Bible Commentaries
Isaías 43

El Ilustrador BíblicoEl Ilustrador Bíblico

Versículos 1-4

Pero ahora as� dice el Se�or que te cre�, oh Jacob

La verdadera relaci�n de Israel con Jehov�

El tema principal de este cap�tulo es la verdadera relaci�n de Israel con Jehov�, y su aplicaci�n tanto en forma de advertencia como de �nimo.

La doctrina ense�ada es que su segregaci�n del resto de los hombres, como pueblo peculiar, fue un acto de soberan�a, independiente de todo m�rito en s� mismos, y ni siquiera para su beneficio exclusivo, sino para el cumplimiento de los prop�sitos de la gracia de Dios con respecto a los hombres. en general. Las inferencias extra�das del hecho son que Israel ciertamente escapar�a de los peligros que lo rodeaban, por inminentes que fueran; y, por otro lado, que debe sufrir por su infidelidad a Dios.

Para ilustrar estas verdades, el profeta introduce varias alusiones hist�ricas y profec�as espec�ficas, la m�s sorprendente de las primeras con respecto al �xodo de Egipto y de las �ltimas a la ca�da de Babilonia. Es importante para la interpretaci�n justa del cap�tulo que estas partes se vean en su verdadera luz y proporci�n como ilustraciones incidentales, no como el tema principal de la profec�a, que, como ya se dijo, es la relaci�n general entre Dios y Su pueblo antiguo y Su modo de tratar con ellos, no al mismo tiempo, sino en todo momento. ( JA Alexander. )

El derecho del Creador

1. Al revisar la Providencia, los hombres no retroceden lo suficiente. El Se�or mismo siempre toma una gran cantidad de tiempo. He aqu� un ejemplo al respecto. �Pero ahora, as� dice el Se�or, que te cre� ... y el que te form� �. Ning�n argumento se basa en lo que sucedi� hace una hora. Por lo tanto, Dios har� que regresemos al d�a de la creaci�n, al tiempo de formaci�n, y asimilemos toda la infancia, toda la juventud, toda la virilidad, toda la educaci�n, las luchas y la disciplina, todo el desgaste y toda la armon�a, toda la semana. d�as y todos los d�as de reposo; y nos invitar�a a vigilar el misterio del tiempo, hasta que salga en flor, fecundidad y bendici�n. No deber�amos sentir dolor si tuvi�ramos la l�nea correcta de revisi�n y la sigui�ramos, y la comprendi�ramos, en su continuidad y en su totalidad. Hay muchas creaciones.

Dios siempre est� creando vida y siempre form�ndola. Hay una existencia individual; hay una organizaci�n nacional; hay cumplea�os de imperios y cumplea�os de reforma.

2. La Iglesia debe reconocer su per�odo de creaci�n y formaci�n. Jacob no siempre fue un pueblo; Israel no siempre fue un nombre significativo, un s�mbolo en el lenguaje; y los individuos se re�nen en sociedades, y est�n a cargo de la administraci�n del reino de Cristo, y como tales deben regresar y recordar a su Creador, adorar a su Hacedor, servir a su Salvador y renovar su inspiraci�n donde estaba originada.

3. Deben realizarse las correctas relaciones con Dios por parte del hombre. Este llamamiento llega al cl�max, a palabras convincentes y triunfantes. Yo te he "creado"; esa es la l�nea basal - "te form�", dada tu forma y relaci�n; �Te redimi�, pag� por ti; "Te llam� por tu nombre", como un amigo o un ni�o : "M�o eres t�". �Sin embargo, todo esto est� en el Antiguo Testamento! �No volamos del Antiguo Testamento al Nuevo para tener una visi�n de la ternura de Dios? No hay necesidad de tal vuelo. Hay palabras m�s tiernas sobre Dios en el Antiguo Testamento que en el Nuevo.

4. Esta relaci�n lleva consigo todo lo dem�s. Despu�s de esto, no puede haber m�s que detalles. �Cuando pases�, etc. ( Isa�as 43:2 ). ( J. Parker, DD )

Garant�as

Propiedad absoluta. El que habla es nuestro Creador. Tambi�n reclama nuestra atenci�n porque nos conoce. El miedo es la aprehensi�n del peligro, tanto natural como moral. Con respecto al desgarro natural, algunos son m�s t�midos que otros. Pero esto no es un �ndice del estado moral del coraz�n. Los nervios fuertes no constituyen fe; los nervios d�biles no indican desconfianza en Dios. Para eliminar la desconfianza que sent�a Israel, se ofrecen tres garant�as:

I. REDENCI�N. "Porque yo te he redimido". �De d�nde vino la idea de la redenci�n? ( Lev�tico 25:25 .) Esta es la figura que se usa en el texto y en otros lugares para mostrar que Dios ha quitado las discapacidades morales bajo las cuales hab�amos ca�do por el pecado. El principio no est� exento de analog�as. Cuando el grano de oro es esclavizado en la tierra, el rayo de luz, la gota de agua y la brisa c�lida vienen a redimir a su hermano.

1. El derecho a redimir recay� en los familiares, de ah� la necesidad de la encarnaci�n del Hijo de Dios. La transacci�n se limit� a la familia del hermano que se hab�a vuelto "pobre". En �ltima instancia, ninguna parte de la herencia debe salir de la familia, porque incluso si ning�n familiar m�s cercano pudo redimirla, en el a�o del Jubileo se hizo una restauraci�n completa. No s�lo la herencia debe haber permanecido en la familia, sino que la redenci�n de la misma estaba restringida a la familia, para que alguna vez pudiera parecerles valiosa a los miembros de la familia como un encargo sagrado de Dios.

Esta es la estimaci�n misma de la vida humana que transmite la Encarnaci�n : para redimir esa vida, el redentor debe ser familiar. Pero aparece la necesidad, porque la familia del hombre debe estar impresionado con el valor de la herencia que Dios ha dado. La vida de Jes�s nos trae a casa el hecho de que la vida humana es infinitamente valiosa, y que Dios tiene Su dominio sobre ella, aunque est� hipotecado con otro. "Todas las almas son M�as". "Yo s� que mi Redentor vive".

2. Para liberar la posesi�n se debe pagar el rescate. La soberan�a de la donaci�n no exim�a a la herencia de los grav�menes contra�dos por el poseedor. La justicia exigi� el precio de redenci�n. En inter�s de la rectitud y la influencia de la ley moral, Cristo "se dio a s� mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad", etc. En cuanto a la naturaleza del rescate, San Pedro dice: "Por lo que sab�is que no fuisteis redimidos con cosas corruptibles como plata y oro, de vuestra vana conversaci�n recibida por tradici�n de vuestros padres, sino con la preciosa sangre de Cristo �.

II. LLAMADO. "Y te llam� por tu nombre". La referencia aqu� es a una forma legal de decir el nombre del deudor hipotecario, con la declaraci�n de que en adelante su posesi�n era gratuita; o a la trompeta del jubileo, que era un llamado directo a todo deudor a reanudar su libertad.

1. Salvaci�n personal. Cuando nos abordan por nuestro nombre, todo el ser est� involucrado, con todos los intereses involucrados. Dios llama al pecador al arrepentimiento.

2. Realizaci�n personal. El hermano que se hab�a empobrecido sab�a que era libre, porque lo hab�an llamado por su nombre para estar seguro de su libertad. Se le entreg� la escritura re-transfiriendo la propiedad a su nombre. La fe conduce a la realizaci�n del perd�n y la paz.

III. REINSTALADO. "T� eres m�o". La idea es que por gracia el hombre vuelve a la paz y al servicio de Dios.

1. La afirmaci�n es universal. Dondequiera que est� el coraz�n nuevo, Dios lo reclama para los suyos.

2. El reclamo es absoluto. Ya no somos nuestros, pero, habiendo sido comprados por precio, glorificamos a Dios en cuerpo y mente.

3. Ahora estamos en juicio, pero habr� un reconocimiento final. "Ser�n m�os", etc. ( T. Davies, MA )

La responsabilidad divina

1. Responsabilidad no es una palabra que pueda limitarse al hombre. Debe pertenecer a esos �rdenes superiores de inteligencia creada que conocemos como �ngeles de diversos grados. Debe pertenecer al Eterno Mismo. Debe ser que �l se hace responsable de la creaci�n y sus consecuencias. Si la responsabilidad pertenece a la criatura creada a imagen de Dios, es responsabilidad heredada; desciende de Aquel que lo hizo.

2. Abordemos el tema con cautela. La revelaci�n de Dios de s� mismo est� destinada a ser una luz para la mente y un gozo para el coraz�n. Todo el que sepa algo de las Escrituras sabe cu�n gradual ha sido la revelaci�n de Dios a la raza humana. Hasta que no llegamos a la �poca de David, no obtenemos la palabra padre aplicada a la Deidad, y s�lo de una manera figurativa. Isa�as profetiza que una de las se�ales de la dispensaci�n cristiana ser� que el nombre de Dios, tal como se revela en Cristo, ser� �el Padre Eterno�.

Los hombres hab�an conocido a la Deidad como el Dios autoexistente, la fuente de la vida. Hab�an pensado en �l como el Dios de la providencia, el Gran Proveedor, que los ten�a en sus manos y los cuidar�a, y ese es el punto de vista m�s pr�ctico alcanzado en el Antiguo Testamento. En ese maravilloso libro de Job, la personificaci�n de la vida de la raza humana, tenemos el pensamiento de un Redentor no realizado, pero "Mi Padre y vuestro Padre, mi Dios y vuestro Dios" es el lenguaje del Nuevo Testamento y el discurso posterior a la resurrecci�n. a eso.

3. Este discurso nos lleva al pensamiento de la responsabilidad divina. No es nuestra invenci�n, sino la revelaci�n de Dios, que as� como un padre se compadece de sus hijos, as� el Se�or se compadece de los que le temen. Tenemos derecho, entonces, a decir que al menos la misma medida de responsabilidad que pertenece a un padre por la nutrici�n, educaci�n y desarrollo de su hijo pertenece al gran Padre Eterno para todos nosotros.

No somos responsables de las leyes que funcionan en nuestras propias constituciones, porque no creamos esas leyes. No somos responsables de nada que est� fuera de nuestro alcance. No soy responsable de la tendencia original a la pecaminosidad que estaba en mi naturaleza cuando nac� en este mundo. Tampoco soy responsable de haber nacido; ni por haber nacido donde nac� yo; ni por tener s�lo esos padres que fueron m�os; ni por estar tan alto y tan pesado; ni por tener el temperamento y disposici�n con que nac�.

4. Supongo que en las generaciones posteriores a nosotros ha vivido personas que verdaderamente se persuadieron a s� mismas de que eran responsables del pecado de Ad�n, que estaban condenados porque un antepasado de generaciones atr�s era un pecador voluntarioso. Todo hombre hereda tendencias de generaciones pasadas. Cuando el primero de los hombres desobedeci� voluntariamente a Dios, inici� en s� mismo una tendencia que, si no se resist�a, se convertir�a en un h�bito de maldad, y ese h�bito se propagar�a a la siguiente generaci�n, a la siguiente, y as� sucesivamente. .

Y eso es lo que se entiende por pecado original, la tendencia creada por generaciones pasadas al mal, imprimiendo su huella en la mente y el coraz�n, s�, en el organismo f�sico. Es as� en el mundo animal. En el pasado, los perros han sido entrenados para criar ovejas, y la instrucci�n se ha convertido en un h�bito, y el h�bito ha creado una tendencia en la pr�xima generaci�n a hacer lo mismo, y se ha vuelto fijo, una segunda naturaleza, como decimos. .

Y esta ley atraviesa toda la creaci�n, incluso en el mundo vegetal. Ahora bien, Aquel que hizo al hombre es responsable de la ley original por la cual las tendencias al bien y al mal pueden propagarse de padre a hijo. La ley no es mala; es bueno. Pero las buenas leyes se utilizan a menudo con malos prop�sitos. Desde un dep�sito de agua pura, las tuber�as se colocan en todas las casas de la ciudad. Esas tuber�as se instalaron para el transporte de agua pura y saludable en beneficio de una gran poblaci�n.

Ese era el dise�o y la intenci�n originales. Pero supongamos que la ciudad fuera sitiada por un ej�rcito b�rbaro; supongamos que el ej�rcito rodease el embalse y envenenara las aguas, las mismas tuber�as que se colocaron para el transporte de la vida ser�an conductos para el transporte de la muerte. Pero ese no era su dise�o original. Y entonces nuestra culpa no se extiende a la Deidad. �l es responsable de la ley ben�fica, no del pecado que le ha sido transmitido. La misma idea de inteligencia implica libertad. O debe haber libertad, o no puede haber inteligencia ni moralidad.

5. No podemos concebir un Dios omnisciente sin admitir que debi� haber previsto que la criatura que hizo abusar�a de su libertad. �Se extiende la responsabilidad divina a hacer una provisi�n que la impida? Claramente no. No podemos concebir c�mo podr�a hacerse y, sin embargo, dejar al hombre como un agente moral libre, no como una m�quina. La responsabilidad divina se extiende a proporcionar un medio por el cual no solo se desarrolle a un hombre inocente, sino que se salve a un hombre culpable de las consecuencias espirituales de su pecado.

No puede salvarse de todas las consecuencias; de las fatales consecuencias que puede. Que Dios anticip� la ca�da de la inocencia de su criatura, y provey� para encontrar al hombre en una condici�n ca�da, es evidente por una sola expresi�n, "el Cordero inmolado antes de la fundaci�n del mundo". La redenci�n no fue una ocurrencia tard�a. Para nuestra propia conveniencia, a veces puede ser necesario hablar de justicia y en otras ocasiones de misericordia.

Pero la justicia y la misericordia en Dios nunca se representan como antagonistas. Siempre van de la mano, como la luz y el calor en los rayos del sol. Cuando Dios abri� los ojos del gran ap�stol vio esta verdad, que �donde abund� el pecado, sobreabund� la gracia�, o, como es m�s correcto, �sobreabund�, abund� por encima y por encima. En esta dispensaci�n de cosas, un hombre perdido no tiene que simplemente rechazar a Dios como Creador, sino a Dios como Redentor, Dios en Cristo, el Dios que ha hecho todo lo posible para anular los resultados fatales del pecado.

6. Recuerda la palabra de elogio pronunciada con respecto a Abraham : "Yo s� que �l mandar� a sus hijos"; y en todo padre se aloja el derecho de mandar, el deber de mandar. Esa ternura d�bil que permite que la desobediencia no sea reprendida ni castigada, no es ternura divina. Es la fragilidad de la indecisi�n humana. No hay nada de eso en Dios. ( R. Thomas, DD )

Consuelo divino

La visi�n de Isa�as contiene una representaci�n del estado presente y futuro de Israel y Jud�. Y debido a que algunas de sus expresiones podr�an interpretarse como si todas las doce tribus debieran ser desechadas por completo, frecuentemente intercala consuelos como este, para asegurarle a la gente que si fueran debidamente corregidos y reformados por su cautiverio, Dios los sacar�a. de ella, y levantarlos de nuevo para ser Su Iglesia y pueblo.

I. Para confirmarlos en la creencia de tal restauraci�n, les recuerda VARIOS ARGUMENTOS Y RAZONES para esperarla.

1. Les dice que despu�s de su arrepentimiento, Dios les hab�a prometido tal restauraci�n.

2. Isa�as pide al pueblo que considere que esta promesa de salvaci�n se la hizo ese Dios "que cre� a Jacob y form� a Israel". Este, de hecho, es un tema com�n de consuelo para todo hombre piadoso, que el que lo cre� tendr� misericordia de �l y podr�, en todas las circunstancias, cumplir sus promesas y preservar la obra de sus propias manos. Pero era muy apropiado que este pueblo, sobre todos los dem�s, hiciera tales inferencias, porque hab�an sido creados y formados de una manera peculiar por Dios.

3. Podr�an concluir esto de las redenciones anteriores que Dios hab�a realizado por ellos. "No temas, porque yo te he redimido".

4. Un cuarto fundamento de la esperanza de Israel por las misericordias futuras de Dios, eran los nombres de gracia que les hab�a otorgado. �Te he llamado por tu nombre; T� eres M�a ". Hab�a cambiado el nombre de su padre Jacob a Israel. Los hab�a llamado Su "naci�n santa", Su "pueblo peculiar".

5. Otro argumento para que Israel confiara en Dios fueron las liberaciones que les hab�a concedido a algunos de ellos. �Cuando pases (o hayas pasado) por las aguas, no te desbordaron; ya trav�s del fuego, no se ha encendido sobre ti �.

II. Las palabras son ciertamente un tema com�n de CONSOLACI�N PARA TODOS LOS SIERVOS FIELES DE DIOS. De modo que, para encontrar nuestra propia bendici�n en ellos, y entenderlos como la voz de nuestro propio Padre misericordioso, no tenemos nada m�s que hacer que aprobarnos a nosotros mismos, Sus obedientes hijos; porque no hace acepci�n de personas.

1. As� como Dios prometi� a su pueblo una restauraci�n de su cautiverio, luego de su verdadero arrepentimiento y regreso a su deber, as� nos rescatar� de la esclavitud del pecado y de Satan�s, si sentimos sinceramente la opresi�n y la miseria de este, y preferir�a estar empleado en hacer la voluntad de Dios y guardar sus mandamientos.

2. �Fue un argumento para Israel confiar en Dios, porque �l los hab�a creado y formado de una manera tan especial como se represent� anteriormente? La misma consideraci�n es igualmente c�moda para todos los miembros de la Iglesia de Cristo. Porque en �l nacemos de nuevo.

3. Todas las redenciones que Dios concedi� a Israel son pruebas para nosotros de Su infinito poder y bondad, y figuras de cosas mayores que �l har� por nosotros.

4. Si las graciosas denominaciones de Israel de Dios les aseguraron su especial consideraci�n por ellos, no menos motivo de regocijo tenemos nosotros en la misma seguridad de su favor hacia nosotros.

5. En casos de peligro extremo, particularmente en peligros de fuego y agua, Dios se ha mostrado de la misma manera en la Iglesia cristiana. �l fue en la antig�edad en la Iglesia jud�a, un Ayudador suficiente para librar de tales problemas. ( W. Reading, MA )

La bondad de Dios para con Israel

En la �ltima parte del cap�tulo anterior leemos sobre los pecados, no sobre la obediencia de Israel. Despu�s de esto, �qu� se pod�a esperar sino que los castigar�a a�n m�s severamente, si no los abandonar�a como incorregibles? En el texto, sin embargo, �l promete magnificar su misericordia al hacerles el bien. Considerar&mdash

I. EL CAR�CTER DEL PUEBLO AQU� HABLADO. Puede inferirse de los nombres que se les dan en el texto. Se les llama con los nombres convertibles de "Jacob" e "Israel". Su nombre Jacob fue cambiado porque hab�a luchado con Dios por Su bendici�n hasta que logr� obtenerla. Entonces, entonces, podemos aprender el car�cter de Sus hijos espirituales: ellos luchan con Dios en oraci�n por Su bendici�n hasta que prevalecen. Pero esta descripci�n general de ellos incluye varios detalles. Considerar&mdash

1. Qu� hacen. Ellos rezan. �Y no los distingue esto a la vez de los miles que los rodean?

2. � A qui�nes est�n dirigidas sus oraciones? Al Dios verdadero que tambi�n es su propio Dios: el Dios de Israel. Esto tambi�n los separa de una inmensa cantidad de la raza humana; pues �cu�ntos, ay, hay en el mundo que est�n totalmente equivocados en cuanto al verdadero objeto de adoraci�n!

3. Le rezan solo a �l. No son pocos en el mundo los que unen la adoraci�n de Jehov� con la de sus propios �dolos.

4. Pero, �por qu� ora Israel? Por la bendici�n de Dios. Esto implica que sienten que lo necesitan y, en consecuencia, que difieren esencialmente de todas las personas de esp�ritu moralista y autosuficiente.

5. �C�mo rezan? Con fe. Tambi�n rezan con fervor. No son como muchos, fr�os, formales y sin vida en la oraci�n. Ellos tambi�n perseveran hasta que prevalecen. Pero, �fueron siempre esos personajes? No; Hubo un tiempo en que no oraban como los dem�s. �Qui�n, entonces, los ha hecho diferir? Dios solo.

II. LO QUE HIZO POR ELLOS EN TIEMPO PASADO; o cu�les son los pasos que ha dado para convertirlos en lo que son. Estos pasos son tres:

1. �l los ha creado. �As� dice el Se�or, que te cre�, oh Jacob�, etc. Son sujetos de una creaci�n a la que todos los dem�s son completamente extra�os. Lo que hace necesaria esta creaci�n es la corrupci�n de nuestra naturaleza, que es total, desde la Ca�da. Es una creaci�n del bien sustituida por el mal, un coraz�n de carne por un coraz�n de piedra, luz por oscuridad, santidad por pecado, fe por sentido, vida por muerte, felicidad por miseria. Todo cristiano verdadero es el sujeto de la misma. Es expulsado por la operaci�n del Esp�ritu Santo. De Dios, por tanto, pertenece toda su gloria.

2. Los ha redimido. "No tem�is; porque yo te he redimido. "

3. Los ha llamado por sus nombres. "Te he llamado por tu nombre". �Y qu� implica esto?

(1) �Que son hechos part�cipes del llamamiento celestial�, �el supremo llamamiento de Dios en Cristo Jes�s�.

(2) Que Dios conoce bien a su pueblo.

(3) Sabemos que cuando un mar de rango superior y dignidad llama a un inferior por su nombre, se considera que lo trata con muestras poco comunes de amabilidad y familiaridad, y le confiere un honor peculiar. Entonces, Dios concede tanta bondad y honor a su pueblo. No se averg�enza de ser llamado su Dios y de permitir que cada uno de ellos, como Abraham, sea llamado amigo de Dios.

4. Esto, entonces, es lo que el Se�or ha hecho por Israel Su pueblo; y por eso los llama Suyos, diciendo: "M�o eres t�". �No tiene el t�tulo m�s indiscutible sobre sus personas y servicios?

III. LO QUE PROMETE HACER POR ELLOS EN EL TIEMPO POR VENIR, "Cuando pases por las aguas, yo estar� contigo", etc.

1. Pasar por el fuego y el agua parece haber sido una expresi�n proverbial para pasar por diversos tipos de peligros, pruebas y aflicciones.

2. Pero, �por qu� Dios permite que Su pueblo sea afligido de esta manera? Porque son ni�os a los que ama.

3. � Y responden sus tribulaciones a los fines que �l tiene en mente? S�; no hay uno de Sus afligidos que no haya tenido motivo para decir, tarde o temprano: "Bueno es para m� que haya sido afligido".

4. Sin embargo, no debemos suponer que las aflicciones en s� mismas produzcan estos benditos frutos. Inmaculados y no santificados, tienen una tendencia m�s bien contraria y producen efectos muy diferentes. Y si no fuera por la presencia de Dios con Su pueblo, en el agua y el fuego, ser�an heridos y destruidos por ellos. Pero no deben temer; porque fiel es el que prometi�.

5. � Necesito recordarle c�mo se ha verificado esta promesa, o c�mo ha sido la presencia de Dios con su pueblo en todas las �pocas de la Iglesia?

(1) Mira, primero, a Israel seg�n la carne. Mira sus aflicciones en Egipto y conoce sus dolores. He aqu� la zarza ardiendo en fuego, y sin embargo no consumida. Dios est� en medio de eso. S�guelos en su salida de esa casa de servidumbre. Dios est� con ellos en una columna de nube de d�a, y en una columna de fuego de noche. Obs�rvelos de nuevo durante su cautiverio en Babilonia. Sadrac, Mesac y Abednego, los siervos del Dios Alt�simo, caminaron en medio del fuego y no sufrieron ning�n da�o. Ten�an un cuarto en su compa��a, de quien incluso Nabucodonosor no pudo evitar decir que era como el Hijo de Dios.

(2) Mire, a continuaci�n, en los tiempos del Nuevo Testamento, e incluso en edades posteriores, y encontrar� evidencia adicional de la bendita verdad que tenemos ante nosotros. ( D. Rees. )

La exhortaci�n y las promesas de Dios a los afligidos

I. LAS AFICCIONES A LAS QUE ES RESPONSABLE EL PUEBLO DE DIOS.

1. El texto insin�a que pueden ser geniales. �Aguas� : �r�os�; calamidades que parecen tan profundas y abrumadoras como torrentes arrolladores, y con la misma probabilidad de destruirlos.

2. Sus problemas pueden diversificarse. Puede que est�n hoy en las aguas y puedan ser liberados, pero puede que ma�ana se les pida que caminen entre �el fuego� y �la llama�; para soportar pruebas que son inesperadas y extra�as, diferentes en su naturaleza de cualquiera que hayan experimentado hasta ahora, y mucho m�s severas y mordaces.

3. El texto tambi�n implica que estas aflicciones son ciertas. Habla de ellos como cosas, por supuesto.

II. QU� ESTA CONDICIONADA Y ANIMADORA ES LA EXHORTACI�N.

1. Hay un temor a las aflicciones que es un sentimiento natural y de ninguna manera pecaminoso; un miedo que nos lleva a evitarlos, si la voluntad de Dios nos permite evitarlos, y si no, recibirlos con mucha atenci�n y oraci�n; ser conscientes de los peligros que invariablemente los acompa�an y de nuestra absoluta incapacidad para escapar de ellos o superarlos.

2. Pero hay un miedo de otro tipo. Surge de la incredulidad y es la causa de las giras, las giras, el abatimiento y la miseria. Es un miedo que nos tienta a elegir el pecado en lugar de la aflicci�n; lo que nos impide alabar a Dios bajo nuestras pruebas y confiar en que �l nos sacar� de ellas. Tal temor es tan deshonroso para Dios como inquietante para nosotros, y Aquel que no valora nada tanto como Su propio honor y nuestra felicidad nos ordena que lo dejemos de lado.

Se podr�a haber supuesto que tal exhortaci�n de tal Ser hubiera sido suficiente por s� misma para disipar los temores de aquellos a quienes se dirige; pero un Dios compasivo no lo deja a su propia autoridad sin ayuda.

III. �l lo sostiene y lo fortalece con DOS MUY GRACIOSAS PROMESAS.

1. �l nos promete su propia presencia con nosotros en nuestras pruebas. "Cuando pases por las aguas, yo estar� contigo". Su pueblo es objeto de Su especial atenci�n.

(1) Sin embargo, no debemos inferir que el cristiano afligido siempre est� consciente del compa�ero con el que camina. A menudo se imagina a s� mismo solo en sus pruebas.

(2) Tampoco debemos suponer que todos los siervos afligidos del Se�or tengan las mismas manifestaciones de Su presencia. Algunos no los necesitan tanto como otros. No tienen las mismas tentaciones que soportar, ni las mismas cargas que soportar, ni los mismos deberes que realizar. Est�n rodeados de comodidades m�s externas y, en consecuencia, necesitan menos de las internas. Algunos tampoco desean ni buscan la luz del semblante de su Padre con tanta seriedad como sus hermanos.

Se apoyan m�s en los amigos y los socorros terrenales. Aquel que es infinitamente sabio, siempre adapta la naturaleza y la medida de Sus manifestaciones de gracia a las necesidades y, en cierto sentido, al car�cter de Su pueblo. Les da lo que necesitan, lo que desean y buscan.

2. Existe la promesa de preservaci�n en todas nuestras calamidades. �Qu� implica la preservaci�n? Implica que nuestras pruebas no nos da�ar�n. Es probable que los r�os se desborden y las llamas ardan a quienes los atraviesan. Es probable que la aflicci�n nos hiera, e inevitablemente nos arruinar�a, si Dios no estuviera cerca. Nos tienta a rebelarnos contra la providencia divina y desconfiar de la bondad divina; ser ingrato, impaciente y lamentable.

La mente, quiz�s ya debilitada y desconcertada por la presi�n de la adversidad, se ve f�cilmente inducida a percibir problemas a�n mayores y se desmaya ante la perspectiva. Esta tambi�n es la temporada en la que nuestro gran adversario es m�s temible. Es de noche que las fieras del bosque rugen tras su presa; y es en la oscuridad de la adversidad espiritual o temporal que Satan�s dirige contra nosotros sus ataques m�s violentos.

El hecho es que nuestros intereses espirituales est�n mucho m�s amenazados por la tribulaci�n que nuestra prosperidad mundana. Es el alma la que est� m�s expuesta y la que m�s necesita ser preservada; y aqu� se le promete la preservaci�n. El cristiano a menudo entra al horno con un coraz�n fr�o, una mentalidad terrenal y sin consuelo; sale de ella en paz, confiado, ardiendo de amor por su Dios liberador y sediento del gozo de Su presencia.

IV. El Se�or se permite agregar a Sus preciosas promesas varias razones o ARGUMENTOS PARA ASEGURARNOS DE SU CUMPLIMIENTO.

1. El primero se extrae de la relaci�n que mantiene con nosotros como nuestro Creador. �As� ha dicho Jehov�, que te cre�, oh Jacob, y el que te form�, oh Israel�. Este lenguaje se refiere tanto a nuestra existencia espiritual como a nuestra natural. Aqu�, entonces, hay una base s�lida de confianza. El Padre de nuestros esp�ritus debe conocer bien sus enfermedades y debilidades. ��l conoce nuestro cuerpo y se acuerda de que somos polvo�. Tampoco abandonar� jam�s la obra de sus propias manos.

2. El Todopoderoso extrae otro argumento para hacer cumplir Su exhortaci�n, a partir de la propiedad que tiene en Su pueblo y la manera en que la adquiri�. �No temas�, dice, �porque yo te he redimido�, etc. Somos suyos por creaci�n, pero �l tambi�n nos ha hecho suyos por redenci�n. �Y qu� gran precio pag� por nosotros! �Abandonar� entonces aquello que tanto valora, que le cost� tanto?

3. Hay otra raz�n m�s asignada por la que debemos desechar el temor en la hora de la tribulaci�n: el pacto que Dios ha establecido con su pueblo asegura el cumplimiento de sus promesas. �Yo soy Jehov� tu Dios�, dice, �el Santo de Israel, tu Salvador�; implicando as� que ha entrado en alg�n compromiso con Su Israel; que se considera obligado a estar con ellos en sus angustias y angustias; que Su propia veracidad, Su propia fidelidad, est�n en juego, y ser�an sacrificadas si Israel fuera abandonado o herido. Por tanto, conecta Su propio honor con su seguridad. Lecciones

1. � Cu�n rica en consolaci�n es la Palabra de Dios!

2. � Cu�n esencial para nuestra felicidad es el conocimiento de nuestro inter�s en las promesas divinas! - apropiarnos de ellas y regocijarnos en ellas.

3. � Cu�n llenos de confianza y alabanza deben estar los que viven en el gozo de la presencia divina en la angustia!

4. � Cu�n ciegos a sus propios intereses son los que rechazan el Evangelio de Cristo! ( C. Bradley, MA )

Amor abundante, amor quej�ndose, amor perdurable

(con Isa�as 43:22 ; Isa�as 44:21 ) : -

(1) Note que estos tres textos son muy parecidos a este respecto - que cada uno de ellos est� dirigido al pueblo de Dios bajo los nombres de Jacob e Israel.

(2) Estos textos se parecen entre s�, nuevamente, por su desbordamiento de amor. No s� d�nde se ve mejor el amor del Se�or, cuando lo declara y cuenta lo que ha hecho y est� haciendo por su pueblo, o cuando se lamenta por su falta de amor a cambio, o cuando promete borrar su amor. pasado el pecado, y los invita a regresar a �l y disfrutar de Su gracia restauradora.

