Bible Commentaries
Isaías 29

El Ilustrador BíblicoEl Ilustrador Bíblico

Versículo 1

Ay de Ariel

Ariel

El significado m�s simple de "Ariel" es "le�n de Dios"; pero tambi�n significa "hogar de Dios" cuando se deriva de otra ra�z.

En el primer sentido, viene a significar "un h�roe", como en 2 Samuel 23:20 ; Isa�as 33:7 , y en el �ltimo ocurre en Ezequiel 43:15 para el hogar de bronce del gran altar de los holocaustos, de all� llamado com�nmente �el de bronce�, aunque el resto era de piedra.

No hay duda de que Jerusal�n es se�alada con este enigm�tico nombre; y el contexto inmediato, as� como la expresi�n en Isa�as 31:9 - �Jehov�, cuyo fuego est� en Si�n, y Su horno en Jerusal�n� - hace probable que Isa�as pretendiera involucrar ambos significados en la palabra, como si �l hab�a dicho: "�Ay de la ciudad de los h�roes, ay de la ciudad de los sacrificios! Ahora se pondr� a prueba lo que Dios y el hombre piensan de ambos". ( Sir E. Strachey, Bart. )

Jerusal�n, "el le�n de Dios"

David, el le�n de Dios, acamp� primero contra Jerusal�n, y luego la convirti� en la morada de su casa real y la capital de su reino; de modo que se convirti� en un Ariel, el le�n de Dios, en la tierra ( G�nesis 49:9 ). ( Sir E. Strachey, Bart. )

Jerusal�n, "el hogar de Dios"

Cuando David levant� su campamento y luego trajo el arca sagrada all�, Jerusal�n se convirti� en el hogar de Dios. ( F. Delitzsch. )

Ariel

Los Rabinos combinan las dos explicaciones de la palabra hebrea al suponer que el altar mismo se llamaba el le�n de Dios, porque devor� a las v�ctimas como un le�n, o porque el fuego sobre �l ten�a la apariencia de un le�n, o porque el altar ( o el templo) ten�a la forma de un le�n, es decir, estrecho por detr�s y ancho por delante. ( JA Alexander. )

Ariel

En cualquier caso se aplica como s�mbolo de esperanza. �Pero ella ser� para m� como un Ariel�, es decir , en el extremo de su necesidad, la capacitar� para verificar su nombre (Cheyne). ( Prof. SR Driver, DD )

Ay de Ariel

Despu�s de las vicisitudes de 300 a�os, y en medio de los peligros presentes, la gente de Jerusal�n a�n confiaba en la fuerza de su "le�n de Dios", y a�o tras a�o acud�an a las fiestas p�blicas para depositar sus acostumbradas ofrendas en el �Altar de Dios�; aunque sin recordar que no fue en el altar y la ciudad, sino en el mismo Jehov�, que David confi� y hall� su fuerza.

Por tanto, Jehov� humillar� a Ariel; el rugido orgulloso del le�n ser� cambiado por la voz d�bil y estridulosa, que el arte del nigromante ventr�locuo saca de la tierra; y los enemigos de Jehov� ser�n sacrificados y consumidos en el hogar de este altar. Primero, sus enemigos espirituales entre los jud�os mismos, pero luego los paganos opresores de su pueblo; y el le�n recuperar� su fuerza derivada de Dios; y as�, tanto en la adversidad como en el �xito, "me ser� como Ariel". ( Sir E. Strachey, Bart. )

Ay de Ariel

El profeta tiene un mensaje muy sorprendente que transmitir: �que Dios sitiar� su propia ciudad, la ciudad de David! Antes de que Dios pueda hacerla verdaderamente suya, hacer que verifique su nombre, tendr� que asediarla y reducirla. Para una insinuaci�n tan novedosa y sorprendente, el profeta aboga por un precedente: "Ciudad que David" mismo "asedi�". Una vez antes en tu historia, antes de la primera vez que fuiste hecho el propio hogar de Dios, tuviste que ser sitiado.

Como entonces, es ahora. Antes de que puedas volver a ser un verdadero Ari-El, debo "enga�arte como David". Esta lectura e interpretaci�n le da al enigma una raz�n y una fuerza que de otro modo no posee. ( Prof. GA Smith, DD )

"La ciudad donde habit� David"

Consideramos que es notable en todos los sentidos que se mencione a David en relaci�n con el ayuno que est� a punto de ser pronunciado. Si hubiera sido, "Ay de Ariel, la ciudad donde se cometen pecados flagrantes, la ciudad que est� invadida de �dolos y llena de toda clase de abominaciones", habr�amos visto de inmediato la fuerza de la sentencia, y debemos haber sinti� la ira justificada por los presuntos cr�menes. Pero, �por qu� presentar como acusaci�n principal contra Jerusal�n, de hecho, como la �nica acusaci�n para justificar a Dios al derramar Su venganza, que era la ciudad donde David hab�a habitado? Dif�cilmente podemos pensar que la definici�n no sea m�s que una declaraci�n de hecho.

David llevaba mucho tiempo muerto; Se hab�an producido cambios extra�os, y ser�a demasiado insignificante el t�rmino esencial suponer que contenga s�lo una referencia hist�rica a una afirmaci�n de la que nadie dudaba, pero que no tiene ninguna conexi�n con el presente mensaje de Dios. M�s bien debemos creer que la ciudad se caracteriza, �donde habit� David�, para mostrar que merec�a el dolor que estaba a punto de ser denunciado. Evidentemente, se menciona que esto agrava la culpabilidad de la ciudad. ( H. Melvill, BD )

Los buenos hombres aumentan la responsabilidad de una comunidad

Parece justificado concluir que, habiendo sido hecho eminente por la piedad de los siervos de Dios, por su celo por Dios y por su seriedad en preservar la pureza de su culto, conlleva una gran responsabilidad para una ciudad o pa�s; de modo que si, en alg�n momento posterior, esa ciudad o pa�s degenera en piedad y se vuelve, por sus pecados, detestable para la venganza, ser� uno de los elementos m�s pesados ??en la acusaci�n que se le imputa, que fue habitada por santos. tan distinguido. ( H. Melvill, BD )

Misericordias nacionales

I. LA CONEXI�N ENTRE LA AYUDA DE JERUSAL�N Y JERUSAL�N ES LA CIUDAD DONDE DAVID VIVI�. Hay otras consideraciones, adem�s de la general de la responsabilidad impuesta a un pueblo por haber tenido un rey de piedad extraordinaria, que van a explicar por qu� el ay de Jerusal�n debe ir seguido de una referencia a David. David fue eminente como profeta del Se�or; se le hab�a encomendado anunciar, en diversas y notables predicciones, al Mes�as, de quien, en muchos aspectos, era, adem�s, un tipo ilustre.

Era cierto, hab�a otros en los que el profeta podr�a pensar. Hay una pertinencia peculiar en la referencia a David, porque sus escritos fueron los mejor adaptados para fijarse en la mente popular. Estos escritos fueron los himnos nacionales; eran los c�nticos que deb�an entonarse en esas solemnidades diarias y anuales que pertenec�an a los jud�os tanto en su capacidad pol�tica como religiosa, en las que los pr�ncipes estaban asociados con los sacerdotes, de modo que lo civil apenas se distingu�a de la eclesi�stico.

Tan amado como David era de Dios, debe haber legado una bendici�n a la naci�n: porque los reyes justos, como los padres justos, conllevan el bien de una naci�n. De hecho, es evidente, en otras partes de Isa�as, que el recuerdo de David era todav�a una torre de fuerza en Jerusal�n, de modo que, por su bien, el mal se apart� de la ciudad. Cuando Senaquerib y sus huestes acamparon contra la ciudad, y el coraz�n de Ezequ�as estaba consternado, fue en t�rminos como estos que Dios se dirigi� a Israel: �Defender� esta ciudad, para salvarla por mi propio bien y por el de mi siervo David. motivo.

��No fue como decirles a los jud�os que ya no ser�an soportados por causa de David, para pronunciar:� Ay de Ariel, de Ariel, la ciudad donde David habitaba �? �No estaba declarando que el per�odo estaba llegando a su fin, durante el cual se pod�a sentir el conservadurismo de la piedad del monarca? Se podr�a considerar que el profeta muestra cu�n justos y cu�n terribles ser�an esos juicios.

Mostr� su justicia, porque el haber tenido entre ellos un rey y profeta como David, hizo a los jud�os imperdonables en su maldad: mostr� su severidad, porque era la ciudad de David la que Dios estaba a punto de castigar.

II. HACER UNA SOLICITUD DE LA ASIGNATURA. Pasamos de inmediato a la Reforma y sustituimos a David por los reformadores e Inglaterra por Ariel. Debemos considerar qu� fue lo que hicieron los reformadores por nosotros; de lo que nos libraron; y en lo que nos instruyeron. ( H. Melvill, BD )

Ariel

�Ser� para M� como un Ariel� ( Isa�as 29:2 ), es decir , con Mi ayuda demostrar� ser un hogar de Dios, consumiendo a sus enemigos como un horno de fuego, oa estos enemigos que encuentran destrucci�n en Jerusal�n, como le�a apilada. sobre un altar y prender fuego. ( F. Delitzsch. )

Amor y castigo

El Se�or nunca perdon� a los elegidos. La elecci�n le da derechos de disciplina. Podemos infligir castigo a los que son nuestros, cuando no podemos imponer la mano del castigo sobre los que no nos pertenecen. El amor tiene su propio tribunal de justicia. ( J. Parker, DD )

A��danse a�o tras a�o; que vengan las fiestas (RV . )

Eslabones en una cadena dorada (de RV . )

Hablando del temperamento alegre de los griegos, Quinet los describe como "un pueblo que cuenta sus a�os por sus juegos". Con un esp�ritu m�s serio, los jud�os contaron sus a�os por sus fiestas religiosas. Tenemos un a�o cristiano cuyas fiestas celebran los grandes eventos en la vida de nuestro Se�or. Estamos sumando a�o tras a�o, las fiestas van y vienen, y nos corresponde preguntar qu� estamos haciendo con ellos, qu� est�n haciendo por nosotros.

