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Isaías 60

El Ilustrador BíblicoEl Ilustrador Bíblico

Versículos 1-12

Lev�ntate, resplandece; porque ha llegado tu luz

La gloria del Israel espiritual

Habiendo demostrado repetida y plenamente que la proeminencia nacional de Israel no deb�a ser perpetua, que su p�rdida era la consecuencia natural y la justa retribuci�n de la iniquidad, y que su p�rdida no implicaba la destrucci�n de la verdadera Iglesia o del Israel espiritual. , el profeta ahora procede a mostrar que, para este �ltimo, el cambio que se avecina ser�a glorioso y bendito.

( JA Alexander. )

Isa�as 60:1es la contraparte espiritual de un d�a t�pico de Oriente.

Isa�as 60:1 es la contraparte espiritual de un d�a t�pico de Oriente con el polvo colocado y los dardos sacados de los rayos del sol, un d�a t�pico de Oriente en el repentino esplendor de su amanecer, la plenitud y aparente permanencia de su mediod�a. , la amplitud que revela sobre el mar y la tierra, y la b�rbara profusi�n de vida, que su fuerte luz basta para inundar de gloria. ( Prof. GA Smith, DD )

Amanecer en el este

En Oriente el sol no sale; la palabra es d�bil para una llegada casi demasiado repentina para el crep�sculo. En el este, el sol salta por encima del horizonte. No sientes que viene, sino que ha venido. Este primer verso es sugerido por la rapidez con que irrumpe en una ciudad del Este, y la forma envuelta no se desenvuelve lentamente, como en nuestro crep�sculo, sino que �brilla� a la vez, todas las placas y puntos de gloria. Entonces la cifra cede: porque Jerusal�n no es simplemente un punto radiante en un mundo igualmente iluminado por el sol, sino que es ella misma la lumbrera �nica de Jehov�. ( Ib�d. )

"Tu luz ha venido"

Los tiempos perfectos se utilizan desde el punto de vista ideal del futuro. ( Prof. J. Skinner, D, D. )

Luz rompiendo en las monta�as

Cualquiera que haya pasado mucho tiempo entre monta�as apreciar� las im�genes. Alrededor hay una negrura absoluta; los valles est�n en tinieblas; �rboles, r�os, pueblos se han oscurecido; no se ve nada m�s que ese tenue rayo de granito que se eleva en el silencio del cielo. De repente, podemos imaginarnos la voz de un esp�ritu que grita: "Ha llegado la luz". Al instante hay un resplandor en la monta�a: los �rboles, los r�os, las ciudades comienzan a tomar forma; el mundo entero ha cambiado.

El punto que debe observarse aqu� es que la luz proven�a de Dios. Se exhort� a la ciudad a estar en condiciones en las que la gloria de Dios pudiera reflejarse en ella. El cap�tulo describe la degradaci�n del resto del mundo, el efecto de la luz en otros pueblos, c�mo se sentir�an atra�dos hacia ella; y contiene cerca del final este arrebato de gozo victorioso: �El Se�or te ser� luz eterna, y tu Dios tu gloria.

Esta profec�a nunca se cumpli� literalmente y, sin embargo, cientos de a�os despu�s, una luz se derram� sobre el monte Si�n; brill� sobre la m�s densa oscuridad de las naciones, y hacia ella desde entonces ha sido atra�do a la gente. Esa profec�a se cumpli� en Cristo. El es la Luz. ( AH Bradford, DD )

La era del Evangelio

I. LA ERA DEL EVANGELIO SE DISTINGUE POR UNA REVELACI�N ESPECIAL DE GLORIA DIVINA. La luz que ha venido al mundo es la gloria del Se�or. �Qu� es �la gloria del Se�or�? Tomamos la respuesta que el Eterno dio a la petici�n de Mois�s: �Te ruego que me muestres tu gloria�. La respuesta no fue: �Te mostrar� la infinitud de Mis posesiones, la amplitud de Mis dominios, la omnipotencia de Mi poder, las profundidades inconmensurables de Mi sabidur�a, sino:� Har� que toda Mi bondad pase delante de ti. " El Evangelio es una maravillosa revelaci�n de la bondad de Dios, en forma de asombrosa misericordia hacia un mundo culpable.

1. La gloria de su bondad se ve en el don de su Hijo. �No escatim� ni a su propio Hijo, etc.

2. La gloria de su bondad se ve en toda la historia de su Hijo. Toda la compasi�n, el tierno amor y la misericordia que Cristo mostr� cuando estuvo en la tierra, fueron los rayos reflejados de la bondad infinita.

II. LA ERA DEL EVANGELIO IMPONE UNA OBLIGACI�N ESPECIAL AL ??MUNDO. "Lev�ntate, brilla".

1. Lev�ntate. No duermas mientras los rayos de la bondad divina fluyen sobre ti. Lev�ntate al pensamiento, al arrepentimiento, al agradecimiento, al culto. Lev�ntate, cumple con los deberes y disfruta de las ventajas de un d�a inundado por el sol de la misericordia.

2. Brillo. Refleja los rayos de esta bondad. Deja que este amor de Dios sea tan �derramado en tu coraz�n�, que fluya su resplandor en cada una de tus acciones, y bendiga el c�rculo en el que vives. No seas como un cuerpo opaco, obstruyendo los rayos y proyectando una sombra sobre tu esfera; pero s� un espejo, para reflejar cada rayo que cae. ( Homilista. )

Cristo la luz del mundo

Las palabras del texto comprenden una exhortaci�n a �levantarse� y �brillar�; y una raz�n para hacerla cumplir: "ha venido tu luz, la gloria del Se�or ha nacido sobre ti".

I. LA RAZ�N. Existe tal conexi�n entre la ignorancia y las tinieblas, que en las Escrituras constantemente se pone una por la otra. Si la ignorancia se denomina justamente oscuridad, entonces el conocimiento se compara propiamente con la luz. Al amanecer, el viajero toma un nuevo valor; percibe el camino que debe seguir y lo recorre gozoso. De la misma manera, el conocimiento religioso ilumina al hombre sobre su verdadero negocio en esta vida, y lo pone a trabajar en Su salvaci�n. Y Cristo es el Sol que transmite este conocimiento religioso.

1. El sol, cuando sale por la ma�ana, disipa todas las nubes, brumas y ovillas, y muestra cada objeto en sus verdaderos colores. De modo que, sin esa luz que Cristo ha provisto por Su Evangelio, no podemos percibir las verdades que es m�s necesario que percibamos.

2. El sol, cuando brilla sobre nosotros, hace m�s que iluminar cada objeto. Nutre, tonifica. Sin ella, la planta enfermiza se marchita y se pudre, y no lleva ning�n fruto a la perfecci�n. Y el efecto del sol sobre la naturaleza exterior es un emblema sorprendente de la influencia de Cristo sobre el coraz�n. En �l est� la vida, la vida espiritual vigorosa; y la vida es la luz de los hombres.

II. LA EXHORTACI�N. "Lev�ntate, brilla".

1. Cuando el sol sale y esparce las brumas de la noche, llama a la humanidad a que se levante tambi�n y se ponga a cumplir con sus diversos deberes. De la misma manera, la aparici�n de Cristo en el mundo es un llamado a "levantarse" para todos los que escuchan de Su revelaci�n. Despertar del sue�o de la ignorancia, del sue�o de la irreflexi�n, del sue�o del pecado, que son, en verdad, el sue�o de la muerte; y dedicarse, antes de que �venga la noche en que nadie pueda trabajar�, ??a los asuntos que Dios les ha designado que realicen para s� mismos y para �l.

2. El texto requiere que no solo "te levantes", sino que "brillas". Que Cristo haya resucitado en el mundo no es nada, a menos que ilumine tambi�n vuestros corazones. Cuando sale el sol y brilla intensamente sobre cualquier objeto, lo que antes era oscuro tambi�n brilla; recibe una brillantez que no es propia, que no le es natural. Lo mismo ocurre cuando Cristo ilumina el coraz�n. Toma un nuevo color, una luz que por naturaleza no ten�a.

Iluminado por el Evangelio, el simple se vuelve sabio y adquiere el conocimiento m�s verdaderamente valioso: el conocimiento del deber para con Dios y el hombre. Iluminado por el Evangelio, el ego�sta y codicioso se libera y abunda en los sentimientos de bondad fraterna y en las obras de caridad. Iluminado por el Evangelio, el sensual se vuelve templado y puro, y �da a conocer su moderaci�n a todos los hombres.

El "amante de este mundo se convierte en un" amante de Dios "y" pone sus afectos en las cosas de arriba ". De esta manera, la luz que ha brillado sobre ellos se refleja en su conducta y es visible en todo su car�cter. El sol brilla; pero algunos objetos a�n contin�an oscuros y sombr�os. Entre ellos y la luz del sol se interponen otros objetos que impiden que sus rayos brillen sobre ellos. Y as� es en el mundo de la gracia. ( JB Sumner, MA )

El amanecer de la luz de Dios y su llamado a despertar

I. EL AMANECER DE LA LUZ. "Tu luz ha venido". Si la luz est� siempre cerca, pero las tinieblas est�n en el coraz�n del hombre y la ceguera en su alma, tenemos que preguntarnos c�mo desaparecen las tinieblas y se�alar la manera en que la gloria de Dios amanece sobre ella, para que podemos ver por qu� su amanecer es un llamado a levantarse y brillar. Hay tres requisitos para su amanecer: tres etapas en la historia de la iluminaci�n del alma.

1. Penitencia espiritual.

2. La penitencia espiritual debe convertirse en amor espiritual.

3. El amor espiritual requiere oraci�n espiritual.

II. LA LLAMADA DEL DESPERTAR. "Lev�ntate, brilla". Esa convocatoria es el resultado inevitable del amanecer de la luz. Cuando se siente que Dios est� cerca de un hombre as�: en arrepentimiento, amor y oraci�n, ese hombre est� obligado imperativamente a reflejar la gloria que ha surgido en su coraz�n; para dar testimonio de la luz que traspas� y transform� su alma. Observemos nuevamente que esto tambi�n se basa en un gran principio, a saber, la emoci�n m�s profunda en la naturaleza de un hombre debe revelarse en su vida. Procedo a mostrar la forma en que la gloria del Se�or se manifiesta as� en la vida.

1. En la majestad de la santidad.

2. En la belleza del altruismo.

3. Con la seriedad de sus esfuerzos por los hombres, ( EL Hull, BA )

La luz eterna

I. LA VOZ HABLA A LOS INDIVIDUOS. Cu�n pocos se dan cuenta siquiera de sus posibilidades. Hemos tenido formaci�n religiosa, se nos ha ense�ado a considerar todas las cuestiones tal como aparecen en relaci�n con Dios, hemos crecido en una atm�sfera religiosa y, sin embargo, la conciencia de que ning�n hombre es un verdadero hombre hasta que refleja a Jesucristo en palabras, los negocios, los placeres y los pensamientos son oscuros y ni siquiera deseados. Ha llegado la luz; que encuentra Encuentra a los hombres absortos y descuidados, pensando s�lo en lo que, en el mejor de los casos, pueden conservar durante un tiempo; no preocuparse por sus semejantes; ego�sta y tan impermeable a motivos superiores como una roca de granito a la luz del sol. La verdadera gloria de un hombre es reflejar a Cristo.

II. LA VOZ DEL PROFETA LLEGA A LA IGLESIA, tanto local como universal. La Iglesia se da cuenta de su verdadera misi�n s�lo cuando refleja la luz Divina, lo que significa, simplemente, se da cuenta de la vida que estaba en Jesucristo.

1. La Iglesia debe reflejar a Jes�s en su adoraci�n. Con �l la adoraci�n era algo esencial y vital. Antes de cada gran acto de su carrera, se apart� de los hombres para orar. Las fuentes de su vida estaban en Dios. La adoraci�n y la oraci�n son los conductos por los que fluyen corrientes de vitalidad espiritual. �Es la Iglesia una Iglesia que ora? Entonces contin�a la obra de Cristo.

2. La Iglesia vive para repetir la ense�anza de Jes�s.

3. Asimismo, la Iglesia debe reflejar a Jes�s al servicio de la humanidad. Vive para continuar Su ministerio. El lugar m�s hospitalario de toda comunidad deber�a ser la Iglesia de Cristo. �Alguien tiene un dolor? D�jalo ir a la Iglesia. �Alguno est� solo? D�jalos ir a la Iglesia. �Alguno se ha deshonrado a s� mismo y a sus amigos? Que busquen a la Iglesia y su ayuda. Pero, �encontrar�n all� una bienvenida todas estas diversas clases? No solo dentro de sus muros, sino tambi�n fuera de ella, la Iglesia debe servir a la humanidad en el esp�ritu de Cristo.

III. ESTE GRITO DEL PROFETA LLEGA A LAS NACIONES. Las naciones, as� como los individuos y las iglesias, existen para continuar la Encarnaci�n. Esa naci�n no ha comenzado a darse cuenta de sus posibilidades que no ha aprendido que su privilegio superlativo es la manifestaci�n de Jesucristo. �Que quiero decir? Que la funci�n del gobierno no es solo la protecci�n del pueblo, sino el servicio a la humanidad. John Milton dijo verdaderamente que el Estado es solo un gran hombre.

En la visi�n del profeta cuando la luz irrumpi� en las laderas del monte Si�n, las naciones vieron la gloria y fueron atra�das por ella (vers�culos 3, 14). Lo m�s hermoso de este mundo es el car�cter de Jesucristo; nada m�s gana a los hombres. ( AH Bradford, DD )

�Lev�ntate, brilla!

I. A QUIEN EST� DIRIGIDO EL CARGO. A la Iglesia de Cristo. Esto es evidente por el contexto. Adem�s, de la naturaleza del cargo se desprende que s�lo puede aplicarse a la Iglesia. No hay nadie m�s en la tierra capaz de cumplir de inmediato el cargo. El mundo no puede, porque es esencialmente oscuro: "la oscuridad cubre la tierra". La Iglesia se compara con luces reflejadas y artificiales. Cristo ilumina al mundo a trav�s de su Iglesia.

II. EL CARGO MISMO. Se trata de una acusaci�n doble que implica dos actos distintos.

1. "Lev�ntate". Esto implica que, mientras tanto, la Iglesia est� postrada; su lugar est� en el polvo. Esto puede deberse en parte a la penitencia. Puede indicar un estado de aflicci�n y duelo; la Iglesia puede estar sentada en cilicio. Pero principalmente implica un estado de pereza, mundanalidad, carnalidad. Cualquiera que sea la causa de esta postraci�n, la Iglesia debe levantarse del polvo ahora.

2. "Brilla". �Cristo te alumbrar� con este mismo prop�sito; no meramente para iluminarte, para darte vida y gozo, sino para que puedas �brillar�, dar luz al mundo. Y esto se aplica tanto a la Iglesia en su conjunto como a los miembros de la Iglesia individualmente. Hay dos formas en las que aquellos que han sido iluminados por Cristo pueden dar luz. Por un lado, simplemente brillando, cada uno en su esfera, como una luz separada, quiz�s en medio de la oscuridad. Por otro lado, encendiendo otras luces.

III. EL ARGUMENTO POR EL CUAL SE APLICA. �Tu luz ha venido, etc. La Iglesia no tiene luz independiente propia, no puede brillar por s� misma; y, por tanto, se necesita un est�mulo como este. �Tu luz� - esto debe significar Cristo mismo, porque �l es la luz de la Iglesia. �Ha venido�: Cristo no vino hasta setecientos u ochocientos a�os despu�s de que se pronunci� esta profec�a. Pero el profeta se refiere a los tiempos del Evangelio. En consecuencia, la Iglesia surgi� y brill� en ese momento con m�s brillo y auspicios que nunca antes. ( CG Scott. )

Una llamada excitante

Hay algunos cristianos que han desperdiciado gran parte de su vida por falta de alguien o algo que los despierte. Hay m�s maldad en el mundo por falta de pensamiento que por pura malicia, y queda m�s bien sin hacer por falta de pensamiento que por cualquier aversi�n a hacer el bien. Algunos cristianos parecen haber nacido en la tierra del sue�o y viven continuamente en su pa�s natal de los sue�os.

De vez en cuando se frotan los ojos y se suponen que est�n bien despiertos; pero est�n en el Terreno Encantado y, aunque no lo saben, son poco mejores que son�mbulos la mayor parte de sus d�as. ( CH Spurgeon. )

Cristianos brillantes

I. Para el propio pueblo de Dios, este es mi primer mensaje: RECUERDA TU PRIVILEGIO. Tu luz ha llegado.

1. Recuerda de qu� oscuridad te ha sacado esa luz.

2. Esta luz que Dios te ha dado es Su propia gloria. �Y la gloria del Se�or ha nacido sobre ti�. Byron habla del rostro de Dios reflejado en el mar; pero no hay suficiente espacio para que el rostro de la Deidad se refleje plenamente en el amplio Atl�ntico, o en todos los oc�anos juntos. La imagen de Dios debe verse plenamente en Jesucristo y en ning�n otro lugar; porque all� contemplas atributos que la Creaci�n no puede mostrar.

3. Tambi�n hay esta bendici�n que se puede decir acerca de esta luz; nunca la perder�s ( Isa�as 60:20 ).

II. QUIERO LLEGARTE AL SERVICIO. �Lev�ntate, resplandece; para, etc. Desde que ha llegado tu luz, brilla �-

1. Por santa alegr�a.

2. Por una piedad llena de gracia.

3. Por fervoroso fervor.

4. Por una valent�a secreta.

III. QUIERO UNIRLO A ESTE BRILLO POR UNO O DOS ARGUMENTOS.

1. Por la gran necesidad del mundo ( Isa�as 60:2 ).

2. Por los grandes resultados que seguramente vendr� de ella ( Isa�as 60:3 ).

3. Por la gran bendici�n que traer� a la Iglesia ( Isa�as 60:13 , etc.).

4. �Para ser glorificado� ( Isa�as 60:21 ). ( CH Spurgeon. )

La Epifan�a: Cristo manifestado

I. EL ESTADO DEL MUNDO ANTES DE QUE SURGIERA LA LUZ DEL EVANGELIO.

II. EL OBJETO DE LA PRESENTE DISPENSACI�N.

III. EL FUTURO CONSUMO. ( G. Huntington, MA )

La Iglesia iluminada por Dios

Se repite la vieja historia; Sion se sienta en la luz mientras Egipto se encoge de miedo. La luz que la ilumina es la gloria del Se�or, el resplandor antiguo que habitaba entre los querubines dentro del velo en el lugar secreto del Alt�simo, y ahora ha salido al mundo abierto para envolver al cautivo desolado. As�, tocada por la luz, se convierte en luz y, a su vez, se le invita a brillar. Hay una correspondencia muy notable reiterada en mi texto entre el Dios iluminante y la Si�n iluminada.

