Bible Commentaries
Isaías 35

El Ilustrador BíblicoEl Ilustrador Bíblico

Versículos 1-10

El desierto y la soledad se alegrar�n para ellos

Las bendiciones del evangelio

Los mejores eruditos suponen que los cap�tulos trig�simo cuarto y trig�simo quinto de Isa�as constituyen una profec�a completa y completa, no conectada especialmente, o al menos org�nicamente, con lo que precede o sigue.

Es una obra maestra de poes�a. Un solo poema dividido en dos partes; en la primera parte, el profeta presenta en colores espeluznantes los juicios universales de Dios sobre todas las naciones de la tierra que se han alineado contra �l y oprimido a Su pueblo. Como un ejemplo de lo que vendr� sobre todos, �l selecciona una sola naci�n, la de los edomitas, y muestra en ellos lo que vendr� sobre todos.

Esta terrible tormenta de ira pasa; y vemos en el �resplandor claro despu�s de la lluvia� la hermosa perspectiva que se abre tanto a la tierra como al hombre, cuando los enemigos de Dios cesan de inquietar y su pueblo se re�ne a s� mismo. El h�bito casi universal de espiritualizar esto, y todas las profec�as similares, y alegorizarlas en una aplicaci�n exclusiva a las presentes bendiciones del Evangelio, ha servido para ocultar el significado principal del pasaje a los ojos del lector com�n.

La promesa de este glorioso cap�tulo es sin duda principal y principalmente para los jud�os, refiri�ndose a su restauraci�n final a su propia tierra en los �ltimos d�as. Es posible que tenga una referencia preliminar al regreso del cautiverio babil�nico, pero mira mucho m�s all� de ese tiempo hacia el regreso de la dispersi�n que los jud�os est�n sufriendo ahora. Incluso el gozo de ese primer regreso no cumpli� las gloriosas promesas de esta visi�n.

El d�a de la venganza de Dios y el a�o de sus redimidos se colocan uno al lado del otro. (Comp�rese con 61: 2; y 63: 4, con Mateo 24:27 ; Lucas 21:25 .)

I. LA CREACI�N GOZOSA. Es casi imposible no asociar las magn�ficas palabras de apertura de este cap�tulo con la esperanza que se ofrece a la �creaci�n entera que gime y camina juntamente en dolores hasta ahora, esperando la manifestaci�n de los hijos de Dios, cuando tambi�n ser� entregada. de la servidumbre de la corrupci�n a la gloriosa libertad de los hijos de Dios �( Romanos 8:19 ).

�Se alegrar�n el desierto y la soledad�. Esta es una hermosa imagen de la simpat�a de la tierra con el hombre. No solo las partes hermosas de la tierra se regocijan con el regreso del hombre despu�s de su desv�o de Dios, sino que el desierto y los lugares solitarios se regocijan y se alegran por ellos, porque tambi�n en la redenci�n del hombre la creaci�n que fue maldita por causa del hombre. queda libre de esa maldici�n.

El gozo que aqu� se atribuye a la creaci�n inanimada se corresponde con los c�nticos y el gozo eterno que coronan a los redimidos del Se�or a su regreso. Se les dar� la gloria del L�bano y la excelencia del Carmelo y de Sar�n. Otras dos cosas se atribuyen a la creaci�n. Se les representa participando conscientemente en la gran bondad de Dios para con el hombre. Se regocijan incluso con alegr�a y c�nticos; y ven la gloria del Se�or y la excelencia de nuestro Dios.

Es costumbre de nuestro profeta investir a la naturaleza de conciencia e inteligencia. Es el h�bito de todos los escritores de las Escrituras poner al hombre y la naturaleza en estrecha simpat�a el uno con el otro, declarando que Dios es el hacedor de ambos. Hay una gran verdad espiritual y po�tica en esto. �Cu�n poderosamente nos afecta la naturaleza pl�stica! �Cu�n sensibles son la tierra, los frutos de la tierra y los �rboles del bosque al toque amoroso y la simpat�a del hombre! Qui�n no sabe cu�n maravillosamente diferente nos parec�a toda la naturaleza cuando nos convertimos a Dios por primera vez. �Qu� mundo de belleza ser� este cuando se elimine la maldici�n y el hombre y la naturaleza, tan manifiestamente hechos el uno para el otro, se regocijen y se regocijen juntos!

II. LAS BENDICIONES DE LA SALVACI�N. El bosquejo de la bendici�n que el profeta nos presenta no est� completo, sino que consiste simplemente en unos pocos trazos audaces, que nos sirven para llenarnos de la esperanza de una perfecta y completa recuperaci�n para Dios.

1. Los hombres ver�n a Dios. La visi�n de Dios ya se ha atribuido en sentido metaf�rico a la creaci�n inanimada. Ciertamente es cierto que, entre las principales bendiciones de la salvaci�n, est� la visi�n de Dios.Cuando Jes�s vino al mundo, se nos dice que en �l contemplamos la gloria de Dios, llena de gracia y de verdad. Tambi�n se nos dice que la primera El efecto del nuevo nacimiento es la capacidad del pecador de ver a Dios.

La purificaci�n del coraz�n que viene con la nueva vida de Dios en el alma, lleva consigo la promesa de ver a Dios ( Juan 1:14 ; Juan 3:3 ; Mateo 5:8 ; 2 Corintios 3:18 ).

Pero es evidente que hay algo m�s de lo que esto significa. �Ver�n la gloria de Jehov� y la excelencia de nuestro Dios�. Esto no puede referirse a nada m�s que a la visi�n beat�fica de Dios de la que habla Pablo en 1 Corintios 13:12 ; por John en Apocalipsis 22:4 .

Una vez m�s, si vamos a incluir a los santos de la Iglesia en esta profec�a, tambi�n tendremos que buscar un cumplimiento m�s literal todav�a. Cuando el Se�or mismo descienda del cielo con poder y gran gloria ( Mateo 26:64 ; Daniel 7:13 ; Jn 1:51; 1 Tesalonicenses 4:16 ; Apocalipsis 1:7 ), entonces los jud�os dispersos ver�n su largo Rechaz� al Se�or, como lo vio Saulo de Tarso en el camino a Damasco ( Hechos 9:3), y se convierten instant�neamente, y comienzan su camino de regreso a casa, recibidos por todas las flores, �rboles y estanques sonrientes y regocijados, y desiertos reci�n fertilizados y lugares desolados de la tierra. Durante todos estos siglos oscuros el velo ha estado sobre los ojos de los jud�os, pero en este tiempo el velo ser� quitado y ellos ver�n el rostro, la gloria, la excelencia de Jehov�-Dios.

2. Se fortalecer�n y animar�n mutuamente. Lo m�s probable es que se trate de una exhortaci�n retrospectiva. En vista de esta promesa y la venida segura de Jehov� y su restauraci�n, se les exhorta a fortalecerse y animarse mutuamente. Hay aquellos cuyas manos est�n d�biles, cuyas rodillas est�n d�biles. No pueden pelear la buena batalla de la fe con valent�a, no pueden correr con paciencia la carrera que se les presenta.

Las largas demoras y aflicciones experimentadas durante el tiempo de espera no solo han quitado el valor de muchos, sino que los han llenado de desesperaci�n. Por tanto, deb�an decir a los de coraz�n temeroso o de tendencia precipitada a la incredulidad:

�S� fuerte, no temas; he aqu� que tu Dios vendr� con venganza; incluso Dios con recompensa; �l vendr� y te salvar�. As�, el profeta llama a los fuertes a impartir fuerza de robo a los d�biles y su fe y valor a los pusil�nimes. Los escritores del Nuevo Testamento transfieren el esp�ritu, y en parte, las mismas palabras de esta exhortaci�n a los santos de la Iglesia de Dios. �Nosotros los fuertes debemos llevar las flaquezas de los d�biles� Romanos 15:1 ).

3. Se eliminar�n las enfermedades. No s�lo la tierra ser� restaurada a la belleza primitiva, vestida con la gloria de la redenci�n y mareada con una simpat�a y un gozo casi conscientes, sino que todas las enfermedades que el pecado ha acarreado en nuestra pobre naturaleza humana pecaminosa ser�n eliminadas. En vista de esta total liberaci�n de todas las consecuencias del pecado, junto con el pueblo de Jehov�, tambi�n se sanar�n las llagas de la tierra.

Aguas en el desierto, arroyos en el desierto, estanques que cubren la arena reseca y manantiales que brotan de tierras sedientas; ya no ser� un espejismo arrojado por unos c�spedes de hierba seca, sino una verdadera hierba con juncos y juncos que saludar�n a los peregrinos que regresan y que han sido curados. El comienzo de esta maravilla de la redenci�n se produjo cuando Jes�s estuvo aqu� por primera vez, abriendo ojos ciegos, sanando miembros cojos, abriendo o�dos sordos y soltando lenguas silenciosas. Seguramente, si tenemos la voluntad de hacer la voluntad de Dios, sabremos si esta doctrina es de Dios.

III. EL CAMINO A CASA. Ahora sigue una maravillosa imagen del camino del regreso del vagabundo ausente durante mucho tiempo. El camino del transgresor es duro, y el mundo lejos de Dios es una tierra �rida y sedienta; pero tan pronto como el rostro se vuelve hacia Dios y el cielo, el Dios del cielo hace que el camino de regreso sea f�cil y seguro. La dispersi�n de los jud�os fue una forma de miseria. En el regreso de los jud�os a Dios y a su propia tierra, contemplamos la verdad del camino espiritual que Dios ha preparado para que todo pecador regrese a �l, y por �l al cielo.

1. Es una carretera. "All� habr� una carretera". Un camino amplio y abierto, elevado y distinguido de todos los caminos y pistas de �ter. Tiene tanto amplitud como estrechez. Lo suficientemente ancho para que todo el mundo lo recorra, y �l quiere que todos los hombres se salven, y sin embargo, en la calzada hay un "camino angosto", en el cual cada hombre debe caminar por s� mismo, solo y sin embargo no solo - solo en eso debe creer por s� mismo; no solo, en el sentido de que otros caminan con �l en los mismos t�rminos y rodeados de las mismas condiciones.

2. Es un camino de santidad. Es decir, es un camino limpio en s� mismo, y solo para que lo atraviesen los limpios. �No pasar� inmundo por ella�. Los borrachos, los mentirosos, los ad�lteros, los fornicadores, los codiciosos, los id�latras y los extorsionadores no pueden andar por ese camino. Porque ninguno de estos pecados ver� ni entrar� en el reino de los cielos. Cuando el burlador se�ala a tales personajes en la Iglesia "visible", la respuesta suficiente es que la Iglesia no es el camino, sino que Jes�s mismo es el Camino, y todos los que est�n en Cristo Jes�s son nuevas criaturas, las cosas viejas pasaron y todas las cosas son 2 Corintios 5:17 nuevas ( 2 Corintios 5:17 ).

3. Dios est� con ellos en el camino. Pues tal es el significado de la expresi�n. "Ser� para aquellos". En cierto sentido, los hijos de Dios tienen que caminar solos, y entrando por este camino, tienen que romper con muchos que en los d�as de su carne fueron sus compa�eros, pero la presencia y compa��a de Dios con ellos en el camino compensar� con creces. Ning�n hombre que conoce la comuni�n de Dios y los santos pierde jam�s la compa��a del mundo.

4. Es un camino de perfecta sencillez. Nadie debe temer perderse de esta manera. Es tan simple y directo, tan cauteloso y marcado, que los simples y los ignorantes no tienen por qu� equivocarse en �l. "El que me sigue", dijo Jes�s, "no andar� en tinieblas, mas tendr� la luz de la vida". Adem�s, Dios ha prometido Isa�as 41:13 mano derecha y evitar que caigamos Isa�as 41:13 ; Judas 1:24 ).

5. Es una forma segura. No habr� all� le�n ni bestia rapaz, ni se le permitir� subir sobre �l. Dios ha despejado el camino de los enemigos, en lo que respecta a su capacidad para hacernos da�o. Fue solo cuando "Christian" se apart� del camino que se encontr� con el diablo y tuvo que pelear con �l, e incluso cuando los leones le gru�eron ferozmente, descubri� que, manteni�ndose en el medio del camino, no pod�an acercarse. �l, encadenado.

IV. SEGURO EN CASA. �Qu� cuadro se les presenta aqu� a los pobres marginados de Israel! Hab�a habido una dispersi�n y un regreso a casa desde Babilonia. Habr�a otra dispersi�n mucho m�s amplia y prolongada, y luego, por fin, un regreso final a casa. Ante esto, el profeta estalla con una exclamaci�n triunfal de victoria, en la que pone a todos los redimidos a cantar de alegr�a. Ve a los vagabundos y marginados reunirse de todos los rincones de la tierra ( Isa�as 11:12 ; Isa�as 51:3 ).

Vienen con canciones de gozo eterno en sus labios, que brotan de sus corazones alegres y felices. Ha sido una noche larga para ellos, pero por fin ha llegado la alegr�a con esta ma�ana tres veces bendita. �No es �ste tambi�n un cuadro bendecido de la entrada triunfal a la presencia de Dios de aquellos que han peleado una buena batalla, han mantenido la fe y han terminado su carrera? ( GF Pentecost�s , DD )

Transformaci�n

La profec�a que tenemos ante nosotros es una de aquellas en las que el llamado significado secundario es, en verdad, el primario. Lo espiritual tiene prioridad sobre lo natural.

I. LA TRISTE CONDICION DE LAS LOCALIDADES SOBRE LAS QUE SE PRETENDE OPERAR EL EVANGELIO DE CRISTO. Reunamos en un grupo todo lo que se dice de ellos. "Un desierto", "un lugar solitario", "tierra reseca", "laud sedienta", "una morada de dragones". Con la excepci�n del �ltimo mencionado, toda la desolaci�n parece girar en torno a la ausencia de un elemento: el agua. �Qu� s�mil podr�a representar tan v�vidamente la esterilidad y la desolaci�n moral, ya sea del individuo o del mundo en general, aparte del glorioso Evangelio del Dios bendito? �Qu� desierto es el coraz�n, que no tiene a Dios habitando en �l! La idea de "soledad" puede parecer que desaparece cuando aparece esta palabra "habitaci�n".

�Pero qu� habitaci�n es! "Una morada de dragones". Eso, y solo eso, quer�a completar el cuadro: la repugnante cr�a de serpientes, con sus enormes pliegues circundantes, preparada para aplastar la vida de cada criatura que pudiera cruzarse en su temido camino. Para un coraz�n que tiene en su interior ese �pozo de agua que brota para vida eterna�, no hay escena m�s triste que la indecible desolaci�n de estos desperdicios morales presentados por corazones que no han cambiado.

Lo que es cierto del individuo es igualmente cierto del aspecto presentado por el mundo en general. Quiz� se pueda imaginar que el �nico elemento que quiere convertir toda esta desolaci�n en sonriente fertilidad es la Civilizaci�n. Eso ya se ha sopesado en la balanza y se ha encontrado deficiente. Lo que el desierto, el lugar solitario, el desierto, la tierra reseca y la tierra sedienta requieren es: el Agua de Vida, que brota de la roca herida, Cristo Jes�s.

II. LOS EFECTOS PRODUCIDOS POR EL REINO DE JES�S. Incluso para nosotros, en un pa�s donde el agua es abundante, la belleza y la idoneidad de la imagen son evidentes a la vez. �Qu� encanto a�ade al paisaje, ya sea en la forma del gran oc�ano, que lleva en su seno los tesoros del mundo, o del r�o que serpentea entre los prados agradables, que beben de la fertilidad y la belleza de la corriente viva! Lo mismo, con su superficie similar a un espejo tomando el sol, sugiere tambi�n el tema del canto del profeta.

Pero fue con un aprecio m�s intenso que los habitantes de estas tierras orientales miraron este emblema de la vida que es en Jesucristo. El agua les habl� de la liberaci�n de la muerte. Por lo tanto, dondequiera que se hable de este evangelio alegre, encontramos este emblema empleado para traer a la mente los resultados gozosos del reino de Cristo. Tenga en cuenta los resultados a medida que se nos presentan en nuestro texto.

1. Alegr�a. No requiere gran esfuerzo de imaginaci�n para darse cuenta del aspecto alegre de la naturaleza refrescada por lluvias copiosas, despu�s de un calor que ha quemado la hierba y empeque�ecido el ma�z. Emblema apropiado, �ste, de la gran alegr�a que el Evangelio de Jes�s trae consigo a los corazones humanos.

2. Fertilidad. �Florecer� abundantemente�. Esta fertilidad no solo est� conectada con la vida, es el resultado de su existencia. El desierto siempre es est�ril. Pero el gran poder del Evangelio de Jes�s convierte este desierto moral en un huerto del Se�or que da frutos.

3. Belleza. �Florecer� como la rosa�. Uno s�lo tiene que imaginarse una parte de la superficie de esta tierra, reseca, desierta y est�ril, y pensar en el maravilloso cambio que se producir�a en ella si, al volver a visitar la escena, la encontrara cubierta de las m�s hermosas flores. que conocen nuestros jardines. La primera y m�s sorprendente impresi�n que se producir�a en la mente ser�a la de una belleza incomparable.

Lo mismo ocurre con la maravillosa transformaci�n moral que contempla la profec�a que tenemos ante nosotros. Los gloriosos anales del esfuerzo misionero hacen innecesario recurrir a la imaginaci�n. �Qu� belleza se despliega en una vida semejante a la de Cristo!

4. Gloria y majestad. �Le ser� dada la gloria del L�bano, la excelencia del Carmelo�. Vivir bajo el poder de Jes�s es el verdadero secreto de una vida noble. Cualquiera que sea la esfera de la vida que ocupa el hombre, est� en estrecha alianza con la majestad del cielo, y en virtud de esa alianza se eleva a la dignidad real.

5. Una visi�n que se extiende al Lugar Sant�simo. �Ver�n la gloria de Jehov�, y la excelencia de nuestro Dios. ( J. Kay. )

El campo transformador y la fuerza del Evangelio

I. LA ESFERA EN WINCH EL EVANGELIO OPERA.

1. La condici�n de la humanidad depravada es la de la soledad. Est� en un estado de terrible aislamiento. Est� lejos de Dios y de la comuni�n con todos los esp�ritus santos. Entre las almas corruptas no hay verdadera comuni�n, y no puede haberla.

2. La condici�n de la humanidad depravada es la de lo salvaje. Es un desierto. Las almas depravadas son productivas, pero es la productividad del desierto.

II. LA TRANSFORMACI�N QUE EFECTA EL EVANGELIO.

1. El Evangelio alegra la esfera. �Se alegrar� el desierto�, etc. Qu� alegr�a trae el Evangelio al alma cuando se recibe con plena fe, alegr�a del agradecimiento, del amor, de la esperanza, de la comuni�n con la bondad infinita.