I. HAY UNA FORMA INSATISFACTORIA DE PASAR LOS A�OS. La queja impl�cita del texto es que los habitantes de Jerusal�n no se beneficiaron de sus privilegios recurrentes y que el paso del tiempo los acerc� a la destrucci�n. La trompeta del a�o nuevo los llam� en vano a una nueva vida; el d�a de la expiaci�n pas� dej�ndolos con el pecado no cancelado; la Fiesta de los Tabern�culos y la de Pentecost�s no despertaron en ellos amor, no los obligaron a obedecer al Dador de la mies. �No es as� en el caso de miles de personas sobre las que pasan las fiestas del a�o cristiano? De hecho, son peores por los d�as que se prolongan y las oportunidades que se multiplican.

II. HAY UNA VERDADERA FORMA DE PASAR LOS A�OS, y es disfrutar y mejorar esta vida en el temor de Dios y en la luz de la eternidad. V�ctor Hugo habla de un anciano como "una ruina pensante". Paul, el anciano, era una "ruina" y ten�a algo grandioso en qu� pensar. ( WL Watkinson. )

Versículos 7-8

Como un sue�o de una visi�n nocturna

Las visiones del pecado

Hay dos grandes verdades de una importancia muy conmovedora desarrolladas en el texto.

1. Que frecuentemente se emplea a hombres malvados para ejecutar el prop�sito divino. El Todopoderoso decidi� humillar a Jerusal�n y emple� a Senaquerib como motor de su justicia. ��l hace� la ira del hombre para alabarlo. �Qu� revelaci�n es esta de Su dominio absoluto sobre las obras m�s feroces y libres de los s�bditos m�s depravados y rebeldes!

2. Que mientras los malvados ejecutan el prop�sito divino, frustran el suyo. Senaquerib elabor� ??el resultado Divino, pero todos sus propios planes y deseos eran como las visiones del viajero hambriento en el desierto oriental, que, hambriento, sediento y exhausto, se acuesta y sue�a, bajo los rayos de un sol tropical, que est� comiendo y bebiendo, pero se despierta y descubre, para su inexpresable angustia, que tanto su hambre como su sed han aumentado. El infierno lleva a cabo los planes de Dios y frustra los suyos propios; El cielo lleva a cabo los planes de Dios y cumple los suyos propios. Miremos la visi�n que tenemos ante nosotros como ilustrando las visiones del pecado.

I. ES UNA VISI�N DE ENSUE�O. Es "como un sue�o de una visi�n nocturna". Hay visiones de vigilia. Las creaciones orientales de la poes�a, las brillantes perspectivas de esperanza, las espantosas aprensiones del miedo, son visiones que ocurren cuando los poderes reflexivos del alma son m�s o menos activos y, por lo tanto, no son del todo insustanciales y vanos. Pero las visiones que ocurren durante el sue�o, cuando los sentidos est�n cerrados y la conciencia est� aletargada, y la raz�n ha resignado su dominio a las manos de una imaginaci�n sin ley, generalmente carecen de realidad. Ahora, las Escrituras representan al pecador dormido. Pero, �d�nde est� la analog�a entre el sue�o natural del cuerpo y el sue�o moral del pecado?

1. El sue�o natural es la ordenaci�n de Dios, pero la moral no lo es.

2. El sue�o natural es reconstituyente, pero la moral es destructiva.

3. En ambos existe la falta de actividad. La inactividad del sue�o moral del pecador es la inactividad de la facultad moral: la conciencia.

4. En ambos existe la falta de conciencia. Con el pecador en su sue�o moral, Dios, Cristo, el alma, el cielo, el infierno, no son nada para �l.

II. ES UNA VISI�N APETITIVA. �Cu�l es el sue�o del hombre a quien el Todopoderoso nos llama la atenci�n en el texto, que se acuesta a dormir bajo el furioso deseo de comida y agua? Es que estaba comiendo y bebiendo. Su imaginaci�n crea las mismas cosas que ansiaba su apetito. Su imaginaci�n era la sirvienta de sus m�s fuertes apetitos. As� sucede siempre con el pecador: el apetito por las gratificaciones animales crear� sus visiones de placer sensual; el apetito por las riquezas mundanas crear� sus visiones de la fortuna; el apetito por el poder crear� sus visiones de influencia social y aplauso. La imaginaci�n del pecador est� siempre al servicio de sus apetitos m�s fuertes, y siempre le representa en formas ligeras pero atractivas los objetos que m�s desea.

III. ES UNA VISI�N ILUSORIA. La comida y el agua eran un espejismo en el desierto visionario, que se disip� en el aire cuando abri� los ojos. Todas las ideas de felicidad que alberga el pecador son ilusiones mentales. Hay muchas teor�as de la felicidad que, en la pr�ctica, albergan los hombres y que son tan manifiestamente ilusorias como el sue�o m�s salvaje.

1. Toda noci�n de felicidad es enga�osa si no tiene m�s que ver con el alma que con los sentidos.

2. Toda noci�n de felicidad es enga�osa y no tiene m�s que ver con el car�cter que con las circunstancias.

3. Toda noci�n es enga�osa que no tiene m�s que ver con el presente que con el futuro. El que se prepara intencionalmente para la felicidad no es feliz, ni puede serlo: el motivo ego�sta lo hace imposible. "El que busca su vida, la perder�". El cielo es para el hombre que ahora es bendecido en sus obras, y solo para �l. El presente lo es todo para nosotros, porque Dios est� en �l, y de �l comienza el futuro.

4. Toda noci�n es enga�osa que no tiene m�s que ver con lo absoluto que con lo contingente.

IV. ES UNA VISI�N TRANSITORIA. En el texto, el supuesto so�ador fue llevado a sentir la ilusi�n que su imaginaci�n descarriada le hab�a practicado. "Despierta, y su alma est� vac�a". Todo durmiente moral debe despertar aqu� o en el m�s all�; aqu� por voces disciplinarias, o en lo sucesivo por truenos retributivos. ( Homilista. )

So�ando

As� como el ej�rcito de Senaquerib so�aba, literal o figurativamente, con una conquista que no ten�a existencia real, hay multitudes de personas que ahora sue�an que est�n logrando el gran objetivo de su existencia y que no lo est�n haciendo m�s que si yacen envueltos. en los sue�os de la noche. Propongo hablar de ellos bajo tres ep�grafes.
Los tres pueden ser sustituidos, ya menudo sustituidos, por el verdadero y propio negocio de la vida.

I. PLACER.

1. �C�mo es posible que las personas puedan vivir tales vidas, so�ando todo el tiempo que est�n cumpliendo el verdadero prop�sito de su existencia, o, al menos, sin la inquietante sensaci�n de que est�n fallando criminalmente en hacerlo?

(1) Una de las causas es que la cosa en cuesti�n es el placer. "Nada triunfa como el �xito".

(2) Otra explicaci�n es que muchos de los placeres por los que viven los hombres exigen grandes esfuerzos. Algunos tipos de juego son m�s dif�ciles que el trabajo. Por lo tanto, a los hombres les cuesta creer que lo que se asemeja tanto al trabajo no es el trabajo, y ese mismo trabajo para el que fueron enviados al mundo.

(3) Muchos de los placeres de la vida se disfrutan en asociaci�n con otros. Y en medio de la euforia de los esp�ritus, la risa vivaz, los encuentros amistosos, es muy dif�cil creer que una vida compuesta en gran parte por tales ocupaciones no sea la vida que se supon�a que vivi�ramos.

(4) Entonces, gran parte del placer est� �ntimamente asociado con la moda.

(5) La supuesta inocencia de los placeres disfrutados contribuye tambi�n al enga�o.

(6) Una vez m�s, a veces se dice que, por censurable que pueda ser una vida de placer para los que est�n en la edad avanzada, es inocente e incluso adecuada para los j�venes.

2. Pero se puede decir: �Qu� hay para mostrar que una vida as� es s�lo un sustituto de nuestra vida real como un sue�o?

(1) Deja nuestras mejores facultades sin utilizar.

(2) Una vida de placer, adem�s, es una vida ego�sta.

(3) Una vida de placer tambi�n expone a la tentaci�n.

(4) Una vida dedicada al placer, tambi�n, incapacita a los hombres para otro mundo.

II. TRABAJA. Por "trabajo" se entiende alguna ocupaci�n secular mediante la cual se gana dinero, o su equivalente. La Biblia alaba el trabajo. El trabajo evita que dependamos de los dem�s. Tiende a beneficiar a quienes dependen de nosotros.

Y el trabajo es bueno para proporcionar al hombre los medios para ayudar a sus vecinos y contribuir al apoyo de los grandes movimientos que operan para aliviar el sufrimiento y el pecado del mundo. Y el trabajo es bueno, ya que da influencia a un hombre por medio de la riqueza que produce. Tambi�n est� a favor de una vida de trabajo diligente, que evita muchos males. Y, sin embargo, ni el trabajo, ni el placer, es el gran fin del hombre; y aquellos que lo consideran as� se est�n entregando a un sue�o sin fundamento.

El valor moral del trabajo debe medirse por su motivo y su influencia. Una vida de excesiva devoci�n al trabajo es hostil a la vida superior de un hombre. Deja poco tiempo para los ejercicios que se consideran tan esenciales para una vida de piedad. Se indispone para tales empleos. Se cierra al otro mundo por la prominencia indebida que le da a este. Destierra a Dios de los pensamientos. Es un descuido pr�ctico del alma. Otros tambi�n sufren. Una vida as� nos hace indiferentes a los intereses de los dem�s.

III. RELIGI�N. Y esta vez, tal vez dir�s, es probable que tengan raz�n. Por el contrario, existe m�s peligro de que se equivoquen aqu� que en cualquiera de los casos anteriores. Y por esta raz�n, que el nombre sagrado de la religi�n dispone a los hombres a pensar que todo es como debe ser si pueden persuadirse a s� mismos de que son religiosos. La religi�n asume una gran variedad de formas, y algunas de ellas no solo son in�tiles, sino tambi�n perniciosas.

