Bible Commentaries
Isaías 55

El Ilustrador BíblicoEl Ilustrador Bíblico

Versículos 1-13

El, todo el que tiene sed

Los gritos de los portadores de agua

Los mensajes p�blicos [Isa�as], por supuesto, se transmit�an p�blicamente en las calles y bazares frecuentados, y en los khans, y en el �rea del templo, utilizando con frecuencia los gritos comunes de los precursores de los nobles, el llamado matutino del templo. los centinelas, que hab�an estado esperando para proclamar el golpe de los primeros rayos del sol en los pin�culos, los gemidos de los sabbals (o cargadores), el tumulto de los compradores y vendedores, y la invitaci�n cantarina de los aguadores. , y proveedores de vino y bebidas refrescantes, como sus textos, - exactamente los gritos e invitaciones que se pueden escuchar hoy en El Cairo, Jerusal�n o Damasco.

De pie en la esquina de una calle, oye una voz: �Todos los que ten�is sed, comprad mis refrescantes aguas y refrescad vuestros corazones�, y de inmediato estalla con su propio grito competitivo: ��Oh, todo el que tiene sed, venid a! las aguas �, etc. ( F. Sesiones ) .

Agua, vino y leche

Hitzig, Hendewerk y Knobel entienden el agua, el vino y la leche como los ricos placeres materiales que los exiliados tienen en perspectiva al regresar a su patria, mientras que ahora pagan tributo en Babilonia y prestan servicio personal a sus amos sin obtener ning�n beneficio de ello. Pero el profeta sabe de un agua a�n m�s alta que el agua natural ( Isa�as 44:3 ; cf.

Isa�as 41:17 ), y un vino superior al natural ( Isa�as 25:6 ); sabe de un comer y beber que sobrepasa el mero disfrute material ( Isa�as 65:13 ).

Como lo demuestra el hecho mismo de que el agua se coloca primero, el agua, el vino y la leche no son productos de Tierra Santa, sino figuras de avivamiento espiritual, refresco y alimento ( 1 Pedro 2:2 , ?? ??????? ?????? ????). ( F. Delitzsch, DD )

Dios ansioso por los pecadores

Dios quiere la atenci�n de los pecadores; �l lo pide. �No anhelan los pecadores a Dios? Oh no. Es Dios quien est� ansioso por los pecadores; y por eso llama a Ho! Los hombres pasan con los o�dos llenos del tumulto del mundo; y Dios llama, una y otra vez, ��Ho! �Ho!" ( CHSpurgeon. )

El Evangelio dirigido por primera vez a la necesidad humana

Se dirige un gran llamamiento a los sedientos. As�, el Se�or acomoda Su ministerio a las necesidades humanas. Cuando los hombres tienen sed de agua, no les ofrece visiones sublimes del futuro, ni ideas majestuosas sobre las econom�as y dominios del tiempo. �l dir�a a los hombres, en primer lugar, supliremos su necesidad; hasta que se apague la sed, su mente no podr� descansar; hasta que se satisfagan sus necesidades corporales, su imaginaci�n no podr� ejercitarse en pensamientos elevados.

Las promesas de Dios est�n dirigidas a nuestras necesidades por m�s que razones meramente temporales. Hay toda una filosof�a de gobierno en tales apelaciones. S�lo en ciertos puntos podemos profesar comprender a Dios, y esos puntos tocan nuestra necesidad, nuestro dolor, nuestro deseo inmediato; cuando estamos completamente seguros de que Dios nos da agua para nuestra sed corporal, al menos podemos comenzar a sentir que existe la posibilidad de que �l no descuide la sed m�s ardiente del alma. Dios se acerca al esp�ritu a trav�s del cuerpo. El Dios que cultiva ma�z para nuestro hambre tambi�n puede tener pan para nuestro grito de debilidad espiritual. ( J. Parker, DD )

�Venir! �venir!

Es "Ven, ven". �Esa es la palabra m�s familiar en la Biblia! Parece ser una palabra favorita. La palabra "Ven" aparece seiscientas cuarenta y dos veces en la Biblia. Es "Venid a la cena"; Venid a las aguas �� El Esp�ritu y la Esposa dicen: Ven �. A trav�s de todos los dolores, a trav�s de todas las pruebas: a trav�s de todas las noches de oscuridad, a trav�s de todas las calamidades, a trav�s de todas las tentaciones, resuena: ��Ven! �Venir venir!" Recuerdo que, cuando era un ni�o en el campo, ten�a envidia del viejo sacrist�n que sol�a agarrar la cuerda de la campana y hacer sonar la campana que hac�a temblar la casa de reuniones, llamando a la gente de kil�metros a la redonda a orar.

El hombre m�s pobre, que caminaba penosamente por la autopista de peaje, sab�a que la campana lo llamaba tanto como al granjero rico que iba detr�s de su pareja que brincaba y brincaba. Y as�, esta campana del Evangelio llama a los palacios y a las chozas, a las vestiduras y a los harapos, diciendo: "El que quiera, que venga". Cuando el sacrist�n dio un golpe, �por qu� no enrollo la cuerda y se detuvo? Todo el pueblo lo hab�a o�do. Pero no; sigui� sonando, hasta que, sudoroso y exhausto, se sent�.

Cuando empez� a llamar no hab�a ninguno presente. Cuando termin� de llamar, los caminos estaban llenos de carros y la puerta de la iglesia estaba atestada de personas que hab�an venido a adorar a Dios. Y entonces debemos seguir tocando esta campana del Evangelio. Aunque quiz�s ahora vengan pocos, seguiremos sonando, hasta que, despu�s de un tiempo, los hombres vendr�n como nubes y como "palomas a sus ventanas". ( T. De Flirt Talmage, DD )

Sed espiritual

En un hombre espiritualmente sediento hay siete cualidades que responden a las de un hombre naturalmente sediento.

1. Vac�o.

2. Sentido exquisito - un sentido doloroso.

3. Cuidados y pensamientos peculiares. Todos los pensamientos de un hombre, en tal condici�n, son para que el agua lo enfr�e y lo refresque ( Hechos 2:37 ,

16:30).

4. Impaciencia ( �xodo 17:3 ).

5. Vehemeney de deseo.

6. Esfuerzo diligente.

7. Constante languidez. La demora, pero aumenta la sed a�n m�s. Nada pondr� fin a la sed espiritual excepto Jesucristo. ( O. Sedgwick, BD )

Los jud�os en el exilio pr�speros pero sedientos

�Qui�nes son estas almas sedientas, que anhelan una satisfacci�n que a�n no han encontrado? Son la gente de la regi�n monta�osa, ahora exiliada a las llanuras. Se han visto privados del apocalipsis amigable de las alturas, y ahora est�n encerrados en la monoton�a poco sugerente de las llanuras. No creo que encuentre una sola figura �til en toda la Biblia tomada de las llanuras. Las llanuras yacen boca abajo como una esfinge muda.

La regi�n monta�osa est� llena de voces, fuertes en sus insinuaciones, pr�digas en revelaciones. Sus fen�menos son los mensajeros del infinito. All� se eleva la accidentada altura, firme e inamovible, erguida segura y firme a trav�s de los inconstantes y variados a�os. �Cu�l es su sugerencia? "Tu justicia es como las grandes monta�as". All� vienen las nubes cargadas de tesoros, entrando desde el gran abismo.

Descargan su riqueza sobre los hombros del Carmelo, visti�ndolo con un manto de rara y exuberante belleza. Cual es su significado? "Tu misericordia lleg� hasta las nubes". Aqu�, en estas alturas desnudas y bas�lticas, el viajero cansado y acalorado descansa en la sombra fresca y curativa de una roca amistosa. �Cu�l es el discurso de la sombra? �El que habita en el lugar secreto del Alt�simo, bajo la sombra del Todopoderoso morar�.

�En la regi�n monta�osa todas las cosas no son m�s que vestiduras y veh�culos de cosas m�s grandes de importancia espiritual. El viento ligero y suave que se agita y sopla en el amanecer, es Dios quien cabalga sobre un querub�n, s�, quien "vuela sobre las alas del viento". La lluvia suave y reconfortante que cae sobre los tallos de hierba resecos, magullados y quebrados: "Como lluvia descender� sobre la hierba cortada". El fin de la sequ�a; la apertura de los manantiales entre las colinas; el alegre sonido del r�o mientras r�e y baila por el desfiladero desnudo y rocoso: �cu�l es su significado? �Les har�s beber del r�o de tus placeres.

�Era una tierra sugestiva, expresiva y con voz. Sus rasgos interpretan el rostro y el car�cter de Dios. La tierra y el pueblo estaban en comuni�n, y su trato se refer�a a la cercan�a, el favor y la providencia del Se�or de los ej�rcitos. Pero ahora la tierra y la gente est�n divorciadas. El pueblo es llevado al cautiverio. Dejan la regi�n monta�osa, tan rica en habla de interpretaci�n, y pasan a la monoton�a muda de las llanuras.

Su entorno es tonto. Su morada ya no es un sacramento: es com�n, insignificante, mudo. Han pasado de la naturaleza al arte y del arte al artificio. Han dejado al pastor y se han encontrado con el comerciante. Han dejado el trabajo de los labradores en los pastos y los labradores de los vi�edos por una civilizaci�n veloz y febril. Ahora, tomen a la gente de la regi�n monta�osa que se fortalece y hablan, y enci�rrelos en esta llanura sofocante y superficial.

En todos los intereses abarrotados que los envuelven, no hay nada que sugiera a Dios. Hab�a grandeza, pero la grandeza no ten�a voz. Era grandeza sin revelaci�n, y la grandeza sin revelaci�n nunca crea asombro. Donde no hay asombro, los hombres caminan con paso fr�volo. El exiliado sinti� el encanto, sinti� el poder de la grandeza, pero en el encanto y la grandeza se olvid� de su Dios. Su visi�n era cada vez m�s horizontal y cada vez menos vertical.

La ambici�n se volvi� febril y la aspiraci�n se debilit�. El esp�ritu del conquistador infect� al cautivo. El balbuceo de Babilonia entr� en Israel. El �xito fue entronizado en lugar de la santidad, y el alma se inclin� y lo ador�. El exiliado abraz� el mundo y cerr� el infinito. Ahora bien, �cu�l fue el problema de eso? El exiliado hizo dinero. Su cuerpo se deleitaba en condiciones de tranquilidad. Sus apetitos carnales se deleitaban en la gordura.

Subi� a posiciones de eminencia y poder. �Qu� otra cosa? �En la plenitud de su suficiencia estaba en apuros�. El cuerpo se deleit�; el alma languidec�a. Empapaba el cuerpo de comodidades; pero no pudo apaciguar a su inquilino. ��Alma, tienes muchos bienes guardados, come, bebe y divi�rtete! Y todav�a el alma gritaba: "Tengo sed", y lo perturba como un fantasma inquieto, gast� dinero y m�s dinero, pero nunca pudo comprar el pan adecuado.

Se sumergi� en trabajos cada vez mayores, pero sus trabajos cosecharon s�lo lo que "no satisfizo". El cuerpo se afanaba, el cerebro maquinaba, los ojos codiciaban y a�n as� el alma gritaba: �Tengo sed. Ahora, cuando se asienta en el alma una inquietud hambrienta y una sed febril, la vida caer� en el desmayo, el cansancio y la desesperaci�n. Todas las cosas se vuelven obsoletas, planas y no rentables. "Gastamos nuestro dinero en lo que no es pan, y trabajamos por lo que no satisface". "Todo es vanidad y aflicci�n de esp�ritu". ( JH Jowett, MA )

El verdadero imperialismo

�No tiene esto pertinencia para nuestros d�as? La adquisici�n y la expansi�n son las notas principales de la vida moderna. �Y no hay sed, no hay inquietud de esp�ritu? Nuestras novelas y nuestra poes�a est�n llenas de hojas ca�das. Detr�s de la ca�da est� la sed. La literatura solo refleja a la gente. Los c�rculos comerciales nunca abundaban como hoy en d�a en hombres d�biles y cansados. Obtienen y gastan, gastan y obtienen, pero a pesar de todo persiste la sed interior. Inglaterra tiene sed de vida. Lo que necesitamos es el ministerio infinitamente misericordioso del Hijo Eterno de Dios. �El, todo el que tiene sed, venid a las aguas�.

I. Debe haber LA DISCIPLINA DEL O�DO. Debe haber un esfuerzo decidido y resuelto por escuchar a Dios. Cuando paso las p�ginas del Nuevo Testamento, y tambi�n del Antiguo Testamento, me sorprende enormemente el �nfasis con el que se da el mandato de escuchar. �O�d, sordos. Cada p�gina env�a el grito del heraldo: escucha, escucha, inclina tu o�do. Es maravilloso ver cu�ntas veces el Maestro repiti� el mandato: �El que tiene o�dos para o�r, oiga.

�Ese no es una especie de consejo suave y bondadoso, sino un llamamiento urgente y en�rgico para hombres y mujeres en peligro inminente. Como si no estuvieran inclinados, o lo hicieran con pereza y facilidad. Parece decir: Pon el trabajo en la audici�n, convi�rtelo en un negocio, ponle algo de intensidad. Las voces del mundo son tan clamorosas, tan fascinantes, tan f�cilmente seductoras, que corre el gran peligro de ser seducido a menos que se proponga resueltamente atender a Dios.

"Escuchadme atentamente"; Trabajad en escucharme, en el Parlamento, en la Casa del Consejo, en la Bolsa, en la tienda y en el almac�n, y en el p�lpito. Hay muchas voces clamorosas a tu alrededor, las de Mr. Worldly-Wiseman, Mr. Pliable, Mr. Time-Server, Mr. Love-of-the-World. Entonces, c�lmate, dicen el Maestro y el profeta; entr�gate con tanta intensidad en medio de todo el bullicio del clamor, que puedas captar el llamamiento ascendente de tu Dios.

II. La disciplina del o�do va acompa�ada de LA DISCIPLINA DEL CORAZ�N. Escuche y luego ceda. "Deje el imp�o su camino (y luego algo infinitamente m�s dif�cil)," y el hombre inicuo sus pensamientos ". Me resulta relativamente f�cil abandonar un camino; pero me resulta casi insuperablemente dif�cil abandonar un pensamiento. Escuche al Alt�simo y luego obedezca sin concesiones. �Dices imposible! La ociosidad crea lo imposible, dice Robert South.

Creo que quiz�s una de las grandes necesidades de nuestro tiempo en la vida personal y nacional, es que alguna naci�n debe dirigirse resueltamente a escuchar la voz de Dios, y cuando haya escuchado resueltamente y escuchado con confianza, entonces intentar resuelta y deliberadamente el imposible. Que empiece por abandonar sus propios caminos perversos. Que escuche con diligencia la voz Divina y luego, decidida e inquebrantablemente, la siga en su persecuci�n, aunque el camino aparentemente conduzca a una altura infranqueable. Que vuelva al Se�or y que ya no exista una democracia, una aristocracia, una plutocracia, sino una Teocracia dispuesta con gusto a recibir el consejo de Jehov�.

III. ��CU�L ES EL PROBLEMA DE ESTA OBEDIENCIA? Supongamos que la naci�n sedienta oprimida, se volviera para escuchar a Jehov� y comenzara a interpretar la voz Divina, y supongamos que se dirigiera con toda la majestad del poder Divino a la b�squeda del ideal discernido, �qu� suceder�a? La cuesti�n de esa conducta se nos presenta con una prodigalidad maravillosa en el cap�tulo.

1. Existe la promesa segura de una vida m�s plena. "Oye, y tu alma vivir�". Hasta ese momento la vida hab�a sido una existencia tenue, una mera superficie reluciente, un movimiento superficial. Ahora habr� vitalidad, despertar y agitar en profundidades nunca so�adas. La vida ya no se limitar� a los canales de los apetitos; la vida ya no ser� una mera cuesti�n de sentidos y sensaciones confinados a los patios y corredores exteriores de la vida, sino que comenzar�s a vivir en lo m�s �ntimo del yo.

Los no utilizados se despertar�n y ejercitar�n; los no evolucionados se desembalar�n; los instintos entumecidos ser�n liberados; los poderes enterrados del discernimiento vendr�n en tropel de la tumba; nueva inteligencia nacer�, y el mar de iniquidad refluir�, y el mar entregar� sus muertos. La vida ya no ser� escasa y escasa. Te deleitar�s, no en flaqueza sino en gordura, todo tejido tuyo ser� alimentado, y la vida exterior dar� toda clase de frutos, y las hojas del �rbol ser�n para la curaci�n de las naciones.

2. Marque la sucesi�n, y obtendremos una sugerencia muy fecunda. Tenemos una naci�n que escucha, tenemos una naci�n que hace, tenemos una naci�n que ahora vive, con sus poderes evolucionados y en ejercicio activo. �Qu� sigue? "He aqu�, llamar�s a una naci�n que no conoces". Que es eso'? Significa que una vida nacional verdadera y glorificada debe ser seguida por un imperialismo verdadero y glorificado.

�Naciones que no te conocieron, a ti correr�n a causa del Se�or tu Dios�. Ese es el verdadero imperialismo: el imperio por la soberan�a moral y espiritual, la tentaci�n del dominio por el fascinante resplandor de una vida pura y satisfecha. "Los gentiles vendr�n a la luz, y los reyes al resplandor del amanecer". Es un imperio no solo con la ayuda de las armas Maxim, sino con un gran aliento: evangelios proclamados por un gran pueblo redimido y glorificado.

Este ser� el objetivo brillante de la verdadera ambici�n nacional. La misi�n del gran pueblo, seg�n este cap�tulo, es la siguiente: Debemos ser testigos del pueblo, l�deres y comandantes del pueblo, testigos que reiteran sin cesar las verdades del Evangelio alentador, probando en el poder de nuestro propio redenci�n nuestra aptitud para ser l�deres del pueblo, saliendo como buscadores de caminos entre los pueblos ignorantes. �Ser�n llamados� (no quiero m�s t�tulo glorioso para el pa�s) �restauradores de senderos para habitar�.

3. Ahora, marque m�s el problema. Un verdadero imperialismo, no dir�, se lograr�, pero debe ir acompa�ado de una magnanimidad espl�ndida. Cuando la naci�n ha escuchado diligentemente a Dios, y sigue con determinaci�n la persecuci�n de su voluntad, toda mezquindad tiene que desaparecer en las grandes ambiciones espaciosas. Las personas puras y exaltadas deben compartir el amplio pensamiento de Dios, y este es el significado de la palabra: �Mis pensamientos no son tus pensamientos.

"�C�mo son tus pensamientos?" �Como los cielos son m�s altos que la tierra. Los pensamientos de Dios son elevados, espaciosos, amplios; de modo que nuestros pensamientos deben ser comprensivos, llenos de una simpat�a que lo incluya todo y que vibre en el inter�s de cada uno, como si cada uno contuviera el bienestar del otro. El pueblo verdaderamente imperial debe compartir esta amplitud de ideas y simpat�as ideales y todo incluido. Todo tr�fico parroquial e individualismo est�ril ceder� ante un altruismo pre�ado, y el patriotismo mezquino ser� suplantado por un cosmopolitismo generoso y fruct�fero.

La anexi�n de territorio ser� considerada infinitamente inferior a la salvaci�n del mundo. La influencia no se medir� por el kilometraje, sino por la magnanimidad. El imperio no ser� calculado por tantas leguas de tierra, sino por la multitud de almas redimidas y liberadas. Y las afueras de la soberan�a no ser�n contenidas por pistolas erizadas, sino "Llamar�n salvaci�n a sus muros y alabanza a sus puertas".

4. Tenemos un imperio exaltado y glorificado, y seg�n este profeta, no debe haber nada vacilante o incierto acerca del imperio moral de tal pueblo. Para ellos, un ministerio de ayuda ser� inevitable. �Como cae la lluvia y la nieve del cielo, etc. La lluvia cae y la nieve del cielo, los que traen la primavera; y la naci�n verdaderamente imperial, y llena del Esp�ritu viviente del Dios viviente, ser� el hacedor de la primavera entre los hijos de los hombres, y el creador de alegr�a, m�sica y canto.

El profeta mismo estalla en c�nticos: "Los montes y los collados se romper�n delante de ti en c�nticos, y todos los �rboles del campo aplaudir�n". Ese ser� el ministerio de la naci�n. "En lugar de la espina crecer� cipr�s". La espina con puntas afiladas y dolorosas: en lugar de eso, brotar� el abeto, del cual se hicieron los instrumentos musicales, y especialmente el arpa del arpa; �En lugar de la espina, la cosa que hace dolor, subir� el abeto�, la cosa que hace m�sica; el pueblo glorificado se mover� entre los pueblos esparcidos y ejercer� el hermoso ministerio de transformar a los creadores del dolor en los que hacen melod�as y alabanzas.

�En lugar del brezo�, con su aguij�n amargo y venenoso, �crecer� el mirto, con sus hojas relucientes, sus flores blancas y su perfume agradecido. La naci�n redimida y consagrada se regocijar� en una empresa misionera que cambiar� las enemistades venenosas y los celos del pueblo en el perfume de sentimientos dulces y bondadosos, y las delicias escarmentadas de una vida santa e intachable. �No es esta una ambici�n digna del pueblo ingl�s de nuestros d�as? ( JH Jowett, MA )

La graciosa invitaci�n

I. LA INVITACI�N MISMA.

1. La universalidad de la oferta.

2. La gratuidad del don. �El que no tiene dinero ', el que est� en bancarrota espiritual.

3. La plenitud de las bendiciones que contiene esta salvaci�n. Est�n representados por los tres t�rminos, agua, vino y leche.

II. LOS ANIMOS PARA ACEPTAR LA INVITACI�N. Estos son m�ltiples y variados.

1. Existe el contraste entre las bendiciones ofrecidas y aquellas por las que los hombres ahora est�n trabajando tan laboriosamente.

2. El car�cter de Aquel a trav�s de quien se obtienen las bendiciones.

3. La actual cercan�a de Dios a nosotros y su abundante disposici�n a perdonar.

4. El hecho de que "los caminos de Dios no son nuestros caminos, ni sus pensamientos nuestros pensamientos". Perdona como un dios.

5. La Palabra de Dios �no volver� a �l vac�a. Hay un profundo aliento en el pensamiento de que detr�s de estos agentes del Evangelio, que parecen tan d�biles en comparaci�n con esos poderes de depravaci�n en el alma con los que deben contender, se encuentra el prop�sito inmutable de Aquel que �obra todas las cosas seg�n el consejo por su propia voluntad ".

6. El profundo inter�s que sienten todos los seres santos en todas partes por la salvaci�n del pecador. Esa profunda simpat�a por el hombre en sus esfuerzos por la salvaci�n que nuestro Se�or tan bellamente representa con el gozo en la presencia de los �ngeles de Dios por un pecador que se arrepiente, el profeta inspirado; aqu� representa el gozo de la naturaleza inanimada por este regreso del pecador a Aquel que es la Fuente de la vida.

7. Los beneficiosos resultados de la aceptaci�n de esta invitaci�n. �En lugar de la espina�, etc. La gracia divina obra una transformaci�n completa en el coraz�n al que llega. Arranca las espinas y zarzas del ego�smo, del orgullo, de la avaricia, de la incredulidad y de toda lujuria da�ina. Implanta en su habitaci�n todas las gracias que adornan el car�cter cristiano. ( TDWitherspoon, DD )

Invitaci�n al evangelio sin restricci�n

El hombre puede erigir sus barreras alrededor de esa fuente, Dios no erige ninguna. No es, Ven por preparaci�n laboriosa - por penitencia y ayuno, por peregrinaje y mortificaci�n, No es, "Ven" - pero debes venir por dogma y r�brica, por secta y shibboleth. Tampoco es, "Ven" - pero debes venir con un balde dorado o con piedras preciosas para recoger el agua; tienes que venir como Naam�n de anta�o, cargado de ofrendas costosas, talentos de plata y oro, y mudas de ropa.

Pero, "Ven, tal como eres, sin dinero y sin precio"; sin distinci�n, ya sea natural o espiritual, de clase o rango o casta, nacimiento o sangre o pedigr�. "Ven", aunque es posible que no tengas m�s que un c�ntaro de barro para sacar; �Ven�, aunque solo puedes lavar el agua en la palma �spera de tus manos. ( JR Macduff, DD )

"Ven a las aguas"

El Se�or incluso tiene sed de tener sed. ( J. Trapp. )

La miseria del hombre y el llamado de Dios

I. EL PECADO ES MISERIA, FRACASO, AGUDA Y URGENTE DESEO. Isa�as dibuja un cuadro que los orientales apreciar�an mucho m�s v�vidamente que nosotros, cuyo mayor dolor por la sed s�lo significa que en alguna excursi�n de vacaciones hemos sentido el calor inconveniente y no; sucedi� inmediatamente sobre una fuente. No habla de un hombre sediento, sino de varios, evidentemente una caravana de viajeros. Nadie que lo oyera dejar�a de pensar en las llanuras quemadas y arenosas, un poco al sur, en las que a veces toda una compa��a de viajeros se apartaba de su camino, agotaba sus provisiones y se debilitaba, demacrada y desesperada.

La brisa caliente hace girar la arena ardiente a su alrededor. El viento sim�n gime en la distancia. Las aguas fantasmas brillan con una cruel burla de un lado o de otro. Su propia fiebre crea ilusiones que los distraen. Los esqueletos de otros, perdidos como ellos, los miran. Sus pasos son d�biles, y sus lenguas se pegan a sus bocas, cuando de repente todo lo que no pudieron encontrar los encuentra, y una voz alegre grita: ��Todo el que tiene sed, venid a las aguas! Esta fuente es lo suficientemente profunda para todos, y aqu�, en nuestras tiendas, se encuentra adem�s la hospitalidad oriental; compra y come, compra vino y leche sin dinero y sin precio.

Nuestros propios compatriotas, explorando los desiertos de Australia incluso ahora, lo entender�an bien. M�s de un hombre valiente se ha hundido all� y ha muerto. Un grupo de los primeros exploradores sobrevivi� para contar c�mo en su extremo subieron una colina y vieron debajo de ellos un agua ondulante, justo en la que con un consentimiento; se apresuraron y bebieron con entusiasmo, solo para descubrir que era sal como salmuera. �Oh, burla, como la burla del placer terrenal cuando el coraz�n tiene sed!

II. DIOS LLAMA A LOS DECEPCIONADOS, a los febriles, a los hombres y mujeres que han encontrado el mundo desolado y seco; cuyos deseos mismos no les dan su deseo, que tienen �xito quiz�s, y son tanto m�s infelices porque saben que el �xito tambi�n es vanidad; cuyo afecto prospera, s�lo para ense�arles que, despu�s de todo, hay profundidades en cada coraz�n que no resuenan a ninguna voz humana. Es posible que todav�a no sienta m�s que este deseo secreto y ardiente; pero esto es suficiente, si tan solo te lleva a la fuente.

�No implica la misma palabra "venir" dejar algo, as� como acercarse a otra cosa? Y esta compra no se define enteramente en las palabras, "Deje el imp�o su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos", porque hay que entregar mucho m�s que el pecado. San Pablo nos habla del precio que �l mismo pag� cuando, habiendo calculado sus ventajas, y c�mo, en cuanto a la justicia que es por la ley, fue irreprensible, agrega: �Lo que para m� eran ganancia, las contaba p�rdida por Cristo �, etc.

S�, por Cristo. Porque es �l quien interpreta este vers�culo de s� mismo, aunque se habla claramente de Jehov�. �l, en el gran d�a de la fiesta, se puso de pie y clam�: "Si alguno tiene sed, venga a m� y beba". Aqu�, entonces, est� la �nica prueba de la seriedad: �Renunciar�s, por mandato de tu Dios, a lo que no ha podido saciar tu sed, por el bien de las aguas de la vida? ( GA Chadwick, DD )

La gran proclama

I. A QUIEN SE HACE ESTA OFERTA. Es para todos los que tienen sed y no tienen un centavo. Esa es una combinaci�n melanc�lica, necesitar algo infinitamente y no tener ni un centavo para conseguirlo. Pero esa es la condici�n en la que nos encontramos todos, con respecto a las cosas m�s elevadas y mejores.

1. "Todo el que tiene sed". Eso significa deseo. Pero tambi�n significa necesidad. �Y qu� es todo hombre sino un gran c�mulo de anhelos y necesidades? Hay sed que se�alan infaliblemente a sus verdaderos objetos. Si un hombre tiene hambre, sabe que es comida lo que quiere. Tenemos instintos sociales; necesitamos amor; necesitamos amistad; necesitamos a alguien en quien apoyarnos; tenemos sed de un pecho en el que descansar la cabeza, de manos para estrechar las nuestras; y sabemos d�nde est�n las criaturas y los objetos que satisfar�n estos deseos.

Y hay mayores sed del esp�ritu, y un hombre sabe d�nde y c�mo gratificar el impulso que lo impulsa a buscar ayuda en algunas formas de conocimiento y sabidur�a. Pero adem�s de todo esto, viene toda una serie de otras sed que no llevan en s� mismas la insinuaci�n del lugar donde pueden ser saciadas. Y entonces los hombres se sienten inquietos, insatisfechos, sintiendo que hay algo que les falta, pero sin saber qu�.

Recuerda la vieja historia de las "mil y una noches", del hombre que ten�a un gran palacio y viv�a en �l con bastante satisfacci�n, hasta que alguien le dijo que necesitaba un huevo de roc colgando del techo para completarlo, y lo hizo. No sab�a d�nde conseguir eso, y en consecuencia era miserable. Construimos nuestras casas, nos imaginamos satisfechos; y luego viene el pensamiento punzante de que a�n no est� completo, y vamos a tantear en la oscuridad para descubrir qu� es.

�Sabes qu� es lo que quieres? �Es Dios! Nada m�s, nada menos. Hay sed latentes. No es prueba de superioridad que un salvaje tenga menos deseos que t� y yo, porque el deseo es la boca abierta a la que llega el suministro. Y no es prueba de que no tengas, en lo profundo de tu naturaleza, deseos que, a menos que se despierten y se establezcan, nunca ser�s bendecido, que estos deseos sean todos inconscientes para ti.

Y, sin embargo, no hay deseos, es decir, conciencia de las necesidades, tan latentes, que el hecho de que no se sientan gratificados inquiete al hombre. No quieres el perd�n, pero nunca ser�s feliz hasta que lo obtengas. No quieren ser hombres buenos, verdaderos y santos, pero nunca ser�n bendecidos hasta que lo sean. No quieres a Dios, pero estar�s inquieto hasta que lo encuentres.

2. "Y el que no tiene dinero". �Qui�n tiene alguno? Note que las personas representadas en nuestro texto como sin un centavo son, en el siguiente vers�culo, reprendidas por gastar "dinero". Entonces, el hombre sin un centavo ten�a un centavo en alg�n rinc�n del bolsillo que pod�a gastar. Ten�a el dinero para comprar falsificaciones, "lo que no es pan", pero no ten�a dinero para lo verdadero. Lo cual, traducido de la par�bola a la realidad, es simplemente esto, que nuestros esfuerzos puedan ganarnos, y nos ganen, las satisfacciones inferiores que satisfacen las necesidades transitorias y superficiales, pero que ning�n esfuerzo nuestro puede asegurarnos las bendiciones m�s elevadas. que sacian la sed de adivinos de las almas inmortales.

II. EN LO QUE CONSISTE. Cuentan una vieja historia sobre el regocijo en la coronaci�n de un gran rey, cuando se instal� en la plaza del mercado una fuente triple, de cada uno de cuyos tres labios flu�a una clase diferente de licor raro que cualquier hombre que decidiera traer una jarra puede llenar, a su elecci�n. Note mi texto, "venid a las aguas" ... �Compra vino y leche. La gran fuente est� instalada en la plaza del mercado del mundo, y todos pueden venir; y cualquiera de esta gloriosa trinidad de efluentes que m�s necesite, all� su labio, puede pegarse y all� beber, ya sea �agua que refresca, o� vino que alegra, o �leche� que nutre.

Todos est�n contenidos en este gran regalo que fluye desde el coraz�n profundo de Dios a los labios sedientos de la humanidad reseca. �Y qu� significa eso? Podemos decir salvaci�n; o podemos usar muchas otras palabras para definir la naturaleza de los dones. Me aventuro a tomar uno m�s corto y digo que significa Cristo. �l es el suministro suficiente de cada sed de cada alma humana.

III. �C�MO OBTENEMOS LOS REGALOS? La paradoja de 'mi texto necesita poca explicaci�n. �Compra sin dinero y sin precio�. La contradicci�n en la superficie tiene la intenci�n de enfatizar este bendito robo de la verdad; las �nicas condiciones son un sentido de necesidad y una voluntad de aceptar, nada m�s y nada m�s. ( A. Mallard, DD )

Sed de alma

Los hombres saben lo que es el hambre corporal, algunos lo han sentido hasta la agon�a, pero hay un hambre del alma mucho m�s angustiosa que esta. Est� representado en los rostros de aquellos cuyos cuerpos viven suntuosamente todos los d�as. Los hombres tambi�n saben qu� es la sed corporal. Pero hay una sed del alma infinitamente peor que la que jam�s sintieron los viajeros orientales m�s sedientos. Que todas las almas no regeneradas est�n sedientas, con m�s o menos intensidad, de lo que no tienen, no ser� debatido ni negado. El cristianismo es una provisi�n para eso, y como provisi�n est� marcado por tres cosas.

I. ES EFICAZ. Es "agua". El Evangelio es para el alma sedienta lo que la corriente fresca y refrescante es para un cuerpo sediento. Satisface

1. La conciencia culpable,

2. El coraz�n anhelante,

3. El esp�ritu de adoraci�n del hombre. Todos los que han recibido verdaderamente el Evangelio dan este testimonio.

II. ES GRATUITO. "Sin dinero y sin precio". El agua es una de las cosas m�s libres del mundo. Es un elemento omnipresente; no s�lo flota en la nube, desciende en las lluvias y rueda en los r�os, sino que burbujea a nuestros pies y rezuma en todas las cosas que nos rodean.

III. NO ES RESTRINGIDO. "Jo, todo el que tiene sed". El Evangelio no es para ning�n tipo de mente, ninguna clase de car�cter, ninguna condici�n de la sociedad, ninguna tribu de hombres. Como la luz del cielo, es para todos. ( Homilista. )

El apetito espiritual y su gratificaci�n

I. El apetito espiritual.

1. Es el resultado de la constituci�n de nuestra naturaleza. No podemos ir m�s profundo que la naturaleza. No podemos ir detr�s ni m�s all� de ella, porque la naturaleza es lo que ha nacido (lat�n natura ), nacido del pensamiento de Dios por el poder de Dios. Cuando hablamos de la naturaleza debemos pasar en pensamiento de ella al Dios padre, y encontrar una respuesta suficiente a todas las preguntas y dificultades diciendo: �Dios as� lo ha querido, por lo tanto es como es.

�Todos los fuertes instintos b�sicos de la naturaleza humana deben remontarse a la estructura de nuestro ser moral, tal como fue planeado por la sabidur�a omnipotente y forjado por un poder infinito. Tenemos hambre y sed, porque nuestra naturaleza f�sica ha sido creada de tal manera que necesita salir de s� misma para obtener sus nutrientes. De manera similar, Dios hizo nuestras almas para �l mismo. En lo profundo de nosotros, la mentira ha puesto necesidades y deseos, que anhelan la satisfacci�n de lo Invisible, Eterual y Divino.

2. Produce dolor. Hay muchas fuentes de dolor; pero quiz�s Dios lo ha instituido principalmente para obligarnos a tomar medidas para nuestra salud y salvaci�n. El dolor del hambre y la sed est� dise�ado para obligarnos a ingerir alimentos, sin los cuales el cuerpo se agotar�a y morir�a. Entonces, en la esfera moral, debemos estar agradecidos cuando estamos descontentos con nosotros mismos, cuando en el aborrecimiento de nosotros mismos clamamos por la justicia inmaculada de Dios, cuando andamos heridos por una inquietud infinita.

3. Es universal. Como nunca hemos conocido a un hombre o una mujer incapaces de tener hambre o sed, tampoco hay alma humana que no sea capaz de poseer a Dios y no lo necesite para una vida completa. A menudo, el apetito espiritual est� inactivo. El inv�lido, que ha sufrido durante mucho tiempo bajo la presi�n de una enfermedad debilitante, puede no tener apetito, pero en cualquier momento puede despertar. As� con el hambre del alma por Dios.

II. LA ALIMENTACI�N DEL APETITO ESPIRITUAL.

III. LA CIERTA GRATIFICACI�N DE ESTE APETITO. Dios nunca env�a bocas, dice el viejo proverbio, pero env�a con ellas la comida para saciarlas. Los leoncillos nunca buscan lo que Su mano no abre para dar. El pez y la mosca a la que arrebata; el p�jaro y las bayas del espino; el beb� y la leche almacenada en el pecho de su madre se adaptan perfectamente entre s�. Todo lo que t� y yo hemos anhelado en nuestros mejores y m�s santos momentos puede tener su consumaci�n y dicha, porque Dios lo ha preparado para nuestra perfecta satisfacci�n. ( Lira de la fe ) .

Una amable invitaci�n

I. EL ESTADO DE LAS PERSONAS DIRIGIDAS. II. LA NATURALEZA DE LA DISPOSICI�N PREPARADA.

III. LA FUERZA DE LA INVITACI�N OFRECIDA. �Qu� les importa a los corales? venir significa creer. Observe c�mo se reitera esta invitaci�n. Acorrala con un grito; luego se dice claramente, luego se repite, y se insta por tercera vez.

1. Deje que la extensi�n de la llamada lo induzca a venir.

2. Deje que la libertad de la oferta le induzca a venir.

3. Deje que la suficiencia de la provisi�n lo induzca a venir.

4. Deje que la imposibilidad de encontrar la redenci�n en otro lugar lo induzca a venir.

Conclusi�n:

1. Algunos de ustedes han escuchado con un esp�ritu de frivolidad.

2. Algunos con esp�ritu de negligencia.

3. Algunos con esp�ritu de duda y abatimiento. ( J. Parsons. )

Agua para los sedientos

I. CU�LES SON ESTAS AGUAS QUE SE PROPORCIONAN PARA LOS PECADORES SEDIENTOS.

II. TODO PECADOR SEDEDO PUEDE Y DEBE VENIR A ELLOS. ( O. Sedgwick, BD )

Verdadera satisfacci�n en Cristo

Hay ocho cosas que los pecadores sedientos deben juntar.

1. Todos sus pecados y los m�ritos de Cristo.

2. Todas sus angustias y la compasi�n de Cristo,

3. Todos sus deseos y la plenitud de Cristo.

4. Toda su indignidad y la frescura de Cristo.

5. Sus deseos e invitaciones de Cristo.

6. Sus sed y las promesas de Cristo.

7. Su propia debilidad y la fuerza de Cristo.

8. Las objeciones de Satan�s y las respuestas de Cristo. ( O. Sedgwick, BD )

La mejor ganga

El Dr. Fausto era muy querido por las leyendas de la Edad Media. Ard�a de deseo de beber hasta hartarse de todos los placeres de esta vida; pero no pudo obtenerlos por su propia habilidad sin ayuda. Por tanto, hizo un contrato con Satan�s. Estaba redactado con el estilo m�s parecido al de un abogado, y Fausto lo firm� con su propia sangre. Se estipul� que durante los pr�ximos veinte a�os �l deber�a tener la carrera de todos los placeres de la tierra, y luego su alma y su cuerpo ser�an entregados a Satan�s.

Comenz� con los dulces del conocimiento, pero pronto los abandon� con disgusto y se sumergi� en las excitaciones m�s feroces y groseras de los sentidos. En medio de muchos horrores, Satan�s se apoder� del cuerpo y el alma de Fausto justo cuando el reloj dio las doce de la noche el �ltimo d�a del per�odo especificado. Estas leyendas encierran algunos de los secretos m�s solemnes de la vida. Ense�an que todo hombre tiene un alma de la que disponer; para que los hombres, como los �ngeles ca�dos, se arruinen con los ojos abiertos; y que las transacciones m�s grandes del alma puedan compararse con la compra y el regateo.

I. CUANDO COMPRO, LO DESEO. Y deseo lo que debo sacar de afuera. Si fuera completamente autosuficiente, tuviera todo lo que necesito "dentro de m�", como dice el refr�n, nunca deber�a ir a ning�n mercado. Las palabras de Isa�as para "comprar" significan comprar provisiones. Perdido en el desierto, reseco por la sed, ro�do por el hambre, enga�ado por el espejismo, listo para perecer, esa es la imagen b�blica permanente de un hombre pecador cuando se da cuenta de las necesidades de su alma.

Es �l a quien se le insta a venir a las aguas y comprar vino y leche. "Pero no tengo coraz�n, no deseo estas cosas: �qu� voy a hacer?" Ese es el gran problema; la indiferencia o la franca indolencia del alma el obst�culo m�s com�n. Pero el llamado de Dios es: "Ven ahora, y razonemos juntos". Establece las alternativas como un ser razonable. Agua, vino, leche, bien, grosura, vida, pacto-misericordia, todo esto se ofrece gratuitamente en lugar de la inanici�n y la muerte. �Cu�n irrazonable debe ser si algo en la tierra puede impedirle lo que sabe que es su mayor bien!

II. CUANDO COMPRO, ELIGO La esencia de una ganga es un acto de elecci�n. Choose I the Bible mantiene esa palabra siempre sonando en nuestros o�dos. Y tambi�n la literatura profana. H�rcules, el h�roe m�s grande del paganismo, fue creado por su elecci�n deliberada de la virtud y el rechazo del vicio. Pit�goras puso esta gran verdad en una de las lecciones objetivas m�s populares. Compar� la vida con la letra y. La separaci�n de los caminos est� simbolizada por las dos ramas de la letra.

Un hombre debe seguir adelante; y debe ir a la izquierda oa la derecha; debe andar por el camino del mal o por el camino del bien. Esta elecci�n es lo m�s importante que puedes hacer en este mundo. Cuando compro doy mi consentimiento al precio. Comprar es simplemente consentimiento declarado en acci�n. "Ven a comprar. .. sin dinero y sin precio �. Con esta doble frase, el profeta ataca la justicia propia profundamente arraigada del calor. Y lo ataca con sus propias ideas y frases favoritas.

Compraras. Bien, entonces, que compre al que no tiene dinero, y que compre sin dinero y sin precio. Comprar tiene una sugerencia legal; pero comprar sin dinero neutraliza con creces todas esas sugerencias. La mente m�s capaz, la imaginaci�n m�s vivaz, no podr�a sugerir una manera m�s eficaz de exponer la absoluta franqueza de la gracia de Dios.

III. LO QUE COMPRO, ES PROPIO. El Evangelio est� aqu� expresado en el lenguaje de la plaza del mercado, para que todos lo entiendan perfectamente. Todas las leyes justas y nuestros instintos morales me convierten en el poseedor indudable de lo que he comprado y pagado con justicia. Es m�o. Esta compra es todo lo que necesita. Los bienes son tuyos en oferta; y son tuyos en plena posesi�n n los aceptas.

IV. LO QUE COMPRO, LO USO. La leche y la carne sin usar no me tienen ning�n valor. El pan de vida, que Cristo es y ofrece, es nuestro s�lo en la medida en que lo apropiamos y lo asimilamos. �Compra y come. La compra es in�til sin comer. Comer es lo m�s vital, personal y experimental del mundo. El pan ingerido se convierte en parte integrante de m�. ( Visitante mensual. )

El anuncio y la protesta de la misericordia

I. LA PROCLAMACI�N DE LA MISERICORDIA.

1. Las bendiciones ofrecidas.

(1) "Aguas". Los hombres necesitan limpiarse y refrescarse. La palabra es "aguas", no agua. Algunas aguas son buenas solo para fines dom�sticos, otras para fines medicinales y otras nuevamente para fines de limpieza. Por tanto, el agua que puede ser adecuada para un prop�sito puede no ser adecuada para otros fines. No as� las bendiciones del Evangelio; no as� Cristo, que es el Evangelio. Satisface todas las necesidades del alma. Agrada la imaginaci�n, satisface los afectos, calma la conciencia, purifica el coraz�n.

(2) "Vino". Cristo es como el vino, en el sentido de que alegra el coraz�n. �l es diferente al vino en esto: aunque podemos tener demasiado vino, nunca podemos tener demasiado de Cristo.

(3) "Leche". La leche es un alimento nutritivo; la leche es un alimento natural. El gusto por la leche es posiblemente el �nico sabor que tenemos por naturaleza. Todos nuestros dem�s gustos son m�s o menos adquiridos. Pero, rechazamos a Cristo, porque lo que popularmente podemos considerar un estado de naturaleza, no es un estado de naturaleza. Para vivir de forma natural debemos alimentarnos de forma natural. �l solo, as� vive quien se alimenta de Cristo.

2. Los t�rminos propuestos.

(1) Debemos "tener sed" de Cristo. Seremos bendecidos tan pronto como lo deseemos. Somos bienvenidos a Cristo cuando �l es bienvenido a nosotros.

(2) Debemos venir a Cristo.

II. LOS RESULTADOS GLORIOSOS que se derivan del cumplimiento de estas condiciones. Se invita a los hombres a comprar, etc., por lo que, de los que cumplen, se puede decir:

1. Ellos �compran� alimento para el alma, es decir, se apropian como verdaderamente suyos de las bendiciones compradas por Cristo.

2. Ellos "comen", es decir , tienen un conocimiento experimental del cristianismo.

3. Su alma "se deleita en grosura". Cuanto m�s de Cristo tienen los hombres, m�s desean

III. LA GRACIOSA EXPOSTULACI�N DEL SE�OR. Es una apelaci�n a su raz�n y a su experiencia. Dios sabe lo que es el hombre y lo que siente. Es como si Dios hubiera dicho: �Conozco tu caso por completo; te esfuerzas por la felicidad y en vano, y lo sabes. Siempre est�s persiguiendo alg�n bien ideal, con el que, cuando lo obtienes, te sacias. �Por qu� seguir as�, cuando se puede tener paz y descanso? El argumento usado por Dios ense�a que el pecado es ...

1. Costoso. "�Por qu� gastan dinero, etc. El pecado es costoso".

(1) Un sentido pecuniario.

(2) Un sentido mental.

(3) Un sentido moral.

(4) Un sentido espiritual. Cuesta dinero, salud, tranquilidad mental, car�cter, el cielo.

2. Laborioso.

(1) Los hombres trabajan para lograr sus prop�sitos malvados.

(2) Los hombres se esfuerzan por ocultar sus malas acciones, etc.

3. Insatisfactorio. ( JS Swan. )

Invitaci�n; amonestaci�n; s�plica

I. UNA INVITACI�N EVANG�LICA. "Venid".

1. Las personas invitadas.

2. El asunto de la invitaci�n. Jesucristo es un bien �nico y es un bien universal. �Aguas; pan de molde; Leche; vino."

3. La forma de la invitaci�n.

(1) Serio. "�Ho!"

(2) Grave. "Ven ven ven; compra compra."

(3) General. "Todo el mundo."

(4) Gracioso. "Compra vino y leche, sin dinero y sin precio".

Hay muchas cosas buenas y a un ritmo muy f�cil. Jesucristo y las cosas de Cristo est�n por encima del precio y no tienen precio.

II. UNA EXPOSTULACI�N QUEJANTE. "Por tanto", etc. Aqu� hemos acusado a los pecadores:

1. Su negligencia.

2. Su locura.

III. UNA SOLICITUD O ENTRADO RENOVADO. �Cu�n paciente es Dios, incluso con los pecadores que descuidan las ofertas de Su gracia! Esta nueva s�plica es:

1. Muy vehemente. �Escuchen atentamente; inclina tus o�dos; escuchar."

2. Muy persuasivo.

3. Muy satisfactorio. "Har� un pacto eterno contigo", etc.

�Dar� Mi fianza por ello; todo esto ser� cumplido con tanta seguridad como las misericordias que hice a mi siervo David �. ( O. Sedgwick, BD )

La comida es una necesidad suprema

�Qu� quiere el hambriento? �Dinero? Para nada. �Fama? No. �Buena ropa? No un poco. Quiere comida. �Qu� quiere el sediento? �Reputaci�n? �Bonos y acciones? �No! Quiere agua. Cuando estemos muertos en serio y necesitemos el pan del cielo y el agua de vida, no nos detendremos hasta que los consigamos. ( Cr�nica de la Escuela Dominical. )

El que no tiene dinero; Venid, comprad y sentaros

Comprando sin dinero

Tenemos ante nosotros la figura de un comerciante que vende su mercanc�a y grita como un chapman en el mercado: "��l!" Para llamar la atenci�n, grita en voz alta: ��Ven! �Venir! �Venir!" tres varias veces; ya esto le suma el grito de ��Compra! �Comprar!" �Se comparar� as� el Gran Rey con un comerciante en el mercado dispuesto a disponer de sus bienes? As� es, y por eso os invito a que admiren la misericordia del Se�or. En los Cap�tulos 53 y 54, este Divino Comerciante ha estado esparciendo Sus mercanc�as. �Qu� tesoros son!

I. UNA DESCRIPCI�N DEL COMPRADOR. Es el retrato de una criatura pobre, sin un centavo y arruinada, reducida al extremo de la miseria: �El que no tiene dinero. Por supuesto, con esto se entiende el hombre que literalmente no tiene dinero. No teniendo nada, a�n puede poseer todas las cosas. Pero entendemos que la referencia del texto es principalmente espiritual, por lo que el retrato aqu� es el de un hombre que no tiene dinero espiritual, ni oro de bondad, ni plata de santidad.

1. Se gasta su imaginaria reserva de inocencia natural.

2. Pens� que hab�a acumulado algunos peque�os ahorros de buenas obras; pero su justicia imaginaria resulta ser falsa.

3. Se encuentra en una situaci�n a�n peor, porque tambi�n es demasiado pobre para conseguir algo; el poder adquisitivo se ha ido, porque no tiene "dinero", es decir, nada con lo que pueda conseguir las cosas buenas que son necesarias para la salvaci�n y la vida eterna.

4. Adem�s, sus acciones con las que comerciar se han ido. El dinero genera dinero, y el que tiene poco para empezar, pronto tendr� m�s; pero este hombre, al no tener valores para empezar, no puede esperar ser rico para con Dios en s� mismo y por s� mismo. �Sin dinero!

(1) Entonces, no puede pagar sus antiguas deudas. Sus pecados se levantan ante �l, pero no puede enmendarlos.

(2) Adem�s, no puede cubrir sus gastos actuales.

(3) No puede afrontar el futuro.

(4) La �nica esperanza para un hombre que no tiene dinero debe estar fuera de s� mismo.

II. LA SELECCI�N DEL COMPRADOR. Es una elecci�n extra�a, y conduce a una invitaci�n singular: �El que no tiene dinero; ven, compra y come ". �Cu�l es la raz�n?

1. Estos son los que m�s necesitan misericordia.

2. Este personaje es elegido porque es uno que exhibir� en su propia persona el poder de la gracia divina.

3. El Se�or Jes�s se deleita en hacer evidente la gratuidad de Su gracia.

4. Es el tipo de hombre que escuchar�. Un miserable pecador salta a merced como un pez hambriento que salta al cebo.

5. Un alma tan vac�a y sin un centavo, cuando obtiene misericordia, la apreciar� y la alabar�. El que ha estado encerrado en la oscuridad durante a�os valora la luz del sol. El que lleva meses preso, �qu� feliz se siente cuando se abren las puertas de la prisi�n y vuelve a estar en libertad! Dejemos que un hombre obtenga a Cristo una vez, quien lo ha conocido amargamente y sentido su necesidad de �l, y lo apreciar� m�s all� de todas las cosas.

III. LA INVITACI�N. El hombre que no tiene dinero debe venir, comprar y comer. Parece extra�o decirle a un hombre sin un centavo que venga a comprar, �no es as�? y sin embargo, �qu� otra palabra podr�a usarse? Ven y compra, tiene un significado propio que no debe expresarse de otra manera. En la compra hay tres o cuatro etapas.

1. Deseando tener la cosa que se exhibe.

2. Esto significa a continuaci�n, aceptar los t�rminos.

3. Cuando se cumplen los t�rminos, el comprador se apropia de la mercanc�a.

4. Pero el texto dice: �Compra y come, tanto como decir, hazlo tuyo en el sentido m�s completo. Si un hombre compra una barra de pan, es suyo; pero si se la come, entonces todos los abogados del mundo no pueden disputarlo; lo tiene por una posesi�n que no es solo nueve puntos de la ley, sino toda la ley. Cristo se aliment� de ES nuestro m�s all� de toda duda.

IV. A modo de SEGURIDAD, para demostrar que todo esto es real y verdadero, y no una fantas�a.

1. No es la manera de Dios burlarse de los hombres. �l mismo ha declarado: "No dije a la simiente de Jacob: En vano busc�is mi rostro".

2. Dios no tiene ninguna necesidad de vender sus beneficios. No est� empobrecido: es tan rico que nadie puede agregar nada a su riqueza.

3. No hay un precio adecuado que podamos traer a Dios por su misericordia.

4. Recuerde que Jes�s debe estar destinado a los pecadores, porque si los pecadores no hubieran existido, nunca habr�a habido un salvador.