La palabra para "brillar" est� relacionada con la palabra para "luz" y podr�a traducirse con justicia "aligerar" o "ser luz". Dos veces se emplea la frase "tu luz"; una vez para referirse a la luz que es tuya porque brilla sobre ti; una vez para significar la luz que es tuya porque brilla desde ti. La otra palabra, repetida tres veces, para "levantarse" es la palabra t�cnica que expresa la salida del sol, y se aplica tanto a la gloria fulgurante que cae sobre Sion, como a la luz que brilla de ella. Tocada por el sol, se convierte en sol y arde en su cielo con un esplendor que atrae los corazones de los hombres.

I. EN CUANTO AL HECHO. Debajo de la poes�a de mi texto se encuentran concepciones muy definidas de un car�cter muy solemne y grave y estas concepciones son la base de la convocatoria resonante que sigue y que descansa sobre una base doble: a saber. "Porque ha venido tu luz", y "porque las tinieblas cubren la tierra". Hay un elemento doble en la representaci�n. Tenemos una tierra oscurecida y una Iglesia iluminada por el sol y como el sol, y a menos que tengamos estas dos convicciones firmemente asidas, y eso no solo como convicciones que influyen en nuestro entendimiento, sino como fuerzas siempre presentes que act�an sobre nuestras emociones, nuestras conciencias. , nuestra voluntad, no haremos la obra que Dios nos ha encomendado hacer en el mundo.

Si tomamos el manto sulfuroso y humeante que envuelve la tierra y analizamos su contenido, son estos: las tinieblas de la ignorancia, las tinieblas del dolor, las tinieblas del pecado. Al otro lado, recuerde la imagen contrastada aqu� de la Iglesia soleada e iluminada por el sol. La encarnaci�n de Jesucristo es el cumplimiento de mi texto, �Vimos su gloria, la gloria como del unig�nito del Padre, lleno de gracia y de verdad.

Si usted y yo somos cristianos, estamos obligados a creer en �l como la "fuente exclusiva" de certeza. �No o�mos de �l ninguna Peradventue�, pero Su palabra es �De cierto, de cierto te digo�, y en eso descansamos todo nuestro conocimiento de Dios, del deber, del hombre y del futuro. Si tenemos la luz seremos luz. Eso es s�lo poner en forma pintoresca la verdad central del cristianismo. La �ltima palabra del Evangelio es transformaci�n.

Nos volvemos como �l si vivimos cerca de �l, y el fin por el cual el Maestro lleg� a ser como nosotros en Su encarnaci�n y pasi�n, fue que pudi�ramos llegar a ser como �l mediante la recepci�n de Su propia vida en nuestras almas. Estas dos convicciones de estos dos hechos, la tierra oscura, la Iglesia iluminada por el sol, como el sol, son la base de nuestra obra misionera.

II. HEMOS BASADO EN ESTOS DOS HECHOS LAS CONVOCATORIAS A LA IGLESIA. �Brilla, porque ha venido tu luz. Si tenemos luz, somos luz: si somos luz, brillaremos; pero el resplandor no es del todo espont�neo y sin esfuerzo. No es necesario pedir a las estrellas que brillen, ni tampoco a las velas; pero necesitamos la exhortaci�n porque hay muchas cosas que frustran el brillo y la claridad de nuestras mentes.

La orden sugiere esfuerzo, y el esfuerzo puede estar en la direcci�n de la proclamaci�n vocal espec�fica de Su nombre. Si somos ligeros, podremos brillar; si somos luz, estamos destinados a brillar; si somos ligeros, querremos brillar.

III. LA PROMESA CONFIDENTE. "Los gentiles vendr�n a tu luz, y los reyes al resplandor de tu amanecer". Si tenemos la luz seremos luz; si somos luz brillaremos, y si brillamos atraeremos. Un pintor arrojar� sobre su lienzo una escena que t� y yo, con nuestros ojos ciegos, hemos mirado cientos de veces y no hemos visto belleza en ella, pero cuando miramos el cuadro, vemos lo hermoso que es. Hay un poder atractivo en la luz de Cristo que brilla en el rostro del hombre. ( A. Maclaren, DD )

Un ministerio imperial

Esta es la visi�n de un gran estadista que revela las posibilidades morales y espirituales de un pueblo. El profeta est� dirigiendo su discurso principalmente a una naci�n que est� despertando. Dirigir los puntos de vista de una naci�n es moldear sus pol�ticas y determinar la tendencia y el color de su vida. �Cu�les ser�n, entonces, los elementos de un ideal eficaz y fruct�fero? �El Se�or se levantar� sobre ti�, etc. ( Isa�as 60:2 ).

�Cu�les son los elementos constitutivos de la visi�n? �Luz� y �gloria. Cierta luz, elemento de iluminaci�n, caridad y sencillez de pensamiento; un cierto calor, el elemento del fervor, simpat�as c�lidas y expansivas; una cierta gravedad, el elemento de lo impresionante, el peso y la fuerza del principio moral. Pero la gloria del ideal se enriquece e intensifica a�n m�s. No podemos tomar el ideal de Isa�as y emplearlo con la limitaci�n de Isa�as; debemos llevar su vocabulario a la plenitud del d�a y dejar que reciba ampliaci�n en la vida y la mente de Cristo.

�Luz�, interpretada por el car�cter del Maestro, significa la ausencia de un compromiso sombr�o, la definici�n de prop�sito iluminada por el sol, el claro discernimiento de lo esencial. �Calor�, interpretado por el personaje del Maestro, significa una ardiente complicidad de simpat�a, cosmopolita en su omnipresencia. �La gravedad, la gloria, interpretada por el car�cter del Maestro, significa peso moral, ambici�n espiritual incorruptible, virtud invencible, ya sea ilustrada a la luz de una fiesta de bodas o en la sombr�a experiencia del juicio de Pilato.

"�Aumentar! �Ponte erguido y fija tu rostro hacia la visi�n ardiente, y� brillar�s �con gloria reflejada. Al contemplar lo Divino, encarnar�s el coraz�n de tu contemplaci�n. �El Se�or se levantar� sobre ti, y su gloria ser� vista sobre ti, y tu tesoro imperial se encontrar� en tus notables brillantes, en los radiantes motivos y ambiciones de tu vida com�n.

Hemos visto este ministerio transfigurador en acci�n en la vida del individuo. Pero podemos tener m�s que un poco de duda en cuanto a si la visi�n tambi�n servir� y ennoblecer� a la comunidad. Bueno, �d�nde est� la l�nea de transici�n? Sin duda, incluso en la naci�n hemos sido testigos una y otra vez de la influencia transformadora del gran ideal. Incluso as� sucedi� con las experiencias posteriores del siglo XVIII.

La ruptura de la formalidad, el derretimiento de la insensibilidad, la apertura de r�os de filantrop�a, la vida agrandada y endulzada de nuestro pueblo, la medida ilustrada de la emancipaci�n, se puede atribuir directamente a un "extra�o calentamiento del coraz�n de la naci�n", que result� en de una contemplaci�n restaurada de la luz y la gloria de Dios. La visi�n del profeta revela un trato imperial y revela el �nico tesoro imperial permanente.

1. El car�cter imperial debe ser creador de la unidad imperial (vers�culo 4). Habr� un enriquecimiento del hogar, una consolidaci�n de la familia, un tejido de las mejores confraternidades de la naci�n. Y observe c�mo este estadista describe las grandes caracter�sticas de la comuni�n. "Entonces ver�s y fluir�s juntos". Debe ser una comuni�n con los ojos abiertos, una sociedad iluminada, una confraternidad de objetivos y aspiraciones transparentes.

�Tu coraz�n temer�; la comuni�n no debe ser fr�vola, alegre y vanidosa; ha de estar pose�do por la penetrante influencia de la reverencia, ese elemento salvador que preserva el sentido de la verdadera perspectiva y da a todo el marco de una justa proporci�n. �Y engrandece; la beca no debe ser fija y exclusiva; sus simpat�as deben ser el�sticas y expansivas, extendi�ndose en c�rculos cada vez mayores de inter�s y consideraci�n.

2. La unidad imperial ha de ser ministra de una iluminaci�n mundial. �Y las naciones vendr�n a tu luz�, etc. (vers�culo 3). Si este es el verdadero retrato del bienestar imperial, �no podemos inferir las obligaciones consiguientes que recaen sobre los l�deres del pueblo? El primer elemento esencial de un ministerio p�blico eficiente es un objetivo amplio y exaltado. El verdadero objetivo de todo verdadero l�der es desarrollar la energ�a moral de la gente.

Darnos a la producci�n de hombres superiores: este es el objetivo que debe poseer la mente y el coraz�n de todos los que ejercen el liderazgo entre sus semejantes. Un objetivo como �ste, expresado de manera definitiva y personal, y perseguido con una coherencia inquebrantable, preservar� al hombre de esos peligros de entumecimiento que parecen adherirse a todo ministerio p�blico. ( JHJowett, MA )

El privilegio y la prerrogativa de la Iglesia cristiana

A la Iglesia se le promete una extraordinaria medida de luz y gloria; un inmenso aumento en el n�mero de sus adeptos, exaltaci�n universal a los ojos de sus enemigos y seguridad y felicidad permanentes.

I. LA DIVINA ILUMINACI�N QUE RECIBI� LA IGLESIA. �Ha venido tu luz�, etc. El texto sugiere:

1. La naturaleza de esta iluminaci�n. Abraza

(1) La luz de la revelaci�n divina.

(2) La luz de la dispensaci�n del Evangelio.

(3) La luz de la ense�anza del Esp�ritu Santo.

2. La necesidad de esta iluminaci�n. La Iglesia existi� en una �poca oscura; la oscuridad intelectual, moral y espiritual prevalec�a en todas partes. Este fue principalmente el caso cuando Cristo vino. Esto era&mdash

(1) La oscuridad de la culpa moral.

(2) La oscuridad del error religioso.

(3) La oscuridad de la ignorancia espiritual. Esta oscuridad era profunda, profunda, espantosa.

3. La belleza de esta iluminaci�n. �La gloria del Se�or�, etc. Probablemente se haga alusi�n a la Shejin�. Dios se manifest� a Su pueblo y brill� sobre ellos en la gloria de Su gracia y misericordia.

4. La fuente de esta iluminaci�n. �Tu luz ha venido�, etc. Eman� de una fuente Divina. Fue derivado, no inherente. La Iglesia no es fuente de luz, sino su medio. Se llama �tu luz� porque era prerrogativa exclusiva o peculiar de la Iglesia. No proviene de la Iglesia, sino que se le da para su beneficio y uso.

II. LA OBLIGACI�N PERMANENTE EN QUE INCURRE LA IGLESIA EN RELACI�N CON �L. La Iglesia es una instituci�n divina, levantada con un prop�sito espec�fico. Su trabajo es ense�ar a los hombres la verdad de Dios y testificar de la gracia de Dios. Pero a veces no se da cuenta del todo de sus obligaciones, privilegios, prerrogativas y responsabilidades. Aqu� se le ordena:

1. Levantarse. Debe surgir de la apat�a espiritual, el letargo y la oscuridad, asumir su posici�n leg�tima ante el mundo y cumplir fielmente con sus obligaciones. Aqu� hay una llamada fuerte

(1) Para contemplar la luz y saludarla con alegr�a.

(2) Para recibir la luz.

(3) Utilizar la luz.

2. Brillar. El privilegio confiere responsabilidad. Cada nuevo acceso de iluminaci�n o poder espiritual aumenta su influencia y responsabilidad. La Iglesia es un cuerpo luminoso y debe brillar con brillo celestial.

(1) Por su propio bien y beneficio. Debe participar alegremente de la luz que lo ilumina desde arriba, y estar rodeada de luz y gloria. En todo momento debe estar radiante con la belleza de la santidad.

(2) Por el bien y el beneficio de los dem�s. No solo es participar de la luz, sino convertirse en el gran medio y medio para impartirla. Como el reflector de la l�mpara, debe recolectar, recibir y reflejar sus rayos para beneficio de quienes necesitan su luz. �C�mo va a brillar la Iglesia? Por la belleza de su ense�anza. Por la perfecci�n de su ejemplo. Por la pureza de su doctrina. Por la ejemplificaci�n de sus principios.

Por la grandeza de su vida. Por la vitalidad de sus organizaciones. Por el vigor de su actividad. Como la luz del faro, la luz de la Iglesia, en todos los tiempos, debe brillar de manera llamativa, constante, alegre y sin falta.

III. LA GRAN PREDICCI�N QUE LA IGLESIA DEBE REALIZAR POR FIN. "Y los gentiles", etc. Esto se logr� parcialmente poco despu�s del surgimiento de la Iglesia, cuando miles de gentiles "caminaron en esta luz". Cuando pasaron algunos a�os, el emperador romano y muchos otros reyes abrieron aparentemente sus ojos a los rayos de luz que la Iglesia arrojaba sobre el mundo. Se est�n haciendo grandes adquisiciones, y su poder e influencia est�n creciendo y se extender�n hasta que el Evangelio triunfe universalmente sobre el error, la ignorancia y la impiedad. ( JS Spilsbury. )

La Iglesia: sus funciones y su bienaventuranza

I. LA IGLESIA TIENE EL ALCANCE M�S GRANDE. Las naciones "vienen a su luz, los reyes al resplandor de su ascenso". Ella es mundial y universal.

II. LA IGLESIA DA EL TESTIGO M�S CLARO. Ella "se levanta". Ella "brilla". Cuando palpita y palpita con la vida de Dios, �qu� impresionante es su toque de trompeta! Penetra lejos. Despierta multitudes.

III. LA IGLESIA HACE LA OBRA M�S GLORIOSA. "�Qui�nes son estos que vuelan hacia ella como una nube, y como las palomas a sus ventanas?" Su Se�or en ella salva y edifica a sus hijos e hijas, convence, convierte y consuela.

IV. LA IGLESIA DISFRUTA DE LA BENDICI�N M�S DURADERA. En su favor, su Rey "tiene misericordia de ella". �l nunca falla ni la abandona. �l conduce a sus miembros ahora mismo por verdes pastos y por las aguas de la quietud. Pronto los llevar� a la "hermosa ciudad en una hermosa tierra". ( A. Smellie, MA )

La verdadera luz del hombre

I. LA VERDADERA LUZ DEL HOMBRE ES LA REVELACI�N MEDIATORIAL DE DIOS ( Isa�as 60:1 ).

II. ESTA VERDADERA LUZ DEL HOMBRE UN D�A SER� UNIVERSAL DIFUSI�N ( Isa�as 60:3 ).

III. LA DIFUSI�N UNIVERSAL DE ESTA LUZ EFECTUAR� UNA MARAVILLOSA REVOLUCI�N EN EL MUNDO ( Isa�as 60:5 ).

IV. EL PUEBLO QUE BAJO ESTA LUZ NO SERVIR� AL VERDADERO DIOS, DEBE SER ARRUINADO INEVITABLEMENTE ( Isa�as 60:12 ). ( Homilista. )

Cristo nuestra luz

La luz hace brillar muchas superficies sobre las que cae, pero son los rayos que no se absorben los que se reflejan en la �ptica de la tierra; pero en esta regi�n m�s elevada la desviaci�n no es superficial sino hacia adentro, y es la luz que es tragada dentro de nosotros la que luego sale de nosotros. Cristo morar� en nuestros corazones, y seremos como un peque�o pedazo de vidrio en forma de diamante en la ventana de una caba�a que, cuando el sol la golpea, es visible a kil�metros de la llanura.

Y si ese sol cae sobre nosotros, su imagen se reflejar� en nuestros corazones y destellar� en nuestras vidas. Las nubes que yacen sobre la puesta del sol, aunque en s� mismas no son m�s que un vapor gris y h�medo, cuando son golpeadas por su ben�fico resplandor, no se convierten en ministros indignos y asistentes de su gloria. As� puede ser con nosotros, porque Cristo viene a ser nuestra luz. ( A. Maclaren, DD )

El resplandor del lugar com�n

Un d�a de verano, mientras caminaba por Surrey, en la ladera de una colina - el sol se pon�a detr�s de m� - inmediatamente a trav�s del valle vi una luz muy notable. Era m�s brillante que la luz el�ctrica y parec�a elevarse del suelo. Al principio supuse que alguien hab�a encendido un fuego con madera resinosa que brillaba y reluc�a, pero evidentemente no hab�a humo. Parec�a como si alg�n �ngel hubiera dejado caer una estrella brillante all� sobre el campo arado, y que se estuviera quemando.

Finalmente, al llegar al lugar, descubr� que un viejo trozo de vidrio roto hab�a captado la luz del sol poniente y estaba ba�ado por un resplandor sobrenatural. Una vieja pieza de vidrio de botella, pero tan brillante, �el vidrio de botella no era visible debido a la luz que lo iluminaba! ( Vida de fe. )

Versículos 2-3

Porque he aqu�, las tinieblas cubrir�n la tierra

La manifestaci�n de Cristo a los gentiles

1.

