Bible Commentaries
Isaías 54

El Ilustrador BíblicoEl Ilustrador Bíblico

Versículos 1-17

Canta, est�ril

Jerusal�n: est�ril, luego fruct�fera

La direcci�n directa se refiere a Jerusal�n, que se parec�a a Sara en su primera esterilidad y luego en su fecundidad ( Isa�as 51:1 ).

( F. Delitzsch, DD )

La relaci�n entre Isa�as 53:1; Isa�as 54:1

Desde Calvin hasta Ewald y Dillman, todos los cr�ticos han sentido una conexi�n cercana entre Isa�as 52:13 -

53. y cap. 54. "Despu�s de haber hablado de la muerte de Cristo", dice Calvino, "el profeta pas� con raz�n a la Iglesia: para que sintamos m�s profundamente en nosotros mismos cu�l es el valor y la eficacia de su muerte". Similar en sustancia, si no en lenguaje, es la opini�n de los �ltimos cr�ticos, que lo entienden en el cap. 54. El profeta se propone representar esa redenci�n total que la obra del Siervo, culminando en el cap. 53., solo podr�a tener efecto. Dos palabras clave del cap. 53. hab�a sido "una semilla" y "muchos". Es "la simiente" y los "muchos" a quienes el cap. 54. revela. ( Prof. GA Smith, DD )

Los dos cap�tulos tratan el mismo tema desde dos puntos de vista distintos. Cualquiera que sea el punto de vista que se tenga en cuanto a la personalidad del Siervo, no hay duda de que Su exaltaci�n implica la restauraci�n de Israel, y que Su obra es la condici�n indispensable para que esa restauraci�n se lleve a cabo. As�, mientras el cap. 53. describe el proceso interno de conversi�n mediante el cual la naci�n se hace justa, cap.

54. describe la liberaci�n externa que es el resultado; y la impresi�n es probablemente correcta de que las esperanzas resplandecientes aqu� expresadas se sustentan en �ltima instancia en la contemplaci�n de la misi�n del Siervo como se describe en el cap. 53. ( Prof. J. Skinner, DD )

Isa�as 54:1 .

Isa�as 54:1 es peculiarmente un cap�tulo misionero. Despu�s de que se hayan predicho la muerte y resurrecci�n del Salvador, se describen apropiadamente los grandes resultados que seguir�an. En Isa�as 54:1 , la que era "est�ril" (ya sea que se haga referencia a los jud�os a su regreso del cautiverio, oa los gentiles a quienes el Evangelio comenz� a salir en el d�a de Pentecost�s, o al ampliaci�n de la verdadera Iglesia mediante la reuni�n de almas de jud�os y gentiles por igual) se exhorta a regocijarse en el aumento de su descendencia.

Se describe la misericordia de Dios al reunir a esta Iglesia y otorgarle Su favor ( Isa�as 54:4 ); sigue el atractivo de esta Iglesia ( Isa�as 54:11 ); y por �ltimo ( Isa�as 54:13 ) se establece su establecimiento en la justicia y su permanencia. ( WH Barlow, BD )

La Iglesia del futuro:

La profec�a de este cap�tulo sigue naturalmente y es una continuaci�n de la profec�a del quincuag�simo tercero. El primero predice "los sufrimientos de Cristo y la gloria que vendr�a despu�s". Este �ltimo habla de la Iglesia, cuyos cimientos el Salvador muri� para poner, cuya superestructura vive para construir.

I. TENEMOS UNA IMAGEN DE LA IGLESIA EN SU TRISTEZA. Las cifras utilizadas por el profeta, aunque son bastante f�ciles de aplicar en general, presentan algunos puntos de dificultad cuando intentamos los detalles.

1. A primera vista de los primeros vers�culos del cap�tulo, vemos que las cifras se extraen del v�nculo m�s estrecho que conoce la naturaleza, incluso el de la relaci�n matrimonial. Esta figura, tan utilizada en el Antiguo Testamento, se basa en una verdad profunda. La verdad en la que se basa es esta: que as� como tanto el hombre como la mujer son incompletos el uno sin el otro, la felicidad de Dios es incompleta sin el amor de la criatura a quien �l ha hecho amarlo, y la felicidad del hombre es incompleta. sin un objeto encima de �l en el que pueda descansar su amor.

Tal figura sirvi� a un santo prop�sito educativo para Israel, y a�n deber�a hacerlo para nosotros. En una direcci�n nos muestra cu�n santa y tierna es la relaci�n entre el hombre y Dios, y cu�n amoroso es el coraz�n de Dios hacia el hombre; en otra direcci�n eleva el lazo sagrado del matrimonio a una luz m�s elevada y divina, y nos deja verlo a la luz de la idea divina, no s�lo como una uni�n de cuerpos sino tambi�n de esp�ritus, en un lazo que nunca podr� ser �Quebrantado sin quebrantamiento de las leyes de Dios!

2. Otra verdad que se encuentra en la base del cap�tulo es esta, que la Iglesia, a los ojos de Dios, es vista de un vistazo, a trav�s de todas las vicisitudes de su accidentada carrera, hasta su finalizaci�n en el cumplimiento de los tiempos. Esa Iglesia, elegida en Cristo �antes de la fundaci�n del mundo, en �l es una. �Ve pasar a esa Iglesia, de la penumbra a la gloria! Y verdaderamente, lo suficientemente triste es el cuadro del dolor de la Iglesia que se presenta aqu�.

Ella es como alguien cuyo marido la ha abandonado. Es est�ril, desolada, rechazada, despreciada; y en consecuencia est� triste, afligido, sacudido por la tempestad y no consolado. La pregunta principal es, �en qu� per�odo fue as� la Iglesia de Dios, y qu� Iglesia estuvo alguna vez en tal tristeza?

(1) La Iglesia hebrea estaba destinada principalmente. Su servidumbre en Egipto fue "la verg�enza de su juventud, su cautiverio en Babilonia fue" el oprobio de su viudez ".

(2) � Las cifras se aplicar�an, hasta cierto punto, a esa idea! Iglesia gentil que el Salvador vio en visi�n cuando dijo: �Tengo otras ovejas, etc., incluidas todas las del este y el oeste y el norte y el sur. que anhelaban a Dios, pero a quienes el Se�or a�n no les hab�a revelado Su amor, y que a�n no hab�an sido llevados a descansar en el Coraz�n Infinito de Dios.

(3) La descripci�n se aplicar� tambi�n a toda la Iglesia de Dios ahora: la cual, durante el per�odo de transici�n por el que estamos pasando ahora, mientras se resuelve el gran problema del pecado y su tratamiento, a menudo est� en la sombra, a menudo de luto. la escasez de quienes se unen a sus filas, a menudo objeto del rid�culo y el desprecio del mundo.

(4) El pasaje conviene tambi�n al creyente individual, en cuya accidentada experiencia de dolor, tentaci�n y cuidado se presentan en miniatura todas las diversas fases de los problemas de la Iglesia.

II. TENEMOS UNA SEGUNDA IMAGEN TAN BRILLANTE COMO LA PRIMERA ES OSCURA. El segundo se da a causa de la tristeza del primero, con el prop�sito especial de alegrar a los santos de Dios, durante todo el per�odo de sombra. En la imagen proporcionada con esta vista, se hace uso de un conjunto de figuras completamente diferente; incluso los que pertenecen a la construcci�n de un edificio. Y hay, esparcidos a lo largo de este cap�tulo, nada menos que nueve rasgos principales que van a conformar el contorno de esta belleza y gloria que, a pesar de la tristeza actual, el profeta ve en el futuro. En cuanto a la Iglesia del futuro, entonces, bajo la figura de un edificio, observemos:

1. Dios mismo es el Fundador de ella. El fundamento es Jesucristo.

2. Los hombres de todas las naciones debajo del cielo se reunir�n en �l. "Dios de toda la tierra ser� llamado". Se eliminar�n las restricciones del pasado.

3. La justicia ser� su base ( Isa�as 54:14 ).

4. La relaci�n cercana y entra�able con Dios ser� su privilegio ( Isa�as 54:5 ). "Tu Hacedor es tu Esposo". El que form� por la mano de su poder, se les dar� a conocer en el m�s tierno amor.

5. La luz ser� su herencia. �Todos tus hijos ser�n ense�ados por el Se�or� ( Isa�as 54:13 ).

6. La paz ser� su posesi�n. �Grande ser� la paz de tus hijos� ( Isa�as 54:13 ).

7. La belleza ser� su adorno. �He aqu�, pondr� tus piedras en estibio� ( Isa�as 54:11 ). El estibio era un tinte peculiar con el que las mujeres hebreas te��an las pesta�as, para que, al estar rodeadas de este matiz, la belleza del ojo resplandeciera m�s intensamente. De modo que las piedras con las que se iba a erigir este edificio de Dios deb�an ser engastadas, por as� decirlo, en cemento de un tinte tan rico que resaltara su brillo en una belleza m�s rica.

Y tus almenas de rub�es, tus puertas de gemas resplandecientes, y todos tus l�mites de piedras preciosas ". As�, el mundo mineral est� hecho para dar su medio de ilustraci�n; sus gemas m�s selectas se utilizan como s�mbolo de la gloria y la belleza de la Iglesia. �Por qu�? Porque toda la belleza y la gloria del jaspe, la amatista, el rub�, el zafiro y la perla, cuando se colocan de tal manera que su resplandor brille de manera m�s brillante, no son m�s que un reflejo de esa belleza espiritual superior de Aquel que cre� todo.

8. La protecci�n divina ser� su salvaguarda ( Isa�as 54:14 ). �Lejos estar�s de la opresi�n; porque no temer�s: y del terror; porque no se acercar� a ti. He aqu�, ellos (tus enemigos) ciertamente se juntar�n, pero no por M� (no por Mi consentimiento); cualquiera que se junte contra ti, por tu causa caer� �(m�s bien, caer� sobre ti).

"Cualquiera que cayere sobre esta piedra, ser� quebrantado". Las armas adversas deben ser desafiladas. Las lenguas adversas ser�n condenadas, tanto por la fuerza de un argumento poderoso como por la demostraci�n m�s poderosa de una vida santa ( Isa�as 54:16 ). "Yo he creado al destructor para destruir", el mismo poder que edifica la Iglesia, ha creado a todos sus enemigos; por lo tanto, la inferencia es inevitable, Dios no permitir� que aquellos que se oponen a �l usen su poder para destruir la parte de Su obra que �l m�s valora.

9. La perpetuidad ser� su ley eterna ( Isa�as 54:7 ). Esto se expresa en varias formas de ant�tesis. �Todo est� envuelto en esta gloria nueve veces mayor! ( C. Clemance, DD )

"�Canta, oh est�ril!"

En los cap�tulos anteriores hemos escuchado a los exiliados convocados a salir de Babilonia, y hemos visto al Siervo Divino convertirse en el portador del pecado para ellos y el mundo. Aqu� nuestra atenci�n, se recuerda sorprendentemente a la ciudad desolada de Jerusal�n. "Est�ril;" "Abandonado; �Desolada�: tales son los t�rminos que le aplica Aquel que no puede errar. Y est�n corroborados por el testimonio de un contempor�neo ( Nehem�as 1:3 ; Nehem�as 2:3 ; Nehem�as 2:13 ).

�Pero c�mo es esto? �No hemos aprendido que el Mediador ha quitado el pecado a costa de heridas y magulladuras, azotes y muerte? �Es esa redenci�n completa que no logra lidiar con todos los resultados y consecuencias de las malas acciones? Esto abre un gran tema que nos toca a todos. Aunque nuestro pecado es perdonado, a�n quedan ciertas consecuencias, de las cuales esa ciudad en ruinas es un tipo. No podemos deshacer el pasado; Dios mismo no puede deshacerlo.

Nunca puede ser como si nunca hubiera sido. Los setenta a�os de cautiverio, la verg�enza, el dolor, la angustia de Dios, las oportunidades perdidas, atendidas por una multitud de hip�critas, y sus atrios estaban llenos de formalistas, pero los genuinos hijos de Israel eran lamentablemente pocos; y cuando lleg� el Se�or, el Esposo de la Iglesia, la Iglesia no estaba en una situaci�n feliz. Despu�s de que los Se�ores hab�an sido acostados en la tumba y resucitaron y ascendieron y dejaron la Iglesia, entonces fueron los d�as de refrigerio y los tiempos de la visitaci�n del Esp�ritu. En todas las �pocas en que la Iglesia ha estado desolada y se ha vuelto est�ril, Dios se le ha aparecido.

II. Ahora pretendo usar el texto en referencia a CUALQUIER IGLESIA.

1. Hay algunas Iglesias separadas que se encuentran en una condici�n muy triste, y se puede decir verdaderamente que son est�riles y desoladas.

2. Los hermanos me preguntar�n cu�l es su deber actual como miembros de tales Iglesias. Su deber es muy claro Labor de ser consciente de la triste esterilidad de la Iglesia a la que pertenece: Difunda el caso ante Jehov�, y aseg�rese de apartar la mirada de todo lo que usted mismo pueda hacerle a �l, y solo a �l. Pero tenga en cuenta que no ora sin probar la sinceridad de sus oraciones mediante la acci�n.

III. EL POBRE PECADOR INMEDIATO TIENE SU CASO BIEN DESCRITO POR EL PROFETA COMO EST�RICO Y DESOLADO. "�Est�ril! ah, eso soy. No tengo un fruto meritorio que pueda llevar ante Dios �. T� tambi�n est�s desolado; nadie puede consolarte. Tu esterilidad es esterilidad eterna si se deja sola, y tu desolaci�n es total e impotente a menos que alguien intervenga. �Puedo pedirle que mire el cap�tulo que precede a mi texto? Jes�s ha tomado el pecado del pecador sobre s� mismo e hizo una expiaci�n completa; por lo tanto, "�Canta, oh est�ril!" El poderoso Redentor ha salido de Su morada, ha peleado contra el enemigo y ha obtenido la victoria. "�Canta, oh est�ril!"

IV. �No pertenece este texto a LOS CREYENTES DEPRIMIDOS? T� y yo, aunque le hemos dado alg�n fruto al Se�or Jes�s, a veces nos sentimos muy est�riles. Qu� vamos a hacer? �Canta, oh est�ril, etc. Pero, �sobre qu� puedo cantar? No puedo cantar sobre el presente; Ni siquiera puedo cantar sobre el pasado. Sin embargo, puedo cantar de Jesucristo. Cu�l es mi esterilidad. Es la plataforma para el poder divino. �Cu�l es mi desolaci�n? Es el escenario negro del zafiro de Su amor eterno.

V. Nuestro texto debe tener una voz especial para AQUELLOS CRISTIANOS QUE NO HAN TENIDO �XITO EN HACER EL BIEN. ( CH Spurgeon. )

La Iglesia Gentil una madre gozosa

I. LA LUTINA SIN HIJOS. El pasaje es la herencia actual de la Iglesia gentil. El gentilicio estuvo durante mucho tiempo sin un hijo espiritual. Ahora puede cantar sobre una multitud de cristianos verdaderos. Dirigida a los jud�os como una profec�a, mostrando, en su tristeza y depresi�n, que aunque las cosas parec�an tan oscuras para la causa de Dios ahora, hab�a una esperanza brillante y bendita. Los anima, no tanto mostrando motivos de regocijo presente, sino proporcion�ndoles un telescopio con el que puedan contemplar "la llegada de los buenos tiempos". Podemos notar aqu�:

1. Un gran uso de la profec�a. Puede alegrarse cuando las cosas que le rodean inmediatamente le causan depresi�n.

(1) A una Iglesia triste, el ministro deber�a hablar mucho de profec�as incumplidas.

(2) El cristiano, en la �presente angustia debe hacer lo mismo por s� mismo ( 2 Pedro 1:19 ).

2. Las im�genes. Suena con cambios po�ticos sobre la idea de la falta de hijos. Im�genes expresivas para las mujeres jud�as, que tanto anhelaban tener hijos, con la esperanza del Mes�as.

(1) Tal deber�a ser el anhelo de la Iglesia. Su oraci�n deber�a ser: "�Dame hijos o morir�!" Mala se�al cuando una Iglesia parece contenta con ser est�ril o no tener crecimiento espiritual.

(2) Cuando se queda sin nuevos nacimientos (o conversiones), debe llorar. Contempla lo que alguna vez fue la esterilidad de la cristiandad. Su relativa esterilidad en vastas extensiones ahora, �incluso en la Inglaterra cristiana!

II. LA MADRE ALEGRE. Gentilidad por edades "soltero" - "desolado". Cuando Cristo vino, la �llam� por su nombre� y la despos�. Entonces, con qu� rapidez se form� una familia. En la �poca pentecostal, qu� �multitudes se a�adieron al Se�or� ( Hechos 6:7 ; Hechos 16:5 ). �Qu� alegr�a caus� esto! ( Hechos 2:46 , etc.)

1. El gran tema del vers�culo, la alegr�a de la Iglesia en multitud de conversiones. Este gozo del Se�or es su fuerza ( Nehem�as 8:10 ). Luego se le anima a trabajar con renovado celo y esperanza en las obras de evangelizaci�n. Por lo tanto, �los nuevos nacimientos deber�an registrarse, por as� decirlo; los �xitos del Evangelio deben publicarse para evocar este gozo saludable, de ah� los beneficios reflejos de las reuniones misioneras.

2. Razones de tal alegr�a. No solo porque las almas se salvan, sino porque ...

(1) El aumento es una se�al de que el poder de Dios est� con Su Iglesia.

(2) Confirma nuestra propia fe. Cuanto m�s creen en lo que creemos, m�s confiados debemos sentirnos en la verdad de nuestra fe.

(3) Hace que el cielo parezca atractivo por la "simpat�a de los n�meros". Podemos usar el texto como una prueba �Hasta qu� punto estamos en simpat�a con la Iglesia en el gozo por las conversiones a Dios? ( R. Glover, MA )

Versículos 2-3

Ensancha el lugar de tu tienda.

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Una Iglesia ampliada

La naci�n jud�a, despu�s de su regreso del cautiverio, nunca alcanz� un grado de prosperidad y poder tan notable como para responder plenamente a todos los t�rminos de esta profec�a. Es cierto que se convirtieron en un pueblo muy numeroso; de modo que de cuarenta y dos mil, el n�mero de los que salieron de Babilonia, hab�an aumentado a casi tres millones en el momento de la muerte de nuestro Salvador; pero dif�cilmente se puede decir, con respecto a los l�mites territoriales, que se hayan desgajado "por la derecha y por la izquierda", ni que hayan "heredado los gentiles". Por tanto, debemos buscar otra interpretaci�n de la profec�a; y no podemos tener ninguna duda en cuanto a su aplicaci�n a la Iglesia de Dios. ( CJ Blomfield, DD )

Jud�o y gentil en una Iglesia

�Ver� el fruto de la aflicci�n de su alma, y ??quedar� satisfecho�, son palabras de consuelo intercaladas en medio de presagios de sufrimiento y aflicci�n; y el modo de su realizaci�n se se�ala m�s claramente por una imagen extra�da de los h�bitos de la vida pastoril, familiar a la gente de los pa�ses orientales, donde el jefe n�mada, a medida que aumenta su familia, el ganado y los bienes, se ve obligado a �Ensanchar el lugar de� su �tienda, y� �extender las cortinas de� su �morada�.

Bajo esta imagen se representa el progresivo crecimiento de la Iglesia, desde el momento en que, a ojos humanos, parece haber sido aplastada por la desgracia y muerte de su Fundador, hasta el momento en que la �plenitud de los gentiles� habr� "Entra", y el antiguo pueblo de Dios volver� al mismo redil con ellos, y todos "los reinos de este mundo" ser�n "los reinos de nuestro Se�or y de Su Cristo". ( CJ Blomfield, DD )

Ampliaci�n

Seg�n el profeta, la relaci�n de Dios con su pueblo es una relaci�n que asegura el aumento de la beneficencia en todas partes. Dios y Su Iglesia no est�n encerrados juntos, en alg�n lugar secreto, disfrutando de lujos espirituales, mientras todo el mundo se muere de hambre. Si pudi�ramos encontrar tal pista en las Escrituras, deber�amos quemar el libro. La Escritura est� destinada a ser ampliada. La fiesta no se puede aumentar; pero si fuera necesario aumentar el espacio dentro del cual los invitados deben acomodarse, Dios echar�a atr�s el horizonte, antes que cualquier hombre se muera de hambre por falta de espacio para sentarse.

Si alg�n mensajero regresara diciendo: �A�n hay lugar�, Dios enviar�a a ese mensajero de nuevo para obligar a los hambrientos y desamparados a venir para que puedan disfrutar de la misericordia de un Padre. As� que encontramos en los primeros vers�culos de este cap�tulo: ampliaci�n. ( Dr. Parker, DD )

William Carey y misiones

El serm�n de William Carey sobre este texto, predicado en Nottingham, marc� una �poca en la historia del cristianismo, ya que despert� en la Iglesia de Cristo el sentido de su responsabilidad por la conversi�n de los paganos y la evangelizaci�n del mundo. El inter�s despertado por ese serm�n llev� a la formaci�n de la Sociedad Misionera Bautista, y al inicio de la era evangl�stica, que ya ha tra�do un gran ingreso de gloria a Cristo y bendiciones invaluables a todas las ramas de Su Iglesia.

De este notable texto, Carey dedujo y aplic� dos importantes principios pr�cticos, que luego se plasmaron en el lema de la Misi�n Bautista: "Intenta grandes cosas para Dios". "Ampliar", "estirar", "alargar", "fortalecer". �Espera grandes cosas de Dios ( Isa�as 54: 4 ). Si Carey no hubiera hecho m�s que dar forma a esta f�rmula para el trabajo evangel�stico, habr�a logrado mucho por la causa que amaba tanto. Se recuerda f�cilmente. M�s bien, no se olvida f�cilmente. ( JTMcGaw, DD )

La ampliaci�n de la Iglesia

La tienda es la forma m�s simple y primitiva de la habitaci�n humana. Dondequiera que se pueda encontrar un palo, con cuerdas o tiras de cuero, un poco de corteza o tela o lona o piel, se puede montar una tienda, tan f�cil de montar como de montar y casi con la misma facilidad de agrandar; porque cuando las necesidades crecientes de una familia exigen un refugio y un espacio m�s grandes, todo lo que tienes que hacer es conseguir un poste un poco m�s largo, cuerdas un poco m�s gruesas, un poco m�s de corteza o piel o lona, ??y puedes estirar las cortinas de tu casa. habitaci�n para adaptarse a las necesidades de la familia en crecimiento.

Y as� se convierte en el tipo de ampliaci�n del dosel de la Iglesia sobre su creciente familia de hijos. "Ir�s a reventar", como es el hebreo, el gran y antiguo hebreo, "Ir�s a estallar a la derecha y a la izquierda". Un crecimiento sim�trico en esta direcci�n y en esa direcci�n por igual; no como una familia que tiene un desarrollo unilateral - ella va a reunir a sus hijos del este y del oeste y del norte y del sur, y de todos los climas, de todas las lenguas y de todos los pueblos; y debido a que su familia vendr� de todos los rincones de la tierra, su dosel debe extenderse a todos los rincones de la tierra para cubrir a su creciente familia. ( EN Pierson, DD )

"Alargar" y "fortalecer"

�Cu�l es el deber de la Iglesia en estos d�as? "Alargar" y "fortalecer". La palabra "alargar" sugiere extensi�n; la palabra "fortalecer" sugiere intensidad, y siempre hay peligro en un movimiento extenso que no va acompa�ado de un movimiento intensivo. Est�s alargando tus cuerdas, pero si no fortaleces tus estacas, �qu� pasar�? Si alargas tus cuerdas ser� un desastre para ti y para la tienda misma.

1. �C�mo alargaremos las cuerdas? Enviando nuestras organizaciones en todas direcciones: un cord�n aqu� a Europa, otro cord�n a Asia, otro a �frica y otro a las islas del mar. Hacia el Polo Norte y el Polo Sur; en todas direcciones, desde los grandes centros de la cristiandad, �que lleguen sus organizaciones misioneras! �Con la empresa que se ha abalanzado y empujado, que estas cuerdas se lleven hasta los confines de la tierra, hasta que la red de misiones se extienda a toda la familia del hombre! Y, si vamos a tener este cord�n alargado, debe agregarle su propia longitud.