I. Tenemos en nuestro primer texto, AMOR POR ENCIMA.

1. F�jese en el momento en que se declara ese amor. El primer vers�culo comienza: "Pero ahora, as� dice el Se�or". �Cuando fue eso? Fue el mismo momento en que se enoj� con la naci�n a causa de sus grandes pecados ( Isa�as 42:25 ). Fue entonces una �poca de pecado especial y de asombrosa dureza de coraz�n. Cuando un hombre comienza a arder, generalmente siente y grita; debe estar muy lejos en una apat�a mortal cuando es tocado por el fuego y, sin embargo, no se lo toma en serio. Fue un tiempo de amor con Dios, aunque un tiempo de descuido con Su pueblo.

2. El Se�or muestra Su abundante amor con la dulzura de Sus consuelos: "Pero ahora, as� dice el Se�or, que te cre�, oh Jacob, y el que te form�, oh Israel: No temas". �No temas� es una peque�a palabra que se mide por el espacio y las letras; pero es un abismo de consuelo si recordamos qui�n es el que lo dice y qu� amplitud toma el consuelo. El temor tiene tormento, y el Se�or lo echar�a fuera.

Ustedes que son el pueblo de Dios pueden estar doloridos, llorando y suspirando. Pero, oh el amor de Dios para ti. �l escucha tus clamores y su compasi�n se mueve hacia ti. Nada le toca como los gemidos de sus hijos. Hay una maravillosa intensidad de afecto en este pasaje, hablado, por as� decirlo, por el gran Dios a su pueblo mientras est�n bajo la vara que tanto se merecen.

3. La plenitud del amor de Dios debe verse en la forma en que �l habla con evidente satisfacci�n de sus tratos pasados ??con su pueblo. Cuando amamos a un ser querido, nos gusta pensar en todos nuestros pasajes amorosos en a�os pasados; y el Se�or ama tanto a Su pueblo, que, incluso cuando est�n bajo Su mano disciplinaria, todav�a se deleita en recordar Sus anteriores misericordias. Podemos olvidar las maravillas de Su gracia, pero �l no las olvida. �l "cre�", "redimi�", "llam�". �l habita en la posesi�n de su pueblo. "T� eres m�o".

4. Si desea ver los desbordes del amor de Dios en otra forma, observe en el pr�ximo vers�culo c�mo �l declara lo que quiere hacer. �Cuando pases por las aguas, yo estar� contigo�, etc. Su amor pone sus ojos en tu futuro. �l te ama demasiado para hacer tu camino al cielo libre de adversidades y tribulaciones, porque estas cosas obran tu bien duradero. Pero �l te promete que las aguas m�s profundas no te desbordar�n, y que los torrentes m�s feroces no te ahogar�n, por esta �nica raz�n suficiente, que �l estar� contigo.

5. Los desbordes del amor divino se ven en el hecho de que el Se�or se declare a�n el Dios de su pueblo : �Yo soy Jehov� tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador�.

6. Aunque uno pensar�a que podr�a haber llegado a su fin aqu�, el Se�or agrega Su valoraci�n de Su pueblo, esto fue tan alto que �l dice: "Di a Egipto por tu rescate, Etiop�a y Seba por ti". El fara�n y su primog�nito no eran nadie en comparaci�n con la simiente de Jacob. M�s adelante en la historia, despu�s de los d�as de Isa�as, el Se�or movi� a Ciro a hacer que Israel huyera de Babilonia, y luego le dio al hijo de Ciro una rica recompensa por liberar a los jud�os; porque lo hizo vencedor de Egipto, de Etiop�a y de Seba. Dios dar� m�s que el mundo entero para salvar a su Iglesia, ya que dio a su Hijo unig�nito.

7. Entonces el Se�or agrega otra nota de gran amor. Dice que ha pensado tanto en su pueblo que los consider� honorables. �Ya que eras precioso a mis ojos�, etc. �l publica Su amor, no solo por Sus obras, sino por palabras expresas. �Qu� riqueza de gracia hay aqu�!

8. Tal es el amor del Se�or, que incluso en el momento en que no actuaban como deb�an, sino que lo aflig�an, �l se mantiene firme en Su amor por ellos y les da el mismo valor que antes : �Ya que eras precioso en mi vista, fuiste honorable, y yo te he amado : dar� pues hombres por ti, y naciones por tu vida �. Como si dijera: �Lo que he hecho, lo volver� a hacer. Mi amor es inalterable ".

II. Nuestro segundo texto est� en clave menor, es LOVE LAMENTING. �Pero t� no me invocaste, oh Jacob� (vers�culo 22). Observa el contraste; porque lo recorre todo y se puede ver en cada frase: Te he llamado por tu nombre; pero t� no me invocaste, oh Jacob. Te he llamado M�a; pero te has cansado de m�. Te redim� por un precio incomparable; pero no me compraste ca�a arom�tica por dinero.

1. Israel rindi� poca adoraci�n a Dios. �No puede el Se�or de infinita misericordia decirnos justamente a algunos de nosotros: �Pero t� no me invocaste, oh Jacob�?

2. Ha habido poca comuni�n; porque el Se�or contin�a diciendo: "Te cansaste de m�, oh Israel". �Estamos cansados ??de nuestro Dios? Si no es as�, �c�mo es que no caminamos con �l d�a a d�a?

3. Este pasaje nos impulsa a confesar lo poco que se ha encontrado de espiritualidad en el culto que hemos rendido. "No me honraste con tus sacrificios". Cuando hemos venido a adorar, en p�blico y en privado, no hemos honrado al Se�or siendo intensos en ello. El coraz�n ha estado fr�o, la mente divagando.

4. Nuevamente, el Se�or menciona que su pueblo le ha tra�do peque�os sacrificios : �No me has tra�do el ganado menor�, ??etc. �Qu� peque�as ganancias hemos obtenido! En la religi�n de Cristo no hay impuestos; todo es de amor.

5. Una vez m�s, se dice que hemos sido muy flojos en nuestra consideraci�n de nuestro Dios. El Se�or dice: �No te hice servir con ofrenda, ni te cans� con incienso; mas me has hecho servir con tus pecados; me has fatigado con tus iniquidades �. El Se�or piensa en nosotros, pero nosotros no pensamos en �l. Si el Se�or no nos amara mucho, no le importar�a tanto nuestro amor hacia �l mismo.

Es el llanto del amor. El Se�or no necesita nuestras dulces ca�as ni nuestro dinero. Pero cuando nos reprende por retener nuestras muestras de amor, es porque valora nuestro amor y se entristece cuando se enfr�a.

III. Nuestro tercer texto muestra AMOR PERMANENTE.

1. Observe, en Isa�as 44:21 , c�mo el Se�or todav�a llama a su pueblo por el mismo nombre : �Acu�rdate de esto, oh Jacob e Israel�. A�n son los nombres de sus elegidos como m�sica en los o�dos de Dios. Uno hubiera temido que hubiera abandonado el �Israel�, ese nombre honorable, que proven�a de la oraci�n prevaleciente, ya que no lo hab�an invocado.

�Por qu� llamarlo un pr�ncipe prevaleciente que se hab�a cansado de su Dios? Pero no, insiste en el doble t�tulo : le encanta pensar en sus amados como lo que eran y en lo que su gracia los hizo. �Oh heredero del cielo, Dios todav�a te ama!

2. Observe c�mo el Se�or reclama sus siervos : �Mi siervo eres : te he formado; t� eres Mi siervo ". No nos ha despedido, aunque ha tenido motivos suficientes para hacerlo. Esto deber�a unirnos a �l. Esto deber�a acelerar nuestro paso en Su servicio.

3. Luego observe c�mo el Se�or nos asegura en la siguiente l�nea : "Israel, no ser�s olvidado de m�". Dios no puede olvidar a sus elegidos. Ustedes que tienen Biblias con m�rgenes encontrar�n que tambi�n est� escrito all�: "Oh Israel, no me olvides". El Se�or anhela ser recordado por nosotros. �No instituy� nuestro amado Se�or la Sagrada Cena para evitar que lo olvidemos?

4. Observa con deleite el triunfo del amor, c�mo a�n perdona : �He borrado, como una densa nube�, etc.

5. Vea c�mo nuestro texto termina con el precepto del propio Se�or de regocijarse : �Cantad, cielos; porque el Se�or lo ha hecho �, etc. ( Isa�as 44:23 ). �De todo abatimiento surgen! Hay m�s motivo de alegr�a que de tristeza. Lo que has hecho deber�a causar angustia en el coraz�n; pero lo que el Se�or ha hecho es motivo de rapto. ( CH Spurgeon. )

Cuatro contrastes

(con Isa�as 43:22 ) : - Hay muchas luces en las que podemos ver el pecado; y nuestra percepci�n del pecado depende mucho de la luz con que lo miremos. El pecado es muy terrible por el fuego del Sina�. Es terrible ver el pecado a la luz del d�a de tu muerte. M�s terrible a�n ser� verlo a la luz del d�a del juicio.

Pero de todas las luces que alguna vez caen sobre el pecado, la que lo hace �aparecer como �l mismo� es la que cae sobre �l cuando se pone a la luz del semblante de Dios. Ver el pecado a la luz del amor de Dios, leer su terrible car�cter a la luz de la cruz, es la manera de ver el pecado. Voy a hablar principalmente sobre el propio pueblo de Dios, y quiero poner sus pecados a la luz del amor de Dios por ellos. Mi objetivo ser� presentarles el contraste entre la acci�n de Dios hacia su pueblo y la acci�n habitual de su pueblo hacia �l ".

I. El primer contraste radica en EL LLAMADO.

1. Yo te redim�, te llam� por tu nombre �( Isa�as 43:1 ).

(1) Dios nos llam� de la nada. �As� ha dicho Jehov�, que te cre�, oh Jacob� ( Isa�as 43:1 ). Nuestra creaci�n se debe enteramente a Dios. Un hombre imp�o dif�cilmente puede bendecir a Dios por haberlo creado, porque su fin puede ser terrible. �Bendito sea Dios por nuestro ser, porque a �l le sigue nuestro bienestar! Bendito sea Dios por nuestro primer nacimiento, porque tambi�n hemos experimentado un segundo nacimiento.

(2) Nuestro Se�or ha hecho m�s que crearnos, porque nos ha educado; Ha continuado form�ndonos. �El que te form�, oh Israel�. Israel es el Jacob "formado"; por la gracia de Dios, Jacob se convierte en Israel. Pensemos en todas las dulces experiencias del toque formador y modelador de Dios que hemos tenido. A veces, ha sido un golpe brusco lo que ha sido necesario para moldear nuestra arcilla; s�lo mediante la aflicci�n se nos pod�a hacer asumir la forma y el modelo que el Se�or hab�a determinado para nosotros. En otras ocasiones, ha sido el toque de dedos muy suaves. "Tu mansedumbre me ha engrandecido".

(3) Piense en los tratos maravillosos que ha tenido, a continuaci�n, al consolarnos, porque el Se�or contin�a diciendo: No temas. �Oh, cu�ntas veces nos ha animado cuando nuestro esp�ritu se hund�a!

(4) Eso no es todo, porque el Se�or tambi�n nos llam� y convers� con nosotros en materia de redenci�n. "Yo te he redimido".

(5) El Se�or ha dado una nominaci�n especial. "Te he llamado por tu nombre".

(6) Luego viene esta bendita apropiaci�n : "T� eres m�o". Esta es la forma en que Dios nos habla.

2. Pasemos al otro lado de la pregunta, la llamada desatendida de nuestra parte. �No me Isa�as 43:22 , oh Jacob� ( Isa�as 43:22 ). Eso puede no significar que literalmente no ha habido un llamado a Dios de tu lado, pero s� significa que ha habido muy poco. Pongamos este asunto a prueba.

(1) �Qu� pasa con nuestras oraciones? Hay mucha menos oraci�n de la que deber�a haber.

(2) Aunque esto es cierto en nuestras oraciones, lo es a�n m�s en nuestras alabanzas.

(3) Hay muchos, con quienes Dios ha tratado bien, que no se atreven a pedirle ayuda especial en Su servicio. Siguen avanzando por los viejos caminos, y sobre todo por los viejos surcos; pero no se atreven a invocar la ayuda del Se�or para alguna nueva forma de servicio, alguna nueva empresa que puedan emprender para Dios.

(4) A veces, en nuestros problemas, no invocamos a Dios como deber�amos.

II. Consideremos otro contraste que es igualmente sorprendente, es decir, sobre el asunto de LA CONVERSI�N entre el Se�or y Su pueblo.

1. F�jense, primero, el lado de Dios. �Cuando pases por las aguas, yo estar� contigo�, etc. ( Isa�as 43:2 ). Observe c�mo Dios est� con su pueblo en lugares extra�os. Dondequiera que est�n, �l no los dejar�; �l atravesar� las aguas con ellos. Dios tambi�n se mantiene cerca de su pueblo en lugares peligrosos, lugares fatales como parecen.

2. Ahora escuche su versi�n de este asunto de conversar con Dios. �Pero de m� te Isa�as 43:22 , oh Israel� ( Isa�as 43:22 ).

(1) �No ha sido as� con respecto a la oraci�n privada?

(2) � Con tu lectura de las Escrituras?

(3) � Escuchar la Palabra?

(4) �No hay tambi�n algunos a quienes Dios ama que se cansan de su trabajo?

III. Note el contraste en EL SACRIFICIO.

1. �Di a Egipto por tu rescate�, etc. ( Isa�as 43:3 ).

(1) Aqu� est� Dios entregando a todos los dem�s por el bien de Su pueblo. Egipto, Etiop�a y Seba eran grandes naciones, pero Dios no eligi� a la m�s grande. �No se llaman muchos sabios seg�n la carne, no muchos valientes, no muchos nobles�, etc.

(2) Podemos ver otro significado en estas palabras, porque Dios nos ha dado Su regalo m�s selecto. Cristo es infinitamente m�s precioso que Egipto, Etiop�a y Seba, aunque eran tierras de gran abundancia de riquezas.

2. Ahora mire el otro lado. �No me trajiste los animales peque�os de tus holocaustos� ( Isa�as 43:23 ). �Me pregunto cu�n poco le dan algunas personas a Dios! Creo que, en algunos casos, no tanto como les cuesta el ennegrecimiento de las botas. Entonces el Se�or agrega: "No me compraste ca�a arom�tica con dinero". Algunos que profesan haber sido redimidos por la sangre preciosa de Cristo no han dado ni la m�s m�nima ofrenda al Alt�simo. �Qu� poco da el m�s generoso de nosotros!

IV. Cierro con un ronquido contraste, que se refiere al HONOR dado por Dios, y el honor dado a Dios.

1. Dios da gran honor a aquellos a quienes salva ( Isa�as 43:4 ). He conocido personas que, antes de su conversi�n, eran impuras en sus vidas, y cuando se han convertido, se han unido a una Iglesia cristiana, y en la sociedad del pueblo de Dios se han vuelto honorables. Han sido llevados a la comuni�n de los santos como si nunca hubiera habido una falta en sus vidas; nadie les ha mencionado el pasado, ha sido olvidado. Este es el mayor honor que Dios puede otorgarnos, que �l fije Su amor en nosotros. "T� has sido honorable y yo te he amado".

2. �Ha honrado a Dios? �l dice: "Ni me has honrado con tus sacrificios". �Han honrado a Dios con sus vidas? �Por tu confianza en �l? �Por tu paciencia? �Defendiendo Su verdad cuando ha sido atacada? �Hablando de �l a los pobres pecadores? �Est�s tratando todos los d�as de honrarlo? ( CH Spurgeon. )

"No tem�is"

I. UN CARGO DADO. "No tem�is." Un temor piadoso que pueda tener el creyente; pero la cobard�a del mundo, que es ruidosa para jactarse, y lenta para actuar y r�pida para dudar, nunca debe conocerla. No se convierte ni en la dignidad de su vocaci�n ni en la fidelidad de su Dios.

II. UN MOTIVO ASIGNADO. "T� eres m�o". Estas palabras fueron dichas a Israel seg�n la carne, y para ellos siguen siendo un pacto de paz, seguro y firme para siempre; sin embargo, como las relaciones mencionadas - Creador, Redentor, Salvador - no son exclusivas de ellos, sino que todos los corazones creyentes las disfrutan en el mismo grado, podemos participar en esta promesa animada. La certeza de la esperanza del creyente no depende de que retengamos a Dios, sino de que Dios nos sostenga; no en nuestra fidelidad a �l, sino en su fidelidad a nosotros.

III. UNA PROTECCI�N PROMETIDA. Esto no consiste en ausencia de juicio y peligro; las expresiones implican m�s bien su presencia, muchas en n�mero y de diversa �ndole. La protecci�n prometida consiste en la presencia constante con el alma de su invisible pero Todopoderoso Salvador. ( E. Garbett. )

Te he llamado por tu nombre

Nombrado y reclamado

I. LA PERSONA. "Yo - t� - t� - M�o". �C�mo hormiguea esta frase con personalidad! Si una persona puede llamar a otra, esas dos personas son iguales. Esas dos personas tienen un inter�s vital com�n. La personalidad en Dios es sustancialmente similar a la personalidad en el hombre.

II. EL NOMBRE. �Ser�a una fantas�a falsa suponer que cada uno de nosotros tiene un nombre ante Dios? Cuando mires a tu ni�ito dormido esta noche, quiz�s no solo pensar�s en el nombre con el que todos lo conocen, sino que murmurar�s sobre �l alg�n peque�o nombre especial que le has dado; apenas sabes c�mo. , pero eso te da la sensaci�n misma de la esencia de la verdadera vida durmiendo all�.

Recuerde que algo as� est� en el coraz�n del sentimiento de Dios por usted. La ciencia generaliza, el amor particulariza. Luego, con este nombre amoroso, viene la posesi�n. Hay una extra�a intensidad de anhelo en ese lenguaje, "T� eres m�o". El misterio y el �xtasis de la vida est�n en ese extra�o sentido de posesi�n que viene a trav�s del amor, como si el amado se hubiera convertido en una parte de nosotros para nunca m�s ser separado de nosotros. �T� eres M�o�, dice nuestro Dios - M�o para llevar, nutrir, proteger - M�o propio, para nunca separarse de M� para siempre.

III. LA LLAMADA DEL NOMBRE. Ser�a mucho saber que Dios incluso pens� en nosotros por nuestro nombre de esta manera personal y especial; pero el texto afirma que este poder de Dios encuentra expresi�n; que la vida est� llena no solo de un pensamiento de parte de Dios sobre nosotros, sino de una expresi�n de ese pensamiento; para que haya algo vocalizado, algo articulado en la vida, que nos llegue, si realmente podemos entender que es Dios llam�ndonos por este nombre que tenemos.

1. El primer sentimiento de despertar en la infancia es una llamada personal. Cuando realmente or� por primera vez cuando era un ni�o peque�o y pens� lo que estaba haciendo, qu� sentido de individualidad hab�a. Entonces eras t� mismo y nadie m�s. Era Dios habl�ndote y llam�ndote por tu nombre.

2. Luego, otro per�odo que llega, generalmente un poco m�s tarde, cuando se nos dirige el llamado de Dios, es en nuestra primera asunci�n de responsabilidad. Creo que algunos de los momentos m�s solitarios que ha vivido un hombre son cuando acaba de asumir una responsabilidad seria. Ahora, en esa soledad, si un hombre escucha, puede escuchar a su Dios llam�ndolo, diciendo su nombre en ese mismo momento. �Con qu� ternura, con qu� afecto, con qu� aliento! Y la raz�n es que Dios ama lo que esa responsabilidad le dar�. �l ama lo que har� para ti, y eso es car�cter; eso es virilidad.

3. Entonces, nuevamente, en un momento de peligro, un hombre puede escuchar a Dios llamar su nombre; porque el peligro, como el deber, particulariza. Supongamos que vemos a un hombre en peligro; preguntamos, �qui�n es �l? �C�al es su nombre? Y si el hombre no se da cuenta del peligro que corre, lo llama por el nombre que cortar� el aire, golpear� su o�do y despertar� su atenci�n individual. Supongamos que viene un peligro moral y Dios ve que viene el peligro, y te llama por ese nombre con el que te conoce.

Si pudieras escuchar esa llamada, �no te har�a repeler el mal? como si la Voz dijera: �Te recuerdo; eres m�a. Tu nombre me es conocido. Soy tu Amigo celestial, y ahora te pido que cumplas con tu deber, que rechaces el mal ".

4. �l pronuncia nuestro nombre cuando estamos en problemas.

5. Hay otras experiencias de la vida m�s oscuras que el deber, el peligro o el dolor. Los nombramos por ese fuerte y com�n monos�labo, pecado. Estas experiencias morales que cortan el alma dentro de nosotros - el pecado, el aguij�n y la pu�alada del remordimiento, el arrepentimiento, la reforma - son todas experiencias de una arena en la que Dios llama a un hombre por su nombre. ( AJ Lyman, DD )

El reclamo de Dios sobre el alma

�Qu� drama, qu� tragedia es la vida! El mundo pasa y, se�al�ndote, exclama : �Ese hombre es m�o. Lleva cuarenta a�os a mi servicio. Me ha vendido su alma. �l es m�o." �No es as�, responde la Voz celestial; "�l es m�o. Lo conoc� de ni�o. Nunca lo he perdido de vista ". El placer llega, te reclama y te dice : "�l es m�o, ese joven". Se produce la disipaci�n.

, y te se�ala con una sonrisa fascinante, y dice : �Ese joven es m�o. Deje que su madre lo abandone. Deja que los �ngeles lo olviden. Ha tomado mi copa en su mano; ha bebido de mi veneno. �l es m�o." �No�, responde la Voz celestial : �Todav�a no; todav�a no. Lo conozco y lo amo. Sufr� para salvarlo, y �l es m�o. M�o por derecho de amor y M�o por derecho de dolor ". �Ese es el drama, esa es la tragedia, que est� sucediendo! ( AJ Lyman, DD )

Israel llamado por su nombre

Llamar por nombre incluye las ideas de designaci�n espec�fica, anuncio p�blico y consagraci�n solemne a una determinada obra. ( JA Alexander. )

"T� eres m�o"

Tres palabritas, tres peque�as s�labas; lema de un ni�o; palabras que pueden ser impresas por una manita y enviadas como mensaje de amor; palabras que podr�an estar grabadas en un anillo de sello ; sin embargo, palabras con todo el significado, de las cuales el firmamento no tiene espacio suficiente para contener todo el desarrollo. ( J. Parker, DD )

Versículo 2

Cuando pases por las aguas

A trav�s del agua y el fuego.

I. Note la manera franca y natural en la que se mencionan sus AFLICCIONES Y JUICIOS. �Las aguas�, �los r�os�, �el fuego�, �la llama�; da por sentado que se encontrar� con algunos o con todos ellos antes de haber terminado su curso, y tambi�n se mencionan de una manera que no le permitir� pensar en ellos a la ligera. �Aguas�, muchas de ellas, y pueden ser profundas; �R�os�, calamidades precipitadas que amenazan con llevarte; "�Fuego y llama!" duras palabras estas, y entiendo que tus tribulaciones, Jacob, son grandes, diversas y seguras.

II. Pero las palabras, "Cuando pases" - "Y cuando andes", claramente dan a entender que JACOB EST� VIAJANDO, MOVIENDO DE UN PUNTO A OTRO. Podemos estar bastante seguros de que las "aguas", los "r�os", el "fuego", la "llama" de las que leemos: aqu� se refieren s�lo a aquellas que se encuentran en el camino correcto de Jacob. Si estas peligrosas posibilidades no se le presentan en el camino del deber; y si hace un circumbendibus voluntario, para servir s�lo a su propio placer, de modo que se enfrente a ellos; entonces, es muy probable que esas aguas y esos incendios lo destruyan.

Lot va y se establece en Sodoma; no ten�a m�s negocios all� que harina en una bolsa de holl�n; y el fuego lo quem�. Las aguas desbordaron a Jon�s con alg�n prop�sito; pero eso fue porque fue a donde quer�a y no a donde deb�a.

III. Jacob no solo estar� a salvo en el diluvio y ser� atravesado por el fuego; no solo tanto el diluvio como el fuego se convertir�n en peligros vencidos que viven solo en la memoria del vencedor, sino que �EL PASAR A TRAV�S DE ELLOS SER� BUENO PARA JACOB! Ser� un alma m�s noble por ser sacudido por las olas; ser� un ser m�s puro por haber sido probado por el fuego, y como el acero finamente templado que fue primero en el horno al rojo vivo, y luego fue sumergido en la cisterna helada, y as� se convirti� en la hoja afilada e invencible: as� el La prueba, las aflicciones, las pruebas del cristiano moldean y templan y dan forma e iluminan el car�cter de Jacob, y ennoblecen seg�n el modelo de Cristo su hombr�a moral, que es la gloria de su alma inmortal. Tenga en cuenta dos cosas para recordar en el d�a del diluvio y el fuego.

1. Tu Dios ha prometido estar siempre a tu lado.

2. Este Dios misericordioso, que controla las aguas y refrena los fuegos y conduce a su pueblo a trav�s de ambos, se revela aqu� como �el Se�or que te cre�, oh Jacob; y el que te form�, oh Israel �. �l te hizo, oh Jacob; entonces �l te conoce, conoce tu forma; recuerda que eres polvo; no te echar� m�s de lo que puedas soportar, ni abandonar� la obra de sus manos.

�l nos resucit� de las ruinas de la ca�da, nos hizo templos para que �l pudiera morar. Entonces nunca permitir� que las estructuras que �l ha erigido con tanto cuidado y costo sean derribadas por la violencia, arrastradas por aguas turbulentas o devoradas. por la llama despiadada. "�T� eres m�o!" �l dice. Es el lenguaje de la complacencia y el deleite. �Eres m�a! �Mi propiedad! �Mi cargo! �Mi alegria! �Mi joya! �Y guardar� los m�os! Seguramente con un texto como este sobre el que apoyarse, oh t�, redimido, no dudar�s ni temer�s. ( JJ Wray. )

Convoy divino

I. EL CAMINO QUE PISO EL PUEBLO DE DIOS. A trav�s de aguas, r�os, fuegos y llamas. "Es a trav�s de mucha tribulaci�n que debemos entrar en el reino".

1. Si miro primero las temporalidades, el desierto por el que pasamos est� lleno de problemas. Espinos y cardos ha producido desde que se pronunci� sobre �l la maldici�n; y apenas puedes mirar dentro de un c�rculo de tus conocidos sin encontrar enfermedades, dolores, p�rdidas, preocupaciones, molestias, contiendas, todos los frutos del pecado, constantemente presentados a tu vista. �No es �ste, entonces, un camino de tribulaciones?

2. Observe, entre las tribulaciones, el rigor de una ley de fuego.

3. En esta guerra incesante, "la carne aborrece contra el esp�ritu y el esp�ritu contra la carne".

4. Mira al gran adversario de las almas y sus ardientes tentaciones. Ese es otro fuego que atravesar: las sugerencias de Satan�s.

II. EL PODER DE MANTENIMIENTO. Yo estar� contigo ". Buena compa�ia en todos los eventos. �No estaba �l con todos los dignos registrados en las Escrituras del Antiguo Testamento, en sus agudos conflictos, d�ndoles toda la victoria? Hay dos puntos de vista que pueden tomarse de esta preciosa promesa. Existe tal cosa como que Dios est� con su pueblo y ellos no lo saben; y existe algo as� como su disfrute sensato.

Hay que considerar dos cosas. La fidelidad inmutable de Dios lo ha obligado a nunca abandonar los objetos de Su amor. Pero ha habido muchos casos en los que la gente ha estado tanteando en la oscuridad; ha pasado mucho tiempo antes de que pudieran encontrarlo; y en muchos casos han estado dispuestos a decir: "Mi oraci�n es excluida"; y lo llev� a exclamar: ��Ha cerrado Dios con ira sus tiernas misericordias? �Fracasar� su compasi�n?

III. EL TERMINUS. Descanso celestial: ni una ola de problemas rodar� por este pecho pac�fico. ( J. Hierros. )

La presencia de Dios en momentos de crisis

Es sorprendente notar c�mo los hechos de la historia de este pueblo se han grabado en el lenguaje y el pensamiento de la cristiandad.

I. QUE LA EXPERIENCIA ESPIRITUAL ES LA MISMA EN TODAS LAS EDADES. Estas palabras fueron escritas por el profeta del exilio, quien pod�a hablar de s� mismo y de sus compa�eros como si pasaran por las aguas. De esta manera demuestra que se da cuenta de que los exiliados son uno en experiencia con sus antepasados ??que pasaron por las aguas del Mar Rojo y el Jord�n. Aunque sus circunstancias eran diferentes, la variaci�n en los detalles externos era insignificante.

Se probaron las mismas partes de su naturaleza y se disciplinaron las mismas virtudes. As�, este profeta se convierte en el v�nculo entre nosotros, que somos disc�pulos de Cristo, y los israelitas que cruzaron el Jord�n.

II. QUE EN CADA VIDA HAY POCOS BREVES PERO INTENSOS PRUEBAS. Hab�a que soportar constantemente la tensi�n larga y fatigosa de la vida en el desierto. El paso del mar y el r�o se produjo solo dos veces, y luego dur� solo unas pocas horas, aunque la agon�a por el tiempo fue intensa. Entraron al mar en una noche de terrible tormenta, porque el terror de sus enemigos estaba sobre ellos. Entraron al r�o a plena luz del d�a confiando plenamente en Dios, sabiendo que solo as� podr�an disfrutar de la hermosa tierra de Cana�n. Una fue una lucha de miedo, la otra fue la entrega de todos a Dios con fe simple. En la vida cristiana, la paz s�lo llega despu�s de esta segunda lucha.

III. ESA VIDA ANTES Y DESPU�S DE TAL CRISIS ES TOTALMENTE DIFERENTE. El Mar Rojo era el l�mite entre la esclavitud y la libertad; el Jord�n entre el vagar y el descanso, entre la esperanza y la posesi�n. Parece como si tales luchas fueran el nacimiento de una nueva vida. Para pasar a un plano superior, se debe encontrar tal lucha. Fue una prueba como la que Dios le pidi� a Job que pasara.

IV. QUE UNA DE TALES CRISIS ES LA MUERTE. En la vida de Cristo, parecer�a que la tentaci�n relacionada con Su bautismo fue Su Mar Rojo, tal como San Pablo nos dice que el mar fue el bautismo de Israel: "Todos fueron bautizados en Mois�s en la nube y en el mar". Sabemos que esta tentaci�n fue una de las crisis de la vida de nuestro Salvador. Entonces el diablo lo deja por un tiempo, para no regresar con el mismo poder hasta que lo encuentre nuevamente en Getseman�.

Este era el Jord�n de Cristo. No fue hasta que esto pas� cuando Su dolor fue vencido o Su trabajo �terminado�. Cuando Christian lleg� a este r�o, estaba aturdido y abatido, y comenz� a mirar a un lado ya otro para ver si no pod�a escapar del r�o. En verdad, la muerte es el �ltimo y no el menor enemigo.

V. QUE LA AMISTAD HUMANA PUEDE DISPONER POCA AQU�. Los amigos pueden decir: "Estoy contigo" en simpat�a; pero no pueden ayudar. Al ver la lucha, tal vez anhelen compartirla, pero aqu� deben dejar a sus amigos en las manos de Dios.