1. �Se puede cuestionar que gran parte de la religi�n de Inglaterra ahora no es m�s que diversi�n y, a menudo, diversi�n de la naturaleza m�s infantil?

2. Si la religi�n en otros casos parece profundizar, con demasiada frecuencia es s�lo otro nombre para la superstici�n, donde se concede la mayor importancia a la santidad convencional de las personas que ofician, las vestimentas que visten, los sacramentos que administran, las posturas que llevan a cabo. adoptan, las estaciones que observan.

3. Luego est� la religi�n del sentimiento, cuyo objetivo principal es despertar ciertas emociones.

4. Existe tambi�n una religi�n en la que el intelecto desempe�a la funci�n principal.

5. Podr�amos hablar de esa religi�n que es hereditaria, donde un hombre adopta una fe o un culto particular porque sus antepasados ??lo hicieron antes que �l.

6. Podr�amos hablar de la religi�n de la moda, donde la reuni�n de moda constituye el gran atractivo.

7. Podr�amos hablar de las pr�cticas religiosas en las que los hombres se dedican a llenar el tiempo que la costumbre les proh�be emplear en actividades seculares; o de la religi�n que es s�lo ocasional y espasm�dica; o de lo que consiste en bullicio y actividad superficial. Todas estas religiones est�n de acuerdo en no servir para nada. Algunos de ellos hacen da�o. La religi�n es una vida. La religi�n tiene dos caras. Por uno se vuelve hacia Dios, por el otro hacia el hombre.

Pero todos los sue�os deben llegar a su fin. Hay un temor que despierta en perspectiva. �Piense en la decepci�n que acompa�ar� al despertar! No nos dejemos enga�ar por la aparente realidad de la vida que llevamos. �Qu� puede parecer m�s real que un sue�o? sin embargo, �qu� m�s insustancial? Con el sentimiento de decepci�n se mezclar� uno de desprecio. Como un sue�o cuando uno despierta, as�, oh Se�or, cuando despiertas, despreciar�s su imagen.

�Experimentamos una especie de resentimiento al descubrir que hemos sido tan enga�ados por aquello que no ten�a realidad. �No habr� nada como esto al despertar de una vida desperdiciada en nimiedades? ( DP Pratten, BA )

Las decepciones del pecado

La verdad general que ense�an estas palabras es la siguiente: el mal hacer promete mucho, pero ciertamente termina en una amarga decepci�n. El bien que se gana con el pecado se ve, se prueba y se maneja solo en sue�os. En realidad, nunca se posee, y la desilusi�n visible es el fruto amargo de la transgresi�n.

I. LA MUY NATURALEZA DEL PECADO SUGIERE ESTE HECHO.

1. El pecado es desviarse del camino que Dios nos ha designado - el camino que estaba en Su mente cuando hizo al hombre - el �nico camino que alguna vez ha estado en Su mente como el camino correcto. No hay ninguna adaptaci�n en la naturaleza real del hombre de otra manera que no sea una, y esa es la obediencia a un Padre Celestial, el resultado y fruto del verdadero amor por ese Padre.

2. El pecado es un retiro pr�ctico de la protecci�n de la providencia divina. De este modo hiere, a veces instant�neamente, y siempre eventualmente, al transgresor mismo. Es como cuando un hambriento sue�a y se despierta, y he aqu�, se desmaya.

II. MIRAR ALGUNOS HECHOS RECONOCIDOS SOBRE EL PECADO.

1. Los �ngeles que no guardaron su primer estado dejaron su propia habitaci�n. Hasta donde podemos entender el asunto, buscaron la libertad, pero encontraron cadenas. Buscaron la luz; encontraron oscuridad. Buscaban la felicidad; encontraron miseria, como cuando un hambriento sue�a y come, y se despierta y se encuentra pasando hambre.

2. Nuestros primeros padres, al ceder a la primera tentaci�n, suplican igualdad con Dios; pero pronto se encontraron ca�dos por debajo del nivel humano natural

3. La historia general del pecado se encuentra en el ep�tome de la vida de cada pecador. En las familias, las iglesias y las naciones, en las sociedades de todo tipo, vemos ilustrada la verdad de que el pecado en todas partes, quienquiera que lo haya cometido, es la ocasi�n de la m�s amarga decepci�n. ( S. Mart�n. )

La vida un sue�o

Lord Brougham relata un hecho que muestra sorprendentemente lo corto que es un sue�o. Una persona que hab�a pedido a un amigo que lo llamara temprano en la ma�ana, so�� que estaba enfermo y que, despu�s de que los que lo rodeaban hab�an probado en vano remedios, se envi� a buscar a un m�dico que viv�a a algunas millas de distancia, y que no lleg� antes de que transcurrieran algunas horas. A su llegada ech� un poco de agua fr�a sobre el rostro del paciente.

Entonces el durmiente se despert�. El agua, de hecho, fue aplicada por su amigo, con el prop�sito de despertarlo. La inferencia es que este aparente sue�o de horas fue asunto de un momento. As� es la vida humana. ( DPPratten, BA )

Un sue�o

La figura del sue�o se aplica de dos formas.

1. Objetivamente, a la desaparici�n del enemigo.

2. Subjetivamente, para su decepci�n. ( Prof. J. Skinner, DD )

Desencanto

( Isa�as 29:8 ): - Dif�cilmente se puede concebir una representaci�n del desencanto total m�s v�vida que la que da este vers�culo. ( Prof. J. Skinner, DD )

Fantas�as decepcionantes

En cuanto cerraba los ojos, la fantas�a me transportaba a los arroyos y r�os de mi tierra natal. All�, mientras deambulaba por la verde orilla, contempl� con transporte el claro arroyo y me apresur� a tragar la deliciosa corriente; �pero Ay! la decepci�n me despert� y me encontr� como un cautivo solitario, pereciendo de sed en medio de la selva de �frica. ( Mungo Park ' s Diario. )

Versículos 9-12

Quedaos y maravillaos, est�n borrachos, pero no con vino.

Embriaguez espiritual

Por embriaguez espiritual ( Isa�as 29:9 ) probablemente debemos entender la inestabilidad de la conducta y la falta de discernimiento espiritual.

( JA Alexander. )

La embriaguez espiritual es peor que la corporal y m�s prevalente

La embriaguez en s� misma es un vicio horrible, y es madre de innumerables m�s. Pero adem�s de esto hay una embriaguez espiritual.

I. Esta peor borrachera, dice el texto, es CEGUERA ESPIRITUAL, INSENSIBILIDAD ESPIRITUAL O LOCURA. A este respecto, se parece a las otras borracheras. El borracho tiene ojos, pero no ve; o�dos, pero no puede o�r; un coraz�n que no ha dejado de latir, pero no puede entender. Confunde a una persona y una cosa con otra. Lo mismo ocurre con el tipo espiritual con respecto al mundo espiritual. Mira algunas de las variedades. Embriaguez&mdash

1. Por desconocimiento de la verdad.

2. Por perversi�n o profanaci�n de la verdad.

3. Del rechazo a la verdad.

II. �CU�L ES LA CALIDAD O LA MALDICI�N DE ESTA BORRACHA ESPIRITUAL, comparada con la otra? Comparelo&mdash

1. Respecto a la inteligencia o capacidad de percepci�n del borracho.

2. Respecto a la vida del borracho, afectos, pasiones, h�bitos.

3. En cuanto al estado del borracho ante Dios, la salvaci�n del alma y del cuerpo. �Qu� diremos si descubrimos la terrible verdad?

(1) Que lo espiritual es m�s embrutecedor y cegador para el esp�ritu.

(2) Que es m�s enloquecedor y brutal para la vida del borracho. �Qu� crimen no cometer� el borracho? Pero, �cu�l es la vida del borracho espiritual que contin�a en su maldad? Un desaf�o a Dios de por vida.

(3) Que es una borrachera a�n m�s infernal, m�s diab�lica y m�s mort�fera tanto para el alma como para el cuerpo. ( R. Paisley. )

Ceguera judicial

Se representa a los jud�os como entregados por Dios a una ceguera judicial. Ahora, lo consideramos como un principio fijo en la interpretaci�n de las Escrituras que Dios nunca hace m�s que dejar a los hombres solos; no hacer nada directamente para endurecerlos en la maldad, o para ponerlos fuera del alcance del perd�n. ( H. Melvill, BD )

Borracho, pero no con vino

�Existen, entonces, otras formas de insobriedad y desmoralizaci�n resultante distintas de la de la copa familiar? Las frases que sugieren este estado anormal est�n continuamente en nuestra boca. As�, hablamos de gente embriagada de alegr�a, fanatismo, excitaci�n pol�tica o esp�ritu de juego. Wendell Holmes habla de personas que se intoxican con la m�sica, con la poes�a, con el amor, con el entusiasmo religioso.

Se�ala c�mo los convalecientes a veces se emborrachan con un filete de ternera. Se dice de uno que estaba demasiado ebrio con ciertas buenas noticias para poder beber otra cosa. De hecho, se dice de cierta compa��a que era tan embriagadora que algunos del c�rculo se vieron obligados a beber para mantenerse sobrios. ( JJIngram. )

Intoxicaci�n

�Cu�les son las principales caracter�sticas de la intoxicaci�n? El borracho es aquel que ha perdido su poder de autocontrol, aquel para cuyo ojo y pensamiento se han desordenado las proporciones y relaciones de la vida, aquel cuyo vigor, tanto f�sico como mental, se ha debilitado e ineficaz. Es un hombre que por el momento pierde su verdadera relaci�n con las cosas de la vida exterior. Es anormal. Su apetito est� trastornado, su concentraci�n desproporcionada, sus puntos de vista nublados u oblicuos. ( JJ Ingram. )

Porque el Se�or ha derramado sobre ti el esp�ritu del sue�o profundo

El esp�ritu de un sue�o profundo

�El Se�or ha derramado�, etc. Ese es un juicio espantoso. �Cu�les han sido los pasos que han conducido a una consumaci�n tan terrible? Los hombres no pierden su sensibilidad moral de un golpe; es la cuesti�n fundamental de un proceso. La somnolencia precede al sue�o; el crep�sculo marca el comienzo de la noche. No llegamos a los abismos morales por un precipicio; llegamos a ellos por una pendiente. No caemos en la esclavitud; entramos en ella.