5. Debe ser cierto que Dios dar� estas bendiciones a los hombres que no tienen m�ritos, y las otorgar� como regalos, porque Jes�s mismo es un regalo.

6. Adem�s de eso, Cristo es todo.

7. El Evangelio de Jesucristo est� benditamente libre de todas las condiciones de obstrucci�n, porque todas las supuestas condiciones son suministradas en Cristo Jes�s. ( CHSpurgeon. )

Bendiciones del evangelio para comprar

Es posible que haya visto personas en una tienda que, cuando se les ha mostrado casi todo el contenido de la tienda, cuando se ha bajado un art�culo tras otro de los estantes para su inspecci�n, por fin, para la no peque�a decepci�n de el tendero, sali� sin comprar nada. Y nosotros, que tenemos los art�culos del Evangelio de los que deshacerse, estamos sujetos a decepciones similares. Tambi�n tenemos clientes que, cuando han mirado y entregado, por as� decirlo, una y otra vez, los bienes que les ofrecemos, como si quisieran hacer una oferta por ellos, se contentan con mirarlos, oyen y escucha el Evangelio, que pensar�as que lo iban a abrazar, pero saldr�an de la Iglesia, �ah! y fuera del mundo, sin abrazarlo. ( W. Cleaves, MA )

Los compradores demostrar�n que poseen

Se ver� si efectivamente hemos sido compradores, o como los que se contentan con mirar lo que se vende sin comprar. Si un hombre ha estado comprando ropa, por ejemplo, se le ver� vistiendo la ropa; si ha estado comprando ganado, se abastecer� de ganado en su tierra; si ha estado comprando provisiones, su mesa se abastecer� de provisiones; si ha estado comprando muebles, su casa estar� amueblada con ellos; y si hemos estado comprando a Cristo, el coraz�n y la mente ser�n dotados, seremos vestidos, seremos adornados con lo que Cristo tiene para aquellos que compran de �l. ( W. Cleaves, MA )

La plenitud de Cristo ofrecida al pecador necesitado

1. En Cristo hay muy buena comida para los pobres pecadores.

2. El disfrute de ella est� limitado por el hecho de que ellos vengan a Cristo y lo compren.

3. Al venir a Cristo, todo el bien ciertamente les llega. ( O. Sedgwick, BD )

Disposici�n a comprar de Cristo

El que est� dispuesto a comprar

1. Ir� al mercado.

2. �Le gustan las mercanc�as que se van a comprar?

3. Llegar� hasta el precio al que se van a comprar.

4. Observar� el tiempo y se tomar� el tiempo de comprar.

5. Est� dispuesto a vender para comprender las cosas que desea comprar ( G�nesis 47:17 ; Mateo 13:44 ).

Hay tres "todo" que un pobre pecador est� dispuesto a vender para tener a Cristo.

(1) Todos sus deseos pecaminosos y sus anteriores cursos de vida pecaminosos.

(2) Todas sus estimaciones y ventajas mundanas ( Hebreos 11:24 ).

(3) Toda su sierva. Su sabidur�a de siervo, su voluntad de siervo, su rectitud de siervo, su autosuficiencia y su confianza de siervo, su ego�smo y sus ventajas personales ( Filipenses 3:8 ). ( O. Sedgwick, BD )

Compra de Cristo

Puede que sepan que en verdad han comprado a Cristo por algo en ustedes mismos.

1. Vuestros corazones estar�n muy queridos por Cristo por lo que os ha vendido.

2. Gastar� lo que compr� de Cristo, en Cristo.

3. Le gustar� tanto el trato que Cristo tendr� su costumbre mientras viva.

4. No vender� lo que compr�. ( O. Sedgwick, BD )

Impulsando un comercio con Cristo

Hay siete argumentos para persuadir a los pobres pecadores de que vengan y compren de Cristo.

I. LA EXCELENCIA DE LOS WARES.

II. LA NECESIDAD DE LA COMPRA.

III. LA BONDAD DEL VENDEDOR.

IV. LA FACILIDAD DEL PRECIO.

V. LA OPORTUNIDAD DEL MERCADO.

VI. EL BENEFICIO DE LA NEGOCIACI�N.

VII. LA P�RDIDA POR DESCUENTO ( O. Sedgwick, BD )

El beneficio de comerciar con Cristo

Al comprar de Cristo, ganas:

1. P�rdidas. No es una ganancia perder un alma, pero es una gran ganancia para un alma perder algunas cosas: el dominio del pecado, el amor al pecado, una conciencia que condena, nuestros vicios corruptos, etc.

2. Ustedes mismos. Nunca llegamos a disfrutar de nosotros mismos hasta que llegamos a disfrutar de Cristo.

3. Sus propias almas - est�n seguras y aseguradas para siempre.

4. Todos. Toda la compra de Cristo, todo el bien de todas las ofrendas de Cristo, todos los frutos del Esp�ritu de Cristo, todas las promesas de Dios en Cristo, todas las revelaciones de las ordenanzas de Cristo, todas las inmunidades y privilegios de Cristo, todas las esperanzas de Cristo. Obtienes todo el bien que concierne al alma y al cuerpo en esta vida, y todo el bien que les concierne en la vida venidera. ( O. Sedgwick, BD )

Mercanc�a espiritual

Los que han comprado de Cristo son:

I. LOS COMERCIANTES M�S SABIOS.

II. LOS POSESORES M�S SEGUROS. ( O. Sedgwick, BD )

"Compra y come:"

Aqu� es una virtud ser un santo glot�n. ( J. Trapp. )

S�, ven, compra victorias y leche

Vino y leche

Como el agua, debido a su abundancia y abundancia, suele ser despreciada, el profeta habla adem�s de las bendiciones de la salvaci�n bajo los s�mbolos del vino y la leche . ( R. Jones, MA )

Una salvaci�n gratuita

I. Tengo que predicar VINO Y LECHE. El Evangelio es como el vino que nos alegra. Que un hombre conozca verdaderamente la gracia de nuestro Se�or Jesucristo, y ser� un hombre feliz, y cuanto m�s beba en el esp�ritu de Cristo, m�s feliz se volver�. El Evangelio tambi�n es como la leche, porque contiene todo lo que quieres. �Quieres algo que te lleve a los problemas? Est� en el Evangelio: �una ayuda muy presente en tiempos de angustia.

�Necesita algo que le d� �nimos para el deber? Hay gracia suficiente para todo lo que Dios te llama a pasar o lograr. �Necesitas algo para iluminar el ojo de tu esperanza? Hay destellos de gozo en el Evangelio que pueden hacer que sus ojos destellen de nuevo los fuegos inmortales de la dicha. �Quieres algo que te mantenga firme en medio de la tentaci�n? En el Evangelio hay eso que puede hacerte inamovible, abundando siempre en la obra del Se�or.

Evidentemente, el Evangelio estaba destinado a la hombr�a; est� adaptado a �l en todas sus partes. Hay conocimiento para la cabeza; hay amor por el coraz�n; hay gu�a para el pie. Y creo que hay otro significado en las dos palabras "vino y leche". El vino es algo rico, algo que requiere mucho tiempo para su elaboraci�n. Tiene que haber vendimia, fermentaci�n y conservaci�n antes de que el vino pueda alcanzar su sabor completo.

El Evangelio es as�; es algo extraordinario para los d�as festivos; le da al hombre el poder de usar una cosecha de pensamiento, una fermentaci�n de acci�n y una preservaci�n de la experiencia, hasta que la piedad de un hombre brota como el vino espumoso que hace que el coraz�n salte de alegr�a. Pero la leche es algo corriente; lo obtienes todos los d�as, en cualquier lugar. Lo mismo ocurre con el Evangelio: es algo de todos los d�as.

II. Habiendo expuesto as� el art�culo, mi pr�ximo negocio es LLEVAR A LOS LICITANTES A LA CAJA DE SUBASTAS Y VENDERLO. Mi dificultad es rebajarte a mi precio. Aqu� llega alguien al escritorio sagrado, transformado por el momento en una caja de subasta, y grita: "Quiero comprar". �Qu� dar�s por ello? Extiende las manos y tiene un pu�ado; tiene que levantar su propio regazo con m�s, porque dif�cilmente puede contener todas sus buenas obras.

Tiene Ave-Marius y Paternosters sin n�mero, y todo tipo de cruces con agua bendita, y flexiones de rodillas, postraciones ante el altar, reverencia a la hostia, asistencia a la misa, etc. Y entonces, sir Romanist, usted viene a obtener la salvaci�n, �no es as�? y has tra�do todo esto contigo lava lo siento por ti, pero debes irte de la caja con todas tus actuaciones, porque es sin dinero y sin precio, y hasta que est�s preparado para venir con las manos vac�as nunca podr�s tenerlo .

Entonces aparece otro y dice: �Me alegro de que hayas servido al romanista como, eso�. Odio a la Iglesia de Roma; Soy un verdadero protestante y deseo ser salvo. �Qu� ha tra�do, se�or? �Oh, no he tra�do Ave-Marias, ni Paternosters. Pero digo la colecta todos los domingos; Estoy muy atento a mis oraciones. Llegu� a la iglesia casi tan pronto como se abrieron las puertas �, o� voy a la capilla tres veces el s�bado y asisto a las reuniones de oraci�n; y adem�s de eso, les pago a todos veinte chelines por libra; No quisiera lastimar a nadie; �Soy siempre liberal y ayudo a los pobres cuando! pueden.

Puede que cometa un peque�o desliz de vez en cuando. Sin embargo, si no soy salvo, no s� qui�n lo ser�. Soy tan bueno como mis vecinos, y creo que ciertamente deber�a ser salvo, porque tengo muy pocos pecados, y los pocos que hay no lastiman a otras personas; me lastiman m�s que a nadie. Adem�s, son meras bagatelas ". Te despedir� no hay salvaci�n para ti, porque es "sin dinero y sin precio"; y mientras traigas estas excelentes obras tuyas, no podr�s tenerlas.

Mark, no encuentro ninguna falta en ellos, son lo suficientemente buenos en su lugar, pero no lo har�n aqu�, pero no lo har�n en el tribunal de Dios. Supongamos que veo a un hombre construyendo una casa y fuera tan tonto como para poner los cimientos con chimeneas. Si yo dijera: "Mi querido amigo, no me gusta que estas chimeneas se pongan en los cimientos", no dir�as que encontr� fallas en las chimeneas, sino que encontr� fallas en el hombre por ponerlas. en el lugar equivocado.

As� ocurre con las buenas obras y las ceremonias; no servir�n para una fundaci�n. La base debe estar construida con material m�s s�lido. Pero ve a otro hombre. Est� muy lejos y dice: �Se�or, tengo miedo de venir; No pude venir y hacer una oferta por la salvaci�n. Se�or, no tengo larnin ', no soy un erudito, no puedo leer un libro, desear�a poder. Mis hijos van a la escuela dominical; Ojal� hubiera tal cosa en mi tiempo; No s� leer, y es in�til que tenga la esperanza de ir al cielo.

A veces voy a la iglesia, pero Dios m�o, no sirve de nada; el hombre usa palabras tan largas que no puedo entenderlas, y voy a la capilla a veces, pero no puedo entenderlo ". No quiere ninguna beca para ir al cielo. Ahora, veo a un hombre que se acerca al establo y dice: �Bueno, tendr� la salvaci�n, se�or; He tomado en mi testamento provisiones para la construcci�n de una iglesia o dos, y algunas casas de beneficencia; Siempre dedico una parte de mi sustancia a la causa de Dios; Siempre recibo a los pobres y a los dem�s; Tengo una buena parte del dinero y me cuido de no acumularlo; Soy generoso y liberal.

�No me llevar� eso al cielo? Bueno, me gustas mucho y desear�a que hubiera m�s de tu tipo. Pero si traes estas cosas como tu esperanza del cielo, debo desenga�arte. No se puede comprar el cielo con oro. All� pavimentan las calles con �l. La riqueza hace distinci�n en la tierra, pero no hace distinci�n en la Cruz de Cristo. Todos deb�is acercaros por igual al estrado de Jes�s, o de lo contrario no vendr�is en absoluto.

Conoc� a un ministro que me dijo que una vez lo enviaron al lecho de muerte de una mujer que estaba muy bien para hacer en el mundo, y ella dijo: �Sr. Baxter, �crees que cuando llegue al cielo, Betsy, mi sirvienta estar� all�? �Bueno�, dijo, �no s� mucho sobre ti, pero Betsy estar� all�; porque si conozco a alguien que sea una ni�a piadosa, es ella �. �Bueno�, dijo la dama, ��no crees que habr� una peque�a distinci�n? porque nunca pude encontrar en mi coraz�n sentarme con una chica de esa clase; ella no tiene gusto, no tiene educaci�n, y yo no podr�a soportarlo.

Creo que deber�a haber una peque�a diferencia ". �Ah, no tiene por qu� preocuparse, se�ora �dijo�, habr� una gran distinci�n entre usted y Betsy, si muere con el temperamento en el que se encuentra ahora; pero la distinci�n estar� en el lado equivocado; porque la ves en el seno de Abraham, pero t� mismo ser�s expulsado. Mientras tengas tanto orgullo en tu coraz�n, nunca podr�s entrar en el reino de los cielos ". La carretera es tanto para el pobre como para el rico; as� es el reino de los cielos - "sin dinero y sin precio".

III. Tengo que utilizar ALGUNOS ARGUMENTOS contigo.

1. Les hablar�a a ustedes que nunca piensan en estas cosas en absoluto.

2. Tengo ahora la grata tarea de dirigirme a hombres de otro car�cter. Sientes tu necesidad de un Salvador. Recuerde, Cristo muri� por usted. ( CH Spurgeon. )

El deseo de traerle algo a Cristo.

Me atrevo a decir que en esta congregaci�n tengo cien fases diferentes de esta singular fatuidad del hombre: el deseo de traer algo a Cristo. �Oh�, dice uno, �yo vendr�a a Cristo, pero he sido un gran pecador�. Yo de nuevo, se�or, que sea un gran pecador no tiene nada que ver con eso. Cristo es un gran Salvador, y no importa cu�n grande sea su pecado, su misericordia es mayor que eso. Te invita simplemente como pecador.

Otro dice: "Ah, pero no lo siento lo suficiente". Yo de nuevo. No te pregunta sobre tus sentimientos; �l simplemente dice: "M�renme y sean salvos, todos los t�rminos de la tierra". "Pero, se�or, no puedo orar". Yo de nuevo. No debes ser salvo por tus oraciones; usted debe ser salvo por Cristo, y su negocio es simplemente mirar a Cristo; La corbata te ayudar� a rezar despu�s. Pero, dice otro, �si me sintiera como Fulano de tal.

Yo de nuevo. "S�", dices, "creo que �l recibir�a a cualquiera menos a m�". Por favor, �qui�n le dio permiso para pensar en el asunto? �No dice �l: "Al que a m� viene, no le echo fuera"? Deja de pensar y cree. �Son sus pensamientos como los pensamientos de Dios? "Pero", dice alguien, "Lo he buscado, pero no lo he encontrado". �Puedes decir verdaderamente que has venido a Cristo sin nada en tu mano, y que lo has mirado solo, y sin embargo te ha desechado? �Te atreves a decir eso? No: si la Palabra de Dios es verdadera, y usted es veraz, no puede decir eso. Si desciendes a este pr�ncipe �y tomas a Cristo por nada, tal como es,� sin dinero y sin precio �, no lo encontrar�s como un Amo duro. ( CHSpurgeon. )

�Sin dinero y sin precio

I. LA SORPRENDENTE NATURALEZA DE ESTE HECHO, porque es muy sorprendente para la humanidad escuchar que la salvaci�n es �sin dinero y sin precio�. Les sorprende tanto que los t�rminos m�s sencillos no pueden hacerlos entender; y, aunque se lo digas mil veces al d�a, persisten en pensar que te refieres a otra cosa. �Por qu� cuando el hombre lo ve se sorprende?

1. Debido a la relaci�n del hombre con Dios, y su juicio equivocado de �l. El hombre piensa que Dios es un amo duro.

2. Sin duda, tambi�n, la condici�n del hombre bajo la ca�da le dificulta comprender que los dones de Dios son "sin dinero y sin precio", porque se encuentra condenado a trabajar para casi todo lo que necesita. .

3. Nuevamente el hombre recuerda la regla general de los hombres hacia los dem�s, porque en este mundo, �qu� se puede tener a cambio de nada excepto lo que no vale nada?

4. Otro asunto ayuda al hombre a afrontar esta dificultad, a saber, su orgullo natural. No le gusta ser un pobre ante Dios.

5. Una vez m�s, todas las religiones que alguna vez han existido en el mundo creado por el hombre ense�an que los dones de Dios deben ser comprados o merecidos. Aunque he mostrado as� motivos para nuestra sorpresa, sin embargo, si los hombres pensaran un poco, es posible que no se asombren tan incr�dulamente como lo est�n; porque, despu�s de todo, las mejores bendiciones las hemos recibido gratuitamente. �Qu� precio han pagado por sus vidas? y sin embargo son muy preciosos.

�Qu� precio pagas por el aire que respiras? �Qu� precio paga un hombre por la luz del sol? La vida, el aire y la luz nos llegan �sin dinero y sin precio�. Y nuestras facultades tambi�n, �qui�n paga la vista? El o�do que escucha el canto del p�jaro al amanecer, �qu� precio se le da? Los sentidos nos son otorgados gratuitamente por Dios, y tambi�n el sue�o que los descansa. Est� claro entonces que algunas de las mejores bendiciones que poseemos nos llegan a trav�s de un don gratuito; y ven tambi�n a los que no lo merecen, porque el roc�o brillar� ma�ana sobre la hierba en el campo del avaro, y la lluvia caer� a su debido tiempo sobre el trigo del miserable que blasfema a su Dios.

II. LA NECESIDAD DEL HECHO mencionado en nuestro texto.

1. Del car�cter del Donante. Es Dios el que da. �Le permitir�a vender sus perdones?

2. Por el valor de la bendici�n. Como bien se ha dicho, �no tiene precio porque no tiene precio�.

3. Desde el extremo de la miseria humana. Las bendiciones de la gracia deben darse �sin dinero y sin precio�, porque no tenemos dinero ni precio para traer.

III. LA INFLUENCIA SALUDARIA. DE ESTE HECHO. Si es �sin dinero y sin precio�, �entonces qu�?

1. Eso nos capacita para predicar el evangelio a toda criatura.

2. Este hecho tiene el efecto beneficioso de excluir todo orgullo. Si es �sin dinero y sin precio�, ustedes, los ricos, no tienen ni medio centavo de ventaja sobre los m�s pobres entre los pobres en este asunto.

3. Proh�be la desesperaci�n.

4. Inspira gratitud, y esa gratitud se convierte en la base de la santidad.

5. Engendra en el alma las virtudes generosas. El hombre que se salva de balde siente primero con respecto a sus semejantes que debe tratarlos con amor. �Dios me ha perdonado? Entonces podr� perdonar libremente a los que me han ofendido. Anhela ver a otros salvos y, por lo tanto, se dispone a llevarlos a Jesucristo. Si hubiera comprado su salvaci�n, me atrever�a a decir que estar�a orgulloso de ella y desear�a guard�rselo para s�. Entonces los dones gratuitos de la gracia, obrando por el poder y la energ�a del Esp�ritu Santo, crean en nosotros las virtudes generosas hacia Dios.

6. No puedo pensar en nada que haga adoradores m�s devotos en el cielo que esto. ( CH Spurgeon. )

"Venir"

No te demores, no holgazanees, no encubras ninguna excusa, no te esfuerces por no ser cortes�a, no te cuelgues de la timidez pecaminosa: es de buena educaci�n caer en tu carne. ( J. Trapp. )

"Sin dinero y sin precio"

1. Esta forma de gracia del disfrute pleno de Cristo por parte del pecador no se opone a la oraci�n, la atenci�n al ministerio de la �Palabra o la fe�.

2. Esto debe entenderse en oposici�n al precio y valor de nuestras obras. No puedes dar nada que tenga m�rito o recompensa; que tiene valor responsable, o cualquier valor en �l. ( O. Sedgwick, BD )

Los t�rminos de la gracia de Cristo

Todo lo que los pobres pecadores necesitan puede ser comprado por Cristo en t�rminos de gracia. Seis cosas lo demuestran.

1. La insuficiencia del pecador.

2. Su indignidad.

3. La inconsistencia de cualquier otra forma de negociar con Cristo Romanos 4:4 ; Romanos 11:6 ).

4. El valor incalculable de los productos b�sicos.

5. La calidad del contrato. "Pedir." "Creer."

6. El trabajo del vendedor.

(1) �l debe encontrar todo lo que los pobres pecadores necesitan.

(2) Por su propia cuenta y gastos.

(3) �l les dar� todo. ( O. Sedgwick, BD )

Tratando de comprar la salvaci�n

El Sr. Webb-Peploe habla de un hombre rico al que nunca hab�a conocido que diera cinco c�ntimos al a�o en caridad, que envi� a buscarlo una vez cuando estaba enfermo de par�lisis. El hombre le dijo al ministro: �Tengo miedo [de morir. Los he enviado para hacer lo que es recto ante Dios; Quiero ir al cielo y quiero que aceptes cien libras por los pobres ". El hombre de Dios mir� al pecador directamente a la cara y dijo: ��Crees que vas a comprar el camino de tu alma a la gloria con cien libras sucias? Da tu dinero donde quieras, no lo tocar� �. Esa fue una medicina amarga, pero algunas enfermedades requieren un tratamiento severo. El hombre vivi� y aprendi� que la salvaci�n no se compra con dinero. ( Presupuesto cristiano. )

Sin dinero y sin precio

Roland Hill estuvo una vez predicando en una feria al alcance del o�do de los gongs rivales de los mercaderes vagabundos. Se�al�ndolos, dijo: �Ellos y yo estamos ofreciendo productos a la venta. Pero su dificultad es hacer que usted est� a la altura de su precio; Mi dificultad es llevarte al m�o. Te ofrezco bienes sin dinero y sin precio. ( Presupuesto cristiano. )

Demasiado valioso para ser comprado

Zeuxis dio sus cuadros a su ciudad natal a cambio de nada, porque eran demasiado buenos para comprarlos con oro. Ofrecer dinero por ellos era infravalorarlos. �Puedo comprar el perd�n con algo que pueda llamar m�o? ( Presupuesto cristiano. )

Ninguna moneda puede comprar bienes espirituales

Un hombre aterriza en un pa�s lejano con chelines ingleses en el bolsillo, pero descubre que all� no van m�s monedas que t�leros, francos, d�lares o cosas por el estilo; y su dinero solo est� al d�a en su propia tierra, y tiene que cambiarlo antes de poder hacer sus compras. As� que con un bolsillo lleno de �l bien podr�a estar sin un centavo. Y, de la misma manera, t� y yo, con todos nuestros arduos esfuerzos, que estamos obligados a hacer y que es un placer hacer, despu�s de estas cosas inferiores que corresponden a nuestros esfuerzos, encontramos que no tenemos monedas que comprar�n el dinero. cosas buenas del reino de los cielos, sin las cuales desmayamos y morimos. ( A. Maclaran, DD )

Versículos 2-3

�Por qu� gastas dinero?

Pesando dinero

En la primera cl�usula se hace referencia a la costumbre primitiva de pesar en lugar de contar dinero, de la cual han surgido varias de las denominaciones m�s familiares, como el hebreo "shekel", el griego "talento", el franc�s "livre" y la libra inglesa.

�La idea fundamental es la de pagar. ( JA Alexander. )

La locura del hombre como trabajador

I. AQU� EST� EL RECONOCIMIENTO DEL HECHO DE QUE EL HOMBRE ES UN TRABAJADOR VOLUNTARIO. "La apelaci�n implica que �l es" libre tanto en el gasto de su "dinero como en el procesamiento de su" trabajo ". Cada parte del universo funciona, pero solo el hombre es un trabajador libre. Trabaja, no como lo hacen los cuerpos materiales, por una fuerza externa, ni como brutos, por impulsos ciegos, sino por su propio prop�sito deliberado, por elecci�n y plan. Hay al menos cuatro, consideraciones que unen, con lazos indisolubles, nuestra fe a la doctrina de la acci�n voluntaria del hombre.

1. No es imposible para el Todopoderoso crear un ser que sea completamente libre en acci�n.

2. Existe una probabilidad antecedente de que �l creara tal ser. Una criatura dotada de esta independencia de acci�n ser�a de todas las criaturas m�s parecida a �l, m�s preparada para mostrar Su gloria. Y como �l cre� el universo para la manifestaci�n de �l mismo, �no ser�a probable que, teniendo el poder para hacerlo, ahora te pareciera a ti �, dice el filos�fico Saj�n, el Rey Alfredo,� si hubiera un rey muy poderoso, y no ten�a hombres libres en todo su reino, pero �todos eran esclavos? �Entonces �dije yo�, no pensar�a yo que no es justo ni razonable que s�lo le atiendan hombres que se encuentran en una condici�n servil.

"Entonces", dijo, "ser�a m�s antinatural si Dios, en todo Su reino, no tuviera ninguna criatura libre bajo su poder". Por lo tanto,. Hizo dos criaturas racionales, �ngeles y hombres libres, y les dio el gran regalo de la libertad.

3. La constituci�n mental del hombre parece proporcionar esta libertad de acci�n. El hombre est� formado de tal manera que siempre act�a con un prop�sito.

4. La conciencia del hombre universal atestigua el hecho de la libertad humana.

II. AQU� EST� EL RECONOCIMIENTO DEL HECHO DE QUE EL HOMBRE COMO TRABAJADOR VOLUNTARIO DEBE APUNTAR A LOGRAR EL FORTALECIMIENTO MORAL Y SATISFACER EL BIEN. �Qu� es el pan moral? Pregunte primero cu�l es la fuerza del alma, la resistencia moral. Devoci�n. �D�nde est� el "pan" que fortalece y satisface el alma? Cristo dice: "Yo soy el pan de vida".

III. AQU� EST� EL RECONOCIMIENTO DEL HECHO DE QUE EL HOMBRE, COMO TRABAJADOR VOLUNTARIO, FRECUENTEMENTE APLICA MAL SU PODER. Gasta su "dinero" en lo que no es "pan" y su trabajo en lo que "no satisface". �Qu� es gastar tu propiedad y tu trabajo en vano?

1. Luchar por el poder como el fin principal es hacerlo.

2. Luchar por la riqueza como el fin principal es hacerlo.

3. Esforzarse por alcanzar el conocimiento como fin principal es hacerlo. Ni las ideas cient�ficas, ni las creaciones po�ticas, ni los adornos art�sticos son pan.

4. Luchar por la felicidad como fin principal, es hacerlo. De este tema podemos inferir:

(1) La inmensa cantidad de trabajo humano in�til que se realiza constantemente en el mundo.

(2) El bienestar del hombre no consiste en la forma de su trabajo, sino en el principio que lo inspira y lo controla.

(3) La exquisita adecuaci�n del cristianismo a la condici�n del hombre. ( Homilista. )

Locura y sabidur�a

I. UN CURSO TONTO QUE DEBE EVITARSE,

II. UN M�TODO SABIO QUE SE DEBE SEGUIR. ( RW Pritchard, Ph. D. )

La provisi�n de Dios para la necesidad del hombre

�Cu�l es la forma que tiene el hombre de satisfacer esta gran necesidad? Gastar dinero y trabajo por lo que no satisface; en otras palabras, utilizando todos los medios que pueda disponer, salvo los �nicos medios correctos y verdaderos, para satisfacer los anhelos de su naturaleza inmortal; un curso que resultar� fatal para sus intereses inmortales si persiste en �l. Pero Dios se encuentra con �l y ...

I. DESAF�A ESTE ERROR FATAL. ��Por qu� gastan dinero�, etc. El �por qu� del texto implica tres cosas de parte de Dios, - condescendencia benigna; sorpresa; y reprensi�n gentil. La verdadera vida es imposible donde no se come el pan de vida.

1. La observaci�n lo prueba.

2. La experiencia sostiene la misma verdad.

3. La historia ilustra el mismo hecho.

4. La Biblia afirma la misma doctrina.

II. LOS HOMBRES QUE BUSCAN ESTAS COSAS COMO EL M�S ALTO BIEN SE ENCUENTRAN EN UN ESTADO DE HAMBRE E INESTIMA CONSTANTES. No es pan, no "satisface".

III. EL PLAN DE DIOS DE CUMPLIR LOS VERDADEROS DESEOS DEL ALMA. Se usan tres t�rminos de importancia similar, y que son de primera importancia para nosotros, si queremos ponernos en armon�a con el plan de Dios en relaci�n con nuestro bien, "Escucha", "escucha" e "inclina tu o�do". Estos t�rminos implican humildad, docilidad y atenci�n reverente.

1. Dios atribuye al hombre la capacidad de recibir y obedecer sus comunicaciones.

2. Dios le habla al hombre, le revela su voluntad, desarrolla su manera de satisfacer las necesidades m�s profundas de nuestra naturaleza.

3. Estas comunicaciones Divinas se relacionan con nuestro mayor bien. "Comed lo bueno".

4. Estas provisiones son muy abundantes. �Que tu alma se deleite en la gordura�. �Delicia� y �gordura� son dos palabras muy prol�ficas y proporcionan a la fantas�a un rango casi ilimitado.

5. Hay vida a trav�s de la obediencia al plan divino. "Oye, y tu alma vivir�".

6. Las bendiciones que Dios ofrece son duraderas y excelentes. �Har� un pacto eterno contigo�, etc. �Un pacto eterno� apunta a la inmutabilidad de Dios y a que est� siempre dispuesto a redimir todas las promesas de su amor y misericordia. �Cu�l deber�a ser la actitud del alma hacia Dios mientras �l hace estas ricas comunicaciones? �Escucha con atenci�n�, �Inclina tu o�do�, �Ven a �l.

��Qu� llamativa la orden! Primero se detiene la atenci�n, luego se absorbe, luego el alma se acerca a 'Dios con profundo inter�s en la revelaci�n, lista para recibir la gracia ofrecida. ( J. Higgins. )

Lo falso y verdadero en el placer

I. EL FALSO.

1. Lo falso es caro. Todo placer falso se busca en una u otra de las siguientes fuentes: gratificaci�n sensual, riqueza secular o fama popular, cada una de las cuales es muy cara. Cuestan lo que es infinitamente m�s precioso que el oro: tiempo, energ�a, paz moral, independencia mental y, con frecuencia, salud.

2. Lo falso no es sustento: no es "pan". Si se obtuviera, no se fortalecer�a. No da fuerza mental: la sensualidad enerva el intelecto. El amor por las ganancias convierte al hombre en un estratega, no en un pensador. El aliento de Mammon es veneno para un intelecto libre, y el amor a la fama llena la mente con el sentimiento malsano de la vanidad; ni da fuerza espiritual - fuerza para resistir la tentaci�n - para soportar pruebas - para ayudar a la humanidad - para servir a Dios - para enfrentar la muerte. Destruye esto.

3. Lo falso no es satisfactorio. "No satisface".

II. LA VERDAD.

1. El verdadero placer consiste en las comunicaciones espirituales de Dios. �Escuchadme atentamente�, etc. En este lenguaje se implican tres cosas: -

(1) Que Dios ha hecho comunicaciones espirituales al hombre. Esto es un hecho. Son la sustancia de la Biblia.

(2) Ese hombre tiene la capacidad de apreciar estas comunicaciones. Un argumento maravilloso este a favor de la dignidad nativa del alma.

(3) Que para apreciar estas comunicaciones se requiere el estudio m�s diligente. La Biblia es un libro dif�cil que desaf�a la concentraci�n del poder intelectual.

2. Que el placer as� obtenido es de la m�s alta descripci�n concebible.

(1) Esencialmente excelente: "bueno".

(2) Abundantemente suficiente: "se deleita en la gordura".

(3) Vivir espiritualmente - "tu alma vivir�".

3. Que la continuaci�n de este, el mayor placer, est� garantizada por la solemne seguridad de Dios. �Y har� un pacto eterno contigo�. He aqu� una promesa de su perpetuidad. Si una promesa no se cumple, debe ser por una de estas tres razones: o porque el autor no fue sincero cuando se hizo, o porque posteriormente cambi� de opini�n o careci� del poder necesario para rescatar la promesa. Ninguna de estas suposiciones es admisible; por lo tanto, este verdadero placer es eterno. ( Homilista. )

Comida para el alma

1. Todo lo que tiene vida debe tener alimento.

2. El hombre tiene la naturaleza y los deseos de un animal. Tambi�n tiene una naturaleza superior que se aferra a la verdad y a Dios. Por lo tanto, tiene que preocuparse por una doble vida.

3. El texto significa que ponemos mucho en un lado de la vida, esperando en vano un equivalente de felicidad en el otro. El alma debe tener otro alimento.

4. Para esta necesidad hay una especie de disposici�n de frontera en las formas de la Iglesia. Pero la religi�n no puede quedarse en esta frontera.

5. As� que llegamos a la verdad de que la vida de las sopas est� en Dios. ( HW Thomas, DD )

Necia negligencia y trabajo infructuoso

1. Todo el bien que Cristo ofrece y todos los t�rminos de gracia en los que ofrece son a veces despreciados y rechazados por los pecadores.

2. Los pecadores trabajan y comercian con empe�o por cosas vanas e in�tiles, cuando se les ofrecen las grandes cosas de Cristo.

3. Todo el costo que los hombres ponen, y todos los dolores que los hombres hacen para salvarse de cualquier cosa que no sea de Cristo, o de cualquier otra manera que no sea la manera de Cristo, son completamente infructuosos. ( O. Sedgwick, BD )

La locura de perseguir lo que no satisface

I. TODAS LAS DEM�S COSAS, ADEM�S DE LAS QUE CRISTO OFRECE, SON VANAS E IN�TILES.

II. LOS PECADORES LOS SIGUEN DEFECTUOSAMENTE, cuando a�n Cristo les ofrece el mayor bien para sus almas.

III. POR QU� LOS PECADORES HACEN ESTO.

IV. LO EXTREMO DE ESTO. ( O. Sedgwick, BD )

"Sin pan"

El t�rmino hebreo, "para lo que no es pan", se lee m�s correctamente, "para lo que no es pan". Significa que en lo que los hombres gastan sus energ�as es �sin pan�, es el negativo del pan; es todo lo contrario del pan. Es lo que no solo no alivia nuestra hambre, �sino que nos da m�s hambre! No llena nuestro vac�o, pero nos deja m�s vac�os que nunca. �No solo no satisface, sino que nos hace m�s insatisfechos! As� como el agua salada no solo no logra calmar la sed, sino que la agrava. ( COMO Gumbart. )

Escuchadme atentamente

Escuchar y comer

Se nos llama la atenci�n sobre dos pensamientos, que indican los pasos por los cuales nos adentramos en esa experiencia bendita en la que podemos ser conscientes de haber recibido el don de Dios.

1. Debemos escuchar con atenci�n. �Escuchadme atentamente�. Es decir, escuche con intenso deseo y af�n. En el tercer vers�culo Dios dice: �Inclina tu o�do y ven a m�. Esta palabra "inclinaci�n" es una palabra fuerte; lleva consigo la idea de estirar el cuello, como quien escucha con ansiedad, con impaciencia, o como un sabueso en la persecuci�n.

2. Lo segundo es comer. "Comed lo bueno". ( COMO Gumbart. )

Debe prestarse atenci�n al llamado de Dios

Hay seis argumentos que utilizar�a para persuadirle de que acepte este consejo.

1. Cristo le ofrece las mejores cosas, mejores cosas de las que el mundo puede ofrecerle.

2. Cristo te ofrece las mejores cosas para ti.

3. Podr�as tener estas cosas terrenales en mejores condiciones si pudieras cerrar con las cosas que ofrece Cristo.

4. Solo Cristo es una porci�n, infinitamente mejor que todo el mundo solo.

5. Perder�s a Cristo, y tambi�n todas estas cosas del mundo, si descuidas a Cristo y prefieres las cosas del mundo antes que �l.

6. No puede realizar ambas operaciones juntas. ( O. Sedgwick, BD )

Escuchando

Hay cinco cosas que esa palabra denota.

1. Tomar en nuestros o�dos sonidos, palabras, mensajes, informes que se nos hablan.

2. A veces, o�r es lo mismo que comprender.

3. A veces lo mismo con creer.

4. A veces para considerar y aprobar.

5. A veces obedecer, seguir lo que se dice. ( O. Sedgwick, BD )

Escucha diligente a Cristo

I. LO QUE CONTIENE ESTA ESCUCHA DILIGENTE A CRISTO. En �l escucha diligentemente a Cristo.

1. Quien observa cuidadosa y respetuosamente a Cristo en sus generosas ofertas.

2. Quien considera seriamente todas las bonitas ofertas de Cristo.

3. Quien juzga altamente las ofertas de Cristo.

4. Que obedece a la voz de Cristo.

II. C�MO PUEDE PARECER QUE JESUCRISTO ES EL M�S GANADO E IMPORTANTE CON LOS PECADORES, para escucharle diligentemente.

1. Por las gradaciones de su trato con los pecadores.

(1) Les abre y proclama el camino de la vida y la felicidad ( Juan 14:6 ).

(2) �l les presenta esta salvaci�n ( Hechos 13:26 ).

(3) Les anima a venir de la certeza de todo bien, de la gracia de sus propios t�rminos �Venid y comprad sin dinero y de la aceptaci�n de sus personas ( Juan 6:37 ).

(4) Les ruega que le escuchen ( 2 Corintios 5:20 ).

(5) Les ordena con autoridad que obedezcan Su voz ( 1 Juan 3:23 ).

(6) Los seduce con todo tipo de promesas.

(7) Les muestra la grandeza e inevitabilidad de su peligro, si se niegan a escuchar ( Juan 8:24 ; Hebreos 2:3 ).

(8) �l amenaza expresamente con una condenaci�n perentoria, si los pecadores no escuchan ( Marco 16:16 ).

(9) Proporciona a los embajadores toda clase de dones para que puedan negociar, tratar, cortejar y trabajar para que los pecadores escuchen.

(10) Se contenta con pasar por alto todos los d�as de ignorancia.

(11) Deja entrar una luz en sus mentes que les muestra una necesidad personal y absoluta de �l mismo.

(12) �l refuta, refuta y averg�enza todos los argumentos carnales de los pecadores.

(13) �l afecta el coraz�n y la voluntad de los pecadores por muchos esfuerzos de Su Esp�ritu.

(14) �l despierta al pecador somnoliento y descuidado con aflicciones especiales externas.

(15) Quebranta la conciencia de los pecadores, para que caigan sobre ellos los t�rminos de Dios.

(16) �l corta toda su confianza en esta angustiosa condici�n, de modo que ning�n curso los aliviar�, callar� o ayudar�.

(17) �l aprovecha la oportunidad y, en esta condici�n quebrantada, env�a mensajeros de esperanza y misericordia al pecador ( Hechos 9:10 ).

(18) Responde a todos los temores y dudas de los pecadores, ambos con respecto a s� mismo ( 1 Juan 2:1 ; Apocalipsis 3:20 ); y con respecto a s� mismos, asegur�ndoles que ni la multitud de pecados anteriores ni la abundancia de las necesidades presentes obstaculizar�n la misericordia y la salvaci�n, si escuchan y vienen.

(19) �l presenta ejemplos de c�mo los pecadores se han beneficiado al escucharlo y acudir a �l, por ejemplo, el carcelero, Mar�a Magdalena, Saulo de Tarso 1 Timoteo 1:16 ).

(20) Si ninguno de estos prevalece con los pecadores para escuchar, entonces Cristo se despide de ellos por completo con suspiros y l�grimas ( Lucas 19:41 ).

2. Por las cualidades de Su voz. Est�&mdash

(1) una voz sencilla, f�cil de entender.

(2) Una voz aguda ( Juan 7:37 ).

(3) Largo y paciente ( Romanos 10:21 ).

(4) En temporada y fuera de temporada.

(5) R�pido. Al o�do, de all� a la mente, de all� a la conciencia.

(6) Exposici�n.

(7) Muy apremiante.

III. LO QUE JESUCRISTO ES TAN IMPORTANTE CON LOS PECADORES PARA ESCUCHARLE. Hay razones para esto:

1. Respecto a los pecadores.

(1) Por su torpeza y lentitud.

(2) Porque los pecadores son descuidados.

(3) Porque son muy imposibles de ense�ar.

(4) Porque est�n atrasados ??para escuchar y aceptar sus ofertas de gracia.

(5) Porque son muy perversos y desesperados ( Zacar�as 7:11 ; Hechos 7:51 ).

2. Con respecto a Cristo mismo.

(1) Porque �l es Cristo, lleno de compasi�n.

(2) Porque conoce la condici�n de nuestras almas:

(a) su valor,

(b) su condici�n perdida,

(c) la ira que ciertamente caer� sobre las almas desobedientes,

(d) donde reside la verdadera felicidad,

(e) la dificultad de ganar almas,

(f) qu� poder tiene Satan�s con nuestras almas. ( O. Sedgwick, BD )

Come lo bueno

Alimentarse de la Palabra

I. Aqu� hay COMIDA, comed lo bueno �.

1. �C�mo se nos presenta? Libremente. Hubo una palabra sobre comprar; pero eso pronto fue encubierto con "Compre sin dinero y sin precio". Si bien se presenta as� libremente en cuanto a cualquier trabajo con el que adquirirlo, tambi�n se presenta libremente en cuanto a su calidad, su m�s alta calidad. No se le permite beber agua libremente y luego comprar vino. Los manjares m�s ricos de la casa de Dios son tan gratuitos como el pan que �l da a las almas hambrientas. La �nica limitaci�n es ninguna limitaci�n en absoluto: "�Eh, todo el que tiene sed!"

2. �Qu� es esta comida?

(1) La Palabra de Dios.

(2) Mejor a�n, el Verbo de Dios encarnado.

(3) La gracia de Dios.

3. �Cu�l es la naturaleza de este alimento? Est� en todos los sentidos de la palabra "bueno". Es satisfactorio. Es puro; ning�n da�o puede venir por comerlo. Esta comida celestial es buena para ti en cualquier momento, buena para tu vida, buena para tu muerte. Todos los dem�s alimentos que buscan los hombres son insustanciales; pueden hartarse, pero no pueden satisfacer; pueden empalagar, pero no pueden contentarse; pero la comida que ha bajado del cielo, si un hombre la ingiere, ser� la mejor comida que jam�s haya comido.

Adem�s, este alimento se describe aqu� como gordo. �Que tu alma se deleite en grosura�. Dentro de la Palabra de Dios, hay ciertas verdades m�s selectas; en Cristo, hay ciertos gozos m�s selectos; en gracia, hay ciertas experiencias m�s selectas de las que los hombres creen al principio.

II. Aqu� est� ALIMENTACI�N. Una de las palabras m�s importantes de nuestro texto es esa peque�a palabra "comer". La comida no sirve de nada hasta que se come. No deber�a necesitar ninguna instrucci�n sobre este punto. Llevamos a muchos hu�rfanos al orfanato, y algunos de ellos son muy ignorantes, y tenemos que ense�arles muchas cosas; pero no tenemos clase para ense�arles a comer. Si los hombres tuvieran hambre, sabr�an c�mo comer, si tuvieran el pan.

Es porque los hombres no tienen realmente hambre a causa del pecado que vienen y nos preguntan: "�Qu� quieres decir con comer?" Sin embargo, es posible que algunos sean sinceros al hacer la pregunta, as� que la responder�.

1. Comer es creer.

2. Comer es principalmente apropiado.

3. El proceso completo de comer incluye la digesti�n. �C�mo digiero la Palabra de Dios? Cuando lo medito.

4. Alimentar tambi�n significa confiar plenamente en Cristo.

III. BIENVENIDO. �Qu� dice el Se�or? �Comed lo bueno, y deleite vuestra alma en la grosura.

1. Aqu� no hay escasez. No se dice: �Aqu� hay un par de escamas; aqu� hay un plato; aqu� hay un cuchillo. La ley te permite tantas onzas de carne, solo una cantidad, y no debes tener media onza. Nada de eso. Simplemente lo llevan a la mesa y la exhortaci�n es: "Come hasta el contenido de tu coraz�n".

2. Como no hay stint, tampoco hay reserva. No se dice: �Ahora puedes comer esas dos cosas; pero no debes tocar ese delicioso bocado de all�; eso es para el favorito en particular, no para ti ". No, cuando Dios te invita a Su mesa, es posible que tengas cualquier cosa sobre la mesa.

3. As� tambi�n, la fiesta no tiene fin. �Sigue deleit�ndote con la gordura. Nunca lo gastar�s todo ". Una vez le� sobre un pa�s, aunque apenas cre�a en su descripci�n; porque se dec�a que la hierba crec�a m�s r�pido de lo que las vacas pod�an comer. Bueno, hay un pa�s que yo conozco, donde la hierba crece m�s r�pido de lo que las ovejas pueden comerla. Puedes comer todo lo que quieras de la Palabra Divina; pero encontrar� que queda m�s de lo que ha tomado; y parece como si hubiera m�s despu�s de haberlo tomado, como si la hierba se hiciera m�s profunda a medida que se alimentaba m�s vorazmente de ella.

IV. DELEITE.

1. No hay peligro en el gozo santo, en deleitarse en la Palabra de Dios y deleitarse en Cristo.

2. No habr� holgazaner�a ni ego�smo producido por esta alimentaci�n con grasa.

3. � Ojal� alcances tambi�n un sentido de santa seguridad!

4. � Entonces, que pueda entrar en un estado de perfecto descanso!

5. � Que t� tambi�n entres en un estado de completa resignaci�n a la voluntad de Dios!

6. Que se llene de una feliz expectativa. ( CH Spurgeon. )

La mejor comida del alma

I. LA RAZ�N DE LA EXHORTACI�N EN NUESTRO TEXTO: �Comed lo que es bueno� y que vuestra alma se deleite en la gordura.

1. La inmensa abundancia de Dios en Cristo Jes�s. La invitaci�n que se da aqu� ES de acuerdo con el car�cter del Dios que la da.

2. La abundante provisi�n que ha hecho para suplir nuestras necesidades. Si alguno de ustedes prepara un banquete, ser�a muy penoso para ustedes que sus amigos no comieran lo que ustedes les dieron. Es el coraz�n mismo de Dios hablando en estas palabras, y es la provisi�n de la gracia de Dios que dice ser consumida.

El amor de Dios suplica que lo que �l ha provisto tan generosamente no se pierda ni se desperdicie.

3. El deseo divino de compa�erismo. Casi siempre, cuando se habla de comuni�n en relaci�n con Dios, se utilizan expresiones que se refieren a comer. La comuni�n comienza, por as� decirlo, en la Pascua, en la comida del cordero. En el tabern�culo del desierto, no todas las ofrendas se quemaban sobre el altar; muchos de ellos fueron participados tanto por el oferente como por el sacerdote, y por Dios representado por la llama devoradora.

Entonces, cuando Jes�s instituy� esa bendita cena conmemorativa, ��l dijo a sus disc�pulos acerca del pan:� Tomen. come;" y, en cuanto a la copa, "Bebed de ella toda". Cuando, en el Apocalipsis, le dijo al �ngel de la iglesia en Laodicea: "He aqu�, yo estoy a la puerta y llamo". ya saben c�mo contin�a diciendo: �Si alguno oye Mi voz y abre la puerta, entrar� a �l y cenar� con �l y �l conmigo. Esta parece ser la imagen favorita de Dios para expresar compa�erismo.

4. Nuestras muy grandes necesidades. Debes comer, as� que "comed lo bueno". Tu alma necesita el mejor alimento, as� que �deleita tu alma en grosura�, en los bocados gordos y delicados que el gran Dios, que nos comprende mejor que nosotros mismos, nos ha provisto tan generosamente.

5. Nuestra extrema necedad. �Qu� animal tan est�pido debe ser el hombre para necesitar que se le diga que coma y se le insta a comer lo que es bueno! El corderito, en el prado, apenas ha venido al mundo cuando descubre d�nde est� la leche de su madre, y muy pronto comienza a cosechar la tierna hierba y a buscar alimento para s� mismo. La mayor�a de las criaturas, por lo que llamamos instinto, descubren su propio alimento natural; pero aqu� est� el hombre, tan tonto, tan loco, mucho m�s salvaje que el potro del asno salvaje, que necesita que le digan que coma, espiritualmente.

Una parte de la necedad humana radica en el hecho de que tan a menudo buscamos lo que no es bueno para nosotros, de modo que el Se�or tiene que decirnos: "�Por qu� gastan dinero en lo que no es pan?" En las Escrituras se describe al hombre aliment�ndose de cenizas. No es solo que estemos dispuestos a comer lo que es malo, sino que no estamos dispuestos a comer lo que es bueno. Muchas personas escuchar�n lo que es bueno e incluso aceptar�n nuestra declaraci�n de que es bueno; pero no lo comen.

�Qu� es la alimentaci�n espiritual? Es la recepci�n interior de la verdad de Dios en el alma. Escuchar la verdad es, por as� decirlo, ver el pan. Pensar en la verdad es, por as� decirlo, cortar el pan y ponerlo en el plato. Pero esto nunca alimentar� a ning�n hombre; debe tomar el pan en sus entra�as, digerirlo y asimilarlo. Existe esta locura incluso en los propios hijos de Dios, que no comen lo que es bueno seg�n la abundancia inagotable y generosa que Dios provee. Deje que su alma se deleite en la gordura. Cu�n pocos minutos en un d�a dedicamos la mayor�a de nosotros a alimentar nuestras almas

6. Nuestros miedos. Hay muchos hijos de Dios que anhelan el alimento espiritual, pero temen ser culpables de presunci�n si lo comieran; por eso, cuando hay un trozo muy gordo que se le mete en la boca, dice: "No, eso no puede ser para m�", y se aparta de �l. Basta con mirar el texto: "Que tu alma se deleite en la gordura".

II. LOS BENEFICIOS DE OBEDECER EL MANDO DEL TEXTO.

1. El placer de hacerlo. �Que tu alma se deleite en la gordura.

2. El gran poder preservador del buen alimento espiritual. Nos ayuda a mantenernos alejados de la tentaci�n.

3. La comida espiritual reconforta a los dolientes. La analog�a de esto se encontrar� en Nehem�as 8:9 . De esto cantaba Mar�a: "A los hambrientos colm� de bienes".

4. Reaviva a los desmayados.

5. La alimentaci�n espiritual tambi�n es una gran fortaleza para el servicio.

6. Nos conviene alimentar a los dem�s. Ezequiel tuvo que ir y hablar a la casa de Israel en el nombre del Se�or; �recuerdas su preparaci�n para esa tarea, la universidad a la que fue? Vio una mano que sosten�a un rollo de libro, y una voz le dijo: �Hijo de hombre, come lo que encuentres; come este rollo, y ve y habla a la casa de Israel �. �l canaliza; predicar hasta que se haya comido el rollo.

Creo que, en los tribunales, los j�venes tienen que devorarse a s� mismos en la profesi�n; adem�s de todas las dem�s calificaciones, deben comer un cierto n�mero de cenas antes de poder obtener la certificaci�n completa. Es una regla extra�a con respecto a los atrios terrenales, pero es algo correcto y apropiado en los atrios celestiales.

7. Es la mejor forma de compa�erismo. Alim�ntense de la Palabra de Dios; sobre todo alimentarse del Verbo Encarnado; de lo contrario, no es posible que entre en una verdadera comuni�n espiritual con Dios.

8. Alimentarse de la Palabra es la mejor manera de promover la alabanza. Ya sabes c�mo comienza el Salmo 103: �Bendice, alma m�a, al Se�or; y todo lo que hay en m�, bendiga su santo nombre. Luego, un poco m�s adelante, el salmista dice: �El que satisface tu boca de bienes; para que tu juventud se renueve como la del �guila �. Un alma hambrienta no puede cantar bien; el alma que mejor canta las alabanzas de Dios es la que se ha deleitado con la grosura de la provisi�n divina. ( CH Spurgeon. )

"Gordura"

En las Escrituras, "gordura" se usa para denotar la comida m�s rica ( G�nesis 27:28 ; Job 36:16 ; Salmo 65:11 ), y por lo tanto es un emblema de las ricas y abundantes bendiciones que resultan del favor de Dios ( Salmo 36:8 ; Salmo 63:5 ). ( A. Barnes, DD )

El camino de la vida

El profesor George Adam Smith habla de lo que �l considera el mayor patetismo de nuestra vida en la tierra: es el hecho de que tantos millones de almas inconscientemente se mueren de hambre justo al alcance de la comida que necesitan. Solo tienen que estirar las manos y tomar el pan de vida, pero tienen las manos pegadas a los costados.