2. El Evangelio embellece esta esfera. �Florecer� como la rosa�. El Evangelio imparte al alma la belleza del m�s alto tipo: la belleza moral, la belleza del Se�or.

3. El Evangelio engrandece la esfera. "La gloria del L�bano le ser� dada". As� como el Carmelo y el L�bano se elevan sobre las llanuras de Palestina, as� el alma en la que entra el Evangelio se eleva por encima de sus contempor�neos inconversos. La cristiandad engrandece al hombre en fortaleza moral, elevaci�n y majestad.

4. El Evangelio hace gloriosa la esfera. "Ver�n la gloria del Se�or". ( Homilista. )

El cristianismo finalmente triunf�

I. LA CERTEZA DE QUE SE CUMPLIR� LA NECESARIA DIFUSI�N DE LA VERDADERA RELIGI�N. El hombre siempre est� animado al cumplimiento del deber por la esperanza de �xito; y en los onerosos deberes a los que se convoca a los cristianos, debemos estar animados por la seguridad, procedente de la m�xima autoridad, de que nuestros esfuerzos ser�n coronados por el �xito. Antes de enunciar los fundamentos sobre los que se funda la certeza en cuanto a la difusi�n de nuestra religi�n, notaremos algunas cuestiones que parecen hacerla equ�voca, pero que en realidad no la interfieren.

1. La certeza de esta difusi�n no se ve obstaculizada por los obst�culos contra los que debe enfrentarse la religi�n en su progreso. Los obst�culos son numerosos y formidables; que surge de los defectos largamente consentidos de sus propios disc�pulos; las variedades existentes entre los hombres, de lengua, de car�cter nacional y de h�bitos sociales; los celos p�blicos y las antipat�as que con tanta frecuencia obstaculizan las relaciones sexuales y que a veces se han desencadenado en guerras desoladoras; la depravaci�n empedernida del coraz�n humano, alimentada en una madurez rencorosa por las imposturas, b�rbaras o refinadas, que han prevalecido durante tanto tiempo, y por la influencia maligna del dios de este mundo. Para muchas agencias, obst�culos como estos ser�an indudablemente fatales. Pero nuestra religi�n posee recursos que la elevan mucho m�s all� de ellos.

2. La certeza de la que hablamos no se ve obstaculizada por las diferencias existentes en la Iglesia profesante en cuanto al modo en que vendr� la difusi�n anticipada. Algunos afirman que la difusi�n tendr� lugar como consecuencia de la aparici�n personal del Salvador sobre la tierra; otros sostienen que vendr� mediante los instrumentos ordinarios que ya existen en el sistema cristiano, hechos efectivos por el abundante derramamiento del Esp�ritu.

�C�mo puede la ignorancia de un soldado raso en un inmenso ej�rcito, en cuanto al plan del gran cacique, argumentar contra el hecho de que ese plan, cuando se desarrolle y ejecute, asegurar� una victoria final y gloriosa?

3. La certeza no se ve obstaculizada por la oscuridad en cuanto al momento en que se efectuar� la difusi�n anticipada. La oscuridad que descansa sobre el momento en que se cumplir�n los deseos de la Iglesia y se suplir�n las necesidades del mundo, es una designaci�n directa de Dios, que no debe ser objeto de curiosidad por un lado, ni fuente de escepticismo por un lado. el otro.

II. LOS FUNDAMENTOS O PRUEBAS SOBRE LAS CUALES DEBEMOS CONSIDERAR ESA CERTEZA COMO DESCANSO. Debe deducirse:

1. De los principios generales en cuanto al car�cter y gobierno de Dios. Admitamos que Dios existe, que es el Gobernador moral y Soberano del universo, que est� sumamente preocupado por el mantenimiento de su propio honor y que, aunque poderoso, justo y santo, tambi�n es bondadoso y benevolente. , deseando y resuelto en el bienestar de Sus criaturas, y entonces la conclusi�n que ahora defendemos nos parece razonable e inevitable.

Si nuestra religi�n es el instrumento por el cual �l actuar� en los corazones de los hombres, para convertirlos "de las tinieblas a la luz, y del poder de Satan�s a Dios", entonces esa religi�n avanzar� y continuar� hasta que todos los prop�sitos de la majestad y el amor divinos se habr�n conducido a un logro delicioso.

2. De la constituci�n y el progreso de nuestra propia religi�n. La religi�n del Evangelio se forma con capacidades y con miras directas a la difusi�n universal. No admite restricciones ceremoniales; no toma nota de las preferencias o peculiaridades nacionales; no posee distinci�n de rango, clima o co] nuestro; se dirige a los hombres sobre la base de principios amplios y amplios, y se ocupa de ellos en los deseos y propiedades comunes de su naturaleza; se basa en una provisi�n redentora de suficiencia ilimitada: una propiciaci�n por los pecados del mundo; y su comisi�n es universal como la humanidad.

Si, de la constituci�n de nuestra religi�n, pasas a su historia, encuentras que la historia siempre nos lleva hacia la misma conclusi�n. No hay clase de obst�culos sobre los que no haya logrado triunfos, ning�n orden de seres entre los que no haya adquirido conversos.

3. Del testimonio expresado del Sagrado Tomo.

III. LOS RESULTADOS QUE SURGIR�N DE LA NECESARIA DIFUSI�N DE NUESTRA RELIGI�N.

1. Felicidad en el mundo. �Se alegrar�n el desierto y la soledad�, etc. Los disc�pulos del escepticismo a menudo han calumniado al cristianismo como la causa del dolor. Pero la verdadera religi�n espiritual del Evangelio no puede producir nada m�s que lo que est� de acuerdo con su naturaleza sublime y generosa. El cristianismo nunca dijo una palabra m�s que pronunciar una promesa, nunca dio un paso que no fuera para traer una bendici�n, nunca dio un golpe que no fuera para emancipar a un cautivo, nunca ejerci� una agencia sino para elevar y redimir un alma.

A medida que avance el cristianismo, habr� un desarrollo completo de los resultados, de los cuales ahora tenemos ejemplos. Habr� felicidad para las personas, las familias y las comunidades o naciones. Sin embargo, �qu� significa esto para la felicidad de la vida venidera?

2. Supremo honor a Dios. "Ver�n la gloria del Se�or y la excelencia de nuestro Dios". En relaci�n con la difusi�n de nuestra religi�n, Dios desplegar� y magnificar� los majestuosos atributos de Su naturaleza. En relaci�n con la exhibici�n y la magnificaci�n de las perfecciones Divinas, Dios recibir� el homenaje y la mayor alabanza de todos los seres creados. La felicidad es la felicidad de la gratitud.

La Tierra, con diez mil veces diez mil voces, celebrar� Su alabanza; los �ngeles del cielo y "los esp�ritus de los justos hechos perfectos" se unir�n en la aclamaci�n larga y fuerte, y la redenci�n constituir� el tema noble de sus canciones m�s nobles. ( J. Parsons. )

Bendiciones navide�as

I. EL MUNDO SIN EL EVANGELIO ES UN DESIERTO, un "desierto", un "lugar solitario". �Qu� aunque la brillante promesa de la primavera, el c�lido resplandor del verano, la rica madurez del oto�o, el tranquilo resto del invierno, est�n llenos de belleza! Y si las amplias llanuras de la naturaleza est�n regadas por nobles r�os, aunque sus monta�as se elevan con majestuosidad y grandeza, aunque sus valles "est�n tan espesos de ma�z que r�en y cantan", y aunque una poblaci�n rebosante anima a cada lugar habitable; sin embargo, para el ojo espiritual y aparte del Evangelio, �todo es un desierto y un lugar solitario! Y si as� fuera en nuestra hermosa tierra, que es la gloria de todas las tierras, �qu� pasa con las naciones paganas? Los hombres se han separado de Dios. El pecado se ha extendido por el mundo. No hay nada que sustente la vida Divina, nada que asegure la salud espiritual,

II. ENTONCES, �CU�L ES EL CAMBIO QUE PRODUCE EL EVANGELIO? Es lo mismo en todos y cada uno cuando se trata de "demostraci�n del Esp�ritu y de poder". Todas las cosas se vuelven nuevas. Los �frutos del Esp�ritu� brotan, el lugar solitario se alegra, el desierto se regocija y florece como la rosa. Conclusi�n&mdash

1. �Se ha alegrado mi coraz�n con el Evangelio?

2. �Qu� estoy haciendo para alegrar el coraz�n de los dem�s? Estas son preguntas que exigen respuestas r�pidas, porque:

3. El tiempo es corto. ( Josiah Batsman, MA )

El desierto se alegr�

I. UN DESIERTO PUEDE SER CONSIDERADO COMO EST�RICO Y SIN CIVILIZACI�N. Entonces, en general, son los pa�ses paganos. Pero, en lugar de la infructuosidad y la barbarie, el cristianismo introducir�a la cultura, la civilizaci�n y todo lo que, en conexi�n con ellas, tiende a promover las sustanciales comodidades de la vida. La Biblia y el arado van de la mano.

II. UN DESIERTO PUEDE SER CONSIDERADO COMO UN LUGAR DE SORPRENDENTE SOLIDAD. Pero el Evangelio introducir�a las expresiones de cari�o de la sociedad; o, en todo caso, endulzar la soledad misma. Incluso entre las tribus m�s numerosas de salvajes, el disfrute social es peque�o. Tienen, en verdad, sus fiestas; pero estas son temporadas de j�bilo diab�lico, m�s que de alegr�a humana. Su car�cter habitual, sin duda, es el retiro, la melancol�a y la taciturnidad.

Por otro lado, la verdadera religi�n da origen a esos sentimientos que impulsan al hombre con confianza a buscar al hombre; mientras que, al mismo tiempo, ensancha la mente y proporciona muchos temas racionales y vivificantes sobre los cuales los hombres se deleitan en hablar desde la abundancia del coraz�n.

III. UN DESIERTO PUEDE SER CONSIDERADO COMO UN LUGAR DE INHUMANIDAD Y CRUELDAD. Y as� son los pa�ses paganos ( Salmo 74:20 ).

IV. Cuando o�mos hablar de un desierto pensamos en UN LUGAR DE DOLOR SIN COMODIDAD. El mundo pagano no contiene en s� mismo los medios para aliviar la triste angustia que lo llena. Pero tal desierto se alegrar�a con el Evangelio, que traer�a a casa a los afligidos y moribundos "la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento".

V. COMO UN DESIERTO, EL MUNDO HEATHEN ES UN LUGAR DE TERRIBLE PELIGRO. �Estaba en peligro�, dijo el ap�stol Pablo, �en el desierto� ( 2 Corintios 11:26 ). "Donde no hay visi�n, la gente muere". Proverbios 29:18 ). Mejora&mdash

1. Mejoremos el tema para proporcionarnos un terreno de gratitud y amonestaci�n. �Cu�n agradecidos debemos estar cuando contrastamos nuestra propia situaci�n feliz con el estado de aquellos que �se sientan en tinieblas y en regi�n y sombra de muerte�!

2. Nos conviene considerar si hemos abrazado personalmente el Evangelio.

3. Mejoremos el tema en referencia a los paganos.

4. De acuerdo con la sabia determinaci�n de Dios, los instrumentos humanos son necesarios ( Romanos 10:14 ).

5. Se deben proporcionar los medios de sustento.

6. Aquel que ha de ser coronado Se�or de todo ya ha obtenido algunos de sus triunfos m�s destacados en los tiempos modernos, a trav�s de este instrumento. ( James Foote, MA )

Natividad

Aqu� hay tres cosas que deben tenerse en cuenta.

I. EL DESIERTO MISMO. El mundo antes de la aparici�n del Evangelio estaba seco como un desierto, desprovisto del Esp�ritu Santo de Dios, que es el agua de vida y la causa inmediata de toda justicia. Los paganos estaban sin el buen Esp�ritu, estaban expuestos a los asaltos de los esp�ritus malignos, cuyo empleo es ir �de un lado a otro por la tierra� como bestias salvajes en un desierto, buscando a quien devorar.

Y siempre ha sido el camino de los hombres malvados, agitados por esas pasiones furiosas implantadas en su naturaleza, convertirse en bestias de presa unos para otros, mordi�ndose y devor�ndose unos a otros. Pero la bestia que es nociva y maldita sobre todas las dem�s es la serpiente, en la que tenemos la representaci�n m�s perfecta del diablo mismo y de todos sus hijos, que son llamados la simiente de la serpiente. En un lugar infestado de tales habitantes, no podr�a haber un verdadero consuelo; pero al contrario, vejaci�n, desdicha, desilusi�n y desesperaci�n. El mal que prevalece entre los hombres que viven sin Dios hace de este mundo un lugar miserable.

II. EL CAMBIO QUE SE HAB�A LLEVADO A CABO. El conocimiento de Cristo se injert� en el coraz�n de los hombres, pronto los hizo verdes y fruct�feros en justicia, y abundaron en buenas obras, aun para asombro de sus enemigos.

III. LA CAUSA DE ESTE BENDITO CAMBIO. "Ver�n la gloria del Se�or y la excelencia de nuestro Dios". La gloria del mundo natural es el sol, cuya presencia es la que hace que el d�a sea tan superior a la noche. Pero sobre todo, el cambio del invierno a la primavera, muestra el poder y la excelencia de este maravilloso instrumento. Por tanto, Cristo, que en el reino de la gracia realiza las mismas cosas que el sol en la naturaleza, es en todos los aspectos el Sol de justicia. ( W. Jones, MA )

El desierto floreciendo

El desierto florecer� cuando Cristo est� en �l, como el narciso, el azafr�n del prado, la rosa.

1. Hay un desierto de separaci�n de los medios ordinarios de gracia. Puede que me vea privado, en la providencia de Dios, de mi entorno cristiano. Puede que tenga que viajar lejos de la patria y el sonido de las campanas del s�bado. Pero Jes�s puede habitar en mi coraz�n por fe. Y entonces el desierto se convertir� en un jard�n.

2. Hay un desierto de prueba. Quiz�s pierda mi sustancia. Quiz�s pierda mi salud. Quiz�s pierda a mi amigo, la mitad de mi propia alma. �Cu�n desoladora es la aflicci�n! Pero Jes�s puede bendecirme a trav�s de eso. Hace que el �rbol endulzante crezca junto a Marsh.

3. Hay un desierto de aparente desastre para la causa de Dios. La Iglesia tiene sus per�odos de adversidad en los que todo parece estar en su contra. Pero Jes�s lo ense�a a ser m�s serio entonces, m�s paciente, m�s devoto, m�s fuerte en la fe, m�s rico en sentimientos, m�s puro en el prop�sito.

4. Hay un desierto de muerte. Salir del mundo que conozco tan bien al mundo que es misterioso y extra�o: c�mo mi coraz�n se encoge de �l.Pero Jes�s me muestra por Su Palabra y Su Esp�ritu y Su propia experiencia, que la muerte es el camino a la gloria. y el camino a la fecundidad y la puerta a la vida. El lugar solitario se alegrar�. ( A. Smellie, MA )

La Rosa

Seg�n las versiones antiguas y muchos comentaristas �el narciso� o el azafr�n de oto�o es la planta destinada . ( W. Houghton, MA )

La Rosa

El nombre apunta a una planta bulbosa. ( P. Delitzsch, DD )

Vida de la muerte

El valle de Chambra, en India, es rico en fertilidad y belleza. La causa de toda esta fertilidad es un maravilloso manantial de agua que fluye de una ladera y suministra agua para el riego de todo el valle y para el uso de la gente que vive all�. Una vez, dice la leyenda, el valle estaba sin agua y hab�a desolaci�n por todas partes. Las plantas y los �rboles se estaban marchitando y la gente mor�a de sed.

La princesa del lugar se tom� muy en serio las penas de sus s�bditos. Consult� el or�culo para saber c�mo se pod�a eliminar la constante maldici�n de la sequ�a. El or�culo dec�a que si la princesa de la tierra mor�a por el pueblo, se le dar�a abundante agua. Se apresur� a dar su vida. Su tumba fue hecha y ella fue enterrada viva. Luego, de su tumba sali� un r�o que flu�a hacia el valle, restaurando toda la vida que languidec�a en el campo y el jard�n, y enviando agua a todas las puertas para que bebiera la gente hambrienta.

Desde entonces, los arroyos han seguido fluyendo del maravilloso manantial, llevando su preciosa bendici�n a todos los hogares. Esta vieja leyenda pagana ilustra bellamente lo que hizo Cristo. El mundo perec�a por falta del agua de la vida; Jes�s muri� y fue sepultado, y de Su Cruz y tumba rota derram� el r�o del agua de la vida para saciar la sed del mundo. Sus arroyos corren por todas partes, y dondequiera que fluyan, el desierto se ha hecho florecer como un jard�n de rosas. La belleza florece dondequiera que corran. ( JR Miller, DD )

Versículo 3

Fortalece las manos d�biles y confirma las rodillas d�biles.

Manos y rodillas d�biles

I. Intentar� mostrar LA IMPORTANCIA DE LAS MANOS Y LAS RODILLAS PARA IR AL CIELO. Las manos y las rodillas son aquellas partes del cuerpo en las que los efectos del miedo se ven m�s f�cilmente. Por supuesto, la ra�z del abatimiento y el miedo debe estar en el coraz�n; es lo que primero se mueve con terror. Pero luego estas extremidades, estas extremidades de acci�n comienzan a sentir tambi�n la debilidad. De la misma manera, el profeta quiere decir que dondequiera que el cristiano muestre m�s su timidez y su consternaci�n, debemos tener cuidado de aplicar el remedio del consuelo.

1. Las manos y las rodillas son de suma importancia porque representan el servicio activo y la s�plica. Por lo tanto, si las rodillas est�n d�biles y las manos d�biles, es poco lo que podemos hacer.

2. Podemos ver f�cilmente lo que el profeta quiere decir con manos y rodillas si observamos que un cristiano, aunque sus esperanzas est�n en el cielo, est� sobre la tierra. Es con la mano de la fe que el cristiano se aferra a lo que no se ve y se esfuerza por trepar hacia los cielos; es con su pie que desprecia la tierra y todo lo que llama bueno o grande. Sea d�bil el pie del cristiano, y entonces no podr� despreciar las cosas que se ven; pero fijar� su afecto en las cosas de la tierra y no en las de arriba. Deje que su mano de fe se debilite y no pueda asir las cosas que est�n en el cielo.

3. Pero recordar�s tambi�n que hay ciertas partes de la peregrinaci�n espiritual en las que las manos y las rodillas son absolutamente necesarias. John Bunyan representa a Christian llegando al pie de la colina Dificultad, y dice. �Mir� entonces a Christian, para verlo subir la colina, donde percib� que ca�a de correr a ir y de ir a trepar sobre manos y rodillas, a causa de lo empinado del lugar�. Todo cristiano que sepa mucho sobre la experiencia divina comprender� lo que esto significa.