VI. QUE DIOS EST� CON NOSOTROS EN TODOS TALES MOMENTOS DE CRISIS. Las palabras reconfortantes de Hopeful no le hicieron ning�n bien a Christian. Pero escuch� una voz que dec�a: �Cuando pases por las aguas, yo estar� contigo; y por los r�os, no te desbordar�n �. De hecho, ese es Su nombre, Emmanuel, Dios con nosotros. Y Cristo ha dicho: "He aqu�, estoy con ustedes siempre, hasta el fin". Si Dios nos ha tra�do a trav�s del mar, si ha comenzado la buena obra dentro de nosotros, nos llevar� a trav�s del Jord�n y as� completar� lo que ha comenzado. En virtud de una promesa tan preciosa, no debemos temer. ( RC Ford, MA )

Las inundaciones y las llamas

I. CONTEMPLA LAS ESCENAS POR LAS CUALES EL PUEBLO DE DIOS ES LLAMADO A PASAR. Ninguna met�fora es m�s frecuente en la Biblia que aquella por la que las calamidades repentinas est�n representadas por un diluvio de aguas ( Salmo 42:7 ; Salmo 69:1 ; Salmo 96:2 ).

1. Todos deben pasar por ...

(1) Las aguas de la tentaci�n ( Santiago 1:12 ).

(2) Las aguas de la aflicci�n, en circunstancias, persona, mente, familia.

(3) El r�o de la muerte. "�C�mo har�s en las crecidas del Jord�n?"

2. Todos conocemos la aflicci�n bajo la imagen del fuego (Sal 1 Corintios 3:13 ; Isa�as 48:10 ; 1 Pedro 4:12 ). Es la tendencia del fuego a ...

(1) Consumir ( Malaqu�as 4:1 ). La aflicci�n, como un fuego, tender� a consumir nuestras corrupciones, mientras que nosotros mismos permanecemos ilesos.

(2) Derretir. Todos los metales pueden fundirse y recibir cualquier sello que el art�fice pueda imprimir.

(3) Prueba. Coloca cualquier sustancia en el fuego, y su naturaleza y propiedades se ponen de manifiesto. As� fue probado Abraham; Job ( Job 23:10 ); Israel Deuteronomio 8:2 ); Ezequ�as.

(4) Purificar y refinar ( Isa�as 1:25 ; Malaqu�as 3:2 ).

II. CONSIDERE LAS PROMESAS HECHAS AL PUEBLO DE DIOS AL PASAR POR ESTAS ESCENAS.

1. La presencia divina. Naturalmente, buscamos simpat�a en el d�a de la angustia ( Job 6:14 ) : A veces los amigos que est�n con nosotros bajo el sol nos abandonan en la tormenta ( Job 19:21 ; Hechos 28:15 , con 2 Timoteo 4:16 ). Pero Dios nunca nos abandonar�.

2. Protecci�n divina. �Los r�os no se desbordar�n�, etc. ( Josu� 1:9 ; Hechos 23:11 ; Deuteronomio 33:25 ).

3. Liberaci�n divina. No siempre debemos estar vadeando r�os, luchando con inundaciones o caminando a trav�s de incendios. Debemos dejarlos a todos atr�s. El resto de Cana�n compens� todos los trabajos del desierto ( Romanos 8:18 ). ( Revista del cl�rigo ) .

El piadoso en problemas

1. Los piadosos tienen la mejor compa��a en los peores lugares en los que su suerte est� en el este. "Cuando pases por las aguas, yo estar� contigo".

2. Los piadosos tienen ayuda especial en los momentos de mayor dificultad. "Y por los r�os, no te desbordar�n".

3. Los piadosos son objeto de milagros de misericordia en las �pocas de mayor angustia. "Cuando pases por el fuego, no te quemar�s". ( CHSpurgeon. )

El pueblo de Dios no est� exento de problemas

Si Dios tiene un pueblo favorecido a quien ha elegido, sobre quien su gracia distintiva ha iluminado para hacerlos grandes y honorables, supondr�a que el vers�culo dir�a as� : �No atravesar�s las aguas, porque yo estar� contigo para mantenerte fuera de ellos; ni pasar�s por los r�os, porque yo los he tendido por ti. Nunca pasar�s por el fuego, y por tanto no ser�s quemado; ni habr� temor de que la llama se encienda sobre ti, porque no se acercar� a ti �. No existe tal palabra de promesa; ser�a contrario a todo el tenor del pacto, que siempre habla de una vara y de los elegidos que pasan por debajo de ella. ( CHSpurgeon. )

Luz en la cresta de la ola

Hay una historia de un naufragio que cuenta c�mo la tripulaci�n y los pasajeros tuvieron que dejar el barco averiado y llevarse a los barcos. El mar estaba embravecido, y era necesario tener mucho cuidado al remar y gobernar, para proteger los botes cargados, no de las olas ordinarias, sobre las que pasaban con facilidad, sino de los grandes mares cruzados. Se acercaba la noche, y los corazones de todos se hundieron al preguntar qu� deb�an hacer en la oscuridad cuando ya no pudieran ver estas terribles olas.

Sin embargo, para su gran alegr�a, cuando oscureci�, descubrieron que estaban en aguas fosforescentes y que cada ola peligrosa se elevaba con una cresta de luz que la hac�a tan claramente visible como si fuera mediod�a. As� es que las experiencias temidas de la vida cuando las conocemos llevan en s� mismas la luz que quita el peligro y el terror. ( JR Miller, DD )

Consuelo encontrado en Dios

Durante las diecis�is semanas en las que sir Bartle Frere estuvo muriendo, aunque casi siempre sufr�a mucho, no se le escap� ni un solo murmullo. Justo al final dijo: "He mirado hacia el gran abismo, pero Dios nunca me ha dejado a pesar de todo". �Dime ese Nombre cuando tengo dolor�, le dijo una vez a su esposa; "Me devuelve la llamada". ( Carcaj. )

Una presencia alentadora

En una ocasi�n, un hombre extremadamente nervioso fue condenado a veinticuatro horas de prisi�n en el calabozo de una antigua prisi�n. Lleno de miedo, cay� al suelo. Su cerebro palpitaba como si tuviera fiebre, y parec�an sonar voces burlonas. Sinti� que el terror lo volver�a loco. De repente, en lo alto, escuch� la voz del capell�n de la prisi�n llam�ndolo por su nombre. "�Est�s ah�?" jade�. "S�, y me quedar� hasta que salgas". "Dios los bendiga", dijo; "No me importa en absoluto ahora, contigo all�". "Cuando pases por las aguas, yo estar� contigo". ( JR Miller, DD )

Morir triunfante

En sus �ltimos d�as, la Sra. Booth, del Ej�rcito de Salvaci�n, envi� este mensaje a sus amigos, es una canci�n de muerte triunfante : �Las aguas est�n subiendo, pero yo tambi�n. No me voy a hundir, sino a pasar. No se preocupe por su muerte. Solo sigue viviendo bien y los moribundos estar�n bien ".

Cuando caminas por el fuego

Fuego

Caminar a trav�s del fuego aqu� es para la forma m�s severa de problemas. Tiene, al comienzo del vers�culo, un problema descrito como atravesar el agua. Esto representa la abrumadora influencia de la prueba, en la que el alma a veces est� tan cubierta que se vuelve como un hombre que se hunde en las olas. �Cuando pases por los r�os�, esos torrentes de monta�a que con una fuerza terrible a menudo son suficientes para llevarse a un hombre.

Esto expresa la fuerza del problema, el poder con el que a veces levanta a un hombre del punto de apoyo de su estabilidad y lo lleva ante �l. "Cuando pases por los r�os, no te desbordar�n". Pero atravesar el fuego no expresa tanto el car�cter abrumador y el poder perturbador de la angustia como el poder consumista y destructivo real de la angustia y la tentaci�n.

La met�fora es m�s v�vida, por no decir m�s terrible, que la empleada en la primera oraci�n y, sin embargo, por v�vida y terrible que sea, ciertamente no es una figura demasiado fuerte para ser utilizada como emblema de las tentaciones y las tentaciones. aflicciones por las que la Iglesia y el pueblo de Dios han sido llamados a pasar.

I. ESTE TERRIBLE CAMINO. La hueste sacramental de los elegidos de Dios nunca ha tenido un camino f�cil por el cual caminar. Veo los campos en llamas, la pradera est� en llamas, los mismos cielos son como un horno y las nubes parecen estar hechas m�s bien de fuego que de agua. Al otro lado de esa pradera se encuentra el camino al cielo, bajo ese cielo ardiente toda la Iglesia de Dios debe hacer su viaje perpetuo. Comenz� al principio en fuego, y su misma gloria al final tendr� lugar en medio de la extinci�n ardiente de todas las cosas.

Cuando hubo por primera vez una Iglesia de Dios en la tierra, en la persona de Abel, fue perseguida. Desde ese d�a, �qu� lengua puede contar los sufrimientos del pueblo de Dios! Le ha ido bien a la Iglesia cuando ha sido perseguida y su camino ha sido a trav�s del fuego. Sus pies est�n calzados con hierro y bronce. No debe andar por senderos sembrados de flores; es su lugar apropiado para sufrir.

II. Existe un terrible peligro. La promesa del texto se basa en una profec�a que le sigue. El cap�tulo nos dice c�mo Dios ense�� a su pueblo con cosas terribles en el pasado, y c�mo tiene lecciones terribles para ense�arles en el futuro. La Iglesia ha tenido una experiencia muy dolorosa de que la persecuci�n es un fuego que arde. Cu�ntos ministros de Cristo, cuando lleg� el d�a de la tribulaci�n, abandonaron sus reba�os y huyeron.

Una vez m�s: veo la iniquidad rugiendo por todos lados. Sus llamas son avivadas por cada viento de moda. Y constantemente atraen nuevas v�ctimas. Se extiende a todas las clases. Ni el palacio ni la choza est�n a salvo. Podemos darte la alarma, joven, que est�s en medio de compa�eros obscenos. �Puedo gritar "fuego!" a ustedes que est�n obligados a vivir en una casa donde est�n perpetuamente tentados al mal. �Puedo gritar "fuego!" para ustedes que est�n marcados cada d�a, y tienen que soportar la burla de los imp�os, - "�fuego!" a ustedes que est�n perdiendo su propiedad y sufriendo en la carne, porque muchos han perecido por ello. No debemos mirar con desprecio nuestros peligros; son peligros, son pruebas. Debemos considerar nuestras tentaciones como fuegos.

III. Aqu� tienes UN SEGURO DOBLE. Me sorprende que en la segunda cl�usula tengamos la gradaci�n m�s alta de un cl�max. "No ser�s quemado", para la destrucci�n de tu vida, ni siquiera quemado para darte el da�o m�s superficial, porque "las llamas no se encender�n sobre ti". Al igual que cuando los tres santos ni�os salieron del horno de fuego, se dice: �Sobre sus cuerpos el fuego no tuvo poder, ni un cabello de su cabeza se quem�; ni se les cambiaron las t�nicas, ni se les transmiti� olor a fuego �; por eso me parece que el texto ense�a que la Iglesia cristiana en todas sus pruebas no ha sido consumida; pero m�s que eso, no ha perdido nada con sus pruebas. Sobre toda la Iglesia, al final, no habr� ni siquiera olor a fuego. ( CH Spurgeon. )

Fuego nocivo e inofensivo

Cuando Jehov� estaba enojado, el fuego quem� a Israel ( Isa�as 42:25 ), pero ahora con Jehov� de su lado es invulnerable en las pruebas m�s severas. ( Prof. J. Skinner, DD )

Versículo 3

Porque yo soy el Se�or tu Dios

La valoraci�n que Jehov� hace de su pueblo

I. LA DECLARACI�N DEL SE�OR DE SU PROPIO NOMBRE. �Yo soy Jehov� tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador�. As� da Su nombre para distinguirse de los dioses falsos. Tambi�n presenta su nombre en general, para el consuelo de su pueblo. Hay algo en cada nombre de Dios que puede engendrar fe en nuestras almas. Creo que tambi�n lo hace para excitar nuestra maravillosa y loca gratitud. Pensemos con devoci�n en cada uno de estos nombres por separado.

I. �Jehov�, tu Dios�. Jehov�, el glorioso YO SOY, significa existencia propia. No toma prestado nada de los dem�s; de hecho, todos viven seg�n Su permiso y poder. Est� tan completo sin sus criaturas como con ellas. Jehov�, nuevamente, es un nombre de inmutabilidad. �YO SOY EL QUE SOY� fue su nombre para Mois�s. Adem�s, Jehov� significa soberan�a. �Jehov� reina, que tiemble el pueblo�.

2. El Santo de Israel, tu Salvador. �Qu� combinaci�n del Nuevo Testamento es esta: �El Santo, tu Salvador�! Nos recuerda las palabras: "Justo, y el que justifica al que cree". Aqu� tenemos a uno tan santo como para estar separado de los pecadores y, sin embargo, el Salvador de los pecadores. Dado que �el Santo de Israel� es nuestro Salvador, confiamos en que �l nos salvar� de todo pecado. El glorioso Se�or, que aqu� se hace llamar �Jehov� tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador�, el Creador de todas las cosas y su Conservador, se ha acercado mucho a ti.

En el siguiente vers�culo, �l dice: "Porque t� eras precioso ante mis ojos, has sido honorable y yo te he amado". Marcos, "te he amado". No es suficiente que piense con bondad y trate con ternura; �pero ama! Recuerda tambi�n que este Santo Se�or todav�a est� trabajando en ti, para que puedas reflejar Su gloria. �Para mi gloria lo he creado, lo he formado; s�, yo lo hice �(vers�culo 7). �l ha comenzado nuestra nueva creaci�n, la est� llevando a cabo y la est� completando.

II. EL ESTIMADO DEL SE�OR DE SU PUEBLO. Independientemente de lo que pensemos del Israel de Dios, el Se�or piensa en �l m�s de lo que las palabras pueden expresar. "Di a Egipto por tu rescate, Etiop�a y Seba por ti". Cuando el Se�or eligi� una naci�n para que fuera depositaria de Sus sagrados or�culos, podr�a haber elegido a Egipto si hubiera querido hacerlo. Egipto era en el mundo conocido la naci�n m�s antigua. Egipto conten�a la gente m�s sabia y civilizada de los primeros tiempos.

Sus mismas ruinas son la maravilla de los siglos. Sus registros muestran un progreso extraordinario en la literatura, la arquitectura y las artes y las ciencias. Egipto tambi�n fue el imperio m�s poderoso de la antig�edad. Antes de que los estandartes de Asiria y Babilonia y Medo-Persia llegaran al frente, el drag�n de Egipto era un poderoso estandarte. Sin embargo, el Se�or no eligi� a los hijos de Cam, sino que pas� por Egipto, Etiop�a y Seba.

El Se�or escogi� la simiente de Abraham y la familia de Jacob: los multiplic�, los instruy� y los convirti� en su propio pueblo peculiar. A lo largo de la historia, las afirmaciones de varios pa�ses chocaron con las de Israel, y Egipto oprimi� con orgullo a Israel. �Qu� hizo Dios? �Dud� sobre cu�l de los dos pueblos deber�a ser preservado? No; Jehov� sac� a Israel y dirigi� su artiller�a contra Egipto.

En los d�as del rey Asa, los et�opes subieron contra Jud� hasta un mill�n de hombres; pero �fueron destruidos delante de Jehov� y delante de su ej�rcito�: as� fue entregada Etiop�a por Israel. Cambises conquist� Egipto y destruy� muchas de sus ciudades, y desde entonces nunca ha habido un pr�ncipe nativo sentado en el trono del fara�n. Dios le dio al rey de Persia, Egipto y las ciudades vecinas como precio de rescate de su pueblo.

As� lo hizo el Se�or en la antig�edad a favor de Su Israel literal, y �qu� nos dice este hecho? Significa esto: los elegidos de Dios son inmensamente preciosos a sus ojos. Son el centro del dise�o de Dios. La intenci�n de Dios era producir una raza que fuera honorable a sus ojos y bien amada por su alma. Este dise�o ser�a costoso, incluso para el mismo Jehov�. Para llevar a cabo este prop�sito, los hombres, habiendo ca�do, deben ser redimidos por sangre.

Para llevar a cabo su determinaci�n divina, no perdon� a su propio Hijo, sino que lo entreg� gratuitamente por todos nosotros. Pero incluso entonces los hombres no podr�an salvarse a menos que el Esp�ritu Santo se condescendiera a venir y vivir en sus cuerpos. De ahora en adelante todo ser� sacrificado por nosotros. Dios dar� todo lo que tiene para salvar a sus amados. �l subordinar� toda la naturaleza y la providencia a la salvaci�n completa de Sus elegidos.

Los reyes nacer�n y ser�n sepultados; los imperios se levantar�n y caer�n; las rep�blicas y los sistemas vendr�n y se ir�n; y todo ser� el cadalso para la edificaci�n de la casa de Dios, que es Su Iglesia. Es el prop�sito m�s grande y m�s alto de Dios reunir en uno a toda la compa��a de Sus redimidos en Cristo Jes�s su Se�or y hacerlos como su Cabeza.

III. EL RESULTADO DE ESTO.

1. Si es as�, que el Dios glorioso nos ha amado real y verdaderamente a nosotros, Su pueblo, y nos ha valorado a un precio muy alto, �entonces vea cu�n seguro est� Su pueblo!

2. Note, a continuaci�n, el honor que Dios les otorga. Dios nos ha puesto a los pobres pecadores entre Sus honorables. Conozco a una que, en su estado inconverso, hab�a ca�do en un triste pecado, y el recordarlo era doloroso; pero el Se�or quit� la verg�enza al recordar a su alma estas palabras llenas de gracia: "Por ser preciosa a mis ojos, has sido honorable".

3. La certeza de que el Se�or ha reunido a todo su pueblo. �Traer� tu simiente�, etc. (vers�culos 5-7). Si Dios ha decidido glorificarse a s� mismo por nosotros y en nosotros, estemos de acuerdo con �l. �Qu� amor debemos tener por Dios! ( CH Spurgeon. )

Di a Egipto por tu rescate

La redenci�n de Israel por parte de Dios

Una ampliaci�n de la frase, "Yo te redim�" ( Isa�as 43:1 ). ( JA Alexander. )

Egipto, Etiop�a, Seba

"Doy a Egipto como rescate". El significado parece ser que Ciro ser� compensado por la emancipaci�n de Israel mediante la conquista de estas naciones africanas que no pertenec�an al Imperio babil�nico. De hecho, la conquista de Egipto fue efectuada por Cambises, el hijo y sucesor de Ciro, aunque se dice que fue contemplada por el mismo Ciro (Herodes 1 : 153), y en realidad (aunque err�neamente) se atribuye a �l por Jenofonte. ( Profesor J. Skinner, DD )

G�nesis 10:7 ; Salmo 72:10 ; Isa�as 45:14 ) era, seg�n Josefo, Merge, la provincia norte�a de Etiop�a, situada entre el Nilo Azul y el Nilo Blanco. ( Profesor J. Skinner, DD )

Versículo 4

Ya que eras preciosa a mis ojos

Precioso, honorable, amado

�Porque eres precioso a mis ojos, eres honorable y yo te amo� - tres cl�usulas coordinadas.

( Prof. J. Skinner, DD )

Precioso

I. PRECIOSO A LA VISTA DE DIOS ES EL HOMBRE. Esta es una nueva visi�n de la vida, no el sentimiento natural del hombre. Preciosa en cuanto a la tierra de los agricultores es la que tiene la posibilidad de desarrollarse excavando y drenando, y as� sucesivamente, preciosa porque satisface no el mero anhelo de utilidad, sino el amor de un gran coraz�n.

II. CUANDO PODEMOS RECONOCER ESTA PRECIOSIDAD A LA VISTA DE DIOS, NOS HACEMOS HONORABLES. Antes de que podamos reconocerlo, debemos ser injertados en Cristo por una fe verdadera y viva. Esta fe, entonces, nos hace honorables. El honor de un cristiano est� en ...

1. Vivir con rectitud.

2. Celo por la causa cristiana. El honor de Cristo era tener "las naciones por herencia". Entrando en esto, el honor de los cristianos es ganar almas; y su �corona de gozo� al ver a muchos pasar de seguir a los �dolos al Dios vivo.

3. Tener una conciencia libre de ofensas contra Dios y el hombre.

III. EL SELLO DEL AMOR DE DIOS ES EL MAYOR COMODIDAD PARA EL CORAZ�N CRISTIANO.

IV. �TE DAR� HOMBRES�, etc. Naci�n tras naci�n descendi� a las tinieblas ante la espada conquistadora de Israel. �La piedad de Dios, por grande que sea, no se perdona! As� que hemos visto hombres que han vivido; y cuando lleg� ese momento tierno y perdonador, cuando la muerte puso sus dedos helados sobre su presa, la conciencia no nos permiti� asentarnos con la idea de que en el gran futuro todo estaba bien para ellos.

Si no podemos entrar en los inescrutables prop�sitos de Dios a este respecto, al menos podemos sentir que estos pasan a los brazos de la muerte "por nosotros", es decir, en el sentido de ser advertencias para nosotros. ( H. Rose Rae. )

Precioso, honorable, amado

I. Creyente, el primer adjetivo maravilloso del texto te es aplicable; eres "PRECIOSO". Observe c�mo esa preciosidad se realza m�s all� del grado superlativo con las siguientes palabras, "precioso a mis ojos". Ahora se fabrican falsas joyas que son tan exactamente como rub�es, esmeraldas y diamantes que incluso aquellos que son conocedores de piedras preciosas son enga�ados y, sin embargo, estas imitaciones no son preciosas.

No son preciosos a la vista del lapidario, que es capaz de someterlos a pruebas m�s severas, porque para �l estas imitaciones pronto se demuestran de poco valor. El grado de preciosidad depende mucho de la persona que forma el juicio; �Y qu� estimaci�n puede ser tan precisa como la de Dios el infalible? �Qu� juicio puede ser tan riguroso como el de Dios el infinitamente santo? Esta preciosidad no puede surgir de nada esencial e intr�nsecamente precioso en nosotros por naturaleza, porque confesamos libremente que somos como los dem�s en nuestro estado natural.

La cantera de la que fuimos tallados no era una cantera de cosas preciosas, y la fosa en la que fuimos cavados no era una fosa en la que relucieran piedras raras: fuimos sacados de la arcilla com�n y de la ruina ordinaria de la humanidad. ; sin embargo, Dios dice que somos preciosos, y el hecho de nuestra anterior degradaci�n y estado ca�do no puede contradecir la declaraci�n divina. �C�mo es esto? Surge de cuatro consideraciones:

1. Somos preciosos a los ojos de Dios por los recuerdos que nos rodean. Eres m�s precioso para Dios, como s�mbolo y memorial de la muerte del Bienamado.

2. Las cosas se vuelven preciosas a veces debido a la habilidad ejercida sobre ellas. Muchos art�culos han sido intr�nsecamente de poca importancia en s� mismos, pero se ha ejercido tanto arte sobre ellos, se ha invertido tanto trabajo real en ellos, que el valor se ha incrementado indefinidamente. Ahora, el cristiano es precioso para Dios debido a la mano de obra que se ha gastado en �l. De diversas maneras, el Gran Trabajador ha obrado poderosamente en nosotros y ha continuado perseverantemente en la b�squeda de Su prop�sito.

3. Ciertos art�culos son preciosos debido a su peculiar moda. Este fue el caso del jarr�n Portland, que para cualquier observador com�n parec�a tener un valor muy peque�o, pero debido a la extrema belleza del dise�o, el mayor alfarero de la �poca estaba dispuesto a pagar sus miles para poseerlo. Tambi�n somos preciosos a los ojos de Dios debido a nuestra moda y forma. Debemos ser semejantes a Cristo.

4. Las cosas son preciosas a menudo debido a su relaci�n. Lo m�s precioso que tiene una madre es su querido beb�. Por tanto, preciosos a los ojos del Se�or son Sus santos, porque nacieron en Su casa, por regeneraci�n hechos para ser Sus hijos e hijas.

II. Todo hijo de Dios es "HONORABLE". Todo cristiano es, a los ojos de Dios, honorable y excelente porque el Se�or, en Su gracia discriminadora, lo ha hecho precioso.

1. Todo cristiano nace con honor.

2. El cristiano, adem�s, es honorable en rango. Dios se ha complacido en sacarnos del muladar para ponernos entre los pr�ncipes.

3. Muy honorables en su servicio son los santos. No conozco ning�n servicio que pueda ser m�s distinguido que hacer el bien. Me parece que los mismos �ngeles delante del trono podr�an envidiarnos a los pobres a quienes se les permite hablar de Cristo, aunque sea con ni�os peque�os.

4. Los cristianos son honorables tambi�n en privilegios. Se consideraba un honor eminente cuando un noble ten�a derecho a acudir a su rey siempre que quisiera presentar una solicitud. El acercamiento al trono real fue siempre, entre los orientales, considerado como la m�s alta muestra de respeto. Sois especialmente honrados, oh santos, porque sois "un pueblo cercano a �l".

5. Y todo hijo de Dios que es lo que deber�a ser, por gracia, se vuelve honrado por sus logros, y esta es, en algunos aspectos, la forma m�s alta de honor, ser honrado por lo que has podido hacer, llevar un escudo de armas que has ganado justamente en batalla, y eclosiones que no te son simplemente atribuidas por el l�piz her�ldico, sino que te son debidas por tus victoriosas haza�as de armas.

Conquistar el pecado, este no es un logro menor; reprimir durante una larga vida las corrupciones de la carne, luchar contra el mundo y el diablo, no son haza�as de caballeros de alfombra. Y qu� logro ser� cuando Satan�s sea herido bajo nuestros pies, como lo ser� en breve.

III. La �ltima de estas notables palabras es "AMADO". "Yo te he amado". Dios te ha amado eternamente. �l te ha amado activa y eficazmente, entregando a Su Unig�nito por ti, un don inefable; te dio todo en �l: una ilimitada dote de amor. �l te ha amado preeminentemente, mejor que los �ngeles, porque �a cu�l de ellos le ha dicho alguna vez: "T� eres honorable y yo te he amado"? �l te ha amado inamoviblemente.

�l te ha amado inconmensurablemente. Estas tres cosas juntas, quiero que, pr�cticamente, ya que son suyas por fe, las use en otros sentidos. "Porque t� eras precioso ante mis ojos, has sido honorable y yo te he amado".

1. Salvador m�o, �dices eso? Pues esas palabras que pusiste en mi boca para devolv�rtelas. T� tambi�n eres precioso a mis ojos. �No es �l tan precioso sin comparaci�n? Por eso es honorable en nuestra estima. �No lo honrar�s? �No ser� la cont�nua lucha de tu alma para conseguirle renombre? "T� has sido honorable y yo te he amado". Lo has amado, pero, �oh, qu� poco! No mires atr�s, entonces, excepto con Penitencia, pero de ahora en adelante di : �Se�or, has sido honorable, yo te amar�. Perdona el pasado, enciende en mi alma una nueva llama de gracia �.

2. Cuando haya usado esas palabras, g�relas en otra direcci�n. Apl�quelos junto a cada hijo de Dios. Nunca pensemos en los hijos de Dios de otra manera que no sea honr�ndolos. Algunos de ellos son muy pobres, muchos de ellos analfabetos, algunos de ellos no del todo en temperamento, acci�n o credo lo que podr�amos desear que fueran; pero si son comprados con la sangre de Cristo, son honorables. El Se�or los declara as�, y no los tratemos con deshonra.

3. Puede usar estas palabras en referencia a hombres y mujeres inconversos. En cierto sentido, son aplicables a todos los nacidos de mujeres, porque poseen almas inmortales. Si ese es el caso, �cu�n honorables se vuelven todos los hombres como objeto de nuestro celo! "Honra a todos los hombres". ( CHSpurgeon. )

El valor y rango del creyente

Uno de los peores errores que podr�amos cometer ser�a juzgar nuestra condici�n ante Dios por nuestras circunstancias externas. �No sab�is que los imp�os tienen su parte en esta vida? En cuanto al pueblo de Dios, a menudo se encuentra en grandes pruebas.

I. EL SE�OR CUENTA QUE SU PUEBLO ES PRECIOSO. Un hijo de Dios a menudo es mucho m�s que precioso a los ojos de los dem�s. "Los preciosos hijos de Sion, comparables al oro fino, �c�mo son estimados como c�ntaros de barro, obra de manos de alfarero!" �Hijo de Dios! eres precioso a los ojos de Dios, y eso es infinitamente m�s que ser precioso para los pr�ncipes. Vives solo en un cuartito, y pocos te conocen, y los que te conocen no piensan mucho en ti; pero el Se�or dice: "Precioso eres a mis ojos". �C�mo puede ser esto? Lee el primer verso. �Pero ahora, as� ha dicho Jehov�, que te cre�, oh Jacob, y el que te form�, oh Israel�.

1. Est� claro que somos preciosos para Dios porque somos Su creaci�n. La primera creaci�n fue estropeada por el pecado en la rueda; se convirti� en una cosa sin honor y cay� bajo la maldici�n. Pero el que cree en Jes�s ha sido creado de nuevo por obra del Esp�ritu Santo. Dios lo ha creado en un sentido muy especial.

2. Ha ido m�s all� de la mera creaci�n : habiendo creado primero el barro, lo ha formado. No estamos hechos a medias ni mal hechos en la regeneraci�n; somos formados y creados. El Se�or, que nos ha dado existencia espiritual, nos est� dando diariamente moda y plenitud.

3. Pero, �qu� dice despu�s? "Yo te he redimido". Hemos sido comprados con sangre preciosa.

4. Otra bendici�n de la gracia se menciona en el cap�tulo, y es que Dios nos ha llamado. �Te he llamado por tu nombre; T� eres M�a ". Nos llam� y nosotros respondimos a la llamada.

5. Desde entonces, Su rica gracia nos ha guardado y preservado, y esto tambi�n nos ha hecho querer por el Se�or. �No crees que si eres precioso a los ojos de Cristo, entonces todo lo que tiene que ver con �l deber�a serlo para ti? Recuerde lo que dijo Agust�n : declar� que amaba a todo hombre que ten�a � aliquid Christi � - cualquier cosa de Cristo - en �l. Piense una vez m�s. Si eres precioso a los ojos de Dios, no te desprecies a ti mismo para caer en las locuras y vanidades que agradan a otros hombres. La nobleza tiene sus obligaciones.

II. Siendo precioso, agrega otro ep�teto. "Ya que eras precioso ante Mis ojos, HAS SIDO HONORABLE". �Cu�ntos del pueblo de Dios eran honorables antes de conocer al Se�or! Pensaron, dijeron e hicieron muchas cosas deshonrosas, y es la vida deshonrosa lo que hace al hombre deshonroso. Dejemos que un pobre hijo de Dios cuente c�mo cree que es honorable.

1. Somos honorables por nacimiento. Algunos est�n orgullosos porque han nacido de padres que han sido convertidos en barones o elevados a la nobleza en a�os pasados; as� por nacimiento son honorables. Descendiente del Rey de reyes, cada santo tiene un linaje ante el cual los linajes de los pr�ncipes se vuelven obsoletos y mezquinos.

2. Luego, nos volvemos honorables por nuestras posesiones. Los hombres rinden honor a los inmensamente ricos. "Todas las cosas son tuyas". �Qu� propiedad es la que pertenece a todo heredero del cielo, porque somos "herederos de Dios y coherederos con Cristo"; y as� nos volvemos verdaderamente honorables.