La primera se�al que se le mostr� al mundo gentil de que hab�a surgido la gran Luz que iba a arrojar sus rayos sobre ellos, as� como sobre la peque�a naci�n que hasta ahora hab�a conocido a Dios, fue la maravillosa estrella que se ve�a en el cielo. Esto se les apareci� a los magos solo dos veces: una para decirles que partieran y otra para decirles que hab�an llegado. Todo lo dem�s fue fe.

2. Fue la manifestaci�n del Redentor, la Luz del mundo, a los gentiles. Pero a�n quedaba mucho por hacer antes de que los gentiles fueran recibidos en plena igualdad de privilegio y gracia con los jud�os. Pasaron m�s de treinta a�os antes de que el rasgado del velo del templo mostrara que la pared divisoria fue derribada por la muerte de Cristo, que dividi� a los jud�os de los gentiles; a�n m�s antes de que se diera la comisi�n de ir y ense�ar a todas las naciones, bautiz�ndolas en el nombre de la Sant�sima Trinidad; a�n m�s antes de la visi�n en Jope y el don del Esp�ritu Santo en Ceasarea orden� a San Pedro bautizar a Cornelio, el primer cristiano gentil, en la Iglesia.

3. Reclamemos nuestra participaci�n en ese inmenso gozo con el que los sabios vieron el primer resplandor de esa estrella cuando la vieron en el Oriente. Si hacemos la verdad, es decir, si realmente, tratamos de agradar a Dios, viviendo de acuerdo con Su voluntad, entonces �venimos a la luz, y nuestras obras se manifestar�n que est�n hechas en Dios . ( G. Moberly. )

La gloria de sion

El profeta aqu� vuelve por un momento a la condici�n previa del mundo, para describir, con m�s efecto, el glorioso cambio que se producir�. Por lo tanto, no debe entenderse que �l diga que Si�n ser� gloriosa porque, mientras las naciones est�n en tinieblas, ella gozar� de luz exclusiva, sino porque la luz que se le imparte primero atraer� a las naciones hacia ella. ( JA Alexander. )

Versículo 3

Y los gentiles vendr�n a tu luz

El atractivo de una Iglesia iluminada y luminosa

�Qu� invitar� a tales multitudes a la Iglesia?

Se les permitir� unirse a ti.

1. Por la luz que te ilumina.

2. Por la luz con la que brillas. ( M. Henry. )

Los jud�os inconscientemente alumbran a los gentiles

He le�do en una de las novelas de George Macdonald sobre un farolero ciego de nacimiento. Iluminaba la ciudad de noche; pero no ten�a idea de lo que estaba haciendo. As� ha sido con esta tierra. Ella ha presentado el Retrato a la galer�a; ha escuchado los aplausos de los espectadores y se ha negado a unirse a ellos. En toda la historia no hay nada tan singular. Son los enemigos de esta tierra los que han coronado a su rey mundial; son los gentiles los que han venido a su luz.

El farolero ha estado ciego a la belleza de ese trono que ha iluminado. Palestina ha iluminado la escena; ha escuchado a la multitud gritar sus aplausos y se ha preguntado por qu�. Ha sido como una sordomuda en una sala de conciertos. Ha tocado accidentalmente las notas de un arpa, y accidentalmente han estallado en m�sica. El p�blico ha vitoreado la actuaci�n al eco; pero el artista no conoce su triunfo. ( G. Matheson, DD )

Bendiciones de la luz

Miss Florence Nightingale, como resultado de su amplia observaci�n, comenta: "Uno de los m�s grandes observadores de las cosas humanas dice: Donde hay sol, hay pensamiento". Toda la fisiolog�a va a confirmar esto. Donde est� el lado sombr�o de los valles profundos, hay cretinismo. Donde hay s�tanos y el lado sin sol de calles estrechas, est� la degeneraci�n de la raza humana; mente y cuerpo igualmente degenerando.

Pon la planta p�lida y marchita y el ser humano al sol y, si no se han ido demasiado, cada uno recuperar� el coraz�n y el esp�ritu. En Francia hay hospitales donde conf�an casi por completo en la luz para la curaci�n de enfermedades. Seguramente hay aqu� una analog�a terrenal de un hecho espiritual. ( WG Horder. )

Versículos 4-5

Levanta tus ojos alrededor

Los gentiles se reunieron

I. LA REUNI�N DE LOS GENTILES A SION. De todos lados, de lejos, de m�s all� del mar. Con todas las fuerzas.

II. LAS EMOCIONES DE SION. Ella ve y desborda de alegr�a. ( RA Bertram. )

"Amamantado a tu lado"

M�s bien, "de tu lado", es decir, llevado en la cadera, el

Modo oriental de llevar ni�os peque�os ( Isa�as 66:12 ). ( Prof. J. Skinner, DD )

Membres�a de la iglesia

Los ni�os de la Iglesia primero deben ser amamantados a su lado, no enviados a ser amamantados entre extra�os. Aquellos que quieran disfrutar de las dignidades y privilegios de la familia de Cristo deben someterse a la disciplina de la misma. ( M. Henry .)

Versículos 5-8

Entonces ver�s

La gloria de la Iglesia milenaria

La riqueza, el comercio y la agricultura son tres grandes intereses y poderes sobre la trinidad terrenal de fuerzas que en todas las �pocas han absorbido a la humanidad.

Cada uno de los tres tendr� sus representantes en esa vasta multitud que preguntar� el camino a Sion con el rostro hacia all�. ( JR Macduff, DD )

La ampliaci�n de la Iglesia

Tambi�n se nos dice c�mo se ver� afectada la Iglesia con este aumento de su n�mero y ampliaci�n de sus fronteras.

1. Ella estar� en un transporte de gozo por este motivo ( Isa�as 60:5 ).

2. Habr� una mezcla de miedo con esta alegr�a. �Tu coraz�n temer�, como si fuera ilegal unirse a los gentiles, etc.

3. Ella ser� engrandecida con Amor, para dejar espacio para todos los conversos gentiles.

4. Se sorprender� y se maravillar�, diciendo: "�Qui�nes son estos que vuelan?" etc. ( E. Erskine. )

Versículos 6-9

La multitud de camellos te cubrir�

Naciones comerciales y tribus n�madas que ayudan a la Iglesia

Las naciones que se dedican al comercio traen sus productos a la Iglesia; la tribu de Madi�n, descendiente de Abraham y Keturah ( G�nesis 25:2 ), y de la cual los Ephaen formaron una rama, que habitaba en la costa este del Golfo Elan�tico en la ciudad de Madyan, a cinco d�as de viaje al sur de Aria ( seg�n los ge�grafos �rabes), vienen en caravanas tan numerosas y tan largas que el pa�s alrededor de Jerusal�n est� lleno de camellos.

Todos estos, Madianitas y Ephaens, proceden de Saba, de la que Viral dice, solis est turea virga Sabaeis, y que, seg�n Estrab�n, era un pa�s poblado de abundantes recursos, que produc�a mirra, incienso y canela. All� (es decir, en Yemen), donde se encuentran especias, piedras preciosas y oro, han tra�do oro e incienso; y estos valiosos regalos los traen ahora a Jerusal�n, no como tributo involuntario, sino con una alegre proclamaci�n de las gloriosas obras y atributos de Jehov�, el Dios de Israel.

A medida que vienen las naciones comerciantes, tambi�n lo hacen las tribus n�madas: Cedar, es decir, los cedarenos, armados con arcos ( Isa�as 21:17 ), y habitando asentamientos infortificados ( Isa�as 42:11 ) en el desierto entre Babilonia y Siria; y Nebaioth (tambi�n de origen ismaelita, seg�n G�nesis 25:23 ), una tribu n�mada que, aunque todav�a sin importancia durante la monarqu�a israelita, surgi� en el siglo I a. C.

C. a la eminencia como naci�n civilizada, cuyo territorio se extend�a desde el golfo Elan�tico hasta el pa�s que se extiende al este del Jord�n, a trav�s de Belka y hasta Hauran, pues las inscripciones monumentales que han dejado van desde Egipto hasta Babilonia, pasando por Arabia. Petrcea es el lugar principal donde se encuentran. Los cedarenos conducen sus reba�os de ganado peque�o, cuando se recogen, a Jerusal�n, y los carneros de los naboteos, tra�dos por esta naci�n, se colocan al servicio de la Iglesia, y ascienden, por gusto, al altar de Jehov�. ( F. Delitzsch, DD )

Dromedarios

Camellos debidamente j�venes. La palabra no aparece en ning�n otro lugar del Antiguo Testamento; entre los �rabes denota, seg�n algunos de los lexic�grafos nativos, un camello de menos de nueve a�os. ( Prof. J. Skinner, DD )

Versículo 7

Todos los reba�os de Cedar se juntar�n contigo

Servicio de sacrificio

Ninguno de los profetas del Antiguo Testamento puede pensar en la adoraci�n de Dios por el Israel de los �ltimos d�as sin la ofrenda de sacrificios; pero ser�a un regreso a las concepciones limitadas del Antiguo Testamento si se llegara a la conclusi�n de que el sacrificio de animales alguna vez ser� restaurado.

El muro divisorio del particularismo nacional y las observancias ceremoniales que forman sombras de lo que vendr� nunca se restablecer�; y con el cese de la adoraci�n sacrificial desde que el juicio de fuego cay� sobre el segundo templo, ha desaparecido para siempre la restricci�n de la adoraci�n a cualquier lugar central de la tierra ( Juan 4:21 ), pero la corriente de salvaci�n que proced�a de Jerusal�n desaparecer�. , sin embargo, finalmente vaciar sus aguas all�, y hacer de la ciudad una vez m�s una fuente de bendici�n.

Como dijo el profeta ( Isa�as 56:7 ), la casa de Dios en Jerusal�n se convertir� en "una casa de oraci�n" para todas las naciones: aqu� Jehov� la llama "Mi casa de gloria", como la que fue construida para Su honor y lleno de su presencia llena de gracia. �l har� de su gloria interna como la externa, adorn�ndola con los dones tra�dos en homenaje por el mundo de los gentiles convertidos. ( F. Delitzsch, DD )

Glorificar� la casa de mi gloria

Una iglesia pr�spera

I. �QU� ES AHORA LA CASA DE DIOS? Una casa es un lugar de residencia; la casa de Dios, en el sentido propio de la frase, es el lugar de Su residencia. En este sentido, el universo es Su casa, porque �l habita en todo el espacio, y ni est� ni puede estar confinado a ning�n lugar. Salom�n sinti� esto cuando construy� el magn�fico templo en Jerusal�n. �He aqu�, dijo, dirigi�ndose a Dios, �el cielo y el cielo de los cielos no te pueden contener; cuanto menos esta casa que he construido? Esteban lo sinti� cuando, en alusi�n a la misma casa, dijo: �Sin embargo, el Alt�simo no habita en templos hechos por manos humanas; como dice el profeta, el cielo es mi trono y la tierra el estrado de mis pies: �qu� casa me edificar�is? dice el Se�or. �O cu�l es el lugar de Mi reposo? Mientras, sin embargo.

, el universo es, por tanto, la �nica casa propia de Dios, hay lugares que, en condescendencia a nuestra debilidad, se denominan especialmente SU casa, para denotar que �l manifiesta especialmente Su presencia all�, es especialmente adorado all� y otorga bendiciones espirituales especiales. , ricos banquetes espirituales. La dispensaci�n de la ley ten�a la intenci�n de presagiar las cosas buenas que vendr�an y, en consecuencia, bajo esa dispensaci�n hab�a un santuario t�pico, una casa destinada a tipificar la casa espiritual de esta dispensaci�n: la Iglesia.

En ese santuario t�pico hab�a un emblema visible de la presencia divina, una nube que cubr�a el propiciatorio, la misma nube que hab�a ido delante de los hijos de Israel cuando caminaban por el desierto, como columna de nube de d�a, y como una columna de fuego de noche. Este emblema visible era un tipo de la presencia espiritual de Dios en Su Iglesia. En el mismo santuario t�pico donde se otorg� este emblema visible, se ofrecieron sacrificios t�picos y se otorgaron bendiciones t�picas.

La nueva dispensaci�n que es el antitipo es espiritual. Por lo tanto, ahora no tenemos un templo t�pico, pero cada creyente individualmente, y especialmente cada Iglesia cristiana, es un templo espiritual. La casa de Dios, entonces, bajo esta dispensaci�n, no es el edificio donde se re�nen los santos, sino la asamblea de los santos donde sea; es una casa espiritual construida con piedras vivas, una casa donde se ofrecen sacrificios espirituales, los sacrificios de alabanza y acci�n de gracias, que son agradables a Dios por medio de Jesucristo. Al mismo tiempo, aunque el edificio no es la casa de Dios, hay un sentido subordinado en el que puede denominarse as�.

II. �BAJO QU� CIRCUNSTANCIAS SE PUEDE DESCRIBIR LA CASA LLAMADA �LA CASA DE DIOS� COMO �LA CASA DE SU GLORIA�? Es la casa de Su gloria, cuando Su gloria es el gran objeto a la vista. Esta casa de Su gloria no solo debe ser edificada, sino tambi�n usada para Su gloria: Hemos aplicado la frase �casa de Dios en su sentido subordinado al edificio; procedamos a aplicarlo en un sentido superior a la asamblea de los santos, a la reuni�n de la Iglesia en el edificio; y preguntamos: �Cu�ndo se denomina correctamente a una Iglesia as� la casa de la gloria de Dios?

1. Es as�, cuando el objeto de su formaci�n original, y el de su reuni�n de cuando en cuando, es la gloria de Dios. Que los cristianos profesantes se re�nan como una mera cuesti�n de forma, se re�nan sin ning�n fin definido a la vista, o se encuentren con cualquier otro fin que no sea la gloria de su Se�or, la Iglesia ya no es la casa de Su gloria; es m�s, si aun ellos se re�nen para recibir alabanza, para su propio mejoramiento espiritual y para la conversi�n de los pecadores, sin embargo, si la gloria de Dios no es el fin �ltimo de todo esto, su asamblea no puede ser considerada como la casa de Su gloria.

2. La Iglesia es la Casa de la gloria de Dios cuando Su gloria se mantiene a la vista en todos los actos de la Iglesia; por ejemplo, al recibir miembros, ejercer disciplina, elegir oficiales.

3. La Iglesia es la casa de la gloria de Dios, cuando un esp�ritu de acuerdo con SU gloria es apreciado y manifestado por cada miembro individual. Es para la gloria de Dios que el amor prevalezca en su casa. Es para la gloria de Dios que haya paz en Su Iglesia. Y que los miembros de las Iglesias se caractericen por la humildad.

III. LA PROMESA DE QUE DIOS GLORIFICAR� LA CASA DE SU GLORIA. No hay ninguna promesa de que glorificar� la casa que puede ser llamada por SU nombre, si no es la casa de Su gloria. La gloria es ...

1. Cuando hace de la casa el lugar de numerosas conversiones.

2. Cuando lo convierte en el lugar de edificaci�n para su pueblo. ( R. Arnot, LL. D. )

Glorificar� la casa de mi gloria

I. EL LUGAR. �Por qu� razones, o con qu� propiedad, se puede llamar a la Iglesia cristiana la casa de la gloria de Dios? Principalmente en estas cuentas:

1. Porque est� planeado y construido por el prop�sito y el poder del Alt�simo.

2. Porque contiene las manifestaciones especiales de la presencia y gloria Divinas.

(1) Cristo mismo es la imagen exacta de Dios. El es el verdadero

Shejin�, la gloria del Se�or.

(2) En los dones e influencias del Esp�ritu Santo.

(3) Por el desarrollo de la gloria Divina en la predicaci�n de la Palabra.

II. LA PROMESA. �Yo glorificar�, etc. Dios lo hizo en el primer templo, convirti�ndolo en un objeto de belleza y gloria para todo su pueblo, y haciendo que tambi�n excitara la admiraci�n de las naciones circundantes; y a�n m�s, enviando a Cristo finalmente a ministrar en ese templo. Dios glorificar� la casa de su gloria.

1. Aceptando los servicios y ofertas que, en relaci�n con �l, se realicen.

2. Haci�ndolo el lugar de especial comuni�n y compa�erismo consigo mismo.

3. Protegi�ndolo permanentemente contra todos los esfuerzos de poderes hostiles.

4. Extendiendo su influencia y aumentando su fama en la tierra.

5. Consum�ndolo, finalmente, en el esplendor y felicidad del cielo. ( J. Parsons. )

Dios glorificando la casa de su gloria

La visi�n es inspiradora y solo puede cumplirse en la grandeza moral de la Iglesia.

I. Empieza a cumplirse CUANDO ELLA SE HACE UNA LUZ PARA DISPIPAR LA OSCURIDAD ESPIRITUAL. A veces no ha puesto suficiente �nfasis en su misi�n como Iglesia docente. Sin duda, la filantrop�a es una funci�n de la Iglesia. Pero no debe permitir que la parte docente de su trabajo quede relegada a un segundo plano. Su negocio especial es luchar contra la oscuridad con la luz.

II. Dios tambi�n la glorifica CUANDO LA CONVIERTE EN LA ARENA DE LAS VICTORIAS CELESTIALES.

III. Dios glorifica a la Iglesia AL HACERLA LA ESCUELA DE LAS VIRTUDES SANAS. Todas las instituciones educativas son dignas de admiraci�n, pero la Iglesia es la m�s importante entre ellas. Conocer el mundo, conocerse a s� mismo, conocer a Dios, abarcan todo el dominio del conocimiento y marcan sus pasos y progresos distintivos. En la Iglesia estamos entrenados en el conocimiento de nosotros mismos y de Dios.

IV. Pero m�s all� de todo esto, el Todopoderoso la glorifica CUANDO LO HACE UN JARD�N PARA EL CRECIMIENTO DE LAS COMPA��AS HUMANAS. No debemos olvidar que lo que la sociedad sabe de fraternidad proviene de la Iglesia. En el Imperio Romano hubo sociedades providentes, especialmente gremios funerarios, antes del cristianismo, pero la idea real de la comuni�n comenz� con la familia de la fe. Cristo ense�� a la gente a amarse unos a otros.

