su brazo y la luz de sus ojos deben actuar como inspiraci�n para sus tropas.

1. �l va antes en Su ejemplo. Luch� contra Satan�s y venci� al mundo. Conquist� sus ce�os fruncidos y sonrisas, y siempre sigui� Su camino. �Fue tentado en todo seg�n nuestra semejanza, pero sin pecado�.

2. �l va delante de nosotros en precepto. Nos ha dado mandamientos sobre c�mo marcharemos y c�mo lucharemos; y �l est� siempre presente para dar poder a Su Palabra por medio de la iluminaci�n y demostraci�n de Su Esp�ritu Santo. Los primeros cristianos fueron heroicos y triunfaron en la batalla, porque se dieron cuenta de la presencia del gran Alf�rez con ellos.

III. SE MEJORA CON SUS FUERZAS EN LA BATALLA. "Su reposo ser� glorioso". No ser� una batalla dudosa o empatada; terminar� en completa victoria. El Salvador, cuando termin� la gran expiaci�n, ascendi� a lo alto y "se sent�" en paz y poder, entr� en un descanso glorioso. ( FW Marr�n. )

Jes�s el alf�rez

I. LA OBRA DE CRISTO.

1. Jes�s puede ser llamado un estandarte porque es un punto de reuni�n o de reuni�n para los hombres. Siempre ha habido personas que se han destacado entre sus compa�eros, en viajes, en ciencia, en �tica, en arte, en canciones. Estos han fundado escuelas particulares de pensamiento o filosof�a, y los hombres los han reclamado como l�deres, se alinearon en torno a sus est�ndares y se enorgullecieron de ser llamados por sus nombres. Estos individuos han sido "insignias del pueblo", puntos de reuni�n o de reuni�n para sus propios seguidores. As� es Jes�s preeminentemente "un estandarte para el pueblo".

2. Un �estandarte� es un estandarte bajo el cual luchar. La consigna del verdadero creyente en Jes�s es: "�Jehov� nissi!" Hay diferentes regimientos inscritos en la hueste sacramental del Se�or, y por eso se habla de ellos como �un ej�rcito con estandartes�; pero cada bandera seccional se inclina y se sumerge en el polvo al ser llevada ante el "Capit�n de nuestra salvaci�n".

3. Un "alf�rez" es una gu�a para los viajeros. Y as� es Cristo para los viajeros de la tierra al cielo.

II. EL RESTO DE CRISTO. "Su reposo ser� glorioso".

1. Porque ser� el resto lo que sigue a la victoria.

2. El resto de la paz duradera. En 1815, cuando el Parlamento brit�nico votaba honores y emolumentos a Wellington y consideraba "las medidas necesarias para formar un establecimiento de paz", de repente todos sus planes se vieron interrumpidos y sus proyectos de paz se disiparon por la informaci�n de que Napole�n se hab�a escapado de Elba. Nada como esto ocurrir� durante el reposo de Cristo; Sus enemigos, una vez sometidos, ser�n sometidos para siempre.

3. Porque ser� el resto el que siga a los intentos exitosos de salvaci�n. Como el resto de la tripulaci�n del bote salvavidas, cuando todos los marineros han sido sacados de la tempestad, sacudidos y destrozados y tambaleantes naufragios; como el resto de los bomberos cuando han rescatado al �ltimo preso que estaba a punto de morir del edificio en llamas. Su descanso ser� glorioso, porque "ver� el fruto de la aflicci�n de su alma y quedar� satisfecho".

4. Porque ser� el resto del disfrute social, no estropeado por el dolor o la enfermedad, por la separaci�n o la muerte.

5. El resto de actividad alegre.

6. Un descanso de duraci�n interminable. ( JW Cole. )

Cristo, el alf�rez de su pueblo

I. LA PERSONA DE CRISTO.

II. EL EMBLEMA POR EL QUE EST� REPRESENTADO.

III. APLICACI�N PR�CTICA.

1. La necesidad que tenemos de la obra del Esp�ritu Santo. Cristo puede ser predicado fiel y constantemente, pero es por el Esp�ritu Santo que nos convence de nuestra necesidad y nos da una fe viva que nos coloca bajo su bandera.

2. Debemos esperar un conflicto.

3. Cristo vendr� para llevar consigo a sus santos, para reclamar la gloria que ha comprado al haber muerto por ellos. ( E. Auriol, MA )

Su descanso ser� glorioso

El glorioso descanso del cristiano

I. CONSIDERE EN QU� CONSISTE ESTE RESTO.

1. En esa gran obediencia que Cristo ha prestado a Dios, en la naturaleza humana, por el hombre. Hay un descanso de conciencia para aquellos que est�n en Cristo.

2. Otro fundamento de este reposo del esp�ritu es la victoria que Cristo ha obtenido sobre todos sus enemigos. Muerte, pecado, Satan�s, el mundo. Los enemigos del creyente son vencidos por Cristo Jes�s.