II. EL MAL EFECTO DE MANOS Y RODILLAS D�BILES.

1. Ya hemos insinuado que un mal fruto de un cristiano con manos y rodillas d�biles es este, que �l mismo no podr� progresar mucho en la vida divina. Cuando me siento y leo las biograf�as de los santos que han ido al cielo, me quedo asombrado de m� mismo, y solo puedo llorar al pensar cu�n lejos estoy de estos hombres, y luego cu�nto m�s debo estar detr�s de mi Divino Maestro. Sin duda, los ejemplos de santos eminentes deber�an impulsarnos a seguir adelante. Pero manos d�biles y rodillas d�biles son las razones por las que tan pocos cristianos alcanzan alguna eminencia en los caminos y obras de Dios.

2. Manos d�biles y rodillas d�biles tienen otro efecto negativo. Impiden que hagamos grandes maravillas por el bien del mundo.

3. Nuevamente, las manos d�biles y las rodillas d�biles deshonran mucho a Cristo. Supongamos que tienes un amigo y le dices: �Amigo m�o, tengo tanta confianza en ti que te confiar� los t�tulos de propiedad de mi propiedad y todo lo que tengo. No, m�s; Te confiar� mi salud, mi vida. Haz lo que quieras conmigo; Tengo tanta fe en tu bondad y tu sabidur�a que estoy seguro de que no ser�s cruel ni te equivocar�s.

Conf�o en ti "Hay algo honorable en la fe en el objeto en el que se reposa". Ahora, si eres capaz, con la mano fuerte de la fe, de traer todo lo que tienes y d�rselo �ntegro a Dios, entonces �l es glorificado; pero si tu mano es d�bil, y est�s escondiendo algo escogido que no puedes entregarle a �l, si no est�s completamente firme en la rendici�n, pero le ocultas algo, entonces esa mano d�bil traer� deshonra a Dios.

Tambi�n lo hace la rodilla d�bil. Cuando el creyente va a su armario y se inclina all� con su rodilla d�bil y le pide a Dios que lo bendiga, y no cree ni a medias que lo har�, deshonra a Dios. Pero, cuando un hombre cae de rodillas y grita: �Se�or, t� lo sabes todas las cosas; t� sabes que tal cosa es necesaria para m�; ah� est� tu promesa; Haz como has dicho, Se�or; S� que me lo dar�s: �y cuando se levanta de sus rodillas, se agacha y dice a sus amigos:� La bendici�n vendr�; Lo he pedido, y Dios me escuchar� �. por qu�, tal hombre honra a Dios.

III. LAS CAUSAS DE LAS MANOS D�BILES Y LAS RODILLAS FLEXIBLES.

1. Algunos cristianos tienen manos y rodillas d�biles porque son s�lo beb�s. La familia de Dios es como cualquier otra familia; no esperamos que el reci�n nacido convertido corra solo al principio. Dios no sobrecargar� a Sus corderos. No espera largas marchas de pies d�biles. Como eres d�bil, tendr�s deberes m�s livianos.

2. Una causa m�s frecuente de manos y rodillas d�biles es el hambre.

3. Pero, nuevamente, el miedo es la gran debilidad de las rodillas de los hombres; la duda y la desconfianza son los grandes relajantes de la fuerza de las manos de los hombres.

4. La pereza puede debilitar a un hombre en sus manos y pies. Los brazos se fortalecen al usarlos. El herrero adquiere una mano musculosa al usar constantemente su martillo. El que sube a la monta�a o camina m�s de una milla al d�a, se fortalece en sus pies. ( CH Spurgeon. )

Rodillas d�biles

La vida terrenal deber�a ser una carrera espiritual o un peregrinaje al monte Sion. Necesitamos rodillas fuertes para escalar con facilidad colinas empinadas y escarpadas; y como nuestro viaje espiritual puede compararse con escalar colinas, necesitamos fuerza espiritual que nos permita hacerlo con comodidad para nosotros mismos. Si tenemos las rodillas d�biles, nuestro viaje ser� una serie de quejidos y, tal vez, una sucesi�n de quejas; pero cuando nuestras d�biles rodillas se fortalecen y nuestros pulmones se dilatan por la deliciosa atm�sfera de los cerros, el viaje se puede hacer c�modamente con cantos sagrados y alegr�a continua.

I. Las rodillas d�biles a menudo son causadas por DEPRESI�N MENTAL. En estas depresiones mentales, la ayuda humana no tiene mucha importancia; necesitamos la presencia y el consuelo de Dios. La oraci�n es la mejor medicina; y si, al mismo tiempo, podemos alejarnos del pueblo al aire dulce y puro del campo y subir una colina, regresaremos a casa con el coraz�n animado y la pisada el�stica.

1. Dios puede permitir que la depresi�n nos visite para dominar nuestro orgullo. Act�a como un "whisky" en una rueda, o un "freno", lo que evita que los caballos arrastren el carruaje cuesta abajo con tanta rapidez que pierdan el equilibrio. En esos momentos, se nos ense�a que, despu�s de todo, debemos mantener el ritmo de nuestros hermanos d�biles.

2. Estos momentos de depresi�n espiritual nos dan la naturaleza de simpatizar con los afligidos. Como dice el proverbio: "Son tiernos los que han sido desollados".

3. La pesadez de esp�ritu tambi�n es necesaria para darnos tiempo para meditar y repasar las misericordias. Cuando est� subiendo, no ve nada m�s que la colina frente a usted; pero cuando est� cansado y descansando, puede ver el glorioso paisaje por millas. Ah, cuando las rodillas d�biles son causadas por esforzarse hacia arriba para acercarse a Dios, es una se�al sagrada, que resultar� en una fuerza eterna. Cuando nos vemos obligados a reducir la velocidad, vemos la bondad de Dios y aprendemos a confiar en su direcci�n.

II. Nuestras rodillas a veces se debilitan por MUCHAS AFICCIONES. Pero aunque tenemos aflicciones que hacen que nuestras rodillas se doblen en debilidad, Dios se ha comprometido a darnos fuerzas seg�n nuestro d�a. Si soportamos nuestras aflicciones con paciencia, nuestras rodillas se fortalecer�n para hacer grandes cosas para Dios.

III. La debilidad de las rodillas espirituales puede ser causada por EL PESO DE LA INCREDULIDAD. ( W. Birch. )

Solicitud por los afligidos

Es deber de todos los hombres cuidar de los hijos del dolor. Hay quienes desde su nacimiento est�n marcados por la melancol�a como la suya propia. Las silenciosas sombras del dolor son sus agradables lugares; los claros del bosque del dolor son los �nicos lugares donde sus hojas pueden florecer. Hay otros que por alguna desdicha aplastante se ven tan abatidos que nunca vuelven a levantar la cabeza, sino que desde ese momento van de luto a la tumba.

Tambi�n hay algunos que, decepcionados en su primera juventud, ya sea en alg�n objeto cari�oso de sus afectos, o bien en alg�n proyecto de su joven ambici�n, nunca pueden atreverse a enfrentarse al mundo, sino que rehuyen el contacto con sus semejantes, incluso como la planta sensible riza sus zarcillos al tacto. En todos los reba�os debe haber corderos y ovejas d�biles y heridas; y entre el reba�o de hombres, parece que necesariamente debe haber algunos que deber�an probar m�s que otros la verdad de la declaraci�n de Job, "el hombre nace para los problemas incluso cuando las chispas vuelan hacia arriba". ( CH Spurgeon. )

Versículo 4

Diles a los de coraz�n temeroso: Sed fuertes, no tem�is.

Consuelo para los temerosos

La presunci�n y el miedo son la Escila y Caribdis de la vida cristiana, y se requiere la gu�a divina, junto con toda nuestra propia vigilancia, para conducir con seguridad entre ellos.

Mi objetivo es adaptarse al caso de aquellos que tienen derecho a esperar la misericordia divina a trav�s de Cristo Jes�s, pero se inquietan a s� mismos o el enemigo los inquieta con temores innecesarios.

1. �No puedo permitirme la esperanza de ser cristiano�, se dir�, �porque nunca he pasado por los mismos ejercicios y experiencias religiosas que otros profesan haber sentido y disfrutado; no he conocido convicciones tan profundas; no tengo una seguridad tan clara de mi aceptaci�n ante Dios ". Dios ha llevado a muchos hijos a la gloria, pero no creo que dos de ellos hayan sido conducidos all� precisamente de la misma manera, o que hayan sido ejercitados precisamente con los mismos sentimientos. Si, en general, nuestras experiencias se corresponden con la Palabra de Dios, en los grandes puntos de la fe y el amor, no tiene por qu� inquietarnos, aunque nunca hemos o�do hablar de otro caso exactamente como el nuestro.

2. Pero otro abatido dice: "Si yo fuera verdaderamente un hijo de Dios, el pecado no prevalecer�a contra m� como lo encuentro". Mientras haya una guerra decidida contra el pecado, hay terreno para la esperanza.

3. A�n as�, uno puede estar listo para responder: �Encuentro que el pecado no solo prevalece contra m�, sino que parezco ser peor que cuando luch� contra �l por primera vez; mi coraz�n parece volverse m�s perverso; mis corrupciones, m�s fuertes, y mi fuerza para resistir a ser menos �. Percibir m�s de nuestro pecado de lo habitual, no siempre prueba que somos m�s pecadores, pero a menudo lo contrario; al igual que cuando se limpia una habitaci�n, aunque el aire est� lleno de polvo flotando en los rayos del sol, no hay m�s all� que antes, y pronto habr� menos a medida que avanza la operaci�n. No conocemos la fuerza de nuestras malas pasiones hasta que comenzamos a oponernos a ellas. Cuando alguien hace un esfuerzo especial por llevar una vida cristiana, se siente especialmente tentado y obstaculizado.

4. Otra clase de inquietos afirma que no pueden esperar ser verdaderos cristianos, porque parecen amar todo lo dem�s m�s que a Dios; Si esto fuera realmente cierto, no tendr�amos ning�n aliento que ofrecer, porque si Dios no es amado supremamente, no podemos ser sus hijos. Pero, al estimar nuestro amor a Dios, comparado con nuestro amor a las cosas terrenales, no debemos concluir que amamos lo que m�s excita nuestros afectos.

Bien se ha se�alado, �que un hombre puede conmoverse m�s cuando ve a un amigo que ha estado ausente durante mucho tiempo, y parece considerarlo m�s por el momento que a su propia esposa e hijos, y sin embargo nadie pensar�a que el amigo fue el m�s amado �; por tanto, tampoco debemos concluir, porque cuando estamos en el mundo exterior encontramos nuestros afectos movidos con vehemencia hacia sus diversos objetos, que por lo tanto son supremos en nuestro coraz�n. Debemos juzgar nuestro afecto comparativo pregunt�ndonos con seriedad, de cu�l de los dos objetos preferir�amos separarnos.

5. De nuevo, algunos afirman que existe un gran peligro de autoenga�o; que una persona puede, en apariencia, ser como un cristiano, y sin embargo estar realmente desprovisto de toda piedad verdadera, y temen caer en el mismo error. El miedo suele ser el mejor remedio contra lo temido, y nadie est� m�s alejado del peligro de hacer una falsa profesi�n que los que m�s le temen.

6. Algunos, nuevamente, tienen miedo de no ser verdaderos cristianos, porque est�n muy lejos de los logros de algunos cristianos eminentes que conocen. Respondemos que es posible que no conozcamos la peor parte del car�cter de esos santos exaltados, o que no tengan nuestros obst�culos, o que hayan tardado mucho en llegar a ese estado, mientras que nosotros somos s�lo ni�os en Cristo.

7. Otra clase puede decir que no pueden pensar que ning�n cristiano real haya sido jam�s tan tentado y angustiado con pensamientos malvados como ellos. Respondemos, Job fue tentado a maldecir a Dios, y al mismo Cristo a adorar a Satan�s. Es posible que tengamos pensamientos muy malvados entrando en nuestra mente, pero si no nos deleitamos en ellos, si luchamos contra ellos, y son dolorosos para nosotros, no son evidencia en nuestra contra. El mismo hecho de que nos aflijan y nos resistamos a ellos, est� a nuestro favor.

8. Otra clase de desanimados y temerosos dice que tienen dificultades doctrinales, que ciertas cosas de la Biblia no les parecen claras y temen hacer cualquier confesi�n p�blica de Cristo hasta que se aclaren. La mejor manera de resolver las dificultades doctrinales es realizar deberes pr�cticos. Pero ser�a interminable contar todas las formas en las que nos asaltan las dudas y los miedos.

Su nombre es Legi�n, y nuestra oraci�n debe ser que Cristo les ordene que salgan del hombre que se aflige con ellos y que no entren m�s en �l. Muchos parecen pensar que muestran un esp�ritu encomiable al albergar esos temores. Pero no hay humildad en dudar de las promesas de Dios. ( WH Lewis, D. D. )

El ministerio de consolaci�n

Consideremos el texto:

I. COMO DISUASIVO CONTRA NUESTROS TEMORES SECRETOS. "Diles a los de coraz�n temeroso: No tem�is". El lenguaje no es infrecuente cuando se dirige a los hijos de Dios. �No temas, Abram, yo soy tu escudo y tu recompensa muy grande�. �As� ha dicho Jehov�, que te cre�, oh Jacob, y el que te form�, oh Israel, no temas�. �No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios �. El lenguaje parece insinuar que aquellos que verdaderamente buscan a Cristo corren el riesgo de ser oprimidos por muchos temores. Pero el Se�or dice, no debes tener miedo.

1. No temas por la grandeza de tus pecados. Insondables como son las profundidades de tu iniquidad �, hay una profundidad, que es a�n m�s profunda. �Donde abund� el pecado, sobreabund� la gracia�.

2. No temas a causa de las enfermedades restantes y las tendencias internas al mal. �Cu�ntos se ven disuadidos de dar un paso decisivo en la religi�n porque no han alcanzado un cierto punto de avance espiritual? olvidando que el acto de dar el paso es uno de los medios para llegar a este punto.

3. No sea de coraz�n temeroso por nada adverso o inquietante en su experiencia espiritual. Muchos llegan a conclusiones precipitadas sobre este tema a partir de premisas poco s�lidas e indignas, y solo a partir de puntos de vista parciales de las Escrituras.

II. COMO ANIMO PARA SUFRIRSE DE LA FUERZA DE DIOS. "S� fuerte." El consejo es frecuente en las Escrituras. Pero, �en qu� vamos a ser fuertes ?. Bueno, fuerte en el Se�or, fuerte en Su fuerza, seguro a trav�s de Su sujeci�n. Nuevamente, por la exhortaci�n, sed fuertes, debemos entender un mandato de buscar y orar por las ayudas fortalecedoras de Dios el Esp�ritu Santo.

1. Existe la fuerza de la gracia preventiva en la hora de la tentaci�n, cuando no se permite que venga sobre nosotros; cuando alg�n poder que no conocemos nos mantiene fuera de peligro; cuando el dominio de nuestro pecado que nos asedia aparece por un tiempo para ser hundido, y sin una lucha o un golpe vencemos en el poder de Dios.

2. Luego, est� la fuerza de la gracia de apoyo cuando llega la lucha, cuando tenemos que luchar con pensamientos duros en la adversidad, o pensamientos rebeldes en la desilusi�n, con pensamientos pecaminosos en la soledad, con pensamientos orgullosos y envidiosos en el mundo, con incredulidad e impaciencia, y un poco de voluntad para la oraci�n, y no podemos sacudirnos estas cosas.

3. Y luego est� la fuerza de la gracia iluminadora y santificadora. Crecemos en la gracia y en el conocimiento de nuestro Se�or y Salvador Jesucristo al mismo tiempo; y todo esto es a trav�s de la fuerza impartida por el Consolador.

4. Pero no debo dejar de notar lo principal en lo que debemos ser fuertes, lo que dio a la oraci�n de Jacob poder para prevalecer ante Dios, es decir, que seamos como Jacob era, fuertes en la fe, dando gloria a Dios. Prot�jase de todas las nociones confusas e imperfectas de la ofrenda del plan del Evangelio o del poder y la voluntad de Cristo para salvar. Recuerde que hay suficiente virtud en Su sangre, suficiente poder en Su brazo y suficiente gracia a Su disposici�n para santificar y salvar a todo un mundo de pecadores. Apl�quese a �l por fe y oraci�n. No pongas l�mites donde Dios no los ha puesto. �La sangre de Jesucristo limpia de todo pecado�, y si de todo, �por qu� no el tuyo? ( D. Moore, MA )

Una vieja enfermedad y un viejo remedio

I. UN PROBLEMA COM�N. "Un coraz�n temeroso". Piense en algunas de las causas.

1. La vida misma es una causa. Un ni�o peque�o no teme. Pero el ni�o peque�o a�n no ha alcanzado la conciencia de su propia personalidad, no ha sido sobrecogido por el misterio de su propia existencia. Envuelto en tal conciencia siempre hay un cierto miedo.

2. El pecado es otra fuente de un coraz�n temeroso. La relaci�n ideal entre Dios y el alma es la de la mayor intimidad, pero el pecado rompe esta relaci�n.

3. Las cosas tristes que surgen en la vida son causas de un coraz�n atemorizado.

4. Las dificultades del deber.

5. La monoton�a del deber. A veces, cuando tristes per�odos del deber, lo mismo d�a tras d�a, llenan la visi�n, surge un temor real de que uno no cumpla con el deber debido a su rutina poco interesante.

6. La revelaci�n de la propia naturaleza del hombre bajo alguna gran sorpresa o desilusi�n es causa de un coraz�n atemorizado. La fuerza que uno se imaginaba tener, resulta ser, despu�s de todo, una gran tensi�n, pero una debilidad. El coraz�n en las Escrituras representa al hombre completo: intelecto, afecto, voluntad. Lo que se necesita es que un hombre vea con claridad, ame con sabidur�a, voluntad con fuerza; pero cuando el miedo envuelve a uno con brumas, �ste es el resultado; un coraz�n d�bil, sin fuerzas para hacer; rodillas d�biles - sin poder de prop�sito.

II. EL VIEJO Y A�N NUEVO REMEDIO para este problema com�n.

1. Un Dios personal. "He ah� a tu Dios".

2. Un Dios apropiado - tu Dios.

3. Un Dios activo. "�l vendr�." Dios no es una pasividad inerte, que no interviene en las cosas. Nuestra Escritura es profec�a; Dios ha venido en la Encarnaci�n.