Y cuando la Iglesia se da cuenta de su llamado a este respecto, y ricos y pobres se encuentran en su comuni�n en pie de igualdad, entonces resplandece con la gloria celestial. ( GC Lorimer, DD )

Versículo 8

�Qui�nes son estos que vuelan como una nube?

Adhesiones a la Iglesia

Es una hermosa concepci�n de Vitringa, que los barcos mencionados expresamente en el siguiente verso se describen aqu� en su primera aparici�n a una distancia que se asemeja con sus velas extendidas y curso r�pido una nube lanuda impulsada por el viento, y un vuelo de palomas que regresan a sus jovenes. Ambas comparaciones se usan aqu� para indicar rapidez de noci�n ( Job 30:15 ; Salmo 4:6 ; Oseas 11:11 ; Jeremias 4:13 ). ( JA Alexander. )

Como palomas a sus ventanas

I. EL MOVIMIENTO QUE AQU� SE INDICA. Es un vuelo. La expresi�n est� destinada a significar la llegada de hombres de las regiones distantes de la tierra a la Iglesia de Dios, de la que se dicen aqu� cosas tan gloriosas.

1. El movimiento significa ese estado en el que estos hombres se transforman y en el que llegan al disfrute de los designios de la misericordia. Es el abandono de todo su culto id�latra; es la renuncia a todo lo que se opone a Dios ya la salvaci�n; es su regreso al �Pastor y Obispo de las almas�; es su mirada a Dios como la �nica fuente de felicidad y paz; es su fe en �l, que es el �nico que puede salvarlos y bendecirlos.

2. Es bajo la dispensaci�n del Evangelio que esto debe ejemplificarse.

3. Debe impartirse influencia divina para lograr esto.

4. Este cambio surge de las declaraciones de la verdad del Evangelio tal como est�n contenidas en la Palabra escrita.

II. �QU� SE PRETENDE POR LA FORMA EN QUE SE DICE QUE ESTE MOVIMIENTO SE HACE? Las cifras denotan&mdash

1. Ansiedad.

2. Su n�mero.

3. Su unidad. Se supone que las nubes vuelan en un solo cuerpo y son conducidas a una parte del horizonte: las palomas vuelan juntas para alcanzar un hogar. As� ser� con todos los que hayan sido conducidos por el Esp�ritu al camino de la vida eterna.

III. LO QUE EST� IMPL�CITO EN LA INVESTIGACI�N QUE EMOCIONA LA CONTEMPLACI�N DE ESTE MOVIMIENTO.

1. Sorpresa.

2. Alegr�a. ( J. Parsons. )

Conversos que vienen a la Iglesia

Corren como palomas a las ventanas.

I. PORQUE VUELAN BAJO. El �guila se lanza hacia arriba, como si quisiera golpear con el pico el sol. Hay p�jaros que parecen habitar bajo los aleros del cielo; los ves como peque�as motas contra el cielo, tan lejos que no puedes adivinar el estilo de su plumaje ni la forma de sus cuerpos. Flotan tan lejos que si les disparan el arma del cazador no cambian de rumbo. No es as� con las palomas o las palomas; nunca hacen grandes excursiones.

Vuelan alrededor de su techo y se posan en la cerca, y parece que no les gustan las grandes altitudes. Entonces, estas almas que vienen a Cristo y a Su Iglesia vuelan bajo. No piden grandes cosas; buscan un lugar humilde a los pies de Cristo.

II. PORQUE VUELAN EN BUSCA DE REFUGIO. El albatros hace trono de la tempestad; las gaviotas encuentran su mayor diversi�n en la tormenta. No es as� con las palomas; al primer golpe del noreste vuelan al gallinero. El �guila compite con el �guila en el aire y el buitre pelea contra el buitre en el pecho del cad�ver; pero las palomas a la primera arremetida del ave de rapi�a se apresuran a refugiarse de los ojos ardientes y del pico de hierro y de la repugnante garra. Entonces estas almas vienen en busca de refugio. Cristo es el �nico refugio del alma en problemas.

III. PORQUE VUELAN A CASA. La mayor�a de los habitantes alados no tienen hogar; ahora est�n al norte y ahora al sur, como indica el clima. Este a�o un nido en un �rbol, el pr�ximo a�o un nido en otro �rbol. Pero las palomas aludidas, verano e invierno y siempre, tienen un hogar en el palomar. Y entonces Cristo es el hogar de aquellos que vienen a �l. Es un hogar c�lido si descansan bajo las "plumas del Todopoderoso".

IV. PORQUE VIENEN EN BANDAS. El buitre, con el pico chorreando, revoloteando desde la carro�a, est� solo. De vez en cuando miras hacia el cielo invernal y ves un p�jaro solitario que pasa volando. Pero las palomas o las palomas est�n en bandadas; por decenas y cientos vuelan. As� que hoy vemos un gran reba�o entrando en el reino. ( T. De W. Talmage, DD )

Un vuelo de palomas

I. El primer pensamiento que sugiere el vers�culo, en relaci�n con los servicios de comuni�n, es el de ASOCIACI�N DIVERTIDA. AS� que el palomar puede tener sus diferentes aberturas, as� cada Iglesia conserva su propia entrada denominacional. Pero el glorioso lugar de encuentro, el Refugio espiritual, es el mismo.

II. En relaci�n con nuestro rito sagrado, el emblema sugiere una PROFESI�N P�BLICA. El profeta es arrestado; o, posiblemente, en la imaginer�a po�tica aqu� empleada, un coro de espectadores �en el que �l vela su propia personalidad� son detenidos por el espect�culo. No se dice que las palomas vuelen bajo la pantalla de la noche o la oscuridad; tampoco se les ve�a haciendo un vuelo solitario o tortuoso, como si temieran y eludieran la observaci�n.

Pero el sol del mediod�a mir� hacia abajo sobre una nube entera de ellos, su plumaje dorado iridiscente destellando en sus rayos. No es un rasgo insignificante o sin importancia en su ordenanza divinamente designada, este vuelo abierto como una paloma hacia el Arca del Pacto.

III. La nube de palomas, como aqu� se representa, presagia EL CAR�CTER DE LOS CRISTIANOS Y DE LOS COMUNICANTES CRISTIANOS. Son, o deber�an ser, como palomas. La paloma tiene estas, entre otras caracter�sticas:

1. Es el s�mbolo complejo, en la poes�a y el arte sagrados, de la paz y el amor, de la mansedumbre y la dulzura, la pureza y la inofensividad ( Cantares de los Cantares 1:15 ; Cantares de los Cantares 6:9 ; Mateo 10:16 ).

En el rudimentario simbolismo cristiano primitivo de las catacumbas romanas, la paloma, como p�jaro de la esperanza, se representa generalmente en conexi�n, de diversas formas, con la rama de olivo. Qu� lecci�n para todos nosotros como creyentes en Jes�s.

2. Una segunda caracter�stica de la paloma es que tiene alas r�pidas. El profeta los vio, no navegando como una nube, ni flotando como una nube, sino volando; llevado junto con la velocidad del torbellino. La paloma mensajera es bien conocida por la rapidez, la longitud y la firmeza, de su curso de flechas, superando el vuelo proverbial del �guila. Esto, junto con la figura de Isa�as, sugiere seguramente las actividades de la vida cristiana.

IV. La figura de la paloma que huye hacia su ventana recuerda y sugiere que se trata de un p�jaro que requiere UN REFUGIO SEGURO. No se acobarda, como otros, en setos o surcos. La paloma salvaje puede construir su nido en el �rbol del bosque; pero el manso busca su palomar seguro. La paloma oriental, que no ten�a hogar artificial, ten�a su morada igualmente segura en las hendiduras de las rocas ( Cantares de los Cantares 2:14 ).

Un poco lejos de las orillas noroeste del lago de Gennesaret hay un hueco en las colinas llamado "Wady Hyman" o "Valle de las Palomas", cuyos lados est�n perforados con sus retiros. Ustedes que son comulgantes han estado huyendo hoy de nuevo en busca de refugio en la "Roca de las Edades". Una caracter�stica especial de la paloma es que, por muy lejos que vaya, aunque a una distancia de cientos de millas, volar� de regreso con punter�a infalible, certeza y seguridad a su morada. As� ocurre con "la paloma de Cristo".

V. La nube de palomas volando hacia sus ventanas recuerda a los j�venes COMUNICANTES. �En la LXX las palabras de este vers�culo son notables! "�Qui�nes son estos que vuelan como palomas con sus cr�as?" Las palomas vuelan a su palomar, pero no solas; tienen su descendencia con ellos. No es lo menos bello de un domingo de comuni�n el espect�culo de las palomas j�venes; aquellos que acaban de levantarse de sus primeras posiciones, las posiciones de la ma�ana de la vida, y est�n volando, brillantes y sin mancha, hacia la Roca.

VI. Otro pensamiento es sugerido por el recuerdo de una gran clase de aquellos que siempre se encuentran en el Sacramento de la Comuni�n: me refiero a LOS AFLICADOS. Esta imagen de palomas volando hacia sus ventanas recuerda a una tormenta. Fueron vistos volando; a la deriva como una nube tempestuosa. La paloma vuela a su palomar, oa las grietas de las rocas, cuando se avecina la tormenta. ( JR Macduff, DD )

El gozo de la Iglesia por la multiplicaci�n de convertidos a Cristo

I. LA DESCRIPCI�N DE LOS CONVERTIDOS EN TIEMPOS EVANG�LICOS.

1. �De d�nde vuelan? Estas personas est�n representadas como provenientes de entre los gentiles, el mundo pagano.

2. �Ad�nde vuelan? Se dirigen a �l, a quien se designa en el vers�culo diecis�is como "el Se�or, el Salvador y Redentor, el Santo de Jacob". Pero este no es el todo. Estos conversos tambi�n se representan como reparadores de la Iglesia en cuanto a su descanso y hogar.

3. �Cu�l es el modo en que se les representa volando desde su posici�n anterior hacia Cristo y hacia la Iglesia? Las im�genes son muy hermosas e impresionantes.

(1) �Como la nube�, que cubre los cielos; dando a entender a la gran cantidad de personas que deben volverse de las tinieblas a la luz y del poder de Satan�s a Dios. Como la nube �, con gran rapidez y celeridad. "Como la nube", abierta y visiblemente; no como si quisieran ocultarse, sino en el esp�ritu de quienes est�n dispuestos a negarse a s� mismos y tomar su cruz y seguir a Cristo, o de aquel que exclam�: �No me averg�enzo del Evangelio de Cristo, porque es el poder de Dios para salvaci�n a todo aquel que cree.

�� Como la nube �, poderosamente; para que nada se resista a su curso. �Como la nube�, que deja caer muchas lluvias al pasar por el cielo, y que refresca y fertiliza la tierra, as� ser�n �tiles estos conversos en su avance, como aquellos de quienes leemos en la historia de los Evangelios, quienes mientras viajaban por las ciudades y pueblos y diferentes partes del pa�s, difundieron el nombre de Jes�s y presionaron a otros para que tambi�n fueran sus disc�pulos.

(2) Mire tambi�n la otra admirable semejanza: "Como las palomas". Esto no solo expresa algunas ideas similares, como la de los n�meros y la rapidez y la fuerza, sino algunas otras que no debemos dejar de notar cuidadosamente. Denota, entonces, unanimidad general. Todos est�n inclinados a un gran objetivo: "�Qu� debo hacer para ser salvo?" Todos tienen un Salvador al que miran, un m�todo de salvaci�n que abrazan.

La multitud es, a este respecto, de un solo coraz�n y una sola alma. Describe su cordial compa�erismo. En los d�as felices en que el Evangelio se abrir� camino entre los hombres, ni uno ni dos de una familia y de una tribu solos, dispersos aqu� y all�, mantendr�n la comuni�n entre s�, sino que el cuerpo de creyentes se unir� en la unidad del esp�ritu y en el v�nculo de la paz. Y en fin, como las palomas reparan sus ventanas y entran en su caba�a, como su descanso y hogar, cuando se cansan de su largo vuelo; as� los s�bditos de la gracia divina se refugian en la Iglesia de las tormentas exteriores, y encuentran all� un reposo que no se obtiene en el mundo.

II. LOS SENTIMIENTOS Y EMOCIONES CON LOS QUE DEBEMOS VER ESTAS ADHESIONES A LA IGLESIA. "�Qui�nes son estos que vuelan como nubes, y como palomas a sus ventanas?"

1. Este es el lenguaje de la sorpresa y la admiraci�n; porque la conversi�n de un alma a Dios es en todos los sentidos una maravilla.

2. Es el lenguaje de la gratitud y el placer.

3. Es el lenguaje de la complacencia.

4. Este es el lenguaje de la esperanza prospectiva. Porque, si se admite que ya muchos han venido y se han entregado a Cristo, es grato pensar que son s�lo las primeras gotas de la copiosa lluvia. ( J Clayton. MA )

Las palomas de Dios volando hacia sus ventanas

I. UNA DULCE VISTA QUE LA IGLESIA DEL ANTIGUO TESTAMENTO OBTIENE DEL ESTADO DE LAS MATERIAS BAJO EL NUEVO TESTAMENTO, sobre la revelaci�n de Cristo en el Evangelio entre los gentiles. Ve pobres almas sobre las alas, en grandes multitudes, volando hacia un Salvador; y una vista m�s dulce no se puede ver en la tierra.

II. LA FORMA DE SU VUELO. "Como nube y como palomas".

III. EL PLAZO U OBJETO DE SU VUELO. Vuelan a las ventanas en busca de alivio. Como la ventana del arca de No�, por donde entr� la paloma, cuando no pudo encontrar lugar para la planta de su pie, a causa del diluvio.

IV. LA AGRADABLE SORPRESA QUE LA IGLESIA DEL ANTIGUO TESTAMENTO SE ENCUENTRA EN ESTA VISTA. ( E. Erskine. )

Maravilloso aumento de la Iglesia

La Iglesia, cuando pronunci� estas palabras, parece haber sido objeto de tres tipos de sentimientos.

I. MARAVILLA.

1. La Iglesia se asombr� del n�mero de conversos.

2. El Caldeo tiene la idea de la rapidez. "�Qui�nes son estos que vuelan tan r�pido como una nube?"

3. El Targum tiene otra idea, la de la publicidad. La nube vuela para que todos puedan verla. As� que estos conversos vuelan abiertamente ante el mundo.

4. Hay otra idea aqu�, que el Dr. Gill nos da en su valioso comentario. ��Qui�nes son estos que vuelan como una nube�, por unanimidad? No como nubes, sino "como una nube"; �no como dos o tres cuerpos, sino como una masa unida y compacta!

5. De nuevo, existe la idea de poder. �Qui�n es el que refrenar� una nube y la detendr� en su marcha?

II. PLACER.

1. La Iglesia est� sumamente complacida con el car�cter de quienes acuden a ella. "Palomas".

2. La Iglesia se complace en su condici�n: �vuelan�.

3. La traducci�n de la LXX nos da otra idea. "�Qui�nes son estos que vuelan como palomas con sus cr�as?" La Iglesia se regocija por la compa��a que traen consigo los conversos.

4. La Iglesia se complace en la direcci�n en la que se mueven estas palomas. "A sus ventanas". El gozo de la Iglesia es que el pobre pecador no vuela hacia el hombre, ni hacia la ley, sino hacia Cristo, el palomar.

III. ANSIEDAD. "�Todos!" dice la Iglesia, �est� muy bien que vuelen como una nube; est� bien que vayan como palomas a sus ventanas; pero �qui�nes son? Ella desea ansiosamente estar segura de que todo es oro lo que se deposita en su tesoro. "�Quienes son?" Me dirijo a una Iglesia ansiosa por responder.

1. Son los que vuelan. Vuelan porque no pueden detenerse donde estaban, y est�n volando, en alg�n otro lugar para refugiarse. 2. Vuelan, no en el suelo, sino como una nube, en lo alto. Eran personas a las que no les importaba el mundo, pero quer�an el cielo.

3. Eran personas impulsadas por el viento, al igual que las nubes, que no tienen poder por s� mismas para moverse, pero tienen algo que las impulsa detr�s.

4. Son personas que han sido regeneradas, porque son "palomas". Se transforman de cuervos en palomas, de leones en corderos.

5. Son los que han huido a sus ventanas y han encontrado refugio en Cristo. ( CH Spurgeon. )

La nube de palomas

I. �QUI�NES SON PARA QUE DEBEN SER TAN MUCHOS? La respuesta a esa pregunta es otra pregunta: �Por qu� no deber�an ser muchos?

1. Hay muchos pecadores en el mundo; �Por qu� no deber�a convertirse un gran n�mero? Cuando muchas almas son llevadas a Cristo, son relativamente muchas. Por lo general, �ay! son relativamente peque�os.

2. �No ha tra�do Cristo al mundo una gran redenci�n?

3. �Por qu� no deber�an venir a las multitudes enfermas cuando el esp�ritu de Dios es muy capaz de guiarlos a venir?

4. El cielo es muy grande y los preparativos que ha hecho la gracia son muy grandes.

II. �QUI�NES SON QUE DEBEN VOLAR?

1. Vuelan hacia Cristo, porque son impulsados ??y no pueden evitar volar hacia �l.

2. Pueden volar, porque est�n en peligro.

3. Adem�s, estos pecadores voladores tienen fuertes deseos dentro de ellos. A veces veo a un hombre arrojar una paloma al aire para que encuentre el camino a casa. Suele dar vueltas durante un rato, como si no supiera qu� direcci�n tomar; pero, en ese momento, su r�pida mirada capta alg�n punto de referencia familiar, y por instinto sabe cu�l es el camino a casa, y luego, se va.

Lo mismo ocurre con un alma que el Esp�ritu de Dios una vez ha vivido. Anhela a Cristo. Puede vacilar y mirar a su alrededor para encontrar el camino que debe seguir para encontrarlo; pero al fin, dice dentro de s� mismo: Ah� est�, y se va, como las palomas a sus ventanas.