Como, cuando rescatamos a un hombre de un edificio en llamas, y la escalera no llega a los que est�n en peligro, el bombero se para en el pelda�o superior de la escalera y agrega su propia longitud, sobre la cual hombres y mujeres bajan a salvo, de modo que si va a hacer que esta organizaci�n se extienda por todo el mundo con un esp�ritu de empresa sagrada hasta que el dosel sea co-extenso con la familia del hombre, su longitud debe agregarse a la cuerda.

Has le�do sobre el autosacrificio de las doncellas cartaginesas cuando se cortaron los tirabuzones de cuervo para que pudieran ser trenzados en cuerdas de arco para los arqueros de An�bal; o de las doncellas de Tiro cuando sacrificaron su cabello dorado por cordajes para la armada de Tiro. �Las cuerdas de la empresa por las que este Evangelio debe llevarse hasta los confines de la tierra est�n tejidas con las fibras mismas del coraz�n humano! No se pueden hacer con dinero, no se pueden hacer con intereses comerciales y no se pueden hacer con el entusiasmo p�blico. Est�n tejidos en el telar de la consagraci�n personal en el lugar secreto con Dios.

2. No solo debemos tener cuerdas alargadas, sino estacas reforzadas. Si hay una estaca d�bil en la circunferencia de una tienda, y se saca o se rompe, entonces ejerce una mayor tensi�n sobre las otras estacas de la tienda que la rodean, y una por una se aflojan o arrancan, hasta que todo la tienda se derrumba. �Qu� significa eso? Significa que cualquier Iglesia en la circunferencia del esfuerzo cristiano que no se planta firmemente para sostener el cord�n de la organizaci�n es responsable del colapso de las misiones cristianas.

Y significa que cualquier hombre, mujer o ni�o en la Iglesia de Dios, entre los hijos que profesan ser creyentes de Dios, que no se convierte en una estaca que se hunde profundamente en la tierra y se aferra, es responsable de cualquier desastre que sobrevenga a toda la obra de Cristo. por falta de cooperaci�n personal. ( ATPierson, DD )

Fortaleciendo lo que est� en juego

�C�mo va a fortalecer lo que est� en juego?

1. Por fe en Dios Todopoderoso. �sta es su obra.

2. Por el poder de la oraci�n creyente. Un amado converso japon�s y entrenador de maestros nativos dijo con su �ltimo aliento: "Avanza de rodillas".

3. Por una firme confianza en este Evangelio como Evangelio de Cristo, y en que esta Palabra es la Palabra de Dios.

4. Debemos haber santificado el dar.

5. Vida santa. Stanley dice que le debe a los meses que pas� con Livingstone la transformaci�n de su personaje; y, sin embargo, Livingstone nunca le dijo una palabra sobre la salvaci�n de su alma. ( EN Pierson, DD )

El deber y el est�mulo de la Iglesia

I. EL DEBER DE LA IGLESIA.

II. SUS ANIMOS. ( AW Brown, MA )

Misiones extranjeras

I. LA MAGNITUD Y SUPREMA IMPORTANCIA DE NUESTRO OBJETO. La conversi�n del mundo. Sabemos que la conversi�n del mundo no es obra nuestra, sino de Dios. Pero tambi�n sabemos que el Se�or trabaja con instrumentos adecuados y que el grado de nuestro �xito puede estar influenciado por nuestra dedicaci�n y la habilidad con la que adaptamos nuestros esfuerzos a nuestro fin. �La conversi�n del mundo! �Qui�n puede darse cuenta de lo que eso significa? Pienso en un alma que vive y muere en rebeli�n contra Dios, en sus posibilidades de sufrimiento y da�o, �cu�nto puede soportar ella misma, cu�nto da�o puede infligir, cu�nta aflicci�n ocasiona en todo el universo santo de Dios? �Pienso en esa alma convertida! de la bienaventuranza que pueda experimentar, la influencia ben�fica que pueda ejercer, el gozo que su conversi�n se difundir� entre las filas de las inteligencias sin pecado.

De la sublime satisfacci�n con que lo considerar�, quien por ella sufri� la Cruz y despreci� la verg�enza, cuando se convierta en una joya de Su corona, un trofeo de Su amor y poder salv�fico, fruto de la aflicci�n de Su alma. Luego extiendo el pensamiento a las innumerables mir�adas de la raza humana a quienes representa esa alma, y ??de quienes se puede predicar lo mismo. La idea me resulta absolutamente abrumadora. ��Oh, la magnitud, la trascendental importancia del objeto al que apuntamos! Oh, la miserable peque�ez de los medios que usamos para tal prop�sito.

III. LA VASTIDAD O EL CAMPO ABIERTO AHORA PARA NOSOTROS; Con m�s fuerza que en cualquier per�odo anterior de la historia del mundo podemos decir si las misiones, "El campo es el mundo".

III. LAS INSTALACIONES QUE DISPONEMOS AHORA PARA REALIZAR NUESTRO TRABAJO. El Se�or, en Su alta providencia, ha proporcionado a la Iglesia las oportunidades m�s favorables para llevar a cabo su gran empresa en todas partes de la tierra.

IV. EL MISERABLE ESTADO Y LOS RECLAMOS URGENTES DE LOS HEATHEN.

V. EL DIVINO INTER�S EN ESTA GRAN EMPRESA.

VI. LAS OBLIGACIONES BAJO LAS CUALES SOMOS DEBIDO A LOS FAVORES QUE HEMOS RECIBIDO. Rebeldes perdonados como somos, nuestro perd�n ha sido obtenido para nosotros por los sufrimientos y la muerte de nuestro Se�or, y concedido a nosotros como el regalo de Su gracia; redimidos por Su sangre como somos de la destrucci�n que estaba pendiente sobre nosotros; admitidos como somos a todos los privilegios de s�bditos leales y obedientes, libre acceso a la Divina presencia, no solo permiso, sino aliento para dar a conocer a Dios el deseo de nuestro coraz�n, con la seguridad de que siempre nos escucha; nacidos como somos del Esp�ritu en la familia Divina, hechos hijos y herederos de Dios, con derecho a llamar a Dios Padre; liberados como estamos del miedo al infierno y animados por la esperanza de una gloriosa inmortalidad;

En deuda como estamos con la influencia del Evangelio incluso por esas bendiciones temporales que son tan propicias para nuestro consuelo y disfrute durante la vida presente, y respecto de las cuales podemos decir verdaderamente: �Las l�neas nos han ca�do en lugares agradables, y tenemos una buena herencia "; honrado por Dios al ser llamados como somos a participar en Su gran obra de ganar el mundo para �l mismo, mediante la cual �l muestra cu�n completamente nos ha perdonado, y qu� confianza �l deposita en nosotros; asegur�, tambi�n, que �los sabios resplandecer�n como el resplandor del firmamento, y los que hacen justicia a muchos como las estrellas por los siglos de los siglos�. �No es la nuestra, sin duda alguna, una posici�n de indecible privilegio? �Que estamos haciendo? Compare nuestras acciones con nuestro objeto y nuestras obligaciones. ( W. Landels, DD )

Argumentos a favor de las misiones

1. Cristo es due�o del mundo entero.

2. El Evangelio de Cristo se adapta a todos los hombres.

3. La comisi�n de nuestro Se�or a los ap�stoles contempla un reino universal. ( JT McGaw, DD )

Misiones modernas

1. Esta gran expresi�n sali� de los labios de un hombre que acababa de ver a Dios, y de ese modo capt� una concepci�n original de su obra redentora para el mundo a trav�s del cautivo y desolado Israel. Nadie puede perder el significado de este alegre arrebato. Es un evangelio. Sursum corda, llora. No cedas a lamentos aunque te sientas sola y dolorida como una mujer sin hijos.

No digas �mi tienda est� destruida y todas las estacas de mi tienda fueron arrancadas; mis hijos se fueron y ya no hay quien extienda mi tienda, ni ponga las cortinas de mi tienda� ( Jerem�as 10:20 ). Lev�ntate y fortalece las espigas de tu tienda; alarga tus cuerdas y asegura tus enchufes. No se contente con un poco de espacio.

La amplitud y la magnificencia se adaptan a sus clientes potenciales. Tu expulsi�n ser� tu expansi�n, tu desolaci�n tu aumento, tu cautiverio tu exaltaci�n. El �rea cubierta por su carrera ser� mayor que la de anta�o. El profeta pod�a pronunciar esa palabra de esperanza y esfuerzo porque hab�a recibido su nueva visi�n de Dios. La perspicacia era la garant�a para el enunciado. Conoc�a el significado del exilio a trav�s de su concepci�n m�s pura del car�cter y los prop�sitos de Jehov�.

Vio la soberan�a suprema y universal de Dios; la hermandad universal del hombre; la espiritualidad esencial de la religi�n hebrea, que podr�a y existir�a sin templo y sin sacerdote, sin altar y sin tierra, sin nada m�s que el alma y Dios; que dejar�a de ser una religi�n local y se volver�a universal, y que en lugar de seguir siendo un lujo nacional se convertir�a en un misionero agresivo y una agencia de excavaci�n del mundo.

Mir� a lo largo de las carreteras del futuro, vio que el Dios liberador se acercaba y grit�: ��He ah� a tu Dios! El hombre tiene una facilidad fatal y pat�tica tanto para perderse a s� mismo como a sus mejores tesoros. El cristianismo apost�lico fue a todas partes predicando la Palabra. Fue esencialmente agresivo. Se coloc� al lado de las antiguas religiones de Grecia y Roma, siempre absorbente de su bien, pero finalmente reemplaz�ndolas por sus ideas m�s ricas y sus impulsos espirituales m�s fuertes.

Los fuegos de la pasi�n dada por Cristo por salvar a todos los hombres ardieron, aunque lamentablemente con una intensidad decreciente, durante m�s de dos siglos. La Reforma en s� tuvo poca o ninguna pasi�n misionera, y el l�der abatido dijo, con una tristeza insondable, un adelanto de la agon�a y la piedad que conmovieron a las iglesias en una fecha posterior: �Asia y �frica no tienen Evangelio; otros cien a�os y todo habr� terminado.

La Palabra de Dios desaparecer� por falta de alguien que la predique. �Seguramente no, oh profeta de Dios! La palabra del Se�or permanece para siempre. Cuando la noche es m�s oscura, entonces saltan las estrellas. El Dios vivo siempre est� trabajando. Un astr�nomo mir� el sol durante tanto tiempo que no pudo ver nada m�s. La imagen le qued� grabada a fuego. Durante a�os antes del 81 de mayo de 1792, la visi�n de Dios como el Dios de las misiones hab�a detenido, retenido, moldeado e influido en el alma de Carey. Isa�as repite Miqueas, Lutero repite el salmista, Carey repite el profeta, y as� la Palabra del Se�or ha huido y se ha multiplicado.

2. Es un hecho revelador que, aunque Carey obtuvo su mensaje de las palabras de la profec�a, lo expres� en el lenguaje sencillo y caracter�stico de los �ltimos a�os del siglo XVIII, el siglo de la expansi�n de Inglaterra y del gran evangelio evang�lico. renacimiento. �Espere grandes cosas�, dijo �l que expres� el pensamiento de su generaci�n; esp�relos de Dios �, en el sentido de que expresaba el conocimiento y la perspicacia de los hombres ense�ados por el Esp�ritu.

3. George Sand nos recuerda: �Es el coraz�n el que gobierna el mundo; es el sentimiento el que realiza los verdaderos milagros de la historia �. La determinaci�n persistente de Carey de que la Iglesia deber�a evangelizar el mundo fue alimentada por lo que Vinet llama "la pasi�n por las almas". Su percepci�n del mal era aguda. Su sentido del pecado es fuerte. Su confianza en Cristo sin vacilar. Apenas parece haber tenido un pensamiento aparte de Cristo y Su salvaci�n.

Y, sin embargo, en la ra�z de todo, y sobre todo, y a trav�s de todo estaba un amor devorador por los hombres, por todos los hombres, y por los hombres �paganos� sobre todo; y por lo tanto, olvid�ndose de s� mismo esta �nica cosa que hizo, fund� las misiones modernas por el don de s� mismo, por completo, en el servicio y el sufrimiento para poder salvar a los hombres. �Ah! es aqu� donde fallamos. �No amamos a los hombres por s� mismos ni por Dios. Necesitamos cambiar nuestro estilo; est� apretado y encadenado. ( J. Clifford, DD )

No escatimes, alarga tus cuerdas y fortalece tus estacas

Feliz influencia de las misiones extranjeras en la Iglesia

Todo el pasaje se refiere a la conversi�n de los paganos; y aporta la importante sugerencia de que no existe un sistema de medios tan bien calculado para dar expansi�n y estabilidad a la Iglesia de Cristo como la operaci�n misionera extranjera. Hay varias razones que, seg�n muchos, favorecen la opini�n de que el esfuerzo cristiano es menos productivo entre las naciones paganas que en casa.

1. Hay barreras preliminares que se oponen a los esfuerzos del misionero y que no existen en tierras cristianas. Los m�s importantes son los idiomas extra�os y los fuertes prejuicios. Tambi�n est� la oposici�n sistem�tica y obstinada que encuentra el Evangelio de las formas establecidas de gobierno civil y la superstici�n pagana. Adem�s, existe el riesgo y el desperdicio de vidas que implica el trabajo de los misioneros extranjeros.

Esta, sin embargo, es solo una visi�n del tema. Hay argumentos que favorecen la opini�n opuesta: que los resultados directos de los esfuerzos evang�licos son mayores en tierras paganas que en tierras cristianas. Entre las razones de tal opini�n, est� la que induce a casi todos los ministros del santuario a intercambiar la esfera de su trabajo en casa; y que, si fueran coherentes con sus principios, enviar�an a un gran n�mero de ellos al extranjero.

Las almas que se van a salvar son mucho m�s numerosas, mucho m�s necesitadas. Otra raz�n es que los medios de utilidad son m�s variados y m�s operativos. Otra raz�n es la actividad de los conversos nativos.

2. Creemos que las misiones extranjeras son el mejor medio para alargar los cordones y fortalecer las estacas de la Iglesia, porque establecen y promueven una acci�n y reacci�n entre ellos y las Iglesias, que es de lo m�s poderosa y ventajosa para ambas partes. Esto puede demostrarse mediante varios hechos.

I. EL TRABAJO MISIONERO AUMENTA LA PIEDAD Y ENERG�A DE LAS IGLESIAS. El esp�ritu misionero incluye entre sus dotes esenciales la fe, la oraci�n, la abnegaci�n, la muerte al mundo, la caridad, la beneficencia, la mentalidad celestial, la voluntad de someterse a sufrimientos y peligros, y una consideraci�n suprema por la gloria de Dios.

1. Existe el est�mulo del ejemplo, que nada es m�s influyente. Levanta a las Iglesias a aquellos con quienes tienen las mismas obligaciones, pero que los han excedido con creces en la �obra de fe y de amor, y les traes un motivo que la piedad no puede resistir.

2. Opera a trav�s de la simpat�a. Nuestro trabajo, nuestro objetivo, nuestros deseos m�s fuertes, nuestro mayor honor, nuestros m�s preciados intereses, nuestra eterna recompensa son los mismos.

3. Existe el deber y la bendici�n de la cooperaci�n necesaria.

4. Desv�a la mente de esos puntos sin importancia de diferencia doctrinal, distinci�n metaf�sica y especulaci�n abstrusa, que malgastan el tiempo y pervierten los talentos y arruinan las almas de miles.

5. Tambi�n opera a trav�s de la influencia de su propia grandeza. Expande la mente, liberaliza el alma, eleva el objetivo; despierta facultades y sentimientos que ninguna otra cosa podr�a haber abordado; y produce efectos y resultados que ning�n otro objeto podr�a imponer.

II. LAS OPERACIONES MISIONERAS NO S�LO AUMENTAN LA PIEDAD Y LA ENERG�A DE LAS IGLESIAS, SINO QUE AYUDAN GRANDEMENTE A SUMINISTRAR SUS

INDIGENCIA. Muchos j�venes convertidos han dirigido su atenci�n al ministerio a trav�s de la lectura de diarios misioneros. Cuando hablamos del vigor que los esfuerzos misioneros arrojan a nuestras instituciones dom�sticas, nos referimos a un funcionamiento muy natural. Ese hombre que tiene el valor de emprender una gran empresa, desprecia las dificultades de una peque�a. La energ�a producida por uno, pasa por alto todas las terribles bagatelas del otro.

III. LA IGLESIA, MEDIANTE ESFUERZOS MISIONEROS, SE COLOCA EN EL MEJOR Y, EN REALIDAD, EN LA �NICA POSICI�N PARA RECIBIR LAS M�S ABUNDANTES BENDICIONES ESPIRITUALES.

1. Estos esfuerzos tienen una tendencia directa a eliminar los obst�culos m�s graves a la piedad y la eficiencia. Donde la obra de evangelizar el mundo se lleva a cabo con energ�a, indica y produce abnegaci�n y liberalidad. No necesitamos detenernos para mostrar que nada es m�s repugnante para la santidad eminente o la utilidad que un esp�ritu ego�sta y parsimonioso. Es abominable a los ojos de un Dios santo ( Isa�as 57:17 ).

2. Nos aseguran las promesas que est�n conectadas con grandes esfuerzos ( Proverbios 11:25 ; Isa�as 58: 10-11 ).

IV. DEBE ANIMAR Y PERMITIR A LA IGLESIA A�N M�S EXTENDER SUS L�MITES, Y AS� DEBEN DEVOLVER AL MUNDO HEATHEN LA INFLUENCIA COMPLETA DE SU CONDICI�N MEJORADA. Aplicaci�n Este tema ense�a que alargar las cuerdas de la Iglesia fortalece sus intereses. ( D. Abeel. )

Versículo 4

No tem�is; porque no ser�s avergonzado

Verg�enza

Aqu�, como en muchos otros casos, la verg�enza incluye la decepci�n de las esperanzas, pero con referencia espec�fica a una mala conducta anterior ( Job 6:20 ).

La primera cl�usula declara que la Iglesia no tiene motivo para el abatimiento, la segunda dispone de las causas que podr�an parecer sugeridas por su historia. El significado esencial es tu experiencia anterior de Mi disgusto. ( JA Alexander. )

Olvidar�s la verg�enza de tu juventud

�Me acordar� de mis pecados en el cielo?

Al mirar hacia el cielo, dos preguntas han conmovido la mente y el coraz�n de la mayor�a de los cristianos: �Me acordar� de mis pecados en el cielo? �. y "Si recuerdo mis pecados en el cielo, �no estropear� el recuerdo mi gozo e interferir� con mi bienaventuranza?" Estas

las preguntas no son ociosas. Se originan con esa conciencia de depravaci�n que es el primer paso hacia nuestra salvaci�n personal, y se repiten en conexi�n con la dispensaci�n de la misericordia Divina. Nuestra condici�n impulsa la indagaci�n, y la respuesta nos revelar� las inescrutables riquezas de la gracia divina. Las preguntas se resuelven en esto: �La dispensaci�n de la misericordia divina, cuando haya hecho su trabajo, borrar� todas las consecuencias da�inas del pecado? El texto gu�a nuestra respuesta.

Hab�a un pueblo tomado por Dios cuando se encontraba en circunstancias de gran degradaci�n. Se les pone en la conexi�n m�s cercana con �l, en una conexi�n tal que la uni�n conyugal es la mejor representaci�n posible de ella. Dios es fiel a este pueblo, pero ellos le son infieles. �l instituye medios para traerlos de regreso a �l, y �l los trae de regreso. Luego, hablando de su restauraci�n, dice: "No temas, porque no ser�s avergonzado", etc.

En la realizaci�n de su restauraci�n, olvidar�n (en cierto sentido) su apostas�a. Declaramos nuestra creencia de que, en el cielo, no recordar�s tus pecados tanto como para que tu felicidad interfiera con el recuerdo, y que cualquier recuerdo que tengas de la apostas�a y la depravaci�n, ser� m�s bien la ocasi�n de aumentar tu bienaventuranza y gozo. , que de interferir con uno, o de estropear al otro.

El recuerdo del pecado existi� bajo la dispensaci�n lev�tica; pero en la dispensaci�n de Cristo no hay nada an�logo al d�a de expiaci�n que se repite anualmente ( Hebreos 10:17 ). En lo que respecta a nuestra relaci�n con Dios y a la apreciaci�n de perspectivas brillantes, habr� un completo olvido del pecado. Con respecto al cielo, les presentamos dos comentarios.

I. HAY UN RECOLECCI�N INEVITABLE. La identidad de las pasiones implicar� una identidad de conciencia. �Cu�les son los recuerdos que son inevitables?

1. "Yo era un pecador".

2. "Fui restaurado a Dios por tales medios y bajo tales influencias".

II. HAY UN RECUERDO DE PECADOS IMPOSIBLES. Hay una sugerencia que parece importante aqu�. Es que con el tiempo y de memoria la facultad no se ejercitar� y desarrollar� principalmente. �Cu�ndo vivimos m�s en el pasado? Es cuando estamos tristes. En el cielo no habr� tristeza, ni soledad, ni miedo, ni cuidado. La memoria, por tanto, no ser� aguijoneada como ahora. Entonces la memoria ocupar� un lugar inferior.

La observaci�n y la penetraci�n ser�n los principales ejercicios mentales del cielo. Un hombre estar� rodeado de objetos de intenso inter�s, todos conectados con Dios. Por lo tanto, ser� imposible recordar el pecado de manera imperativa. El recuerdo del pecado en el cielo siempre estar� conectado con la conciencia de que el pecado ha sido borrado. Esto despertar� agradecimiento; y la alegr�a, con gratitud, fluir� por el alma como un r�o grande y poderoso.

Nada en la conducta de Dios en el cielo pondr� al frente el pecado. Entonces, dentro de ustedes, habr� una santidad completa y consciente. Mira otro hecho. Puede que hayas tenido compa�eros aqu� en la iniquidad, pero no tendr�s compa�eros inconversos en el pecado contigo all�. Puede reconocer a las personas con las que recorri� el camino ancho, pero all� las reconocer� como seres redimidos; y, al igual que en tu propio caso, el pensamiento dominante no es el pecado sino el perd�n, as� con ellos la asociaci�n dominante ser� la maravilla de su redenci�n; no la profundidad de su apostas�a y la duraci�n de sus andanzas; para que su presencia, en lugar de imponerle un recuerdo de culpa, s�lo magnifique ante sus ojos y su coraz�n las inescrutables riquezas de la gracia y la misericordia de Dios.

Ser�s empleado por y por. Su empleo lo absorber� todo y ser� constante. �Por qu� deber�amos hablarte de esto? Si tiene una idea secreta, o m�s bien una impresi�n, de que debe haber alguna limitaci�n a la misericordia de Dios, que no lograr� que todo esto se borre, �cu�l es la consecuencia? El efecto es limitar su aplicaci�n a esta provisi�n: no aprovecha al m�ximo las riquezas de la misericordia de Dios. ( S. Mart�n. )

El don del olvido de Dios

Para muchas personas religiosas, la carga del pasado es la m�s pesada de sus vidas. Ninguna dificultad y prueba del presente puede igualarlo en amargura. Esperan con calma y esperanza lo que puedan traer los a�os. Incluso el valle de la sombra tiene poco terror para ellos, creyendo al hacerlo que ser�n pastoreados a trav�s de eso hasta el redil eterno. Y, sin embargo, a menudo se ven abrumados por una dolorosa carga del pasado; est�n abrumados por las sombras de los d�as muertos.

A veces es la propia grandeza, el �xito y la alegr�a del pasado lo que induce este recuerdo constante. Pero la carga del pasado, que est� m�s de acuerdo con el pensamiento de nuestro texto, no es el recuerdo de alg�n gozo o �xito, sino de alg�n fracaso, alg�n dolor, alguna p�rdida, alg�n pecado, alguna verg�enza. Y para algunos que viven bajo la sombra de este recuerdo, significar�a una nueva vida para ellos si la promesa les llegara con el significado que ten�a en los labios del profeta: �Olvidar�s la verg�enza de tu juventud y no te acordar�s de la m�s oprobio de tu viudez.

�Por supuesto, hay un cierto sentido en el que no podemos olvidar, y no estamos destinados a olvidar. La experiencia tiene lecciones que ense�ar. Toda religi�n comienza con el arrepentimiento, y la apelaci�n al arrepentimiento es una apelaci�n a la memoria. Pero la promesa de nuestro texto es una condena t�cita de las cavilaciones sentimentales sobre el pasado, cualquiera que sea ese pasado, que debilita la vida presente, que impide que un hombre recoja los fragmentos de su vida que le quedan, le impide hacer lo suyo. deber con calma, y ??entreg�ndose a todas las cosas que son verdaderas, puras, hermosas y de buen nombre.