3. Y el hijo de Dios se vuelve honorable en rango. Un hijo de Dios es un pr�ncipe de la l�nea Divina.

4. Entonces nos volvemos ennoblecidos por nuestra relaci�n. Jes�s es "el primog�nito entre muchos hermanos"; y nosotros, como hermanos menores, todos somos honorables.

5. Somos honorables al llamarnos, porque �l �nos ha hecho reyes y sacerdotes para nuestro Dios�; y estos entre los hombres son los m�s notables de todos los llamamientos.

6. Por la gracia divina hemos llegado a ser honorables por nuestro car�cter, porque el Se�or ha santificado a su pueblo.

7. La suya es una vida digna de honor; viven con un prop�sito honorable; son avivados por un esp�ritu honorable; est�n abri�ndose camino a trav�s de un destino honorable en la tierra hacia la gloria y el honor y la inmortalidad y la vida eterna. La lecci�n que se debe aprender de esto es que no permitan que ning�n hijo de Dios sea t�mido, avergonzado y cobarde ante la presencia de los hombres del mundo.

III. "Puesto que eras precioso ante mis ojos, has sido honorable, Y YO TE HE AMADO". El Se�or no solo te ha hablado de Su amor en el secreto de tu alma, sino que te ha mostrado p�blicamente con amor. Si Dios nos ama as�, �no lo amaremos nosotros? ( CH Spurgeon. )

El hijo de Dios debe vivir una vida digna

No se encontrar� a los leones robando peque�os trozos de carne como los gatos, o aliment�ndose de carro�a como los perros. No es propio de las �guilas buscar moscas; y no corresponde a los hijos de Dios rebajarse por debajo del glorioso nivel de su nuevo nacimiento. ( CH Spurgeon. )

Una gran cita

Feche sus cumplea�os desde su regeneraci�n; entierra la vieja naturaleza y vive en la nueva. ( J. Parker, DD )

Por eso te dar� hombres

Pueblos sacrificados por los jud�os

"La humanidad para ti, y los pueblos para tu vida". �Y el mundo para esta gente peque�a? Es inteligible solo porque este peque�o pueblo debe ser para todo el mundo. �Vosotros sois mis testigos de que yo soy Dios. Tambi�n te dar� por luz a las naciones, para que seas Mi salvaci�n hasta los confines de la tierra �. ( Prof. GA Smith, DD )

Versículos 5-6

Traer� tu simiente del oriente

Obligaciones de los cristianos de trabajar por la conversi�n de los jud�os

Esta profec�a va m�s all� de la liberaci�n de los jud�os de su cautiverio anterior.

Evidentemente, apunta a esa gran y gloriosa liberaci�n que todav�a les espera. Una liberaci�n que eclipsar� y eclipsar� infinitamente sus liberaciones anteriores de Egipto y Babilonia. Aplique el pasaje al recuerdo y conversi�n de los jud�os.

I. NUESTRAS OBLIGACIONES, COMO CRISTIANOS, DE PARTICIPAR EN ESTE TRABAJO.

1. Gratitud por los inestimables beneficios que hemos obtenido de ellos Romanos 3:1 ; Romanos 9:4 ).

2. Como reparaci�n de los crueles agravios y heridas que les hemos infligido. Todo pa�s cristiano est� profundamente sumido en esta culpa, y todo pa�s cristiano requiere una expiaci�n nacional de ella.

3. De un ardiente deseo de promover la gloria de Dios.

II. NUESTRO ANIMO PARA PROCEDER Y PERSEVER EN ELLO. Para algunos, el intento de convertir a los jud�os puede parecer un visionario; para otros, inoportuno; pero aquellos que est�n familiarizados con sus Biblias deben saber que no es in�til. Se nos anima a intentar este trabajo:

1. Del testimonio de la profec�a.

2. Por la gran atenci�n que ya se ha suscitado entre los jud�os.

3. De los signos actuales de los tiempos.

III. LAS GLORIOSAS CONSECUENCIAS QUE RESULTAR�N DE LA CONVERSI�N DE LOS JUD�OS.

1. Al mundo. Ser� el comienzo de una nueva y bendita era para todas las naciones.

2. A la Iglesia de Dios. La conversi�n de los jud�os ser� el medio para traer la plenitud de los gentiles.

(1) Al pacto de Dios con Abraham y con su simiente le debes todo lo que eres y todo lo que esperas ser.

(2) Cuando Cristo envi� a sus ap�stoles a predicar el evangelio del reino, "particularmente les encarg� que comenzaran por Jerusal�n". ( Earl Gibbee, DD )

Versículo 6

Le dir� al norte, R�ndete

Un doble desaf�o

Mi intenci�n es m�s utilizar que exponer el texto.

I. El primer consejo es: R�ndete.

1. Para algunos de ustedes es imperativo que renuncien a sus prejuicios. Entonces, �ha estimado err�neamente la religi�n verdadera, que se ha acostumbrado a denunciarla como hipocres�a ya declamar a los que la profesan como hip�critas? Abandone este sesgo ciego y escuche el Evangelio con imparcialidad. Si resultara ser una impostura, al menos podr� exponer mejor sus ficciones, despu�s de haber estudiado sus hechos; pero si resulta ser genuino y verdadero, �qu� mal ser� para ti si contin�as despreci�ndolo!

2. Renuncie de la misma manera a su justicia propia.

3. Renuncia a tus pecados. No puede salvarse de sus consecuencias si se aferra a su compa��a.

4. Renuncie a las demoras.

5. Bien podr�a decirles a algunos que dejen de discutir. Nunca has llegado al punto con tu propia conciencia. Siempre has sido muy h�bil para descubrir nudos y plantear preguntas. �De qu� sirve? Si nunca es salvo hasta que resuelva todos los problemas, nunca ser� salvo en absoluto. Si un barco se estuviera rompiendo en pedazos en la costa y el aparato del cohete hubiera disparado una cuerda en el medio del barco, �no pensar�an que la tripulaci�n estar�a loca si se dijeran entre s�: "No entendemos c�mo es que el aparato de cohetes maneja esto �? Oh, pero simplemente tuercen la cuerda alrededor del m�stil, se agarran y comienzan a balancearse hacia la orilla.

6. R�ndete, afligidos; renunciar al abatimiento; abandona el pensamiento de que no hay esperanza; abandona la sospecha de que Jes�s no puede perdonar.

II. NO MANTENER ATR�S.

1. No dejes de acudir a los medios de gracia.

2. Cuando asista a la casa del Se�or, no se abstenga de una simple obediencia al Evangelio.

3. Cuando hayas mirado a Cristo, no te alejes del propiciatorio. Quiz�s empezar� a orar y se encontrar� tartamudeando y temblando, pero no se quede atr�s. Tus viejos pecados te ahogar�n al recordarlos, pero no te reprimas. Si alguien te ve�a tratando de orar, dir�a: "�Qu� t�, viejo desgraciado, est�s tratando de orar!" �Oh! pero no te quedes atr�s. La misericordia te llama; ven y reza.

4. Cuando realmente haya confiado en Cristo y haya aprendido a orar, no deje de dar un paso al frente y hacer una profesi�n de su fe en Jes�s. Sea puntual si quiere ser preciso al servir al Se�or. "Me apresur�", dijo David, "y no tard� en guardar tus mandamientos".

5. A los que son salvos y han confesado su conversi�n, perm�tanme decirles: No se aparten del servicio del Se�or. ( CH Spurgeon. )

Trae a Mis hijos de lejos

La Iglesia alent� y exhort�

Estas palabras fueron dichas con el fin de animar a la Iglesia : �No temas; porque yo estoy contigo ; traer� tu descendencia del oriente �, etc. El Se�or ama a Su Iglesia, y le encanta verla llena de valor y confianza. Tiene la intenci�n de que su causa y su reino prosperen en el mundo. Dios tiene tiempo libre.

I. EL SE�OR TIENE HIJOS LEJOS. "Trae a Mis hijos de lejos, ya Mis hijas de los confines de la tierra"

1. Algunos est�n lejos en cuesti�n de localidad. No viven donde se predica el Evangelio; algunos de ellos est�n donde a�n no se han hecho caminos y el comercio de la civilizaci�n no ha llegado.

2. Tambi�n tiene muchos hijos e hijas que est�n lejos en un sentido peor que este; est�n lejos en cuanto al car�cter, en oposici�n a Dios como las tinieblas a la luz.

3. Hay quienes est�n lejos en otro sentido; no es tanto el car�cter lo que los aleja de Dios, sino el no estar en el camino de escuchar el Evangelio. El reino de Dios se ha acercado a la mayor�a de ustedes. Pero hay un gran n�mero de personas, incluso en nuestra propia tierra, que no est�n en el camino de escuchar el Evangelio. A veces sucede que los m�s improbables son los primeros en convertirse.

4. El Se�or Jesucristo salva por su gracia a algunos que est�n lejos en su propia aprehensi�n. No es realmente cierto que hayan sido m�s pecadores que otros, pero creen que s�. Entonces ves que el Se�or tiene hijos que est�n lejos de �l en varios sentidos. �Qu� hace un padre o una madre cuando el hijo est� muy lejos? Les gusta escuchar todo lo que puedan sobre �l; especialmente, les encanta saber de �l, recibir una carta o un mensaje de su hijo. Bueno, ahora, nuestro Padre Celestial vela por todos Sus pobres hijos errantes.

II. EL SE�OR SE LLEVA A CASA ALGUNOS DE ESTOS LEJOS. En nuestro texto, �l da este mandato: "Trae a Mis hijos de lejos". �A qui�n se dirige este mandamiento? Creo que tendremos raz�n si decimos que se habla de la misma manera en que el Se�or dijo: �Sea la luz�, �y fue la luz�. Su fiat hizo la escritura. Entonces Dios dice: �Trae a Mis hijos de lejos�, y por lo tanto podemos estar seguros de que ser�n llevados a �l.

1. La Providencia obedece este mandato. Todo lo que sucede en los misteriosos movimientos de la Providencia est� operando para traer a Sus elegidos. El mundo es todo un andamio; la Iglesia de Cristo es el verdadero edificio. Lo mismo ocurre a peque�a escala. Toda clase de aflicciones que sufren los hombres se env�an para tocar su conciencia y traerlos de regreso a Dios.

2. Esto me parece un encargo dado a todo el pueblo de Dios, as� como a la providencia: �'Trae a Mis hijos de lejos'. Ya sabes como soy; me amas; por eso, cuida de Mis hijos descarriados �.

3. Pero esta orden no tendr�a fuerza a menos que mi texto fuera un decreto. En coherencia con este mandamiento, el Esp�ritu Santo sale, de maneras conocidas por �l mismo, y trae a los hijos de Dios de lejos ya Sus hijas de los confines de la tierra.

III. ESTO SE DICE PARA ANIMAR A LA IGLESIA DE DIOS.

1. Este mandamiento tiene una conexi�n muy �ntima con la Iglesia de Cristo. Nuestro texto dice: �Traed a Mis hijos ya Mis hijas�; pero el vers�culo 5 dice: "Traer� tu descendencia". Entonces, las almas salvadas son la semilla de la Iglesia, as� como los hijos e hijas de Dios. Dios da un maravilloso honor a la instrumentalidad humana.

2. La Iglesia de Cristo tiene un inter�s adicional en estos hijos e hijas lejanos por el hecho de que no solo son su simiente, sino que est�n regresando a casa con ella. Ayudar�n a fortalecer la verdadera Iglesia de Dios.

3. Estos lejanos, que est�n siendo llevados a casa, nos ayudar�n mucho cuando vengan. Leer el 7� verso : �A pesar de todo aquel que es llamado por mi nombre : . Porque lo he creado para mi gloria� Ese es el tipo de conversos que queremos, aquellos que son creados para la gloria de Dios. �Pero�, dicen algunos de los amigos mayores, �estos j�venes conversos son tan imprudentes�. �Bendicelos! El Se�or aumenta su imprudencia, porque es una de las cosas m�s grandiosas del mundo cuando es santificado.

Fue muy imprudente, por parte del ap�stol Pablo, ir a esas ciudades donde fue apedreado, arrastrado y dejado por muerto. Fue muy imprudente por su parte perder toda su reputaci�n y su posici�n entre los hombres simplemente para poder predicar a Jesucristo y a �l crucificado. "Pero, se�or", dicen los objetores, "estos j�venes, que est�n entrando en la Iglesia, no saben mucho". De hecho, tampoco sabemos mucho, por lo que no podemos dejarlos fuera en ese terreno.

"Pero tienen celo sin conocimiento". S�, y es muy posible tener conocimiento sin celo. Ambas cosas son malas cuando se est� solo; pero si tienes el conocimiento y ellos aportan el celo, s�lo tienes que comerciar con ellos un poco en forma de trueque para beneficio mutuo. ( CH Spurgeon. )

Versículo 7

Lo he creado para mi gloria

La gloria de Dios el fin de la creaci�n y redenci�n del hombre.

�Qu� soy yo?

�Con qu� prop�sito fui creado? �Estoy respondiendo al gran fin de mi existencia? Son preguntas que deben ser planteadas con frecuencia por todo ser racional.

I. EL GRAN FIN DE JEHOV� EN LA CREACI�N DEL HOMBRE FUE LA MANIFESTACI�N DE SU PROPIA GLORIA. Por la gloria de Dios entendemos el despliegue de sus divinas perfecciones.

II. EN EL ESQUEMA DE LA REDENCI�N HUMANA LA GLORIA DE DIOS SE MANIFIESTA DE NUEVO DE MANIFESTABLECIMIENTO. Aparece la gloria de Dios:

1. En su redenci�n.

2. En la aplicaci�n de sus bendiciones por el Esp�ritu Santo - en la renovaci�n espiritual del hombre.

3. En la relaci�n querida en la que son admitidos los que as� han sido redimidos y santificados. Son hechos los �hijos e hijas del Se�or Todopoderoso�; y su disposici�n y car�cter se corresponden con sus distinguidos privilegios.

III. LA GLORIA DE DIOS ES EL GRAN FIN QUE TODO EL PUEBLO DE DIOS DEBE BUSCAR PROMOVER.

1. Por un mayor conocimiento de las perfecciones divinas, tal como se manifiestan en la obra de creaci�n y redenci�n, y tal como se revelan en las Sagradas Escrituras, y en la persona y car�cter del Se�or Jesucristo.

2. Por una recepci�n cordial de todo lo que Dios ha revelado y prometido.

3. Por alegre obediencia a sus mandamientos.

4. Por esfuerzos activos en el servicio de Dios, y por una completa consagraci�n de todo lo que tenemos a �l. ( Recuerdo de Essex. )

Versículo 10

Vosotros sois mis testigos. �Qu� es un testigo?

&mdashAquel que testifica - que da pruebas, despliega, aclara, aclara y ayuda a los hombres a corregir decisiones en casos de reclamaciones en disputa o cuando se ataca la integridad personal. Hay casos registrados en los que el juez ha agradecido en t�rminos elogiosos a esos hombres por la forma clara, firme y directa en que han prestado testimonio; y se ha visto que si no fuera por el conocimiento de los hechos del caso por parte de ese testigo, y la manera intr�pida en la que dijo toda la verdad, hasta donde �l sab�a, y nada m�s que la verdad, habr�a habido un error judicial. .

Y as�, por otra parte, se deja constancia de los falsos juramentos de los testigos, en los que los inocentes han sido condenados y los culpables han triunfado. M�s a�n, donde el testigo ha estado lleno de miedo nervioso, confusi�n y vacilaci�n, y ha dado su testimonio de una manera tan d�bil, cojeando y contradictoria que todo su testimonio ha sido desacreditado y ha lesionado vitalmente la causa que profesaba. servir, de modo que sus amigos deseaban sinceramente que hubiera estado en las Ant�podas en ese momento en lugar de en el estrado de los testigos.

Un buen testimonio es de inmenso valor e importancia. El t�rmino "testigo" es fuerte, uno de los m�s fuertes, y palpita con vida y energ�a. Destac�ndose por la verdad; confesando, declarando firmemente; indiferente al miedo, indiferente a los halagos; inflexible a todos los halagos; sobre todo precio; a quien el dinero no puede comprar y la sofisma no puede perturbar; que dir� la verdad a cualquier precio: estas son algunas de las cualidades de un buen testigo. ( J. Higgins. )

Testigos

El t�rmino "testigos" es muy amplio y completo, y cubre todo el terreno de las evidencias. Todas las cosas en el cielo y en la tierra est�n llenas de voces que dan testimonio del Dios viviente. El universo entero, la historia de la humanidad, los gobiernos, la filosof�a, la ciencia, el arte y las instituciones son testigos de Dios. Pero Dios selecciona y se dirige a una clase en el texto. �Vosotros, hombres de Israel, sois Mis testigos�. Estas palabras sugieren el alto honor, as� como la gran responsabilidad, de una profesi�n cristiana.

I. � DE QUI�N DES TESTIGO? Dios.

1. Una calificaci�n principal de un verdadero testigo es una fe inteligente en Dios. Se le pide que preste testimonio en nombre de otro, pero sabe poco de �l, s�lo por reputaci�n e inferencia, y su conocimiento del caso en disputa es principalmente circunstancial; Entonces, no puede dar su testimonio de esa manera clara, lista, sincera y reveladora que puede hacerlo un amigo que conoce al hombre personalmente y de cerca, y que tiene la m�s alta consideraci�n por su integridad y rectitud, y que tambi�n conoce bien a la persona. todo el caso hasta en sus m�s m�nimos detalles, y que tiene una convicci�n clara y firme de que la justicia y el derecho, en toda su extensi�n, est�n del lado de su amigo.

Un hombre as� habla tanto con conocimiento como con convicci�n; da testimonio de lo que sabe y habla de lo que ha visto; y cuando se escucha el caso, sientes que tu testimonio, comparado con el de �l, es como las gotas en el oc�ano. Lo mismo ocurre con el hombre que s�lo tiene un intelectual, en comparaci�n con el hombre que tiene un conocimiento pr�ctico de Dios; este �ltimo puede testificar por conocimiento personal as� como por fe ilimitada.

2. No solo se necesita fe para convertirlo en un testigo exitoso, sino que su valor se pondr� a prueba en este testimonio diario. Est�s colocado en un mundo cuyo temperamento y principios son hostiles a las cosas sagradas, y mientras testificas por Dios, tu vida entera ser� un testimonio constante contra las costumbres del mundo y un conflicto abierto con lo que considera sus mejores posesiones; y si eres un testigo fiel y veraz, a menudo te encontrar�s yendo directamente a los dientes de sus gustos, afectos y lujurias, y descubrir�s que los d�as de idolatr�a y martirio a�n no han pasado, y que si quieres Presente fielmente su testimonio de lo puro y verdadero, necesitar� el coraje de un h�roe y la fe de un m�rtir.

Tendr�s tus horas de descanso y dulces comuniones para que te fortalezcas para hacer y sufrir la voluntad del Padre, pero la ley del reino es que debes reunir para poder esparcir. Las mismas cosas de las que eres testigo te mostrar�n lo que puedes esperar de los hombres y lo que te exigir�n con valent�a y fe. �De qu� presencias? Dios - Su naturaleza y pretensiones; la Biblia: su inspiraci�n y autenticidad; Cristo: Su sacrificio expiatorio por el pecado, etc. �Te ganar�n el agradecimiento y elogio de tus semejantes con testimonios como estos, o esparcir�n rosas a lo largo de tu camino?

3. Vea la dignidad de este testimonio. �Testigos m�os, dice el Se�or�.

(1) Ustedes son testigos de Dios por elecci�n y designaci�n divina.

(2) Por obligaci�n solemne. El mismo nombre que llevamos nos impone la obligaci�n de salir e invitar a otros a la fiesta. Habiendo encontrado la perla de gran precio, �la atesoraremos y no le diremos a otros d�nde se puede encontrar una gema preciosa sin da�ar nuestras propias riquezas? "De gracia recibisteis, dad de gracia".

(3) Por promesa y pacto. �No nos hemos comprometido a ser sus seguidores y cumplir sus �rdenes?

II. LA MANERA DE ESTE TESTIMONIO. �C�mo testifican los hombres de Dios?

1. Por la voz viva.

2. Por la elocuencia de una vida santa. Este lo considero el testimonio m�s poderoso y toca al mayor n�mero de agentes.

3. Por servicio activo en Su causa; y por Su causa me refiero a todo y todo lo que de alguna manera toca los verdaderos intereses de la gran familia humana. Entonces, cu�n amplio es el campo de trabajo y servicio, y cu�n fuerte es la llamada a los fuertes, los resistentes, los atrevidos. Testigos de Dios, j�venes, con hechos de noble caballer�a; emula a tus toros. Testigos de Dios, hombres fuertes de Israel, que est�n hoy en el meridiano de la vida, dedicando fielmente toda la energ�a, la fuerza y ??el fuego de su ser a Su bendito servicio.

Testigos de Dios, padres y madres, mientras se sientan en las pensativas sombras de la noche, cont�ndoles su fidelidad a lo largo de su d�a; el recital inspirar� mayores esperanzas de conquistas m�s nobles en los soldados m�s j�venes de la Cruz.

4. Con paciente resignaci�n cuando se les llama a sufrir por la verdad. Los profetas, los ap�stoles, los reformadores, los hugonotes, los Covenanters, los hombres del Mayflower y algunos en nuestro propio pa�s se han mantenido firmes con valent�a y han soportado sus sufrimientos con nobleza cuando la feroz marea de persecuci�n se apoder� de ellos. ( CH Spurgeon. )

Testigos de Cristo

I. SER TESTIGO DE CRISTO ES UN DEBER ESPECIAL DE TODOS LOS CRISTIANOS.

1. Esa es una limitaci�n injustificada que pr�cticamente relega el testimonio oral al ministerio. El texto fue hablado a todo Israel ( Isa�as 43:2 ).

2. Cristo y la Palabra de Dios reclaman el testimonio de su pueblo, humilde y grande; y el deber ha sido reconocido y cumplido.

(1) El caso de los ap�stoles ( Hechos 1:8 ; Hechos 1:22 ). La aceptaci�n y el cumplimiento de este deber por parte de los ap�stoles ( Hechos 2:32 ; Hechos 3:15 ; Hechos 4:20 ; Hechos 4:33 ).

En a�os posteriores, al escribir sus ep�stolas, todav�a afirmaban ser testigos ( 1 Pedro 5:1 ; 1 Juan 1:2 ).

(2) El caso de Paul. Fue ordenado para ser testigo ( Hechos 22:15 ). Por lo tanto, hizo de ese testimonio la obra de su vida ( Hechos 26:22 ).

(3) El caso de Juan el Bautista ( Juan 1:7 ; Juan 1:15 ; Juan 1:32 ; Juan 5:33 ). Este testimonio es deber, no solo de los grandes, sino tambi�n de los humildes.

(4) La mujer de Samaria ( Juan 4:39 ).

(5) El caso del feroz endemoniado ( Marco 5:19 ).

(6) El mandato a todos ( Apocalipsis 22:17 ).

3. Una pregunta: �Has estado testificando por el Se�or?

II. TESTIMONIO EFECTIVO.

1. Es esencial que un testigo tenga alg�n conocimiento o experiencia definidos, y lo cuente.

(1) Por lo tanto, antes de testificar de Cristo, debe haber un conocimiento experimental de Su salvaci�n.

(2) Un testigo no solo debe tener una experiencia; debe contarlo. Debe contarlo con el prop�sito de convencer con su testimonio. Este no es un deber dif�cil que s�lo pueden cumplir los eruditos, los grandes o los ricos, sino que est� dentro de la capacidad de todo cristiano, incluso del m�s humilde. ( Hechos 4:13 .

) �Qu� f�cil es contar las cosas que nos han pasado! �C�mo parecen deleitarse los hombres al contar sus experiencias! �Acaso �l solo, a quien se le ha ordenado decir las �grandes cosas que el Se�or ha hecho por �l�, dir� �No puedo�, �No lo har� o �Estoy avergonzado�?

2. El valor de tal testimonio de un hecho.

(1) Naturalmente genial y concluyente, m�s convincente que un argumento y la �nica forma de llegar a muchas mentes.

(2) Sin embargo, totalmente dependiente del car�cter del testigo. En los tribunales, la pregunta es: �Es el testigo un car�cter veraz? Mucho m�s debe depender el valor del testimonio de un cristiano de que posea un car�cter cristiano coherente.

3. La ayuda del Esp�ritu Santo para dar testimonio eficazmente.

(1) �l da valor y valent�a al testificar.

(2) �l da poder y efectividad.

(3) Da testimonio que lo corrobora ( Juan 15:26 ).

III. LA HUMILDAD Y EL HONOR DE UN TESTIGO DEL SE�OR.

1. Cu�n humilde debe haber parecido este nombramiento a los disc�pulos que, llenos de anticipaci�n del establecimiento por Cristo de un reino terrenal que trasciende en su gloria el reino de Salom�n, se preguntaban cu�l �ser�a el mayor�. �No para ser gobernador, juez o tesorero, sino simplemente testigo! �Es esta una posici�n demasiado humilde para ti? �Lo miras con desprecio?

2. Sin embargo, �qu� gloria y honor le pertenecen! �En qu� empresa nos presenta! De Cristo, testigo fiel y verdadero; del Esp�ritu Santo, quien testificar� de Cristo; de los ap�stoles, que fueron testigos; y los m�rtires. Y en la eternidad los que lo confiesen aqu�, ser�n confesados ??de �l. Aquellos que sufren con �l por su testimonio, tambi�n reinar�n con �l en su gloria. ( WP Swartz. )

Testigos de dios

I. ALGUNAS DE LAS PREGUNTAS SOBRE LAS CUALES LOS CRISTIANOS SON LLAMADOS A DAR PRUEBAS A FAVOR DE SU DIOS. Estas preguntas son las m�s importantes que se pueden discutir.

1. Uno de los primeros es este: �Existe hoy en d�a algo as� como una clara interposici�n de Dios en nombre del hombre, en respuesta a la oraci�n de los creyentes? El mundo ridiculiza la idea. Supongamos que llamo al Sr. George Muller, de Bristol. �l dec�a: �Miren esas tres casas de hu�rfanos, que contienen no menos de mil ciento cincuenta ni�os hu�rfanos, que se mantienen enteramente con fondos que me enviaron en respuesta a una oraci�n.

Mire �, dice,� ante este hecho, que cuando el agua se sec� en Bristol y la planta de agua no pudo servir lo suficiente para la gente, yo, con mis m�s de mil hijos que depend�an de m�, nunca ped� a nadie. hombre por una gota de agua, pero me arrodill� ante Dios, y un granjero, a quien yo no le ped� ni directa ni indirectamente, llam� a mi puerta a la hora siguiente y se ofreci� a traernos agua; y cuando ces� porque sus provisiones se secaron, en lugar de dec�rselo a nadie, fui a mi Dios y le cont� todo, y otro amigo se ofreci� a dejarme ir a buscar agua a su arroyo, �Muller no es un esp�cimen solitario; cada uno de nosotros puede contar eventos similares en nuestra propia historia.

2. Tambi�n hay una pregunta en cuanto a los resultados finales de la aflicci�n actual. El mundo sostiene como teor�a que si hay un Dios, muy a menudo es extremadamente cruel; que es severo con el mejor de los hombres, y que algunos hombres son v�ctimas de un destino cruel; que son muy dignos de l�stima, porque tienen que sufrir mucho sin obtener beneficios compensatorios. Ahora bien, el cristiano sostiene, en primer lugar, que las aflicciones de los pecadores son castigos y son muy diferentes de las penas de castigo de los creyentes.

De estos �ltimos, cree que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien. �Cu�l es su testimonio con respecto a esto como cuesti�n de experiencia? �C�mo lo has encontrado? Debo hablar por m� mismo y decir: "Antes de ser afligido, me descarriaba, pero ahora he guardado tu palabra". "Es bueno para m� haber sido afligido". Todos ustedes, que han sondeado las profundidades de la angustia del alma y han disfrutado de la presencia de Jes�s, pueden testificar claramente lo mismo.

3. Un tercer punto muy discutido es el gozo de la vida de un verdadero creyente. La teor�a del mundo es que somos un grupo de personas muy miserables que adoptan la religi�n por la necesidad de una disposici�n naturalmente melanc�lica. �Cu�l es tu testimonio, Christian? Bueno, podemos decir que si estamos melanc�licos, la gente alegre debe ser realmente muy alegre. Vi a un ministro bautista esta semana que �se hac�a rico con cuarenta rondas al a�o�; no debiendo nada a nadie.

Le dije que esperaba que no muriera con el secreto, porque me gustar�a aprender el arte de cuidar la casa con cuarenta libras al a�o. Pero �l me dijo, cuando sonre� por su salario: Ves ante ti al hombre m�s feliz del cielo �; y s� que yo tambi�n lo hice, porque su rostro demostr� que quer�a decir lo que dec�a. La verdadera piedad es nuestro elemento natural ahora que tenemos una nueva naturaleza que nos ha dado el Esp�ritu de Dios.

4. Otro punto en disputa se refiere a las tendencias morales del cristianismo. Existe una creencia creciente de que la predicaci�n de la doctrina de la gracia gratuita tiene una tendencia a hacer que los hombres piensen poco en el pecado, y que especialmente las invitaciones gratuitas del Evangelio a los pecadores m�s viles, y la declaraci�n de que todo aquel que crea en Jes�s lo har�. ser salvo, tiene una tendencia a hacer que los hombres se entreguen al peor de los cr�menes.

Nuestro testimonio es, y hablamos positivamente aqu�, que no puede haber nada que ejerza una influencia tan santificadora sobre el coraz�n del hombre, como la doctrina del amor de Dios en Cristo Jes�s. Y si busc�is pruebas, mire a su alrededor. �Cu�ndo odias m�s el pecado? Al pie de la Cruz. �Cu�ndo amas m�s la santidad? �No es cuando sientes que Dios ha borrado tus pecados como una nube? Ninguna verdad puede subyugar tanto a la mente humana como la majestad del amor infinito.

5. Una vez m�s, se ha susurrado - no, se ha jactado - que la religi�n cristiana ha alcanzado su mejor momento, y aunque tuvo una influencia sobre el mundo en un momento, ahora est� decayendo, y queremos algo. un poco m�s juvenil y vigoroso para conmover al mundo y producir obras nobles. Ahora es el momento de que los verdaderos creyentes reivindiquen la virilidad y la fuerza de su fe. No es cierto que el cristianismo haya perdido su poder; y debemos dejar esto claro como mediod�a.

El Evangelio puede alimentar a los h�roes como anta�o; podr�a proporcionar m�rtires ma�ana, si se necesitaran m�rtires para adornar Smithfield. Todav�a hay una gran cantidad de hechos que prueban que el evangelio no ha perdido su poder sobre la mente de los hombres.

6. Es nuestro trabajo diario ser testigos de Dios en otra cuesti�n, en cuanto a si la fe en (la sangre de Jesucristo realmente puede dar calma y paz a la mente. Nuestra paz santificada debe ser prueba de ello).

7. El �ltimo testimonio que daremos probablemente responder� a la pregunta de si Cristo puede ayudar a un hombre a morir bien o no. Lo demostraremos cuando llegue el momento; pero cu�ntos ha habido entre nosotros cuyos nombres veneramos, que han muerto gozosos en el amor de Jes�s.

II. ALGUNAS SUGERENCIAS SOBRE EL MODO DE TESTIFICAR.

1. Debes testificar si eres cristiano. Puedes intentar eludirlo si quieres, pero debes presenciarlo, porque est�s sub poena : es decir, sufrir�s por ello si no lo haces.