4. Bien pueden volar, porque tienen muy poco tiempo para llegar al Salvador.

III. �POR QU� VUELAN COMO PALOMAS, es decir, en una bandada, para que parezcan una nube en movimiento?

1. Porque todos corren un peligro com�n. Est�n demasiado absortos en las solemnidades de su condici�n ante Dios como para tener tiempo o desear la contenci�n; y, por lo tanto, no se pelean y pelean, como lo har�an varios halcones, sino que vuelan juntos en una banda.

2. Porque buscan un refugio com�n.

IV. �QUI�NES SON PARA QUE DEBEN VOLAR POR ESTE MANERA? Quiero decir, �qu� los hace volar a Cristo? �Qu� los hace volar a Su Iglesia?

1. Porque est�n buscando seguridad, y no hay seguridad para ellos excepto en Cristo.

2. Tambi�n necesitan descansar, y un palomar es un lugar de descanso para una paloma.

3. Te gusta ir a donde se re�ne el pueblo de Dios porque tu comida est� ah�.

4. Nuestros compa�eros est�n ah�.

5. Algunos de nosotros volamos all� porque nuestros j�venes est�n all�. ( CH Spurgeon. )

Versículo 9

Ciertamente las islas me esperar�n

Los barcos de Tarsis

Los barcos de Tarsis que vienen del extremo extremo de la regi�n insular europea, como los l�deres de la flota que traen a los hijos del Le�n desde lejos.

( F. Delitzsch, DD )

Barcos misioneros

Los barcos de Tarsis, barcos de transporte, estar�n listos para llevar a los miembros de regiones lejanas a la Iglesia o, lo que es equivalente, para llevar a los ministros de la Iglesia a lugares remotos para predicar el Evangelio y traer almas a unirse al Se�or. ( M. Henry. )

La ampliaci�n de la Iglesia

I. QUIENES SON TRAJADOS. �Tus hijos�, es decir, los que est�n destinados a serlo, esos �hijos de Dios que son hundidos en el exterior� ( Juan 11:52 ).

II. LO QUE TRAER�N CON ELLOS. Viven a tal distancia que no pueden traer sus reba�os y sus carneros; pero, como los que viven lejos de Jerusal�n, cuando suban a adorar en la fiesta, traer�n "su plata y su oro". Cuando nos entregamos a Dios, debemos, con nosotros mismos, entregar todo lo que tenemos a �l. Si lo honramos con nuestro esp�ritu, lo honraremos con nuestra sustancia.

III. A QUI�N SE DEDICAR�N Y DEDICAR�N Y TODOS VAN. Al "nombre del Se�or tu Dios"; a Dios como el Se�or de todo, y el Dios y Rey de la Iglesia, s�, al Santo de Israel, a quien Israel adora como a un Santo, en la hermosura de la santidad, "porque �l te ha glorificado". El honor que Dios pone sobre Su Iglesia y su pueblo no solo debe comprometernos a honrarlos, sino tambi�n invitarnos a unirnos a ellos. �Iremos contigo, porque Dios est� contigo� ( Zacar�as 8:23 ). ( CHSpurgeon. )

Versículo 12

Porque la naci�n y el reino que no te sirvan perecer�

El car�cter y la ruina de una naci�n corrupta

I. EL CAR�CTER DE UNA NACI�N CORRUPTA. El texto implica:

1. Que hay un cierto curso de la vida humana que la Biblia reconoce como servicio al Se�or.

2. Que tanto las naciones como los individuos est�n obligados a seguir ese camino. No hay sentimiento m�s com�n, ninguno m�s filos�ficamente absurdo, ninguno m�s pernicioso moralmente que este: que las comunidades de hombres se liberan de las obligaciones que son vinculantes para los individuos.

II. LA CONDENACI�N DE UNA NACI�N CORRUPTA. �Ellos perecer�n, s�, esas naciones ser�n completamente devastadas�.

1. La condenaci�n es de lo m�s calamitosa. "Perecer�".

(1) Muere en cuanto a su existencia nacional. Su comercio se consumir�; su gobierno ser� disuelto; todas las instituciones de las que se enorgullecen desaparecer�n. Toda la tierra quedar� desolada como un castillo antiguo, muchas grandes naciones han muerto as�. �D�nde est�n los imperios de los faraones, los belsasar, los alexandros y los c�sares? Han perecido, se han perdido por completo.

(2) Pero hay un sentido a�n m�s solemne en el que las naciones perecen, es decir, en un sentido espiritual. Perder�n sus almas. No su existencia, no su conciencia, no sus recuerdos; sino sus misericordias, sus amistades, sus esperanzas, su cielo, su Dios.

2. La perdici�n es m�s segura. Aqu� est� amenazado con �nfasis - "perecer�n, s�", etc. Toda analog�a indica su certeza. Nuestro tema explica:

(1) Convulsiones nacionales.

(2) El verdadero m�todo de promover la estabilidad nacional. ( Homilista. )

Versículo 13

La gloria del L�bano vendr� a ti

�rboles empleados al servicio de la Iglesia

Es dif�cil decir si la referencia se refiere a los materiales de construcci�n para el edificio sagrado o a los �rboles ornamentales plantados en los patios del templo.

( Prof. J. Skinner, DD )

Variedad en la unidad

La variedad de instrumentos y operaciones subordinadas a la unidad de prop�sito es una caracter�stica sorprendente en todas las obras de Dios. Esta ley establece tanto la belleza como el uso. El texto nos ense�a que el m�todo por el cual Dios obra en la naturaleza es tambi�n el m�todo por el cual obra en gracia, que la ley de la variedad en la unidad es la ley seg�n la cual �l consolida y extiende Su reino entre la humanidad. La alusi�n y la doctrina son igualmente claras.

La alusi�n es a los diversos �rboles del L�bano empleados por Salom�n por su utilidad y belleza en la construcci�n del templo en Jerusal�n. Variando en tama�o, calidad y apariencia de la madera, todos se consideraron necesarios con el prop�sito de embellecer el lugar, que iba a ser a�n m�s hermoso y glorioso por la majestad y la gracia del Dios que mora en nosotros. La doctrina es que, de la misma manera, varios agentes - hombres de diferentes per�odos y naciones, hombres de diferentes posiciones, talentos y logros, hombres de credos y gustos mentales opuestos - son usados ??por Dios en la erecci�n y adorno de ese templo espiritual que �l hace Su morada especial, cuya magnificencia y gloria, sobreviviendo a las desolaciones del tiempo, resplandecer� para Su alabanza a trav�s de las edades de la eternidad. ( W. camareros. )

Diversas agencias en la Iglesia

I. LAS ILUSTRACIONES DE ESTA DOCTRINA SON M�LTIPLES.

1. Lo primero que noto es lo que se nos proporciona en la estructura de la Biblia. Para un observador superficial, la Biblia parece una colecci�n de peque�os libros encuadernados sin ning�n v�nculo de conexi�n. Pero si estudiamos detenidamente esta colecci�n de libros, veremos, subyacente a todas las diversidades, una unidad que indica que todos han sido originados y guiados por una mente suprema.

2. Ciertos per�odos requieren ciertas �rdenes de hombres y ciertos dones, no necesarios en otros momentos.

3. Adem�s, las cualidades peculiares de varias razas y tribus sirven para extender la verdad de Dios y promover el crecimiento y la perfecci�n de Su Iglesia. El cristianismo no reconoce nacionalidades como jud�as y gentiles,

Griegos y b�rbaros, europeos y africanos, americanos y asi�ticos, todos son uno en Cristo Jes�s. A�n as�, Dios santifica todas las caracter�sticas nacionales para su misericordioso prop�sito de hacer que el cristianismo triunfe universalmente. La reverencia jud�a, la inteligencia y el gusto griegos, el valor y el honor romanos, la empresa escandinava, la energ�a pr�ctica de los anglosajones, la investigaci�n especulativa y el paciente trabajo del alem�n, la brillante vivacidad y la gracia del franc�s, la brillante imaginaci�n del italiano, el negro ardiente. , y el Oriental lleno de sutileza y disputa - todos son forjados por el Maestro Constructor en la fuerza y ??belleza de la estructura que est� levantando para Su honor.

4. Tampoco se pueden considerar las distinciones denominacionales como un mal del todo; porque Dios hace que todos est�n al servicio de la manifestaci�n completa de Su evangelio multifac�tico y de la extensi�n m�s amplia de Su reino.

5. Las diferencias originales de constituci�n mental y temperamento tambi�n tienen su lugar y funci�n. Hay diversidad de dones, pero existe el mismo Esp�ritu; hay diferencias de administraciones, pero existe el mismo Se�or; Hay diversidad de operaciones, pero es el mismo Dios el que obra todo en todos.

II. OBSERVACIONES PR�CTICAS.

1. Podemos estar seguros de que donde Dios ha dise�ado y calificado a hombres para trabajar en Su Iglesia, �l preparar� el camino para su utilidad.

2. Todo hombre debe tratar de encontrar su verdadera posici�n y demostrarle fidelidad.

3. El tema anima al m�s d�bil de los siervos del Se�or. Todos tienen su lugar y uso.

4. �No se nos recuerda el deber de la caridad hacia todos los que participan en la obra del Se�or? Con demasiada frecuencia, las diversidades de los cristianos son motivo de celos; deja y pelea. Si somos cristianos, todos somos plantas plantadas por la diestra de Dios; content�monos con florecer seg�n nuestra especie, y regocij�monos en que todos contribuimos con algo a la gloria del jard�n del Maestro. ( W. camareros. )

Har� glorioso el lugar de mis pies

"El lugar de Mis pies"

I. LA ESCENA DE ESTA DIVINA GLORIA ESPECIAL. "El lugar de Mis pies". Los escritores sagrados dicen que los pies de Dios indican su presencia personal. El lugar de los pies de Dios, o el estrado de sus pies, fue, en la antig�edad, el templo de Jerusal�n. La alusi�n del idioma es a un trono real. Se concibe a Jehov� como Rey de Israel, Rey de reyes, cuyo trono est� en los cielos, pero el estrado de sus pies en el templo terrenal; y all� los israelitas, como sus verdaderos s�bditos, deb�an repararse, rendir homenaje a su gran Rey e inclinarse humildemente ante el estrado de sus pies.

Todo esto fue, a su vez, figura de las mejores cosas reservadas para nosotros. La particularidad jud�a se ha ampliado al �mbito de la gran familia de la fe, cuyos hijos e hijas proceden de todos los linajes, pueblos y lenguas de la tierra. La verdadera Iglesia, compuesta por todos los creyentes de cualquier nombre o naci�n, es el templo de Dios: "el lugar de sus pies". En un sentido real e importante, la amplia tierra, y toda la creaci�n material, es el estrado de sus pies, marcada en todas partes por las amplias huellas del Creador que revelan su poder eterno y su divinidad. Los signos de la Providencia revelan los movimientos de un Dios presente y siempre activo, que ejerce un control sabio, justo y benigno sobre sus criaturas.

II. LA GLORIA DE LA ESCENA. Fue la gloria del Ed�n que all� Dios hablara con el hombre cara a cara. De modo que es la gloria del cielo que all� llena a sus santos con el gozo de su comuni�n eterna. Fue la gloria del Sina� que all� despleg� Su grandeza y proclam� Su ley; y del Tabor y el Calvario que all� despleg� Su majestad oculta y la plenitud de Su misericordia. Y es la gloria de la Iglesia que se distingue por las manifestaciones m�s claras de la presencia y la gracia divinas. �Cu�les son estas manifestaciones? Dios hace glorioso el lugar de sus pies,

1. Por el culto que all� se rinde y se acepta.

2. Por la gloria espiritual que all� se crea. �La gloria del L�bano, etc. La gloria de la Iglesia radica en la posesi�n y el ejercicio de los principios morales m�s grandes y nobles, aquellos que est�n m�s asimilados a la naturaleza divina. El verdadero prop�sito de la Iglesia, el fin final de su guerra, es ser un testimonio vivo para la humanidad de estos principios morales, ser una protesta encarnada contra todo el culto al dinero y el culto al placer y, por lo tanto, al culto del mundo; para ser una revelaci�n para el hombre de mayores intereses y bendiciones, y una grandeza divina. Es cuando ella se asemeja m�s a Dios y a Cristo cuando los hombres caen y confiesan que Dios est� en ella como verdad. Entonces la gloria del Se�or ha nacido sobre ella.

3. Atrayendo inmensas y variadas multitudes de todos los rincones del mundo a Su Iglesia. Aunque los n�meros no sean lo m�s importante, son un verdadero elemento de gloria.

4. Por la bienaventuranza conferida. Todos los elementos de la gloria de la Iglesia enumerados hasta ahora son elementos de bienaventuranza; pero hay otras fuentes especiales de esa bienaventuranza.

(1) Existe la bendici�n de la seguridad inviolable. La mayor monarqu�a terrenal no tiene poder para protegerse a s� misma contra un asalto, incluso contra un asalto exitoso. Es la gloria de la casa de Dios que est� a salvo. Est� fundada sobre una roca y las puertas del infierno no pueden prevalecer contra ella.

(2) El esplendor absoluto e indecible de la Iglesia, el esplendor de su pureza, el esplendor de su alegr�a. ( J. Riddell. )

Versículo 14

Tambi�n los hijos de los que te afligieron vendr�n inclinados hacia ti

Honor hecho a la Iglesia

Se hace una promesa como esta a la Iglesia de Filadelfia ( Apocalipsis 3:9 ); y est� destinado a ser ...

1.

Una mortificaci�n para los orgullosos opresores de la Iglesia.

2. Exaltaci�n a los pobres y oprimidos de la Iglesia.

3. Y este es el honor que se les har�: tendr�n la oportunidad de hacer el bien a los que les han hecho el mal, y de salvar la vida a los que los afligieron y despreciaron. Es un placer para un buen hombre, y �l considera un honor, mostrar misericordia a aquellos con quienes no ha encontrado misericordia. ( M. Henry. )

La ciudad del se�or

La ciudad del se�or

1. Lo ha construido para el honor de Su majestad.

2. Lleva Su nombre.

3. Lo ha fortificado con muros y baluartes inexpugnables.

4. Lo ha embellecido con las gracias de su esp�ritu.

5. Lo ha llenado con las bendiciones de Su bondad.

6. Lo ha felicitado con Su graciosa presencia.

7. Es la ciudad donde reside el pueblo peculiar de Dios, que es el amado del Se�or, en quien Sus ojos y Su coraz�n est�n continuamente fijos.

8. Lo estima por encima de todos los reinos e imperios del mundo. ( R. Macculloch. )

Una ciudad ideal

Esa ciudad es verdaderamente grande y honorable, es fuerte, es rica, es segura, es hermosa, es el lugar m�s deseable para vivir, que es la ciudad del Se�or, que �l posee, en en el que �l habita, en el que la religi�n es lo m�s importante. ( M. Henry. )

Versículo 16

Tambi�n mamar�s la leche de los gentiles

La Iglesia servida por naciones y reyes

Las naciones y sus reyes entregan ahora a la Iglesia su sustancia vital, como una madre o nodriza da al ni�o la leche de sus pechos; y as� la Iglesia tiene un rico alimento para un crecimiento pr�spero, material siempre fresco para el gozo y la acci�n de gracias.

De ninguna manera podemos pensar en el enriquecimiento mediante el saqueo; la succi�n es la de un ni�o, no la de un vampiro. ( F. Delitzsch, DD )

Religi�n impulsada por la riqueza y el poder

Todos los int�rpretes est�n de acuerdo con el Targum al aplicar este vers�culo a la afluencia de riqueza y poder y cualquier otra cosa que los reyes y naciones de la tierra puedan contribuir al progreso de la verdadera religi�n. La cifra se deriva de Dt
33:19. ( JA Alexander. )

Las perpetuas excelencias de la Iglesia del Evangelio

( Isa�as 60:15 ): - Considerando lo corta que fue la excelencia de Jerusal�n, y lo corta que fue del vasto alcance de esta promesa, debemos buscar su pleno cumplimiento en las perpetuas excelencias de la Iglesia del Evangelio, lejos superando los de la Iglesia del Antiguo Testamento, y los gloriosos privilegios y ventajas de la religi�n cristiana, que son en verdad el "gozo de muchas generaciones". Aqu� se habla de dos cosas como su excelencia y alegr�a, en oposici�n a que haya sido abandonada y odiada.

1. Se encontrar� con el apoyo de sus vecinos. Las naciones y sus reyes que sean llevados a abrazar el cristianismo se esforzar�n por el bien de la Iglesia y mantendr�n sus intereses con la ternura y el cari�o que la nodriza muestra al ni�o que tiene al pecho.

2. Ella se encontrar� con el apoyo de su Dios. �Sabr�s que yo, el Se�or, soy tu Salvador, etc. ( M. Henry ) .

Chupando la leche de las naciones

No chuparles la sangre, ese no es el esp�ritu del Evangelio. ( M. Henry. )

Versículo 17

Por el bronce traer� oro

El reino de dios

Este pasaje ocurre en medio de las brillantes profec�as sobre el reino milenial.

Sin embargo, tiene su aplicaci�n al reino en su estado actual.

I. EL REINO DE CRISTO RECONOCE DIFERENTES GRADOS, CUALIDADES, VALORES, USOS. Cada uno de estos es m�s eficaz en su propio lugar. Preferir�amos comprometernos con un barco de acero que con uno cuyo casco est� hecho de oro. No podr�a sucederle al mundo mayor calamidad que convertir todas las sustancias en oro. En la variedad de talentos y dones de la Iglesia, las diferencias de clases son esenciales para la prosperidad. Dios nunca se repite a s� mismo. La igualdad es imposible y, de ser posible, ser�a desastroso.

II. TODAS LAS COSAS TIENEN UN VALOR MEJORADO EN EL REINO DE DIOS. �Para el bronce traer� oro�, etc. Dondequiera que venga la Iglesia de Cristo, instant�neamente todas las cosas cobran mayor valor: la propiedad, las escuelas, el comercio, las instituciones, el gobierno, la familia, el individuo. Puede interrogar en solo cuatro direcciones diferentes: la naturaleza, el mundo racional, el pecado, el reino. La naturaleza responde: �No cambio nada.