1. Aqu� est�n los hombres de mi texto; �Cu�l fue el primer paso en la degradaci�n? Lo tenemos claramente indicado en el decimotercer verso. Si tomamos el vers�culo decimotercero y lo colocamos antes de Isa�as 29:9 , habremos revelado ante nosotros el proceso de degeneraci�n, que se repite en multitud de vidas en cada �poca sucesiva.

El primer paso hacia el entumecimiento moral es la evisceraci�n del culto religioso. Quite el coraz�n de la adoraci�n y quitar� la vida a la moral. �Y su temor de m� es un mandamiento de hombres que les ha sido ense�ado�. �Qu� significa eso? Lo creado por el hombre ha suplantado a lo nacido de Dios. �Y qu� significa eso adem�s de la intrusi�n del casuista en la religi�n? El casuista es el que convierte un principio resplandeciente en una m�xima aburrida, el que abre brechas y lagunas de escape en la gran ley moral, el que cambia la b�squeda interior de la religi�n en una f�cil ordenanza externa, que elimina el terrible sentido de lo eterno, y nos hace sentir peligrosamente como en casa en las peque�as exigencias de sus propios mandamientos.

2. Se�alemos ahora el progreso de la degeneraci�n. El formalismo religioso tiene como consecuencia la laxitud moral. Note el an�lisis del proceso que se da en el noveno vers�culo. Primero, hay una vaguedad de la visi�n moral. "Esperarte y maravillarte". La figura es la de un hombre que se levanta desconcertado. No recuerda con claridad si �ste es el camino o si debe tomar el siguiente desv�o.

La ley moral no se destaca con un relieve claro y audaz. Su conciencia no act�a f�cilmente. Hay vacilaci�n. �Se �demora�! Hay confusi�n ��l se �pregunta�! "Toma tu placer y s� ciego". Con la penumbra viene la obstinaci�n. La peque�a verdad que vieron se resinti�. A la gente le gust� la tranquilidad del aburrimiento. No hab�a nada de b�squeda ni de autorrevelaci�n en la luz adulterada.

Prefer�an el crep�sculo en el que pueden esconderse parcialmente. Sigamos con el an�lisis. Oscuridad moral; obstinaci�n moral; �Cu�l es el siguiente paso en la degeneraci�n? Estupor moral. �Est�n borrachos, pero no con vino. Se tambalean, pero no con bebidas fuertes ".

3. Ahora procedamos al tercer paso en el espantoso gradiente. Cuando un hombre ha eviscerado su religi�n, cambiando su interioridad a una tenue superficialidad, y de esto procede a la laxitud moral, las palabras de mi texto me dicen que por un acto judicial de Dios su estupor se fija. �Si un hombre no quiere, no lo har�! Hab�is tomado la copa de la obstinaci�n y os hab�is drogado en el pecado, y "el Se�or ha derramado sobre vosotros el esp�ritu de sue�o profundo".

4. �Cu�l es el siguiente paso en la terrible pendiente? "Y toda visi�n se ha vuelto para ti como un libro sellado". Los grandes escritos de los grandes libros no tienen un mensaje esclarecedor. �Los libros est�n sellados! �Qu� libros? Est� el libro de la conciencia. "Tus o�dos oir�n detr�s de ti una palabra que diga: Este es el camino; andad por �l". Ese libro est� sellado. Est� el libro de la experiencia, las ense�anzas de ayer, el testimonio de la historia.

"Pregunte ahora de los d�as que han pasado". Ese libro est� sellado. Est� el libro de la naturaleza. William Wordsworth empez� a leer el libro de la naturaleza cuando la atm�sfera de la vida inglesa se hab�a calentado con el avivamiento evang�lico. Cuando lo evang�lico est� muerto, se oculta el significado interno de la naturaleza. Observemos, por tanto, con la m�s intensa vigilancia, contra la intrusi�n de toda falta de sinceridad en nuestro culto. ( JH Jowett, MA )

Versículos 11-12

La visi�n de todo se ha vuelto para ti como las palabras de un libro sellado.

La universalidad de la ceguera espiritual

Lo que se afirma en estos vers�culos es tan sorprendentemente cierto de la revelaci�n general de Dios al mundo, que consideramos que la lecci�n contenida en ellos no es de aplicaci�n parcial, sino permanente.

I. No es una queja pronunciado en estos versos

(1) por los eruditos,

(2) por los ignorantes.

1. Si un libro se cierra con un sello material, entonces, hasta que ese sello se rompa, habr� un obst�culo material incluso en el camino de quien sea capaz de leer el contenido del mismo. �Existe alg�n obst�culo en virtud del cual los cr�ticos, los gram�ticos y los consumados te�logos de nuestra �poca no puedan alcanzar la comprensi�n real y efectiva de las palabras de esta profec�a? S�, y es maravilloso decir lo poco que ayuda la mera erudici�n de las Escrituras al verdadero discernimiento de las Escrituras.

Los eruditos trabajan tan impotentes ante la falta de una impresi�n de la realidad de todo este asunto como los ignorantes; Y si esto es cierto para muchos sacerdotes y te�logos, para quienes el cristianismo es una ciencia, y el estudio de la Biblia es el negocio de su profesi�n, �qu� podemos esperar de aquellos entre los eruditos, quienes, en la b�squeda de una filosof�a secular? , �nunca entran en contacto con la Biblia, ya sea en su doctrina o en su idioma, excepto cuando se les imponga? Para hacer de la sabidur�a del Nuevo Testamento su sabidur�a, y de su esp�ritu su esp�ritu, y su lenguaje su lenguaje m�s querido y mejor entendido, debe haber una influencia mayor sobre la mente, que lo que yace en el arte humano, o en el lenguaje humano. explicaci�n.

Y hasta que esto suceda, las doctrinas de la expiaci�n y de la regeneraci�n, y de la comuni�n con el Padre y el Hijo, y de la progresiva santidad del creyente, bajo el poder moral y espiritual de la verdad tal como es en Jes�s, En cuanto a su propia experiencia personal de su significado, quedan tantos sonidos vac�os, o tantos misterios profundos y ocultos: y con la misma eficacia, como si el libro estuviera unido por un cierre de hierro, que no tiene fuerzas para abrir, que diga del mismo libro que yace abierto y legible ante �l, que no puede leerlo porque est� sellado.

2. En cuanto a la queja de los ignorantes, felizmente, en el sentido literal de la misma, no es aplicable a la gran mayor�a de nuestros compatriotas inmediatos, incluso en los sectores m�s humildes de la sociedad. Pueden leer el libro. Puede quedar un sello sobre su significado para �l, quien, en el sentido ordinario del t�rmino, es aprendido, mientras que el sello puede ser quitado, y el significado permanece abierto como la luz del d�a para �l, quien en el mismo sentido es indocto.

Al insistir en las verdades y propuestas del cristianismo sobre los pobres, a menudo nos encontramos con la misma respuesta del texto: "No soy erudito". Piensan que hay una ignorancia que la necesidad atribuye a su condici�n, y que esto deber�a aliviar el peso de su condenaci�n, en el sentido de que no conocen a Dios. Ahora rechazamos esta disculpa por completo. La Palabra del Se�or est� en tus manos y al menos puedes leerla. El Evangelio se les predica a ustedes y a los dem�s, y al menos pueden prestarle atenci�n.

II. Procedamos ahora a EXPLICAR UNA CIRCUNSTANCIA que se asocia en nuestro texto con la incapacidad tanto de los eruditos como de los ignorantes de descubrir el significado de las comunicaciones de Dios: ese es el esp�ritu de sue�o profundo que hab�a cerrado los ojos de la gente y enterrado en oscuridad e insensibilidad los profetas, los gobernantes y los videntes, as� como los m�s humildes e ignorantes de la tierra.

La conexi�n entre una circunstancia y la otra es bastante palpable. Si un campesino y un fil�sofo estuvieran literalmente dormidos ante m�, y eso tan profundamente, que ninguna voz m�a podr�a despertarlos, entonces se encuentran en las mismas circunstancias, con respecto a cualquier demostraci�n que yo dirija a sus entendimientos. . Tampoco ayudar�a en absoluto a la transmisi�n de mi significado a sus mentes, que mientras estaban muertos a toda percepci�n del argumento que surgi� de mis labios, o incluso del sonido que es su veh�culo, las mentes de ambos estaban muy ocupadas. y activo entre la imaginer�a de un sue�o: el uno tambi�n sue�a, quiz�s, al estilo de una alta actividad intelectual, y el otro sue�a al estilo de alguna ocupaci�n com�n y analfabeta.

Tal, es posible concebir, puede ser la profundidad de este letargo, que no se conmueve ante las insinuaciones m�s ruidosas y aterradoras. Que la gran mayor�a del mundo est�, en verdad, dormido a todas esas realidades que constituyen los grandes materiales de la religi�n, puede ser probado abundantemente por la experiencia. Ahora, la pregunta surge, �c�mo se disipa este sue�o? No, afirmamos, y toda la experiencia nos acompa�ar�, por el poder de la argumentaci�n natural, no por las demostraciones del saber humano, porque �stas son tan impotentes con quien las comprende, como con quien hace su falta de aprendizaje. la pretensi�n de guardarlos.

Debe haber algo equivalente a la comunicaci�n de un nuevo sentido, antes de que se vea una realidad en esas cosas eternas. Es cierto que a lo largo del curso de nuestra existencia ordinaria, estamos despiertos a las preocupaciones de nuestra existencia ordinaria. Pero esta no es una vigilia que perturbe la profundidad de nuestra insensibilidad ante las preocupaciones de una existencia superior. En un sentido, estamos despiertos; pero en otro m�s enteramente y, seg�n todas las apariencias humanas, m�s desesperada e irrecuperablemente dormido.

