Bible Commentaries
Isaías 52

El Ilustrador BíblicoEl Ilustrador Bíblico

Versículos 1-6

Despierto, despierto

Los elementos esenciales de la fuerza de una Iglesia

I. LOS ELEMENTOS CONSTITUCIONALES DE LA FUERZA. Utilizo la palabra constituci�n en un sentido leg�timo, ya que incluye tanto el credo como la pol�tica de una Iglesia.

1. El credo. As� como la vida de un hombre es el resultado de lo que cree o no cree, as� es precisamente la de la Iglesia. Pero, �no es la Biblia el credo reconocido de todas las iglesias? No; no m�s que las estrellas son astronom�a o las flores bot�nica. La Biblia es la fuente del credo de todos, pero no es el credo de nadie, por la sencilla raz�n de que la Biblia, como cualquier otro escrito, debe interpretarse; y en muchos puntos no puede ser interpretado de la misma manera por todos.

2. El gobierno. De ella tambi�n lo que es verdad del hombre es verdad de la Iglesia. Un ej�rcito es m�s fuerte que una turba.

II. ELEMENTOS ADMINISTRATIVOS. Pero una Iglesia no solo est� obligada a tener ciertas leyes constitucionales y de otro tipo, sino que tambi�n est� obligada a administrarlas con el doble prop�sito:

1. De protegerse contra la corrupci�n y la desintegraci�n.

2. Para que pueda cumplir eficazmente su misi�n de dar testimonio de Cristo, para lo cual fue divinamente llamado.

III. ELEMENTOS ESPIRITUALES DE FUERZA.

1. Paz. Debe haber batallas con el enemigo com�n, pero no batallas consigo mismo.

2. Unidad.

3. Cooperaci�n.

4. Pureza.

5. El Esp�ritu Santo. ( RV Foster, DD .)

El llamado de Dios a una Iglesia dormida

1. Este cap�tulo es un llamado de trompeta a la santidad. A Jerusal�n se le llama la ciudad santa y, sin embargo, el pasaje est� lleno de sus pecados. Ella era santa en la intenci�n de Dios. Por eso, no estamos llamados a ser famosos ni ricos, sino a ser santos.

2. Su condici�n se caracterizaba por:

(1) Relaciones imp�as con el mundo ( Isa�as 52:1 ). Los incircuncisos y los inmundos de en medio de ella.

(2) Servidumbre servil al mundo ( Isa�as 51:23 ). En el momento en que el mundo ve a los cristianos recurriendo a �l por placer o patrocinio, se vuelve un tirano sobre ellos.

(3) Total impotencia y desamparo. La figura de un �toro salvaje en una red� significa fuerza reducida al desamparo por peque�as cosas. Satan�s forj� cadenas de persecuciones en los primeros d�as, ahora intenta el "negocio de la red". Muchos cristianos no valen nada porque est�n atrapados en una red de peque�os compromisos con el mundo y con la conciencia. El �desmayo� (vers�culo 20) apunta a la impotencia de la Iglesia cristiana ante la presencia de los males morales y sociales del d�a.

(4) Estaban dormidos con todo.

3. El hombre que llam� "Despertad" a Sion, hab�a clamado previamente "Despertad" a Isa�as 51:9 ).

4. Despertar no es suficiente. Si no avanzamos m�s, volveremos a la indiferencia, a la rebeli�n oa la desesperaci�n. El llamado es "vest�os de vuestras fuerzas, vest�os de vuestras hermosas vestiduras". Prendas de alabanza, pa�o de celo, hermosa manta de humildad. En esto, el cristiano debe estar siempre ataviado, porque somos hijos de un Rey, y Dios quiere que siempre estemos vestidos de corte. ( C . Inwood ).

Despierta, oh Sion

"�Oh Sion!" Este es un caso en el que un lugar recibe el nombre de sus habitantes. Dejando lo local y temporal y particular en la referencia de estas palabras, procedemos a considerarlas como dirigidas por el Dios redentor a su Iglesia ahora, y como un llamado a los cristianos a despertarse y revivir, animarse y levantarse. en un estado de actividad inteligente y divina. Estas palabras asumen la presencia de vida en las personas a las que se dirige. Los llamados a despertar no est�n muertos, pero duermen; y duermen, en lo que respecta a la inactividad, como si estuvieran muertos.

I. CIERTOS OBJETOS DE VISI�N SON IMPORTANTES PARA LA IGLESIA DE DIOS, y para que estos puedan mantenerse a la vista, Dios dice: "�Despierta, despierta!" Entre los objetos que necesitamos ver hay cosas detr�s de nosotros; y las cosas que tenemos por delante; cosas que se presentan en la historia sagrada y en las promesas y profec�as inspiradas. Pero los objetos que ahora nombrar�a enf�ticamente, son objetos espirituales siempre existentes y siempre presentes: Dios nuestro �nico Padre, el Hijo de Dios nuestro �nico Salvador y el Consolador, que procede del Padre y del Hijo, especialmente el Hijo de Dios, como el resplandor de la gloria del Padre, y como la propiciaci�n que Dios ha establecido.

Las cosas que necesitamos ver son las cosas maravillosas contenidas en la Palabra de Dios, las cosas de Dios y del hombre, las cosas que acompa�an a la salvaci�n, las cosas de los �ngeles y los demonios, las cosas de Cristo, las cosas del mundo que nos rodea y por encima y por debajo de nosotros. . La Iglesia de Dios puede estar despierta para las cosas inferiores e inferiores, y puede estar dormida para estas cosas m�s elevadas, o, si no est� dormida, pero medio despierta, de modo que los hombres parecen �rboles que caminan.

II. CIERTAS FUENTES DE SUMINISTRO Y FUENTES DE PLACER Y MEDIOS DE AYUDA SON IMPORTANTES PARA LA IGLESIA DE DIOS, y para que estos puedan ser pose�dos, disfrutados y usados, Dios dice: "�Despierta, despierta!"

III. Si�n debe hacer una obra buena y divina, por eso Dios dice: "Despierta, despierta". Sion es como una madre que amamanta, con su coraz�n lleno de preocupaciones y sus manos llenas de trabajo. Sion es adoradora, y tiene el incienso de la oraci�n y los sacrificios de acci�n de gracias para proveer y ofrecer; Sion es una intercesora, y se espera que en la oraci�n incesante no guarde silencio ni d� descanso al oyente de la oraci�n; Sion es limosna, y se espera que, habiendo recibido gratuitamente, d� gratuitamente; Sion es una sierva del Dios Alt�simo, y est� obligada a hacer todo lo que sus manos encuentren para hacer con todas sus fuerzas.

Su obra es tan variada que Sion lo es como labradora, y como edificadora, y como viradora. Para el trabajo y el servicio, Sion est� divinamente dotada, ense�ada por Dios para que pueda ense�ar la piedad, consolada por Dios para consolar a otros, guiada por Dios para que pueda alzar su voz con fuerza y ??clamar a los perplejos y perdidos ". Este es el camino, andad por �l �. Hay dos objetos en la esfera de nuestro pensamiento actual, hacia los cuales la Iglesia de Dios requiere ser fiel y, por tanto, estar despierta.

1. Sus propias dotes.

2. Sus oportunidades.

IV. HAY BATALLAS QUE SION ES LLAMADA A LUCHAR, Y VICTORIAS A GANAR QUE SOLO SION PUEDE GANAR; por tanto, Dios ordena a Sion que despierte. Habiendo interpretado la voz, observemos algunas de sus caracter�sticas y caracter�sticas:

1. La voz que nos despertar�a es Divina. Es la voz de un gobernante para sus s�bditos, de un maestro para sus siervos, de un padre para sus hijos, de un redentor para sus redimidos.

2. La voz que quiere despertarnos es poderosa y llena de majestad, una voz, por tanto, que conmueve y que fortalece mientras conmueve a quien la escucha.

S. La voz que nos despertar�a tiene un tono de reproche. Parece decir: ��Qu�! �Si�n dormida! Si�n, �ya y recientemente vivi� de la muerte del pecado? Si�n, �qui�n puede ver a Dios y las cosas que son eternas? Si�n, �qui�n puede poseer las abundantes riquezas de la gracia de Dios? Si�n, �qui�n puede manejar como suyas las cosas que los �ngeles desean mirar? �Dorm�a Si�n en el d�a de su trabajo y en la hora de su conflicto?

4. Sin embargo, esta es una voz amable. Es una voz que corteja y gana mientras estimula y despierta.

5. La voz que clama: "Despierta, despierta", es la voz del Dios de Si�n. Hay grados de vigilia; y considerando que el texto nos llama a la m�s completa apertura de ojos y vigilancia, despert�monos a la orden de Dios. ( S. Mart�n .)

La Iglesia dormida

Mira este hecho solemne: �la Iglesia del Dios viviente dormida! Aqu� est�n aquellos que han sido vivificados de la muerte del pecado a una vida nueva, y que han sido llamados a caminar con el Dios viviente, dormidos. El pueblo que es llamado a trabajar en el campo del mundo y a trabajar en la vi�a del reino de los cielos, dormido. Las �nicas personas de las que se puede esperar razonablemente que est�n despiertas y completamente despiertas est�n dormidas.

Dormido, no en un sue�o saludable, oportuno y necesario, sino dormido en el sue�o del perezoso, o en el sue�o del borracho, o en el letargo de quien sufre atrofia o apoplej�a, o de uno en un desmayo fatal. ( S. Mart�n. )

�Qu� env�a a la Iglesia a dormir?

La bebida embriagadora de alg�n placer carnal pecaminoso, o el opio de alguna doctrina falsa, o la quietud de la inercia pecaminosa, o la oscuridad de la ignorancia acariciada, o la monoton�a de la formalidad, o la m�sica sin�rgica de la ense�anza falsa, ha hecho dormir a Si�n. . ( S. Mart�n .)

La Iglesia dormida

Por lo tanto, durmiendo, Sion no simpatiza con las circunstancias que la rodean, no ve los objetos dentro del rango de su visi�n, no siente las influencias que se mueven y act�an a su alrededor, no cumple con las afirmaciones hechas por esfuerzo, no disfruta de sus misericordias, ni toma posesi�n de su leg�tima herencia. ( S. Mart�n .)

La Iglesia: su fuerza y ??su debilidad

I. El texto es un recordatorio contundente del hecho de que LA IGLESIA DE DIOS, EN TODAS LAS EDADES, PUEDE TENER SUS TIEMPOS DE DEBILIDAD AS� COMO SUS TIEMPOS DE PODER. Cuando la Iglesia sali� por primera vez de Jerusal�n, un peque�o reba�o, esparcido de un lado a otro por la tormenta de la persecuci�n, era un tiempo de poder. Entonces no era m�s que un beb� de d�as, pero se convirti� en un gigante de fuerza. Fue un d�a de poder cuando la Iglesia de Cristo, como dijo Paul Richter, �sac� a los imperios de sus goznes y desvi� la corriente de siglos fuera de su cauce.

Pero pasan mil a�os, y una �poca de debilidad sigue a esta era de poder. El gigante duerme; su fuerza se desvanece; descansa en medio de los adornos escarlata y el blas�n dorado del papado, y parece haberse debilitado en una imbecilidad senil. Pero nuevamente lleg� un momento de poder cuando, en la ma�ana de la Reforma, la Iglesia escuch� el grito: "�Despierta, despierta!" y, brotando con renovada juventud, se revisti� de sus fuerzas.

Hubo un tiempo de debilidad cuando el fr�o del formalismo sigui� la pista de la Reforma y la Iglesia se hundi� en el coma de una par�lisis generalizada; de nuevo, cuando un romanismo disfrazado remach� sus grilletes; y a�n m�s cuando la apostas�a sociniana extendi� su plaga sobre Gran Breta�a. Pero luego llegaron tiempos de poder cuando la Iglesia se levant� con viva majestad para golpear al tirano con los grilletes rotos que se hab�an comido su propia alma; y de nuevo, tiempos de maravilloso avivamiento espiritual, cuando el llamado de Wesley y Whitefield, como la voz del profeta en el valle de la visi�n, pareci� despertar a los muertos.

�Por qu� estos per�odos de debilidad? El principio es claro: el poder divino y la fuerza humana deben trabajar juntos, cada uno en su esfera apropiada. Como el terror de los carros de hierro del enemigo paraliz� la fuerza de Jud�, de modo que, faltando la parte humana, se perdi� la victoria; as�, en la Iglesia, si sobreviene alguna causa para debilitar o hacer ineficaz la fuerza que Dios espera que demos, �l no se apartar� de Su plan, ni intervendr� para salvarnos de los resultados de nuestra propia debilidad, o para esc�ndenos del desprecio y la burla del mundo.

II. �CU�L ES LA FUERZA DE LA IGLESIA Y CU�NDO SE APAGA? En otras palabras, �qu� causas pueden sobrevenir para debilitarlo o dejarlo ineficaz?

1. El primer elemento de poder es el Evangelio, la Palabra, la verdad de Dios. Si la verdad de Dios es el instrumento de poder, y la parte humana de la obra es simplemente su manifestaci�n, entonces la fuerza de la Iglesia debe debilitarse siempre que el Evangelio se subordine a temas humanos.

2. Pasemos al segundo elemento del poder de la Iglesia: el ministerio. La Iglesia es un gigante; el Evangelio es el instrumento de su obra, el arma de su guerra. Pero, �qu� empu�a el arma? El brazo del gigante, este es el ministerio. No es un poder original inherente a s� mismo, sino un poder delegado. Este es el poder que, comenzando en Jerusal�n, avanz� en su misi�n de conquista, que hizo gritar a los paganos: "�Estos hombres que han trastornado el mundo tambi�n han venido aqu�!"

(1) El ministerio, como brazo de poder, puede debilitarse con una educaci�n superficial.

(2) El ministerio puede resultar ineficaz por un esfuerzo mal dirigido.

(3) El ministerio debe ser una fuente de debilidad en lugar de poder para la Iglesia, si no est� en simpat�a con el coraz�n de la gente y las almas de los hombres que perecen.

3. El tercer y principal elemento del poder de la Iglesia es el Esp�ritu Santo. Entonces, dado que el poder del Esp�ritu es la fuerza de la Iglesia, la falta del Esp�ritu es la debilidad de la Iglesia. Si la Iglesia no es una potencia eficaz y agresiva en el mundo es porque despoja o despoja de la fuerza del Esp�ritu. Esto se hace cuando subordinamos el Esp�ritu Divino a la agencia humana; cuando, por organizaci�n o por elocuencia humana, o por m�todos y aparatos, o dirigiendo la Iglesia sobre principios comerciales, buscamos efectuar aquello que es el oficio especial del Esp�ritu lograr.

Es de temer mucho que dejamos de lado la fuerza del Esp�ritu cuando la Iglesia, toda la Iglesia, el ministerio y el pueblo, no se dan cuenta de nuestra profunda y absoluta dependencia del poder del Esp�ritu para tener �xito en todo trabajo.

III. Escuchemos EL LLAMADO DE DIOS A LA IGLESIA DE PONERSE Y PONER SU FUERZA. �C�mo vestiremos esta fuerza? El poder con Dios, en su primer elemento, es el sentido de nuestra propia debilidad. �C�mo, entonces, nos vestiremos de fuerza?

1. De rodillas.

2. Revist�monos de la fuerza de la Palabra, como lo hizo el ap�stol, cuando rehuy� no declarar todo el consejo de Dios.

3. Pong�monos en la fuerza del ministerio, como lo hizo Pablo cuando sali� en la plenitud de la bendici�n del Evangelio de la paz.

4. Revist�monos de la fuerza del Esp�ritu, como lo hizo la Iglesia primitiva cuando fue investida con el poder de lo alto. Entonces nuestra obra ser� "poderosa, en Dios, para derribar fortalezas". ( WM Paxton, D. D. )

"�Despierta, despierta!"

Tomemos primero el p�rrafo central ( Isa�as 51:17 ). All� se habla de Jerusal�n como estupefacta por alguna poci�n embriagadora. Pero su embriaguez no es de vino ni de sidra; ha bebido de la mano del Se�or "la copa de su furor". Los profetas utilizan a menudo esta imagen de la copa de la ira de Dios bebida por aquellos sobre quienes desciende, infligi�ndoles la insensibilidad y la estupefacci�n con la que estamos demasiado familiarizados como efecto del consumo excesivo de alcohol.

Toda la ciudad ha sucumbido bajo el hechizo. Sus hijos se han desmayado y yacen esparcidos por todas las calles, como ant�lopes atrapados en las redes de los cazadores, de las que sus luchas no han podido librarlos. En medio de tales circunstancias, se presenta al siervo de Jehov�, que clama: ��Despierta, despierta! Lev�ntate, Jerusal�n, que bebiste de la mano de Jehov� el c�liz de su furor �. Hay otros sopor�feros adem�s de la ira de Dios: el aire de la tierra encantada; el l�udano de la compa��a maligna; las drogas del placer mundano, de la absorci�n en los negocios, de la seguridad carnal. El ej�rcito del Se�or es demasiado apto para despojarse de la armadura de la luz y resignarse a un sue�o pesado, hasta que la voz del clar�n le advierte que es hora de despertar.

I. EL LLAMAMIENTO DE SION A DIOS. ��Despierta, despierta! v�stete de fuerza, oh brazo del Se�or �.

1. El primer s�ntoma del despertar es un llanto. Es as� con un ni�o. As� sucede con el alma. Cuando Saulo de Tarso se convirti�, los vigilantes celestiales dijeron: "He aqu�, �l ora". As� ocurre con la Iglesia.

2. El grito en este caso se bas� en un error. Si hay variaciones en nuestra vida interior, es porque nuestra tasa de recepci�n difiere de vez en cuando. No es Dios quien duerme, sino nosotros. No es para Dios despertar, sino para nosotros. No es necesario que el brazo Divino se ci�a de fuerza, sino que el humano tome lo que est� a su alcance.

3. El grito es breve y serio. La seriedad es buena, aunque al principio pueda ir en la direcci�n equivocada.

4. La mejor base para nuestro llanto es la memoria del pasado. "�No eres t� el que cort� a Rahab ( es decir , Egipto)

en pedazos, que traspas� al drag�n �( es decir , del Nilo)

? Es bueno citar experiencias pasadas como argumentos a favor de la fe.

5. El brazo de Dios es fuerte ( Isa�as 51:13 ).

6. El brazo de Dios es de gran alcance. Por muy bajo que nos hundamos, debajo est�n los brazos eternos.

7. El brazo de Dios es tierno ( Isa�as 51:12 ).

II. EL LLAMAMIENTO A SION. Es una bendici�n despertar del sue�o. La vida pasa tan r�pido; la radiante gloria del Salvador puede perderse a menos que estemos alerta, o puede que no le demos la simpat�a que necesita, y se llamar� a un �ngel para que haga nuestro trabajo. Adem�s, el mundo necesita la ayuda de hombres que no le dan sue�o a los ojos ni a los p�rpados, pero que siempre est�n ansiosos por ayudarlo en su necesidad.

Estando despiertos, descubriremos dos conjuntos de atuendos que nos esperan. El primero es la fuerza, el otro la belleza; y cada uno tiene su contraparte en el Nuevo Testamento ( Efesios 6:1 ; Colosenses 3:1 ). Ponte toda la armadura de Dios. V�stete del Se�or Jesucristo, su temperamento, esp�ritu y car�cter.

1. Debemos ponernos nuestras hermosas prendas. No podemos tejer estos. No podemos sacar ese capullo de nuestra propia naturaleza, ni estamos obligados a hacerlo. Todos est�n preparados para nosotros en Jes�s; s�lo tenemos que pon�rnoslos, poni�ndonos a �l. Esto solo se puede hacer cuando el coraz�n est� libre.

2. Debemos ponernos fuerzas. No se nos pide que adquiera fuerza, o que la generemos con nuestras resoluciones, oraciones y angustias, sino que nos "pongamos". Ya est� preparado y solo aguarda su apropiaci�n.

3. Debemos esperar ser liberados del dominio del pecado. Se le hab�a ordenado a Babilonia que descendiera de su trono y se sentara en el polvo; A Jerusal�n se le ordena que se levante del polvo y se siente en su trono. ( F. B . Meyer, BA ).