4. Un Dios por tu ayuda. "�l vendr� y te salvar�".

5. Un Dios gratificante. "Vendr� con recompensa". Piense m�s en Dios que en las causas de su temor, y tambi�n aprop�ese de Dios. ( Revisi�n homil�tica. )

Miedos

1. Estas palabras nos traen pensamientos muy deliciosos sobre la naturaleza y los prop�sitos de Dios. Recopilamos de ellos Su compasi�n. �l amablemente env�a el mensaje sin ser solicitado. Su misericordia. No desea que su pueblo sufra problemas o ansiedad innecesarios. Su poder y cuidado, porque �l puede salvarlos del peligro y as� garantizar que su miedo sea innecesario.

2. Pero nos recuerdan una condici�n muy dolorosa del hombre, que es su tendencia a temer en medio de los desalientos de la vida. Estos consisten en muchas cosas.

I. MIEDOS RELACIONADOS CON CIRCUNSTANCIAS EXTERNAS.

1. Los hombres temen lo que es m�s grande o m�s poderoso que ellos. De ah� que teman las fuerzas materiales de la naturaleza, las poderosas convulsiones de la creaci�n, la fuerza de su pr�jimo y el poder de Dios.

2. Los hombres temen lo que para ellos es misterioso y desconocido. Por tanto, existe un miedo innato a la oscuridad, a la muerte, al futuro.

3. Los hombres temen lo que es m�s malo que ellos mismos. Hombres malvados, combinaciones malvadas de hombres, esp�ritus malignos y las maquinaciones de Satan�s.

4. Los hombres temen las circunstancias que pueden afectar negativamente a sus intereses. Aquello que puede traerles p�rdidas materiales, aquello que frena su avance externo, aquello que estropea su diversi�n o gratificaci�n.

II. MIEDOS RESPECTO A CIRCUNSTANCIAS INTERNAS.

1. Existe nuestra relaci�n con Dios. Como un observador que todo lo ve, como un Juez justo, como un Rey vengador. Estamos ante �l como un Jehov� Todopoderoso, que conoce nuestros pensamientos, pecados y deseos.

2. Est� nuestro futuro estado de existencia. La culpa nos vuelve cobardes a todos.

3. Est�n nuestras relaciones dom�sticas. El cord�n del afecto roto, la amistad rota y los tesoros perdidos.

4. Existe la angustia y el sufrimiento mental, moral y corporal. Grandes y terribles aparecen cuando envuelven nuestra existencia y amenazan nuestro futuro.

Ahora, cuando estas cosas se ciernen sobre el alma y oscurecen el horizonte de la vida, se oye hablar al alma de los fieles y fervientes creyentes en Cristo la palabra de trompeta de nuestro texto: �No temas�. Hay muchas razones por las que no debemos temer.

1. Est� el hecho del amor de nuestro Padre. No aflige voluntariamente a los hijos de los hombres.

2. Est� el hecho del poder de nuestro Padre. Es capaz de apoyar y anular todas las circunstancias adversas.

3. Est� el hecho de la presencia de nuestro Padre. Siempre est� cerca. El verdadero ant�doto contra el miedo es la fe. ( Homilista. )

El vendr� y te salvar�

No es una salvaci�n abstracta lo que esperamos y esperamos, sino un Salvador, un Salvador ante el cual ning�n enemigo puede enfrentarse. Su venida ser� la liberaci�n. El peligro, la esclavitud, la debilidad y el dolor ser�n eliminados, y en la conciencia de la gran liberaci�n, "Los ojos de los ciegos ser�n abiertos", etc. ( W. Hubbard. )

Versículos 5-6

Entonces se abrir�n los ojos de los ciegos

Buena esperanza para los afligidos

I. Esta gozosa predicci�n se cumpli� literalmente en las CURACIONES MILAGROSAS QUE REALIZ� NUESTRO SE�OR EN LOS D�AS DE SU CARNE.

II. La predicci�n que anima se cumple espiritualmente, en LA EXPERIENCIA DE LOS PECADORES, EN EL D�A DE LA CONVERSI�N.

III. Esta agradable predicci�n tambi�n se cumple, en un sentido espiritual, en LA EXPERIENCIA DEL CRISTIANO, EN EL D�A DEL GRACIOSO AVIVAMIENTO, DESPU�S DE UNA TEMPORADA DE DECLENSI�N.

IV. La deliciosa predicci�n se cumple gloriosamente en EL D�A DE LA MUERTE DEL CRISTIANO Y EN LA RESURRECCI�N DE LOS JUSTOS. ( D. Fraser, DD )

Versículo 6

Entonces el cojo saltar� como un ciervo

Una triple promesa

1.

Muleta desterrada.

2. Acentuaci�n de la lengua muda.

3. Sahara de regad�o. ( T. De Wilt Talmage, D. D. )

Y la lengua de los mudos canta

Cantantes tontos

I. TENGA EN CUENTA LAS PERSONAS QUE DIOS HA ELEGIDO PARA CANTAR SUS CANCIONES PARA SIEMPRE. "La lengua de los mudos cantar�". Su canto no proviene naturalmente de ellos mismos; no nacieron cantantes. No, eran tontos. �Cu�nto deber�a animarle esto a que busque hacer el bien a los dem�s! Si tienes vecinos que profanan el d�a de reposo, aborrecen a Dios, no quieren venir a la casa de Dios y desprecian a Cristo; si los encuentra tan lejos como los puede encontrar, recuerde que �l hace cantar a los mudos y, por lo tanto, puede hacerlos vivir.

II. Ahora voy a entrar en una DESCRIPCI�N bastante m�s l�cida de esta gente tonta. �Quienes son? A veces pienso bien en la Concordancia de Cruden. Cuando lo abr� en este pasaje, encontr� al Maestro Cruden describiendo diferentes tipos de gente tonta. Dice que hay cuatro o cinco tipos diferentes, pero nombrar� s�lo cuatro de ellos.

1. Aquellos que no pueden hablar - esa es la aceptaci�n usual de la palabra mudo - los otros son, por supuesto, s�lo aplicaciones figurativas del t�rmino. Ahora, espiritualmente, el hombre que todav�a est� en sus delitos y pecados es mudo. Est� muerto y no hay nadie tan mudo como un muerto. ��Se levantar�n los muertos y te alabar�n? �Ser� declarada tu misericordia en el sepulcro, o tu fidelidad en la perdici�n? " Como �nadie puede llamar a Jes�s Se�or, si no es por el Esp�ritu Santo�, estas personas no pueden hacerlo verdaderamente.

�Pero, todos saluden gracia soberana! Son mudos por naturaleza, pero �l no los dejar� as�; ahora no pueden cantar Sus alabanzas, pero lo har�n; no confesar�n ahora sus pecados, pero �l los pondr� todav�a de rodillas y har� que derramen su coraz�n ante �l.

2. Pero hay una especie de gente tonta que no habla. Son mencionados por Isa�as. Dijo que los predicadores de su �poca eran "perros tontos que no ladraban".

3. Ahora te presentar� a un tercer tipo de gente tonta. Son mudos porque no se atreven a hablar; y son buenas personas. Aqu� est� uno de ellos: �Me qued� mudo de silencio; No abr� mi boca, porque T� lo hiciste ". Y es una bendici�n ser tonto de esa manera. El siervo del Se�or a menudo tendr� que estar mudo ante las pruebas y los problemas. Puede que usted se encuentre ahora en el m�s profundo problema y se vea obligado a guardar silencio; bueno, todav�a cantar�s por todo eso.

Si no puedes alegrar la oscuridad con "c�nticos en la noche", sin embargo, �l te "rodear� con c�nticos de liberaci�n". No siempre debemos callar con la aflicci�n. Los santos han conocido el gozo, indeciblemente grande, en medio de una prueba intolerablemente ardiente. Sus murmullos han sido silenciados y su agradecimiento se ha vuelto vocal. Un viejo puritano dijo: �El pueblo de Dios es como p�jaros; cantan mejor en jaulas ".

4. Tenemos un tipo m�s de gente tonta: los que no tienen nada que decir. Les dar� un ejemplo; Salom�n dice en los Proverbios: "Abre tu boca para los mudos"; y se refiere a aquellos que en el tribunal del juicio no tienen nada que defender por s� mismos, y tienen que permanecer mudos ante el tribunal. Como aquel anciano que, cuando el rey entr� a ver a los invitados, no ten�a vestido de boda; y cuando el rey dijo: "Amigo, �qu� tan serio est�s aqu�?" se qued� sin habla; sin palabras, no porque no pudiera hablar, sino porque no ten�a nada que decir.

�No hemos sido t� y yo mudos, y no lo somos ahora, cuando intentamos mantenernos en los t�rminos de la ley con Dios, cuando olvidamos que Jesucristo y Su sangre y justicia son nuestra completa absoluci�n? Ahora podemos cantar este himno: "�Qui�n acusar� a los elegidos de Dios?" No Dios, porque "�l ha justificado". "�Qui�n es el que condenar�?" No Cristo: "Muri�, m�s bien, resucit�, el que est� a la diestra de Dios, y ha intercedido por nosotros".

III. LAS OCASIONES EN LAS QUE LA LENGUA DE ESTOS MUDOS CANTAN LO MEJOR. Creo que canta siempre, poco o mucho. Si una vez se pone en libertad, nunca dejar� de ser puesta en escena. ( CH Spurgeon. )

En el desierto brotar�n las aguas

La figura del desierto

La hermosa poes�a de este pasaje est� casi descartada sobre nosotros que no hemos tenido una experiencia real del desierto. Nuestra imaginaci�n se ha visto favorecida en gran medida por las v�vidas y pat�ticas descripciones de los viajeros que lo han atravesado; pero la imaginaci�n m�s poderosa no puede permitirnos sentir su terrible realidad. La extensi�n interminable, la mismidad angustiosa, el horizonte de leguas a leguas no interrumpido por un �rbol o un arbusto solitario.

La arena ardiente que nos ciega los ojos y nos quema los pies. El mismo camino, confuso y a menudo arrasado por la r�faga del viento abrasador, est� sembrado con los huesos blanqueados de las pobres criaturas que han sido v�ctimas del calor y la sequ�a. Ni un p�jaro volando sobre nuestras cabezas, ni un animal inofensivo a la vista en un prado escaso. La noche se vuelve terrible y la penumbra se profundiza con los rugidos del le�n y los aullidos del chacal y la hiena.

No se obtiene ni un trozo de comida de fruta o ra�z y, lo peor de todo, ni una gota de agua para saciar la sed ardiente. Nuestros labios resecos apenas pueden cerrarse. Y este espantoso lugar es tan interminable que lleva d�as y semanas atravesarlo; s�lo aqu� y all�, a intervalos prolongados, el viajero exhausto y casi demente se encuentra con el oasis verde y el pozo de agua de valor incalculable. En el Antiguo Testamento, los horrores del desierto se utilizan a menudo para representar el aspecto miserable de la vida y las privaciones del alma humana.

"Mi alma tiene sed de ti, en una tierra �rida y seca donde no hay agua". "Como el ciervo brama tras las corrientes de las aguas, as� anhela mi alma por ti, oh Dios." �Mi alma tiene sed de Dios, aun del Dios vivo�; �Cu�ndo vendr� a comparecer ante la presencia de Dios? " �Derramar� agua sobre el sediento y las inundaciones sobre la tierra seca�. Y aqu� Isa�as, deseando mostrar la gloria y la belleza de una verdadera visi�n de Dios, compara el cambio de la oscuridad y la miseria o el alma con la transformaci�n del desierto en un jard�n. ( C. Voysey, MA )

El desierto de la existencia

El coraz�n del hombre es el verdadero desierto, donde la escasez, la sequ�a y la sed insaciable lo atormentan y destruyen hasta que obtiene la visi�n de la gloria de Dios, que es Su amor. Cuando el hombre ve eso, las aguas brotan en el desierto de su alma y arroyos en el desierto. Su coraz�n florecer� como la rosa y florecer� abundantemente; y no solo flores, sino tambi�n frutos para la curaci�n de las naciones.

Cuando el hombre aprenda c�mo Dios nos ama a todos, encontrar� gozo y alegr�a; y el dolor y el gemido huir�n. Esa es la esencia del poema. Pero ense�a mucho m�s. Cuando el coraz�n del hombre se convierte de un desierto en un jard�n por el conocimiento del amor de Dios, no solo es feliz en s� mismo, sino que es una fuente y una corriente de felicidad para los dem�s. �Entonces se abren los ojos de los ciegos y se destapan los o�dos de los sordos.

Entonces el cojo salta como un ciervo, y la lengua del mudo canta. Su amor por los dem�s se enciende y se ilumina al ver el amor de Dios. De modo que sacamos tres ideas distintas de la poes�a que tenemos ante nosotros. El conocimiento del amor de Dios como la fuente de toda bienaventuranza: primero, para traer gozo y alegr�a a las almas individuales, y luego para hacerlas fruct�feras al traer gozo y alegr�a a los corazones de sus semejantes. ( C. Voysey, MA )

Dios solo la satisfacci�n de la humanidad

Si tan s�lo lo crey�ramos, ver�amos que en la medida en que consideramos nuestro entorno como un desierto, estamos dando prueba de que pertenecemos a un orden de existencia superior al de aquellos que pueden estar satisfechos con los placeres comunes, el pan y el agua. de la vida meramente animal. Si pertenecemos a ese orden superior, si nuestro verdadero reino no es de este mundo, no seremos capaces de satisfacernos con todo lo que este mundo pueda proporcionarnos.

Nuestra sed solo se inflamar� y no se apagar� con todos los esfuerzos para calmarla con gratificaci�n terrenal. Y no creo que sea irrazonable pedirle que d� el siguiente paso, que es m�s un salto que un paso, y admitir que Dios nunca quiso que fu�ramos perfectamente felices aqu� en la tierra, en y solo a trav�s de la satisfacci�n. de nuestros deseos terrenales. �l nos ha hecho de tal manera que el mundo y la vida humana, por hermosos y deliciosos que sean, ser�n para nosotros un desierto lleno de cansancio, hambre y sed, hasta que encontremos nuestra verdadera satisfacci�n en �l y Su amor. ( C. Voysey, MA )

Las alegr�as de los piadosos

Todo el secreto de nuestra felicidad reside en este conocimiento del amor de Dios.

1. Se suma enormemente a todo placer e indulgencia leg�timos. Llevamos nuestras alegr�as en compa��a de Dios. En nuestra recreaci�n, en nuestros juegos, en nuestro regocijo y risa, nos deleitamos con mayor libertad y coraz�n porque nunca olvidamos que �l est� all�, nunca olvidamos que es de �l de quien han venido nuestros variados poderes de disfrute y los innumerables recursos. que lo ministran. Ponemos a Dios siempre delante de nosotros y, por lo tanto, en todas las supuestas bendiciones y comodidades de la vida estamos libres de pecado en el uso. No disfrutaremos de ning�n placer por el cual no podamos darle gracias. Y es asombroso el gran n�mero extra de placeres que tenemos como consecuencia.

2. Una riqueza a�n mayor se derrama sobre nosotros al ver el amor de Dios. Convierte todos nuestros dolores y tristezas en alegr�a. Nos da perfecta satisfacci�n con nuestro destino. Sabemos que no pudo haber venido en contra de Su voluntad. Sabemos que ha venido, entonces, para hacernos bien. Si tan s�lo somos pacientes y lo soportamos como un hombre, pronto veremos la bendici�n que Dios ha envuelto en �l; cuando nuestro Dios viene a nosotros en el desierto de nuestra aflicci�n, el agua brota y estamos satisfechos y refrescados. �l es nuestra fuente viva de paz y esperanza y gozo inefable; Su amor toca la roca fuerte de la rebeli�n de nuestro coraz�n, �y he aqu�! los arroyos de alegr�a fluyen y somos como un jard�n bien regado.

Entonces nuestros pobres ojos ciegos se abren para ver solo el bien, donde pensamos que solo hab�a maldad. Entonces nuestros o�dos sordos se destapan y escuchamos con alegr�a y agradecimiento Su susurro de paz reconfortante y alegre. Entonces, nuestros miembros paralizados se levantan ante Su llamado y cumplimos con el deber m�s cercano a nosotros; comenzamos a sacar lo mejor de nuestras condiciones cambiadas y caminamos con alegr�a el camino de espinas en el que Su mano nos est� conduciendo.

Y la lengua de los mudos cantar�. Nuestros labios obstinados se cerraron r�pidamente con ira y resentimiento, nuestra lengua pegada al paladar en angustia y desesperaci�n, ahora se mover� en armon�a con el gozo despertado por la vista de Su amor. Lo glorificaremos en el fuego de la tribulaci�n; cantaremos de su gran salvaci�n. ( C. Voysey, MA )

El deseo de bendecir a los dem�s.

Y a�n m�s y m�s sale de esa fuente inagotable de bondad y alegr�a. La visi�n del amor de Dios no solo transfigura la vida de cada individuo, sino que nos hace hacer todo lo posible para convertir el desierto que nos rodea en un jard�n. Los ateos me han confesado cu�n est�ril es el ate�smo pr�ctico bueno, cu�n absolutamente deficiente en cualquier motivo inspirador para el bondadoso esfuerzo por ayudar a los dem�s.

Pero sabemos, por nuestra propia experiencia, que la visi�n del amor de Dios, que ha convertido nuestro propio desierto en un jard�n, tambi�n nos ha incitado a un entusiasmo de amor fraternal y ha dado fruto en esfuerzos pr�cticos para traer arroyos al desierto de no vive la nuestra. ( C. Voysey, MA )

Arroyos en el desierto

Los arroyos son espirituales y se refieren a la difusi�n del Evangelio y las m�ltiples bendiciones de la salvaci�n en el mundo.

I. ALGUNAS DE LAS BENDICIONES QUE ESTAS CORRIENTES IMPARTIR. Son una fuente de ...

1. Fertilidad espiritual. Ninguna otra corriente posee el mismo poder fertilizante. Los escritores modernos muestran una tendencia a atribuir a la influencia de la civilizaci�n y el conocimiento todas nuestras bendiciones sociales, morales y religiosas. Pero, �c�mo concilian sus teor�as con los efectos comparativamente est�riles de la ciencia y la civilizaci�n egipcias, la filosof�a y el arte griegos y la ley y la disciplina romanas? Sea lo que sea la influencia de estos �ltimos, no produjeron ning�n cambio radical en el car�cter moral y espiritual del hombre.

2. Belleza espiritual. Dondequiera que fluyan arroyos en tierras como Judea, hay olas exuberantes, pero en una variedad infinita de apariencias. No menos diversificada es la influencia de la gracia divina en el car�cter. La religi�n no destruye la naturaleza, sino que trabaja en armon�a con ella, conservando todas sus inocentes idiosincrasias, de modo que como en el mundo natural se ve el cedro, la palma; el abeto y la rosa, as� en la Iglesia, a lo largo de los arroyos de la gracia divina, se ven un Juan y un Pedro, una Marta y una Mar�a.