Simplemente estamos en la misma condici�n que un hombre que est� so�ando, y por eso se mueve por el momento en un mundo representado por �l mismo. Y la transici�n no es mayor de las fantas�as dormidas de la noche a las certezas despiertas de nuestro quehacer diario, que la transici�n de las enso�aciones de un mundo pasajero a esas consideraciones sustanciales que ejercen la autoridad que preside la conducta del que no camina. por la vista de lo que est� a su alrededor, pero por la fe de las cosas invisibles que est�n sobre �l y delante de �l. ( T. Chalmers, DD )

Las voces de la vida

Aqu� encontramos el cuadro de las dos grandes clases de excusas que los hombres dan hoy, cuando se les instan a cumplir deberes.

I.La primera gran respuesta de la naturaleza humana al llamado del deber, la primera y m�s f�cil excusa que ofrece la vida tranquila y autocomplaciente, es esta primera excusa de los hombres de Jerusal�n para la desagradable visi�n de el futuro. Es como un libro que est� sellado, y quien puede leerlo no lo lee, simplemente porque est� cerrado o sellado. Aqu� tenemos una excusa definida, que parece bastante plausible, pero que solo significa, despu�s de todo, la falta de fuerza de voluntad, que con tanta frecuencia se esconde detr�s de alguna excusa prominente. �IMPOTENCIA DE LA VOLUNTAD! �Qui�n no pone esta excusa en la vida?

II. La otra gran excusa que se da con tanta libertad es la FALTA DE OPORTUNIDAD. El que tiene la voluntad no tiene el �nico requisito, la �nica condici�n para el �xito, la ansiada oportunidad. El pobre con sus gustos envidia al rico su dominio sobre las fuerzas de la vida. El estudiante que lucha junto a su l�mpara de medianoche, con su libro prestado de la biblioteca, suspira al ver los vol�menes elegantemente encuadernados pero sin abrir de aquellos que tienen abundantes oportunidades pero no aprecian sus tesoros escondidos, o no desean leerlos.

El inv�lido en el lecho del dolor, cuya vida es un sue�o de realidades imposibles, abrigando nobles anhelos de lucha, ve pasar la vida, cerrada con candado y atada, con todas las aspiraciones encadenadas y encadenadas por la desesperada imposibilidad de lograr algo. Lecciones pr�cticas

1. Esta misma falta de plenitud de nuestra naturaleza nos muestra la leg�tima demanda del alma de otra vida sin estas condiciones humanas limitantes.

2. Justo en medio de estas voces de vida, estas excusas de nuestro fracaso, de cualquier fuente que vengan estas excusas, la religi�n de Jesucristo aparece como una nueva creaci�n de poder.

3. Justo cuando sentimos que nuestra fuerza motriz nos est� fallando, o que estamos indefensos en nuestro entorno, y nos falta una oportunidad para el ejercicio de nuestras facultades reprimidas, el Esp�ritu de Dios, quien es el Consolador del coraz�n santificado de el hombre y el Inspirador de su mejor naturaleza, aparece con Su misi�n Divina, y abre el camino para salir de niveles muertos y vistas sin litoral, hacia tramos nuevos e imprevistos de existencia. �Qu� poder hay en este pensamiento de la liberaci�n superior del alma por la mano interpuesta del Esp�ritu de Dios, que nos saca de nuestra pobre vida cotidiana! ( WW Newton. )

La negligencia de la Biblia reprobada

La divisi�n general de "los eruditos" y "los ignorantes" se introduce como una excusa para no comprender la revelaci�n de Dios. De hecho, hay diversidad en la excusa misma, pero hay un acuerdo completo sobre el punto de que, por una raz�n u otra, la Biblia es ininteligible; una clase se refugia en la supuesta oscuridad de las Escrituras, y la otra en su propia educaci�n defectuosa.

Ninguno est� representado como un desprecio real por el libro, pero todos lo rinden como una especie de homenaje involuntario. Y creemos que no se podr�a dar una descripci�n m�s verdadera del gran cuerpo de hombres, considerado en relaci�n con la luz en la que ven las Escrituras. Si hubiera algo parecido a una sospecha general de que la Biblia no es lo que profesa en s� misma: una revelaci�n de Dios, no habr�a nada que nos sorprender�a en la negligencia general con la que se la trata; deber�amos esperar que si hubiera dudas en cuanto al origen, en su mayor parte, habr�a indiferencia en cuanto al contenido; pero en el gran cuerpo de hombres su origen no se cuestiona m�s que el deber de prepararse para la eternidad. Y aqu� tenemos una manifiesta inconsistencia,

I. Consideraremos, por tanto, EL CASO Y LA APOLOG�A DE LOS APRENDIDOS. Hay algo de verdad en la representaci�n de que la Biblia es un libro sellado. Siempre lo consideramos como una prueba permanente de la divinidad del volumen, que no debe ser desarrollado por los procesos que aplicamos a una mera composici�n humana, y que todo intento de penetrar profundamente en su significado, sin la ayuda de su Autor, no emite nada m�s que conjeturas y confusi�n.

Pero en todas estas excusas, por enga�osas que sean, y sin embargo, en cierto sentido, basadas en una verdad, no hay nada que justifique esa negativa a examinar las Sagradas Escrituras que se inventaron para justificar. No conocemos ninguna conclusi�n que pueda extraerse de la confesi�n misteriosa de las Escrituras y la consiguiente necesidad de un int�rprete sobrehumano, pero que el volumen nunca debe abordarse con nuestra propia sabidur�a, y nunca sin orar por la ense�anza del Esp�ritu de Dios.

Si fuera nuestro deber estudiar el volumen si no estuviera sellado, debe ser igualmente nuestro deber estudiarlo cuando, aunque est� sellado, se prescriba el camino en el que puede abrirse. Solo tenemos que traer esta consideraci�n al relato, y hay un final de toda discusi�n desde la oscuridad del estudio de las Escrituras.

II. EL CASO Y LA DISCULPA DEL HOMBRE INAPRENDIDO. Aqu�, nuevamente, la excusa se basa en una verdad, pero sin embargo, en ning�n grado justifica el descuido. Es de gran importancia que se corrija a los pobres en este asunto y que se les ense�e que no hay una conexi�n necesaria, como parecen suponer, entre la erudici�n y la salvaci�n. Es m�s f�cil para el hombre educado convertirse en lo que se llama un divino h�bil, pero no es ni un �pice m�s f�cil para �l descubrir y seguir el camino estrecho de la vida.

De hecho, si hay alguna ventaja, es del lado de los ignorantes. Si la comprensi�n de la Biblia, a fin de obtener una ventaja moral por sus declaraciones, depende de las influencias del Esp�ritu Santo, es evidente que los eruditos pueden leer mucho y no obtener ning�n beneficio espiritual, y los ignorantes leen poco y, sin embargo, se benefician enormemente. . ( H. Melvill, BD )

Aprendido y no aprendido

El pasaje es interesante porque ilustra la difusi�n de la educaci�n literaria en la �poca de Isa�as ( Jeremias 5:4 ) ( Prof. J. Skinner, DD ).

Revelaci�n gradual

Sir Joshua Reynolds dice que cuando visit� Italia por primera vez para conocer las c�lebres obras maestras del arte, se sinti� muy abatido. Los renombrados maestros mantuvieron hacia �l un silencio tranquilo y digno; se negaron a confiarle sus pensamientos. Contempl� fijamente las maravillosas im�genes cuya fama hab�a llenado el mundo y no pod�a contemplar su gloria. Sin embargo, perseverando en sus estudios, los cuadros empezaron gradualmente, uno tras otro, a levantarse el velo y permitirle echar un vistazo ocasional a su rara belleza; le susurraron en voz baja algunos de sus secretos; y mientras �l continuaba inquebrantable en su devoci�n, al fin se deshicieron de su reserva, se mostraron con el rostro abierto y le revelaron la riqueza de hermosas ideas que se albergaba en ellos. ( JC Jones. )

El Esp�ritu Santo el Iluminador

Recuerdo haber escuchado de alguien que era un espectador en ese momento, de haber visto una vez a un ni�o peque�o jugando en un promontorio sobre el mar, que tom� un telescopio de la mano de uno cerca de �l y se lo entreg� a un anciano ciego. marinero que estaba sentado en el acantilado, y el ni�o le pidi� al ciego que barriera el horizonte lejano y le dijera con el cristal qu� barcos eran. El anciano, sin embargo, s�lo pudo volverse amargamente hacia el ni�o con esos ojos ciegos suyos; y me parece que es mejor darle un telescopio a un ciego que darle la Biblia a un hombre que se supone que no posee la gu�a del Esp�ritu. ( Mons. W. Alexander. )

Versículos 13-14

Este pueblo se acerca a m� con la boca

Ritualismo

Cuando cualquier forma se impone de tal modo que sea un obst�culo en lugar de una ayuda para el adorador, eso es ritualismo.

( Rt. Hon. WE Gladstone. )

Formalismo

Se dice que todo vicio es un abuso de la virtud; todo mal, bien enloquecido. La generosidad puede convertirse en extravagancia. De modo que el formalismo consiste realmente en el abuso de aquello que, hasta cierto punto, es absolutamente necesario, que hasta cierto punto puede ser �til, pero que, llevado al extremo, se convierte en una trampa y en un pecado. ( D. Jones Hamar. )

El formalismo en la doctrina y la vida

Para que podamos ver claramente qui�n es el formalista, pensemos en esta verdad: que hay formalismo de doctrina, y formalismo de vida y pr�ctica, distinguibles y, sin embargo, conectados.