Yo proporciono el mineral; No puedo sacar el metal; No puedo cambiar ni siquiera el lugar de una piedra ". Rational World responde: �Puedo cambiar las formas, los lugares, las combinaciones de las cosas, pero no puedo cambiar las sustancias. No puedo convertir el hierro en plata, la madera en lat�n, las piedras en hierro ". El pecado se eleva en su negra monstruosidad y dice: �S�, tengo poder para cambiar. Puedo extender la mano, poner mi mano sobre el oro de veintid�s quilates y arrastrarlo hacia la plata; Puedo arrastrar la plata al bronce, el bronce al hierro, el hierro a la piedra, la piedra a la madera, la madera que puedo quemar con la antorcha del odio y esparcir las cenizas en el suelo al rojo vivo del infierno. �puedo hacer eso!" El pecado puede arrastrar al genio o al arc�ngel al abismo de un infierno sin esperanza. Solo el Reino puede decir: �Todo lo que toco aumentar� de valor.

III. ESTE AUMENTO DE VALORES ES POR Y A TRAV�S DE GRADOS SUCESIVOS: madera, piedra, hierro, lat�n, plata, oro. El m�todo de trabajo de Dios es el desarrollo a trav�s de grados. No existe tal cosa como alcanzar la perfecci�n en un l�mite. Es una caminata, una carrera, lo que significa un progreso constante por pasos.

IV. SE DESTACA LA AGENCIA DIVINA. "Traer�." Las transformaciones en la naturaleza humana se efect�an a trav�s del poder y la gracia Divinos. ( A. McE. Wylie. )

La era dorada

La edad de oro de la humanidad est� en el futuro. Esta edad se representa aqu� como superior a todas las edades futuras, como el oro supera al bronce. Moralmente, esto puede incluir tres cosas.

I. QUE PARA EL ATE�SMO PR�CTICO HABR� PIEDAD.

II. QUE PARA EL MATERIALISMO DOMINANTE HABR� ESPIRITUALIDAD.

III. QUE PARA CONTROLAR EL EGO�SMO HABR� BENEVOLENCIA. ( Homilista. )

El maravilloso intercambio

Esto parece un tipo de comercio muy poco rentable. Promete s�lo la quiebra m�s r�pida y absoluta. Seguramente alguien que hace tal oferta debe tener grandes tesoros y un gran amor. Debe haber una confianza perfecta en que no puede haber agotamiento del tesoro, ni agotamiento en el deleite de dar perpetuamente a los dem�s la mejor parte del trato. Nadie puede tener tanta confianza y sentimiento sino Dios.

Es Dios, el infinito, quien propone dar oro por bronce. Es simplemente lo que �l est� haciendo constantemente en la naturaleza, dando lo mejor por lo peor. Dios siempre ve y busca lo m�s elevado posible en cada naturaleza. Y quiere que captemos Su perspicacia penetrante. "El ojo no vio, ni el o�do oy�, ni el coraz�n de hombre concibi� las glorias que Dios ha preparado para los que le aman". Pero Dios est� constantemente tratando de revel�rnoslos por Su Esp�ritu.

Siempre est� tratando de darnos oro por bronce y plata por hierro. Esta deber�a ser una buena noticia para el hombre. Siempre est� dispuesto a sacar el mejor provecho de un trato. Ahora bien, hay varios tipos de vida y muchos grados de cada tipo. Existe lo que se conoce como vida f�sica, mental, emocional y espiritual. Evidentemente hay vida que es como arcilla, como mineral, como hierro, como bronce, como plata, como oro. Dios todo el tiempo ofrece a cada hombre cambiar su duro hierro de vida en bronce, su bronce en plata, su plata en oro.

�C�mo se propone hacerlo? Precisamente sobre los principios por los que el hombre act�a en la vida cotidiana. De hecho, Dios ha hecho imposible que los hombres tengan �xito en la vida que es ahora, excepto en las leyes que dan �xito en la vida venidera. As� como el hombre da m�sculo por el pan, o esfuerzo de m�sculo para que todos los placeres de la vida sean suyos, as� como da algunas medianas noches, as� estudia para que sea eternamente sabio, as� como da abnegaci�n para tener exuberancia. de fuerza, as� como da todas las cosas que tiene, para que pueda guardar su vida, as� Dios siempre pregunta a tu hierro cu�ndo dar�a bronce, pregunta a tu bronce cu�ndo dar�a plata, pregunta tu plata cu�ndo dar�a el bronce. Dad oro refinado en fuego, para que se�is ricos y teng�is coronas de gloria eterna.

El problema con los hombres es que dan su m�sculo por pan, pero no le dan hierro a Dios por bronce. Creo que es una afirmaci�n susceptible de reivindicaci�n, que Dios no enriquece por legado, sino por intercambio. Todo el que est� investido est� en gran peligro. Mira los grandes h�roes que Dios ha hecho en nuestra historia: llenan la tierra y se elevan a los cielos. �Fueron dotados? Ninguno, excepto con facultades; ten�an que desarrollar sus virtudes.

As� en el caso de toda grandeza moral. Dios da las Condiciones, las oportunidades; pero el hombre debe trabajar con Dios. �Se someti� el alma humana que Cristo asoci� consigo mismo a este plan de desarrollo, y especialmente el Hijo de Dios, engendrado en santidad y perfecci�n, se someti� a esta ley que se ha aplicado a todos los hombres? Si esto se responde afirmativamente, debemos concluir que no hay otro camino posible a la grandeza y camino a la perfecci�n.

Es evidente a primera vista que Jesucristo hombre acept� constantemente esta ley. �l fue obediente a sus padres y les entreg� su voluntad. Su principio de vida anunciado fue: �No vine a hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envi�. '�l renunci� a las riquezas de la plata, anal por nuestro bien se volvi� pobre. Dej� vacante el trono del universo y se convirti� en siervo de los sirvientes de los hombres. El Se�or de la vida se hizo obediente hasta la muerte, incluso la muerte de Cruz.

Abandon� toda la plata, el lat�n, el hierro, las piedras y la madera. �Hubo algo de oro a cambio? "Por tanto, por esto, Dios le ha exaltado hasta lo sumo". No puede haber ning�n error. Vemos claramente el camino hacia la mayor fortaleza de car�cter y la mayor altura de gloria. No es el camino de la gratificaci�n presente, del ego�smo, de la b�squeda de fines personales y familiares, sino un abandono del bien personal por el bien superior de Dios, una venta de lo inferior por lo superior.

Una vez, Dios abri� las ventanas del cielo y derram� suficiente agua para ahogar un mundo. Luego toma ese gran diluvio de abundancia y lo convierte en un emblema de la abundancia de bendiciones espirituales.
Lleva los diezmos al alfol�, las peque�as d�cimas de la ganancia diaria, y mira si no abro las ventanas del cielo y te derramo una bendici�n de que no habr� suficiente lugar para recibirla. ( Revisi�n homil�tica. )

Versículo 18

Pero a tus muros llamar�s Salvaci�n

Muros, salvaci�n; puertas, alabanza

Considere c�mo la salvaci�n es un muro y c�mo las puertas son alabanza.

1. Hay tres salvaguardias que un pecador desea. El quiere ser salvo

(1) De la condenaci�n de sus pecados.

(2) Del poder de sus pecados.

(3) Del conflicto y la presencia de sus pecados.

Por tanto, la salvaci�n del hombre le llega con tres manifestaciones. Esta triple salvaci�n es, para todo hombre que la recibe, como un muro. Por un lado, hacia el adversario, es un muro de fuego; del otro lado, como se le muestra al que est� dentro, es refugio. Es hermoso, como todas las piedras preciosas y brillantes, incrustado con toda la belleza y los atributos de Dios. Y todo lo que atraviesa esa pared para tocar a un hombre, primero ha tocado y traspasado a su Salvador; porque toda la fidelidad de Dios, y todo el poder de Dios, y toda la gloria de Dios, y toda la obra del gran Mediador, van para hacer la eternidad y la suficiencia de ese gran baluarte.

2. "Llamar�s alabanza a tus puertas". �Qu� es la alabanza? El gozo de un esp�ritu feliz, volviendo al seno de Dios como su �nica fuente. A trav�s de los muros de la salvaci�n, el cristiano entra en una paz perfecta, para que con un coraz�n feliz pueda salir alabando. �En cada objeto de la naturaleza, le gusta ver alg�n reflejo de un mundo invisible! En toda providencia, traza la mano de un Padre.

Tiene pensamientos muy por encima que le hacen caminar por este mundo como un hombre independiente. El cielo est� dorando toda la distancia hasta �l. Por fin llega a Si�n "con c�nticos y gozo eterno sobre su cabeza". ( J. Vaughan, MA )

Tus puertas, alabanza.

Las canciones y los himnos han sido siempre las composiciones humanas m�s interesantes e inspiradoras; si trazamos una l�nea de distinci�n arbitraria entre los dos, entonces dir�a que Song representa la m�sica de la sangre, mientras que el Himno representa la m�sica del alma. Es en el canto que pronunciamos la m�sica de la naturaleza; es en el himno que pronunciamos la m�sica de la gracia y la santidad divina. ( E. Paxton Hood. )

Las puertas de la alabanza

No me extra�a que las puertas de la Iglesia se llamen Alabanza. No me sorprende, porque est� claro que la alabanza se abre; no, no podemos decir cu�les son los tesoros de la sabidur�a y el conocimiento hasta que hayamos atravesado las puertas de la alabanza. No sabemos lo que Dios ha reservado para los que le aman, hasta que hayamos traspasado las puertas de la Alabanza. Como a veces caminamos de paso en paso, de lugar de aterrizaje en lugar de aterrizaje, y de escena en bollo, hasta que por fin llegamos a cierta elevaci�n, cuando todo el gran panorama irrumpe sobre nuestra asombrada visi�n, y el camino, y la empinada subida y la colina, e incluso las bellezas del camino, quedan igualmente olvidadas en el abrumador esplendor de la escena; as� es cuando somos capaces de atravesar, o incluso mirar, las puertas de la Alabanza; hasta los consuelos de la oraci�n se pierden por causa de la gloria que sobrepasa; pasamos de lo finito a lo infinito, cuando miramos el paisaje o respiramos la atm�sfera de alabanza. (E. Paxton Hood. )

Las puertas de la Alabanza.,

I. LA ALABANZA ES LA PUERTA POR LA QUE SALEMOS DE NOSOTROS MISMOS.

II. ES POR ESTE CAMINO EL CREYENTE PASA A NUEVAS RELACIONES. Entra en la Iglesia por �las puertas de la Alabanza. Es imposible que pueda haber un cristiano ingrato.

III. Puertas dentro de las puertas, puertas de la ciudad y puertas dentro de la ciudad; LA PUERTA POR LA QUE PASAMOS AL CONOCIMIENTO SUPERIOR Y A LA VIDA SUPERIOR ES LA ALABANZA. ( E. Paxton Hood. )

Alabado sea por la salvaci�n

Los rabinos dicen que cuando Dios cre� el universo le pregunt� al seraf�n supremo qu� pensaba del trabajo de sus manos, y �l respondi� que no le faltaba nada m�s que que se hiciera vocal y que pudiera pronunciar de manera audible la alabanza de su Hacedor. Pero en la obra de la salvaci�n es as�: �al que est� sentado en el trono� se eleva en la grandeza de fuertes repiquetes de armon�a. ( E. Paxton Hood. )

Versículo 19

El sol ya no ser� tu luz de d�a

El m�s bajo dando lugar al m�s alto

El profeta le pide a su pueblo que espere un tiempo en el que incluso el sol y la luna se volver�n innecesarios para ellos; cuando en alguna experiencia nueva y m�s directa de Dios no necesitar�n nada que les refleje Su luz, sino beber inmediatamente de �l Su fuerza e inspiraci�n.

Ese parece ser el significado de las palabras; y as� nos se�ala una caracter�stica que pertenece a todo progreso, el poder de prescindir de una cosa tras otra que antes hab�a sido esencial, la forma en que, a medida que avanzamos hacia suministros cada vez m�s altos, podemos reunir, de ellos lo que sol�amos obtener de fuentes inferiores. Es como ese vers�culo en la descripci�n de San Juan de la Nueva Jerusal�n: �No vi templo en ella, porque el Se�or Dios Todopoderoso y el Cordero son el templo de ella.

O como estas palabras m�s sobrias de la autobiograf�a de San Pablo: �Cuando me convert� en hombre, dej� de lado las cosas infantiles�. Esta vida que asciende a lo m�s alto ayuda y las empresas pueden prescindir f�cilmente de lo inferior. ( Phillips Brooks, DD )

Las cosas que alguna vez fueron necesarias pueden dejar de ser necesarias

Mientras escalamos una monta�a alta, debemos mantener el equilibrio sobre un saliente hasta que nos hayamos aferrado con fuerza al siguiente. Entonces podemos dejar ir el punto de apoyo inferior. Las vidas de los hombres que siempre han crecido est�n sembradas a lo largo de todo su curso con las cosas de las que han aprendido a prescindir. Como el rastro de un ej�rcito que marcha profundamente en el pa�s de un enemigo est� esparcido junto con el equipaje que los hombres parec�an encontrar necesario cuando partieron, pero que han aprendido a prescindir a medida que las exigencias de su marcha se hicieron mayores, y encontraron que estas provisiones y equipos eran en parte los que no necesitaban en absoluto, y en parte los que pod�an recoger de la tierra por la que marchaban; as� que desde el momento en que el ni�o deja a un lado sus cuerdas principales porque sus piernas son lo suficientemente fuertes para llevarlo solo, el hombre en crecimiento sigue siempre cuidando cada ayuda de una superior, hasta que por fin, en ese gran cambio al que parecen aplicarse las palabras de Isa�as, puede prescindir del sol y la luna al entrar en la presencia inmediata y la vida esencial de Dios. (E. Paxton Hood. )

Una muestra de crecimiento

A medida que crecemos, llegamos a la capacidad de los placeres superiores y las ocupaciones superiores, y as� soltamos las inferiores; no por compulsi�n, porque ya no podemos retenerlos, sino por la satisfacci�n de nuestras nuevas vidas; porque tenemos algo mejor que ellos y podemos prescindir de ellos ahora. ( E. Paxton Hood. )

El s�mbolo y la realidad

Tomemos dos o tres ejemplos de esas cosas que son valiosas como s�mbolos, pero de las que puede prescindir quien ha ido m�s all� del s�mbolo y ha ganado la realidad que representa.

1. Tome el ejemplo de la riqueza. Hay algunos hombres que pueden prescindir de ser ricos, muchos hombres que tienen que hacerlo, pero algunos hombres que pueden, pueden f�cilmente, pueden hacerlo sin descontento ni problemas. Aman la comodidad y la respetabilidad tanto como sus vecinos. �Cu�l es la diferencia? Simplemente esto, que han descubierto que la comodidad y la respetabilidad, si bien el dinero es su s�mbolo natural, no dependen del dinero, y que uno puede pasar m�s all� del s�mbolo, tomar la realidad y dejar ir el s�mbolo.

2. O tome otro s�mbolo. La alabanza es buena. Ser aplaudido por nuestros semejantes, escuchar nuestras ambiciones acerca de nosotros mismos atrapadas por sus v�tores testimoniales, tener nuestras mejores esperanzas para nuestra propia vida confirmadas por su aprecio por nosotros, eso es un verdadero deleite para cualquier hombre. Poder prescindir de los elogios de los hombres porque no sentimos su valor, porque con mal humor y ego�smo no nos importa lo que piensen los hombres, eso es malo; eso es un signo de debilidad y vanidad.

Sentirlo es miserable, y afectar sentirlo es detestable. Pero poder prescindir de la alabanza de los hombres porque aquello que representa su alabanza nos es m�s querido que la alabanza, y sucede que no podemos tener ambos, eso es algo completamente diferente. La alabanza de los hombres es sin�nimo de bondad. Todo hombre siente que si eso no significa que, si �se da a la iniquidad tan libremente como a la bondad, la alabanza pierde todo su valor. La alabanza es el s�mbolo; la bondad es la realidad.

3. Por lo que se ejecuta en todas partes. Los s�mbolos de los placeres m�s profundos son las meras indulgencias animales: comer y beber, los deseos de la carne. Representan alegr�as intelectuales y espirituales. Qu� natural es su simbolismo. La Biblia habla de �tener hambre y sed de justicia '�. David dice: �Probad y ved que el Se�or es bueno�. Jes�s les dice a sus disc�pulos acerca de �comer su carne y beber su sangre.

�Las emociones superficiales de los sentidos representan y representan las emociones profundas del alma. En la vida armoniosa, los dos vivir�n en armon�a. El s�mbolo y la realidad, el disfrute del cuerpo y el alma, se completar�n juntos. Pero cuando en esta vida poco armoniosa que vivimos, el s�mbolo y la realidad entran en conflicto antinatural, cuando el alma debe ser sacrificada al cuerpo o el cuerpo al alma, quien realmente sabe cu�l es la felicidad del alma, no duda.

Aqu� est� el poder del verdadero autosacrificio; aqu� est� el secreto que le quita toda la amargura y la brutalidad. Siempre es el abandono de un s�mbolo para que puedas tener la realidad. En el gran sacrificio de todos, Cristo da su vida, pero es para que pueda volver a tomarla. �Crees que a Cristo no le importaba la vida y todo lo que nos hace bella? Seguramente lo hizo; pero se preocup� m�s por lo que representan: vivir puramente, hacer la voluntad de su Padre y servir a sus hermanos.

4. Estoy muy impresionado por la verdad de todo esto en lo que respecta a la Iglesia cristiana. Ella tiene sus s�mbolos y sus ordenanzas, y tiene su verdadera e interior vida. Sus formas de vida externas realmente pertenecen a su poder interno. En un mundo perfectamente armonioso, nunca podr�a haber ning�n conflicto. En el cielo, la Iglesia exterior e interior corresponder�n absolutamente; pero aqu� y ahora la Iglesia puede estar tan fijada en sus s�mbolos y sus regularidades que fallar� en hacer su obra m�s perfecta y en vivir su vida m�s perfecta.

