Bible Commentaries
Isaías 57

El Ilustrador BíblicoEl Ilustrador Bíblico

Versículos 1-2

Perece el justo

El justo pereciendo

Ante esta desmoralizaci�n y mundanalidad imperantes ( Isa�as 56:9 ), el justo sucumbe al peso abrasador de los sufrimientos externos e internos: �perece�, muere antes de tiempo ( Eclesiast�s 7:15 ), de en medio de sus contempor�neos, desapareciendo de esta vida ( Salmo 12:1 ; Miqueas 7:2 ), y nadie se lo toma en serio, i. nadie considera la acusaci�n divina y la amenaza impl�cita en esta muerte temprana. ( F. Delitzsch, DD )

"Hombres misericordiosos"

Literalmente, hombres piadosos. ( Prof. J. Skinner, DD )

Los buenos hombres mueren

La justicia libra del aguij�n de la muerte, pero no del golpe. ( M. Henry. )

Muerte de los justos

1. Una raz�n por la cual, cuando el justo muere, nadie se preocupa por ello es porque el mundo no conoce a los justos.

2. Otra raz�n es la falta de inclinaci�n de todos los hombres por naturaleza a tomar en serio estas cosas.

3. No lo consideran de mucha importancia. Pero la muerte de todo buen hombre es una p�rdida para el mundo, una p�rdida para la Iglesia militante: el pueblo de Dios es la sal de la tierra, y cuanto m�s se llevan y menos se dejan, es menos probable que seamos bendecido como naci�n. ( James Wells. )

Muerte temprana

Tales remociones tempranas forman un problema insoluble por nuestra pobre raz�n. Parecen, a primera vista, igualmente incompatibles con la sabidur�a, el poder y el amor divinos. Parecen casi la frustraci�n de los planes y prop�sitos de Dios, un fracaso en sus dise�os soberanos. Es el arquitecto que acaba de completar Su trabajo cuando ese trabajo se estrella contra el suelo. Es el escultor dando los �ltimos trazos de su cincel sobre el m�rmol virgen, cuando el trabajo de meses o a�os esparce el suelo de su estudio.

Es el jardinero que saca de su invernadero las plantas de marsupiales en su frescura y belleza, para tomar el sol de principios de verano, cuando llega inesperadamente una helada o una granizada, �y en una noche han perecido! ( JR Macduff, DD )

Muerte temprana

�Por qu� el joven soldado payaso herido es justo? cuando la armadura de la vida ha sido probada? �Por qu� Dios aparentemente ha hecho as� en vano su obra m�s noble? Las palabras de Isa�as dan una doble respuesta a estas preguntas y misterios; uno negativo, el otro positivo.

I. LA RESPUESTA NEGATIVA. "El justo es quitado del mal por venir". Fue as� en el caso de Jos�as ( 2 Reyes 22:18 ).

II. LA EXPLICACI�N POSITIVA. �En paz entrar�: descansar�n en sus camas, cada uno andando en su rectitud; o m�s bien, como ha sido traducido, cada uno caminando recto ante �l, o como lo traduce el obispo Lowth, "el que camina en el juramento recto".

1. Jos�as, el bueno, el piadoso, cuando muri�, "entr� en paz". Es una hermosa evidencia del Antiguo Testamento de la bienaventuranza inmediata de los justos difuntos. Su cuerpo descansaba en la tumba, como en una "cama" o div�n; su esp�ritu - el esp�ritu que camin� tan "rectamente sobre la tierra, sin divergencia del camino del deber y la piedad - contin�a, en un estado de existencia m�s elevado, este elevado" caminar.

�El trabajo truncado en este mundo inferior no se detiene; solo se transfiere. En una esfera cada vez m�s elevada, todav�a persigue estos ministerios activos de justicia. Hay un contraste evidente entre estas palabras iniciales del cap�tulo y el terrible estribillo con el que termina: "No hay paz, dice mi Dios, para los imp�os"; ninguno en la vida, ninguno en la muerte, ninguno en su futuro ilimitado. Pero "los justos", as� quitados, "entran en paz".

2. Tambi�n surge otro pensamiento en el original que echamos de menos en nuestra traducci�n, y que sugiere la misma seguridad de bienaventuranza inmediata. Ocurre en las palabras que acabamos de citar: "El justo es quitado", "Los misericordiosos son quitados"; esto en hebreo es, �Los justos, los misericordiosos, son reunidos� - reunidos con sus padres.

3. Estas palabras pueden sugerir otro pensamiento sobre la muerte prematura. Mientras el esp�ritu sigue su camino hacia adelante de bienaventuranza y gloria, no se ha despedido, en el sentido m�s verdadero, de su esfera terrenal. Los labios se silencian, la m�sica de la voz se silencia, el vac�o de los ausentes se realiza con demasiada dolorosa. Pero "los justos" sobreviven a la disoluci�n incluso en este mundo; en sus memorias inmortales de bondad y valor, contin�an �caminando.

La antigua promesa dictada por el dulce cantor de Israel (aparentemente parad�jica) se vuelve literalmente verdadera, con respecto a los que fueron quitados prematuramente: �Lo saciar� de larga vida y le mostrar� mi salvaci�n�. �Para qu�, despu�s de todo, es una larga vida? �Se mide y se calcula mediante aritm�tica formal? contados por d�as, semanas, meses o a�os? �No! los ochenta a�os de una vida malgastada no son vida en absoluto.

Es una bancarrota del ser. Puede ser una vida que solo sembrara y perpetuara influencias nefastas; un parto prematuro ser�a mejor. Considerando que, esa es la duraci�n m�s verdadera de d�as, donde, puede ser por una temporada breve pero brillante y consagrada, alguna vida joven ha brillado gloriosamente para Dios, y que, aunque ahora es un meteoro ca�do, ha dejado un rastro de luz detr�s de ella. , por el cual padre, hermano y hermana bendecir�n para siempre al que dio la bendici�n pasajera. ( JR Macduff, DD )

La muerte de los buenos

I. SU MUERTE ES LA PERECCI�N DEL CUERPO

1. �Por qu�, entonces, mimar el cuerpo?

2. �Por qu� centrar los intereses en los deseos y placeres del cuerpo?

II. SU MUERTE ES GENERALMENTE DESCONOCIDA POR LA HUMANIDAD. Cu�n pronto se olvida a los mejores hombres. Hay dos razones para ignorar la muerte del bien.

1. El pensamiento de la muerte repugna al coraz�n.

2. Las preocupaciones de la vida lo absorben todo.

III. SU MUERTE ES UNA LIBERACI�N DE TODOS LOS MALOS QUE VIENEN AL MUNDO. "Quitado del mal por venir".

IV. SU MUERTE ES UN PASO HACIA UNA VIDA SUPERIOR. "En paz entrar�: descansar�n en sus camas".

1. La muerte del bien en cuanto al cuerpo es solo sue�o: natural, refrescante, temporal.

2. Sus almas marchan. �Cada uno andando en su rectitud�. Progreso sin fin. "A�n no parece lo que seremos". ( Homilista. )

El justo es quitado del mal por venir

Salvado el mal futuro

1. Puede ser por la maldad del sufrimiento personal. La prolongaci�n de la vida hasta la vejez a menudo implica una inmensa cantidad de enfermedades y dolores corporales.

2. Puede ser para ahorrarle dolorosas pruebas al coraz�n del afecto. �Con qu� frecuencia crecen los ni�os, para romper el coraz�n de los padres cari�osos?

3. Puede ser para sacar a su hijo de peligro.

4. Puede ser para protegerlo de alguna calamidad inminente que vendr� sobre la Iglesia o el mundo.

5. O (si aceptamos la lectura marginal) es para salvarlos �de lo que� es �malvado�. La vida misma, bajo la maldici�n del pecado, es mala, incluso en su mejor estado, y el Dios de misericordia la corta y recibe a Su amado en Su seno. ( Revisi�n homil�tica. )

Las bendiciones de la corta vida

Todos pasamos mucho tiempo en paneg�ricos de longevidad. Pero propongo predicar sobre las bendiciones de una existencia terrenal abreviada.

I. HACE QUE LA VIDA DE UNO FUNCIONE MUY COMPACTA.

II. EL DESASTRE MORAL PODR�A SOBREVIVIR AL HOMBRE SI ESPERA M�S TIEMPO.

III. UNO ES EL DESPEGUE M�S PRONTO DE LA DEFENSIVA.

IV. UNO ESCAPE DE TANTAS BEREAVEMENTS.

V. PONE UNO ANTES EN EL CENTRO DE LAS COSAS. ( T. DeWitt Talmage, DD )

Versículo 2

Entrar� en paz

El creyente en la vida, la muerte y la eternidad.

Tom�ndolos en conjunto, las palabras del texto nos llevar�n a contemplar al hijo de Dios:

I. EN LA FUERZA Y VIGOR DE LA VIDA.

II. EN EL SUFRIMIENTO Y EL ART�CULO DE LA MUERTE.

III. EN LAS CONSECUENCIAS DE LA DISOLUCI�N, PORQUE AFECTAN TANTO EL CUERPO COMO EL ALMA. ( J. Haslegrave, MA )

Un destello de consuelo del Nuevo Testamento

Aqu� hay un destello del consuelo en el Nuevo Testamento de que la muerte del justo es mejor que la vida presente, porque es la entrada a la paz. ( F. Delitzsch, DD )

Versículo 6

Entre las piedras lisas del arroyo est� tu porci�n

Piedras lisas

El t�rmino "porci�n" sugiere que las "piedras lisas" eran fetiches.

( AB Davidson, DD )

Falso jode la porci�n del id�latra

En valles pedregosos establecieron sus dioses, a los que llamaron su porci�n, y tomaron por su suerte, como el pueblo de Dios lo tom� por su suerte y porci�n. ( M. Henry. )

Versículo 10

Est�s cansado de la grandeza de tu camino

El cansancio del pecado

El texto es una sorprendente representaci�n de la conducta del pecador en sus infructuosos esfuerzos por obtener la felicidad en cualquier lugar menos en el cielo.

Vaga de un objeto a otro, se fatiga en su b�squeda, pero no la abandonar�.

I. SIGUE UN CURSO DESGASTADO. Nada es tan fatigoso como los infructuosos esfuerzos por la felicidad.

1. El camino sensual hacia la felicidad es agotador. El voluptuoso y el libertino se muestran muy pronto agotados.

2. El camino secular hacia la felicidad es agotador. El que busca la felicidad en pos de la ganancia pronto la encontrar� fatigosa.

3. El camino intelectual hacia la felicidad es agotador. Quien busca la verdadera felicidad en el estudio y la investigaci�n, pronto lo encontrar� cansado.

4. La conducta supersticiosa es fastidiosa. Millones se est�n hundiendo en la superstici�n religiosa: peregrinaciones, penitencias, oraciones y rutinas devocionales. �Cu�ntos millones se encuentran cansados ??en este camino!

II. AUNQUE EL CURSO ES DESGASTADO, PERSEVERA. "Sin embargo, no dijiste: No hay esperanza". Aunque Israel estaba cansado de buscar ayuda extranjera, a�n as� continu�; lo mismo ocurre con el pecador. Perseverar en estos tediosos m�todos para la felicidad es una tonter�a.

1. Porque nunca ser�n m�s f�ciles de lo que son. Por el contrario, el que sigue estos m�todos de felicidad se fatigar� cada vez m�s en su camino.

2. Porque hay un camino agradable hacia la verdadera felicidad. �Que es eso? La entrega amorosa de tu naturaleza a Dios. El camino religioso hacia la felicidad es agradable, porque:

(1) Es digno de tu naturaleza.

(2) Agradable a su conciencia.

(3) Prometiendo su esperanza.

"Sus caminos son caminos agradables y todos sus caminos son paz". Cu�n adecuada es la invitaci�n de Cristo a los millones cansados ??de la tierra que buscan la felicidad en direcciones equivocadas: �Venid a m� todos�, etc. ( Homilista ) .

Camino cansado del hombre

I. EL CAMINO QUE AQU� SE SUGIERE. "Est�s cansado de la grandeza de tu camino". El camino que tomaron los israelitas fue su propio camino a diferencia del camino de Dios. El camino por el que camina un hombre y por el que busca la salvaci�n, hasta que encuentra la paz en Cristo, es m�s o menos directamente su propio camino.

II. ESTA MANERA, QUE ES LA PROPIA MANERA DEL HOMBRE, SE HABLA COMO UNA GRAN MANERA. �Has sido destetado en la grandeza de tu camino. Mirando la salvaci�n como es en s� misma, en la liberaci�n que se desea, es necesaria una gran liberaci�n; Considerando los esfuerzos que har� el hombre para efectuar y lograr esta liberaci�n, evidentemente se necesitan grandes esfuerzos, y con frecuencia se hacen grandes esfuerzos. Miqueas habla de un hombre que da miles de carneros y diez mil r�os de aceite, s�, da la vida de su primog�nito por el pecado de su alma, si acaso puede salvar esa alma. Y es perfectamente maravilloso ver los esfuerzos que los hombres han hecho, y est�n haciendo, en las religiones falsas, para asegurar lo que desean, a saber, la salvaci�n de su alma.

III. ESTA MANERA DE LA PROPIA B�SQUEDA DEL HOMBRE ES UNA MANERA AGOTADA. �Con qu� desilusiones se encontraron los israelitas! Lo mismo ocurre con un hombre que busca la salvaci�n a su manera, a diferencia de la manera de Dios. En la misma proporci�n en que un hombre es sincero, en la profundidad de sus convicciones de pecado y justicia, en proporci�n en el sentido que tiene de la santidad de Dios y de las realidades de la eternidad, ser� la insatisfacci�n del hombre. con sus propios esfuerzos y sus propios actos de abnegaci�n.

IV. Aunque este es un camino fatigoso, y un camino insatisfactorio, sin embargo TIENE ALGUNAS PROMESAS DE �XITO Y ALGUN PODER DE SATISFACCI�N, QUE PREVIENE QUE EL HOMBRE SE DESESPERE TOTALMENTE. El hombre "encuentra vida en su mano". Hay bastante en lo que est� haciendo, hay bastante en lo que est� encontrando, para evitar que se desespere por completo. Estas personas no est�n preparadas para �decir que no hay esperanza; no est�n preparados para desesperar de la salvaci�n de la manera en que la buscan; no est�n completamente abatidos.

�Por tanto, no te entristeciste, ni te descorazonaste del todo. Contin�an perseverando y avanzando, esperando que llegue un d�a m�s brillante. Contraste con este camino del hombre el camino de Dios. El camino de salvaci�n buscado y seguido por los jud�os se parece mucho al camino de salvaci�n que sigue el coraz�n natural del hombre cuando persigue y busca esa salvaci�n; pero ahora, �cu�l es el camino por el que Dios quiere que caminemos, en contraste con este camino de la propia invenci�n del hombre? Lo que marca el camino de Dios, y lo distingue especialmente del camino del hombre, es esto: que el camino del hombre es un camino de temor y pavor, mientras que el camino de Dios es un camino de amor.

"Pero, �c�mo", dir�s, "vamos a pasar de este estado, que es el estado natural del hombre de buscar la salvaci�n, al estado que se describe como el m�todo de Dios para buscar y conferir la salvaci�n?" El profeta nos dice (vers�culos 18, 19). ( E. Bayley, MA )

"La vida de tu mano"

"La vida de tu mano" puede significar, "un avivamiento de tu vigor". ( ABDavidson, DD )

Sin embargo, no dijiste: No hay esperanza

Esperanza, pero sin esperanza: sin esperanza, sin embargo, esperanza

(con Jeremias 18:12 , �Y dijeron: No hay esperanza�, etc.): - La sutileza del coraz�n humano se esfuerza al m�ximo para evitar que ese coraz�n conf�e en el Salvador, y mientras el mal es siempre astuta, se muestra supremamente as� en sus esfuerzos por proteger la Cruz contra los acercamientos de los pecadores.