2. Se requiere que todo testigo diga la verdad, toda la verdad y nada m�s que la verdad. Di la verdad, pero deja que tu vida sea verdadera al igual que tus palabras. Viva para que no tenga miedo de que bajen las contraventanas, para que los hombres puedan ver a trav�s de sus acciones. D�gale a Dios toda la verdad tal como es en Jes�s, y deje que su vida proclame toda la ense�anza de la verdad. Que no sea m�s que la verdad.

Me temo que muchos cristianos dicen muchas cosas que no son verdad; su vida es contraria a sus palabras; y aunque hablan la verdad con los labios, hablan falsedades con las manos. Supongamos, por ejemplo, que dibujo una cara miserable y digo: "El pueblo de Dios es un pueblo bendito", nadie me cree; y si digo "S�, la religi�n tiene una influencia santificadora sobre sus profesores y poseedores", y pongo mi mano en el bolsillo de mi vecino de alguna manera, �qui�n creer� mi testimonio? Puede que haya dicho la verdad, pero tambi�n estoy diciendo algo que no es la verdad y, por lo tanto, estoy dando a mi testimonio un efecto muy peque�o.

3. Cuando el testigo est� ante el tribunal, su evidencia directa es siempre la mejor. Muchos cristianos profesantes solo dan testimonio de lo que han le�do en los libros; no tienen un conocimiento vital y experimental de las cosas de Dios. El cristianismo de segunda mano es una de las peores cosas del mundo.

4. Un testigo debe tener cuidado de no da�ar su propio caso. �Cu�ntos testigos profesos de Dios se convierten en testigos muy reveladores al rev�s?

5. Todo testigo debe esperar ser interrogado. �El que es el primero en su propia causa�, dice Salom�n, �parece justo; pero su vecino viene y lo escudri�a �. Ya sabes c�mo un abogado toma a un hombre y lo vuelve del rev�s, y aunque antes era de un color, inmediatamente despu�s se ve completamente diferente. Ahora ustedes, como testigos de Dios, ser�n interrogados. Observen, por lo tanto, vigilen con atenci�n. La tentaci�n se pondr� en tu camino : el diablo te interrogar�.

Dices que amas a Dios; �l pondr� los gozos carnales delante de ti, y ver� si no puedes ser enga�ado por tu amor a Dios. Dijiste que confiaste en tu Padre celestial; La Providencia te interrogar�. Una prueba se precipitar� sobre ti. �Como ahora? �Puedes confiar en �l? Dijiste que la religi�n era algo alegre; Te sobrevendr� una desdicha aplastante. �Como ahora? �Puedes regocijarte cuando la higuera no florece, y los reba�os son cortados y el ganado muerto? Mediante esta especie de examen, los hombres verdaderos se manifestar�n, pero el enga�ador ser� detectado. �Qu� interrogatorios atravesaron los m�rtires! �Qu� preguntas ardientes ten�an que responder!

III. HAY OTRO TESTIGO A TU LADO. "Vosotros sois mis testigos, y mi siervo a quien he elegido". �Qui�n es ese? Pues, el Mes�as, el Se�or Jesucristo. Los testigos de Dios no son solitarios. Cuando parecen estar solos, hay uno con ellos a quien Nabucodonosor vio en el horno de fuego con los tres santos ni�os. "El cuarto es semejante al Hijo de Dios". �No tem�is�, bien puede decir Cristo a todos sus fieles testigos, �yo estoy con vosotros, el testigo fiel y verdadero.

Observemos, con respecto a la vida de Cristo, que �l fue testigo de la verdad, de toda la verdad y nada m�s que de la verdad. �Ver�as la verdad de Dios? Observe c�mo Jesucristo, en todas sus acciones, con una sagrada sencillez, con una transparente sinceridad, escribe su coraz�n en cada una de sus acciones. �Qu� testimonio tienes de la santidad de Dios en la vida de Cristo! En �l no hab�a pecado. �Qu� testimonio hay tambi�n en la vida de Cristo de la justicia divina! Sobre todo, lea el testimonio de Cristo del amor de Dios.

Toda la circunferencia de la excelencia divina est� contenida en la vida de Cristo. Deben ser testigos de Cristo, y Cristo debe ser un testigo con ustedes. Si quieres saber c�mo cumplir con tu deber, m�ralo. ( CHSpurgeon. )

La iglesia un testimonio de Dios al mundo

I. SIEMPRE HA SIDO UN DEP�SITO DE LOS DOCUMENTOS SAGRADOS, los registros sagrados de la existencia de profec�as mucho antes de los eventos a los que se refieren, de los cuales pueden aportar pruebas satisfactorias.

II. LOS CRISTIANOS, AL REUNIRSE HABITUALMENTE PARA LA ADORACI�N DIVINA, PARA LA ADMINISTRACI�N DE LAS ORDENANZAS DE LA IGLESIA Y LA PREDICACI�N DEL EVANGELIO, est�n presentando perpetuamente un testimonio de Dios:

III. EL CRISTIANO INDIVIDUAL ES UNA "EP�STOLA VIVA". ( T. Binney, DD )

El testimonio total del cristiano de Dios

El creyente individual, al mezclarse con el mundo d�a a d�a, sin siquiera hablar una palabra de religi�n, puede ser, por lo que es y por lo que hace, est� dando testimonio de Dios. Por la santidad que marca la vida del hombre, otros pueden aprender algo de la santidad del Dios a quien sirve; por su integridad, por su gran aprecio por los grandes principios de la justicia eterna, puede aprender algo de la justicia de Dios; por la benevolencia del hombre, por el modo y la clase de esa benevolencia, por su anhelante ansiedad por las almas de los hombres y la miseria moral de la especie, por la devoci�n de sus habilidades para eliminarlas, por su benevolente apego a esas grandes instituciones que est�n destinadas a difundir el conocimiento de la Palabra de Dios, los hombres pueden aprender algo de ese Dios que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad; por su superioridad a los motivos y cosas mundanas, y meras gratificaciones sensuales, por su vida por encima del mundo, por disfrutar de una bienaventuranza y placidez que los hombres mundanos nunca pueden penetrar, pueden aprender algo de la espiritualidad de Dios, y la bienaventuranza que Dios puede Comun�quese con aquellos a quienes �l hace suyos. (T. Binney, DD )

��Vosotros sois mis testigos!� - La funci�n especial de dar testimonio no se limita al pueblo jud�o; pero, por las palabras expresas del Se�or, es compartido por la Iglesia. La Iglesia y el Esp�ritu Santo juntos dan testimonio conjunto de la muerte, resurrecci�n y vida eterna del hombre divino. �sta es tambi�n la funci�n del creyente individual : no discutir y disputar, no demostrar y probar, no realizar la parte del abogado; sino vivir en contacto directo con las cosas que el Esp�ritu Santo revela a la naturaleza pura e infantil.

Y luego dar fe de que estas cosas son as�. As� como los axiomas matem�ticos no necesitan ser discutidos, sino simplemente enunciados, y el enunciado es suficiente para establecerlos, debido a la afinidad entre ellos y la construcci�n de la mente humana; por eso basta con dar testimonio de la verdad, en medio de sistemas de falsedad y error. Y directamente se pronuncia, hay un asentimiento en la conciencia iluminada por el Esp�ritu Santo, que se levanta y declara que es la verdad misma de Dios. Hay tres puntos sobre los que el alma cristiana est� llamada a dar testimonio.

I. D�JENOS TESTIMONIOS DE UN AMOR QUE NUNCA SE CANSA. Al final del cap�tulo anterior tenemos un cuadro terrible de Israel como un pueblo al que robaron y echaron a perder, atrapado en agujeros y escondido en c�rceles; sobre quien Dios derramaba el furor de su ira. Entonces, de manera muy inesperada, Dios se vuelve hacia ellos y les dice: ��No temas! eres m�o; has sido precioso a mis ojos, y honorable y amado ".

1. "T� eres m�o". Nuestras emociones m�s profundas se expresan en las palabras m�s simples.

2. "Precioso". La preciosidad se debe a las dificultades sufridas, el dinero de la compra y el tiempo invertido, o los dolores de la mano de obra; y cada una de estas tres condiciones ha sido maravillosamente ejemplificada en los tratos de tu Dios.

3. "Honorable". Comp�rtate como alguien a quien Dios se complace en honrar. A los pr�ncipes de la sangre real les vendr�a mal tumbarse en la cuneta.

4. "Amado". En las horas m�s oscuras de la vida, cuando tus pies casi se han ido de debajo de ti y no aparece el sol, la luna o las estrellas, nunca dudes que el amor de Dios no es menos tenaz que el que sugiri� el epitafio de la tumba de Kingsley, �We love ; hemos amado amaremos." Conocer todo esto y dar testimonio de ello; para dar fe de ello a pesar de las circunstancias adversas, de las burlas amargas y de la desolaci�n total; persistir en la afirmaci�n en medio del cuestionamiento cruzado de una �poca c�nica; nunca vacilar, nunca escuchar la sugerencia de la duda; nunca permitir que la expresi�n del rostro sugiera que Dios es duro en sus tratos; esta es la misi�n del creyente.

II. TESTIMONEMOS DE UN PROP�SITO QUE NUNCA FALLE. Dios no dice: "Piensa en lo que se hizo ayer"; Se remonta a los prop�sitos de la eternidad; las obras de Bel�n y del Calvario; el pacto eterno; toda la tendencia de sus tratos con nosotros. �Es probable que un prop�sito que se remonta al azul celeste del pasado sea abandonado levemente? Es nuestro deber dar testimonio del alcance lejano de un prop�sito que avanza en una espiral que asciende lentamente hasta su fin.

III. D�NOS TESTIMONIOS DE UNA ENTREGA QUE NUNCA DECEPTA. Podr�amos haber esperado que el vers�culo dijera: �Nunca pasar�s por las aguas ni por el r�o; �nunca tendr�s que atravesar el fuego! " Pero tan lejos de esto, parece que se toma como algo natural que habr� aguas y fuego; las inundaciones desbordantes de dolor; la llama mordaz del sarcasmo y el odio. El pueblo de Dios no se salva de la prueba, sino de ella. Debemos dar nuestro testimonio de esto tambi�n, para que podamos limpiar el car�cter de Dios de las injurias de los imp�os. ( FB Meyer, BA )

Testigos de Dios

El Alt�simo tiene muchos testigos de s� mismo. Sus trabajos. �Que tu nombre es grande, declaran tus maravillas�. Especialmente los cielos. Ellos "declaran la gloria de Dios". Su providencial cuidado de los hombres. �No se dej� a s� mismo sin testimonio, en cuanto� hizo el bien �, etc. La naturaleza moral de los hombres. �La conciencia de ellos tambi�n da testimonio�, etc. Pero su pueblo es testigo consciente, voluntario, agradecido, afectuoso y eficaz de Dios.

I. LA SUSTANCIA Y ASUNTO DE NUESTRO TESTIGO. �De qu� vamos a testificar?

1. A la naturaleza y al destino espiritual del hombre. Abunda el testimonio de las necesidades corporales del hombre, en los arreglos para su suministro; a su naturaleza social, en las instituciones de la vida civilizada; a su ser intelectual, en libros, escuelas y universidades; a sus facultades art�sticas, en pinacotecas, museos, etc .; y ay yo de su naturaleza y h�bitos malvados, en los tribunales, la polic�a y las fuerzas militares, etc. Es el oficio de la Iglesia en este mundo testificar que el hombre tiene una naturaleza capaz de conocer, amar y servir, su Padre celestial.

2. Al ser y al car�cter de Dios.

3. Al Evangelio de Cristo. �Vosotros me ser�is testigos�, dijo el Se�or Jes�s a Sus disc�pulos, antes de Su ascensi�n. Su pueblo est� obligado a testificar de la persona, el car�cter y la doctrina de Cristo. Aquellos a quienes el Se�or comision� por primera vez, "con gran poder dieron testimonio de la resurrecci�n de Cristo". Es un privilegio de los cristianos hablar de la provisi�n hecha en Jes�s para la restauraci�n de los hombres al favor e imagen Divinos.

II. EL MODO DE NUESTRO TESTIGO. �C�mo debe el pueblo de Dios dar el testimonio que se requiere?

1. Por el habla.

2. Por el testimonio silencioso de la vida. Una vida ajena al mundo y abnegada, un esp�ritu amable y compasivo; estos son m�todos efectivos para testificar de un mundo ego�sta y pecaminoso.

III. EL CAR�CTER DE NUESTRO TESTIGO.

1. Los cristianos son testigos competentes, con un conocimiento personal y experimental de aquello de lo que testifican.

2. Son testigos veraces. Su poder radica en dar testimonio de hechos, no de f�bulas, ficciones, fantas�as.

3. Son testigos constantes; no hay desviaci�n de su evidencia; y hay una instructiva armon�a entre su testimonio y los principios de su vida.

4. Son testigos valientes e intr�pidos. La religi�n a veces pasa de moda o es impopular.

IV. LA ESFERA DE NUESTRO TESTIGO. �A qui�n se va a dar este testimonio?

1. Los cristianos est�n llamados a ser testigos unos de otros; para la edificaci�n mutua.

2. A disc�pulos nominales, pero descarriados y tibios, que necesitan el testimonio poderoso de una Iglesia viva.

3. Al mundo incr�dulo. Aqu� est� la vasta esfera de la labor de la Iglesia.

Lecciones pr�cticas

1. Considere el alto honor del llamamiento cristiano.

2. Recuerde la responsabilidad que se atribuye a este oficio: "De gracia recibisteis, dad de gracia".

3. Que los oyentes de la Palabra reciban y act�en sobre el testimonio que se da. �Qu� condenaci�n m�s severa puede haber que la de aquellos a quienes se les debe decir: "No recib�s nuestro testimonio!" ( J. Radford Thomson, MA )

Testigos de Dios

(con Hechos 5:32 , "Somos testigos") : -

I. EL TESTIGO DE LOS JUDIOS ES UNO DE LOS MILAGROS M�S MARAVILLOSOS.

1. Se destacaron ante la presencia de todo el mundo; seleccionado, elegido, ense�ado, disciplinado, serrado

2. Fueron los destinatarios de las tradiciones de Dios. A ellos se les confi� la ley sagrada, la representaci�n simb�lica de los atributos de Dios y la bondad.

3. Fueron los m�diums de la profec�a. A trav�s de ellos se escuch� hablar a la Divina Voluntad con acentos de advertencia, misericordia y amor.

II. LA IGLESIA GENTIL FUE NOMBRADA PARA DESARROLLAR, CONTINUAR Y COMPLETAR LA OBRA COMENZADA POR LOS Jud�os. El trabajo que se les encomienda es de una importancia infinita.

1. La Iglesia es el candelero de Dios en medio de nuestro mundo malvado y oscuro. Otorga el resplandor de la luz eterna en todo alrededor.

2. La Iglesia es el sol de Dios, que da vida a los corazones muertos y fr�os de los hombres. La vida nacional se congelar�a en la muerte eterna si no fuera por esta agencia.

3. La Iglesia es la sal de la tierra, que la protege de la putrefacci�n moral. La sociedad se pudrir�a sin esta influencia antis�ptica. ( Homilista. )

Antropomorfismo

Concediendo que hay un Ser Divino del cual, en el mejor de los casos, podemos Conocer muy poco, no tenemos nada a lo que recurrir para nuestras concepciones de �l, sino al mejor y m�s elevado de los fen�menos del universo al alcance de nuestra observaci�n; y no tenemos un lenguaje en el que expresar nuestras concepciones sino el que es m�s o menos antropom�rfico. Y no solo es necesario hacer esto para satisfacer nuestras aspiraciones naturales, sino que es eminentemente conveniente hacerlo.

Porque concuerda mejor con las exigencias de la raz�n y tambi�n con nuestros instintos de piedad y reverencia. Por tanto, las concepciones antropom�rficas de Dios no son necesariamente falsas porque sean antropom�rficas; tampoco son necesariamente falsas porque sean muy inadecuadas. Pueden ser verdaderas hasta donde llegan, y se puede confiar provisionalmente hasta que una experiencia m�s ligera y m�s amplia nos permita renunciar a ellas por concepciones m�s verdaderas.

Es muy importante para este argumento mantener continuamente ante nuestras mentes el hecho de la superioridad y supremac�a del hombre sobre toda la porci�n del universo dentro del conocimiento humano. Con toda su grandeza, gloria y poder benigno, colocamos al sol m�s bajo en la escala del ser que el pobre hombre flagelo que debe su vida y todas sus bendiciones a su calor y su luz. Y por qu� es esto, si no es porque no hemos encontrado ning�n rastro en el sol de la conciencia o el intelecto; �a�n menos de cari�o y sentido moral?

1. Se admite que la superioridad del hombre sobre otros animales consiste principalmente en la preponderancia comparativamente enorme de sus facultades de razonamiento, que finalmente han dado lugar al lenguaje articulado, a la literatura y al razonamiento abstracto, por no hablar de la infinita variedad y n�mero de inventos h�biles.

2. El hombre tambi�n se distingue de los animales inferiores por la posesi�n de un sentido moral, que significa no una mera categor�a de cosas que puede y de cosas que no puede hacer, sino un sentido de que est� obligado a hacer lo que puede hacer. se cree que es correcto y porque es correcto, aunque �l no se beneficie personalmente de ello.

3. El hombre se distingue por la capacidad de un afecto mucho m�s noble que el que suelen manifestar los dem�s animales. Es cierto, comparten con nosotros la posesi�n del amor sexual y paterno y, a veces, social, y bajo la influencia de la domesticaci�n son capaces de las amistades m�s puras y devotas, tanto para el hombre como para sus semejantes; pero el hombre es capaz de la forma y el grado de amor m�s elevados que se conocen, y ha manifestado una devoci�n heroica por su pr�jimo como ning�n animal ha mostrado jam�s.

4. El hombre es religioso por naturaleza, y aunque �l mismo es el ser m�s noble de la tierra, persiste en creer en alguien infinitamente superior a �l mismo, a quien, de alguna manera a�n indefinible, �l y todas las criaturas deben su ser, en de cuya generosidad dependen todas las cosas, de cuya voluntad es el principal deber de la vida descubrir y obedecer, y que es consciente de la reverencia y el amor de nuestro coraz�n. Que el hombre se imagine a s� mismo un Dios prueba una de dos cosas; o que es, en este particular, inferior o superior a los dem�s animales.

Si hay un Dios, que se corresponde, aunque imperfectamente, con el ideal del hombre, entonces es una se�al de superioridad haberlo imaginado; pero si no hay Dios, es una se�al de inferioridad haber hecho una desviaci�n tan espantosa de la verdad, haber cometido tal desatino. Mientras la naturaleza externa fuera considerada superior, era natural y racional para el hombre concebir las formas o fuerzas de la naturaleza como deidades.

Pero cuando la superioridad del hombre se dio cuenta de la mente humana, en raz�n de su propio progreso en el conocimiento y la bondad, entonces los s�mbolos de la deidad ya no deb�an ser extra�dos del mundo exterior, sino del hombre mismo, su raz�n, su conciencia, y su coraz�n. �Por qu�? Porque estas eran las formas de existencia m�s elevadas que conoc�a. Entonces debe ser antropomorfismo o ate�smo. Haga las provisiones que haga mentalmente, haga las concesiones a su propia enfermedad consciente, haga qu� margen de error para la ignorancia inevitable, su Dios debe ser como �l.

En cuanto a pensar, conocer y ser capaz de comuni�n y afecto con quienes buscan su rostro. Solo cuid�monos de precipitarnos en el error opuesto de suponer que el hombre m�s perfecto que jam�s haya existido es lo suficientemente bueno o lo suficientemente grande como para ser una perfecta representaci�n de Dios, que est� muy por encima del �m�s brillante y mejor de los hijos de la ma�ana�. �Como los cielos son m�s altos que la tierra.

Hay graves dificultades en el gobierno moral del mundo; de hecho, si este mundo fuera el fin de la existencia de muchas criaturas vivientes, incluidos los hombres, habr�a mucho que conmocionar�a nuestro sentido moral y nos llevar�a a imputar imbecilidad o injusticia criminal al Autor y Gobernador del mundo. Ahora, tenemos dos medios para superar estas dificultades, pero solo a trav�s del antropomorfismo.

(1) Existe la conciencia que los creyentes en Dios consideran que tiene una autoridad divina, no para establecer reglas espec�ficas de conducta, sino para dar la sanci�n suprema a las demandas del deber cuando se perciben. Atribuimos naturalmente la conciencia, o la reverencia por el derecho, al Autor y Se�or de nuestras conciencias; y esto es absolutamente esencial para nuestra concepci�n de Dios. �sta es una ayuda para nosotros a la hora de afrontar las dificultades morales del mundo. Nos da tiempo. Nos permite decir: "�No har� bien el Juez de toda la tierra?"

(2) La otra ayuda es que el hombre en su mejor estado perciba la superioridad de la bondad sobre la felicidad, sabe tambi�n por experiencia cu�ntas de las m�s nobles bendiciones nos llegan disfrazadas de dolor y angustia e incluso de pecado; Adem�s, �l sabe muy bien que nunca, si pudiera evitarlo, infligir�a ning�n dolor o da�o a ninguna criatura si no fuera por su propio bien �ltimo, mientras que se expondr�a al mayor dolor al infligirlo a otros si no viera nada. otra forma de asegurar ese bien final.

Ahora, la piedad y la reverencia nos permiten proyectar esta bondad de coraz�n en el mundo ideal, y atribuir a Dios la misma devoci�n inflexible al bienestar de sus criaturas, y tener la seguridad de que Dios tiene recursos de los que no sabemos nada. por lo que las desigualdades e injusticias del orden actual ser�n un d�a plenamente justificadas por el fin alcanzado. Y cuando nos enfrentamos al reproche del Antropomorfismo, nuestra �nica respuesta puede ser: ��Crees que Dios posiblemente pueda estar por debajo del m�s alto est�ndar moral de Sus criaturas? Como los cielos son m�s altos que la tierra, as� son sus caminos m�s altos que nuestros caminos y sus pensamientos que nuestros pensamientos �. ( C. Voysey, MA )

Testigos de Dios

�Vosotros�, hombres de Jud�, pueblo de Israel, �sois Mis testigos�, testigos de lo que soy y testigos de lo que soy. Las naciones que te rodean adoran �dolos. Todo el mundo se ha corrompido y descarriado, y adora y sirve a las criaturas m�s que al Creador. Por m�s de mil a�os hab�is sido Mis testigos. Tal es la fuerza y ??la importancia de nuestro texto. Pero Dios tambi�n tiene otros testigos.

"Las cosas invisibles de �l, incluso Su poder eterno y Deidad, se ven claramente, siendo reveladas por las cosas que �l hizo". Invitamos a ustedes, joven ingl�s y mujer inglesa, por el bien de su propia alma, por el bien de su pa�s y por el bien del mundo, para que se conviertan en testigos de Dios. Para lo cual estas tres cosas son necesarias:

I. EL CONOCIMIENTO DE DIOS. Si quieres conocerlo, debes estudiar el Libro en el que se revela.

II. FUERTE FE EN DIOS Y EN SU CRISTO. Mois�s no podr�a haber testificado de Dios como lo hizo, ni Pablo ni Pedro sin esa fe. La moral, las pr�cticas y el esp�ritu de nuestra �poca hacen que una fe profunda y permanente sea esencial para un testimonio estable y exitoso de Dios. Ahora, esa fe no la puedes tener simplemente deseando tenerla, o suspirando por ella. Nace de la luz y se nutre de la luz. Para ser del orden m�s elevado, verdadero y fuerte, debe ser tanto del intelecto como del coraz�n.

III. UNA DECISI�N DE TODO EL CORAZ�N PARA DIOS. "S� un hombre completo en todo", le dijo Joseph John Gurney a su hijo, "un hombre completo en el patio de recreo y un hombre completo en el aula". Debemos ser hombres �ntegros en nuestro testimonio de Dios, no de dos pensamientos sino de un solo prop�sito, la conciencia no separada de la voluntad, y la voluntad no separada de la conciencia; los labios no se separan del coraz�n, ni el coraz�n de los labios, ni las manos de ninguno de los dos.

La vacilaci�n y la falta de entusiasmo har�n que nuestro testimonio no tenga ning�n efecto. No es necesario que haya aspereza o rudeza de car�cter para todo esto; Jes�s fue muy gentil. El cristiano, lleno de fe y del Esp�ritu Santo, no se puede esconder. ( J. Kennedy, DD )

Testigos de Dios

I. A SU VERDAD. Ellos conocen su verdad; han sentido. Su verdad; mantienen Su verdad contra toda oposici�n. Su Palabra es verdad, como declar� Jes�s mismo; y todo el pueblo de Dios, en todas las edades, son testigos de su verdad. Es un hecho notable, pero no se puede negar, que dondequiera que la verdad de las Escrituras se ha apoderado del coraz�n de un hombre, en cualquier parte del mundo en que viva, �l tiene acerca de las Escrituras la misma opini�n que su hermano o hermana. hace en otra parte del mundo. Todos ponemos nuestro sello, mientras leemos este Libro, que Dios es ciertamente veraz.

II. AL PODER DE SU GRACIA. Vosotros, como testigos, dec�s: Venid y o�d ??todos los que tem�is a Dios, y os contar� lo que ha hecho por mi alma �.

III. AL EJERCICIO DE SU GRACIOSA PROVIDENCIA. ( W. Curling, MA )

Testigos de Dios convocados para testificar al mundo

Hay un aspecto importante en el que todos los objetos del universo, desde el �tomo hasta el arc�ngel, se unen: todos son "testigos" de Dios. Lo visible revela lo invisible.

I. LA IGLESIA DE DIOS EST� ESPECIALMENTE DISE�ADA PARA SER SU TESTIGO PARA EL MUNDO. La Iglesia Jud�a fue dise�ada para esto; un testigo fijo local. Mire su posici�n geogr�fica; era central. Judea estaba situada en la cima del Mediterr�neo y, como el sol en el centro del sistema solar, siempre estuvo a la vista de las naciones. Sion, como el Pharos del mundo, siempre arrojaba su luz sobre la densa oscuridad del paganismo.

Cuando lleg� el cumplimiento de los tiempos, la Iglesia cristiana se estableci� con el prop�sito de Cristo su Fundador. Jehov� dijo: �Lo he dado por testimonio al pueblo�. �l era la imagen del Dios invisible. Seleccion� a hombres, sus disc�pulos, con el mismo prop�sito de ser testigos de Dios.

II. LA IGLESIA EN CADA EDAD HA PROSPERADO O DECLINADO EN PROPORCION A MEDIDA QUE HA CUMPLIDO ESTA MISION.

1. El per�odo de su primera y mayor actividad fue la temporada de su mayor prosperidad. Los estandartes de la Cruz flotaban sobre los altares de la idolatr�a y la hicieron triunfar en todos los lugares.

2. El cese de su actividad supuso el cese de su prosperidad. Sea testigo de la Edad Media bajo la influencia de un cristianismo corrupto, un cristianismo pagano por Roma.

3. Todo regreso de la Iglesia a su actividad misionera ha sido divinamente bendecido.

III. SUS MOTIVOS Y SU RESPONSABILIDAD DE CUMPLIR SU MISI�N SON MAYORES AHORA QUE NUNCA. Los primeros testigos de Cristo no requer�an m�s motivo de deber que el mandato del Se�or resucitado. Dio la orden y salieron. Pero aunque existe la misma necesidad de testificar ahora que entonces, las necesidades del mundo son m�s urgentes. El mapa del mundo en los d�as de los disc�pulos era solo un mapa de una provincia comparado con el que tenemos abierto.

M�ralo. �Qu� terrible extensi�n de oscuridad alrededor, y esa oscuridad qu� densa! �Qu� horribles atrocidades esconde! Con un m�nimo esfuerzo de la imaginaci�n podemos hacer que las huestes del mal pasen ante nosotros. Primero vinieron los jud�os de todas las naciones bajo el cielo, cada uno con un �velo sobre su coraz�n� y manchado con la sangre del Justo. A continuaci�n, cristianos nominales por mir�adas. Luego viene la media luna de la impostura, seguida por Turqu�a y Persia.

Esto nos recuerda otro aliciente, el testimonio del Evangelio est� divinamente adaptado a ellos. Cada miembro de la Iglesia debe sentir la solemne impresi�n de que es un testigo de Dios. En relaci�n con esto, debe haber una unidad de coraz�n entre todos los testigos y un esp�ritu de generosidad abnegada. ( J. Harris, DD )

El testigo de la coherencia

�A principios de este a�o�, dice un can�nigo de nuestra Iglesia, un viajero reciente en la India, �me par� al lado de uno de nuestros misioneros mientras predicaba a una multitud de nativos en una de las ciudades m�s grandes de nuestro Imperio Indio. Nunca olvidar� la atenci�n absorta con que fue escuchado hasta cierto punto. Pero de repente se apartaron los ojos que hab�an estado tan intensamente fijos en �l, y los hombres intercambiaron sonrisas y murmullos desde�osos, y movieron la cabeza en duda, y yo pregunt� la causa de este repentino cambio de conducta, y me dijeron que el El predicador hab�a estado describiendo los frutos visibles de la conversi�n a Dios.

Hab�a descrito al cristiano como templado, casto, perdonador y tolerante, puro de coraz�n y de vida. Pero esto fue demasiado para sus oyentes. Vieron cristianos d�a a d�a, y sus observaciones desment�an, y se apartaron de la predicaci�n de la Palabra. �Un nativo de gran car�cter y educaci�n� en �otra ciudad� le dijo al mismo cl�rigo: "Que los cristianos practiquen s�lo una d�cima parte de lo que profesan y la India pronto se convertir�a". Lo que queremos de ti no es m�s cristianismo, sino m�s cristianos ". (El p�lpito de la Iglesia de Inglaterra ) .

Testimonio pr�ctico de Dios

William Ewart Gladstone, mientras estaba en Eton, asisti� a una cena en la que se propuso un brindis indecente. Cuando todos los dem�s se levantaron para beberlo, puso su vaso boca abajo y permaneci� sentado, enterrando el rostro entre las manos. Keith Falconer manten�a colgado en la pared de su habitaci�n en Harrow un rollo de textos que dec�an a todos en voz baja: sin embargo, claramente, de qu� lado estaba. ( Cr�nica de la Escuela Dominical. )

Los testigos de Dios a menudo son inconsistentes

El mundo no solo no nos cree, sino que tampoco cree que nosotros mismos creemos lo que decimos. Recuerdo una circunstancia muy llamativa que me mencion� un ministro vecino como prueba de ello. Hubo en el pueblo en el que predic� a un infiel decidido y declarado, que no cre�a ni en el cristianismo ni en Dios. Vio a este hombre un domingo por la noche en el lugar de adoraci�n. Predicaba sobre algunas de las grandes verdades de la fe y los deberes que resultan de ellas. Cuando a la ma�ana siguiente pasaba junto a la puerta del hombre, estaba de pie junto a ella.