1. Formalismo de la doctrina: �qu� es eso? En una de sus fases m�s bajas nos encontramos con frecuencia con �l. �No te has encontrado con hombres que dicen "S�" a cada afirmaci�n de verdad que haces? hombres que casi te hacen enojar por su persistencia en la declaraci�n de acuerdo? Hay muy pocos de todos los miles que no son, y saben que no son, siervos de Cristo, que se toman la molestia de negar lo que, sin embargo, no aceptan realmente. �Qu� puedes decirles a esos hombres? No puedes discutir, porque ellos ya est�n de acuerdo contigo. No puedes apelar a ellos, porque su credo parece abarcar todo lo que consideras verdadero.

2. Existe la formalidad del culto y la vida. As� como la verdad debe expresarse con palabras, pero la palabra no es la verdad, la adoraci�n debe expresarse de alguna manera, pero la expresi�n no es la adoraci�n. La gran acusaci�n de Isa�as contra el pueblo fue que hab�an revertido las cosas por completo. ( D. JonesHamar. )

Formalismo insatisfactorio

�Cu�l debe ser el credo del formalista en el culto y en la vida? Esto: que lo que se dice que es el medio de la gracia es la gracia misma; que la lectura mec�nica de la Biblia, sin ning�n esp�ritu reverente y hambriento, comunica de alguna manera misteriosa la verdad celestial; que la postraci�n del cuerpo, mientras otro ofrece oraci�n, trae bendici�n; que cantar un himno, se sienta o no su significado, es una expresi�n de alabanza; que estas cosas, con el aguante de la imposici�n de media hora de serm�n, constituyen el cristianismo.

Hay demasiado formalismo en los mejores de nosotros. �Cu�l es el credo del adorador formal? Este: "Dios no sabe, ni hay conocimiento en el Encuentro Alto"; que el que recibe las humildes adoraciones de los arc�ngeles aceptar� de los hombres no s�lo las imperfectas alabanzas que pueden hacer, no s�lo la escasa espera articulada del esp�ritu atribulado, jadeando su oraci�n pidiendo ayuda, sino el sonido del canto sin el esp�ritu, el expresi�n de petici�n sin deseo; que el que escudri�a todos los corazones es enga�ado, como los hombres postran sus cuerpos, y lo acepta como homenaje; o que no le importa nada, y burlarse de su presencia no es un insulto.

�Ese credo se forma a s� mismo de acuerdo con sus ideas de Dios? Sin embargo, es solo una interpretaci�n de la pr�ctica del hombre cuya adoraci�n no es m�s que una forma. Y como te afecta a ti, �es satisfactorio? �Te sirve de algo? El pecado en el coraz�n no debe ser curado por ning�n tipo de observancia externa. La verdad de Dios no debe alcanzarse mediante ning�n tipo de artilugio mec�nico. Este Libro no tiene santidad misteriosa en su papel e impresi�n, o en el sonido de sus palabras.

Es el significado y el esp�ritu los �nicos valiosos. Nuestra fe pasa sobre las alas de las cosas que se ven y temporales, hasta las cosas que son invisibles y eternas, a trav�s de la palabra para captar la revelaci�n, a trav�s de la oraci�n y la alabanza para tener comuni�n con Dios. �Por qu� jugar con los deseos m�s profundos de tu naturaleza? �Por qu� burlarse del amor eterno? Hay una realidad en la oraci�n. Hay una expresi�n de gratitud que inspira alabanza.

Hay un Salvador de los pecadores. Ven a �l. S�lo �l, apareciendo y hablando por los medios que ha designado, puede quitar la carga y el aguij�n del pecado y dar descanso a los cansados. ( D. Jones Hamar. )

El peligro del culto formal

El mejor comentario sobre nuestro texto es solo la historia de los reinados durante los cuales Isa�as profetiz�.

I. NO ERA UN CRIMEN LEVE CON EL CUAL EL PUEBLO DE JUDA FUERA REALMENTE RESPONSABLE - Fue, de hecho, una negaci�n de la soberan�a de Dios, aunque por esa misma soberan�a era que ellos y sus padres hab�an estado en posesi�n de la tierra de Cana�n. Aunque pudieran hacer una profesi�n externa de respeto por las ordenanzas de Dios, sin embargo, el esp�ritu por el cual fueron impulsados ??era esencialmente un esp�ritu ateo, ya que con toda la observancia externa de las ordenanzas divinas esperaban la prosperidad continua o la liberaci�n de la adversidad, no a la sabidur�a de Dios, sino a sus propios consejos, ya la ayuda que les promet�an sus aliados id�latras.

II. EL JUICIO AMENAZADO. Estaba de acuerdo con la naturaleza y manifestaci�n de su pecado. No deb�an sentirse abrumados por una calamidad irresistible para castigar su flagrante idolatr�a; pero deb�an dejarse a merced de sus propios recursos. Deb�an trabajar por su propia habilidad, y al hacerlo, estar trabajando en su propia ruina: y cuando todos sus planes se llevaron a cabo, el efecto ser�a traer la desolaci�n total sobre la tierra (vers�culo 14).

III. LA HUMANIDAD, CON TODAS SUS VARIEDADES DE CAR�CTER, SON ESENCIALMENTE TAN IGUALES EN TODAS LAS EDADES, y las Escrituras, por un lado, describen tan gr�ficamente las caracter�sticas principales de la naturaleza humana, y, por el otro, exponen con tanta claridad los grandes principios inmutables de la administraci�n Divina, que nadie que lea ese libro con sobriedad y atenci�n, y mire a su alrededor en el mundo con observaci�n ordinaria, puede dejar de ver que los pecados de los individuos o de las naciones all� reprobados son, con algunas modificaciones. puede ser, los mismos pecados que todav�a prevalecen, y que, si no se arrepienten y no se perdonan, sus consecuencias al final deben ser las mismas.

Ninguna naci�n, es cierto, est� precisamente en las mismas circunstancias que el reino de Jud�, pero a�n as� los grandes principios del gobierno divino son inmutables y eternos. Uno de ellos es que el pecado es el reproche de cualquier pueblo. Si hay entre nosotros, poseyendo como poseemos una plena revelaci�n de la voluntad de Dios, una disposici�n para negar o pasar por alto Su supremac�a como Dispensador Soberano de todos los eventos, y confiar en la sabidur�a de los consejos humanos para la liberaci�n o la prosperidad nacional, sin Cualquier reconocimiento devoto de la absoluta dependencia de �l, �no somos culpables del mismo pecado del que se acus� a Jud� de la antig�edad, y que fue la fuente de todas sus m�ltiples ofensas? Y si, junto con esto, hay una profesi�n de fe, un cumplimiento externo de las ordenanzas del Evangelio, �No estamos en la condici�n de acercarnos a Dios con nuestros meses y honrarlo con nuestros labios, mientras nuestro coraz�n est� lejos de �l? (R. Gordon, DD )

Una actitud religiosa incorrecta

Esta insensibilidad espiritual del pueblo es el resultado de toda su actitud religiosa, que es insincera, formal y tradicional. ( J. Skinner, DD )

Hablando con claridad

Usemos estas palabras ( Isa�as 29:13 ) como las us� Jesucristo en Mateo ( Mateo 15:7 ). Hay tres puntos:

1. La importancia de hablar con franqueza sobre todas las cuestiones que afecten los intereses de la verdad. Jesucristo fue preeminentemente un orador sencillo.

2. El esp�ritu prof�tico con visi�n de futuro. Jesucristo dijo a los hombres de su �poca: "Isa�as profetiz� de vosotros". Observa la unidad del mundo moral; observar la inmutabilidad de las leyes de Dios; ver c�mo lo correcto es siempre correcto y lo incorrecto siempre incorrecto; c�mo los siglos no hacen ninguna diferencia en la calidad de la justicia y no logran mejorar la deformidad del mal. Si alguien quiere verse a s� mismo como realmente es, que se mire en el espejo de la Sagrada Escritura.

El libro de Dios nunca pasa de moda, porque trata de los principios eternos y cubre las necesidades de toda la humanidad, estudiemos la Palabra de Dios m�s de cerca. Ning�n hombre puede conocer verdaderamente la naturaleza humana si no lee dos Biblias, a saber, la Biblia de Dios como est� escrita en las Sagradas Escrituras, y la Biblia de Dios como est� escrita en su propio coraz�n y conciencia. La naturaleza humana nunca fue tan expuesta como se expone en las Sagradas Escrituras.

3. La alta autoridad del censor justo. Cuando Jesucristo habl� en este caso, no habl� del todo en Su propio nombre. Us� el nombre de Esa�as. Todo el tiempo est� del lado del justo; toda la historia pone las armas en manos del hombre que quiere ser valiente por la verdad. El justo no saca su autoridad de ayer. Las credenciales del justo no est�n escritas con tinta que a�n no est� seca. Se basa en todo el pasado. ( J. Parlor, DD )

Verdadera oraci�n

El poder de una petici�n no est� en el paladar, sino en la ra�z del coraz�n. ( J. Trapp. )

Servicio de labios

Panchcowrie, un converso hind�, habl� as� un d�a en el mercado: �Algunos piensan que evitar�n el disgusto de Dios tomando frecuentemente Su nombre en sus labios y diciendo, '�Oh Dios excelente!' '�Oh oc�ano de sabidur�a!' '�Oh mar de amor!' etc�tera. Sin duda, Dios es todo esto; pero �qui�n ha o�do hablar de una deuda que se paga con palabras en lugar de rupias? " ( Domingo en casa. )

El mejor tesoro

Un rabino, que vivi� casi veinte a�os antes del nacimiento de Cristo, hizo pensar a sus alumnos pregunt�ndoles: "�Qu� es lo mejor que puede poseer un hombre?" Uno de ellos respondi�: "Una naturaleza amable"; otro, �Un buen compa�ero�; otro, "Un buen vecino". Pero uno de ellos, llamado Eleazer, dijo: "Buen coraz�n". "Me gusta m�s tu respuesta, Eleazer", dijo el maestro, "porque incluye todo lo dem�s". ( Edad cristiana. )

Oraciones sin coraz�n

�Conoc� en India a un inteligente sij del Punjab y le pregunt� sobre su religi�n. �l respondi�: 'Creo en un solo Dios, y repito mis oraciones, llam� a Japji todas las ma�anas y noches. Estas oraciones ocupan seis p�ginas impresas, pero puedo leerlas en poco m�s de diez minutos. Parec�a enorgullecerse de esta r�pida recitaci�n como una obra de mayor m�rito ".