Por la Cruz, como dijo el Salvador, se revelan los pensamientos de muchos corazones. Hay dos fases en la vida espiritual que ilustran bien el enga�o del coraz�n. El primero es el descrito en mi primer texto, en el que el hombre, aunque cansado en sus muchos intentos, no est� ni puede estar convencido de la desesperanza de la salvaci�n propia. Cuando hayas sacado al hombre de esto, te encontrar�s con una nueva dificultad, que se describe en el segundo texto.

Al ver que no hay esperanza en s� mismo, el hombre llega a la conclusi�n injustificada de que no hay esperanza para �l en Dios. Es justicia propia en ambos casos. En un caso, es el alma contenta con la justicia propia, en el segundo lugar, es el hombre que prefiere malhumoradamente perecer antes que recibir la justicia de Cristo.

I. Tenemos que hablar de UNA ESPERANZA QUE NO ES ESPERANZA. �Est�s cansado de la grandeza de tu camino; pero no dijiste: No hay esperanza �, etc. Esto ilustra bien la b�squeda de los hombres en pos de la satisfacci�n en las cosas terrenales. Est�n contentos porque han encontrado la vida de su mano. Vivir de la mano a la boca les basta; que todav�a est�n vivos, que poseen comodidades presentes y goces presentes, esto contiene a muchos. En cuanto al futuro, dicen: "Que se cuide solo". No tienen previsi�n de su estado eterno; la hora actual los absorbe.

1. El texto se aplica de manera muy eminente a aquellos que buscan la salvaci�n por medio de ceremonias ".

2. Una gran masa de personas, aunque rechazan el arte sacerdotal, se hacen sacerdotes y conf�an en sus buenas obras. El camino de la salvaci�n por obras, si fuera posible, ser�a un camino muy fatigoso. Cu�ntas buenas obras llevar�an a un hombre al cielo, ser�a una pregunta que ser�a muy dif�cil de responder.

3. Muchos buscan la salvaci�n a otra forma de autoenga�o, a saber, el camino del arrepentimiento y la reforma.

II. Pasaremos ahora al segundo texto. �Y ellos dijeron: No hay esperanza�, etc. Aqu� no tenemos ESPERANZA - Y TODAV�A ESPERANZA. Cuando el pecador finalmente ha sido expulsado por el estr�s del clima de la rada de su propia confianza, entonces vuela hacia el l�gubre puerto de la desesperaci�n. La desesperaci�n es la madre de todo tipo de maldad. Cuando un hombre se sacia. "No hay esperanza del cielo para m�"; luego echa las riendas sobre el cuello de sus concupiscencias y va de mal en peor. Hay esperanza para ti en Aquel a quien Dios ha provisto para que sea el Salvador de quienes eres. ( CH Spurgeon. )

Versículo 14

Y dir�: Echad

Dios justo, pero misericordioso

La segunda mitad de Isa�as 57:13 forma una transici�n a la siguiente secci�n, que es una promesa de salvaci�n para el verdadero Israel.

En notable contraste con el tono amenazador de Isa�as 57:3 f est� el impresionante y elevado lenguaje en el que el profeta ahora expone los pensamientos de gracia de Jehov� hacia Su pueblo errado pero arrepentido. ( Prof. J. Skinner, DD )

Una ronda a dios

En este pasaje, el clamor no se manifiesta en nombre de un conquistador o soberano, sino en nombre del pueblo de Dios. Son la procesi�n honrada para la que se debe preparar un camino. �Echa, echa�, es decir, amontona, llena, �prepara el camino, toma el tropiezo del camino de mi pueblo�. La cifra, entonces, es sorprendente. As� como la realeza exigi� para s� misma un camino llano, un camino del que todos los peligros y obst�culos fueran quitados, as� un alma que va camino de Dios ha arrojado sobre �l, por as� decirlo, algo de la soberan�a a la que se acerca, y un se oye una voz misteriosa que grita: ��Despeja el camino! �amontonar! echa fuera las piedras de tropiezo ". ( HW Beecher. )

Escollos espirituales

1. La falta de un ideal verdadero y amplio de la vida cristiana, como disposici�n interior, espiritual y divina, y el intento de vivir en mera conformidad a las reglas, y con la vaga impresi�n de que si uno se ajusta a la Iglesia, en alg�n caso De manera que apenas sabe c�mo, salvarse, es en s� mismo una de las causas del perpetuo tropiezo. El intento de vivir meramente para el cumplimiento de las moralidades sociales; el intento de vivir de manera que se obedezcan todas las reglas prescritas por todos los que gobiernan en el Se�or; el intento de vivir sobre una concepci�n tan baja como la de las regulaciones, las convenciones, las observancias, seguramente har� que la vida cristiana sea pobre e incierto el viaje.

Porque "una nueva criatura en Cristo Jes�s" es la definici�n apost�lica de un cristiano. Nuestra aspiraci�n y esfuerzo ser�n proporcionales a la dignidad y la idealidad, si se me permite, por as� decirlo, de nuestra concepci�n de lo que es la religi�n. Si suponemos que simplemente no est� haciendo el mal, haremos muy poco esfuerzo y recibiremos muy poco est�mulo.

2. El intento de vivir la vida cristiana con un tono bajo de sentimiento es una raz�n por la que los hombres no progresan m�s. En todos los escritos del Nuevo Testamento encontrar�s que se requiere fervor e intensidad en cada sentimiento. No solo necesitamos tener moralidad, sino que necesitamos tener gracias cristianas, que son, por as� decirlo, orqu�deas, ep�fitas y se alimentan de cosas m�s elevadas y puras: luz, humedad y otros elementos que contiene el aire.

Ahora, ninguno de estos puede prosperar en nuestro clima templado. Un clima templado es bueno para las cosas templadas; pero para intensidades no es bueno. Y muchos rasgos dominantes y caracter�sticos del car�cter cristiano son tales que nunca pueden manifestarse sin fervor.

3. Falta de devoci�n profunda y continua. Esto se debe a la falta de un sentido del gran mundo espiritual en cuya frontera vivimos perpetuamente, o es el resultado de una ocupaci�n excesiva, una ocupaci�n excesiva, que se aglomera todo el tiempo e impide que uno madure en un verdadero cristiano. devoci�n.

4. Otro obst�culo que encuentran los hombres en el camino del progreso en su vida cristiana es su ignorancia en cuanto al efecto de la actividad exterior en el desarrollo del fervor interior, y el efecto del fervor interior en el desarrollo de la actividad exterior, en cuanto al efecto de la acci�n rec�proca de la vida interior y exterior. Los hombres est�n acostumbrados a separar estas cualidades, que nunca deben disociarse. Los hombres deben ser activos para que puedan ser emotivos; y deben ser emotivos, para que la emoci�n se convierta en actividad.

5. Un obst�culo muy com�n para el desarrollo cristiano es el intento de los hombres de realizar su trabajo cristiano fuera de sus esferas apropiadas. Est�s donde est�s, comienza la batalla; all� se somete todo lo que est� en conflicto con la ley de la conciencia, la ley del amor, la ley de la pureza y la ley de la verdad. Comienza la pelea donde Dios suene la trompeta, y �l te dar� gracia para que seg�n sea tu d�a, as� sea tu fuerza.

Pero hasta que dejemos de dividir nuestra vida en dos partes - secular y religiosa - nunca seremos muy eminentes y consistentes como cristianos; nunca haremos grandes progresos en la vida cristiana.

6. Demasiada compa��a no es buena.

7. Esto est� estrechamente relacionado con otro obst�culo social para el desarrollo de la verdadera vida cristiana, y es la adicci�n de los hombres al placer. No me refiero a la complacencia en el desperdicio y los placeres inadmisibles, sino a una excesiva adicci�n a la recreaci�n de cualquier tipo. Estamos destinados a crecer en gracia. Si no crecemos, seguramente sabremos la raz�n. ( HWBeecher. )

El camino de la religi�n

El camino de la religi�n ahora est� abierto; es una carretera; El negocio de los ministros es dirigir a la gente en �l y ayudarlos a superar los desalientos que encuentran, para que nada pueda ofenderlos. ( M. Henry. )

El camino de Cristo preparado

I. LOS TROPIEZOS QUE LOS CRISTIANOS HAN LANZADO EN EL CAMINO DE LOS JUDIOS.

1. Persecuci�n.

2. Desprecio.

3. Idolatr�a.

4. Descuido de la ley de Mois�s.

5. Incredulidad de los profetas.

II. LOS BLOQUES QUE LOS JUDIOS HAN PONIDO A SU PROPIA MANERA.

1. Justicia propia.

2. Tradiciones de los hombres.

3. Codicia.

4. Una visi�n falsa de Dios.

5. Incredulidad en el Hijo de Dios.

III. LOS FRUTOS BENDITOS DE SU REMOCI�N. Estos frutos se presentan ante nosotros en los vers�culos que siguen a nuestro texto.

1. Humillaci�n y contrici�n ( Isa�as 57:15 ).

2. Avivamiento y sanaci�n. La promesa contin�a as�: �Reavivar el esp�ritu de los humildes y reavivar el coraz�n de los contritos. He visto sus caminos y lo sanar� �.

3. Confort y paz. �Yo tambi�n lo conducir�, y le dar� consuelo� ( Isa�as 57:18 ).

4. Alegr�a y gloria. A estos nos llama la atenci�n el profeta en los �ltimos Cap�tulos ( Isa�as 65:18 ; Isa�as 66:12 ). ( E. Bickersteth. )

Carreteras despejadas

�Cu�l es el camino, el camino de la salvaci�n? Jesucristo dice: "Yo soy el camino". Esta es la entrada al camino, y este es el camino de ese camino hasta el final: la confianza en Cristo. "�No se necesitan buenas obras?" dice uno. Siempre fluyen de la fe en Cristo. Siendo as�, es muy sencillo. Directo como una flecha, �no es as�? Y, sin embargo, de esta manera hay obst�culos.

I. MOSTRAREMOS POR QU� ES ESTO.

1. La forma de creer es una forma poco com�n. Los hombres no comprenden la forma de confiar. Quieren ver, razonar, discutir. Qu� dif�cil ser�a para una vaca, que siempre ha vivido d�a a d�a la corta vida que puede alimentarse de pasto, si tuviera que vivir de la raz�n, como hacen los hombres. Y cuando el hombre tiene que vivir por fe, se siente tan torpe en ello como una vaca en razonar. Est� fuera de su elemento.

2. Los hombres, cuando realmente buscan la salvaci�n, a menudo tienen la mente muy turbada. Sienten que si Dios es justo, debe castigarlos por sus malas acciones. Y cuando se les dice que si creen en Jesucristo, todo pecado y blasfemia les ser� perdonado, se preguntan c�mo puede ser. La conciencia nos hace a todos incr�dulos; y nuestra condici�n temblorosa crea tropiezos.

3. Adem�s de esto, los hombres a menudo ignoran el camino de la salvaci�n. No hablo ahora como si los culpara. Me educaron para asistir a la casa de Dios con regularidad. Sin embargo, cuando comenc� a ver al Se�or, no conoc�a el camino de la salvaci�n. Sab�a la letra, pero no el significado real: �c�mo puede un hombre saberlo hasta que el Esp�ritu de Dios se lo revela?

4. Satan�s siempre est� dispuesto a evitar que las almas encuentren la paz en Cristo. As� he mostrado por qu� hay tantos obst�culos.

II. Ahora voy a TRATAR DE LEVANTAR ALGUNOS DEL CAMINO.

1. Aqu� est� uno de ellos. Un hombre dice: �De buena gana creer�a en este Jesucristo de quien me hablas, pero si llegara a Dios por medio de Cristo, �me recibir�a? "Al que a m� viene, no le echo fuera". En toda la historia de la raza humana nunca se ha encontrado un hombre que haya venido a Jesucristo a quien Cristo rechaz� todav�a.

2. �Pero�, dice otro, �soy una persona muy peculiar. Bien pod�a creer que cualquier hombre en el mundo que confiara en Cristo ser�a salvo excepto yo; pero no puedo pensar que �l me salvar�a, porque soy tan extra�o. Ah, yo soy extra�o y tuve la misma sensaci�n que t�. Pens� que me quedaba mucho fuera del cat�logo. Si conocieras a otras personas, descubrir�as que hay otras personas extra�as adem�s de ti; y si Dios salva a tanta gente extra�a, �por qu� no deber�a salvarte a ti? Se deleita en hacer maravillas. Llena el cielo de curiosidades de misericordia.

3.Pero escucho a otro decir: �Se�or, tengo un sentido del pecado tan horrible; �No puedo descansar en mi cama! No puedo pensar que ser� salvo ". Espere un poco all�; d�jame hablar con esta persona de aqu�. Cual es tu problema? �Mi problema es, se�or, que no tengo sentido del pecado. S� que soy un pecador y un gran pecador; pero no creo que me salvar�, porque no tengo pensamientos horribles ��Cambiar�s con el otro hombre? �Cambiar� contigo? No deber�a aconsejarles a ninguno de los dos que haga ning�n cambio; porque, en primer lugar, los pensamientos desesperados no son necesarios para la salvaci�n; y, en segundo lugar, mientras te conozcas pecador y est�s dispuesto a confesarlo, esos pensamientos son falsos. Desesperado, mira a la Cruz y vive; y t�, que no desesperas, mira a la misma Cruz y vive;

4. Un tembloroso grita: "Tengo miedo de venir y confiar en Cristo, porque no s� si soy uno de los elegidos". Si conf�as en Jesucristo, te dir� entonces que eres electo, con certeza.

5. �Todos�, dice otra persona, �creo que he cometido este pecado imperdonable. �Anhelas que te libre del poder del pecado? Entonces no has cometido el pecado imperdonable, porque es un pecado de muerte, y despu�s de que un hombre lo comete, nunca tiene un deseo vivo o un deseo de Dios desde ese momento.

6. �Oh, pero�, dice otra persona, �mi tropiezo es este: que todo parece demasiado bueno para ser verdad, que yo, simplemente por creer en Jesucristo, ser� salvo. Confieso que parece demasiado bueno para ser verdad, pero no lo es. Dios en Cristo Jes�s es claramente capaz de maravillosas obras de gracia. Hay algunos obst�culos que no puedo eliminar; siempre deben estar ah�, me temo.

7. Me dice un objetor. �Creer�a en Jes�s; No tengo ninguna falta que encontrar en �l, pero, luego, miren a Sus seguidores, muchos de ellos son hip�critas. Miramos a sus seguidores profesos, y las l�grimas est�n en nuestros ojos, porque los peores enemigos que tiene son los de su propia casa. Supongamos que Judas traiciona a Cristo, �es Cristo peor por eso? No se le pide que conf�e en Judas, se le pide que conf�e en Cristo.

La raz�n por la que vale la pena hacer malos soberanos es porque los buenos son muy valiosos; y por eso a ciertas personas les conviene, seg�n creen, hacerse pasar por cristianos. Si no hubiera verdaderos cristianos, no habr�a pretendientes a ese nombre.

8. "Pero", dice otro, "aqu� est� mi piedra de tropiezo: si tuviera que creer en Cristo y convertirme en cristiano, tendr�a que cambiar toda mi vida". Tan. Tendr�a que haber un vuelco de todo �, pero luego el que est� sentado en el trono dice:� He aqu�, hago nuevas todas las cosas.