Si creemos en el amor eterno de Dios no debemos dejar que ning�n p�lido fantasma del pasado, espectrales figuras de la noche, enfr�e nuestra sangre y nos aleje de nuestra peregrinaci�n. 1) No temas que esta doctrina cristiana del perd�n del pecado har� que el pecado sea f�cil; es lo �nico que puede hacer que el pecado sea imposible: la luz que expulsa las tinieblas, el amor de Dios que llena el coraz�n y no deja lugar para el mal, ni siquiera para el mal recuerdo. ( Hugh Black, MA )

Un bendito olvido

�El oprobio de tu viudez� se refiere claramente al per�odo del exilio cuando Si�n se consideraba desechada por Jehov�. El sentido de "la verg�enza de tu juventud" es menos obvio. Dado que la concepci�n tiene algunas afinidades con la llamativa alegor�a en Ezequiel 16:1 ., Es probable que la referencia se remonta al origen de la naci�n ( Ezequiel 16:4 ), siendo la referencia m�s bien a la opresi�n egipcia. ( Prof. J. Skinner, DD )

Olvidando la verg�enza de la juventud

Un hombre que hab�a vivido durante muchos a�os la vida cristiana, me cont� que hab�a un lugar en una calle de Edimburgo que estaba asociado con un pecado. Cada vez que lo pasaba en sus primeros a�os de vida, le volv�an a traer el agudo remordimiento y la verg�enza. Parec�a manchar su vida de nuevo cada vez que ve�a el lugar. Pero cuando vino a Dios y le dio su coraz�n y su vida a Cristo, la primera vez que pas� por ese lugar, su alma se llen� de un gran transporte de gozo de que todo lo que hab�a hecho, que ya no era parte de su vida, que Dios lo hab�a perdonado y olvidado y lo hab�a echado a sus espaldas. Y entr�, por un momento al menos como anticipo, en la perfecta alegr�a del alma, y ??olvid� la verg�enza de su juventud y no record� m�s el reproche. ( Hugh Black, MA )

Versículo 5

Porque tu Hacedor es tu marido

El esposo del pueblo del Se�or

I. CONSIDERE ALGUNAS COSAS QUE EST�N IMPL�CITAS EN ESTA RELACI�N EN LA QUE CRISTO SE APOYA A SU PUEBLO, QUE NATURALMENTE TIENEN A ALENTAR SU FE Y ALEGR�A EN �L.

1. Esta relaci�n da a entender esa cercan�a y uni�n que hay entre Cristo y su Iglesia. Entre los hombres, la uni�n matrimonial es la m�s cercana y estricta de todas. Y debido a que no hay una alusi�n m�s alta por la cual expresar la uni�n de los creyentes con Cristo, el Esp�ritu Santo usa esto para darnos la aprehensi�n m�s viva de este admirable privilegio ( Efesios 5:30 ); 1 Corintios 6:17 ).

2. En esta relaci�n est� impl�cito el mayor amor y el m�s tierno afecto.

3. El mayor cuidado y preocupaci�n por los esposos.

4. La mayor l�stima y simpat�a.

5. Tener todos los suministros convenientes que est�n en poder de un esposo tierno para dar.

6. La relaci�n de un marido le da a su c�nyuge el derecho a tener con �l todo lo que es propiamente suyo.

II. MUESTRE EL FUNDAMENTO O LA RAZ�N QUE TIENE QUE DEPENDER SU PUEBLO DE SUS RESPUESTAS A TODO LO QUE AS� SE INCLUYE BAJO ESTA RELACI�N DE ESPOSO.

III. REALIZAR LA MEJORA CORRECTA DEL TODO.

1. Esto nos brinda un ejemplo admirable de las riquezas de la gracia divina, y la maravillosa condescendencia del Hijo de Dios, que debe degradarse a s� mismo de tal manera que no se averg�ence de ser llamado esposo de gusanos pecadores como el lo mejor de su pueblo es.

2. Si es la felicidad de todo el pueblo de Dios que su Hacedor sea su Esposo; �Cu�nto nos conviene examinar si somos de este n�mero?

3. �Est� Cristo en esta relaci�n con su pueblo? Esto puede brindarles un gran consuelo y gozo en todo momento y en todas las circunstancias.

4. Si los creyentes son la esposa de Cristo, �cu�n atroces y agravadas deben ser sus transgresiones deliberadas?

5. De la relaci�n que mantienen los creyentes con Cristo, aprendemos que el afecto m�s ardiente se debe a �l de parte de todos Sus escogidos.

6. Esto tambi�n nos ense�a lo mucho que le preocupa a todo cristiano prestar una consideraci�n justa a todas las ordenanzas de nuestro glorioso Redentor y sentir gran satisfacci�n en obedecerle en ellas. Cu�n agradable es para una esposa amorosa y afectuosa esperar en esos caminos en los que su amable y ausente esposo hab�a designado para encontrarse con ella.

7. Esta relaci�n que Cristo mantiene con su pueblo exige su alegre dependencia de �l. ( E. Walker. )

El Esposo Divino

I. LA DOCTRINA QUE CONTIENEN ESTAS PALABRAS.

1. �Esposo� significa banda de la casa: el cabeza y banda de la familia. De ah� que la palabra denota un�sono, comunidad de intereses y afecto especial.

2. Aprendemos que el Hacedor de todas las cosas, que no se desmaya, condesciende a llevar con sus criaturas la relaci�n m�s �ntima y sagrada. En Oseas 2:19 , dice: Te desposar� conmigo para siempre. Y el cristiano en respuesta dice: Mi Amado es m�o y yo soy Suyo. El paralelo se lleva a cabo en el Nuevo Testamento ( Mateo 9:14 ). San Pablo se refiere a esto: "Esposos, amen a sus esposas, como Cristo am� a la Iglesia".

3. Observe que en el original la palabra est� en plural - �Tus Hacedores son tu Esposo�, evidentemente aludiendo a la Trinidad. Aprendemos, entonces, que el amor del Padre, la expiaci�n del Hijo y el consuelo del Esp�ritu Santo, todos pertenecen a salvar, bendecir y consolar a los que aman a Dios.

II. LA APLICACI�N DE LAS VERDADES A NOSOTROS MISMOS.

1. La maravillosa simpat�a de nuestro Dios. Siente nuestras aflicciones. Vemos una imagen de viudez, orfanato, una mujer desconsolada, abandonada de esp�ritu. �Qu� volumen de sufrimiento se representa en las palabras duelo, soledad y aflicci�n! Lo mismo ocurre con el orfanato, la falta de protecci�n y el amor. A ellos habla nuestro Redentor, y Cristo repite las promesas, porque dice a sus disc�pulos: "No os dejar� hu�rfanos". El Ser Divino no puede ver sufrir a Sus hijos. Ser� su esposo, amigo y protector.

2. La maravillosa eficacia de la asistencia de nuestro Dios. Ser� el esposo de su pueblo. Esto indica cercan�a de la relaci�n. Tambi�n indica su derecho a ayudar. El esposo es el protector, apoyo y apoyo natural de su esposa. �l es quien hace que todas las cosas conduzcan a la seguridad y felicidad de su hogar.

3. La maravillosa eficacia de la protecci�n de nuestro Dios. "Tu Hacedor es tu esposo". Es como si dijera: Quien puede crearte, tambi�n puede conservar. Y, �oh, qu� est� impl�cito en esa palabra "Hacedor!" �Qu� poder, qu� habilidad, qu� maravillosa previsi�n! Y todo se concentra tambi�n en la preservaci�n humana. He aqu� una palabra para los afligidos, los afligidos, los probados, los anhelos. He aqu� una plenitud para �l que anhela simpat�a y anhela amor. Aqu� hay bienaventuranza para el que desea paz y protecci�n. ( Homilista. )

Cristo, el esposo de su iglesia

I. EL CAR�CTER DIGNO DEL NOVIO.

1. Su poder creador. "Tu Hacedor".

2. Su glorioso dominio. "El Se�or de los ej�rcitos es su nombre".

3. Su amor redentor. "Tu Redentor".

4. Su santidad inmaculada. �El Santo de Israel�.

5. Su dominio universal. "El Dios de toda la tierra".

II. LA INTERESANTE NATURALEZA DE LA UNI�N.

1. Sus cualidades.

(1) Es gracioso en su origen.

(2) Potente en su realizaci�n.

(3) Espiritual en su naturaleza.

(4) Permanente en su duraci�n.

2. Sus privilegios.

(1) Comuni�n.

(2) Riquezas.

(3) Protecci�n.

3. Sus t�rminos.

(1) Afecto indiviso.

(2) Consentimiento mutuo.

Conclusi�n:

1. Saludo a los que est�n casados ??con el Se�or.

2. Me dirigir�a a los que est�n casados ??con el pecado. �Qu� beneficio? etc. ( E. Temple. )

Dios como esposo

Si me caso con el comerciante, dec�an los viejos puritanos a su manera pintoresca y hogare�a, todas sus mercanc�as ser�n m�as.

El dios de toda la tierra

La misi�n de la naci�n jud�a

Una vela no pertenece al candelero que la sostiene, sino a todos los que est�n en la habitaci�n donde brilla; y el conocimiento de Dios, lo precioso de la revelaci�n divina, no pertenece a la naci�n en la que se revela primero y m�s claramente. Lo sostienen como una antorcha; pero es que todos puedan beneficiarse de su resplandor. ( HWBeecher. )

El dios de toda la tierra

Si Dios es el Dios de toda la tierra, debe ser el Dios de toda la tierra tal como es; y observo que mientras que los creyentes en el Dios verdadero eran tribales y nacionales, el error natural que se cometi�, y que deber�a ponernos en guardia para que no volvamos a caer en �l, fue el de suponer que Dios era de una manera especial. el Dios de una clase particular. As� que no olvidemos que si �l es el Dios de toda la tierra, �l es el Dios de todas esas condiciones f�sicas bajo las cuales nacen los hombres.

�l es el Dios de esas leyes de descendencia que hacen que el car�cter de los padres se transmita a los hijos a trav�s de muchas generaciones. �l es el Dios de aquellos decretos por los cuales los hijos del borracho heredan las inclinaciones del borracho; por el cual el enga�o propaga el enga�o; por el cual el honor engendra el honor; por el cual los motivos que se ejercen sobre los padres tienen un efecto en el bienestar de sus hijos llegando hasta las profundidades del futuro.

�l es el Dios del clima en el que vive toda persona, de ese clima que lleva a los esquimales bajo tierra durante la mayor parte de los meses del a�o, y ese clima que lleva al africano moreno todo el a�o al aire libre, sin ropa. y sin hinchaz�n. Si �l es el Dios de toda la tierra, entonces �l es el Dios que establece las leyes que determinan en gran medida las ocupaciones de los hombres y su car�cter.

�l es el Dios del globo f�sico, en este sentido: que todo lo que afecta a los hombres por su naturaleza, por su influencia inconsciente y continua sobre ellos, es de Su ordenaci�n. Siendo el Dios de toda la tierra, es el Dios de las monta�as y de los valles; del invierno y del verano; de industria y de comercio; de todos los arreglos de la vida que influyen en los hombres. Los lugares de residencia de los hombres y su naturaleza est�n determinados en gran medida por sus circunstancias; y estas circunstancias son los decretos de Dios. ( HWBeecher. )

Un patriotismo no cristiano

Dios es el Dios de todas las naciones. La Biblia dice que �l es el Dios de toda la tierra, y supongo que hay suficientes personas en otras naciones adem�s de la nuestra para ocupar una parte considerable de Su simpat�a, coraz�n y atenci�n. Bueno, el patriotismo es algo bueno, pero cuando el patriotismo es la influencia que nos separa de las otras naciones de la tierra, es algo muy estrecho, mezquino, es solo otro nombre para el ego�smo. ( HW Beecher. )

Todas las naciones y todas las clases pertenecen a Dios

Todas las naciones y todas las clases pertenecen a Dios, el superior y el inferior; los hombres de conocimiento pertenecen a la simpat�a y cuidado de Dios, los hombres virtuosos, los hombres de grandes adquisiciones, los hombres de gran capacidad para adquirir, los activos, los populares, los administrativos, los triunfadores; todos son del Se�or porque son hombres. Y los pobres, y las clases bajas, los m�s bajos, los mismos esclavos son todos de Dios.

A veces he pensado que �l les revela m�s de s� mismo que a sus superiores. En otras palabras, su absoluta impotencia, la necesidad de apoyarse en algo para apoyarlos en su debilidad, los ha llevado a tal estado de �nimo, que Dios les ha mostrado algunos elementos y atributos de su car�cter, a las verdaderas madres esclavas cristianas y padres, que otros hombres no han tenido.

Hay cosas que suceden entre ellos que se parecen tanto a milagros como a los de los evangelios. Hay cosas que suceden entre ellos que parecen casi como si Dios hubiera abierto los cielos y les hubiera hablado personalmente. Concuerda con la exhibici�n de la simpat�a de Dios, entregarnos a los inferiores en lugar de a los superiores, porque ellos m�s lo necesitan. ( HW Beecher .)

La relaci�n cu�druple de Dios

Hay cuatro grandes nombres por los que se llama m�s com�nmente a Dios Todopoderoso en la cristiandad: Creador, Rey, Juez, Padre. El primero y el �ltimo, Creador y Padre, son probablemente descripciones absolutas y literales de �l; no hay otro Creador sino �l, y todos los linajes son una sombra del gran hecho de Su Paternidad. Los otros dos nombres, Rey y Juez, son figurativos e ilustrativos �nicamente. Pero los cuatro son nombres revelados; nombres autorizados; nombres dados por Dios mismo a las preguntas anhelantes e importunantes de hombres que, como la lucha con Jacob, le claman: �Dime, te ruego, tu nombre.

�Debemos conocer a Dios por m�s que sus nombres si queremos conocerlo en alg�n sentido verdadero; debemos darnos cuenta de Su presencia; ser vivificado por su vida; la presencia en todas partes revelada; la vida en todas partes se sinti�. Sin embargo, al considerar cada uno de Sus nombres, podemos encontrar alguna interpretaci�n de lo que significa la declaraci�n de que �l es "el Dios de toda la tierra".

I. �l es el Dios como Creador de toda la tierra. La tierra no habr�a llegado a existir, y no ser�a hoy, si no fuera por la voluntad, el poder, la bondad de Dios. En la arquitectura de toda la tierra est� el dise�o de Dios; en la estructura est� el poder de Dios; en ambos est� el amor de Dios.

II. �l es el Dios como Rey de toda la tierra. La realeza es a menudo una concepci�n muy convencional; la realeza a menudo es una idea muy convencional. Detr�s de todo esto, en la realidad esencial, no se pretende la pompa y el esplendor, ni el rango y la autoridad arbitraria, sino la supremac�a genuina, la supremac�a que debe gobernar, que debe controlar, y la gloria que es inherente a tal supremac�a. No encontramos mucha ayuda para comprender el gobierno de Dios en los reyes y reinas cuyo imperio no es m�s que una pulgada, cuyo reinado en hora.

La realeza de Cristo, y no la de C�sar, ni la de Alejandro, ni la de Salom�n, ni la de Fara�n, es el verdadero esp�cimen de monarqu�a, de soberan�a divina. �l es el Se�or de un dominio moral, el Rey de un imperio espiritual, y sin embargo, cuando lo quiso, Su cetro control� la naturaleza material, multiplicando el pu�ado de panes y peces en una cosecha repentina con un toque, y calmando los vientos y las olas tempestuosas. por una palabra.

III. �l es el Dios como el JUEZ de toda la tierra. Un mundo en el que hay iniquidad exige un juez. No, las necesidades de la propia naturaleza justa de Dios lo obligan a ser juez. El Dios de toda la tierra debe ser un Juez universal; entre naciones como Francia y Madagascar, entre hombre y hombre, y entre hombre y ley, el Dios de todos debe ser el Juez supremo. Infalible en Su conocimiento omnipresente, justo en Su inspiraci�n infinita, infalible en Sus veredictos, "�No har� bien el Juez de toda la tierra?"

IV. �l es el Dios como el PADRE de toda la tierra. El coraz�n de la humanidad clama: "Mu�stranos al Padre y nos basta", y Jes�s, por las palabras de sus labios y por las obras de sus manos, y a�n m�s por su cruz, por su car�cter y por su esp�ritu. siempre est� revelando al Padre. ( UR Thomas, BA )

Versículos 6-13

Porque el Se�or te ha llamado como a una mujer abandonada

Dios es amor

Ninguno de los que se presentaron ante el Se�or Jes�s se atrevi� a definir a Dios como amor.

Pero no se sigue, como a veces suponemos, que los santos hombres que fueron inspirados por el Esp�ritu Santo antes de que Cristo viniera al mundo no conoc�an ni ense�aban el amor paterno y redentor de Dios. No podr�an estar tan familiarizados con ese amor como nosotros; pero que lo reconocieron e insistieron en ello con rara fuerza y ??patetismo, que hicieron todo lo que las meras palabras pudieron hacer para convencer y persuadir a los hombres de ello, ning�n estudioso sincero del Antiguo Testamento lo negar�, aunque cuando se sintieron m�s profundamente conmovidos por ella todav�a podemos detectar en su lenguaje cierto acento de sorpresa casi incr�dula.

Isa�as, por ejemplo, mientras pronuncia estas pat�ticas frases de mi texto, apenas puede creer con alegr�a y asombro. Una y otra vez se ve obligado a recordarse a s� mismo que es Dios quien habla en �l y a trav�s de �l. Las tiernas frases que, si no fueran tan tiernas, podr�an correr con fluidez constante, se rompen una y otra vez con palabras como "dice tu Dios", "dice el Se�or tu Redentor" o "dice el Se�or que tiene misericordia". sobre ti.

"�Te sorprende que Isa�as, que conoc�a tan bien a Dios, encontrara dif�cil creer en un amor tan tierno y verdadero, y temiera que a sus oyentes les resultara absolutamente imposible creer? Ah, pero considera qui�n y qu� eran, sobre qui�n". Se le dijo que Dios hab�a puesto Su coraz�n, y todos los tesoros de Su amor y compasi�n I Dios hab�a prodigado en ellos todos los medios posibles de gracia, de tal manera que �l pod�a, e hizo, apelar a ellos aunque hubiera una sola cosa. Pudo haber hecho por �l lo que no hab�a hecho.

Sin embargo, a pesar de Su gracia singular e ilimitada, se hab�an hundido al nivel y por debajo del nivel de los paganos que los rodeaban. �Era probable que Dios los amara? Considere tambi�n cu�n severa y terrible era la carga que Isa�as hab�a sido comisionado para denunciar sobre ellos. Y Dios hab�a cumplido su palabra. Los ej�rcitos asirios y caldeos hab�an barrido la tierra de sus habitantes; sus ciudades fueron quemadas con fuego, y la tierra una vez f�rtil y rica se convirti� en un desierto.

Todos los que quedaron del pueblo fueron llevados cautivos y lloraron durante setenta a�os con sus arpas sin cuerda mientras estaban sentados junto a las aguas de Babilonia. �Fue a estos cautivos y exiliados pecadores y miserables que el profeta se sinti� impulsado a proclamar el amor tierno e inalienable de Dios! Las palabras se autentican a s� mismas. Nadie sino Dios podr�a haberlos hablado. Ning�n hombre se habr�a atrevido a concebir a Dios; ning�n hombre, no instruido del Cielo, jam�s ha concebido a Dios como anhelante de amor por la raza humana; y menos a�n podr�a haber inventado un hombre las tiernas, derretidas y suplicantes frases con las que Isa�as ha revestido esa concepci�n. ( S. Cox, DD )

El maravilloso amor de dios

Marque lo que transmiten las palabras. Dios est� hablando a hombres que han pecado persistentemente contra todas las influencias de Su amor y gracia, a hombres que estaban siendo consumidos por los resultados inevitables de sus transgresiones. Y les dice a estas pobres criaturas miserables que le son tan queridas como la novia a su marido; que, aunque sus ofensas contra �l han sido tantas y tan profundas, no puede arrancar de su coraz�n su amor por ellos.

No, como si esto no fuera suficiente, contin�a diciendo que, aunque la culpa no es de �l, est� dispuesto a cargar con toda la culpa de sus ofensas sobre S� mismo. En lugar de reprocharlos por sus pecados contra SU amor, los compara con una esposa abandonada y afligida de esp�ritu, con una novia joven y tierna cuyo esposo la ha despreciado y deshonrado, neg�ndose a vivir con ella y envi�ndola fuera de su tienda.

Es �l quien la ha abandonado, no ella quien le ha abandonado. Es �l quien ha sido duro y severo, no ella quien ha sido obstinada y descarriada. Pero nunca quiso ser duro y severo. Fue solo por un breve momento que la dej�, y en un moment�neo arrebato de ira. Si ella regresa a �l y le da otra oportunidad, �l la recibir� con "grandes misericordias" y la consolar� con una "bondad eterna".

��C�mo la persuadir� para que vuelva, para que conf�e en �l? �C�mo convencerla de que ya no se enojar� m�s con ella? �l llama al cielo y a la tierra para testimoniar su verdad, su fidelidad, su amor inmortal e inmutable. Puede apelar a su pacto con ella, con Israel. Ella puede pensar que eso ha sido roto tanto por �l como por ella misma. Pero hab�a uno de Sus pactos que nunca se hab�a roto, un pacto incondicional, el pacto con No�, que no depend�a de los hombres y su obediencia, que depend�a solo de Dios y de Su fidelidad a Su palabra.

De ahora en adelante, su pacto con ella ser� como las "aguas de No�"; �l no se enamorar� de ella m�s de lo que permitir� que la tierra sea devastada por otro diluvio. �l nunca la abandonar�, aunque ella lo abandone a �l; nunca te enojes con ella, ni la reprendas, aunque ella todav�a sea obstinada y lo provoque a ira. No, m�s; como si incluso esta gran promesa no fuera suficiente, busca otra figura a�n m�s tranquilizadora, y contin�a diciendo: Las monta�as fueron plantadas y las colinas se mantuvieron firmes antes de que el Diluvio barriera la tierra; ni siquiera las aguas de No� pudieron lavarlos, ni siquiera hacerlos temblar.

Y su amor ser� de ahora en adelante firme e inmutable como los montes y las colinas; mejor dicho, m�s firme e inmutable. Las monta�as pueden moverse y las colinas pueden temblar; pero su misericordia nunca se quitar�, su pacto de paz nunca temblar�. Incluso todo esto, por maravilloso e incre�ble que sea, no es suficiente. Hay un suspiro de infinita compasi�n y verdad en la exclamaci�n: ��Oh, afligido, sacudido por la tempestad, no consolado! �Hay una generosidad ilimitada y Divina en la promesa a la novia, a la mujer, de que, si tan s�lo regresara a �l, su mismo palacio ser� construido con gemas raras; y en la promesa a la madre, que ninguna promesa podr�a ser m�s querida para el coraz�n de una madre, �Todos tus hijos ser�n ense�ados por el Se�or, y grande ser� la paz de tus hijos. �Es esa una f�bula inventada por el hombre? �Puede ser? �Se habr�a atrevido alg�n hombre a darlo como una declaraci�n de los hechos o posibles hechos de la vida humana? (S. Cox, D. D. )

Versículos 7-10

Por un momento te he abandonado

Consuelo de la aflicci�n

Esta es una palabra de bendito consuelo de Aquel que puede darla.

Aqu� est�&mdash

I. AFLICCI�N TEMPORAL. Observar&mdash

1. Su autor. "Me he desamparado". Toda prueba viene de la mano de Dios mismo. Se pueden emplear medios, pero �l obra a trav�s y por los medios.

2. Su m�todo. "Abandonado." El mayor dolor de Cristo fue que fue abandonado por Dios. El terror del infierno ser� que sea un mundo abandonado por Dios.

3. Su duraci�n. "Un peque�o momento". No es nada en comparaci�n con el tiempo, menos que nada frente a la eternidad. La aflicci�n puede durar un momento.