Una llamada al esfuerzo

I. LAS CONSIDERACIONES QUE JUSTIFICAN ESTE RECURSO.

1. Es obvio que el pasaje asume la posesi�n de la fuerza suficiente para lograr el fin dise�ado. En cuanto al albedr�o eficaz, todas las cosas son de Dios. Con respecto a nuestra propia provincia, la de la acci�n instrumental, nuestra fuerza es amplia, aunque la conversi�n del mundo sea el objeto de ella. Pero, �en qu� consiste nuestra fuerza para la reconciliaci�n del mundo? La fuerza, en todos los casos, es la posesi�n de medios adecuados y suficientes.

Ahora bien, el medio de convertir a un pecador es la verdad del Evangelio. �La verdad divina est� adaptada y es suficiente para este fin? Hasta este punto, el testimonio inspirado es muy directo y expreso. Los hechos nos llevan al mismo punto. Si se debe intentar evadir el argumento, refiri�ndonos a la necesidad de la influencia divina, respondemos que la influencia divina es indudablemente necesaria para que el Evangelio tenga �xito.

Pero tambi�n es necesario que el uso de los medios tenga �xito en todos los dem�s casos. Si hay en nuestras manos medios adaptados y suficientes para lograr los triunfos universales del Evangelio, hay justicia manifiesta en el llamamiento conmovedor por el que somos impulsados ??a la acci�n. "�Despierta, despierta, v�stete de tu fuerza, oh Sion!" Las personas que responder�an a tal llamada: "�De qu� sirve decirme que trabaje? Es Dios quien debe hacer todo", se limitar�an a someterse a una severa reprimenda y a una acusaci�n directa de hacer su pretendida falta de el poder es un pretexto para su amor por la pereza.

2. El texto asume la existencia de un esfuerzo inadecuado. Es apropiado solo para un estado de indolencia y letargo comparativos. El lenguaje no exige un empleo parcial, sino total, de nuestros recursos. "V�stete de tu fuerza". El significado no puede ser menor que �ste: las escenas que est�n en perspectiva requerir�n sus mayores esfuerzos; la victoria ser� tanto como puedas ganar; pon en requisa, por tanto, todas tus facultades, y ejerce todas tus fuerzas.

II. LOS TEMAS POR LOS CUALES ESTA LLAMADA PUEDE SER APLICADA.

1. Observe el car�cter interesante del objeto a alcanzar. El final contemplado en el texto fue de inter�s personal y directo para las partes a las que se dirigi�. Sion fue llamada a esforzarse por sus propios triunfos. Fue para su restauraci�n a la tierra de sus padres que los exiliados adormecidos fueron llamados a despertar. Tambi�n debemos recordar que los triunfos del cristianismo son nuestros triunfos, y el crecimiento de la Iglesia es nuestro agrandamiento.

�Estamos dispuestos a que la Iglesia siga siendo peque�a y despreciada, o realmente deseamos verla vestida con la belleza celestial y el gozo de toda la tierra? Los intereses de Sion se identifican con los de un mundo culpable y perecedero. El avance de Sion se identifica con la gloria de su Se�or.

2. La proximidad de los resultados m�s benditos. Triunfos, e incluso nuestros �ltimos triunfos est�n a la mano. La perspectiva de �xito es uno de los estimulantes m�s naturales del esfuerzo.

3. La necesidad de esfuerzo para obtener los resultados esperados.

4. La suspensi�n real del asunto por nuestra obediencia. Sugiere el sentimiento animador de que las glorias finales de la Iglesia esperan su despertar, y solo eso. ( J. H . Hinton, MA .)

El deber de la Iglesia para con el mundo

En Isa�as 52:9 , del cap�tulo anterior, la Iglesia ora a Dios para que interfiera en su favor, para que ejerza su brazo omnipotente. En el vers�culo diecisiete, pide a la Iglesia que haga algo para lograr este objetivo. Y en mi texto, que est� relacionado con esa exhortaci�n, �l la repite: �Despierta, despierta, v�stete de tus fuerzas, oh Si�n�, etc. Si entonces, quisi�ramos tener el brazo del Se�or con nosotros en todo lo que hacemos. por Su causa, debemos hacer m�s que orar.

I. EL ESP�RITU QUE DIOS SE UNE A SU IGLESIA PARA EVINCE. El lenguaje del texto es metaf�rico y muy po�tico; pero nos inculca que nos vistamos:

1. Un esp�ritu de vigilia. La vigilia se opone a la indiferencia y la pereza.

2. Esp�ritu de agresi�n. �V�stete de tu fuerza, oh Sion�. �Con qu� prop�sito? Ciertamente para oponerse a sus enemigos; para hacer agresiones en el territorio del esp�ritu maestro del mal. �Y cu�l es la �fuerza� de la Iglesia, que debe ponerse! Consiste en una gran cantidad de influencias divinas. La "fuerza" de la Iglesia consiste en la sabidur�a espiritual y el valor espiritual. La �fuerza� de la Iglesia consiste en la alegre seguridad del amor de Dios para nosotros individualmente, en tenerlo �derramado en nuestros corazones por el Esp�ritu Santo que nos ha sido dado.

"El gozo del Se�or es tu fuerza". Y consiste en la comuni�n diaria con Dios. Regrese conmigo a los d�as pentecostales y vea c�mo actu� la Iglesia cuando estaba as� equipada. Ella "puso su fuerza", el anal avanz� con un esp�ritu de agresi�n.

3. Esp�ritu de piedad. "Ponte tus hermosas vestiduras, oh Jerusal�n, la ciudad santa".

(1) �Cu�les son las �hermosas vestiduras� de la Iglesia? Que el profeta exponga su propio lenguaje ( Isa�as 61:10 ). �stos deben �ponerse�, como en los d�as de matrimonio, como en los d�as festivos, como en los d�as de regocijo.

(2) Como las vestiduras son dignas y bellas, la Iglesia solo es bella cuando se viste as�. Son tambi�n para la defensa y la protecci�n, y en ellos, como en una guarnici�n m�vil, andamos, resistiendo las inclemencias del tiempo; y estos nos guardan contra las maldiciones de la ley de Dios y todos los males que resultan de nuestra miseria y miseria; Distinguen entre los sexos y denotan la estaci�n, por lo que las vestimentas de la Iglesia la distinguen del mundo.

(3) La Iglesia se pone estas vestiduras cuando se aplica a Cristo por fe y exhibe los frutos de Su salvaci�n en su vida y conducta. Nuestro Se�or as� lo interpreta: "Tienes algunos nombres, incluso en Sardis, que no han contaminado sus vestiduras". Y cuando la santidad y la fe se encuentran en el car�cter, �qu� hermoso es y qu� apto para la acci�n!

II. LOS EFECTOS QUE SER�N NECESARIAMENTE Y CIERTAMENTE RESULTAR�N SI LA IGLESIA OBEDECE EL JUICIO DE SU SE�OR.

1. La conversi�n de las almas. "No entrar�n m�s en ti incircunciso e inmundo"; met�foras descriptivas de la contaminaci�n que surge de un estado inconverso. No se encontrar�n almas no regeneradas dentro de sus fronteras. Este ha sido el resultado en todas partes.

2. La uni�n de los ministros del Evangelio. �Tus atalayas alzar�n la voz; con la voz juntos cantar�n.

3. La renovaci�n del mundo ( Isa�as 52:10 ). ( J. Sherman .)

La fuerza de la Iglesia

La fuerza es aquello que reside en un hombre, pero que no se exhibe sino en la medida en que se ejercita y produce resultados. Sus vestiduras, en cambio, son visibles para quienes lo miran; constituyen su apariencia exterior. De modo que este texto se refiere tanto a los poderes y capacidades interiores de la Iglesia de Cristo, como al aspecto visible que presenta al mundo. Sion tiene fuerza. La Iglesia tiene suficientes medios y poder a su disposici�n para llevar a cabo los prop�sitos para los cuales el Se�or la fund�. Esos prop�sitos son de formas diversas, pero tal vez se puedan resumir en la frase: impartir a los hombres el conocimiento de su Salvador.

I. Perm�tanme mencionar una o dos COSAS QUE SON BUENAS Y �TILES PARA SU OBRA CORRECTA, PERO DE LAS CUALES NO SE PUEDE DICHO QUE LA FUERZA DE SION MIENTE EN ELLAS.

1. El reconocimiento de la religi�n por parte del Estado y su establecimiento por ley. Encontramos, como cuesti�n de historia, que en muchos casos cuando el favor de los poderes gobernantes ha sido m�s decidido, la eficacia de la Iglesia para convertir a los pecadores y difundir el Evangelio ha sido d�bil y l�nguida; mientras que, por otro lado, algunos de los esfuerzos m�s en�rgicos y exitosos de Sion se han realizado sin ning�n apoyo de la autoridad secular, e incluso a pesar de su oposici�n.

2. Un ministerio activo. Hay dos aspectos de esta actividad: por actividad entiendo la diligencia en la predicaci�n, en la visita a los enfermos, en la celebraci�n de servicios, etc. Si el clero est� activo porque la gente es celosa, entonces est� bien: es una se�al de fuerza. Pero si el clero est� activo porque nadie m�s lo est�, entonces es una se�al de debilidad.

3. La multiplicaci�n de sociedades religiosas y otros mecanismos. Son cosas buenas, �tiles, necesarias. Pero con demasiada frecuencia se usan como excusa para servir a Dios por poder. La fuerza de la Iglesia reside en el celo por Cristo de sus miembros individuales.

II. �V�stete con las vestiduras de tu dignidad�, contin�a el profeta, �oh Jerusal�n, la Ciudad Santa�. LA APARIENCIA EXTERIOR DE LA IGLESIA DEBER�A SER TAL COMO COMANDAR LA ADMIRACI�N INCLUSO DE LOS QUE NO LE PERTENECEN. Podemos ejemplificar ...

1. El manto de justicia. El pueblo de Dios debe presentar inequ�vocamente el aspecto de un pueblo justo.

2. El manto de la unidad. Hay que confesar que los siervos de Dios no presentan al mundo el aspecto de un pueblo unido. No es simplemente la diferencia de opini�n lo que los separa: sino que hay calumnias, recriminaciones mutuas, tergiversaciones de motivos y conductas, sospechas, celos, esp�ritu de fiesta en todas sus formas horribles, que se combinan para rasgar y arruinar la hermosa prenda de hermandad en la que Jerusal�n deber�a estar vestida.

3. El vestido de adoraci�n. La Iglesia debe aparecer ante todos los hombres como una ciudad en la que se adora al Se�or, donde recibe la honra debida a Su nombre. La verdadera belleza de la santidad es la sincera devoci�n del pueblo, y el resultado natural de tal devoci�n, es decir, una ofrenda realmente unida de oraci�n y alabanza que asciende al trono de la gracia celestial . ( JC Rust, MA .)

Reca�das en la historia de la Iglesia

S�lo dos o tres siglos despu�s de la muerte del �ltimo de los ap�stoles, nos informa la historia, los cristianos apenas se distingu�an de los paganos. El Cris�stomo, de lengua dorada y esp�ritu espiritual, se iba a casa los domingos desde su p�lpito en Antioqu�a en Siria solo para llorar amargamente por la indiferencia de la Iglesia y su deserci�n de su primer amor. Uno solo tiene que echar un vistazo a la historia de la Iglesia durante la Edad Media para ver que, a trav�s de todos esos siglos oscuros, la Iglesia fue tan oscura como el mundo, pero un poco menos corrupta.

A la gente com�n universalmente se le prohibi� leer la Biblia, y no habr�a podido leerla si se les hubiera permitido hacerlo. Papas y cardenales, arzobispos y obispos y todas las clases bajas del clero ten�an pocas dudas m�s en cometer asesinatos, y todos los pecados del dec�logo, que en asistir a misa. Los Savonarolas que se pararon aqu� y all� y predicaron una moral mejor y un Evangelio m�s puro pueden contarse con los dedos de una mano. Y la Iglesia les manifest� su gratitud al quemarlos en la hoguera. ( RV Foster, DD .)

La Iglesia tenaz de su vida

La Iglesia, en raz�n del elemento celestial en ella, como un �rbol del bosque, tenaz de su vida; cuando el tronco viejo muere, una ramita fresca brota de sus ra�ces; y cuando �sta se pudre, otra rama fresca brota a su vez. Entonces Lutero y sus colaboradores, por la gracia de Dios, evocaron de la Iglesia muerta de la Edad Media un protestantismo fresco y vigoroso. De modo que Wesley y sus colaboradores evocaron de la muerte del anglicanismo posterior un metodismo todav�a fresco y vigoroso.

La Iglesia Presbiteriana de John Knox tambi�n envejeci� y ha tenido sus ramificaciones atl�ticas. �Despierta, despierta, v�stete de tu fuerza, oh Si�n�, y Si�n despu�s del despertar nunca es la Si�n del pro-despertar. ( RV Foster, DD )

El despertar de Sion

�Est� obsoleta la orden judicial? De ninguna manera. Y la Iglesia cat�lica de hoy est� en el juego de obedecerla. Notemos dos o tres indicaciones significativas:

1. Nunca en ning�n per�odo de la historia del mundo se ha estudiado la Biblia de manera m�s universal e intensa que ahora. Y su estudio est� lejos, muy lejos, de ser predominantemente hostil.

2. Como otra indicaci�n de este hecho, cito el viejo dicho: "En la uni�n hay fuerza"; especialmente es cierto cuando no faltan otros elementos esenciales de fuerza. En este d�a hay una visible tendencia a la uni�n.

3. Otro indicio es el r�pido progreso de la labor misionera. ( RV Foster, DD )

V�stete de tu fuerza, oh Sion

La fuerza de Sion

�Cu�l es la fuerza de Sion? La fuerza de cualquier comunidad est� principalmente en los individuos que la constituyen; de modo que la fuerza de la Iglesia de Dios est�, no del todo, pero antes que nada, en los miembros separados de ese cuerpo. La fuerza de Sion es tambi�n el poder de todos los principios religiosos. Es el poder de la fe, la esperanza y el amor; el poder de la paciencia, la perseverancia, el valor y la mansedumbre.

Hay fuerza en toda vida, y Sion vive con la vida rica, plena y eterna de Dios dentro de ella. El conocimiento es poder, y la Iglesia del Dios viviente tiene el tipo de conocimiento m�s elevado. Una fe firme es poder, y Sion tiene una fe fija y positiva. La confianza y la confianza son poder, y la Iglesia de Dios depende de Dios. La esperanza es poder y la esperanza de la Iglesia es un ancla segura y firme.

El amor es poder y la caridad piadosa nunca deja de ser. La paciencia, la perseverancia y el coraje son poderes, ante los cuales los obst�culos ceden y los peligros huyen, y la Iglesia de Dios est� entrenada para ser paciente, firme y valiente. La fuerza de Sion es el poder de ciertos agentes e influencias. La Iglesia tiene poder en su testimonio de la verdad, en su intercesi�n ante Dios y en su car�cter de levadura de la sociedad y sal de las naciones. La uni�n es fuerza donde la alianza es sabia y completa; donde el coraz�n simpatiza con el coraz�n y la mano se une en la mano. Procedemos a exponer las razones por las que Dios deber�a hablar as� a Su Iglesia.

I. DIOS LE OFRECE A SION QUE SE PONGA SU FUERZA PARA LA AUTO-MANIFESTACI�N. No para auto-aumento. La auto-magnificaci�n es desleal, traidora e imp�a; la automanifestaci�n es un deber sencillo ( Mateo 5:16 ). La Iglesia de Dios puede caminar, trabajar y perseverar; entonces, �por qu� parecer impotente e indefenso? Los fuertes vientos se hacen o�r. La fuerte luz del sol se hace sentir. La vida fuerte se manifiesta, ya sea en el reino animal o vegetal. Y la Iglesia, para ser escuchada, vista, sentida y conocida, debe ser fuerte.

II. DIOS OFRECE A SION QUE SE PONGA EN SU FUERZA PARA SER GLORIFICADO. Un hombre redimido es una nueva creaci�n y una hechura divina. Una congregaci�n de hombres creyentes, y toda la Iglesia visible, son la fundaci�n de Dios. Vosotros sois la labranza de Dios; sois edificio de Dios. Ahora bien, si parece la labranza como campo del perezoso, y como vi�a del hombre falto de entendimiento; si todo est� cubierto de espinos, y ortigas cubren su superficie, y su muro de piedra se derriba; si el edificio parece tener cimientos defectuosos, construcci�n imperfecta y enmarcado junto con mal material, el nombre de Dios, en lugar de ser honrado, ser� blasfemado ( 1 Pedro 2:9 ; Isa�as 43:21 ).

III. DIOS REQUIERE A SION QUE PONGA SU FUERZA POR SU PROPIO BIENESTAR. Si los poderes de la Iglesia est�n inactivos, disminuir�n. La fe del personal, si nunca se usa, se deteriorar�, etc.

IV. A SION SE LE REQUIERE QUE PONGA SU FUERZA PARA SATISFACER LOS RECLAMOS DE UN MUNDO PECADOR Y SUFRIMIENTO.

V. DIOS DIRIGE A SION QUE SE PONGA SU FUERZA PORQUE LA FUERZA LE HA DADO PARA PONERSE.

VI. �NO ES ESTE PONERSE DE FUERZA ES ESENCIAL PARA LA PAZ Y EL GOZO DE SION EN CUANTO A SU PROSPERIDAD EXTERIOR? ( S. Mart�n .)

Tu fuerza de Sion

Tu fuerza de Sion es la fuerza de la naturaleza humana. Es la energ�a masculina, la susceptibilidad femenina, la vivacidad de la infancia, el dinamismo de la juventud y la fuerza de la madurez. Es el poder del cuerpo, el alma y el esp�ritu, es el poder intelectual, la fuerza emocional y la fuerza moral. Es la fuerza de la humanidad regenerada, por tanto, poder espiritual y religioso; la fuerza del hombre redimido para Dios, y como redimido, aliado de Dios, habitado por Dios y fortalecido por la uni�n con Dios. La fuerza de Sion es la fuerza de todo lo que es la humanidad redimida, y de todo lo que est� dentro de la naturaleza humana cuando es regenerado y santificado por la gracia de Dios. ( S. Mart�n. )

Fuerza puesta por ser puesto

Si un hombre agota sus fuerzas, se reviste de fuerza, aparece vestido de fuerza como con un manto. Virgilio nos proporciona una ilustraci�n: Eneas visita Drepanum en Sicilia, y con varios juegos celebra el aniversario de la muerte de su padre. Se describen los combatientes con el cestus. Se atreve primero muestra su rostro con una fuerza prodigiosa, y se levanta en medio de fuertes murmullos de los espectadores.

Levanta su alta cabeza, presenta sus anchos hombros, blande los brazos y golpea el aire con los pu�os. Y Entellus acept� su desaf�o, se quit� el chaleco de los hombros, descubri� sus enormes miembros, sus grandes huesos y sus vigorosos brazos, y se puso de pie en medio del campo con una figura poderosa. De inmediato, cada uno de puntillas se puso erguido y, imp�vido, levant� los brazos en el aire. Dares y Entellus, mientras sacaban fuerza, se pon�an de fuerza.

Un trabajador y un atleta entrenado, cuando est�n dormidos o en reposo, aparecen vestidos de debilidad. Todos los m�sculos est�n relajados y las extremidades est�n inm�viles y aparentemente impotentes, como las partes de una estatua de m�rmol. Pero cuando el atleta est� involucrado en alg�n ejercicio corporal, o el trabajador maneja sus herramientas y levanta sus materiales, su apariencia es la de alguien dotado de poder. A medida que saca fuerza, pone fuerza, y no puede apagarla sin pon�rselo. Adaptando la expresi�n de la idea a la expresi�n com�n, podemos leer nuestro texto, "Extiende tus fuerzas, oh Si�n". ( S. Mart�n. )

Mandatos para ser fuertes

Mi texto armoniza con palabras frecuentemente dirigidas a Si�n y a sus hijos ( 1 Reyes 2:2 ; Isa�as 35:4 ; Isa�as 40:9 ; Isa�as 40:31 ; Hageo 2:4 ; Zacar�as 8:9 ; 1 Corintios 16:13 ; Efesios 6:10 ; 2 Timoteo 2:1 ). ( S. Mart�n .)

El llamado de Dios a ser fuerte

Que es interesante observar por el n�mero de voces que Dios habla en nuestro texto. Por el escozor de la conciencia cuando se niega la fuerza, y por el resplandor de la conciencia cuando se consagra la fuerza; por la amplitud del amor que requiere la ley de Dios, y por la profundidad del privilegio que proporciona el Evangelio; por la correcci�n administrada cuando estamos inactivos e inertes, y por la bienaventuranza que experimentamos cuando abundamos en la obra del Se�or, Dios continuamente dice: "V�stete de tus fuerzas, oh Si�n". ( S. Mart�n .)