9. "Oh, pero", dice uno, "deber�a tener que correr el guante en mi familia si me hago cristiano". �Qu� es lo mejor, crees, que se burlen de ti por hacer el bien o que te elogien por hacer el mal? ( CHSpurgeon. )

Toma la piedra de tropiezo

Piedras de tropiezo

Como vencedor, el Mes�as ven�a, pero hab�a un gran pecado y falta de preparaci�n. Por eso el profeta clam�: "Toma, toma los escollos". Cristo todav�a avanza con poder en el mundo. Su verdad es el camino directo y permanente por el cual el hombre puede pisar el cielo y la inmortalidad. Es necesario eliminar varios obst�culos de la colocaci�n humana.

I. All� est� la piedra de tropiezo del EGO�SMO. Esto siempre ha obstaculizado el camino. Anan�as y Judas se rindieron.

II. Cerca de este bloque hay otro, el de la INTOLERANCIA. La Iglesia, fuerte en apariencia, estaba impaciente por la divergencia de opiniones.

III. El TERRORISMO tambi�n tuvo que ser quitado del camino. La cifra fue tomada como un hecho. El gran Padre fue presentado bajo la apariencia de un juez implacable. Las duras representaciones de Dios y el castigo futuro provocaron revueltas.

IV. Ah� est� el obst�culo de un SISTEMA CEREMONIAL ELABORADO.

V. El bloque del INDIFERENTISMO, por otro lado, tambi�n necesita ser removido. El indiferentismo es solo otro nombre para el ego�smo. A cada uno le deber�a importar si su pr�jimo sufre.

VI. Algunos dir�n que todos los tropiezos mencionados no son nada comparados con los formados por LAS INCONSISTENCIAS DEL PUEBLO CRISTIANO. La �ltima es una roca conglomerada. Las atracciones mundanas, las diversiones, los deseos, las lujurias, a menudo son demasiado fuertes para aquellos que profesan no ser mundanos. Byron dijo: �Las inconsistencias de los que profesan ser cristianos me hicieron infiel. �Estaba solo? Conclusi�n: �C�mo se eliminar�n estos males, estos bloques de ofensa, y se abrir� un camino para la venida de nuestro Rey Jes�s? Debe haber m�s fe en la presencia y la potencia del Esp�ritu Santo en la Iglesia. ( CH Spurgeon. )

El reparador de caminos

(con Isa�as 58:12 , �el restaurador de caminos�): - Pocos son los hombres y mujeres excepcionalmente dotados a quienes Dios llama a ser pioneros, descubridores y creadores de nuevos caminos: los constructores de caminos. "Primal necesitaba trabajo", para usar la frase de Walt Whitman, no es posible para la mayor�a de nosotros. No tenemos el genio, la energ�a, el coraje, la autosuficiencia, la independencia de la camarader�a intelectual que caracteriza a la selecta compa��a que es capaz de abrirse camino, como los hombres de Stanley en "El �frica m�s oscura", a trav�s de los bosques, y forzar su camino a trav�s de desiertos y desiertos, abriendo as� nuevos caminos para el pensamiento y la vida y la acci�n humanas, y la civilizaci�n, y nuevos caminos para Dios.

Pero todos podemos ser reparadores de caminos. Todos podemos ayudar a quitar los obst�culos del camino. Todos podemos ser restauradores de caminos. �sta es la tarea m�s humilde. Exige menos talentos, menos atrevimiento, menos originalidad que el trabajo pionero, pero �qui�n puede medir su valor? �Qui�n se atrever� a afirmar que es menos honrado o menos aceptable para Dios, y menos beneficioso para el hombre y el mundo? Quiz�s, despu�s de todo, reparar los viejos caminos, restaurar los antiguos caminos que se han estropeado y hacerlos m�s rectos, m�s seguros y m�s c�modos para los pies de los peregrinos cansados ??de viajar, sea una vocaci�n tan noble y �til como cualquiera a la que Dios llama a sus siervos.

I. � Qu� necesidad hay de remendadores y restauradores de caminos en EL MUNDO ECON�MICO Y SOCIAL! Para proteger a la viuda y al hu�rfano; estar al lado de los oprimidos; para mejorar la suerte de los pobres hambrientos y los esclavos del su�ter; lidiar con la maldici�n de la bebida, la maldici�n del juego, la maldici�n de la impureza, la maldici�n de un amor desmedido por el oro y el placer; la maldici�n de la pobreza prevenible, las enfermedades prevenibles, la vejez prematura prevenible y la muerte - �qu� campo de servicio para Dios y el hombre!

II. �Qu� necesidad hay de reparadores y restauradores de caminos en NUESTROS ASUNTOS NACIONALES! Como amantes de nuestro pa�s; como patriotas que participamos en la configuraci�n de la pol�tica interior y exterior de nuestros gobiernos y en la formaci�n del pensamiento p�blico y la conducta y el car�cter nacionales, hagamos lo que podamos para llevar a nuestra naci�n por caminos m�s sanos, m�s seguros y m�s nobles.

III. �Qu� necesidad hay de reparadores de caminos y restauradores de caminos en EL MUNDO RELIGIOSO! �No es mucho de nuestro eclesialismo hoy una forma vac�a, un mero espect�culo? �Cu�n lejos de nuestra vida profesamente cristiana en la Iglesia est�n nuestra vida comercial, nuestra vida pol�tica, nuestra vida hogare�a, nuestra vida social en el mundo! �Cu�nta membres�a nominal de la Iglesia y cristianismo formal hay hoy en d�a!

IV. �Qu� necesidad hay de reparadores de caminos y restauradores de caminos en LA ESFERA DE LA BONDAD Y LA BONDAD PERSONAL! Despu�s de todo, la mejor contribuci�n que cualquiera de nosotros puede hacer a la gloria de Dios y al bienestar del hombre es la de una vida realmente buena; una vida modelada seg�n el modelo que nos dio nuestro Se�or y Maestro; una vida llena del Esp�ritu Santo, una vida de amistad y compa�erismo filial con Dios. ( R. Briggs, MA )

Versículos 15-21

Porque as� dice el Alt�simo y Sublime que habita la eternidad.

Un manifiesto real

Un manifiesto real gana su car�cter de soberano, Dios trae ante nosotros, y ante sus s�bditos leales en cada �poca, lo que podemos considerar como sus dos t�tulos y sus dos palacios.

I. SUS DOS T�TULOS.

1. "El Alto y Sublime". La naci�n hab�a ca�do en una idolatr�a descarada. Hab�an renunciado a su credo tradicional, y especialmente a su art�culo fundamental: la personalidad y unidad de Jehov�; degrad�ndolo con las abominaciones de las mitolog�as fenicia y asiria. Adem�s de los altares a Baal, que coronaban los lugares altos, se erigieron estatuas de Astart� en medio de las arboledas de Terebinth.

Esta �ltima diosa parec�a haber sido adoptada por Acaz como su deidad tutelar; una falsificaci�n horrible y degradante verdaderamente del Supremo: sentada sobre un le�n, sosteniendo un rayo y un cetro en cada mano, y su cabeza rodeada por la luna creciente. Ning�n rey, antes o despu�s, profan� y profan� tanto el templo sagrado. El mismo Isa�as, en medio de este terrible deterioro, este ate�smo generalizado, bien podr�a ceder ante la desesperaci�n.

A veces, su fe dif�cilmente pod�a dejar de nublarse. Pero el Dios al que serv�a calm� sus temores y disip� sus aprensiones con una proclamaci�n especial de Su gloria y bondad: �Yo soy el �nico Alto y Sublime.

2. �Cuyo nombre es Santo. La peor caracter�stica de estas deidades paganas era su impiedad.

II. SUS DOS PALACIOS.

1. El palacio de la eternidad. "Que habita la eternidad". En nada sentimos lo insignificantes que somos, como cuando intentamos escudri�ar las maravillas y glorias de esta morada divina, con sus pasillos ilimitados de espacio y tiempo.

2. � Qu� transici�n, de los pasillos y pasillos de la eternidad, al seno humano! Aqu� se da una descripci�n doble de este tabern�culo m�s humilde donde habita Jehov�, una caracter�stica doble del coraz�n humano.

(1) Es contrito.

(2) Despu�s de la contrici�n, o como secuela y complemento de ella, viene la humildad. ( JR Macduff, DD )

El gran misericordioso con el humilde

I. Consideremos qui�n EST� HABLANDO EN EL TEXTO. Esto es necesario para una comprensi�n correcta de lo que dice y, en particular, para una percepci�n clara de las riquezas de la condescendencia, la compasi�n y la gracia que sus palabras revelan a nuestra vista.

1. �l es "el Alto y Sublime".

2. �l habita la eternidad. Por lo tanto, es lo m�s diferente posible de los hijos de los hombres.

3. Su nombre es Santo.

II. Consideremos LO QUE DICE POR �L.

1. Nos dice que "habita en el lugar santo y alto"; es decir, en el cielo de los cielos, la residencia peculiar de la Deidad, donde se manifiesta principalmente Su gloria y se disfruta principalmente Su favor. El cielo no solo es alto, sino el lugar m�s alto de toda la creaci�n. No hay otro lugar que por un momento pueda compararse con �l, ni en gloria ni en felicidad. Tampoco hay ning�n otro lugar tan santo.

2. Dios aqu� dice que tambi�n habita con el que es de esp�ritu contrito y humilde. Por el hombre as� descrito debemos entender al pecador que ha sido iluminado por el Esp�ritu de Dios, que ha sido convencido de su pecaminosidad y llevado al verdadero arrepentimiento.

3. Dios aqu� nos dice cu�l es el fin que tiene en mente al vivir con tales personajes. Es "reavivar el esp�ritu de los humildes y reavivar el coraz�n de los contritos". El mismo Dios que aflige al pecador lo revive y lo anima. Aprender&mdash

(1) Tener pensamientos correctos de Dios.

(2) Albergar pensamientos justos del ofensor contrito, humilde y arrepentido.

(3) C�mo podemos obtener una felicidad s�lida. ( D Rees. )

Dios en el cielo y en el corazon

Dios tiene dos moradas especiales: el lugar alto y santo, es decir, el cielo no meramente de espacio, sino de esp�ritus puros y benditos; y los corazones de los hombres que han sentido su pecado y su necesidad de Dios.

1. Estas dos moradas est�n muy separadas, �cu�n ancha y grande la una, cu�n peque�a y estrecha la otra! �Qu� permanente el uno, qu� pasado del otro! �Cu�n brillante y tranquilo el uno, cu�n oscuro y turbado el otro!

2. Todav�a tienen algo en com�n. El lugar alto se asemeja al esp�ritu humilde, porque ver lo alto y lo lejano, y anhelarlo, es elevarse; tener algo de Dios en el interior eleva. El lugar santo es semejante al coraz�n contrito; porque sentir el pecado y la separaci�n es llegar a lo santo, y esto proviene de tener a Dios ya en el coraz�n trabajando.

3. Deben integrarse en uno. Dios habita en ellos para unirlos, para reavivar el esp�ritu, para dar vida. Y donde Dios da vida verdadera, da las arras del cielo y la eternidad. Por lo tanto, estos corazones est�n en camino de ser el hogar perpetuo de Dios.

4. El fin completo de estas palabras est� en Cristo. �l vino del lugar alto y santo para habitar entre los hombres y encontrar un camino hacia los corazones humanos, para hacer que el cielo y el coraz�n sean uno y eternos. ( Semanario brit�nico. )

La grandeza del hombre y la grandeza de Dios

I. EN QUE CONSISTE LA GRANDEZA DE DIOS.

1. La primera medida, por as� decirlo, que se da de la grandeza de Dios, es con respecto al tiempo. El habita la eternidad.

2. Hay una segunda medida que Dios nos da en este vers�culo. Es con respecto al espacio. �l habita en lo alto y en lo alto. Adem�s, habita en el lugar m�s insignificante, incluso en el coraz�n del hombre. Y la idea por la cual el profeta nos mostrar�a aqu� la grandeza de Dios es la de Su eterna omnipresencia. Es dif�cil decir qu� concepci�n lleva consigo la mayor exaltaci�n: la del espacio ilimitado o la del tiempo ilimitado.

3. La tercera medida que nos da Dios respeta su car�cter. Su nombre es santo

(1) El conocimiento principal que tenemos de la santidad de Dios proviene de nuestro conocimiento de la impiedad. Sabemos lo que es la impureza, Dios no es eso. Dif�cilmente se puede decir con raz�n que sepamos, es decir, que sentimos, lo que Dios es. Y, por tanto, esto est� impl�cito en el mismo nombre de la santidad. Santidad en el sentido jud�o significa simplemente separaci�n. De todo lo que es malo, mezquino y vil, nuestro Dios est� separado para siempre.

(2) Hay otra forma en que Dios nos da una concepci�n de lo que implica esta santidad. La santidad es solo una sombra para nuestras mentes, hasta que recibe forma y sustancia en la vida de Cristo.

(3) Hay una tercera luz en la que se nos muestra la santidad de Dios, y es en la severidad con la que retrocede ante la culpa. La revelaci�n nos abre una escena m�s all� de la tumba, cuando �sta se exhibir� en pleno funcionamiento. Habr� un eterno destierro de la presencia de Dios de esa impureza en la que se han probado en vano los �ltimos esfuerzos. Pero es un gran error suponer que esto es solo una cuesti�n de revelaci�n. Rastros de �l tenemos ahora de este lado el sepulcro. La vida humana est� llena del retroceso de Dios ante el pecado.

II. EN QUE CONSISTE LA GRANDEZA DEL HOMBRE.

1. La naturaleza de esa grandeza. En estas dos cosas consiste la grandeza del hombre. Una es tener a Dios morando en nosotros de tal manera que nos imparta Su car�cter; y el otro es tener a Dios morando en nosotros de tal manera que reconozcamos Su presencia, y sepamos que somos Suyos y �l es nuestro.

2. Las personas verdaderamente grandes. La Sagrada Escritura los ha dividido en dos clases: los humildes y los contritos de coraz�n. O m�s bien, se observar� que es la misma clase de personaje en diferentes circunstancias. La humildad es el estado de �nimo de quienes est�n en un estado de inocencia, la contrici�n de quienes est�n en un estado de culpa arrepentida. No se malinterprete la expresi�n "inocencia".

La inocencia en su verdadero y m�s elevado sentido nunca existi� sino una vez en esta tierra. La inocencia no puede ser la religi�n del hombre ahora. Pero, sin embargo, hay quienes han caminado con Dios desde la juventud, sin apagar el esp�ritu que �l les dio, y que, por lo tanto, son seres comparativamente inocentes. Aqu� se los describe como humildes de coraz�n. Se requieren dos cosas para este estado de �nimo. Una es que un hombre debe tener una verdadera estimaci�n de Dios, y la otra es que debe tener una verdadera estimaci�n de s� mismo. La otra clase de aquellos que son verdaderamente grandes son los contritos de esp�ritu. Conclusi�n:&mdash

1. El peligro de chocar con un Dios como nuestro Dios. D�a tras d�a cometemos pecados de pensamiento y palabra de los que el ojo sordo del hombre no se da cuenta. Aquel cuyo nombre es Santo no los puede pasar. Dios puede esperar, porque tiene toda una eternidad por delante en la que puede atacar.

2. El car�cter celestial de la condescendencia. No es por la insignificancia del hombre que la morada de Dios con �l sea tan extra�a. Pero la maravilla es que la habitaci�n que ha elegido para s� mismo es impura. Si queremos ser semejantes a Dios, debemos seguir los mismos pasos. Nuestra tentaci�n es hacer exactamente lo contrario. Siempre deseamos obtener la amistad y la intimidad de quienes est�n por encima de nosotros en el mundo.