3. Alegr�a espiritual. Todos han experimentado la refrescante influencia del agua. �sta es una imagen de la profunda satisfacci�n y gozo que la verdadera religi�n puede impartir. Ninguna otra corriente transmite la misma alegr�a.

II. ALGUNAS DE LAS EXCELENCIAS DISTINTIVAS POR LAS CUALES SE CARACTERIZAN LAS CORRIENTES.

1. Son plenos y abundantes.

2. Son gratis para todos. Los hombres han tratado de rodear estos arroyos y reducirlos a los l�mites de sus propios corazones ego�stas y de su estrecho credo; pero los pensamientos de Dios no son como nuestros pensamientos, ni Sus caminos como los nuestros. Si bien esto es alentador, tambi�n es un pensamiento solemnizante, que pone la responsabilidad de nuestra propia ruina sobre nosotros mismos.

3. Est�n cerca y son accesibles. Si una visita a r�os como el Ganges o el Nilo fuera un requisito para nuestra salvaci�n, �cu�ntos no podr�an cumplir con la condici�n? Pero estos arroyos fluyen dondequiera que viene el Evangelio.

4. Siempre est�n extendiendo su influencia. �Qu� es el jard�n del Se�or comparado con el desierto de este mundo? Se ve florecer en peque�os oasis aqu� y all�. Pero estos arroyos est�n destinados a extenderse y multiplicarse, y a cubrir toda la tierra de verdor y belleza espiritual.

Conclusi�n&mdash

1. Actualmente se puede acceder a estas transmisiones, pero es posible que no sean tan largas. Ven a ellos ahora.

2. Recuerde que Jes�s es el �nico canal a trav�s del cual pueden llegar a nosotros. ( W. Johnston. )

Versículo 7

Y la tierra reseca se convertir� en un estanque

El espejismo del desierto

Debemos entender estas palabras como se entender�an en Oriente.

La tierra reseca es rica en lo que se conoce como espejismo: la imagen del agua, un brillo que enga�a al ojo y lo enga�a con tanto �xito que el viajero sediento dice: �Veo r�os! Es el espejismo - (de mirari , maravillarse) - una cosa hermosa: agua en todas las manos: pronto beberemos y nos alegraremos. El viajero se mueve, el espejismo retrocede; el viajero aprovechar�a la bendici�n, pero la bendici�n s�lo estaba en las nubes: un enga�o �ptico; el ojo ha enga�ado el apetito.

En el reinado de Jesucristo, la tierra reseca se convertir� en un estanque de agua real, y la tierra sedienta brotar�, fuentes: el per�odo de los espejismos se ha desvanecido, el per�odo de la realidad ha comenzado ( J. Parker, D. D. )

El espejismo y la piscina

El espejismo, �qu� es eso? En lugar de un lago seductor, el viajero s�lo encuentra suelo �seco como un hueso�, como lo expres� mi gu�a �rabe. De modo que el espejismo se erige como el emblema de la farsa, la simulaci�n. Y la piscina, �qu� es eso? Es la mancha de agua real que se encuentra en el desierto; un oasis, alrededor del cual se encuentran palmeras, sombra y refresco. La piscina es real; ofrece refrigerio y alegr�a. Para un oriental, el espejismo convertido en piscina significaba una transformaci�n de la ilusi�n a la realidad. La imagen completa es un espejo permanente de la vida humana.

I. Miremos EL MIRAGE. Apela a una necesidad de nuestra naturaleza. Para el viajero sediento, el espejismo ofrece agua y fruta. Nuestra naturaleza est� llena de necesidades. No somos autosuficientes; continuamente debemos recibir ayuda del exterior. Nuestros sentidos, nuestras mentes y nuestros corazones claman por su alimento, y su clamor es natural. En respuesta a su clamor, se presentan tanto el alimento real de nuestra naturaleza como el espejismo. Lo real y lo falso est�n ante nosotros, y tenemos que elegir entre ellos. �Pobre de m�! demasiados siguen el espejismo. En vano los viejos viajeros advierten a los m�s j�venes.

II. Miremos LA PISCINA. Nadie ir�a tras el espejismo si supiera que es el espejismo. Los hombres quieren la realidad y creen que la buscan hasta que una humillaci�n revela el hecho de que han estado persiguiendo una ilusi�n todo el tiempo. Ahora bien, el mensaje del Evangelio es un mensaje de realidad. El Evangelio ofrece transformar nuestras ilusiones en realidades, ofreci�ndose a transformarnos. Da vida a Dios y el viajero ver� la realidad en todas partes. La realidad toca cada parte de su naturaleza.

1. Sus sentidos. No es asceta ni libertino, pero recuerda siempre que su cuerpo es templo del Esp�ritu Santo. Porque el templo de Dios buscar�, mediante el ejercicio adecuado, preservar su belleza. Los sentidos, al ser la parte inferior y transitoria de nuestra naturaleza, nunca podr�n ocupar el lugar dominante en la vida.

2. Su mente. Aquel para quien Dios es la realidad suprema se cuidar� de no permitir nunca que un conocimiento parcial de ning�n tema se interponga como un espeso velo entre su alma y Dios.

3. Su coraz�n. Cuando un hombre encuentra a Dios, encuentra a Aquel que es amor, y cuando descansa en ese amor, no experimenta ninguna conmoci�n o desilusi�n. Y los otros amores que se nos permiten, cuando se ejercen dentro del c�rculo del amor m�s grande, est�n en armon�a con �l, y as� nos traen paz y alegr�a sin ahoy. ( FCSpurr. )

El espejismo una realidad

La verdadera traducci�n de estas palabras no es "La tierra reseca se convertir� en un estanque", sino "El espejismo se convertir� en un estanque". Lo que cre�ste ser�a la satisfacci�n de tu vida, cuya visi�n hab�a tra�do un nuevo vigor a tus miembros y fortalecido tu mente para el camino de la peregrinaci�n que, dice el profeta, se har� realidad. El espejismo, la ilusi�n de tu vida, se har� realidad.

�Cu�l ha sido el espejismo que ha visto la humanidad en su camino? El profeta entra en ciertos detalles que podr�amos echar un vistazo para nuestro beneficio. Lo primero que querr�an esos hombres ser�a saciar su sed, la satisfacci�n de alg�n deseo. �No podr�amos remontarnos al comienzo de la historia del hombre y ver que ha sido una serie de esfuerzos seguidos por el fracaso en obtener satisfacci�n? Todos nosotros, como humanidad en general, hemos estado luchando desde el principio por estar satisfechos.

Y el alma se ha dicho a s� misma: Si una vez puedo aferrarme a esa cosa en particular, estar� satisfecha. Puede ser riqueza, puede ser honor, puede ser fuerza f�sica, puede ser popularidad. Y lo hemos alcanzado, pero no quedamos satisfechos. Descubrimos que el mismo deseo comenzaba de nuevo; a�o tras a�o, los hombres han visto un espejismo y se han dicho a s� mismos: Si pudiera alcanzar eso, mi alma estar�a satisfecha.

Muchos hombres, envejecidos y cansados ??por repetidos fracasos, han dicho a su alma, en la secreta comuni�n de su propio coraz�n: ��Qu� es lo que deseas, alma m�a? He hecho un hogar. He reunido a mi alrededor a los que amo. Tengo un mayor conocimiento. He ampliado el c�rculo de mis amistades. Pero no estoy satisfecho. A�n as�, hay algo que no apaga la sed de mi alma ". Y mientras estos hombres pensaban hace tanto tiempo como lo hacemos ahora, un hombre se par� en medio de todos ellos y grit� en voz alta, como si fuera un gran descubrimiento: �Mi alma tiene sed de Dios.

�Ese es el problema de la humanidad. Tiene sed de Dios y ha supuesto que podr�a satisfacer sus anhelos con las cosas que se tocan y ven. Y el profeta, conociendo la larga lucha y el fracaso repetido, mir� a los rostros de estos hombres y dijo: "El espejismo se convertir� en un estanque", su satisfacci�n se cumplir�. Pero una profec�a como esa alej� la mente de los hombres de s� mismos para pensar en los dem�s.

La salvaci�n individual, si pudiera ser tra�da a cualquiera de nosotros aqu� hoy, no ser�a suficiente. La mujer que sabe que est� en la luz del amor de Dios, pero que su esposo est� en las tinieblas de afuera, el hombre que sabe que ha llevado una vida recta y verdadera, pero que su hijo se est� volviendo a la maldad, no se puede satisfacer. Estamos atados el uno al otro. Escuche la palabra del profeta: �Y habr� all� calzada y camino, y el caminante, aunque sea necio, no errar� en �l.

�Vendr�, dice el profeta, un d�a en que en el desierto se construir� una calzada, y los hombres sabr�n que no andan vagando por este desierto sin caminos, sin conocimiento del hogar de donde han venido, y sin entendimiento del fin y objeto de la romer�a. Pero sus pies estar�n en el camino que otros han recorrido antes que ellos, y oir�n la voz del pasado que les dice: Este es el camino, andad por �l.

Y caminando por ese camino, unidos a la gran compa��a de peregrinos que han pasado por las mismas experiencias, conocido los mismos dolores, atra�dos por el mismo espejismo, tendr�n fuerza y ??esperanza y consuelo en la conciencia de esta gran compa��a de los redimidos que andan por el camino de su Dios. Nuevamente, repasamos la larga historia de la carrera y encontramos que se necesita algo m�s.

Si pudi�ramos ver hoy el campamento en el que se reunieron las primeras formas de civilizaci�n, antes de que se construyeran las ciudades, se construyeran caminos o se so�aran imperios, encontrar�amos que el campamento se cercaba a s� mismo por la noche con fuego, mientras que fuera de �l. las bestias rugen por su presa, haciendo que los ni�os peque�os se acurruquen cerca del padre que podr�a protegerlos, haciendo que las mujeres se estremezcan, e incluso los hombres fuertes se pregunten: Que se derribe la barrera de fuego y las bestias que est�n afuera. el campamento nos invade y destruye lo que amamos? �Oh, la ilusi�n, el espejismo, como les debe haber parecido, de ciudades majestuosas y muros fuertes, y bestias desterradas para siempre de la tierra! Pero el profeta dijo: �No habr� all� le�n, ni bestia rapaz; no se encontrar�n all�, pero los redimidos caminar�n all�.

�Llegar� el d�a en que el pueblo sabr� que est� protegido, cuando el miedo se le quitar�. �El miedo a qu�? �De las bestias? No solo eso, porque cuando las bestias fueron expulsadas de la tierra, hab�a un hombre al que temer. Y los ni�os dijeron: �Qui�n nos proteger� del enemigo? Y el padre dijo, lo har�. Y luego el padre vino a morir. Y puso los ojos en blanco con desesperaci�n y grit�: Ay, �pero qui�n me proteger� ahora? Debo ir a la tierra invisible y enfrentar las sombras que ahora contemplo.

�Qui�n me proteger� ahora? �Qui�n me proteger�, no de la bestia, no de los hombres, no de los esp�ritus que pueden perseguirme, no del infierno, sino del pecado? �Qui�n me librar� de la corrupci�n del pecado, peor que cualquier mal que el mundo haya visto o so�ado? El profeta dijo: El espejismo se convertir� en un estanque. Lo que parece imposible, seguramente suceder�. Una vez m�s. En el viaje se perdi� mucho, se sufri� mucho, se soport� mucho.

Y el peregrino que sali� tan alegremente al comienzo de la marcha se encontr� al final como un anciano con la esperanza diferida que enferma el coraz�n, la decepci�n, el cansancio y la tristeza, el odio de aquellos a quienes hab�a tratado de hacer. ayuda a lo largo del viaje, el miedo en su propio coraz�n de que todo fuera una ilusi�n. As� que, al final, se necesitaba algo m�s para estos hombres cansados. �Todo lo que se hab�a dejado caer en el viaje iba a ser recogido de nuevo? �Todo lo que se hab�a sufrido ten�a su recompensa? El profeta dijo: El espejismo se convertir� en un estanque.

Lo que has so�ado con gozo, paz y gloria ser� tu porci�n. Porque "los redimidos del Se�or volver�n y vendr�n a Sion con c�nticos y gozo eterno sobre sus cabezas". El espejismo, la ilusi�n, se har� realidad. Estas palabras fueron dichas hace miles de a�os. Lo que me gustar�a preguntarles es: �C�mo los leemos hoy? �Es cierto que el alma sedienta se ha saciado? �Es cierto que hay una calzada en el desierto y que el caminante no tiene por qu� errar en ella? �Es cierto que no hay le�n, ni bestia hambrienta, pero que en la conciencia de la seguridad los hombres est�n haciendo su viaje? �Es cierto que los redimidos regresan y vienen a Sion con gozo eterno sobre sus cabezas, y que el dolor y el suspiro huyen? �Son estas cosas ciertas? Mira tus propias experiencias y piensa por un momento,

F�jate si no es cierto que cosas que en ese d�a parec�an una ilusi�n son hoy la realidad de la vida. Pues, multitudes de hombres y mujeres saben lo que es tener la satisfacci�n del alma, Dios con nosotros; el conocimiento de que nuestros pecados han sido perdonados, que nunca se levantar�n en juicio para enfrentarnos; la seguridad del amor eterno de Dios; el conocimiento de la simpat�a de Aquel que fue crucificado por nosotros; la conciencia de que Dios est� a nuestro alrededor y por nosotros y en nosotros, es el estanque en el que beben nuestras almas sedientas.

Y el camino. �No es as�? Hay hombres y mujeres que est�n perdidos, hombres y mujeres que deambulan por este mundo, sin saber de d�nde vienen ni a d�nde van. Pero, �es cierto para aquellos que se han sentido atra�dos por la compa��a de Jesucristo? �No est�n sus pies sobre el camino que conduce a la vida eterna? �Qui�n lo dejar�a? Quienes no lo conocen piensan que es un espejismo. T� sabes que tus pies est�n en el camino, y aunque seas necio en muchas cosas, no te desviar�s del camino de la salvaci�n.

Es el camino que viene de Dios y conduce a Dios, el camino de Jesucristo el Salvador. Y protecci�n. Es dif�cil para nosotros imaginarnos lo que debe haber sido para el campamento escuchar el rugido de las bestias. No le tememos a la muerte, porque Jes�s muri�. No le tememos al infierno, porque �l descendi� a los infiernos. No tememos a Dios ni al juicio de Dios, porque es el juicio de un padre.

No tenemos miedo de nada m�s que del pecado, y dice el ap�stol: �El pecado no se ense�orear� de ti. No est�s bajo la ley; est�s bajo la gracia ". Cristo nos est� ayudando personalmente a cada uno de nosotros. Nada nos separar� de su amor. No tenemos motivos para temer. "No habr� all� le�n, ni bestia rapaz, pero los redimidos caminar�n por all�". La promesa y la profec�a del gozo, �no la hemos conocido? �No es cierto que el dolor y el suspiro han abandonado el mundo, pero no ha huido de ti el dolor y el suspiro, entrando en la comuni�n de tu Dios? �No has venido a Sion con gozo eterno sobre tu cabeza, como has recordado, no las cosas especiales por las cuales debes estar agradecido, sino como se te ha dado a conocer que perteneces a Dios y Dios tuyo? y que la gloria y la belleza de la vida no est� en hacer la voluntad de Dios como una ley estricta, sino en hacer la voluntad de Dios porque has llegado a amar la voluntad de Dios? La profec�a no se har� realidad; la profec�a se ha hecho realidad.

Lo que dijo el profeta fue que estas cosas vendr�an: la satisfacci�n de la necesidad humana, la conciencia de que los pies estaban en el camino eterno, la protecci�n de todo mal y el gozo eterno de Si�n en los d�as del Mes�as. Y ahora, si me preguntan si esta profec�a se basa en alg�n principio, y si su cumplimiento tiene algo m�s que la esperanza individual de que puede ser verdad, les respondo que s�.

Tiene la revelaci�n de Dios en la encarnaci�n de Jesucristo de que el hombre y Dios son uno. Y como el hombre y Dios son uno, el espejismo que ha contemplado la humanidad es el reflejo de los rayos refractados de la voluntad de Dios que atraviesan el medio de la vida humana. Y todo hombre que se ha purificado a s� mismo es, en su propio d�a y seg�n su capacidad, una especie de revelaci�n, no de su propia voluntad, sino de la voluntad de Dios revelada a trav�s de �l.

"El espejismo se convertir� en un estanque". La satisfacci�n de tu alma la conocer�s, porque eres de Dios y Dios es tuyo. �No es eso lo que quiso decir San Juan, cuando escribi�, en ese maravilloso quinto cap�tulo de su Primera Ep�stola, �Y esta es la confianza que tenemos en �l, que, si pedimos algo conforme a Su voluntad, �l nos oye: y si sabemos que �l nos escucha, todo lo que le pedimos, sabemos que tenemos las peticiones que le deseamos �. Porque tu voluntad, tu oraci�n, purificada del ego�smo, ya no es tu voluntad ni tu oraci�n.

�El Esp�ritu ayuda en nuestras flaquezas� y �con gemidos indecibles intercede por nosotros�. La profec�a se ha cumplido y, sin embargo, no es nada comparado con lo que ser� el d�a en que lo conozcamos m�s de lo que lo conocemos ahora. �Cu�l deber�a ser nuestra actitud? Un agradecimiento ilimitado de que �l ha considerado conveniente revelarse a nosotros como nuestro Padre, y a nosotros mismos como Sus hijos.

Uno de valor inquebrantable, uno de esperanza eterna; porque cada visi�n gloriosa que la humanidad ha tenido sobre su peregrinaje de gozo personal, de una verdad m�s amplia, de una civilizaci�n m�s noble, de la gloria humana, se cumplir�, a su debido tiempo, porque no es la voluntad del hombre, es la voluntad. de Dios. ( Parques de Leighton. )

Versículos 8-10

Y habr� una carretera all�

Carreteras

Las carreteras se encuentran entre los rasgos caracter�sticos de la civilizaci�n en un pa�s, ya que son el medio de comunicaci�n regular y f�cil entre las partes opuestas, y especialmente de todas con la capital; pero en tiempos de invasi�n extranjera caen primero en poder del enemigo, y son completamente abandonados por los habitantes ( Jueces 5:6 ); y en Judea, o en cualquier otro pa�s donde todav�a existan bestias salvajes, estas se mantienen alejadas de los caminos mientras est�n abiertas por el tr�fico, pero reaparecen en ellas si no son frecuentadas, como en la historia del viejo profeta que se encontr� con el le�n en el camino de Betel.