Algunos elementos de la fuerza de la Iglesia

1. Solidez en la doctrina.

2. Pureza de vida entre los miembros de la Iglesia.

3. Esmerada organizaci�n para la obra de la Iglesia.

4. Fidelidad en el esfuerzo individual por hacer el bien.

5. Regularidad de asistencia a los servicios de la Iglesia.

6. Liberalidad pecuniaria.

7. Unidad entre los miembros.

8. Un esp�ritu de oraci�n.

9. Una fe permanente en la presencia de Dios con la Iglesia. Donde estos se encuentren, la Iglesia ser� fuerte. ( D. inviernos .)

Los elementos de la fuerza de la Iglesia

I. LA GRANDEZA DE SUS OBJETIVOS. Grandes objetivos entusiasmaron a grandes almas, y la Iglesia propuso la conquista del mundo para Cristo.

II. EL PODER INIGUALABLE DE LA VERDAD CRISTIANA, que puede ser ilustrado por las doctrinas distintivamente cristianas de nuestra ruina moral, la redenci�n a trav�s de un Salvador divino-humano, la posibilidad de una vida regenerada y la bendici�n de una esperanza inmortal.

III. Pero estas doctrinas necesitaban una voz; por lo tanto, otro elemento de la fuerza de la Iglesia es UNA MEMBRES�A TESTIGO. Todos los cristianos pueden testificar de la verdad por el testimonio de los labios, y tambi�n por el silencioso pero potente ministerio de la vida.

IV. Otra fuerza poderosa al servicio de la Iglesia es UNA PROVIDENCIA COOPERATIVA.

V. LA DOTACI�N DEL ESP�RITU SANTO. ( Bp. WX Winde. )

El punto supremo de energ�a

Los hombres pueden ponerse en acci�n. No podemos vivir continuamente en �xtasis; debemos vivir debajo de nosotros mismos, por as� decirlo, o la vida se convertir� en un dolor y un fracaso. Sin embargo, vamos a tener per�odos de esfuerzo especial, horas de �xtasis, momentos de inspiraci�n y un sentido de poder m�s all� de todo lo ordinario. Hay m�s poder en el hombre del que �l puede ser consciente, y debe indagar qu� objetos y actividades son dignas de su devoci�n entusiasta.

Conduzca un caballo desde su casa, y en el transcurso del d�a mostrar� un cansancio que puede considerar como un signo de agotamiento total; pero voltea la cabeza hacia su casa y mira el cambio que se produce. �Con qu� ganas corre! �Con qu� rapidez! �Se ha "puesto su fuerza"! Trabaja para una persona que no es tu favorita, y las manos pronto se cansan: todo esfuerzo es un cansancio para la carne, todo pensamiento desgasta la mente; por otro lado, servir a una persona amada, etc.

Emprenda cualquier compromiso que no despierte el inter�s del coraz�n, y cu�n pronto se vuelve fastidioso. La madre atiende a su hijo enfermo y se pregunta c�mo puede soportar tanto. El misterio est� en el amor. Somos fuertes cuando trabajamos en la direcci�n de nuestra voluntad. Donde la voluntad es correcta, la fuerza se impondr�. La cuesti�n no es de m�sculo sino de prop�sito. �Qu� objetos, entonces, son dignos de �todas nuestras fuerzas, toda nuestra mente y todo nuestro coraz�n�? Podemos obtener la respuesta tanto negativa como positivamente.

I. NING�N OBJETO QUE SE APOYA EN ESTE MUNDO S�LO ES DIGNO DE LA SUPREMA ENERG�A DEL HOMBRE. Incluso en los asuntos seculares trabajamos seg�n las leyes de la proporci�n y la adaptaci�n. Si un hombre empleara una m�quina de vapor para sacar un corcho, deber�amos acusarlo con justicia de desperdiciar energ�a. Si un hombre pasaba sus d�as y sus noches tallando piedras de cerezo, deber�amos decir que estaba desperdiciando su vida. Tenemos un ahorro com�n - "el juego no vale la pena" - que muestra que en los asuntos comunes reconocemos la ley de la proporci�n, y la ley de los resultados determina el valor de los procesos.

Si, entonces, en lo m�s bajo, �cu�nto m�s en lo alto! �Piense en un ser como el hombre que se pasa la vida escribiendo su nombre en el polvo! Hay un �xito que no merece la pena conseguir. Supongamos que un hombre obtiene todo el dinero que pueda acumular; toda la fama; todo el lujo - �a qu� se refiere?

II. LOS OBJETOS ESPIRITUALES SON �NICOS DIGNOS DE LA SUPREMA ENERG�A DEL HOMBRE. "Amar�s al Se�or tu Dios con todo tu coraz�n", etc.

1. Son afines a su propia naturaleza.

2. Tocan cada punto de su ser.

3. Lo preparan para la solemnidad y el servicio del futuro. �Infinitas son las perspectivas del pensador espiritual! �Su biblioteca, el universo! �Sus compa�eros, los �ngeles! �Su Maestro, Dios! Ante tales perspectivas, �c�mo se agota el tiempo y c�mo la tierra pasa como una corona de humo! El pensador espiritual es independiente de todas las influencias que componen el peque�o mundo del materialista: su ciudadan�a est� en el cielo.

III. EL HECHO DE QUE LOS OBJETOS ESPIRITUALES SOLAMENTE SON DIGNOS DE LA ENERG�A SUPREMA DEL HOMBRE DEBE IMPULSAR A UNA ACCI�N DECISIVA. V�stete de tu fuerza

1. Porque el tiempo es corto.

2. Porque el enemigo est� alerta.

3. Porque el Maestro es digno. El texto se dirige a una llamada a la Iglesia. La llamada es a la actividad. El que da la llamada dar� la gracia. La Iglesia no debe ser d�bil y vacilante; es ser fuerte, valiente, heroico. Aquel que puede prescindir de la ayuda del m�s fuerte se complace graciosamente en aceptar el servicio de los m�s humildes. ( J. Parker, DD .)

El esfuerzo da fuerza

I. PONERSE FUERZA POR LA VIGILANCIA. Una vida dormida resulta en muerte moral.

II. PONGA FUERZA POR ACTIVIDAD. La actividad imparte fuerza f�sica. S�lo tenemos que mirar el m�sculo compacto y anudado del antebrazo del herrero. El pecho del remero se expande por sus esfuerzos. El luchador experimentado agarra con un agarre f�rreo las extremidades de su oponente. Incluso un Sans�n se despoja de su destreza al recostarse en el regazo de un Dalila. Adquirimos fuerza intelectual manteniendo las fuerzas cerebrales en constante movimiento. Pero sobre todo la naturaleza moral y espiritual se fortalece con el ejercicio. Grande es el poder del h�bito. Es una especie de segunda naturaleza y es el gran resultado de actos repetidos.

III. PONGA FUERZA POR EL DESARROLLO. �Eres solo una ca�a cascada, v�stete de tu fuerza! Si tienes un solo talento, ponlo a la usura. La fuerza moral y espiritual puede desarrollarse hasta la �ltima hora de la vida de un Matusal�n, y la eternidad no ser� m�s que una esfera m�s amplia para la ampliaci�n de los vastos poderes del alma.

IV. PONGA FUERZA CON ALEGR�A. La alegr�a engendra fuerza y ??la fuerza aumenta la alegr�a.

V. PONERSE FUERZA CON ESPERANZA. Los desesperados son d�biles; pero los esperanzados son fuertes. Me esforzar�, es el lenguaje inspirador de los esperanzados. La Iglesia bien puede tener esperanzas, porque la promesa de Dios se da para animarla.

VI. PONGA FUERZA CON LA ORACI�N UNIDA. Los tiempos pr�speros de la Iglesia son los tiempos de oraci�n. El hombre que ora es el hombre fuerte. ( W. Burrows, BA .)

Fuerza aumentada con el uso

Una dama estaba mirando a un alfarero en su trabajo, cuyo un pie se manten�a con �velocidad constante girando a una rueda r�pida�, mientras que el otro descansaba pacientemente en el suelo. Cuando la se�ora le dijo, en tono comprensivo: "�Qu� cansado debe estar tu pie!" el hombre levant� los ojos y dijo: �No, se�ora; no es el pie que trabaja el que est� cansado; es el pie el que se sostiene. Eso es todo." Si quieres mantener tu fuerza, �sala; si quiere cansarse, no haga nada. ( Presupuesto cristiano .)

El peligro de la inacci�n

A veces se ve un im�n en el laboratorio de un qu�mico, suspendido contra una pared y cargado con pesas. Preguntamos la raz�n y el cient�fico responde: �El im�n estaba perdiendo potencia porque no se hab�a utilizado durante alg�n tiempo. Estoy restaurando su fuerza d�ndole algo que hacer ". ( Cr�nica de la Escuela Dominical .)

Versículo 2

Sacudete del polvo

Pecado como polvo

Muy a menudo son lo que llamamos peque�os pecados los que estropean la belleza de la Iglesia.

Son como polvo. El polvo llega imperceptiblemente, se asienta tan silenciosamente, que ni un insecto lo oye caer; es causado por nuestras pasatiempos ordinarios y no por eventos excepcionales; y si se descuida por mucho tiempo, se vuelve m�s y m�s espesa, hasta que todo lo que es bello y bello se pierde. �Sac�dete del polvo�, etc . ( A . Rowland, LL.B ).

"Lev�ntate y si�ntate, Jerusal�n"

M�s bien, lev�ntate, si�ntate, Jerusal�n. Cuando Vespasiano hubo sometido a Judea, se sell� el dinero con una mujer sentada en el polvo, con esta inscripci�n, "Judea subacta". ( J . Trapp .)

Versículo 3

Porque as� dice el Se�or: De balde os hab�is moldeado

Vendido por nada; canjeado sin precio

�Os hab�is vendido de balde.

"No obtuviste nada, ni

I. Dios considera que cuando ellos por el pecado se vendieron a s� mismos, �l mismo, que ten�a el t�tulo anterior, es m�s, el �nico t�tulo sobre ellos, no aument� Su riqueza por el precio ( Salmo 44:12 ). Ni siquiera pagaron sus deudas con �l. Los babilonios no le dieron gracias por ellos, sino que m�s bien reprocharon y blasfemaron su nombre por ese motivo; y por lo tanto, habi�ndote tenido durante tanto tiempo para nada, al fin te devolver�n por nada; ser�s redimido sin precio, como fue prometido (cap. 45:13). ( M. Henry .)

Vendi�ndose a s� mismo por nada

No parece haber sido algo inusual entre los jud�os de la antig�edad que un hombre hundido en deudas y dificultades, y reducido a la extrema pobreza, se vendiera a s� mismo o sus acreedores lo vendieran como fiador por un tiempo determinado. de a�os. Parece haber una alusi�n a esta circunstancia en el texto que tenemos ante nosotros. En su sentido estricto y primario, se relaciona peculiarmente con la naci�n de los jud�os, quienes por un largo curso de conducta malvada y rebelde se hab�an vendido a s� mismos, por as� decirlo, en manos de sus enemigos; es decir, su maldad hab�a sido la causa inmediata de que Dios los entregara a las manos de los babilonios, quienes los hab�an reducido a la esclavitud abyecta.

Y se dice que se vendieron a s� mismos �por nada�, en la medida en que no hab�a nada en los frutos y las consecuencias de su pecado para compensar el estado miserable al que los hab�a reducido. ( A . Roberts, MA )

Canjeado sin dinero

�Cumpli� el Se�or Su palabra? S�; porque, despu�s de haber permanecido en su servidumbre durante el tiempo que Dios hab�a designado para durar, �l despert� el esp�ritu de Ciro, un rey pagano, para liberarlos. �Y en qu� condiciones? Los exiliados cautivos suelen pagar caro su liberaci�n. Pero, �qu� suma pidi� Ciro cuando les dio la libertad a los jud�os? Nada en lo absoluto. Literalmente los envi� a casa sin la m�s m�nima recompensa; sin requerir ni esperar nada de sus manos. "Fueron redimidos sin dinero". ( A. Roberts, MA )

Acusaci�n y promesa

Una redenci�n, mucho m�s preciosa que la redenci�n temporal de Israel de su esclavitud babil�nica, debe considerarse como aqu� se insin�a.

I. LA HORRIBLE ACUSACI�N. Es doble.

1. Que nos hemos vendido. La figura aqu� empleada se usa en otros pasajes de las Escrituras para expresar la conducta del pecador al abandonarse al servicio de Satan�s. As� se dice de Acab: "Se vendi� a s� mismo para hacer lo malo ante los ojos del Se�or"; y del pueblo que gobernaba, "se vendieron a hacer lo malo ante los ojos del Se�or para provocarle a ira". S t.

Pablo adopta una expresi�n similar, en referencia a s� mismo: "La ley es espiritual, pero yo soy carnal, vendido al pecado". En todos estos lugares, la idea bajo la cual se describe la conducta de los pecadores es la de un hombre que se vende a s� mismo como esclavo. Y bajo esta culpa estamos todos incluidos.

2. Que nos hemos vendido "de balde".

(1) Mire los incentivos de nuestros pecados, los motivos que nos llevaron a cometerlos. �Oh, cu�n a la ligera y cu�n barato nos hemos entregado al servicio de Satan�s! No ha necesitado, como en el caso de nuestro Se�or, prometer todos "los reinos del mundo y la gloria de ellos"; no ha necesitado tentarnos con grandes ofertas o cebos de oro.

(2) Mire nuevamente las consecuencias de nuestros pecados. Ha habido muchas ocasiones, sin duda, en las que hemos cometido pecado con la expectativa de obtener alguna gran ventaja con ello. �Pero cu�l ha sido el precio? Amarga decepci�n, dolor, dolor, angustia y, al final, muerte eterna. Tales han sido los �nicos frutos que los hombres han obtenido de sus pecados.

II. LA PROMESA O PROPUESTA M�S GRACIOSA. "Ser�is redimidos", etc. "Tan libremente como ustedes se han entregado a la ruina, tan libremente estoy listo para librarlos de esa ruina". Considerado as�, �de qu� manera sorprendente nos presenta mi texto las riquezas de la gracia de Dios hacia un mundo arruinado! Pero para comprender este asunto con mayor claridad, �mire la Cruz de Jes�s! ( A. Roberts, MA )

Venta propia

El mundo entero es un emporio; la compra y la venta est�n sucediendo en todas partes. El texto se refiere a la venta de uno mismo.

I. Es la VENTA m�s COM�N en el emporio del mundo. �Qu� quiero decir con yo? No el cuerpo, no el mero conjunto de facultades intelectuales, sino la conciencia, el ego moral , el "hombre interior", aquello que trabaja las facultades y que vivir� cuando el cuerpo sea polvo. Ahora, los hombres est�n vendiendo esta virilidad por una variedad de cosas.

1. Por placer. El voluptuoso y el libertino lo han vendido, y se ha adentrado en el lodo de la sensualidad.

2. Por riqueza. El mundano lo ha vendido y se ha ido a la comida miserable.

3. Por la fama. El aspirante a honores y distinciones mundanas lo ha vendido y se pierde en la corriente de la moda.

II. Es la VENTA m�s TONTA del emporio del mundo. "Vendidos por nada". El hombre que lo ha vendido mucho placer, �qu� tiene? "Nada." �Qu� es el placer sensual sino el placer de los animales en el mejor de los casos? y esto se desgasta a medida que decae la vida animal. "El deseo deja de ser". El hombre que lo ha vendido a cambio de riquezas, �qu� tiene? Eso que pronto "tomar� alas y volar�". "�De qu� le servir� al hombre?" etc.

El hombre que lo ha vendido por la fama, �qu� tiene? Aquello que, si es arom�tico hoy, puede ser un hedor ma�ana, y nunca en ning�n momento satisfactorio. Charles Lamb ten�a fama, �y qu� dijo? "Camino arriba y abajo, pensando que soy feliz, pero sabiendo que no lo soy".

III. Es la VENTA m�s INJUSTA del emporio del mundo. Ning�n hombre tiene derecho a vender su alma. �Todas las almas son M�as�, dice Dios. La raz�n dice que no tienes derecho a vender tu alma; no eres autoproducido ni autosuficiente. La conciencia dice que no tienes derecho a vender tu alma; mientras lo cambias, gime condenaci�n. Dios hizo el alma para investigar sus obras, adorar su car�cter y servir a su voluntad. ( Homilista .)

El hombre no se regenera y se regenera

I. �CU�L ES LA CONDICI�N DE LA HUMANIDAD CUANDO NO EST� REGENERADA? En un estado de pecado, el texto nos ha representado vendi�ndonos a nosotros mismos por nada; donde cada palabra es enf�tica y lleva un aguij�n peculiar.

1. Nos comprometemos a realizar un trato en el que no tenemos propiedad en lo que exponemos a la venta. Lo que el profeta aqu� nos acusa de exponer a la venta es a nosotros mismos; y esto, en otras palabras, implica nuestras almas, con todo el inter�s que tienen en otra parte dependiendo de nuestro comportamiento. Ahora bien, en estos nuestra propiedad es estricta y verdaderamente derivada y prestada; fue Dios quien nos hizo, y no nosotros mismos; y todas las facultades y todos los poderes que nos ha confiado se emplean perjudicialmente siempre que van en contra de su voluntad y placer.

2. Consideremos lo que estamos haciendo cuando nos vendemos a nosotros mismos. Nuestras almas, que fueron hechas para ser inmortales, son las cosas que estamos intercambiando en este necio trato. Y una vez que nos separamos de ellos, �qu� no dar�amos a cambio de ellos, para tenerlos de nuevo y salvarlos?

3. La insensatez se ve agravada a�n m�s por la consideraci�n con la que somos inducidos a este miserable trato. Porque el texto nos ha acusado de "vendernos a nosotros mismos de balde".

II. �CU�NDO REGENERAR? Lo que Cristo ha hecho por nosotros en el asunto de nuestra redenci�n, al cancelar la escritura que estaba en contra nuestra, fue de su parte gracia y generosidad. Siendo nuestra redenci�n condicional, procedemos a considerar los t�rminos a los que se limita.

1. Arrepentimiento de obras muertas.

2. Fe.

3. Una obediencia sincera seguir� naturalmente. ( N. Marshall, DD .)

La ruina y la recuperaci�n del pecador

I. LA DECLARACI�N SOLEMNA.

II. UNA PROMESA GOZOSA. "Y ser�is redimidos sin dinero".

1. Esta redenci�n no podr�a efectuarse por medios humanos.

2. Tampoco esta redenci�n es provista por la ley que el pecador ha transgredido.

3. Debe realizarse de una manera que asegure el honor de la ley divina, as� como la salvaci�n del pecador. Hay redenci�n por precio y redenci�n por poder, y cada uno se adapta a nuestro estado.

4. Cristo efectu� la redenci�n del hombre a un gran precio. "Ser�is redimidos sin dinero". As� como la miseria a la que estaba expuesto el pecador era infinita, su liberaci�n requiri� medios infinitos.

5. El efecto de estos sufrimientos es nuestra redenci�n del cautiverio y la liberaci�n de la maldici�n de la ley. Por tanto, por la fe en el sacrificio del Salvador se obtiene la liberaci�n. ( Ayuda para el p�lpito ).

Ser�is redimidos sin dinero

La bajeza de la redenci�n moral

Las redenciones, sociales, comerciales y pol�ticas, son generalmente cosas muy costosas. Se han sacrificado millones de vidas y se han gastado incalculables tesoros de oro para redimirnos de la esclavitud temporal. Pero la verdadera redenci�n moral, la redenci�n del alma del error a la verdad, del ego�smo a la benevolencia, del diablo a Dios, es barata. "Sin dinero."

I. LOS MEDIOS DE REDENCI�N MORAL NO COSTAN NADA.

1. Tienes a Cristo por nada, �l se ha entregado a s� mismo.

2. Tienes la Biblia por nada.

3. Tienes el Esp�ritu por nada. Ning�n hombre puede excusarse de su esclavitud moral bas�ndose en que es demasiado pobre para obtener los medios de redenci�n.