II. EN QU� SENTIDO PUEDE LLAMARSE GLORIOSO.

1. Es glorioso para Dios el Padre; cuya sabidur�a y amor manifiesta. Es glorioso para Dios el Hijo; quien lo obtuvo para toda Su Iglesia espiritual por Su encarnaci�n y trabajo y agon�a. Es glorioso para Dios el Esp�ritu; qui�n lo predijo, qui�n lo describi�, qui�n lo revela y lo sella. Es glorioso, porque en �l se honran todos los atributos de Dios. Su justicia est� satisfecha: Su misericordia tambi�n se manifiesta infinitamente.

2. El resto es glorioso y honorable para todos los que entran en �l. Porque son completamente lavados de sus pecados por medio de la sangre del Cordero, y se presentan como candidatos para el cielo con esas prendas benditas que la gracia ha comprado para ellos y las ha llamado a usar. Cesan de la imp�a intenci�n de pedir al cielo su propia obediencia, de una profunda y sentida convicci�n de la infinita santidad de Dios y de su propia indignidad. Colocan la corona de honor en la cabeza, donde Dios quiere que la coloquen, incluso en esa cabeza que llevaba la corona de espinas.

3. Queda un descanso m�s glorioso en el m�s all�. ( T. Snow, MA )

Versículos 11-12

El Se�or volver� a extender su mano por segunda vez para recobrar el remanente de su pueblo.

La restauraci�n de los jud�os a su propia tierra y la conversi�n a la fe de Cristo

I. EL ESTADO PASADO Y ACTUAL Y EL CAR�CTER DE LOS JUD�OS. La historia pasada de los jud�os ha sido muy notable, m�s que la de cualquier otra naci�n. Han sido notables en su origen; en los eventos milagrosos que les sucedieron; en su separaci�n; en su conservaci�n; y en su castigo.

II. �QU� SER� DE ESTOS HOMBRES PARA EL FUTURO?

1. Cada parte de su historia es maravillosa. Esto nos llevar�a a esperar que su historia futura tambi�n sea notable. Generalmente encontramos que esta es la regla de la Providencia. La restauraci�n y cristianizaci�n de los jud�os ser�a, por tanto, notable y de una pieza con sus otras dispensaciones hacia ellos. No ser�a tan maravilloso que siguieran siendo castigados como lo est�n ahora; pero que sean restaurados y convertidos, a pesar de tantos obst�culos en el camino de ambos, �qu� singular! - que sean honrados en aquellos aspectos en los que han sido m�s deshonrados, qu� notables y cu�n dignos de los otros maravillosos acontecimientos de la historia jud�a!

2. Debemos recordar, y refuerza la consideraci�n anterior, que los jud�os son capaces, por los hechos supuestos, de agregar mucho a la ilustraci�n de la gloria de Dios. Al lograr estos eventos, habr�a una poderosa manifestaci�n de poder y sabidur�a, tolerancia y compasi�n, por no hablar de la verdad. La misma cantidad de tiempo que los jud�os han estado bajo la maldici�n de Dios, y la severidad de su castigo, y el misterio que domina su condici�n y perspectivas, har�a que su liberaci�n y, en consecuencia, la manifestaci�n de la gloria divina, fueran m�s ilustres cuando fuera necesario. lleg�.

3. Con Dios el pasado es prenda del futuro; �Y cu�n grande es el honor y la bondad de los que hizo part�cipes a los jud�os en tiempos pasados!

4. Las actuales circunstancias de los jud�os presagian un cambio propicio. Hay circunstancias en sus sentimientos y condici�n que dan a entender que, al menos, su estado temporal ser� mejorado. Los jud�os mismos esperan que alg�n d�a ser�n restaurados; y esta expectativa no es la vaga idea de unos pocos, levantada como refugio del dolor presente, es la idea predominante de la naci�n jud�a en todas las �pocas, y en ella se persevera, a pesar de la experiencia m�s dura que deber�a haber sufrido. humedecer y destruirlo.

Tan fuerte es la impresi�n, que muchos jud�os, al morir, se proponen que sus cuerpos y los de sus amigos sean enterrados en la tierra de sus padres; y algunos se reparan all� en la decadencia de la vida, para que puedan depositar sus huesos dentro de los l�mites de Cana�n, con la plena expectativa de que alg�n d�a esa tierra ser� habitada y formar� el sepulcro de sus hijos.

5. Los jud�os est�n visiblemente separados de todas las dem�s naciones. Esto se predijo de ellos, y se ha realizado sorprendentemente. Ahora bien, �cu�l es el objeto y el uso de esta notable separaci�n? Posiblemente para hacer que el castigo recaiga m�s sobre el pecado de los jud�os; pero esto no explicar� el todo. No explicar� la distinci�n continua, ahora que el castigo es menos severo.

Parece que no hay forma de explicarlo, sino creyendo que alg�n gran y maravilloso acontecimiento les aguarda en el futuro; y �qu� puede ser eso sino su restauraci�n y conversi�n? No puede ser su fusi�n con otras naciones, porque esto no ser�a muy maravilloso. No ser�a digno de una separaci�n tan singular y prolongada; y adem�s, si esto fuera lo que se contemplaba, esperar�amos que hubiera alg�n acercamiento a la fusi�n ahora.