II. CONSOLACI�N PERMANENTE. Aqu� est�&mdash

1. La alegr�a del reencuentro. Qu� bendito el encuentro de amigos, separados, puede ser, por una pelea o por un pecado.

2. La alegr�a del perd�n. �Con gran misericordia�. etc. El pasado ser� pasado por alto, el futuro garantizado. Todo esto lo llevar� a cabo Dios. As� como env�a las pruebas, env�a las misericordias. ( Homilista. )

El creyente por un peque�o momento abandonado, pero con grandes misericordias reunido

I. �Cu�l es el punto de vista que se nos da aqu� del DESAGRADO MANIFESTADO de Dios hacia el individuo mencionado en el texto? "Por un breve momento te he abandonado". El abandono de Su pueblo por parte de Dios no puede estar en absoluto en soberan�a, sino que siempre debe ser en justicia; el siguiente vers�culo nos dice, de hecho, que fue "en ira" - que fue a causa del pecado. En cuanto a la manifestaci�n de disgusto, Dios habla aqu� de su �desamparo�.

1. A veces se dice que abandona a su pueblo cuando lo deja bajo aflicci�n temporal. Este era con mucha frecuencia el significado de tales palabras en referencia al antiguo pueblo de Dios, los jud�os.

2. A veces se usa esta frase, lo entendemos, cuando parece haber una obstrucci�n de acceso al Trono de la Gracia, cuando nuestro acercamiento a �l parece bloqueado y obstruido.

3. A veces, la frase se usa en referencia a la decadencia espiritual del pueblo de Dios.

II. A LA BONDAD Y LIGEREZA DE SU MANIFESTADO DESAGRADO tambi�n se les refiere: "Por un breve momento". Ahora, poniendo estas dos palabras juntas - "peque�o momento" - y conectando igualmente este "vers�culo con" el vers�culo siguiente, podemos entender, que tanto el grado como la duraci�n del castigo se mencionan en el texto. Por un peque�o momento �- un momento de peque�ez o de ligereza; y otra vez, "En un poco de ira escond� Mi rostro de ti por un momento". Esto nos parecer� m�s particularmente si lo comparamos con aquellas aflicciones a las que nos hemos referido algunas otras circunstancias.

1. Por ejemplo, compare solamente las aflicciones que ha soportado con sus m�ritos.

2. Luego compare sus sufrimientos con sus misericordias.

3. Compare sus sufrimientos con los de los dem�s.

4. Compare sus sufrimientos con los de Jes�s.

5. Piense en sus sufrimientos actuales comparados con el tormento eterno.

III. Pasemos a la declaraci�n de Dios con respecto a la misericordia que tiene en reserva para su pueblo: SU GRACIOSO DISE�O HACIA SU PUEBLO. "Con grandes misericordias te recoger�". Se ver� que esta reuni�n, ya que se refiere a la Iglesia de Dios, tiene varios significados.

1. En cuanto a las personas, puede que exprese muy justamente el designio de Dios de reunir a los que est�n lejos de �l mediante obras inicuas.

2. Entonces, �los reunir� para la posesi�n y disfrute de todos los privilegios de Mi pueblo - esto, por supuesto, debe incluirse - para la comuni�n de los santos.

3. Quiz�s esto se pueda aplicar muy justamente al hecho de que Dios re�ne a sus santos con la muerte.

4. Habr� la reuni�n final, la reuni�n universal en Su segunda venida.

IV. "CON GRANDES MISERICIONES", dice, "te recoger�". Dios, entonces, le est� diciendo a su pueblo cu�les son sus intenciones, y les muestra cu�les son sus disposiciones para con ellos, en asociaci�n con estos grandes designios. Apliquemos la frase:

1. A la misericordia originaria.

2. A la causa contratante.

3. A la causa eficiente: la operaci�n del Esp�ritu.

4. Al curso providencial de los medios que Dios emplea.

5. A la naturaleza de las bendiciones que Dios te ha concedido y que te conceder�. ( J. Griffin. )

La beneficencia de la aparente alienaci�n

A veces es necesario ser abandonado por el momento para que podamos estar debidamente reunidos. Hemos visto a alguien cari�oso que ense�a a caminar a un ni�o; le quitaron los brazos al ni�o, pero no muy lejos. Al ni�o nunca se le podr�a ense�ar a caminar si los brazos lo rodearan; hay que dejarlo un momento, pero la protecci�n debe estar siempre cerca. La alienaci�n no siempre significa pena, a veces significa educaci�n.

La alienaci�n puede significar un castigo, y entonces las armas est�n en realidad muy lejos; de hecho, pueden alzarse para herir al transgresor, al vagabundo cuyo coraz�n se ha descarriado, habiendo amado la mentira y la oscuridad en lugar de la verdad. ( J. Griffin. )

La depresi�n espiritual puede tener causas f�sicas

Un buen n�mero de supuestas alienaciones son simplemente el resultado de causas f�sicas. Si se entendiera mejor nuestra naturaleza f�sica, se pensar�a mucho menos en nuestras depresiones espirituales. Muchos hombres sufren de melancol�a quienes suponen que Dios lo ha abandonado, simplemente porque ha heredado una constituci�n que ha sido viciada, o porque ha alterado las leyes y ordenanzas de la naturaleza, o porque est� atravesando un proceso que puede ser absolutamente necesario para su purificaci�n y fortalecimiento. No supongan que Dios se mueve por los estados de �nimo y los caprichos como nosotros, que favorece a un ni�o hoy y reprende al ni�o ma�ana, sin raz�n ni sentido de justicia. ( J. Griffin. )

Versículo 8

En un poco de ira escond� mi rostro de ti

El rostro de Dios escondido

Decir que Dios me ha desechado porque ha escondido Su rostro es una falacia sacada de los t�picos del diablo.

Cuando el sol se eclipsa, las personas necias pueden pensar que nunca recuperar� la luz, pero los sabios saben que as� ser�. Durante el eclipse, aunque la tierra desea la luz del sol por un tiempo, pero no la influencia del mismo. ( J. Trapp. )

La peque�a ira de Dios y la gran ira de Dios

Este precioso pasaje es propiedad de todos los verdaderos creyentes en el Se�or Jesucristo. Quiz�s no nos hubi�ramos atrevido a decir esto si no fuera por el �ltimo vers�culo del cap�tulo, que nos asegura que es as�. "Esta es la herencia".

I. Lo que el Se�or llama Su "PEQUE�A IRA". Hablemos de �l y sus modificaciones.

1. Nuestro punto de vista de esa ira, y el punto de vista de Dios sobre ella, pueden diferir mucho. Para un hijo de Dios en un estado correcto, incluso la forma m�s modificada de ira Divina es muy dolorosa. Este dolor de coraz�n es un sentimiento muy apropiado, pero puede pervertirse por la incredulidad en ocasi�n del pecado. Podemos concluir de la vara de disciplina que el Se�or est� a punto de destruirnos, aunque ha dicho claramente: �La furia no est� en m�.

�Esta oscura estimaci�n de nuestros asuntos no es la visi�n que Dios tiene de ellos. No es m�s que una partida parcial por la que el santo est� sufriendo; el peque�o momento pronto terminar�. Ahora llamar� su atenci�n sobre dos o tres cosas que deber�an modificar en gran medida la visi�n que tenemos de los escondites del rostro de Dios.

(1) En cuanto al tiempo; el tiempo durante el cual nuestro Dios se retira es muy corto: �por un momento�, dice; pero lo dice menos que eso, "Por un peque�o momento". Piense en cu�nto tiempo nos ha amado, �incluso desde antes de la fundaci�n del mundo! El tiempo en el que esconde Su rostro es muy corto comparado con eso. Piense en cu�nto tiempo nos amar�: cuando todo este universo se haya hundido en su nada nativa, �nos amar� para siempre! El tiempo durante el cual �l nos castiga es, comparado con ese, un momento muy peque�o.

Piensa en cu�nto tiempo merec�amos haber estado en el infierno, para permanecer eternamente bajo Su indignaci�n: el peque�o momento en el que Su pesada mano est� sobre nosotros no es nada comparado con la eterna miseria que nuestros pecados han merecido. Cuando salgas del escondite de Su rostro a la luz nuevamente, esta penumbra parecer� haber sido solo un peque�o momento.

(2) La recompensa prometida. �Con grandes misericordias te recoger�.� El Se�or compensar� por ti todas tus p�rdidas, tus cruces y tus castigos. El trato de Dios con nosotros nunca parece ser tan misericordioso como despu�s de un tiempo de prueba. La amargura hace que lo dulce sea m�s dulce, y el dolor hace que el gozo sea m�s abundante. El texto no dice que Dios nos dar� misericordia despu�s de que nos haya dejado por un tiempo; la palabra est� en plural, �misericordias�, multitud de misericordias.

No, no dice simplemente "misericordias", sino "grandes misericordias", porque son tanto mayores porque las necesitamos mucho, estamos sumidos en una gran angustia por falta de ellas y llenos de tantos grandes temores como para nuestro futuro patrimonio. El Se�or no solo nos promete estos grandes favores, sino que promete que �l mismo los traer�. No deben sernos enviadas por �ngeles ni por providencias externas. "Con grandes misericordias te recoger�".

(3) La ira es peque�a en s� misma.

2. La expresi�n de Su peque�a ira no es, despu�s de todo, tan extremadamente severa, porque �qu� dice? �Escond� Mi rostro. El rostro del Se�or est� contra los que hacen el mal, para cortar el recuerdo de ellos de la tierra, pero nuestro texto no dice: �Volv� mi rostro contra ti, sino s�lo:� Escond� mi rostro de ti. " Esto es doloroso, pero todav�a hay un dulce reflejo: �por qu� esconde Su rostro? Es porque verlo ser�a agradable para nosotros.

Es un rostro de amor; porque si fuera un rostro de ira, no necesitar�a ocult�rselo a su hijo descarriado. Si fuera un rostro airado y quisiera castigarnos, lo desvelar�a; por lo tanto, podemos estar seguros de que �l lo cubre porque es tan brillante con amor eterno que si pudi�ramos verlo, no sentir�amos ning�n castigo.

3. Observe tambi�n, porque no debemos dejar de lado una palabra aqu�, que esta peque�a ira es perfectamente consistente con el amor eterno. �En un poco de ira escond� mi rostro de ti por un momento, pero con misericordia eterna tendr� misericordia de ti�. El Se�or est� lleno de bondad eterna en el mismo momento en que hace la promesa, porque si le prometes a una persona que la amar�s, ya la amas; solo el amor puede suscitar una promesa como la que he le�do. No tienes derecho a inferir de la grandeza de tus dolores que Dios est� dejando de amarte o que te ama menos.

II. LA GRAN IRA DE DIOS Y NUESTRA SEGURIDAD CONTRA ELLA. Nuestra seguridad contra esto es esta: �Esto es para m� como las aguas de No�; porque como he jurado, etc. Hasta que Dios ahogue de nuevo al mundo entero, nunca podr� desatar su gran ira contra su pueblo.

1. Mi texto sugiere que tenemos amplia seguridad de que la ira de Dios nunca estallar� contra nosotros, porque estall� contra nosotros una vez. Las aguas de No� pasaron sobre la tierra una vez, pero nunca dos. Ahora, la ira de Dios nunca puede estallar contra Sus redimidos, porque ya ha estallado contra ellos. ��Qui�n acusar� a los elegidos de Dios? Dios es el que justifica. �Qui�n es el que condenar�? Cristo es el que muri� ". �No es esa respuesta suficiente para todas las acusaciones del infierno?

2. El texto nos da a continuaci�n el juramento de Dios como nuestra seguridad. �Como jur� que las aguas de No� no pasar�an m�s sobre la tierra�, etc. Siempre es una ocasi�n solemne cuando Jehov� levanta Su mano al cielo y jura. Entonces es un asunto verdaderamente confirmado cuando est� asegurado por el juramento de Dios.

3. A continuaci�n, tenemos ante nosotros el hecho de que el Se�or ha garantizado nuestra seguridad mediante un pacto. "Ni el pacto de mi paz ser� quitado".

4. �Qu� benditas ilustraciones de nuestra seguridad se agregan en la declaraci�n posterior de la mente y voluntad del Se�or? El Se�or mira las monta�as y las colinas, y declara que estas y todas las cosas visibles pasar�n, porque el nacimiento m�s grandioso del tiempo perecer� cuando la eternidad reanuda su dominio. Las monta�as y las colinas pueden representar la m�s estable de las esperanzas y confidencias terrenales: todas ellas deben fallarnos cuando m�s las necesitemos.

El Se�or mismo nos asegura esto, y por eso no nos garantiza en absoluto ninguna seguridad en las cosas que se ven, ni ninguna paz que pueda extraerse de la criatura; nuestro consuelo est� en otra parte. �Los montes se apartar�n, y los collados ser�n removidos, pero mi bondad no se apartar� de ti, ni el pacto de mi paz ser� removido, dice Jehov� el Pitier. Bajo ninguna circunstancia concebible fallar� el pacto; el Se�or que lo hizo no puede cambiar, Jes�s que lo sell� no puede morir, el amor que lo dict� no puede cesar, el poder que lo ejecuta no puede decaer y la verdad que lo garantiza no puede ser cuestionado. En cuanto a ustedes que no tienen parte en las realidades divinas, �qu� poseen que valga la pena tener? ( CHSpurgeon )

Versículo 9

Porque esto es para m� como las aguas de No�

El Se�or no se enojar� m�s con su pueblo

I. LO QUE M�S TIENEN QUE TEMER LOS HOMBRES. Todos los hombres que no son salvos deben, con temor y temblor, temer la ira de Dios, la ira presente y la ira venidera. El texto habla del enojo del Se�or, como de un mal temible. El hombre tiene motivos para temer �la reprensi�n de Dios�, esa severa reprimenda del Santo que es el preludio del levantamiento de su espada desenvainada y la destrucci�n de sus adversarios.

1. La ira de Dios es materia de temor, porque estar en uni�n con Dios es necesario para la felicidad de la criatura.

2. Esta ira de Dios es m�s temible porque no hay forma de escapar de ella. Un hombre que est� bajo la ira de un monarca puede escapar a otro reino; un hombre que ha incurrido en la ira del enemigo m�s poderoso puede encontrar, en alg�n lugar de este gran mundo, un rinc�n donde esconderse de su implacable perseguidor. Pero el que se ha expuesto a la ira de Dios no puede salvarse de la mano del Todopoderoso.

3. Tambi�n hay que temer en la ira de Dios, que no hay cura para ello. Nada puede darle tranquilidad o seguridad a un hombre cuando la reprensi�n de Dios ha salido contra �l. Puede estar rodeado de comodidades temporales, pero sus riquezas solo se burlar�n de su pobreza interior. Los amigos pueden pronunciar palabras de alegr�a, pero todos ser�n consoladores miserables. En lugar de que las misericordias de esta vida se conviertan en un consuelo para �l, cuando un hombre tiene la ira de Dios descansando sobre �l, est� escrito: "Maldecir� todas tus bendiciones".

4. La reprensi�n de Dios, si vivimos y morimos impenitentes, es una contra la cual no podemos endurecernos. No podemos reunir fuerzas para aguantar cuando Dios golpea el coraz�n y seca el esp�ritu.

5. Recuerde el hecho abrumador de que la ira de Dios no termina con la muerte.

II. LO QUE LOS SANTOS NUNCA NECESITAN TEMER. Por terrible que sea, y m�s que suficiente para abrumar al esp�ritu con consternaci�n, el temor a la ira de Dios nunca debe perturbar el coraz�n del creyente. Dios ha jurado que nunca se enojar� con su pueblo. No dice que nunca estar� tan enojado con sus pecados como para castigarlos duramente; porque la ira con nuestros pecados es amor para nosotros. No dice que no se enojar� tanto como para castigarnos; aunque habr�a una gran misericordia incluso en eso; pero va mucho m�s all� y dice que nunca se enojar� tanto con su pueblo como para reprenderlos.

"�Qu�! dices: "Entonces, �no reprende Dios a su pueblo?" �Ah, en verdad que lo hace, y tambi�n los castiga! pero esas reprensiones y esos castigos son con amor y no con ira. El texto que tenemos ante nosotros debe leerse as�: "No me enojar� contigo para reprenderte con indignaci�n". Nunca habr� ni siquiera una palabra de ira de los labios de Dios, que toque a ninguno de sus siervos cuya justicia proceda de �l.

1. Esto, para asegurarnos de ello, se confirma ante todo mediante un juramento. Debemos creer la pura palabra de Dios: estamos obligados a aceptar su promesa como certeza misma; pero �qui�n se atrever� a dudar del juramento del Eterno?

2. Como para ilustrar a�n m�s la certeza de esto, se complace en establecer un paralelo entre el juramento del pacto actual y el que hizo en los d�as de No� con el segundo gran padre de la raza humana.

(1) El pacto hecho con No� fue un pacto de pura gracia. Este pacto es paralelo al pacto en tu comodidad.

(2) El primer pacto con No� se hizo despu�s de un sacrificio. La misma raz�n obra con Dios para que �l no se enoje contigo ni te reprenda.

(3) Ese pacto que Dios hizo con No� fue propuesto abiertamente a o�dos de toda la raza. No� y sus hijos lo oyeron, y todos lo hemos escuchado. Ahora bien, cuando un hombre hace una promesa, si es en privado, est� obligado por ella y su honor est� comprometido con ella; pero cuando su solemne promesa se hace p�blica, apuesta su car�cter entre los hombres por el cumplimiento de su palabra. Ahora, dado que el Se�or ha hecho p�blica esta palabra de gracia: �No me enojar� contigo, ni te reprender�, �no tiene la intenci�n de hacer lo que ha dicho?

(4) Dios nunca ha roto el pacto que hizo con No�. Si el Se�or es tan fiel a un pacto, �por qu� deber�amos imaginar, incluso en nuestros peores momentos, que ser� infiel a la otra palabra que ha dicho acerca de nuestras almas?

3. Si esta es la facilidad, que Dios no se enojar� con nosotros, ni nos reprender�, entonces el mayor temor que jam�s pueda caer sobre nosotros se habr� ido, y es hora de que todos nuestros temores menores desaparezcan con �l. Por ejemplo, hay

(1) el miedo al hombre. Cuando entendemos claramente que Dios no est� enojado con nosotros, nos sentimos elevados por encima de la ira de los mortales.

(2) As� que tampoco debemos temer al diablo. Si Dios no se enoja conmigo ni me reprende, �por qu� deber�a temer que todas las legiones del infierno marchen contra m�? Si Dios nunca se enojar� con nosotros ni nos reprender�, no debemos temer ninguno de los castigos que pueda imponernos. Hay una gran diferencia entre un golpe que se da con ira y una palmadita que se da con amor.

(4) C�mo altera esto el aspecto de la muerte. Si la muerte es un castigo para un creyente, entonces la muerte se viste de tinieblas; pero si la muerte misma ha cambiado su car�cter, �Demostraci�n es esto!

(5) Despu�s de la muerte vendr� el juicio, y en ese �ltimo gran d�a el Se�or no se enojar� contra su pueblo; si la lectura de todos los pecados de su pueblo ante un mundo reunido debe implicar una reprimenda, entonces no se har�, porque �l no los reprender�. Entonces, �a qu� debemos temer? �Qu� de verdad? �Que el Se�or nos conceda tener miedo de tener miedo!

Conclusi�n: Si es as�, que Dios ha jurado que no se enojar� con nosotros, entonces ...

(1) Cr�alo.

(2) Regoc�jate.

(3) Renunciar.

(4) Impartir. Si ha aprendido este amor en su propio coraz�n, d�gaselo a los dem�s. ( CH Spurgeon. )

Versículo 10

Porque las monta�as se apartar�n

Monta�as estables, pero desmoron�ndose

Aquellos que han sido criados y nutridos entre las colinas eternas siempre los consideran viejos amigos.

Para ellos hay en la monta�a, el valle y la ca�ada una paz que reposa en el seno de la fuerza que alivia el coraz�n para descansar. Jean Paul dice �que las grandes colinas son como grandes hombres: los primeros en atrapar y los �ltimos en perder la luz; y podr�a decir adem�s que, como los grandes hombres, brindan el refugio m�s bondadoso en sus poderosos pechos a los cansados ??y doloridos. Mientras que la idea de estabilidad est� relacionada con las colinas eternas, la ciencia, con severa veracidad, alarma que se est�n desmoronando gradualmente.

Dicen que los Alleghanies, en su mejor momento, eran tres mil pies m�s altos de lo que los ojos humanos los hab�an visto jam�s. Hubo un tiempo en que las fuerzas �gneas pose�an la ventaja, y la isla, el continente y el alp se alzaban triunfantes sobre el mar. Pero durante miles de a�os las energ�as del fuego se han ido desperdiciando, y el terremoto y el fuego se han visto afectados por la par�lisis de la edad. El r�o y el arroyo est�n robando la tierra de la monta�a y la llanura y devolvi�ndola al mar.

El granito desafiante, que desconcert� los rel�mpagos que desgarraron el Sina� y frunci� el ce�o ante la inundaci�n que ahog� al mundo, ser� derribado por la lluvia continua y la insidiosa ca�da de la escarcha. ( A. Macfarlane. )

La duraci�n inmutable de la bondad y el pacto de Dios

I. EL ESTADO MODIFICABLE Y EL MARCO DE ESTE MUNDO, que se emitir� en su disoluci�n definitiva. �Se apartar�n los montes y se quitar�n los collados�. En oposici�n a esto tenemos:

II. LA DURACI�N INcambiable DE LA BONDAD DE DIOS Y EL PACTO CON SU PUEBLO. �Pero mi bondad no se apartar� de ti, ni los convenios de mi paz ser�n quitados�.

III. LA CONFIRMACI�N Y LA RAZ�N DE ESTO, como se contiene en las palabras, "dice el Se�or, que tiene misericordia de ti". ( J. Guyse. DD )

El perdurable en el universo

I. LA EXISTENCIA DEL BUEN HOMBRE ES M�S DURADERA QUE LAS MONTA�AS. Esto est� impl�cito aqu�. Se supone que las personas aqu� dirigidas vivir�n despu�s de que las monta�as se hayan ido. El hecho de que un hombre sea m�s resistente que las monta�as le da consistencia y grandeza a nuestra vida.

II. LA BONDAD DE DIOS ES M�S DURADERA QUE LAS MONTA�AS. "Mi bondad no se apartar� de ti". La bondad de Dios es m�s duradera incluso que la del hombre. Aunque el hombre nunca tendr� un final, tuvo un comienzo. La bondad de Dios nunca tuvo un principio y nunca tendr� un final. La bondad es la esencia misma del Eterno, la ra�z de toda existencia, la fuente primordial de toda bienaventuranza en todos los mundos.

1. Su bondad continuar� a pesar de los pecados de la humanidad.

2. Su bondad contin�a a pesar de los sufrimientos de la humanidad. De hecho, su bondad se expresa en el sufrimiento humano. �No muestra a menudo el padre amoroso m�s amor por su hijo al corregirlo por sus ofensas que al satisfacer sus deseos? Hay bondad en los juicios que caen sobre los hombres. Los juicios m�s terribles no son m�s que la misericordia de Dios que limpia el mundo de sus males.

III. LA UNI�N ENTRE AMBOS SER� M�S DURADERA QUE LAS MONTA�AS. "Mi bondad no se apartar� de ti". Estas �palabras fueron dirigidas a su propio pueblo, y no a los hombres en general; y la idea es que su bondad continuar� para siempre en relaci�n con lo verdaderamente bueno. La bondad de Dios est� indisolublemente asociada con el bien. San Pablo desaf�a al universo a efectuar una separaci�n. "�Qui�n se separar� del amor de Cristo?" ( D. Thomas, DD )

Miedos y su ant�doto

Cuando Dios llam� a los jud�os cautivos para que fueran a su propia tierra, comenzaron a estar llenos de temores sobre el futuro. Reflexionaron sobre dificultades posibles o imaginarias. Gimieron bajo posibles cargas. �C�mo deber�an cruzar el desierto? �De d�nde deber�an recibir sus suministros? �Qui�n los proteger�a de las bandas errantes de ladrones? E incluso si realmente vivieran todos los peligros del desierto y volvieran a salvo a Palestina, �c�mo encontrar�an el pa�s? �Ser�a desolado y desolado, o cultivado y atractivo? �Estar�a libre de enemigos o lleno de enemigos? �Qui�n ser�a entonces su escudo y adarga, su torre fuerte, su roca de defensa para salvarlos? Fue este temperamento mental lo que Jehov� comision� al profeta para que quitara.

�Por qu�, dijo el ferviente hijo de Am�s, tienes tanto miedo? Piense en la ira moment�nea y la misericordia eterna de Dios (vers�culos 7, 8). Piense en el pacto que Dios hizo con el predicador de justicia (vers�culo 9). Piensa en las cosas m�s estables y duraderas que conoces: no en las fortalezas: se pueden demoler, y no quedar� piedra sobre piedra que no sea derribada; ni tampoco de los templos, aunque alcen la cabeza y golpeen las estrellas, como el templo de Bolus en la ciudad que durante tanto tiempo ha sido tu hogar. No pienses en ellos, sino en los montes eternos. �Qu� es tan seguro, tan arraigado, tan duradero? Sin embargo, �los montes se apartar�n, etc. (vers�culo 10).