II. EL TRABAJO NO INVOLUCRA SACRIFICIO. Todo esclavo moral debe trabajar si quiere ser libre, no hay emancipaci�n moral independientemente del esfuerzo individual. Cada cautivo debe dar algunos golpes fuertes antes de que sus cadenas se rompan. Pero en esta obra no hay ning�n esfuerzo que implique sacrificio secular. No tiene por qu� impedir que un hombre persiga sus ocupaciones ordinarias. Tambi�n puede ejercitar su libertad, si no mejor, cuando cultiva su granja, ejerce su artesan�a, persigue su mercanc�a, como solo en su habitaci�n de rodillas.

III. LAS LUCHA CONDUCEN A LA PROSPERIDAD TEMPORAL (Mt 1 Timoteo 4:8 ). ( Homilista .)

Versículo 5

Mi nombre continuamente todos los d�as es blasfemado.

Dios lamentable, pero indignado

1. Los cautivos est�n tan desanimados que no pueden alabarlo; pero, en lugar de eso, est�n continuamente aullando, lo que lo entristece y conmueve Su piedad.

2. Los nativos son tan insolentes que no lo alabar�n; pero, en lugar de eso, est�n continuamente blasfemando, lo que lo afrenta y mueve su ira. ( M. Henry .)

Blasfemia

I. SU NATURALEZA.

II. SU CULPA.

III. SU TERRIBLE PREVALENCIA.

IV. SU CIERTA CASTIGO. ( J. Lyre, DD )

Blasfemar el nombre de Dios

I. �QU� SIGNIFICA EL NOMBRE DEL SE�OR? Sus perfecciones, t�tulos, etc.

II. LAS DISTINTAS FORMAS EN LAS QUE SE BLASFEMA.

1. Negando Su existencia ( Salmo 10:4 ; Salmo 14:1 ; Salmo 53:1 ).

2. Negando Su soberan�a ( Job 21:14 ; �xodo 5:2 ).

3. Negando Su verdad ( G�nesis 3:4 ; Isa�as 36:15 ; 2 Pedro 3:3 ).

4. Negando Su poder ( 2 Reyes 7:2 ; 2 Reyes 18:30 ; 2 Reyes 18:32 ; Salmo 78:19 ).

5. Negando Su omnipotencia y omnisciencia ( Job 22:13 ; Salmo 10:11 ; Salmo 73:11 ; Salmo 94:7 ; Isa�as 29:15 ; Ezequiel 8:12 ).

6. Al acusarlo de injusticia ( Jeremias 12:1 ; Ezequiel 18:25 ; Malaqu�as 2:17 ; Malaqu�as 3:15 ).

7. Murmurando contra Sus dispensaciones ( Isa�as 45:9 ; �xodo 14:11 ).

8. Por falsos juramentos, juramentos y maldiciones, etc.

III. LAS EXCUSAS POR LO GENERAL HECHAS PARA �L. Ignorancia, costumbre, ejemplo, sorpresa, pasi�n, confirmaci�n de lo dicho, sin querer hacer da�o, inconsistencias de los profesores, etc. ( 2 Samuel 12:14 ; Ezequiel 36:20 ; Romanos 2:24 ; 2 Pedro 2:2 ).

IV. LAS MALVADAS CONSECUENCIAS DE ESO. Destruye los peque�os restos del temor de Dios. Conduce a la desobediencia de todos sus mandamientos. Da un ejemplo horrible a los dem�s, especialmente a los j�venes.

V. LOS PODEROSOS ARGUMENTOS EN CONTRA. El Se�or es nuestro glorioso y leg�timo Soberano, que ve y oye todas las cosas. Es un Dios santo y celoso, ante cuyo tribunal debemos presentarnos, es plenamente capaz de castigar, y nos ha asegurado que lo har� (2Re 19:22; 2 Reyes 19:28 , Isa�as 37:23 ; Isa�as 37:36 ; Ezequiel 20:27 ; Ezequiel 20:33 ; Ezequiel 35:12 ). ( A. Tucker .)

Versículo 7

Qu� hermoso sobre las monta�as

Mensajeros de redenci�n

Los mensajeros que cruzan las monta�as anuncian a Jerusal�n la redenci�n del pueblo de Babilonia y el advenimiento del reino eterno de Jehov�.

( A. B . Davidson, DD ).

Pies hermosos

La exclamaci�n no se refiere al bonito sonido de sus pasos, pero sus pies son como si tuvieran alas, porque es un mensaje alegre que traen. ( F . Delitzsch, DD ).

El evangelio de los mensajeros de pies ligeros

El Evangelio de los mensajeros de pies ligeros es el Evangelio del reino de Dios que se acerca. ( F. Delitzsch, DD )

Buenas nuevas de buenas

I. EL SIGNIFICADO PRIMARIO. Se supone que el pasaje se refiere al env�o de los heraldos de los conquistadores persas para proclamar la libertad a los jud�os que gem�an bajo el cautiverio en Babilonia ( Esdras 1:2 ). Para comprender plenamente el gozo y la alegr�a que tal proclamaci�n como esto necesariamente debe traer al pobre jud�o el luto en cautiverio, debemos tener alguna concepci�n de su condici�n, y los sentimientos que se hincharon en sus corazones durante ese per�odo de degradaci�n y sufrimiento.

De esto, puede formarse alguna idea a partir de las lamentaciones de Jerem�as, que hablan el idioma del israelita creyente, lamentando la ca�da de Si�n; y nuevamente, en Salmo 137:1 , encontramos a los jud�os cautivos describiendo sus amargas penas. As� como predijo el profeta Isa�as, esta liberaci�n lleg� al pueblo de Dios, grande y repentinamente; pero Dios lo hab�a prometido, y ciertamente lo hizo realidad. En vano se interpuso la fuerza y ??el poder de Babilonia; el dominio y el imperio de Babilonia cay� para siempre, incluso en una hora, porque hab�a llegado el d�a de la redenci�n de Israel.

II. Este pasaje tiene UN CUMPLIMIENTO SECUNDARIO mucho m�s glorioso y extenso, en el env�o de aquellos que predicar�n buenas nuevas de salvaci�n a todos los confines de la tierra; y el mensaje as� transmitido tiene una analog�a con el proclamado por los heraldos de Ciro; porque lleva al hombre, ca�do y degradado, cautivo del pecado, atado r�pidamente en cadenas de esclavos, las nuevas de liberaci�n. El sonido de la trompeta del Evangelio habla de la restauraci�n de la herencia perdida.

Proclama un modo completo y, sin embargo, �nico de liberaci�n para el hombre esclavizado; el �nico modo de reconciliaci�n con un Dios ofendido. El estado, entonces, de la multitud de paganos deber�a despertar nuestra m�s sincera atenci�n y despertar nuestras m�s sinceras simpat�as.

III. EL MODO QUE DIOS HA SIDO AGRADABLE NOMBRAR PARA HACER CONOCIDO AL HOMBRE EL SONIDO GOZOSO. La predicaci�n de la Palabra de Dios por su pr�jimo. El mensaje debe recibirse por fe.

IV. EL CAR�CTER DEL PREDICADOR DEBE CORRESPONDER CON SU MENSAJE, que debe mostrar en su vida y conversaci�n, que las gloriosas nuevas que fue comisionado para transmitir a otros las hab�a recibido �l mismo. Ore para que los pies de los misioneros en tierras extranjeras sean hermosos en santidad y amor.

V. LA AUTORIDAD SOBRE LA CUAL SE HACE ESTA PROCLAMACI�N. Fue el conquistador de Babilonia, el persa victorioso, quien dio libertad al jud�o cautivo; es el Conquistador de la muerte y el infierno, el Salvador resucitado y triunfante, quien dio el mandamiento de que el Evangelio se proclamara a todos. ( C . Caulfield, MA .)

El anuncio de la paz

1. Las noticias de la liberaci�n de Babilonia fueron gozosas. Pero el profeta ve noticias m�s gozosas que estas, y una liberaci�n m�s poderosa de una servidumbre m�s terrible que la de Babilonia.

2. No se dice: ��Cu�n hermosos son los mensajeros! sino "�Qu� hermosos son sus pies!" Aqu� se presenta a la vista no lo que son en s� mismos, sino lo que traen, como enviados por Dios, y corriendo en obediencia a �l.

3. � Observe c�mo se habla del mensaje! como si estuviera tan lleno de todo lo alegre y bueno que las palabras no logran expresarlo. Son "buenas nuevas", "paz", "buenas nuevas, de buenas", "salvaci�n". �Qu� m�a hay aqu� para el que tiene ojos para ver, mente para comprender, alma para amar y coraz�n rebosante de gratitud!

4. Observe c�mo termina el mensaje. Es una nota gloriosa de jubileo. Es un verdadero grito de alegr�a. Es un resumen en los hechos de la gloriosa noticia. Es una promesa de paz y de salvaci�n con la que se concluye la buena nueva: �Tu Dios reina�. ( RW Close, MA .)

La paz del evangelio

1. La rica bendici�n, a la que se refiere el texto en un lenguaje tan enf�tico, se transmite en esa palabra �nica, pero completa, "Paz".

2. � A qui�n, entonces, se env�a la palabra de esta salvaci�n? �A qui�n est� comisionado el ministro del Evangelio para predicar el mensaje de paz? La misma misi�n implica la existencia de enemistades previas. �Con qui�n tiene Dios esta controversia? �Qui�nes necesitan una amnist�a tan gratuita? �D�nde est�n los objetos de su gracia inmerecida?

3. �El coraz�n de qui�n no deber�a arder dentro de �l al pensar en el privilegio de estar empleado en tal ministerio de amor?

4. Perm�tanme agregar una palabra sobre la responsabilidad de aquellos a quienes se env�a el mensaje de reconciliaci�n. ( C. R . Sumner, DD ).

Adviento

I. EL ESTADO IMPL�CITO en las palabras que tenemos ante nosotros debe recopilarse desde el punto de vista de su significado principal. Originalmente se refieren a los jud�os cautivos en Babilonia, desterrados de su pa�s y privados de las ordenanzas del culto divino, bajo el disgusto del Todopoderoso y oprimidos por un enemigo altivo e id�latra. Pero esto es s�lo un d�bil emblema de ese cautiverio espiritual en el que la humanidad est� naturalmente involucrada y del cual el Hijo de Dios vino a librarnos.

II. �DE QU� MANERA SE DESCRIBE ESTA GRACIOSA DISPENSACI�N? Como anuncio de buenas nuevas, como mensaje de reconciliaci�n y paz, como publicaci�n de liberaci�n y salvaci�n.

III. Ahora estamos, en cierta medida, preparados para entrar en el esp�ritu de LA EXCLAMACI�N y participar en la gozosa recepci�n del mensaje que anuncia. Observaciones pr�cticas:

1. La verdadera naturaleza del Evangelio. No es, como algunos lo dir�an, un mero sistema de moralidad. Comprende esto, pero infinitamente m�s. Contiene, primero y principalmente, la oferta de p�rroco a los culpables, de liberaci�n a los oprimidos, de salvaci�n a los perdidos.

2. Sin embargo, si tal es la naturaleza del Evangelio, �cu�nto debemos valorarlo y qu� ansiosos debemos estar por sacar provecho de �l!

3. Mientras nos regocijamos por las buenas nuevas que nos han sido proclamadas, oremos para que las multitudes de nuestros semejantes, a quienes a�n no han sido anunciadas, escuchen r�pidamente el mismo sonido delicioso; y puedan regocijarse en el gozoso mensaje del Evangelio, hasta que "toda carne" finalmente "vea la salvaci�n de Dios", y "toda la tierra sea llena de su gloria". ( Hugh Pearson, DD .)

La mejor noticia

Cuando hay malas noticias en el extranjero, estas son buenas noticias; y cuando hay buenas noticias en el exterior, esta es la mejor noticia: que reina el Dios de Sion. ( M. Henry .)

El gozo del ministerio cristiano

I. EL MINISTRO DE CRISTO SE MANTIENE EN COMUNI�N CON LAS MAS GRANDES REALIDADES DEL UNIVERSO. Los profetas hebreos eran hombres en�rgicos, que viv�an en la espiral de la batalla, luchaban con grandes serpientes, luchaban por los acantilados desnudos y daban la vida por el rescate del pueblo; pero no podemos dudar de que tambi�n fueron hombres felices, debido a las glorias intelectuales y espirituales en las que estaban puestas sus vidas, y su camarader�a animada e inspiradora con las maravillosas palabras de Dios.

El �Himno al sol� y el �Serm�n a los p�jaros� de San Francisco de As�s dan testimonio de un alma que se enriqueci�, ennobleci�, purific�, simplific�, magnific� y se hizo vibrar de alegr�a y cantar los cantos de victoria y paz debido a la comuni�n perpetua con los pensamientos elevados y santos de su Padre celestial. El artista cuya alma est� viendo visiones de las grandes creaciones de Rafael y Angelo, el general en v�speras de una campa�a por la emancipaci�n de un pueblo, el fil�ntropo que derrama sus l�grimas sobre las miserias y pecados del mundo, dormir� sobre tablas. y encontrarlos blandos como el plum�n, comer�n alimentos gruesos y sacar�n buena sangre de ellos, y hasta ahora se olvidan de s� mismos en sus consagraciones sublimes y pueblan con sus pasiones m�s santas el mundo del pensamiento y el mundo espiritual dentro de ellos, como para darse cuenta de la par�bola de Hawthorne de "la Gran Cara de Piedra", y crecer en la imagen de la monta�a en la que su la mirada est� fija. Lo mismo ocurre con el predicador, y m�s. Est� rodeado por una guardia imperial de las m�s santas inspiraciones.

II. EL MINISTERIO CRISTIANO EST� OBLIGADO A GANAR.

III. EL MINISTERIO CRISTIANO TIENE LA GRAN CANTIDAD DE HOMBRES BUENOS EN EL MUNDO DETR�S DE �L, ANIMANDO. ( W. J . McKittrick, DD ).

El tema misionero

El Dr. Judson, cuando estaba de visita en su casa, se dirigi� a una gran reuni�n, cuyo tema era �La preciosidad de Cristo�, y se sent� profundamente afectado. De camino a casa, un amigo le dijo: �La gente est� muy decepcionada; se preguntan que no hablaste de otra cosa ". "�Por qu�, qu� quer�an?" dijo el misionero. �Present� lo mejor que pude el tema m�s interesante del mundo.

�Pero�, dijo el hombre, �ya ??han o�do eso antes; quer�an algo nuevo de un hombre que acababa de llegar de las ant�podas �. "Entonces", dijo el gran hombre, encendiendo, "me alegra tener que decir que un hombre de las ant�podas no ten�a nada mejor que contarles que la maravillosa historia del amor agonizante de Cristo". ( El manantial. )

Versículos 8-12

Tus atalayas levantar�n la voz

El regreso del exilio

A partir de los resplandecientes per�odos de este p�rrafo podemos reconstruir el cuadro del regreso del exilio, tal como se present� al vidente.

Fue notablemente el regreso del Se�or a Sion ( Isa�as 52:8 , RV). La majestuosa procesi�n avanza lenta y sin miedo. No es la huida de una banda de esclavos fugitivos, temerosos de ser perseguidos y capturados: "No saldr�is apresuradamente, ni huir�is". Antes de que apresuren a los mensajeros, apareciendo en la l�nea del cielo de las monta�as de Sion, con buenas nuevas, publicando la paz y publicando la salvaci�n.

El cuerpo principal est� compuesto por sacerdotes vestidos de blanco, que llevan con reverente cuidado los vasos sagrados que Nabucodonosor sac� del templo, que Belsasar introdujo con burla en su fiesta, pero que Ciro restaur�. Su n�mero y peso se especifican cuidadosamente, 5, 400 en total ( Esdras 1:7 ). Cuando la procesi�n sale de sus cuatro meses de marcha por el desierto sobre las monta�as que estaban alrededor de Jerusal�n, sus atalayas, que hab�an esperado durante mucho tiempo el momento feliz, alzan la voz; con la voz juntos cantan.

Ellos ven cara a cara. Y los lugares desolados de Jerusal�n, con su le�a quemada y sus piedras chamuscadas, estallan en alegr�a y cantan juntas. Los valles y colinas se vuelven vocales, constituyendo una orquesta de alabanza; y se describe a las naciones del mundo viniendo a contemplar, y reconociendo que el Se�or hab�a desnudado su santo brazo. Pero ellos no ven - lo que est� oculto a todos menos a los ojos ungidos - que el Se�or va delante de Su pueblo y viene por detr�s como su retaguardia; para que �l supere sus dificultades antes de que los alcancen, y ning�n enemigo pueda atacarlos por la espalda.

El cumplimiento literal de esta espl�ndida previsi�n se describe en el Libro de Esdras. All� encontramos la historia del regreso de un peque�o grupo de jud�os, 1.700 solo en n�mero. Se detuvieron en el r�o Ahava, la �ltima estaci�n antes de entrar en el desierto, durante tres d�as, para ponerse con ayuno y oraci�n en la mano de Dios. No ten�an experiencia en marchar por el desierto. Su caravana se volvi� dif�cil de manejar por la cantidad de mujeres y ni�os que hab�a en ella.

Tuvieron que enhebrar un distrito infestado por bandas salvajes de ladrones. Pero desde�aron pedir una escolta de soldados y jinetes para protegerlos, tan seguros estaban que su Dios iba delante de ellos para abrirles el camino, y ven�a detr�s para defenderse del ataque. En medio de la marcha estaban los sacerdotes y los levitas, con su cargo sagrado del cual Esdras hab�a dicho: "Vig�lalos y gu�rdalos hasta que los peses en las c�maras de la casa del Se�or". ( F. B . Meyer, BA ).

Expectativa y logro

En varios aspectos, parece haber una falta entre las radiantes expectativas del profeta y el logro real en la historia de Esdras: pero debemos recordar que es tarea del historiador registrar los hechos, m�s que las emociones que los colorearon. , como los colores c�lidos del sol ti�en las duras rocas grises. �Y no es siempre as�, que por nuestra falta de fe y obediencia nos quedamos cortos de la plenitud de bendici�n que nuestro Dios ha preparado para nosotros? ( FBMeyer, BA )

Ojo a ojo

�Miren a los ojos el regreso del Se�or a Sion�. � Eye to eye� es cara a cara con el evento. ( AB Davidson, DD )

Ojo a ojo

La expresi�n insin�a claramente las manifestaciones claras y satisfactorias de la presencia y la gloria de Jehov� que disfrutar�n Sus siervos en el per�odo en el que se colocar�an los cimientos del reino del Mes�as. ( R . Macculloch .)

Versículos 9-10

Estallar en alegr�a

El regreso de la naci�n jud�a

I. CONSIDERE CIERTOS CAMBIOS QUE SE HABRAN TOMADO ENTRE LOS GENTILES DE LA CRISTIANDAD, EN O ACERCA DEL ESTABLECIMIENTO DE

LA NACI�N JUD�A EN SU PROPIA TIERRA ( Mateo 13:24 ). La se�al de destrucci�n de todos los profesantes de religi�n falsos, hip�critas e incr�dulos, aqu� llamados "los hijos del inicuo" o "la ciza�a"; y, en segundo lugar, la reuni�n de los miembros elegidos del cuerpo m�stico de Cristo, o la recolecci�n del "trigo en el granero".

II. LA BENDICI�N QUE PRESTAR� LA NACI�N JUD�A A TODOS LOS PUEBLOS DE LA TIERRA. Parece que el plan y prop�sito de Dios, como se revela en Su Palabra, es que, despu�s de haber terminado la dispensaci�n de los gentiles como �l termin� la dispensaci�n de los jud�os, y de haber "concluido todos en la incredulidad", llegar� el per�odo en que , seg�n el lenguaje de Pablo, "de todos tendr� misericordia".

III. LA NATURALEZA Y DURACI�N DE ESTA BENDICI�N.

1. En cuanto a la naturaleza de la bendici�n. Esta es ni m�s ni menos que una conversi�n verdadera y salvadora, que termina en la salvaci�n. No es un regreso de ellos al estado en el que estaba Ad�n antes de su ca�da; no injertarlos en el cuerpo m�stico de Cristo; sino una verdadera y sana conversi�n de todo lo que es malo, y el pleno disfrute de la gran salvaci�n de Dios.

2. En cuanto a la duraci�n de esta bendici�n. Con referencia a los individuos convertidos, el efecto ser� eterno: pero habr� un l�mite para este estado de cosas en cuanto a las naciones de la tierra. ( H. McNeile, MA )

Materia de gozo y alabanza

Aquellos que comparten misericordias deben unirse en alabanzas. Aqu� hay motivo de alegr�a y alabanza.