Una dieta inadecuada

Algunas mujeres alemanas han adquirido el h�bito de "naschen", es decir, de mordisquear confites y pasteles durante todo el d�a. Llevan cornetas de bombones en los bolsillos y las mordisquean continuamente. Nadie se sorprende de que sufran mucho de digestiones desordenadas y se pongan cetrinos, irritables y viejos antes de tiempo. Y �acaso el sentido com�n no nos ense�a que, cuando la gente alimenta su alma con una dieta de novelas, o de chismes, o de frivolidades de todo tipo, necesariamente debe sufrir de languidez de vida espiritual, debilidad de la digesti�n espiritual, fracaso de vitalidad y una progresiva par�lisis moral. ( Sra. HW Smith. )

Versículo 3

Inclina tu o�do

La voz de dios

Inclinar el o�do y escuchar diligentemente a Dios es seguir las ense�anzas divinas en cuanto a los objetivos y m�todos de la vida.

Y Dios tiene mil voces para los que escuchan.

1. La voz de la experiencia es Suya, y la experiencia es fuerte y enf�tica al asegurarnos que �si vivimos conforme a la carne, moriremos; pero si nosotros, por el Esp�ritu, mortificamos las obras de la carne, viviremos �.

2. La voz en el coraz�n y en la conciencia es Suya, y si escuchas en el silencio de la mente, oir�s los dulces acentos paternos hablando de tu m�s profundo afecto filial y diciendo: "Hijo m�o, dame tu coraz�n".

3. Y la voz de inspiraci�n es Suya, hablando a trav�s de aquellos que han visto m�s profundamente el significado Divino de la vida, y la conclusi�n de todo el asunto con ellos ha sido: �Teme a Dios y guarda sus mandamientos, porque esto es todo deber del hombre ".

4. Y la voz de Cristo "es la voz de Dios, y". �Jes�s se puso de pie y clam�, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a m� y beba. ( C. Corto, MA )

"Inclina tu o�do"

Sost�ngalo cerca de la boca del amable Orador. Est� dispuesto a escuchar lo que Dios tiene que decir. Saque esa lana de prefudicio que le ha impedido escuchar la voz de Dios ( CH Spurgeon ) .

El llamado y la promesa divina

La instituci�n del culto p�blico deriva un valor peculiar de su tendencia a disponer a los hombres a la voz de Dios.

I. LA GRACIOSA PROPUESTA DE DIOS. �Har� un pacto eterno contigo�, etc. El pacto aqu� propuesto es un pacto de promesa, es decir, un pacto en el que Dios promete otorgar gratuitamente a sus criaturas una variedad de las m�s grandes y necesarias bendiciones. Aqu� hay dos cosas que llaman nuestra atenci�n:

1. La extensi�n aqu� especificada de los compromisos del pacto. "Las misericordias seguras de David". Este pacto le fue descubierto por primera vez a Ad�n, m�s plenamente a Abraham, y m�s a�n a David, quien era un tipo eminente de Cristo.

Ahora ha venido Cristo, el David espiritual; cu�les son estas seguras misericordias, lo sabemos m�s plenamente. Pero est�n "seguros de misericordia", lo que conduce a:

2. El motivo de la dependencia. El pacto se basa en la bondad de Dios. Piense en la fidelidad de sus promesas; de su habilidad; de la prenda que nos ha dado. �El que no escatim� ni a su propio Hijo�, etc. Piensa en la gran nube de testigos que dan testimonio del car�cter divino, y les dir�n las misericordias sin excepci�n. Seguro en los efectos que producen. Seguro en todos los cambios. Estos nunca fallan. Seguro en otro estado de existencia, porque es un pacto eterno administrado por un Ser Eterno.

II. LOS MEDIOS DE NUESTRO ASEGURAR ESTAS SEGURAS MERCICIAS DE DAVID. �Inclina tu coche y ven a M�.

1. La Persona que habla debe inducir la atenci�n. Es el Se�or, nuestro Creador, Conservador, Redentor.

2. El inter�s que tenemos en el tema debe inducir la atenci�n.

3. Nuestra atenci�n debe llevarnos a Dios. �Inclina tu o�do y ven a M�.

4. Los asuntos asombrosos que dependen de nuestra obediencia deber�an llevarnos de inmediato a obedecer. "Oye, y tu alma vivir�". ( J. Bolton, BA )

El propio llamado del evangelio de Dios

Este cap�tulo tan memorable puede llamarse el propio serm�n del Evangelio de Dios.

I. DOS PRECEPTOS SALVADORES, que se te imponen. Estos son de car�cter sencillo.

1. "Inclina tu o�do". Esto se coloca en otra forma, �Escuchadme atentamente; oye, y tu alma vivir�. Tienes o�dos para o�r, por tanto, oye. Considere y piense en las cosas eternas. Piense en los asuntos divinos como Dios los presenta. Esta atenci�n, esta escucha, debe ser sincera, honesta, continua, seria y creyente.

2. El segundo precepto surge del primero: �Venid a m�. "�C�mo puedo acercarme a Dios?" dice uno.

1. Ven, al menos, pensando mucho en �l.

2. Ven, por tus deseos.

3. Ven, por confesi�n de pecado.

4. Ven en oraci�n humilde y creyente. Estos son los dos preceptos: "Escucha" y "Ven". No son exigentes ni irrazonables.

II. Para animarte, y ven a mi segundo encabezado, que trata sobre PROMESAS SALVADORAS. Aqu� hay dos promesas correspondientes a los dos preceptos:

1. "Tu alma vivir�".

2. "Har� un pacto eterno contigo".

(1) Observe c�mo �l promete relaciones sexuales condescendientes. Est� en hebreo, �Cortar� un pacto. Los convenios se hicieron cortando a la v�ctima en dos, y quienes hicieron un convenio pasaron entre las dos mitades del sacrificio para asegurar el convenio. El Se�or, en efecto, dice: �Pobre, miserable pecador, t� que no tienes ni un centavo para comprar agua, si vienes a M�, har� un pacto y un pacto sagrado contigo.

(2) Dios est� listo para celebrar un contrato vinculante contigo.

(3) Dios entrar� as� en una alianza interminable contigo.

(4) Comparamos lo que le da al pecador con lo que le hizo a David ( 2 Samuel 23:5 ). El pacto est� todo en Cristo.

III. Inste a los propios PLACERES SALVADORES del Se�or.

1. Dios mismo te habla.

2. Tu d�a de misericordia no ha terminado ( Isa�as 55:6 ).

3. �l est� listo y dispuesto a perdonar todas tus ofensas pasadas ( Isa�as 55:7 ).

4. Luego viene el gran persuasivo de la magnanimidad de Dios ( Isa�as 55:8 ).

5. Escuche c�mo el Se�or aboga por el poder de Su Evangelio ( Isa�as 55:10 ). Escuche la voz de Dios y d�jela entrar en su coraz�n; entonces te vivificar� y te salvar� con tanta seguridad como el sol y la lluvia riegan la tierra.

6. El Se�or persuade a los hombres a venir a �l dici�ndoles del gozo que obtendr�n al venir ( Isa�as 55:12 ).

7. �l te llama a �l por la naturaleza eficaz de Su obra ( Isa�as 55:13 ). ( CHSpurgeon. )

El llamado de Dios a los necesitados y pecadores

I. UNA INVITACI�N, dirigida a nosotros por el mismo Jehov�, para que le escuchemos diligentemente, inclinemos nuestro o�do y vengamos a �l. Hay algo peculiarmente conmovedor en las invitaciones de la Palabra de Dios que, si los hombres se detuvieran y reflexionaran, no dejar�an de impresionar sus corazones. �Escuchadme atentamente�, dice Dios; �Inclina tu o�do. �l los tomar�a, por as� decirlo, a cada uno por separado por s� mismo, y razonar�a y aconsejar�a con ustedes.

Los asuntos que tratar�a con usted son demasiado importantes para ser tratados en una multitud, demasiado sagrados para ser discutidos en medio del ruido y el bullicio de las ocupaciones mundanas. El Se�or har� que los pecadores �vengan� a �l; �l aniquilar� toda distancia entre sus almas y �l; �l har� que usted lo lleve a una relaci�n y comuni�n m�s cercanas con �l; �l te tendr� no solo al escuchar Su voz, sino tambi�n en Su abrazo.

II. LAS RAZONES DE NUESTRO CIERRE CON ESTA INVITACI�N son dos, y cada una de ellas tiene mucho peso.

1. Ser�s muy beneficiado si sigues la direcci�n del Esp�ritu Divino, y vas a una conferencia con Dios y aceptas sus t�rminos. Tu alma se deleitar� en grosura. Tu alma vivir� ".

2. Rechazar la oferta es perder el alma. ( AB Davidson, DD )

Salvaci�n por el o�do

Dios ha ordenado, como para cruzar al diablo, que as� como la muerte entr� en el mundo a trav�s del autom�vil, por nuestros primeros padres que escucharon a ese anciano asesino, as� la vida debe entrar en el alma por la misma puerta. ( J. Trapp. )

Escucha, y tu alma vivir�

La vida m�s alta

La vida es m�s que una mera existencia; es la actividad natural, saludable y alegre de cada parte del ser. Es la vida eterna. ( Edad cristiana. )

El camino a la vida

I. EL MENSAJE IMPL�CITO. Cuando se nos ordena �escuchar�, se supone que se habla algo: hay una voz que, de una forma u otra, se dirige a nosotros. Esta no es otra cosa que la voz de Jehov�, el Dios de verdad, el Dios de amor, el Dios de toda paciencia y consolaci�n. Nos habla en Su buena Palabra.

II. LA MIRADA QUE ESTE MENSAJE EXIGE. "Escuchar." No puede haber ning�n error en entender esto literalmente; y, desde este punto de vista, condena a los que no escuchan el Evangelio cuando se les presenta y tienen la oportunidad de escucharlo. Tambi�n reprende a los que s�lo escuchan ocasionalmente el Evangelio. Pero en el texto, o�r m�s significa que su presencia en el lugar donde se predica el Evangelio.

1. Escuche con atenci�n. As�, la expresi�n es variada, tanto en este vers�culo como en el anterior: �Escuchadme atentamente; inclina tu o�do �, como personas peculiar y estrechamente atentas. Algunas se�ales de falta de atenci�n, bajo el sonido del Evangelio, son bastante obvias. Pero no siempre podemos juzgar la atenci�n por las apariencias externas. Entonces, escuchar� con atenci�n, cuando est� profundamente convencido de la verdad de lo que oye; cuando sienta su enorme importancia; cuando est� completamente satisfecho de que la palabra del Evangelio es en verdad la Palabra de Dios.

2. Escuche con cari�o. Es una gran cosa amar el Evangelio. Cuando el Evangelio se escucha con afecto, hay una seria preocupaci�n por disfrutar de sus invaluables bendiciones: el prejuicio cae ante �l; hay una creciente conformidad con �l.

3. Escuche con aplicaci�n creyente.

4. Escuche con obediencia obediente. Esto, de hecho, est� casi aliado con lo que se ha mencionado por �ltima vez, pero incluye algo m�s. Por eso se dice: �Inclina tu o�do y ven a m�, no solo crea que estas bendiciones de salvaci�n est�n adaptadas a tu estado y est�n listas para tu recepci�n, sino que apl�calas a Aquel que las tiene para otorgar. �l es "el Autor de la salvaci�n eterna"; �a quien? �A todos los que le obedecen�.

5. Escuche con humilde oraci�n.

III. LA VENTAJA PROMETIDA. "Tu alma vivir�". Aqu� se pueden observar varias cosas.

1. Es una ventaja personal. Muchas ventajas son relativas y distantes. Las personas pueden acudir a diversos medios con miras al bien de los dem�s. Pero esta ventaja es personalmente suya.

2. Es una ventaja espiritual. Tu alma." Beneficiar al cuerpo es algo; preservar su vida, mantener y mejorar su salud, son objetos de actualidad; pero se hunden en la nada comparados con lo que se relaciona con el alma.

3. Es una gran ventaja. "Tu alma vivir�". Todos tenemos alguna idea de lo que es la vida y sabemos lo mucho que se valora. Esta ventaja debe ser de peculiar magnitud, ya que el alma es indeciblemente m�s excelente que el cuerpo y la eternidad es de un momento infinitamente m�s elevado que la fugaz sombra del tiempo. �La vida del alma! �Qu� denota? �Qu� incluye? El comienzo de la vida del alma est� en la regeneraci�n.

4. Es una ventaja segura. Solicitud:

1. Se le presenta el mensaje del Evangelio.

2. �Cu�l es la consideraci�n que le est� dando a este mensaje?

3. �Cu�l es su experiencia con esta ventaja? ( T. Kidd. )

Vida en cristo

I. QU� VIDA ES LA QUE TENDR� UN ALMA AL LLEGAR A CRISTO.

II. C�MO SE PUEDE DEMOSTRAR QUE VIVIR� EL ALMA QUE OYE Y VIENE A CRISTO. ( O. Sedgwick, BD )

Y har� un pacto eterno contigo

El pacto con Israel

No se requiere nada de parte de Israel sino escuchar y venir y recibir; a trav�s de ellos, llega a ser impregnado de nueva vida, y Jehov� le presenta un pacto eterno, a saber, las misericordias inmutables de David. ( E. Delitzsch, DD )

Doce misericordias del pacto

I. CONOCIMIENTO SALVADOR ( Jeremias 31:31 ).

II. LA LEY DE DIOS ESCRITA EN EL CORAZ�N ( Jeremias 31:33 ).

III. PERD�N GRATIS (fin de Jeremias 31:34 ).

IV. RECONCILIACI�N ( Jeremias 32:38 ).

V. VERDADERA PIEDAD ( Jeremias 31:39 ).

VI. CONTINUACI�N EN GRACIA ( Jeremias 31:40 ).

VII. LIMPIEZA ( Ezequiel 36:25 ).

VIII. RENOVACI�N DE LA NATURALEZA ( Jeremias 31:26 ).

IX. SANTA CONVERSACI�N ( Jeremias 31:27 ).

X. FELIZ DESODORAMIENTO DE S� MISMO ( Jeremias 31:31 ).

XI. COMUNI�N CON DIOS ( Ezequiel 37:26 ).

XII. CASTIGO NECESARIO ( Salmo 89:30 ). ( CH Spurgeon. )

Pacto de dios

Deber�amos escuchar mucho menos de las dudas y temores de los cristianos acerca de su propia aceptaci�n, si pensaran m�s en Dios y Su acto, Su llamado, Su promesa y Su pacto, que en su propia indignidad, que, de hecho, se asume francamente. a lo largo de. ( GAChadwick, DD )

Las seguras misericordias de David

"Las misericordias seguras de David:"

�Las misericordias seguras de David:� es decir, las misericordias (bondades amorosas) prometidas irrevocablemente a David y su casa (comp. 2 Samuel 23:5 ; Salmo 18:50 ; Salmo 89:28 ; Salmo 89:4 ), y el gran promesa a la que apuntan todos estos pasajes ( 2 Samuel 7:8 ).

La comparaci�n del pacto eterno con estas �misericordias� dav�dicas no puede significar simplemente que una sea tan segura como la otra. Es la identidad m�s que la comparaci�n lo que est� impl�cito, la idea es que el contenido del pacto es el mismo que las misericordias prometidas a David, y que ser� el cumplimiento de las esperanzas que se agruparon en torno a la dinast�a dav�dica. ( Prof. J. Skinner, DD )

"Las misericordias seguras de David"

�Qu� es este "pacto eterno"? �Cu�les son estas �misericordias seguras de David�? Dos tipos de autores merecen ser escuchados en este art�culo, aunque desde diferentes puntos de vista, el primero por su ignorancia y prejuicio, el �ltimo por su conocimiento e imparcialidad. Los primeros son los jud�os, quienes, a pesar de su obstinada ceguera, no pueden evitar reconocer que estas palabras prometen el advenimiento del Mes�as.

El rabino David Kimchi da esta exposici�n de las palabras: �'Las misericordias seguras de David', es decir, el Mes�as, a quien Ezequiel llama David, habitar�n en la tierra que les he dado, ellos y sus hijos y sus los hijos de los ni�os para siempre; y mi siervo David ser� su pr�ncipe para siempre �. Los otros autores, a quienes deber�amos escuchar por su conocimiento imparcial, son los escritores inspirados, y particularmente St.

Pablo, cuyo comentario sobre este pasaje, que dio en Antioqu�a de Pisidia, determina su significado. All�, el ap�stol, habiendo atestiguado la verdad de la resurrecci�n de Jesucristo, afirma que los profetas hab�an predicho ese evento; y, entre otros pasajes, que �l aleg� en prueba de lo que hab�a adelantado, cita esto: �Te dar� la misericordia segura de David� ( Hechos 13:34 ). ( J. Saurin. )

"Las misericordias seguras de David"

El Evangelio es la exhibici�n y el otorgamiento de todas estas bendiciones que fueron prometidas a David, como el tipo de Cristo, y sus antepasados ??seg�n la carne. Esas bendiciones son de hecho indescriptiblemente valiosas; en ellos est� la carta de nuestra esperanza y el testimonio de nuestra salvaci�n. Y esta consideraci�n, sobre todo, les agrega valor: son c, seguro ".

1. Seguro, en lo que respecta a la fuente de la que se derivan, el amor y la compasi�n del santo y eterno.

2. Seguro, en cuanto a la intenci�n de Aquel que nos las propone.

3. Seguro, por el precio al que se ofrecen. ( HJ Hastings, MA )

Versículos 4-6

He aqu�, lo he dado por testimonio al pueblo

Testigo; L�der; Comandante

1.

La mayor�a de las autoridades modernas sostienen que la persona de la que se habla en Isa�as 55:4 . es el David hist�rico, y que Isa�as 55:4 instituye un paralelo entre la posici�n que ocupaba en el mundo pagano de su tiempo y la que ocupar� Israel en el futuro; el pensamiento expresado, por tanto, es que la esperanza mesi�nica se transfiere de la dinast�a a la naci�n.

Driver afirma as� sucintamente el punto de vista: �Cuando David se convirti� en gobernante de las naciones sometidas ( 2 Samuel 8:1 ), el conocimiento de su religi�n, aunque imperfecto, se extendi� entre ellos; por lo tanto, fue un "testigo" para ellos. Esta posici�n de David se idealiza en Salmo 18:43 ('Me haces cabeza de naciones; un pueblo que no he conocido me servir�'); y la posici�n, as� idealizada, se ampl�a aqu� y se extiende en un sentido espiritual a Israel ( Isa�as 18:5 ) �.

2. Otros piensan que la referencia en Isa�as 18:4 es al futuro rey mesi�nico (a quien se llama David en Jeremias 30:9 ; Ezequiel 34:23 f.), Por lo que los dos vers�culos representan bajo dos aspectos la futura grandeza de Israel.

3. Algunos adoptan una posici�n intermedia, a saber, que Isa�as 18:4 se remonta a la promesa hecha a David, pero la considera como una destinada a cumplirse en la persona de su Hijo, el Mes�as. Es muy dif�cil decidir entre estas explicaciones contradictorias. El tercer punto de vista parece, en general, el mejor; el pacto original garantiza un dominio sin fin a la familia de David, y despu�s de la restauraci�n �ste asumir� un car�cter espiritual y se expandir� hasta convertirse en un imperio universal durante el reinado del Mes�as. ( Prof. J. Skinner, DD )

Cristo testigo del pueblo

Aquel que se puso de pie para dar testimonio solemne con respecto a Dios, a su ley, sus pretensiones y sus planes; y Uno que, por tanto, fue designado para ser Instructor, Gu�a y Maestro de los hombres. ( A Barnes, DD )

Testigo de Cristo el Padre

I. LAS CUALIFICACIONES QUE FUERON REQUISITAS. Un testigo es aquel que da testimonio, incluso a costa de la vida. Esto ha sido tan generalmente aceptado como su significado, que la palabra original "m�rtir" ha sido transferida a nuestro propio idioma, sin ninguna alteraci�n material de su significado, no es que toda persona que est� dispuesta a dar su vida sea, por lo tanto, un verdadero testigo, pero no puede ser un verdadero testigo sin �l. Adem�s de esto, se requieren muchos requisitos, y ahora examinaremos hasta qu� punto el Se�or Jesucristo los pose�a.

1. Debe haber sido testigo ocular de las cosas que relat�. Vino a dar testimonio de cosas que el mundo en general ignoraba por completo, y sobre las cuales no pod�a obtener informaci�n, excepto estando �ntimamente familiarizado con ellas. Pero el que "vino por testimonio, para dar testimonio de la verdad", podr�a decir: "Sal� del Padre y he venido al mundo". �Nadie ha visto a Dios jam�s; el unig�nito Hijo, que est� en el seno del Padre, �l le ha dado a conocer �.

2. Pero �l podr�a haber pose�do esta y cualquier otra calificaci�n sin la voluntad de comunicar lo que sab�a como testigo ocular. Y aqu� se manifiesta el inmenso amor de las tres Personas de la Trinidad hacia el hombre. El Padre lo presenta como su regalo a los pecadores: "He aqu�, yo lo he dado". El Hijo, ante su juez injusto, declara: �Para esto nac�, y para esto vine al mundo, para dar testimonio de la verdad. Y fue ungido con el Esp�ritu Santo y con poder para esta obra en particular.

3. Tambi�n se requiere en un testimonio que �l declare toda la verdad, y nada m�s que la verdad. En Apocalipsis 1:5 leemos: "Jesucristo es el Testigo fiel"; y en el tercer cap�tulo se llama a s� mismo "el Am�n, el Testigo fiel y verdadero". De ah� se sigue que Su testimonio debe contener toda la verdad necesaria: que la religi�n natural no es suficiente, que como es un testimonio, puede ser recibido solo por fe, y Dios no pone ning�n prerrequisito en el camino de un pecador que llega a la tierra. �l.

Que si bien este testimonio est� ante la mente, funciona eficazmente en todos los que creen, es decir , lo reciben como testimonio; y que, como vino de Dios, es el deber imperativo de todos los que escuchan, creerlo, y que Dios es justo al condenar a los que no creen.

II. LO QUE FUE ESA VERDAD A LA QUE LLEV� TESTIMONIO. "Yo he venido", dice �l, "una luz en el mundo, para que todo aquel que me sigue no ande en tinieblas, sino que tenga la luz de la vida". Con esto quiere decir que todo el mundo yac�a en tinieblas y sombra de muerte, "alejado de la vida de Dios por la ignorancia que hab�a en ellos, a causa de la ceguera de su coraz�n"; y fue para atacar la ra�z de toda religi�n falsa, y de toda forma confusa de la Suya, que se presenta como el �nico Testigo, quien, por su perfecto conocimiento de lo que hablaba, estaba calificado para ense�ar las verdades que la humanidad hab�a tan pervertido.

1. El Se�or Jesucristo vino a restaurar el verdadero conocimiento de Dios, y esto lo hizo testificando, en primer lugar, del car�cter del Padre, que "Dios es amor".

2. Habiendo dado testimonio as� al Padre, procede a dar testimonio de s� mismo. De s� mismo testific� que era el Mes�as prometido y que, aunque hombre, tambi�n era Dios.

3. El Se�or Jes�s tambi�n fue un Testigo al declarar que era la fe en Su palabra, recibida como testimonio, lo que deb�a traer la salvaci�n.

4. Examinaremos ahora lo que dice de s� mismo como Rey y, en consecuencia, teniendo un reino en el mundo. Si �l tiene un reino o no en el mundo es una cuesti�n que somos competentes para decidir mediante nuestra propia observaci�n de los caracteres que encontramos en nuestro paso por la vida. Pero si no vemos se�ales de ello, debemos suspender nuestros juicios hasta que veamos cu�l ser� el final. Si ya lo ha establecido, ser� una prueba adicional de que es un Testigo fiel y verdadero.

Ahora, cuando Pilato lo examin�, �l le hizo expresamente a Jes�s la pregunta: "�Entonces t� eres rey?" a lo que respondi� de la manera m�s inequ�voca: "T� dices que soy rey". La naturaleza de ese reino �l tuvo como testimonio expresamente dado, a: �Mi reino no es de este mundo; Ahora, mi reino no es de aqu�; pero �l dio testimonio de este hecho no solo en Su juicio ante Pilato (aunque esto se llama la buena confesi�n, porque inmediatamente despu�s la sell� con Su sangre), sino en todo Su ministerio p�blico. .

III. EL TESTIGO DEL ESP�RITU. Mientras Cristo estaba en el mundo, dio testimonio de la verdad, pero cuando se fue al Padre, el Esp�ritu fue comisionado para conducir a toda la verdad a aquellos a quienes dej� atr�s, y ellos, por Su inspiraci�n, lo han enviado por escrito. Las Sagradas Escrituras son, por tanto, el testimonio de Cristo, como nos lo ha testificado el Esp�ritu. De este testimonio, el mundo entero ignora por naturaleza, y tan pronto como se les da a conocer, el orgullo y la enemistad carnal de la mente no renovada se levanta en oposici�n a �l.

Esta oposici�n a la verdad de Dios, es competencia especial del Esp�ritu de Dios para vencer, y la manera en que �l efect�a esto, es tomando las cosas, es decir , el testimonio de Cristo, y mostr�ndonoslas, y esto �l hace de tal manera que nos recomienda, como m�s hermoso, lo que antes pens�bamos m�s odioso. Muchos de los hijos de Dios son llevados y mantenidos en un estado de duda en cuanto a su aceptaci�n ante Dios, de pensar que el �nico testimonio que da el Esp�ritu es a la vida y la conversaci�n, olvidando que estas evidencias solo pueden fluir desde el principio. testimonio que da del testimonio de Cristo. Esta consideraci�n tambi�n mostrar� lo que es tan importante recordar, la conexi�n entre la solidez y la claridad de la verdad doctrinal con la coherencia de la vida. (R. Jessop, MA )

Cristo como testigo

Cristo como testigo es:

I. M�S GLORIOSAMENTE COMUNICATIVO. Algunos testigos son tan ignorantes que tienen poco que decir, y otros, aunque est�n mejor informados, tienen poco que comunicar de importancia. �Qu� testifica Cristo?

1. De Dios.

2. Del hombre.

(1) La existencia espiritual del hombre.

(2) La depravaci�n moral.

(3) Peligro inminente.

(4) Retribuci�n futura.

3. Del deber. Vivi� el deber.

4. De la restauraci�n del hombre.

II. LO M�S INCuestionablemente cre�ble. Los testigos suelen ser incre�bles por dos razones.

1. Su ignorancia. Se descubre que conocen tan imperfectamente las circunstancias del caso en el que testifican, que sus pruebas se reciben con sospecha o se rechazan por carecer de valor. Pero, �es Cristo incre�ble en este terreno? No. SU conocimiento es infinito. �l sabe todo acerca de todo lo que testifica. Conoce a Dios, al hombre, al universo.

2. Falsedad. Muchos son colocados en el estrado de los testigos que, aunque tienen una inteligencia competente, no tienen un apego inviolable a la verdad. Su prevaricaci�n destruye el valor de su evidencia. Cristo est� infinitamente alejado de esto. El es la Verdad. La verdad le es m�s querida que la vida. Abundan los testigos falsos; pero aqu� hay Uno en cuyo testimonio podemos y debemos apoyarnos con una confianza ilimitada. ( Homilista )

Cristo dado, como testigo

I. LA PECULIAR APTITUD, O CUALIFICACIONES, DE JES�S, PARA ACTUAR COMO TESTIGO DE DIOS ANTE EL PUEBLO.

1. Jes�s estaba singularmente calificado para actuar como Testigo ante el pueblo, debido a que conoc�a todo el consejo de Dios, mientras que su propia mente como el Hijo estaba en perfecta armon�a con la de su Padre.

2. Jes�s estaba especialmente calificado para actuar como Testigo, debido a su necesaria libertad de toda tentaci�n de suprimir o confundir cualquier parte de la verdad. De vez en cuando se pon�a a sabiendas en situaciones y daba testimonio de tales puntos de vista que perjudicaban su seguridad y pon�an en peligro su vida.

3. Jes�s estaba especialmente calificado para ser un Testigo de Dios para el pueblo, debido a su alianza con ambos en su naturaleza, junto con su celo por la gloria de Dios y el bien de los hombres. En asuntos donde se requiere un testimonio ordinario, los intereses de por lo menos dos partes est�n generalmente involucradas y, en la medida de lo posible, augura favorablemente para los fines de la justicia, que las personas que act�an como testigos en el caso sientan algo as� como un inter�s igual en ambas.

II. EL MODO DE ACTUAR AL DESCARGAR LAS DEBERES DE SU OFICINA COMO TESTIGO.

1. Dio testimonio del efecto de confirmar esa porci�n de las Escrituras que Dios hab�a dado previamente a la Iglesia, como una revelaci�n de Su voluntad. Esa porci�n est� contenida en el Antiguo Testamento exclusivamente, tal como lo conocemos, y por lo tanto excluye a todos los Ap�crifos, Talmud o Mishnas jud�os. De ninguna de estas meras producciones humanas testific� el Se�or Jes�s, pero en el curso de Su ense�anza p�blica, �l testific� una y otra vez de la autenticidad de las Sagradas Escrituras, al citar de ellas ciertas cosas escritas acerca de �l mismo por la inspiraci�n de la Biblia. Todopoderoso.

2. Cristo tambi�n fue un Testigo de Dios para el pueblo, no solo al dar testimonio de lo que ya hab�a sido escrito, sino al agregar m�s a la revelaci�n del Cielo. Esta revelaci�n incluye todo el Nuevo Testamento, porque esto ha sido agregado al Antiguo por el Gran Testigo de quien ahora hablamos, ya que lo contiene, ya sea entregado oralmente en el curso de Su ministerio personal, o por los ap�stoles, cuyo varias ep�stolas fueron escritas por su inspiraci�n.

3. Jes�s fue a�n m�s un Testigo de Dios para el pueblo, en los milagros que obr� y en la santa vida ejemplar que llev�. Las muchas cosas maravillosas que hizo proporcionaron abundantes pruebas de que ven�a de Dios y que, en consecuencia, sus doctrinas eran verdaderas. Como Dios-hombre, dio testimonio en la carne de su propia santa ley, y en eso nos ha dado un ejemplo de que debemos seguir sus pasos.

4. Jes�s, actuando como Testigo de Dios para el pueblo, sell� y ratific� Su testimonio en Su muerte cruel e ignominiosa. ( J. Allan. )

El triple car�cter de Cristo

No hay evangelio aparte de nuestro Se�or Jesucristo. Por lo tanto, no es en absoluto maravilloso que, despu�s de las gloriosas invitaciones, protestas y exhortaciones del Evangelio de los primeros tres vers�culos de este cap�tulo, lleguemos, en el cuarto vers�culo, a estas palabras: �'He aqu�, le he dado . Les he hablado de las aguas, del vino y de la leche, del pan y de la gordura; pero, 'he aqu�, le he dado', porque �l es todo esto: agua, vino, leche, pan, grosura.

Les he hablado acerca de "un pacto eterno, las misericordias seguras de David"; pero me refiero a �l, porque �l es el gran Fiador del pacto, y lo he dado por pacto del pueblo �. No podemos prescindir de un Cristo personal. La primera palabra de nuestro texto, �He aqu�, nos recuerda que este es un tema de asombro. Una parte de la maravilla de Cristo consiste en el hecho de que su Padre lo ha entregado al pueblo.

No a ustedes, oh reyes y pr�ncipes; no a ustedes, algunos arist�cratas escogidos aqu� y all�; sino, "Lo he dado por testimonio al pueblo". �l es el Cristo del pueblo, el L�der del pueblo, el Amigo del pueblo, el Rey del pueblo. Y el asombro aumenta cuando recuerdas que la palabra traducida como "pueblo" podr�a traducirse con la misma precisi�n como "naciones". Sin duda, la intenci�n del Se�or aqu� es referirse a los gentiles: - no al pueblo elegido, Israel, solo; pero incluso para nosotros, "pecadores de los gentiles", que est�bamos fuera de la familia favorecida de los jud�os.

I. Perm�tanos, con ojo creyente, VER A NUESTRO SE�OR EN TRES CARACTERES O RELACIONES.

1. Nuestro bendito Se�or es un Testigo del Padre, un Testigo del Padre. Nunca hubi�ramos sabido c�mo era Dios si no hubiera sido que "el Hijo unig�nito, que est� en el seno del Padre, �l le ha dado a conocer". Si, en verdad, veo a Dios en Cristo, �qu� Dios bendito es para m�! �Porque qui�n no amar�a a Jes�s! Tampoco Cristo es simplemente el Testigo acerca del car�cter de Dios, sino tambi�n acerca del comportamiento de Dios hacia nosotros.

�C�mo se siente Dios con respecto a sus criaturas rebeldes! Tambi�n lleg� a ser testigo de otro asunto, a saber, que Dios ha establecido un reino entre los hijos de los hombres. No hay forma de entrar al reino de la gracia divina excepto por la regeneraci�n; y Jesucristo es el Testigo de esa gran verdad. Cualquier cosa que Cristo haya ense�ado acerca de cualquier verdad que tenga que ver con nuestra salvaci�n, es Su testimonio sobre ese punto; y si queremos saber la verdad sobre algo, debemos acudir a Cristo para aprenderlo.

2. El segundo oficio de Cristo, mencionado en el texto, es el de l�der de su propio pueblo. La palabra "l�der podr�a traducirse" la principal; y, en verdad, Cristo es el primero de todo su pueblo, el abanderado entre diez mil y el m�s encantador. En la Iglesia de Dios, Jesucristo es el l�der, porque Su vida es el ejemplo perfecto de santidad pr�ctica. Primero, �l es el testigo de Dios que nos revela la verdad; luego, a continuaci�n, �l es nuestro Ejemplo, desarrollando la parte pr�ctica de esa revelaci�n en Su propia vida.

3. El tercer car�cter que lleva nuestro Se�or, seg�n nuestro texto, es el de Comandante. Puede que se le d� muchos significados a ese t�tulo, pero me parece que debe relacionarse principalmente con aquellos de Su pueblo que a�n no son salvos. Para ellos, �l es un Comandante; a ellos les da leyes como legislador, porque tal es tambi�n el sentido del t�rmino. Pero creo que hay m�s, en este t�tulo de Cristo, que el mero hecho de que �l hizo la ley y nos orden� publicarla en el extranjero en Su nombre. Tambi�n es un Comandante porque tiene poder para hacer cumplir Sus proclamas. �l llama a una naci�n que no lo conoc�a, y luego aprenden a conocerlo.

II. LAS TRES EXCELENCIAS DE CRISTO EN RELACI�N CON ESTOS TRES OFICIOS.

1. �Es Cristo un testigo? Entonces es un verdadero Testigo. No hay falsedades ni errores en el testimonio que da Cristo.

2. Si nuestro Se�or es un l�der, tiene, en esa capacidad, la cualidad de la santidad. Puede seguirlo con seguridad dondequiera que �l lo lleve.

3. Si es un Comandante, ver� en �l el poder divino. De nada sirve tener un comandante en jefe que emite proclamas, pero que no tiene ni ingenio ni sabidur�a en el d�a de la batalla.

III. ESTAS RELACIONES Y EXCELENCIAS EXIGEN DE NOSOTROS TRES DEBERES.

1. �Es Cristo un verdadero testigo? Entonces, cr�ele.

2. Si �l es un l�der, y la santidad es la marca de su liderazgo, entonces, imit�moslo.

3. Entonces, si �l es un Comandante, �qu� requiere de nosotros? Obediencia.

IV. EXISTEN TRES BENEFICIOS QUE SER�N GARANTIZADOS POR EL CUMPLIMIENTO DE ESTOS DEBERES.

1. Si cree en Cristo, �el Testigo fiel y verdadero�, entonces tiene certeza de lo que cree.

2. Entonces, si Jesucristo es nuestro ejemplo y lo imitamos, el siguiente beneficio que obtenemos es la seguridad.

3. Si Cristo es nuestro Comandante, y �l tiene todo el poder, y le obedecemos, entonces la victoria es segura . ( CH Spurgeon. )

El regalo m�s grande en el tiempo o en la eternidad.

I. UN REGALO DIVINO.

1. El Padre ha dado a su Hijo.

2. El Hijo consinti� en ser dado.

3. Tenemos el prop�sito de este Don declarado. "Para un testigo", etc.

4. Las personas as� favorecidas. "La gente."

II. UNA DIVINA PROMESA hecha a este L�der y Comandante.

1. Llamar a los que no conoce ( Isa�as 55:5 ). Debe ser una naci�n extra�a que Cristo no conoce. Habr� personas al final a quienes Cristo dir�: "Nunca te conoc�"; y hay tales personas ahora, a quienes Cristo nunca ha conocido en este sentido. �l nunca habl� con ellos, nunca escuch� su voz en oraci�n, nunca los conoci� por mutuo conocimiento. Y hay naciones de este tipo de personas.

2. Cristo debe hacer correr a los que no le conocen. Las personas que no sab�an nada acerca de Cristo, y que no quer�an saber acerca de �l, de repente oir�n de �l, y correr�n a �l. A menudo me he dado cuenta de que, cuando esas personas vienen a Cristo, siempre corren hacia �l.

3. Aqu� hay una promesa divina de ejercer una fuerza motriz singular. �Por causa del Se�or tu Dios�, etc. Un Cristo glorificado hace que los hombres corran hacia �l.

III. UNA EXHORTACI�N DIVINA. ( CH Spurgeon. )

Un l�der y comandante del pueblo.

Nuestro l�der glorificado

1. Fue tipificado en David. Ha sido constituido Pr�ncipe. Su nombre se hace grande. Su trono ser� para siempre. Su reino ser� asegurado. Durante mucho tiempo su casa permanecer� en pie. Su nombre continuar� hasta el sol, y los hombres ser�n bienaventurados en �l. Todas las naciones lo llamar�n feliz ( Salmo 72:1 .

). El tipo fue echado a perder por la infidelidad y el pecado de David. Pero, aunque esto fue as�, del lado de Dios no hubo vacilaci�n, no se desvi� de Su prop�sito. Sus misericordias estaban seguras. Mucho m�s en el caso de Jesucristo, el prop�sito eterno no puede fallar.

2. Este t�tulo se aplica a Cristo despu�s de Su resurrecci�n. Solo cuatro veces en el Nuevo Testamento se llama a Cristo l�der o pr�ncipe, y siempre en resurrecci�n. ( Hechos 3:14 ; Hechos 5:31 ; Hebreos 2:9 ; Hebreos 12:2 ) Independientemente de la traducci�n, ya sea por "Autor", "Pr�ncipe", "Capit�n" o "L�der", es la misma palabra griega, y se aplica a Cristo resucitado.

3. El significado original de la palabra es muy interesante. Etimol�gicamente, significa el primero de una fila de hombres y, por lo tanto, su l�der y oficial al mando. Esta concepci�n, por lo tanto, se presenta a nuestra mente, que nuestro Se�or es el primero de una larga procesi�n de almas a quienes �l est� sacando de la tumba, con su oscuridad y corrupci�n, a trav�s de las pendientes del aire, los principados y potestades pasados, para el mismo trono de Dios.

�l es el Primog�nito de entre los muertos y, por lo tanto, Gobernante de los reyes de la tierra. �l primero, por la resurrecci�n de entre los muertos, ha obtenido el derecho de proclamar la luz a los gentiles. Si se lleva a cabo este pensamiento de Cristo como el primero de una larga procesi�n, con respecto a los pasajes antes mencionados, da grandes resultados.

(1) �l lleva a los muertos de la muerte a la vida.

(2) Conduce a los vencidos a la victoria de los cielos.

(3) �l conduce a los que sufren a trav�s del sufrimiento a la perfecci�n, que solo es posible como efecto de un dolor intenso, santificado por la gracia del Esp�ritu Santo.

(4) Tambi�n lidera las filas de los creyentes. ( Hebreos 11:1 ; Hebreos 12:2 )

(5) Estas conclusiones sugeridas por el Nuevo Testamento est�n sustentadas y confirmadas por la expresi�n usada aqu�. "Llamar�s a una naci�n que no conoces". �A qui�n puede referirse esto, salvo a los gentiles, que alguna vez estuvieron lejos? "Las naciones que no te conocieron, correr�n hacia ti". �De qui�nes puede ser esto cierto, excepto de esa gran recolecci�n sugerida a nuestro Se�or por los griegos que vinieron a �l antes de morir, y acerca de quienes �l dijo: "Yo, si fuere levantado, a todos atraer� a m�"? ( FB Meyer, BA )

Cristo dado como l�der

Est� especialmente preparado para ser l�der y comandante ...

I. PORQUE EST� INVERTIDO CON PLENOS PODERES Y AUTORIDAD PARA ACTUAR SEG�N SU PLACER.

II. POR EL CONOCIMIENTO DE TODAS LAS DIFICULTADES QUE TIENEN QUE ENCONTRAR EN SU ESTADO DE SALIDA Y GUERRA.

III. DEBIDO A POSEER PLENA CAPACIDAD PARA INFLUIR, DE CUALQUIER MANERA QUE VEA EN FORMA, LOS CORAZONES DE TODOS LOS HOMBRES.

IV. POR EL EJEMPLO QUE DIO EN SUS CONFLICTOS PERSONALES CON SUS ENEMIGOS, DE SABIDUR�A, FIDELIDAD Y VALOR.

V. DEBIDO A POSEER PLENA CAPACIDAD DE RECOMPENSAR A TODOS LOS SEGUIDORES FIELES. �Qui�n, entonces, no desear�a luchar bajo los estandartes de tal Comandante? No es una causa dudosa, sino una que siempre termina en gloria. ( J. Allan. )

El l�der del pueblo

I. DIOS HA NOMBRADO A JESUCRISTO PARA GUIARNOS EN EL CAMINO DE LA VERDAD.

II. DIOS HA DADO A JESUCRISTO PARA SER NUESTRO L�DER EN LOS CAMINOS DE LA JUSTICIA.

1. Jes�s nos gu�a mostr�ndonos que Dios nos da poder para caminar por la senda de la justicia.

2. Al seguir a Jes�s en el camino de la justicia, debemos esforzarnos por nosotros mismos. Dios da poder, pero es un requisito para que lo usemos. Sin un serio esfuerzo propio, la justicia es imposible. Observe el gusano que se arrastra, c�mo se retuerce y lucha por escapar de su antiguo yo, y c�mo es recompensado con alas para volar de flor en flor en el jard�n. Escuche al pajarito picotearse fuera de su caparaz�n.

III. DIOS HA DADO A CRISTO PARA SER NUESTRO L�DER EN EL CALVARIO DE LA AUTO-RENDICI�N. La c�mara interior del coraz�n es necesaria para la morada de Dios. Si el hombre interior es verdadero, la tentaci�n tiene poco poder sobre nosotros.

IV. JESUCRISTO HA SIDO DADO PARA SER NUESTRO L�DER EN LA GUERRA DE LA SANTIDAD.

V. DIOS HA DADO A JES�S PARA SER NUESTRO L�DER EN LA LUCHA DE ORACI�N. Recuerde que nuestro L�der pas� noches enteras en oraci�n a Dios.

VI. DIOS HA DADO A JES�S PARA NUESTRO L�DER EN LA INVINCIBILIDAD DE LA FE.

1. Copiemos Su fe en el cuidado amoroso de nuestro Padre.

2. Dejemos que aquellos que son maestros de otros sigan a nuestro L�der en Su fe en el poder del Evangelio.

3. Con nuestro L�der, tengamos fe en que nuestros caminos est�n divinamente dirigidos.

VII. DIOS HA DADO A CRISTO PARA SER NUESTRO L�DER EN LA CONFIANZA DE LA ESPERANZA.

VIII. DIOS HA DADO A CRISTO PARA SER NUESTRO L�DER EN LA CAMPA�A DEL AMOR. Desear el bien es algo bueno, pero hacerlo es mejor. Jesucristo es nuestro l�der en palabras amorosas y hechos activos. ( W. Birch. )

El gran cacique

Suponiendo que estas palabras se apliquen a Cristo, lo presentan en una capacidad con la que el mundo siempre ha asociado sus m�s elevadas ideas de hero�smo, gloria y renombre. En muchos otros lugares se habla de Cristo como un cacique ilustre ( Josu� 5:13 ; Josu� 5:15 ; Isa�as 63:1 - Hebreos 2:10 ; Apocalipsis 19:11 ). Es el capit�n de los anfitriones de los Lores. Su relaci�n de Comandante con su pueblo nos sugiere ciertas ideas acerca de la Iglesia.

I. EL CONFLICTO DE LA IGLESIA. El estado del bien aqu� no es un estado de conquista, sino de batalla.

1. Los enemigos son principios, no personas. Error, corrupciones, impiedad, inmoralidad, mal en todas sus formas.

2. La inspiraci�n es benevolente, no ego�sta. Ninguna de las pasiones ego�stas, la ambici�n, la avaricia, la venganza, encienden el coraz�n y los nervios del brazo de la verdadera Iglesia en la batalla. Es pura benevolencia, esa benevolencia que no busca lo suyo, que lleva las cargas de los dem�s.

3. Las armas son espirituales, no carnales. No es la palabra civil, la pol�tica mundana, sino la verdad, el ejemplo, el amor: persuadimos a los hombres. La persuasi�n moral, fundada en la verdad, el instinto de amor, respaldado por el ejemplo, es la gran arma.

II. LA UNIDAD DE LA IGLESIA. Todos los miembros de la verdadera Iglesia son como un ej�rcito unido, en una campa�a, bajo un solo Comandante.

1. Se unen en los objetivos de su Comandante. Todos los ej�rcitos leales est�n de acuerdo en cuanto a apuntar, y ese objetivo es el prop�sito de su jefe. Su objetivo es establecer el juicio, la rectitud en la tierra, y cada miembro de la verdadera Iglesia tiene este �nico objetivo principal.

2. Se unen en la direcci�n de su Comandante. Su voluntad es su ley.

3. Se unen en el esp�ritu de su Comandante. Cada comandante busca dar su pasi�n maestra a su ej�rcito. Solo cuando lo logra, puede serle fiel. La Iglesia de Cristo est� unida por el esp�ritu de Cristo, ese esp�ritu impregna, centraliza y controla todo.

III. LA SUBORDINACI�N DE LA IGLESIA. La subordinaci�n de la Iglesia a Cristo es:

1. Incondicional.

2. Cordial. No es as� en la vida marcial de los hombres. M�s de un soldado se ve obligado, contrariamente a los deseos de su coraz�n, a subordinarse a la voluntad de su comandante. Todos los instintos de su virilidad a menudo retroceden ante ello. No es as� con los que est�n bajo el mando de Cristo.

3. Los comandantes humanos permanentes mueren mientras se lleva a cabo la campa�a, y los soldados recuperan su voluntad independiente y se convierten en sus propios amos. No es as� con los soldados de Cristo.

IV. LA GLORIA DE LA IGLESIA

1. Su comandante es muy sabio. Conoce el n�mero, los recursos, las estratagemas de tus antagonistas. Nada en el futuro lo tomar� por sorpresa.

2. Tu comandante es todopoderoso. No hay dificultades que no pueda superar; sin exigencias que no pueda suplir

3. Su comandante es muy generoso.

4. Cristo es un Comandante que conduce a todos sus soldados a la gloria. Los hace reyes y sacerdotes para Dios. Conclusi�n: Que la batalla de nuestra vida sea una batalla librada bajo este estandarte. Dejemos que este amor nos inspire a realizar haza�as valientes. Se dice de Trajano que se gan� el coraz�n de su ej�rcito porque se rasg� la t�nica para vendar las heridas de un soldado que hab�a sido herido en el campo. Dejemos que la memoria del amor incomparable de Cristo gane nuestras m�s altas simpat�as y poderes indivisos. ( Homilista. )

Versículo 5

He aqu�, llamar�s a una naci�n que no conoces

La anticipaci�n de Isa�as.

No podemos decir qu� imagen estaba en la mente de Isa�as y se cern�a ante sus ojos. No sabemos qu� grado de soberan�a visible esperaba que alcanzara Jerusal�n, pero la idea esencial es lo suficientemente clara. �l cree que todas las personas se volver�an a los hebreos porque los hebreos eran especialmente el pueblo de Dios, porque todas las naciones sentir�an que el Dios a quien todos deb�an haber sido dado a conocer con la m�s completa claridad y pureza entre los jud�os.

Cu�n claramente se ha cumplido esa profec�a, toda la historia posterior puede decirlo. El Libro hebreo, los hombres hebreos, han sido los imanes que han atra�do la devoci�n del mundo. En medio del juda�smo se coloc� la encarnaci�n de la Deidad, que, brillando desde all�, ha sido la luz que ha iluminado a todo hombre. La Biblia es el ep�tome del juda�smo, y la Biblia es el centro cada vez m�s completo de la devoci�n del mundo.

"Naciones que no te conocen, correr�n a ti". �Qu� palabras como esas podr�an profetizar las escenas que han llegado en estos d�as modernos: ingleses, italianos, alemanes, estadounidenses que buscan la ley de inspiraci�n de su vida en la antigua Biblia hebrea, pasando esas venerables p�ginas para aprender c�mo deben vivir? bebiendo de la fuente de las ideas de Israel la fuerza y ??la limpieza que su propia vida moderna demandaba.

Humillamos al jud�o, a veces nos burlamos de �l y lo despreciamos, pero vivimos de los pensamientos que �l ha tenido, y las visiones que vio de Dios hacen el mismo resplandor de nuestra vida. ( Mons. Phillips Brooks, DD )

La utilidad de la espiritualidad

Hay cierta clase de hombre que es entre sus semejantes lo que Israel era entre las naciones. Otros hombres son m�s ricos, otros hombres son m�s poderosos que �l. A menudo, sus riquezas y su poder parec�an amontonarse sobre �l, como Asiria y Egipto se api�aban sobre Judea y no le dejaban ninguna posibilidad de respirar; pero a la larga �l es el rey de la vida. Los hombres acuden a �l en sus momentos m�s profundos y con sus necesidades m�s profundas. Ayuda a hombres muy diferentes, mucho m�s grandes que �l.

Convertirse en un hombre as� es la ambici�n m�s aut�ntica y digna de un alma humana. Contentarse con vivir sin ser un hombre as�, en cierto grado, muestra una naturaleza pusil�nime y d�bil. ( Mons. Phillips Brooks, DD )

El hombre espiritual

'�Qu� es ser un hombre espiritual y vivir espiritualmente? Un hombre espiritual es un hombre que trata con los esp�ritus y las almas de las cosas, y vive para ellos. Aqu� hay dos hombres que hacen dinero. Uno de ellos valora su dinero por los usos c�modos que puede darle; el otro no est� satisfecho hasta que ha llegado al coraz�n de las riquezas, y ha absorbido su riqueza en su car�cter, y ha hecho de ella una naturaleza m�s rica y un hombre m�s pleno.

Aqu� hay dos hombres religiosos. Uno de ellos se regocija en la religi�n por el bien que hace. Dice que asegura el orden en este mundo y salva el sufrimiento en el mundo venidero. Otro hombre alimenta su coraz�n con la sustancia misma de la religi�n. Tener comuni�n con Dios, amarlo y obedecerlo, es la vida misma. La espiritualidad no es un logro, una adquisici�n de la naturaleza; es una cualidad de la naturaleza.

No es una cosa para ser; es una forma de ser todo. Debe ser muy dulce y fuerte cuando esta conciencia de Judea realmente se apodera de un hombre y lo llena. No es orgullo ni vanidad. Es algo mucho m�s discreto que eso. Pero a sus o�dos llega un mensaje de Dios: �Te he designado para ayudar a tus hermanos. Te he ense�ado a ver el alma de las cosas. Te he llenado con el misterio de vivir, lo pavoroso del alma.

"�He aqu�, llamar�s a una naci�n que no conoces, y naciones que no te conocen correr�n a ti por causa del Se�or tu Dios!" Si de alguna manera Dios te est� convirtiendo en un Judea, si te est� usando para uno de sus puntos de reuni�n y distribuci�n de la vida espiritual, si�ntete satisfecho. No hay trabajo m�s noble que alguien en este mundo pueda hacer que ese. Conocer a Dios para que otras almas lo conozcan de nosotros; ser de alguna manera un profundizador e iluminador de la vida de nuestros hermanos: �qu� hay para que un hombre agradezca a Dios por eso? �Cuestionamos esa pregunta por un momento! �Entonces mira a Jes�s! Vea c�mo en �l tiene el mismo modelo y perfecci�n de esa vida.

Jes�s fue entre los hombres lo que Judea fue entre las naciones. La otra exhortaci�n es para Asiria y Egipto, para hombres de costumbres mundanas y naturaleza dura e inflexible. Si no sientes el poder del juda�smo, deber�as tener mucho miedo de ti mismo. Si puede vivir una vida espiritual a su lado y no recibe ninguna reprimenda ni invitaci�n, �entonces tenga cuidado! Esa es una condici�n terrible. El viento primaveral llama a la roca y no tiene una respuesta verde que devolver. Dios te llama por Su voz en un alma iluminada, y est�s muerto. ( Mons. Phillips Brooks, DD )

Te ha glorificado

Cristo glorificado

Invitar� su atenci�n sobre la declaraci�n de mi texto:

I. EN LO QUE SE RELACIONA CON LA DIRECCI�N DE CRISTO SOBRE SU IGLESIA Y SOBRE TODAS LAS COSAS PARA SU IGLESIA. Mire la posici�n solemne en la que nuestro Se�or estaba para ser glorificado, en relaci�n con Su jefatura; que el liderazgo de la autoridad, de la influencia, de la vida, todo se concentre en �l; que en la Iglesia no debe haber ninguna autoridad, ni vida, ni influencia divina, sino lo que tenemos en Cristo, nuestra Cabeza; que Su liderazgo sobre la Iglesia es el de la autoridad, mantiene todos los mundos en suspenso, todos los enemigos en sujeci�n, todas las circunstancias bajo Su control, todas las almas bajo Su mando, todos los siervos bajo Su mandato, todas las ordenanzas y privilegios para Su otorgamiento; y es solo por Su autoridad que se comunican.