3. La culpa de dos cosas de las que el mundo est� lleno: la vanidad y el orgullo. La distinci�n consiste en esto: el hombre vanidoso busca la admiraci�n de los dem�s, el hombre orgulloso no requiere nada m�s que lo suyo. ( FW Robertson, MA )

Una voz desde la eternidad a los hijos de �l,

I. ESTA VOZ REVELA UNA EXISTENCIA QUE EST� EN SUBLIME CONTRASTE CON TODO LO HUMANO.

II. ESTA VOZ REVELA UN PRIVILEGIO DE INMENSA VALOR PARA EL BIEN.

1. Esta VOZ revela la consideraci�n especial de Dios por la experiencia de un buen hombre. Este Alto y Sublime condesciende a considerar con especial inter�s a los de esp�ritu �contrito� y �humilde�.

2. Esta voz revela el contacto especial de Dios con la existencia de un buen hombre. No solo habita en el "lugar santo y alto", sino "tambi�n con el que es de esp�ritu contrito y humilde". �Habitar� implica una intimidad cercana. �l est�, por las influencias de Su amor, m�s cerca del bien que de los dem�s; cerca para guiar, socorrer, fortalecer. Habitar implica no solo una intimidad cercana, sino permanente. No va y viene como un peregrino ocasional; Contin�a como un residente asentado en el alma. �l est� siempre con Su pueblo, en el dolor y la alegr�a, en la vida y en la muerte.

3. Esta VOZ revela el avivamiento especial de Dios del esp�ritu de un buen hombre. "Para reavivar el esp�ritu de los humildes y reavivar el coraz�n de los contritos". Dios desciende al esp�ritu, no para aplastarlo, sino para revivirlo, para darle una nueva vida, para sacar a la luz del sol de Su presencia todos sus g�rmenes dormidos, y hacerlo fruct�fero en todas las buenas obras. Le da una vida, sobre la cual las circunstancias, el tiempo y la muerte no tienen poder. ( D. Thomas, DD )

Dios

�l es un Dios, dice uno, cuya naturaleza es majestad, cuyo lugar es la inmensidad, cuyo tiempo es la eternidad, cuya vida es la santidad, cuyo poder es la omnipotencia, cuya obra es la misericordia, cuya ira es la justicia, cuyo trono es la sublimidad, cuyo asiento es humildad. ( J. Trapp. )

La eternidad de dios

Aunque intelectualmente incomprensible, pensar en ello es inestimable.

1. Nos proporciona la �nica explicaci�n satisfactoria del origen del universo. La creaci�n no es m�s que los pensamientos eternos de Dios en forma, Su voluntad eterna en acci�n.

2. Nos muestra nuestra incapacidad de pronunciarnos sobre sus caminos. Durante nuestra existencia aqu�, �l est� elaborando un plan que, como �l mismo, nunca tuvo un principio y nunca tendr� un final.

3. Nos permite dar una frescura eterna a la Biblia. Siendo eterno, lo que pens� cuando inspir� a los hombres a escribir el Libro, lo piensa ahora. ( D. Thomas, DD )

El esp�ritu contrito

La palabra "contrici�n" en el texto es una palabra muy fuerte. Literalmente significa un estado golpeado, como el de una piedra que por golpe tras golpe de martillos pesados, o el triturado de ruedas de carro, ha sido aplastada en polvo. Mediante esta vigorosa met�fora se esfuerza por hacernos v�vidos el estado moral de un hombre cuya fuerza total de confianza en s� mismo y erecci�n de porte moral ha sido destruida por el sentimiento de culpa y debilidad moral; aquel que por repetidas pruebas de su propia inestabilidad, y golpe tras golpe de reprimenda desalentadora de Dios, se siente abandonado en la senda del mal como un hombre desconsolado, sobre quien los pies pisoteados de innumerables pecados dominantes, con todos sus malvados seguidores, parecen encontrar paso libre; un hombre abatido y aplastado de esp�ritu por vanas luchas contra el pecado y golpes ineludibles de las leyes de Dios violadas.

Ahora bien, esta condici�n moral, aunque parece desesperada, es realmente esperanzadora. Es el �nico esperanzado. Y la esperanza de ello radica aqu�, que ning�n hombre est� tan aplastado en el coraz�n por el pecado a menos que odie el pecado. ( JO Dykes, DD )

El Alto y Sublime que habita con el hombre contrito

(con Isa�as 66:1 ): -

I. Observamos que, DESDE LA ETERNIDAD, LA RESIDENCIA DE DIOS SIEMPRE HA CORRESPONDIDO A SU INFINITA NATURALEZA Y PERFECCIONES. Esto parece estar impl�cito en el texto en tres particularidades: siendo eterno, ha habitado la eternidad; como el Alt�simo y Sublime, ha ocupado el trono de la supremac�a; y siendo santo su nombre, habit� en el lugar alto y santo.

II. SI CONDESCENDE A TENER INTERCURSOS CON EL HOMBRE, SOLO PUEDE ESTAR EN ARMON�A CON EL MISMO PRINCIPIO. No tiene un principio para un mundo y otro principio para otro. Seleccione cualquier principio de Su conducta, y encontrar� que, como �l, es de eterna a eterna; y todo esto debido a esa perfecci�n infinita de su naturaleza que no requiere ni admite cambio.

1. �Por qu� se adelanta y nos da esta descripci�n de s� mismo? Bueno, pero para mostrarnos que, si �l condesciende a tener alguna relaci�n con nosotros, los t�rminos de esa relaci�n deben ser prescritos enteramente por �l mismo. �Juzgas� (como si �l hubiera dicho) �lo que un semejante puede esperar de ti por sus t�tulos; escucha mis t�tulos �- Jehov�, el Alt�simo y Sublime que habita la eternidad, cuyo nombre es Santo.

�Qu� distinci�n les puede agregar? Estima el rango de un mortal por la lejan�a de su ascendencia: "Yo soy el Primero, el Ser no originario". Juzgas el rango de un mortal por la mansi�n que habita y, en ocasiones, te preparas para su recepci�n en consecuencia. "Yo habito en el lugar santo y alto". Puede sentirse asombrado por la presencia incluso de valor humano; �Qu�, entonces, deber�a sentir en la presencia de Aquel cuyo nombre es Santo, quien, si mira la iniquidad, s�lo puede mirarla para quemarla y marchitarla? Piensas en erigir un templo que atraiga a la Majestad del cielo por sus esplendores, como si invitaras a un monarca a descender de su trono dorando su escabel.

A causa de su grandeza, ampliar�as sus dimensiones. "�Pero no lleno el cielo y la tierra?" A causa de su grandeza, multiplicar�a sus sacerdotes y los acomodar�a con t�nicas costosas. �Piense en Su estado y s�quito arriba, donde Su cola llena el templo, donde mil miles le ministran, y diez mil veces diez mil est�n delante de �l! Debido a Su supremac�a, multiplicar�as Sus sacrificios. "�Comer� carne de toros", dice Dios, "o beber� sangre de machos cabr�os?" Multipl�calos como quieras, incendia todo el L�bano y ofrece todas sus vacas en holocausto,

�l puede decir: "M�a es toda bestia del bosque, y el ganado en mil colinas". Ofrezca todo el mundo material, y �l podr�a decir: "M�o es el mundo y su plenitud". Pero debido a que el hombre puede haberse convencido a s� mismo de una locura en estos aspectos, �se retirar�, por lo tanto, mortificado y desesperado de asegurarse alguna vez la presencia divina? Escuchemos lo que Dios el Se�or nos dir� todav�a.

�Yo habito tambi�n con el que es de esp�ritu contrito y humilde�. �Cu�l es la transici�n de esa altura a esa profundidad nada para �l, que �l habla de eso en una oraci�n, en el mismo aliento? �Con �l tambi�n�, �como si poco o nada hiciera ninguna diferencia en Su grandeza si �l habitaba all� o aqu�!

2. Habi�ndose humillado as�, vemos lo razonable de que haya elegido a los humildes y contritos como objetos de su divina consideraci�n. Solo los que est�n preparados para recibirlo. Como el Esp�ritu infinito y eterno, viene a estar en comuni�n con nuestro esp�ritu; pero en el caso de todas las clases, excepto las de los humildes, encuentra que el terreno ya est� ocupado y tiene que pararse a la puerta y llamar.

Como Alt�simo y Sublime, viene a que se le reconozca su supremac�a, a recibirnos en el estrado de sus pies; pero todos, excepto los humildes, est�n sentados en tronos propios y no bajar�n para recibirlo. Como el Ser cuyo nombre es Santo, viene a imprimirnos la semejanza de su propia imagen; pero nadie, salvo los humildes y los abatidos en contrici�n, est� en condiciones de recibir la sagrada impresi�n.

Viene a ser honrado, apreciado, adorado; pero todos, salvo los humildes, est�n ocupados en hacer valer sus propios peque�os reclamos; est�n, en efecto, preparados para pelear con Su supremac�a y para tirar de Su cetro. �Podemos preguntarnos, entonces, que si �l viene a tener comuni�n con nosotros, Su morada deber�a estar con los humildes? �D�nde debe habitar la bondad sino con gratitud? �D�nde deber�a derramarse la plenitud del Creador sino en el vac�o de la criatura?

3. Pero, �tendr� comuni�n incluso con los contritos? Porque aqu� se presenta la maravilla, que �l debe condescender incluso a esto. �Y qu� parte de su conducta hacia nosotros no est� marcada con condescendencia? �Y qu� parte de Su condescendencia no es un abismo de asombro?

III. DE ESTO SE SIGUE QUE NINGUNA CULTO RELIGIOSO PUEDE SER ACEPTABLE A DIOS, EXCEPTO QUE SE ARMONICE CON EL CAR�CTER DE DIOS. De hecho, si esta armon�a no fuera necesaria, si el individuo o la Iglesia pudieran obtener acceso a Dios sin tal armon�a con Su car�cter, no podr�a conducir a su beneficio real. Aquello en lo que consiste la felicidad de nuestra naturaleza espiritual debe ser algo que congenie con esa naturaleza, y algo que sea capaz de impartirse a esa naturaleza.

1. Si la supremac�a llega aqu�, �l espera contemplar la subordinaci�n, y �qu� es eso sino humildad? La humildad no implica necesariamente y por s� misma un sentimiento de culpa. Los �ngeles se encuentran entre las m�s humildes de sus criaturas, porque nunca pierden de vista su total dependencia de �l. Y el ejemplo m�s grande de excelencia que jam�s haya visto la tierra, aunque no est� manchado por una sola contaminaci�n, podr�a decir: "Soy manso y humilde de coraz�n".

2. La humildad no es suficiente para el hombre. Si los que nunca han pecado son humildes, m�s que la humildad debe ser propia del hombre; tambi�n debe haber contrici�n. El texto implica esto: da a entender que si el Alto y Santo viene entre nosotros, espera ser recibido en medio de suspiros de penitencia y l�grimas de dolor piadoso.

3. Pero m�s, si esta voz de misericordia ha de ser escuchada, si viene entre nosotros para dirigirse a nosotros, espera que temblemos ante su palabra, es decir, que nuestros corazones vibren y respondan a cada acento. Heutters. Pero si la misma perfecci�n de Su naturaleza hace necesaria esta correspondencia, tambi�n lo hacen las necesidades y el bienestar de nuestra naturaleza. Todo en la creaci�n tiembla y responde a la voz de Dios excepto el coraz�n de piedra del hombre; y el bienestar de todo depende de su poder para responder as�.

IV. EL ASUNTO INTIMA QUE TODA INSTRUMENTALIDAD HUMANA, AL SERVICIO DE DIOS, DEPENDE PARA SU EFICIENCIA EN LA MISMA CONDICI�N - LA DE ARMON�A CON EL CAR�CTER DIVINO. ( J. Harris, DD )

El Alto y Sublime

(con Isa�as 66:1 ): -

I. LA DIVINA MAJESTAD. Considerar&mdash

1. La grandeza de Su estado. �El cielo es mi trono y la tierra el estrado de mis pies�, siendo un trono un emblema de autoridad y poder.

2. SUS atributos.

II. LA DIVINA CONDESCENSI�N.

1. LOS OBJETOS DE SU MIRADA. Las cualidades que atraen Su atenci�n pertenecen a la mente y al coraz�n.

(1) Dios no habita con los sabios a causa de su sabidur�a, no con los grandes debido a su grandeza, no con los ricos debido a sus riquezas, no con los pobres debido a su pobreza, sino con todos, ya sea sabio o grande, rico o pobre, que posee un esp�ritu contrito.

(2) De nuevo, aquellos con quienes Dios habita son los humildes. La gracia de Dios est� en guerra con el orgullo.

(3) Aquellos con quienes Dios habita albergan un esp�ritu de reverencia por Su Palabra. �A aquel hombre que tiembla ante Mi Palabra�. Hay pocas dudas de que deber�amos temblar ante la palabra de Dios si nos fuera dirigida por una voz audible. Desde cualquier punto de vista, la Biblia sigue siendo un libro maravilloso. �Pero qu� reverencia se le debe como or�culo de la verdad, como regla de vida, como l�mpara que Dios ha encendido para que sea una luz en nuestro camino! Reverenciamos esta Palabra cuando recibimos toda la Escritura dada por inspiraci�n de Dios, y �as� dice el Se�or� resuelve con nosotros toda controversia religiosa.

2. Las expresiones de la consideraci�n divina.

(1) �A este hombre mirar�, lenguaje figurado que denota el inter�s que Dios tiene por las almas contritas y humildes, y la complacencia con la que las mira.

(2) Se agrega: "Con �l habitar�". En primer lugar se propone la pregunta: "�D�nde est� la casa que me edificar�is?" Mi templo es el universo, habito la eternidad, habito en el lugar alto y santo. ��D�nde est� la casa que me edificar�is? �Qu� misterio hay aqu�, Dios morando por Su Esp�ritu en el coraz�n, restaurando el reino de santidad, estableciendo Su ley, estableciendo Su autoridad, derramando Sus influencias de gracia, llen�ndolo de luz, paz y amor!

(3) Pero se dice que habita all� con un prop�sito especial, �para reavivar el coraz�n de los contritos�. Hay muchas cosas en la vida que nos deprimen y desaniman: algunos son abatidos por las adversidades, algunos son acosados ??por dudas espirituales, algunos est�n sufriendo por la conciencia del pecado; y con todos ellos habita el Alt�simo y Sublime. ( HJ Gamble. )

La dignidad y la condescendencia de Dios

Dios est� ante nosotros

I. EN LA DIGNIDAD DE SU CAR�CTER. Tenemos&mdash

1. Su rango de supremo. "El Alto y Sublime".

2. Su existencia como eterna. "Que habita la eternidad".

3. Su naturaleza inmaculada. "Cuyo nombre es Santo". Y como es Su nombre, as� es �l.

II. SU MARAVILLOSA CONDESCENSI�N. �Con �l tambi�n el de esp�ritu contrito y humilde�, etc.

1. Permanencia. �l "habita" en el lugar santo y alto; es Su elegido, Su especial, Su morada fija. Cuando se a�ade, por tanto, �tambi�n con el contrito y humilde de esp�ritu�, se expone la misma idea. �Si alguno me ama�, dijo el Salvador, �guardar� mis palabras; y mi Padre lo amar�, y vendremos a �l y haremos nuestra morada con �l.

2. Adjunto. Puede que tengamos que ver con aquellos por quienes no sentimos respeto; pero, si nos invitaran, no instalar�amos nuestra residencia con ellos. Cuando las personas viven juntas como una cuesti�n de libre elecci�n, es evidente que hay algo que las atrae entre s�.

3. Comuni�n.

4. Consolaci�n. Donde viene, viene a bendecir; y cu�n valiosa es la bendici�n que se especifica aqu�: �revivir el esp�ritu de los humildes�, etc. Esto lo hace mediante las influencias vivificadoras y consoladoras de ese Esp�ritu Divino que se promete a todos los que creen.