Dijo : �Te vi en el culto anoche y me sorprendi� un poco verte all�, porque no crees lo que estaba diciendo�. �No�, dice �l; "Ni t� tampoco". "�En efecto! No. Pues, si yo creyera las cosas que t� afirmas que son verdaderas, las que dices y que est�n escritas en tus libros, no sabr�a contenerme; Sentir�a tanto su importancia que los exhibir�a dondequiera que fuera; No sabr�a contener el entusiasmo que despertar�an. Pero yo no les creo, ni t� tampoco, o ser�as gente muy diferente de lo que eres ". ( T. Binney. )

El valor del testimonio personal

Hace muchos a�os, antes de que se abrieran los yacimientos de oro australianos, un grupo de expertos fue enviado al pa�s para explorar el distrito e informar sobre la probabilidad de que se encontrara oro all�. Hicieron su encuesta, enviaron su informe, dieron su opini�n de que se encontrar�a oro, que hab�a "estratos aur�feros", etc., pero de una forma u otra nadie estaba muy interesado. Nadie discuti� sus conclusiones y nadie actu� en consecuencia.

Pero alg�n tiempo despu�s, un d�a de mercado, unos muchachos pastores bajaron a Melbourne desde el monte con algunos trozos de mineral amarillo en los bolsillos. �Pues�, dijeron aquellos a quienes se lo mostraron, ��eso es oro! �D�nde lo obtuviste?" "Oh"! dijeron ellos, �lo conseguimos en el campo; hay mucho en nuestro camino ". A la ma�ana siguiente hubo una estampida: todos los que pudieran levantar un carro se fueron a las excavaciones. Ahora, hermano m�o, es posible que no pueda predicar, pero �muestra su vida que tiene las pepitas? ( EW Moore. )

Versículo 11

Yo, incluso yo, soy el Se�or

Proclamaci�n real

I. EL OBJETO DE NUESTRA ADORACI�N. La majestad celestial afirmada por �l mismo. "Yo soy el Se�or". Un Ser que existe por s� mismo, en contraste con los �dolos, que habita en Su propia eternidad, independiente, eternamente inmutable, el eterno Jehov�. Observe c�mo este glorioso Ser autoexistente no est� sujeto a nadie, existe en s� mismo, la fuente de todo ser, y no est� sujeto a ning�n otro ser. �Vamos a jugar, por un momento, en presencia de tal ser? Si miro un poco m�s a este glorioso Ser que existe por s� mismo, tal como se revela en �Su� Palabra, encuentro a ��l� manifest�ndose a �S� mismo� como la santidad misma inherente.

Por eso, una y otra vez, dice al Israel de anta�o: Ser� santificado delante de todos los pueblos; y nuevamente, "Santificad al Se�or Dios en vuestros corazones". Adem�s, este Ser glorioso que existe por s� mismo, esta fuente de todo ser, y no sujeto a nadie ni en el cielo ni en la tierra, se ha dado a conocer en el atributo de santidad por juramento solemne. �He jurado por mi santidad que no mentir� a David.

Adem�s, si nos detenemos a pensar en Sus gloriosos atributos, todos ellos son expresamente sobrenaturales, trascendentemente gloriosos y Divinos. Avanza un paso m�s, para notar la veneraci�n y adoraci�n que se le debe dar a este Ser glorioso en Su Trinidad de Personas. El glorioso Ser autoexistente es soberano sobre todos los mundos.

II. EL EXCLUSIVO RECLAMO A LA PREROGATIVA DE SER SALVADOR. �Fuera de m� no hay Salvador�. Algunos hombres hacen de su sacerdote un Salvador. Algunas de sus limosnas y sus obras. Algunos se convertir�n en parte del Salvador de Cristo y en parte salvador de sus propias obras, arrepentimientos y creencias, y perder�n ambos, y deben ser despreciados como neutralistas. Pero �fuera de m�, el Eterno Dios el Se�or, �no hay Salvador�. Fue el prop�sito de amor del Padre lo que orden� la salvaci�n.

Entonces, Cristo, como Salvador, recibi� la salvaci�n para centrarse completamente en s� mismo. Esta salvaci�n es por el Esp�ritu Santo. Marque la unidad de todas las Personas Divinas en esta salvaci�n, que es exclusiva. No hay otro Salvador, por lo tanto, no hay salvaci�n sino en nuestro pacto con Dios . ( J. Hierros. )

Versículo 13

Trabajar�, �y qui�n lo dejar�?

Salvaci�n a trav�s del juicio

Las palabras ( Isa�as 43:13 ) Isa�as 43:13 que la salvaci�n predicha viene en el camino del juicio. Jehov� intervendr� eficazmente; y cuando �l hace esto, �qui�n lo podr� hacer retroceder, para que no se haga? ( F. Delitzsch, DD )

Un gran trabajo

I. EL TRABAJADOR Y EL TRABAJO A REALIZAR. El trabajador es Dios mismo. �l "hace todas las cosas seg�n el consejo de su propia voluntad". Y la obra que se ha propuesto con respecto a la salvaci�n de su pueblo es reunir en uno a los hijos de Dios que est�n dispersos. Sin embargo, hay obreros subordinados a quienes Dios emplea para este prop�sito: ministros del Evangelio, cuya obra principal consiste en el esfuerzo por ganar almas para Cristo, que son llamados obreros juntamente con Dios, obreros juntamente con �l; y es de ellos predicar la Palabra, cuya sustancia es Cristo, invitar a los pecadores a Cristo mostrando su excelencia y dignidad como Hijo de Dios, su ternura y simpat�a como Hijo del hombre, mostr�ndoles a los pecadores la perfecci�n de su obra redentora.

II. EL CAMPO DE TRABAJO. El campo de trabajo de Dios est� en todas partes. Su objetivo es reunir a su pueblo que todav�a est� en tinieblas y pecado. Para este glorioso fin, emplea varios medios. Sus medios se dirigen particularmente a los individuos.

III. EL CENTRO EN EL QUE SE TERMINA LA OBRA. Este, en una palabra, es Cristo. Es el simple conocimiento de la dependencia de la persona de Cristo mediante el cual Dios lleva a cabo su prop�sito de salvaci�n. Pero no les estar�a predicando todo el consejo de Dios si omitiera exponerles tambi�n el lado de su responsabilidad. ( JW Reeve, MA )

Versículo 19

He aqu�, har� algo nuevo

El futuro mejor que el pasado

�Cu�n querido para el coraz�n de los israelitas era el recuerdo de la liberaci�n de la naci�n de Egipto y su viaje a la Tierra Prometida! A esos grandes acontecimientos, los maestros religiosos del pueblo acud�an continuamente en busca de ilustraciones y pruebas de la grandeza, el poder, la bondad y el amor de Dios.

De esta colecci�n de im�genes bien utilizada y familiar se derivan las expresiones figurativas del texto. Dejando de lado las cifras puestas a la vista por un momento, podemos decir que se trata de una gentil promesa de ayuda y suministro adecuados, incluso en las circunstancias m�s dif�ciles y precarias. Tiene la intenci�n de animar al arrepentimiento y a una renovada consagraci�n a Dios. Es el antiguo mensaje de que Dios dar� a todos los que lo busquen todo lo que se requiere para el progreso y el �xito espirituales.

En presencia de toda empresa no probada; en el umbral de toda experiencia desconocida; en el o�do de cada llamado Divino, esta promesa flota como un estandarte ante los ojos del soldado, y resuena como el sonido de una trompeta resuena en el coraz�n del soldado. ( T. Stephenson. )

"Una cosa nueva"

1. Este mensajero de Dios proclama, y ??puede considerarse a este respecto como representante de todos los mensajeros de la gracia de Dios para el mundo: "No mires las cosas anteriores"; no escuches ahora, en estos momentos de penitencia y oraci�n, a esas voces amenazadoras que hablan de una inexorable ley de repetici�n, de la implacable ejecuci�n de una conclusi�n anticipada y un destino se�alado: las cosas viejas pueden pasar, todas las cosas pueden volverse nuevas. "�He aqu�, har� algo nuevo!"

2. Esta �cosa nueva�, en el caso que tenemos ante nosotros, se compara con la apertura de un camino en el desierto y el suministro de r�os de aguas en el desierto. El desierto sin camino del futuro est� ante nosotros, ning�n pie lo ha pisado, est� acosado por dificultades desconocidas y peligros invisibles; pero incluso su Dios abrir� un camino, un camino por el cual su pueblo viajar� con seguridad e infalible certeza hasta su destino designado.

Y aunque el calor del sol puede golpear ferozmente ese camino, secando cada part�cula de humedad y consumiendo toda la vegetaci�n agradable, de modo que puede parecer muy improbable que la vida pueda sostenerse en el viaje a trav�s de un desierto tan �rido, Dios puede y proporcionar� todo lo que se necesite; y all� se encontrar�n r�os de agua, un suministro abundante y continuo. �Preparaci�n y orientaci�n! Estas son las ideas envueltas en la promesa de hacer un camino. �Dificultad, peligro, privaci�n! Estos son los pensamientos que se asocian con el desierto y el desierto. ( T. Stephenson. )

Lo nuevo

Este hacer algo nuevo es el logro mismo que muchas voces de alta autoridad nos aseguran, en este momento, que es imposible para Dios. El poder que lleva el universo, nos dicen, nunca hace "algo nuevo". Lo que nos parece nuevo es s�lo lo viejo que se revela de forma inesperada. La continuidad es la ley que gobierna todas las cosas. Es el lenguaje de aquellos cuyo s�mbolo de deidad es un signo de interrogaci�n, o el signo de una cantidad desconocida, o un grillete, seg�n prefieran. Es una fase del pensamiento en modo alguno moderno, aunque a veces se imagina que lo es.

Nunca encontr� expresi�n m�s contundente en ning�n lugar que en los labios de alguien que floreci� mil a�os antes de Cristo, m�s o menos, y que lo expres� as� : �Lo que fue, eso es lo que ser�; y lo que se hace es lo que se har�, y nada hay nuevo debajo del sol. �Hay algo de lo que se pueda decir: Mira, esto es nuevo? Sugiero que aceptemos el antiguo desaf�o. Mencionar� algunas de las formas en que se puede decir que Cristo irrumpi� en la monoton�a y uniformidad de la vida y el pensamiento humanos con algo nuevo. �l nos trajo ...

I. UNA NUEVA IMAGEN DE DIOS.

II. LA VERDAD SOBRE EL PERD�N DE LOS PECADOS.

III. UNA NUEVA ESPERANZA. ( WR Huntington, DD )

Versículo 20

Las bestias del campo me honrar�n

Esperanza respetando a las personas m�s profanas

A veces me he aferrado a este texto y me ha consolado en relaci�n con la conversi�n del peor de los hombres.

Algunas personas dicen: "�De qu� sirve andar entre blasfemos y profanos con la Palabra de Dios?" Bueno, si la bestia del campo, los dragones y los b�hos lo honran, nunca debemos pensar en dejar que perezca ninguno de los hijos de los hombres. No es lo que son, sino lo que Dios es, lo que deber�a darnos confianza en cuanto a ellos. ( CHSpurgeon. )

Versículo 21

Este pueblo lo he formado para M�

La alteraci�n del prop�sito de Dios

La carga del Libro de Deuteronomio es que Dios eligi� a la simiente de Abraham para que fuera una naci�n peculiar para �l mismo entre todos los pueblos sobre la faz de la tierra.

Esas dos palabras "pueblo" y "herencia" est�n unidas perpetuamente en la Biblia. El designio de Jehov� se declara claramente en el pasaje significativo: "Ellos manifestar�n Mi alabanza". Mediante un largo proceso de cuidadosa preparaci�n, ten�a la intenci�n de formar al pueblo de tal manera que su historia volviera los pensamientos de los hombres hacia la gloria y la belleza de su propia naturaleza, y suscitara adoraci�n y alabanza perpetuas.

En tres ocasiones distintas frustraron a Jehov�. Se acercaron a maldecir en lugar de alabar. Le dieron a los hombres falsas concepciones de su car�cter. Y en tres ocasiones distintas tuvieron que enterarse de la suspensi�n temporal y el aplazamiento de Su prop�sito.

1. En el desierto murmuraron contra �l, y fueron enviados de regreso a vagar por el desierto durante cuarenta a�os.

2. Despu�s que diecinueve reyes hab�an gobernado desde el trono de David, fueron exiliados a Babilonia por setenta a�os.

3.Desde el rechazo del Hijo Amado, han sido llevados a todo el mundo para ser un refr�n y un refr�n. Durante a�os, el prop�sito de Dios ha estado bajo arresto. Sin duda, se cumplir� en �ltima instancia. Este cambio de prop�sito por parte de Dios ha sido la apertura de la puerta para nosotros; y las palabras que originalmente se dirigieron a Israel ahora son aplicables a nosotros mismos. Por labios de los ap�stoles Pablo y Pedro se nos dice que Jes�s se dio a s� mismo por nosotros, para redimirnos y purificarnos en s� mismo, pueblo para su posesi�n; para que seamos una raza elegida, un sacerdocio real, una naci�n santa, un pueblo que pertenece a Dios, para que podamos mostrar las alabanzas de Aquel que nos llam� de las tinieblas a Su luz maravillosa. Somos lo que somos, para que podamos mostrar las alabanzas de Dios; pero si fallamos en realizar Su ideal, para nosotros tambi�n,

I. EL PROP�SITO DE DIOS. "Que muestren mi alabanza". Podemos promover la alabanza de Dios con el sufrimiento, tanto como con el servicio activo en cada vida hay tres regiones. El de la luz, donde el deber est� claramente definido; el de la oscuridad, donde el mal no est� menos marcado; y una gran frontera del crep�sculo, donde no hay certeza, donde las l�neas divisorias no son distintas y donde cada hombre debe estar plenamente persuadido por s� mismo. Sin embargo, es aqu� donde se pone a prueba el temperamento del alma.

II. EL POSIBLE DESARROLLO DE SU PROP�SITO. �Conocer�is la revocaci�n de mi promesa� ( N�meros 14:34 , RV, marg.). No hay nada m�s terrible en la historia de un alma que frustrar el ideal divino en su creaci�n y redenci�n, y evitar que Dios derive de nosotros aquello por lo que nos salv�.

1. Falta de oraci�n (vers�culo 22). Nada es un indicador m�s seguro de nuestro estado espiritual que nuestras oraciones.

2. Descuido de las peque�as cosas (vers�culo 23). La gente probablemente tuvo cuidado con los asuntos m�s importantes del ritual jud�o, pero descuid� los detalles m�s peque�os. Ninguno de nosotros se equivoca al principio en el incumplimiento de las grandes obligaciones de la ley.

3. Falta de dulzura. �No me compraste ca�a arom�tica� (vers�culo 24). Es posible hacer las cosas correctas desde un duro sentido del legalismo, en el que la dulzura y el amor de la verdadera religi�n son dolorosamente deficientes. Muchos son los ejemplos de este cambio de prop�sito. David sustituy� a Sa�l; Salom�n por Adon�as; la Iglesia para el pueblo hebreo; Occidental para el cristianismo oriental; los moravos y lolardos para las iglesias establecidas de su tiempo.

III. EL CUMPLIMIENTO DEL PROP�SITO DE DIOS A TRAV�S DE NUESTRO DOLOR. El prop�sito de Dios no puede finalmente dejarse de lado. Lo mismo ocurre con Israel y con cada uno de nosotros. Pero el costo, �qu� enorme! ( FB Meyer BA )

El fin principal del hombre

1. Dios, que hizo a todas las criaturas inferiores para un uso especial, ciertamente no hizo al hombre, ni lo dot� de esos nobles poderes, sin un gran dise�o distintivo o fin digno de �l y de ellos.

2. Este fin no puede estar limitado por su vida transitoria.

3. El fin para el que principalmente fuimos hechos debe ser necesariamente el que dicen las Escrituras : �Este pueblo lo form� para m�; ellos manifestar�n mi alabanza, �- incluso para conocer al Dios siempre bendito; servir a Dios; para honrar, amar a Dios; disfrutar de Dios; y ser eternamente bendecido en el conocimiento, servicio y disfrute de �l.

(1) Este fin es muy alto y noble.

(2) Un final muy razonable y justo.

(3) Un fin necesario e indispensable, ya que es el fin para el que Dios realmente nos cre�; es absolutamente indispensable que lo sigamos y lo cumplamos, a menos que vayamos a vivir en un terrible conflicto con nuestro Hacedor, y perezcamos inevitablemente. Porque si Dios nos hizo para servirle y honrarle, y no lo hacemos, entonces, para ponerlo en lo m�s bajo, somos in�tiles e in�tiles en la tierra de Dios; y estamos acostumbrados a desechar de nosotros cosas in�tiles para lo que fueron dise�adas.

Pero entonces, la mayor�a de las cosas de este mundo que son in�tiles no requieren por ese motivo ser positivamente da�inas. Pero ocurre lo contrario con nosotros. Si Dios nos hizo para servirlo y honrarlo, y no prestamos atenci�n a este fin, entonces, necesariamente, deshonramos a Dios. Si no servimos a Dios, debemos servir al diablo. Si no servimos al Dios verdadero, debemos servir a dioses falsos, criaturas de todo tipo, a las que damos la consideraci�n, el afecto y la confianza que se deben a Dios y, por lo tanto, inevitablemente caemos bajo la sentencia de la ley de Su moral. gobierno, �El alma que pecare, esa morir�.

Pero este volumen no nos ha llegado s�lo para contar el fin o el uso para el que fuimos hechos, sino tambi�n para decir c�mo podemos cumplirlo. y servir y amar y disfrutar eternamente a Dios. La Biblia entera, en cuanto a este asunto vital, puede resumirse en una gran palabra: Cristo. ( CJ Brown, DD )

El deleite de Dios en formar un pueblo para s� mismo

En la buena obra de formar un pueblo para s� mismo, Dios se ha comprometido desde el principio. Sus temas han sido m�s numerosos en unos per�odos que en otros; pero en cada �poca ha creado una semilla para servirle. Y en tiempos futuros, cuando Aquel que se sienta en el trono �har� nuevas todas las cosas�, este pueblo abundar� en n�mero y �florecer� como la hierba de la tierra�. Y qu� pensamiento es este, que en nosotros, si realmente somos nuevas criaturas, Dios se deleita.

I. El primer fundamento de la satisfacci�n Divina en este pueblo que menciono surge de LA NATURALEZA DEL TRABAJO REALIZADO, el car�cter del efecto producido. El efecto producido por el poder formador de Dios es: un pueblo en cuyos esp�ritus inmortales est� impresa Su imagen, cuyos rasgos principales son: conocimiento, justicia y santidad, un pueblo iluminado y guiado por la verdad celestial, santificado y regulado por el amor divino, un pueblo asimilado a Dios en entendimiento y coraz�n, en prop�sito, en acci�n, en bienaventuranza.

Si una persona no participa de la naturaleza divina, las cualidades m�s amables y eminentes que pueda poseer pueden contribuir en �ltima instancia s�lo a aumentar sus capacidades y sus medios para hacer el mal, y hacerla preeminente en la desgracia y la miseria.

II. Al formar un pueblo para S� mismo, Dios da UNA EXHIBICI�N ILUSTRIA DE SU GLORIA. En ninguna obra ha comunicado tanto de s� mismo, ha dado un despliegue tan luminoso y extenso de su gloria, como en lo que ahora estamos contemplando, visto en sus m�ltiples relaciones. Aviso a Su soberan�a y Su poder, ambos que el texto sugiere obviamente.

III. Dios se deleita en formar un pueblo para S� mismo, porque as� GLORIFICA A SU HIJO. Da testimonio de la dignidad de Su persona, del valor de Su sacrificio, de la eficacia de Su mediaci�n.

IV. DIOS FORMA UN PUEBLO PARA S� MISMO, PARA QUE MUESTREN SU ALABANZA; y por eso tambi�n se deleita en ellos. Los crea de nuevo en Cristo, no s�lo para que pueda mostrar sus perfecciones en la producci�n de un efecto tan excelente, sino para que puedan contemplar y adorar las excelencias que as� manifiesta; no s�lo para que puedan ser un espejo para reflejar el esplendor de Su gloria a otros, sino para que ellos mismos pronuncien abundantemente sus alabanzas.

Lo alaban con el coraz�n. Lo alaban con los labios, con actos formales de devoci�n; por la celebraci�n de sus ordenanzas; por la confesi�n p�blica de su nombre; recomendando Su servicio a los dem�s; ordenando su discurso en Su temor, y al uso de edificar. Y lo alaban con sus vidas, evitando lo que �l proh�be, haciendo lo que �l requiere, someti�ndose a lo que �l inflige; y as� rendir homenaje a su autoridad, sabidur�a y amor.

V. Dios se regocija por este pueblo, porque EL SE ENCUENTRA EN SU FELICIDAD. ( J. Stark. )

Mostrando la alabanza de Dios

Se ha dicho que la palabra traducida como "alabanza" proviene de la misma ra�z que "Hallel" en "Aleluya", y que significa, primero, una luz clara y brillante; a continuaci�n, un dulce sonido parecido a una flauta : del cual aprendemos que el pueblo de Dios debe reflejar Su gloria hasta que brille en sus vidas, atrayendo a otros hacia ella; y que deben hablar Su alabanza con sonidos resonantes y armoniosos que detengan y atraigan el o�do que escucha. ( FB Meyer, BA )

Versículo 22

Pero t� no me invocaste, oh Jacob

Insinceridad en la religi�n

Es una observaci�n com�n que hay muy poca sinceridad en el mundo.

Ahora nos preocupa la falta de sinceridad de un car�cter m�s profundo y m�s serio: la falta de sinceridad en la religi�n. Propongo ofrecer algunas observaciones que pueden servir para detectar una mera profesi�n formal de religi�n. El tema sobre el que destacar� principalmente es el h�bito y el disfrute de la oraci�n secreta.

I. MUCHOS HAN CONTINUADO DURANTE UN TIEMPO EN H�BITOS DE ORACI�N SECRETA, Y SIN EMBARGO SON S�LO PROFESORES FORMALES.

II. MEROS PROFESORES FORMALES DESPU�S DE UN MOMENTO DEJAN LA ORACI�N EN GRAN GRADO.

III. Es evidente que estos adoradores formales est�n completamente enga�ados al pensar que est�n convertidos: ESTE DESGASTE EN LA ORACI�N MUESTRA QUE EL CAMBIO NO FUE REAL. �C�mo distinguir los sentimientos de un simple formalista de la presencia del Esp�ritu renovador de Dios?

1. No tienen esp�ritu de oraci�n. La suya no es la oraci�n sugerida, inspirada por el Esp�ritu Santo de Dios.

2. Los meros profesantes, carentes de oraci�n secreta, pronto vuelven a caer en sus pecados anteriores y en la mundanalidad.

3. Es absolutamente imposible que usted sea salvo mientras viva en la negligencia de la oraci�n.

(1) Descuidar la oraci�n es totalmente incompatible con el amor de Dios, que es el elemento de la religi�n verdadera.

(2) Contrario al temor de Dios. Esto lo expresan los oponentes de Job. �S�, rechazas el temor y refrenas la oraci�n delante de Dios�.

(3) Totalmente en desacuerdo con esa santidad sin la cual nadie ver� a Dios.

(4) La negligencia permitida de la oraci�n no puede reconciliarse con la esperanza de vivir con Dios para siempre.

Ofrecemos cuatro motivos para la santa perseverancia en la oraci�n.

1. Es completamente necesario para su salvaci�n. "Si alguno retrocede, mi alma no se complace en �l".

2. Miren por ustedes mismos y est�n sumamente vigilantes para perseverar en este deber y mantener el esp�ritu de piedad vigorosa. No busquemos nunca refugiarnos bajo meras doctrinas, como las que los verdaderos santos perseverar�n.

3. Para instarle a perseverar en el deber de la oraci�n secreta, piense cu�nto necesita la ayuda del Esp�ritu de Dios.

4. El cuarto motivo de la perseverancia en la oraci�n ferviente son las grandes ventajas que se derivan de ella. ( WB Mackenzie, BA )

Un serm�n r�pido

Hay dos cargos distintos:

1. Descuido de la oraci�n.

2. Cansarme de Dios.

El punto es este : las personas se encuentran en un camino peligroso cuando comienzan a descuidar la oraci�n. Elifaz lo acusa como una carga pesada a Job ( Job 15:4 ) : "Ciertamente refrena la oraci�n delante de Dios". Cuando la conciencia es clamorosa, las necesidades apremiantes y, sin embargo, los hombres no pueden encontrar el coraz�n para ir a Dios, es un caso triste. As� que se describe a los paganos como las familias que no invocan su nombre ( Jeremias 10:25 ); es decir, que no le reconocen ni le adoran.

�Los obradores de iniquidad�, cualquiera que sea la religi�n que profesen, �no invocan al Se�or� ( Salmo 14:4 ). La maldad de esto aparecer� si consideramos:

I. POR QU� FUE NOMBRADO EL DEBER.

1. Es una parte notable de la adoraci�n de Dios, o un recordatorio serio de Su presencia y atributos. Apartarse de la oraci�n es apartarse de Dios; y no estar dispuesto a orar es no estar dispuesto a acercarse a Dios, ni a tener pensamientos serios sobre Su ser y sus atributos.

2. Es una profesi�n de nuestra dependencia.

3. Es un deber en el que se reducen a la pr�ctica los misterios de nuestra sant�sima fe. Hay dos grandes misterios en la religi�n cristiana: la doctrina de la Trinidad y la mediaci�n del Hijo de Dios.

4. Un fin especial de la oraci�n es alimentar la comuni�n y la familiaridad entre Dios y nosotros; porque es la conversaci�n de un alma amorosa con Dios, entre quien hay una mutua complacencia.

5. La oraci�n es necesaria para conservar en nosotros el sentido de nuestro deber y para mantener el coraz�n en mejor estado.

6. Involucrar nuestro afecto en las cosas celestiales.

7. Ser un medio de consuelo y refrigerio espiritual. El alma se libera de los problemas con este tipo de expresi�n.

II. LAS CAUSAS POR LAS QUE LOS HOMBRES LO DESCUIDAN.

1. El ate�smo est� en la ra�z. Cuando los hombres descuidan la oraci�n, o creen que no hay Dios o que no hay providencia.

2. Seguridad.

3. Frialdad en la religi�n y cansancio de Dios.

4. La falta de paz engendra repugnancia y atraso, como David colg� de Salmo 32:3 ) hasta que recuper� la paz.

5. Falta de fuerza espiritual. El que tiene cojas las articulaciones no puede deleitarse con el ejercicio, que es un placer para los fuertes. ( T. Manton, DD )

Te has cansado de m�, Israel

Cansado de dios

�Maravillosas palabras! No nos sorprende encontrar a Dios dici�ndonos: "Me has cansado"; pero es asombroso que Dios, a su propio pueblo, se queje: "Te cansaste de m�". No nos asombra que la criatura se canse de la criatura, hombre de hombre, santo de santo. Esta es la naturaleza misma de las cosas; surge de la limitaci�n de los poderes y recursos de la criatura : ninguna criatura puede ser para otra lo que toda criatura quiere.

Solo Dios en Cristo puede saciar la sed y satisfacer el hambre de nuestras almas necesitadas, y es peor que in�til que los hombres traten de tomar el lugar de Dios en sus ministraciones y relaciones mutuas. Y que Dios se rebaje a decir esto tambi�n es maravilloso. Muchos de ustedes estar�an demasiado orgullosos para hacer este reconocimiento si estuvieran en una posici�n similar con respecto a sus semejantes; pero aqu� est� Dios razonando con aquellos cuyos corazones se han apartado de �l, y diciendo, con toda la fidelidad de un padre y la ternura suplicante de una madre: �Te has cansado de m�, oh Israel.

�Muchos padres pueden aprender de Dios incluso en asuntos como la reprensi�n y el castigo. El poder de la reprensi�n est� �ntimamente relacionado con el esp�ritu con el que se administra; puedes reprender una falta en un ni�o de tal manera que, con la misma reprensi�n, unir al ni�o con m�s fuerza a ti mismo; o puede reprenderlo de tal modo que aumente la distancia entre su hijo y usted, y al mismo tiempo confirmarlo en su falta.

Escuchen las reprimendas de Dios y sean "seguidores de Dios, como hijos amados". La forma en que se manifest� este cansancio de Dios fue en parte la restricci�n de la oraci�n. �No me invocaste, oh Jacob; mas de m� te has cansado, oh Israel. Es muy probable que se mantuviera la forma de oraci�n; sin embargo, Dios dice: "No me has invocado". Fue el d�a en que invocaron a Dios primero y despu�s a Dios.

Pero ahora refrenaron la oraci�n y trataron de llevar sus cargas con la fuerza independiente (y su fuerza era la debilidad) de sus propios hombros; o intentaron sobrellevar sus penas con la simpat�a y la ayuda que sus semejantes y sus compa�eros santos pod�an administrar. Dios not� esta conducta de su pueblo y lo reprendi�. Y no s�lo en la moderaci�n de la oraci�n se manifest� este cansancio, sino tambi�n en el descuido del sacrificio; en indiferencia hacia las ordenanzas de Dios y descuido en la adoraci�n de Dios; haciendo caso omiso de la voluntad de Dios; y tambi�n en irascible descontento bajo las dispensaciones de Dios ( Malaqu�as 1:2.). El profeta aqu� representa a Israel como enviado al cautiverio, y a Dios como justificando Su proceder sobre la base del propio esp�ritu y conducta de Israel. Es una falta com�n a los santos de Dios.

I. LA NATURALEZA DE ESTE MAL. Ya lo hemos indicado, pero podemos ponerlo bajo otra luz. Podemos mostrarlo, por ejemplo, en contraste. Este pueblo, dice Dios, �me form� para m�; ellos manifestar�n mi alabanza �. �l nos hizo a su imagen, para que reflej�ramos a s� mismo y en cuya vista podamos regocijarnos. Y nos hizo a su imagen, para que lo reflej�ramos unos a otros ya otras personas; mientras que por el mismo objeto nos redime.

Dios, al redimirnos, nos forma para s� mismo, para que le amemos; que debemos confiar en �l; para que le honremos y tratemos de agradarle y glorificarle. Y nos damos cuenta de la obra que nuestro bendito Salvador ha realizado por nosotros, y que el Esp�ritu de Dios ahora obra en nosotros, cuando podemos decir: "Me regocijar� en el Dios de mi salvaci�n". Ahora bien, �qu� es estar cansado de Dios? Es desear romper la conexi�n que existe entre nosotros y Dios.

Es estar impaciente por una conexi�n continua con �l; estar cansado de invocarlo; cansado de pensar en �l; cansado de confiar en �l; cansado de esperarlo; cansado de servirle. No conozco mejor ilustraci�n que la que ofrece la primera parte de la par�bola del hijo pr�digo.

II. SUS MANIFESTACIONES Y DESARROLLO.

1. Este cansancio se muestra primero por la formalidad en el culto divino.

2. Luego se muestra en el descuido exterior de los requisitos divinos. La declinaci�n comienza en el coraz�n y se manifiesta primero en la formalidad, y luego los pasos entre la formalidad y el descuido exterior de los requisitos divinos no son muchos.

3. Luego sigue, sin buscar a Dios en busca de ayuda y socorro. El hombre depende m�s de s� mismo de lo que deber�a, o mira m�s a sus semejantes de lo que estaba acostumbrado a mirar.

III. �CU�L ES EL MOTIVO DE LA MANIFESTACI�N DE ESTE DESGASTE? Por lo general, encontrar� una de las siguientes cosas: esperanza decepcionada, el aguante de la aflicci�n o la prosperidad de los malvados.