El centuri�n de anta�o parec�a estar consciente de esta autoridad cuando quer�a que �l viniera y sanara a su sirviente. �Se�or, no te molestes�, dijo, �porque no soy digno de que entres bajo mi techo�. Ya sea para quebrantar el coraz�n de un pecador, consolar el alma del doliente o aflojar las ataduras legales, solo requiere Su palabra, y est� hecho.

II. EN LO QUE SE RELACIONA CON LA ECONOM�A DE LA GRACIA, en la que �l es preeminentemente glorificado. Esta econom�a de salvaci�n es completa, perfecta e infalible.

III. EN LO QUE SE RELACIONA CON LOS LOGROS DE SU VIDA Y MUERTE, en todo lo que �l manifest� Su gloria, como est� escrito de �l. Si Dios ha glorificado as� a Jes�s, �c�mo le glorificar� yo? La manera m�s eficaz en que un pobre pecador puede glorificar a Cristo es confiando en �l y dej�ndolo todo en �l.

IV. EN LO QUE SE RELACIONA CON LA DIGNIDAD DE SU TRONO, SOBRE EL CUAL AHORA ES GLORIFICADO DENTRO DEL VELO. El profeta Daniel tuvo una visi�n de esto, cuando se le indic� que hablara de los diferentes reinos que deb�an establecerse. Esto concuerda exactamente con el lenguaje del ap�stol, quien, hablando de este reino glorioso de Cristo, dice: "que est� a la diestra del Padre en los cielos", "muy por encima de todo principado y potestad y fortaleza, y dominio, y todo nombre que se nombra, no solo en este mundo, sino tambi�n en el venidero �. Cristo, en su dignidad y glorificaci�n, defiende la gloria nacional de Sion; la gloria nacional de su reino redimido. ( J. Hierros. )

El Cristo glorificado

"�l te ha glorificado".

1. Resucit�ndote triunfante de entre los muertos.

2. Exalt�ndote a la diestra de la Majestad en las alturas.

3. Entregando en Tus manos todo el poder en el cielo y en la tierra. ( R. Macculloch. )

Versículos 6-9

Buscad al Se�or mientras pueda ser encontrado

El Se�or debe ser buscado

Observe c�mo dice: �Busquen al Se�or.

�No dice buscar la felicidad; no dice buscar la paz; no dice buscar alegr�a. Mucha gente busca la alegr�a, la paz, la felicidad. No puedo encontrar ning�n lugar en la Biblia donde se nos diga que busquemos paz o gozo. Si tienes el Esp�ritu, tendr�s el fruto del Esp�ritu; y no obtendr�s el fruto sin el Esp�ritu mismo. Tambi�n podr�as buscar una manzana o una naranja sin �rbol.

Obtienes un buen �rbol y tienes buenos frutos. Por tanto, lo que queremos es buscar al Se�or mismo, y si tengo a Cristo formado en m�, la esperanza de gloria, tendr� paz, gozo y descanso. ( DL Moody. )

Buscando Se�or

I. LA NECESIDAD ABSOLUTA DE BUSCAR AL SE�OR. El hombre por naturaleza est� alejado de Dios; no conoce a su Creador; es c, enajenado de la rep�blica de Israel; " separado de Dios, que "no est� en todos sus pensamientos". Como tal, �l es ...

1. Indefenso. "No tiene nada en s� mismo con lo que pueda ayudarse a s� mismo". �Muerto en delitos y pecados.

2. Desesperado. "Sin Dios y sin esperanza en el mundo". No puedo mirar hacia el futuro con expectativas alentadoras.

3. Infeliz. "Pobres y miserables, ciegos y desnudos". �No paz, dice mi Dios, a los imp�os�.

II. LA CERTEZA DE ENCONTRARLO.

1. No nos pide imposibilidades. �l es un Dios razonable, y nunca da una orden sin dar tambi�n el poder de ejecutar 2: 2. Sus promesas son seguras. �Si me busc�is, ser� hallado por vosotros�. "Busca y encontrar�s." �l nunca dice: "Buscad mi rostro en vano".

III. EL MOMENTO M�S ADECUADO PARA BUSCARLO.

1. AHORA. �Nuevo es el tiempo aceptado; ahora el d�a de la salvaci�n ". "Si oyereis hoy su voz". No se hace ninguna promesa del ma�ana.

IV. LAS BENDICIONES CONSECUENTES.

1. Perd�n del pecado. "Perdonar� todas sus iniquidades".

2. Un coraz�n nuevo. "Te dar� un coraz�n nuevo".

3. Adopci�n en su familia. "Herederos de Dios".

4. Restauraci�n a su favor. "Conoc� criatura". �Hecho cercano por la sangre de Cristo�.

5. Amor a Dios y al hombre. �Amor de Dios derramado en el coraz�n�.

6. Vida eterna. "El que cree, tiene vida eterna". ( FG Davis. )

El se�or perdido

1. "Buscar al Se�or mientras puede ser hallado" implica, entre otras cosas, esto, que el Se�or est� perdido por y para aquellos as� llamados a buscarlo. Hablamos de un pecador perdido; podemos hablar con la misma verdad de un Se�or perdido. El pecador perdido y el Se�or perdido son correlativos. El pecador est� perdido, porque ha perdido al Se�or. El Se�or encuentra al pecador, es el pecador encontrar al Se�or. No es que el Se�or haya dejado de ser, de gobernar el mundo, de sostener a sus criaturas.

Su providencia ciertamente se ejerce ( Hechos 17:27 ) para que los hombres busquen al Se�or si acaso pueden sentirlo y encontrarlo. Tampoco est� lejos de cada uno de nosotros, porque en �l vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser. Pero el Se�or est� perdido en este sentido, que est� pr�cticamente perdido como Padre, Amigo y Parte, Dios y Gu�a, no reconocido y aceptado como Se�or por los hombres pecadores.

2. Aparte de la gracia redentora, el pecador est� irremediablemente perdido para Dios, porque Dios est� irremediablemente perdido para el pecador. Las evidencias de esta p�rdida son muchas y variadas. El gobierno providencial de Dios sobre los hombres se lleva a cabo para que "busquen al Se�or, si acaso lo buscan y lo encuentran". Todo el esquema de la gracia se basa, como lo hizo necesario, la p�rdida de Dios por parte de los hombres. No es simplemente el plan de Dios para buscar a los hombres perdidos, sino el plan de Dios para acercarse a los hombres y ser hallado por ellos.

3. Si miramos a los hombres mismos, es evidente que, para todos los que no lo han encontrado en Su camino designado de gracia, el Se�or est� perdido. Sea testigo de la expresi�n consciente o inconsciente de esta p�rdida, de m�ltiples maneras y formas; en la condici�n miserable y corrupta de los hombres, su inquietud y falta de rumbo, su b�squeda de sustitutos del Se�or perdido, su justicia propia, sus extra�os descontentos, hasta que buscan y encuentran al Se�or.

�No est� el Se�or perdido en los corazones de los hombres, creando con Su ausencia un vac�o que solo �l mismo puede llenar? de la conciencia de los hombres, de modo que el temor del hombre tiene m�s autoridad y poder con ellos que el temor de Dios; fuera de la mente de los hombres, de modo que rara vez, o nunca, Dios est� en todos sus pensamientos, o es mal entendido y mal interpretado, y las cosas espirituales no se pueden discernir ni acoger con agrado; y finalmente, de sus vidas, para que los hombres puedan vivir y amar sin �l, puedan vivir para s� mismos, puedan vivir como si no hubiera Dios?

4. �sta es la mayor p�rdida de todas. �Qu� m�s tiene un hombre, si ha perdido al Se�or, y no lo ha vuelto a encontrar, en un mundo donde se necesita tanto al Se�or, donde nada m�s puede reparar la p�rdida, y donde a�n se puede encontrar al Se�or perdido? Cu�n bienvenida a los hombres debe ser la voz del cielo que les dice que el Se�or perdido se ha acercado y puede ser encontrado, y c�mo, d�nde y cu�ndo. ( Alex. Warrack, MA )

Sin demora

Si Ad�n y Eva eran algo ignorantes, como suponemos que lo fueron, de la omnisciencia de Dios, no es de extra�ar que intentaran escapar a SU atenci�n. Su inter�s parec�a residir, no en buscar al Se�or, sino en huir de �l. �Porque? Ignorantes todav�a de una misericordia que estaba a punto de ser revelada por primera vez, lo conoc�an s�lo como un Dios de justicia y de verdad. Pero lo que hace que buscar al Se�or sea de tu inter�s, as� como el m�s alto, es que sabes que �l es muy compasivo y misericordioso.

I. CONSIDERE LO QUE DEBEMOS ENTENDER AL BUSCAR AL SE�OR. El sentido en el que esto debe ser tomado se explica por los siguientes vers�culos, "Deja", etc. Es como un Dios, que tendr� misericordia de lo peor y perdonar� abundantemente a los m�s malvados, que debemos buscar al Se�or. -Busc�ndolo sin demora de una hora. Podemos, como el hombre ha hecho a menudo, estar ante un bar humano �conscientes de nuestra inocencia.

Podemos negarnos a pedir misericordia; declarando audazmente que no queremos nada m�s, y no aceptaremos nada menos, que la justicia imparcial. En el tribunal de Dios, sin embargo, es muy diferente. All�, la simple justicia era condenaci�n segura. Como justos y justificadores de los que creen en Jes�s, debemos buscar al Se�or; y todas las bendiciones que en ese car�cter lleno de gracia tiene y promete otorgar.

II. CONSULTAR CU�NDO SE DEBEN OBTENER ESTAS COSAS.

1. El Se�or, que concede el perd�n del pecado y la salvaci�n del alma, se encuentra en este mundo, no en otro.

2. El Se�or no se encuentra en un lecho de muerte.

3. Es m�s probable que se encuentre al Se�or ahora que en cualquier otro momento. No podemos predecir ni qu� ni d�nde estaremos ma�ana. El pecado es como el descenso de una colina, donde cada paso que damos aumenta la dificultad de nuestro regreso. El pecado es como un r�o en su curso; cuanto m�s corre, tiene un canal m�s profundo, y cuanto m�s lejos de la fuente, se hincha en volumen y adquiere mayor fuerza.

El pecado es como un �rbol en su progreso; cuanto m�s crece, m�s amplia extiende sus ra�ces; crece m�s alto; crece m�s grueso; hasta que el arbolito que una vez pudo doblar el brazo de un ni�o, levante la cabeza, desafiante de la tormenta. El pecado en sus h�bitos se hace m�s fuerte cada d�a, el coraz�n se endurece; la conciencia se embota; la distancia entre Dios y el alma se hace mayor; y, como una roca lanzada desde la cima de la monta�a, cuanto m�s descendemos, bajamos y bajamos y bajamos con mayor y mayor rapidez. Cu�n f�cil, por ejemplo, es tocar la conciencia de la infancia; pero �qu� dif�cil entrar en el letargo de una cabeza canosa!

III. LA CORTEZA Y LA INCERTIDUMBRE DE LA VIDA SON RAZONES FUERTES PARA ESPERAR EL PERD�N Y LA SALVACI�N AHORA. ( T. Guthrie, DD )

Oportunidad

Cu�nto depende de la sincronizaci�n de las cosas, en cuanto a la ventaja, la utilidad y la necesidad. Desde este punto de vista, qu� tan importante es la oportunidad. ( W. Jay. )

Importancia de buscar a Dios en el momento presente

Consideremos estas palabras:

I. COMO REPRESENTACI�N DEL DEBER. Esta b�squeda de Dios debe considerarse, no solo como inicial, sino como repetida y constante.

II. COMO ANIMO A LA ESPERANZA. �Buscad al Se�or mientras puede ser hallado�. Tenemos el mismo pensamiento en el Salmo trig�simo segundo, donde se dice: "Por esto, todo aquel que en piedad te orar� en una melod�a, cuando seas hallado". "Somos salvados por la esperanza". �Y qu� fundamento se ha puesto para esta confianza! Qu� fundamento se pone en la Palabra del Evangelio. Qu� fundamento se pone en Sus invitaciones.

�Qu� alentador es todo esto! Si la posibilidad a veces conmover� a las personas, y si la probabilidad las conmover� com�nmente, cu�nto m�s influir� la certeza real en ellas; especialmente cuando el premio es nada menos que la posesi�n de Dios, el Dios de la gracia y la gloria.

III. COMO SEGURIDAD CONTRA LA PRESUNCI�N. Aunque se puede encontrar a Dios, no siempre se lo puede encontrar. ( W. Jay. )

Los tiempos y lugares para buscar a Dios

�DONDE YO?

1. El propiciatorio, el Se�or Jesucristo.

2. En el Evangelio. �Qu� es el evangelio? Solo los tonos de la voz de Jesucristo, prolongados y perpetuados en el lenguaje del hombre.

3. En la predicaci�n de su palabra.

4. En la mesa de comuni�n.

II. �CU�NDO?

1. En el tiempo en contraposici�n a la eternidad.

2. El s�bado.

3. En la temporada de aflicci�n.

4. en un sentido enf�tico, busque a Dios ahora, porque �ahora es el tiempo aceptado�, etc. ( J. Cumming, DD )

La obra de b�squeda de Dios y la temporada de b�squeda de Dios

En el texto est� impl�cito el hecho espantoso de que el hombre ha perdido al Se�or, el verdadero soberano y Dios de su ser. Pero hay otro hecho a�n m�s espantoso: el hombre no es consciente de la terrible cat�strofe que le ha sobrevenido. Pero Dios no abandona al perdido a su suerte. Le recuerda su estado y lugar perdidos; Lo insta a volver al hogar que dej�, recuperar la realeza que hab�a perdido y volverse uno con el Dios de quien se ha alejado.

I. LA OBRA QUE BUSCA A DIOS. "Busquen al Se�or". Pero las Escrituras representan a Dios como buscando al hombre: siendo este el caso, �no es extra�o instar al hombre a buscar a Dios? El hecho de que �l nos busque es la base y la raz�n por la que debemos buscarlo. El llamado de Dios a nosotros, y su b�squeda de nosotros, es nuestro mayor est�mulo para buscarlo; porque es una garant�a de que nuestro llamamiento y b�squeda no ser�n infructuosos.

El texto, en las palabras "buscar" y "celda", indica el m�todo por el cual debemos "buscar al Se�or". Debemos volver a �l en oraci�n humilde y penitencial. B�scalo con la gu�a de Su palabra: bajo la inspiraci�n de Su Esp�ritu: a trav�s de la mediaci�n de Su Hijo. Demuestre la sinceridad de su b�squeda esforz�ndose por cumplir con Su voluntad. �Deje el imp�o�, etc. Este es el deber m�s urgente del hombre pecador. Podemos ser verdaderamente bendecidos solo por la uni�n con Dios.

II. LA TEMPORADA QUE BUSCA A DIOS.

1. Hay una �poca en la que se puede encontrar al Se�or, una �poca en la que �l est� cerca. Se le puede encontrar cuando lo sentimos cerca de nosotros. Hay momentos de despertar y avivamiento espiritual, cuando sentimos la presencia y el poder de Dios; entonces podr� ser hallado. Son ocasiones en las que escuchamos Su voz: y sentimos Su influencia en los acontecimientos de la vida; entonces podr� ser hallado. Hay temporadas en las que, por la predicaci�n de su palabra, despierta pensamientos serios, lleva convicci�n a la conciencia e inspira al coraz�n con nobles deseos; entonces podr� ser hallado. Ahora puede ser encontrado.

2. Llegar� una temporada en la que quiz�s no se encuentre al Se�or, una �poca en la que no estar� cerca. Localmente, estar� cerca de todos los seres en todas partes y para siempre; pero, si alguien persiste en descuidar las llamadas misericordiosas y las ofertas llenas de gracia, llegar� un momento en que tal persona no oir� una voz amable de �l, no sentir� ninguna influencia salvadora de �l. Lleg� un momento en la vida del rey Sa�l; y el hombre perdido grit� en agon�a: "Dios se ha apartado de m�, y no me responde m�s, ni por profetas ni por sue�os". Por su propio inter�s, le insto a que lo busque de inmediato. Por la solicitud de Dios por tu bienestar. ( W. Jones. )

I. EL OBJETO, a quien debemos buscar.

1. Dios se ha hecho a s� mismo un objeto a buscar.

2. Es el Objeto �nico y adecuado de nuestros deseos.

II. EL ACTO; lo que es buscarlo.

III. EL TIEMPO; cuando debemos buscar al Se�or. "Mientras pueda ser encontrado". No hay tiempo para buscarlo sino ahora. Para&mdash

1. Es la mayor locura del mundo jugar as� con el peligro, buscar la muerte primero en los errores de nuestra vida, y luego, cuando hemos seguido nuestro camino y la muerte est� lista para devorarnos, mirar d�bilmente hacia atr�s. vida. Cuanto m�s tarde busquemos, menos capaces seremos de buscar; cuanto m�s nos alejamos, menos dispuestos a regresar.

2. Es peligroso con respecto a Dios mismo, cuyo llamado no tomamos en cuenta, cuyos consejos rechazamos, cuya paciencia cada d�a tenemos, cuyos juicios menospreciamos, y por eso pisamos bajo nuestros pies esa misericordia que debe salvarnos y no buscar�. �l todav�a, porque suponemos que, aunque contristamos Su Esp�ritu, aunque resistimos Su Esp�ritu, aunque blasfemamos Su Esp�ritu, sin embargo, despu�s de todos estos desprecios y desprecios, �l todav�a nos demandar� y ofrecer�

�l mismo, y ser encontrado en cualquier momento en el que creamos conveniente buscarlo. ( A. Farindon, B. D. )

El retraso de la conversi�n

I. NOS ESFARZAREMOS EN DEMOSTRAR A PARTIR DE NUESTRA PROPIA CONSTITUCI�N, QUE ES DIF�CIL, NO DECIR IMPOSIBLE, SER CONVERTIDOS DESPU�S DE HABER PERDIDO VIDA EN VICE. Est� claro que llevamos en nuestro propio pecho principios que hacen que la conversi�n sea dif�cil, y puedo a�adir, imposible, si se aplaza hasta cierto per�odo. Para comprender esto, forme en su mente una idea adecuada de conversi�n y admita plenamente que el alma, para poseer este estado de gracia, debe adquirir dos disposiciones esenciales; debe estar iluminado; debe ser santificado.

1. No puede volverse regenerado a menos que conozca las verdades de la religi�n. Ahora bien, todos los per�odos de la vida no son igualmente adecuados para disponer el cuerpo a esta temperatura feliz, que deja al alma en libertad para la reflexi�n y el pensamiento. Si aplazamos la adquisici�n del conocimiento religioso hasta que la edad haya enfriado la sangre, oscurecido el entendimiento, debilitado la memoria y confirmado el prejuicio y la obstinaci�n, es casi imposible estar en una situaci�n para adquirir esa informaci�n sin la cual nuestra religi�n tampoco puede ser agradable. a Dios, danos un consuelo s�lido en la aflicci�n, ni un motivo suficiente contra la tentaci�n.

2. El alma no s�lo pierde con el tiempo la facilidad de discernir el error de la verdad, sino que despu�s de haberse habituado durante un tiempo considerable a conversar �nicamente con objetos sensibles, es casi imposible vincularla a cualquier otro. Para la conversi�n, debemos tener un amor radical y habitual a Dios. Permitido este principio, todo lo que tenemos que decir contra el retraso de la conversi�n se vuelve autoestablecido.

Toda la cuesti�n se reduce a esto; si en el extremo de la vida, si en un momento breve y fugaz, puedes adquirir este h�bito del amor divino, entonces no predicaremos m�s contra la demora. Pero si se requiere tiempo, trabajo y voluntad para formar esta fuente genuina de amor a Dios, debe reconocer francamente la locura de posponer una obra tan importante por un solo momento. Permitido esto, estableceremos, sobre dos principios, todo lo que tenemos para avanzar en este tema.

(1) No podemos adquirir ning�n h�bito sin realizar las acciones correspondientes.

(2) Una vez arraigado un h�bito, resulta dif�cil o imposible corregirlo, en la medida en que se confirma. Los h�bitos de la mente se forman como h�bitos del cuerpo; los primeros se vuelven tan incorregibles como los segundos. As� como, entonces, en la adquisici�n de un h�bito corporal debemos realizar las acciones correspondientes, as� en la formaci�n de los h�bitos de religi�n, de amor, humildad, paciencia, caridad, debemos habituarnos a los deberes de la paciencia, la humildad y el amor.

Adem�s, no solo debemos dedicarnos a los oficios de piedad para formar el h�bito, sino que deben ser frecuentes; al igual que repetimos actos de vicio para formar un h�bito vicioso. Avanzamos r�pidamente en la carrera del vicio. Pero los h�bitos de santidad se oponen directamente a nuestra constituci�n. Cuando deseamos convertirnos, asumimos una doble tarea; debemos demoler, debemos construir. �sa es la �nica manera por la que podemos esperar el establecimiento de la gracia en el coraz�n; es mediante el trabajo incansable, la perseverancia en el deber y la vigilancia perpetua.

Ahora bien, �qui�n no percibe la locura de quienes postergan su conversi�n? �Qui�n imagina que una palabra de un ministro, una perspectiva de muerte, una resoluci�n repentina, puede producir instant�neamente la perfecci�n de la virtud?

II. DEMOSTRAREMOS QUE LA REVELACI�N SE ACUERDA PERFECTAMENTE CON LA NATURALEZA EN ESTA CABEZA; y que todo lo que la Biblia ha ense�ado acerca de la eficacia de la gracia, las ayudas sobrenaturales del Esp�ritu y el alcance de la misericordia, no favorece, en ning�n aspecto, la demora de la conversi�n.

1. Las primeras pruebas de las que se sirve la gente para excusar su negligencia y demora, y los primeros argumentos de defensa que extraen de las Escrituras para oponerse a nosotros, son tomados de las ayudas del Esp�ritu, prometidas en el nuevo pacto. A esta objeci�n debemos responder. Manifestaremos su absurdo:

(1) Por el ministerio que Dios ha establecido en la Iglesia.

(2) Por los esfuerzos que �l requiere que hagamos, antes de suponer que hemos recibido el Esp�ritu Santo:

(3) Por la manera en que �l requiere que cooperemos con el Esp�ritu, cuando lo hemos recibido.

(4) Por los castigos que ha denunciado contra los que se resisten a Su obra.

(5) Por las conclusiones que la Escritura misma deduce de nuestra debilidad natural y de la necesidad de la gracia.

2. La noci�n de la misericordia de Dios es una segunda fuente de ilusi�n. �Dios es misericordioso�, dicen, �el pacto que ha establecido con el hombre es un pacto de gracia. Se concede una amnist�a general a todo pecador. Por lo tanto, aunque nuestra conversi�n sea defectuosa, Dios recibir� nuestro �ltimo aliento y ceder� a nuestras l�grimas. Entonces, �qu� deber�a disuadirnos de dar un campo libre a nuestras pasiones y aplazar los rigurosos deberes de la conversi�n hasta que no valgamos nada para el mundo? " Sofisma detestable. Aqu� est� la etapa m�s alta de corrupci�n, el grado supremo de ingratitud.

III. Nos esforzaremos en confirmar las doctrinas de la raz�n y la revelaci�n mediante observaciones diarias sobre los que difieren el cambio.

1. Puede oponernos dos clases de ejemplos. En la primera clase, puede organizar esas conversiones instant�neas que la gracia ha efectuado en un momento con un solo trazo; y que aparentemente destruyen lo que hemos avanzado sobre la fuerza de los h�bitos y sobre la econom�a del Esp�ritu Santo. En la segunda clase, pondr�s a aquellos otros pecadores que, despu�s de la perpetraci�n de cr�menes enormes, han obtenido la remisi�n con un suspiro, con un deseo, con algunas l�grimas; y darnos esperanzas presuntivas de que, por cualquier exceso que podamos llevar a nuestros cr�menes, nunca excederemos los t�rminos de la misericordia ni obstruiremos la recepci�n en el trono de la gracia.

Considere que muchas de estas conversiones no solo est�n fuera del curso com�n de la religi�n, sino tambi�n que no podr�an haber sido efectuadas por menos que poderes milagrosos. Considere que, entre todos esos pecadores, no hubo uno en la situaci�n de un cristiano que retrase la conversi�n hasta el final de la vida. Considere que est� iluminado con un brillo meridiano, que apenas hab�an visto. Considere que est� presionado por mil motivos desconocidos para ellos.

Considere que continuaron, en su mayor parte, pero poco tiempo en el pecado; pero has desperdiciado la vida en necedad. Considere que pose�an virtudes distinguidas, que los hac�an queridos por Dios; pero no tienes nada que ofrecerle sino disipaci�n o indolencia. Considere que se distinguieron por el arrepentimiento, lo que proporcion� una prueba constante de su sinceridad, mientras que todav�a es dudoso que alguna vez se convierta, y sigue el camino que lo hace imposible. Vea, entonces, si sus argumentos son justos y si sus esperanzas est�n debidamente fundadas.

2. Hasta ahora hemos examinado los casos de aquellos pecadores que aparentemente contradicen nuestros principios; repasemos brevemente aquellos por los que se confirman. Perm�tanos 1) asegurarnos de que la longanimidad de Dios tiene sus l�mites; y que para encontrarlo propicio, debemos "buscarlo mientras se le puede encontrar, e invocarlo mientras est� cerca". Tres clases distinguidas de ejemplos confirman estas ilustres verdades.

(1) Cat�strofes p�blicas.

(2) Pecadores obstinados.

(3) Hombres moribundos. �Felices los que son advertidos por las calamidades de otros! ( J. Saurin. )

Bendiciones b�blicas condicionales

Las bendiciones prometidas en las Escrituras son siempre, m�s o menos, condicionales.

1. Aqu� hay una condici�n de tiempo. "Mientras pueda ser encontrado". "Mientras �l est� cerca".

2. Luego, hay condiciones por parte de los hombres. El malvado debe abandonar su camino, etc. ( J. Parker, DD )

El mejor momento para buscar al Se�or

Estos vers�culos (6, 7) est�n conectados de manera vital. No debemos pasar por alto el hecho de que, si bien la salvaci�n se ofrece a todos, hay un momento en el que es mejor buscarla; y, debido a las barreras morales que crea la madurez en el pecado, se puede obtener m�s f�cilmente. El texto nos ense�a

I. QUE EL SE�OR EST� ESPECIALMENTE CERCA DE ALGUNOS.

1. A los j�venes. No es mera poes�a, sino un hecho literal, que "el cielo yace sobre nosotros en nuestra infancia". El alma entonces es ...

(1) M�s puro.

(2) M�s tierno.

(3) Menos rebelde.

2. A los que est�n convencidos del pecado y son conscientes de su necesidad de �l. La distancia entre el alma y Dios no es f�sica, sino moral. Dios no puede acercarse al alma que se aferra a su culpa con una pertinacidad culpable. Pero cuando esa pertinacia da paso a la penitencia, �l se acerca y presenta un perd�n, y entonces s�lo hay que extender la mano de la fe para recibirlo.

II. QUE AQUELLOS A QUIEN EL SE�OR EST� AS� CERCA PUEDEN ENCONTRARLO F�CILMENTE AHORA, PERO PUEDEN ENCONTRARLO �NICAMENTE CON DIFICULTAD EN LOS A�OS POSTERIORES, O PUEDEN NO ENCONTRARLO EN ABSOLUTO. Infancia y juventud, cu�n pronto les sucede la hombr�a y, a menos que haya una reforma temprana e inmediata, la madurez en el ego�smo y el pecado 1 Convicciones, profundas, fervientes, fuertes, cu�n pronto se consumen por el contacto con el mundo, a menos que se convierten inmediatamente en una buena cuenta! La demora traer� ...

1. M�s dificultad.

2. M�s peligro.

3. �Maldita sea!

III. QUE HAY ESPERANZA PARA LOS PECADORES M�S VIEJOS Y M�S ENDURECIDOS QUE HAN PERMITIDO SU MEJOR TIEMPO PARA PEDIR QUE PASE EL SE�OR. Se les ofrece salvaci�n; pero hay condiciones que "les resultar� dif�cil cumplir".

1. Deshacerse de los malos h�bitos. Deje el imp�o su camino �.

2. El abandono de pensamientos imp�os, inicuos. "Y el hombre inicuo sus pensamientos".

3. La sumisi�n y entrega del alma a Dios. �Y vu�lvase a Jehov�. �Est�s preparado para cumplir con estas condiciones, duras, rigurosas, solo porque tus pecados las han hecho as�? Si es as�, se le ofrece:

(1) Misericordia suficiente, comprensiva, para cubrir sus pecados.

(2) Perd�n multiplicado para cancelar, tus transgresiones y cr�menes multiplicados.

Conclusi�n: No pospongas la seguridad de tu alma hasta que ...

(1) Ma�ana. Cristo puede no estar "cerca" entonces; puede que no se encuentre aunque "llame".

(2) Tu hora de la muerte. Puede estar delirando, o tan sorprendido o tan atontado por su aflicci�n que no se sienta "inclinado a buscar". ( ED Salom�n. )

Perd�n abundante

En estas palabras hay tanto exhortaci�n como promesa: Se exhibe:

I. ALGO QUE SE DEBE HACER.

II. ALGO QUE SE PUEDE DISFRUTAR. ( Director Morison, DD )

Deber y privilegio

I. DEBER se inculca por un lado.

II. BENDICI�N se ofrece para ver por el otro. ( Director Morison, DD )

El se�or perdido

Dios est� cerca de nosotros en sus obras. Pero, en sorprendente contraste con esta evidente cercan�a de Dios en Sus obras, viene el mandato de nuestras Escrituras: Buscad al Se�or. �Por qu�? Porque lo hab�is perdido.

I. CONSIDERE DOS O TRES EVIDENCIAS DE ESTE HECHO ASOMBROSO.

1. Aqu� hay una compa��a de personas. Es el momento de la charla agradable y los m�todos felices con los que los hombres dan alas a las horas. Qu� amplio c�rculo recorre la conversaci�n. Y, sin embargo, en toda la compa��a hay una severa proscripci�n de un tema. Existe una cierta regla de crianza o gusto o costumbre a la que todos difieren. Supongamos, por un momento, que uno rompiera la regla y comenzara a hablar de Dios de manera reverente, �no sentir�an todos que se toc� una cuerda disonante? �No ser�a muy probable que el hablar de Dios fuera rechazado, incluso en una compa��a tan leg�timamente alegre? �No es una prueba r�pida y verdadera de lo que sienten por �l? No sienten una bendita intimidad con �l.

2. He aqu�, tambi�n, el hecho de un Se�or perdido en el sentimiento universal de que, si bien es natural que un hombre ame ciertos objetos terrenales, sus hijos, por ejemplo, de alguna manera no es natural que un hombre ame a Dios. como siente todo el tiempo que deber�a.

3. Vea tambi�n otra evidencia del hecho en la actitud de la conciencia hacia �l. El hombre no puede sacarse de s� mismo la convicci�n de que la condici�n del alma que Dios quiere para �l es la de una dulce intimidad consigo mismo. Y, sin embargo, como los querubines a las puertas del Ed�n con las espadas llameantes brillando en todos los sentidos, la conciencia est� impidiendo la entrada en tal condici�n. El hombre es conscientemente un criminal ante el tribunal de la ley inviolable; y parado all� sin palabras e indefenso, Dios es el ser m�s temible del universo para el hombre. Y, sin embargo, nunca con su Se�or tan perdido puede el hombre estar en paz.

II. UN M�TODO DE B�SQUEDA DEL SE�OR PERDIDO.

1. �Dejemos a los imp�os�, etc.

2. �Que vuelva�, etc. El arrepentimiento es de doble cara. El hombre no solo debe abandonar, debe regresar.

III. EL RESULTADO SEGURO DE TAN R�GIDA B�SQUEDA: el Se�or tendr� misericordia y perdonar� abundantemente.

IV. EL MOMENTO DE UNA B�SQUEDA TAN R�GIDA DEL SE�OR PERDIDO - "Mientras pueda ser encontrado". Ese momento es ahora, porque negarse a buscar a Dios lo obliga a uno a adoptar el h�bito m�s firme de la hostilidad hacia �l. ( W. Hoyt, DD )

Dios desconocido, pero conocido

1. Si te retiras mentalmente unos pasos de �l y lo miras reflexivamente y desde un punto de vista general, encontrar�s en el pasaje esta notable paradoja; que te invita a buscar a un Dios que a�n no se puede encontrar, a conocer a un Dios que a�n no se puede conocer. Porque �d�nde deber�amos buscar a Dios si no en sus "caminos"; �O c�mo lo conoceremos si no llegamos a conocer Sus pensamientos! Y, sin embargo, aunque se nos invita urgentemente a buscarlo, se nos dice expresamente que esa es la disparidad m�s amplia entre Sus pensamientos y nuestros pensamientos, entre Sus caminos y los nuestros.

Ahora bien, esta extra�a paradoja nos abre lo que es, y probablemente seguir� siendo, la gran cuesti�n religiosa de la �poca. Si existe una religi�n, si hay alguna revelaci�n de la voluntad de Dios, es m�s, si hay alg�n Dios que nos hable y revele Su voluntad; y, si lo hay, si sabemos o podemos saber algo acerca de �l. En su forma moderna superior, el ate�smo no niega tanto la existencia de Dios como declara que, si hay un Dios, es imposible demostrar Su existencia, imposible tener un conocimiento verdadero de �l y de Su voluntad; imposible, por tanto, tener una verdadera comuni�n con �l.

Si el ate�smo de hoy erige alg�n altar, y algunos de sus representantes son hombres de temperamento profundamente religioso y deben tener alguna forma de adoraci�n, el �nico altar que consentir�n en erigir es uno que, as�, en Atenas, lleva la inscripci�n: "A un Dios desconocido". Si existe, est�n seguros de que no puede ser lo que la mayor�a de los hombres le han dado por hecho, ni tampoco lo que son incluso los mejores hombres; Seguro que, siendo infinitas y eternas, todas las virtudes, todas las cualidades y gracias morales, deben tomar en �l una forma muy diferente a la que toman en nosotros.

Su suposici�n, junto con su tranquila y razonada afirmaci�n de que la ciencia no da prueba de su existencia, ha generado algunas dudas incluso en el seno de la Iglesia misma. Lo que pensamos del sol no le importa mucho al sol y no es posible que altere su naturaleza o ponga fin a su existencia. Y lo que los hombres piensan de Dios no lo cambia ni puede cambiarlo. La ciencia dice, o algunos de sus disc�pulos dicen por ella: �En toda la gama de fen�menos visibles y observados no encontramos ninguna prueba de Dios.

" �Entonces que? Si los hombres van a lo visible por lo invisible, a los fen�menos por realidades, �c�mo pueden esperar encontrar lo que buscan? Bien podr�an ir a la arena del desierto en busca de agua, o al mar turbulento en busca de una base s�lida. La Biblia afirma ser la mism�sima Palabra de Dios. Y, sin embargo, �no afirma en todas partes, lo que la ciencia y la filosof�a proclaman como un descubrimiento propio, que Dios es inadvertido? �Que es inescrutable, que no puede ser descubierto ni comprendido por los d�biles poderes del hombre? Las Escrituras, entonces, proclaman que Dios es incognoscible, por encima de nuestro alcance, en una gran variedad de formas; declaran que como los cielos est�n por encima de la tierra, as� de altos son sus caminos sobre nuestros caminos, y sus pensamientos sobre nuestros pensamientos. De modo que el escepticismo moderno, por original que parezca, simplemente anuncia, como su �ltimo descubrimiento,

2. Pero naturalmente preguntar�: ��No nos ense�a la Biblia algo m�s que esto? �Algo m�s que eso Dios no puede ser descubierto a fuerza de investigaci�n intelectual? " �S�! Admitiendo que Dios es incognoscible, sin embargo, afirma que puede ser conocido. No podemos encontrarlo a la perfecci�n, pero �l se revela suficiente y verdaderamente a nosotros en Sus obras, en Su Palabra, en Su Hijo. Se nos dice que los pensamientos y caminos de Dios est�n tan por encima de los nuestros como los cielos sobre la tierra.

Pero los cielos, por altos que sean, a�n nos son conocidos; y, aunque se conocen, a�n se desconocen. Ninguno de nosotros conocemos todo lo que los cielos contienen y revelan, ni todas las leyes que act�an sobre ellos y dentro de ellos. Pero aunque el �cielo� nos sea tan imperfectamente conocido, �alg�n hombre en su sano juicio duda de que haya un cielo, o que contenga en �l el sol, la luna y las estrellas? �Alguna persona en su sano juicio duda de que sepamos algo de la estructura mec�nica y qu�mica de los cuerpos celestes, de las leyes por las que se gobiernan y controlan sus movimientos, del modo en que nos afectan y del mundo en el que vivimos? los otros mundos relacionados con ellos? Desconocidos para nosotros, e incluso incognoscibles, para no ser descubiertos a la perfecci�n, los conocemos, no obstante, conocemos al menos lo suficiente de los cielos para estar seguros de que existen.

Y es precisamente en el mismo sentido en que conocemos y desconocemos a Dios. No hemos aprendido, no podemos aprender, todo lo que �l es, todo lo que �l hace, o todas las razones que determinan los diversos aspectos y movimientos de Su providencia; pero podemos saber, sabemos y estamos seguros de que �l es, y que �l gobierna sobre todo. Sin duda lo conocemos, en parte, por nuestra raz�n. No es el razonamiento solo, ni el razonamiento principalmente, lo que la Biblia atrae.

La Biblia en ninguna parte trata a Dios como un problema a demostrar, ni profesa dar una visi�n completa o filos�fica de Su Ser y las cualidades de Su Ser. Nos muestra una manera m�s excelente de encontrarlo. Afirma que a medida que crecemos en justicia, llegaremos a conocer al que es justo; que a medida que crecemos en pureza veremos al que es puro; que a medida que crecemos en el amor seremos uno con Aquel que es amor.

"Bienaventurado el de limpio coraz�n, porque ellos ver�n a Dios". �Y no es as� como llegamos a conocer a todas las personas, y especialmente a las buenas? El ni�o no conoce perfectamente a su padre, pero �debe dudar de que tenga padre? El ni�o nunca podr� conocer la bondad de un buen padre hasta que �l mismo se vuelva bueno y padre: pero, �necesitamos, por tanto, dudar de que su padre sea un buen hombre? Y que no sepamos nosotros de la misma manera que Dios es; �No sabemos que lo es, aunque somos ni�os en el entendimiento? Si alguna vez han llegado a conocer a Dios por ustedes mismos de esta manera tan natural como divina, se unir�n a �l y a su fe en �l, aunque los cielos caigan y el tiempo no exista m�s. Tus pies sobre la roca, y los brazos eternos te rodean para siempre. ( S. Cox, DD )

La increible misericordia de Dios

Si hay algunos a los que les cuesta creer que Dios existe, a otros les resulta igualmente dif�cil creer que �l es bueno, tan bueno que puede perdonar todos los pecados, incluso los de ellos. Mire estos vers�culos nuevamente, entonces, y marque su intenci�n dominante. El profeta hab�a recibido el encargo de llevar un mensaje a los jud�os cautivos que estaban sentados junto a las aguas de Babilonia y lloraban al recordar a Si�n. El mensaje era que, por atroz que hubiera sido su iniquidad, su iniquidad hab�a sido perdonada.

Pero los hombres pecadores, especialmente cuando est�n sufriendo el amargo castigo de sus pecados, tienden a ser hombres sin esperanza. Como nada es posible para dudar y desesperarse, como sobre todo es imposible la energ�a del esfuerzo moral activo, Dios se propone eliminar la incredulidad y la desesperanza naturales de los hombres que estaba a punto de salvar. Que Su misericordia es incre�ble, admite; pero afirma que es incre�ble en el sentido de ser incre�blemente m�s grande y mejor de lo que imaginan.

Quiz� les hubiera resultado imposible perdonar a los que hab�an pecado contra ellos como hab�an pecado contra �l. �Pero�, suplica Dios, �Mis pensamientos no son tus pensamientos, ni tus caminos son Mis caminos�. Es una misericordia que no perdona los pecados de los hombres, sino una misericordia que los salva de sus pecados, que los invoca y los obliga a abandonar sus �caminos perversos� y sus �pensamientos perversos�.

�Ninguna piedad salvo esta ser�a verdadera piedad. Hacer felices a los hombres en sus pecados es imposible, tan imposible como hacerlos buenos en sus pecados. Porque el pecado es miseria; el pecado es la esclavitud de un poder extra�o y maligno que todo esp�ritu libre debe resentir y aborrecer. E incluso si este innoble milagro fuera posible, si un hombre pudiera ser feliz mientras viola la ley misma de su ser, �qui�n que sea capaz de reflexionar, de virtud, de bondad, se preocupar�a de que se obtuviera tal milagro? Para ser feliz en el pecado debe dejar de ser �l mismo, dejar de ser un hombre.

La misericordia de Dios, vista como salvar a los hombres de los malos pensamientos y caminos, que es la �nica verdadera misericordia, es simplemente incre�ble: as� lo afirma el profeta, as� profesamos pensar y creer. Pero, �realmente lo creemos? �Actuamos como si lo hici�ramos? Muchos apenas creen que tienen pecados que necesitan un gran acto de perd�n divino. Muchos m�s no saben que, para perdonar, Dios debe castigar sus pecados. Cuando llega el castigo, lo toman como una prueba de que �l no los ha perdonado, como una prueba de la severidad, la ira de Dios, no su misericordia.

A nuestro turno, de hecho, todos dudamos de la misericordia de Dios cuando m�s necesitamos creer en ella, desconfiamos de ella cuando m�s necesitamos entregarnos a ella. Cualquier conciencia profunda del pecado puede hacernos incre�ble esa misericordia. En nuestros momentos m�s fr�os, puede ayudarnos a recordar que los mismos castigos que esperan al pecado, ya que lo esperan mediante una ley constante e invariable, est�n dise�ados para nuestro bien. Todas las leyes naturales y universales deben estar al servicio de nuestro bienestar, si el mundo y la vida humana est�n gobernados por Dios; y, entre otros, la ley que da a cada hombre la debida recompensa por sus iniquidades.

En parte, incluso podemos ver c�mo esta ley contribuye a nuestro bienestar. Nos hace terriblemente conscientes de que hemos pecado, un hecho que tardamos mucho en darnos cuenta. Debemos esperar estar convencidos de la compasi�n de Dios, no tanto por que se nos demuestre la bondad de sus leyes, sino por escuchar a los hombres que creemos que han tenido la mayor experiencia de sus caminos y gozar de la m�s profunda simpat�a por ellos. Sus pensamientos.

As� como llegamos a conocer al Dios justo al volvernos justos, podemos esperar aprender m�s de �l de los hombres cuya justicia es mucho m�s eminente y conspicua que la nuestra. As� como llegamos a conocer la misericordia de Dios volvi�ndonos misericordiosos, tambi�n podemos esperar familiarizarnos m�s plenamente con �l al escuchar a hombres mucho m�s misericordiosos y misericordiosos que nosotros. Un hombre as�, un maestro como este, ahora est� ante nosotros en el profeta que escribi� estas palabras. ( S. Cox, DD )

Un enga�o fatal

Si Satan�s alguna vez sonr�e, seguramente es cuando ve al transgresor depositar la unci�n halagadora en su alma para que pueda tomar los opi�ceos del diablo y tomarse su tiempo para despertar. ( Anon. )

El peligro de la negligencia

Dios ha prometido perd�n al penitente, pero no ha prometido el ma�ana al negligente. ( Ambrosio. )

Perdiendo la marea

Ian Maclaren escribe sobre estar en la playa y observar los barcos de pesca cuando regresaban por la noche. �Sol�an esperar afuera hasta que la marea subiera lo suficiente como para que pudieran entrar al puerto. Una noche, un barco perdi� la entrada. Los hombres fueron descuidados o no viraron correctamente. Los dem�s estaban todos dentro. Un sentimiento de l�stima por ese barco se apoder� de m� como si fuera un ser vivo.

Me levant� por la noche para mirar por la ventana. All� estaba, se hab�a perdido la marea. Hombres y mujeres, la marea m�s grande que corre es la marea que nos lleva al reino de Dios. El esfuerzo de sabidur�a m�s espl�ndido dentro del poder de un hombre es apoderarse de la marea cuando fluye �.

Oportunidad

Recuerdo que un d�a, mientras atravesaba el bosque cerca de la escuela Mount Hermon, escuch� abejas y pregunt� qu� significaban. "Oh", dijo uno de los hombres, "est�n detr�s del roc�o de miel". "�Que es eso?" Yo pregunt�. Me dio una hoja de casta�o y me dijo que le pusiera la lengua. As� lo hice, y el sabor fue tan dulce como la miel. Despu�s de preguntar, descubr� que todo lo que ellos llaman "roc�o de miel" a lo largo del valle de Connecticut hab�a ca�do, de modo que debe haber habido cientos de toneladas de roc�o de miel en esta regi�n. De d�nde vino, no lo s�. A veces parece como si el roc�o de miel del cielo hubiera ca�do para nosotros, y si alguien no ha saboreado su dulzura, es culpa suya. ( DL Moody. )

"Invocadle mientras est� cerca"

En cierto sentido, Dios siempre est� cerca de nosotros, pero hay otro tipo de cercan�a. Podemos vivir en la misma casa con otras personas y, sin embargo, en simpat�a, comprensi�n mutua y ayuda, podemos estar tan lejos como si se construyera un muro chino entre nosotros. No podemos ayudarlos porque no podemos acercarnos a ellos. Por eso, en ocasiones, Dios est� m�s cerca de nosotros que en otras; sentimos su presencia; el coraz�n es receptivo. Entonces, de todos los tiempos, debemos buscar al Se�or. ( Edad cristiana. )

Retrasar la b�squeda de Dios

Busca a Dios mientras no puedas verlo; porque cuando lo ves, no lo puedes encontrar. B�scalo con esperanza y lo encontrar�s por fe. En el d�a de la gracia, �l es invisible, pero cercano; en el D�a del Juicio �l es visible, pero est� lejos. ( Gregorio. )

El presente de suma importancia

Debajo de cada reloj en una determinada f�brica de pintura hay un cartel de vidrio ordenado que dice: "Hazlo ahora". Es el lema de la empresa y sirve para recordar a los empleados que el presente es el momento m�s importante. ( Cr�nica de la Escuela Dominical. )

El Dios misericordioso cerca, pero no reconocido

Hay una historia de un hijo pr�digo que regres� del pa�s lejano y no pudo encontrar la casa de su padre. Deambul� una y otra vez, y por fin, en la noche que se avecinaba, se hundi�, con el coraz�n enfermo y desmayado, en los escalones de una peque�a caba�a. Sin saberlo, estaba en la puerta de su propio padre. Dentro estaban sentados el padre y la madre ancianos, sus corazones hambrientos por su hijo perdido hace mucho tiempo. Afuera, inclinado y aplastado y anhelando el amor y el hogar, yac�a el hijo cansado y nost�lgico, en el umbral mismo del hogar, pero sin saberlo. Tan cerca de las puertas del cielo est� toda alma humana arrepentida, cansada del pecado, que anhela la misericordia y el amor divinos. ( JR Miller, DD )

Versículos 7-9

Deje el imp�o su camino

El camino de regreso a Dios y sus �nimos

1 .

Aqu� aparentemente hay dos cosas expresadas, una negativa y una positiva, dos l�neas de conducta expresadas, un abandono de una forma de vida y la adopci�n de otra, pero en realidad las dos cosas son una sola. Son dos en pensamiento y expresi�n, pero solo uno en conducta. El abandono del camino perverso y el pensamiento perverso no es otro que volver con todo nuestro coraz�n a Dios. No puedes separarlos.

Si le dijera a un hombre que sale a trabajar. "Ahora, no vayas a la taberna esta noche cuando hayas hecho el trabajo, sino regresa directamente a casa con tu esposa e hijos", ver�s que los dos consejos se convierten en uno solo, y �l solo tendr�a que hacerlo. ir directamente a casa del trabajo para cumplir con ambos deberes. Y as�, no podemos abandonar el mal camino o el mal pensamiento, sino comenzando a caminar por el camino correcto y abrigando el pensamiento correcto.

2. Hay dos m�todos para abandonar los malos caminos y los malos pensamientos. El que por medio de la abnegaci�n y la auto-represi�n, cuando la conciencia de un hombre lo arresta y le proh�be severamente que contin�e por m�s tiempo en su malvado estilo de vida, y �l toma una firme determinaci�n de desarraigar la pasi�n o el h�bito que hasta ahora lo ha dominado. Entonces comienza una tremenda lucha entre el esp�ritu y la carne, y con la fuerza de la pura voluntad �l refrena el apetito rebelde.

El sentido del deber le da fuerza por un tiempo, pero, ay yo, la tensi�n de la voluntad es demasiado tensa para durar, y llega un rebote y dice: �No puedo mantener la contienda por m�s tiempo. Debo ceder ". El otro m�todo comienza en un punto diferente. En lugar de luchar contra el mal en batallas campales, busca vencer desviando la mente hacia un canal de actividad diferente y despertando dentro de s� un orden diferente de sentimientos y afectos.

3. Observa que el imp�o no solo debe abandonar su camino, sino tambi�n sus pensamientos, de modo que la regeneraci�n debe extenderse no solo a los caminos externos, sino a los pensamientos m�s internos de la mente, indicando cu�n completo y universal es el el cambio ser�. Ahora considere cu�n firmemente establecidos est�n los hombres en los malos caminos y los malos pensamientos, y c�mo se deleitan en ellos y cu�n completamente se entregan a su poder.

No quieren cambiar y no creen que sean capaces de hacerlo. Dicen que la naturaleza humana es la naturaleza humana, y que es ut�pico esperar que los hombres renuncien a formas de vida comunes a todo el mundo y a todas las �pocas; y as� contin�an golpeando la ronda eterna de los caminos humanos y el pecado humano, hasta que finalmente la vida se agota, y ellos mueren, y se van sin saber ad�nde. Pero hay algunos que se apoderan a intervalos de mejores pensamientos y deseos m�s nobles, que ven ante s� un bien en la vida despu�s de lo cual hacen arrebatos convulsivos.

4. Quiero se�alar a todos los que se lamentan de sus fracasos, que han tratado de conquistarse a s� mismos, pero se han hundido derrotados, cu�l es el m�todo divino como se se�ala en la Biblia, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. . Es lo que he llamado el m�todo positivo, no el directo, sino el indirecto y exitoso. Aqu� se le llama, Buscar al Se�or mientras se puede encontrar, invocarlo.

�l mientras est� cerca, y vuelve al Se�or. Cristo lo llama una venida a �l en nuestro cansancio, creyendo en �l para llegar a la vida eterna. Es la fe, la entrega de nosotros mismos a �l, a Su bondad, a Su amor, a Su Esp�ritu, a su ejemplo y voluntad. ( C. Corto, MA )

Los malvados, cuyo nombre, en el idioma hebreo, se deriva de una palabra que significa estar inquieto. Esta designaci�n estar� de acuerdo con las disposiciones turbulentas por las que las personas de este car�cter a menudo son notables. Inquietud es su nombre, y la inquietud est� con ellos. No pueden dejar de pecar, que los vuelve inestables y fluctuantes, y muchas veces inc�modos para ellos mismos y molestos para la sociedad. Al despreciar a Dios y su autoridad, son inquietos y asiduos en la pr�ctica de la iniquidad. ( R. Macculloch. )

Conversi�n

I. LA CONVERSI�N DE UN PECADOR se expresa en tres grados.

1. En el abandono de los caminos perversos.

2. En el abandono de los malos pensamientos.

3. Volviendo nuevamente al Se�or.

II. LA CONDICI�N EN QUE SE ENCUENTRA EL QUE HIZO TODO ESTO no es un estado de m�rito, sino de misericordia; no, ni un poco de m�rito, sino mucha misericordia. ( Modo J. )

Una oferta de misericordia

I. EL CONSEJO: que es enmienda de vida.

1. El acto de aversi�n.

(1) Por su "curso". "Deje que el imp�o abandone su" camino ".

(2) Como llega a la mente de un hombre. El hombre inicuo sus pensamientos ". La ley de Dios llega a nuestros pensamientos para ordenarlos y regularlos. Los pensamientos de los hombres son el resultado y la emanaci�n propios de sus almas, y por eso m�s especialmente para ser rectificados en ellos. Los pensamientos son tales en los que se extiende especialmente el Evangelio y el ministerio de la Palabra ( Hebreos 4:12 ; 2 Corintios 10:5 ). Dios mismo es un buscador y examinador de los pensamientos y del hombre interior.

2. El acto de conversi�n. "Vu�lvase al Se�or". Esta es la naturaleza del verdadero arrepentimiento: es volverse del pecado a Dios.