I. EL TEMPLO DE LOS CAUTIVOS JUD�OS ES TAMBI�N EL TEMPLO DE MUCHOS HOMBRES DIOS EN NUESTRO D�A. Las palabras del profeta son palabras que ellos tambi�n necesitan escuchar, tranquilizarse y recuperar la confianza y la esperanza.

1. Tenemos temores sobre asuntos puramente seculares.

2. Hay miedos que surgen de asuntos puramente espirituales.

3. Los miedos tambi�n surgen de las tentaciones. Estas tentaciones son muchas y muy sutiles.

4. Hay enemigos que enfrentar, otros enemigos adem�s de Satan�s, pero que pueden ser impulsados ??por sus malos consejos. �Cu�l ser� nuestra condici�n en relaci�n con ellos? Hay enemigos en nuestro propio coraz�n, enemigos en nuestra propia casa, enemigos en nuestro trabajo diario y nuestro descanso. �Seremos capaces de encontrarlos y superarlos?

5. Quiz�s, con un gran n�mero de hombres devotos y piadosos, la mayor fuente de temor es la posibilidad de que llegue una hora de oscuridad.

6. En otros innumerables casos, el miedo se origina a trav�s de una aprensi�n m�rbida de la muerte, un odio hacia ella que es mucho m�s pagano que cristiano, un retroceso ante el pensamiento de la disoluci�n y todo lo que esa disoluci�n conlleva.

II. Miremos ahora, no los miedos, sino su verdadero ant�doto. �Porque los montes se apartar�n y los collados ser�n removidos�, etc.

1. Aqu� est� la declaraci�n de la providencia perpetua de Dios.

2. Otro ant�doto contra el miedo se da en la divina promesa de paz. �El pacto de mi paz no ser� quebrantado. Cuando los escritores sagrados hablan del pacto de Dios, es evidente de inmediato que est�n describiendo las cosas del cielo en el lenguaje de la tierra. Pero cuando la palabra se usa como en el caso que tenemos ante nosotros, representa una promesa o juramento divino. Recuerde, a�n m�s, que "paz" era una palabra que, en la estimaci�n del jud�o, llevaba consigo todas las posibles ventajas terrenales.

Signific� m�s que el cese de la hostilidad. Significaba oportunidad de negocio; �xito en empresas comerciales; la vida hogare�a, las alegr�as hogare�as, a las que el hebreo antiguo era tan parcial; tranquilidad, amor, felicidad. Las bendiciones que Jehov� prometi� a los jud�os fueron m�ltiples; pero todas esas bendiciones se resumieron en esta �nica palabra expresiva: paz. Lo mismo ocurre con nosotros, en la econom�a posterior. La promesa de Dios para nosotros es - "paz", poniendo el significado cristiano a�n m�s amplio en esa palabra. Pero cuando Dios promete que el pacto de su paz no se romper�, espera que cumplamos nuestra parte del pacto. �l no da ninguna seguridad de paz, si nos apartamos de �l.

3. La divina seguridad de la misericordia es otro ant�doto contra el miedo. "El Se�or, que tiene misericordia de ti". La misericordia fue la base de todo el trato que Dios dio a los jud�os de la antig�edad. La misericordia sigue siendo la base del trato de Dios con nosotros. ( JJGoadby. )

La inmutabilidad del pacto de Dios la seguridad del santo

I. UNA CUENTA DADA DE UN PACTO, que se atribuye a Dios, y se dice que es un pacto de paz.

II. LA PRIMAVERA Y FUENTE DE ESTE PACTO. "Bondad y misericordia".

III. UNA SEGURIDAD M�S S�LENA DE LA ESTABILIDAD, PERPETUIDAD E INCAMBIABILIDAD DE �L. "No se apartar� ni ser� removido".

IV. LA AMPLIFICACI�N O ILUSTRACI�N ADICIONAL DE ESTA SEGURIDAD. �Esto es para m� como las aguas de No�, y aunque se aparten los montes y se quiten los collados�, etc. ( S. Wilson ) .

Mi bondad no se apartar� de ti

Amabilidad

Hay algo muy sugerente en esa palabra "bondad". La bondad es originalmente aquello que se siente y se muestra a la propia especie o pariente. La clase es "pariente"; de modo que, seg�n el significado primitivo de la palabra, la bondad nace de la relaci�n natural. Y esta es realmente la base de la bondad de Dios. Los hombres son sus hijos: y la relaci�n de padres e hijos implica bondad. ( Sr. Vincent, DD )

La bondad de dios

La palabra bondad aplicada a la Deidad es un t�rmino muy amplio. Abarca los atributos del amor y la misericordia en todas sus manifestaciones y numerosas relaciones, y puede entenderse que es uno con la piedad, la compasi�n, la simpat�a y la ternura.

I. La bondad de la Deidad es INcambiable. Se contrasta con la mutabilidad de los objetos terrestres, incluso con los m�s poderosos y soportables: "Las monta�as se apartar�n y las colinas se quitar�n".

II. La bondad de Dios es UNIVERSAL, mientras que en algunos casos es ESPECIAL.

III. La PERPETUIDAD de esta bondad. �No se apartar� de ti. La bondad de la Deidad tiene su ley. Puede concederse o retirarse condicionalmente; y la ley de la bondad act�a en uni�n con la ley de la justicia. ( WDHorwood. )

El pacto de mi paz

El pacto de paz de Dios

"El pacto de mi paz" no da un sentido tan completo como "mi pacto de paz"; es decir, Mi pacto de paz. ( JA Alexander. )

Las bendiciones y la estabilidad del pacto de gracia.

I. UNA OPINI�N DE LAS PARTES INTERESADAS AL HACER ESTE PACTO.

II. UNA VISTA DE LAS BENDICIONES CONTENIDAS EN ELLA.

III. UNA VISTA DE LA ESTABILIDAD Y CERTEZA DE ESTE PACTO, CON TODAS SUS BENDICIONES Y BENEFICIOS, PARA CADA VERDADERO CREYENTE. ( J. Kidd, DD )

El pacto de la paz de Dios

1. Procede de �l como Dios de paz.

2. De esta manera ha formado entre �l y Su pueblo la conexi�n m�s �ntima y entra�able, ratificada por el Mediador, que es nuestra paz.

3. All� se otorgan todas las bendiciones necesarias para su paz y felicidad. ( R. Macculloch. )

Versículos 11-17

Oh afligido

La ciudad de dios

La referencia sigue siendo a Jerusal�n.

En el p�rrafo anterior, se la llamaba esposa est�ril; aqu� como destinada a surgir de sus abrumadoras ruinas y convertirse en el gozo de toda la tierra. Por supuesto, la referencia principal es a esa reconstrucci�n real que tuvo lugar bajo la direcci�n de Nehem�as. Pero hay un significado adicional y m�s espiritual. Estas palabras deben referirse a esa ciudad de Dios que siempre est� surgiendo entre las ruinas de todas las dem�s estructuras.

Observado por el ojo siempre atento del gran Arquitecto, forjado por manos invisibles, probado por la aplicaci�n constante de la l�nea de la verdad y la ca�da en picado de la justicia, y emergiendo lentamente de montones de basura en fuerza y ??belleza. Se da una descripci�n del valor incalculable de la estructura, los privilegios de los habitantes y la seguridad que garantiza la Palabra de Dios; y no dudemos en apropiarnos de esta bendita visi�n. Se pone claramente a nuestro alcance por la seguridad con la que se cierra el cap�tulo, que esta es la herencia de todos los siervos del Se�or. ( FB Meyer, BA )

La promesa de Dios a la Iglesia afligida

I. EL BAJO Y AFECTADO ESTADO DE LA IGLESIA.

1. Ella est� profundamente angustiada; y el lenguaje de la compasi�n divina hacia ella es: "�Oh, afligida!" La piedad exime de la ira futura, pero no de los problemas presentes. Los santos tienen sus aflicciones en com�n con los dem�s.

2. La Iglesia de Dios tambi�n se describe como �sacudida por las tempestades�, como un barco arrancado de sus anclas, llevado de un lado a otro por las olas bulliciosas, y listo en todo momento para ser devorado. Una tormenta en el mar tambi�n representa bien los terrores de una conciencia despierta y las agon�as de una mente en profunda angustia; cuando las providencias espantosas se unen a las tinieblas interiores, de modo que un problema excita y agudiza a otro.

3. La Iglesia est� afligida, "y no consolada". A veces, la luz surge de las tinieblas y Dios consuela a su pueblo en todas sus tribulaciones, pero aqu� se niega todo tipo de alivio.

II. LA COMPASI�N DE DIOS HACIA SU PUEBLO AFECTADO, Y LA PROMESA HECHA PARA SU ALIVIO. �He aqu�, pondr� tus piedras de bellos colores�, etc. Es como si el Se�or hubiera dicho: convertir� tu dolor en gozo, tus l�grimas en triunfos.

1. La Iglesia se representa aqu� como un edificio, ya sea como una vivienda com�n o un templo es inmaterial. Los materiales son varios. Algunos se encuentran en una situaci�n m�s notoria que otros; pero todos son �tiles y necesarios, en diferentes grados. Las diversas partes del edificio deben estar unidas para formar una estructura completa; un confuso mont�n de materiales, dispersos y desconectados, no dan idea de un edificio. Un templo est� dise�ado para el culto y una casa para habitaci�n; la Iglesia de Dios est� dise�ada para ambos.

2. A continuaci�n se describen las distintas partes de este edificio; las piedras que se van a poner, y tambi�n los cimientos. Nada m�s que materiales espirituales, nada m�s que piedras vivas son aptas para formar parte de este edificio. El fundamento de este edificio es Cristo Jes�s. Todos los verdaderos creyentes est�n unidos a �l y descansan su eterno todo sobre �l, como un edificio descansa sobre su fundamento.

3. Tenemos una promesa de felicidad y gloria futuras para la Iglesia. �Pondr� tus piedras de bellos colores, y tus cimientos de zafiros�. Estas expresiones pueden implicar:

(1) El valor y la excelencia de la Iglesia.

(2) Su atractivo y belleza.

(3) Su firmeza y estabilidad. Las piedras preciosas y los zafiros con los que se erigir� este edificio son duraderos y hermosos, y expresan la perpetuidad de la Iglesia del Evangelio.

(4) Su gloria futura. La Iglesia ciertamente ser� elevada a un mayor grado de gloria en este mundo; pero ella ser� trascendente y eternamente gloriosa en el mundo venidero. La gloria futura de la Iglesia, como la predijo el profeta, es similar a la de la Nueva Jerusal�n, que el ap�stol vio descender de Dios desde el cielo. �Que la Iglesia afligida y los creyentes individuales bendigan a Dios por tal promesa! Perm�tales ejercitar la fe y la paciencia, y esperar su pleno cumplimiento. ( B. Beddome, MA )

La ciudad de dios

I. LA INESTIMIDAD DE LA ESTRUCTURA. �Qu� enumeraci�n de piedras preciosas! Consideremos qu� son las joyas. Una joya es un trozo de tierra ordinaria que ha pasado por una experiencia extraordinaria. Entonces hay una idoneidad especial en este discurso para el afligido pueblo de Dios.

I. Fundaciones de zafiro. Debajo de nuestra vida, que sustenta la historia del mundo de los hombres, el �nico hecho fundamental para todos nosotros es el amor de Dios. Son estables. Son justos.

2. Ventanas de �gatas. Las �gatas son variedades de cuarzo y, evidentemente, llevan en su textura la marca del fuego. De hecho, siempre se encuentran en las rocas �gneas, de las que caen cuando tales rocas se descomponen bajo la acci�n del agua y el aire. La �gata es parcialmente transparente; no opaco, como el pedernal; no transparente, como el cristal de roca; admite la luz, templando a su paso. Dios hace ventanas de �gatas; �l toma nuestros dolores y los convierte en ventanas a trav�s de las cuales podemos mirar hacia lo invisible.

En el dolor vemos la naturaleza insatisfactoria del mundo y la realidad de lo invisible; aprendemos a apreciar la ternura y la delicadeza del amor humano; conocemos el significado de las providencias de Dios; contemplamos el valor y la verdad de las Escrituras.

3. Puertas de carbuncos. Existe una gran incertidumbre en cuanto a la piedra precisa indicada por la palabra hebrea traducida como "carbunclo". Por lo tanto, parece mejor tomar la sugerencia de la visi�n duplicada en el Apocalipsis y pensar en puertas de perlas. Se dice que la perla es el resultado de infligir una herida en la ostra, lo que la lleva a arrojar el precioso l�quido que se solidifica en una perla.

Si es as�, cada perla en el cuello de la belleza es el recuerdo duradero de una punzada de dolor. En cualquier caso, cada perla conmemora el peligro de la vida humana en el descenso del buceador a las profundidades del oc�ano. Es cierto en la vida; todas nuestras salidas hacia un ministerio m�s amplio, una vida m�s noble, una mayor responsabilidad de bienaventuranza, se deben a la preciosa acci�n de la tristeza, la abnegaci�n y el dolor. No hay puerta a la vida, que es la vida de hecho, que no nos ha costado caro.

II. LOS PRIVILEGIOS DE LOS NI�OS DE LA CIUDAD.

1. Todos ser�n ense�ados por Dios. Es un pensamiento profundo y �til que Dios haya abierto una escuela en este mundo oscuro y que �l mismo se haya comprometido a actuar como Maestro de escuela. Es el Padre quien ense�a. ��l conoce nuestra estructura�, etc. Ser ense�ado por Dios es ser guiado por Su propia mano hacia un conocimiento perfecto de los misterios de la redenci�n.

2. "Grande ser� la paz de tus hijos". Primero tenemos paz con Dios, por la fe en la sangre y la justicia de Cristo; luego la paz de Dios, que aqu� se llama "grande", y en otros lugares "que sobrepasa el entendimiento". Algunas partes del oc�ano se r�en de la l�nea de sondeo con desprecio. Puede soltar 1.000, 2.000, incluso 6.000 brazas, y a�n as� la plomada queda clara. As� es cuando la paz de Dios, expulsada de todo el mundo, viene a doblar sus alas de reposo en el coraz�n.

Es mejor que la alegr�a, que vacila y fluct�a; mejor que el �xtasis que puede tener sus reacciones. Y estos dos descansan el uno en el otro. Cuanto m�s conoces a Dios, m�s paz tienes; porque lo encuentra m�s digno de su confianza.

III. SU SEGURIDAD. El desperdicio cumple una funci�n �til: el cuchillo que corta la madera muerta; el fuego que devora la aleaci�n; el aventador que quita el trigo de la paja; el viento del este arrasando el bosque; la escarcha desmoronando el suelo; el vasto ej�rcito de animales que devoran y destruyen. "He creado al destructor para destruir". Esta es la forma fuerte en hebreo de decir que Dios permite, anula y saca el bien por medio del mal que parec�a destruir todo bien. ( FBMeyer, BA )

Los cimientos, las ventanas, las puertas y los l�mites de Sion

I. EL ESTADO, CAR�CTER Y CONDICIONES DE LA IGLESIA DE DIOS SUFRIMIENTO. "Oh, afligido, sacudido por la tempestad y no consolado". Cada una de estas expresiones est� pre�ada de significado celestial.

1. "Oh, afligido". La aflicci�n es una de las marcas que Dios imprime a su pueblo.

2. "Azotado por la tempestad". Algunos se ven sacudidos por una tempestad de dudas y temores; otros con una tempestad de lujurias y corrupciones; otros con una tempestad de rebeld�a e irritaci�n; otros con una tormenta de culpa y abatimiento; otros con sombr�os presentimientos y l�gubres aprensiones. As� son desviados de su curso, su sol y sus estrellas se oscurecen; sin evidencias claras, sin manifestaciones brillantes; oscuridad arriba y un mar embravecido debajo; rompientes adelante, y ning�n puerto a la vista.

3. Pero el Se�or agrega otra palabra, "no consolado" - es decir, no consolado por, no es capaz de consolar de parte del hombre. Considero esto como una marca muy decisiva de una obra de gracia sobre el alma. Dios ha recibido el consuelo de la Iglesia en sus propias manos; s�lo de sus labios se puede hablar el consuelo en su alma.

II. EL BENDITO CONJUNTO DEL EVANGELIO PROMETE QUE DIOS HACE A SU IGLESIA SUFRIMIENTO. �He aqu�, dice, como si quisiera atraer su atenci�n especial hacia la obra que estaba a punto de realizar. �Pondr� tus piedras de bellos colores�. El Se�or aqu� parece tomar la figura de un edificio; o m�s bien de un templo, porque su pueblo se compara con un templo.

Su obra sobre el alma de ellos lo compara con la obra de un arquitecto, o de un constructor que pone piedra sobre piedra hasta que pone sobre la piedra superior con gritos de gracia, gracia a ella.

1. La primera promesa que �l hace en relaci�n con este edificio de misericordia es: "Pondr� sus piedras de hermosos colores". Esta parece ser una descripci�n general de la obra de Dios al levantar el edificio espiritual antes de la coloraci�n clara. Pero en las palabras: �Colocar� tus piedras de hermosos colores�, parece haber una referencia tambi�n al cemento en el que se colocan las piedras, as� como a las piedras mismas. �Qu� es este cemento? �No es sangre y amor?

2. Pero el Se�or pasa a particularizar Su obra. �l habla de sus "cimientos", sus "ventanas", sus "puertas" y "fronteras", y nos dice c�mo est�n todos formados y hechos de manera individual. Comenzando por el principio, �l describe el material y la colocaci�n de sus cimientos: "Pondr� tus cimientos con zafiros". Antes de que podamos mantenernos firmes en las cosas de Dios, debemos tener un buen fundamento, algo s�lido para nuestra fe, nuestra esperanza, nuestro amor, nuestro todo en el que descansar.

Pero, �qu� es un zafiro? Una piedra preciosa, cuya caracter�stica distintiva es su peculiar color claro y hermoso: un azul celestial. No presionar�a demasiado la figura, pero �no podr�a representar adecuadamente, por su naturaleza y color, un regalo especial del cielo? Qu� misericordia para ti si tu fe tiene tal zafiro como base; cuando no descansas en la mera letra de la palabra de Dios, sino en el testimonio de Dios puesto en tu alma.

3. Pero el Se�or tambi�n agrega: "y har� tus ventanas de �gatas". �Para qu� sirve una ventana? Principalmente para admitir la luz y el aire, y tambi�n para darnos una perspectiva del paisaje exterior. Pero las ventanas son de "�gata". El vidrio en aquellos d�as no se usaba para ventanas; era conocido por varios otros prop�sitos; porque se ha encontrado �ltimamente en N�nive, as� como en las tumbas de Egipto; pero su uso para ventanas es relativamente moderno.

Pero, �por qu� est�n hechos de �gata? Aunque no es tan claro como el vidrio, es lo que se llama semitransparente, es decir, suficientemente transparente para admitir una cantidad considerable de luz. El sol que brilla a trav�s de una ventana de �gata puede perder una parte de su brillo, pero no mucha de su luz. Sobre Sion en su estado temporal, el Sol de Justicia no brilla con todo su esplendor. Las ventanas de �gata mientras ella est� en la carne templan sus rayos. Sus perspectivas tampoco son del todo claras y brillantes. No tenemos esas visiones claras que los santos tienen en la gloria cuando ven a Jes�s cara a cara.

4. Pero el Se�or tambi�n habla de las "puertas" de Sion . Estas puertas son para dar entrada al templo que �l est� levantando para Su propia habitaci�n. Pero, �de qu� material son las puertas? Estos tambi�n, como los cimientos y las ventanas, son de piedras preciosas. "Y tus puertas de carbunclo". Ahora bien, no debemos ser demasiado fantasiosos en nuestra interpretaci�n de la palabra de Dios; sin embargo, sin duda, el Esp�ritu de Dios eligi� estas joyas con un significado peculiar.

El �ntrax es de color rojo sangre. �Y por qu� deber�a haber elegido el Se�or que las puertas de Sion fueran de este color peculiar? �No podemos creer que hay aqu� alguna alusi�n m�stica a la sangre del Cordero? Pero, �para qu� sirven las puertas? Entrada y salida. Sion tiene sus puertas de entrada y salida. Tiene sus puertas de acceso a Dios, entrada a la presencia del Alt�simo. �Y qui�n abri� la puerta, o m�s bien qui�n no s�lo la abri� y la hizo, sino �l mismo? �Yo soy la puerta�, dice Jes�s; �Y no se abri� la puerta por Su carne desgarrada? ( Hebreos 10:19 ).

Pero las puertas no solo dan entrada sino tambi�n salida. No solo las oraciones, las s�plicas y las l�grimas se elevan con aceptaci�n a trav�s de las puertas del carbunclo, y as� entran en los o�dos del Se�or de los Sab�ot, sino que tambi�n llegan promesas, se�ales, testimonios y visitas. Y as� como toda oraci�n, para ser oraci�n, se respira por la puerta del carbunclo, por la sangre del Cordero, as� toda respuesta, es decir, una respuesta, desciende por el mismo canal consagrado.

5. Pero el Se�or tambi�n habla de las fronteras de Sion. �l nos dice que �l har� "todos sus bordes de piedras agradables". No habr� nada com�n en ella. Ning�n arquitecto presta la misma atenci�n a los patios y dependencias que a la propia mansi�n. Si la mansi�n es de piedra, estos pueden ser de ladrillo. No es as� con Dios, el arquitecto divino de Sion. Las mismas fronteras, los patios y las dependencias de Sion son todos del mismo material que la mansi�n en s�.

As�, los tratos providenciales de Dios, que a menudo forman el marco externo de sus misericordias internas, son piedras agradables. Pero, �para qui�n son estas misericordias? �El meritorio? el diligente? el trabajador? No leemos as�. �Oh, afligido�, etc. �Qu� son todas estas misericordias para los que son como ellos? Son las �nicas personas que los valorar�n o glorificar�n a Dios por ellos. ( JC Philpot. )

He aqu�, pondr� tus piedras de bellos colores

Las decoraciones de la naturaleza

El templo de la naturaleza no es una estructura mon�tona y sin matices como las pir�mides de Egipto. Est� ricamente decorado. Est� revestido de una hermosa y casta ornamentaci�n. Cada piedra est� pintada con colores claros, tonificada con precisi�n y en perfecto estado. No es una roca que se asoma por encima de la superficie de la tierra, sino que est� vestida con los tintes del arco iris de musgo y liquen, y adornada con la graciosa ternura de los helechos y las flores silvestres.

Cada monta�a est� vestida con el verdor abigarrado del bosque y los pastos, que se mezcla gradualmente hacia arriba con el gris sobrio del pe�asco, la blancura plateada de la nieve y el azul tranquilo del cielo salpicado de nubes. Y cuando los tonos vivos de las plantas est�n ausentes, hay una compensaci�n en los ricos colores de las rocas o en los brillantes reflejos del cielo. El brillante carmes� de los acantilados de granito y arenisca del Sina� compensa su desnudez esterilidad; y si las cadenas monta�osas del norte de Europa est�n desprovistas del verdor esmeralda de los Alpes, se cubren en cambio con una luz p�rpura como con un manto, y recogen del cielo al amanecer y al crep�sculo tonos m�s suaves que el plumaje de una paloma, y m�s radiante que los p�talos de rosa y violeta.

Incluso las obras de arte humano est�n decoradas por la naturaleza con una pintoresca gloria de color y luz, en armon�a con sus propios paisajes. El castillo o la abad�a, abandonados, se arruinan; pero la Naturaleza, cuya profunda paz sucede a todas las luchas del hombre, y cuya pasiva permanencia se burla de sus credos que perecen r�pidamente, interviene para reclamar su reversi�n; y all� donde toca su suave dedo, surgen nuevas bellezas que averg�enzan los triunfos m�s orgullosos de la artista. ( H. Macmillan, LL. D. )

Los adornos de la gracia

As� como la Naturaleza trata con los materiales de su estructura, el Art�fice Divino trata con los materiales vivos de Su templo espiritual. Cada piedra que es apta para ser construida en los muros de Su santa morada est� ricamente esculpida y decorada. No deja a nadie en la mezquindad y vileza de su estado natural. Los saca del pozo terrible y del barro fangoso para que puedan ser cincelados y pulidos, a fin de que sean adornos de la estructura en la que se encuentran.