III. SU PADRE RECHAZA Y CORRECCIONA.

1. Su medida. Aquel cuyo nombre es Santo no puede dejar de mostrar su disgusto por el pecado, ya sea que se encuentre en los abiertamente rebeldes o en su propio pueblo. Pero, en referencia a lo �ltimo, hay l�mites de gracia dentro de los cuales se restringe Su justa ira. �Porque no contender� para siempre�, etc. ( Isa�as 57:16 ).

2. Su causa. �Por la iniquidad de su codicia me enoj�, etc. ( Isa�as 57:17 ). Parece que un esp�ritu codicioso invadi� a la gente de esa generaci�n en general. La codicia es algo abominable a los ojos de Dios.

3. Su �ltimo problema. Durante un tiempo, los castigos fueron infructuosos, pero la gente fue finalmente conducida a un estado de penitencia. Por eso se dice: "He visto sus caminos y lo sanar�", etc. ( Isa�as 57:18 ).

IV. LAS OFERTAS DE SU AMOR Y MISERICORDIA, �Yo creo el fruto de los labios; Paz, paz al que est� lejos y al que est� cerca, dice el Se�or �, etc. ( Isa�as 57:19 ). La expresi�n �fruto de labios� a veces denota alabanza, como cuando el ap�stol dice: Por �l, por tanto, ofrezcamos continuamente el sacrificio de alabanza a Dios; es decir, el fruto de nuestros labios, dando gracias a su nombre.

Pero si bien lo que aqu� se anuncia bien podr�a despertar nuestra m�s sincera gratitud, es probable que la frase anterior se use aqu� con un significado m�s general. El fruto de los labios es lo que producen los labios, incluso las palabras; y las que tenemos que considerar ahora son palabras eminentemente llenas de gracia. En referencia a esta proclamaci�n notamos:

1. Su naturaleza. Existe una visi�n doble en la que se puede considerar la palabra "paz". El primero es el de buena voluntad, que era el sentido en que se empleaba en los saludos ordinarios. Pero en su sentido m�s restringido significa reconciliaci�n.

2. Sus objetos. �Paz, paz al que est� lejos y al que est� cerca, dice el Se�or�. A los jud�os se les describe como "un pueblo cercano a �l". Hay algunos entre nosotros que pueden ser considerados m�s alejados de Dios y de la justicia que los dem�s. Al mayor de los pecadores se nos permite decir: "Les traigo buenas nuevas de gran gozo".

3. Su eficiencia. "Y yo lo sanar�". Har� que el mensaje sea eficaz.

V. SUS SENTIMIENTOS HACIA SUS INCORRIGIBLES ENEMIGOS ( Isa�as 57:20 ). ( Anon. )

Eternidad

La contemplaci�n de la eternidad

Hay algunos temas en los que ser�a bueno detenerse, si fuera s�lo por el ensanchamiento de la mente que produce su contemplaci�n. Y la eternidad es una de ellas, de modo que no puedes fijar constantemente los pensamientos en ella sin ser sensible a un tipo peculiar de elevaci�n, al mismo tiempo que te sientes humillado por un sentimiento personal de absoluta insignificancia. Ha entrado en contacto con algo tan inconmensurable, m�s all� del estrecho rango de nuestras especulaciones comunes, que se siente exaltado por la misma concepci�n de ello.

Ahora, la �nica manera que tenemos de formarnos una idea de la eternidad es yendo, paso a paso, hasta las mayores medidas de tiempo que conocemos, y as� ascendiendo, una y otra vez, hasta que nos perdemos en el asombro. No podemos captar la eternidad, pero podemos aprender algo de ella al percibir que, a la altura de la porci�n de tiempo que queramos, la eternidad es m�s vasta que la m�s vasta. ( FW Robertson, MA )

Eternidad

1. La eternidad es el tema m�s desagradable para el hombre natural.

2. Ya sea que se ignore o no, su importancia sigue siendo la misma.

3. En la eternidad habr� algunas revelaciones maravillosas.

4. La naturaleza de tu eternidad se decidir� en la Cruz.

No es el n�mero o la atrocidad de sus pecados lo que condenar� al infierno, ni la belleza o el rigor de su moralidad lo que traer� al cielo. La eternidad ser� decidida por tu relaci�n con un Jes�s crucificado. ( AG Brown. )

Eternidad - definiciones

�La eternidad�, dice el puritano Charnock, �es una duraci�n perpetua que no tiene principio ni fin. El tiempo tiene ambos. Esas cosas que decimos est�n en el tiempo, que tienen comienzo, crecen gradualmente, tienen sucesi�n de partes. La eternidad es contraria al tiempo y, por tanto, es un estado permanente e inmutable, sin variaci�n alguna. Comprende en s� mismo todos los a�os, todas las edades, todos los per�odos de las edades. �Nunca comienza! Dura despu�s de cada per�odo de tiempo y nunca cesa.

Sobrepasa tanto al tiempo como antes del comienzo. El tiempo supone algo antes que �l, pero no puede haber nada antes de la eternidad; no era entonces la eternidad. El tiempo tiene una sucesi�n continua; el primer tiempo pasa y otro triunfa, el �ltimo a�o no es este a�o, ni este a�o el pr�ximo. Debemos concebir la eternidad en contra de la noci�n de tiempo. As� como la naturaleza del tiempo consiste en la sucesi�n de partes, la naturaleza de la eternidad es una duraci�n inmutable infinita.

La eternidad y el tiempo difieren como el mar y los r�os; el mar nunca cambia de lugar, pero los r�os se deslizan y son tragados por el mar, as� es el tiempo por la eternidad ". Una definici�n m�s simple, pero quiz�s m�s llamativa, fue la que dio uno de los alumnos de la Instituci�n para Sordos y Mudos de Par�s, quien, en respuesta a la pregunta: "�Qu� es la eternidad?" respondi�: "La vida del Todopoderoso".

Eterno

La palabra "eterna" es la cantidad desconocida de revelaci�n, que trasciende la experiencia presente, y no debe ser representada por montones de edades, ni debe definirse como interminable. Es el estado atemporal. ( N. Smyth, DD )

Versículos 16-18

Porque no pelear� por siempre

Las contiendas de Dios con el hombre

I. D�JENOS ANUNCIAR A LA CONTROVERSIA MISMA: QU� ES, POR QU� ES Y C�MO SE LLEVA A CABO. Lo que es esta pelea lo sabemos. Es parte de esa antigua lucha por el dominio, que ha estado ocurriendo desde la ca�da, entre la verdad y el error, la luz y las tinieblas, la santidad y el pecado. �La mente carnal es enemistad contra Dios. 'Los hombres inconversos pueden objetar estas representaciones; nos dicen que simplemente niegan al Ser Divino el homenaje que �l espera y reclama; pero repugnancia, odio, enemistad hacia �l, no tienen ninguna.

Pero, �no odian la ley de Dios? �No har�an ellos, si estuviera en su poder, alterar el esquema de todo Su gobierno moral, Sus permisos, Sus requisitos? Esto, hablar a la manera de los hombres, enoja a Dios; a veces, las contiendas de Dios con el hombre toman una forma judicial. Deben condenar al pecador de su propia boca, en el sentido de que no vio, en las amargas experiencias de una vida de maldad, c�mo la bondad de Dios lo estaba conduciendo al arrepentimiento.

Vea una forma de este contender con nosotros, en esa ley fija y universal de nuestro ser, que siempre nos hace infelices, cuando luchamos con Dios, cuando rechazamos Sus consejos, o resistimos Su voluntad, o tratamos de salirnos de Su voluntad. yugo, o luchar con todas las obstrucciones de Su providencia, a fin de tener nuestro propio camino. Pero, adem�s, y de manera m�s directa, Dios contiende con nosotros por Su Palabra, Esp�ritu y providencias externas, mediante poderosos despertares en el coraz�n cuando no los buscamos, o mediante controles y barreras interpuestos cuando estamos en el camino de la pecado.

A menudo hay restricciones sobre nosotros desde el exterior. Y hay restricciones sobre nosotros desde dentro de las sugerencias, amonestaciones y protestas del Esp�ritu Divino en nuestros corazones. Pero una visi�n m�s reconfortante de nuestro texto, y una m�s en armon�a con su esp�ritu general, es la que supone que Dios est� contendiendo con nosotros, declaradamente para los prop�sitos de Su propia correcci�n Paternal, y solo para el cumplimiento de esos fines; esperando quitarnos su mano pesada.

Estas contiendas de Dios con sus propios hijos adoptan muchas formas. El castigo es una disciplina universal. Muy dif�cil de soportar es esta contienda de Dios con nosotros; s�lo hay una cosa m�s dif�cil, y es el estado en el que �l no debe contender con nosotros en absoluto, sino que debe dejarnos a nosotros mismos.

II. LOS L�MITES QUE DIOS MISMO HA ASIGNADO A ESTA CONTROVERSIA CON LAS ALMAS DE LOS HOMBRES, Y LAS RAZONES QUE LO MOVER�N A �L,

�l debe contender con nosotros, y debe estar enojado con nosotros. Es una necesidad impuesta por las circunstancias de nuestra naturaleza ca�da; pero no contender� eternamente. La sabidur�a y la bondad han decretado los l�mites de esta ola desbordante y no llegar� m�s lejos. Ahora, en el caso de los obstinadamente malvados e impenitentes, hemos visto por qu� Dios no contendr� para siempre. Tienen su d�a de visitaci�n y lo sobreviven; su tiempo aceptado y siguen pecando.

El Juez no desperdicia azotes sobre ellos; se producir�n bastantes azotes. El infierno mismo no es m�s que la gracia asistencial del cielo retirada, y el hombre abandonado al mal de su propio coraz�n. Pero en sus propios hijos, los l�mites del castigo de Dios son l�mites misericordiosos. ��l para nuestro provecho�: aqu� est� la ley universal del azote; cesar� cuando cese el provecho de nuestras almas. "No contender� para siempre"; ni m�s de lo necesario para probar nuestra fe, para probar nuestro arrepentimiento, para ver lo que hay en nuestro coraz�n, si guardaremos los mandamientos divinos o no.

A veces se permite que estas temporadas de tristeza nos alejen de una teolog�a falsa y un descanso falso. �Porque el esp�ritu debe desfallecer ante M�. Muy instructivas son esas Escrituras, y muy reconfortantes, que nos dicen cu�n grandemente el pensamiento de nuestra fragilidad mortal entra en el cuidado considerado del Cielo. El pensamiento supremo que nuestro tema debe dejar en la mente, y al que el coraz�n debe adherirse con todas las energ�as de una fe amorosa, es que a Dios le cuesta mucho afligir al hombre; y que, en alg�n sentido misterioso, tiene que luchar con los poderes conflictivos de la Deidad antes de que pueda entregar un alma por completo.

Parece como si Dios pudiera dar cada paso hacia la condenaci�n del pecador, pero el �ltimo. Puede amonestar, reprender, amenazar; pero cuando se trata de golpear, luego viene la vacilaci�n, luego comienza la extra�a obra de Dios. ( D. Moore, MA )

La contienda termin� y la gracia reina

El Se�or est� celebrando un gran soliloquio. Permite que Su profeta est� donde pueda escuchar el sagrado soliloquio del gran Supremo; y lo escucha, y luego, bajo el mandato del Esp�ritu Divino, lo registra en el libro inspirado, donde permanece hasta el d�a de hoy para nuestra instrucci�n.

I. DIOS contiende con los hombres, y la afirmaci�n divina es merecida por su parte. �l dice: "No contender� para siempre", en lo que se da a entender que �l contiende a veces. Golpear viene antes que salvar.

1. Le hablar�a de esto al pecador que busca. Cualquier cosa es mejor que la horrible calma del mar muerto de la indiferencia espiritual. El plan del Se�or al contender contigo es convencerte de tu pecado. La siguiente raz�n de la

La contienda del Se�or con usted comenzar� a operar cuando se haya cumplido el primer prop�sito. En su auto-humillaci�n, se ver� impulsado a buscar la gracia de Dios. Es dif�cil separar a un hombre de su pecado, es a�n m�s dif�cil divorciarlo de su justicia propia: y esto es parte de la contenci�n del Se�or con las almas despiertas. Adem�s, nadie puede sorprenderse de que el Se�or derrame una medida de Su ira sobre los pecadores que buscan cuando vemos c�mo se comportan, incluso mientras buscan. Los hemos conocido al rojo vivo un d�a y g�lidos otro d�a, y aunque anhelan la misericordia, los ver�s en ciertas temporadas actuando como si la despreciaran.

2. Pero ahora me dirijo al pueblo de Dios. A veces nuestro Se�or tiene contienda con nosotros. Esto no es nada maravilloso cuando consideramos cu�n indignos a menudo vivimos hacia Su sagrado nombre; de hecho, "es por misericordia del Se�or que no seamos consumidos". Su contienda con nosotros se manifestar� ocasionalmente en providencias adversas. A�n m�s severos son Sus golpes cuando se trata de una controversia llevada a cabo por Su Esp�ritu dentro de la mente.

II. ESTA CONTENCI�N DIVINA TERMINAR� CON EL CONTRATO, �No contender� para siempre�, etc. Surge la pregunta: �Cu�ndo podemos esperar que se cumpla esta promesa? Note el vers�culo que precede al texto, porque eso nos asegura que Dios no tiene controversia con los humildes y los contritos. Esto es evidente por s� mismo, porque �l declara que habitar� con ellos y que el Dios de gracia no morar� en una casa llena de contenci�n.

�l contiende donde no mora, pero donde mora hay paz. Es maravilloso c�mo la piedad de Dios se ha excitado en algunos casos, incluso por un arrepentimiento temporal. Cuando el malvado Acab rasg� sus ropas y se visti� de cilicio, el Se�or lo not� y dijo: ��Ves c�mo se humill� Acab delante de m�? Porque se humill� delante de M�, no traer� el mal en sus d�as.

Cuando los ninivitas se arrepintieron, aunque probablemente hab�a muy poco de espiritual en su humillaci�n, el Se�or se apart� de Su feroz ira y hubo un indulto para la ciudad inicua. �l ha dado una promesa de gracia que dice: "Humillaos ante los ojos del Se�or, y �l os exaltar�". No puede desde�ar a los que se someten ante �l, porque est� escrito: �Aunque Jehov� sea exaltado, respetar� a los humildes.

"La condescendencia a los humildes es Su gloria, como la Sant�sima Virgen cant� en la antig�edad, y tantos desfallecientes pueden cantar en este momento si lo desean:" Quit� a los poderosos de sus tronos, y exalt� a los humildes: �l a los hambrientos colm� de bienes, ya los ricos despidi� vac�os �. Los techos humildes atraen a la Deidad. �l viene a los que tienen el coraz�n quebrantado, y cuando �l viene, la contienda se acaba. �Y qu� m�s promete el Se�or hacer? Dice que morar� con los humildes, y a�ade que los revivir�.

III. DIOS MISMO ENCUENTRA LAS RAZONES PARA TERMINAR LA CONTENCI�N. No podr�amos haber encontrado ninguno, porque en nosotros mismos hay muchos motivos para la ira del Se�or, pero ninguno para Su gracia.

1. El primero se encuentra en la debilidad humana y su incapacidad para soportar la contienda divina.

2. Su segunda raz�n es, en mi opini�n, a�n m�s extraordinaria. Se da en el siguiente vers�culo: �Por la iniquidad de su codicia me enoj� y lo her�; me escond�, y me enoj�, y �l segu�a perverso por el camino de su coraz�n. Este argumento se basa en la inoperancia de la contienda divina sobre el coraz�n que se va a ganar. Si la ira no nos humilla, el Se�or a�n puede, en Su gracia, probar lo que el amor puede hacer. �l nos amar� con una mente mejor.