II. LA PROMESA o argumento para hacer cumplir este consejo e invitaci�n. Eso se toma de la disposici�n de Dios al perd�n del pecado con esa condici�n. ( T. Horton, DD )

Pensamientos injustos

Estos malos pensamientos que deben abandonarse pueden clasificarse en tres clases.

1. En cuanto a opini�n. Tomemos a un hombre en su condici�n natural, y tiene muchas presunciones extra�as en su cabeza, mientras permanece as� ( Romanos 1:21 ).

(1) Los pensamientos de pecado: cuando un hombre se convierte, los abandona. En su condici�n natural, muchas veces no comete pecado. "Los necios se burlan del pecado".

(2) As� tambi�n sus pensamientos de gracia, piedad y hombres piadosos.

(3) De nuevo, por sus pensamientos sobre Dios mismo, debe abandonarlos y pensar de otra manera en �l.

2. En cuanto a la contemplaci�n, tambi�n aqu� debe abandonar sus pensamientos. Tomemos a un hombre carnal, y �d�nde est�n todos sus pensamientos? �Qu� es aquello en lo que m�s corre su mente? Pues, sobre el mundo y las cosas del mundo.

3. En cuanto a la invenci�n y el dise�o. Los hombres malvados, como est�n llenos de vanas meditaciones, por lo general est�n llenos de artificios pecaminosos. Y todav�a est�n preparando un tren para la iniquidad futura en s� mismos: "haciendo provisiones para que la carne satisfaga sus deseos". ( T. Horton, DD )

Consejos divinos para los malvados

I. EL CONSEJERO. El Padre de los imp�os est� aqu� hablando a los imp�os. El que habla conoce a todo malvado. El que habla odia el mal. El que habla tiene poder para destruir a los imp�os en el infierno. No desea la muerte de un transgresor, sino que se vuelva a �l y viva. Es el Dios redentor quien se dirige aqu� al imp�o.

II. SU CONSEJERO. �Dejemos a los imp�os�, etc. Tenemos caminos en com�n; pero tenemos formas que son individuales y propias de nosotros. Cada hombre tiene su forma de pensar, razonar, imaginar, sentir, querer y actuar. Ahora, "el imp�o se pone en un camino que no es bueno", y Dios dice: "Sal de all�, dejalo". Este consejo se basa en los siguientes hechos.

El camino de los imp�os y los pensamientos de los injustos son absolutamente err�neos. Son perjudiciales, perjudiciales para el mismo hombre inicuo. Adem�s, ahora es posible el arrepentimiento; porque el Hijo del Padre que ahora habla al imp�o, es exaltado para dar arrepentimiento y remisi�n de pecados. Adem�s, Dios mismo lo busca. Este consejo requiere:

1. Autoinspecci�n. Le pide al malvado que mire en su camino. Le dice: Mira atr�s; ha sido un camino rudo, a veces cubierto, es cierto, de hierba verde brillante y de musgo suave y tentador; pero los pedernales han atravesado todo y han hecho sangrar los pies con frecuencia; de modo que si el imp�o mira hacia atr�s, encontrar� marcas de sangre en su camino, prueba de que el camino de los transgresores es duro. El imp�o no solo debe mirar su camino, sino el imp�o sus pensamientos. Debe considerar sus prop�sitos.

2. La admisi�n de la verdad sobre el car�cter del camino y sobre la naturaleza de los pensamientos. Es muy posible que un hombre malvado que mira hacia atr�s y ve que su camino es dif�cil, trate de olvidarlo. Dios dice, admite la verdad.

3. La resistencia de una inclinaci�n a seguir adelante.

4. Sumisi�n a la convicci�n de que el camino es malo, y el abandono de todo prop�sito injusto, con desviaci�n real del camino de la transgresi�n abierta y real. Es posible que en medio de una multitud de transgresiones, haya un pecado maestro; y ese pecado maestro, puede ser, la piedra angular de todas tus transgresiones. Quite eso, y sus h�bitos de pecar se romper�n. Este consejo requiere apelar a Dios pidiendo misericordia, ayuda y reconciliaci�n.

III. LOS CONSEJOS. Si toma una Concordancia y lee la palabra �imp�o�, creo que se sorprender� al ver con qu� frecuencia se reconoce a los gui�ados en las Sagradas Escrituras, y los hombres a menudo hablan de los imp�os. Pero Dios y los hombres no siempre significan lo mismo. Los hombres limitan indebidamente la aplicaci�n de esta palabra. Llaman malvados a los inmorales, y s�lo a los inmorales. Ahora escuche lo que dice el Se�or al describir a un hombre inicuo. "Dios no est� en todos sus pensamientos"; de modo que es un hombre inicuo que no reconoce a Dios en el propio mundo de Dios.

IV. LA PROMESA O SEGURIDAD POR LA CUAL ESTE CONSEJO ES SANCIONADO Y SOSTENIDO. Es como la promesa hecha a la fe; debes creer para realizar la promesa. Es como la promesa hecha al arrepentimiento: debes arrepentirte para cumplir la promesa. La promesa es condicional; y sin embargo, f�jate, es seguro. La promesa se hace, adem�s, a los personajes. Hay, por tanto, una indefinici�n en ello que bien puede animarle. No es necesario que entre en tu maldad, o que defina o describa tus pensamientos. ( S. Mart�n. )

La necesidad y la naturaleza de la conversi�n.

Esta no es una demanda meramente legal; es una exigencia del Evangelio, que se encuentra en el centro de un cap�tulo del Evangelio en los escritos del m�s evang�lico de todos los profetas.

I. LA NECESIDAD DE LA CONVERSI�N. "�Correcto sobre la cara!" es el orden de marcha de todo pecador.

1. Esto ser� inmediatamente evidente cuando pregunte: �C�mo ser�a coherente con la santidad de Dios que �l dejara a un lado nuestro pecado pasado y luego nos permitiera seguir pecando como lo hac�amos antes?

2. De hecho, no hay un solo caso, ni un emblema en la par�bola, que lleve a un hombre a esperar que podr� guardar sus pecados y, sin embargo, ser salvo.

3. Adem�s, nuestro sentido com�n nos dice que ser�a muy peligroso para la sociedad si los hombres fueran perdonados y, sin embargo, no fueran renovados en car�cter y lira.

4. Adem�s, ser�a un grave perjuicio para el hombre mismo, he llegado a la conclusi�n de que la peor forma de car�cter se produce en el hombre que, por alguna raz�n u otra, se cree un favorito del Cielo, y, sin embargo, contin�a complaci�ndose en el pecado.

II. LA NATURALEZA DE ESTA CONVERSI�N. �C�mo se describe aqu�?

1. Se trata de la vida. "Deje el imp�o su camino". Es "su camino" que debe abandonar; �sa es su forma natural, la forma en que dice que fue educado, la forma en que lo conducen sus afectos, propensiones y pasiones naturales. Debe abandonar este camino, aunque es el camino en el que ha caminado estos treinta, cuarenta, cincuenta, sesenta, setenta o incluso ochenta a�os; tendr� que salir de este camino, por mucho que se deleite en ello.

�Les dir� lo que har�, dice uno; �Seguir� con mi antiguo estilo, pero no viajar� tan r�pido en �l. No vivir� una vida tan r�pida como la que he hecho ". Te digo que debes abandonar ese antiguo camino, el tuyo por completo, si quieres ser salvo. �Ese es un lenguaje bastante fuerte, dice alguien. �Crees eso? Tendr� que usar expresiones a�n m�s fuertes en este momento, porque el siguiente punto con respecto a la naturaleza de este arrepentimiento es que:

2. Se trata de los pensamientos del hombre. En el pensamiento, es a menudo la esencia misma del pecado. Un acto puede ser en s� mismo incoloro; pero el motivo para hacerlo, el pensamiento detr�s de �l, pone el veneno, el virus y la culpa en el hecho. Como ese es el caso, �qu� tipo de pensamientos debe abandonar el hombre inicuo? Debe renunciar a muchas buenas opiniones de las que est� muy orgulloso; su opini�n sobre Dios, por ejemplo.

Para el hombre imp�o, a menudo es un placer sentarse y pensar en lo que �l llama los d�as alegres de su juventud, cuando sembr� su avena silvestre. Tambi�n debemos abandonar nuestros pensamientos en el sentido de apartarnos de todos los prop�sitos del mal. Ese, de hecho, es el significado principal de la palabra hebrea que se usa aqu�: "Que el hombre inicuo abandone sus prop�sitos". Dices que har�s esto o aquello, sin pensar en si Dios quiere que sea as� o no.

Posiblemente sea tu prop�sito, como lo expresas, "tener tu aventura". Usted ha venido del campo, joven, est� contento de haberse alejado de los hilos del delantal de su madre, y ahora va a salirse con la suya. Abandona todos esos pensamientos, te lo imploro.

3. El texto dice adem�s, �y vu�lvase al Se�or, - para que esta conversi�n trate con el pecador en su relaci�n con Dios. Aquel que quiera encontrar misericordia debe volver a Dios para obtenerla.

(1) Debes empezar a pensar en Dios.

(2) Entonces debes rendirte a �l, entregar tu voluntad a Su voluntad; y, haciendo eso, debes orarle, clamarle por misericordia; y luego debes confiar en �l. Especialmente, debes aceptar Su camino de salvaci�n por fe en Jesucristo.

III. EL EVANGELIO DE ESTA CONVERSI�N. Posiblemente alguien diga: "Se�or, nos ha estado predicando la ley". No, no tengo. La ley no dice nada sobre el arrepentimiento. La ley te maldice desde el primer momento en que la has infringido. Ese mensaje de gracia: �Arrepent�os, pues, y convert�os, para que sean borrados vuestros pecados�, no es la expresi�n de la ley, sino del Evangelio.

1. El evangelio reside en el hecho de que Dios ha prometido que perdonar� abundantemente a los que se aparten de sus malos caminos.

2. Dios no s�lo pide a los hombres que se vuelvan a �l, sino que les permite volverse a �l; as� que el Evangelio de este pasaje es que Dios el Esp�ritu Santo es dado gratuitamente a los pecadores para convertirlos, primero en sus corazones y luego en sus vidas.

3. Jesucristo mismo vino al mundo con el prop�sito de que este Esp�ritu Divino pudiera ser dado en conexi�n con el ejercicio, por parte de los hombres, de la fe en �l.

4. Dios dio a su Hijo, Jesucristo, para ofrecer una expiaci�n completa y completa por el pecado. ( CH Spurgeon. )

Del desierto al jard�n

Este vers�culo no deja nada sin decir que deba ser dicho al alma inquisitiva. En una declaraci�n simple y ordenada, nos presenta todo el hecho de la responsabilidad humana y la promesa divina con respecto a la salvaci�n del hombre. Comprenderemos mejor nuestro texto al ver su relaci�n con el contexto. Este cap�tulo es un mensaje prof�tico perfecto en s� mismo. �ntimamente relacionado con lo que le ha precedido, vitalmente conectado con lo que ha de seguir, a�n puede tomarse como una declaraci�n directa del profeta de Dios a las personas que viven bajo ciertas condiciones de vida.

El cap�tulo presenta un contraste notable y sorprendente. Las condiciones descritas en la primera parte son completamente diferentes de las descritas en la �ltima. Las cifras utilizadas son diferentes. Observe la condici�n de vida a la que se dirig�a el profeta. �Todo el que tiene sed�, �el que no tiene dinero�, �gastas dinero en lo que no es pan�, �vuestro trabajo en lo que no sacia�, �pueblo sediento, hambriento y duro; trabajando, y nunca satisfecho.

Hacia el final del cap�tulo, se describen diferentes condiciones: - �Saldr�is con gozo, y ser�is llevados con paz� (vers�culos 12, 13). Ves el contraste. En un caso tienes el desierto, en el otro el jard�n; en la vida �nica, ardiente, inquieta, insatisfecha; en el otro, alegr�a, paz, canto. En cada uno el lenguaje es figurativo, pero figurativo de una condici�n de vida muy positiva.

Pero, �c�mo puedo pasar del desierto al jard�n? A mitad de camino de este cap�tulo, por una coincidencia de disposici�n, en el verso central, est� la puerta por la cual un hombre puede salir del desierto y entrar al jard�n. �Deje el imp�o su camino�, etc. En este vers�culo tengo la disposici�n perfecta del plan de salvaci�n. En un an�lisis del vers�culo descubro la filosof�a de la salvaci�n, y en la estructura del vers�culo encuentro el programa simple de la salvaci�n. Hay dos partes en este vers�culo.

I. ALGO QUE EL HOMBRE PUEDE HACER. Aqu� hay tres cosas que el profeta declara necesarias. No son tres, sino uno; cada uno se funde con el otro, y s�lo cuando se obedece al �ltimo se obedece a los anteriores; y, sin embargo, tom�moslos en su secuencia.

1. "Deje el imp�o su camino".

2. �El hombre inicuo sus pensamientos.

3. "Vu�lvase al Se�or". De hecho, el profeta aqu� est� comenzando en los confines de la vida, pasando al c�rculo interno, hasta llegar al hecho central de la naturaleza del hombre. Comenzaremos en este patio exterior.

La palabra hebrea traducida "camino" en este punto significa un camino trillado, el camino por el que un hombre camina habitualmente; y se usa en sentido figurado en los escritos hebreos del conjunto general y la direcci�n de la vida de un hombre, y el profeta dice que lo primero que tiene que hacer un hombre para volver al jard�n es dejar su camino, el conjunto exterior y direcci�n de su vida. Luego llega a otra palabra, "Deje el hombre inicuo abandonar sus pensamientos", y la palabra hebrea aqu� significa literalmente una red, en sentido figurado un plan, una concepci�n, un ideal.

De modo que el profeta ahora ha llegado a algo m�s profundo que el conjunto externo de la vida de un hombre. Debe renunciar a eso renunciando a su concepci�n interna de la vida. �Y c�mo puede un hombre abandonar su camino exterior y su concepci�n interior, y por qu� debe un hombre abandonar su camino exterior y su concepci�n interior? Debe renunciar a ella volviendo al Se�or, y debe renunciar a ella porque no es el camino del Se�or ni el pensamiento del Se�or.

Note lo que sigue inmediatamente a este s�ptimo vers�culo. En la Versi�n Autorizada, en el vers�culo 8, hay una marca de p�rrafo de la que debemos prescindir. La marca de p�rrafo se coloca para indicar el hecho de que el profeta comienza un nuevo tema. De hecho, no hace nada por el estilo; contin�a con el mismo tema. Aqu� estamos tocando la cuesti�n fundamental del pecado. Cuando el profeta llama a un hombre a abandonar su camino, no es que le pida que deje de beber, de robar, de mentir o de impurezas.

�Todos nosotros, como ovejas, nos hemos descarriado; nos hemos vuelto, cada uno por su camino �. Esa es la esencia del pecado. El problema esencial no es que un hombre beba o jure; es que ha elegido seguir su propio camino, en lugar del camino de Dios. La ra�z del pecado subyacente de la humanidad es la rebeli�n contra el gobierno de Dios. Que el pecado se manifieste en formas vulgares, contra las cuales firmamos juramentos; o puede manifestarse en el paganismo culto y refinado que intenta vivir sin oraci�n y sin adoraci�n.

�Te dir�, en el nombre de Dios, cu�l es el problema en tu vida! Es imp�o, ese es el problema. Te dir� por qu� est�s en el desierto. Le has dado la espalda a Dios. Te dir� por qu� nunca est�s satisfecho con agua o pan. Es porque has dejado el lugar de la relaci�n �ntima y de primera mano con Dios. �Quieres salir del desierto, volver a Dios? Abandona tu camino; tomar el suyo.

Renuncie a su pensamiento; tomar el suyo. �Pero�, dice un hombre en su orgullo, ��por qu� deber�a abandonar mi camino y tomar el camino de Dios? �Y por qu� deber�a renunciar a mi pensamiento y tomar el pensamiento de Dios? " Contin�e y vea lo que dice el profeta (vers�culo 8). El pensamiento de Dios para ti es el pensamiento del cielo. Tuyo es el pensamiento de la tierra. Dios piensa infinitamente m�s en ti de lo que t� piensas en ti mismo. La tuya es una estimaci�n degradada de tu propia vida.

Dir�s: "S�, es cierto, volver� al Se�or".
Entonces s� de inmediato que tu rostro se fija hacia la alta concepci�n de Dios, hacia la gran carretera de Dios, la pr�xima conciencia ser� la de tu pecado, los a�os desperdiciados vendr�n arrasando sobre ti como una avalancha. Si, en verdad, est�s en esta puerta portuaria, y tu rostro est� vuelto hacia, Dios entonces escucha el evangelio, ��l� tendr� misericordia. �l perdonar� abundantemente.

II. ALGO QUE DIOS HAR�. Debes hacer lo que �l te diga y �l har� lo que promete. Tienes que obedecer; eso es arrepentimiento. Debes confiar en �l; eso es fe. Ese es todo el programa de salvaci�n. ( GC Morgan, DD )

El camino al perd�n

I. UN RETRATO VIVO.

1. Presenta al hombre de malas acciones.

2. Tambi�n tenemos el retrato del hombre de prop�sitos imp�os. �Qu� espejo presenta el texto a la sociedad!

II. UNA PRIMERA EXHORTACI�N.

1. �Deje que el imp�o abandone�, etc. Se requiere que el pecador abandone, que abandone su pecado.

2. "Vu�lvase al Se�or". El pecador vive de manera anormal, antinatural. Es un hijo pr�digo lejos de casa, una oveja errante m�s all� de la protecci�n del redil, una pieza de plata perdida. Por tanto, la religi�n es un retorno a Dios, a las primeras relaciones, a los comportamientos naturales. Los pecadores son como estrellas errantes que se escapan de su �rbita. La conversi�n los restaura a su lugar apropiado en el avance del prop�sito Divino. El texto es una revelaci�n de la naturaleza del verdadero arrepentimiento y de la fe salvadora.

III. UNA PROMESA EXCEDENTE GRANDE Y PRECIOSA.

1. "Y tendr� misericordia de �l". La misericordia es la riqueza de Dios. "Rico en misericordia".

2. "Perd�n en abundancia". �Qu� m�sica hay en estas palabras! ( Revisi�n homil�tica. )

Arrepentimiento

En la exhortaci�n al arrepentimiento en Isa�as 55:7 , ambos lados del ???????? encuentran expresi�n: el abandono del ego�smo pecaminoso y el regreso al Dios de salvaci�n. ( F. Delitzsch, DD )

Arrepentimiento

I. LAS OBLIGACIONES DE UN ARREPENTIMIENTO TEMPRANO.

II. LA VERDADERA NATURALEZA DEL ARREPENTIMIENTO. ( J. Taylor, LL. D. )

La entrega de los pensamientos

Otra cosa a la que tenemos que renunciar, y que es m�s dif�cil, creo, que renunciar a la voluntad y el camino, son nuestros pensamientos. La mayor�a de los hombres tienen sus pensamientos sobre la forma en que deben ser salvos. Debido a que Dios no los convierte de la manera que ellos han planeado, o creen que deber�a hacerlo, ellos piensan que no pueden ser salvos. El hombre piensa que puede arrepentirse cuando est� enfermo y est� a punto de morir. Piensa que es mejor que arrepentirse en los primeros a�os de vida; y algunos van m�s all� y dicen: �Creo que un hombre puede repetir despu�s de la muerte; Creo que habr� otra oportunidad si pierde su oportunidad en esta vida.

Y otra clase dice: �Creo que todos vamos a ser salvos; los puros con los impuros ser�n arrastrados al Reino de Dios �. Ese es el pensamiento del hombre; pero ese no es el pensamiento de Dios. El hombre cree que puede salvarse por las obras. Los pensamientos de Dios son completamente diferentes. Al que no obra, mas cree. Despu�s de que un hombre nace en el Reino de Dios, debe mostrar su fe por las obras; pero no trabajamos por la salvaci�n.

Otros piensan que debes ser salvo por ordenanzas. Las ordenanzas est�n bien en su lugar; pero cuando vienes a poner ordenanzas en lugar de la salvaci�n, eso es un gran error. Algunas personas dicen: �Me gustar�a mucho deshacerme de mis pecados, y si pudiera deshacerme de ellos, vendr�a a Cristo. Aqu� muchos caen en un pozo. Si pudi�ramos deshacernos de nuestros pecados, no deber�amos desear un Salvador. Es porque no podemos deshacernos de nuestros pecados que necesitamos venir a Cristo. ( DL Moody. )

La disparidad moral entre los pensamientos y caminos del hombre, y los pensamientos y caminos de Dios, un argumento para un cambio moral por parte del hombre.

I. DIOS HA DOTADO AL HOMBRE CON CAPACIDADES PARA ACTUAR EN ALGUNA MEDIDA COMO EL MISMO, EN LA TANTO QUE AMBOS TIENEN SUS "PENSAMIENTOS Y CAMINOS".

1. Dios tiene sus pensamientos, pensamientos sobre s� mismo, el universo; sobre todas las realidades y posibilidades. Algunos de Sus pensamientos han sido incorporados y sus formas destruidas, hace siglos. Algunos ahora est�n incorporados en la creaci�n, en eventos hist�ricos, en la redenci�n, etc. Algunos todav�a est�n por incorporarse en nuevos universos, etc. Y algunos nunca tomar�n forma. Hay un oc�ano infinito de pensamiento en la mente Divina que nunca ha tomado forma y nunca lo har�.

2. Dios tiene sus caminos. Tiene m�todos de acci�n establecidos. Tiene un m�todo para crear, gobernar, destruir y salvar. De ah� la ciencia y el arte, que implican m�todos asentados.

3. El hombre tiene sus pensamientos. Est� lleno de pensamientos, de un tipo u otro; piensa por una necesidad de su naturaleza; su poder de pensar es la gloria de su naturaleza.

4. El hombre tambi�n tiene sus caminos. Tiene sus m�todos para hacer las cosas.

II. ENTRE LOS PENSAMIENTOS Y MODOS DE LOS HOMBRES MALOS E INJUSTOS Y LOS DE DIOS HAY UNA DISPARIDAD MORAL INMENSA. �Mis pensamientos no son tus pensamientos�, etc. Decimos disparidad moral, porque la disparidad natural debe existir por una necesidad eterna. Podemos mencionar dos puntos de diferencia moral. Uno en relaci�n con el ser en general y el otro en relaci�n con los enemigos.

1. En cuanto a lo primero, los pensamientos y caminos de Dios se preocupan por la felicidad general, los de los hombres malvados por fines personales.

2. En cuanto a esto �ltimo, los pensamientos de Dios se preocupan por el perd�n del ofensor, los de los imp�os por el castigo.

(1) Dios ofrece misericordiosamente perd�n al ofensor. �Lo hacen los malvados?

(2) Dios ofrece misericordiosamente perd�n a los ofensores que est�n muy por debajo de �l. �Lo hacen los malvados?

(3) Dios ofrece misericordiosamente perd�n a los ofensores que han rechazado repetidamente Sus insinuaciones. �Lo hacen los malvados?

(4) Dios ofrece misericordiosamente perd�n a trav�s de un sacrificio maravilloso: Su Hijo. �Lo har�an los malvados?

III. LA DISPARIDAD MORAL ENTRE LOS PENSAMIENTOS Y MODOS DE LOS MALVOS Y LOS DE DIOS PRESENTA UN CAMBIO DE PARTE DEL ANTERIOR URGENTEMENTE NECESARIO. �Deja a los malvados�, etc. �Por qu�? Porque

�Mis pensamientos�, etc. Aqu� est�n impl�citos dos pensamientos y mostrar�n la fuerza de esta raz�n.

1. Una disparidad moral de pensamiento y de camino entre la criatura y el Creador es eternamente incompatible con el bienestar de la criatura. Los pensamientos y caminos de Dios son las fuerzas irresistibles del universo. El que piensa y act�a en contra, lucha contra todo viento y ola del ser y el Esp�ritu poderoso en todos. Debe ser aplastado.

2. La eliminaci�n de esta disparidad nunca se llevar� a cabo mediante ning�n cambio por parte de Dios. Las palabras implican esto, y es una gran verdad. Dios no puede cambiar y no es necesario que cambie. Aqu�, entonces, est� el argumento; si existe una disparidad moral, y si la eliminaci�n es esencial para nuestro bienestar, y si Dios no puede cambiar, "dejemos a los malvados", etc.

IV. ESTE GRAN CAMBIO DE PARTE DE LOS MALOS ES ALENTADO POR LA SEGURIDAD DE QUE DIOS LO TRATAR� CON MISERICORDIA A SU REGRESO. "Tendr� misericordia de �l"; "�l perdonar� abundantemente". ( Homilista. )

Los caminos de Dios y los caminos del hombre

I. POR QU�, EN LA MEDIDA EN QUE LA NATURALEZA DE DIOS DIFIERE DE LA DEL HOMBRE, SE PUEDE SUPUESTAR MENOS PROBABILIDADES DE PERDONAR.

1. Dios nos conoce m�s a fondo que cualquier ser humano; �l conoce lo peor de nosotros, y conoce el gran elemento oculto del car�cter que s�lo ocasionalmente es traicionado.

2. Ha conoce los motivos y sabe que existen malos motivos incluso para las buenas acciones.

3. �l juzga nuestros pecados con un est�ndar infinitamente m�s alto que el del hombre.

II. POR QU� DIOS ES, SOLO POR ESA DIFERENCIA, INFINITAMENTE M�S PROBABLE PARA PERDONAR.

1. Entre los hombres, los mejores y m�s puros no son los censores y jueces m�s severos, porque la bondad humana es m�s misericordiosa en la medida en que se acerca a la perfecci�n.

2. En Dios no hay irascibilidad ni resentimiento ficticios. La vida de Cristo en la tierra fue la historia de una paciencia larga, silenciosa e inamovible, de absoluta superioridad de por vida sobre los sentimientos personales.

3. Aunque para la justicia o la rectitud es una satisfacci�n que un hombre malo sea miserable, es otra satisfacci�n m�s noble y m�s dulce que se convierta en un buen hombre. ( J. Caird, DD )

Perd�n por el penitente

Encontramos en el texto:

I. UNA EXHORTACI�N AL ARREPENTIMIENTO. Aqu�, en pocas palabras, se nos da a entender claramente en qu� consiste el arrepentimiento genuino.

II. LA PROMESA DEL PERD�N ANEXO A LA EXHORTACI�N. Si el imp�o abandona su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y se vuelve al Se�or, �l tendr� misericordia de �l y lo perdonar� con abundancia. Aqu� se ordena el arrepentimiento como un requisito previo para el perd�n. �Y otros pasajes de la Escritura no hablan el mismo idioma? Sin embargo, no debemos suponer que hay algo meritorio en nuestro arrepentimiento.

No posee ninguna virtud o eficacia para expiar nuestra culpa. Es nuestro deber ineludible, pero no compensa los fracasos pasados; no hay expiaci�n por las transgresiones pasadas. Es en s� mismo el don de Dios, que ha exaltado a su Hijo amado para que sea Pr�ncipe y Salvador, para d�rselo a los rebeldes. Por tanto, no puede merecer nada. Sin embargo, es solo al penitente a quien Dios extiende Su misericordia perdonadora.

�Por qu�? Bastar�a con responder que tal es el benepl�cito de Su voluntad; pero tambi�n podemos agregar que solo el penitente est� calificado para recibir y apreciar la bendici�n. Pero se puede preguntar: �C�mo puede Dios favorecer al pecador? Para obtener una respuesta, debemos acudir al Evangelio de Su gracia, que es el �nico que nos informa c�mo �l puede ser un Dios justo y, sin embargo, un Salvador.

III. Un est�mulo para mantener la promesa. �Qu� respuesta das?

1. Alguien, quiz�s, en el quebrantamiento de su coraz�n puede responder: �S�, debo creer que Dios es verdaderamente misericordioso y misericordioso. Tambi�n percibo que �l puede, en el Hijo de su amor, ser un Dios justo y un Salvador. �Pero Ay! mis pecados han sido tan numerosos que, aunque puede perdonar a otros, no puedo persuadirme de que me conceda el perd�n ". Pero, �qu� dice Dios? �Mis pensamientos no son tus pensamientos. Como los cielos son m�s altos que la tierra, as� mis pensamientos son m�s altos que los tuyos �.

2. "Pero", dice otro, "mis pecados no s�lo han sido numerosos, sino muy agravados". Si hubieras pecado tan a menudo y tan atrozmente contra tus semejantes, bien podr�as desesperar por el perd�n. Es demasiado, por desgracia, nuestra manera de tomar represalias entre mal y mal. Pero "tus caminos no son mis caminos", etc.

3. Me parece escuchar a un tercero con angustia de esp�ritu exclamando: "Soy uno de esos horribles personajes conocidos en las Escrituras con el nombre de descarriados". Las palabras que aqu� se traducen como "perd�n en abundancia" se traducen en el margen "multipl�cate para perdonar". El Se�or perdonar�, no s�lo una vez, sino una y otra y otra vez. Conclusi�n: Es doloroso pensar que alguien deber�a ser tan malvado, y estar tan perdido en todo sentimiento de gratitud, como para pervertir tal tema.

Sin embargo, es un hecho que muchos son culpables de hacerlo. Hay dos personajes especialmente que est�n bajo este cargo. Uno de ellos es el transgresor endurecido e impenitente, que se anima a seguir adelante en su carrera pecaminosa por la consideraci�n de que Dios es misericordioso y no dejar� de perdonarlo al final.

2. El otro es el profesor antin�mico de religi�n, que profesa conocer a Dios, pero en las obras lo niega y se esfuerza por adormecer la conciencia para que descanse ensalzando su gracia soberana y abrumadora. La gracia de Dios nunca tuvo la intenci�n de envalentonarnos en un curso de transgresi�n; ni jam�s produce este efecto en quienes lo conocen en verdad. ( D. Rees. )

Refugio en la misericordia de Dios

Hay una historia de un hombre que sue�a que est� en un campo abierto en una tormenta feroz y violenta. Busca desesperadamente un refugio. Ve una puerta sobre la cual �Santidad est� escrita. Parece que hay refugio en el interior y llama a la puerta. La puerta es abierta por uno con vestiduras blancas, pero nadie, excepto el santo, puede ser admitido; y no es santo. As� que se apresura a buscar refugio en otro lugar. Ve a otro y lo intenta, pero sobre �l est� inscrito "Verdad", y no es apto para entrar. Se apresura hacia un tercero, que es el palacio de Justicia; pero centinelas armados vigilan la puerta, y s�lo los justos pueden ser recibidos.

Por fin, cuando est� casi desesperado, ve una luz que brilla a cierta distancia y se apresura hacia ella. La puerta est� abierta de par en par, y hermosos �ngeles lo reciben con alegr�a. Es la casa de la Misericordia, y �l es acogido, encuentra refugio de la tormenta y es recibido con hospitalidad. Ninguno de nosotros puede encontrar refugio en ninguna puerta, salvo en la puerta de la Misericordia. Pero aqu� el pecador m�s vil puede encontrar refugio eterno; y no solo un refugio fr�o, porque la misericordia de Dios es tierna. ( JR Miller, DD )

El perdonar� abundantemente

Perdonando misericordia abundante

I. LA ABUNDANCIA DE LA MISERICORDIA PERDONADORA DE DIOS ES EVINUIDA POR LA REMOCI�N DE LOS OBST�CULOS A SU EJERCICIO. No fue aniquilando, esparciendo nuestras iniquidades en las regiones del olvido sin evidencia del aborrecimiento divino, que el camino est� abierto para su remisi�n, sino que Dios carg� sobre su Hijo las iniquidades de todos nosotros.

II. LA ABUNDANCIA DE LA MISERICORDIA PERDONADORA DE DIOS PUEDE SER ARGUMENTADA A PARTIR DE SU BENEVOLENCIA. La bondad de Dios, es decir, todo su car�cter, tiene la intenci�n de promover el mayor bien. Cuando este fin exige el castigo del pecado, esta bondad lo dicta, y en esto consiste lo que llamamos justicia. Cuando este fin es el perd�n del pecador, la misma bondad lo dicta, y en esto consiste la misericordia.

III. LA ABUNDANCIA DE LA MISERICORDIA PERDONADORA DE DIOS PUEDE SER EVINUADA DE LAS RIQUEZAS DE SU ANTIGUEDAD Y SU LARGA DURACI�N. Considerar&mdash

1. Los objetos de la paciencia divina; un mundo, toda nuestra especie en rebeli�n.

2. Su dise�o; su arrepentimiento y salvaci�n con gloria eterna.

3. Sus circunstancias; Cu�n f�cil para la Omnipotencia romper el hilo que nos sostiene sobre el abismo, y sin embargo �l nos perdona - �l perdona a los pecadores, mientras los mira con todo el aborrecimiento que se debe al pecado - �l los perdona, mientras �l puede glorificarse a s� mismo en su destrucci�n instant�nea y eterna - �l los perdona, cuando en medio de grandes y repetidas provocaciones, cuando, de la mism�sima paciencia de Dios, derivan s�lo dureza en la rebeli�n - �l los perdona para que pueda usar todos los medios posibles para su conversi�n y salvaci�n.

Viene a ellos en Su Palabra y en Su providencia; por los castigos y las d�divas de su mano; por la preservaci�n de cada momento; en los consejos y oraciones y ejemplo de los piadosos; en demostraciones visibles de Su poder eterno y Deidad; por los heraldos de la Cruz, que los advierten d�a y noche con l�grimas; en las puertas abiertas del cielo, y en la boca descubierta del pozo; en demostraciones completas de la belleza, la gloria y la suficiencia de un Salvador encarnado. �Por qu� estos esfuerzos por llevar al arrepentimiento, si no tiene misericordia del penitente? ( NW Taylor, DD )

Perd�n abundante

La certeza de su perd�n fue el cebo tentador con el que este antiguo pescador de almas se esforz� por "atrapar hombres".

I. Dios hace amplio en perdonar. Daremos vuelta a esa verdad una y otra vez, y la veremos de muchas maneras.

1. El perd�n de Dios bien puede ser abundante, porque brota de una fuente infinita; "Misericordia, que es eterna".

2. Son abundantes tambi�n los objetos a los que se ha extendido este perd�n. Bien est� dicho: ��l perdonar� ampliamente�, porque Dios ya ha perdonado a pecadores m�s numerosos de lo que puede estimarse por la aritm�tica humana.

3. Su perd�n es abundante cuando consideramos la abundancia de los pecados que el amor de Dios borra.

(1) Pecados de pensamiento: pensamientos rebeldes, pensamientos orgullosos, pensamientos blasfemos, pensamientos ateos, pensamientos codiciosos, pensamientos lujuriosos, pensamientos impacientes, pensamientos crueles, pensamientos falsos, pensamientos de mala memoria y sue�os de un futuro imp�o; �Qu� enjambres hay? Adem�s, la omisi�n de pensamientos que deber�an haber sido, tales como pensamientos de arrepentimiento, gratitud, reverencia, fe, etc., son igualmente numerosos: con la lista doble, mi lista est� escrita por dentro y por fuera con un horrible cat�logo. Como los mosquitos que pululan en el aire al atardecer, tan numerosas son las transgresiones de la mente.

(2) Pecados de palabra. �Qu� palabras han afligido el o�do puro y santo de Dios! Palabras contra �l mismo, contra su Hijo, contra su ley y su evangelio, contra nuestro pr�jimo, contra todo lo que es bueno y verdadero. Palabras orgullosas e intimidantes, palabras desafiantes y obstinadas, palabras falsas, palabras lascivas, palabras de vanidad y palabras de incredulidad deliberada.

(3) Pecados de obra, que en verdad no son m�s que los frutos que surgen de los pecados de pensamiento.

(4) Quiz�s los pecados que no conocemos son m�s numerosos que los pecados de los que somos conscientes. La conciencia puede no estar debidamente iluminada y, por lo tanto, muchas cosas pueden no parecer pecaminosas, lo que en realidad lo es; pero el ojo claro de Dios percibe todo lo que es repugnante a su santa ley. Innumerables pecados son perdonados con una palabra de los labios del amor divino.

4. Podemos ver la verdad de esto en el abundante pecado de aquellos pecados que son perdonados. �Alguna vez has encontrado un nido de ara�as justo cuando las ara�as j�venes han cobrado vida? Es una ciudad de ara�as; ahora, tal es cualquier pecado, es una colonia de iniquidades, una masa viva de ofensa. Adem�s de que hay muchos pecados en un solo pecado, quiero que recuerdes cu�nto virus del pecado a veces logramos guardar nos espera en un pecado.

Un hombre ha obrado mal y se ha resentido por ello, pero vuelve a hacer lo mismo voluntariamente, en contra de su propia conciencia y en contra de la advertencia que ha recibido. Un hombre a veces reconocer� lo tonto que ha sido y, sin embargo, volver� a hacerse el tonto. Algunos hombres pecan sin motivo alguno, por el mero desenfreno del pecado.

5. El Se�or �perdona abundantemente� cuando consideramos los abundantes medios de perd�n que siempre se ha complacido en proporcionar a los pecadores.

6. La abundante facilidad de los t�rminos del perd�n. �Dejemos a los imp�os�, etc., �eso es todo! Ning�n hombre puede esperar ser perdonado si contin�a con su pecado.

7. La abundancia de este perd�n puede verse en su plenitud.

8. �l �perdona ampliamente�, debido a las abundantes bendiciones que acompa�an a ese perd�n.

II. LAS INFERENCIAS QUE FLUYEN DEL PERD�N ABUNDANTE.

1. No hay lugar para que nadie se desespere.

2. Hay un fuerte llamado a todo aquel que no se haya arrepentido de hacerlo; porque �qui�n ser�a tan vil para ofender a un Se�or tan bueno y tan bondadoso?

3. Si hay alguien en esta casa al que el texto llama especialmente, es el pecador m�s grande aqu�; porque no puede haber abundante perd�n donde no hay abundante pecado.

4. A cambio de un Dios tan perdonador, debemos tener un gran amor. ( CHSpurgeon. )

Mahoma o cristiandad

He o�do a hombres decir a menudo: �Por qu� Jesucristo tiene tan pocos disc�pulos? El Evangelio se ha predicado durante 1.800 a�os y, sin embargo, Mahoma tiene m�s disc�pulos que Jesucristo. La pregunta se responde muy f�cilmente. Un hombre puede ser un seguidor de Mahoma y no renunciar a su pecado. Puede ser un seguidor de Confucio sin renunciar a su pecado; y la raz�n por la que Jesucristo tiene tan pocos disc�pulos es que los hombres no est�n dispuestos a separarse de su pecado. Si los hombres pudieran entrar en el Reino de Dios sin renunciar a nada, llegar�an a �l por miles. ( DL Moody. )

Perdon gratis

Cuando estaba predicando en Yorkshire en algunos servicios misioneros, un minero se me acerc� al final de uno de los servicios y me dijo: �Me gustar�a ser cristiano, pero no puedo recibir lo que has dicho esta noche. . " Dije: "Hermano m�o, �por qu� no?" Dijo: �Dar�a cualquier cosa por creer que Dios perdonar� mi pecado; pero no puedo creer que �l simplemente lo perdone si me dirijo a �l. Es demasiado barato.

Lo mir� y le dije: "Mi querido amigo, �has ido a trabajar hoy?" "S�." "�D�nde has estado trabajando?" Me mir� un poco asombrado y dijo: "Estaba en el pozo, como de costumbre". "�Como llegaste a casa?" �Oh, volv� a casa andando por el camino�. ��Pero c�mo saliste del pozo? �Como siempre lo hago. Entr� en la jaula y me llevaron a la cima.

"�Cu�nto pagaste para salir del pozo?" Me mir� asombrado y dijo: ��Pagar? Por supuesto, no pago nada �. Le dije: ��No ten�as miedo de confiar en ti mismo en esa jaula? �No fue demasiado barato? "Oh, no", dijo. �Fue barato para m�, pero a la empresa le cost� mucho dinero hundir ese pozo�. Y sin una palabra m�s, la verdad de esa admisi�n rompi� sobre �l, las fuentes del gran abismo se rompieron, y vio que si pod�a tener la salvaci�n sin dinero y sin precio, le hab�a costado al Dios Infinito un gran precio hundir ese pozo. y rescatar a los hombres perdidos. ( G. Campbell Morgan, DD )

Versículos 8-9

Porque mis pensamientos no son tus pensamientos

Pensamientos de dios

�El pensamiento de Dios! �Qui�n puede sondearlo?

Los astr�nomos nos hablan de estrellas en el cielo a distancias tan infinitas que su luz, disparada a trav�s del espacio a una velocidad inconcebible de 185.000 millas por segundo, requerir�a 3.500 a�os para llegar a la Tierra. Y aunque el pensamiento de Dios los coloc� tan lejos en el espacio, dispuso las leyes que los gobiernan, no es improbable que haya puesto a su alrededor planetas como el nuestro, poblados de sentimientos y seres responsables como nosotros.

A tal distancia lleguen los pensamientos de Dios con la misma claridad y sabidur�a que en este peque�o globo. �No encontrar�n estos pensamientos, perforando las sublimes avenidas del espacio infinito, un camino por el cual podamos ser salvos? ( Sermones del club de los lunes ) .

Los pensamientos de dios

Podemos formarnos alg�n concepto de ellos a trav�s de las obras de su mano, ya sea en la naturaleza, la providencia o la redenci�n. El salmista los describe como permanentes en su resistencia; como superando los c�lculos de la aritm�tica humana; y como un abismo insondable. Se dice de Kepler que, una noche, despu�s de pasar horas observando los movimientos de los cuerpos celestes, exclam�: "He estado pensando de nuevo en los primeros pensamientos de Dios". Pero hay pensamientos anteriores a los impresos en la naturaleza. El amor que llev� a la elecci�n del hombre en Cristo, y que culminar� en la gloria, es mucho m�s antiguo. ( FB Meyer, BA )

Dios un pensador

�Pienso, luego existo, fue la f�rmula en la que la gran mente de Descartes encontr� la paz. Podemos adaptarlo con reverencia y decir: "Dios piensa, luego Dios es"; y la prueba de que �l piensa es el gran universo que nos rodea llevando, en todas partes, las marcas de una mano dise�adora. La calidad de cualquier mente est� determinada por su producto. La rara cualidad de la mente de Shakespeare encontr� expresi�n en "Hamlet" y "Macbeth", la de Milton en "El para�so perdido" y la de Tennyson en los "Idilios del rey".

Stephenson demostr� el maravilloso poder mec�nico de su cerebro en la producci�n de la m�quina de vapor, y Edison ha demostrado lo que piensa al inventar el tel�fono y el fon�grafo. Te quedas de pie y contemplas con reverencial asombro St. Paul's, con su elevada c�pula, su magn�fico p�rtico, sus hermosas ventanas. �Qu� es? Una iglesia. S�, una iglesia en el coraz�n de la ciudad m�s concurrida del mundo; un testimonio constante de la multitud apresurada y negociadora, de que el hombre no vive solo de pan.

Es un edificio hermoso, un verdadero poema en piedra, manchado por los dedos obscenos del viejo Padre Tiempo, pero extra�amente extra�o y solemne, como lo he visto ba�ado por la luz de la luna, con la poderosa ciudad durmiendo a su alrededor, silenciosa y quieta. , o al menos tan quieto como siempre lo ha estado Londres. Es una de las mirillas por las que Londres tiene una vista del cielo. Pero es algo m�s. Es el pensamiento visualizado de un gran hombre; testigo mudo del hecho de que la mente es la gran cosa del mundo.

Sir Christopher Wren pens� que las catedrales, estaban en su cerebro, las vio antes de que se colocara una sola piedra, y luego seleccion� una y la puso en papel y le dijo al constructor: �Ahora, ponte manos a la obra. Pon este pensamiento m�o en piedra, y d�jalo estar all� en medio de la ciudad; para que todos los hombres puedan ver el tipo de cosas que mi cerebro es capaz de producir. De modo que este mundo, tan lleno de formas maravillosas y hermosos colores, no es m�s que la expresi�n externa del pensamiento de Dios. ( S. Herren. )

Hombre, como Dios, pensador

1. El poder del pensamiento es un punto en el que el hombre est� hecho a imagen de Dios. Otras criaturas animadas que se someten al pensamiento, la criatura inteligente, el hombre, no tienen comuni�n con Dios en el pensamiento; en su mundo de esp�ritu puro no pueden entrar. Cuando los hombres no piensan, y especialmente cuando no piensan en los asuntos m�s elevados e importantes, se degradan de la verdadera posici�n y ocupaci�n de las mentes inmortales.

2. En el texto tenemos dos personas pensando; y como resultado, los pensamientos del hombre y los pensamientos de Dios. El mismo declara que los pensamientos de Dios est�n muy por encima de los del hombre, y sin embargo, si alguna vez el hombre ha de morar con Dios, debe pensar como Dios piensa. "�C�mo pueden dos caminar juntos si no est�n de acuerdo?" Entonces, �qu� puedo hacer para elevarme a �l? Pienso todo lo que me plazca, pensar s�lo me pone de pie, y hasta ahora me sirve, pero todav�a me deja en la tierra, y Dios est� m�s all� de m�, y mis pensamientos no pueden llegar m�s a �l que un el beb� puede tocar las estrellas con el dedo.

Sin embargo, es un consuelo para m� si estoy sinceramente pensativo en Dios, que �l est� pensando en m�, porque si mis pensamientos no pueden llevarme hacia �l, Sus pensamientos pueden traerlo hacia m�, y cuando �l ha establecido una conexi�n entre el cielo que est� sobre m� y la tierra que est� debajo de �l, entonces yo, aferr�ndome a sus pensamientos y creyendo lo que ha pensado para �l, ser� arrastrado a su elevaci�n, y llegar� a pensar en sus pensamientos, y as� estar en comuni�n con el Alt�simo. ( CH Spurgeon. )

Dios perdona el pecado

Al principio, los hombres tienen una idea muy baja del pecado. Pero cuando el Esp�ritu Santo comienza a tratar con ellos, el pecado se convierte en una carga intolerable, una cosa temible. Mientras que el pensamiento del pecado se vuelve claro, el pensamiento del perd�n no lo es, al principio, tan claro. El pecado es grande, y por eso el pecador piensa que no puede ser perdonado, como si midiera al Se�or por su pecado. En nuestro texto, Dios en condescendencia ayuda al pecador a creer en el perd�n elevando su idea de Dios. Debido a que Dios es infinitamente superior al hombre, puede perdonar abundantemente.

I. TUS PROPIOS PENSAMIENTOS JUEZ PERDONO SER IMPOSIBLE.

1. Para algunos, parece imposible que pueda haber perd�n para ellos, debido a alg�n pecado especial, secreto, craso y grave. La mayor�a de las personas, cuando recuerdan sus vidas pasadas, ven cierto punto m�s negro que el resto.

2. A otros les parece que la dificultad del perd�n no radica tanto en alguna ofensa especial, como en el n�mero de sus pecados y la prolongada permanencia de ellos.

3. Otros han sido gravemente oprimidos con la idea de que no podr�an ser perdonados por la obstinaci�n de lo que han hecho. Ciertamente, este es un mal muy grave. La voluntad es la mism�sima condenaci�n del pecado.

4. �Se�or, dice uno,� pequ� con gran falsedad y traici�n de coraz�n; porque fui bautizado y me un� a una Iglesia �.

5. Escucho a uno decir: "Hay" acerca de mi pecado, esta atrocidad peculiar, que "me he lastimado a m� mismo ya otros por mi pecado".

6. Quiz�s incluso se pueda decir: Pero, se�or, mi pecado fue de este tipo, que deshonr� a Dios: negu� la Deidad de Cristo �.

II. LOS PENSAMIENTOS DE DIOS SOBRE OTRAS COSAS EST�N MUY SUPERIORES A LOS SUYOS. Es bastante seguro que los mejores pensamientos, los pensamientos m�s l�gicos, los pensamientos m�s originales, los pensamientos m�s correctos que jam�s hayas tenido, no son dignos de ser comparados con los pensamientos de Dios. Busque en la naturaleza. Las cosas que ves en la naturaleza fueron, al principio, pensamientos en la mente de Dios, y �l los encarn�. �Alguna vez tuvo pensamientos como los que Dios ha pensado en la creaci�n? Los pensamientos de Dios en la providencia: cu�n maravillosamente est�n por encima de los nuestros. Lees la historia, y todo parece ser un enredo. Sin embargo, antes de leer el cap�tulo, ver� en �l todo un plan y un m�todo. Siempre ha estado as� en tu propia mente como en el futuro. Lea las profec�as y vea lo que est� por suceder.

III. SUS PENSAMIENTOS SOBRE EL PERD�N EST�N POR ENCIMA DE LOS SUYOS.

1. �No eres lento para perdonar? "�l se deleita en la misericordia".

2. Llegas al final de tu perd�n en poco tiempo. Pero Dios contin�a hasta setenta veces setenta veces, una y otra vez, y nunca llega al final de la misericordia perdonadora mientras un alma clame a �l por perd�n.

3. Algunas cosas que le resultan dif�ciles de perdonar. Dios hace mucho m�s en el camino del perd�n de lo que pedimos o incluso pensamos.

4. Me temo que debo decir de algunos de ustedes que perdonan, pero no olvidan. Dios promete olvidar nuestras iniquidades. �Echar� todos sus pecados a mis espaldas�. �Arrojar� sus iniquidades en las profundidades del mar. No se les recordar� nunca m�s contra ellos ".

5. Perdonamos y, sin embargo, sentimos que la ira regresa. "He borrado", dice �l, "tus rebeliones". Una vez borrados, se acabaron para siempre.

6. No te calumnio cuando digo que no est�s muy ansioso por perdonar y te propongo hacer las paces con �l.

7. �Crees que alguno de nosotros sufrir�a mucho por poder perdonar a otro? Si hubiera una dificultad muy seria en el camino, de modo que no puedas perdonar correctamente sin que se haga alguna expiaci�n, �har�as la expiaci�n t� mismo?

IV. LOS PENSAMIENTOS DE DIOS EST�N POR ENCIMA DE LOS SUYOS EN TODAS LAS COSAS QUE CONOCEN SU GRACIA. Vea el primer vers�culo en cuanto a la gratuidad de Su gracia. Tu pensamiento es que no puedes obtener nada sin pagar: Los pensamientos de Dios son: �Venid a las aguas, y el que no tiene dinero; venid, comprad y comed; s�, ven, compra vino y leche sin dinero y sin precio. Pero piensas que si Dios te salvara, lo har�a con un estilo de segunda categor�a.

�No �l! No tendr� salvaciones mezquinas. Si suple a su pueblo, ser� de la mayor abundancia y generosidad. Escucha esto. �Esc�chenme atentamente, y coman lo bueno, y se deleite su alma en la grosura. No es una ampolla de agua, ni una mordida de pan, ni una gota de leche; pero cuando Cristo invita a los pobres pecadores a venir, los invita a una gran fiesta. Ustedes que son los m�s culpables pueden venir a Cristo y estar entre los m�s felices y mejores de Sus santos.

Nadie imaginar�a jam�s que un pecador pudiera entrar en un pacto con Dios, que Dios deber�a estrechar la mano de los hombres culpables y comprometerse a la gracia. Escuche esto: �Inclina tu o�do y ven a M�, etc. ( Isa�as 55:3 ). Recuerdo a un hombre, encerrado en la c�rcel, con una larga condena, y era tan violento que lo metieron en una celda solitaria.

El capell�n hab�a hecho todo lo posible para llevarlo al arrepentimiento; pero un d�a le ley� este vers�culo: "Har� un pacto eterno contigo". El hombre dijo: �Nunca hab�a o�do hablar de tal cosa. �Puede Dios hacer un pacto con un miserable como yo? Se�or �, dijo,� me romper� el coraz�n �; y le rompi� el coraz�n y se convirti� en un nuevo hombre en Cristo Jes�s bajo el poder de ese asombroso pensamiento, que Dios entrar�a en un pacto con un miserable como �l.

En Isa�as 55:5 se dice que Cristo llama a un pueblo tan ignorante que no lo conoc�an. Esta ser� Su gloria, que �l los llame por Su gracia. No es uno de sus pensamientos, sino uno de los pensamientos de Dios, que �l glorificar� a Cristo en la salvaci�n de los grandes pecadores. "�Ah bueno!" dice uno, �Ir� a casa y clamar� a Dios por misericordia.

Ese es tu pensamiento. Escuche el pensamiento de Dios. Busquen al Se�or mientras puede ser hallado, ll�menlo mientras est� cerca �. �Ah! todav�a piensas, "�C�mo puedo ser perdonado?" Escuche esto, �Deje el imp�o su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos�, etc. Lea el resto del cap�tulo y rep�tase a s� mismo, sobre cada vers�culo, �Este no fue mi pensamiento; este no era mi camino ". Termine todas sus dudas con el �ltimo verso �, en lugar de la espina, etc. ( CH Spurgeon ) .

La grandeza de dios

Hasta que no creamos en la grandeza de Dios, no solo en acci�n, sino en pensamiento, malinterpretaremos nuestras Biblias, el mundo en el que vivimos y nosotros mismos. Usamos palabras como omnipotencia, omnisciencia, omnipresencia, infinito, �pero qu� poco captamos su significado! No son m�s que las pobres c�scaras etimol�gicas en las que tratamos de empujar lo que ninguna palabra puede expresar. Hay algunas cosas que no puedes describir, solo puedes sentir.