El cristiano puede estar tan ligado a los ritos y ceremonias que pierde al Dios a quien deben acercarlo. Aqu� ciertamente es cierto que ning�n s�mbolo est� haciendo su verdadero trabajo a menos que est� educando a quienes lo usan para prescindir de s� mismo si es necesario. ( E. Paxton Hood. )

Preguntas importantes

1. Primero te preguntar�s, �C�mo puedo distinguir el s�mbolo de la realidad, y as� saber qu� cosas es bueno sostener cada vez menos, qu� cosas es bueno sostener cada vez m�s indispensables? No es f�cil dar la respuesta en una regla. Pero la respuesta sin duda est� en un cierto sentimiento de espiritualidad e infinitud y eternidad, que pertenece a aquellas cosas de las que es bueno que un hombre no pueda prescindir.

Aquellas cosas que sirven al alma m�s que al cuerpo, aquellas que nos sirven a todos y no a una parte especial, y aquellas que pueden servirnos por m�s tiempo, esas son las cosas que queremos hacer cada vez m�s indispensables. Aquellas cosas cuya utilidad pertenece principalmente al cuerpo, aquellas cosas que ayudan a una parte de nosotros y no al todo, y aquellas cosas cuyo uso es temporal, no es bueno que ninguno de nosotros tenga que decir: �No puedo prescindir de estas cosas.

Esto es, quiz�s, lo m�s cerca que podemos llegar a las reglas; pero quien vive en el esp�ritu de estas reglas adquiere un cierto sentimiento de la infinitud de algunas cosas y la finitud de otras, de modo que el renombre, la riqueza, la dignidad, la simpat�a, el consuelo, la amistad, la diversi�n, la vida, est�n de un lado. ; y el honor, la verdad, la valent�a, la pureza, el amor, la eternidad, Dios, est�n en el otro. Estos �ltimos debe tener. Esos otros de los que puede prescindir. En el momento en que toca cualquier regalo nuevo, puede saber a qu� orden pertenece.

2. Pero luego dices: �Entonces qu�? Cuando haya sentido esta diferencia, cuando sepa qu� cosas no debo permitir que se vuelvan indispensables para m�, �qu� har� entonces? �Debo tirar todas esas cosas? �Despojar� mi vida instant�neamente de todo lo que no es indispensable y vivir� solo en aquellas cosas sin las cuales no puedo vivir? No; ciertamente no. Ese esfuerzo por desechar el s�mbolo tan pronto como se vio como un s�mbolo ha sido la fuente de mucha infelicidad y fracaso religiosos, y de gran parte del tipo incorrecto de separaci�n entre la vida religiosa y la irreligiosa.

No renunciar al s�mbolo, sino sostenerlo como s�mbolo, con ese agarre m�s suelto que deja escapar su realidad interior y al mismo tiempo nos hace estar siempre dispuestos a dejarlo ir cuando la realidad se haya abierto por completo de �l. , ese es el verdadero deber del cristiano en lo que respecta a las cosas inocentes del mundo. Esa era la forma en que Jes�s siempre parec�a tener amistad, hogar, naturaleza y su propia vida humana; nunca aferr�ndolos con tanta fuerza que sus significados espirituales no pudieran surgir de ellos libremente, ni que �l no pudiera renunciar a ellos cuando una vocaci�n superior lo convoc�.

3. Y eso nos lleva a la �ltima pregunta. �C�mo llegar� a considerar nada indispensable sino lo que realmente deber�a, lo que realmente no puedo prescindir? La respuesta a esa pregunta est� en Cristo, quien tiene las respuestas a todas nuestras preguntas para nosotros. Al leer los Evangelios puedo ver c�mo, poco a poco, Jes�s llev� a esos disc�pulos m�s all� de una concepci�n de necesidad tras otra, hasta que por fin no supieron nada que fuera absolutamente necesario excepto Dios.

Comenzaron como pescadores que no pod�an prescindir de sus redes, barcos, casas, amigos pescadores, deportes, ganancias y cotilleos. Los carg� hasta que clamaron: "Se�or, mu�stranos al Padre, y nos basta". ( E. Paxton Hood. )

Versículo 20

Tu sol no se pondr� m�s

El mundo de la luz

I. LA FUENTE DE LA LUZ. "El Se�or." Esto es cierto incluso en el mundo actual. La luz que la raz�n arroja sobre nuestro camino es un rayo de su encendido. Pero aqu�, en este mundo nuestro, generalmente hay fuentes intermedias a trav�s de las cuales se nos transmite la luz que tenemos. No viene directamente de Dios. En el mundo celestial, sin embargo, ser� diferente. All�, toda agencia intermedia ser� eliminada, y la luz que brilla brillar� inmediatamente de Dios. Hay cuatro cosas simbolizadas en la Biblia por esta palabra "luz", y todo lo que conoceremos o poseeremos de cada una de estas cuatro cosas en el cielo, lo conoceremos o poseeremos por medio de Jes�s.

1. Conocimiento ( Salmo 119:130 ).

2. Santidad ( Romanos 13:12 ).

3. Felicidad ( Salmo 97:11 ).

4. Belleza o gloria ( Juan 17:24 ). En este mundo inferior sabemos cu�n cierto es que no hay belleza o gloria que el ojo capte por lo que no estemos en deuda con la luz que brilla desde ese sol natural m�s all�. En el cielo Jes�s es el sol que brilla sobre todos.

II. EL CAR�CTER DE LA LUZ. En nuestro texto se mencionan tres elementos. Cuando descomponemos la luz del sol natural, siete rayos o colores son el resultado del an�lisis. Pero estos siete que conocemos pueden descomponerse en tres: el rojo, el amarillo y el azul. As�, hay una trinidad de rayos de elementos en la luz que el sol natural est� derramando continuamente y es algo interesante encontrar que cuando llegamos a analizar la luz del mundo celestial, se encuentra el mismo rasgo que la marca.

1. Hay un rayo en esta luz que puede llamarse el rayo continuo "Tu sol no se pondr� m�s, ni tu luna se retirar�."

2. Tenemos aqu� un rayo perpetuo. �Una luz eterna. Hablar de lo perpetuo, as� como de la naturaleza continua de esta luz, no es una distinci�n sin una diferencia. Es posible que tenga una luz continua durante una temporada, incluso cuando sepa que no puede ser perpetua.

3. El tercer rayo puede caracterizarse como un rayo gozoso. "Los d�as de tu luto se acabar�n". ( R. Newton, DD )

El santo en la tierra y en el cielo

Las palabras nos presentan dos visiones diferentes de la verdad.

I. NOS DICEN DE NUESTRO ESTADO ACTUAL.

1. Es un estado de cambio - vicisitud - alteraci�n perpetua. El sol sale a ponerse; se pone a subir. La luna crece y mengua.

2. Las palabras nos se�alan nuestro actual estado de relativa oscuridad; porque el contraste es entre la luz menor del sol, la luz menor de la luna y la luz gloriosa del Se�or.

3. Las palabras nos presentan, tambi�n, con una imagen de un estado de duelo: "Los d�as de tu duelo se acabar�n".

II. SE ABREN PARA NOSOTROS UNA GLORIOSA PERSPECTIVA. Hay dos bendiciones que se nos se�alan especialmente aqu�.

1. Luz perfecta.

2. Perfecta felicidad. ( JH Evans, MA )

El estado presente y futuro del pueblo de Dios

I. EL ESTADO ACTUAL DEL PUEBLO DE DIOS. Un estado de oscuridad y dolor. �A qu� causas se puede atribuir tal experiencia?

1. A la ignorancia que les queda y la imperfecci�n de sus puntos de vista actuales.

2. Este puede ser el caso bajo un sentido de prevalencia del pecado, y especialmente de la incredulidad.

3. Ellos tambi�n pueden estar en tal situaci�n, porque el Se�or les quita las comunicaciones sensibles de luz espiritual y consuelo.

II. SU FUTURO ESTADO. Un estado de luz ininterrumpida, de cesaci�n perpetua del dolor y, en consecuencia, de alegr�a sin fin. El Se�or ser� la luz eterna de su pueblo.

1. Ya que les dar� una mayor capacidad de conocerlo y disfrutarlo.

2. Les proporcionar� descubrimientos m�s perfectos de s� mismo.

3. Les dar� una visi�n m�s amplia de sus obras y caminos.

4. Les impartir� la m�s completa seguridad de su inter�s en Su especial consideraci�n.

5. �l ser� su Luz eterna. ( D. Dickson. )

El dia eterno

1. El Israel de anta�o ten�a luz, mientras que el resto del mundo estaba sentado en tinieblas. Esta t�pica Iglesia de Dios no vivi� continuamente en la luz, su historia estuvo marcada por alternancia de brillo y oscuridad, arrepentimiento y reca�da, prosperidad y adversidad.

2. Lleg� otra dispensaci�n; Jesucristo naci� en Bel�n, �una luz para alumbrar a los gentiles y la gloria de tu pueblo Israel�, y el sol brillaba sobre la tierra como nunca antes lo hab�a hecho. Una Iglesia visible fue llamada a caminar en la luz, Iglesia que todav�a existe sobre la tierra, y desde los d�as de Pentecost�s hasta ahora, su sol nunca se ha puesto del todo, ni su luna se ha retirado. La luz no siempre ha sido igualmente clara, pero a�n as� ha sido de d�a.

3. Pero hay una Iglesia sobre la tierra que est� dentro de la Iglesia visible y es su vida central. Me refiero a la Iglesia espiritual. Esta Iglesia secreta, esta Iglesia m�stica, este verdadero cuerpo de nuestro Se�or Jesucristo, puede afirmar haber tenido este texto cumplido en su experiencia en un sentido mucho m�s amplio. �Si andamos en luz como �l est� en luz, tenemos comuni�n unos con otros, y la sangre de Jesucristo, su Hijo, nos limpia de todo pecado.

Sin embargo, incluso para la Iglesia espiritual el texto no se ha cumplido en su sentido m�s amplio concebible, porque me temo que a los m�s espirituales les llega algo de oscuridad. Su luz est� sembrada, pero a�n no ha brotado hasta su plena cosecha.

4. Debemos, por tanto, referirnos a una cuarta forma de Iglesia. Si no lo vemos en lo t�pico, un poco en lo visible, mucho en lo espiritual, lo encontramos todo en la Iglesia triunfante. El triunfo pleno de la Iglesia de Cristo comenzar� en el milenio.

I. LA LUZ DE LA IGLESIA TRIUNFANTE SER� INCESANTE. "Tu sol no se pondr� m�s", etc. No habr� noches de oscuridad intermedias, sino un largo mediod�a de pureza y felicidad, "los d�as de su duelo se acabar�n". �Y por qu� ser� esto?

1. Porque la luz del cielo es independiente de las criaturas. En el cielo, los santos no necesitar�n maestro. Cuando Dios env�a a un verdadero predicador, �l es una estrella en la diestra de Dios, y la Iglesia est� obligada a valorar su luz, que es el don del cielo, pero no necesitaremos maestros all�; veremos, no a trav�s de un cristal oscuro, sino cara a cara. All� arriba no necesitan consoladores para socorrerlos en el momento de su angustia, porque Dios mismo ha enjugado todas las l�grimas de sus ojos. Los santos pobres no depender�n entonces de las limosnas o del consuelo de otros, aunque alguna vez sus generosos amigos fueron como el sol y la luna para ellos.

2. Porque est� libre de todos los elementos de enturbiamiento. Aqu� abajo en la Iglesia de Dios, cualquiera que sea por la gracia de Dios nuestra luz, surgir�n errores que la nublar�n; los hombres malvados entran desprevenidos y distraen a los santos de Dios. No hay ninguno as� all� arriba. El mismo Satan�s ser� excluido.

3. Los santos mismos ser�n tan purificados que nada en ellos oscurecer� su luz. Aqu�, hoy, Cristo no cambia, pero nosotros cambiamos, y por eso nuestro gozo se aparta. All� no ser� as�. Note que el texto sugiere que tanto las necesidades mayores como las menores de los santos ser�n suplidas en abundancia. �No has descubierto alguna vez que el Se�or Jesucristo se ha apartado de ti? Entonces tu sol se ha puesto.

Est�s prosperando en los negocios; Dios te da todo lo que el coraz�n puede desear, la luna no se retira, pero el sol se ha ido y el dolor nubla tu esp�ritu. Nunca ser� as� en el cielo, ver�s a tu Se�or cara a cara sin un velo entre, y eso eternamente. Aqu�, en la mano del �ter, a veces Jes�s ha brillado sobre ti, y en cuanto a las cosas espirituales has sido rico, pero luego los problemas terrenales se ciernen sobre ti, la "luna" se ha retirado.

No es frecuente que tanto el sol como la luna hayan sido como la carne y la sangre quisieran. Es cierto que ha podido prescindir de la luna en presencia del sol, pero hubiera preferido la prosperidad tanto espiritual como temporal. Ahora en el cielo todas las necesidades de nuestra naturaleza ser�n completamente suplidas.

4. La Iglesia triunfante ser� liberada de las vicisitudes de aquellas estaciones que provocan la puesta del sol y la luna. No me refiero a m�s delgado e invierno, sino a arreglos eclesi�sticos y temporales, como el s�bado y los tiempos de asamblea y comuni�n en la Iglesia. Fue un d�a alegre para Israel cuando las trompetas sonaron la ma�ana del Jubileo, porque cada esclavo era libre y cada deudor encontraba sus responsabilidades liberadas.

Regres� la herencia perdida de cada hombre, y toda la naci�n se alegr�. Con sonido de trompeta y corneta saludaron la salida del sol el primer d�a de ese a�o jubilar; pero el a�o jubilar pas�, y las tierras fueron hipotecadas y confiscadas, y los esclavos volvieron a caer en la esclavitud, y los quebrados fueron nuevamente confiscados por sus acreedores. Llegamos a un jubileo, del cual sonar�n las trompetas para siempre.

II. LA LUZ DE LA IGLESIA TRIUNFANTE ES ETERNA. "El Se�or ser� tu luz eterna". �Por qu� nunca terminar� la perfecci�n y la bienaventuranza de los santos triunfantes?

1. Porque el Dios de quien proviene es eterno.

2. El pacto por el cual los santos est�n en el cielo es seguro.

3. La garant�a de ese pacto nunca puede fallar, ya que es Cristo mismo. �Porque yo vivo, vosotros tambi�n vivir�is� es el gran sello puesto en los contratos por los cuales tenemos nuestra herencia en los cielos.

4. Los que poseen el cielo tambi�n son inmortales.

III. LA LUZ DEL TRIUNFANTE DE LA IGLESIA SER� SIN L�MITES. "El Se�or ser� tu luz eterna". El Se�or es infinito. Si �l es nuestro sol, no puede haber l�mite para la luz en la que nos regocijaremos.

1. Si Dios ha de ser nuestra luz, entonces en cada creyente por separado habr� una luz perfecta de bienaventuranza y santidad. Est�s envejecido, te sientes tambi�n lleno de enfermedades y pecados; ahora, todos estos desaparecer�n, y esa forma debilitada tuya se levantar� en poder. Tu ignorancia dar� lugar a la luz del conocimiento, tu pecado a la luz de la pureza, tu dolor a la luz del gozo.

2. Adem�s de poseer luz personal, disfrutar� de la comuni�n m�s cercana posible con Dios.

3. Esta luz gloriosa nos dar� la visi�n m�s clara de la verdad del Evangelio.

4. All�, sin duda, entenderemos m�s de la Providencia. Aqu� nuestro sol se pone a veces en cuanto a los tratos Divinos; no podemos entender lo que quiere decir; las l�neas son oscuras y curvas; pensamos que nos habr�a guiado por un camino recto, pero nos movemos de un lado a otro en el desierto. Toda la felicidad que el conocimiento y la comprensi�n pueden brindar a los seres inteligentes estar� a nuestros pies.

5. All� recibiremos el mayor gozo soportable. Algunos han pensado que el gozo del cielo residir�a en el conocimiento; lo tendr�n. Otros se han regocijado ante la perspectiva de un servicio continuo; le servir�n d�a y noche en su templo. El pensamiento m�s dulce del cielo para m� es el descanso, y lo tendr�, porque "queda, por tanto, un descanso para el pueblo de Dios". �Paz! Oh alma tranquila, �no la anhelas? Lo tendr�s.

�Seguridad y tranquilidad! Oh, azotado por la tempestad, los tendr�s. Fuerza, poder, algunos lo han deseado. Ser�s levantado en poder. �Plenitud, el llenado de cada vac�o! Lo tendr�s; ser�s lleno de toda la plenitud de Dios.

IV. LA LUZ DE LA IGLESIA TRIUNFANTE SE MEZCLA. "Los d�as de tu luto se acabar�n".

1. El duelo de un mundo perseguidor.

2. No habr� m�s duelo por las pruebas comunes de la vida.

3. Entonces seremos librados de todo duelo causado por nuestro pecado interior.

4. Seremos librados de todo tipo de duelo como por un Dios ausente, porque nunca m�s lo contristaremos.

5. Encuentro que una versi�n dice: "Los d�as de tu luto ser�n recompensados", y les digo esto a los que tienen que llorar m�s que a los dem�s: tendr�s recompensa. ( CH Spurgeon. )

Versículo 21

Tu pueblo tambi�n ser� todo justo

El pueblo de Dios considerado justo

I. COMO TODOS EST�N INTERESADOS EN LA JUSTICIA DE CRISTO JES�S.

II. COMO POR LAS INFLUENCIAS DEL ESP�RITU SANTO, TIENEN UNA INHERENTE JUSTICIA FORMADA EN ELLOS.

III. ABUNDANDO EN OBRAS DE JUSTICIA A LA ALABANZA Y GLORIA DE DIOS. Aqu� son necesarias dos precauciones para evitar errores.