IV. Dios mismo habiendo encontrado una raz�n por la que deber�a cesar de la contenci�n, no, dos razones. EL MISMO INVENTA Y PROPONE OTRO M�TODO PARA TERMINAR SUS CONTENCIONES y hacernos justos con �l.

1. Es un m�todo asombroso. "He visto sus caminos y lo sanar�".

2. Es un m�todo eficaz. "Lo sanar�", no "lo volver� a herir", sino "tratar� su pecado como si fuera una enfermedad". Es cierto que el pecado es mucho m�s que una enfermedad, y Dios podr�a tratarnos por completo y solo desde su lado criminal, pero a�n as� es una enfermedad y, por lo tanto, decide tratarlo como tal.

3. Es una forma tierna. "Yo tambi�n lo guiar�".

4. Observe qu� tan completo es este m�todo. Como si todo lo que sucedi� antes no fuera suficiente, se agrega: "Le devolver� el consuelo a �l ya sus dolientes". Quitar� el dolor y el pecado, el dolor mortal y la enfermedad mortal. ( CH Spurgeon. )

Versículos 17-19

Por la iniquidad de su codicia me enoj�

El castigo de los descarriados; pero su aliento cuando se arrepiente

Estas palabras nos recuerdan el lenguaje del ap�stol de los romanos: �Donde abund� el pecado, sobreabund� la gracia.

"

I. LA PARTE ACUSATORIA.

1. El mal del que se quejaba: "La iniquidad de su codicia". Entonces la codicia es iniquidad. As� que el ap�stol lo consider�, o no lo habr�a llamado "idolatr�a". Toda idolatr�a no es burda ni corp�rea. Gran parte es refinado y mental. Es lamentable pensar que este mal prevalece tan com�nmente. Encontrar�, por los escritores sagrados, que los jud�os siempre le fueron entregados. �No es terrible ver c�mo prevalece este vicio en nuestro pa�s?

2. La recompensa por la transgresi�n. "Por la iniquidad de su codicia me enoj� y lo golpe�". El pecado es el mismo en quienquiera que se encuentre. El mal no disminuye cuando se encuentra en el pueblo de Dios; incluso se incrementa. Est�n en una relaci�n m�s cercana con Dios que otros. Pecan bajo mayores obligaciones para con Dios que otros. Pecan contra una naturaleza renovada y una conciencia iluminada.

Por eso Dios est� particularmente enojado, �por la provocaci�n de sus hijos y de sus hijas. Por eso dice: S�lo a ti te he conocido de todas las familias de la tierra, por eso te castigar�. Porque a quien se le da mucho, mucho se le pedir�; ya quien los hombres le han encomendado mucho, m�s le pedir�n �. �El pecado nunca hiere al creyente�, es un sentimiento antinomiano: pero �qu� dicen las Escrituras? Regrese a la historia de Mois�s y Aar�n. Vaya a la historia de David, incluso cuando Dios le asegur� que su pecado hab�a sido perdonado. Cu�n sabios, cu�n misericordiosos son esos escondites y esos azotes que �l emplea para atraer a Su pueblo a S� mismo.

3. La perversidad bajo esto. "Continu� torpemente en el camino de su coraz�n". Se dice de Acaz que, en su aflicci�n, pec� cada vez m�s contra el Se�or. Por eso Jerem�as dice: �Los heriste, pero no se entristecieron; Los has consumido, pero se han negado a recibir correcci�n; han endurecido sus rostros m�s que una roca; se han negado a regresar ". "�Las aflicciones no producen ning�n beneficio?" Distingamos.

Hay muchos que han sido afligidos y, sin embargo, no han sido humillados por las dispensaciones de la Providencia, por las cuales han sido ejercitados. Pero usted dice: ��Puede ser esto, en alguna medida, la comodidad con los cristianos verdaderos? �Requerir�n las reprimendas de la Divina Providencia? �Continuar�n en la perversidad de sus corazones? S�, por un tiempo; y, a veces, durante mucho tiempo. Ah� est� Jon�s: fue desobediente a la palabra del Se�or.

4. Aqu� est� el conocimiento de Dios de todos los caminos y obras de los hombres. "He visto sus caminos". Por lo tanto, el orador est� autorizado a decir: �Aseg�rate de que tu pecado te descubrir�. Y ahora, despu�s de todo lo que ha visto, �qu� es lo que sin duda esperaremos escuchar a continuaci�n de �l? Lo he intentado durante bastante tiempo, he empleado medios durante bastante tiempo, ahora "me vengar� de mis adversarios". Pero no, �he visto sus caminos� - �y de qu� maneras! - �y lo sanar�, etc.

II. LA PARTE PROMISORIA. Observe la amplitud del compromiso. Toma cuatro cosas.

1. �Yo lo sanar�, Todo pecado es una enfermedad, y afecta el alma de la misma manera que la aflicci�n afecta el cuerpo; privarlo de libertad, de goce, de utilidad. Lo mismo ocurre con la reincidencia.

2. "Yo tambi�n lo guiar�". El obispo Hall dice: "Aunque Dios tiene una familia numerosa, ninguno de ellos puede ir solo". Ann no hay nadie tan aburrido, pero �l puede ense�arles.

3. "Le devolver� las comodidades".

4. �Y devolver� el consuelo a sus dolientes�, porque hab�a hecho llorar a otros tanto como a �l mismo. Este es siempre el caso. Los malvados no solo son corruptos, sino que son "hijos corruptos". Pero, �qui�nes son de los que habla el Profeta aqu�? No hombres del mundo. No son sus dolientes. M�s bien se regocijan. Dicen: ��Ah! as� lo tendr�amos nosotros, en lugar de lamentarnos por las ca�das de los profesores de religi�n y del pueblo de Dios.

Pero "�sus dolientes?" Son sus ministros, los que solo viven cuando t� "permaneces firme en el Se�or". Son los humildes creyentes en Jes�s, que est�n "tristes por la asamblea solemne, y para quienes el oprobio de ella es una carga". ( W. Jay. )

Un c�mulo de promesas

I. AQU� EST�N LAS PROMESAS QUE LLEGAN A LA RA�Z DE TODAS NUESTRAS NECESIDADES PECABLES, hechas a los pecadores como pecadores, es m�s, a los peores pecadores.

1. La promesa de sanar "Yo lo sanar�".

2. Una promesa de liderazgo. El hebreo es, lo llevar� a salvo a su propio pa�s.

3. "Le devolver� el consuelo". No es la palabra singular, no es consuelo, sino "consuelo"; todo tipo de comodidades, y esto aunque he visto sus caminos. Este es solo el lenguaje que tenemos en Isa�as 54:8 .

4. Hay una cuarta promesa: �Paz, paz al que est� lejos y al que est� cerca, dice el Se�or; una promesa liberal! a los que est�n lejos, s�, hasta los confines de la tierra, de Dios, de la luz, del reposo y de la verdad.

II. LAS PERSONAS A LAS QUE SE HACEN ESTAS PROMESAS. Dije que Dios hace promesas a los pecadores, como pecadores; �Observar� a las personas a quienes se les hacen estas promesas, como Dios las describe aqu�? ( Isa�as 54:17 .) La codicia es la ra�z de todo pecado; la codicia coloca el yo en lugar de Dios en el coraz�n, y todo lo que surge en la pr�ctica contra Dios y Su Palabra tiene su ra�z en la codicia: el ego�smo; pero aqu� no se trata simplemente de codicia, sino de la �iniquidad de la codicia�, un estado mental que no descansa en nada que pueda complacer o ministrar a uno mismo, sino que atravesar� el fuego del infierno para obtener lo que quiere.

Entonces, de nuevo ( Isa�as 54:17 ), Dios golpe�, pero el alma no mejor�; es una terrible agravaci�n de un estado pecaminoso, cuando la mano correctora de Dios no lo repara; mira lo que dice Dios ( Isa�as 1:5 ). Ahora, dice Dios, �he visto sus caminos�, obstinado, incorregible, en el pecado, y �lo sanar�. Tal es la manera divinamente llena de gracia en que se proclama la paz al que est� lejos. ( M. Rainsford. )

El prosigui� con torpeza

El enga�o del coraz�n con respecto a la adversidad

1. Esto a veces se manifiesta despreciando las aflicciones. Muchos intentan superar la calamidad, como si fueran m�s fuertes que Dios.

(1) Se puede decir que desprecian su castigo, que lo consideran un asunto menor, que por un principio de orgullo y presunci�n piensan que es indigno de ellos parecer afectado por �l, o se niegan a volverse hacia la mano que golpea.

(2) Nuevamente, despreciamos la aflicci�n, si no consideramos su origen, que es la corrupci�n de toda nuestra naturaleza por el pecado.

(3) Tambi�n se desprecia la adversidad, cuando los s�bditos de ella no consideran la causa m�s inmediata de ella, que es la ira de Dios por el pecado, y confiesan con Mois�s, el hombre de Dios: �Somos consumidos por tu ira y por tu ira somos turbados �.

(4) Adem�s, se desprecia la aflicci�n, si no consideramos su dise�o.

2. Quej�ndose ante la adversidad.

3. Manteniendo la muerte a distancia, si la aflicci�n es de tipo corporal.

4. Formando resoluciones vac�as de arrepentimiento y reforma, mientras est� bajo aflicci�n.

5. Estimulando a los hombres para que hagan de la mentira su refugio. El coraz�n enga�oso los impulsa a confiar en los medios terrenales para librarse de la aflicci�n.

6. Haci�ndoles despreciar los medios. Hemos visto una y otra vez c�mo el enga�o del coraz�n obra por contrarios, en su oposici�n a Dios. Si no prevalece entre los afligidos el depender absolutamente de los medios, instar� en�rgicamente a que se descuiden por completo.

7. Buscando la liberaci�n de la aflicci�n misma, en lugar del uso santificado de ella.

8. Abusando de la adversidad, como ocasi�n de endurecerse contra Dios. ( J. Jameson, MA )

Versículos 18-19

He visto sus caminos y lo sanar�

Observando y sanando

Esto solo podr�a decirse de Dios: solo �l puede ver los caminos del hombre.

Tenemos aqui&mdash

I. UN ATRIBUTO DIVINO. Conocimiento �ntimo de los caminos de los hombres. "He visto." Dios no tiene necesidad de que se lo digan. Los portadores de cuentos exageran y mienten. Dios ni siquiera conf�a en sus �ngeles. Van por el mundo observando el mal y el bien. Pero no act�a sobre sus informes �. "Lo s�, dice �l," sus pensamientos ". �He visto sus caminos. �Cu�n solemnemente deber�a impresionarnos el hecho!

1. Est� el hombre que hace profesi�n de religi�n. Pero ese hombre sabe que dentro de �l existe la ra�z y la semilla del mal, que su vida es una lucha constante, y que el pecado con todas sus fuerzas compite por el dominio. Cuanto m�s profunda es la piedad del hombre, con mayor dolor se da cuenta de su debilidad e imperfecci�n, y se horroriza ante la lista que est� redactada contra �l por un Dios observador.

2. No s�lo los justos son sujetos de la observaci�n divina, sino tambi�n los malvados. Las observaciones de Dios Todopoderoso producen resultados muy diferentes seg�n el car�cter de la persona que observa. Para el hombre que se esfuerza por el camino de la justicia, es un est�mulo y una advertencia. Pero para el que descuida la religi�n y sigue el pecado, �sta est� llena de pavor terrible y es la precursora de un juicio inefable.

II. UNA DIVINA PROMESA. Los esfuerzos m�s humildes despu�s de la santidad son considerados por el gran Rey, y se notan igualmente con los fracasos. �l ve el todo: las locuras, las debilidades, las luchas y los lamentos, y se siente lleno de compasi�n. �l sabe que el hombre sin ayuda no puede desviar su camino y, por lo tanto, se compromete a hacer una promesa: "Yo sanar�". En esta promesa tenemos ...

1. Una manifestaci�n de amor.

2. Una manifestaci�n de autoridad, "Sanar�". Es solo Dios quien puede curar al hombre.

Solicitud:

1. Dios vendr� a quienes lo busquen. Se acercan a �l, �l se acerca a ellos.

2. � Cu�n gozoso es el sonido de la curaci�n para un enfermo! Mucho m�s la promesa del pecado perdonado.

3. El tiempo pasa r�pidamente. �Cu�les son tus caminos? �Son los que alientan los avances divinos o repelen el amor infinito? ( Homilista. )

El sanador divino

I. CONOCIMIENTO DIVINO.

II. DIVINA MISERICORDIA.

1. "Yo lo sanar�", "Yo tambi�n lo guiar�". Todos necesitamos orientaci�n a medida que avanzamos por este desierto.

2. Otra parte de la curaci�n es la felicidad mental que Cristo otorga a su pueblo reconciliado. Lo sanar� y le devolver� el consuelo.

3. Entonces, tambi�n, seguir� la alabanza. "Yo creo el fruto de los labios". Los c�nticos del cielo comenzar�n en sus almas, incluso ahora en la tierra.

4. Paz, paz establecida. "Paz, paz al que est� lejos y al que est� cerca, dice el Se�or, y yo lo sanar�". Hay en esa palabra, "paz", un tesoro de bendici�n que puede renunciar a todo lo dem�s para comprarlo. ( C. Clayton, MA )

Maravillarse de la gracia de Dios

Hay algunos objetos en la naturaleza que nunca dejan de asombrar al espectador. Creo que Humboldt dijo que nunca podr�a mirar las praderas onduladas sin asombro: y supongo que algunos de nosotros nunca podremos mirar el oc�ano, o ver salir o ponerse el sol, sin sentir que tenemos ante nosotros algo siempre fresco. y siempre nuevo. Ahora, he sido, no solo por el amor de �l, sino por mi vocaci�n de predicarlo, un lector constante de la Sagrada Escritura, y sin embargo, despu�s de estos veinticinco a�os y m�s, frecuentemente me encuentro con pasajes bien conocidos. que me asombra tanto como siempre.

Como si nunca las hubiera escuchado antes, me llegan, no solo con frescura, sino incluso para causar asombro en mi alma. Esta es una de esas porciones de las Escrituras. Cuando leo el cap�tulo que describe la horrible maldad de Israel, cuando noto los t�rminos fuertes que usa la inspiraci�n, y ninguno de ellos demasiado fuerte, para exponer la horrible maldad de la naci�n, me asombra. �Y luego ver que sigue la misericordia en lugar del juicio! �Me abruma! �He visto sus caminos, y� - no se agrega, �lo destruir�; Lo barrer� �, pero,� lo sanar�.

�En verdad, la gracia de Dios, como las grandes monta�as, no se puede escalar; como las profundidades del mar, nunca se puede sondear y, como el espacio, no se puede medir. Es, como Dios mismo, incomparable, ilimitado. ��Oh, las profundidades! �Oh, las profundidades! " ( CH Spurgeon. )

Gracia asombrosa

I. El texto declara que EL PECADOR HA SIDO OBSERVADO POR EL SE�OR. Aviso,

1. Que la omnisciencia de Dios ha observado al pecador. El hombre, mientras vive en rebeli�n contra Dios, est� tan bajo su mirada como las abejas en una colmena de vidrio est�n bajo tu ojo cuando te paras y observas todos sus movimientos. El ojo de Jehov� nunca duerme, nunca se lo quita de una sola criatura que �l ha creado. Ve al hombre, lo ve en todas partes, lo ve de principio a fin; de modo que no s�lo escucha sus palabras, sino que conoce sus pensamientos; no s�lo contempla sus acciones, sino que sopesa sus motivos y sabe lo que hay en el hombre as� como lo que sale del hombre.