El lenguaje es un medio demasiado pobre, demasiado torpe para expresar lo mejor de Dios, o las cosas m�s importantes, y mucho menos para describirlo. Es como los colores con los que el artista intenta reproducir la gloria de una puesta de sol. No es una reproducci�n; en el mejor de los casos, no es m�s que un parecido lejano. Miras hacia arriba en un d�a sin nubes y no hay una mota, ni un pedacito de nube blanca contra la vasta extensi�n de azul inmaculado y, sin embargo, sientes, pero no puedes describir la infinitud del espacio.

Deje que ese sentimiento de infinitud descanse sobre usted, penetre en su mente, porque es bueno para el hombre, la criatura de un d�a, el heredero de la eternidad, quedarse entre grandes extensiones y aprender que su geograf�a no es m�s que una ciencia insignificante, y su astronom�a, con sus medidas de millones de millas, apenas muerde el borde del gran universo de Dios. As� conservar�s un esp�ritu reverente, mantendr�s vivas las facultades de asombro y admiraci�n, y es de esperar que te salves de la afirmaci�n positiva de peque�os dogmas estrechos que han sido adoptados por ciertos sectores de la Iglesia y declarados con tanta seguridad. , y luch� por ellos con tanta amargura como si un �ngel del cielo los hubiera proclamado cada ma�ana desde la creaci�n. ( S. Horton. )

Los pensamientos de Dios m�s altos que los del hombre

La teolog�a deber�a ser la ciencia de Dios y las cosas divinas. A menudo se trata de tergiversaciones sistematizadas de las cosas divinas. No es la revelaci�n de la grandeza de Dios, sino de la peque�ez del hombre; comienza con teor�as, en lugar de hechos. Nuestro texto es el llamado de Dios contra la tergiversaci�n humana. Siempre existe el peligro de poner nuestras propias limitaciones de pensamientos y habla sobre el Todopoderoso, y de hacer que nuestro pensar y hacer la medida de �l.

�No nos hemos encontrado todos con el hombre que no ve en la Iglesia nada m�s que ladrillos y madera? En sus devociones s�lo se deben realizar tantos ejercicios necesarios tan r�pidamente como sea posible, y en la gran redenci�n no hay nada m�s que una c�moda salida de incendios para escapar de las miserias. del infierno, y en Dios s�lo un Alto Comisionado de la Polic�a? Es sumamente importante que, en la medida de lo posible, tengamos las ideas correctas de Dios, porque todo nuestro car�cter y conducta estar�n coloreados por nuestros pensamientos sobre �l.

Y aunque siempre debe ser que nuestros pensamientos est�n tan debajo de Sus pensamientos como la tierra est� debajo de los cielos, sin embargo, si �l se revela a nosotros, como siempre est� dispuesto a hacer con el alma humilde, al menos seremos salvados de Hay caricaturas mentales de Aquel que han oscurecido muchas vidas y ha sido la tierra f�rtil en la que la incredulidad ha encontrado su punto de apoyo.

1. El marco del texto nos lleva de inmediato a la doctrina central de la fe cristiana. El vers�culo anterior proclama el perd�n de Dios para el pecador, quien, arrepentido de sus pecados, regresa al Se�or. �C�mo puede un Dios sin pecado perdonar a un hombre pecador y, sin embargo, mantener la majestad de su propia ley? Y se levanta inmediatamente ante nuestros ojos la forma de una cruz, y sobre ella Aquel que, luchando en la agon�a de la muerte, exclama: �Consumado es.

�Toda la maravilla y el misterio de los tiempos se re�nen alrededor de esa cruz. Si puedes explicar eso, puedes explicarlo todo. �Era posible que el pecado asumiera un tono de culpa m�s profundo que el pecado del pueblo de Jud� en la �poca de Isa�as? De color carmes� y te�ido de escarlata, �qu� podr�a hacer Dios con pecadores como estos? Barrelos con la fuerza de Su brazo derecho. S�, y todo el cielo y toda la tierra aprobar�an la justicia de la sentencia.

Pero puede hacer otra cosa. Puede perdonarlos. Al principio nos rebelamos ante la idea misma. �Perd�n por ellos! Y luego una vez m�s escuchamos la voz que dice: "Mis pensamientos no son tus pensamientos, ni tus caminos son Mis caminos". �Nunca le perdonar� es el lenguaje del hombre que ha sido agraviado. Pero Dios dice: �Dar� lo mejor y lo m�s querido si puedo ganar al malhechor para que ame lo bueno.

Lo salvar� mostr�ndole lo que puede hacer el amor ". �Sabes que es lo m�s dif�cil del mundo persuadir a los hombres para que crean que Dios los ama con un amor como ese? Hay mucho de cierto en el sarcasmo de un escritor franc�s burl�n: "que el hombre ha hecho a Dios a su imagen".

2. Apliquemos nuestro texto a los muchos problemas que se acumulan en torno a nuestra vida, a esas muchas dificultades detr�s de las cuales todav�a no vemos sentido. La vida para muchos es una agon�a prolongada. Es una carga, un dolor, un rompecabezas del que todav�a no tenemos la clave. Detr�s del dolor, las l�grimas y la inteligencia, est� Dios, y Su plan para nosotros es el mejor plan posible. No es m�s que un pobre tonto superficial que dice: No aceptar� nada que no pueda comprender.

De hecho, siempre acepta lo que no comprende. �Entiende el sue�o? �Entiende por qu� crece una semilla? �Por qu� piensa un ni�o? �Por qu� mueren los hombres? Y, sin embargo, hay muchos hombres que rechazan la idea de un Dios personal porque no pueden comprender sus obras y sus caminos. Declaran que la vida no tiene prop�sito y una conciencia sin prop�sito entre dos eternidades. Para todos ellos, nuestro texto es una reprimenda.

La fe es un p�jaro de alas m�s fuertes que la raz�n. Dos textos me bastan. Por ellos apuesto todo por el tiempo y la eternidad. "Dios es muy grande". "Dios es amor." S�crates ha puesto nuestra creencia de una vez por todas en una f�rmula conveniente: �No s� qu� es Dios; lo que no es, lo s� ". Dios no es, no puede ser cruel. Dios no es, no puede ser despiadado. Dios no est� haciendo experimentos in�tiles a costa nuestra.

Sin esa fe, �c�mo podr�amos enfrentar la pobreza desesperada, la miseria de nuestros barrios marginales? �Oh! coraz�n cansado, descansa en el Se�or y esp�ralo con paciencia. Cuando la fe flaquea, cuando el sol se apaga en las tinieblas, cuando la tormenta golpea fuerte y feroz, cuando sobre la tapa de un ata�d la esperanza baja la cabeza y llora, espera a Dios. Dale tiempo para que se descubra a s� mismo. Es a medianoche cuando Cristo camina sobre el mar azotado por la tempestad.

Calla todas tus preguntas y espera; simplemente espera. �Es tan f�cil? No; es lo m�s dif�cil de hacer; pero espera, solo espera. Lo que no podemos saber, lo que no ser�a prudente que supi�ramos ahora, lo sabremos en el futuro. ( CHSpurgeon. )

Los pensamientos y caminos de Dios

I. ESPECIFIQUE ALGUNOS CASOS EN LOS QUE ESTA DECLARACI�N EST� IMPRESIONADA DE MANERA CLARIFICADA.

1. En su producci�n de los m�s estupendos resultados de causas insignificantes. La naturaleza abunda en ilustraciones. La providencia es a�n m�s abundante. Las consecuencias m�s estupendas, que involucran los destinos de los individuos, de las familias, de los imperios, han surgido de causas que consideramos insignificantes. Pero las pruebas m�s abundantes se derivan de la historia del Evangelio. Nuestro Se�or ha sugerido este punto de vista del tema en Sus propias ilustraciones: �El reino de los cielos es semejante a un grano de mostaza�, etc. Y esta es una ilustraci�n del surgimiento y progreso del Evangelio del Mes�as. �Qui�n y qu� fue el Fundador del Evangelio, en cuanto a Su apariencia humana?

2. En la realizaci�n de los designios m�s gloriosos por los instrumentos m�s d�biles e insignificantes. �Qui�nes fueron los primeros propagadores de la

�Evangelio? �En qu� escuela fueron educados? �Con qu� armadura salieron a la guerra?

3. En los soberanos ejercicios de su gracia, en conexi�n con su libertad y plenitud.

II. ASIGNAR ALGUNAS RAZONES PARA ESTO.

1. Su conocimiento es m�s extenso que nuestra informaci�n.

2. Su juicio es m�s preciso que nuestras decisiones.

3. Sus prop�sitos y planes no est�n influenciados por nuestros prejuicios y pasiones.

4. Es Su determinaci�n de humillar el orgullo y Su resoluci�n fija de que ninguna criatura se glor�e en Su presencia.

III. APRENDA LECCIONES DE HUMILDAD, GRATITUD Y CONFIANZA. ( T. Raffles, DD )

Pensamientos de dios

La palabra "pensamiento" se usa aqu� de manera objetiva. Expresa un resultado y no un proceso.

I. ILUSTRACI�N. Aqu� s�lo necesitamos contrastar el estilo de pensamiento humano con el divino. Observe algunos detalles: -

1. Creaci�n. La creaci�n visible que nos rodea por todos lados y se extiende hacia la inmensidad m�s all� de nosotros, es solo un pensamiento encarnado de la Inteligencia infinita e increada. Dime si se parece en algo a los pensamientos de un hombre. Equipe al hombre con la omnipotencia y config�relo para crear un universo, �y se parecer�a al universo tal como es? �De ninguna manera!

(1) El universo del hombre estar�a absolutamente consolidado. �En un inmenso continente ser�an arrojadas todas estas islas del mundo, y todas las tribus y tipos de vida habitar�an en �l como una vivienda com�n! Su doloroso pesar este d�a es que no puede lanzar la l�nea de un poderoso tel�grafo de estrella a estrella, y as�, incluso frente a las inmutables ordenanzas del cielo, �reunir estas aisladas islas de vida en una vasta consolidaci�n virtual!

(2) Un universo proyectado por el hombre estar�a inm�vil y firme. Construimos nuestras casas, no sobre las aguas, para que sean locomotoras, sino sobre la orilla, para que sean reparadas. Pero el universo de Dios est� en movimiento eterno. O, descendiendo del estudio de un universo de mundos para considerar la econom�a de un solo mundo, incluso con mayor fuerza sentiremos la misma verdad. Un mundo como este ning�n hombre sabio habr�a creado.

Habr�a llenado el oc�ano con tierra de arado, y habr�a inclinado las monta�as suavemente en busca de vi�edos, y habr�a cubierto de rico verdor las arenas del desierto. Y las aguas habr�an producido seg�n su especie s�lo cosas hermosas, y cada criatura que se moviera en los bosques habr�a sido musical y hermosa; y el cielo habr�a estado sin nubes en su rico azul, y el a�o sin invierno ni tormenta en su largo verano de hermosura.

2. Providencia. Y ya sea que consideremos toda la econom�a de la providencia como un todo estupendo, o cada desarrollo sucesivo en su separaci�n, se manifestar� la misma verdad. Ciertamente, el hombre habr�a ordenado todo de manera diferente. En lugar de esos misteriosos per�odos de ascenso lento, habr�a redondeado la tierra en belleza al principio como un hogar para los inmortales, y habr�a infundido vida Divina al hombre hecho a la imagen de Dios.

Ponga a la cabeza de los asuntos humanos a un fil�ntropo omnipotente, y cu�n pronto ser�a barrido todo lo oscuro de una creaci�n gimiendo. �C�mo saltar�a el cautivo de su cadena, y el vencedor dejar�a su cota de malla, y cesaron los gritos de violencia, y se romper�a la vara del opresor! �C�mo estos lugares oscuros de crueldad ser�an irradiados con luz celestial, y el cristianismo, llevado como alas de �ngel, rodear�a el mundo redondo!

II. SOLICITUD.

1. Nuestro primer comentario est� dirigido a esta misma clase que rechaza la Biblia porque, por su finitud, parece imprudente o incomprensible. La pobre criatura descarriada de una hora, que no puede construir una choza que no gotee, ni tejer una prenda perfecta para cubrirlo, �l, un hombre maravilloso que es, elevar�a sus pensamientos a la hermandad con los pensamientos de Dios, y ajustar�a el �Complica las sublimidades de la revelaci�n por el cuadrado y la l�nea de sus insignificantes facultades! Por qu�, el esc�ptico deber�a comenzar m�s atr�s y antes con su escepticismo, ya que sus argumentos se encuentran tan fuertemente en contra de la creaci�n y la providencia.

2. En nuestro propio tiempo, una nueva filosof�a ha invadido la Iglesia de Cristo, con sus consignas "perspicacia espiritual", "la raz�n moral" y "capacidad intuitiva", poni�ndose para derrocar la condici�n indispensable de toda verdadera piedad: la sumisi�n completa, incuestionable y adoradora de la vida, la conciencia y el intelecto a Dios. Y aunque la Iglesia no recibe esta filosof�a formalmente, porque esto negar�a abiertamente la fe, sin embargo, bajo su influencia insidiosa y maligna, se ha producido un establecimiento dentro de Si�n de nuestros propios juicios intelectuales y morales como cr�ticos y �rbitro de las grandes doctrinas de la revelaci�n.

Las doctrinas que son profundas o misteriosas, si no se rechazan abiertamente, al menos se modifican para cuadrar con nuestra filosof�a. Y las declaraciones positivas de Dios se rebajan a la comprensi�n de nuestra raz�n natural. �Todav�a somos aprendices en el sal�n de clases de Dios, no consejeros en Su c�mara del consejo! �Comprenderemos mejor las cosas poco a poco, cuando la eternidad arroje toda su luz sobre la p�gina de nuestra erudici�n! Pero hasta entonces, la humildad es el temperamento adecuado de un aprendiz.

�Y la fe, no la comprensi�n, la gran ley de la erudici�n! Hasta entonces, la nuestra debe ser la sumisi�n de una mente infantil a una Inteligencia infinita: la confianza de un ni�o miope en un Padre que todo lo ve.

3. Pero el pensamiento en consideraci�n se aplica tanto a los fen�menos del cristianismo como a sus hechos. Tomemos, por ejemplo, su aumento y desarrollo gradual. La caracter�stica de la �poca es la impaciencia por cualquier cosa que no sea un progreso demostrativo y precipitado. Dime d�nde, ya sea en la creaci�n o en la providencia, Dios se apresura a sacar conclusiones. Lejos de los desalientos en este lento progreso del cristianismo, solo tenemos en �l una prueba m�s completa de su ori�n divino, la profec�a m�s noble de su consumaci�n final.

4. Hay una aplicaci�n a�n m�s consoladora de esta verdad a las cosas invisibles y eternas: la inmortalidad. La gran caracter�stica y el encanto del mundo eterno es su total diferencia con el temporal y terrenal. ( C. Wadsworth. )

Los caminos de Dios y los caminos del hombre

Tal vez no haya nada en lo que los pensamientos y caminos de Dios sean m�s �superiores� que los del hombre que en el asunto de la salvaci�n; y es en renunciar a sus propios caminos y ceder a los de Dios, donde reside la principal dificultad de la salvaci�n por parte del hombre. Porque no hay nada m�s simple que el plan de salvaci�n: la sustituci�n.

I. Los pensamientos de Dios no son como los nuestros EN MATERIA DEL PERD�N. Esto se proclama libremente, sin ninguna condici�n por parte del hombre en el camino de la satisfacci�n de la santa y quebrantada ley de Dios. La salvaci�n est� representada en las Escrituras como algo que Dios mismo ha logrado. Dios ha �librado al hombre de descender a la fosa; Ha encontrado un rescate "; y por tanto, en todo punto de vista, esta salvaci�n es perfecta y completa.

Adem�s, se proclama a los pecadores como un regalo que no pueden ganar ni merecer, pero que se les ruega que acent�en como un regalo debido a lo que Cristo ha hecho ( Romanos 15:23 ). Los hombres est�n llamados a creerlo instant�neamente, a recibirlo y disfrutarlo de una vez, como don del amor de Dios en Cristo Jes�s. Ahora, a esto el mundo se opone, porque tal plan de salvaci�n derriba el orgullo del hombre y lo deja en la posici�n de un pecador rebelde que depende totalmente de la gracia y la misericordia de Dios.

Para escapar, por lo tanto, de una admisi�n tan ignominiosa, algunos contin�an argumentando que seg�n este punto de vista se deshonra la ley de Dios, se trata el pecado como si no tuviera consecuencias, y se deja al pecador perdonado sin ninguna obligaci�n de obedecer a Dios. �Pero es esto cierto?

II. Los "pensamientos de Dios no son nuestros pensamientos, ni nuestros caminos son Sus caminos", IN. LOS. MODO EN QUE LA PAZ Y LA ALEGR�A SIGUEN AL CREER EN EL EVANGELIO. Esto se proclama en las Escrituras como instant�neo ( Romanos 5:1 ). Pero el mundo se opone a esto y lo llama presunci�n; y si se enteran de que un pecador notorio se convierte y entra en paz, inmediatamente lo tachan de hip�crita.

La cuesti�n no es si son hip�critas, sino si un hombre que cree en el Evangelio y, en consecuencia, est� lleno de gozo y paz, es un hip�crita. Cualquier cosa que el mundo diga sobre el tema, la Escritura no lo representa as�. Debemos tener cuidado y no concluir que donde no hay paz no hay fe. Ser�a tan err�neo como concluir que donde no hay salud perfecta no hay vida.

III. Hay otro punto en el que �los pensamientos de Dios no son nuestros pensamientos, ni nuestros caminos son Sus caminos�, a saber, SU LARGA DURACI�N. En la predicaci�n, no tengo l�mites que hacer en el Evangelio. Si dices: "Esto sin duda es abusar de la bondad de Dios", yo respondo: "Los pensamientos de Dios no son nuestros pensamientos, ni nuestros caminos son Sus caminos". ( JW Reeve, MA )

Pensamientos de dios

El mismo acto de pensar implica imperfecci�n. Pero es una forma de representar la naturaleza divina compar�ndola con el hombre. El hombre piensa, razona y as� llega a ciertos resultados. A estos los llama pensamientos o conclusiones. No es as� con Dios. No necesita llegar a conclusiones mediante ning�n proceso mental. El sabe todo. Es dif�cil encontrar una palabra en ingl�s con la que expresar la idea pretendida.

La palabra "sentimientos pueden hacerlo en parte - m�todo de acci�n como resultado de" sentimientos "-" tratos ". Realmente es la totalidad de la naturaleza Divina. "Mi naturaleza no es como tu naturaleza, ni Mis formas de actuar como tus formas de actuar". La gran idea es la conciencia de la gran diferencia que existe entre nosotros y Dios, y de ciertas inferencias pr�cticas que se derivan de ello. Estos son&mdash

I. QUE NO DEBEMOS JUZGAR A DIOS POR NUESTROS PROPIOS SENTIMIENTOS. �C�mo podemos ponernos por un momento en el lugar del grande y poderoso Rey de reyes?

1. Considere nuestra ignorancia comparada con Su conocimiento perfecto - nuestra debilidad comparada con Su poder omnipotente - nuestra corta vida comparada con Su eternidad de existencia. M�todo divino de la providencia, por los m�todos que seguir�amos. Y sin embargo, la gente dice, o piensa si no lo dice, con tantas palabras, que podr�an llevar el mundo con mucha m�s sabidur�a que Dios.

2. Considere nuestro pecado en comparaci�n con la santidad de Dios. El pecado impide todo sentimiento, est� bien, toda verdad. Ha cambiado los puntos de vista de todos los hombres con respecto al decoro o la justicia. Y, sin embargo, hay hombres que disputar�an la justicia de los tratos del Todopoderoso con los hombres.

II. QUE NO DEBEMOS JUZGAR NUESTRA PROPIA POSICI�N CON NUESTROS PROPIOS PENSAMIENTOS. Los caminos de cada hombre son rectos ante sus propios ojos. Creemos que actuamos para lo mejor cuando actuamos para lo peor. Creemos que estamos sirviendo a Dios cuando sobornamos al diablo. Creemos que estamos dando un ejemplo de toda virtud a nuestro pr�jimo, cuando todo el tiempo no somos m�s que hip�critas. No debemos juzgar nuestra posici�n de santidad por nuestros propios pensamientos.

�Qu� criterio de juicio son los pensamientos humanos! Se descarr�an desde el principio, son totalmente depravados. �C�mo podemos estimar nuestro propio avance por ellos? �Ay de los que lo hagan, porque solo buscar�n la destrucci�n! Nuestros pensamientos no son los pensamientos de Dios. Algunos est�n m�s cerca del reino de los cielos de lo que suponen, mientras que otros est�n m�s lejos.

III. QUE NO DEBEMOS JUZGAR NINGUNO DE LOS MISTERIOS DEL FUTURO POR NUESTROS PROPIOS PENSAMIENTOS. El mundo tiene una forma de pervertir la revelaci�n o de inventar nuevas teor�as de su propia imaginaci�n. ( Homilista. )

Disparidad de pensamientos, divinos y humanos

I. DIOS Y EL HOMBRE DIFIEREN EN SUS PENSAMIENTOS CON RESPECTO A LA VIDA - el significado de nuestra existencia presente, ya que vivimos en este mundo d�a a d�a. La concepci�n general del hombre es que ha sido enviado a este mundo dotado de ciertos poderes del cuerpo y la mente para que pueda progresar y ascender comercial, socialmente y en aquellas cosas que est�n rodeadas por cosas vistas y temporales. Cuando los hombres est�n as� empleados, Dios los mira con la tierna mirada de una madre y el coraz�n compasivo de un padre, y les dice a Sus hijos descarriados: ��Por qu� gastan su tiempo y destruyen sus poderes inmortales en una b�squeda tan vana? Has confundido el significado de tu vida actual y la raz�n por la que te envi� al mundo.

Mis pensamientos acerca de ella no son tus pensamientos, y Mis caminos no son tus caminos. Tu vida fue dada para que pudieras crecer en sabidur�a, experiencia y semejanza Divina en car�cter, y la tierra es una escuela en la que debes ser entrenado, educado para la adoraci�n m�s elevada y el servicio m�s noble ".

II. DIOS Y EL HOMBRE DIFIEREN EN SUS PENSAMIENTOS CON RESPECTO A LAS DIFICULTADES Y DOLORES. La forma humana y natural de ver estas cosas es verlas como males absolutos, y que Dios sabe y no se preocupa por aquellos que las soportan, o que son manifestaciones de su mala voluntad e ira judicial. Estos no son los pensamientos de Dios. Vistos a la luz del cielo, o son el resultado de la violaci�n de la ley del amor, del ego�smo y del pecado, o son agentes educativos para fortalecer el alma, ser tierna y verdadera.

III. DIOS Y EL HOMBRE DIFIEREN EN SUS PENSAMIENTOS CON RESPECTO AL TRATAMIENTO DE LOS ENEMIGOS. El odio se ha enfrentado al odio; el desprecio ha sido respondido por el desprecio; y por el mal devuelto, el mal ha sido retribuido en su totalidad, aplastado y desbordado. Muy de otra manera ha sido con Dios. Con respecto al trato de los enemigos, Dios dice: Mis pensamientos no son tus pensamientos, y Mis caminos no son tus caminos. Dar�as mal por mal, odio por odio, golpe por golpe.

Amo a Mis enemigos, busco bendecir al mayor pecador, hago brillar Mi sol sobre los injustos e ingratos, y estoy dispuesto a recibir a todos los pr�digos en Mi abrazo perdonador. Esta ha sido la acci�n de Dios desde el primer hombre hasta ahora.

IV. DIOS Y EL HOMBRE DIFIEREN EN SUS PENSAMIENTOS CON RESPECTO A LA MUERTE. Los pensamientos de los hombres sobre el tema est�n llenos de tristeza y engendran una melancol�a muy dif�cil de soportar. Pero Dios comprende la vida y comprende la muerte, y si estamos llenos de Sus pensamientos y andamos en Sus caminos, el supuesto enemigo que parece ser un demonio y el destructor de nuestra existencia aparecer� en la gloriosa posici�n de ser la condici�n de un vida m�s elevada, m�s pura, m�s plena, que nunca dejar� de ser, y como los ecos del alma �crecer� por los siglos de los siglos�. ( W. Adamson, DD )

El misterio y la gloria de la redenci�n

La Biblia entera no es m�s que una expansi�n de una expresi�n del Eterno: "Yo soy Jehov�". Por tanto, la revelaci�n debe ser incompleta, porque un Dios que pudiera revelarse plenamente a Sus criaturas no ser�a Dios; y tambi�n debe ser asombroso y asombroso, porque un registro profesado de cualquier parte de los pensamientos y caminos de Dios que no aterrizara en el misterio y tiende a maravillarse, se condenar�a a s� mismo y no result� ser verdadero ni divino.

I. Los caminos de Dios no son nuestros caminos, ni Sus pensamientos nuestros pensamientos, con respecto a LA NECESIDAD DE REDENCI�N. Las lecciones de la Escritura, si bien dejan la entrada del mal en su terrible misterio, ayudan a nuestra fe al mostrar que nuestros recelos con respecto a Dios, que de all� surgen, son infundados, y tambi�n que, por extra�o que sea, de hecho, el mal puede ser anulado para bien.

II. Los caminos de Dios no son nuestros caminos, ni Sus pensamientos nuestros pensamientos, con respecto al PROP�SITO DE LA REDENCI�N. El hombre, como aprendemos de las Escrituras, la �nica fuente de donde podemos esperar saberlo, no es el �nico ser que ha ca�do; pero el hombre es el �nico ser redimido. Hay quienes profesan no creer en la Escritura, pero acusan este supuesto procedimiento de injusto y desigual; y tambi�n hay quienes aceptan la Escritura y, sin embargo, rechazan su testimonio aparentemente claro en cuanto a la exclusi�n de la misericordia de los �ngeles ca�dos.

Ambas clases de objetores se basan en el mismo principio de que Dios no puede castigar justamente con una sentencia final de rechazo a los que han pecado contra �l, sin importar cu�n agravadas sean sus ofensas; pero que, de alguna manera, habi�ndoles dado el ser, est� obligado a hacer que ese ser en �ltima instancia sea bueno y feliz. Pero esto va en contra de toda la doctrina b�blica de la gracia; porque sobre esta base, la redenci�n es una deuda clara; y ya sea un �ngel ca�do o un hombre ca�do, Dios no tiene derecho a retenerlo. Los hombres pueden tener opiniones sobre la justicia o sobre la gracia; pero no tienen derecho a apoyarse en ambos.

III.Los caminos de Dios no son nuestros caminos, ni Sus pensamientos nuestros pensamientos, con respecto al PLAN DE REDENCI�N. �Cu�n completamente diferentes a cualquier medio ideado por el hombre son los que Dios ha elegido para la recuperaci�n de sus criaturas perdidas a su favor e imagen! Toda la oposici�n a la religi�n evang�lica que nos rodea y que repite sin cesar: ��Danos un cristianismo que sea racional! �Danos un cristianismo que podamos creer! �Danos un cristianismo que cumpla, como todo lo dem�s, con el avance de la �poca! �Qu� significa sino esto, ��Danos un cristianismo sin Dios! Danos un cristianismo sin ese elemento de grandeza, de misterio, de abrumadora superioridad sobre los pensamientos y caminos del hombre, que inspira temor y humilla el orgullo. Aceptamos la demanda, venga de qu� parte, como un,

IV. Los caminos de Dios no son nuestros caminos, ni Sus pensamientos nuestros pensamientos, con respecto al PROGRESO DE LA REDENCI�N. La redenci�n tiene una historia; y este de todos los dem�s es el m�s dif�cil de escanear, no solo como se encuentra en la Biblia, sino en registros no inspirados. Se ha dicho: "Interpreta la Biblia como cualquier otro libro"; pero aunque hay una cierta verdad en esto, si lo tomamos rotundamente, en �ltima instancia significa: �Interpreta a Dios como interpretas al hombre.

�Ni siquiera puedes interpretar la historia de la Iglesia como interpretas cualquier otra historia. Es en un sentido que no pertenece a ninguna otra historia, la historia de una batalla a�n no librada, de una campa�a a�n no terminada; y hay combatientes trabajando m�s all� del alcance de la observaci�n humana, y un l�der celestial supremo, cuyo punto de vista nadie puede compartir. Ilustrar� esta uni�n de misterio y grandeza con respecto a tres rasgos en el progreso de la redenci�n.

1. La tasa de su progreso.

2. Los instrumentos de su progreso.

3. Los obst�culos para su progreso.

El hombre habr�a pensado que los obst�culos se habr�an quitado r�pidamente, o que si se permit�a que permanecieran o regresaran, habr�an demostrado males sin mezcla para la Iglesia. Pero Dios, por otro lado, ahora podemos ver, al dar la victoria lentamente, entrena la fe y el coraje de las generaciones sucesivas, y al permitir que los viejos enemigos regresen o que surjan nuevos, muestra a los incansables. y energ�a inagotable de Su Evangelio, para enfrentar y derribar todo poder hostil.

V. Solo es necesario agregar algunas palabras con respecto a LOS L�MITES DE LA REDENCI�N. Tambi�n aqu� los caminos de Dios no son como los nuestros, ni sus pensamientos como nuestros pensamientos. Y de ah� la dificultad real y dolorosa, que siempre se ha sentido con respecto al Evangelio, y quiz�s nunca m�s abiertamente expresada que en nuestros d�as. ��Por qu� no deber�an todos los hombres, como Dios desea,� ser salvos y llegar al conocimiento de la verdad �? �Por qu� la redenci�n, en el caso de la familia humana, debe tener alg�n l�mite? �Podemos aspirar a tener toda la visi�n de Dios de lo que puede exigir un mal tremendo, como el pecado, y especialmente el rechazo del Hijo de Dios? ( J. Cairns, DD )

Pensamientos soberanos

I. LOS PENSAMIENTOS DE DIOS SON ETERNOS E INMUTABLES; LOS PENSAMIENTOS DE LOS HOMBRES SON TEMPORALES Y MODIFICABLES. Las reflexiones sobre cosas m�s antiguas y menos cambiantes que nosotros son las mejores gu�as hacia las alturas desconocidas de la sabidur�a del Padre. Nos llevan un poco de distancia, pero solo para mostrarnos el camino. Estas monta�as estuvieron asentadas durante mucho tiempo en sus asientos rocosos o el plan de las pir�mides de Egipto fue concebido en el coraz�n del hombre.

Estos r�os hab�an fluido majestuosamente en sus canales durante miles de a�os antes de que el hombre construyera sus acueductos para desviarlos de su curso. El sol giratorio derram� sus incesantes inundaciones de luz sobre el universo mir�adas de edades antes de que el cient�fico construyera el primer telescopio. La astronom�a nos dice que los mundos que ocupan lugares distantes en el espacio se han desplazado silenciosamente a trav�s de sus regiones sin huellas durante per�odos de duraci�n indefinida.

La geolog�a despliega las hojas rocosas de la corteza terrestre y descifra los jerogl�ficos que nos hacen retroceder m�s all� de la vida animal y vegetal hasta las rocas primitivas cuya edad ning�n historiador puede calcular. Por lo tanto, contamos con materiales para escribir una gran historia de generaciones pasadas, que se extiende hacia el pasado m�s all� de nuestra comprensi�n. Esta historia es el ABC de lo eterno. El hecho de que los pensamientos de Dios sean eternos, fija Su consejo y prop�sito inmutables.

La redenci�n del hombre ca�do es un pensamiento sin comienzo y no est� sujeto a ninguna variaci�n. Esta es la roca sobre la que construimos nuestra fe cristiana. A trav�s de las distintas escenas de la vida, corre el �nico prop�sito de Dios en Cristo Jes�s de salvar nuestras almas y reconstruir la sociedad humana.

II. LOS PENSAMIENTOS DE DIOS SON CAUSAS PRINCIPALES, MIENTRAS QUE LAS NUESTRAS SON M�S IMPRESIONES.

1. Los cielos y la tierra son manifestaciones, no solo de poder y sabidur�a, sino tambi�n de la mente.

2. No menos evidente es que la revelaci�n de S� mismo como Salvador del hombre a trav�s de la conciencia humana es producto de Sus pensamientos.

(1) Los pensamientos de Dios en el Evangelio son m�s grandes que los pensamientos del hombre. Tan grandes son algunos de ellos que est�n por encima de la comprensi�n humana ( Romanos 11:33 ).

(2) Los pensamientos de Dios son mejores que los pensamientos del hombre. Todo el cap�tulo es una declaraci�n de misericordia soberana. El ofensor es llamado al arrepentimiento y se le ofrece un perd�n gratuito. La sabidur�a humana preguntar�a: �C�mo puede ser esto? �C�mo se mantendr� el gobierno moral sin una justicia punitiva? �Puede Dios ser justo si justifica al pecador arrepentido? Solo hay una respuesta: "Como los cielos son m�s altos que la tierra, as� mis caminos son m�s altos que tus caminos, y mis pensamientos m�s que tus pensamientos". La misericordia es inexplicable excepto en sus operaciones.

III. LOS M�TODOS DE DIOS SON INSCRUTABLES, COMO A SUS PENSAMIENTOS; PERO LOS CAMINOS DE LOS HOMBRES SON TORCIDOS Y PERVERSOS. El significado b�blico de la palabra "camino" es el car�cter con el que se marcan las acciones. Las acciones revelan los pensamientos y motivos del actor. Son un reflejo de s� mismo. Los caminos de Dios son Sus pensamientos en operaci�n. �Tu camino est� en el mar, tu senda en las grandes aguas, y tus pisadas son desconocidas.

�Estas palabras se hacen eco de las de un libro m�s antiguo, o, al menos, son el eco de la sabidur�a de los antiguos:� Con su Esp�ritu adorn� los cielos; Su mano form� la serpiente tortuosa. He aqu�, estas son partes de sus caminos, pero �cu�n poco se oye hablar de �l? pero el trueno de su poder, �qui�n puede entender? " �Grandes y maravillosas son tus obras, Se�or Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos.

Fije sus mentes en el camino de Su bondad y misericordia para con nosotros. Piense en la maravillosa demostraci�n de sabidur�a en la redenci�n de la humanidad. Jes�s apareci� para eliminar nuestras ofensas mediante el sacrificio de s� mismo. Esta gran manifestaci�n del pensamiento eterno es el banquete en el que se sentar�n las inteligencias del cielo, por todo el mundo.

IV. LOS PENSAMIENTOS Y LOS CAMINOS DE DIOS EST�N ANTE NOSOTROS PARA LA CORRECCI�N E IMITACI�N.

V. LOS PENSAMIENTOS DE DIOS EST�N CON NOSOTROS COMO NUESTRA HERENCIA. El que ha pasado por el proceso de examinar el cofre hasta la posesi�n de su contenido, puede decir: "Cu�n preciosos son tambi�n tus pensamientos, oh Dios, cu�n grande es la suma de ellos". ( T. Davies, MA )

La incomprensibilidad de la misericordia de Dios

�He aqu�, estas son partes de Sus caminos, �pero cu�n poca parte se oye de �l! �Este es uno de los dichos m�s sentenciosos de Job, y expresa, de manera muy enf�tica, las obras de Dios lo que este santo hombre dijo de las maravillas de la naturaleza, nosotros, con mucha m�s raz�n, decimos de las maravillas de la gracia . Re�na todo lo que los fil�sofos paganos han ense�ado sobre la bondad del Ser Supremo. A las opiniones de los fil�sofos se unen las declaraciones de los profetas.

Agregue los descubrimientos de los evangelistas y ap�stoles. Al conjunto une tu propia experiencia; tus ideas a sus ideas, tus meditaciones a sus meditaciones, y luego creer que solo est�s flotando en la superficie de la bondad de Dios, que Su amor tiene dimensiones, un "ancho y largo y profundidad y altura", " lo que la mente humana nunca podr� alcanzar �: y, al borde de este oc�ano, diga:� He aqu�, estos son s�lo partes de Sus caminos, y cu�n poco se oye hablar de �l. Se necesitan tres cosas para explicar el texto.

I. EL SIGNIFICADO DEBE SER RESTRINGIDO. Es cierto que, en muchos aspectos, los caminos de Dios son nuestros caminos y Sus pensamientos nuestros pensamientos. Quiero decir, que hay muchos casos en los que podemos asegurarnos de que Dios piensa esto y aquello, y observar� tal o cual conducta. Contrastar la suprema grandeza del Creador con la insignificancia de la criatura; para persuadir a la humanidad de que el gran Supremo es demasiado elevado para preocuparse por nosotros, que nuestra conducta le es completamente indiferente; que no significa nada para �l si somos justos o injustos, humanos o crueles, felices o miserables: decir en estos sentidos, que "los caminos de Dios no son nuestros caminos", que "sus pensamientos no son nuestros pensamientos", estos son los armas que la infidelidad ha empleado a veces con �xito, y contra los ataques de los que quisi�ramos protegeros.

Por estas razones, el significado del texto debe restringirse, o subvertir� totalmente la religi�n y la moral. El ejercicio de mi capacidad de razonamiento produce en m� algunas nociones incontestables de Dios, y de estas nociones se siguen inmediatamente algunas consecuencias seguras, que se convierten en la base inamovible de mi fe en su Palabra, de mi sumisi�n a su voluntad y de mi confianza en �l. Sus promesas. Estas nociones y estas consecuencias componen el cuerpo de la religi�n natural.

Se conceda que Dios es, en muchos aspectos, bastante incomprensible, que podemos obtener s�lo un peque�o grado de conocimiento de este Objeto infinito, pero no se seguir� que las nociones que la raz�n nos da de �l sean menos justas, o, que las consecuencias, que siguen inmediatamente a estas nociones, son menos seguras. Si la raz�n nos brinda algunas nociones adecuadas de Dios, si algunas consecuencias necesarias siguen a estas nociones, por una raz�n mucho m�s fuerte podemos derivar algunas nociones adecuadas de Dios, y algunas consecuencias seguras, de la revelaci�n.

II. EL OBJETO DEBE SER DETERMINADO. Las expresiones del profeta habr�an sido verdaderas si se hubieran aplicado a todos los atributos de Dios; sin embargo, aqu� se aplican s�lo a uno de ellos, es decir, a Su bondad. �En qu� se diferencian los pensamientos de Dios de los nuestros? En Dios hay tesoros de misericordia, cuya profundidad no alcanza las diez brazas de la mente finita. En �l, la bondad es tan inconcebible como todos Sus dem�s atributos.

En Dios, un pecador, que parece haber llevado su pecado a su m�xima extravagancia, y haber agotado todos los tesoros de la gracia divina, todav�a encontrar�, si �vuelve al Se�or� y se arroja a sus pies. quien �perdona abundantemente�, una bondad, una compasi�n, un amor que no podr�a haber imaginado encontrar.

III. LAS PRUEBAS SE DEBEN PRODUCIR.

(1) Los medios por los cuales Dios concili� Su justicia con SU amor.

(2) Su paciencia con los que abusan de este medio.

(3) Su uni�n �ntima con aquellos que caen en el dise�o de Su paciencia.

Dirijamos el texto a la mente l�gubre de una persona melanc�lica que, habiendo fallado en el valor necesario para resistir las tentaciones, vuelve a fallar en lo que es necesario para soportar el pensamiento de haber ca�do en ellas. �Qu� locura posee tu mente melanc�lica? El Esp�ritu Santo te asegura que �aunque tus pecados sean como escarlata�, los har� �blancos como la nieve�; que "aunque sean rojas como el carmes�", las har� "como lana"; �Y piensas que tus pecados est�n demasiado agravados para ser perdonados de esta manera? El Esp�ritu Santo te da una larga lista de los nombres m�s execrables de la naturaleza; una lista de id�latras, homicidas, extorsionadores, ad�lteros, perseguidores, salteadores de caminos y blasfemos, que obtuvieron misericordia cuando la buscaron; y est�s obstinadamente empe�ado en excluirte del n�mero de los pecadores a quienes se ha prometido la misericordia; y porque no lo crees alcanzable, �te niegas obstinadamente a pedirlo? El Esp�ritu Santo ha levantado una Cruz, y en esa Cruz un Redentor, que es "poderoso para salvar perpetuamente a los que por �l vienen a Dios"; y quien �l mismo dice a todos los pecadores: �Venid a m� todos los que est�is trabajados y cargados, y yo os har� descansar.

��Y t� huyes de esta Cruz, y prefieres hundirte bajo el peso de tus pecados que descargarlos en un Redentor que est� dispuesto a llevarlos? Pero, pasando todos estos, volvamos al texto. �Mis pensamientos no son tus pensamientos�, etc. Esto es suficiente para refutar todo el sistema de una mente desesperada. ( J. Saurin. )

Los caminos de Dios y los del hombre

Estas palabras son una gran poes�a y una noble teolog�a, pero su significado es pr�ctico y ferviente. El "para" al principio de cada cl�usula nos remite a la declaraci�n anterior, y ambos vers�culos de nuestro texto son de diferentes maneras su fundamento. As� que tenemos aqu� dos cosas para considerar en referencia a la relaci�n entre los prop�sitos y actos Divinos y los prop�sitos y actos del hombre.

I. EL ANTAGONISMO, Y LA INDICACI�N Y EXHORTACI�N QUE SE BASAN EN ESO.

1. F�jese en el notable orden y alternancia de los pronombres en el primer vers�culo. �Mis pensamientos no son tus pensamientos�, dice el Se�or. Las cosas que Dios piensa y propone no son las cosas que el hombre piensa y propone, y por lo tanto, debido a que los pensamientos son diferentes, los resultados de ellos en los hechos son divergentes. Los �caminos� de Dios son Sus actos, la manera y el curso de Su obra considerados como un camino por el que �l avanza y por el que, en cierto sentido, tambi�n podemos transitar.

Nuestros "caminos", nuestra forma de vida, no son paralelos a los de �l, como deber�an ser. Pero esa oposici�n se expresa con una variaci�n notable. Observe el cambio de pronombres en las dos cl�usulas. Primero, �Mis pensamientos no son vuestros pensamientos� - no hab�is tomado Mi verdad en vuestras mentes, ni Mis prop�sitos en vuestras voluntades; no piensas en los pensamientos de Dios. Por lo tanto, �tus caminos (en lugar de� los m�os �, como deber�amos haber esperado, para mantener la regularidad del paralelismo) no son Mis caminos, repudio y abjuro de tu conducta y la condeno totalmente.

Ahora bien, por supuesto, en esta acusaci�n de la diferencia del hombre con Dios no hay contradicci�n ni referencia a la constituci�n natural del hombre, en la que hay, al mismo tiempo, la semejanza del hijo con el padre y la diferencia. entre la criatura y el Creador. Si nuestros pensamientos no fueran como los pensamientos de Dios, no sabr�amos nada acerca de �l. Si nuestros pensamientos no fueran como los pensamientos de Dios, no deber�amos tener un est�ndar para la vida o el pensamiento.

La justicia, la belleza, la verdad y la bondad son las mismas cosas en el cielo y en la tierra, y lo mismo en Dios y en el hombre. Estamos hechos a Su imagen, aunque seamos pobres criaturas. Pero esa semejanza tan necesaria y natural entre Dios y el hombre hace m�s solemnemente pecaminosa la desemejanza voluntaria que hemos tra�do sobre nosotros mismos. Observe cu�n maravillosamente, en el lenguaje sencillo de mi texto, se transmiten verdades profundas sobre este pecado nuestro.

Note su crecimiento y orden. Comienzas con un coraz�n y una mente que no asimilan los pensamientos, las verdades, los prop�sitos, los deseos de Dios, y la voluntad alienada y el entendimiento oscurecido y la conciencia que se ha cerrado a su voz imperativa, todo resultado despu�s en una conducta que �l no puede aceptar como de cualquier manera que corresponda con la suya. Primero, el pensamiento no receptivo del pensamiento de Dios, y luego los caminos contrarios a los caminos de Dios.

2. Note la verdad profunda aqu� con respecto al mal esencial y m�s profundo de todos nuestros males. "Tus pensamientos;" "Tus caminos". La autodependencia y la confianza en uno mismo son los demonios maestros de la humanidad. Y la ra�z de todo pecado est� en estas dos palabras sencillas y fuertes: �Tus pensamientos no son m�os; tus caminos no los m�os ".

3. Observe tambi�n c�mo se sugiere la miseria y la retribuci�n de esta diferencia. �Si no haces de Mis pensamientos tus pensamientos, no tomar� tus caminos como Mis caminos; Te dejo con ellos. Ser�s lleno del fruto de tus propios recursos. La pregunta surge en el coraz�n de muchos: ��C�mo voy a abandonar estos caminos por los que mis pies han caminado durante tanto tiempo? Y si lo hago, �qu� pasa con todos los a�os atr�s de m�, llenos de extravagantes maravillas y pensamientos, en todos los cuales Dios no estaba? " El segundo vers�culo de nuestro texto responde a esa desesperante pregunta.

II. LA ANALOG�A PERO SUPERIORIDAD, Y LA EXHORTACI�N Y ESPERANZA QUE SE CONSTRUYEN EN ESO. Esta cl�usula comienza con los caminos de Dios, de los cuales solo los hombres pueden llegar al conocimiento de sus pensamientos. El primero sigue el orden del conocimiento que Dios tiene del hombre; el segundo, el del conocimiento de Dios por parte del hombre.

1. La forma de Dios de lidiar con el pecado se eleva por encima de todo ejemplo humano. Existe algo parecido a perdonar la misericordia entre los hombres. Es una d�bil analog�a de, ya que es una rama del perd�n divino, pero todo el perd�n de los hombres m�s apacibles, sufridos y gozosamente perdonados es como tierra al cielo comparado con la grandeza de �l.

2. Nuevamente, la manera en que Dios trata con el pecado sobrepasa todo nuestro pensamiento. Toda religi�n ha sido presionada con este problema, c�mo armonizar la perfecta rectitud de la naturaleza Divina y las solemnes demandas de la ley con el perd�n. Tenemos a Jesucristo. El misterio del perd�n se resuelve, en la medida en que es susceptible de soluci�n, en �l y s�lo en �l.

3. Aqu� se nos ense�a que la manera en que Dios trata con el pecado es el punto m�s alto de Su autorrevelaci�n. Si queremos ver hacia los cielos m�s altos del car�cter de Dios, debemos descender a las profundidades de la conciencia de nuestro propio pecado, y aprender primero cu�n diferentes son nuestros caminos y pensamientos con respecto a Dios, antes de que podamos entender cu�n alto por encima de nosotros. y, sin embargo, se arquean ben�ficamente sobre nosotros, son Sus caminos y pensamientos para nosotros. ( A. Maclaren, DD )

Los pensamientos y caminos de Dios muy por encima de los nuestros

I. SE ADMINISTRA REBUKE. El Se�or dice: �Abandona tu camino, porque no es Mi camino; deja tus pensamientos, porque no son Mis pensamientos �. La reprimenda est� envuelta en amor y convertida en una pastilla cubierta de az�car; la dulce promesa de abundante perd�n oculta la reprensi�n. Aceptemos la reprensi�n y notemos:

1. La culpa de los pensamientos del hombre. "Mis pensamientos no son tus pensamientos".

(1) En cuanto a unos con otros, los pensamientos de Dios no son del hombre, aunque deber�an serlo. Los pensamientos de Dios son amor, piedad, ternura; los nuestros son el olvido, la ingratitud y la dureza de coraz�n.

(2) Sus pensamientos en cuanto a su conducta no son los pensamientos de Dios. Considera que las criaturas que ha creado deben obedecerle, pero t� juzgas que no importa lo que un hombre haga con su Hacedor mientras sea justo con sus semejantes.

(3) Los pensamientos de Dios, nuevamente, en cuanto a la vida que un hombre necesita para la salvaci�n son muy diferentes de los pensamientos del hombre. En este cap�tulo, �l dice: "Oye, y tu alma vivir�". Considera, entonces, que el hombre est� muerto hasta que haya o�do la palabra de Dios en su alma. El hombre reconoce que est� lo suficientemente vivo.

(4) Los pensamientos de Dios no son nuestros pensamientos, nuevamente, en referencia a la verdad. El hombre se cree tan sabio y bueno que no le agradan los pensamientos de Dios sobre s� mismo, su ca�da, su culpa y su peligro.

(5) En el asunto de la salvaci�n, los pensamientos de Dios no son los pensamientos del hombre, porque Dios piensa que el hombre ha pecado de tal manera que debe ser condenado a menos que se encuentre un sustituto. El hombre cree que no. Dios le presenta el perd�n ofrecido gratuitamente a trav�s de la sangre preciosa: el hombre piensa comprarlo con sus devociones o ganarlo con sus m�ritos.

2. El texto avanza para decir que los caminos del hombre no son como los de Dios. Nuestros caminos son las acciones externas que surgen de nuestros pensamientos. Los caminos de Dios son caminos de santidad y pureza. Dios nunca ha hecho nada injusto a sus criaturas ni a �l mismo. Pero nuestros caminos no son as�; est�n llenos de error, estropeados por el mal, contaminados por la impureza. Por naturaleza amamos lo que deber�amos odiar.

Dos no pueden caminar juntos en el cielo a menos que sean de una sola mente; de modo que nuestros caminos y los caminos de Dios deben ser iguales en car�cter. Ahora bien, no nos es posible concebir que Dios haga que sus pensamientos sean como nuestros pensamientos. �Entonces que? Debemos levantarnos a �l.

3. Les pido que consideren la dificultad de esto. "Como los cielos son m�s altos que la tierra, as� mis caminos son m�s altos que los tuyos". �C�mo seremos elevados de la tierra al cielo? La palabra que responde a la pregunta es esa s�laba incomparable, "gracia". Dios en Cristo Jes�s, por su gracia todopoderosa, debe levantarnos juntamente con Cristo.

II. HEMOS FOMENTADO EL ARREPENTIMIENTO. �Vu�lvase al Se�or, y tendr� de �l misericordia; ya nuestro Dios, el cual ser� amplio en perdonar. Porque Mis pensamientos no son los vuestros pensamientos ". Est� claro que existe un v�nculo de conexi�n entre la abundancia del perd�n y el car�cter elevado de Dios, y que los hombres son animados a abandonar sus caminos y pensamientos por la esperanza del perd�n que se deriva de la grandeza de los pensamientos y caminos divinos.

1. No retroceda porque no pueda entender a Dios. No es necesario que comprenda sus caminos y pensamientos.

2. No empieces de nuevo porque no puedes encontrar un paralelo con la gracia que Dios declara que mostrar� hacia ti.

3. Seg�n nuestro texto, cualesquiera que sean sus caminos hacia Dios en el futuro, �l los superar�. Y en cuanto a tus pensamientos, �puedes pensar en c�mo te recibir�?

III. EXPECTATIVA EMOCIONADA. Esta vez el enlace es hacia adelante en lugar de hacia atr�s. �Porque como cae la lluvia y la nieve del cielo, y no vuelve all�. Debes esperar que la palabra del Se�or te sea infalible.

2. A continuaci�n, regresa a un Dios cuyos caminos est�n tan por encima de sus caminos, y Sus pensamientos tan por encima de sus pensamientos, que su coraz�n se llenar� de gozo: �saldr�is con gozo y ser�is llevados con paz." Dios no simplemente romper� tus cadenas y dir� con fr�os acento: "Eres libre"; pero �l te liberar� en medio de la m�sica de las esferas.

3. Junto a esto, todo lo que te rodea debe servir para tu alegr�a. �Los montes y las colinas se romper�n delante de ti en c�nticos�, etc. La monta�a que tem�as estallar� en c�nticos, y el bosque en el que temblasteis se convertir� en una orquesta en la que todos los �rboles aplaudir�n de alegr�a.

4. Y entonces, te suceder�n maravillosas transformaciones. Se marchitar�n los malos h�bitos y se nutrir�n los santos principios.

5. Esta misericordia perdurar� para siempre. ( CH Spurgeon. )

Los pensamientos del hombre y los pensamientos de Dios

I. Compare sus pensamientos sobre LA POSIBILIDAD DEL PERD�N con los pensamientos de Dios al respecto. Naturalmente, forma sus ideas de los caminos de Dios a partir de lo que concibe que ser�a suyo si estuviera en Su posici�n.

1. Lo considero por ese motivo, y supondremos que alguna persona malvada lo ha lastimado gravemente y que ahora se ha discutido la cuesti�n de que usted lo perdone. Suponemos que tiene una disposici�n generosa, franca, perdonadora y un estado de �nimo tranquilo y juicioso. Est� dispuesto a actuar de la forma m�s indulgente, pero el caso que nos ocupa no es una nimiedad y requiere consideraci�n. Despu�s de reflexionar bien sobre el asunto, se siente obligado a decir: �Podr�a perdonar a esta persona, pero su ofensa es de un tipo particularmente grave.