Y este camino no s�lo estar� tan bien se�alizado y construido que los m�s ignorantes e inexpertos seguir�n su camino hasta all� sin dificultad, sino que ni los impuros paganos ni lo detendr�n ning�n le�n rugiente, ning�n Senaquerib ni ning�n otro. arquetipo espiritual de Senaquerib. Se le llamar�, porque realmente ser� �el camino santo�, el camino apartado para el uso del propio pueblo escogido y consagrado de Jehov�, a quien �l ha redimido y rescatado de la servidumbre; ser� enteramente para aquellos. ( Sir E. Strachey, Bart. )

El camino al cielo

Al describir la felicidad del peregrino cristiano, el profeta mira los inconvenientes naturales de un desierto, que son principalmente tres: la falta de agua, la falta de caminos adecuados y la exposici�n al peligro, particularmente de las bestias de presa; y los cumple con las correspondientes promesas de abundancia de agua, una excelente carretera y completa protecci�n.

I. LA NATURALEZA Y PROPIEDADES DE ESTE CAMINO PREPARADO PARA EL PUEBLO DE DIOS, en su viaje hacia el cielo.

1. Es un camino de designaci�n Divina, siendo como el camino del rey, establecido por autoridad.

2. Como una carretera, este camino est� dise�ado para uso general.

3. Este camino se denomina, �El camino de la santidad�, o el camino separado. �Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta�, etc. El camino de los cristianos no es simplemente un camino nuevo, entre los muchos con los que se llena el camino ancho. No han cambiado un modo de pecar por otro, han elegido el camino de la santidad.

4. El profeta dice, adem�s, del camino a Si�n, "no pasar� inmundo por �l". Cuando los israelitas salieron de Egipto, una multitud mixta fue con ellos ( �xodo 12:38 ). Esta multitud mixta es una gran trampa para Israel.

5. Este es un camino notable por su sencillez, y tambi�n existe el privilegio de un gu�a (vers�culo 8, marg.)

II. EL REFRIGERIO Y LAS COMODIDADES PROPORCIONADAS A LOS CRISTIANOS POR EL CAMINO. �Y la tierra reseca se convertir� en estanque, y la tierra sedienta en manantiales de agua�, etc. Dale a un sediento lo que puedas, si no le das lo que calmar� su sed, no lo has aliviado. Debe haber una adecuaci�n del objeto a su estado, de lo contrario no le beneficiar�.

III. LA PROTECCI�N COMPLETA LES BRIND�. �No es la peregrinaci�n de los cristianos un camino de peligro? Pero aunque el camino a Sion pasa por la morada de los animales m�s feroces, sin embargo, esas bestias de presa, aunque est�n a la derecha y a la izquierda, no entrar�n en este camino. Mientras los redimidos sigan este camino, estar�n a salvo: solo cuando lo abandonen, estar�n en peligro.

No tenemos ning�n ejemplo en las Escrituras de que el Se�or haya abandonado a su pueblo mientras se mantuvieron as�. La historia del pueblo de Israel proporciona una ilustraci�n de este tema. Sus varones deb�an subir a Jerusal�n tres veces al a�o para observar las grandes fiestas de la ley. Ahora, en tales ocasiones, ten�an que dejar sus fronteras, sus esposas e hijos, y todas sus propiedades, expuestas a los enemigos circundantes.

Pero Dios les dio la promesa de que nadie �xodo 34:24 su tierra cuando �xodo 34:24 a presentarse ante �l tres veces al a�o ( �xodo 34:24 ). En consecuencia, aunque estaban rodeados por las naciones m�s hostiles, ninguno de ellos sinti� la menor inclinaci�n a tocar algo que perteneciera a Israel, siempre que se observara la ley de Dios.

Pero cuando Israel abandon� la ley de su Dios y recurri� a la ayuda de los �dolos y de los hombres para su seguridad, entonces la restricci�n que hab�a sido puesta sobre sus enemigos fue quitada, y su tierra se convirti� en presa de invasores. ( David Russell. )

El camino a la ciudad

I. Este camino del texto es LA CARRETERA DEL REY. En la diligencia, corres sobre el Paso Bernard de los Alpes, milla tras milla, y no hay ni un solo guijarro que sacuda las ruedas. Pasas por puentes que atraviesan abismos que te hacen contener la respiraci�n; bajo proyecci�n de roca; junto a peligrosos precipicios; a trav�s de t�neles que se derraman con el deshielo de los glaciares y, quiz�s por primera vez, conozca la majestuosidad de una carretera construida y apoyada por la autoridad gubernamental.

Bueno, mi Se�or el Rey decidi� construir una carretera de la tierra al cielo. Deber�a atravesar todos los abismos de la miseria humana; debe hacer un t�nel todas las monta�as de dificultad terrenal; deber�a ser lo suficientemente ancho y fuerte para albergar a cincuenta mil millones de la raza humana, si es que tantos de ellos nacieran alguna vez. Deber�a ser arrancado de la "Roca de las Edades", cementado con la sangre de la Cruz y levantado en medio de los gritos de los �ngeles y la execraci�n de los demonios. El Rey envi� a Su Hijo a construir ese camino. Le acerc� la cabeza, la mano y el coraz�n, y cuando el camino estuvo terminado, agit� Su mano ampollada sobre el camino, llorando: Consumado es.

II. Este camino del que se habla es UN CAMINO LIMPIO. M�s de un buen camino se ha vuelto fangoso y sucio porque no ha sido debidamente cuidado; pero el inmundo no caminar� sobre �ste.

III. El camino del que se habla es UN CAMINO LISO. "Los caminantes, aunque sean necios, no errar�n en ello". Es decir, si un hombre es tres cuartas partes de un idiota, puede encontrar este camino tan bien como si fuera un fil�sofo. El perd�n es claro. La paz es clara. Todo es sencillo.

IV. El camino al cielo es UN CAMINO SEGURO. "No habr� le�n all�".

V. El camino del que se habla es UN CAMINO AGRADABLE. Dios da un v�nculo de indemnizaci�n contra todo mal a todo hombre que lo pisa. "Todas las cosas les ayudan a bien a los que aman a Dios". Ning�n arma que se forme contra ellos puede prosperar.

VI. ESTA MANERA TERMINA EN GLORIA. No me importa cu�n bonito sea el camino por el que me pongas, quiero saber de d�nde sale. �Los redimidos del Se�or volver�n y vendr�n a Sion�, etc. ( T. De Witt Talmage, DD )

El camino al cielo

I. EL CAMINO MISMO. Solo hay un camino que conduce al cielo.

1. Jesucristo es el camino.

2. Es por la fe que entramos y progresamos de esta manera.

II. LA EXCELENCIA DE ESTA MANERA. Cristo es divina e infinitamente excelente.

III. EL CAR�CTER DE LOS QUE ANDAN POR ESTE CAMINO.

1. Todos est�n, por naturaleza, en las mismas circunstancias que el resto de la humanidad.

2. De esta situaci�n son redimidos por la obediencia y muerte del Hijo de Dios.

3. Todos son personas santas.

4. Son constantes, regulares y progresivos en el camino de la santidad; caminan all�.

5. Todos son personas felices. Ellos "vienen a Sion con c�nticos", etc. ( WS inteligente. )

La carretera del Rey

I. LAS CARACTER�STICAS DEL CAMINO.

1. Un camino abierto aunque estrecho.

2. Un camino santo aunque alegre.

3. Una forma segura pero sencilla.

II. SUS VIAJEROS.

1. El mismo Se�or del camino (ver margen).

2. Sus rescatados. Buena compa�ia, simpatia, cantos de peregrino y conversar.

3. �ngel-escolta. Jacob. ��l encargar� a sus �ngeles. .. para guardarte en todos tus caminos. "

III. SU TERMINACI�N. Camino de simplemente m�s brillante a la "finalizaci�n del d�a". La colina de los templos de Sion de la Jerusal�n celestial. Despedida del b�culo del peregrino y de las sandalias gastadas. Bienvenido al descanso sin fin, las puertas abiertas de par en par, el saludo de los glorificados, el seno de Dios y la coronaci�n de gozo. ( Revisi�n homil�tica. )

El camino a Sion

Considerada como una descripci�n del camino de la salvaci�n por medio de Cristo, esta profec�a nos invita a considerar:

I. LOS VIAJEROS de los que habla.

1. Una vez viajaban por un camino muy diferente. Se les llama "los redimidos", y el t�rmino implica que alguna vez estuvieron en cautiverio. �sta es la condici�n natural de todos nosotros.

2. Pero estos viajeros han sido liberados de este estado de esclavitud.

3. Hay tres formas de redimir a un cautivo: mediante intercambio, mediante rescate forzoso o mediante rescate. Es por el �ltimo de estos que aqu� se dice que el pueblo de Dios ha sido liberado.

II. EL CAMINO por el que transitan.

III. EL HOGAR al que los conduce. Regresar a Si�n implica, en primera instancia, ser admitido en la Iglesia de Dios visible y participar plenamente de todos sus privilegios. Pero tambi�n implica mucho m�s. Dirige nuestros ojos hacia el monte santo sobre el que est� construida la Jerusal�n celestial, la ciudad del Dios viviente. De esta residencia invisible de los justos, la Si�n terrestre era un tipo; y podemos encontrar que es un tema de meditaci�n provechoso rastrear:

(1) El parecido;

(2) el contraste entre ellos.

1. La colina de Sion fue la residencia peculiar de Dios. All� fue erigido Su templo, y all� estaba el propiciatorio, el s�mbolo visible de Su presencia. En el cielo tambi�n Jehov� tiene un templo, y "el camino de la santidad" conduce a �l.

2. A los jud�os se les ense�� a considerar su monta�a sagrada como la fuente de todas sus bendiciones. Cuando se les prometi� la salvaci�n, vendr�a "de Si�n"; cuando iban a ser fortalecidos y bendecidos, "el Se�or de

Sion �fue para fortalecerlos y bendecirlos. Por lo tanto, encontramos a Daniel volvi�ndose hacia Jerusal�n cuando or� en Babilonia, y Jon�s mir� hacia el santo templo de su Dios cuando clam� en medio de las olas por liberaci�n. �Y qu� felicidad real hay, que no venga de arriba?

3. Si�n tambi�n era el lugar en el que se reun�a el pueblo del Se�or. �Y qui�n puede describir la bienaventuranza que fluir� de la comuni�n del cielo?

4. La Jerusal�n terrenal era una ciudad espl�ndida; �Hermoso para la situaci�n, y el gozo de toda la tierra, era el monte de Sion�; pero aun en el apogeo de su grandeza, cuando la gloria del Se�or descansaba sobre su tabern�culo, ella ofrec�a un pobre emblema de la ciudad celestial. Sin embargo, en la �poca a la que se refieren principalmente las palabras del profeta, el contraste fue particularmente sorprendente. La Si�n a la que los jud�os liberados regresaron con tanta alegr�a era �un desierto, y Jerusal�n una desolaci�n.

�Y d�nde est� Jerusal�n ahora? �D�nde est� su templo? Sin embargo, la Si�n celestial no conoce la destrucci�n y no teme ning�n cambio. Es "una ciudad que tiene fundamentos"; una ciudad perdurable. ( C. Bradley, MA )

La carretera del Rey

I. LA CARRETERA DEL REY ES UNA CARRETERA CLARAMENTE MARCADA. En la Biblia tenemos un mapa preciso del pa�s y todos sus caminos. Desde la primera p�gina hasta la �ltima, un nombre llama la atenci�n: Jesucristo.

1. Existe el gran camino patriarcal; viajado por Adam; en mal estado en tiempos de No�; un camino amplio de promesas a Abram, quien viaj� por �l desde Ur; m�s amplio a�n para sus hijos.

2. Luego est� el gran camino mosaico. Se han hecho grandes esfuerzos para que sea un buen camino; decenas de obreros, llamados leyes, sobre �l; setos de inmensa altura para mantener a la gente alejada de las peligrosas selvas del paganismo. Postes de se�alizaci�n en todas partes. La mayor�a de la gente murmur� que era �spera o empinada. Pero algunos, como Mois�s y Aar�n, Caleb y Josu�, vieron "Cristo" escrito a lo largo del camino; sobre sus edificios sagrados y altares; sobre sus maestros religiosos; incluso sobre las vestiduras del pueblo.

3. Poco a poco el camino se ensanch� hasta convertirse en el gran camino prof�tico. David y Salom�n, Isa�as y Jerem�as y otros repararon el camino. Pero despu�s de su tiempo, el camino fue lamentablemente descuidado. Se encontraron pocos sobre �l. Las vallas se rompieron y la gente vag� por los caminos, hasta que las cosas se pusieron tan mal que parec�a que la carretera se cerrar�a por completo.

4. Pero �de repente� ( Malaqu�as 3:1 ) el Rey envi� y lo puso en perfecto estado, de modo que qued� como un camino nuevo, y fue llamado �el camino nuevo y vivo�; y aunque a veces es muy accidentado y estrecho, siempre se ha mantenido abierto hasta el d�a de hoy.

II. ESTA CARRETERA ES "EL CAMINO DE LA SANTIDAD". Conduce a Dios. Los que viajan por ella llevan su imagen. Habitados y guiados por el Esp�ritu Santo, se ejercitan para tener siempre una conciencia libre de ofensas, para que los hombres puedan ver que caminan en santidad, justicia e inocencia.

III. ESTA CARRETERA ES UN CAMINO SEGURO. "Los caminantes, aunque sean necios, no errar�n en ello".

IV. ESTA CARRETERA ES UN CAMINO DE ALEGR�A. �Los redimidos del Se�or volver�n�, etc. Los cautivos de Babilonia, sobre quienes esto fue escrito principalmente, se regocijaron porque hab�an pasado por el desierto y hab�an sobrevivido a los peligros de ese viaje; porque fueron reinstalados en su antiguo hogar, y la sonrisa de Dios una vez m�s descans� sobre ellos. Y nosotros, - liberados de la ira, limpiados del pecado, regresados ??del destierro, restaurados a nuestro propio hogar en el coraz�n de Dios, morando en paz y seguridad como miembros de Su casa, la iglesia, �no tenemos abundante causa para �alegr�a? ( WJ Chapman, MA )

Santidad, bajo la antigua dispensaci�n y bajo la nueva

Dif�cilmente podemos cometer un error mayor en nuestra teolog�a que suponer que la dispensaci�n del evangelio ha sido dise�ada por Dios para rebajar la norma de las afirmaciones divinas al nivel de la enfermedad humana: lejos de ser este el caso, la dispensaci�n del evangelio ha sido inaugurado y dise�ado especialmente para que la enfermedad humana pueda elevarse al nivel de las exigencias divinas. El profeta esperaba, como parece, las glorias de la dispensaci�n cristiana, y esta era la caracter�stica de esta nueva era que contempl� con la m�s completa satisfacci�n: �All� habr� una calzada, y un camino, y ser� llamado Camino de Santidad.

�Pero a algunos se les puede ocurrir preguntar:� �No hab�a habido conocimiento del 'camino de la santidad' bajo dispensaciones anteriores? �La santidad de vida pertenece solo a la era del evangelio? " Respondo: Indudablemente hubo hombres santos y humildes de coraz�n antes de la Encarnaci�n, hombres que vivieron antes de su edad. Estos fueron los audaces pioneros del progreso espiritual, que se abrieron paso a trav�s del bosque sin caminos y los p�ramos sin caminos antes de que se abriera a nuestros pies la gran calzada del Rey.

Fue con ellos como con los pioneros de la civilizaci�n en nuestros d�as. Los viajeros resistentes se han abierto paso a trav�s del continente de �frica Central, explorando en casi todas las direcciones la vasta y desconocida regi�n; pero no hay una carretera que atraviese el continente africano: y, por lo tanto, aquellos que la han cruzado o han intentado hacerlo, han tenido que afrontar grandes e incalculables dificultades y soportar una gran cantidad de privaciones y privaciones.

Con el tiempo, si el mundo dura lo suficiente y la civilizaci�n progresa, puede haber una gran carretera principal a lo largo de ese continente, y tal vez poco a poco se establezcan ferrocarriles y se establezca una comunicaci�n f�cil con esa regi�n remota y b�rbara. Lo mismo ocurre con el camino de la santidad. Antes de la dispensaci�n cristiana, los hombres fervorosos y devotos alcanzaban diversos grados de santidad, pero el camino del Rey a la santidad a�n no estaba abierto.

Todav�a no se ha revelado al mundo qu� es la verdadera y perfecta santidad, ni c�mo debemos elevarnos a ella. La "justicia" en lugar de la santidad estaba establecida en la ley. Necesitaba la Encarnaci�n del Hijo de Dios para revelarlo al hombre. Y no hasta que la Palabra del Padre se visti� de forma humana y vivi� entre Sus semejantes a la moda de un hombre, los ojos humanos no contemplaron el verdadero ideal de santidad, el est�ndar y tipo de perfecci�n absoluta.

En la vida y conducta de Cristo esa norma fue incorporada y revelada; por la muerte y resurrecci�n de Cristo se nos asegur� el poder espiritual mediante el cual nos es posible elevarnos al nivel de conducta as� indicado. Se abri� as� el camino de la santidad; y ahora es posible que �los caminantes, aunque necios�, caminen por ella. Hay dos pensamientos, entonces, especialmente sugeridos a nuestras mentes a este respecto.

1. Para abrir el camino elevado de la santidad era necesario que se diera un ejemplo perfecto a la humanidad, para que los hombres pudieran comprender lo que significa la santidad perfecta; y eso nos ha sido presentado en la vida humana de Jes�s.

2. Cristo tambi�n nos imparte el secreto de todo poder espiritual verdadero al ponernos en una conexi�n cercana y bendita con Dios. El mismo poder que hizo posible que Jesucristo, como hombre, fuera perfectamente santo, es puesto a nuestro alcance por la Encarnaci�n, muerte y resurrecci�n de Jesucristo. Por lo tanto, podemos decir, no solo tenemos el mapa y el mapa del camino de la santidad en nuestras manos, sino tambi�n el camino mismo que se nos abri� mediante la comunicaci�n de una habilidad espiritual para caminar por �l. Pero si esas ventajas son reales, conllevan mayores responsabilidades. ( W. Hay Aitken, MA )

El camino de la santidad

Consideremos algunas de las caracter�sticas de la vida de santidad a las que el profeta aqu� llama nuestra atenci�n, y las condiciones que se adjuntan al derecho de paso.

I. Es el CAMINO DE LOS PURIFICADOS. �No pasar� inmundo por ella�. Hasta que seamos limpiados de nuestros "pecados antiguos", no estaremos en posici�n de pasar por el camino de santidad del Rey. Algunas personas que desean vivir una vida santa no son mejores que los legalistas. No pueden amar mucho, porque no se les ha perdonado mucho; as� pierden el verdadero motivo de una vida cristiana, mientras que sus esfuerzos por alcanzar el est�ndar apropiado de santidad les paralizan, tanto por el peso del pecado no perdonado como por la ausencia de ese poder espiritual que fluye hacia nosotros a trav�s de la reconciliaci�n.