Dios ha visto tus caminos en casa, tus caminos en el exterior, tus caminos en la tienda, tus caminos en la alcoba, tus caminos dentro y fuera, los caminos de tu juicio, los caminos de tu esperanza, los caminos los caminos de tu deseo, los caminos de tus malos deseos, los caminos de tus murmuraciones, los caminos de tu orgullo. Los ha visto a todos, y los ha visto perfecta y completamente; y lo maravilloso es que, despu�s de ver todo, no nos ha derribado, sino que ha proclamado esta asombrosa palabra de misericordia: "He visto sus caminos y lo sanar�".

2. Pero Dios no solo hab�a visto sus caminos en el sentido de la omnisciencia, sino que hab�a inspeccionado sus caminos en el sentido de juicio. �l dice: "Me enoj� y me escond�". No pienses que porque te predicamos la gracia inmerecida y el amor moribundo, y proclamamos el perd�n total mediante la sangre de Jes�s, que, por tanto, Dios hace un gui�o al pecado. No, es un Dios terrible, "y de ninguna manera perdonar� al culpable". Y sin embargo, Aquel a quien los �ngeles llaman "Santo, santo, santo, Se�or Dios de los Sab�ot", el Dios celoso, el. Dios que se venga y est� furioso contra el pecado; incluso �l ha dicho: "He visto sus caminos y lo sanar�".

3. El Se�or lo hab�a probado. Si lee el cap�tulo completo, ver� que Dios dice que hab�a intentado reclamarlo mediante castigos.

II. EL PECADOR ES OBJETO DE DIVINA MISERICORDIA EN UN GRADO EXTRAORDINARIO.

1. Observe c�mo habla Dios. "Lo har� lo har�." Ahora, "Yo har�" y "Yo har�" son para el Rey; es m�s, en el sentido m�s elevado, solo se vuelven cuando los usa Dios mismo. No nos corresponde a usted ni a m� decir "lo har�"; hablaremos m�s sabiamente si declaramos que lo haremos si podemos.

2. La enfermedad que padecemos es una enfermedad que �l conoce todo, porque el texto dice: "He visto sus caminos".

3. Luego, el texto contin�a diciendo: "Yo tambi�n lo guiar�". El pobre alma del hombre, incluso cuando est� curado, no sabe qu� camino tomar. No hay nada m�s desconcertado en este mundo que un pobre pecador cuando despierta por primera vez. �Alguna vez ha entrado con una vela en un establo donde se han posado varios p�jaros? �Los has molestado? �No has visto c�mo van de un lado a otro y no sabes por d�nde volar? La luz los confunde.

As� es cuando Cristo viene a los pobres pecadores. No saben qu� camino tomar; ven un poco, pero la misma luz los confunde. Ahora, el amoroso Se�or entra y dice: "Yo tambi�n lo guiar�".

4. "Le devolver� el consuelo". Dios comienza derribando nuestras comodidades. �l quita el consuelo que una vez tuvimos en nuestra falsa paz, y nos hace llorar por el pecado. Pero despu�s de un tiempo nos devuelve el consuelo. �Qu� tipo de consuelo? El consuelo del perd�n perfecto, el consuelo de la completa aceptaci�n. El Padre deposita un c�lido beso en la mejilla del ni�o, y ese es el consuelo de la adopci�n.

Si bien fuimos herederos de la tierra, nos convertimos en herederos del cielo y tenemos el consuelo de la esperanza. Recibimos el consuelo de la comuni�n diaria, porque se nos permite hablar con Dios y acercarnos a �l; el consuelo de la seguridad perfecta, porque somos inducidos a sentir que, ya sea que vivamos o muramos, estamos a salvo en los brazos de Jes�s; el consuelo de una perspectiva bendita m�s all� de la tumba en la tierra del m�s all�, donde las flores nunca se marchitar�n; el consuelo de saber que todas las cosas funcionan juntas para bien; el consuelo de tener �ngeles como sirvientes y el cielo como hogar. "Le devolver� el consuelo"; y todo esto al hombre de quien se dice: "Te rebajaste hasta el infierno". ( CHSpurgeon. )

Dios ve al pecador

En la antig�edad, cuando los griegos adoraban im�genes de sus dioses, se dec�a que cuando las ara�as extend�an sus telara�as sobre los p�rpados de la imagen de J�piter, la gente asist�a regularmente para adorarlo. Les gustaba sentir que las telara�as imped�an que J�piter viera sus pecados y, a su manera pobre y d�bil, sin duda estaban agradecidos a los insectos por tapar los ojos de un dios que, pensaban, los castigar�a por sus pecados si los atacaba. pod�a ver sus caminos. ( W. Birch. )

Y devu�lvele las comodidades. -

Comodidad

La palabra "comodidad" proviene originalmente de dos palabras latinas, con y fortis, que significan mucha fuerza. En tiempos de angustia, cuando levantas tu coraz�n y soportas valientemente el brutal, la fuerza que te permite hacerlo se llama consuelo ( W. Birch ) .

Comodidades

1. Es un gran consuelo tener tranquilidad. Mucha gente ha buscado obtener riquezas con la esperanza de que les d� tranquilidad; pero se han equivocado. �Pero qu� consuelo es para quienes lo han obtenido! Surge del conocimiento de que nuestros pecados est�n perdonados.

2. Otro consuelo es que Dios est� con nosotros.

3. Qu� consuelo saber que Dios es nuestro ayudador. Sus dedos son tiernos y Su coraz�n es amoroso como el de una madre dulce.

4. Es un consuelo saber que Dios es nuestra fuerza en tiempos de tentaci�n. Cuando una locomotora tiene que levantar un peso que excede su trabajo habitual, el maquinista se para en el medidor de vapor y cuando el dedo llega cerca del punto de peligro, grita: �Ag�rrate fuerte; �No puede hacer m�s! �Si permit�a que se presionara el motor m�s all� del punto de seguridad, podr�a haber un accidente. Asimismo, Dios conoce el calibre del coraz�n de cada hombre. �l sabe exactamente qu� pruebas puedes soportar y cu�nta tentaci�n puedes soportar. Declara que nadie ser� tentado m�s de lo que puede.

5. Es nuestro consuelo saber que Dios es nuestro apoyo en el camino de nuestra vida.

6. Aqu� hay otro consuelo: que nuestro Dios es amigo de los pecadores. ( W. Birch. )

Versículo 19

Yo creo el fruto de los labios

Paz Paz

I. EL GRAN TEMA DE LA PROCLAMACI�N DEL EVANGELIO. "�Paz Paz! dice el Se�or ". Implica un estado de enemistad y disputa previas: un estado de alarma e inquietud: y un remedio para ambos.

1. � Y no nos encuentra el mensaje del Evangelio en un estado de enemistad? No solo somos �hijos de ira por naturaleza�, sino que por elecci�n voluntaria nos hemos rebelado contra nuestro Dios.

2. � Y en estado de alarma e inquietud?

II. LA OFERTA ILIMITADA DE SUS BENEFICIOS. �Al que est� lejos y al que est� cerca, Paz, paz, dice el Se�or�.

1. Con respecto a los privilegios externos, la Iglesia jud�a estaba "cerca" y todas las dem�s naciones estaban "lejos".

2. Con respecto al car�cter moral, algunos pueden pensarse m�s cerca de Dios, otros m�s lejos; y todav�a no se hace ninguna diferencia.

3. Con respecto a la experiencia interior, nuevamente, algunos pueden sentirse desanimados por la idea de que otros tienen una mayor cercan�a a Dios que ellos mismos.

4. Con respecto a la distancia local, "Dios todav�a no hace acepci�n de personas". Ordena que su Evangelio sea "predicado en todo el mundo".

III. EL SANTO CAMBIO INVARIABLEMENTE CONECTADO CON LA RECEPCI�N DE ELLOS. "Yo lo sanar�". ( J. Jowett, MA )

El fruto de los labios

Nuestro texto nos dice que Dios crea el fruto de los labios; pero esto debe entenderse, por supuesto, con reserva. �l no crea el fruto de los labios como com�nmente lo vemos, sino el fruto bueno, el fruto verdadero, el fruto que vale la pena recoger. Debido a que el fruto natural es tan malo que necesita que el Creador vuelva a dar el paso m, y nos haga nuevas criaturas, y nuestro fruto tambi�n nuevo, o de lo contrario seguir� siendo tan malo que el veredicto sobre �l debe ser �Vanidad de vanidades, todo es vanidad . " �Y cu�l es ese fruto que el Creador produce de una fuente que es naturalmente tan est�ril?

1. El sacrificio de acci�n de gracias ( Hebreos 13:15 ). El fruto de los labios que crea Dios debe ser, ante todo, alabanza.

2. Oraci�n.

3. Testimonio.

4. Hay un tema de renombre sobre el que los labios siempre deben poder hablar, y que se resume en las dos palabras: "Paz, paz". De la boca de la verdad deben salir besos de paz, palabras de paz, el aliento de paz. Este es el mejor ung�ento para los labios: "Paz, paz". Nada puede endulzar tanto el aliento como "Paz, paz". Nada puede condimentar tanto el paladar y deleitar el coraz�n como esta �Paz, paz�, que se siente por dentro y se respira por fuera.

Ning�n diente de marfil, ni labios de coral, est�n completos en hermosura hasta que sobre todo resplandece el resplandor de la paz. El habla feroz no se convierte en belleza, y la amenaza y el clamor destruyen la belleza, pero el encanto de los labios es paz. ( CH Spurgeon. )

Fruta rara

Emplearemos estas palabras:

I. COMO EL GRITO DE LOS DESPERTADOS. Cuando los hombres son despertados por la gracia de Dios a la conciencia de su verdadera condici�n, se encuentran en guerra con Dios y en guerra con sus propias conciencias, y en consecuencia comienzan a clamar: "Paz, paz": anhelando ansiosamente acabar con lo terrible. conflicto en el que se encuentran involucrados. Luego visita al hombre uno que deliberadamente susurra: �No necesitas molestarte.

Estas cosas no son as�. �No sab�is que todos estos son insectos de una generaci�n pasada? Los hombres de pensamiento moderno hemos hecho grandes descubrimientos y hemos transformado todos los miedos de nuestros ignorantes antepasados ??en una valiente incredulidad. Puedes vivir a gusto. No te preocupes por el pecado, ni por el cielo, ni por el infierno, ni por la eternidad ". Vanos son estos escepticismos rancios, el hombre es demasiado serio para ser drogado con tales sopor�feros.

La incredulidad jactanciosa tiene poco poder sobre un alma agonizante. Dios mismo ha convencido a este hombre de pecado, de justicia y de juicio, y aunque trata de no creer, no puede. El Sr. Worldly Wiseman lo visita, con su amigo el Dr. Legalidad, y su asistente-cirujano el Sr. Civility, y estos prueban su B�lsamo de Presunci�n y Plaister de Bondad Natural. Pero si Dios ha estado tratando con este hombre, dir�: �Pero no tengo raz�n. Siento que merezco la ira de Dios y que la bondad no est� en m� ". No, la lepra se encuentra profundamente dentro y ninguna forma externa puede limpiar la contaminaci�n profundamente arraigada.

II. ESTA ES LA RESPUESTA DEL SALVADOR. Es el fruto de los labios del Salvador. Llega a un alma y dice: "Paz, paz". �Alguna vez lo vio morir de pecado? Si nunca lo ha visto con el ojo de la fe, no sabe lo que significa la paz. Pero, �alguna vez vio a Cristo resucitado de entre los muertos? Aqu� hay otra visi�n de consuelo, otra fuente de paz. �Alguna vez vio a Jes�s sentado all� triunfante en la mano de lucha del Se�or Dios? Un esp�ritu pobre y probado se reconforta enormemente con esa visi�n. Si tuviera que seguir imaginando a nuestro glorioso Se�or Jesucristo en todas y cada una de sus relaciones con nosotros, en cada caso lo oir�amos decir: "Paz, paz".

III. COMO CANCI�N DEL VERDADERO CREYENTE. Aquel que realmente ha visto a Cristo y ha puesto su confianza en �l, ahora puede cantar: �Paz, paz, paz.

IV. ESTE DEBE SER EL LEMA DE CADA CREYENTE.

1. Este debe ser su esp�ritu y deseo en la Iglesia: "Paz, paz".

2. Debemos trabajar para llevar a cabo el mismo esp�ritu tranquilo en la familia. Cuando llegue a casa, no cambie �Paz, paz� por rega�os y quejas. �Si es posible, en la medida en que est� en ustedes, vivan en paz con todos los hombres�.

3. Cuando la paz reine en su propia familia, vaya al mundo con la misma consigna: "Paz, paz". No ponga perros por las orejas, sino domestique leones y tigres. Redacta diferencias y haz amigos entre las personas.

4. Qu� diferencia habr� cuando esto se tome entre todas las sectas cristianas, cuando no haya m�s envidia ni contienda entre esta denominaci�n y aquella, pero cada una dir� en el nombre de Cristo: �Somos hermanos ... paz Paz." ( CH Spurgeon. )

Versículo 20

Pero los malvados son como el mar revuelto

La inquietud del pecado

�Qui�nes son los malvados?

No solo todos los que piensan, sienten y hacen lo incorrecto, sino todos los que no tienen el esp�ritu correcto en su interior: simpat�a suprema por lo supremamente bueno. Hay grados tanto de maldad como de bondad. Hay ciertas cosas que hacen imposible que los malvados tengan verdadero reposo. �Qu� son?

I. DECEPCIONES. El pecador est� condenado a perpetuas desilusiones. Espera felicidad en ciertas actividades y objetivos que, seg�n la constituci�n de su alma, no pueden brindarle verdadera satisfacci�n. �l deposita su confianza en objetos tan fr�giles como la ca�a y tan inciertos como las nubes, y est� condenado a que sus planes se rompan y su confianza se destruya. De ah� que sea objeto de constantes vejaciones y molestias, porque la desilusi�n es cada vez m�s un poder que agita el alma; a veces desciende sobre el coraz�n como un fuerte sudoeste, conmovi�ndolo hasta lo m�s profundo.

II. COMPUNCIONES. Donde hay pecado, tarde o temprano debe llegar el remordimiento. Una conciencia acusadora no es un simple viento que pasa sobre el alma, ondeando su superficie; es una fuerza volc�nica en su centro, que sacude cada parte. No dio descanso a Ca�n, hizo tambalear a Belsasar ya temblar a F�lix; llev� a Judas a la cuerda.

III. PASIONES EGO�STICAS. El ego�smo, que es la esencia de la maldad, es la gran fuerza perturbadora del universo moral. La avaricia, la ambici�n, los celos, la venganza, la envidia, la ira, son algunos de sus diab�licos descendientes. ( Homilista. )

"El mar revuelto"

Para que los malvados puedan entender cu�n lejos de la paz est�n realmente, el profeta se�ala hacia el mar y pide a la gente que escuche los gemidos del oc�ano. Les pide que escuchen sus truenos, mientras golpea la costa bordeada de rocas, y dice elocuente y gr�ficamente: �Los imp�os son como ese mar revuelto, porque no puede descansar; sus aguas arrojan cieno y lodo �.

I. LA INQUIETUD DEL OC�ANO ES UN EMBLEMA DE LOS MALOS.

1. El mar nunca est� quieto. De hecho, lo hemos contemplado "como un estanque de molino", como decimos; su superficie era tan vidriosa y parecida a un espejo que algunos llegar�an a la conclusi�n de que estaba perfectamente quieta. Las velas, los m�stiles y el casco del barco se reflejaban en su pecho vidrioso. Sin embargo, incluso entonces, las profundidades no estaban perfectamente quietas. Se produjo un soplo solemne a su alrededor, como claramente revelaba el aleteo de las velas y el rodar de las vergas.