Con el m�s sincero deseo de pasar por alto, siento que no debo, sino que debo dejar que la ley siga su curso �. Ha habido muchas ocasiones en las que las personas agraviadas han hablado as� y ninguna persona razonable podr�a haberlas culpado. As�, oh pecador despierto, es tu caso como ante el Se�or, y si �l pensara en ti como un hombre pensar�a en otro, debes reconocer que �l es justo. Has ofendido a Dios en el punto m�s tierno; has negado Su derecho a ti, aunque eres Su criatura.

Aunque ha sido un pensionista de Su generosidad, ha insistido constantemente en que era su propio amo y que ten�a derecho a hacer lo que quisiera. De este modo, ha invadido los derechos de la corona del Rey de reyes y ha cometido traici�n contra Su soberan�a: lo peor de todo es que ha cometido pecado contra Su unig�nito y amado hijo, el Se�or Jes�s. Si fuera tu caso, no podr�as perdonar; pero as�mbrate al o�r que tus pensamientos no son los pensamientos de Dios, y que sus caminos de perd�n est�n tan por encima de tus caminos como los cielos est�n sobre la tierra.

2. Es de suponer que cuando sopesas el caso de un delincuente, lo decidas as�: �Podr�a perdonarlo, por malo que sea el pecado, si pensara que hab�a ca�do en �l por inadvertencia o descuido, o si supuse que estaba movido por una gran esperanza de ganancia para s� mismo, pero la ofensa fue intencional, maliciosa y desenfrenada, y por lo tanto no puedo remitirla ". Naturalmente, transfieres estos pensamientos tuyos al Se�or del cielo, y dices: ��l nunca me perdonar�, porque he transgredido voluntariamente.

He pecado sin excusa ". Un lenguaje como �ste corresponde a la lengua de un penitente; los hombres no pueden perdonar a sus semejantes cuando perciben la malicia desenfrenada en sus cr�menes, "pero Dios puede perdonarte".

3. En algunos casos, tambi�n se ver� obligado a decir que f�cilmente podr�a haber pasado por alto este error, pero se ha repetido. Tal es tu caso, oh pecador afligido, con respecto a Dios. Aunque dif�cilmente se atreva a pensar en el perd�n, Dios no solo puede pensar en �l, sino otorgarlo.

4. Puedo concebir a una persona gravemente herida diciendo: �Pasar�a por alto todas estas heridas que me han sido lanzadas, pero no veo ninguna raz�n por la que deber�a haber sido el objeto particular del rencor de este hombre; ha sido completamente inmerecido de mi parte y sin provocaci�n. Esa ser�a una raz�n excelente en un tribunal de justicia para insistir en el castigo de un delincuente. Escucha la voz del buen Dios a quien has ofendido ( Isa�as 1:2 ). �Cu�l es la secuela de esta justa pero triste queja? Isa�as 1:18 ).

5. �S�, dice una persona ofendida, �podr�a pasar por alto la culpa si pensara que el hombre est� completamente humillado ahora; pero ves que me pide perd�n, pero no tiene suficiente sentido de su culpa ". Pecador atribulado, este es tu caso. Est�s algo abatido, pero debes confesar que tu coraz�n todav�a est� duro, comparado con lo que deber�a estar. Pero Dios dice: "Quitar� el coraz�n de piedra y les dar� un coraz�n de carne".

6. "A�n as�", exclama la parte agraviada, "creo que el hombre deber�a compensarme". Este principio est� muy bien reconocido en los tribunales de justicia. Ahora, pobre pecador, sientes que no puedes traer ninguna compensaci�n. Pero nuestro Dios amoroso no te pide compensaci�n alguna; �l dice: "S�lo vu�lvete a m�". El pecado es perdonado gratuitamente por causa de Jes�s.

7. Naturalmente, muchas personas de mente justa dir�an: �Si fuera muy amable, sin embargo, no podr�a encontrar en mi coraz�n perdonar libremente cuando veo las consecuencias siempre ante mis ojos. Suponga que alguien hubiera "herido a su hijo" sin sentido; supongamos que le hubiera roto una de las extremidades a su hijo, por ejemplo; Creo que te escucho decir: "Podr�a perdonarlo, pero mira a mi pobre hijo que cojea". �Pero pecador! �Dios ve ante �l se�ales diarias de lo que has hecho! Nunca podr�s deshacerte del pasado ni restaurar el perdido.

Todo ese pasado maldito del pecado debe vivir. Si enciendes el fuego, arder� hasta el infierno m�s bajo. Dios puede perdonar tu incendiarismo, pero el fuego mismo a�n contin�a. Con todas las consecuencias de tu pecado ante �l, �l te perdona gratuitamente si descansas en Jes�s.

8. Adem�s, puedo concebir un caso en el que la parte ofendida pueda decir con justicia: "Me siento desde mi" coraz�n totalmente preparado para olvidar esta ofensa contra m�, pero fue p�blica y, por lo tanto, altamente "desagradable y ofensiva". " Temblando como �pecador�, tambi�n puedes pensar: Ciertamente, la pared de Dios nunca me perdonar�, porque solo contra �l he pecado, y he hecho este mal delante de �l. Pequ� ante el sol.

Pequ� sin sonrojar y me glori� en mi verg�enza. Al�grate, pobre afligido, porque esta no es raz�n para que el Se�or no te perdone, porque tan alto como los cielos se elevan sobre la tierra, tan altos son sus pensamientos sobre tus pensamientos.

9. Me imagino que es posible que alguien ofendido agregue, a modo de apretar todos sus argumentos contra el perd�n: �Mi perd�n ya ha despreciado. Me he hecho un gran gasto para dominar su odio y, sin embargo, se ha enfrentado a m�. �C�mo pueden esperar la raz�n y la justicia que yo haga m�s? Tal vez podr�a responder que no; ninguno de los dos puede esperar m�s de ti; pero lo que no podemos esperar de ti, el pecador culpable puede esperarlo de Dios.

II. Compare sus pensamientos sobre EL PLAN DEL PERD�N con los pensamientos de Dios. Si ha avanzado lo suficiente para creer que Dios puede perdonar, y hasta este punto se ha aferrado a los pensamientos de Dios, est� bien; pero otro de tus propios pensamientos te deprime, porque tienes una idea equivocada del camino del perd�n.

1. Supondr� que hay personas que dicen ignorantemente: �Si es cierto que el Se�or perdonar� el pecado, que lo haga sin dudarlo; que s�lo tome la pluma y marque todas mis transgresiones, y acabe con ellas. No tiene m�s que decir: 'Te perdono, y se acab�. Pero los pensamientos de Dios no son sus pensamientos en este caso. Es evidente que te has vuelto tan impuro de coraz�n que consideras el pecado como una bagatela; pero el Juez de toda la tierra es de otra opini�n. Las grandes Reglas no pueden permitir que el pecado quede impune.

2. Otros tienen la noci�n de que Dios, tal vez, los perdone al hacerlos pasar por un curso de aflicci�n. Es todav�a una noci�n supersticiosa que persiste en Inglaterra, que los pobres son los objetos especiales del favor divino, y que el trabajo duro y la pobreza, y especialmente una enfermedad prolongada, son un medio para eliminar el pecado; pues personas tan afligidas han tenido tanta miseria en esta vida que no merecen sufrir m�s.

Pero sus pensamientos sobre este asunto no son los pensamientos de Dios. Puede que seas tan pobre como L�zaro, pero nunca te acuestes en el seno de Abraham; Puedes soportar aqu� tantos sufrimientos como le toc� a Job y, sin embargo, ir del muladar de Job al infierno. Desecha cualquier idea de que estos sufrimientos o privaciones tuyos pueden hacer expiaci�n por el pecado.

3. Una idea m�s actual todav�a es que Dios borrar� el pasado y dar� a los hombres un nuevo comienzo, y que si van bien en el futuro, entonces, en la hora de su muerte, Dios les pedir� perd�n. Pero no hay nada de ese tipo en la Palabra de Dios.

4. Sin embargo, existe una suposici�n muy actual de que Dios perdona el pecado de esta manera: que dice: �Bueno, ahora te perdono el pasado. Mi ley fue demasiado severa para ti, pero lo intentar�, de nuevo bajo una regla m�s indulgente. Haz lo mejor que puedas y te salvar�. �Pero Dios no hace nada por el estilo! El perd�n que se da a un pecador llega tanto a los pecados que a�n no se han cometido como a los que ya ha cometido. Cristo estuvo por ti y, por lo tanto, Dios es severamente justo mientras que es generosamente misericordioso contigo. En segundo lugar, cuando Dios te perdona, lo hace incondicionalmente.

III. LA POSESI�N ACTUAL DE ESTE PERD�N.

1. Hay una idea en la mente de muchos de que el plan de simplemente confiar en Cristo y ser perdonado en el acto es demasiado simple para estar seguro. Es un hecho bien conocido que los remedios m�s simples son los m�s potentes y seguros; y, ciertamente, las reglas m�s simples de la mec�nica son aquellas sobre las que los mejores ingenieros construyen sus m�s maravillosas erecciones. No desprecies el Evangelio porque es sencillo.

2. Creo que te escucho decir: "Es demasiado bueno para ser verdad". Pero es como nuestro Dios.

3. Creo que escucho a tu coraz�n decir: "Me parece un plan demasiado r�pido para estar seguro". Esto no es un nostrum humano, es una prescripci�n divina.

4. � Cree y vive! " Termina contigo mismo y comienza con Cristo. ( CHSpurgeon. )

Ni tus caminos son los m�os, dice el Se�or

El gran contraste

Naturaleza, Providencia y Gracia abundan en elocuentes ilustraciones del texto.

I. OBSERVE LA NATURALEZA.

1. Las obras de Dios son caracter�sticas. Manifiestan su car�cter. El hombre no. No podemos decir infaliblemente lo que es un pr�jimo al se�alar lo que hace. Una prenda est� hecha para ti. �Eres capaz, al mirarlo, de descubrir qu� es el creador? Un carpintero construye una caja, mesa o silla; pero nada en su fabricaci�n informa al espectador de la santidad o pecaminosidad del obrero.

Lo mismo ocurre con los libros. Las producciones de la pluma a veces se oponen a los hechos de la vida. Pero las obras de Dios se nos muestran a s� mismo. La pureza y el poder, la misericordia y la majestad de Jehov�, se manifiestan en la creaci�n.

2. Las obras de Dios soportar�n el examen m�s minucioso. En esa galer�a de arte hay una pintura. P�rese a cierta distancia y quedar� impresionado por su belleza. M�ralo de cerca y se convierte en una mera confusi�n de colores. Pero asciende una colina. Contempla el paisaje. Aqu� hay una imagen divina. Los campos son esmeralda con hierba, dorados y blancos con prol�ficas flores silvestres. Visto desde lejos, la escena es gloriosa.

Sin embargo, baja la colina. Ve al prado. Arranca una de las flores y m�rala minuciosamente; recoger una brizna de hierba y someterla a un examen minucioso. Lo soportar�. Es tan hermoso como siempre. Un trozo de encaje que parece delicado y fino a simple vista se vuelve tosco y torpe bajo el microscopio. No as� el ala de una mosca o una polilla. Aumente la aguja m�s fina jam�s fabricada e inmediatamente se ver� grosera y �spera; pero magnifique el aguij�n de una abeja un mill�n de veces, y su superficie sigue siendo lisa e invariable.

3. Las obras de Dios son inagotables en atractivo. Nunca nos cansamos de la naturaleza. Los logros humanos est�n limitados por el inter�s que producen.

II. PROVIDENCIA DE ESTUDIO. Cu�n opuestos a las expectativas de los hombres han sido muchos de los tratos de Dios. Colocados en Su posici�n, habr�an hecho todo lo contrario de lo que �l se complaci� en lograr. Por ejemplo, Israel cuando fue sacado de Egipto; Josu� y Jeric�; Gede�n y los madianitas; Naam�n y su lepra. "El hombre propone, Dios dispone." Formamos nuestros planes; Con frecuencia los deja donde est�n y nunca les permite cristalizar en acci�n.

Los cerebros se devanan y los corazones se ponen ansiosos por tocar diversos planes y diversas intenciones, cuando, �he aqu�! Aquel que tiene la suerte de deshacerse de ellos los ignora silenciosamente y nos conduce por un camino completamente diferente al que esper�bamos. Una vez visit� la casa de un amigo. Mientras esperaba la admisi�n, mi atenci�n fue atra�da por un objeto trivial pero sugerente. Junto a la puerta se hab�a plantado un �rbol de hoja perenne. Estaba cayendo y muriendo.

Cerca de ella, sin embargo, hab�a una flor silvestre. Arrojada por un p�jaro que pasaba, o arrojada all� en las alas del viento, alguna semilla hab�a echado ra�ces. Floreci� y se hizo fuerte. Tampoco ocurre de otro modo con los acontecimientos humanos. Los esquemas que ponemos, regamos y observamos, nos decepcionan y fracasan, mientras Dios le da a algo muy diferente vigor y vida.

III. CONSIDERE LA GRACIA. En su trato espiritual con nosotros, ni vuestros caminos son los m�os, dice el Se�or.

1. Dios ama a todos. Nosotros no. Los fil�ntropos de gran coraz�n, cuyo cari�o abarca a toda la raza, son excepcionales.

2. Dios tiene en cuenta nuestras dificultades. Las enfermedades f�sicas suelen despertar l�stima. Los tomamos en cuenta cuando juzgamos. �Ojal� sigui�ramos la misma regla un poco m�s! No es raro que cuando juzgamos a nuestros semejantes moral y espiritualmente, perdemos de vista las dificultades que tienen que encontrar. Si recordamos sus pruebas y tentaciones peculiares, deber�amos hablar de ellas con un poco menos de dureza. Dios hace plena y amplia tolerancia por nuestras dificultades. Ve y aprecia los obst�culos a los que nos enfrentamos. �Recuerda que somos polvo.

3. Dios nos ayuda a superar nuestras dificultades. La adversidad es una dura prueba. Probado as�, muchas amistades fallan. El buen tiempo y la navegaci�n tranquila en el mar de la vida ganar�n compa�eros de viaje, pero pocas nubes y rompientes compartir�n con nosotros. Cu�n diferente es con Dios; �Nunca te dejar� ni te desamparar�, ni siquiera en la prueba. No, est� m�s cerca de nosotros que nunca. �l no solo tiene en cuenta nuestras dificultades, sino que nos ayuda a superarlas.

Una vez se escuch� a dos ni�os hablando sobre el Buen Pastor. "�Qu� �l ha hecho?" dijo uno. ��l da de comer a las ovejas y ahuyenta a las fieras�, fue la respuesta. �Pero�, replic� el primero, ��l hace m�s por las ovejas; Los lleva cuesta arriba ".

4. Dios es muy indulgente. El hombre no lo es: es lento para perdonar (vers�culo 7). ( TRStevenson. )

La longanimidad de Dios supera al del hombre

Un evangelista estaba llevando a cabo servicios especiales en una aldea de Yorkshire e inst� a su audiencia endurecida por el Evangelio a tomar una decisi�n inmediata. Mientras se imaginaba la paciencia de Dios, su rostro resplandec�a de santa emoci�n. Luego, cayendo de rodillas, grit�: ��Se�or, Se�or, qu� tercos son! Si hubiera sido T�, los habr�a tenido a todos en el infierno hace mucho tiempo.

Versículo 9

Porque as� como los cielos son m�s altos que la tierra,

Los horizontes cercanos y celestiales

I. LOS CIELOS EST�N TAN POR ENCIMA DE LA TIERRA Y, POR LO TANTO, TAN PUROS. Por naturaleza, la tendencia de nuestros pensamientos y actividades es descendente, terrenal, sensual, diab�lica. De ah� la terrible disparidad entre los caminos y pensamientos de Dios y los nuestros. Por lo tanto, es imposible para el hombre natural comprender a Dios o agradar a Dios. Tambi�n es imposible que el hombre natural viva con Dios para siempre, a menos que el imp�o abandone sus caminos y el hombre inicuo sus pensamientos.

II. POR LO TANTO Y POR LO TANTO ABUNDANTE. Este es el pensamiento que el ap�stol expande en uno de los pasajes m�s brillantes de la p�gina de la revelaci�n ( Romanos 5:12 ). Su punto es que todo lo que fue hecho por el pecado, y por el pecado, debe ser igualado y superado por la gracia de Dios. No hay paralelo entre nuestro perd�n y el de Dios.

Cuando Dios perdona, deja de recordar; El borra las iniquidades como una nube, y los pecados como una nube espesa; �l no nos trata simplemente como criminales perdonados, sino que nos lleva a Su coraz�n como hijos amados, �l transforma las tristes consecuencias de nuestros pecados en bendiciones, en lugar de la espina sube al abeto, y en lugar del brezo el mirto- �rbol. Esto seguramente est� tan por encima de las nociones de perd�n del hombre como los cielos est�n muy por encima de la tierra.

III. HASTA AHORA, Y POR LO TANTO BENEFICIOSO. ( FB Meyer, BA )

La trascendente elevaci�n de Dios

Es un giro maravilloso y hermoso el que el profeta da aqu� al pensamiento de la trascendente elevaci�n de Dios. Los cielos son el tipo mismo de lo inalcanzable; y decir que son "m�s altos que la tierra", parece, a primera vista, ser m�s que decir: Nadie ha subido a los cielos, 'y ustedes, hombres pecadores, deben arrastrarse aqu�, sobre su llanura, mientras ellos est�n lejos. arriba, fuera de tu alcance.

Pero los cielos se doblan. Son un arco y no una l�nea recta. Tocan el horizonte; y de ellos proceden las dulces influencias del sol y de la lluvia, del roc�o y de la bendici�n, que traen fertilidad. De modo que no s�lo son lejanos e inalcanzables, sino tambi�n amistosos, ben�ficos y comunicadores del bien. Como ellos en verdadera analog�a, pero sin embargo, la superioridad infinita sobre lo mejor y m�s noble en el hombre, es la misericordia ilimitada de nuestro Dios perdonador. ( A. Maclaren, DD )

Versículos 10-13

Porque como cae la lluvia

Lluvia de nieve, s�mbolo de la Palabra de Dios

La adecuaci�n del simbolismo es evidente incluso para el observador m�s casual.

1. La nieve y la lluvia se caracterizan por una dulzura que se funde en fuerza. Una gota de lluvia cae sobre mi mano y la aplasto, y no es; pero cuando la gota se multiplica y la gran tormenta azota el valle, es casi insoportable en su acometida. Un copo de nieve como una pluma cae a trav�s de la atm�sfera; Lo toco, pasa y se pierde, su belleza cristalina se ha ido para siempre ante la rudeza de mi mano humana; pero que se multiplique ese copo y la nieve que cae se apoderar� de la locomotora atronadora, atascar� sus ruedas, mofar� su avance, la enterrar� bajo su blancura suave y silenciosa.

2. La lluvia y la nieve se caracterizan por la impotencia que se convierte en beneficencia. Preguntamos: �Qu� puede hacer esta gota de lluvia por el hombre? �Qu� puede hacer este copo de nieve por la humanidad? Y, sin embargo, sabemos que cuando pasamos de la gota individual a la gran lluvia, eso al caer hace re�r a la tierra en la cosecha y corona el trabajo de las manos de los hombres. No hay palabra m�s exquisita en toda la Escritura sobre la naturaleza que ese pasaje simple y sublime, ��l da su nieve como lana.

Como un manto c�lido, envuelve la tierra en �poca de invierno y la mantiene, en s� misma de la naturaleza del fr�o, de la penetraci�n de un fr�o m�s intenso. Y entonces encontramos que la lluvia y la nieve, por indefensas que parezcan, son los mismos mensajeros de beneficencia para los hombres.

3. La lluvia y la nieve nos llegan caracterizadas por la infructuosidad, pero generando fecundidad, caigan donde caigan. ( G. Campbell Morgan, DD )

La palabra de Dios

Tomemos este simbolismo del profeta y consid�relo exactamente como �l lo ha dicho:

I. EN CUANTO A LAS SIMILITUDES SUGERIDAS. Perm�tanme primero tabular la frase que vamos a considerar en este vers�culo: �Viene del cielo, no vuelve all�; riega la tierra, haci�ndola brotar y reto�ar, para que d� semilla al sembrador y pan al que come �.

1. El hombre no tiene nada que ver con la llegada de la lluvia y la nieve. En medio de ese maravilloso interrogatorio de Job por Dios ocurren estas dos preguntas: "�Has entrado en los tesoros de la nieve?" que, traducido, de poes�a a prosa, significa: ��Entiendes la nieve? �Sabes de d�nde viene? �Puedes analizar el misterio de su cristalizaci�n y dep�sito? Entonces, "�Tiene la lluvia un padre?" �Eres capaz de generarlo, de producirlo? La Palabra de Dios es un mensaje de Dios al hombre que ning�n hombre pudo conocer por s� mismo.

Nunca es una filosof�a formulada por la sabidur�a humana; siempre es una revelaci�n hecha. La cualidad suprema de la Palabra de Dios es que por mucho que los hombres ocupen su tiempo en discutir los m�todos por los cuales hemos llegado a poseer estos documentos, hay estampado en cada p�gina del manual de se�ales de Jehov�, grandes revelaciones de Su naturaleza. , grandes revelaciones de los secretos m�s profundos de la vida humana, gran iluminaci�n de los problemas que enfrentan los hombres por la revelaci�n divina. Es el don de Dios y no la invenci�n del hombre.

2. Pero "no vuelve all�". La nieve y la lluvia se derraman sobre la faz de la tierra, se derriten y pasan, y a muy pocas horas de la gran lluvia que ha endulzado todo a su llegada los caminos vuelven a estar polvorientos, y decimos: ��Qu� pronto! ha pasado la lluvia. Entonces, una vez que la nieve ha ca�do bajo la influencia del sol, se ha ido. A juzgar por las primeras apariencias, parece como si este regalo del cielo se hubiera derramado sobre la tierra para ser estropeado, contaminado, desperdiciado.

Entonces la Palabra de Dios. La Palabra de Dios ha sido dada a los hombres en figura y s�mbolo, en profec�a y c�ntico, y finalmente en la Persona de Jes�s, y desde que �l vino, en exposici�n y explicaci�n, durante siglos; y cu�n perpetuamente nos parece, mientras contemplamos las aperturas de las d�cadas, e incluso de los siglos, como si este gran derramamiento de revelaci�n divina se hubiera perdido, cayendo sobre el hombre pero para ser estropeado.

3. Pero "riega la tierra". Tomen este polvo que yace sobre el camino y sobre el campo surcado, y dentro del polvo est� la creaci�n de todo lo que es hermoso y fruct�fero. Pero el polvo no r�e en flores; es capaz e incapaz. Dentro de �l est�n todas las fuerzas de la vida. Toda la misteriosa magnificencia de su personalidad en el lado f�sico se encuentra en el polvo a sus pies, y todas las flores que florecen se encuentran all� en potencia.

A medida que la lluvia y la nieve riegan la tierra, que se caracteriza a la vez por la capacidad y, sin embargo, incapaz de satisfacer las posibilidades que yacen durmiendo dentro de su propio ser, hace re�r a toda la Naturaleza con una nueva belleza. As� tambi�n la Palabra de Dios llega a los hombres en cuya naturaleza est�n las potencialidades pero no las realizaciones. La Palabra de Dios cae sobre los siglos, sobre la sociedad, sobre los individuos, y pensamos que los tocaba pero que se echaban a perder y se ensuciaban y pasaban, pero miramos y descubrimos que al caer la tierra se volvi� productiva. En todo ser humano existe la capacidad para la Deidad. En toda vida humana existen las potencialidades de los m�s elevados, los m�s nobles y los mejores.

4. El profeta ahora agrega una verdad adicional con respecto a estos elementos en la declaraci�n, "haci�ndolo producir". Despu�s de la lluvia y la nieve, el suelo rojizo y opaco se vuelve hermoso con esmeralda, �palo, rub� y diamante, y sabes que cuando la lluvia y la nieve de Dios tocan el polvo, hace brotar el polvo. As� ocurre con la Palabra de Dios. La Palabra de Dios hace que las fuerzas latentes del hombre se lleven a cabo. Todos los hombres que alguna vez se han dado cuenta de las posibilidades de su propia vida, lo han hecho en respuesta a alguna parte de la Palabra de Dios, a la Palabra hablada, a la Palabra escrita, a la Palabra vivida.

5. Otra palabra m�s que he tomado por separado, porque creo que realmente est� separada. Es una palabra m�s fuerte que la primera: "hace que brote y reverdezca". Me siento inclinado a usar aqu� la palabra hebrea literal, "y brotar". Es decir, la lluvia y la nieve no solo tocan el polvo en generaci�n, sino que vuelven a la hierba, las flores, los frutos. Y la Palabra de Dios ha venido de �l para tocar el fracaso de la vida humana, y ha estado regresando a �l riendo con la cosecha de almas rescatadas. El Verbo se encarn� en Cristo supremamente, y en menor y diferente grado, pero sin embargo, con la misma verdad, la Palabra de Dios se ha reencarnado en la vida humana en todos los siglos que han pasado.

6. Sin embargo, eso no es todo. "Para que d� semilla al sembrador". �Para qu� es esta cosecha? Dices por el sustento de la vida humana. Eso no es lo primero. El pan para el comedor es algo secundario. El pan para el que come es provisi�n para el trabajador para que pueda continuar sembrando y cosechar sus cosechas; pero el primer mosaico es que, en la nueva forma en que la lluvia y la nieve regresan a Dios, siempre se encuentra la potencialidad de propagaci�n esperando nuevas lluvias y nuevas transmutaciones y nuevas cosechas.

As� ocurre con la Palabra de Dios. La Palabra de Dios, que se apodera de la vida humana, la cambia, se encarna en ella, comunica fuerza propagativa; hace un centro desde el cual la semilla puede esparcirse a�n m�s lejos, y de una vida rehecha y santificada por la Palabra de Dios debe salir la semilla que afectar� otros campos, y extenderse en grandes l�neas de bendiciones cosecha.

7. "Y pan para el que come". El hombre que araba, sembraba y cosechaba alimentos. La Palabra de Dios es tambi�n pan de vida para el trabajador.

II. EN CUANTO A LOS GRANDES PRINCIPIOS REVELADOS. El simbolismo de esta gran Palabra prof�tica ense�a:

1. Que la Palabra de Dios tiene un prop�sito. La Palabra de Cedis no se da para poseer; se le da para que pueda poseer.

2. Que la Palabra de Dios es poderosa. No volver� a �l vac�a. �Y por qu� no? Porque nunca viene vac�o de �l. Cada palabra de Dios se estremece de fecundidad. Si sabemos c�mo recibirlo y c�mo responder, entonces regresar� a �l no vac�o, sino fruct�fero, en vidas cambiadas, remodeladas, remodeladas, santificadas.

3. Que la Palabra de Dios es pr�spera. La palabra "lograr" significa que hace algo, hace algo, se da cuenta de algo; y la palabra hebrea "prosperar" significa literalmente que "empuja hacia adelante". Es una gran fuerza din�mica.

III. EN CUANTO A LAS RESPONSABILIDADES DEBIDAS. La lluvia y la nieve pueden caer sobre la tierra durante mucho tiempo y no habr� cosecha a menos que la tierra est� preparada. La lluvia y la nieve pueden caer con toda su generosidad y magnificencia sobre la tierra, y no habr� cosecha a menos que se siembre la semilla. Y la lluvia y la nieve pueden caer y hacer re�r a la tierra con la cosecha, si la tierra est� preparada y la semilla se siembra, y sin embargo los hombres no obtienen ning�n beneficio a menos que se coma el pan.

Aqu�, entonces, hay tres cosas al menos que yo dir�a: La tierra debe estar preparada; �Mirad c�mo o�s�. La semilla debe sembrarse; "Predica la Palabra". El pan debe comerse; �Dejad que la Palabra de Cristo more en abundancia en vosotros�.

Las leyes de la gracia tan efectivas como las leyes de la naturaleza

I. LAS LEYES DE LA NATURALEZA SON EFECTIVAS. "Porque como la lluvia", etc.

1. La lluvia y la nieve son agentes enviados del cielo.

2. Responden eficazmente a su prop�sito.

3. Sus beneficiosos resultados.

(1) Belleza terrenal. �La hace brotar y reverdecer�.

(2) Husbandman suministrado. "Da semilla al sembrador".

(3) El ciudadano alimentado. "Pan para quien come".

(4) Procesos siempre repetidos.

II. LAS LEYES DEL CRISTIANISMO SON TAN EFECTIVAS COMO LAS LEYES DE LA NATURALEZA. �As� ser� Mi Palabra�, etc.

1. El origen divino del cristianismo. Mi palabra. De mi boca.

2. El cristianismo no ser� derrotado. No volver�s a m� vac�o �.

3. El cristianismo finalmente lograr� la voluntad y el placer de Dios. "Har� lo que me plazca".

4. El cristianismo producir� sus resultados divinamente intencionados. ��Prosperar� en lo que ha de ser! enviado."

5. Como en la naturaleza, el proceso es lento pero seguro. ( W. Unsworth. )

Gracia divina y responsabilidad humana

1. Repetidas veces se ha encontrado con personas buenas que se besan, para su propia satisfacci�n y consuelo, que la no devoluci�n de la Palabra de Dios a �l vac�a simplemente significa que, cuando no ablanda y salva, endurece, convence y condena a un hombre. . Y piensan que el resultado nefasto es el cumplimiento del placer de Dios, es la prosperidad en aquello a lo que �l ha enviado Su Palabra. Es cierto, por supuesto, que donde la Palabra de Dios no salva, condena.

Pero esta no es la verdad de estos dos vers�culos. En ellos se hace referencia a la soberan�a de Dios como empe�ada en sacar algo de la obra de Su Palabra; o para prop�sitos alternativos Suyos al enviarlo; oa alguna voluntad suya desconocida y misteriosa a la que sirve el fracaso aparente o real de su voluntad revelada; o, de hecho, a cualquier prop�sito judicial, punitivo o pensamiento posterior suyo que entre en operaci�n cuando Su primer y misericordioso prop�sito resulta ser abortado. en este cap�tulo, que parecen casi demasiado buenos para ser verdad.

No establecen el prop�sito soberano de Dios al enviar Su Palabra como algo m�s que un prop�sito soberanamente misericordioso y siempre misericordioso. Dan una certeza definitiva, reforzada e ilustrada por �la lluvia y la nieve en el cielo�, de la bondad de Dios, de Su poder para cumplir Su Palabra de gracia, de fidelidad a Sus promesas ben�ficas. La semejanza de la fertilizaci�n, fruto que produce nieve y lluvia, y la declaraci�n de Isa�as 55:12 , proh�ben que no sea un prop�sito de gracia en el env�o de Su Palabra de Dios.

Por lo tanto, cuando se afirma que Su Palabra no volver� a �l vac�a, todo lo que se quiere decir es que este prop�sito de gracia ser� afectado por Su Palabra, antes de que regrese a �l. No se queda atr�s. No hay falta de vida, virtud o gracia en �l. En cuanto a su prop�sito salv�fico, nunca regresa a �l vac�o.

2. �Pero c�mo? Ahora, aqu� llegamos a las verdaderas causas del fracaso de la Palabra de Dios para producir sus resultados leg�timos y divinamente intencionados, donde sucede que falla. As� como la lluvia y la nieve pueden, en algunos casos y bajo ciertas condiciones, muy excepcionales y en su mayor�a incidentales, convertirse en una maldici�n y no en una bendici�n, la Palabra de Dios puede fallar en salvar a los hombres y solo endurecerlos y condenarlos. Los hombres pueden ser condenados a pesar de la venida de Cristo para salvar al mundo.

Los hombres pueden traer sobre s� mismos la ira que Dios no les asign�. Si es as�, es en todos los casos porque el prop�sito de Dios fue resistido o frustrado; o no se cumplieron las condiciones de su cumplimiento dependientes de los hombres. El fracaso no se debe al placer de Dios de que ocurra. Es una consecuencia indirecta de Su prop�sito, del cual solo los hombres son responsables. Porque, en la facilidad de la lluvia y la nieve, el prop�sito de Dios se realiza solo cuando los hombres cumplen con las condiciones adecuadas y necesarias para usarlas correctamente.

La lluvia y la nieve del cielo deben satisfacerse en condiciones adecuadas en la tierra mediante la contribuci�n del hombre de preparaci�n activa, cuidado cuidadoso y vigilancia y diligencia oportunas. La lluvia no har� que la arena del mar sea f�rtil. La lluvia no har� que la semilla crezca ni siquiera en suelos ricos donde no se siembra semilla, o donde la semilla, si se siembra, puede ser ahogada por la maleza. No se sembrar� semilla, o Y as� se puede para el sembrador que no siembra; ning�n pan para el que lo come nadie ve que donde la Palabra de Dios no logra cumplir su prop�sito de gracia, es simple y exclusivamente por causas de las cuales el hombre es responsable.

No funciona mec�nicamente, por necesidad sin vida, independientemente de la libertad del hombre y la contribuci�n del hombre a su �xito. La Palabra de Dios falla, donde sea que falla, simplemente porque los hombres no cumplen con las condiciones simples, ordinarias, comunes pero esenciales de la agricultura espiritual. ( A. Warrack, MA )

La eficacia del Verbo Divino

Se ha demostrado que los pensamientos de Dios est�n muy por encima de los pensamientos de los hombres. Ahora indica que sus palabras, aunque parezca lo contrario, son eficaces con una eficacia divina similar.

1. Debe recibirse como un est�mulo. No se da como explicaci�n o justificaci�n de la falta de resultados. Tiene la intenci�n de dar un nuevo coraz�n al mensajero que se imagina que sus palabras est�n cayendo infructuosas y que todos sus esfuerzos resultan vanos ante la masa inerte e inamovible del pecado y el mal en el mundo. La mayor�a de los que han intentado ser mensajeros de Dios han sido conscientes de la sensaci�n de fracaso en ocasiones, y este pensamiento ser�a adecuado para animarlos.

2. Declara el hecho de que la Palabra de Dios nunca es del todo un fracaso. A nuestros ojos puede parecer que no produce ning�n resultado. Funciona en secreto pero ciertamente. La ley de su funcionamiento es la ley de trabajar con todas las semillas, al principio lenta, secreta e invisible. �Qui�n no cree que, aunque invisible, la semilla todav�a est� germinando debidamente? Incluso las palabras de Cristo no resultaron uniformemente exitosas con Sus oyentes, pero al final, �cu�n parecida a la semilla ha sido su gran y siempre creciente influencia!

3. Da la idea correcta de la predicaci�n. La predicaci�n debe ser el pronunciar una palabra de Dios. Rechaza la noci�n de que predicar en el sentido de hablar nuestras palabras acerca de Dios es �til o eficaz. Esto es lo que hicieron los escribas y fariseos. Esto es lo que sucede siempre en la era del dogmatismo fr�o, cuando los hombres no cuentan lo que han sentido de Dios en sus propias almas, sino que sustituyen explicaciones, tradiciones y puntos de vista sobre la verdad que la hacen impotente.

4. Nos habla del beneficio inagotable de la adoraci�n p�blica. Los hombres dicen que no vale la pena escuchar a tales predicadores. Pero esto nos recuerda que en cada servicio se declara la Palabra de Dios. Incluso si las oraciones son descuidadas, las alabanzas duras, los sermones aburridos y el ocupante del p�lpito indigno, tenemos una palabra prof�tica segura en la que basarnos: "No volver� a M� vac�a". ( J. Robertson. )

La ley del crecimiento

I. LA ACCI�N UNIFORME DEL DERECHO. �La lluvia no vuelve all�, vac�o, sin haber cumplido el prop�sito para el cual vino. �C�mo es posible que los agricultores est�n dispuestos a realizar el trabajo de todo un a�o para poder tener una recolecci�n en la �poca de la cosecha? �C�mo es posible que durante el invierno, la primavera y el verano trabajen con tanta esperanza y esperen con tanta paciencia! Porque saben que los principios sobre los que Dios lleva a cabo los procesos del mundo material son uniformes y constantes. Entonces concluimos que est� en el dominio del esp�ritu. Hay una acci�n uniforme de la ley. Note este hecho:

1. En nuestra propia naturaleza. Los efectos siempre siguen causas en nuestra vida; las acciones siempre producen efectos.

2. En relaci�n con Dios. �sta es s�lo una expresi�n de la verdad de que �l es fiel.

(1) Sus prop�sitos seguramente se cumplir�n. Sus caminos no son como los nuestros.

(2) Su Palabra es poderosa; no puede ser nulo.

(3) Sus promesas son seguras.

II. LA COMBINACI�N DE FUERZAS. La cosecha que blanquea los campos no ha sido producida por la acci�n de una sola causa o proceso. Ha habido acci�n mec�nica, acci�n f�sica, acci�n qu�mica, acci�n vital. El germen de vida en la semilla ha sido estimulado por el calor, acelerado por la lluvia, alimentado por minerales, cuidado por el hombre. Muchas cosas poco probables tambi�n han contribuido al resultado. El largo y fr�o invierno hizo que la tierra yaciera muerta; pero esa era una preparaci�n necesaria para la actividad de la primavera.

Tormentas y tempestades golpeaban el suelo, la nieve en invierno lo cubr�a como un manto; pero estos eran necesarios en su lugar y en su momento. Los cambios en la atm�sfera, las variaciones en la temperatura, el descanso y el frescor de la noche despu�s del calor y el resplandor del d�a, todo ayud� a hinchar el grano, a sacar la hoja, a llenar la espiga. Los procesos de la naturaleza se llevan a cabo mediante la combinaci�n de innumerables causas, muchas de ellas peque�as y quiz�s insignificantes en s� mismas; y por la mezcla de varias leyes en una variedad casi infinita. Entonces, en nuestra vida interior encontramos este hecho, que muchas causas se combinan para producir resultados. La vida se compone de una combinaci�n infinita de fuerzas.

1. Dios nos ha otorgado muchos dones. A uno le ha dado rapidez de percepci�n; a otro, claridad de las facultades de razonamiento; a otro, fuerza de voluntad; a otro, poder de invenci�n; etc�tera. Pero estos no son los �nicos dones que �l ha otorgado a cada uno: y no es solo por el uso de un poder en particular que la vida debe continuar. Es por la debida combinaci�n de todos. As� que en las cosas espirituales, no es por fe, solo o solo por esperanza, o solo por amor, o solo por perseverancia, o leyendo solo la Palabra de Dios, o atendiendo solo a los medios de la gracia, que nuestras almas han de crecer, que nuestro car�cter debe ser moldeado.

Y a veces nos parecen extra�as las cosas que van a moldear nuestro car�cter: las nieves de los dolores invernales se posan en nuestro coraz�n; las tormentas de dificultad y prueba nos azotaron. No vemos c�mo estos pueden ser necesarios. Pero Dios ve y combina todas las causas para que pueda conducir al mejor resultado.

2. Lo mismo ocurre con la tentaci�n. Casi ning�n pecado se nos presenta, o se nos presenta, en su realidad desnuda. Viene vestido a menudo con ropas, si no de aparente justicia, al menos de pureza negativa. Ninguna tentaci�n llega aislada; pero nos mueven motivos mixtos. Estamos, por as� decirlo, no tanto en peligro de ser abrumados por un r�o, como de ser golpeados por sucesivas gotas de lluvia.

3. La posibilidad de utilidad nos llega no en una gran oferta, sino en una sucesi�n constante de peque�as oportunidades.

III. LOS EFECTOS SE ALCANZAN LENTAMENTE. No de una vez, ni en unos momentos, las operaciones de la naturaleza afectan sus resultados. As� ocurre en el funcionamiento de la vida. No hay efectos repentinos.

1. El crecimiento en la gracia debe ser nuestro objetivo diario.

2. Tambi�n el crecimiento en el conocimiento es nuestro privilegio, no s�lo de las cosas externas, de los misterios de la creaci�n, de la historia del pasado o de la obra del presente; sino de la Palabra de Dios.

3. El crecimiento en fuerza tambi�n puede ser nuestro. El m�sculo que se usa se fortalece con el uso. El esp�ritu que se esfuerza en las cosas de Dios, por la bendici�n de Dios, gana fuerza en ellas. ( JS Shields, DD )

Analog�a de lo natural y lo espiritual

I. LA ANALOG�A DE LA NATURALEZA NOS ENSE�A QUE CUANDO DIOS CREA UNA NECESIDAD EN SUS CRIATURAS, HACE ARREGLOS PARA SUMINISTRAR ESA NECESIDAD. "Pan para quien come". Nuestros cuerpos est�n constituidos de tal manera que necesitan alimento. El que los ha hecho as�, tambi�n ha dispuesto que se les suministre la comida. �Qu� pasa con las necesidades del alma? Dios lo ha creado de tal manera que necesita un alimento que la "constituci�n y el curso de la naturaleza" no pueden dar.

Mira m�s all� de lo natural y anhela lo sobrenatural. Anhelamos el conocimiento de las cosas espirituales; para orientaci�n y consuelo en la vida diaria; por una esperanza m�s all� de la tumba; para una esfera menos traspasada por limitaciones y tentaciones. Sentimos, incluso los m�s descuidados, que el pecado es una carga que debilita, contamina y condena. �No ha previsto el gran arquitecto y dise�ador para deseos como estos? Si.

Como ocurre en Sus obras en la creaci�n, tambi�n en la esfera espiritual: �As� ser� mi palabra que sale de mi boca. �l envi� la Palabra de Dios para darse a conocer a s� mismo. Habla del Pan vivo que es el �nico que puede satisfacer la necesidad del alma. Viene directamente de Dios mismo. Escrito por el hombre, Dios el Esp�ritu Santo lo aplica al coraz�n. F�jense, por lo tanto:

1. Su absoluta verdad. No es una serie de especulaciones, filosof�as o aspiraciones; conjeturas de hombres buenos o sabios, que pueden o no ser perfectamente precisas. Es la Palabra de verdad.

2. Su autoridad vinculante. Es la Palabra de un Rey.

3. Su fidelidad inmutable. Siempre es confiable. Sus promesas son siempre "s� y am�n en Cristo Jes�s". Son billetes de banco para los que siempre hay una reserva de oro en los tesoros del cielo.

4. Su inefable bendici�n. Habla de pleno consuelo para los afligidos; descanso perfecto para los cansados; paz duradera para los afligidos. Nunca lloviznas agradecidas cayeron con mayor refresco sobre los campos resecos y sedientos que el roc�o de la Palabra de Dios sobre los corazones cansados ??y anhelantes de los hombres. �Cu�n importante es que recibamos esa Palabra, obedezcamos sus mandamientos, descansemos en sus promesas, prestemos atenci�n a sus advertencias!

II. LA ANALOG�A DE LA NATURALEZA NOS ENSE�A QUE PODEMOS COOPERAR CON DIOS EN LA OBRA DE ILUMINACI�N DE LA HUMANIDAD. Los campos de cosecha suministran no solo pan al que come, sino "semilla al sembrador". El grano no es meramente alimento, es semilla. Cada uno contiene el embri�n de una planta. Colocado en el ambiente adecuado en el momento adecuado, esa peque�a vida provocar� movimiento entre sus alrededores, tejer� un brote, una cuchilla y una mazorca llena de ma�z.

La cosecha del pr�ximo a�o no se obtendr� por una creaci�n directa de Dios, sino por el debido uso del grano de este. Esta reuni�n contiene la promesa y el poder de futuras cosechas; no s�lo satisfar� las necesidades presentes, sino que tiene una posibilidad expansiva, extensa y de largo alcance. As� es en el reino de la gracia.

1. La vida del cristiano debe ser tanto extensa como intensiva. Recibe, no solo para obtener beneficios, sino para ayudar a otros.

2. Los efectos de la verdad son germinantes y satisfactorios.

3. La regla del trabajo prevalece en los campos de cosecha tanto espirituales como naturales. Debido a que el grano es semilla, el trabajo del labrador se vuelve posible. Si la vida no estuviera ah�, el trabajo del a�o ser�a en vano. Debido a que el grano es semilla, el trabajo del labrador es obligatorio. Es la regla de Dios que parte de esta cosecha debe usarse para la siguiente. Es el mandato de Dios que el hombre coopere en este gran plan.

Tambi�n es el inter�s del hombre hacerlo. El producto de la tierra es la fuente de riqueza fundamental y dominante. As� ocurre con las cosas espirituales. Piense en las posibilidades de la vida cristiana. Piense en la naturaleza obligatoria del servicio cristiano. Incluso podemos hablar de la analog�a de nuestro propio inter�s. ( JS Shields, DD )

La lluvia y la palabra

El Evangelio se compara con la lluvia y la nieve.

I. EN SU ORIGEN. Del cielo. Toda la verdad es Divina.

II. EN SU FUNCIONAMIENTO. "Riega la tierra". El Evangelio cambia el coraz�n humano y promueve y nutre todo lo bueno.

III. EN SUS BENEFICIOS. "Para que d� semilla al sembrador y pan al que come". El Evangelio da instrucci�n, consuelo y fortaleza a los hombres y produce una cosecha de frutos para Dios.

IV. EN SUS RESULTADOS FINALES. �Prosperar� en aquello a lo que lo envi�. ( Homilista. )

cristiandad

Estas palabras sugieren varias ideas sobre el cristianismo.

I. VARIEDAD. Se compara con la lluvia y la nieve.

1. Cu�n variada en forma. La lluvia cae suave y suavemente, a veces a torrentes; y la nieve tambi�n tiene una variedad de formas.

2. � Qu� variada distribuci�n! �Cu�nto cae sobre los oc�anos, cu�nto sobre las arenas y los p�ramos y rocas del desierto, as� como sobre los suelos f�rtiles! Es as� con el cristianismo. Como Palabra de Dios, sus formas son variadas, viene en historia, poes�a, filosof�a, precepto, ejemplo, amenazas y promesas. �Qu� variada distribuci�n! Cae sobre todas las clases de la humanidad, los alfabetizados y los analfabetos, los endurecidos, los tiernos, los ricos, los pobres, etc.

II. PRECIOSIDAD. Cu�n inestimablemente valiosas son la lluvia y la nieve para la naturaleza. �Qu� precioso cristianismo! Es el "agua de vida", etc.

III. DIVINIDAD. "La lluvia cae y la nieve del cielo". Es manifiestamente desde arriba. Tambi�n lo es el cristianismo. �Es�, dice Dios, �Mi Palabra que sale de mi boca�. La divinidad del cristianismo se desprende de su congruencia con los hechos de la historia universal, las nociones a priori del alma de un Dios, las intuiciones espirituales y los anhelos de la humanidad y las profundas necesidades morales del mundo. De hecho, es la Palabra de Dios.

IV. INEVITABILIDAD. No volver� a m� vac�a �. No se desperdicia ni una gota de lluvia ni un copo de nieve. Puede ser tragado en el desierto, pero no se pierde. Cada gota tiene una misi�n, y su misi�n se cumplir�.

1. Dios, al dar el cristianismo al mundo, ten�a un prop�sito.

2. Ese prop�sito se cumplir� inevitablemente. Si Dios le ha hecho una promesa al mundo y ese prop�sito no se cumple, debe ser por una de estas tres razones:

(1) No era sincero cuando lo hizo; o

(2) Posteriormente cambi� de opini�n; o

(3) surgieron dificultades en el futuro, que lo desconcertaron, que nunca anticip�. Todos estos son inadmisibles, para que Su Palabra no vuelva a �l vac�a. ( Homilista. )

El encargo de la Palabra

�Sobre qu� misi�n ha enviado Dios Su Palabra? �Diez mil mil son sus lenguas� y, sin embargo, su obra es una. Publica "salvaci�n" con todas sus lenguas. Porque si hablara al doliente, lo salvar�a de los efectos devastadores de su dolor; y si habla con el vagabundo, lo salvar�a de la p�rdida adicional de su tiempo, y la p�rdida final de s� mismo, en los caminos equivocados en los que ha entrado: y si habla a los ocupados, los salvar�a de gastando trabajo en lo que no satisface.

�sta es la lecci�n que �l habr�a hundido en el coraz�n del hombre incr�dulo torpe como la lluvia lo hace en la tierra, que las diligencias celestiales de la Naturaleza no son m�s seguras de �xito que las diligencias celestiales de la Gracia; que el Dios de la agricultura es a�n m�s el Dios del labrador; que, si el agua nutre la tierra, mucha m�s verdad nutre el alma: que si los vientos que llevan las nubes para regar el mundo cumplen el mandato de Dios, as� tambi�n se hace - con la misma seguridad y de una manera m�s elevada- -por el Esp�ritu que nos trae y nos dispensa las palabras de santa instrucci�n y consuelo. ( TT Lynch. )

El regreso de la Palabra de Dios

I. LA CERTEZA. El gran prop�sito de Dios no puede fallar.

II. LA MANERA. Pero, luego, leemos de mensajeros que fueron a los labradores que guardaban la vi�a de Dios y regresaron a �l con las manos vac�as. "�Por qu� no hab�is tra�do el fruto de la vi�a?" �No hab�a fruto, Se�or, para traer. Han desperdiciado las horas de trabajo, o han consumido Tu fruto en sus propias delicias ". Esto est� totalmente de acuerdo con la voluntad de Dios: que los hombres sean libres de probar y probar qu� clase de locura divina es, qu� tipo de recompensa puede ofrecer el pecado.

Los mensajeros de Dios van una, dos, siete veces. Y, si es necesario, la Palabra sale para desterrar a los labradores de la vi�a. La Palabra regresa a Dios de muchas formas. Proporciona, por su operaci�n, pruebas de que su acusaci�n contra los hombres es verdadera; da frutos de paciencia en las almas de quienes llevan para Dios el mensaje rechazado; produce, por los resultados de su rechazo, el reconocimiento de que deber�a haber sido aceptado y la disposici�n a aceptarlo si se vuelve a ofrecer.

Si su palabra de misericordia, en la que los hombres pueden confiar, no es recibida por ellos, entonces su palabra de castigo, para la cual la palabra rechazada ha abierto el camino, se pone en pr�ctica; y esto, por su acci�n, puede a su vez preparar el camino para otra palabra de misericordia, que est� lista para seguir adelante con su misi�n. De modo que la Palabra de Dios siempre es fruct�fera, por infructuosos que seamos.

III. LA MEDIDA. En cierto sentido, todas las palabras de Dios son efectivas; es decir, nadie quedar� sin su uso, nadie sin el servicio prestado para ilustrar Su poder y car�cter. Pero algunos efectos posibles pueden no resultar, otros en su lugar; la conversi�n de un pecador, por ejemplo, puede no resultar ahora, pero, en su lugar, puede haber una muestra de la paciencia de Dios hacia �l. Y entonces, cien veces m�s puede que ahora no sea la medida del �xito, sino solo sesenta o treinta veces. Tanto en la medida como en la manera, la Palabra siempre poderosa de Dios regresa a �l de diversas formas.

IV. EL TIEMPO. Nuestro tiempo es corto y el tiempo de Dios largo. Por lo tanto, muchos de los retornos que Su Palabra le har�, retornos en la abundancia y gloria que tambi�n nos interesan a nosotros, son por necesidad, y muy sabiamente, retrasados. ( TT Lynch. )

La Palabra de Dios comparada con la lluvia

I. RESPECTO A SU ORIGEN.

II. DESDE SU ADAPTACI�N HASTA EL FINAL QUE SE PRETENDE SERVIR. La lluvia que desciende de arriba ablanda y somete el terco terr�n; abastece de alimento a todo el reino vegetal y, por tanto, tambi�n al reino animal; apacigua y calienta la atm�sfera, y como es el medio de disipar esas nubes de fr�o que interceptan los geniales rayos del sol, no es menos necesario para el progreso y la perfecci�n de la vegetaci�n que el sol en todo su esplendor.

Uno de los objetos m�s bellos de la naturaleza es la apariencia que presenta la tierra despu�s de haber sido saturada de lluvia, cuando es calentada y vigorizada por los rayos del sol; y en consecuencia, el Mes�as est� representado as�: �Ser� como la luz de la ma�ana, cuando salga el sol, una ma�ana sin nubes; como la tierna hierba que brota de la tierra por el resplandor claro despu�s de la lluvia �. La Palabra de Dios no es menos apta para todos los prop�sitos de iluminar, convencer, convertir y consolar para los que ha sido enviada.

III. EN RELACI�N CON LA FORMA DE FUNCIONAMIENTO. La lluvia que cae de las nubes en peque�as gotas es un ejemplo notable de la sabidur�a de Aquel que es perfecto en conocimiento. Cuando en cualquier momento, como en el caso de las tormentas, desciende a raudales, esta verdad nos parece m�s evidente, pues entonces, en lugar de refrescar a las tribus vegetales, lleva consigo la desolaci�n. Tal es, en general, la manera en que la Palabra opera en el coraz�n del hombre.

El Esp�ritu de Dios obra donde, cuando y como �l quiere, por la Palabra en general, pero no siempre, a veces por alarmantes dispensaciones de la providencia, y otras por la voz de la conciencia que habla dentro de nosotros. La Palabra de Dios es el gran medio que �l emplea para la salvaci�n de los pecadores; la lluvia es el gran medio que emplea para la fructificaci�n de la tierra: en el curso ordinario de la providencia, uno act�a de manera gradual e imperceptible; en el curso ordinario de Su gracia, esta es la forma en que opera el otro.