Debemos pasar por la puerta antes de que podamos pasar por el camino, y esa puerta es la Cruz, donde la sangre de Jesucristo limpia de todo pecado. Tampoco es dif�cil encontrar un alba�il para esta necesidad. De hecho, este pasaje nos da una raz�n suficiente si vamos a aceptar la traducci�n marginal: "Porque �l estar� con ellos". Es muy cierto que Jesucristo fue amigo de publicanos y pecadores; pero �l era su amigo porque los salv� de sus pecados.

Y es as� ahora; s�lo aquellos que odian sus pecados, y que vienen a Cristo para ser liberados de sus pecados, pueden caminar por el camino de la santidad, porque �l est� peregrinando con los que moran all�, y no puede caminar con los inmundos. Pero habiendo llamado la atenci�n sobre esta afirmaci�n como una raz�n de la necesidad de la purificaci�n, deteng�monos ahora en ella como una caracter�stica del camino de santidad y de la experiencia de quienes lo transitan.

II. El camino de la santidad es EL CAMINO DE COMUNIDAD CON LO DIVINO. Cuando Cristo estuvo aqu� en la tierra, siempre se movi� por este camino, y todav�a lo encontrar�n los que pasen por �l. De hecho, Su presencia y nuestra comuni�n con �l est�n tan estrechamente conectadas con la verdadera santidad espiritual, que apenas podemos decir si la santidad es el fruto de la comuni�n, o la comuni�n es el efecto de la santidad.

Es solo mientras caminamos en la luz, como �l est� en la luz, que tenemos comuni�n con el Padre y el Hijo por medio del Esp�ritu Santo. Estos dos elementos de nuestra experiencia act�an y reaccionan entre s�.

III. Es EL CAMINO DE LA DIRECCI�N CORRECTA. "Los hombres caminantes, aunque sean tontos, no se equivocar�n en eso". He aqu� una promesa que bien puede consolarnos en las perplejidades de la vida. La raz�n por la que cometemos errores tan grandes como a veces lo hacemos es seguramente que nos salimos del camino de santidad del Rey. Comenzamos a buscar nuestro propio placer, o a satisfacer nuestra ambici�n, o buscamos complacer a otras personas y evitar la cruz.

Pero cuando el caminante est� en el camino de la santidad, esta promesa se cumplir�. Puede parecer que comete errores, pero Dios anular� lo que parece ser un error para su propia gloria. Hay otra idea que sugiere esta cl�usula que puede servir para explicar algunos de nuestros errores. El profeta aqu� habla de los necios como si estuvieran seguros de las doctrinas correctas. �No puede ser que una de las causas de los errores a veces sea que no nos contentamos con tomar el lugar de los tontos? Sentimos demasiada confianza en nuestro propio juicio y sentido com�n, por lo que apenas consideramos necesario consultar al Se�or.

No quiero decir que no debamos usar nuestras facultades naturales. Son una confianza de Dios y estamos obligados a usarlos. Pero se nos advierte que no nos apoyemos en nuestro propio entendimiento, y quien nos da este consejo habr�a sido un hombre mucho m�s feliz y habr�a cometido muchos menos errores pr�cticos si s�lo lo hubiera tomado �l mismo. Pero hay otra raz�n por la que a veces nos equivocamos, que nos sugiere esta cl�usula. Y esta otra raz�n trae a nuestra mente la cuarta caracter�stica del camino de la santidad.

IV. Es s�lo EL CAMINO DE LA DIRECCI�N CORRECTA PARA LOS QUE SON HOMBRES CAMINANTES. �No nos equivocamos a veces porque tenemos muy poco del caminante a nuestro alrededor? Viviendo como lo hacemos en una �poca de lujo, �cu�ntos de nosotros nos rodeamos de lujo y nos disponemos a la autocomplacencia! Estamos llamados a usar el mundo para no abusar de �l; seguramente es el abuso del mundo cuando permitimos que tome el lugar del cielo.

Hay un antiguo proverbio latino que nos dice: "Los viajeros sin dinero cantar�n delante de los ladrones". No es de extra�ar; porque �qu� les quitar�n los ladrones? Y muchos cristianos podr�an cantar desafiando a todos los enemigos, incluso al gran ladr�n mismo, si tan solo entreg�ramos todo a su Due�o apropiado, y lo consider�ramos como un cometido sagrado para ser usado por �l.

V. ES EL CAMINO DE LA SEGURIDAD. �No habr� le�n all�, etc. Entonces, �realmente va a perder Satan�s su poder para hacernos da�o? Puede llegar al seto que cierra la carretera desde el resto del mundo; �l puede gru�ir y rugir, y hacer todo lo posible para aterrorizarte, pero mientras tu ojo est� atento y te muevas por el gran camino de santidad del Rey, el le�n no puede ponerte una garra o infligirte una sola herida.

VI. Es EL CAMINO DE LA ALEGR�A. VII. ES EL CAMINO QUE LLEVA A CASA. ( W. HayAitken, MA )

La calzada del Rey de reyes

I. Isa�as proclama que este camino ser� UNA CARRETERA. No de una manera confinada, como la manera del Antiguo Testamento, a un pueblo en particular. No es un camino confinado a una clase particular de personas, ricos en preferencia a pobres, eruditos en preferencia a indoctos. No es un camino confinado a una secta en particular, o una comuni�n particular de personas. Pero un camino abierto y p�blico para todos Entonces, �ay del hombre que se atreva a abrir una autopista de peaje en esta carretera!

Y, sin embargo, esto es lo que se hace. Algunos incluso quieren hacernos creer que no podemos poner los pies en este camino si no es a trav�s de la ayuda y la invocaci�n de santos y �ngeles. Otros nos dicen que debemos tener un sacerdote a nuestro lado. Otros dicen que debemos pertenecer a alguna secta particular de cristianos. Y otros dicen que debemos pertenecer a alguna clase particular de personas, como por ejemplo los eruditos. Tales son las autopistas, tales son las barreras que los hombres presumen levantar en la calzada del Rey de reyes.

II. Aunque est� claro que este camino es accesible para todas las sectas, clases y condiciones de los hombres, HAY UNA EXCEPCI�N, y esa �nica excepci�n no se debe a Dios, sino al hombre mismo. �Camino de santidad ser� llamado: no pasar� inmundo por �l; pero ser� para aquellos �, es decir, para los santos.

III. Aqu� est� UNA INVITACI�N ESPECIAL PARA LOS HOMBRES QUE CAMINAN - hombres que no tienen la ventaja del aprendizaje, la educaci�n y los logros. Es la gu�a del Esp�ritu Santo de Dios, sin la cual incluso las mejores adquisiciones no son nada, lo que compensa a los caminantes la ausencia de todas las ventajas del aprendizaje, la educaci�n, la posici�n y el ocio, que son los privilegios de quienes ocupan el lugar. grados superiores de vida.

IV. En este d�a de Navidad CELEBRAMOS LA APERTURA DE ESE CAMINO que describe Isa�as.

V. EN EL MISMO FINAL DE ESTE GRAN VIADUCTO EST� EL CIELO. ( E. Girdlestone, MA )

Sencillez de la religi�n de Jes�s

Es imposible trasladarnos a una �poca en la que el Nuevo Testamento no exist�a, y cuando la civilizaci�n que ha surgido del Nuevo Testamento ni siquiera hab�a sido insinuada.

1. En ese tiempo, la sabidur�a m�s selecta del mundo hizo poco m�s que enredarse sobre los problemas que ahora se conocen en su soluci�n para los ni�os en nuestras escuelas. Si el hombre era algo m�s que un animal; Si con la muerte de su cuerpo un hombre no dejaba de ser, era una pregunta indecisa. Pero el misterio que tocaba a p�fano era casi tan grande como el misterio que tocaba la muerte. Los mejores impulsos de los hombres para hacer lo que era sabio y bueno no ten�an direcci�n.

Un centenar de profesores ense�aron un centenar de formas de vida diferentes. El interrogatorio de las edades fue: �Qu� es la verdad? Los hombres la buscaban con una paciencia que horrorizar�a a un disc�pulo moderno; la busc� hasta morir, y muri� con la infinita tristeza de saber que toda su b�squeda hab�a sido en vano, que no eran m�s sabios de lo que eran cuando iniciaron su carrera de investigaci�n.

2. El deber de todo hombre que ense�a o puede ense�ar es hacer las cosas claras, sencillas, f�ciles de discernir por la percepci�n popular, f�cilmente sentidas por la conciencia popular y f�cilmente apropiadas por la emoci�n popular. En gran parte, debido a que el lenguaje de Jes�s se entend�a f�cilmente y, por lo tanto, era comprensivo, la gente com�n lo escuch� con tanta alegr�a.

3. Bien, el viejo profeta, mirando a lo largo de la multa de su anhelo, en el que representaba el anhelo de la humanidad, el anhelo de luz sobre lo que significaba la muerte y de instrucci�n en los deberes humanos, vio un d�a feliz por delante. Vio el d�a en que la ignorancia deber�a dar lugar a la comprensi�n, y el miedo que nace de ella y el tormento que nace del miedo no deber�an acosar m�s a los hombres. Vio un d�a en que el camino de la santidad deber�a ser tan sencillo que el caminante, aunque fuera un necio, no deber�a errar en �l; es decir, cuando no s�lo los sabios deber�an encontrarlo f�cilmente, sino cuando aquellos cuyo intelecto no fue asistido por la educaci�n y cuyas habilidades para discernir entre el bien y el mal no eran extraordinarias, deber�an distinguir f�cilmente entre el bien y el mal.

Cuando naci� Cristo, sali� el sol; Cuando Cristo subi� de la tumba y sac� a la luz la vida y la inmortalidad en Su resurrecci�n, el reloj de las edades dio la hora del mediod�a, y el Sol de Justicia estaba en pleno orbe, armado por todos lados con rayos, en el esp�ritu espiritual. cenit del mundo.

4. Si desea ver el cumplimiento de la predicci�n del viejo profeta, mire su propia edad y la contemple. En el hecho de que la Biblia yace esperando ser examinada en sus propios hogares, vea y reconozca que ha llegado el d�a en que todo lo que cualquier hombre puede anhelar en el camino del conocimiento en cuanto a su deber de vida, en el camino del destino de la vida. su alma despu�s de la muerte, se realiza.

5. La manera de juzgar un sistema de instrucci�n no es escuchando lo que los hombres dicen sobre �l, sino estudiando lo que dijo e hizo el autor. Si desea saber qu� es el sistema de salvaci�n, tal como se incluye en la venida de Cristo, consulte el registro del Nuevo Testamento y averig�e por sus propios labios cu�l es.

6. No vayas esperando que Su sistema sea misterioso, porque muchas veces fallamos en ver la sencillez de una cosa, por tener la impresi�n previa de que es profundamente compleja. Este es el viejo error que tanto jud�os como griegos cometieron hace siglos. Los ritualistas de nuestros d�as coinciden con el jud�o, y el hombre de cultura suprema tipifica a la est�tica griega. Si vas al Maestro mismo, y no a Sus disc�pulos, pasados ??o presentes, te sorprender� tanto lo que no est� en Su sistema como lo que est� en �l.

7. Una de las pruebas de la excelente sabidur�a del Salvador se ve en el hecho de que oculta cuidadosamente todo lo que pueda llevar las mentes de sus seguidores en direcciones especulativas. Todas las cuestiones de casu�stica, como las que los escribas y abogados lo tentaban continuamente a discutir, las dej� de lado por considerarlas incompatibles con el objeto de su misi�n. Vino simplemente para establecer conexiones divinas con los hombres, para ense�ar las virtudes raciales e implantar en sus almas el germen de la piedad simple. ( WHH Murray. )

El camino santo

I. EL CAMINO a la Sion celestial, la morada de Dios. La antigua Si�n fue el lugar del �nico altar del sacrificio y el �nico propiciatorio, donde el Se�or en manifiesta gloria comulg� con Su pueblo del pacto. La peregrinaci�n al lugar santo era una parte importante de la vida religiosa de Israel. Durante las invasiones de la tierra, y especialmente durante el cautiverio, se descuidaron las fiestas solemnes y parec�a que no hab�a manera de subir a la casa de Dios. Entonces los hombres piadosos suspiraron por los tabern�culos de Dios. �Cu�nto anhelaban una carretera por la que pudieran marchar a Si�n! Hablamos de otra Jerusal�n que est� arriba.

1. Hay un camino a Dios y al cielo. Es de destacar que este camino es uno, una carretera y un camino. Muchos caminos conducen a la ruina, pero solo uno a la salvaci�n. Durante a�os en la Universidad de Utrecht, se reunieron varios estudiantes cristianos de diversas naciones, y en una ocasi�n se acord� que cuatro personas, en representaci�n de Europa, Asia, �frica y Am�rica, deb�an describir la obra de la gracia en sus corazones.

El sincero hermano de Nueva Inglaterra, el amigo del Cabo de Buena Esperanza y el estudiante misionero de la India descubrieron que sus historias coincid�an con las de un joven noble de Holanda. Las escenas y las circunstancias difer�an mucho, pero las alegr�as y las tristezas, las luchas y las victorias de cada uno eran las mismas, y una esperanza llenaba todos los corazones. Nos diferenciamos en el ritmo con el que atravesamos el camino, pero el camino en s� es uno.

Jes�s dice: "Yo soy el camino". �l no es solo el camino, sino el fin de todos los que conf�an en �l. Este camino se hace a trav�s del desierto: �all� habr� una calzada�, donde la arena siempre se mueve, donde si el viajero una vez pierde el rumbo, est� condenado a una muerte segura, con las fauces del buitre como �nico sepulcro. Se abre un camino para nosotros a trav�s de los desiertos del pecado y los desiertos del dolor, sobre colinas de duda y monta�as de miedo.

�Ese camino corre cerca a tus pies, pobre vagabundo! Este camino fue construido con un gran costo; para la construcci�n de carreteras en un pa�s largo y accidentado es un negocio costoso. �Qui�n podr�a abrir un camino sobre los montes de nuestras iniquidades sino el Dios Todopoderoso? Le cost� al gran Dios la Joya del cielo. Este camino ha durado ahora estos miles de a�os; todav�a est� en buenas condiciones para viajar, y nunca se cerrar� hasta que todos los viajeros elegidos hayan llegado a las muchas mansiones de la casa del Padre.

De esta manera, al estar hecho por el poder divino, es designado por la autoridad divina para ser el camino del Rey. Quien viaja por este camino est� bajo la protecci�n del Rey de reyes. Esta carretera ya ha conducido a Dios. Se dice que es �una carretera y un camino�: no es solo una carretera con cita previa, sino que es un camino por uso y tr�fico.

2. El nombre de esta forma. El camino de la fe no es contrario a la santidad, pero es "el camino de la santidad". Si alguna vez tiene alguna duda acerca de cu�l es el camino correcto, recuerde esas palabras del Salvador: �Estrecha es la puerta, y angosto el camino, y pocos son los que la hallan�. Prefiere el rigor a la laxitud. El camino de Dios es el camino de la santidad, porque �l lo ha fundado sobre la santa verdad. �l no es imp�o en la salvaci�n de ning�n pecador.

Aquellos que siguen ese camino lo hacen con una santa confianza. No debemos creer que Cristo nos salvar� en nuestros pecados; eso ser�a una fe imp�a; pero debemos mirar a �l para que nos salve de nuestros pecados; porque eso es fe santa. Tambi�n es la forma de vivir en santidad.

3. De esta manera es una manera selecta. "No pasar� inmundo por ella, sino por aquellos". Literalmente, esto puede significar: "Los incircuncisos y los inmundos". Estos fueron excluidos de la casa del Se�or, y aqu� est�n excluidos del camino sagrado de Israel: de esto, el significado espiritual es que a menos que seamos lavados en la sangre de Cristo y renovados en el esp�ritu de nuestra mente por el Santo Esp�ritu, no estamos en el camino de Dios.

Es un camino selecto, pues est� reservado para un pueblo selecto "ser� para aquellos". �Quienes son? Mira hacia atr�s, y leer�s de un memo que alegran el desierto y el lugar solitario: de algunos a quienes se abrieron los ojos ciegos, cuyos o�dos sordos se destaparon. Lees sobre los cojos a los que hicieron saltar como un ciervo, y sobre los mudos que empezaron a cantar.

Este camino est� reservado para aquellos sobre quienes se ha realizado un milagro de gracia. De esta manera es para los rescatados. "Los redimidos del Se�or caminar�n all�". Otro dato lo hace muy selecto. ��l estar� con ellos� (marg.).

4. Es una forma sencilla. El verdadero Evangelio es tan claro como un bast�n.

5. Es una forma segura. "No habr� le�n all�". Hay un le�n al que nunca deben temer los que hacen de Jes�s su camino: es decir, el le�n del pecado no perdonado. Otro le�n tambi�n ruge sobre nosotros, pero no puede devorarnos, a saber, la tentaci�n: no ser�s m�s tentado de lo que eres capaz de soportar. En cuanto a ese siniestro le�n de la muerte del que algunos hablan, no existe.

II. NUESTRO DEBER EN RELACI�N CON ESTE MODO DE SANTIDAD.

1. Lo primero es discriminar cuidadosamente entre carretera y carretera. Cuando vea un camino que parece ancho, liso, agradable y bien bordeado de flores, d�gase a s� mismo: �Hay muchos caminos, pero como solo uno de ellos conduce a la vida eterna, debo tener cuidado. Orar�: 'Se�or, s� mi gu�a hasta la muerte' �. No creas que la sinceridad es suficiente; tambi�n necesitas la verdad.

2. Cuando conozcas el camino, debes mantenerte escrupulosamente en �l, pues de muchas maneras se derivan de �l.

3. �Estamos en el camino? Entonces, seamos muy serios al cont�rselo a otras personas. Viajando el otro d�a por un camino rural, el viajero deseaba conocer el camino a cierto lugar. Pregunt� a uno que estaba sentado junto a la carretera, pero la �nica respuesta que obtuvo de �l fue una mirada vac�a y un movimiento de cabeza. Poco tiempo despu�s descubri� que el pobre era sordo y mudo. Me temo que hay muchos cristianos as� en la actualidad: son espiritualmente sordos a las aflicciones de los dem�s y mudos en cuanto a darles instrucci�n o aliento.