IV. SUS CAUSAS. Debe ser consciente de la distinci�n entre una ocasi�n y una causa. Las dispensaciones de Dios hacia el fara�n, como se nos dice, endurecieron su coraz�n. Fueron las ocasiones de esto, pero la causa no estaba en Dios; tampoco la causa estaba en la dispensaci�n de Dios, la causa estaba en Fara�n. A menos que el Fara�n hubiera pose�do un coraz�n endurecido, esas dispensaciones de la Divina providencia, en lugar de aumentar esta obstinaci�n, habr�an producido un estado de alma totalmente diferente. Las mismas dispensaciones lo han hecho, como en el caso de N�nive; cuando N�nive fue amenazada, N�nive se arrepinti�. La causa se encuentra en la ausencia de amor o en la debilidad del amor.

V. LOS FRUTOS AMARGOS de este cansancio. Dios lo ve; y no puede verlo sin sentirlo. Dios est� enojado y corrige; y corrige para que el castigo responda al pecado. El hombre, hasta cierto punto, se ha apartado de Dios, y Dios se aparta del hombre. �l priva al hombre de todas las influencias que todav�a tienden a promover su paz, alegr�a y descanso. Y, por supuesto, si el coraz�n est� vivo, si es un coraz�n vivificado, este estado es de gran miseria, hasta que el alma sea restaurada a Dios. Donde no hay vida, se encuentra que el caso empeora cada vez m�s, y que con mucha frecuencia los hombres caen de este cansancio al escepticismo y al ate�smo.

VI. LOS MEDIOS DE PREVENCI�N. Expulsando los primeros pensamientos duros de Dios; no ceder ni un momento a la indolencia en el servicio de Dios; comprensi�n (hasta donde podamos comprender) de los principios y del plan general del Gobierno Divino, para no estar esperando aqu� lo que Dios no nos ha dado por qu� esperar aqu�; seguir a Cristo impl�citamente en la conducta del esp�ritu hacia Dios; y apreciando de la manera m�s sagrada las influencias del Esp�ritu Santo.

VII. Cuando has ca�do en este estado de maldad, �CU�L ES LA CURA?

1. Confesi�n completa del cansancio. Est� dispuesto a hablar de ello como Dios habla de ello; verlo como Dios lo ve; y condenarlo como Dios lo condena. Ll�melo cansancio de su Padre misericordioso, cansancio de su mejor y m�s bondadoso amigo.

2. Admisi�n de la bondad divina en la correcci�n mediante la cual se hace consciente de su cansancio.

3. Regrese a una cuidadosa observancia de las ordenanzas y preceptos de Dios, la obtenci�n del perd�n y la seguridad del perd�n. Mientras tengan dudas sobre el perd�n con respecto a este pecado, se encontrar�n manteni�ndose a distancia de Dios. Esta asignatura es adecuada para el autoexamen. �Hay alguna se�al de este cansancio de Dios en ti? ( S. Mart�n. )

Cansado de dios

Estar cansado de Dios es estar cansado de Su adoraci�n y servicio. Es el car�cter m�s triste que se puede dar, ya sea de personas o de un pueblo, decir que est�n cansados ??de Dios.

I. LA NATURALEZA DEL MAL. El cansancio en el cuerpo indica una deficiencia de fuerza, no m�s mente para trabajar; en el alma, una ca�da de Dios, y no nos preocupamos por Su servicio, que es parcial o total.

1. Parcial. Cuando el coraz�n est� m�s alejado de Dios que antes, y todos nuestros respetos hacia �l se vuelven pesados ??y dolorosos, y el coraz�n comienza a quejarse de todo lo que hacemos por �l ( Malaqu�as 1:13 ; Am�s 8:5 ).

2. Total cuando no s�lo se debilita el poder de la religi�n, sino que se desecha su propia profesi�n.

II. A VECES ES INCIDENTE PARA PERSONAS CONSIDERADAS EN SU �NICA CAPACIDAD; A VECES A UN PUEBLO CONSIDERADO EN SU COMUNIDAD.

1. A las personas consideradas aparte, y en su calidad de soltero.

(1) En parte debido a la adversidad natural hacia Dios.

(2) En parte debido a la inconstancia del hombre.

2. Es incidente para un pueblo considerado en su comunidad.

(1) La Iglesia de Dios en general.

(2) En todas las naciones.

Por lo general, la religi�n se cambia en una naci�n por dos motivos:

(a) Cambio de personas. Cuando los viejos y buenos hombres celosos se han ido, el escenario cambia y aparece una nueva escena de actos y actores; una generaci�n pasa y otra viene.

(b) Cambio de intereses. Cuando es por su propio inter�s poseer a Dios, los hombres piensan que nunca podr�n unirse lo suficientemente r�pido a �l; pero cuando se cambia la postura de inter�s, se deja a un lado a Dios, se cansan de Dios; traicionan al Se�or y andan voluntariamente en pos del mandamiento ( Oseas 5:7 ; Oseas 5:11 ).

III. LAS CAUSAS POR LAS QUE UN PUEBLO SE ENCUENTRA CANSADO DE DIOS. Adem�s de esas causas generales, se pueden agregar:

1. Falta de amor a Dios.

2. Estamos demasiado guiados por el sentido; y si no tenemos satisfacci�n presente, pronto nos cansaremos de la religi�n.

3. Argumenta demasiado amor al mundo, que por mucho importunidad prevalece con nosotros para abandonar a Dios y volvernos muertos y fr�os en la religi�n ( 2 Timoteo 4:10 ).

4. Viene de la indulgencia a la comodidad de la carne. As� como el cansancio corporal incide sobre todo en los perezosos, tambi�n lo es el cansancio espiritual en los que no se despiertan.

5. La impaciencia de los problemas y los m�ltiples m�ritos de des�nimo que encontramos en el camino al cielo.

IV. LOS EFECTOS.

1. Audacia al pecar.

2. M�s frialdad en los deberes del culto. O se omite o se realiza de manera superficial, y de una manera descuidada y est�pida.

3. Menos cuidado y estudio para agradar a Dios.

V. � Qu� triste estado del alma parece!

1. Por la atrocidad del pecado.

(1) Es un desprecio horrible de Dios, despu�s de la prueba, apartarse de Dios y volver a nuestros placeres y satisfacciones carnales nuevamente.

(2) Es un pecado muy insensato e irrazonable. Dios nunca le dio motivo u ocasi�n para cansarse de �l. �l desaf�a a Israel: �Pueblo m�o, �qu� te he hecho? �Y en qu� te he cansado? testifica contra m� �( Miqueas 6:3 ).

(3) Hay mucha ingratitud en ello. Ha dado muchas razones para lo contrario.

2. Lo terrible del juicio.

(1) Sobre naciones.

(2) Sobre las iglesias ( Apocalipsis 2:5 ).

(3) Para determinadas personas, las pone abiertas a la severa correcci�n de Dios ( Oseas 5:15 ).

(4) Por deserci�n total. Hay una terrible venganza designada para aquellos que prefieren a la criatura antes que a Dios. ( T. Manton, DD )

Versículos 23-24

No me has tra�do el ganado menor

Fracaso en los detalles religiosos

Si fallamos en los detalles religiosos, �no podemos preguntarnos si no se puede poner cierto �nfasis en la designaci�n "el ganado peque�o"?

�No fallan muchos hombres en los detalles religiosos? Son enf�ticos en su estupenda palabra-credo, pero no bendicen a ning�n ni�o en el camino a la iglesia, ni traen un alma errante al hogar de la Iglesia. Hacemos ciertas cosas grandes o conspicuas, y nos olvidamos del ganado menor, las peque�as ofrendas y tributos. Se advierte toda omisi�n ( Isa�as 43:24 ).

�A Dios le importa nuestra dulce ca�a? �Le gusta vernos gastar un poquito en un bast�n para que lo tomemos y lo ofrezcamos como si fuera una flor? No necesita ning�n servicio de este tipo; sin embargo, le agrada que con un poco de dinero compremos ca�a dulce. �Observa c�mo nota las omisiones! Esta podr�a ser la misma voz de Cristo, quien le dijo a Sim�n el fariseo: �Entr� en tu casa, no me diste agua para mis pies; pero me lav� los pies con l�grimas, y los sec� con los cabellos de su cabeza.

No me diste beso : mas �sta, desde que entr�, no ha cesado de besar mis pies. Mi cabeza con aceite No ungiste : mas �sta ha ungido mis pies con perfume �. �Qu� ojo es el ojo de la Omnisciencia! Se da cuenta de cada desliz, defecto y omisi�n. De hecho, ser�a una declaraci�n lamentable si estuviera solo; pero s�lo conduce a la declaraci�n m�s completa de que se da cuenta de cada vaso de agua fr�a, de cada regalo de viuda, de cada servicio de ni�o. Dios no es injusto al olvidar su obra de fe y su labor de amor. ( J. Parker, DD )

Dios y su pueblo un contraste

En una de esas cl�usulas antit�ticas, o �balances de palabras�, tan frecuentes en Isa�as, �l contrasta as� los hechos de Su pueblo y los de Su pueblo (vers�culo 23) : �No te he agobiado con oblaciones exigentes; No te he cansado pidiendo incienso. �... �Pero me has cargado con tus pecados; me has fatigado con tus iniquidades �(vers�culo 24). ( JR Macduff, DD )

Versículo 24

No me compraste ca�a dulce

Oprobio divino

I. EL TERRENO SOBRE EL QUE SE REPRODUZCA ISRAEL. La ca�a dulce, o c�lamo, es una ca�a arom�tica que era ex�tica en Palestina y se encuentra principalmente en la India. La demanda de ca�a dulce fue grande, porque formaba un ingrediente del incienso en la mayor�a de los pa�ses donde se usaba el incienso. Era una de las cosas que no se pod�an obtener mediante trueque. La acusaci�n es: �No descuidas los oficios de la religi�n, pero los desempe�as descuidadamente; no retienes tus ofrendas, pero no ofreces lo mejor de ti ". Malo es lo mejor que el hombre tiene para ofrecerle a Dios; pero menos de lo mejor que Dios no aceptar�.

II. �CU�NDO SIRVI� EL REY ETERNO, INMORTAL, INVISIBLE? �Cu�ndo se cans� Dios, el Omnipotente, de nuestras iniquidades? �Cu�ndo borr� el Juez de la tierra nuestros pecados? Nosotros, iluminados por el Evangelio, podemos dar una respuesta que el Israel de anta�o no pudo. Respondemos: "Cuando el Verbo se hizo carne y habit� entre nosotros". �l vino a servir, y cuando pensamos en �l, el Dios-hombre, sirviendo bajo la ley, �es posible que preguntemos, con el esp�ritu del esclavo, qu� poco puedo pagar al Se�or por todos Sus beneficios? - �Qu� es lo m�nimo que �l exige, el m�nimo del deber? El gran principio es este, que nunca ofrecemos al Se�or lo que no nos cuesta nada, o lo que no implica ning�n pensamiento o problema.

No aceptar� la basura de nuestras manos. Y este principio debemos llevarlo a cabo en todo lo que se refiere a nuestra conducta moral y vida religiosa. Es aplicable tanto a nuestras devociones privadas como a nuestros servicios p�blicos. Se da a entender en la medida cautelar de nuestro Se�or, �Buscad primero el reino de Dios�, etc . ( Gancho WF, DD )

Versículo 25

Yo, aun yo, soy el que borro tus transgresiones

El perd�n de la misericordia se hizo radiante

Como anta�o los joyeros sol�an colocar sus gemas m�s preciosas en tripas de una naturaleza muy inferior, y eso sabiamente, para que el brillo intr�nseco de la joya pudiera brillar m�s brillante por el contraste, as� lo hace la Palabra de Dios. Dios se deleita en colocar la misericordia paciente de nuestro Dios en el escenario de la iniquidad y la ingratitud del hombre, a fin de que la joya m�s brillante de la diadema totalmente radiante de Dios, incluso la misericordia, resplandezca m�s brillantemente por su contacto inmediato con las manchas negras de la hoja del pecado del hombre.

( FFGoold, MA )

Perd�n

I. LOS DESTINATARIOS DE LA MISERICORDIA. Mire el vers�culo 22 y ver�:

1. Que eran personas sin oraci�n.

2. Eran despreciadores de la religi�n. "Te cansaste de m�, oh Israel".

3. Gente ingrata. "No me has tra�do el ganado menor de tus holocaustos".

4. Un pueblo in�til. Ni me saciaste de grosura, etc.

5. Hay algunos que pueden ser llamados pecadores del santuario - pecadores en Sion, y estos son los peores de los pecadores.

6. Tenemos aqu� hombres que hab�an cansado a Dios : �Me has hecho servir en tus pecados, me has fatigado con tus iniquidades�.

II. EL HECHO DE MISERICORDIA. Es un acto de perd�n.

1. Un perd�n divino. "Yo, incluso yo, soy �l". El perd�n divino es el �nico perd�n posible; porque nadie puede perdonar el pecado sino solo Dios.

2. Perd�n sorprendente; porque el texto habla como si Dios mismo se sorprendiera de que tales pecados fueran perdonados : �Yo, yo mismo�; es tan sorprendente que se repita de esta manera, para que ninguno de nosotros lo dude.

3. Un perd�n presente.

4. Un perd�n total. El v�nculo se destruye y no volver� a exigir el pago.

III. LA RAZ�N DE LA MISERICORDIA. Dice un pobre pecador: ��Por qu� deber�a perdonarme Dios? Estoy seguro de que no hay ninguna raz�n por la que deber�a hacerlo, porque nunca he hecho nada para merecer su misericordia ". Escuche lo que Dios dice: "No voy a perdonarte por tu propio bien, sino por m� mismo". "Pero, Se�or, no estar� lo suficientemente agradecido". �No voy a perdonarte por tu gratitud, sino por Mi nombre.

�Pero, Se�or, si me llevan a Tu Iglesia, muy poco puedo hacer por Tu causa en los a�os futuros, porque he pasado mis mejores d�as al servicio del diablo; Ciertamente, la escoria impura de mi vida no puede ser dulce contigo, oh Dios. " �No me comprometer� a perdonarte por tu causa, sino por la M�a; No te quiero �, dice Dios; �Puedo hacerlo tan bien sin ti como contigo. Te perdono, por tanto, por m� mismo �. �No hay esperanza para un pecador culpable aqu�?

IV. LA PROMESA DE LA MISERICORDIA. "No me acordar� de tus pecados". �Es posible que Dios se olvide? No en cuanto al hecho absoluto de la comisi�n del hecho, pero hay sentidos en los que la expresi�n es totalmente exacta.

1. �l no exigir� castigo por ellos cuando por fin lleguemos ante el tribunal de su juicio. El cristiano tendr� muchos acusadores. El diablo vendr� y dir�: "Ese hombre es un gran pecador". Dejemos que todos los demonios del abismo clamen al o�do de Dios, y que griten con vehemencia una lista de nuestros pecados, podemos estar firmes con valent�a en ese gran d�a y cantar: "�Qui�n acusar� a los elegidos de Dios?" El juez no lo recuerda, y �qui�n castigar� entonces?

2. "No me acordar� de tus pecados para sospechar de ti". Hay un padre, y ha tenido un hijo descarriado, que se fue para vivir una vida de libertinaje; pero despu�s de un tiempo vuelve a casa en un estado de penitencia. El padre dice: "Te perdonar�". Pero al d�a siguiente le dice a su hijo menor: �Ma�ana hay asuntos que hacer en un pueblo lejano, y aqu� tienes el dinero para que lo hagas.

�No se lo conf�a al pr�digo que ha regresado. "Le he confiado antes con dinero", se dice el padre, "y me rob�, y me da miedo volver a confiar en �l"; pero nuestro Padre celestial dice: "No me acordar� de tus pecados". No solo perdona el pasado, sino que conf�a en su pueblo con valiosos talentos.

3. No recordar� en su distribuci�n la recompensa de la recompensa. El padre terrenal amablemente pasar� por alto las faltas del hijo pr�digo; pero ya sabes, cuando ese padre llegue a morir y est� a punto de hacer su testamento, el abogado sentado a su lado, dice: "Le dar� tanto a William, que siempre se port� bien, y mi otro hijo tendr� fulano de tal, y mi hija, tendr� tanto; pero est� ese hijo pr�digo, gast� una gran suma en �l cuando era joven, pero desperdici� lo que recibi�, y aunque lo he vuelto a tener en favor, y por el momento todo va bien, todav�a creo que debo haga una peque�a diferencia entre �l y los dem�s; Creo que no ser�a justo, aunque lo he perdonado, tratarlo precisamente como a los dem�s.

Y entonces el abogado lo pone por unos cientos de libras, mientras que los otros, tal vez, obtienen sus miles. Pero Dios no recordar� tus pecados de esa manera; �l da a todos una herencia. �l dar� el cielo al primero de los pecadores as� como al primero de los santos. ( CHSpurgeon. )

Pecado perdonado y olvidado

La gracia inmerecida borra nuestras transgresiones,

I. DEL LIBRO DE DIOS.

II. CON LA MANO DE DIOS.

III. POR EL AMOR DE DIOS.

IV. DE LA MEMORIA DE DIOS. ( HG Guinness. )

Religi�n evang�lica

Debido a textos como este, la Iglesia primitiva llam� a Isa�as el profeta evang�lico. �Qu� significa "evang�lico"? Un "buen �ngel", un "buen mensajero", trayendo buenas nuevas de gran gozo. Todos los que llevan las buenas nuevas de Dios a los pecadores son predicadores evang�licos. Todos los profetas de la Biblia eran evang�licos, de lo contrario no habr�an estado all�. El mismo Mois�s era evang�lico; incluso la ley en el Antiguo Testamento tiene problemas evang�licos, y Mois�s fue un maestro de escuela para llevarnos a Cristo.

I. EL NOMBRE QUE DIOS SE DA A SI MISMO. "Yo, incluso yo, soy �l". No encuentra este estilo salvo en la Biblia. Esta era la manera de hablar de Dios. Baal no pudo decir esto, ni los dioses de Egipto. Dios te habla como un hombre entre los hombres: "Tengo algo que decirte". Cuando te se�ala, suele ser el comienzo de la religi�n personal. Dios te habla a ti ya m� personalmente; no hay nadie excepto Jesucristo entre Dios y yo.

Cualquiera que sea tu nombre, ponlo en este texto y eleva tu alma en cada oraci�n, haci�ndoles peticiones. Israel se hab�a cansado de Dios, se hab�a quebrantado y esparcido. �No hay quienes est�n cansados ??de los servicios del s�bado y desear�an haber llegado el lunes para volver al trabajo? Les encantan los entretenimientos y las diversiones sociales; pero cansado de la predicaci�n del s�bado. Otro de los pecados de Israel se encuentra en el contexto, �No me compraste ca�a arom�tica con dinero.

��Dios realmente se preocup� por la ca�a dulce? Si vuelve al cap�tulo 3, encontrar� una lista de los adornos y vestidos, y en qu� gastaron su dinero. Lea esto y dig�galo. Traiga sus libretas bancarias y libros sobre bebidas y tabaco; comp�relos con lo que ha contribuido a la defensa de la religi�n evang�lica. Lleva tus pecados a Dios y �l los borrar�.

II. "POR MI PROPIO BIEN". No por ti; que m�s bien derriba a un hombre. Todo se debe a la gracia. Estoy totalmente de acuerdo con los t�rminos. Perdona mis predicaciones, mis sermones y ll�vame a un pobre. �C�mo se adapta eso a sus puntos de vista? - Me queda bien. En el Nuevo Testamento lo ponemos por amor a Jes�s; es lo mismo en el fondo.

III. "NO RECORDAR� TUS PECADOS". C�mo olvida Dios, no puedo decirlo. Isa�as dice que nuestros pecados nunca volver�n a venir a la mente, pero no puedo imaginar c�mo puedo olvidar mis propios pecados. Algunos hombres dicen que te han perdonado; tu ofensa est� muerta. Todo es pasado; pero ves en los ojos del hombre que no es pasado, y otras personas lo saben. Tome algunos ejemplos de la forma de perdonar de Jes�s. Podr�as haber dicho, si no lo hubieras sabido, que la primera en encontrarse con �l despu�s de Su resurrecci�n habr�a sido la Virgen, o las mujeres importantes que lo atendieron.

�Pero fue la Magdalena la primera en contemplar Su forma de resurrecci�n! Este era como �l mismo. Y si Judas no hubiera ca�do del todo y se hubiera ido a su propio lugar, �no habr�a sido elegido para predicar el gran serm�n de la coronaci�n de Jes�s? Pedro, el siguiente gran pecador, fue elegido. Mire c�mo lo hizo Jes�s: obtiene el mejor servicio de los pecadores, como yo ( A. Whyte, DD )

Perd�n

Hay una cosa que Dios siempre hace con el pecado. Lo quita de Su presencia. Dios no puede vivir con el pecado. Cuando arroja al alma culpable a una distancia inaccesible, y cuando perdona a un alma arrepentida, est� haciendo lo mismo en ambos casos: eliminar el pecado.

I. EL AUTOR DEL PERD�N. La expresi�n, "yo, incluso yo", no es muy poco frecuente en las Escrituras; pero dondequiera que ocurra, ya sea en referencia a la justicia o la misericordia, es la marca del Todopoderoso, que en ese momento toma para S�, en alg�n grado especial, alguna prerrogativa soberana. Aqu�, la magn�fica repetici�n de ese Nombre, dada por primera vez en la zarza, evidentemente ten�a la intenci�n de mostrar un rasgo caracter�stico del amor de Dios. Perdona como un soberano. Todos sus atributos se aplican a nuestra paz.

II. LA NATURALEZA DEL PERD�N.

1. En cuanto al tiempo. El verbo corre en tiempo presente - "borra".

2. En cuanto al grado. No pod�as leer, Satan�s no pod�a leer, un rastro por donde una vez pas� la mano destructora de Dios.

3. En cuanto a la continuaci�n. El presente se hincha hacia el futuro. "No recordar�"

III. LA RAZ�N DEL PERD�N. ( J. Vaughan, MA )

Perd�n

En los vers�culos anteriores tenemos una fuerte acusaci�n contra los jud�os. Pero no sigue ninguna severidad; sino, "Yo, yo soy el que borro tus transgresiones por causa de m� mismo, y no me acordar� de tus pecados". El mismo lugar paralelo que tenemos con respecto a Efra�n ( Isa�as 57:17 ). Aqu� est� la prerrogativa de la gracia gratuita : inferir el perd�n donde los mismos culpables pueden inferir solo su propia ejecuci�n. Es el disfraz de la misericordia, hacer inferencias extra�as y abruptas del pecado al perd�n.

I. Aqu� est� LA PERSONA que da el perd�n, es decir, Dios. Dios parece triunfar m�s en la gloria de su gracia y misericordia perdonadora que en cualquier otro de sus atributos. �Yo, incluso yo, soy �l�. Un prefacio tan majestuoso debe marcar el comienzo de algo en lo que el honor de Dios est� muy adelantado.

II. En cuanto a EL PERD�N en s�; que se expresa en dos cosas: "borra"; "No recordar�".

1. Borrar implica

(1) Que nuestras transgresiones est�n escritas. Est�n escritos en un libro doble: el recuerdo de Dios; nuestra propia conciencia.

(2) Una condonaci�n legal de la deuda. Un libro que una vez se borra y se cruza es nulo ante la ley. "No me acordar� de tus pecados".

III. LA CAUSA IMPULSIVA, que mueve la mano de Dios, por as� decirlo, para borrar nuestras transgresiones. "Por mi propio bien".

1. Eso es, porque es Mi placer.

2. Por ese gran honor y gloria que se acumular� en Mi gran nombre por medio de �l. ( E. Hopkins, DD )

Remisi�n del pecado

1. La remisi�n del pecado no es un acto nuestro, sino un acto exclusivo de Dios.

2. La remisi�n del pecado hace que el pecado sea como si nunca se hubiera cometido.

3. Tras la remisi�n del pecado, Dios ya no nos considera pecadores, sino justos y justos.

4. La gracia perdonadora puede triunfar tan f�cilmente en la remisi�n de muchos y grandes pecados como de pocos y peque�os pecados. ( E. Hopkins, DD )

El perdon de los pecados

Ese art�culo en el Credo, "Creo en el perd�n de los pecados", es muy poco pensado. Los hombres declaran con frivolidad que creen en ella cuando no son conscientes de ning�n gran pecado propio; pero cuando a un hombre se le manifiesta su transgresi�n, y se percata de su iniquidad, la cosa es muy distinta. Ning�n cepo puede sujetar a un hombre tan r�pido como sus propios temores culpables. Con el abatimiento, intentar� lidiar.

I. HAY PERD�N.

1. Esto aparece en el trato que Dios da a los pecadores, en la medida en que les perdona la vida perdida.

2. �Por qu� instituy� Dios la ley ceremonial, si no hab�a formas de perdonar la transgresi�n? El dise�o evidente de toda la econom�a mosaica era revelar al hombre la existencia de la misericordia en el coraz�n de Dios, y la operaci�n eficaz de esa misericordia para lavar el pecado.

3. Si no hay perd�n de los pecados, �por qu� ha dado el Se�or exhortaciones a los hombres pecadores para que se arrepientan?

4. Debe haber perdones en la mano de Dios, o �por qu� la instituci�n del culto religioso entre nosotros hasta el d�a de hoy?

5. �Por qu� instituy� Cristo el ministerio cristiano y envi� a sus siervos a proclamar su evangelio?

6. �Por qu� se nos ense�a en ese modelo bendito de oraci�n que nuestro Salvador nos dej� para decir: �Perd�nanos nuestras ofensas, como tambi�n nosotros perdonamos a los que nos ofenden�? Es evidente que Dios quiere que demos una verdadera absoluci�n a todos los que nos han ofendido. Pero luego, ha vinculado con ese perd�n nuestra oraci�n de misericordia, ense��ndonos a pedir que �l nos perdone como nosotros los perdonamos a ellos. Entonces, si nuestro perd�n es real, tambi�n lo es el de �l.

7. Dios realmente ha perdonado a multitudes de pecadores.

II. ESTE PERD�N ES TANTAMO PARA OLVIDAR EL PECADO. Quiere que sepamos que su perd�n es tan verdadero y profundo que equivale a un olvido absoluto, a un olvido total de todas las malas acciones de los perdonados.

1. Para hablar popularmente, un hombre pone una cosa en su mente; pero cuando el pecado es perdonado, no est� guardado en la mente de Dios.

2. Al recordar, los hombres tambi�n consideran y meditan sobre las cosas; pero el Se�or no pensar� en los pecados de su pueblo.

3. A veces casi has olvidado algo, pero ocurre un hecho que lo recuerda tan v�vidamente que parece como si hubiera sido perpetrado ayer. Dios no recordar� el pecado de los perdonados.

4. Este no recordar significa que Dios nunca buscar� m�s expiaci�n. Seg�n la ley antigua, se recordaban los pecados cometidos cada a�o en el d�a de la expiaci�n; pero ahora el Bendito ha entrado una vez para siempre detr�s del velo, y ha quitado el pecado para siempre mediante el sacrificio de s� mismo, de modo que ya no queda m�s sacrificio por el pecado.

5. Cuando se dice que Dios olvida nuestros pecados, significa que nunca nos castigar� por ellos; a continuaci�n, que �l nunca nos rega�ar� con ellos.

6. �Qu� significa sino esto: que �l no nos tratar� con menos generosidad por haber sido grandes pecadores? Mire c�mo el Se�or toma a algunos de los pecadores m�s grandes y los usa para Su gloria.

III. EL PERD�N SE DEBE TENER. �C�mo? A trav�s de la sangre expiatoria. Ven a buscarlo de la manera designada por Dios. "Arrepentirse." "Cree en el Se�or Jesucristo". ( CH Spurgeon. )

El perdon de los pecados

I. EL PONENTE. �De qui�n es la voz que as� proclama la eliminaci�n de las transgresiones? Una trompeta de plata introduce as� la palabra: "As� ha dicho el Se�or, tu Redentor, el Santo de Israel". "Yo soy el Se�or, tu Santo, el Creador de Israel, tu Rey". Jehov� habla desde su alto trono. Si otros labios se hubieran dirigido as� a los ofensores, la palabra podr�a haber sido vac�a, vana e incluso peor: no habr�a aliviado dudas, no sanado heridas, no difundido paz. El pecado es terrible, porque es una ofensa contra Dios. ��Qui�n puede perdonar los pecados sino solo Dios? Al Se�or nuestro Dios �, y s�lo al Se�or nuestro Dios,� pertenecen las misericordias y las perdonaciones �.

II. LA REPETICI�N. "Yo, incluso yo, soy �l". La Persona que perdona dos veces se muestra. Esta duplicaci�n no puede ser sin una causa fuerte, porque no hay palabras superfluas de labios divinos. Es evidente de inmediato que nuestro Dios, en las riquezas de su gracia, desea as� despertar la atenci�n, cautivar el pensamiento, desterrar la aprensi�n, profundizar la confianza, inscribir la verdad m�s profundamente en el coraz�n.

De ah� que la timidez de la duda asuma el aspecto de la impiedad: la incredulidad se convierte en insulto. Esta importante visi�n est� poderosamente establecida por el contexto. Los vers�culos anteriores exhiben a Jehov� vestido con ropas de majestad. Como Creador, reclama el servicio de las criaturas de Sus manos; Exige los ingresos debidos de la adoraci�n: "Este pueblo lo form� para m�: manifestar�n mi alabanza". Entonces, la escena cambia; y los enfrenta con terribles acusaciones.

En estos, como en un espejo, se ve la vileza del coraz�n humano. No se rinde culto; la oraci�n es retenida; se evita la comuni�n. El cargo es incontestable. �Cu�l puede ser el problema? �Dejar� de resistir la paciencia? �Arder� la indignaci�n? Sigue la frase. �Yo, incluso yo, soy�, etc. �Qu� exquisito patetismo, qu� maravillosa gracia! �Cu�n divino, cu�n diferente a la expresi�n del hombre!

III. As� se alcanza el brillo focal de la palabra: LA INTEGRIDAD DEL PERD�N. Dios ordena el perd�n absoluto, sin restricciones, sin barreras, sin barreras. "�l borra". Es cierto que la palabra tiene diferentes matices de significado, seg�n su contexto; pero su principal significado no es ni vago ni oscuro. Por lo general, coloca los pecados en la luz m�s formidable como deudas registradas.

Los muestra como est�n escritos en las p�ginas de un libro de cuentas, r�gidamente, exactamente, sin atenuaci�n; y luego conduce al hecho de que se borran por completo, - se borran - no simplemente se cruzan, porque entonces podr�an ser le�dos de nuevo, y se har� la demanda posterior; pero tan erradicado que no se puede discernir ning�n rastro. Pero el pensamiento irritante puede entrometerse, ese recuerdo recordar� continuamente sus muchos y poderosos pecados.

Puede que tr�mulamente razone: Si yo no puedo olvidar, �no recordar� Dios tambi�n? En medio de todas las muestras del amor divino, �no volver� mi mente a las escenas anteriores y se abatir�? Ver�, o pensar� ver, entre las sonrisas del cielo, un recordatorio de mi derrotero pecaminoso en la tierra. Que ese pensamiento sea arrojado a lo m�s profundo del olvido. No es b�blico: es despectivo para el glorioso Evangelio de la gracia gratuita. Observe c�mo la palabra la contradice: �No me acordar� de tus pecados� ( Jeremias 31:34 ).

Que nadie diga: �C�mo puede ser esto? Que no se objete, tal proceso mental es contrario a toda experiencia: es ajeno a las propiedades del pensamiento retentivo. Recordemos que ahora estamos tratando con Dios: Sus caminos no son los nuestros.