I. EL PUEBLO DE DIOS TENDR� EL CONFORT DE ESTA SALVACI�N; y cu�l es el motivo de nuestro regocijo debe ser el motivo de nuestra acci�n de gracias.

II. DIOS TENDR� LA GLORIA DE Isa�as 52:10 ( Isa�as 52:10 ).

III. TODO EL MUNDO SE BENEFICIAR� DE ELLO. �Todos los confines de la tierra�, etc. ( M. Henry ) .

Versículo 10

El Se�or desnud� su santo brazo

El brazo de Dios desnudo

Cuando los h�roes de anta�o se preparaban para la pelea, se pon�an las armaduras; pero cuando Dios se prepara para la batalla, desnuda su brazo.

El hombre tiene que mirar en dos direcciones: en su propia defensa, as� como en la ofensiva de su enemigo; Dios tiene una sola direcci�n en la que dirigir su mirada: el derrocamiento de su enemigo; e ignora todas las medidas de defensa y desprecia toda armadura. �l �desnuda� Su brazo a la vista de todo el pueblo. Cuando los hombres tambi�n hac�an su trabajo en serio, a veces se desnudaban, como aquel guerrero de anta�o que, cuando iba a la batalla con los turcos, nunca luchaba contra ellos excepto con el brazo desnudo.

�Tales cosas�, dijo, �no tengo por qu� temer; tienen m�s motivos para temer a mi brazo desnudo que a su cimitarra �. Los hombres sienten que est�n preparados para un trabajo cuando han desechado sus pesadas vestiduras. Y as�, el profeta representa al Se�or despoj�ndose por un tiempo de las vestiduras de Su dignidad y desnudando Su brazo para que pueda hacer Su obra en serio y cumplir Su prop�sito para el establecimiento de Su Iglesia. ( C. H . Spurgeon .)

El gran avivamiento

I. LA CAUSA DE UN VERDADERO AVIVAMIENTO. El esp�ritu santo. Si bien esta es la �nica causa real, existen causas instrumentales; y la principal causa instrumental de un gran avivamiento debe ser la predicaci�n audaz, fiel e intr�pida de la verdad tal como es en Jes�s. Sumado a esto, debe haber las fervorosas oraciones de la Iglesia.

II. LAS CONSECUENCIAS DE UN AVIVAMIENTO DE LA RELIGI�N. El ministro comienza a calentarse. Los miembros de la Iglesia se vuelven m�s serios. Se atienden mejor los deberes familiares; el c�rculo del hogar se somete a una mejor cultura. Se lleva a cabo una reuni�n de investigadores. El avivamiento de la Iglesia toca luego al resto de la sociedad.

III. UNA ADVERTENCIA. "H�gase todo decentemente y en orden". Distinguir entre hombre y hombre. Mientras que, durante un avivamiento de la religi�n, una gran cantidad de personas se convertir�n realmente, habr� una parte muy considerable que simplemente se emocionar� con la excitaci�n animal, y cuya conversi�n no ser� genuina. Tengan cuidado, ustedes que son oficiales de la Iglesia, cuando vean al pueblo agitado, de ejercer todav�a una santa advertencia, no sea que la Iglesia se vea rebajada en su nivel de piedad por la admisi�n de personas que no son verdaderamente salvas.

IV. Con estas palabras de advertencia, ahora los AGITAR� PARA BUSCAR DE DIOS UN GRAN AVIVAMIENTO DE RELIGI�N a lo largo y ancho de esta tierra. El Se�or Dios nos ha enviado una bendici�n. Una bendici�n es la m�s sincera de muchas. ( CH Spurgeon .)

Todos los confines de la tierra ver�n la salvaci�n de nuestro Dios

Noticias de salvaci�n hasta los confines de la tierra

I. LA SALVACI�N DE DIOS. La "salvaci�n" lleva nuestras meditaciones directamente a los nombres y oficios de Aquel de quien se ha dicho: "Llamar�s su nombre Jes�s, porque �l salvar� a su pueblo de sus pecados". Y a este respecto, todo el esquema de la misericordia y la vida eterna irrumpe de inmediato ante nuestra vista.

1. Es una gran salvaci�n.

2. Una salvaci�n eterna.

3. Una completa salvaci�n.

4. Una salvaci�n toda de Dios y de gracia.

II. LA CERTEZA DEL CUMPLIMIENTO DE ESTA PROMESA, como un est�mulo para cumplir con nuestro deber. Si �todos los confines de la tierra ver�n la salvaci�n de nuestro Dios�, se nos impone una imperiosa necesidad de favorecer cada oportunidad que se ofrece de enviar el informe de esta salvaci�n a todas las partes de la tierra. La verdad de la promesa, y la certeza de su cumplimiento, podr�a argumentarse:

1. De los prop�sitos divinos tomados en relaci�n con la primera promesa.

2. Del acuerdo con Abraham con respecto a la venida de su simiente prometida.

3. Por el estilo de los profetas y las expectativas que suscitan.

4. Del progreso del cristianismo en el mundo, desafiando toda la oposici�n que se ha combinado contra �l. ( W. Taylor .)

Versículos 11-12

Vete

Una llamada perentoria pero alentadora

1.

As�, perentoriamente, los jud�os exiliados fueron llamados a casa. Casi tres generaciones hab�an huido desde que sus padres fueron asentados por la fuerza en las llanuras de Shinar; pero durante ese per�odo, la suerte temporal de los jud�os hab�a ido mejorando gradualmente. El tiempo hab�a curado muchas heridas, una administraci�n m�s suave hab�a debilitado la memoria de muchos dolores. En �la tierra extra�a�, ya no extra�a, se hab�an reunido hogares, se hab�an acumulado riquezas, se hab�an ganado honores.

La tierra de sus padres estaba lejos, era conocida personalmente por pocos y estaba al otro lado de un desierto sin caminos. Para los hombres que se encontraban en esas circunstancias, la llamada a partir estaba lejos de ser bienvenida. Muchos lazos deben romperse si se obedece ese llamado; muchos sacrificios hechos, muchos dolores de parto soportados. El bien presente parec�a mucho mejor que el futuro. Adem�s, �qui�n no sab�a, al menos por parte de los informes, algo de los peligros de ese yermo yermo sobre el que deb�an hacer su marcha? �Qui�n podr�a asegurarles, durante el desarrollo de esa marcha, contra da�os y p�rdidas graves? �Qui�n podr�a demostrar la ganancia segura para la mayor�a de cambiar Babilonia por Jerusal�n, la tierra llana de Sinar por la regi�n monta�osa de Jud�? As�, las excusas para quedarse salieron f�cilmente a sus labios; Las dificultades para obedecer la convocatoria se hicieron palpables ante sus ojos. Fue una demanda no deseada,

2. Pero si el llamamiento del profeta fue perentorio, no carec�a de fundamento de argumentos del tipo m�s importante. Por dif�cil que sea, debe hacerse la separaci�n, emprenderse la partida; pero no hay necesidad de apresurarse en su huida, como cuando Israel sali� de Egipto. La preparaci�n puede ser deliberada y cuidadosa, pero hay que tener siempre presente un fin: el regreso a Palestina. Haga todas las concesiones justas, satisfaga todas las reclamaciones justas, resuelva todos los asuntos comerciales necesarios; pero a�n as�, prep�rate para partir.

Est� preparado para dejar atr�s toda mancha de idolatr�a. Y, sin embargo, temerosos, an�mate y an�mate. El desierto puede no tener caminos, pero Dios te guiar�. Los peligros del viaje pueden ser numerosos, pero Dios los defender�. Las tribus n�madas pueden acosar a sus �ltimas compa��as, pero Dios ser� su retaguardia. Tal es la interpretaci�n del prop�sito original de las conmovedoras palabras del profeta. ( J. J . Goadby .)

Progreso espiritual

Consideremos estas palabras como una ayuda para ilustrar algunas de las caracter�sticas m�s amplias del progreso espiritual.

I. EL PROGRESO ESPIRITUAL EXIGE SEPARACI�N Y SACRIFICIO. �Cu�les son algunas de estas cosas de las que debemos separarnos, incluso a costa del sacrificio, si queremos lograr un progreso espiritual?

1. No es raro encontrar un contento f�cil con la verdad ya alcanzada. El engreimiento engendrado por el escaso conocimiento es un obst�culo fatal para el progreso. La voz de la verdad puede llamar fuerte a nuestra puerta: �Apartaos; salid de all� "; pero prestar atenci�n a ese sacrificio de voz es inevitable. No hay otro m�todo para obtener una gran ventaja espiritual que la destrucci�n de nuestra ignorante autocomplacencia.

2. El progreso espiritual depende en gran medida de la renuncia a la idea de la perfecci�n actual de nuestro car�cter. Muchos volver�an a empezar con la noci�n de mentir para afirmar que "ya son perfectos", quienes pr�cticamente viven como si fuera el primer art�culo de sus creencias. Simplemente sue�an con la posibilidad de mejorar. En algunos casos, el error se debe a los errores cometidos al comienzo de su vida espiritual. La conversi�n se convierte en "el todo y el fin" de su religi�n. La vida parece viajar hacia arriba hasta llegar a ese punto, y hacia abajo para siempre.

3. Pero ellos es otra forma en la que el error surge en los hombres mayores. Por ejemplo, cuando toda la inspiraci�n de la vida proviene del pasado, no con miras a un mayor avance, sino m�s bien como una disculpa por el reposo presente. "Nuestra mejor inspiraci�n no se obtiene de lo que est� detr�s, sino de lo que est� antes y lo que est� arriba".

4. A�n m�s, ning�n progreso espiritual es posible a menos que estemos dispuestos a abandonar nuestra indolencia personal.

II. EL PROGRESO ESPIRITUAL NO TOLER� RETRASO SINO EL QUE SE GASTAR� EN PREPARACI�N. Habr�a sido una extra�a perversi�n de las palabras del profeta si los jud�os hubieran considerado la seguridad de que "no saldr�an apresuradamente, ni huyendo", como una ense�anza de que deb�an prolongar sus preparativos indefinidamente, prolongarlos para finalmente renunciar a su viaje. M�s bien los alientan, sin descuidar el arreglo juicioso de sus asuntos, a que hagan las provisiones adecuadas para su marcha a trav�s del desierto.

No es necesario que haya bullicio ni confusi�n, ya que su �xodo no ser� ni repentino ni furtivo. Es Ciro quien reina, no el fara�n. Pero a�n as�, es un viaje para el que deben prepararse, no una residencia prolongada en Babilonia. El alcance de todo esto, como ilustraci�n del progreso espiritual, no es muy dif�cil de ver. El retraso que se gasta en la preparaci�n es un progreso. Esto puede surgir, por ejemplo, de una cuidadosa adquisici�n de la verdad Divina.

Lo mismo vale con respecto al car�cter. No podemos forzar la madurez, pero podemos prepararnos para ella; y toda esa preparaci�n acelera la consumaci�n deseada. Antes de que el jud�o llegara a la tierra prometida, todas las etapas entre Babilonia y Jerusal�n ten�an que ser recorridas fielmente. Tambi�n hay etapas en el desarrollo del car�cter, ninguna de las cuales puede omitirse sin una p�rdida posterior. Temporadas de sufrimiento de ociosidad forzada, de duelo oscuro y aparentemente irreparable, son algunos de los elementos necesarios de los que nace el verdadero car�cter.

El tiempo que consume tal disciplina no es demora, sino progreso. Por lo tanto, todos los sistemas que intentan forzar la madurez son tan enga�osos como maliciosos. La obra cristiana proporciona otra ilustraci�n de la misma verdad general. Prepararnos para el deber presente y dominarlo es la mejor calificaci�n para el �xito futuro.

III. EL PROGRESO ESPIRITUAL EST� BAJO UNA DIRECCI�N DIVINA. "El Se�or ir� delante de ti". Aqu� hubo un est�mulo para el jud�o t�mido. As� como un general dirige su ej�rcito y un pastor su reba�o, as� Jehov� �ir� antes� del exilio que regresa. M�s a�n: �l los guiar� como vencedor y rey. Pero observe m�s particularmente:

1. Dios tiene un conocimiento perfecto de nuestro viaje.

2. Dios est� siempre cerca. Cualquiera que sea el escenario, y cualesquiera que sean las necesidades de la marcha, �l estaba cerca, incluso para el jud�o antiguo. Mucho m�s cerca se ha acercado ahora a nosotros, es Emanuel. Aqu�, entonces, est� el est�mulo m�s poderoso para el cristiano que flaquea.

3. �l nunca nos lleva a donde no ha estado �l mismo. �Estamos severamente probados? �Fue tentado en todos los puntos como nosotros�. �Estamos descubriendo que la madurez solo puede llegar a trav�s de los dolores del alma? "�l fue perfeccionado a trav�s de los sufrimientos". Nos pide que no emprendamos ning�n servicio dif�cil sin antes mostrarnos su propia obediencia. Por lo tanto, cuando surjan murmullos dentro de nosotros y los sentimientos rebeldes se agiten y perturben, sea esto el freno suficiente para todos: "Basta que el disc�pulo sea como su Maestro".

4. �l est� siempre ante nosotros. Tenemos Uno delante de nosotros que conoce las posibilidades de nuestra naturaleza; y aunque nunca nos sobrecargue, no espera que nuestro esfuerzo se relaje. Por lo tanto, olvidemos las cosas que quedan atr�s y acerc�monos a las que est�n delante, �puestos los ojos en Jes�s, el l�der y perfeccionador de nuestra fe�.

IV. EL PROGRESO ESPIRITUAL EST� ASEGURADO POR LA PROTECCI�N DIVINA. "El Dios de Israel ser� tu recompensa". La "recompensa" es la �ltima parte del ej�rcito, donde est�n estacionadas las reservas. Con este arreglo se logran varios fines importantes. Por un lado, los rezagados que abandonan la fila durante una marcha larga y laboriosa son efectivamente reunidos y salvados. Por otro lado, el ej�rcito est� mejor preparado para afrontar un ataque inesperado al poder cambiar r�pidamente su frente.

"El Dios de Israel ser� tu recompensa". Aqu� estaba la promesa de seguridad para su marcha a trav�s de ese desierto que pululaba, como pulula ahora, con decenas de tribus de ladrones que tienen esto en com�n, que todos son igualmente �giles, todos igualmente sedientos de bot�n y todos igualmente inescrupulosos. Aqu�, tambi�n, reside nuestra mayor seguridad en el progreso espiritual. "El Dios de Israel es nuestra recompensa".

1. Por lo tanto, no habr� sorpresas que no podamos encontrar, ning�n ataque repentino del cual �l no demostrar� ser un Defensor suficiente. Nuestra m�s aguda vigilancia no siempre nos servir�; y mientras barremos el horizonte en una direcci�n, nuestro peligro actual puede acercarse desde otra.

2. Entonces se brinda protecci�n contra una reca�da permanente. Si miramos hacia adelante, nuestro Defender est� ah�. Si miramos hacia atr�s, he aqu� que �l est� all�.

3. Entonces hay una reserva de poder y de ayuda disponible que ning�n santo ha probado nunca completamente. ( JJ Goadby. )

La marcha a trav�s del mundo del desierto hacia la ciudad de Dios

Quiz�s aprendamos algunas de esas cualidades que deber�an caracterizarnos en esta marcha.

I. DEBE HABER �XODO PERPETUO. En todas las vidas hay Babilonias, que no tienen ning�n derecho sobre los redimidos de Jehov�. Es posible que hayamos entrado en ellos, no sin escr�pulos de conciencia; pero, con el paso del tiempo, se ha superado nuestra desgana. Ha surgido una camarader�a entre nosotros y alguien cuyo lenguaje y formas una vez nos encogimos de horror. Nos fascina ahora una diversi�n, que miramos con recelo y escr�pulos de conciencia.

Nos domina un h�bito de la vida del que alguna vez retrocedimos como a causa de una infecci�n. Un m�todo de ganar dinero ahora nos cautiva; pero recordamos muy bien lo dif�cil que fue convencer a la conciencia de que se dedicara a ello. Son Babilonias, que lanzan su hechizo fatal sobre el alma, y ??contra las cuales se alza con urgencia la voz de Dios: ��Apartaos, apartaos! salid de all� ". Cuando salimos de Babilonia a una libertad ins�lita, naturalmente retrocedemos ante la marcha del desierto, los p�ramos arenosos, los restos arruinados de d�as m�s felices. Pero recibiremos m�s de lo que renunciamos.

II. DEBE SER SIN PRISA. "No saldr�is apresurados". Hay muchos proverbios ingleses que resumen la observaci�n de tiempos pasados ??y dicen lo tonto que es tener prisa. Pero, fuera de Dios, hay pocas posibilidades de obedecer estas sabias m�ximas. La edad es tan febril. Nunca se pint� un gran cuadro a toda prisa. Ning�n gran libro se escribi� contra el tiempo. Nunca se concedi� un gran descubrimiento a la estudiante que no pod�a esperar en la antec�mara de la naturaleza la suave apertura de su puerta.

El mayor naturalista de nuestro tiempo dedic� ocho a�os enteros casi por completo a los percebes. Bien podr�a John Foster anhelar el poder de tocar a la humanidad con el hechizo de "C�llate, c�llate". En esto nuestro Se�or es nuestro mejor ejemplo. Esta prisa fue posible para Israel siempre que el pueblo creyera que Dios estaba ordenando, precediendo y siguiendo su marcha.

III. DEBEMOS ESTAR EN PAZ SOBRE EL CAMINO. En la vida temprana, nuestro camino parece claramente definido. Debemos seguir los pasos de los dem�s, depender de sus m�ximas, actuar seg�n sus consejos. Es s�lo cuando los a�os se nos acercan que esta sensaci�n de "desamparo", como se le ha llamado, nos oprime. As� debieron de sentirse los exiliados cuando dejaron Ahava y emprendieron la marcha por el desierto. En esos momentos, los labios de Cristo responden: �Yo soy el Camino.

Su temperamento, su forma de ver las cosas, su voluntad, resuelve todas las perplejidades. Todo esto qued� expuesto en la figura que tenemos ante nosotros. "El Se�or ir� delante de ti". Cuando el pueblo sali� de Egipto, Jehov� precedi� a la marcha en la nube de Shejin� que se mov�a suavemente sobre el arca. No hab�a nada de este tipo cuando Esdras dirigi� el primer destacamento de exiliados a Si�n; pero, aunque invisible, el L�der Divino estaba igualmente al frente de la marcha. Por lo tanto, tambi�n est� en la experiencia diaria. Jes�s siempre est� delante de nosotros en cada llamado al deber, cada impulso al autosacrificio, cada llamado a consolar, ayudar y salvar.

IV. DEBEMOS SER PUROS. �No toques nada inmundo. Sed limpios �, etc. Esos vasos eran muy preciosos. La enumeraci�n se realiza con precisi�n minuciosa ( Esdras 8:26 ). Pero eran sobre todas las cosas santas para el Se�or. As� atravesaron el desierto, hombres santos que llevaban los vasos sagrados. A trav�s de este mundo, invisible para los ojos de los mortales, pasa una procesi�n que se abre paso a trav�s de los continentes del tiempo.

Lleva vasos sagrados. El testimonio de la verdad de Dios, la afirmaci�n de las cosas invisibles y eternas, el anuncio de los hechos de la redenci�n, tal es nuestro deber sagrado. �Qu� clase de personas no deber�amos ser nosotros, a quienes se conf�a un ministerio tan alto! Antes de esa procesi�n se nos dice que los lugares bald�os estallar�an en cantos. Es una concepci�n justa, como si sus pies cambiaran el aspecto de los territorios por los que pasaban.

�Lo que era desierto cuando llegaron a �l, era el para�so cuando lo dejaron! �Lo que eran ruinas, se convirtieron en muros! Donde hab�a hostilidad, sospecha e incomprensi�n, lleg� la concordia y la paz, los centinelas se pusieron de acuerdo. Este es un verdadero retrato de la influencia de la religi�n de Jes�s en el coraz�n y la vida de los hombres. Pero no olvidemos nunca la importancia de la oraci�n, como eslab�n necesario para lograr estas maravillas. ( F. B . Meyer, BA ).

�rdenes de marcha

Tenemos aqu�, bajo formas muy metaf�ricas, el gran ideal de la vida cristiana.

I. Lo tenemos establecido como UNA MARCHA DE SACERDOTES GUERREROS. F�jense en esa frase: "Los que llev�is los vasos del Se�or". Se habla de los exiliados que regresan en su conjunto, pero el significado de la expresi�n y la met�fora precisa que se pretende transmitir pueden ser cuestionables. La palabra traducida "vasijas" es una expresi�n amplia, que significa cualquier tipo de equipo, y en otros lugares del Antiguo Testamento la frase traducida se traduce como "portadores de armaduras".