�l hace que el Sol de justicia brille sobre la oscura nube de vapor de su naturaleza, y as� lo pinta con los tonos del arco iris de la gracia. Negros en s� mismos, los hace hermosos a la luz reflejada de su amor. Desde el momento en que se les restituye el favor de Dios, se les despierta a una nueva existencia y a un principio mejor. ( H. Macmillan, LL. D. )

Piedras con colores claros

I. �CU�LES SON LOS COLORES JUSTOS CON LOS QUE SE ADORNA EL PERSONAJE CRISTIANO?

1. La humildad es uno de los m�s conspicuos de ellos. Es el suave tono p�rpura de la violeta humilde, escondido entre sus hojas y conocido s�lo por su fragancia; de la fruta cuando est� madura; de las colinas cuando est�n m�s saturadas con la luz del atardecer, y m�s como el cielo. Es el adorno que, a los ojos de Dios, es de gran valor; es el secreto del verdadero refinamiento y distinci�n a los ojos de los hombres; es la gloria del hombre interior renovado en la abnegaci�n y el olvido de uno mismo santificados. Por nada se distingue m�s al creyente genuino del mero formalista e hip�crita que por su humildad.

2. Paciencia. Es el verde tierno de la hierba, que, a trav�s del calor del verano y las heladas del invierno, permanece inalterada, que puede ser pisoteada y herida en todos los sentidos, y sin embargo conserva intacta su vitalidad.

3. Benevolencia. Es el apacible azul del cielo, que brilla sobre justos e injustos, que env�a lluvia y roc�o sobre malos y buenos. �sta es la virtud que contrarresta el ego�smo natural del coraz�n y nos saca de nosotros mismos. Es por el ejercicio uniforme y ampliado de la misma que los disc�pulos del Se�or se distinguen de la gente del mundo, quienes siempre est�n atentos s�lo a sus propios intereses y placeres.

Es por su benevolencia que son asimilados al Dador Universal, cuyas tiernas misericordias est�n sobre todas Sus obras, y nunca se agotan, al Salvador compasivo, que aunque era rico, pero por nuestro bien se hizo pobre, que nosotros a trav�s de Su la pobreza podr�a enriquecerse, y cuya comida y bebida en la tierra iba a hacer continuamente el bien, a los santos �ngeles, cuya felicidad aumenta al ver a los pecadores arrepentirse en la tierra y al ser enviados a ministrar a los herederos de la salvaci�n.

4. Celo. Es el tono rub� de la sangre que circula por las venas y anima todo el cuerpo con vida y vigor. Es el calor carmes� el que energiza o derrite todo y lo impregna todo con su propio resplandor. Estimula el desempe�o de cada deber, infunde vida en cada experiencia, fervor en toda devoci�n, esp�ritu en todo trabajo y supera la dificultad como el fuego vence a todo objeto que se resiste.

5. Moderaci�n o templanza. Es la media dorada entre dos extremos: el camino seguro, aunque estrecho, entre males opuestos que se acercan mucho el uno al otro. Es el centro de gravedad del alma.

6. Todas estas y otras gracias se resumen en la caridad. As� como cada hermoso tono es claro, cada hermosa gracia es amor. Este es el arco iris que re�ne y armoniza todas las dem�s cualidades, y dobla su divina belleza sobre toda la vida del cristiano. Es el g�nero del cual todas las virtudes cristianas son la especie. La paciencia es la actitud del amor, el celo es la energ�a del amor, la humildad es la aflicci�n del amor, la benevolencia es la acci�n del amor.

II. �CU�LES SON LAS PROPIEDADES DE ESTOS COLORES JUSTOS?

1. Deben ser armoniosos. Deben desarrollarse proporcionalmente, de modo que cada uno, en lugar de restar valor, pueda agregar brillo al otro. Aunque el creyente posee las gracias en varios grados de perfecci�n, sin embargo, en cada persona, una u otra es predominante, se vuelve tan conspicua que colorea al resto y da a todo el car�cter su tonalidad predominante. La Nueva Jerusal�n de arriba ser� una ciudad gloriosa, porque se reunir�n, en un esplendor variado pero armonioso, el brillo del diamante, la llama rojiza del topacio, el verde intenso de la esmeralda, el oro brillante del jaspe. , la blancura lechosa del �nix, el celeste azul del zafiro, la hermosa violeta de la amatista, los ardientes cambios del �palo y la suave belleza de la perla.

2. Los hermosos colores con los que Dios coloca las piedras de su templo espiritual no son superficiales. No hay enchapado, ni esmaltado ni enchapado. La gracia obra de adentro hacia afuera, renueva el coraz�n y as� transforma la vida.

III. �C�MO SE PRODUCEN ESTOS COLORES JUSTOS? Dios es su autor. �l es quien dice: "Pondr� tus piedras de bellos colores". No son productos espont�neos de nuestra propia naturaleza corrupta, ni siquiera el crecimiento forzado de nuestro propio cultivo cuidadoso. Las bellezas de la santidad no son un simple boceto de fantas�a, ni una imagen original. Son una copia del Gran Maestro. ( H. Macmillan, LL. D. )

La cooperaci�n de la providencia y la gracia

La obra del Esp�ritu es ayudada por los tratos providenciales de Dios en el exterior. Es a los "afligidos, azotados por la tempestad y no consolados" a los que Dios les dice: "He aqu�, pondr� tus piedras de bellos colores". He visto un cumplimiento literal de estas palabras en Nature. Es una circunstancia notable que los colores m�s brillantes de las plantas se vean en las monta�as m�s altas, en los lugares m�s expuestos al clima m�s salvaje.

Los l�quenes y musgos m�s brillantes, las gemas m�s hermosas de las flores silvestres, abundan en lo alto del desolado pico despojado de la tormenta. Una de las muestras m�s ricas de coloraci�n org�nica que he visto fue cerca de la cima del Mont Chenelettaz, una colina de unos 10,000 pies de altura, inmediatamente encima del gran Hospicio de San Bernardo. Toda la cara de una extensa roca estaba cubierta con un liquen amarillo muy vivo, que brillaba al sol como la almena dorada de un castillo encantado.

All�, en esa noble regi�n, en medio de la desolaci�n m�s ce�uda, expuesta a las tempestades m�s feroces del cielo, este liquen exhib�a una gloria de color como nunca se muestra en el valle abrigado. Tengo ante m� dos ejemplares del mismo liquen, uno del gran San Bernardo y el otro de la muralla de un castillo escoc�s profundamente en relieve entre sicomoros; y la diferencia en el punto de forma y color entre ellos es de lo m�s sorprendente.

El esp�cimen alimentado en medio de las salvajes tormentas del pico de la monta�a es de un hermoso tono pr�mula, de textura suave y de contorno completo; mientras que el esp�cimen alimentado en medio de los suaves aires y las delicadas lluvias del valle de las tierras bajas es de un tenue tono oxidado, de textura escabrosa y de contorno quebrado. �Y no es as� con el cristiano que est� afligido, azotado por una tempestad y no consolado? Hasta que las tormentas y vicisitudes de la providencia de Dios lo golpean una y otra vez, su car�cter parece empa�ado y empa�ado por influencias ego�stas y mundanas. Pero las pruebas despejan la oscuridad, perfeccionan los contornos de su car�cter y dan brillo y belleza a su piedad. ( H. Macmillan, LL. D. )

El mundo desfavorable a la belleza del car�cter cristiano

Pero aunque las pruebas de la vida est�n bien preparadas para resaltar los hermosos colores del car�cter cristiano, hay un sentido en el que se puede decir que el mundo les es desfavorable. Su clima no es como el aire resplandeciente y el cielo despejado y soleado de Egipto o Italia, que embalsama los restos arquitect�nicos con una belleza imperecedera y presenta los templos erigidos hace siglos tan n�tidamente definidos en su escultura, y tan frescos e intactos en su colorido como si se construy� ayer.

Iris como nuestro propio clima brumoso. Es dif�cil preservar la belleza de la santidad en un mundo que yace en la maldad, para mantener las vestiduras sin mancha de la carne. Los bellos colores de la gracia requieren ser renovados, pulidos e iluminados constantemente. Pero como cristianos, otra Voluntad distinta a la suya ha comenzado a obrar en ustedes tanto el querer como el hacer de Su buena voluntad. Y tu santidad seguramente se extender� a pesar de toda oposici�n sobre toda tu naturaleza y vida, transform�ndote en la renovaci�n de tu mente, preserv�ndote de las contaminaciones del mundo y prepar�ndote para ser presentado sin falta ante la presencia de Su gloria con inmensa alegr�a. ( H. Macmillan, LL. D. )

El poder embellecedor de la gracia divina

Estos hermosos colores de la gracia est�n al alcance de todos. En la naturaleza dif�cilmente hay una piedra que no sea capaz de cristalizar en algo m�s puro y brillante que su estado normal. El carb�n, por una disposici�n ligeramente diferente de sus part�culas, es capaz de convertirse en el diamante radiante. La escoria expulsada del horno como desperdicio in�til, se forma en masas globulares de cristales radiantes. A partir de alquitr�n y brea se fabrican ahora los colores m�s bonitos.

El mismo barro en el camino, pisoteado bajo los pies como el tipo de toda impureza, puede ser transformado por el arte qu�mico en metales y gemas de incomparable belleza. Y as�, los materiales menos prometedores, de la basura moral m�s in�til que los hombres desprecian y desprecian, pueden ser convertidos por la alquimia divina en el oro del santuario, y hechos joyas aptas para la corona mediadora del Redentor. ( H. Macmillan, LL. D. )

"Colores claros:"

El antimonio era el costoso polvo mineral negro con el que las mujeres orientales se pintaban los p�rpados para realzar el brillo de sus ojos. El cemento oscuro en el que se colocar�an las gemas de los muros, las puertas, las almenas e incluso los cimientos de la Ciudad, y que deb�a realzar su brillo, se compondr�a de este costoso pigmento. ( S. Cox, DD )

Y pon tus cimientos con zafiros

Fundaciones de zafiros

A orillas del mar encontramos muestras de muchas de las rocas que forman la corteza terrestre. El esp�cimen m�s com�n entre ellos tiene algo que lo elogie, ya sea en color o en forma. Seguramente no es de materiales in�tiles y antiest�ticos que se construyen las partes ocultas de la tierra. A diferencia de la obra del hombre, que se elabora cuidadosamente solo donde el ojo debe verla, la obra de Dios es la misma en todas partes.

No solo se prodiga belleza en la superestructura, en la hierba, las flores y los �rboles, que deben encontrarse con la mirada, sino que los cimientos mismos est�n compuestos de piedras de �nix y piedras para colocar, piedras brillantes y diversos colores, y toda clase de piedras preciosas, y piedras de m�rmol en abundancia. Un principio similar aparece en toda la creaci�n espiritual, del cual el esquema de la naturaleza es solo la imagen visible.

Tanto en las obras morales de Dios como en las naturales, la belleza se combina con la utilidad, la gracia con la fuerza. �l sienta las bases de la Iglesia cristiana en general, y del car�cter cristiano individual, con zafiros. Esos principios y motivos ocultos sobre los que se basa la gran superestructura de la fe y la caridad, no solo son fuertes y firmes, sino tambi�n hermosos. ( H. Macmillan, LL. D. )

El zafiro

El zafiro es una de las m�s brillantes y valiosas de esas misteriosas flores inmarcesibles de la tierra interior que llamamos joyas. Nacido de la oscuridad, ajeno a la luz, todav�a tiene en su n�cleo de rayos enfocados el azul del cielo. Gencianas, violetas, nomeolvides, lagos tranquilos y cielos de verano, profundidades de glaciares y manantiales vivos, tienen su belleza pasajera y perecedera consagrada y concentrada en su coraz�n de roca.

Hay una variedad, de un azul puro singularmente suave, que tiene el poder de retener su hermoso recuerdo del cielo, incluso a la luz de las velas, cuando un zafiro ordinario se ve negro. A veces se encuentra en masas de tama�o considerable y, por lo tanto, se puede hablar apropiadamente de �l en relaci�n con los cimientos. Form� el pavimento, como el cuerpo del cielo en su claridad, bajo los pies del Dios de Israel, como lo vieron los ancianos en �xodo; y el trono de gloria que se le apareci� a Ezequiel en visi�n se parec�a a una piedra de zafiro.

Era la quinta piedra preciosa del pectoral del sumo sacerdote jud�o y ten�a grabado el nombre de Sime�n; y el segundo fundamento de la Nueva Jerusal�n es un zafiro. El minucioso relato en �xodo y Apocalipsis, de esta y otras joyas que adornaban la vestimenta sacerdotal y los muros de la ciudad celestial, indica la reverencia simb�lica que los jud�os atribu�an a su uso. Y esta creencia en sus cualidades m�sticas pas� de la India y Persia a Grecia y Roma, y ??despu�s de jugar un papel considerable en los sistemas gn�sticos de Alejandr�a, finalmente se transfiri� a la Iglesia cristiana, como encontramos al obispo Marboeuf de Rennes, en el siglo XI. , versificando sus influencias talism�nicas en su curioso �Lapidarium.

Incluso San Jer�nimo elogia el zafiro por su uso para conciliar a su portador el favor de los pr�ncipes, sofocar a sus enemigos, dispersar hechicer�as, liberar a los cautivos e incluso mitigar la ira de Dios mismo. ( H. Macmillan, LL. D. )

Azul

El azul es un color sumamente encantador. Es silencioso y tenue, atrae sin deslumbrar la vista, sugiere paz y reposo. Es el color m�s distribuido universalmente. Forma el fondo agradable de la naturaleza, en el que los colores m�s brillantes de los �rboles, las flores y los campos surgen para llamar nuestra atenci�n, no solo por su propia belleza, sino tambi�n por la fuerza del contraste. Lo vemos en la extensi�n ilimitada del cielo que se inclina e idealiza nuestra tierra fr�a y opaca, y forma, con sus variados cambios, una parte del paisaje, no el mero espacio vac�o que lo rodea.

Lo vemos en los cerros lejanos, que asumen en el horizonte el color celeste del cielo, por simpat�a de la belleza y la paz. Lo vemos en el oc�ano extenso que cubre las tres cuartas partes de la superficie del globo; en el lago, el r�o y el arroyo, los espejos que reflejan y espiritualizan la belleza cambiante de la tierra y el cielo. Lo vemos en la campana azul que resuena el r�quiem pensativo de la mutabilidad de la naturaleza en las tranquilas v�speras de oto�o; y en el ojo humano, la m�s maravillosa de las obras de Dios, que refleja el mundo exterior y el mundo interior, que es a la vez �til como �rgano de visi�n y hermosa como ventana espiritual y expresiva del alma. templo de la naturaleza, desde el aire sin vista hasta el brillo et�reo del ojo inocente de la infancia, predomina el tono del zafiro,

As� como el oro era emblem�tico de la gloria y majestad de Dios, as� el azul combinado con �l, en las citas sagradas del tabern�culo, podr�a emplearse adecuadamente para representar Su amor y gracia. Tal interpretaci�n estar�a en estricta conformidad con el simbolismo de casi todas las naciones, entre las cuales el azul siempre se ha asociado con ideas de amor. ( H. Macmillan, LL. D. )

Bases de zafiro

Por tanto, podemos entender que los cimientos de zafiro de la vida cristiana que Dios pone, son, en t�rminos generales, el amor de Dios en Cristo; Su amor general en la providencia y Su amor particular y superior en la redenci�n. Es sobre este fondo hermoso y sereno donde se despliegan todas las grandes manifestaciones de gracia dadas a la humanidad. El templo de Salom�n fue construido sobre los cimientos rocosos del monte Moriah, un lugar consagrado a la obra de la redenci�n, desde el momento en que Abraham ofreci� all� el carnero que el Se�or hab�a provisto, en lugar de su hijo Isaac, y el �ngel destructor envainado all�. , junto a la era de Arauna, la espada del juicio, a causa del sacrificio de David.

Y as�, el templo espiritual tambi�n se construye sobre la obra de la redenci�n como su fundamento de zafiro. �Qu� bellos emblemas del amor de Cristo son los dos objetos m�s grandiosos de la naturaleza: el mar de zafiro y el cielo de zafiro! La extensi�n ilimitada del campo azul del cielo no puede ser medida ni siquiera por el astr�nomo, por lo que la longitud y la anchura, la altura y la profundidad del amor de Cristo sobrepasan todo conocimiento. O, para tomar el mar como comparaci�n, el mar toca la orilla a lo largo de una l�nea estrecha, y toda la belleza y fertilidad de esa orilla se deben a sus roc�o y lluvias vivificantes; pero se extiende m�s all� de la orilla. el horizonte, en regiones que el ojo humano nunca ha visto, y cuanto m�s se aleja, m�s profundas y azules se vuelven sus aguas.

Y as�, el amor de Cristo nos toca a lo largo de toda la l�nea de nuestra vida, imparte toda la belleza y la fecundidad de esa vida, pero se extiende desde el punto de contacto hasta las inescrutables riquezas de Cristo, la plenitud inconmensurable de la Deidad. ese oc�ano de amor inconcebible, incomunicable que ninguna ca�da puede sonar, ni ojo de �ngel o santo jam�s escudri�ar. La palabra hebrea sappir, traducida como zafiro en nuestra versi�n, se deriva de la misma ra�z que las palabras que significan un libro, escritura o grabado; y seg�n el Talmud, las dos tablas de piedra, en las que estaba escrita la Ley en el Sina�, estaban formadas de zafiros.

Bendito sea Dios, no es sobre los cimientos de zafiro de la Ley que ahora debemos construir nuestra confianza. La obediencia que puede descansar sobre estos fundamentos debe ser perfecta en cada jota y tilde, y perpetua, sin cesaci�n ni suspenso, sin duda ni duda, desde el principio hasta el fin de la vida. Pero tal obediencia no la podemos criar. La obra terminada de Cristo es ahora nuestro fundamento de zafiro. ( H. Macmillan, LL. D. )

"Pondr� tus cimientos con zafiros":

La estructura de nuestra fe es de cuatro cuadrados, como la del templo de anta�o. La principal piedra angular que une todo es el amor redentor de Cristo; pero conectado con �l como fundamento para la estabilidad y la esperanza del creyente, es:

1. El pacto de gracia, que abarca cada bendici�n desde el primer momento de la paz incipiente en el alma hasta la consumaci�n de esa paz en el cielo, extendi�ndose en su administraci�n a los detalles m�s diminutos, haciendo amplia provisi�n para todos los males que puedan sucederle. nosotros, y asegurar la calma en la perspectiva y en la hora de la muerte.

2. La verdad revelada de Dios es otro fundamento de zafiro conectado con la preciosa piedra angular.

3. La experiencia del creyente es otro fundamento de zafiro. La revelaci�n objetiva del Evangelio ha sido seguida por la operaci�n subjetiva del Esp�ritu. La ense�anza externa de la inspiraci�n se ha convertido en una iluminaci�n divina interna. La doctrina se ha convertido en un poder vivo cuya fuerza ha sido probada y probada; el anuncio divino ha pasado a la forma de una experiencia humana; el credo no es una mera f�rmula de habla, no es un encantamiento m�stico, sino que �corresponde a las necesidades de su alma, que ha sondeado hasta el fondo en la hora de la dificultad.

En resumen, Cristo proclamado por los tipos y profec�as del Antiguo Testamento, revelado en los Evangelios, predicado en los Hechos y Ep�stolas Apost�licas, se ha convertido en Cristo formado en el alma la esperanza de gloria. El zafiro es una de las joyas m�s preciosas; ranking junto al diamante en valor. Es preciosa por su propia belleza y rareza, y preciosa por el trabajo que implica su obtenci�n. �Y qui�n puede estimar la preciosidad de los cimientos de zafiro de nuestra fe, la obra de redenci�n que cost� la humillaci�n, el sufrimiento y la muerte del Hijo de Dios? y la experiencia de la verdad en el alma realizada a trav�s de mucho dolor, de dudas, de temores y de terribles luchas? El zafiro es tambi�n una de las piedras preciosas m�s puras.

La antigua piedra mete�rica llamada Kaaba, construida en la mezquita sagrada de La Meca, y todav�a presionada con devoci�n por los labios de cada peregrino, puede tomarse para representar en su negrura y terrenalidad, la religi�n mahometana. Pero la base del cristianismo es un zafiro transparente puro. No tiene defectos, escoria ni ingredientes terrosos. Estos cimientos son firmes y duraderos. No est�n compuestas de materiales perecederos, ni siquiera de rocas que se desgastan y se desmoronan, sino de zafiros, junto al diamante, la piedra preciosa m�s dura.

Las joyas, como clase, son los objetos terrenales m�s duraderos, la forma m�s hermosa y m�s imperecedera en la que aparece la materia. Son, por tanto, tipos expresivos de estabilidad y permanencia. Los cimientos de zafiro de la vida cristiana son eternos. ( H. Macmillan, LL. D. )

Versículo 12

Y har� tus ventanas de �gatas

�gatas

Las �gatas son piedras preciosas, parcialmente transparentes y sin cristalizar.

Son meras variedades de cuarzo, de diversos colores mediante mezclas de diferentes tierras; aunque los tintes neutros son los m�s frecuentes. Generalmente se presentan en n�dulos redondeados o en vetas en rocas �gneas, cayendo cuando dichas rocas se descomponen por la acci�n de los elementos y son arrastradas a los lugares donde se encuentran por los arroyos de las monta�as. Parecen ser producto de elementos fundidos por el fuego; y en este sentido llevan a cabo con la mayor fidelidad la analog�a entre la condici�n de la Iglesia y la naturaleza de la promesa: �Oh, afligido, azotado por la tempestad y no consolado, he aqu�, har� tus ventanas de �gatas�. A partir de esas pruebas de fuego, se construir�n para �l valiosos medios de visi�n espiritual. ( H. Macmillan, LL. D. )

Ventanas de �gata

I. Mirando el emblema bajo esta luz, podemos suponer que ventanas de �gatas significan ventanas de FE. Las �gatas no son transparentes como el cristal de roca ni opacas como el pedernal; as� que ni la fe es tan tenue como el sentido, ni brillante como la visi�n celestial. Muchas cosas en la creaci�n, la providencia y la redenci�n son inescrutables para nosotros; y cuanto m�s amplio se extiende el c�rculo de luz a nuestro alrededor, m�s ancha se extiende tambi�n la l�nea oscura de nuestra ignorancia y la toca en todos los puntos.

Mirando a trav�s de estas ventanas, contemplamos cosas que no vemos en ning�n otro lugar. Obtenemos una visi�n tan consciente de la presencia de Dios, una evidencia de sus perfecciones, que eleva y espiritualiza nuestras mentes, mientras que, al mismo tiempo, nos humilla por el contraste de nuestras propias imperfecciones e indignidad. Contemplamos Su gloria como en un espejo, y somos transformados en la misma imagen, saturados con la luz reflejada de Su santidad, impregnados de: el calor la pureza de Su amor.

El �completamente encantador mira estas ventanas, mostr�ndose a trav�s del enrejado en toda la belleza de su persona, la perfecci�n de su justicia y la suficiencia de su gracia. Tenemos una visi�n satisfactoria y transformadora de Su persona, Su expiaci�n, Su intercesi�n, Su ejemplo, Sus mandamientos y promesas, Su gobierno y reino, como se revela en el Evangelio; para que podamos disfrutar de Su propia bendici�n prof�tica: �Bienaventurados los que no vieron y creyeron.

�Desde estas ventanas superiores del alma obtenemos la vista m�s amplia del horizonte que nos rodea, y vemos gloriosos destellos de la tierra que est� muy lejana. Mirando hacia abajo desde esa elevaci�n, qu� peque�as e insignificantes aparecen las cosas que parec�an grandes desde su propio nivel; cu�n indigno del pensamiento que les dimos, o de la ansiedad con que los miramos. Tambi�n en estas ventanas occidentales del alma, el sol que se aleja brilla con un resplandor concentrado cuando todo el resto del horizonte est� envuelto en la penumbra del crep�sculo. Es desde all� que se vislumbra otro mundo m�s brillante que se abre ante nuestra vista, mientras este mundo se hunde en las sombras.

II. Podemos considerar estas ventanas como VENTANAS DE SENTIMIENTO. Con esto se quiere decir, no que Dios herir� a los heridos, afligir� a los afligidos, sino que har� que las aflicciones que la Iglesia ya experimenta sean ventanas de �gatas, medios de comunicaci�n entre el alma y el mundo invisible, medios de profundizaci�n. conocimiento y experiencias m�s ricas de las cosas espirituales. El cristiano afligido es el �nico que tiene una visi�n justa de la vida. Se necesita una disciplina larga y dolorosa para corregir nuestras primeras impresiones y mostrarnos las cosas en sus verdaderos aspectos y relaciones.