IV. LA CAUSA EN MOVIMIENTO. El hombre cosecha el beneficio eterno; pero la fuente de la que brota la bendici�n est� en lo alto del cielo. El hombre y las obras del hombre son provocaci�n universal: en �l no hay m�rito conmovedor. Si Dios no origin� el perd�n por la gloria de Su nombre, ning�n pecado podr�a haber sido borrado. Pero la gloria de Dios es Su fin final; por tanto, borra las transgresiones "por causa de �l". As� el cielo resonar� con Su alabanza, y la eternidad prolongar� el agradecido aleluya. ( H. Law, MA )

Perdon gratis

El punto notable no es simplemente que la absoluci�n contenida en el texto es precedida y seguida por versos de acusaci�n, sino que interrumpe la conexi�n y divide el sentido justo en el medio. El mensajero de la misericordia del rey cabalga a trav�s de las filas de los hombres de armas con gran prisa, haciendo sonar su corneta de plata mientras se abre paso; no puede demorarse, su mensaje es demasiado precioso para que se demore. Podemos concluir que los hombres conocen y aprecian m�s la misericordia divina cuando m�s sienten el peso de sus pecados.

I. LA NATURALEZA DEL PERD�N QUE EST� AQU� TAN GRACIOSAMENTE ANUNCIADA.

1. Es un perd�n de Dios mismo, del ofendido. Esto es m�s delicioso porque sabemos que solo �l puede perdonar. En la medida en que el perd�n proviene de Dios, solo �l es quien conoce el alcance total del pecado.

2. La raz�n por la que se da. "Por mi propio bien". Todo el motivo de Dios para perdonar el pecado est� dentro de s� mismo. A nadie se le perdonan los pecados por ser peque�os, porque el m�s peque�o de los pecados arruinar� el alma, y ??todo pecado es grande. Cada pecado tiene la esencia de la rebeli�n en �l, y la rebeli�n es un gran mal ante Dios. Una vez m�s, el pecado de nadie es perdonado sobre la base de que su arrepentimiento es meritorio.

Por la gracia de Dios, los hombres perdonados est�n hechos para mejorar; pero no es la previsi�n de alguna mejora de su parte lo que lleva a Dios al perd�n. Ese no puede ser un motivo, porque si lo hacen mejor, su mejoramiento es Su obra en ellos. El �nico motivo que Dios tiene para perdonar a los pecadores es uno que est� dentro de s� mismo : "por m� mismo". �Y cu�l es ese motivo? El Se�or conoce todos sus motivos, y no nos corresponde a nosotros medirlos; pero, �no es primero para que se complazca en su misericordia? La misericordia es el �ltimo ejercicio, pero el m�s agradable para �l, de todos Sus atributos.

Tambi�n tiene este motivo, que est� dentro de s� mismo, para glorificar a su Hijo, que es uno con �l. Qu� consuelo es esto; porque si, al mirar dentro de mi alma, no veo ninguna raz�n por la que Dios deba salvarme, no necesito mirar all�, ya que el motivo est� all�, en Su propio seno lleno de gracia.

3. Es digno de menci�n en este glorioso texto cu�n completo y universal es el perd�n. El Se�or barre en limpio todo el terrible mont�n de nuestros pecados. Nuestros pecados de omisi�n se han ido. Esos son los pecados que arruinan a los hombres. En el �ltimo gran d�a, el Juez dir�: "Tuve hambre y no me disteis de comer", etc. Los de la izquierda no fueron condenados por lo que hicieron, sino por lo que no hicieron.

Luego menciona los pecados reales. �Me has hecho servir con tus pecados�; pero �l los borra, las transgresiones y los pecados, ambas formas de maldad. Esta es la mism�sima helada y gloria de la absoluci�n del Evangelio. El creyente sabe que sus pecados no est�n en proceso de ser perdonados, sino que son perdonados en este momento. El perd�n es digno de menci�n por ser sumamente eficaz. Se describe como borrar.

Borrar es una forma muy completa de resolver una cosa. Si una cuenta ha estado en el libro mayor durante mucho tiempo y se extrae el bol�grafo, ya no permanece. Y luego marque la maravillosa expresi�n: "No me acordar� de tus pecados". �Puede Dios olvidar? Olvidar con Dios no puede ser una enfermedad, como lo es con nosotros. Olvidamos porque nuestra memoria falla, pero Dios olvida en el bendito sentido de que recuerda m�s el m�rito de Su Hijo que nuestros pecados.

II. EL EFECTO DE ESTE PERD�N DONDE VIENE CON PODER PARA EL ALMA. Las personas t�midas han pensado que el perd�n gratuito del pecado llevar�a a los hombres a entregarse a �l. Sin duda, algunos son lo suficientemente viles como para pervertirlo para ese uso, pero nunca hubo un alma que realmente recibi� el perd�n de Dios que pudiera encontrar en ese perd�n alguna excusa para el pecado o alguna licencia para continuar m�s tiempo en �l; pues todo el pueblo de Dios argumenta as�: ��Pecaremos para que la gracia abunde? Dios no lo quiera.

�C�mo viviremos m�s en �l los que estamos muertos al pecado? Al principio, la misericordia nos llena de sorpresa; luego, con santo pesar. Sentimos, �qu�, y es este el Dios contra el que me he enfrentado durante tanto tiempo? Luego crea en nosotros un amor ferviente. ( CH Spurgeon. )

Sometido por el perd�n

Hace muchos a�os en Rusia se amotin� un regimiento de tropas. Se encontraban a cierta distancia de la capital y estaban tan furiosos que asesinaron a sus oficiales y resolvieron no volver a someterse a la disciplina; pero el emperador, que era un hombre sumamente sabio y sagaz, tan pronto como se enter� de ello, solo y desatendido, entr� en el cuartel cuando los hombres estaban reunidos y, dirigi�ndose a ellos con severidad, les dijo: �Soldados, hab�is cometido tantos delitos contra la ley que todos merecen ser ejecutados.

No hay ninguna esperanza de misericordia para uno de ustedes a menos que deponga las armas inmediatamente y se rinda a mi discreci�n, su emperador ". Y lo hicieron all� y entonces, aunque las cabezas de sus oficiales yac�an a sus pies. Ellos arrojaron sus brazos y se rindieron, y �l dijo de inmediato: Hombres, los perdono; ser�n las tropas m�s valientes que he tenido ". Y ellos tambi�n lo estaban. Eso es exactamente lo que Dios le dice al pecador. ( CH Spurgeon. )

La sorpresa de la misericordia de Dios

Si tienes un perro en la mesa y le arrojas un trozo de carne, se lo traga directamente; pero si pusieras todo el porro en el suelo delante de �l, se dar�a la vuelta. Sentir�a que no puedes tener la intenci�n de darle un buen trozo de carne a un perro. No pensar�a en tocarlo; al menos, pocos perros lo har�an. Y me pareci� que el Se�or no pod�a haber querido decir todas las maravillas de Su amor por un perro como yo.

Estaba dispuesto a apartarme de �l por su grandeza. Pero luego record� que no estar�a bien que Dios tuviera poca misericordia. Era un Dios demasiado grande para gastar todo su poder en perdonar a los peque�os pecadores y conceder peque�os favores; y volv� a esto: que si Su gracia no fuera demasiado grande para que �l la diera, no ser�a tan tonto como para rechazarla debido a su grandeza. ( CH Spurgeon. )

Versículo 26

Ponme en memoria

"Hazme recordar"

I. TOMAR ALGUNOS AVISOS GENERALES DEL MANDO AQU� DADO. Este mandamiento, �Hazme recordar�, de ninguna manera supone que Dios ignore cualquier promesa, o ignore cualquier caso.

1. Es Su placer ver a un pecador reducido tan bajo que no tiene nada sobre lo que descansar, nada para suplicar excepto la promesa.

2. Dios llevar� al pecador a un estado tal que har� que la bendici�n del perd�n sea dulce cuando llegue.

3. La expresi�n en el texto evidencia la estricta conexi�n que existe entre los medios y el fin. Es la gracia la que aparece en las promesas, y es la gracia la que convence al alma de su necesidad de las bendiciones que contienen. Si se le induce a ver que estas promesas contienen toda su salvaci�n y todo su deseo, y que todo se imparte gratuitamente, esto har� que el coraz�n se llene de oraci�n y s�plica.

La oraci�n abre una comunicaci�n entre Dios y el alma. �Perdonar�; �No me acordar� de tu pecado� - esa es la promesa. �Hazme recordar� es el mandamiento. Es el privilegio de un alma agobiada por el pecado recordarle a Dios sus compromisos del pacto, presentar las promesas de Su gracia ante �l, defender el m�rito del sacrificio del Redentor, oponerse mutuamente a la miseria de la criatura y la misericordia de Dios. , para comparar nuestra pobreza con esa plenitud de gracia que revela el Evangelio.

En lugar de esperar calificaciones para obtener misericordia, debemos apoyar todo el peso de nuestro argumento en la gracia que brilla en la promesa, y que ser� grandemente honrada en el perd�n real de nuestras almas culpables.

II. OBSERVE LO QUE UN ALMA DESPIERTA TIENE QUE RECORDAR A DIOS.

1. El alma le recuerda a Dios su gracia y argumenta sobre su libertad.

2. La firmeza de sus promesas.

3. La preocupaci�n de la gloria de Dios en el perd�n y la salvaci�n de los pecadores.

III. ABRIR LA NATURALEZA DE LA DECLARACI�N QUE HACE ANTE EL TRONO DE LA MISERICORDIA. "Declara, para que seas justificado". La declaraci�n en la ley muestra la causa por la cual no se debe ejecutar el juicio. Debe haber una declaraci�n de justicia adecuada para nuestra justificaci�n ante Dios. Nuestra culpa nos hundir�a en las profundidades m�s bajas de la miseria si Dios no admitiera nuestra s�plica a trav�s de Jes�s. Tambi�n debemos declarar nuestra sincera aprobaci�n del m�todo de Dios de dispensar estos Sus favores. Inferencias

1. Vemos la raz�n por la cual Dios har� que las promesas de Su gracia sean suplicadas ante el Trono; no es para ayudar a su memoria, sino para ejercitar y animar nuestra fe.

2. Cu�n digno de compasi�n son los que pueden recordar cualquier cosa que no sea aquello que les concierne sobre todo atender.

3. �Alguno de ustedes ha suplicado las promesas, ha clamado por misericordia y gracia y, sin embargo, pareci� no encontrar ayuda? No te desanimes, aunque el Se�or espere, pero qu�date en �l, �l espera que �l sea m�s abundantemente misericordioso.

4. Considere qu� glorias est�n reservadas para ese mundo futuro, cuando todas las promesas se cumplir�n por completo. ( J. King, BA )

Una gran controversia

Estas palabras siguen inmediatamente a esa hermosa declaraci�n: "Yo, incluso yo, soy", etc. Descubriremos que nuestro texto tiene un gran significado cuando se lo toma en relaci�n con este dicho tan lleno de gracia.

1. No podemos dejar de comentar sobre la aparente extra�eza, que deber�a haber alguna apelaci�n a la raz�n o al argumento, cuando el asunto en cuesti�n es sin duda la gran doctrina de la expiaci�n. Aunque no hay una declaraci�n expresa de esta doctrina, nadie que est� familiarizado con el modo de salvaci�n designado, que ha sido el mismo en cada dispensaci�n, cuestionar� que la obra del Mediador se entienda t�citamente siempre que haya una promesa del perd�n de Dios. pecado.

Si esto est� impl�cito, qu� extra�o que Dios, tan pronto como se haya referido al plan de nuestra redenci�n, nos invite a razonar consigo mismo. Indudablemente, el esquema de nuestra redenci�n es tal como nunca podr�a haber sido imaginado, e incluso, cuando se revela, nos conviene m�s recibir reverentemente que investigar con curiosidad. Pero, sin embargo, es muy posible equivocarse en el otro lado: tener tanto miedo de permitir que la raz�n se entrometa en el plan de redenci�n. Existe toda la diferencia entre poder descubrir este plan y poder, cuando se descubre, determinar su excelencia y aptitud.

2. Deber�amos considerar que es una falsedad tan grande como podr�a alegarse contra el Evangelio si se dijera que no se recomienda al hombre exactamente como lo que necesita; de modo que, si lo recibe, debe recibirlo con la fuerza del testimonio externo, y no en absoluto en su conciencia de que satisface sus necesidades.

3. Se puede decir que el texto, que sigue una promesa de que el pecado ser� borrado, nos invita a un debate y propone, como tema de debate, la salvaci�n de los pecadores mediante la expiaci�n hecha por Cristo. Es Dios mismo quien ofrece suplicar del otro lado, si tomamos el de la extra�eza del Evangelio, su car�cter inexplicable como dirigido a seres tan circunstanciados como nosotros.

�C�mo se llevar� a cabo la discusi�n, o por qui�n se abrir� la discusi�n? No intentaremos dar los argumentos precisos de ambas partes, sino m�s bien resumir los hechos y declaraciones de la controversia. Suponemos que el hombre est� consciente de su condici�n perdida por naturaleza, y penetrado con tal sentido de los atributos de Dios que le proh�be esperar que el pecado quede impune bajo un gobierno como el Divino.

Y si un hombre en este estado se familiarizara con el Evangelio de Cristo, no querr�a nada m�s que evidencia de la verdad de este Evangelio; encontrar�a una evidencia adicional en la exactitud con la que satisfizo sus necesidades comprobadas. Por tanto, no hay nada de lo que rehuir el desaf�o del texto. Un perd�n, basado en una propiciaci�n, y seguido de santificaci�n, es lo que Dios propone como su plan de redenci�n; y nos invita a discutir ese plan con �l en persona.

Entonces, �qu� tienes que decir? Mientes bajo condenaci�n : �c�mo puedes ser perdonado cuando tienes que soportar un castigo? El esquema impone el castigo a otro. Eres de naturaleza depravada, inclinado al mal y, por lo tanto, no eres apto para la comuni�n con tu Hacedor :�C�mo pueden los como ustedes entrar en el reino de los cielos? El esquema prev� su completa regeneraci�n. Si todas las dificultades que la raz�n puede encontrar en el camino de la redenci�n residen en las necesidades del hombre o en los atributos de Dios, y si el plan de la redenci�n por medio de Cristo encuentra lo primero y da como resultado lo segundo, de modo que incluso la raz�n misma pueda percibir que satisface todas las necesidades humanas y no compromete la perfecci�n divina, �por qu� no permitir que, juzgando la raz�n misma, el Evangelio sea en todos los aspectos precisamente la comunicaci�n que conviene al caso?

4. Hasta ahora hemos limitado nuestra atenci�n al hecho de que es a una discusi�n o discusi�n a la que somos invitados por Dios, cuando est� a punto de presentarnos, de la forma m�s simple pero completa, Su gran plan de entrega. nosotros a trav�s de una propiciaci�n por el pecado. Pero las palabras finales de nuestro texto - "Declara, para que seas justificado" - parecen permitirte, si as� lo deseas, presentar cualquier excusa que puedas tener para no cerrar con la oferta misericordiosa de la salvaci�n por medio de Cristo. .

Sin embargo, podemos adoptar otro punto de vista, quiz�s igualmente justo, de la controversia, que nuestro texto indica, aunque no expone. Los vers�culos que siguen - "Tu primer padre pec�", etc., parecen implicar que los jud�os murmuraron sobre el trato de Dios con ellos; porque evidentemente Dios se est� reivindicando a s� mismo. Vengan todos los que piensan que Dios no los trata de ninguna manera, ac�rquense y defiendan su causa; es el Todopoderoso mismo quien dice: �Declara t�, para que seas justificado.

�Por lo tanto, no necesita dudar en expresar claramente todo lo que piensa y en expresar sus quejas. Usted insiste, puede ser, que su suerte sea de prueba y aflicci�n; que los problemas se multiplican m�s all� de su poder de resistencia, las tentaciones m�s all� de su poder de resistencia; que, nacido como eres con tendencias corruptas, colocado en un escenario donde hay todo lo que te incita a pecar, eres convocado a deberes que son manifiestamente demasiado arduos, y amenazados en caso de fallar con castigos que son manifiestamente excesivos y grave.

Bueno, no guardes nada; sean tan minuciosos como quieran al exponer la dureza de los tratos de Dios, ya sea individualmente con ustedes mismos o en general con la humanidad; y luego, habiendo defendido tu propia causa, escucha lo que dir� el Todopoderoso; es �l mismo quien te ha invitado a la controversia y, por lo tanto, cuando hayas insistido en todas tus quejas, guarda silencio para que se escuche la respuesta de Dios. Y s� lo que espera escuchar : espera una defensa tan elaborada como la acusaci�n.

Pero cuando escuchas la copiosa disculpa y la aguda contradicci�n, he aqu� que no se oye nada m�s que la hermosa promesa: �Yo, yo soy el que borro tus transgresiones por causa de m� mismo, y no me acordar� de tus pecados. " Si tiene algo que decir despu�s de tal promesa, d�galo; haga lo que pueda de su caso. Para que la promesa se tome como una respuesta suficiente a todo lo que se pueda instar.

Pero, �qu� tiene que ver esa promesa con el asunto? �C�mo termina la pol�mica? �Lo preguntas? O m�s bien, este simple pero muy gracioso anuncio de arreglos para el rescate completo de la humanidad de toda su miseria y toda su culpa, �no te hace sentir verg�enza de haber impulsado cualquier queja, y consciente de que en lugar de murmullos solo debes pronunciar alabanzas? !

5. Deseamos inculcarle una gran lecci�n: que es asunto suyo obedecer los mandamientos de Dios en lugar de explicar los tratos de Dios. ( H. Melvill, BD )

Una s�plica amorosa

Entiende mi texto, por parad�jico que parezca, como una genuina invitaci�n de un Dios misericordioso al m�s provocador de los hombres.

I. Nuestro texto aparece como UN RETO HUMILDE. Dios hab�a castigado a Israel a causa del pecado. Israel no se arrepinti�, sino que juzg� con justicia propia que el Se�or era severo y severo. �Ven, pues�, dice Dios, �ven y defiende tu pleito conmigo. Hazme recordar cualquier virtud de tu parte que se suponga que he pasado por alto. Si te he juzgado mal, si realmente no has descuidado Mi servicio y mi adoraci�n, que se rectifique el asunto. Si realmente tienes una justicia propia, recu�rdame �.

1. Mirando hacia atr�s, encontramos que el Se�or hab�a acusado a su pueblo de descuidar la oraci�n. �Pero t� no me invocaste, oh Jacob�. �sta es la acusaci�n que nos vemos obligados a presentar contra todos los hombres y mujeres inconversos. Quiz�s ofrezca una forma de oraci�n; pero eso no es nada si tu coraz�n no va con las palabras. Esto es m�s bien burlarse de Dios que realmente invocarlo. Pero ven ahora; Si hay alg�n error en este cargo, �ref�relo!

2. A continuaci�n, el Se�or le encarg� a Israel que no se hab�an deleitado en �l. "Te cansaste de m�, oh Israel". �Puedes negar esto? Si puede, est� invitado a declarar su inocencia ante el Se�or.

3. El Se�or tambi�n hab�a dicho que esta gente no lo honraba. �No me has tra�do los animales peque�os de tus holocaustos; ni me honraste con tus sacrificios �. Puede ser que no hayas presentado ninguna muestra de amor al Se�or en absoluto; o, por otro lado, puede que hayas tra�do sacrificios, pero no has honrado a Dios con ellos. Has dado para que se te conozca por dar, o porque otros lo hicieron, pero no con el fin de honrar a Dios.

Sin embargo, si es as�, si alg�n inconverso puede decir que, ya sea que coma o beba, o haga lo que haga, busca hacerlo todo para la gloria de Dios, esto deber�a ser conocido. Ser�a algo nuevo bajo el sol. En verdad, probar�a que el hombre estaba convertido y hab�a sido renovado en el esp�ritu de su mente por la gracia de Dios. Pero no es as�.

4. Adem�s, el Se�or acus� a Israel de que no lo amaban. �Me has hecho para servir con tus pecados�, me has hecho un esclavo de tu rebeld�a. �Me has fatigado con tus iniquidades�, la paciencia de Dios fue probada al m�ximo con su iniquidad desenfrenada. �No es esta acusaci�n tristemente cierta para muchos? Si no es as�, ahora tienes el desaf�o de reivindicar a tus personajes. No establezca una defensa mentirosa, sino diga la verdad.

6. El desaf�o que tenemos ante nosotros est� ocupado no solo con los caminos del hombre, sino con los caminos de Dios; porque el Se�or aqu� afirma de S� mismo: "No te hice servir con ofrenda, ni te cans� con incienso". Es decir, Dios no es un capataz duro. Los mandamientos de Dios son justicia esencial; no podr�as mejorarlos; ninguna ley puede ser m�s beneficiosa para nosotros que la que �l nos ha dado.

Si Dios los ha tratado como esclavos, d�galo y exprese su agravio en una conversaci�n solemne con Dios. Cuando Dios nos proh�be algo, es porque sabe que ser�a para nuestro da�o; y cuando Dios nos manda hacer algo, es porque sabe que es para el bien eterno de nuestra alma.

II. Espero que pueda seguirme mientras nuestra penitencia sugiere UNA VERSI�N MODIFICADA. Tomemos el texto como nuestra conciencia de culpa desea leerlo. Hay ciertas cosas que Dios con gran amor nos invita a traer ante Su memoria. Si no puede aceptar Su desaf�o y probar su rectitud personal, deje que los cargos permanezcan, con su silencio como un asentimiento a ellos; y ahora suplicale, y dale palmaditas en memoria de los asuntos que pueden servirte para tu turno y llevarte a tu perd�n.

1. Haz que el Se�or recuerde ese glorioso acto de amnist�a y olvido que en gracia soberana ha proclamado a los hijos de los hombres en el vers�culo anterior. Hecho esto, proceda a recordarle al Se�or sus pecados. Haga un reconocimiento abierto y sin reservas al Se�or. Confiesa esto tambi�n, que has continuado por tus pecados alej�ndote de Aquel que te invita a regresar y te promete una bienvenida bienvenida.

2. Cuando hayas hecho esto, si tu esp�ritu est� muy deprimido, y tu coraz�n se desespera por el sentimiento de tu culpa, entonces recuerda al Se�or la raz�n extraordinaria que �l da para perdonar el pecado : �Yo, incluso Yo soy el que borro tus transgresiones por causa de m� mismo �. Dile as� : "Se�or, no hay raz�n en m� por la que debas perdonarme, sino hazlo por ti mismo, por tu amor, por tu misericordia".

3. Cuando hayas llegado tan lejos en recordar a Dios, te aconsejo que Isa�as 43:21 el prop�sito y la intenci�n del Se�or revelados en Isa�as 43:21: �Este pueblo lo Isa�as 43:21 para m�; ellos manifestar�n mi alabanza �. Di: �Se�or, soy Tu pobre criatura. T� me hiciste; incluso mi propio cuerpo est� hecho de una manera maravillosa y maravillosa; y la cosa misteriosa que mora dentro de m� y que llamo mi alma, es tambi�n la criatura de Tu poder.

�No me has hecho para ti? �No deseas la obra de tus propias manos? �Se�or, ven y bend�ceme! Pecador como soy, y absolutamente indigno, sin embargo soy Tu criatura; no me arrojes al muladar. Si me perdonas, Se�or, �no podr�a yo alabarte?

4. Si eso no le facilita, retroceda un poco m�s en el cap�tulo hasta llegar a Isa�as 43:19 : �He aqu�, har� algo nuevo�, etc. �Abogue por esa declaraci�n publicada! Di: �Se�or, T� has dicho 'Har� algo nuevo' : ciertamente ser� algo nuevo si soy salvo. Me siento impulsado a aborrecerme de tal manera que, si alguna vez soy salvo, ser� una maravilla principal entre Tus milagros de gracia.

�Puede ser que puedas decir:� Se�or, he estado suspirando y llorando y gimiendo ahora por mes juntos, y no puedo encontrar paz. �Oh, si tan solo pusieras un c�ntico nuevo en mi boca, los dragones y los b�hos que me vieron en mi oscuridad abrir�n sus ojos y se asombrar�n, y honrar�n al Se�or Dios de Israel! Conozco a algunos que podr�an decir: �Se�or, llenar� todo el taller de asombro si me regocijar� en Jes�s. Todos mis amigos y compa�eros se asombrar�n de que yo sea feliz y santo por medio de la gracia soberana �.

III. Nuestro texto nos brinda algunas SUGERENCIAS PR�CTICAS. Si el Se�or dice: �Hazme recordar�, entonces ...

1. Est� muy claro que debemos recordar estas cosas nosotros mismos. �Oh, ustedes que no son salvos, recuerden los a�os en los que han vivido sin oraci�n! �Qu� maravilla que se les haya permitido vivir! A continuaci�n, recuerde, por su humillaci�n, lo cansado que ha estado de Dios. A algunos les instar�a a recordar largos a�os de negligencia en el servicio de Dios, con toda su mezquindad por la causa de Dios, toda su falta de amor a Dios, todas las muchas veces en las que endurecieron sus corazones, taparon sus o�dos y rehusaron. las advertencias e invitaciones de su Salvador.

2. Es hora de que comencemos ahora a suplicar a Dios. ( CHSpurgeon. )

Versículo 27

Tu primer padre ha pecado

El pecado de Israel

Su historia desde el principio es un tejido de pecados.

�Tu primer padre pec�, y tus mediadores se apartaron de m�. Por el primer padre, Hitzig, Knobel y otros entienden a Adam; pero Ad�n es el progenitor de la humanidad, no de Israel especialmente, y la culpa de Ad�n es la culpa de la humanidad, no de Israel. O se refiere a Abraham (Hofmann, Stier, Hahn y otros), o Jacob-Israel (Ewald, Cheyne, yon Orelli), que tiene m�s que ver con la naturaleza pecaminosa de la naci�n que surge de �l que Abraham (cf.

Deuteronomio 26:5 ). Los int�rpretes y mediadores en general ( 2 Cr�nicas 32:31 ; Job 33:23 ) son los profetas y sacerdotes, que se interponen entre Jehov� e Israel, y median en el intercambio de palabras y actos; incluso estos en su mayor parte han resultado infieles a Dios, cayendo presa de la magia imp�a y la adoraci�n falsa. Por tanto, el pecado de Israel fue tan antiguo como su origen; y la apostas�a ha estallado incluso entre aquellos que, por raz�n de sus oficios, deber�an ser los mejores y m�s santos. ( F. Delitzsch, DD )

Tu primer padre

A la falta de reflexi�n sobre la naturaleza humana no se le ha ocurrido que la humanidad pudiera haber sido introducida a nuestro mundo por otros medios que no sea por "haber nacido de una mujer". Cada ser humano podr�a haber sido una creaci�n distinta. Pero la constituci�n dada a los reinos vegetal y animal le fue dada tambi�n al hombre; y as� como las hierbas y los animales contienen la semilla de su propia especie, y se propagan entre s�, as� el hombre fue creado para ser �fruct�fero, multiplicarse y henchir la tierra.

Entre otras razones para esta constituci�n estaba la intenci�n de asegurar (a trav�s de las relaciones �ntimas y peculiares que implica) una poderosa influencia del hombre sobre el hombre. A juzgar por las relaciones conyugales, paternales y filiales, es evidente que Dios quiso que los hombres ejercieran una considerable cantidad y una gran influencia unos sobre otros. Pero si bien los lazos dom�sticos son los principales canales a trav�s de los cuales se transmite la influencia humana, existen otras fuentes de poder.

Talento extraordinario, circunstancias peculiares, gran seriedad y trabajos notables elevan a los hombres a la gu�a y el control de sus semejantes. La posici�n del primer hombre fue singular en muchos aspectos. Todos los dem�s de la especie humana han nacido unos de otros. Incluso Eva fue hecha de hombre. Solo Ad�n fue creado. Con excepci�n de Eva y Ad�n, todos los dem�s seres humanos han comenzado a existir como beb�s, y vivos, han pasado de la infancia a la ni�ez y la juventud a la edad adulta.

Y Ad�n fue el primero de la humanidad. Ad�n, adem�s, seg�n la constituci�n que le fue dada, y por el hecho de su creaci�n, fue el padre natural de la raza humana. Trataremos el tema discutiendo dos cuestiones.

I. � FUE AD�N PARA LA FAMILIA HUMANA M�S QUE SU PADRE NATURAL? Seg�n las declaraciones hist�ricas y doctrinales de las Escrituras, Ad�n sostuvo otra relaci�n m�s importante.

II. ADMITIENDO QUE AD�N ERA M�S QUE EL PRIMER PADRE DE LA FAMILIA HUMANA, �QU� ERA AL LADO? �Y QU� IMPLIC� ESTA RELACI�N? Como primer padre de la raza humana, y de acuerdo con las leyes con las que todos estamos familiarizados, Ad�n ejercer�a una gran influencia sobre toda su posteridad. Pero Adam fue m�s que el primer padre. El ap�stol Pablo lo llama, "la figura del que hab�a de venir", literalmente, el tipo.

Pablo declar� que Ad�n, en su conexi�n con la humanidad, era la forma, el ejemplo o el modelo de lo que Jesucristo iba a ser para los hombres redimidos; de modo que as� como Jesucristo es el representante p�blico y cabeza de los salvos de la humanidad, as� Ad�n fue el representante de la raza humana. �Qu� implic� la colocaci�n de Ad�n en esta posici�n?

1. Mediante este arreglo, toda la raza es probada o probada por un solo hombre.

2. Le agrad� a Dios suspender en el juicio de un hombre la vida y la muerte de la raza humana. La culpa de Ad�n debe ser siempre suya, no puede ser la de otro. El castigo de Ad�n debe descansar sobre su propia cabeza, eso no se puede transferir a su posteridad. Pero los resultados de la conducta de Ad�n iban a compartir con su posteridad. �Terriblemente responsable era la posici�n de Adam! Las razones de Dios para el orden de las cosas son insondables para nosotros.

Podemos considerar que la prueba de una raza en un hombre fue m�s simple que la prueba de cada individuo; podemos ver c�mo (Dios conociendo de antemano la apostas�a de la naturaleza humana) este modo de gobierno admiti� la introducci�n inmediata de otro y de un remedio. dispensaci�n - a�n as�, los caminos de Dios en esta dispensaci�n no se han descubierto. Se declara el hecho; y la raz�n de este arreglo debemos resolverla en la soberan�a de Dios.

Una lecci�n seria que no se aprende: el alcance de la responsabilidad parental. Sin duda, las cualidades morales, intelectuales y f�sicas son transmisibles. La debilidad y la enfermedad del cuerpo y las malas disposiciones del alma se transmiten de padres a hijos. No siembres, por tanto, para la carne. ( S. Mart�n. )

Versículo 28

Por tanto, he profanado a los pr�ncipes del santuario

Santos pr�ncipes

�Entonces profan� a los santos pr�ncipes, y entregu� a Jacob a la proscripci�n ya Israel a las injurias.

�� Santos pr�ncipes �son los jerarcas ( 1 Cr�nicas 24:5 ), las m�ximas autoridades espirituales a diferencia de las seculares. Su profanaci�n consisti� en ser arrastrados sin piedad a una tierra extranjera, donde ces� por necesidad su labor oficial. As� que a los l�deres religiosos les fue, y toda la naci�n, que llevaba los honorables nombres de Jacob e Israel, fue v�ctima de las maldiciones y las injurias de las naciones paganas. ( F. Delitzsch, DD )

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Información bibliográfica
Exell, Joseph S. "Comentario sobre "Isaiah 43". El Ilustrador Bíblico. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tbi/isaiah-43.html. 1905-1909. Nueva York.