�Una imagen as� ser�a bastante congruente con el contexto aqu�, en el que abundan las figuras b�licas. Y si es as�, la imagen ser�a la de un ej�rcito en marcha, cada hombre portando algunas de las armas del gran Capit�n y L�der. Pero quiz�s la otra explicaci�n es m�s probable, que considera que �los vasos del Se�or� es una alusi�n a los sacrificios y otros implementos de adoraci�n que, en el primer �xodo, los levitas llevaban en la marcha.

Y si ese es el significado, entonces la figura aqu� es la de una compa��a de sacerdotes. Me atrevo a unir las dos ideas y a decir que aqu� podemos encontrar un ideal de la comunidad cristiana como una gran compa��a de sacerdotes guerreros en marcha, custodiando un dep�sito sagrado que ha sido confiado a su cargo.

1. Mire, entonces, esa combinaci�n en el verdadero car�cter cristiano de las dos ideas aparentemente opuestas de guerrero y sacerdote. Sugiere que toda la vida debe ser conflicto y que todo el conflicto debe ser adoraci�n. Sugiere, tambi�n, que la guerra es adoraci�n, que el oficio del sacerdote y del guerrero son una y la misma cosa, y ambos consisten en mediar entre el hombre y Dios, llevar a Dios en Su Evangelio a los hombres y traer a los hombres. a trav�s de su fe en Dios.

La combinaci�n sugiere, igualmente, c�mo, en el verdadero car�cter cristiano, deben mezclarse siempre, en extra�a armon�a, las virtudes del soldado y las cualidades del sacerdote; compasi�n por los ignorantes y los que se apartan con valent�a; mansedumbre con fuerza; un coraz�n apacible y apacible, que odia la contienda, unido a un esp�ritu que afronta alegremente cada peligro y est� ansioso por el conflicto, en el que el mal es el enemigo y Dios el ayudante.

2. N�tese, adem�s, que en esta frase tenemos la vieja, vieja met�fora de la vida como una marcha, pero tan modificada que pierde toda su melancol�a y cansancio y se convierte en una esperanza elevadora.

3. Nuevamente, esta met�fora sugiere que esta compa��a de sacerdotes en marcha tienen a cargo un dep�sito sagrado. Pablo habla del "evangelio glorioso que me fue encomendado". Y, de la misma manera, a nosotros los cristianos se nos ha encomendado el cargo de las grandes armas de guerra de Dios, con las que �l lucha contra la maldad del mundo, es decir, ese gran mensaje de salvaci�n a trav�s y en la Cruz de Jesucristo.

Y se nos ha encomendado, adem�s, que guardemos diligentemente, y que mantengamos brillantes y sin mancha y sin merma en peso y valor, los preciosos tesoros de la vida cristiana de comuni�n con �l. Y podemos dar otra aplicaci�n a la figura y pensar en la solemne confianza que se pone en nuestras manos, en el don de nosotros mismos, que nosotros mismos podemos desperdiciar, manchar y perder, o guardar y pulir en vasijas. reunirse para el uso del Maestro. Reuniendo, entonces, estas ideas, lo tomamos como el ideal de la comunidad cristiana: una compa��a de sacerdotes en marcha, con un dep�sito sagrado comprometido a su confianza.

II. LA SEPARACI�N QUE BENEFICIE A LA EMPRESA DE MARCHA. ��Apartaos, marchaos! salid de all� �, etc. En el cumplimiento hist�rico de mi texto, la separaci�n de Babilonia fue el preliminar de la marcha. Nuestra tarea no es tan sencilla; nuestra separaci�n de Babilonia debe ser el acompa�amiento constante de nuestra marcha. El orden en medio del cual vivimos no est� organizado seg�n las leyes fundamentales del reino de Cristo.

Y dondequiera que haya hombres que busquen ordenar sus vidas como Cristo quiere que se ordenen, la primera necesidad para ellos es: �Salid de entre ellos y apartaos�. Esta separaci�n no solo ser� el resultado de la uni�n con Jesucristo, sino que es la condici�n de todo progreso en nuestra uni�n con �l. Los que van a viajar lejos y r�pido tienen que viajar ligeros. Muchas caravanas se han averiado en la exploraci�n africana sin otra raz�n que porque estaban demasiado bien provistas de equipos y, por lo tanto, colapsaron por su propio peso.

Por lo tanto, nuestro profeta, en el contexto, dice: "No toques nada inmundo". Existe una de las diferencias entre el nuevo �xodo y el antiguo. Cuando Israel sali� de Egipto, saquearon a los egipcios y se fueron cargados de oro y joyas; pero es un trabajo peligroso llevarnos cualquier cosa lejos de Babilonia. Hay que dejar su tesoro si queremos marchar de cerca detr�s de nuestro Se�or y Maestro. No debemos tocar �nada inmundo�, porque nuestras manos deben estar llenas de los �vasos del Se�or�. Es el mundo del hombre el que tenemos que dejar, pero la santidad m�s elevada no requiere abstenci�n de nada de lo que Dios ha ordenado.

III. LA PUREZA QUE SE CONVIERTE EN PORTADORES DE LOS VASOS DEL SE�OR. "Sed limpios". Las manos del sacerdote deben ser puras, figura que, traducida, es una pureza transparente de conducta y car�cter que se exige a todos los cristianos que profesan llevar el sagrado dep�sito de Dios. No puedes llevarlo a menos que tus manos est�n limpias, porque todos los dones que Dios nos da se nos escapan de las manos si nuestras manos est�n manchadas.

Las leyendas de los monjes hablan de cuadros y vasos sagrados que, cuando se les impuso un toque impuro, se negaron a ser levantados del lugar y crecieron all�, como enraizados, a pesar de todos los esfuerzos por moverlos. Quien busque tener los dones de Dios en Su Evangelio en manos sucias, fracasar� miserablemente en el intento; y todo el gozo y la paz de la comuni�n, la seguridad del amor de Dios y la tranquila esperanza de la vida inmortal, se desvanecer�n como una pompa de jab�n, agarrada por un ni�o, se convierte en una gota de agua sucia en su palma, si tratamos de mantenlos en manos sucias.

Y, adem�s, recuerde que ning�n servicio sacerdotal ni una guerra exitosa por Jesucristo es posible, excepto en la misma condici�n. Un pecado, al igual que un pecador, destruye mucho bien, y una peque�a inconsistencia de parte de los que profesamos ser cristianos neutraliza todos los esfuerzos que podamos intentar hacer por �l.

IV. LA CONFIANZA OCIOSA QUE DEBE MARCAR LA MARCHA GUARDADA POR DIOS. �No saldr�is apresuradamente, ni ir�is huyendo�, etc. Esto es en parte una analog�a y en parte un contraste con la historia del primer �xodo. La palabra inusual traducida "con prisa" se emplea en el Pentateuco para describir la prisa y el bullicio, no del todo debido a la urgencia de los egipcios, sino en parte tambi�n debido al terror de Israel con el que se realiz� ese primer vuelo.

Y, dice mi texto, en esta nueva salida de la esclavitud no habr� necesidad de temblores o perturbaciones, para dar alas a los pies de ning�n hombre; pero, con tranquila deliberaci�n, como aquella con la que sacaron a Pedro de su mazmorra, porque Dios sab�a que pod�a sacarlo sano y salvo, el nuevo �xodo continuar�. "El que creyere, no se apresure". Hay una muy buena raz�n por la que no debemos apresurarnos debido a la alarma.

Porque, como en el primer �xodo, el pilar gu�a dirig�a la marcha y, a veces, cuando hab�a enemigos detr�s, como en el Mar Rojo, cambiaba su lugar hacia atr�s, de modo que �el Se�or ir� delante de ti, y el Dios de Israel ser� tu recompensa ". ( A Maclaren, DD .)

Toda la vida para dios

He visto en un escaparate, "La mayor parte de nuestros productos son de fabricaci�n inglesa". No solo la mayor parte, sino que toda nuestra vida debe ser entregada a Dios. ( EE Marsh .)

Versículo 12

Porque no saldr�is apresurados

Prisa aparente e indecorosa

Deb�an ir con diligencia y prisa, para no perder tiempo ni demorarse como Lot en Sodoma; pero no deb�an ir con una prisa t�mida, desconfiada, como si tuvieran miedo de ser perseguidos, como cuando salieron de Egipto, o de que se retiraran y derogaran las �rdenes para su liberaci�n.

( M. Henry .)

El Se�or ir� delante de ti

No habr� una derrota vencida de fugitivos, sino una banda de conquistadores reales, vestidos y coronados, que se reunir�n en el cielo.

I. EL CAR�CTER ESENCIALMENTE SIMB�LICO DE LAS CAUTIVIDADES Y ENTREGA DEL PUEBLO JUD�O. La historia de Israel es la clave divina de la historia del hombre. A trav�s de toda la confusi�n de la sociedad humana, sus guerras, sus movimientos, sus industrias, sus aflicciones, esa historia, correctamente le�da, nos guiar�. No hay crisis, no hay confusi�n, no hay una triste experiencia de la sociedad, de la cual no tenemos el patr�n y la explicaci�n en la Palabra de Dios.

La historia de sus cautiverios es la historia del cautiverio del hombre. Hubo dos grandes cautiverios y dos grandes liberaciones. La gente naci� en un solo cautiverio: fue el oscuro accidente de la naturaleza; el otro lo ganaron con el pecado. Estos representan nuestra esclavitud natural y la servidumbre del alma ganada por nosotros mismos. Hay un Libertador y una liberaci�n de ambos. El m�todo de Su liberaci�n fue el mismo en ambos cautiverios; una gloriosa manifestaci�n del poder del brazo redentor de Dios.

Pero a primera vista hay aqu� tanto un contraste como una semejanza. Tomando una visi�n superficial del �xodo, deber�amos decir que salieron apresuradamente y huyeron; y este contraste visible estaba ante la mente del profeta cuando escribi� las palabras de nuestro texto ( Deuteronomio 16:3 ; �xodo 12:31 ).

Pero de Babilonia salieron en orden ordenado, con la buena voluntad del rey, por su mandato real ( Esdras 1:1 ). Sin embargo, bajo la superficie, los grandes rasgos eran id�nticos. En ninguno de los casos se escaparon. Fueron porque Dios quer�a que fueran; el �ngel de Su presencia los gui�, y Sus juicios demoledores fueron sobre todos los que procuraron resistir su marcha hacia la tierra prometida.

Si el contraste se le ocurri� al profeta mientras escrib�a la primera cl�usula, seguramente la semejanza se destaca en la �ltima: �El Se�or ir� delante de ti, y el Dios de Israel ser� tu recompensa� �xodo 13:21 ; �xodo 14:19 ).

II. AQU� TENEMOS LA IMAGEN DE LA GRAN LIBERACI�N QUE SE OFRECE LIBREMENTE EN EL EVANGELIO, obra de Su mano redentora que "gobierna en justicia, poderosa para salvar".

1. La raz�n de nuestra prolongada disciplina. Dios no quiere que "salgamos apresuradamente, ni salgamos huyendo". Me atrevo a decir que hay pocos cristianos sinceros que no miran hacia atr�s a alguna temporada pasada en su experiencia y dicen: Ojal� me hubieran llevado a casa. El alma estaba entonces llena de una serenidad Divina, con el cielo claro del amor de Dios sobre �l, y una clara seguridad de que la Roca estaba debajo.

Parec�a estar en sinton�a con la comuni�n celestial. Pero hab�a sido una liberaci�n joven e inmadura, si Dios te hubiera atrapado entonces en la primera frescura de tu gozo y esperanza hacia Su hogar en el cielo; no por el camino corto y recto, sino por el camino largo y fatigado del desierto que Dios condujo a sus peregrinos; un grupo de veteranos entrenados entraron al fin en Cana�n; capaces de sostenerlo, y de aferrarse a la unidad nacional, a trav�s de las �pocas tormentosas y de lucha en las que, de no ser por su educaci�n y disciplina del desierto, debieron haber sido hechos a�icos y perdidos en la historia para siempre. Es esta experiencia la que, a costa de dolor, Dios est� depositando en nosotros.

2. El Se�or ir� delante de ti y el Dios de Israel ser� tu recompensa. El Se�or ha ido antes que nosotros. Es esto lo que hace que nuestro progreso sea un triunfo. Se ha ido antes que nosotros

(1) Llevando hasta el extremo la pena del pecado.

(2) Al romper el poder del mal ( Juan 14:27 ; Juan 16:33 ).

(3) En el camino del desierto, a trav�s de la disciplina prolongada de la vida, hasta Hebreos 5:7 ). Y el Dios de Israel ser� tu recompensa. �l reunir� a los rezagados del ej�rcito. Esta promesa parece ser paralela a Isa�as 40:10 .

No habr� aglomeraciones ni muchedumbres en las que los d�biles sean pisoteados y los que se detengan se queden sin esperanza en la retaguardia. El Se�or tiene especial ternura por los t�midos, los temblorosos, los desfallecidos; �l est� detr�s de ellos para protegerlos de todos los enemigos que los persiguen. Si tienes fe como un grano de mostaza, no temas. ( JB Brown, BA .)

Porque el Se�or ir� delante de ti

La vanguardia y recompensa de la Iglesia

La Iglesia de Cristo est� continuamente representada bajo la figura de un ej�rcito; sin embargo, su Capit�n es el Pr�ncipe de Paz; su objeto es el establecimiento de la paz y sus soldados son hombres de disposici�n pac�fica. Sin embargo, la Iglesia en la tierra tiene, y hasta el segundo advenimiento debe ser, la Iglesia militante, la Iglesia armada, la Iglesia en guerra, la Iglesia conquistando. Es en el orden mismo de las cosas que as� debe ser.

La verdad no podr�a ser verdad en este mundo si no fuera una cosa en guerra. �Qu� consuelo es este texto para el creyente que se reconoce a s� mismo como un soldado, y a toda la Iglesia como un ej�rcito! La Iglesia tiene su vanguardia: "Jehov� ir� delante de ti". La Iglesia tambi�n est� en peligro por detr�s; los enemigos pueden atacarla en su parte trasera, y el Dios de Israel ser� su recompensa �.

I. Considere TODA LA IGLESIA DE DIOS COMO UN EJ�RCITO. Recuerde que una gran parte del ej�rcito est� hoy de pie sobre las colinas de la gloria; habiendo vencido y triunfado. En cuanto a la parte trasera, se extiende hacia el futuro; algunas porciones a�n no han sido creadas. Ahora, dirija sus ojos hacia el frente del gran ej�rcito de los elegidos de Dios, y ver� esta gran verdad surgiendo con gran esplendor ante usted: �Jehov� ir� delante de usted.

�No es esto cierto? �Nunca has o�do hablar del consejo eterno y del pacto eterno? �No fue eso ante la Iglesia ?. �No se ha presentado Jehov� ante Su Iglesia de hecho y de hecho? Peligroso ha sido el camino de la Iglesia desde el d�a en que abandon� el Para�so hasta ahora. �Por qu� necesito revisar todas las p�ginas de la historia de la Iglesia de Dios en los d�as de la antigua dispensaci�n? �No ha sido as� desde los d�as de Juan el Bautista hasta ahora? �C�mo pueden explicar los gloriosos triunfos de la Iglesia si niegan el hecho de que Dios ha ido antes que ella? Dios hab�a ido de antemano con su Iglesia y hab�a provisto reservas de gracia para las reservas de problemas, refugio y misericordia para las tempestades y persecuciones, abundancia de fuerzas para una prueba superflua.

"Y el Dios de Israel ser� la recompensa". El hebreo original es, "Dios de Israel te recoger�". Los ej�rcitos en tiempo de guerra disminuyen a causa de los rezagados, algunos de los cuales desertan y otros se ven vencidos por la fatiga; pero el ej�rcito de Dios est� "reunido"; ninguno abandona si es un verdadero soldado de la Cruz, y ninguno cae al camino. La Iglesia de Cristo ha sido atacada con frecuencia por la retaguardia.

A menudo sucede que el enemigo, cansado de oponerse a la marcha hacia adelante mediante una persecuci�n abierta, intenta difamar a la Iglesia con respecto a algo que ha sido ense�ado, revelado o hecho en �pocas pasadas. Ahora, el Dios de Israel es nuestra recompensa. Nunca me preocupo por los ataques de infieles o herejes, por muy vigorosamente que ataquen las doctrinas del Evangelio. Si buscan ser resistidos por la mera raz�n, miran en vano.

Si deben atacar por la retaguardia, que luchen con el mismo Jehov�. Pero estoy pensando que quiz�s las pruebas posteriores de la Iglesia puedan representar la recompensa. Quiz�s vendr�n a la Iglesia persecuciones m�s feroces de las que jam�s haya conocido. Pero por muy feroces que sean esos problemas, Dios, que se ha presentado a Su Iglesia en tiempos antiguos, se mantendr� en la retaguardia, y ella, que ha sido Ecclesia victrix , la Iglesia, la conquistadora, seguir� siendo la misma, y ??su retaguardia. constituir� al fin una parte de la Iglesia triunfante, aunque ya glorificada. �Puedes concebir ahora el �ltimo gran d�a cuando Jehov�, la recompensa, juntar� a su pueblo?

II. COMO NOS RESPETA, COMO CREYENTES INDIVIDUALES. Se presentan dos problemas, el futuro y el pasado. Recuerda, no eres un hijo de la casualidad.

1. Detente y date cuenta de la idea de que Dios se ha ido antes, trazando el camino.

(1) Dios ha ido antes que usted en el decreto de su predestinaci�n.

(2) En los preparativos reales de Su providencia.

(3) En la encarnaci�n de Cristo. En cuanto a nuestros problemas futuros, Jesucristo los ha soportado todos antes. En cuanto a la tentaci�n, �l "ha sido tentado en todo seg�n nuestra semejanza, pero sin pecado". En cuanto a las pruebas y los dolores, ha sentido todo lo que podemos sentir, e infinitamente m�s. En cuanto a nuestras dificultades, Cristo ha recorrido el camino antes. Podemos estar seguros de que no iremos a ning�n lugar donde Cristo no haya ido.

(4) Tambi�n est� esta reflexi�n, que, en la medida en que Cristo ha ido antes que nosotros, �l ha hecho algo en ese ir antes, porque ha vencido a todo enemigo que se encuentra en su camino.

2. Escucho a alguien decir: �El futuro rara vez me preocupa; es el pasado - lo que he hecho y lo que no he hecho - los a�os que han pasado - c�mo he pecado y c�mo no he servido a mi Maestro como deber�a. El Dios de Israel ser� tu recompensa. Note los diferentes t�tulos. El primero es "Jehov�": "Jehov� ir� delante de ti". Ese es el YO SOY, lleno de omnisciencia y omnipotencia. El segundo es "Dios de Israel", es decir, el Dios de la Alianza.

Queremos al Dios del Pacto detr�s, porque no es en la capacidad del YO SOY, el omnipotente, que lo requerimos. Perm�tanme pensar siempre que tengo a Dios detr�s de m� y delante de m�. No dejes que los recuerdos del pasado, aunque me causen dolor, me desesperen. ( C. H . Spurgeon .)

Dios nuestro guardi�n y gu�a

I. EL CAMINO DEL BUEN HOMBRE ES MEJORADO CON PELIGROS.

1. Hay peligros que surgen por detr�s. Los enemigos m�s letales son los que nos atacan por la espalda. El viajero puede ser alcanzado por la pestilencia y la muerte, que yacen insospechadas en los mismos lugares por los que pas� entre risas y canciones. El hombre nunca se aleja de su pasado.

(1) Los peligros nos sobrevienen por los errores del pasado. Los errores pueden ser bastante inocentes, pero desafortunadamente para nosotros, la naturaleza castiga los errores como si fueran delitos. El fuego arde de la misma manera, ya sea que se encienda inocentemente o con malicia. El agua se ahoga independientemente de la forma en que la gente entre. Accidente o crimen, a la Naturaleza le da lo mismo. Una indiscreci�n puede arruinar su salud, arruinar su negocio y arruinar la paz de su hogar, sin duda un pecado deliberado.

La pura inexperiencia es responsable de muchos desastres. Y cada desatino de hoy env�a un enemigo que pone en peligro la vida del ma�ana. Otras complicaciones surgen del hecho de que gran parte de nuestra vida est� ligada a la vida de los dem�s. Tanto las locuras como los pecados de los padres llegan a la tercera o cuarta generaci�n.