Iglesia de moda yendo

M. iba a la iglesia porque era lo correcto: Dios era uno de los l�deres de la sociedad y hab�a que asistir a sus salones. ( G. Macdonald, LL. D. )

Su temor hacia M� es ense�ado por el precepto de los hombres.

Un temor de Dios ense�ado por el precepto de los hombres

I. HAY UN TEMOR HACIA DIOS QUE ES ENSE�ADO POR EL PRECEPTO DE LOS HOMBRES. Es incuestionable que, si bien no es m�s que la imprudencia de la infidelidad lo que hablar�a de la religi�n como motor de la pol�tica de Estado, todav�a ninguna pol�tica de Estado puede ser eficaz si no mira a la religi�n como un auxiliar. Si se pudieran quitar de una comunidad las restricciones que le impone la doctrina de la inmortalidad del alma y de una futura dispensaci�n de recompensas y castigos, se har�a m�s para introducir una ilegalidad y un libertinaje universales que si los libros de estatutos del pa�s fueron destruidos y los tribunales de justicia arrasados.

Pero si la religi�n es susceptible de ser empleada con ventaja como auxiliar, existe el riesgo correspondiente de que se recurra a ella como motor humano y no como divino. Todas las inculcaciones de religi�n dictadas por la conciencia de que es pol�tico defender la religi�n se convertir�an en inculcaciones de infidelidad en el momento en que pareciera que ser�a pol�tico defender la infidelidad.

Es un caso posible de que los gobernantes hagan sobre el principio pol�tico lo que Ezequ�as hizo sobre el principio de temer a Dios: podr�an ocuparse de exigir de sus s�bditos la atenci�n a las leyes del Todopoderoso, y as� lograr una gran conformidad exterior con las leyes del Todopoderoso. muchos mandamientos de la Biblia. El resultado en las dos facilidades podr�a ser similar: las se�ales de la ausencia del temor de Dios podr�an desaparecer de la tierra; y podr�a, por el contrario, verse en toda la extensi�n de la poblaci�n, apariencias del mantenimiento de ese miedo.

�Qu� decir de ese temor de Dios que parece descubrirse en su atenci�n a las ordenanzas, pero que solo lo dicta el h�bito, o el respeto por las apariencias, o la preocupaci�n por la religi�n como motor del Estado! Si pudi�ramos se�alar a cada individuo, al entrar en la casa, que s�lo es tra�do aqu� por la costumbre, por el sentimiento de que es decoroso venir, por el sentido de que es justo que se mantengan las viejas instituciones, �por qu�? En todo el conjunto de tales motivos no hay reconocimiento real de la autoridad de Jehov�, deber�amos estar obligados a decir de todos aquellos que rinden as� a Dios un homenaje falso e inferior, que su temor hacia �l fue �ense�ado por el precepto de hombres.

�El motivo o sentimiento que es la energ�a principal para producir ese temor hacia Dios que no est� de acuerdo con Su palabra es la opini�n de m�rito, el apego de valor a tal o cual acci�n, que normalmente se describe como justicia propia. Los casos del temor a Dios, que es ense�ado por el Precepto de los hombres, podr�an multiplicarse a�n m�s. Si recorriera incluso el mundo religioso, encontrar�a un gran esfuerzo por llevar la piedad a algo parecido al est�ndar humano.

II. EL TEMOR HACIA DIOS, ENSE�ADO POR EL PRECEPTO DEL HOMBRE, ES M�S OFENSIVO A LA VISTA DE LOS TODOPODEROSOS. Concluimos el hecho de la ofensiva de la determinaci�n expresa de Dios de castigar a los jud�os con un castigo se�alado. Por lo tanto, nuestro simple asunto es buscar la raz�n de esta ofensiva.

1. El miedo debe ser un miedo defectuoso. Si toma su est�ndar de otra cosa que no sea la Biblia, necesariamente tendr� un est�ndar que es bajo e imperfecto; y aunque puede actuar de manera inquebrantable de acuerdo con este est�ndar, donde es el est�ndar de las opiniones de otros hombres o de una larga pr�ctica o costumbre, usted es responsable de la adopci�n del est�ndar.

2. Este miedo implica un desprecio por la revelaci�n; y por esta raz�n, as� como por la primera, incurre de manera m�s peculiar la ira de Jehov�. ( H. Melvill, BD )

"Su miedo hacia m�" RV

�Su temor de m� , es decir, su piedad, religi�n. "Es ense�ado por precepto de hombres". Mejor como RV �es (o,� se ha convertido �) en un mandamiento de hombres que ha sido ense�ado�, - una ordenanza humana aprendida de memoria ( Mateo 15:1 ). Esta cr�tica pre�ada expresa con fuerza epigram�tica la diferencia fundamental entre las concepciones pagana y b�blica de la religi�n.

La religi�n, al ser comuni�n personal con Dios, no se puede �aprender� de los hombres, sino solo por revelaci�n ( Mateo 16:17 ). ( Prof. J. Skinner, DD )

Versículos 15-16

Ay de los que buscan profundamente esconder su consejo del Se�or

La locura de actuar separado de Dios

I. SU POL�TICA DESCRITA ( Isa�as 29:15 ). Las consultas que ten�an acerca de su propia seguridad las guardaban para s� mismos, y nunca le pidieron el consejo de Dios sobre ellos. Mira qu� dolores necios e infructuosos toman los pecadores en sus caminos pecaminosos; buscan profundamente, se hunden profundamente, para ocultar su consejo al Se�or, que se sienta en los cielos y se r�e de ellos.

Una incredulidad pr�ctica en la omnisciencia de Dios est� en el fondo tanto de la adoraci�n carnal como de las confidencias carnales de los hip�critas ( Salmo 94:7 ; Ezequiel 8:12 ; Ezequiel 9:9 ).

II. LO ABSURDIDO DE SU POL�TICA DEMOSTRADA ( Isa�as 29:16 ). Est�s invirtiendo el orden de las cosas y pensando en hacer que la providencia de Dios preste atenci�n a tus proyectos, y que Dios no debe saber m�s de lo que crees conveniente, lo cual es perfectamente "poner las cosas patas arriba" y comenzar por el lado equivocado, - �Ser� estimada como barro de alfarero�; I.

mi. Dios se convertir� y administrar� a ti ya todos tus consejos con tanta facilidad y poder absoluto como el alfarero forma y modela su barro. Los que piensan en esconder sus consejos de Dios,

1. En efecto, niega que �l sea su Creador.

2. O, lo que equivale a lo mismo, negarle que sea un sabio.

Creador. ( M. Henry. )

Versículos 17-19

El L�bano se convertir� en campo f�rtil

El campo fruct�fero y el bosque

Evidentemente, la comparaci�n no es entre lo alto y lo bajo, sino entre lo cultivado y lo salvaje, el campo y el bosque.

( JA Alexander. )

El primero �ltimo y el �ltimo primero

La �nica interpretaci�n natural del vers�culo es la que lo considera prof�tico de un cambio mutuo de condici�n, el primero se convierte en �ltimo y el �ltimo en primer. Si el contexto anterior tiene respeto a los jud�os bajo la antigua dispensaci�n, nada puede ser m�s apropiado o natural que entender el vers�culo que tenemos ante nosotros como una predicci�n de la escisi�n de los jud�os incr�dulos y la admisi�n de los gentiles a la Iglesia. ( JA Alexander. )

Jud�o y gentil

I. Mostrar� C�MO EL SE�OR SE HA GUSTADO DE VERIFICAR ESTA ESCRITURA EN GENERAL.

II. LAS SE�ALES QUE DEBEN ACOMPA�AR A LA OBRA EN ESTOS �LTIMOS D�AS.

1. Los sordos oir�n las palabras del libro.

2. Los ciegos ver�n de la oscuridad y de la oscuridad.

3. �Los mansos tambi�n aumentar�n su gozo en el Se�or�, etc.

III. MEJORAR LA ASIGNATURA. ( FG Crossman. )

Versículos 18-19

El sordo. .. el ciego. .. los mansos. .. los pobres

El d�a del Evangelio

I. Podemos considerar que estas palabras contienen UNA DESCRIPCI�N DEL ESTADO EN EL QUE EL EVANGELIO ENCUENTRA A QUIEN SE DIRIGE. Los ep�tetos est�n dise�ados para describir su car�cter espiritual.

II. LA AGRADABLE INTIMACI�N QUE CONTIENE EL TEXTO DE SU RECUPERACI�N A UNA MEJOR Y M�S FELIZ ESTADO. �En aquel d�a los sordos oir�n y los ciegos ver�n�. Es decir, la ignorancia espiritual y la insensibilidad de los hombres ser�n sometidas, y el enga�o y la estupidez de los gentiles id�latras en particular, ser�n sucedidos por un conocimiento claro y salvador de la verdad.

1. Se puede considerar que esta profec�a est� recibiendo su cumplimiento, impartida en cada caso en que un individuo se convierte a Dios para salvaci�n.

2. Pero la profec�a se refiere a algo en una escala m�s extensa y general.

3. Las palabras, adem�s de insinuar el hecho de su recuperaci�n, parecen tambi�n insinuar los medios por los cuales se efectuar� su recuperaci�n. �Oir�n las palabras del libro�. �Qu� es "el libro" cuyo o�do "palabras" est� conectado con resultados tan maravillosos y deliciosos?

(1) �Es el libro de la naturaleza? Ay, ese libro, tan radiante como est� con la gloria divina de su Autor, transmite poca o ninguna instrucci�n sobre temas espirituales a aquellos a quienes el pecado ha cubierto con su sombra oscura y asombrosa.