A trav�s de las oscuras ventanas de la aflicci�n, cu�n cambiado es el aspecto del mundo, cu�n fr�o, gris y desolado; todo su resplandor radiante desapareci�; todos sus hermosos matices reducidos a una tristeza apagada y plomiza. Las l�grimas de dolor son como lentes espirituales, mostr�ndonos el mundo en su verdadero car�cter como una herencia pobre, vac�a e insatisfactoria. Un vistazo a trav�s de las ventanas de �gata de la enfermedad, el duelo o la adversidad nos impresionar� m�s con la vanidad de la porci�n del mundo y de una vida de sentido, que todo lo que la poes�a m�s pensativa jam�s haya cantado, o la filosof�a m�s c�nica jam�s ense�ada.

"Har� tus ventanas de �gatas"; no son brillantes y transparentes, porque nuestros ojos d�biles, empa�ados por el dolor y el llanto, no pueden soportar la fuerte luz del sol; no oscuro y opaco, porque el alma que trepa y se esfuerza por mirar hacia afuera y ver la luz detr�s de la nube, la belleza m�s all� de la sombra, y desconcertada en sus esfuerzos, volver�a sobre s� misma morbosa y desesperada. Son ventanas de �gatas, ni transparentes ni opacas, pero misericordiosamente templadas por Aquel que mejor conoce los requisitos de cada caso individual y quien en todas nuestras aflicciones es afligido.

III. Podemos suponer que las ventanas de �gata son VENTANAS DE CAR�CTER ESPIRITUAL. Al admirar un hermoso paisaje, no encontramos nada en �l excepto lo que nosotros mismos le llevamos. La naturaleza viste el color del esp�ritu; y sus encantos son reflejos de encantos dentro de nosotros. Lo mismo ocurre con las cosas morales. Para los puros todas las cosas son puras; mientras que el coraz�n contaminado encuentra impureza en las cosas m�s inocentes.

As� tambi�n en el mundo espiritual. Sus objetos se vuelven reales, tangibles, verdaderos, dignos de amor y capaces de influir en nosotros, solo en la medida en que nosotros mismos estemos espiritualizados. No hay ventana tan clara como la santidad de car�cter, la espiritualidad de la mente, la pureza de coraz�n, la unicidad de objetivos. Las ventanas de �gata son los s�mbolos m�s expresivos de nuestro car�cter espiritual. Las �gatas m�s puras son solo semi-pel�cidas: mientras que la gran mayor�a de los espec�menes est�n nublados con manchas oscuras y rayados con l�neas oscuras.

Por eso, el car�cter espiritual m�s puro de este mundo es imperfecto. La transparencia esencial permanece, pero los objetos que se ven a trav�s de ella son tenues, distorsionados y descoloridos. Nuestras visiones imprecisas e imperfectas de Dios, de la providencia, del esquema de la gracia, de las realidades eternas y de las glorias trascendentes de un estado perfecto, se deben a la imperfecci�n de nuestro propio car�cter espiritual y a la afinidad imperfecta de nuestro coraz�n por lo que es mejor y m�s puro.

Estas ventanas de �gatas son de gran importancia pr�ctica. El uso y dise�o principal de las ventanas ordinarias en una vivienda es permitir la entrada de luz en las habitaciones, de modo que los presos puedan ver para realizar sus diversas tareas dom�sticas. Y as�, el uso de estas ventanas de �gatas, ya sean ventanas de fe, de sentimiento o de car�cter espiritual, es para dejar que la luz del cielo brille sobre nuestra vida, para que podamos cumplir con nuestros diversos deberes como miembros de la Iglesia. hogar de la fe.

No debemos sentarnos todo el d�a con las manos juntas en estas ventanas, mirando con indiferencia o tristeza, en mera enso�aci�n religiosa o en abatida abstracci�n. La luz que gelificamos a trav�s de ellos se nos da para trabajar. La luz del cielo mismo se da tanto por utilidad como por belleza. Calienta y fertiliza la tierra y madura el ma�z. Dejemos, pues, que la luz que fluye sobre nosotros a trav�s de estas ventanas de �gatas, luz costosa obtenida de la fe probada en el horno; luz fulgurante que reluce de dolorosas aflicciones, de las decadencia de la naturaleza; luz centelleante proveniente de dolorosas luchas con el pecado y el yo; luz coloreada por la experiencia por la que ha pasado; deja que esa luz caliente, avive y madure nuestras almas. ( H. Macmillan, LL. D. )

"Tus ventanas de �gatas"

M�s bien, como RV, "pin�culos". La palabra se deriva de "sol" y parece indicar aquellas partes del edificio que brillan con los rayos del sol. Comp�rese con el "minarete �rabe", utilizado principalmente como farol o faro. ��gatas� ( Ezequiel 27:16 ), �piedra resplandeciente, quiz�s� rub�es �(RV). ( Prof. J. Skinner, DD )

La visi�n clarificada

La palabra hebrea aqu� para ventana es inusual ( shemashoth ) , y esta es la �nica instancia de su traducci�n por "ventana". Significa "una apertura para el sol". Implica la admisi�n en la casa de m�s luz del d�a reflejada que la ordinaria: el sol fluye a trav�s de ella. El �gata ( kadbod ) es una piedra cristalina. El escritor lo usa evidentemente m�s por su claridad que por su preciosidad. Como v�a despejada para el sol, la ventana de �gata sugiere la conveniencia de mantener transparentemente claras las ventanas del alma.

I. QUE DIOS, EL SOL DEL ALMA, PUEDA BRILLAR SIN IMPEDIMENTO.

1. La Biblia puede ser la ventana de �gata. A trav�s de �l, Dios brilla en la mente y el esp�ritu del hombre.

2. Este, de manera similar, deber�a ser el oficio de la ense�anza religiosa, como en el credo y el serm�n. Cu�n importante es mantener transparentes los medios de comunicaci�n de la verdad.

II. QUE EL ALMA, MIRANDO HACIA FUERA, PUEDE VER CON PRECISI�N. Un vidrio en mal estado, vapor o una mancha en una ventana confunden los contornos. Una mosca en el telescopio puede torcer la astronom�a del observador. Todas nuestras visiones de los paisajes de la vida dependen en gran medida de la ventana a trav�s de la cual miramos. El pecado lo mancha. El cinismo lo decolora. El sol puede brillar a trav�s de una piel o una contraventana fina. Pero el alma solo puede mirar hacia afuera a trav�s de la ventana transparente. Dios nos ve, brilla sobre nosotros, cuando no lo vemos. La salvaci�n no depende de que �l nos vea, sino de que nosotros lo veamos.

III. QUE NUESTRA LUZ PUEDE BRILLAR A OTROS. Alguien que vaga por la oscuridad puede ver la luz que brilla en nuestra vida y ser guiado a un lugar seguro. ( Revisi�n homil�tica. )

Tus puertas de carbunclo

El carbunclo

Esta piedra preciosa se encuentra en las Indias Orientales, en color es un escarlata intenso, y sostenida entre el ojo y el sol es un carb�n ardiendo. El poeta lo pone en ritmo mientras escribe: �Como el carb�n ardiendo de donde viene su nombre; Entre los griegos como �ntrax conocido a la fama ". Dios lo coloca en un lugar destacado en la cristalograf�a de la Biblia. Lo corta con un cincel divino, le da forma con una geometr�a precisa y enciende su fuego en una llama de belleza casi sobrenatural.

Su ley de simetr�a, su ley de zonas, su ley de paralelismo, algo para excitar el asombro del cient�fico, repicar los cantos del poeta y despertar la adoraci�n del cristiano. Nadie m�s que el Dios infinito pod�a hacer un �ntrax tan grande como la u�a del pulgar, y como para hacer que todas las edades apreciaran esta piedra preciosa, orden� que se colocara en la primera fila del pectoral del sumo sacerdote en tiempos antiguos y superiores. m�s alto que el �nix, la esmeralda y el diamante, y en las profec�as de Ezequiel acerca de los esplendores de la corte de Tiro, se menciona el carbunclo, el brillo de las paredes y de los pisos teselados sugeridos por la oraci�n b�blica, �Has caminado y en medio de las piedras de fuego! " ( TDW Talmage, DD )

Puertas de carbunclo

En mi texto no es un esp�cimen solitario lo que les entrego, ya que el guardi�n de un museo podr�a sacar de la estanter�a una piedra preciosa y permitirles examinarla. Tampoco es el panel de una puerta que podr�as pararte y estudiar por sus singulares tallas o tracer�as bronceadas, pero hay una puerta entera levantada ante nuestra admirada y asombrada visi�n, �ay! dos puertas de ella: �ay! muchas puertas de ella: �Har� tus puertas de carbunclo.

�Qu� puertas Puertas de la Iglesia. Puertas de cualquier cosa que valga la pena poseer. Puertas de empresa exitosa. Puertas de salvaci�n. Puertas del logro nacional. Isa�as, quien escribi� este texto, tambi�n escribi� todo eso acerca de Cristo "como el cordero al matadero", y habl� de Cristo diciendo: "Yo solo he pisado el lagar", y escribi�: "�Qui�n es este que viene del Ed�n, con vestiduras te�idas de Bosra.

�Y crees que Isa�as en mi texto simplemente represent� las puertas, como puertas rojas, como puertas carm�n, como puertas de carbunclo? No. Quiere decir que es a trav�s de la expiaci�n, a trav�s de la lucha roja como la sangre, a trav�s de las agon�as que nos metemos en cualquier cosa en la que valga la pena entrar. Las puertas del cielo bien pueden estar hechas de perla, una cristalizaci�n brillante, di�fana y alegre, porque todas las luchas han terminado y m�s all� de esas puertas no hay m�s que �xtasis y cantata y procesi�n triunfal y fiesta eterna y beso de reuni�n, y as� las doce puertas. Son doce perlas, y De nada m�s que perlas.

Pero Cristo colg� las puertas del perd�n en Su propia sangre, y las marcas de ocho dedos y dos pulgares est�n en cada puerta, y cuando �l levant� la puerta, �sta se apoy� contra Su frente y tom� de ella una impresi�n carmes�, y todas esas puertas son profundamente te�ido, e Isa�as ten�a raz�n cuando habl� de esas puertas como puertas de carbunclo. ( TDW Talmage, DD )

Puerta de carbunclo antes de puerta de perla

Marque bien y subraye con trazos gruesos de la pluma el orden de las puertas. Puerta de carbunclo antes de puerta de perla. Isa�as el Pr�ncipe vio una puerta siglos antes de que San Juan el Exiliado viera la otra. El que debes empujar para abrirlo. El otro est� abierto. Puerta de la expiaci�n del Salvador ante la puerta del perd�n divino. Puerta de la pobreza antes de la puerta de la opulencia. Puerta de la prueba terrenal antes de la puerta de la satisfacci�n celestial. A trav�s de mucha tribulaci�n, usted entra en el reino de Dios, si es que alguna vez entra en �l. ( TDW Talmage, DD )

Versículo 13

Y todos tus hijos ser�n ense�ados por el Se�or

Disc�pulos de Jehov�

La expresi�n probablemente est� sugerida por lo que el Siervo de Jehov� dice de s� mismo en Isa�as 50:4 ; la idea es que los ciudadanos de la Nueva Jerusal�n ser�n la semilla espiritual del Siervo.

( Prof. J. Skinner, DD )

Iluminaci�n interior la gloria espiritual de la Iglesia

La gloria exterior de la ciudad ( Isa�as 54:11 ) no es m�s que la representaci�n sensorial de la gloria espiritual de la Iglesia que habita en ella ( Isa�as 54:13 ). ( F. Delitzsch, DD )

La escuela de la m�s alta cultura

I. LA NATURALEZA DE ESTA CULTURA. La verdadera cultura es triple: f�sica, intelectual y moral. Nuestro texto se relaciona con la forma m�s elevada e implica todo lo dem�s. Es una cultura completa, el desarrollo de todo el hombre.

1. El texto presupone la ignorancia del hombre. El hombre necesita ense�anza, impartir la verdad.

(1) Existe la ignorancia del hombre sobre s� mismo.

(2) De deber.

(3) De Dios.

(4) Del destino.

2. La declaraci�n del texto implica la intenci�n divina. No es la voluntad de Dios que el hombre permanezca en la ignorancia.

3. El enunciado del texto anuncia el plan divino. "Todos tus hijos ser�n ense�ados por el Se�or".

(1) El estudiante - "Tus hijos".

(2) El Maestro: "El Se�or". Es un Maestro omnisciente, que conoce las verdades que deben ense�arse y el temperamento y disposici�n de los estudiantes. Es un Maestro paciente. Es un Maestro omnipresente.

(3) Las materias impartidas. Idioma ( Sofon�as 3:9 ). El lenguaje de la fe, de la oraci�n, del amor. Matem�ticas (Mar 8:36; 2 Pedro 1:5 ; Hechos 12:24 ; Isa�as 53:12 ; Filipenses 3:8 ).

Ciencias Pol�ticas. El reino de Dios. Nuestra ciudadan�a est� en el cielo: ciudadanos de la comunidad de Israel. Ciencia natural y espiritual. De Or�genes Juan 1:1 ). De preservaci�n ( Colosenses 1:17 ; Hebreos 1:3 ).

De lo Divino ( Juan 17:3 ). Del humano ( G�nesis 1:26 ). Se estudian Dios, el hombre, el pecado, la salvaci�n, el deber y el destino.

(4) Los m�todos de ense�anza. El m�todo �Palabra� (. Juan 5:39 ; 2 Timoteo 3:15 ). El m�todo del objeto ( Salmo 19:1 ). El m�todo del Esp�ritu Santo ( Juan 16:13 ). El m�todo de la conciencia ( Romanos 2:15 ). El m�todo correctivo (Proverbios, 12).

II. EL GRAN RESULTADO. �Y grande ser� la paz de tus hijos�.

1. Esta ense�anza resultar� en iluminaci�n. Cultura significa luz.

2. En elevaci�n. Toda la verdadera cultura conduce por ese camino.

3. En fuerza espiritual ( Hebreos 5:12 ).

4. En paz. Hay una paz triple, paz con Dios, paz con la conciencia, paz con el pr�jimo. Esta escuela atrae a los estudiantes. �Entrar�s? La condici�n de entrada se da en Juan 1:11 . La finalizaci�n de un curso de vida en esta escuela desarrolla el alma para la promoci�n a la Universidad de la Nueva Jerusal�n.

Cada graduado recibe el t�tulo de �Pecador salvo, y luego comienza el curso superior en la Universidad donde se encuentran ante el estudiante perspectivas ilimitadas y posibilidades ilimitadas. �Qu� otra escuela ofrece atracciones como estas? ( WC Kantner, DD )

La unci�n docente y el conocimiento com�n

1. En los escritos de todos los ap�stoles, as� como en las anticipaciones de los profetas evang�licos, este lugar del Esp�ritu como instructor y gu�a del individuo elegido es reconocido sin rencor. Santiago habla de una sabidur�a que llega a todo suplicante creyente directamente del Padre de las luces. Pablo habla de una iluminaci�n y una revelaci�n que son dones del Esp�ritu, y dice que �nadie puede llamar a Jes�s Se�or, sino por el Esp�ritu Santo.

Y Juan habla de �la unci�n del Santo a trav�s de la cual todas las dudas pueden ser resueltas, y el humilde disc�pulo protegido contra los sofismas y errores actuales. Pedro afirma que ninguna profec�a de la Escritura es de interpretaci�n privada. Tal testimonio proveniente de ap�stoles destacados y honrados tiene un �nfasis peculiar y es impresionante. La mejor barrera que se pod�a levantar contra la herej�a era la que consist�a en el conocimiento com�n que pose�an todos los que hab�an recibido el Esp�ritu, y ninguno de los ap�stoles muestra el m�s m�nimo celo por la creciente perspicacia de sus conversos. Estaban bastante contentos de que el funcionario de la Iglesia fuera humillado e incluso superado, de modo que se magnificara la obra del Esp�ritu de ense�anza.

2. El esp�ritu del hombre ha sido degradado por el mal, deformado por el prejuicio y el adiestramiento equivocado, distra�do y desgarrado en direcciones opuestas por los movimientos inconstantes y contradictorios de una carne inflada de ego�smos y autosuficiencias burbujeantes. Debe sufrir una transformaci�n radical antes de que pueda convertirse en la prueba de lo que es verdad. Tambi�n se podr�a llamar a un hervidor-remachador org�nicamente sordo con el estruendo de su ocupaci�n para resolver cr�ticas contradictorias con respecto a un cuarto de tono en la m�sica, o alg�n bebedor de esp�ritu con la lengua y el paladar quemados para hacer el trabajo de un t� consumado. catador, como apelar cuestiones espirituales sutiles a un tribunal como ese.

S�lo despu�s de que el Esp�ritu ha llegado a poseer la naturaleza de un hombre y de hacer que la conciencia inmaculada gobierne la vida, la naturaleza puede convertirse en alg�n sentido en una prueba de la verdad religiosa. El coraz�n del hombre debe ser liberado de sus viejas verg�enzas y distracciones, redimido del sesgo de su pasi�n y obstinaci�n, castigado hacia la docilidad, la mansedumbre y la humildad, avivado, purificado, exaltado, antes de que pueda discernir. Es esta unci�n espec�fica con el Esp�ritu lo que confiere a la conciencia su nueva prerrogativa como juez competente de la verdad. ( TG Selby. )

Verdad desarrollada en la vida por la acci�n del Esp�ritu de Dios

Cuando una franja de madera o bosque ha sido destruida por el fuego, a veces sucede que nuevas y mejores especies de �rboles crecen y reemplazan a las que se han quemado. La semilla hab�a estado enterrada durante mucho tiempo en el suelo, pero todo fue en vano, porque fue impedida y eclipsada por los brotes que primero se apoderaron del suelo. Las primeras especies eran como se�ores feudales, que se hab�an apoderado de la tierra y monopolizado todas las nieblas y los roc�o y las lluvias que ven�an a humedecer la tierra quemada por el sol.

Pero en su ca�da, semillas ocultas y m�s dignas tuvieron la oportunidad de luz, vida y dominio. �Y no ocurre as� con la naturaleza humana? La semilla de cada verdad est� dentro de nosotros, aunque a menudo puede haber pocas se�ales externas de ese hecho significativo. Los orgullosos crecimientos de la carne ensombrecen, ahogan y ahogan los crecimientos internos de la conciencia y la vida moral. Pero al fin el Esp�ritu de Dios viene a nosotros como un fuego consumidor, y luego se queman los crecimientos superficiales de la pasi�n y el prejuicio, y florecen las semillas de la verdad sublime que hab�an estado adormecidas desde el tiempo de la creaci�n del hombre a la imagen de Dios. en vida extra�a, esplendor y fecundidad. ( TG Selby. )

El Esp�ritu Santo en relaci�n con la Biblia, la Iglesia y tu maestro religioso

Si aceptamos esta idea del conocimiento com�n que poseen los creyentes en Cristo que reciben el Esp�ritu prometido, �cu�l ser� nuestra actitud hacia la Biblia, la Iglesia, el maestro cristiano y todas esas formas de autoridad religiosa tan celosamente defendidas en el pasado? �No introduce esta idea de conocimiento com�n una autoridad en competencia, y es justa para demostrar que es un solvente del gobierno y la prerrogativa eclesi�stica, y produce una nueva confusi�n de lenguas? Las Iglesias de la Reforma correctamente hacen de la Biblia una prueba de fe y llevan toda la ense�anza al tribunal de sus equilibrios imparciales.

El Nuevo Testamento es principalmente una declaraci�n de hechos hist�ricos de labios o plumas de testigos presenciales, a los que no se puede agregar ninguna revelaci�n posterior. En la medida en que es una declaraci�n de las interpretaciones doctrinales identificadas con esos hechos, proporciona un registro permanente de lo que fue ense�ado por el Esp�ritu a la primera generaci�n de creyentes, y de lo que fue aprobado y atestiguado en sus propias experiencias por esos representantes. de las primeras iglesias que recibieron las partes componentes del Nuevo Testamento en el canon.

Da notas absolutamente confiables de la obra del Esp�ritu al salvar, instruir y santificar a los hombres. No es probable que el Esp�ritu inmutable se contradiga ahora y ense�e doctrinas divergentes a un d�cil destinatario de sus ministerios; y la Iglesia cuyos miembros son conducidos interiormente a la aceptaci�n de las verdades que est�n de acuerdo con las normas originales de la Biblia, hasta ahora se prueba a s� misma como receptora de la misma inspiraci�n.

La Biblia es el sello por el cual debemos medir nuestra propia inspiraci�n y perspicacia espiritual; pero no nos har� ver por nosotros, y cada hombre debe percibir por s� mismo y adquirir mediante el uso de sus sentidos espirituales este conocimiento com�n.

2. Pero algunos nos dicen que la Iglesia es la casa de ensayo del pensamiento religioso, y que todas las declaraciones de doctrina deben sopesarse en la balanza eclesi�stica. �Qu� han dicho los primeros consejos? �Qu� dice hoy la congregaci�n de cardenales o la Casa de Convocaci�n? Nuestra respuesta es que el discernimiento espiritual de los gobernantes de una Iglesia debe ser probado por la escala o est�ndar presentado en la Biblia y transmitido por aquellos que fueron tanto seguidores personales de Cristo como los primeros receptores de los dones pentecostales.

Una Iglesia puede caer y andar a tientas en la oscuridad con tanta tristeza como un individuo, y entonces su autoridad cesa. El mero caparaz�n de una corporaci�n de la Iglesia no puede ser un centro de autoridad, porque su personal directivo est� en constante cambio, y si se encuentra en conflicto con las revelaciones primitivas del Esp�ritu, la misma santidad de la Iglesia se pierde y su derecho a ense�ar perdido.

3. A veces se argumenta que el maestro debidamente certificado por la Iglesia cristiana es un especialista, y que debemos entregarnos impl�citamente en sus manos, as� como nos entregamos a cualquier otro profesional que tenga los conocimientos t�cnicos que nos faltan. . Bien, podemos reconocer que, dentro de ciertos l�mites, el que a�n no ha recibido el Esp�ritu debe estar en deuda con la Iglesia y sus ministerios por el conocimiento de segunda mano que posee.

Pero, despu�s de todo, no hay especializaci�n en relaci�n con las verdades que conciernen a la vida diaria y la experiencia de los creyentes. Toda especializaci�n est� en lo no esencial, y el clamor por el especialista no solo refleja la imparcialidad del Esp�ritu e implica que Su iluminaci�n es particular m�s que universal, sino que asume que la religi�n es una cosa de ritos y funciones intermitentes m�s que una la vida diaria en la que el m�s humilde es educado para el conocimiento y la intuici�n. ( TG Selby. )

La educaci�n religiosa la salvaguardia de la naci�n

Hay tres defectos radicales en la teor�a de una educaci�n secular.

I. IGNORA LA EXISTENCIA Y LAS FUNCIONES DE LA CONCIENCIA. Cualquiera que sea la conciencia, todos coinciden en que es lo educable. Que es un algo moral en el hombre, que puede ser entrenado para ser en �l un monitor y un gu�a, algo que responder� a toda voz de verdad y de justicia. Si bien es cierto que algunas conciencias bien informadas o iluminadas pueden extraviarse, la regla es que, como es la conciencia, as� es la virtud del individuo. �Cu�les son los factores principales de una conciencia educada?

1. Creer en un Dios personal, autor y creador de la mente humana, quien es, en s� mismo, la raz�n suprema de la virtud.

2. Reverencia por las leyes de Dios.

3. El pavor del desagrado divino. �Con qu� fuerza disuadir�as al hombre del vicio y el crimen? �Por el disgusto de los buenos ciudadanos? Pero ese disgusto es la creaci�n de una educaci�n religiosa. �Por la beneficencia de la moral p�blica? Pero esa beneficencia est� escrita en toda la constituci�n de la naturaleza, cuyo autor es Dios. Sin este reconocimiento de un Dios personal, cuyas leyes deben ser reverenciadas, cuyo disgusto debe ser temido, sin una conciencia tan educada no puede haber autoridad, ya que no puede haber un est�ndar, ni para la virtud privada ni para la p�blica.