Adem�s, incluso si el oleaje hubiera disminuido por completo, el mar no estaba quieto para todo eso. Hab�a corrientes, imperceptibles salvo cuando se levantaba el tronco y se tomaba la cuenta, que arrastraban silenciosamente el barco. Adem�s, incluso si fuera posible llegar a un lugar donde no hubiera oleaje ni corrientes, las mareas est�n elevando y deprimiendo la embarcaci�n a intervalos regulares hasta la marca de agua alta o baja.

El mar, por tanto, es quiz�s uno de los mejores emblemas de inquietud, pues tiene varios movimientos y movimientos, incluso en sus estados de �nimo m�s serenos. Pero no es al mar en estado de calma, sino cuando es azotado a espuma, que el profeta compara a los malvados. Para ellos no hay goce permanente: sus placeres son fugaces: no tienen verdadero reposo en el coraz�n. Los pensamientos inc�modos y los dolorosos remordimientos de conciencia surgen cuando son menos bienvenidos.

La conciencia est� inc�moda, el miedo a la muerte y al juicio no puede dejarse de lado por completo. Aquellos que se han convertido a Dios despu�s de una vida de disipaci�n y una carrera de pecado han confesado honestamente que aunque hab�a una cierta clase de placer en los caminos de la maldad, mientras tanto hab�a una extra�a inquietud. Como Marcelo, el general romano, de quien se dice que, conquistador o conquistado, estaba todav�a insatisfecho, nunca se contentaron.

La referencia aqu� es principalmente a las feroces pasiones que hay en cada pecho humano. En el pecho del santo est�n reprimidos por el poder del Cristo reinante, pero en la vida de los malvados permanecen desenfrenados, desenfrenados, sueltos sobre el mundo.

2. �Con qu� rapidez se agita el mar! En un momento es comparativamente tranquilo, la superficie lisa y reluciente, pero luego el ojo acostumbrado nota en la distancia la garra de gato del viento: un peque�o rumor de la superficie en un �rea bastante circunscrita. Pero las bocanadas se vuelven frecuentes y crecen en fuerza; las ondas se convierten en ondas y las ondas en ondas; las olas pronto se elevan hasta convertirse en olas, y poco a poco el mar corre monta�as altas.

Es id�nticamente lo mismo con los malvados, ahora, aunque sea suavemente, el Pr�ncipe del poder del aire sopla sobre ellos al principio, demasiado pronto las pasiones furiosas se levantan y se enfurecen y rugen. Orgullo y envidia, lujuria y codicia, ambici�n, malicia, venganza, todos estos, peque�os en sus inicios, crecen en tama�o y aumentan en n�mero hasta convertirse en adulterios, asesinatos, blasfemias, etc.

3. A qu� espantosa altura puede llegar la agitaci�n del mar. �Oh, la espantosa longitud a la que se lleva la maldad!

4. Cu�nto tiempo, adem�s, permanece la agitaci�n del mar. Algunos mares, de hecho, siempre est�n agitados. Nunca conocen el reposo. En algunos promontorios, las olas corren monta�as altas en todas las estaciones del a�o, pero en otros lugares la tormenta que se levanta con tanta facilidad tarda mucho en amainar. Me he encontrado con el oleaje posterior de una tormenta que debi� de estallar unos d�as antes; mucho despu�s de que el hurac�n se apagara, nuestro barco lleg� a la regi�n donde quedaban sus huellas.

Cruzamos el camino de la tormenta, aunque tuvimos la suerte de perder la tempestad en s�. Oh, cu�nto tiempo permanece la agitaci�n del pecado. Con algunos, de hecho, hay una pausa temporal, un intento de reforma, m�s o menos exitoso. A veces, un hombre reprime sus pasiones con la filosof�a, o se impresiona repentinamente de que, por el bien de su propia reputaci�n, debe mantenerse en la mejilla, pero apenas lo ha hecho antes de que Satan�s levante otro viento vehemente y comience a despertar sus pasiones en una direcci�n diferente.

He sabido que los pecadores caen en tal facilidad que han vencido esta tentaci�n; han logrado, por pura fuerza de car�cter y fuerza de prop�sito, reprimir ciertas pasiones imp�as, y luego el diablo, temiendo no poder sostenerlas, levanta otro viento, en direcci�n contraria; y los restos de la tormenta anterior chocan con el comienzo de una nueva, y es probable que el pobre pecador se vea hundido entre los dos.

5. Qu� gran ruido hace el mar cuando est� turbulento. Hay un murmullo agradable con �l en el tiempo de calma, pero cuando los vientos del cielo comienzan a jugar sobre �l, truena mientras rueda y se rompe en la playa, y sisea cuando surge en la orilla. He aqu� otro emblema del pecado y de los pecadores. Los malvados parecen deleitarse en proclamar en voz alta su pecado.

6. Cuando el mar se agita, causa estragos en todas partes. As� los imp�os obran destrucci�n en medio de nosotros. �Pobre de m�! para los que son presa de sus pasiones. Los grandes, los eruditos, los ancianos no se salvan. Grandes transatl�nticos se hunden en el vendaval. �Pobre de m�! que los malvados est�n constantemente acompa�ando la destrucci�n de los barcos m�s peque�os; y los hijos de nuestras familias y nuestras escuelas est�n destrozados cuando a�n tienen pocos a�os.

Adem�s, la maldad es tan insidiosa que algunos que han pensado en rescatar a los hombres del pecado se han visto envueltos en ella. Ten�an en su coraz�n ser como botes salvavidas para ellos, pero ellos mismos tambi�n se han hundido. La ley y el orden, como grandes acantilados y muros de granito, han sido derribados por las manos de la iniquidad, mientras que las decoro y las deficiencias que uno hubiera pensado que incluso los pecadores observar�an, han sido niveladas o anuladas por hombres que corrieron a un exceso de disturbio.

II. EL MAR ES UN EMBLEMA DE HOMBRES MALOS POR LOS ESCOMBROS QUE LEVANTA. La egecta del mar es, en la estima de Dios, una imagen adecuada del resultado de los corazones de los malvados. Cuando la tormenta haya amainado, encontrar� una gran cantidad de materia objetable ensuciando la playa: el v�mito del mar. �Cu�n apropiado emblema de lo que produce el coraz�n sin Cristo! �De qu� malas acciones es capaz el coraz�n no regenerado! �Y qu� diremos de las palabras de los malvados? �Cu�l ser� el fin? �La tormenta va a durar cada vez m�s? No veo ninguna cura para todo esto a menos que el Se�or hable de paz.

"Oh, �d�nde est� el que pis� el mar?" Est� en la cima de la monta�a; �l est� en su monte alto y santo. Est� oscuro y Jes�s a�n no ha venido a nosotros, pero no se ha olvidado de nosotros. Tres veces feliz d�a en que el Cristo de Galilea dice: "�Paz, enmudece" a un mundo sacudido por el pecado! ( T. Spurgeon. )

Hombres malos y buenos: un contraste

Qu� contraste con la calma de la �monta�a santa� de Dios ( Isa�as 57:13 ) muy por encima de todas las tormentas sublunares. ( JRMacduff, DD )

Versículo 21

No hay paz, dice mi Dios, para los imp�os

Se mantiene la norma de justicia

El cap�tulo quincuag�simo s�ptimo termina con una declaraci�n que muestra que en medio de toda la bondad y la gracia del camino divino, la norma de la justicia nunca se rebaja: nunca se menoscaba la dignidad de la ley.

Lea estas palabras espantosas pero llenas de gracia: �No hay paz, dice mi. Dios, a los malvados ". Si pensamos que Dios estaba a punto de perder la justicia en el sentimiento, de repente, con una brusquedad sorprendente, volvemos a recordar el hecho de que la maldad es infinita y eternamente odiosa para Dios, y que la paz y la maldad se destruyen mutuamente. condiciones. El malvado puede crear un desierto y llamarlo paz, pero el verdadero contentamiento, la benignidad, la resignaci�n o la armon�a, nunca podr� conocer en la maldad.

Aqu� encontramos el testimonio de la presencia divina, la afirmaci�n y la gloria de la ley divina. Dios no quita la paz a los malvados en ning�n sentido arbitrario. La maldad es en s� misma incompatible con la paz: los imp�os son como el mar revuelto cuando no puede descansar, cuyas aguas arrojan lodo y lodo. El malestar est� en realidad en la maldad; el tumulto no viene de afuera, viene de adentro. ( J. Parker, DD )

El car�cter y la miseria de los malvados

I. �QUI�N SE ENCUENTRA BAJO LA DESCRIPCI�N DE LOS MALOS? En general, todos los que nunca han cambiado de opini�n.

1. Algunos ignoran enormemente las doctrinas sencillas y esenciales de la religi�n cristiana, en medio de los mejores medios para familiarizarse con ellas.

2. Algunos estallan en actos abiertos de maldad.

3. Otros, aunque est�n libres de graves inmoralidades, son malvados porque descuidan los deberes de la religi�n. Hay pecados de comisi�n y hay pecados de omisi�n.

4. Hay algunos que adoptan principios vagos y peligrosos, que alegan, o que la Escritura no es verdadera, o que las grandes doctrinas, como se ense�a generalmente, no est�n contenidas en ella.

5. Entre los malvados tambi�n debemos clasificar al formalista y al hip�crita.

6. Est�n impacientes por la moderaci�n y el reproche.

II. EN LO QUE RESPECTO NO HAY PAZ PARA TALES.

1. No hay paz para ellos con Dios. Por su maldad, hacen la guerra al cielo, y el Rey todopoderoso est� enojado con ellos todos los d�as.

2. No hay paz en su propia conciencia.

3. No hay paz para los malvados en la hora de la muerte. Con esto no se quiere decir que sufrir�n m�s dolor corporal que otros. Los dolores de la disoluci�n son los mismos para todos. Aquellos, de hecho, de quienes el mundo no era digno, a menudo han sufrido las muertes m�s crueles y violentas. Tampoco significa que los malvados nunca tengan compostura ante la muerte, ni esperanza de bienestar en el m�s all�. Algunos de ellos mueren como han vivido, est�pidos e irreflexivos como bestias.

Algunos buenos hombres pueden tener miedos y perplejidades hasta el final; y algunos hombres malos pueden permanecer inquebrantables y morir con m�s aparente confianza que los dem�s. Los temores del hombre bueno no pueden hacer que su estado sea menos seguro, ni la confianza del malo puede hacer que sea menos peligroso. Cualesquiera que sean sus propios sentimientos, "bien a los justos y mal a los malvados". �Qu� espantosos espect�culos han exhibido algunos de los malvados en un lecho de muerte!

4. No hay paz para los malvados despu�s de la muerte. Disfrutaban con otros de las bondades comunes de la Providencia y eran sensibles al placer. En estos pusieron su �nica felicidad; pero ahora todo se ha ido y est�n atormentados. La conciencia ya no se puede aquietar. ( W. Linn, DD )

No hay consuelo para los malvados

Los malvados no ser�an sanados por la gracia de Dios y, por lo tanto, no ser�n sanados por Sus consuelos. ( M. Henry. )

No hay paz para los malvados

1. El hombre que vive en un curso habitual de pecado no tiene un consuelo real en la mente de los placeres de este mundo.

2. Necesariamente debe querer todo apoyo eficaz bajo los muchos males y calamidades de la vida.

3. A veces no puede sino turbarse con las reprensiones de su conciencia.

4. Nunca podr� deshacerse de todos los pensamientos desagradables de la muerte y de lo que ser� su porci�n en un estado futuro. ( Obispo Pearce. )

No hay paz para los malvados

I. �QUI�NES SON LOS PERSONAJES DESCRITOS? "Los malvados." Esta descripci�n incluye a los aparentemente inmorales y profanos, aquellos que parecen perdidos en todos los principios de virtud y religi�n, que no tienen el temor de Dios ante sus ojos, y que son igualmente indiferentes a la censura y aprobaci�n de sus semejantes. . Pero las palabras del texto son aplicables a todos aquellos cuyos corazones no han sido renovados por el Esp�ritu Santo.

II. LA DECLARACI�N AFECTANTE RESPECTO A DICHOS CARACTERES. "No hay paz", etc.

1. No pueden, mientras est�n en este estado, disfrutar de la paz con Dios. La paz incluye la reconciliaci�n y el acuerdo mutuos.

2. Los malvados no pueden disfrutar de la paz consigo mismos. Como el favor y la presencia de Dios son las �nicas fuentes de verdadera felicidad, un estado de enemistad y separaci�n de �l debe ir acompa�ado de miseria. La sujeci�n a Su autoridad y la conformidad con Su voluntad e imagen promueve la paz y el orden, pero donde no existen, debe haber confusi�n y discordia. Las pasiones rebeldes entonces agitar�n y angustiar�n la mente; el orgullo, la envidia, el odio y otros afectos imp�os luchar�n por el ascenso.

Al no tener un principio que los controle o los gobierne, aumentar�n en violencia y apresurar�n a su poseedor hacia el camino del pecado y el peligro. La conciencia tambi�n ejercer� su influencia para alarmarlos y aterrorizarlos. En vano buscan los imp�os la paz de conciencia mediante una reforma parcial o el cumplimiento de sus deberes externos. Las acusaciones de una conciencia culpable s�lo pueden silenciarse mediante una aplicaci�n a la sangre rociada.

3. No hay paz para los malvados en el mundo. La alienaci�n de Dios conduce necesariamente a la contienda entre los hombres. Excita esas pasiones y principios corruptos que convierten al hombre en enemigo de su pr�jimo, as� como en fuente de miseria para s� mismo.

4. Los imp�os no tienen paz bajo las diversas aflicciones de la vida. En la �poca de la prosperidad mundana, pueden parecerles a los dem�s pac�ficos y felices, pero tan pronto como les sobreviene la adversidad, vemos la naturaleza transitoria e insustancial de su disfrute.

5. No hay paz para los imp�os en la hora de la muerte.

6. No hay paz para los malvados por la eternidad. ( Recuerdo congregacional de Essex. )

La maldad es un obst�culo para la paz y la felicidad sociales

Para probar esto, insistir� en estos tres argumentos

I. LA TENDENCIA NATURAL DE LA MALDAD.

II. LA CONSIDERACI�N DE LA PROVIDENCIA DE DIOS Y SU JUSTO GOBIERNO DE PRUEBA. MUNDO.

III. LA EXPERIENCIA DE TODAS LAS EDADES. ( B. Calamy, DD )

No hay paz para los malvados

I. UNA ASERCI�N POSITIVA, una proposici�n ilimitada, "No hay paz para los malvados".

II. LA AUTORIDAD SOBRE LA CUAL ESTA ESTABLECIDA LA PROPUESTA , incluso el testimonio de Dios mismo: "No hay paz, dice mi Dios, para los imp�os". ( J. Lambe. )

Los l�gubres reflejos de la mente incr�dula

Se dice del infiel Hobbes, �que aunque hablaba cosas muy extra�as e impropias de Dios, en su estudio en la oscuridad y en sus pensamientos retirados, temblaba ante �l. Si su vela se apagaba por la noche, se despertaba aterrorizado y asombrado. No pudo soportar los l�gubres reflejos de su mente oscura y desolada; y no sab�a c�mo apagar, ni c�mo llevar la luz de la vela del Se�or dentro de �l.

�Sr. Falsa Paz, as� que John, Bunyan lo tiene en su� Guerra Santa, era el hijo del Sr. Flatterer, y el nombre de su madre antes de casarse era Sra. Sooth-up. Le gustaba que lo llamaran Sr. Paz, pero hubo suficientes testigos para demostrar que era el momento en que se deleitaba en jactarse de que su verdadero nombre no era Paz, sino Paz Falsa. "No hay paz (excepto paz falsa), dice mi Dios, para los imp�os". ( T. Spurgeon. )

Información bibliográfica
Exell, Joseph S. "Comentario sobre "Isaiah 57". El Ilustrador Bíblico. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tbi/isaiah-57.html. 1905-1909. Nueva York.