(2) � O es el libro de filosof�a, artes y ciencias humanas? La historia de todas las �pocas pasadas, por no hablar de los tiempos actuales, se r�e para despreciar todas esas pretensiones de parte de "la sabidur�a de este mundo".

(3) Un ap�stol inspirado nos dice que "el misterio" de Dios debe ser "dado a conocer a todas las naciones por la obediencia de la fe, por las Escrituras de los profetas"; y "el evangelio es poder de Dios para salvaci�n a todo aquel que cree: al jud�o primeramente, y tambi�n al griego".

(4) Y aunque tal vez no est� dise�ada para insinuar tanto, la expresi�n "oir�n las palabras del libro" no sirve para recordarnos el modo en que, principalmente, este "libro" pretende difundir entre la humanidad el conocimiento experimental de la "verdad y la gracia" que revela? �No nos recuerda que, con ese prop�sito, debe ser proclamado por la ense�anza oral de un ministerio vivo?

III. Podemos suponer que estas �ltimas palabras describen CIERTAS CIRCUNSTANCIAS CON LAS QUE SE ENCUENTRA CONECTADA LA RECUPERACI�N ESPIRITUAL DE LOS HOMBRES.

1. Adem�s de las palabras anteriores, son aplicables a los casos de conversi�n individual. En este punto de vista, nos recuerdan el estado al que se humilla el coraz�n del pecador cuando, habiendo escuchado �las palabras del libro�, se le hace temblar bajo las amenazas que este truena contra los culpables e impenitentes; y cuando, habiendo comenzado a �ver desde la oscuridad y desde la oscuridad�, descubre la tremenda ruina al borde de la cual ha estado parado.

2. Pero luego, adem�s de describir el estado al que se humilla la mente del pecador en primera instancia, estas palabras nos recuerdan tambi�n la bienaventuranza de ese estado al que, una vez hecho verdaderamente manso y pobre de esp�ritu, est� dise�ado. ser exaltado. Porque los "mansos aumentar�n su gozo en el Se�or". Al principio, de hecho, este gozo puede no ser m�s que el gozo de la esperanza. Pero este gozo "aumentar�". Crecer� "m�s y m�s brillante hasta ese d�a perfecto" en el que se convertir� en una "plenitud de gozo" a la diestra de Dios para siempre.

3. Si estas palabras se aplican m�s extensamente, refiri�ndose a las naciones y comunidades de hombres entre las que ya se conoce el Evangelio, o refiri�ndose a todo ese mundo en cuya amplia extensi�n debe finalmente ser proclamado, todav�a se�alar las circunstancias bajo las cuales este Evangelio ser� "poder de Dios para salvaci�n", y los efectos deleitables que sobrevendr�n en su recepci�n, en el aumento de la felicidad humana y en el cambio de los hombres de una vana confianza en "mentir vanidades �, a la fe en el �nico Dios vivo y eterno.

4. Parece tambi�n insinuado que estos deliciosos resultados de la instrucci�n evang�lica deber�an ejemplificarse especialmente en el caso de los m�s despreciados y degradados de la humanidad. Porque ellos son "los pobres entre los hombres", quienes especialmente "se regocijar�n en el Santo de Israel".

5. Es delicioso contemplar estas cosas; pero no olvidemos, en el placer de tales contemplaciones, el inter�s personal y pr�ctico que estamos llamados a tomar por ellas. ( J. Crowther. )

Versículo 19

Los pobres de los hombres se regocijar�n en el Santo de Israel.

Razones por las que los pobres pueden regocijarse en Dios

Una de las pruebas m�s contundentes del origen divino del cristianismo es su adaptaci�n universal a la condici�n y las necesidades de toda la familia de los hombres.

No est� dise�ado para ser la religi�n de una secta o una �poca, sino la religi�n del mundo entero. La universalidad de su car�cter prueba que proviene de Aquel que todo lo sostiene, todo lo conserva, lo alimenta y lo bendice. Proponemos dar razones por las que los pobres bien pueden "regocijarse en el Santo de Israel".

I. PORQUE CRISTO EN SU HUMILIACI�N CONDESCENDI� A SER POBRE Y AS� HONR� Y SALUD� LA CONDICI�N DE LOS POBRES. �Qui�n de todos los legisladores, moralistas y maestros que han aparecido en el mundo conferi� tal honor a la humanidad o mostr� tal consideraci�n por los pobres? �Qui�n, despu�s de esto, se atrever� a menospreciar la pobreza honesta? �Qui�n, despu�s de esto, se atrever� a convertir la miseria en crimen? Que los pobres, entonces, "se regocijen en el Santo de Israel". �l puede entrar en tus dolores y sentir tu miseria.

II. PORQUE LAS BENDICIONES DE LA SALVACI�N DE CRISTO SE PROPORCIONAN Y SE OTORGAN GRATUITAMENTE, Y AS� SE ADAPTAN PECULIARMENTE A LA CONDICI�N DE LOS POBRES.

1. Se ha pagado dinero por la p�rpura imperial de Roma, - el imperio de los C�sares se ha vendido al mejor postor; pero si la salvaci�n solo se comprara con dinero, o si requiriera recursos en el mismo hombre, la desesperaci�n negra podr�a apoderarse y petrificar el coraz�n de todo pobre.

2. � O era la salvaci�n una obra que requer�a una elaboraci�n costosa y tediosa en el hogar, ya fuera como la construcci�n de un palacio, o la construcci�n de una pir�mide, o la construcci�n de obras tan vastas como aquellas por las que se cruza un golfo o atravesar un mar, �ay de los pobres! porque entonces sus almas perecer�n. Pero regoc�jense los pobres entre los hombres, por la salvaci�n que el

El Santo de Israel proporciona y otorga es una salvaci�n "sin dinero y sin precio".

3. Hay otra circunstancia que deber�a realzar poderosamente estas bendiciones evang�licas en la estimaci�n de los pobres; es decir, la exclusi�n de muchos privilegios terrenales a los que la pobreza los somete. Es muy cierto que muchos de los placeres de la vida m�s simples, puros y exquisitos son tan gratuitos para los pobres como para los ricos. Pero en este mundo la pobreza excluye algunos privilegios. Pero, �oh! �C�mo se regocija mi coraz�n, como el de un pobre, en la salvaci�n gratuita del Se�or Jesucristo! Aqu�, en el Evangelio de Jes�s, hay una compensaci�n total por todo el desd�n y el desprecio arrojados a la pobreza humilde.

III. PORQUE, ADEM�S DE TODO LO QUE EL MISMO HA HECHO POR ELLOS, SU AUTORIDAD, COMO LEGAL, CONTIENE ESPECIAL ATENCI�N, CARIDAD Y SIMPAT�A HACIA LOS POBRES.

IV. PORQUE LA CONDICI�N DE POBREZA ES M�S FAVORABLE QUE LA DE RIQUEZAS PARA LA RECEPCI�N DE CRISTO Y PARA LA EXHIBICI�N DEL PRINCIPIO RELIGIOSO. El lenguaje del Salvador parece justificar plenamente este sentimiento cuando dice: ��Cu�n dif�cilmente entrar�n en el reino de Dios los que tienen riquezas!�, Y nuevamente: �Es m�s f�cil que un camello pase por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de los cielos.

�La pobreza parece ser el elemento predilecto en el que el principio religioso k produjo y nutri�. Es en la atm�sfera de los Pobres donde la luz y el calor de la verdad Divina aman irradiar. ( J. franc�s. )

Versículos 20-21

Porque el terrible es reducido a nada

Los burladores y su castigo

Observa cu�l hab�a sido la maldad de estos burladores, por lo que deb�an ser eliminados.

1. Se burlaron de los profetas y de los serios profesores de religi�n. Los despreciaron e hicieron todo lo posible por despreciarlos; eran escarnecedores, y se sentaron en la silla de los escarnecedores.

2. Se lanzaron a la pesca para una ocasi�n en su contra. Por medio de sus esp�as vigilan la iniquidad, para ver si pueden apoderarse de cualquier cosa que se diga o se haga que pueda llamarse iniquidad. O ellos mismos esperan la oportunidad de hacer da�o, como lo hizo Judas para traicionar a nuestro Se�or Jes�s.

3. Se aprovecharon de ellos por el menor desliz de la lengua; y si nunca se dijo algo tan poco mal, les sirvi� para fundamentar una acusaci�n. Hicieron un hombre, aunque nunca fue un hombre tan sabio y bueno, aunque fue un hombre de Dios, un ofensor por una palabra, una palabra mal elegida o fuera de lugar, cuando no pod�an sino saber que estaba bien intencionada. Se quejaban de cada palabra que los profetas les hablaban a modo de administraci�n, aunque nunca tan inocentemente y sin ning�n prop�sito de afligirlos. Le dieron la peor construcci�n a lo que se dijo y lo criminalizaron con insinuaciones forzadas.

4. Hicieron todo lo que pudieron para traer problemas a aquellos que los trataron fielmente y les contaron sus faltas. Aquellos que reprenden en las puertas, es decir, los reprobadores por oficio, que estaban obligados por el deber de su lugar como profetas, jueces y magistrados a mostrar a la gente sus transgresiones, los odiaron y les pusieron lazos. Es casi imposible para los m�s cautelosos colocar sus palabras con tanta cautela como para escapar de tales trampas.

5. Pervierten el juicio y nunca permitir�n que un hombre honesto lleve una causa honesta; ellos �desv�an al justo por nada�, es decir, lo condenan, o dan la causa en su contra sin evidencia, sin color o pretensi�n alguna. Atropellan a un hombre y lo tergiversan con todos los peque�os actos y trucos que pueden inventar, como hicieron con nuestro Salvador. Pero espere un poco, y Dios no solo sacar� a luz su justicia, sino que cortar� y consumir� a estos burladores. ( M. Henry. )

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Información bibliográfica
Exell, Joseph S. "Comentario sobre "Isaiah 29". El Ilustrador Bíblico. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tbi/isaiah-29.html. 1905-1909. Nueva York.