II. PASA POR alto EL HECHO DE QUE LA EDUCACI�N SECULAR NO CONTIENE ELEMENTO PARA PURIFICAR Y REFORMAR. La ciencia ilumina, pero no puede renovar y elevar la naturaleza humana, que es depravada en principio y pecaminosa en la pr�ctica. El conocimiento es poder; pero es un poder para el bien o el mal, seg�n los motivos que lo controlan.

III. PASA POR alto LOS HECHOS DE QUE LA ESTABILIDAD DE NUESTRO GOBIERNO EST� EN LAS CONVICCIONES MORALES DEL PUEBLO. ( JP Newman, DD )

Grande ser� la paz de tus hijos

La gran paz de los alumnos de Dios

�Tus hijos� - �de qui�n? Responder a esta pregunta es llegar a la verdadera clave de toda esta parte de la profec�a. Las palabras fueron dichas a los jud�os exiliados en Babilonia, pero claramente ten�an la intenci�n de cubrir m�s que sus necesidades. Son palabras que representan y prometen la condici�n que alg�n d�a deber�a abarcar a toda la tierra.

I. Son hombres que han superado la gran dificultad de toda ense�anza; EST�N DISPUESTOS A APRENDER. Est�n ansiosos. Vienen con alegr�a a lo que se ha convertido en un placer. Est�n en la perspectiva del conocimiento. Ahora bien, si alg�n hombre est� realmente en la perspectiva del conocimiento, seguramente lo obtendr�; quiz�s no todos a la vez, sino poco a poco. Ya se han realizado algunos avances en el aprendizaje de lo que es el temperamento del alumno. Cu�nto, s�lo esas diversas y m�ltiples pruebas de su conocimiento que surgen en la vida de cada hombre, pueden realmente revelar.

II. Si este es el car�cter de los alumnos, �QU� DEBEMOS DECIR DEL MAESTRO? El alumno aprende cu�l es el car�cter del Maestro en las lecciones que imparte. Las lecciones que da est�n de acuerdo con los deseos y capacidades de sus alumnos. Y si tan s�lo queremos, podemos aprender esto sobre el Maestro, de las lecciones que nos da, cu�n grande es Su inter�s en cada uno de nosotros; cu�n exacto es su conocimiento de nosotros; cu�n constante su consideraci�n por nosotros; cu�n completamente apropiado Su sabio trato; cu�n plena es toda Su conducta de cuidado y amor; c�mo, en una palabra, Dios es tan amoroso como sabio, tan tierno como fuerte, y tan constante en su afecto hacia nosotros como es persistente en traer la misma lecci�n ante nuestros ojos, hasta que la aprendamos de memoria. .

De nuevo; el alumno aprende cu�l es el car�cter del Maestro por la actitud del Maestro hacia �l despu�s de que le ha dado sus lecciones. �Se da la vuelta y deja al alumno solo? �Establece la tarea y luego se pierde de vista? �Deja la lecci�n con el alumno y el alumno con la lecci�n y no hace m�s se�ales? Sabemos que, en lo que respecta a Dios, esto no es as�. Es cierto que cuando Dios desea que desarrollemos alguna gran lecci�n de nuestra vida, se aparta de nosotros, por as� decirlo, para que podamos desplegar todas nuestras fuerzas, para que podamos lidiar con ella y, si podemos, dominarlo.

Pero tambi�n es cierto que Dios nunca abandona a sus alumnos por completo. Su ojo todav�a est� posado en ellos cuando piensan que �l est� muy lejos. Su sola presencia est� con ellos cuando piensan que est�n completamente solos. Y cuando ve que ha llegado el momento adecuado, pronuncia la palabra alegre; Se separa bajo la espesa nube de tormenta y deja que la luz de su rostro brille sobre nosotros e ilumine nuestro camino.

No, a�n m�s; cu�ntas preguntas dif�ciles y profundas nos ha ayudado Dios a formular; �Cu�n frecuentemente la mano que nos gu�a y sostiene ha estado sobre la nuestra, cuando, con dolor y mucha tristeza, hemos estado tratando de escribir en nuestras vidas alguna copia fiel de un simple mandamiento! Incluso despu�s de dar la lecci�n, cu�n paciente es Dios, cu�n dispuesto a ayudar, cu�n gentil, cu�n amoroso, cu�n misericordioso. El alumno tambi�n aprende lo que es el Maestro, a partir del gran ejemplo de Sus propias lecciones que �l, el Maestro, se muestra a s� mismo.

III. LO QUE VENDR� DEL ESTUDIANTE APRENDIENDO ESTAS LECCIONES. Puede que no aprenda ninguno de ellos a fondo. Puede sentir, con respecto a gran parte de su conocimiento de Dios, por ejemplo, que necesita revisi�n, correcci�n, ampliaci�n. Puede ser consciente de que algunas de las verdades m�s elementales de la sabidur�a divina deben aprenderse y volverse a aprender. Sin embargo, de toda su aplicaci�n se obtiene un resultado que ser� tanto m�s pronunciado cuando se perfeccione la educaci�n misma. �Y cu�l es este resultado? "Gran paz".

1. La paz llega despu�s de que ella aprende, no antes. La paz es despu�s de la victoria, no antes de la batalla.

2. Tambi�n hay que se�alar otra cosa: esta �gran paz� no nos llega al dominar cada lecci�n de una vez, por dura y dif�cil que sea, sino al reposar pacientemente en Aquel que la ha enviado. ( JJ Goadby. )

El Evangelio de los ni�os

En todas las �pocas, los ni�os fueron incluidos en la promesa y en la Iglesia.

I. EL PERIODO.

1. Es impresible. La placa del fot�grafo es muy sensible. Cuando quita la cubierta que mantiene alejada de la luz del sol, la imagen del objeto directamente enfrente se imprime instant�neamente en la placa. Tambi�n lo es la mente del ni�o. Cualquiera que sea el objeto de su observaci�n, bueno o malo, la imagen est� hecha. �Qu� cuidado se debe tener para que las planchas sensibles no se expongan a lo que es pecaminoso!

2. Expande sus impresiones. Cuando alguien corta las iniciales de su nombre en la corteza de un �rbol joven, a medida que el �rbol crece, las letras se hacen m�s grandes. El ni�o recibe impresiones para crecer con su ser.

3. Es un per�odo en el que es posible la correcci�n. Las malas impresiones pueden adherirse a un ni�o, pero podemos detener su influencia mediante amonestaciones y advertencias.

II. EL APRENDIZAJE. La instrucci�n es el derecho de nacimiento de todo ni�o; la prosperidad nacional depende de la formaci�n temprana de sus familias. La instrucci�n espiritual es el mejor regalo que los padres pueden dar a sus hijos. El profeta tuvo una visi�n en este cap�tulo que estaba muy alejada de su propio tiempo: el per�odo del Evangelio. Miremos la adaptaci�n.

1. Es el Evangelio de la infancia. Algunos ven el Evangelio como s�lo comprensible para hombres de edad madura. Este es un error. El ni�o puede aprender el alfabeto del idioma, aunque no puede pronunciar sus palabras largas. Timoteo desde ni�o conoc�a las Escrituras.

2. Es el Evangelio del crecimiento. La historia de Bel�n se convierte en un hecho. Los relatos de curaciones milagrosas, que s�lo le parecen maravillosas a un ni�o, se convierten en evidencias de la divinidad. El gran hecho de la crucifixi�n, que solo crea l�stima en el coraz�n de un ni�o, aumenta la importancia de la vida misma. La oraci�n repetida por los labios de un ni�o se convierte en la �oraci�n ferviente del justo�.

3. Es el Evangelio de la madurez. Generalmente, las cosas de la infancia no son adecuadas para la juventud y las de la juventud no son adecuadas para la madurez; pero el Evangelio se expande y est� al tanto de cada experiencia.

III. LA BENDICI�N. Ser� una gran paz. Este es el fruto de la instrucci�n divina.

1. La Palabra de Dios trae paz al coraz�n. Tanto el ni�o como el hombre necesitan esa paz.

2. La Palabra de Dios trae paz al hogar.

3. Paz en la muerte. El esp�ritu tranquilo que el ni�o conoci� sesenta a�os antes es el ancla de la s�bana que sostiene el alma en cada hora de prueba. Apelamos a los ni�os y les decimos que para que el Se�or les ense�e, deben estar dispuestos a aprender. Luego, exhortamos a los ni�os a que obedezcan y oren con respecto a sus maestros. ( J. Daveis, MA )

Ense�anza espiritual

I. ENSE�ANZA DIVINA.

1. Todos necesitamos la ense�anza divina.

2. Todos nos oponemos por naturaleza.

3. Se promete la ense�anza divina.

II. SU EFECTO. Paz, gran paz. Aprender&mdash

1. Nuestra relaci�n con Dios. �Los hijos de Sion� tambi�n son hijos de Dios.

2. Nuestros leg�timos privilegios. Instrucci�n espiritual y paz permanente. ( C. Clayton, MA )

Versículo 15

He aqu�, ciertamente se reunir�n

Los adversarios de la Iglesia derrotados

Los incansables intentos maliciosos de los adversarios del pueblo de Dios en el mundo, ya que fueron hechos sin Dios, terminar�n avergonzados de s� mismos.

I. LOS ADVERSARIOS DEL PUEBLO DE DIOS ESTAR�N INTENTANDO INVERTIRMENTE MAL CONTRA ELLOS. �Seguramente se juntar�n. Esto es seguro por varios motivos.

1. El que conoce de antemano todos sus pensamientos, inclinaciones y prop�sitos desde la eternidad, lo ha predicho.

2. Mientras haya alguno de los hijos del diablo en el infierno, �l los inspirar� con malicia contra la Iglesia de Dios en la tierra.

3. Las mismas derrotas y desenga�os que reciben los enemigos de la Iglesia les hacen renovar sus intentos con mayor violencia y furor. No est�n m�s desanimados, sino m�s exasperados.

4. La temerosa expectativa de venganza futura es un acicate para su uso diligente de todas las oportunidades presentes de pecar.

II. ESTOS INTENTOS SON SIN DIOS. "No por m�."

1. Los enemigos de la Iglesia no pueden hacer ni idear nada absolutamente sin Dios. Ninguna criatura puede subsistir, ninguna facultad puede realizar ninguna de sus operaciones, si la Providencia no concurri�. Todas las tramas que se forman debajo resultan vanas e infructuosas a menos que se d� permiso desde arriba.

2. Los enemigos de la Iglesia no pueden hacer nada eficazmente, sino como Dios realmente los emplea para ser los instrumentos de SU justo desagrado (Hab Salmo 17:13 ; Isa�as 10:5,17 ; Isa�as 13:5 ).

3. Los intentos de los enemigos contra el pueblo de Dios son, sin embargo, sin su aprobaci�n.

4. Los intentos de los enemigos, cuando tienen m�s �xito, son sin la presencia verdaderamente favorable de Dios.

5. Los intentos de los enemigos en el tiempo al que se refiere el profeta aqu� ser�n sin la ayuda de Dios y, por lo tanto, sin �xito.

III. ESTOS INTENTOS SER�N EN RUINAS PARA S� MISMOS. "Cualquiera que se re�na", etc.

1. El mayor intento que jam�s haya hecho el diablo contra la Iglesia, en la Persona de Cristo mismo, se convirti� en el medio para subvertir su propio reino.

2. La posici�n de los enemigos de la Iglesia es lo m�s precario e incierto.

3. Todo lo que tienen, o pueden tener, para apoyarlos y defenderlos, no ser� suficiente cuando llegue la destrucci�n designada ( Isa�as 31:3 ).

4. Los enemigos de la Iglesia se levantan con este prop�sito para que Dios se honre con ellos.

5. El mayor de los enemigos que jam�s haya tenido la Iglesia de Dios ha ca�do, aunque una vez es tan probable que permanezca en pie como cualquier otro ahora o en el futuro.

6. Los enemigos actuales de la Iglesia ciertamente han comenzado a caer, lo cual es una se�al esperanzadora de que seguramente caer�n.

IV. �POR QU� LOS INTENTOS DE LOS ENEMIGOS DEL PUEBLO DE DIOS TERMINAR�N AS� EN SU PROPIA RUINA? "Por tu bien".

1. Algunos leen las palabras, Caer�n �delante de ti�, para que puedas verlo.

2. �Por ti� no puede significar por tu m�rito, sino por tu beneficio.

3. �Por ti� puede significar, por la bondad y el cuidado que te tengo.

V. USO.

1. La seguridad y la desconfianza son extremos pecaminosos y ambos deben evitarse.

2. Un pueblo querido por Dios y peculiarmente interesado en �l, se encuentra en una condici�n mucho m�s bendecida que toda la tierra adem�s.

3. El mayor peligro en el que est� o puede estar el pueblo de Dios es cuando se enfrentan a Dios contra ellos por el pecado y lo provocan para que favorezca a sus adversarios.

4. Las obstrucciones de la misericordia son de nuestra parte, no de Dios.

5. Los memoriales de misericordias pasadas deben ser preservados para nuestro apoyo en futuras dificultades. ( T. Cruso. )

Versículos 16-17

He aqu�, he creado al herrero

Esperanza para la Iglesia en la soberan�a de Dios

El significado general, evidentemente, es que Dios ciertamente puede redimir Su prenda, porque todos los instrumentos y agentes est�n a Su disposici�n y bajo Su control.

( JA Alexander. )

Los miedos de la Iglesia silenciados

La idea es que la Iglesia ha estado diciendo: �D�nde est� ese hombre horrible, el herrero? El Se�or dice en respuesta: �Ves a ese herrero? La Iglesia responde: S�, demasiado bien. El Se�or responde: Yo lo hice, lo sostengo dentro del pliegue de Mis dedos, y un carcaj, y no hay m�s herrero a la vista. Pero la Iglesia dice, �l est� soplando sus fuelles. El Se�or dice: Yo hice esos fuelles. La Iglesia dice: �Mira qu� fuego enciende! El Se�or dice: �l sac� las brasas de Mis minas, y yo podr�a cerrar ese pozo minero para que �l nunca pudiera obtener otra ceniza.

En cuanto a todos estos peque�os tiranos, enemigos, burladores, burladores, esc�pticos, infieles y otros, no les temas; si alguno de ellos tiene alguna sinceridad, no se le negar� la recompensa, y esa sinceridad puede convertirse poco a poco en inteligencia y fe, pero en la medida en que se burlen, se burlen y desprecien, no tengan miedo de ellos; son criaturas, no creadores; el herrero es s�lo un mec�nico de grado bajo o alto; no es Divino, es sumamente humano.

Pero, dice la Iglesia, todav�a hay un arma formada contra m�. El Se�or dice: As� puede ser, pero no tiene filo ni mango; y si alg�n hombre fuera lo suficientemente tonto como para tomarlo para golpearlo, se acurrucar�a en su mano. Pero, Se�or, hay lenguas que se levantan contra m� en juicio, lenguas fluidas, s�, lenguas elocuentes, y no est� en mi poder responder a sus prolijos argumentos o seguir la tortuosa l�nea de sus razonamientos.

Y el Se�or responde: Que hablen; pronto agotar�n su vocabulario. Nunca interrumpas a un hombre que tenga una mala causa. Conf�a en la interrupci�n. �l piensa que la interrupci�n puede crear para �l una oportunidad de abandonar la l�nea principal de su juicio pol�tico. La manera de responder a un acusador necio e injusto es escucharlo en silencio. ( J. Parker, DD )

Versículo 17

Ning�n arma que se forme contra ti prosperar�

Armas sin valor

I. UN VISTAZO A LAS ARMAS QUE SE HAN UTILIZADO COLECTIVAMENTE CONTRA LA IGLESIA.

1. La primera arma que notamos es una vieja: la infidelidad. Nada puede ser m�s palpable que esto: la humanidad se niega a ser infiel.

2. He aqu� que otro de estos implementos hostiles es el arma de persecuci�n. Sin embargo, un arma d�bil.

II. EN LO QUE RESPECTA A LA IGLESIA INDIVIDUALMENTE "NINGUNA ARMA QUE SE FORME CONTRA ELLA PROSPERAR�".

1. El arma de la calumnia no prosperar�.

2. El arma de la duda.

3. El arma de la muerte. ( TR Stevenson. )

La herencia del hombre piadoso

I. LA ARMER�A DE SATAN�S. Nuestro Se�or compara al enemigo de las almas con "un hombre fuerte armado"; Manda principados y potestades; h�bil en hostilidades, tiene diferentes modos de ataque; Emplea una gran variedad de armas.

1. Persecuci�n. Y sin embargo, cuando estimamos los resultados de la persecuci�n, tenemos que confesar que no ha prosperado. Ha sido fuertemente restringido y sus restos se han convertido en alabanza de Dios. Ha purificado a la Iglesia y dado un nuevo impulso a la verdad. A veces ha unido las fuerzas despreciadas de Sion, de modo que su fuerza ha aumentado considerablemente.

2. Tentaci�n. Con esta arma, el arquero hiri� gravemente a nuestros primeros padres, y desde entonces la ha arrojado con demasiado �xito contra su progenie. Pero no prospera; nos despoja de la confianza en nosotros mismos, erradica el orgullo, nos lleva a la seguridad al escondite y nos presiona la constante necesidad de ese escudo de la fe que "apaga todos los dardos de fuego de los malvados". No puedes permitirte despreciar las tentaciones; pero no debes desesperarte bajo ellos mientras pides la ayuda que se te ha encomendado.

3. Ense�anza falsa. Vestido como un �ngel de luz, el tentador primero inculc� el error en la mente de Eva, antes de que pudiera producir la desobediencia. No es una aflicci�n leve que la mente pervierta la visi�n de la verdad divina. Varias, sin embargo, como son las sombras de la falsa ense�anza, no prosperan; florecen por un tiempo como la hierba en los techos de las casas, pero no llenan el seno de nadie con gavillas de cosecha. La �Palabra de Dios los sobrevive a todos. Cada una de esas armas fue dirigida con toda su fuerza contra el Hijo de Dios.

II. LA MALICIA DEL HOMBRE MUNDIAL. �Toda lengua que se levante contra ti en juicio, condenar�s�. El m�s m�nimo susurro de sospecha se busca con avidez, si arroja una sombra sobre el car�cter de cualquier santo, y se repite hasta que crece a dimensiones calumniosas y come como un chancro. La peor manifestaci�n de esta plaga maligna es la que hace su aparici�n dentro de la Iglesia: cuando los que deber�an ser los guardianes se convierten en asaltantes del car�cter de un hermano, y los prejuicios y las sospechas desplazan la confianza y la caridad. En la comodidad del verdadero cristiano, la integridad de la vida defraudar� todas las calumnias de los malvados.

III. LA VINDICACI�N DEL HOMBRE DIOS. �Esta es la heredad de los siervos del Se�or, y su justicia viene de m�, dice el Se�or�. �Qu� herencia es! Comprende todas las bendiciones contenidas en la Palabra de Dios; y el cumplimiento de todas sus misericordiosas promesas. ( WG Lewis. )

La herencia del cristiano

I. LA EXPERIENCIA DEL CRISTIANO.

1. Se forman armas contra �l. Ning�n cristiano necesita esperar nada m�s. Como la experiencia de Israel en el desierto, as� es la experiencia del cristiano en el mundo.

2. Las lenguas se levantan contra �l. Desde los d�as de Ca�n ha sido as�, y as� ser� hasta el fin. As� trataron al Se�or, y as� tratar�n a Sus disc�pulos.

II. LA SEGURIDAD DE TU CRISTIANO.

1. Ning�n arma prosperar�. Los enemigos del cristiano pueden ser poderosos, malignos, astutos, constantes; pero m�s poderoso, m�s sabio, m�s vigilante, m�s infatigable y amoroso es su protector.

2. Toda lengua condenar�.

(1) �l mismo lo har� haciendo el bien ( 1 Pedro 2:15 ).

(2) Dios lo har� por �l.

(3) Se har� suficientemente en la tierra ( Salmo 37:6 ).

(4) Perfectamente en la eternidad ( Job 19:25 ).

Ver tambi�n Zacar�as 3:1 . Dejemos que los cristianos se encarguen de vivir de tal manera que los hombres que hablen mal de ellos lo hagan falsamente, y Dios los reivindicar� plenamente. �Qui�n tiene esta seguridad? y en respuesta mira&mdash

III. EL CAR�CTER DEL CRISTIANO. "Los siervos del Se�or". Esta seguridad se describe como:

IV. TU PATRIMONIO CRISTIANOS; y esta descripci�n puede ense�arnos:

1. Que si bien el cristiano es un siervo, tambi�n es un hijo y heredero.

2. Que su seguridad no es cosa de m�rito, sino de herencia. Es un legado que le ha asegurado la muerte de Cristo. Es un placer del Padre darles el reino.

3. Podemos estar seguros de que una herencia de Dios es una posesi�n segura. �l es "sin variaci�n ni sombra de variaci�n".

V. EL T�TULO DEL CRISTIANO. Quiz�s esta �ltima cl�usula se hubiera traducido mejor de manera uniforme con la anterior: �Y esta es su justicia (justificaci�n) de mi parte. Pero tom�ndolo como lo tenemos, podemos interpretarlo como una ense�anza

1. Que la justificaci�n del cristiano es de Dios. Es la justicia que es de Dios por la fe.

2. Que la santificaci�n del cristiano es de Dios. �l es quien obra en �l �el querer y hacer de la buena voluntad de Dios�.

3. Queda excluida la jactancia. "�Qu� tienes que no hayas recibido?"

4. Esa seguridad es perfecta; porque si Dios justifica, �qui�n puede condenar Romanos 8:34 )? y si Dios santifica, �perfeccionar� lo que nos concierne�. Por tanto, esta cl�usula explica y ratifica la promesa y, adem�s, nos dice c�mo podemos asegurarnos esta promesa. La justicia no la tenemos por naturaleza, la justicia no la podemos obtener por nosotros mismos, pero la justicia la podemos recibir de Dios. ( D. Jamison, BA )

Su justicia es m�a, dice el Se�or.

Justificaci�n mediante justicia imputada

En estas palabras, que se dicen de todos los verdaderos creyentes, m�s particularmente, podemos observar:

I. EL FUNDAMENTO DE SU ACEPTACI�N CON DIOS, Y DE TODOS LOS GLORIOSOS PRIVILEGIOS DE LOS QUE DISFRUTAN O TIENEN DERECHO. Es "una justicia"; una justicia que responda a todas las demandas de la ley divina, una justicia que agrada a Dios.

II. C�MO LOS CREYENTES LLEGAN A POSEER DE ESTA JUSTICIA, No la tienen por s� mismos. No es una justicia forjada por ellos o inherente a ellos, sino una justicia que tienen de Dios. Dios, en la persona del Padre, lo ide� y proporcion�; Dios, en la persona del Hijo, lo hizo por ellos. Tambi�n es a trav�s de la operaci�n misericordiosa del Esp�ritu Santo, que les permite creer en el informe del Evangelio y recibir a Cristo exhibido y ofrecido gratuitamente a ellos en �l, que llegan a poseer realmente esta justicia.

III. EL INTER�S QUE TIENEN LOS CREYENTES EN ESA JUSTICIA QUE ES EL FUNDAMENTO DE SU JUSTIFICACI�N. Se llama "justicia de ellos". Aunque no es de ellos ni original ni subjetivamente, en realidad es de ellos. Es de ellos por el don gratuito de Dios.

IV. LA CERTEZA DE LA GRANDE E IMPORTANTE VERDAD AFIRMADA EN EL TEXTO, a saber, que la justicia de los creyentes, o esa justicia por la cual son justificados, y sobre la cual se fundamenta totalmente su derecho a la vida eterna y a todas las bendiciones de la salvaci�n, es un justicia que no tienen de s� mismos, sino de Dios, o por su don gratuito y graciosa imputaci�n. Esto es lo que el mismo Jehov� declara y da testimonio de la manera m�s sencilla: �Su justicia es m�a, dice Jehov�. ( D. Wilson. )

Las excelentes propiedades y cualidades de esa justicia por la cual los creyentes son justificados.

Est�&mdash

1. Una justicia perfecta.

2. Una justicia divina.

3. Una rectitud que satisface la justicia.

4. Una justicia que magnifica la ley.

5. Una justicia que glorifica a Dios.

6. Una justicia que se da gratuitamente al indigno y al culpable.

7. Una justicia eterna. ( D. Wilson. )

Información bibliográfica
Exell, Joseph S. "Comentario sobre "Isaiah 54". El Ilustrador Bíblico. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tbi/isaiah-54.html. 1905-1909. Nueva York.