(2) Los peligros nos sobrevienen de los pecados del pasado. �Es el und�cimo mandamiento que m�s temo�, le dijo un d�a un borracho a un evangelista. "�Y qu� es eso? pregunt� el buscador de almas. "Aseg�rate de que tu pecado te descubra". Y si los errores puros sobreviven y persiguen, cu�nto m�s nuestros pecados. No hay mayor enga�o que imaginar que el pecado se puede cometer, encubrir, olvidar y acabar.

El pecado engendra. Y su progenie mata al transgresor. A la siembra de avena silvestre le sigue la inevitable cosecha. Una mala acci�n, una vez realizada, nunca se puede deshacer: ni siquiera por la gracia de Dios. Y en �l puede acechar un enemigo que a�os despu�s puede levantarse y golpear su arma mortal en su espalda. La vejez puede encontrarlo lleno de los pecados de su juventud. Los pecados que se dejaron hace mucho tiempo pueden vivir en su memoria. El hombre nunca olvida, una palabra casual, una mirada inconsciente, un gesto inocente pueden tocar una cuerda adormecida, y toda la escena vive tan v�vidamente como siempre.

Ni el remordimiento ni el arrepentimiento pueden borrar lo horrible que est� ante sus ojos. Te asustar� en el mismo lugar sant�simo y perturbar� tu comuni�n con Dios. Si no es perdonado, llenar� tu vejez de terror y tus �ltimos momentos con los horrores del infierno. Las tentaciones m�s terribles acechan en la memoria de las transgresiones pasadas, incluso despu�s de que el pecado ha sido abandonado y perdonado. He conocido a un santo que cumpli� ochenta a�os y se lamentaba con l�grimas de que, mientras olvidaba los himnos que hab�an sido su deleite durante sesenta a�os, los c�nticos lascivos de su adolescencia volv�an sobre �l con una intensidad y una fuerza abrumadoras.

No pod�a rezar, pero alg�n coro jovial y sucio insist�a en ser cantado. Es por detr�s que el diablo golpea a casa y golpea con fuerza. Mire las consecuencias del pecado si se da cuenta de las terribles fuerzas que surgen desde atr�s. El diablo te persuadi� de que no habr�a consecuencias. Fue un placer pasajero. Estabas bien por la ma�ana y pensaste que todo hab�a terminado. Nunca se acaba.

Eso fue solo el comienzo. La bebida, los juegos de azar, la lujuria, la pasi�n y la codicia, han seguido sigilosamente durante a�os y se han apoderado de los hombres desprevenidos. Los terribles resultados del pecado pueden perseguirte en tu cuerpo. Un hombre que nunca m�s que una vez entr� en la casa de la mujer de la que Salom�n dice cosas tan terribles, durante casi medio siglo pas� por el mundo torcido y con dolor. Lo m�s terrible que s� que le puede ocurrir a un hombre de su pasado es ver su propio pecado obrando la ruina en el alma de otro.

�Qu� anfitri�n nos sigue de cerca! Todo el camino est� lleno de enemigos malignos y feroces que buscan destruirnos. Y casi todos, si no todos, de nuestra propia creaci�n. Son el fruto de nuestra locura, nuestro pecado, nuestra verg�enza.

2. Hay peligros por delante. Felizmente, ning�n hombre puede ver muy lejos.

II. EL CAMINO DEL BUEN HOMBRE TAMBI�N ES MEJOR CON DIOS. El Se�or est� en la parte trasera para proteger y en la camioneta para guiar.

1. Dios se interpone entre nosotros y nuestro pasado.

(1) Perdonar su pecado.

(2) Cortar nuestra retirada. La antigua vida egipcia ten�a una extra�a fascinaci�n por las personas liberadas. La tendencia a la reincidencia est� en todos nosotros. Pero la retaguardia est� entre nosotros y Egipto. Evitar� nuestra retirada y, con una orden brusca, nos impulsar� a avanzar hacia la tierra de las uvas. Necesitamos ser salvados de nosotros mismos, y �l nos librar� tan completamente que el �ltimo anhelo de Egipto morir�, y todo nuestro deseo ser� el Cana�n de amor perfecto.

(3) Para defenderse de sus asaltos. Nuestros peores enemigos est�n a nuestras espaldas, donde estamos m�s indefensos. El diablo ataca por detr�s. Pero no temas, Dios est� en la retaguardia.

(4) Para hacer de nuestros enemigos Sus esclavos. Tanto las fuerzas del infierno como las huestes del cielo est�n bajo su control.

2. Dios nos precede en todo el camino del futuro. No sabemos el camino, pero �l lo sabe, cada cent�metro de �l. Porque �l lo prepar� y lo design�. Y m�s que eso. �l lo ha pisado y probado antes de que nuestros pies lo toquen. �l sabe. Es suficiente. El lidera. Yo sigo. Seguimos el mismo camino. Compartimos el mismo camino. �Por qu� deber�a temer? �l va delante de nosotros en todo nuestro servicio para �l. Felipe encontr� al eunuco ya preparado para su mensaje.

Y Anan�as encontr� a Saulo esperando recibir sus ministraciones. As� que al ir a nuestro servicio, encontraremos que el Se�or ha estado all� antes que nosotros preparando nuestro camino. El movimiento Divino siempre va hacia adelante. Dios est� atrasado, pero nunca se vuelve atr�s. �l va delante y toda la hueste avanza. Nuestra �nica seguridad est� en progreso. ( S . Chadwick .)

Versículos 13-15

He aqu�, mi siervo actuar� con prudencia

La humillaci�n y exaltaci�n de Cristo

I. EL ESTADO DE HUMILIACI�N DE CRISTO. "Como muchos se asombraron de ti", etc.

1. Considere sus sufrimientos externos o corporales.

2. Sus dolores internos, las agon�as de Su mente, no tienen paralelo.

II. LA EXALTACI�N DE NUESTRO SALVADOR. He aqu�, Mi Siervo actuar� con prudencia, etc. La exaltaci�n de Cristo puede considerarse bajo cuatro detalles.

1. Su resurrecci�n de entre los muertos.

2. Su ascensi�n al cielo.

3. Su glorificaci�n a la diestra del Padre.

4. Su venida de nuevo al juicio.

Mejora pr�ctica:

1. Lo que se ha dicho sobre el tema de los sufrimientos del Redentor, debe despertar toda nuestra gratitud y amor hacia �l, quien f�cilmente entr� y pas� por toda esta escena de dolor por nosotros.

2. Dejemos que esto nos excite a un mayor celo y diligencia en Su servicio; como la mejor expresi�n de nuestro agradecimiento y amor.

3. La consideraci�n del amor y los sufrimientos de Cristo por nosotros debe inspirarnos con la m�s firme fortaleza y fidelidad, en la defensa de su causa y el honor de su Evangelio contra toda oposici�n, y en el sufrimiento por ella.

4. Bajo cada aflicci�n de la vida, volvamos nuestros ojos hacia nuestro Redentor sufriente, como un modelo perfecto de paciencia.

5. Triunfemos en la fe y los puntos de vista de un Salvador triunfante. ( A. Mason, MA .)

El triunfo seguro del crucificado

I. EL CAR�CTER DE LOS NEGOCIOS DE NUESTRO SE�OR. Se le llama �Mi Siervo�, t�tulo tan honorable como condescendiente, y se dice que trata con prudencia. El que tom� la forma de siervo, act�a como siervo sabio en todo; y de hecho no podr�a ser de otra manera, porque �en �l est�n escondidos todos los tesoros de la sabidur�a y el conocimiento�.

1. Esta prudencia se manifest� en los d�as de su carne, desde su ni�ez entre los doctores del templo hasta su confesi�n ante Poncio Pilato. Nuestro Se�or estaba entusiasmado; pero ese entusiasmo nunca lo llev� a la temeridad. Nuestro Salvador estaba lleno de amor, y ese amor lo hizo franco y de coraz�n abierto; pero a pesar de todo lo que fue, siempre prudente, y �no se comprometi� con nadie, porque sab�a lo que hab�a en el hombre.

�Demasiados que aspiran a ser l�deres del pueblo estudian pol�tica, oficio y diplomacia. El Amigo de los pecadores no ten�a ni una fracci�n de eso en �l; y, sin embargo, era m�s sabio que si la diplomacia hubiera sido su estudio desde su juventud.

2. El que en la tierra se hizo obediente hasta la muerte, ahora ha entrado en la gloria, pero todav�a est� sobre la casa de Dios, dirigiendo sus asuntos; Todav�a trata con prudencia. Nuestros temores nos llevan a juzgar que los asuntos del reino de Cristo van mal, pero podemos estar seguros de que todo est� bien, porque el Se�or ha puesto todas las cosas bajo los pies de Jes�s. A lo largo de la historia de la Iglesia, los tratos del Se�or Jes�s con Su pueblo han sido muy notables.

La sabidur�a en ellos es a menudo profunda, y solo la pueden descubrir aquellos que la buscan, y sin embargo, con frecuencia brilla en la superficie como el oro en ciertas tierras al otro lado del mar. Note c�mo el Se�or ha hecho que Su Iglesia aprenda la verdad gradualmente y la purific� primero de un error y luego de otro. El m�dico sabio tolera la enfermedad hasta que haya alcanzado el punto en el que pueda lidiar con ella, para erradicarla del sistema, as� el buen Dios ha permitido que algunos males se infecten en medio de Su Iglesia, para que finalmente pueda exterminarlos.

Estudie las p�ginas de la historia eclesi�stica y ver� c�mo Jesucristo ha obrado sabiamente al levantar hombres id�neos para todos los tiempos. No podr�a suponer un hombre mejor para la edad de Lutero que Lutero, sin embargo, Lutero solo habr�a sido muy incompleto para el servicio completo necesario si no hubiera sido por Calvino, cuyo intelecto tranquilo era el complemento del alma ardiente de Lutero.

3. Otra traducci�n del pasaje es: "Mi Siervo tendr� �xito pr�spero". Agreguemos ese significado al otro. La prosperidad brotar� de los tratos prudentes de nuestro Se�or.

4. Como consecuencia de esto, el Se�or ser� exaltado y ensalzado.

II. EL TROPEZO-BLOQUE EN EL CAMINO DE NUESTRO SE�OR. Es Su Cruz, que para jud�os y griegos es siempre un obst�culo. Como si el profeta vio �l en visi�n, �l grita, �Como muchos se asombraron de ti�, etc .

1. Ha resucitado de la tumba y ha entrado en Su gloria, pero la ofensa de la Cruz no ha cesado, porque en Su Evangelio permanece la imagen de Su rostro desfigurado, y por eso los hombres la desprecian. La predicaci�n de la cruz es una locura para muchos.

2. La parte pr�ctica del Evangelio es igualmente una piedra de tropiezo para los imp�os, porque cuando los hombres preguntan qu� deben hacer para ser salvos, se les dice que deben recibir el Evangelio como ni�os peque�os, que deben arrepentirse del pecado, y cree en el Se�or Jesucristo. �Preceptos muy humillantes para la autosuficiencia humana! Y despu�s de ser salvos, si preguntan qu� deben hacer, los preceptos no son los que se recomiendan a la orgullosa naturaleza humana, porque son tales como estos: "Afectos bondadosamente los unos a los otros", "soport�ndonos los unos a los otros". y perdon�ndose unos a otros como Dios los ha perdonado a ustedes por amor de Cristo �. Para el mundo que ama a los conquistadores, y los toques de trompetas y las coronas de laurel, esta clase de ense�anza tiene un rostro desfigurado y una forma desagradable.

3. Entonces, lo que parece a�n m�s humillante, el Se�or Jesucristo en Su prudente proceder env�a este Evangelio entre nosotros por medio de hombres que no son ni grandes ni nobles, ni siquiera entre los sabios de este mundo.

4. Peor a�n, si peor puede ser, las personas que se convierten y siguen al Salvador son generalmente de la clase m�s pobre y poco estimadas.

III. LA CERTEZA DE LA REMOCI�N DE ESTE TROPIEZO-BLOQUE y la expansi�n del reino de Cristo. As� como Su rostro fue desfigurado, ciertamente �esparcir� sobre muchas naciones�; por lo que entendemos, en primer lugar, que las doctrinas del Evangelio deben caer en una copiosa lluvia sobre todos los pa�ses. Este rociado debemos interpretarlo de acuerdo con las ceremonias mosaicas. Hubo una aspersi�n con sangre, para presentar el perd�n del pecado, y una aspersi�n con agua para establecer la purificaci�n del poder del pecado.

La influencia de Su gracia y el poder de Su obra se extender� no solo sobre la gente com�n, sino tambi�n sobre sus l�deres y gobernantes. "Los reyes cerrar�n la boca ante �l"; no tendr�n palabra que decir contra �l; ser�n tan sometidos por la majestad de su poder que en silencio le rendir�n reverencia y se postrar�n ante su trono.

IV. LA MANERA DE SU CUMPLIMIENTO. �C�mo suceder�? �Habr� una nueva maquinaria? �Se convertir� el mundo y se har� que los reyes cierren la boca mediante alg�n nuevo modo de operaci�n? No me parece. �Tomar�n los santos la espada alg�n d�a? No, el camino que ha sido desde el principio de la dispensaci�n durar� hasta su fin. Le agrada a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicaci�n.

1. Seg�n este pasaje, estos reyes y naciones son ante todo para escuchar. "La fe viene por el o�r". Si quieren escuchar, debemos predicar y ense�ar, de modo que nuestro claro deber es seguir difundiendo el Evangelio.

2. Estas personas parecen no s�lo haber o�do, sino haber visto. "Lo que no les hab�a sido dicho, ver�n". Esta visi�n no es con sus ojos corporales, sino con las percepciones de sus mentes. La fe llega cuando el alma percibe lo que significa el Evangelio.

3. Despu�s de haberlo visto, se desprende del texto que consideraron. "Lo que no hab�an o�do, lo considerar�n". As� es como se salvan los hombres: escuchan el Evangelio, captan su significado y luego lo consideran. Cuando vieron y pensaron en silencio, aceptaron al Se�or como su Se�or, porque le cerraron la boca; cesaron de toda oposici�n; silenciosamente renunciaron a sus voluntades y rindieron lealtad al gran Rey de reyes. ( C. H . Spurgeon .)

El car�cter y obra del Mes�as

I. LA INTRODUCCI�N DEL CRISTIANISMO AL MUNDO, POR LOS MISTERIOSOS SUFRIMIENTOS DE SU DIVINO FUNDADOR. "�He aqu� mi siervo!" El �asombro de muchos� evidentemente se refiere a la aparente inconsistencia entre las altas pretensiones y la condici�n deprimida de este Siervo de Dios. En verdad, el plan del cristianismo, con su introducci�n en el mundo, est� muy por encima de los c�lculos de la sagacidad humana.

II. LA DECLARACI�N DEL PROFETA CON RESPECTO A LA DIFUSI�N UNIVERSAL DE LA RELIGI�N DE CRISTO EN LA TIERRA. �Mi Sirviente actuar� con prudencia. �l ser� ensalzado y ensalzado y muy exaltado ".

1. La expresi�n, "�l actuar� con prudencia", en el margen, se traduce, "�l prosperar�"; y as� toda la cl�usula declara la misma verdad: el triunfo y el �xito del Hijo de Dios. Si muchos se asombraron de su humillaci�n, un n�mero mucho mayor se asombrar� de su exaltaci�n.

2. Este gran y glorioso logro lo llev� a cabo por medios que no estaban dentro del alcance del discernimiento mortal. Fue por la muerte que conquist� a la muerte. Fue por una perfecta obediencia en acci�n y en sufrimiento, que se convirti� en el segundo Ad�n, la Cabeza espiritual de una raza nueva y m�s feliz. Plant� su religi�n en la tierra, opuesto al desprecio hostil, la malicia implacable y el poder desp�tico.

La causa de Cristo logr� sus victorias por su propio poder inherente. Sus seguidores eran, en verdad, fuertes; pero fue en fe, pureza y caridad. As� el Siervo de Dios prosper�, fue exaltado y lleg� a ser muy enaltecido.

3. Pero su reinado sobre la tierra es todav�a muy limitado y sus conquistas incompletas.

III. LO QUE PODEMOS OBTENER DE ESTA CUENTA PROF�TICA RESPECTO DEL PROCESO POR EL CUAL EL REINO DEL MES�AS SER� AS� ESTABLECIDO TOTAL Y FINALMENTE. �Como muchos se asombraron de ti, as� esparcir� �l sobre muchas naciones; los reyes �, etc. Nos vemos llevados a inferir:

1. Que habr� una amplia dispersi�n del conocimiento Divino sobre las naciones paganas y musulmanas; porque los hombres no pueden ver o considerar lo que no se les presenta primero.

2. Las naciones fijar�n su atenci�n ansiosa en las verdades que se les declaren.

3. Impresionados con santo temor, asumir�n la actitud de humillaci�n y sumisi�n. Comprendo que la expresi�n �los reyes cerrar�n la boca ante �l� implica la sumisi�n de naciones enteras, aqu� representadas por reyes; porque, como la recepci�n del cristianismo por parte de los gobernantes de un pa�s requiere el derrocamiento de todo sistema de pol�tica religiosa previamente establecido, tal recepci�n p�blica implica, m�s o menos, la sumisi�n de la masa del pueblo.

4. �l perdonar� sus iniquidades y santificar� sus corazones. ��l rociar� a muchas naciones�; es decir, en alusi�n a las calumnias bajo la ley, por las cuales el pueblo fue santificado, el Hijo de Dios aplicar� a las almas de las multitudes regeneradas la sangre de Su gran expiaci�n y las sagradas influencias de Su Santo Esp�ritu. Entonces, "nacer� una naci�n en un d�a". ( GT Noel, MA )

Una visi�n triple de la persona y obra de Jesucristo

1. SU OBRA A CONTINUACI�N. Se le llama el "Siervo" del Se�or. �Como muchos se asombraron de ti�, etc. Los disc�pulos lo vieron en la cruz; Lo miraron con asombro y apenas se recuperaron al tercer d�a. Las mujeres que lo siguieron de Galilea a Jerusal�n, se mantuvieron a distancia y se golpearon el pecho mientras lo mataban; y los miles de hombres a quienes �l hab�a sanado y curado, miraban con asombro la ignominiosa terminaci�n de tal vida. Incluso los elementos parec�an unirse a la consternaci�n universal; el sol se neg� a brillar y se escondi� en las tinieblas; la luz de la luna se nubl�.

II. PIENSE EN �L SENTADO EN GLORIA SOBRE SU TRONO. "�l ser� ensalzado y ensalzado, y ser� muy exaltado".

1. Ser� exaltado. Esto se relaciona con su autoridad y poder. En verdad, un nombre est� escrito en Su vestidura y en Su muslo, y ese nombre es "REY DE REYES Y SE�OR DE SE�ORES".

2. Ser� ensalzado. Ha sido el deleite de todo ap�stol, de todo evangelista, de todo misionero, de todo ministro, de todo cristiano, ensalzarlo; y cuando hemos hecho nuestro mejor esfuerzo, es nuestro dolor, verg�enza y humildad que no podemos ensalzarlo m�s.

3. "�l ser� muy alto", o, si prefiere el lenguaje del ap�stol, "en todas las cosas tendr� la preeminencia".

III. Las obras de misericordia que el Salvador est� realizando EN SU EXALTADO ESTADO. Presenta Su Evangelio de acuerdo con Su promesa. ��l rociar� a muchas naciones�. Esto denota el oficio de Cristo. �Los reyes cerrar�n la boca ante �l. Este texto se explica mejor citando un pasaje en el que Job, hablando de s� mismo como el magistrado principal, dice: ��Cuando sal� a la puerta de la ciudad, cuando prepar� mi asiento en la calle! los j�venes me vieron �, etc.

( Job 29:7 ). Tal fue el respeto por la dignidad de este hombre de Dios, que en su presencia los nobles y los ancianos no hablaron, sino que impusieron silencio en sus labios; as� ser� con los potentados y monarcas de la tierra en presencia de Aquel "que es m�s grande que todos". ( J . Stratten .)

El rostro de cristo

Nuestro Se�or Jesucristo llev� desde la antig�edad el nombre de �Maravilloso� , y la palabra parece demasiado pobre para expresar Su maravillosa persona y car�cter. Es asombroso que haya existido un Cristo; la Encarnaci�n es el milagro de los milagros; que Aquel que es el Infinito se convierta en un infante.