6. En sus actividades y modo de vida, los jud�os son eminentemente un pueblo m�vil. No cuentan ning�n pa�s como su hogar. Es su negocio viajar de un pa�s a otro. No est�n atados a objetivos fijos, como los de la agricultura, de los que no se pueden desprender f�cilmente. Incluso en Polonia, donde son m�s numerosos y estacionarios, se dedican principalmente al comercio y no se les puede persuadir para que se dediquen a otra cosa.

En general, son m�s notables como comerciantes e intercambiadores de dinero: su propiedad es convertible de la manera m�s f�cil. Est�n, por as� decirlo, sobre el ala: podr�an cambiar de domicilio en cualquier momento.

7. Y si, de los jud�os mismos, pasamos a la tierra de sus padres, la encontramos en una condici�n por encima de todas las dem�s m�s aptas y probables para cambiar de amo. Est� muy parcialmente habitado - habitado, donde hay un pueblo, s�lo por el �rabe errante, casi tan migratorio como el jud�o. El gobierno se apresura a disolverse. No es de inter�s, humanamente hablando, de ninguna naci�n grande o poderosa obstaculizar el establecimiento de los jud�os en Palestina. M�s bien les conviene promoverlo. Los jud�os son suficientemente capaces de comprar la tierra con dinero, si esta fuera la estipulaci�n.

8. Ahora debemos acudir a las Escrituras y ver lo que declaran sobre el tema. ( JG Lorimer. )

Restauraci�n de los jud�os: obst�culos a superar

Todos los obst�culos, incluso los m�s formidables, para la restauraci�n del pueblo de Dios, ser�n superados o eliminados por Su poder omnipotente. Esta idea se expresa naturalmente en la divisi�n del Mar Rojo y el �ufrates, porque Egipto y Asiria son las dos grandes potencias de las que Israel hab�a sufrido y a�n no se hab�a librado. ( JA Alexander. )

Versículo 13

Se apartar� tambi�n la envidia de Efra�n

Jud� y Efra�n

Jacob, en su declaraci�n prof�tica de la suerte de sus hijos, ignora el derecho de primogenitura y otorga la preeminencia a Jud� y Jos�, y en la familia de este �ltimo al hijo menor Efra�n.

Por lo tanto, desde el momento del �xodo, estos dos fueron considerados las principales tribus de Israel. Jud� era mucho m�s numerosa que Efra�n, tuvo prioridad durante el viaje por el desierto y recibi� la mayor parte de la tierra prometida. Pero Josu� era efraimita; y Silo, donde estuvo el tabern�culo durante mucho tiempo, probablemente estaba dentro de los l�mites de la misma tribu. Los ambiciosos celos de los efraimitas hacia otras tribus se manifiestan en su conducta hacia Gede�n y Jeft�.

Su celo especial de Jud� se mostr� en su negativa temporal a someterse a David despu�s de la muerte de Sa�l, en su adhesi�n a Absal�n contra su padre, y en la disposici�n con la que se unieron a la revuelta de Jeroboam, quien era �l mismo de la tribu. de Efra�n. Este cisma, por lo tanto, no fue un hecho repentino o fortuito, sino el resultado natural de causas que hab�an estado funcionando durante mucho tiempo.

La relaci�n mutua de los dos reinos se expresa en el hecho registrado de que "hubo guerra entre Roboam y Jeroboam, y entre Asa y Baasa todos sus d�as". Las excepciones a la regla general, como en el caso de Acab y Josafat, eran raras y se apartaban de los principios y sentimientos ordinarios de las partes. Las diez tribus, que asumieron el nombre de Israel despu�s de la divisi�n, y tal vez antes de ella, miraron al estado m�s peque�o y menos belicoso con un desprecio que bien expresa Jo�s en su par�bola del cedro y el cardo, a menos que el sentimiento all� exhibido. ser m�s personal que nacional.

Por otro lado, Jud� consideraba justamente a Israel como culpable no solo de revuelta pol�tica, sino de apostas�a religiosa, y los celos de Efra�n hacia Jud�, por supuesto, aumentar�a por el hecho de que Jehov� hab�a �abandonado el tabern�culo de Silo�. que �l "rechaz� el tabern�culo de Jos�, y no eligi� la tribu de Efra�n, sino que eligi� la tribu de Jud�, el monte de Sion que amaba". ( JA Alexander. )

Versículo 15

El Se�or destruir� por completo la lengua del mar de Egipto.

El mar y el r�o egipcios

La "lengua", es decir, la bah�a ( v�ase Josu� 15:2 )

del Mar Rojo (el Golfo de Suez) ser� "prohibido" , es decir, inofensivo para aquellos que lo cruzar�an, al secarse; �El r�o� (el �ufrates), veloz y demasiado profundo para ser vadeado como est�, se dividir� en siete canales separados, que se pueden vadear por separado sin peligro. ( Prof. Driver, DD )

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Información bibliográfica
Exell, Joseph S. "Comentario sobre "Isaiah 11". El Ilustrador Bíblico. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tbi/isaiah-11.html. 1905-1909. Nueva York.