IV. LA PALABRA SE PARECE A LA LLUVIA ES ESTE RESPETO - �Riega la tierra, y la hace brotar y brotar, para que d� semilla al sembrador y pan al que come. Los grandes beneficios que fluyen de la Palabra para el pueblo de Dios, se exponen bajo las figuras de pan para el abastecedor y semilla para el sembrador; o, en otras palabras, apoyo presente y provisi�n futura.

V. LA PALABRA PUEDE SER PARECIDA A LLUVIA, CON RESPECTO A LA CERTEZA DE QUE PRODUCE EL EFECTO PREVISTO.

VI. LA PALABRA PUEDE SER PARECIDA A LLUVIA, PORQUE SU EFICACIA DEPENDE TOTALMENTE DE LA DIVINA BENDICI�N.

VII. LA PALABRA PUEDE TENER PARTE DE LLUVIA, YA QUE MIENTRAS QUE LA EFICACIA EN AMBOS CASOS DEPENDE DE LA BENDICI�N DE DIOS, EN NING�N CASO ESTA BENDICI�N SE ESPERA CON LA EXCLUSI�N DE NUESTROS ESFUERZOS. ( C. Adie, DD )

El cierto �xito de la labor evangel�stica

Argumentamos la certeza del �xito en la labor evangel�stica.

I. DE LA NATURALEZA DE LA DIVINA VERDAD. Hay algo en la calidad y caracter�sticas de la doctrina que se nos manda predicar a toda criatura, que promete y profetiza un triunfo. La Palabra de Dios es viva y vivificante. Esto est� impl�cito en la figura que emplea el profeta Isa�as en el texto. �sta es la declaraci�n de Dios mismo, quien comprende la naturaleza intr�nseca de Su propia revelaci�n; y nos ense�a que no hay mayor aptitud en la humedad para hacer fructificar la tierra y hacer germinar un grano de trigo, que la que hay en la doctrina b�blica para renovar y convertir un alma humana.

Porque la verdad que el evangelista esparce en la p�gina impresa, o ense�a de sus propios labios, es sobrehumana. En este hecho, hay un gran est�mulo a la diligencia y perseverancia, por parte de cada disc�pulo de Cristo, para proclamar la verdad divina en todas las formas y maneras posibles. La verdad revelada es inmortal. Nunca puede perecer. La verdad divina no solo es inmortal en su naturaleza, sino que nunca puede ser expulsada de la mente.

Ens��ele a un ni�o oa un hombre, por ejemplo, la verdadera doctrina b�blica del pecado; Fija en su mente que Dios aborrece la maldad y la castigar� eternamente, y que le has impartido algo de lo que nunca podr� deshacerse. Y del otro lado de la revelaci�n, todo esto es igualmente cierto. Las promesas de misericordia que hablan en paz, la doctrina de la piedad divina, el perd�n de los pecados y la preparaci�n para la vida eterna: toda esta porci�n de la verdad divina, una vez impartida, nunca m�s es expulsada.

Incluso si, debido a la inveteraci�n del vicio, o la torpidez de la conciencia, o la obstinaci�n del coraz�n orgulloso, el alma entra en la presencia de Dios sin perd�n, las verdades del Evangelio seguir�n siendo una parte del conocimiento del alma a trav�s de toda la eternidad; la evidencia de lo que podr�a haber conseguido y el �ndice de lo que ha perdido.

II. POR EL HECHO DE QUE DIOS SIENTE UN INTER�S ESPECIAL EN SU PROPIA PALABRA. Las Escrituras nos garantizan afirmar que Dios est� m�s profundamente preocupado por el �xito de ese cuerpo de verdad que �l ha revelado a la humanidad en las Escrituras, que por la difusi�n e influencia de todas las dem�s ideas y verdades. �sta es la �nica especie de verdad que �l cuida personalmente y acompa�a con una influencia Divina.

La "sabidur�a de este mundo" es "necedad" para �l. �Mi Palabra�, dice Dios, �no volver� a m� vac�a; pero har� lo que yo quiero, y prosperar� en aquello a lo que lo envi�. Aqu� est� el inter�s personal y la supervisi�n personal. Puedes proclamar todos tus d�as tus propias ideas, o las de tus semejantes, pero dir�s con Grocio, al final de una larga y laboriosa carrera que de ninguna manera se hab�a dedicado exclusivamente al aprendizaje humanista: �He pasado mi vida en laboriosamente no hacer nada ".

III. DE LAS INSTANCIAS REALES DE �XITO PROPORCIONADAS POR LOS ANALES DE TAL TRABAJO. El cristianismo debe ser de Dios, argumentaron Justino M�rtir y Tertuliano, �porque hace casto al hombre voluptuoso, liberal al hombre avaro, al hombre que maldice al hombre de oraci�n, al enemigo implacable un amigo perdonador, convierte la ira en dulzura, el libertinaje en templanza y el vicio de m�ltiples formas en m�ltiples virtudes.

�Los frutos evidencian la realidad y la calidad del �rbol. Encontramos lo que podemos llamar el realismo del cristianismo en las operaciones evangelizadoras de la Iglesia. El poder de la verdad b�blica, incluso cuando no es proclamado por la voz del evangelista, recibe continuamente demostraci�n de esta misma fuente. Los registros de las Sociedades B�blicas y de Tratados est�n llenos de casos en los que el simple texto de las Escrituras llev� a la conversi�n de un alma humana.

No hay evidencia m�s segura de que las verdades del Evangelio est�n destinadas a prevalecer, que el hecho de que prevalecen. Del tema as� discutido, inferimos el deber de gran valent�a y confianza en la obra de evangelizar a los hombres. ( GTShedd, DD )

Versículo 11

As� ser� mi palabra

Finalidad del prop�sito divino

I. LA VERDAD EN SU MISI�N. �Har� lo que me plazca�, etc.

1. Podemos tomar nuestra primera ilustraci�n de esta misi�n del esp�ritu y contenido de la verdad misma. Eso; es "la Palabra que sale de la boca de Dios". La naturaleza es la Palabra de Su poder. La Biblia es la Palabra de Su boca. Eso pertenece a los pocos que tienen la llave o pueden encontrarla: esto est� en el idioma vern�culo de la raza. Estos dos registros son igualmente verdaderos en lo que ense�an; pero su ense�anza est� en diferentes dialectos.

La naturaleza es un sistema de hechos materiales: el �Verbo es una revelaci�n del pensamiento sobrenatural. Uno es una manifestaci�n del ser: el otro es una declaraci�n de voluntad. Uno apela a los sentidos y de ah� a la raz�n, haciendo ciencia: el otro es una voz desde dentro del velo, hablando a la conciencia de la fe, creando una religi�n. Por lo tanto, si bien la ense�anza de los dos registros es igualmente divina y verdadera, sus m�todos de ense�anza son esencialmente distintos.

Que algo est� detr�s de todo el funcionamiento complejo y ordenado de la naturaleza, que lo explica y lo activa, lo que en s� mismo no es la naturaleza, es patente para todos los que piensan. Qu� es ese algo, no es aparente en ninguna parte. Solo vemos fen�menos. Pero �la exposici�n de tu Palabra alumbra; da entendimiento a los simples �. El gran secreto que ha puesto la Biblia en el coraz�n del hombre y la ha convertido en el m�s precioso, ya que es el m�s poderoso de sus tesoros, es la franqueza y el poder de su testimonio.

2. Luego, est� la regeneraci�n que la verdad pretende efectuar. "Es el poder de Dios para salvaci�n". "Trabaja eficazmente". Hay un m�todo en este proceso de regeneraci�n. En primer lugar, se infundir� vida en las almas muertas. En la historia prospectiva de la humanidad, que contempla un estado de futuro perfeccionado, tenemos una visi�n a�n m�s profunda de esta misi�n de la verdad.

Pablo, al afirmar el alcance de su propio ministerio, enuncia este pensamiento: "A quien predicamos, amonestando a todo hombre, y ense�ando a todo hombre con toda sabidur�a, para que presentemos a todo hombre perfecto en Cristo Jes�s". El �nico tipo despu�s del cual se construir� esta perfecci�n es "Cristo Jes�s". Existe este resultado final. �Para que presentemos a todo hombre perfecto en Cristo�: el hombre en sus nacionalidades, en sus generaciones, en sus distintas individualidades, hasta el fin de los tiempos, perfeccionado por la verdad. �sta es su misi�n.

II. LAS OBSTRUCCIONES QUE LA VERDAD TIENE QUE ENCONTRAR. �No volver� vac�o�, etc. De la magnitud del conflicto depende la grandeza y gloria de su victoria. Hay obst�culos que surgen de la naturaleza de la verdad misma y de la disposici�n del hombre.

1. La verdad es cosa santa; s�lo puede confraternizar con lo af�n a su propio esp�ritu: el hombre no es un ser santo. De ah� el antagonismo. "La luz vino al mundo, y los hombres amaron m�s las tinieblas que la luz porque sus obras eran malas". En el mundo natural, hay diez mil cosas que no podemos ver a simple vista: s�lo se puede llegar a ellas mediante un sentido extranatural. As� es en el reino de Dios. "Se disciernen espiritualmente".

2. La verdad es dogm�tica en su ense�anza. Habla "como quien tiene autoridad". Tiene poca consideraci�n por los caprichos o pasiones de los hombres. Postula m�s que argumenta sus posiciones. Contra este elevado dogmatismo de la verdad inspirada, el hombre levanta el tal�n de orgulloso desprecio.

3. Un distinguido esc�ptico del siglo XVIII dijo que si la soluci�n de uno de los problemas de Euclides pudiera mostrarse en guerra contra el ego�smo o el orgullo del coraz�n humano, no habr�a quien quisiera que los hombres lo contradijeran. Una concesi�n sorprendente y, sin embargo, un hecho concebible. Los problemas de Euclides no afectan nuestra naturaleza moral. No provocan sospechas. Es de otra manera con la verdad.

Revela lo que nos da verg�enza descubrir. Afirma lo que no nos gusta creer y, por lo tanto, deseamos dudar. Pregunta qu� no estamos dispuestos a ceder. Aboga por todos los derechos que se colocan del lado de Dios; y as� hace que la confesi�n de nuestras malas acciones sea un primer paso para llegar a estar bien con Dios.

III. BAJO ESTAS DIFICULTADES, LA VERDAD TIENE SUS ANIMOS. �Como cae la lluvia y la nieve del cielo, as� ser� mi Palabra�. Aqu� hay motivos de confianza.

1. Existe la relaci�n que la verdad sostiene con un prop�sito.

2. Existe la conexi�n de la verdad con una agencia adecuada. Y esta franqueza de la agencia sobrenatural traslada la verdad de su relaci�n con un prop�sito a la eficiencia de un acto. Cuando el tel�grafo env�a su mensaje por el aire o bajo el mar, hay algo m�s que electricidad en funcionamiento. Hay una mente, una inteligencia personal, de cuya voluntad directiva obtiene su acci�n la electricidad.

As� que en la eficacia de la verdad. Supone un poder no en la verdad, no en el hombre, sino en Dios; un poder que, por inescrutable que sea para nosotros, act�a seg�n sus propios m�todos: desciende hasta la conciencia y sube hasta el intelecto, conquistando los prejuicios y silenciando la duda, y haciendo que los hombres �pasen de las tinieblas a la luz y del poder de Satan�s a Dios ".

3. Hay confianza en el fin que ha de cumplir esta Palabra. �Prosperar� en aquello a lo que lo envi�. �Que es esa cosa? Est� la promesa del Padre: "P�deme, y te dar� las naciones por heredad y los confines de la tierra por posesi�n".

Esto ya est� hecho a prop�sito, pero no en efecto. Est� el advenimiento del Esp�ritu. Ah� est� la gloria de la Iglesia. Est� el milenio del hombre. Est� el triunfo de la Cruz. El plan de tiempo de Dios recorre nuestros siglos humanos, convirtiendo un d�a de mil a�os y mil a�os en un d�a.

4. Existe la actitud tranquila y digna de la verdad ante la oposici�n. �No volver� a m� vac�a; cumplir� lo que me plazca; prosperar� en aquello adonde lo envi� �. �Debo hacerlo? Entonces los planes divino y humano est�n manifiestamente en colisi�n. Los hombres dicen que no prosperar�. �Prosperar�. Entonces los miedos de los t�midos y la tranquila determinaci�n de la mente divina no est�n en armon�a.

"Har� lo que me plazca". Entonces las maquinaciones del adversario deben ser derrotadas. �Prosperar� en aquello a lo que lo envi�. Entonces el hombre recibir�, conocer� y obedecer� universalmente la verdad; porque al hombre individualmente, y al hombre como una raza, �es enviada la Palabra de esta salvaci�n�. ( J. Burton. )

La eficacia de la Palabra de Dios

La lluvia y la nieve se absorben en la tierra y luego se incorporan al grano, lo que da como resultado semillas para el sembrador y pan para el que come. Asimismo, la Palabra publicada, asimilada en la mente humana, modela el pensamiento, moldea el car�cter, regenera la vida; y por tanto no vuelve vac�o a su Autor. Y aunque deber�a ser humanamente rechazado, todav�a no volver�a vac�o; la audici�n individual crea responsabilidad individual y, por lo tanto, no deja a nadie en el mismo lugar.

Al no iluminarse el horizonte de la esperanza, el reverso de la desesperaci�n aparece tarde o temprano. Las operaciones de la Palabra son en parte visibles y en parte invisibles. Las criaturas finitas observan lo primero; quiere que la Omnisciencia penetre en este �ltimo. Por esta raz�n, solo Dios puede determinar lo que realmente est� haciendo Su Palabra. Consideremos entonces:

I. LA PALABRA EN SUS PECULIARES INVERSOS. Estos son m�s aparentes que reales. La Palabra de Dios a veces ha llevado a sus fuerzas a las alturas de la victoria real y visible; y en otras ocasiones se les ha permitido retroceder como en sombras de retirada, tal vez bajo las glorietas de la santificada calma. Pero retirarse no significa rendirse, aunque pueda parecerlo a la mente no espiritual.

Las cosas no son necesariamente lo que parecen; hay corrientes subterr�neas, influencias silenciosas, que se manifiestan, en algunos casos, s�lo despu�s de un tiempo. Se sabe que las denominaciones, asociaciones, iglesias, misiones y cristianos individuales descienden a un nivel espiritual bajo; y sin embargo, como si salieran de las ruinas de un pasado floreciente, se han levantado grandes olas de avivamiento y los han llevado a altitudes celestiales, donde han seguido su camino regocijados.

II. LA PALABRA EN SUS REALIZACIONES REALES. "Har� lo que me plazca". Aqu� nos enfrentamos a la Palabra bajo cuatro divisiones: Promesa, Ley, Profec�a, Evangelio. La destacada promesa del per�odo abrah�mico de que Cristo deber�a surgir de la simiente de Abraham se convirti� en un hecho consumado cuando Jes�s naci� en Bel�n. La ley, con sus m�ltiples observancias, tambi�n vio su fin y cumplimiento en Cristo.

La profec�a, aunque cubre una amplia gama, ha esperado lo suficiente para verse hecha realidad en su mayor parte; esperar� un poco m�s y entonces se ver� resuelto en su totalidad. A trav�s de esta triple palabra: promesa, ley, profec�a, Dios se complaci� en lograr lo que se puede resumir como el preludio de un reino espiritual. Luego est� la palabra adicional, el Evangelio, que describe los principios sobre los que se funda y trabaja el reino espiritual.

El Evangelio es nuestro estatuto; a trav�s de �l, Dios logra lo que le agrada incluso ahora, es decir, la salvaci�n de los pecadores. Nadie puede decirlo excepto �l mismo hasta qu� punto ha llegado el Evangelio hacia el cumplimiento del prop�sito salv�fico de Dios.

III. LA PALABRA EN SU DISTINTIVO OBJETIVO. �Prosperar� en aquello a donde lo envi�. �Que es esa cosa? Llevar a la humanidad al conocimiento de Su voluntad. Quien haya sentido el poder de la Palabra dentro de su propia alma, es �l mismo una ilustraci�n de su eficacia. Adem�s, cualquier avance espiritual que se acumule en los creyentes al leer detenidamente la Palabra, tambi�n se puede decir que prospera en ellos. Pero sobre todo, cuando se posean las mansiones de gloria, Dios puede se�alar a esa gran multitud que nadie puede contar, y decir: �Estos son los que han salido de la gran tribulaci�n.

Ser�n testigo suyo de que su Palabra hab�a prosperado en aquello a donde la envi�. Considerando el vers�culo como un todo, da una promesa expl�cita. Contiene un cu�druple "deber�". �Qu� campo para el ejercicio de la fe! ( H. Edwards. )

Primavera en la naturaleza y la gracia

I. VENIENDO ABAJO. "Como la lluvia y la nieve del cielo". Nuestra primavera comienza con chubascos de abril que se alternan con vientos fuertes. As� es espiritualmente; la ca�da de la Palabra de Dios es para nuestros corazones como la lluvia que cae del cielo. Con respecto a esta venida del payaso, puedo decir:

1. Suele ser desagradable. Estamos acostumbrados a hablar de tiempo lluvioso, y especialmente de tiempo nevado, como �mal� tiempo. Cuando comenzamos a vivir espiritualmente, generalmente hace mal tiempo y pensamos que hace mal tiempo. Goteo, goteo, goteo, lluvias oto�ales de arrepentimiento. Copo de nieve tras copo de nieve cae, y entierra todas nuestras esperanzas; nuestras alegr�as est�n cubiertas, como con una s�bana.

2. Se diferencia mucho en su m�todo, ya que la lluvia y la nieve no siempre caen de la misma manera. A veces la lluvia cae muy suavemente, apenas podemos decir si es lluvia o no. Nuestros amigos escoceses lo llamar�an "niebla". En otro momento, la lluvia, como Jeh� el hijo de Nhnshi, avanza furiosamente. Entonces, hay algunos a quienes la Palabra de Dios llega muy suavemente. Hay otros a los que les llega terriblemente.

3. Tambi�n se diferencia en el tiempo y en la cantidad. Una ducha termina r�pidamente y otra dura todo el d�a y toda la noche. La nieve puede caer pesadamente en una temporada solo durante unas pocas horas; en otro momento, se puede experimentar una semana de nieve. Entonces, la obra de la gracia divina, cuando comienza en el alma, no es muy manifiestamente la misma en diferentes personas. Algunos de nosotros estuvimos sujetos durante a�os a las operaciones del Esp�ritu de Dios y soportamos mucho dolor y tristeza antes de encontrar paz en la fe. Otros encuentran a Cristo en pocos minutos y saltan de las tinieblas a la luz con un solo manantial.

4. Siempre es una bendici�n y nunca una maldici�n. Si la lluvia cayera con mucha fuerza y ??continuara cayendo hasta que pudi�ramos pensar que los mismos cielos llorar�an a s� mismos, sin embargo, nunca podr�a producir una inundaci�n que ahogara al mundo, porque all� en los cielos est� el cielo. arco del pacto. Estas lluvias deben significar bendici�n. Y si la nieve nunca cayera tan profunda, ni siquiera con la nieve destruir� Dios la tierra m�s que con un diluvio.

Entonces, cuando la gracia de Dios fluye al coraz�n, puede producir una profunda convicci�n, puede barrer los refugios de la mentira, puede cubrir y enterrar bajo su ca�da toda esperanza carnal; pero no puede ser una inundaci�n que los destruya. Todav�a vendr� un cambio de clima para ti, y tu alma vivir�.

II. EL PERMANENTE. "No vuelve all�, sino que riega la tierra". As� es espiritualmente; cuando la gracia de Dios cae del cielo, viene para quedarse.

1. Cuando Dios env�a Su gracia desde el cielo, puede saberlo por esta se�al, que penetra en su alma.

2. Lo fecunda, hace brotar y brotar el alma. La met�fora de mi texto no puede exponer toda la verdad, porque esta Palabra de Dios, que es la lluvia, es tambi�n la semilla. �Qu� deber�amos pensar de las nubes que llovieron las semillas? La Palabra de Dios es la simiente incorruptible, que vive y permanece para siempre; y cada vez que se siembra esa semilla, la Palabra de Dios penetra en el alma, haci�ndola vivir.

3. Obra en el hombre todo lo que Dios quiere, todo Su prop�sito Divino. �Se cumplir�, etc.

III. LOS RESULTADOS de los que descienden y los que permanecen. �Lo que sucede?

1. Hace que la tierra brote y reverdezca. No hay nada m�s hermoso que el capullo de rosa; es mucho m�s encantador que la rosa en toda regla; y los capullos de todo tipo de flores tienen un encanto singular. Pero cuando la gracia de Dios ha entrado en el coraz�n de un joven, muy pronto vemos sus capullos; tiene prop�sitos de gracia, resoluciones santas, el comienzo de la oraci�n; tiene los ingredientes de un hombre de Dios a su alrededor.

2. Si eres lo que el Se�or quiere que seas, no estar�s contento por mucho tiempo con los brotes. Si sirves al Se�or, y el Se�or contin�a visit�ndote con lluvias de bendici�n, pronto producir�s semilla para el sembrador. Usted mismo se volver� �til para los dem�s; su experiencia, su conocimiento, su servicio, se convertir�n en la semilla del bien para otras personas.

3. La gracia tambi�n nos hace producir pan para quien come. Si se consagran a Cristo y est�n bajo la influencia saturadora del Verbo Divino, no saben cu�ntos labios pueden alimentar, ni cu�ntos su palabra puede convertir a Cristo.

4. El resultado de la gracia divina sobre el coraz�n es muy singular, de modo que dif�cilmente puedo ponerlo bajo la met�fora de la lluvia y la nieve, porque obra una transformaci�n. Cuando la lluvia cae sobre una parcela de tierra, si est� cubierta de maleza, hace que la maleza crezca; pero en el �mbito espiritual, la lluvia que cae del cielo mismo siembra la tierra con buena semilla. Lo que es m�s singular, donde cae, transforma el suelo, y las plantas que caen bajo su influencia cambian de naturaleza. "En lugar de la espina crecer� cipr�s". Cuando la gracia de Dios entra en el alma, toma las cosas desagradables que hay en nosotros y las transmuta en bendiciones.

IV. EL GOZO. La m�sica del a�o est� llena en primavera.

1. En primavera, una de las causas de la felicidad es la vida nueva. Hemos entrado en una nueva vida; el Esp�ritu Santo ha soplado sobre nosotros.

2. Otra fuente de alegr�a en la primavera se encuentra en nuestro entorno feliz. Empieza a hacer calor; Esperamos pronto poder sentarnos al aire libre bajo el sol. �Y no es as� con nosotros espiritualmente? Ya no estamos en esclavitud y miedo. Reconciliados por la sangre de Jesucristo, nos gozamos en Dios.

3. La primavera es particularmente agradable debido a su gran promesa. Pensamos en la cosecha del heno y en el fruto del campo. Contamos con uvas deliciosas y con los diversos frutos que la fe ve escondidos entre las flores. Pero, �no se desilusionar�n nuestras esperanzas si contamos con frutos terrenales? Pero t� y yo hemos llegado, por gracia, a una tierra de esperanza sumamente segura y firme. Tenemos esperanzas basadas en la Palabra de Dios, y nunca ser�n defraudadas.

4. En primavera siempre me parece que hay un sentido peculiar de poder divino y presencia divina en toda la naturaleza. Es como si la Naturaleza se hubiera desmayado un rato, �rida en su ataque de fr�o durante el invierno; pero ahora que ha despertado, su Se�or la ha mirado a la cara y la ha vuelto a encantar a la vida. Algunos dicen que Dios no existe. Hemos tenido tratos con Dios, tratos personales con �l, como cuando el sol, aunque est� a noventa y cinco millones de millas de distancia, comercia con la tierra, y los bulbos que duermen bajo el moho negro comienzan a hincharse y agitarse, y poco a poco se levanta la copa amarilla para que se llene con la luz del sol. ( CHSpurgeon. )

La Palabra de Dios produce bien

Un distribuidor entreg� un tratado a un joven, acompa��ndolo de unas palabras que expresan un serio y afectuoso deseo por su salvaci�n. El joven, a la partida del misionero, arroj� las p�ginas al fuego; pero mientras se acurrucaban en la llama, sus ojos captaron las palabras: "El cielo y la tierra pasar�n, pero mis palabras no pasar�n". Cuando estas palabras se convirtieron en cenizas en el fuego, se convirtieron en abetos en su mente. No encontr� descanso hasta que lo encontr� en la sangre de la expiaci�n. Este fue un hecho real. ( GT Shedd, DD )

Versículos 12-13

Porque saldr�is con gozo

Las reversiones de la misericordia indulgente

La riqueza del abundante perd�n de Dios se expone aqu� en met�foras que el menos imaginativo puede comprender.

No s�lo se perdon� a los exiliados, se cumpli� su guerra, se perdon� su iniquidad; pero ser�an restaurados a la tierra de sus padres: �Saldr�is. ... ser�is conducidos. .. �No s�lo iban a ser restaurados; pero su regreso ser�a una larga marcha triunfal. La propia naturaleza lo celebrar�a con gozosa demostraci�n; monta�as y colinas estallar�an en cantos, y todos los �rboles del campo aplaudir�an.

Pero incluso esto no fue todo. Uno de los resultados necesarios de la despoblaci�n de la tierra de Israel fue el deterioro del suelo. Vastas extensiones se hab�an quedado sin cultivo; las terrazas, levantadas en las laderas de los cerros con tanto cuidado, se hab�an convertido en montones de piedras; donde el ma�z se agitaba con el susurro de la brisa, o las deliciosas frutas maduraban bajo el sol oto�al, estaba el triste cumplimiento de la predicci�n: �Se golpear�n el pecho por los campos agradables� por la vid fruct�fera.

Sobre la tierra de mi pueblo subir�n espinos y zarzas ( Isa�as 32:12 ), pero esto tambi�n se invertir�. Literal y metaf�ricamente, iba a haber una reversi�n completa de los resultados de los pecados y reincidencias anteriores. ( FBMeyer, BA )

El trato de Dios con el alma en gracia

Para el jud�o de la �poca de Isa�as, esta promesa sin duda hac�a referencia a tres cosas: el regreso de los setenta a�os de cautiverio; su restauraci�n final, primero a su propia tierra, y luego a Cristo; y la forma en que Dios trata con la propia alma de cada individuo. Para nosotros se encuentra s�lo en la �ltima referencia; para nosotros las palabras son simplemente espirituales.

I. THE GOING GUY parece relacionarse con ese gran �xodo moral cuando un hombre emerge de un estado de naturaleza a un estado de gracia, de la esclavitud a la libertad, de las tinieblas a la luz, del mundo a Cristo. alegr�a.

II. EL SER LLEVADO A CONTINUACI�N denota las experiencias posteriores del cristiano, - la conducta de Dios sobre �l, por cierto; sus cursos futuros, y especialmente la manera en que finalmente es sacado de esta vida a una mejor; y todo esto es para ser "con paz". ( J. Vaughan, MA )

�Qu� es la alegr�a?

1. Novedad de percepci�n. Es un sentimiento maravillosamente nuevo cuando un alma prueba por primera vez las promesas y capta su propio inter�s en Cristo.

2. Agudeza de percepci�n. Agudo es el primer sentido de pecado para un penitente, y agudo es el primer sentido de perd�n para un creyente. En ese temprano amanecer, la atm�sfera del alma es tan clara que cada objeto se destaca en su distinci�n.

3. Dulzura de percepci�n. M�s dulces son esas percepciones que agudas. �No son los toques del Esp�ritu Santo? Se tratan de cosas hermosas: santos y �ngeles, un cielo santo y un Jes�s perfecto. ( J. Vaughan, MA )

"Y ser�s conducido con paz".

A medida que avanzamos en la vida espiritual, el sentido del pecado se hace cada vez m�s profundo; y un profundo sentido de debilidad, nada y culpa, combinado con un sentido m�s pleno de perd�n y amor, hace que el gozo sea paz. Para una mente guiada y ense�ada por Dios, todos los cambios y oportunidades de la vida se prestan a la paz. Una gran aflicci�n es fuente profunda de paz; la misma agitaci�n se silencia, y hace que todos los problemas posteriores sean tan peque�os.

Otra y otra promesa cumplida cada d�a es siempre ensanchar la roca debajo de nuestros pies. Otra y otra respuesta a la oraci�n es siempre fortalecer los argumentos para el futuro. Otra y otra gota nueva del conocimiento de Cristo es siempre hinchar la marea, hasta que la "paz fluya como un r�o", porque vemos la "justicia de Cristo" como las olas del mar. ( J. Vaughan, MA )

El efecto producido por el Evangelio

I. UN EFECTO M�S GOZO. Alegr�a para qui�n?

1. A s� mismos. �Los redimidos del Se�or volver�n y vendr�n con c�nticos a Sion; y gozo eterno estar� sobre su cabeza. Lord Chesterfield dijo: �Espero nunca ser lo que ellos llaman convertido, porque ser�a el hombre m�s miserable de la tierra; sin considerar que este cambio habr�a producido un cambio en su gusto, y que habr�a podido saborear cosas que antes no le gustaban.

�Que hable de la religi�n que le hace sentir miserable! �Por qu�, en una de sus cartas, no nos dice que siempre hab�a sido un desgraciado, que siempre hab�a encontrado el mundo un tramposo, y que ahora lo dejaba, no porque se reconciliara con �l, sino porque fue obligado; �Y que, dado que el tiempo se hab�a convertido en su enemigo, se esforzaba por dormir el resto en un carruaje? Bolingbroke tambi�n dijo: �Ahora encuentro en mi aflicci�n que mi filosof�a me falla. Pero la religi�n del cristiano no le falla en el d�a de la angustia ".

2. A sus hermanos cristianos. Aqu� no hay lugar para la envidia, porque hay suficiente para los dem�s y para ustedes mismos, y suficiente para todos.

3. A sus piadosos amigos, conexiones y relaciones. Les hab�an dado muchas punzadas antes.

4. Alegr�a a los ministros. Cuando observan el �xito de sus labores, se parecen al labrador que, despu�s de arar, abonar y sembrar, sale y ve, primero la hierba, luego la espiga y despu�s el grano lleno en la espiga.

5. Alegr�a a los �ngeles.

6. Alegr�a al Mediador.

7. Alegr�a para Dios mismo. "La voluntad del Se�or", dice Isa�as, "prosperar� en su mano". �El Se�or tu Dios en medio de ti es poderoso; �l salvar�, se regocijar� por ti con gozo; Descansar� en su amor; Se regocijar� por ti con c�nticos ".

II. UN EFECTO EL M�S TRANSFORMADOR. "En lugar de la espina crecer� el abeto", etc.

III. UN EFECTO M�S HONORABLE PARA DIOS. Ser� para el Se�or por nombre, por se�al eterna que nunca ser� borrada �. ( W. Jay. )

Versículo 13

En lugar de la espina crecer� el abeto

El brezo

Se desconoce la palabra para brezo (sirpad). LXX. hace ?????? (fleabane). Todo lo que se puede decir es que se refiere a alguna planta del desierto. ( Prof. J. Skinner, DD )

El nombre y el memorial del Se�or

Estas palabras son una descripci�n po�tica de los grandes cambios morales que obra el Evangelio dondequiera que viene. Al mismo tiempo, no son �nicamente po�ticos, porque dondequiera que venga el cambio espiritual, es casi seguro que el cambio f�sico seguir�. A medida que los hombres se elevan, la tierra produce su crecimiento en mayor medida. �Mira el campo del perezoso y el jard�n del trabajador! �Observa los p�ramos salvajes de �frica y luego observa la fertilidad de la misma tierra cuando la cultivan los misioneros convertidos! La forma m�s segura de beneficiar a los hombres en sus circunstancias externas es bendecirlos espiritualmente.

I. LA AGENCIA EFECTIVA aqu� mencionada No encuentro en este cap�tulo cincuenta y cinco de Isa�as que la causa de los milagros espirituales de mi texto sea un evangelio de formas y ceremonias. Tampoco encuentro aqu� un evangelio de dogmas y ortodoxias, de credos r�gidos y declaraciones infalibles. Pero aprendo un evangelio de otro tipo, m�s divino, m�s glorioso de lejos.

1. Un evangelio que revela la provisi�n divina para las necesidades del hombre e invita sinceramente al hombre a participar de ella (vers�culo 1).

2. Este Evangelio es tan gratuito como el aire, porque �no leemos una y otra vez, �Compra sin dinero y sin precio�, y no son invitados a venir los que no tienen dinero?

3. Es un Evangelio de o�r y no de hacer. "Escucha con atenci�n". Inclina tu o�do. "Oye y tu alma vivir�". La muerte nos lleg� primero por el ojo, pero la salvaci�n llega por el o�do.

4. Si recorre el cap�tulo con la mirada, notar� que el gran medio que Dios usa para convertir los desiertos en jardines es el Evangelio fundado en un pacto, un pacto hecho con el Se�or y el Hijo de David. "Har� un pacto eterno contigo, la misericordia segura de David".

5. Isa�as describe �un evangelio cuyo �xito est� garantizado. �Llamar�s a una naci�n que no conoces. Pero puedes llamar a menudo, y los hombres no vendr�n; en este caso, sin embargo, vendr�n. "Naciones que no te conocieron, correr�n a ti". �Porque como cae la lluvia y la nieve�, etc.

6. El Evangelio del que habla Isa�as est� lleno de gracia y aliento (vers�culos 6-9).

II. LOS BENEFICIOSOS RESULTADOS DEL EVANGELIO. El cambio que se describe en este vers�culo es muy radical, porque una peque�a observaci�n lo convencer� de que es un cambio en el suelo. El vers�culo no dice: En lugar de la espina, Dios plantar� abeto. No, pero as� como la espina que surge naturalmente por s� misma indica tal y tal condici�n del suelo, los abetos brotar�n espont�neamente por s� mismos, lo que indica un cambio radical en la tierra que se encuentra debajo.

Cuando Dios encierra un coraz�n que ha puesto en com�n, �corta las espinas y las zarzas y luego planta abetos? No, pero �l cambia tanto el suelo que del suelo mismo nacen espont�neamente el abeto y el mirto. Este es un milagro que el hombre no puede realizar, una maravilla que solo la gracia de Dios puede obrar, y que da a Dios su gloria m�s alta. Note la met�fora po�tica que describe el cambio exterior.

1. Una espina es el emblema conspicuo de la maldici�n. Sobre muchos hombres imp�os est� evidentemente la maldici�n, mientras que sobre todos realmente descansa. La maldici�n del Se�or est� en la casa de los imp�os.

2. Una espina es algo infructuoso. M�ralo y ve lo est�ril que est�. Dios no recibe oraci�n ni alabanza del imp�o.

3. Una espina tambi�n es algo repulsivo, no tiene nada de atractivo; nadie elegir�a convertirlo en una almohada o un compa�ero. Algunas personas sin Cristo son amables por naturaleza; pero muchos, muchos hombres, especialmente cuando el pecado ha llegado a un punto cr�tico con �l, es un seto de espinas, un servil, un ser ego�sta y sin compasi�n.

4. Una vez m�s, la espina es algo desgarrador, ofensivo, nocivo. As� ha sido con los hombres imp�os, cuando no est�n restringidos por la gracia. Como Saulo de Tarso, exhalan venganza contra Dios y Su pueblo.

5. En cuanto a la met�fora del brezo utilizada en el texto, siempre fue el emblema de la desolaci�n. El brezo subi� sobre los muros desolados de Babilonia y N�nive; el brezo cubri� la tierra de Israel, cuando los habitantes fueron llevados cautivos. �En cu�ntos corazones humanos donde no ha llegado el Evangelio hay desolaci�n, tristeza, desesperaci�n?

6. El brezo tambi�n es una cosa que estorba el suelo; ocupa el lugar de la palma o del higo; y los hombres imp�os estorban el suelo; no hacen ning�n bien; ocupan esferas en las que otros podr�an haber servido a Dios; son unos desperdicios, roban a Dios, no le aportan ingresos de gloria.

7. El brezo pronto ser� cortado, y una vez cortado, no se podr� hacer ning�n uso de �l; est� quemado; est� guardado. Tal es la historia futura del hombre inconverso.

III. EL PROBLEMA GLORIOSO. "Ser� para el Se�or por nombre, por se�al eterna que nunca ser� borrada". Jehov� podr�a, si hubiera querido, haber tomado otros nombres; �l podr�a haber seleccionado otras obras de Sus manos para que fueran las insignias de Su gloria, pero �l ha elegido los resultados del Evangelio para que sean Sus m�s orgullosos honores; �l, si puedo usar ese t�rmino, ha apostado Su eterna majestad a los efectos de la gracia del Evangelio.

Con los paganos, sus dioses tomaron nombres de lo que se pensaba que era su obra m�s gloriosa. Leemos de Jove, el trueno, porque imaginaban que lanzaba el rayo de su mano. Hablaron del Apolo lejano: los rayos de luz que brotaban del sol. Hablaron de la cruel Juno en las guerras de Troya. Si Jehov�, el �nico Dios verdadero, hubiera elegido, podr�a haber sido "Jehov�, el Tronador"; podr�amos haber le�do acerca del Dios veloz; podr�amos haberlo retratado constantemente en las Escrituras como el Se�or terrible y vengador; pero no ha elegido tal nombre; No se ha complacido en seleccionar nada terrible como Su gloria peculiar, sino aquello que est� lleno de misericordia derretida y tierna piedad.

El Se�or ha actuado sabiamente, como siempre lo hace, al seleccionar un asunto como este para que sea Su nombre, para que sea una muestra de �l mismo, porque es eterno. Dejemos que esto anime a los cristianos. Si es la gloria de Dios salvar al hombre, espere que se salve y ponga manos a la obra para salvarlo. �Para ustedes los inconversos! �C�mo deber�a animarte esto a venir a Dios en Cristo Jes�s! �Es para Su gloria salvarte? Entonces lo har�. ( CH Spurgeon. )

Los efectos del evangelio

I. EL CAR�CTER DE LA TRANSFORMACI�N. "En lugar de la espina", etc.

1. Naturalmente, no hay diferencia entre los hombres en cuanto a su estado.

2. La gracia marca la diferencia.

II. LA RELACI�N DE ESTA TRANSFORMACI�N CON DIOS. �Y ser� para el Se�or por nombre�, etc.

1. Se supone que esta obra es obra de Dios. Y lo es, y debe ser as�; y la misma calidad del efecto muestra su origen y autor.

2. Esto debe ser para �l por �un nombre, que es una alabanza; y por lo tanto, encontrar� ambas palabras usadas juntas en otro pasaje. Me ser�n por nombre y por alabanza �. Y el segundo es explicativo del primero.

3. "Ser� para el Se�or", no solo como "un nombre", sino como "una se�al". Un signo es una manifestaci�n, un s�mbolo. Ahora bien, la conversi�n de las almas a Dios es una especie de milagro moral; es una demostraci�n sorprendente de parte de Dios hacia el hombre.

4. Observe la duraci�n de esto. "Una se�al eterna". ( W. Jay. )

Desarrollo espiritual

Este es el resultado predicho de las cosas que se describen y se prometen en la primera parte del cap�tulo.

I. EL CRECIMIENTO NECESARIO. El alma humana crecer�. Producir� de su suelo y sustancia productos naturales y morales de alg�n tipo. Puede haber espinos y brezos, o puede haber abeto y mirto, pero habr� algo. No hay almas humanas responsables absolutamente est�riles. Parece haber una cierta cantidad de fuerza en el alma humana, una cierta cantidad de lo que podr�a llamarse vitalidad org�nica, que se manifestar� en formas y h�bitos, habla y comportamiento, car�cter y vida; y no puedes reprimirlo, haz lo que quieras.

II. LA PRIMERA COSECHA ES LA ESPINA Y EL BRIAR. Estos son aut�ctonos del suelo; las cosas que aparecer�n si no se hace nada. Nuestro estado es tan depravado que los malos principios, afectos y h�bitos tendr�n prioridad sobre todo lo bueno que pueda quedar en nosotros. Nuestras opiniones sobre el pecado afectar�n nuestras opiniones sobre casi todo lo dem�s.

III. HAY UN SEGUNDO CULTIVO. Estos �rboles se toman, aparentemente, COMO EMBLEMAS DE LA MEJOR VIDA, A CUENTA DE SU GRAN BELLEZA Y UTILIDAD. Encontramos el abeto muy utilizado por los escritores sagrados, con el cedro. Por lo tanto: "Las vigas de nuestra casa son de cedro y nuestras vigas de abeto". Hiram envi� a Salom�n diciendo: �Har� todo lo que deseas en cuanto a madera de cedro y madera de abeto.

"" S�, los abetos se alegran de ti, y los cedros del L�bano ". De hecho, algunos piensan que el �rbol aqu� mencionado, llamado abeto, era el cedro, y algunos piensan que era el cipr�s. Probablemente la palabra sea gen�rica y haga referencia a �rboles de ese tipo. Los �rboles, como el cipr�s y el cedro, eran grandiosos a la vista y refrescantes para el viajero que permanec�a bajo su sombra; y la madera de ellos era tan dura y excelente que se us� mucho para la construcci�n de templos, para barcos, para instrumentos musicales, para lanzas para la guerra, e incluso para estatuas, debido a su gran durabilidad.

Vemos la idea sugerida aqu�. Lo fuerte, �til, bello, reemplaza lo espinoso, in�til, derrochador. Un cambio as� en un paisaje ser�a un emblema de lo que ocurre en el alma y la vida humana, cuando un hombre natural se convierte en un hombre espiritual. En un campo evang�lico bien labrado, no deber�amos ver mucho de una espina y un brezo desde el principio. En los huertos familiares no se debe permitir que crezcan; al menos, se debe hacer todo lo posible para evitarlo, y para criar el abeto y el mirto, y para extraerles la fuerza que de otro modo ciertamente servir� para nutrirlos. las cosas da�inas y derrochadoras.

Es de temer que algunos cristianos, padres y otros, tengan concepciones radicalmente err�neas sobre este punto. Mantienen la doctrina de la depravaci�n natural de manera protectora, casi amorosa, casi como si tuvieran el deber de sacar esa depravaci�n para probarla. Ciertamente, estas espinas y zarzas crecer�n si las dejamos, pero en lugar de ellas, dejemos el abeto y el mirto tan temprano y tan plenamente que nunca veremos el primero.

IV. LA BELLEZA PERPETUA. Eso debe ser bello y bueno que el Se�or toma por nombre, y respecto al cual dice: "D�jame ser conocido por �l". Es as� incluso ahora. Cuando Dios habla de s� mismo, no se�ala su nombre en medio de las estrellas, sistemas y campos de un amplio espacio ilimitado. No habla de terremotos y violencia; de nubes majestuosas y mares tormentosos. Se�ala a Sus hijos reci�n nacidos, que llevan Su imagen, que reflejan Su gloria, cuyas almas guardan Su terrible nombre, que est�n destinados para siempre a ser alabanza de la gloria de Su gracia, �como se�al eterna que no ser� cortado.

�El Evangelio incluso en este mundo es algo indestructible. Est� erigiendo signos de su poder mucho m�s duraderos que las im�genes de los eruditos y las estatuas de los valientes. ( A. Raleigh, DD )

Bueno latente en el corazon

Un caballero que ha tenido una larga experiencia en la vida en Estados Unidos y que ha observado los bosques de Canad�, me dijo que cuando cortaron el crecimiento natural - las espinas y las zarzas - el abedul silvestre, eso no es bueno para mucho - el arce y otros �rboles similares - no vuelven a crecer los mismos �rboles que fueron talados. Por extra�o que parezca, el abeto brota por todo el suelo. Es como si las semillas del abeto estuvieran all� latentes, esperando la oportunidad, y apenas se da la oportunidad, brotan y crecen.

�No es eso un emblema de la gracia, cuyas semillas pueden haber sido sembradas en el coraz�n hace mucho tiempo por instrucci�n temprana, por impresiones hechas en a�os anteriores o por impresiones m�s recientes de tipo religioso? �No es eso una indicaci�n de c�mo estas semillas brotar�n de inmediato si usted pone el hacha a la ra�z de estos otros �rboles y los lleva al suelo? ( A. Raleigh, DD )

La transformaci�n de la gracia de Dios

"�Una se�al eterna!" Eso seguramente indica que las lecciones sagradas se esconden bajo esta predicci�n, que son de permanente inter�s e importancia. Busqu�moslos a la luz de otras Escrituras. �A Ad�n dijo: Maldita sea la tierra por tu causa; con dolor comer�s de �l todos los d�as de tu vida; espinos y cardos te producir�. �Y los soldados trenzaron una corona de espinas y se la pusieron en la cabeza. �Me fue dado un aguij�n en la carne. Con respecto a esto, tres veces rogu� al Se�or que se apartara de m�. Y me ha dicho: B�state mi gracia �.

I. LAS ESPINAS Y BRIARS DE LA VIDA. En muchos casos cosechamos lo que otros han sembrado; en algunos sembramos para nosotros mismos; en otros, sufrimos nuestra negligencia. No hemos aprovechado nuestras oportunidades; y por lo tanto, cosechas de gran crecimiento cubren los acres del pasado, y el cardo se cierne en las nubes, amenazando el futuro.

1. La mala salud es sin duda una. Para unos, los excesos de sus antepasados ??- para otros, los suyos propios - han sembrado los surcos con semillas de cosechas amargas, que no tienen m�s remedio que cosechar. La dispepsia, el c�ncer, el lento avance de la par�lisis a lo largo de la m�dula espinal, la debilidad nerviosa y la depresi�n: estos son algunos de los muchos males de los que es heredero nuestra carne, y en verdad son espinas. La espina de Paul probablemente fue la oftalm�a.

2. Los ni�os malos son otro. �No quiso decir David esto cuando dijo que su casa no era as� con Dios? �Y que al imp�o, como espinas, hay que arrojarlo con mano armada? Cuando las hijas hacen matrimonios desafortunados y los hijos despliegan sus velas a cada vendaval de pasi�n, hay suficientes espinas y zarzas para causar miseria en los hogares mejor equipados y m�s ricamente amueblados.

3. Las fuertes predisposiciones y tendencias hacia el mal pueden clasificarse entre las espinas. Ser de temperamento celoso o envidioso; caer en o�dos apagados e irresponsables: esto es estar rodeado de espinas y zarzas, como si toda la bondad de un campo se desperdiciara en la maleza.

4. Asociaci�n obligatoria con compa�eros poco agradables en el taller o en el hogar.

5. En esta enumeraci�n pueden incluirse las dificultades que impiden nuestro progreso, como setos de espinos en alg�n bosque enmara�ado. La competencia en la vida comercial vuelve espinoso el camino de muchos hombres de negocios. Perplejidades y preocupaciones, molestias y vejaciones, nos inquietan casi m�s all� de lo soportable. Cada vida tiene experiencias como estas. Seguramente, argumentamos, podr�amos vivir vidas m�s nobles y �tiles, si tan solo fu�ramos libres. �No es as�, dice el Se�or. �No puedo quitar la espina, es el �nico medio de realeza para ti; pero te dar� Mi gracia que todo lo basta �.

II. DERECHO A TRAV�S DE ESPINAS. Es muy notable que el signo de la maldici�n se convirtiera, en la frente de Cristo, en la insignia de la realeza. La lecci�n es obvia: que �l ha transformado la maldici�n en una bendici�n; que ha descubierto el secreto de obligarlo a ceder la realeza. Hubo un tenue indicio de esto en las palabras de la maldici�n primigenia en la tierra: �Maldita sea la tierra por tu causa; espinos y cardos te producir�.

�Qu� puede significar esto, excepto que hubo un dise�o ulterior en esta imposici�n sobre el mundo material? No est� muy claro lo que implica esta frase sobre el terreno. Es casi seguro que hubo espinos y cardos antes de que el pecado de Ad�n causara una plaga en el bello mundo de Dios; pero probablemente a partir de ese momento se hicieron m�s prol�ficos, o las condiciones que hab�an sido desfavorables para su crecimiento se volvieron m�s favorables, o se permiti� que manos malignas esparcieran sus semillas a lo lejos.

Pero, sin embargo, sucedi� que no puede haber duda de que el prop�sito de Dios fue totalmente ben�volo. Maldita sea la tierra por tu causa; es decir, de la dureza del suelo y su tendencia a engendrar espinos y cardos, te llegar� la mejor y m�s alta bendici�n. Seguro que esto ha sido verificado. �D�nde ha alcanzado el hombre su desarrollo m�s noble? �En tierras donde la bondadosa Naturaleza ha sido la m�s pr�diga de sus buenos dones? donde el suelo solo ha necesitado rascarse para producir un abundante rendimiento? donde la vida ha estado libre de cuidados, como la de las abejas entre los limones? �No! no ah�.

Con la abundante provisi�n de todo lo que necesitaban para su sustento y comodidad, la naturaleza ha enervado a sus hijos, los hombres se han vuelto inertes y sensuales, amantes de la tranquilidad y sin m�sculos. Pero donde el suelo ha sido cruel, el clima inh�spito, la lucha por la existencia dura, la presencia de la espina siempre amenaza la parcela cultivada y amenaza con invadir el jard�n o el campo; donde se ha requerido todo esfuerzo para arrancar la subsistencia de la tierra que no lo desea, all� el hombre se ha levantado en toda su altura y ha desplegado toda su gloriosa fuerza de cerebro y tendones.

Probablemente esto es lo que significa la corona de espinas en la frente de Cristo. Ense�a que el hombre solo puede alcanzar su verdadera realeza al encontrar, soportar y superar estos elementos en la vida que solo presagian desastre y p�rdida. �Qu� magn�fica concepci�n da esto de las posibilidades del dolor! En la medida en que nos sometemos pacientemente al nombramiento de nuestro Padre, llegamos a ver la razonabilidad y beneficencia de Su dise�o, y nos encontramos adoptando el cardo como nuestra insignia; descubrimos que ha sido el medio para desarrollar y perfeccionar nuestro car�cter, para dar realeza y dignidad a nuestro comportamiento, y hacernos reyes por derecho de conquista, as� como por derecho de nacimiento.

III. LAS TRANSFORMACIONES DE GRACIA. �En lugar de la espina crecer� cipr�s; y en lugar del brezo, el mirto ". �B�state mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad �. �Por tanto, me gloriar� en Mis debilidades.

1. Dios nos da una nueva visi�n de las cosas oscuras. Lo que pensamos que era un castigo, resulta ser el castigo del amor de un Padre. Las espinas se transforman en mirtos cuando Dios muestra sus razones.

2. Dios hace que nuestro dolor y nuestras p�rdidas sean ocasiones para dar m�s gracia. Hay dos formas de ayudar al alma a doblarse bajo una carga aplastante. Puede ser eliminado; o se puede inhalar una fuerza adicional, igual a su peso. Esta �ltima es la manera que Dios escogi� de tratar con sus hijos. Y si fu�ramos sabios, no deber�amos orar por la extracci�n de la espina, sino reclamar la mayor gracia.

3. La gracia de Dios realmente transforma las disposiciones torpes y malvadas, tanto en nosotros mismos como en los dem�s. La dulzura se convierte en mansedumbre; dulzura de la cobard�a; impulsividad entusiasmo; mezquindad frugalidad; generosidad mezquindad; consideraci�n de crueldad hacia los dem�s; irritabilidad y vehemencia, paciencia y paciencia. Dios no destruy� los p�lpitos cat�licos romanos en la Reforma; lo hizo mejor, los llen� de predicadores del Evangelio.

De manera similar, �l no destruye ninguna de nuestras caracter�sticas naturales cuando nos trae a �l; Solo elimina el mal y desarrolla el bien. Las espinas de la pasi�n y el temperamento son reemplazadas por abetos y las zarzas por mirtos.

4. Cuando la disciplina ha cumplido su funci�n, se elimina. Estas brillantes predicciones se cumplieron parcialmente en la restauraci�n de Israel bajo Esdras y Nehem�as; y sin duda se habr�an realizado m�s plenamente si hubiera habido una fe m�s perfecta en las promesas divinas. Sin embargo, estas palabras resplandecientes se cumplir�n perfectamente en los d�as venideros cuando Israel se vuelva a la tierra de todas las tierras donde su pueblo se ha esparcido. Su conversi�n, nos dice el ap�stol, inaugurar� los tiempos de refrigerio, de los que han hablado los profetas desde el principio del mundo. ( FB Meyer, MA )

Una se�al eterna

Una muestra y una se�al de la redenci�n del Evangelio.

1. La redenci�n de los jud�os de Babilonia ser� una ratificaci�n de esas promesas que se relacionan con los tiempos del Evangelio.

2. Ser� una representaci�n de las bendiciones prometidas, y un tipo y figura de ellas.

(1) La gracia del Evangelio pondr� en libertad a aquellos que estaban esclavizados por el pecado y Satan�s. Saldr�n y ser�n sacados. Cristo los har� libres.

(2) Llenar� de gozo a los que estaban melanc�licos ( Salmo 14:7 ).

(3) Har� un gran cambio en el car�cter de los hombres.

(4) En todo esto Dios ser� glorificado. ( M. Henry. )

Información bibliográfica
Exell, Joseph S. "Comentario sobre "Isaiah 55". El Ilustrador Bíblico. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tbi/isaiah-55.html. 1905-1909. Nueva York.