Todo lo que parecen hacer es sacudir la cabeza, como si supieran mucho m�s de lo que pretend�an decir. Le pregunt� a una persona, el otro d�a, el camino a cierto lugar, y de la manera m�s cort�s posible respondi�: "Le ruego me disculpe, pero soy un extra�o en estos lares". Esa fue una raz�n muy suficiente para no dirigirme. No pod�a decir lo que no sab�a. Si alguno de ustedes no conoce el camino, y son extra�os por estos lares, no se lo digas a nadie; Dejad que esta triste reflexi�n vuelva a vuestra conciencia: "No puedo decirle a otro el camino al cielo porque soy un forastero en estos lugares". �Que Dios nos conceda que nunca estiremos el brazo de nuestro testimonio m�s all� de la manga de nuestra experiencia!

4. Si no est�s en el camino, que el Se�or te ayude a hacerlo esta ma�ana. ( CH Spurgeon. )

La V�a Apia y la carretera al cielo

Has o�do hablar de Appian Way. Ten�a trescientas cincuenta millas de largo. Ten�a veinticuatro pies de ancho y, a ambos lados, la carretera era apta para los pasajeros. Estaba hecho de rocas cortadas en forma hexagonal y encajadas. �Qu� camino debe haber sido! Hecho de roca dura y lisa, de trescientas cincuenta millas de largo. No es de extra�ar que en su construcci�n se agotaron los tesoros de todo un imperio.

Debido a los invasores, los elementos y el Tiempo, el viejo conquistador que rompe un camino al cruzarlo, no queda nada de esa estructura excepto una ruina. Pero tengo que hablarles de una carretera construida antes de la V�a Apia y, sin embargo, es tan buena como cuando se construy� por primera vez. Millones de almas lo han pasado. Vendr�n millones m�s. ( T. DeWitt Talmage, DD )

El peregrino y su destino

La tumba de Dean Alford est� a la sombra de un viejo tejo en el cementerio de St. Martin, y estas palabras est�n registradas en la l�pida: "La posada de un viajero en su camino a Jerusal�n". ( JN Norton. )

El camino de la salvaci�n llano

Recuerdo la historia del rey de Suecia en a�os pasados ??que, cuando estaba enfermo, estaba muy preocupado por su estado eterno. Por casualidad lleg� al palacio un viejo granjero, conocido en su majestad por su piedad; el rey lo llam� a su lado y le dijo: "Dime, �cu�l es la fe que salva el alma?" El campesino lo explic� de coraz�n en un lenguaje sencillo, para consuelo del rey.

El rey permaneci� enfermo durante meses y volvi� a tener dudas y miedo. Quienes lo rodeaban le instaron a llamar al arzobispo de Upsala, como un prelado erudito que pod�a disipar sus temores. El obispo se acerc� al lecho real y le dio a su majestad una definici�n l�gica y teol�gica de la fe en los t�rminos m�s adecuados. Cuando se fue, el rey dijo: �Fue muy erudito, sin duda, y muy ingenioso, pero no me consol�; la fe del campesino es la fe que puede salvar mi alma �. ( CH Spurgeon. )

La santidad puede ser entendida por los iletrados

Un ministro estaba hablando con un disc�pulo de Jes�s, no muy versado en la terminolog�a de las escuelas, sobre el tema de la santidad total. Por fin se volvi� hacia �l y le dijo: "No s� a qu� te refieres con la forma en que hablas de ello, pero si te refieres a la constante disposici�n para el cielo, lo entiendo". Era una mujer cristiana, que habitualmente descansaba en Jes�s para su plena salvaci�n, y en cuyo coraz�n se derramaba el consuelo de la disposici�n consciente para hacer o sufrir la voluntad de Dios, como �l pudiera dirigir. ( WG Pascoe. )

El camino de la santidad

El camino de la santidad est� a lo largo del camino m�s com�n de la vida, a lo largo de tu propio camino. Con viento y lluvia, no importa c�mo golpee, solo va de la mano con �l. ( MG Pearse. )

Versículo 9

No habr� le�n all�

Animalidad humana

I. PUEDE POSEER NATURALMENTE ALGO DE LA NATURALEZA ANIMAL. Que el hombre por naturaleza tenga deseos y pasiones animales no es culpa suya, ni es una desgracia para el poseedor si estos se heredan en proporci�n armoniosa con las propensiones mentales y espirituales. Todos son del Creador Divino. Todos son esenciales para el disfrute y el desarrollo sim�trico del hombre. El Creador no desperdicia material. As� como el reloj no contiene resortes, ruedas, engranajes o tornillos innecesarios, as� cada pasi�n, emoci�n, afecto, desde el m�s bajo hasta el m�s alto, como proveniente de Dios, es importante.

II. Cuando la naturaleza animal es alimentada y fortalecida con descuido y a expensas de otras facultades y tendencias superiores de la estructura humana, entonces el animal aparece en una gran variedad de formas.

III. EL HOMBRE ES RESPONSABLE DEL TRATAMIENTO DE SU NATURALEZA ANIMAL. No debe ser crucificado ni exterminado por completo, sino que debe mantenerse en subordinaci�n, sujeto al gobierno mental y espiritual. Algunos, por naturaleza, tienen mucho m�s con lo que lidiar en esta l�nea que otros. La primera naturaleza, el animal, puede transformarse en la "segunda naturaleza", el hombre; y si se hace "una nueva criatura en Cristo Jes�s", tal debe ser necesariamente el resultado. ( WG Thrall. )

Versículo 10

Y los redimidos del Se�or volver�n

Marchando al ritmo de la m�sica

Mi objetivo ser� darle al texto su m�s alta apropiaci�n pr�ctica al exponer en un lenguaje resplandeciente el regreso del Israel espiritual de Dios, Sus redimidos, de todas las tierras.

I. QUIENES SON.

1. "Los redimidos del Se�or". Rescatar significa redimir o liberarse del cautiverio o castigo pagando un equivalente, rescatar del peligro y la muerte, librar de la posesi�n de un enemigo mediante / haza�as de guerra o compra con oro. El pueblo rescatado del Se�or son, por tanto, aquellos que han sido espiritualmente rescatados, emancipados y liberados. Son propiedad de Dios comprada por la sangre preciosa de Cristo.

2. Los redimidos del Se�or son los regenerados del Esp�ritu Santo. Han sido avivados a una nueva vida y redimidos.

3. Los redimidos del Se�or son los adoptados en la familia de Dios. Qu� secuencia tan �nica y hermosa tenemos aqu�. Vida comprada, vida engendrada, vida ennoblecida.

II. �D�NDE EST�N VIAJANDO? "A Sion". La antigua Si�n era t�pica de la "ciudad que tiene fundamentos, cuyo Hacedor y constructor es Dios". Echemos un vistazo al paralelismo.

1. La antigua Si�n fue la sede y el escenario de la adoraci�n. Los redimidos por el Se�or al regresar ir�n a Sion arriba, para unirse a los adoradores inmortales en el "templo no hecho por manos". Adoraremos, pero tambi�n serviremos en m�ltiples ministerios del bien.

2. Si�n de anta�o fue la sede de la realeza. "Se establecieron", se nos dice, "tronos de juicio, los tronos de la casa de David". Jerusal�n era la metr�poli de la naci�n, el centro de la monarqu�a, la autoridad, el poder y el esplendor. El cielo es la ciudad del Gran Rey. En su trono de zafiro, ce�ido como con un arco iris de misericordia y gracia, se sienta el Mediador-Rey del Nuevo Pacto, coronado con muchas coronas, sosteniendo el cetro de la justicia.

A sus redimidos les dice: �De cierto os digo que los que me segu�s en la regeneraci�n, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros tambi�n os sentar�is, tronos�. �Al que venciere, le conceder� sentarse conmigo en mi trono. S� fiel hasta la muerte y te dar� la corona de la vida ".

3. La antigua Si�n fue la sede del reposo. Era el t�rmino del viaje de los adoradores de peregrinos. Con los redimidos del Se�or es ahora la peregrinaci�n; pero todos los d�as montan sus carpas m�viles a un d�a de marcha m�s cerca de casa, el cielo, el descanso. Qu� palabra m�gica es "descanso". �Qu� volumen de significado encierra! Descanse del conflicto, descanse del dolor, descanse del sufrimiento, descanse del yo y del pecado, descanse de todos los males de la vida del tiempo. �Descansa en el Se�or en santa contemplaci�n, santa adoraci�n, servicio santo, visiones santas, compa�erismo sagrado, placeres santos para siempre!

III. �CU�L ES EL ESP�RITU EN EL QUE VIAJAN? "Con c�nticos y gozo eterno sobre sus cabezas". Marchan al son de la m�sica hecha en el santuario del alma. Indudablemente la alusi�n es a los Cantos de Grados o de las Subidas, que las tribus alegres cantaron en su camino a las grandes celebraciones festivas en Jerusal�n, o a los himnos de liberaci�n que los exiliados emancipados sonaban mientras avanzaban con el elogio de sus padres y Dios.

As�, las huestes de Dios que se dirigen al hogar en el camino de la santidad est�n urgiendo su camino. Son como soldados que regresan de la escena y botines de una gran victoria, con el coraz�n y el paso al comp�s de la melod�a jubilosa. Pero los rescatados no solo cantan en el camino a casa, sino que tambi�n "Venid a Sion con c�nticos". Es una llegada jubilosa.

IV. �QU� REALIZAN LOS RESCATADOS DEL SE�OR AL LLEGAR A CASA? �La alegr�a y la alegr�a� &mdashes decir, hacia afuera y hacia adentro alegr�a. La alegr�a de la santa retrospectiva; el gozo de la presente posesi�n de gloria; el gozo de la esperanza cumplida, la hombr�a perfeccionada, la vida satisfecha, el progreso prospectivo, intelectual y moralmente, por los siglos de los siglos. Es el "gozo y la alegr�a" -

1. De reuniones celestiales.

2. Del conocimiento perfeccionado.

3. De la visi�n beat�fica.

Este "gozo y alegr�a" significar� la exclusi�n de "dolor y suspiro". Como la luz expulsa las tinieblas y el d�a excluye la noche, as� el arrebato de alegr�a evita los suspiros de dolor. ( JO Keen, DD )

Liberaci�n de las cargas de la vida

1. �Cu�les son las verdaderas fuentes de ese profundo poder de dolor que se cierne con tanta fuerza sobre la vida? En primer lugar, sobre nuestra vida corporal y el mundo de la naturaleza que la subordina, existe la continua plaga del dolor y el sufrimiento. En la m�s alta belleza de la naturaleza, incluso para nuestro poder de imaginaci�n, siempre hay alguna imperfecci�n. Pero no es mera imaginaci�n piadosa declarar que su carga es absolutamente nada en comparaci�n con la carga del mal espiritual, la ceguera, la debilidad y el pecado del hombre.

Estas son las dos grandes cargas que pesan tanto sobre nuestra vida humana, y son las peores en esto: que parecen separarnos de nuestro Padre que est� en los cielos, tanto por la duda como por la oscuridad del miedo.

2. � Necesito recordarte c�mo el Evangelio se enfrenta a estas dos cosas y las esparce por los vientos? Esa ley del sufrimiento y de la muerte la santifica doblemente por la revelaci�n de la Cruz, porque la invalida para nuestro propio bien, porque la convierte en una condici�n para salvar a los dem�s. El Evangelio se ocupa a�n m�s decisivamente de la carga del pecado. En �l reside la esencia misma de la redenci�n. Pero me preguntar�s: "�Se cumpli� esa promesa despu�s de todo?" Recuerde, que por la misma naturaleza del caso, el reino de Cristo aqu� se ve solo en las primeras etapas de su conflicto contra el poder del mal.

Lo que puede ofrecernos es solo una verdadera pero imperfecta prueba de un futuro perfecto. �Nos ha dado, y nos da ahora, lo que as� profesa dar? Respondo sin vacilar, s�. Estas cosas no son un sue�o. Son una realidad presente y bendita, y a veces nos sentimos como si fueran la �nica realidad en un mundo muy fugaz e insustancial. Pero la realidad a�n es imperfecta. El gozo y la alegr�a pueden ser nuestros, pero la tristeza y el suspiro a�n no han desaparecido. Hay un cielo en el m�s all� en el que solo todas estas promesas se cumplir�n por completo. ( A. Barry, DD )

"Gozo eterno sobre sus cabezas"

Esta expresi�n puede aludir a la antigua costumbre de llevar coronas en �pocas de j�bilo y festividad, que se consideraban signos de honor y dignidad; o puede referirse a la pr�ctica de ungir la cabeza en ocasiones alegres y festivas, lo que probablemente dio lugar a la frase utilizada por el poeta real del ��leo de alegr�a� Salmo 45:7 ). ( R. Macculloch. )

El dolor y el suspiro huir�n

El vuelo del dolor

I. �QU� EST� INVOLUCRADO EN LA DECLARACI�N de que el dolor y el suspiro huir�n? La susceptibilidad del dolor y el poder de expresar el dolor no ser�n destruidos; pero no se apelar� a la susceptibilidad ni se utilizar� el poder de la expresi�n dolorosa.

1. El dolor de la enfermedad corporal desaparecer� con el dolor, la languidez, la debilidad que impone la enfermedad, la excitaci�n nerviosa que a menudo provoca y la debilidad que con tanta frecuencia crea. La enfermedad pasar�, con todas sus interrupciones de las relaciones dom�sticas y sociales, con todo su poder de estropear nuestro disfrute e interferir con nuestro trabajo. Huir� ante una nueva constituci�n, ante la salud y el vigor y la vida joven y rica de un cuerpo, resucitado en incorrupci�n, resucitado en gloria, resucitado en poder, resucitado en una espiritualidad semejante a la de Cristo.

2. El dolor de morir pasar�. El miedo a la muerte, los dolores de la muerte, las separaciones de la muerte, las consecuencias materiales de la muerte, la humillaci�n de la muerte.

3. El dolor del duelo pasar�. Y con ella la viudez, el orfanato, la p�rdida de esposa e hijos, y cada dolorosa despedida que la muerte exige tan a menudo y con tanta rigurosidad.

4. El dolor de la pobreza huir�, con su hambre y sed, su desnudez y fr�o, su desamparo y miseria, y todo el descuido y desprecio, la penosa dependencia, la degradaci�n y el deshonor que con demasiada frecuencia trae.

5. Los dolores causados ??por los pecados ajenos huir�n. Los malvados, cualquiera que sea su poder ahora, por relaci�n o por posici�n, dejar�n de causar problemas. La esclavitud, la opresi�n y la persecuci�n cesar�n por completo. Los dolores causados ??por la lengua de fuego del infierno, por el pu�o de la maldad, por los pies veloces para correr para hacer da�o, huir�n. Nada entrar� en el mundo sin tristeza que contamina, que hace abominaci�n o hace mentira.

6. Los dolores producidos por el miedo al mal, por las imaginaciones oscuras y por las esperanzas arruinadas, huir�n. El llano, "Paz, enmudece", ser� dicho a cada alma.

7. Los dolores de las ilusiones y los enga�os de esta vida pasar�n. Todo, poco a poco, superar� con creces sus esperanzas.

8. Los dolores del pecado pasar�n. El dolor de la conciencia, el remordimiento, el pavor, la discordia entre las pasiones y la voluntad santificada, el castigo, incluso la deserci�n divina temporal.

9. Cada "coraz�n conoce su propia amargura". La propia amargura del coraz�n huir�. Dolor secreto - dolor que dif�cilmente admit�s a vosotros mismos - dolor sobre el que nunca hab�is puesto el vestido del habla - el dolor por no haber gemido nunca ante el amigo m�s cercano que tienes - dolor sin nombre, "mi dolor" - -el dolor en todas sus ra�ces, en todas sus ramas, el dolor en todas sus flores y frutos, en todas sus profundidades y en todas sus manifestaciones, huir�.

Y esta huida del dolor dejar� los canales de las emociones abiertos s�lo a las corrientes del goce. �Qu� efecto tan poderoso tendr� esto en el car�cter y en toda la vida! La huida del dolor aumentar� el amor del coraz�n: porque el sufrimiento a menudo nos encierra en nosotros mismos y nos absorta en nosotros mismos; ayudar�, adem�s, a asegurar el coito ininterrumpido y la actividad ininterrumpida; ser� la salida de la correcci�n que ya no es necesaria, la retirada de la disciplina ya no es necesaria; ser� como la huida del invierno cuando ha llegado el momento del canto de los p�jaros.

II. �CU�NDO SER� ESTO? El texto apunta al reinado de Ezequ�as, a esa parte de su reinado a trav�s de la cual Dios bendijo al pueblo a quien gobern� con notable prosperidad. �Pero esto agota el texto? Creemos que no. Creo que s�, hay otras palabras de boca de Dios sobre este tema ( Isa�as 25:8 ; Apocalipsis 7:17 ). �Cu�ndo ser� esto? Ser� para el santo individual cuando termine su carrera terrenal. Para los santos como un cuerpo, esto se realizar� en el momento de la restituci�n de todas las cosas.

III. �CON QU� SIGNOS PODEMOS ESTAR SEGUROS DE QUE NUESTROS DOLORES SE HUIR�N? Hay cinco se�ales seguras.

1. Fe personal, no en el rey Ezequ�as, sino en el rey Jes�s.

2. Ciudadan�a reconocida y declarada en el reino del Salvador. Hacemos hincapi� en la confesi�n, porque donde no hay una confesi�n siempre debe haber motivos para dudar y sospechar.

3. La huida del pecado - el ser limpiado del pecado.

4. El efecto actual del dolor. Si el dolor doblega la voluntad y somete los afectos, entonces se santifica, y aqu� hay una se�al de que el dolor huir�.

5. Una esperanza viva - esperanza nacida de la fe - esperanza hija de las promesas de Dios - esperanza que es el ancla del alma. Escriban en sus corazones esta �nica oraci�n acerca de sus dolores y suspiros, ellos huir�n. El amor de Dios, como el sol sobre la ventisca que derrite la nieve, la levanta en vapor y luego la dispersa, har� huir el dolor. El poder de Dios, como el viento del norte, que ahuyenta la lluvia, constre�ir� la huida del dolor. ( S. Mart�n. )

El dolor y el suspiro huir�n

Hay consuelo en esta misma forma de expresi�n: "huir". Muestra una inestabilidad como caracter�stica del dolor en el caso que contemplamos. El dolor del hombre redimido no es el mar que se encuentra en su lecho designado en verano y en invierno; pero es la ola con cresta la que est� aqu� hoy y se va ma�ana. No es la monta�a la que ocupa su lugar a�o tras a�o y siglo tras siglo; pero son las nubes las que se elevan, rien el valle, y viajan por las laderas de la monta�a, y algunas veces lo tapan y lo ocultan por completo, pero que por su propia naturaleza deben huir. Los dolores de los santos son dolores que por su propio car�cter deben pasar. ( S. Mart�n. )

.

Información bibliográfica
Exell, Joseph S. "Comentario sobre "Isaiah 35". El Ilustrador Bíblico. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tbi/isaiah-35.html. 1905-1909. Nueva York.