I. FUE UNA GRAN MARAVILLA EN SUS DUELOS.

II. �L FUE UNA GRAN MARAVILLA EN SU GLORIA. ( C. H . Spurgeon .)

�l ser� exaltado y ensalzado, y ser� muy exaltado

La exaltaci�n del Salvador

Obtenemos la siguiente serie de pensamientos: "Se levantar�, ser� a�n m�s exaltado, se mantendr� en alto". Los tres verbos significan as� comienzo, progreso y resultado, o el cl�max de la exaltaci�n. ( F . Delitzsch, DD ).

Versículos 14-15

Como muchos se asombraron de ti

La humillaci�n de Cristo y sus consecuencias

I. LA DESIGUALDAD Y EL DOLOR DEL MES�AS. Desigual

1. Por la dignidad anterior de la que descendi�.

2. Si rastreamos las diversas etapas de Su humillaci�n. �Naci�? No era de padres opulentos. A medida que crec�a, se convirti� en objeto de envidia. Cuando salt� a la juventud, no fue para blandir un cetro ni para gobernar a millones, sino para trabajar con su reputado padre. A medida que avanzaba en Su curso, fue expuesto a las burlas y la malicia de jud�os y gentiles, etc. Observe los sufrimientos del Salvador en la luz que desee, y encontrar� que Sus sufrimientos fueron variados e intensos.

Sufri� como hombre; de la necesidad - de la fatiga - de la pobreza - de la corona de espinas puesta en Su cabeza, etc. Sufri� civilmente, como miembro de la sociedad. Se prefer�a a un insurrecto y un asesino antes que a �l. Sufri� espiritualmente, por las espesas andanadas de dardos de fuego que le arrojaron y por lo oculto del semblante de su Padre. Y observe las asociaciones que probablemente agravar�an Sus sufrimientos. "Todos lo abandonaron y huyeron".

3. Los sufrimientos y aflicciones de nuestro Salvador derivaron adicionalmente conmoci�n y exquisitez del mismo car�cter que �l ten�a. "Muchos se asombraron de ti". As� eran los espectadores, que se golpeaban el pecho y volv�an, despu�s de haber visto estas cosas. Los demonios se asombraron al ver c�mo retroced�an todos los ejes de su malicia. Los �ngeles estaban asombrados mientras le serv�an. As� que todav�a es una maravilla para muchos; y si no es as� para nosotros, es por nuestra insensibilidad e indiferencia criminal.

II. LAS MOMENTOSAS CONSECUENCIAS POR LAS CUALES SUS SUFRIMIENTOS Y DOLORES DEBEN SER SEGUIDOS. �As� rociar� a muchas naciones�. Hay una referencia directa a las diversas aspersiones y abluciones bajo la ley de Mois�s. Estos eran de tres clases:

1. Una aspersi�n de la sangre de expiaci�n una vez al a�o.

2. Una aspersi�n de agua sobre la persona impura, llamada agua de separaci�n, por la cual una persona era separada para un prop�sito santo.

3. Una aspersi�n de agua y de sangre sobre el leproso, por lo que fue declarado limpio y ya no necesit� permanecer fuera del campamento.

Combine estas ideas y le dar�n los dos grandes dise�os de la muerte de nuestro Salvador: una propiciaci�n y una purificaci�n. Y recuerde que estos dos grandes e importantes fines de la muerte de nuestro Salvador siempre deben estar asociados. Aqu� vemos su superioridad sobre las calumnias legales. ( J. Clayton, MA .)

Una doble maravilla

I. EL ASOMBRO PRODUCIDO POR LA HUMILIACI�N DE NUESTRO SALVADOR.

1. �Muchos se asombraron de ti�, asombrados, sin duda, por la desilusi�n de sus expectativas. Hab�an buscado un segundo Josu�, que marchar�a a la cabeza de ellos y los conducir�a de victoria en victoria hasta que todos sus enemigos hubieran ca�do bajo sus pies. Hab�an esperado otro hijo de Isa�, que har�a terrible el nombre de Israel para las naciones vecinas. Y cuando vieron al Redentor del mundo y lo encontraron sin ninguno de los atributos externos que consideraban esenciales para Su car�cter, se sintieron ofendidos con �l, y su asombro fue de indignaci�n y amarga decepci�n. "�No es este el hijo del carpintero?"

2. Pero nuestro texto contin�a describiendo algunas causas especiales de este asombro. �Su rostro estaba tan desfigurado, m�s que el de cualquier hombre, y Su forma m�s que la de los hijos de los hombres�. Mientras que m�s adelante el profeta agrega: �No tiene forma ni hermosura; y cuando lo veamos, no hay belleza para que lo deseemos �. No creo que expresiones como estas tengan la intenci�n de representar a la persona del Salvador como naturalmente defectuosa en belleza o dignidad, aunque a menudo se han entendido as�, porque podemos concluir razonablemente que la forma que Dios dio a su propio Hijo fue una de lo mejor y lo m�s perfecto, y que los rasgos de su rostro eran tan expresivos como los rasgos humanos pueden serlo de la inteligencia, la dignidad y el amor.

Sin embargo, hab�a una maravillosa mezcla de mansedumbre con esta inteligencia, de humillaci�n con esta dignidad y de dolor con este amor. Nunca hubo un semblante tan radiante de santidad; sin embargo, nunca hubo uno tan surcado por las l�neas que hab�a dejado la maldici�n. Los pecadores que no se arrepienten, como los jud�os de anta�o, est�n hasta el d�a de hoy asombrados "sin" beneficiarse al ver los sufrimientos del Redentor.

II. El texto dice, aludiendo a la ley ceremonial, �l rociar� a muchas naciones �, etc. Aqu� percibimos LA DIFERENCIA DE EFECTO que produce ese asombro que fluye del desprecio, y el que se produce por la consideraci�n reverencial de un objeto de valor infinito y dignidad. El primero abre los labios y el segundo los sella. El primero acumula ep�tetos de desprecio. Pero muy diferente ser� el resultado de esa maravilla que llenar� el pecho cuando el Salvador comience a dar una prueba convincente de la grandeza y universalidad de Su triunfo.

. �Entonces los reyes le cerrar�n la boca�. "Viendo el progreso de Su reino", dice Vitrings, "revocar�n sus edictos contra �l, y as� cerrar�n la boca ante �l". Entonces la maravilla se volver� demasiado grande para expresarla. Una vez m�s, "Lo que no les hab�a sido dicho, ver�n". La ignorancia general que prevalece entre los hombres, incluso los m�s nobles y los m�s educados, sobre temas religiosos, es a menudo m�s asombrosa.

Para limpiar el coraz�n, para santificar el alma, no hay poder sino de Dios; y as�, siempre que un pecador se convierte del error de sus caminos, se le lleva a reconocer, "esto es obra del Se�or". Pero el verdadero cumplimiento de la predicci�n que tenemos ante nosotros requiere cosas m�s grandes que estas. Habr� un tiempo en que altos y bajos, ricos y pobres, reyes y s�bditos, todos estar�n asombrados por los triunfos de la Cruz de Cristo.

"Lo que no hab�an o�do, lo considerar�n". Se preocupar�n por las cosas que llamen su atenci�n. No les bastar� con ser meros espectadores del triunfo del Salvador; se interesar�n profundamente en �l; todos sus pensamientos, afectos, esfuerzos, tender�n hacia �l. ( S. Bridge, MA .)

La perseverancia y el �xito de Cristo

I. LA RESISTENCIA DEL SALVADOR.

II. EL �XITO DEL SALVADOR. ( S. Bridge, MA )

Su rostro estaba tan estropeado m�s que el de cualquier hombre

El rostro estropeado

I. EL ROSTRO DE CRISTO TAN HERMOSO FUE F�CILMENTE CASADO. La perfecta belleza de Dios fue la hermosura reflejada de Cristo. La perfecci�n se corrompe f�cilmente; cuanto m�s hermoso es algo, m�s f�cilmente se da�a.

II. EL ROSTRO DE CRISTO ERA UN �NDICE DE SU VIDA Y OBRA. Su rostro contaba la historia de su vida interior. �sta fue la raz�n principal de la hermosura del rostro de Jes�s. Su coraz�n estaba lleno de pensamientos puros y blancos y, en consecuencia, rayos de belleza se dispararon a trav�s de Sus ojos tiernos. En Su interior ard�a la luz de la tranquilidad, que encontr� expresi�n en Su semblante tranquilo y pac�fico. Todas las virtudes m�s grandiosas de esta vida se pod�an ver en el rostro de Jes�s. Y, sin embargo, esta belleza se vio empa�ada, la luz de Su luz interior sufri� un eclipse negro.

Su rostro tambi�n era un �ndice de su obra. Cuando ves a un hombre en la calle, a menudo puedes saber si es estudiante, artista o trabajador. El empleo deja cierta impresi�n en el rostro. El empleo de Cristo debe haber revelado su rostro. En su compasi�n por las almas, "suspir� profundamente en esp�ritu", "gimi� y se turb�". Palabras como estas transmiten una idea del desgaste que Jes�s tuvo que soportar.

III. SE DAN INSTANCIAS ESPECIALES DEL CASO DE SU ROSTRO. En la tumba de L�zaro, cuando las hermanas se lamentaban por su hermano muerto, Cristo se uni� al dolor y llor�, con el rostro manchado de l�grimas. En la frente del Monte de los Olivos, mientras miraba la ciudad amada, comenz� a llorar, y en el huerto de Getseman�, mientras el sudor ca�a de �l en gotas como sangre, se postr� sobre su rostro y or�; en la sala del juicio, estando de pie en presencia de sus acusadores, leemos: �Y algunos empezaron a escupirle, a cubrirle el rostro, a abofetearle y a decirle: Profetiza, y los siervos le hirieron con las palmas de sus manos ". Degradaron a Jes�s tanto como pudieron, dirigiendo sus golpes e insultos a Su rostro; tal trato influir�a mucho en Su apariencia.

IV. DEBE HABER HABER ALGO ATRACTIVO EN EL ROSTRO DE JES�S. El hombre medio no pod�a ver belleza en Jes�s; aun as�, los ni�os se sintieron atra�dos por �l, y los ni�os, por regla general, son repelidos o conquistados con una mirada. Fue por una mirada que Jes�s gan� a Pedro de un estado de reca�da. En conclusi�n, nos gusta pensar que Dios tiene el mismo rostro que el de Jes�s. Los cient�ficos hablan de �una esencia�, �una gran primera causa�, �algo en abstracto�, pero con tales definiciones nos extraviamos y no podemos entender a Dios.

Por fe, como dice el Dr. Saphir, "vemos el rostro de nuestro amado Dios y lo buscamos como un amigo" o, como uno de los antiguos, decimos: "Tu rostro, Se�or, buscar�". Esperamos ver alg�n d�a el rostro de Jes�s. ( WK Bryce. )

Versículo 15

As� rociar� a muchas naciones

Rociando las naciones

"Espolvorear;" posiblemente "sobresaltar", motivo para levantarse con asombro y reverencia.

Las naciones estaban familiarizadas con las aflicciones y abyecciones del Siervo; de repente, y sin que se d� cuenta de ello, ven Su elevaci�n y se paran en reverencial silencio ante �l. ( AB . Davidson, DD .)

Las doctrinas peculiares del cristianismo, el tema de la profec�a antigua.

I. EL CUMPLIMIENTO DE ESTA PROFEC�A EN GENERAL. Esta profec�a ya se ha cumplido en parte, en la difusi�n difusa del Evangelio por todo el mundo: muchas naciones de las cuales se han rociado abundantemente con sus doctrinas divinas y se han hecho cristianos nominales; y muchos individuos en esas naciones se convirtieron en verdaderos conversos, en virtud de esa "sangre rociada que habla mejores cosas que la sangre de Abel".

II. ALGUNAS DE ESAS DOCTRINAS PECULIARES DEL CRISTIANISMO QUE PODEMOS SUPUESTAR ESTAREMOS REFERIDAS AQU�, la mayor�a de las cuales eran en gran medida, y algunas de ellas en total, desconocidas para el mundo, antes de la llegada del Mes�as.

1. La doctrina de la apostas�a del hombre y la forma en que el mal moral hizo su primera entrada al mundo.

2. El m�todo de recuperaci�n del hombre de las miserias de su estado ap�stata, por la mediaci�n y redenci�n de Cristo.

3. La renovaci�n de nuestra naturaleza por las operaciones bondadosas del Esp�ritu Santo.

4. La doctrina de la Sant�sima Trinidad.

5. La encarnaci�n del Hijo de Dios.

6. La doctrina de la gracia.

7. Las operaciones bondadosas y eficaces del Esp�ritu Santo en el coraz�n del hombre.

8. La resurrecci�n del cuerpo.

9. Varias circunstancias particulares relacionadas con el juicio final son los descubrimientos peculiares de la revelaci�n cristiana, que Cristo ser� el Juez, etc.

10. La indudable certeza de un futuro estado de recompensas y castigos. ( A. Mason, MA .)

El Cristo resucitado ganando a las naciones

El obispo George Augustus Selwyn era un tipo espl�ndido de cristiano musculoso. Como misionero era una fuerza poderosa, y como amigo era amado universalmente. Un incidente en su carrera como Obispo Misionero de Nueva Zelanda muestra bien qu� clase de hombre era. El gobernador Gray y el obispo Selwyn estaban juntos en una expedici�n a pie, y era domingo de Pascua. "�Cristo ha resucitado!" Selwyn acogi� el d�a con reverencia y su compa�ero se uni�: "�Realmente ha resucitado!" Estaban en comuni�n con ese esp�ritu cuando se trajo un paquete de cartas a la tienda.

Uno para Selwyn la noticia de la muerte de Siapo, un isle�o de la lealtad, que se hab�a convertido al cristianismo bajo sus ense�anzas y que estaba siendo educado con otros nativos en su seminario en Auckland. El obispo, abrumado por el dolor, rompi� a llorar; luego rompi� algunos momentos de silencio con las palabras: ��Vaya, no has derramado una sola l�grima! �No�, dijo el gobernador, �he estado tan absorto en mis pensamientos que no pude llorar.

He estado pensando en la profec�a de que hombres de todas las razas se reunir�an en el reino de los cielos. He tratado de imaginar el asombro y la alegr�a que reinaba all� con la llegada de Siapo, el primer cristiano de su raza. Le agradar�a la evidencia de que otra gente del mundo ha sido agregada a la ense�anza de Cristo �. "S�, s�", dijo Selwyn, sec�ndose las l�grimas, "esa es la verdadera idea para entretener, y no llorar� m�s". ( Edad cristiana .)

Los reyes cerrar�n la boca ante �l

La maravillosa monarqu�a

I. EL ESPECT�CULO �NICO QUE PRESENTA CRISTO. Todo lo grandioso de este espect�culo se concentra en torno a lo que este Sirviente debe ser y hacer. Observamos cinco caracter�sticas distintivas:

1. Maravillosa sabidur�a. "Mi sirviente actuar� con prudencia". Jes�s se llen� del esp�ritu de sabidur�a y entendimiento; con una mirada aguda y penetrante, vio a los hombres de principio a fin. Pero no fue s�lo confundiendo a Sus enemigos que se mostr� Su sabidur�a sobrehumana; tambi�n estaba en los medios que us� para establecer ese reino que vino a fundar. Los medios en los que el mundo habr�a confiado �l prohibi� y abjur�.

Medios que nunca antes hab�a probado eran los �nicos que usar�a. �l no tendr�a espada empleada ni para defenderse ni para extender Su dominio, �sino que equipar�a a Sus guerreros solo con �poder de lo alto�!

2. Maravilloso dolor ( Isa�as 52:14 ). Fue "var�n de dolores"

3. Maravillosa elevaci�n. �Se levantar�, ser� exaltado y ser� glorificado en gran manera�. Estas palabras indican exactamente la resurrecci�n, la ascensi�n y la exaltaci�n a la gloria mediadora.

4. Maravillosa eficacia redentora. �As� rociar� a muchas naciones�. As� como su dolor fue intenso, tambi�n ser� grande su poder redentor, como si el uno fuera una recompensa por el otro. Hab�a (entre otros) dos tipos de aspersi�n prescritos por la ley mosaica, a uno o ambos de los cuales se puede hacer una referencia aqu�. El rociado de sangre, estando hacia y sobre el propiciatorio, fue hacia Dios; la aspersi�n de agua, como sobre el levita o el leproso, era sobre la persona, hacia el hombre. Entonces, la obra de Cristo tiene este doble aspecto. El derramamiento de sangre fue el acto expiatorio de Dios en �l, por nosotros; la gracia limpiadora es el acto purificador de Dios, a trav�s de �l, en nosotros.

5. Maravilloso poder unificador. �As� rociar� a muchas naciones�. Absolver�a y santificar�a, no s�lo al jud�o, sino tambi�n al griego, �y as� abolir�a el muro de separaci�n entre Israel y los paganos, y reunir�a en una sola Iglesia santa con Israel a los que hasta ese momento hab�an sido declarados inmundos. Cu�n v�vidamente se describe el cumplimiento de esto en Hechos 10:1 .

II. �QU� HAY AQU� QUE DEBER�A LLEVAR A LOS REYES, EN PARTICULAR, A HACER ESTO? �Es que aunque los reyes y los pr�ncipes saben todo lo que la tierra tiene para dar de lujo y esplendor, ven aqu� una pompa que eclipsa a todos los dem�s? Puede que sea as�, pero creemos que el alba�il est� a�n m�s profundo. Evidentemente, es debido a algo antes desconocido que deben �cerrar la boca�, porque el texto contin�a diciendo: �Lo que no les fue dicho lo ver�n, y lo que no hab�an o�do lo considerar�n.

�En torno a qu� se juntan los pensamientos y las asociaciones de los reyes? �No se juntan alrededor del cetro, la corona y el imperio? �No pesan naturalmente en la balanza una monarqu�a contra otra? Seguramente. Bueno, aqu� hay una monarqu�a como la tierra nunca antes hab�a conocido, y una que siempre estar� absolutamente sola.

1. S�lo en esta monarqu�a, el derecho y el poder son enteramente iguales.

2. Esta monarqu�a se basa en el propio sacrificio del rey.

3. �C�mo estableci� este reino? Unos pocos pescadores pobres se comprometieron a instruir y convertir al mundo. El �xito fue prodigioso.

4. Esta monarqu�a se bas� en el propio sacerdocio del Rey.

5. El poder del amor es el �nico poder que re�ne a los hombres alrededor de la Cruz.

6. Esta monarqu�a fue inaugurada con la emisi�n de un perd�n real ofrecido al peor de los pecadores, "comenzando desde Jerusal�n".

7. Esta es una monarqu�a que, uniendo a los hombres bajo su cetro, creando una nueva fuerza de amor hacia s� misma, crea tambi�n una nueva fuerza de amor del hombre hacia el hombre, as� como del hombre hacia Jes�s; y, por extra�o que parezca, al reunir a hombres de cada tribu y lengua bajo su cetro, les hace olvidar su diversidad y les hace sentir su unidad en un Dios y Padre com�n; �y con el pulso de una vida com�n en todas las naciones, resuelve el problema de la unidad de la raza humana, largamente afligido! Tampoco esto es todo.

8. � En todas partes, la �nica fuerza que mantiene unidos a los s�bditos de este Monarca es el amor! No el miedo, no la restricci�n, sino el amor. �No hay nada en una monarqu�a como esta que d� una pista sobre el significado de la expresi�n: "Los reyes cerrar�n la boca ante �l"? La expresi�n denota evidentemente el efecto que el informe o la visi�n de tal monarqu�a deber�a producir sobre ellos. Algunos lo toman en el sentido de que deber�an cerrar la boca con miedo silencioso.

Otros, que deben retirar los edictos contra el cristianismo. M�s bien, con el Sr. Urwick, lo tomamos como una indicaci�n del �poder sobrecogedor� de Cristo. Puede haber a�n un significado m�s profundo en la expresi�n "cerrar�n la boca", un significado que se aplica solo a los reyes cristianos, y no a ellos simplemente como reyes, sino m�s bien como cristianos en com�n con otros. Las palabras pueden indicar el silencio inducido por una emoci�n profunda. ( J . Culross, DD ).

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Información bibliográfica
Exell, Joseph S. "Comentario sobre "Isaiah 52". El Ilustrador Bíblico. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tbi/isaiah-52.html. 1905-1909. Nueva York.