1. Las acciones virtuosas no constituyen a una persona intr�nsecamente justa, pero lo declaran as�; como buen fruto es m�s una declaraci�n de la bondad del �rbol, que lo que constituye esa bondad. Por lo tanto,

2. No se puede decir que las acciones virtuosas sean necesarias para la salvaci�n, en el mismo sentido en que lo es la santidad inherente. Es posible que, donde se implanta la santidad, la vida pueda ser quitada tan r�pidamente que no habr� lugar para que se descubra por el comportamiento externo. Tomando estas advertencias con nosotros, la necesidad de las obras de justicia, aunque no como fundamento de nuestra justificaci�n, sin embargo, como evidencia de ello, nunca puede afirmarse con demasiada fuerza.

Cada motivo, ya sea por inter�s o gratitud, ya sea por la belleza de la religi�n o por los placeres de una vida virtuosa, permanece en plena vigencia. Observamos adem�s, que la recompensa de los santos de aqu� en adelante guardar� alguna proporci�n con su progreso en santidad aqu� abajo. ( J. Erskine, DD )

Un pueblo justo

El profeta predice aqu� la elevaci�n de la Iglesia a su estado normal o ideal, un cambio del cual ya podemos ver los rudimentos, por muy lejos que estemos de su consumaci�n final. ( JA Alexander. )

Versículo 22

Un peque�o se convertir� en mil

La amplitud de la Iglesia

La Iglesia de Cristo a menudo ha sido objeto de persecuci�n en �pocas pasadas; pero en el futuro obtendr� protecci�n y patrocinio generales.

I. LA IMPORTANCIA DE LA PROFEC�A. Despu�s de un examen cuidadoso del texto en relaci�n con la primera parte del cap�tulo, llego a la conclusi�n de que se refiere, principalmente y en parte, al tiempo en que nuestro Se�or apareci� como "la Luz de los hombres", un "Sol de justicia �para iluminar un mundo ignorante, y graciosamente introdujo Su reino y dispensaci�n sobre la tierra: pero que el cumplimiento principal y preeminente de la profec�a est� reservado para una era futura y m�s feliz de la que los hombres jam�s hayan presenciado. El cumplimiento leve y parcial de la predicci�n en la era primitiva parece haber sido solo una vaga semejanza de su cumplimiento m�s completo en el futuro.

II. EN QU� PER�ODO SE CUMPLIR� LA PREDICCI�N. �Yo, el Se�or, lo apresurar� a su tiempo�, no antes del tiempo debido, sino a su tiempo, a su debido tiempo. No estamos justificados, por el esp�ritu de nuestra religi�n, en albergar una curiosidad imp�a o una confianza presuntuosa en nuestros intentos de determinar los prop�sitos de Dios. Es sobre las alas de la fe y la esperanza, no las del orgullo y la especulaci�n, que el cristiano est� autorizado a volar.

Sin embargo, aunque una oscuridad sagrada reviste todo este tema misterioso, parece haber un amplio est�mulo para aquellos que est�n dispuestos a continuar sus investigaciones con una disposici�n devota y d�cil, con una mente sobria y humilde.

III. OBSERVACIONES FINALES.

1. La certeza de estos hechos.

2. Nuestro deber ante la perspectiva de tales eventos.

(1) Anticipar con deleite la inminente felicidad del mundo.

(2) La crisis que se avecina nos llama a apuntar a un grado superior de piedad. ( T. Sims, MA )

La propagaci�n milagrosa del Evangelio

I. LA CUESTI�N DE HECHO MISMO, a la que se refiere esta profec�a, - cu�n r�pido y extra�o fue el progreso que hizo el Evangelio en Jerusal�n y despu�s de su primera salida.

II. ESTE �XITO DEL EVANGELIO FUE CIERTAMENTE MILAGROSO, y se debe principalmente a las poderosas operaciones del Esp�ritu Santo, y por esta sencilla raz�n: porque las causas naturales y visibles que concurrieron a la producci�n de este gran efecto no fueron en modo alguno iguales al efecto producido. El Evangelio de Cristo, en su primera aparici�n, ten�a todas las probabilidades del mundo en contra de su �xito: porque apenas pose�a ninguna de esas ventajas que recomiendan de manera m�s significativa una nueva doctrina y la hacen prosperar.

No ten�a principios de conformidad para calmar los apetitos y las pasiones de los hombres. No ten�a ning�n est�mulo, ninguna protecci�n del poder civil; sin fuerza ni astucia para sostenerlo; ning�n hombre de la eminencia y estima para participar de su lado. La �poca que se propuso para su descubrimiento fue m�s perspicaz e ilustrada, m�s curiosa e inquisitiva que, quiz�s, cualquiera que la precedi� o la sigui�; y, por tanto, el �xito de esta doctrina no puede deberse a la ignorancia o al descaro de los hombres.

Finalmente, sus promulgadores no lo entregaron en paquetes, como es el modo de los hombres astutos y proyectistas; pero ofreci� todo para ser examinado y comparado por completo. Sin embargo, aunque presionado por todos estos obst�culos, salt� y se abri� paso en el mundo con un r�pido e incre�ble progreso. La inferencia de ah� es clara e indudable: que un poder y una virtud divinos ciertamente lo acompa�aron, para suplir lo que le faltaba en otras cuentas.

III. CONSIDERE LO QUE DESPLAZA LOS ENEMIGOS DEL EVANGELIO PARA EVITAR LA FUERZA DE ESTE ARGUMENTO PRESIONANTE. Es cierto, reconocer�n que los cristianos se multiplicaron muy r�pido, y el aumento de ellos fue, en cierto sentido, milagroso: es decir, fue maravilloso; como todo lo inusual lo es para aquellos que no conocen ni consideran sus causas. Pero para un hombre, dicen, que se atreva a salirse del camino com�n y pensar por s� mismo, le parecer� que hab�a en ese momento un conjunto de causas naturales a pie, suficientes para dar cuenta de este efecto, sin ning�n tipo de recurrir a un agente divino y sobrenatural.

Por ejemplo, los sufrimientos de los m�rtires dejaron poderosas impresiones en los hombres. La pureza de la moral cristiana fue un poderoso argumento para atraer a los hombres de probidad y virtud a los intereses del Evangelio. La analog�a de algunas de sus verdades m�sticas con las doctrinas de Plat�n (entonces en gran estima) fue un muy buen cebo para los hombres de conocimiento. La distribuci�n de bienes que hicieron los primeros cristianos y su convivencia en com�n fue una buena raz�n para que muchos hombres abrazaran esa fe que, estaban seguros, los mantendr�a.

La cesaci�n casual de los or�culos se convirti� inmediatamente en ventaja de la religi�n de Cristo, como si eso la hubiera procurado. Y la destrucci�n del Estado jud�o contribuy� en gran medida al aumento del n�mero de cristianos; porque parec�a haber sido predicho por el Fundador de su fe: y, por tanto, afortunadamente llegando a suceder en ese tiempo, levant� una alta opini�n en los hombres de Su Persona y doctrina. Las causas aqu� asignadas fueron absolutamente insuficientes para producir el evento para el que fueron asignadas.

IV. MUESTRE LA GRAN VENTAJA QUE ES PARA LA INSTITUCI�N CRISTIANA HABER SIDO PROPAGADA DESPU�S DE UNA MANERA TAN R�PIDA E INCONFUNDIBLE. Ninguna otra religi�n hab�a tenido un aumento tan grande con tan poca ayuda humana.

V. CONSULTAR SOBRE EL TIEMPO Y DE LA MANERA EN QUE CES� ESTE MILAGRO, y hacer las reflexiones oportunas al respecto tanto de los que vivieron entonces, cuando se dio este cheque al Evangelio, como de los que vivimos ahora. La respuesta clara a la pregunta propuesta es que el milagro ces� cuando el poder civil comenz� a declarar abiertamente a favor del cristianismo; es decir, poco despu�s de que Constantino subiera al trono.

Porque ya no era de extra�ar que nuestra religi�n prosperara y floreciera cuando, en lugar de amargas persecuciones, recibiera toda clase de est�mulos. Durante un siglo despu�s de Constantino, y en adelante, el n�mero de cristianos se multiplic� enormemente en todas las partes del mundo en las que ya se hab�a plantado y hasta las que se extendi� el imperio de los romanos o su influencia. Durante m�s de un siglo despu�s de eso, el cristianismo parece haber estado estancado.

Pero luego disminuy� r�pidamente todos los d�as; las disensiones entre los cristianos se intensificaron y su celo por la religi�n se enfri�. Los grandes honores y dotes que los pr�ncipes religiosos hab�an otorgado a la Iglesia ocasionaban con demasiada frecuencia ambici�n y lujo en quienes luchaban por ellos o los pose�an. En una palabra, abundaban todos los vicios de la prosperidad, junto con las ventajas de la misma. De modo que el nombre del cristianismo ya no era venerable a los ojos de los hombres; y su santa doctrina, al no producir una santidad de vida responsable, no dej� m�s impresiones en ellos. Esta infeliz oportunidad que Mohammed aprovech� para establecer su religi�n; que, adecu�ndose a los modales voluptuosos de la

Oriente, y secundado por el poder de la espada, hizo grandes incursiones en la cristiandad y arranc� provincias enteras a la vez de la profesi�n del Evangelio. ( F. Atterbury, DD )

La ley de la vida y el aumento

Lo mismo ocurre con toda instituci�n plantada en el temor y el amor de Dios, con el objetivo de promover Su gloria y el bien del hombre. Su vida y crecimiento est�n asegurados, porque se convierte en obra de Dios y el anal solicita la ayuda de Dios. El primer hospital fue fundado por una mujer cristiana en su propia casa a las afueras de las puertas de Roma. Ahora hay cientos en todos los pa�ses. As� que podemos rastrear el surgimiento y crecimiento de instituciones para los pobres y los locos; de las universidades, que alguna vez fueron peque�as escuelas conventuales donde se ense�aba la verdad cristiana, convirti�ndose en espacios de aprendizaje integrales e influyentes.

Entonces, notablemente, el crecimiento de la empresa misionera. Este �ltimo era casi desconocido hace un siglo. Comenz� en los �ensue�os� de los hombres o los sue�os de las mujeres cristianas, que comenzaron por recolectar peque�as cantidades y consagrarlas a Cristo. Ahora las misiones modernas son un poder, inmenso, que abarca el mundo. Ilustran enf�ticamente la gracia de Cristo, presente y dominante en el mundo. As� sucede con cada esfuerzo.

Dios cuidar� de aquello que tiene el elemento de justicia. Tiene un vasto futuro por delante. Aqu�, entonces, se ilustra la deuda de la raza con el Evangelio de Cristo. Los hombres del mundo a veces imaginan que este asunto de la religi�n es un obst�culo para sus planes seculares. Pero, por los propios instrumentos que utilizan en el arte, el comercio y la literatura, est�n m�s o menos directamente en deuda con el cristianismo. ( RS Storrs, DD )

Crecimiento espiritual

Esta ley de vida y aumento se obtiene en el crecimiento de los afectos de gracia en nuestros propios corazones. A veces parece que estamos haciendo pocos progresos; pero tenemos esta promesa: "El peque�o se convertir� en mil y el peque�o en una naci�n fuerte". La poderosa energ�a de Cristo est� obrando en nosotros, como en la sociedad, imprimiendo su imagen en todas las cosas. ( RSStorrs, DD )

El mil y el uno

Hay una triple l�nea de pensamiento en este pasaje; tres puntos de contraste en la mente del profeta entre el mundo antiguo, el mundo en el que �l mismo viv�a, y ese mundo nuevo, nuestro mundo, de Cristo y el cristianismo.

I. Dice que el viejo mundo magnific� a las masas, a los miles; mientras que EN ESE NUEVO MUNDO QUE CRISTO DEBE TRAER, O MAS BIEN HA TRAIDO AHORA, NO LA MISA SINO EL INDIVIDUO DEBE SER LA COSA PODEROSA. Imag�nese si un �ngel viniera hoy a m� para ofrecerme prepararme para el estudio de la historia antigua. Le digo: "�Me mostrar�s el secreto de la grandeza del viejo mundo?" Y en respuesta me lleva a una monta�a alta y me muestra inmensas masas.

��Ves ese Imperio chino? Ese es el secreto de la grandeza de China. �Ves ese gran continente indio, esa larga l�nea de castas que se remonta a la antig�edad? los mil Ese es el secreto de la grandeza de la India. �Ves ese Imperio Jud�o? �Ves ese largo �rbol geneal�gico que se remonta a Abraham, y a�n m�s al fundamento de todas las cosas? Ese es el secreto de la grandeza de Judea.

�El viejo mundo magnific� a los mil. Pero ahora veamos otro lado. Supongamos que este �ngel se me acerca y me dice: "He venido a prepararte para un estudio de la historia moderna, del mundo de la �poca de Cristo", y yo digo: "Bueno, me gustar�a mucho obtener una muestra de la diferencia aqu�. Deseo que me muestre el secreto de la grandeza de Inglaterra durante el siglo pasado (el XIX).

D�jame ver, en primer lugar, el secreto de la grandeza de Inglaterra en los poderes mec�nicos ". No tengo la menor duda de que, en respuesta, me llevar� de inmediato a los astilleros donde los mil martillos resuenan y todos los poderes mec�nicos est�n en acci�n. En lugar de eso, para mi asombro, me lleva a Glasgow; pasa por el Clyde; viene a Greenock y nunca mira el env�o; lo pasa por completo.

Me lleva por las calles, se convierte en una entrada l�gubre y angosta, sube las escaleras, abre la puerta y, he aqu�, en una habitaci�n humilde y en una cuna muy peque�a yace un infante delicado, y lo se�ala y dice , "Ese es el secreto de la grandeza mec�nica de Inglaterra", "�Qu�!" Digo, "�esa cosa insignificante que un aliento apaga como una vela?" �S�, dice, �ese es el secreto de la grandeza mec�nica de Inglaterra.

Ese es James Watt; ese es el que ha tomado el lugar de los mil �. O supongamos que le digo: "Quiero ver el secreto de la grandeza cient�fica de Inglaterra en el �ltimo siglo". No tengo ninguna duda de que me va a llevar a los laboratorios donde mil obreros trabajan con el crisol, el mortero y el mortero. En lugar de eso, me lleva a Grantham, a la escuela del pueblo, y all�, al pie de la clase, se sienta un chico de aspecto muy aburrido, m�s distinguido por la lucha que por cualquier otra cosa.

Dice: �Ese es el secreto de la grandeza cient�fica de Inglaterra. Ese es Isaac Newton. Ese va a tomar el lugar de los mil en los a�os venideros ". O una vez m�s, supongamos que le digo: "Me gustar�a que me mostraras el secreto de la grandeza religiosa de Inglaterra en el �ltimo siglo". No tengo la menor duda de que me llevar� a las grandes catedrales donde los pasillos est�n a oscuras de fieles.

En lugar de eso, me lleva a un peque�o lugar llamado Epworth a la medianoche, donde hay una mansi�n del ministro en llamas, y est�n sacando a un ni�o que grita de la casa. Y el �ngel grita: �Ese es el secreto de la grandeza religiosa de Inglaterra. Ese es John Wesley, una vez para que sus gritos se escuchen en toda Inglaterra, en toda Europa. El peque�o ni�o quemado por el fuego en el futuro ocupar� el lugar de los mil.

��Y por qu� atribuyo esto al cristianismo? Podr�as decir: "�Qu� tiene que ver Cristo con esto?" Es porque si t� y yo retrocedemos diecinueve siglos veremos a toda Europa durmiendo en una c�scara de huevo: un ni�o peque�o; un ni�o peque�o acostado afuera en un establo. All� yac�a, sosteniendo a toda Europa en su peque�o pecho; sus evoluciones, sus revoluciones, sus circunvoluciones; sus guerras y rumores de guerras; sus gritos por pan; sus gritos de luz; sus gritos de libertad. El Uno ha tomado el lugar de los mil.

II. El segundo punto del profeta lo tomo por este: que EN EL NUEVO MUNDO QUE CRISTO HA ENVIADO, LA GLORIA CONSISTE EN ESTO, QUE EL INDIVIDUO PUEDE PASAR POR SIMPAT�A A TRAV�S DE MIRADA TIPOS DE CAR�CTER. Uno se ha convertido en mil. Perm�tanme intentar ilustrar esto con el caso de dos internados. Llamar� a uno el internado del viejo mundo y al otro el internado del nuevo.

El internado del viejo mundo dice: ��Ves a estas chicas? En unos meses no conocer�s a tu propia ni�a de ninguna otra. Todos llegar�n a ser tan parecidos que nadie podr�a distinguir la diferencia entre ellos. Los mil se convertir�n en uno, completamente chinos ". Pero el segundo internado, el internado de Cristo, dice: ��Me dar�s esta ni�a tuya? Ella es ahora muy parecida a otras personas.

No hay mucha diferencia; Pero me comprometer� a enviar a esta ni�a a trav�s de Mi escuela, y captar� un poco de cada cuerpo en el espejo ahora vac�o de su mente, captar� un poco de cada luz. �Por qu� atribuyo esto a Cristo? Es porque Cristo mismo es muchos miembros en un cuerpo. Cristo es nuestro Representante ante el trono de Dios. �Qu� significa eso? �Qu� es un representante ante el trono? Es un miembro del Parlamento. �Cu�l es la funci�n de un miembro de Glasgow? Tiene que tomar en el espejo de su mente todas las diferentes necesidades de los miles y darles la debida consideraci�n.

III. Como resultado de estos puntos, el curso del viejo mundo ha sido todav�a, estancado, no progresivo; mientras que EN EL NUEVO MUNDO QUE CRISTO HA TRAJADO LAS COSAS SE DEBEN MOVER CON TREMENDOSA VELOCIDAD. �Yo, el Se�or, lo apresurar� a su tiempo� (RV). Com�nmente leemos que Dios apresurar� el tiempo de su venida. Entiendo que quiere decir que hay momentos de aceleraci�n, momentos en que todo con doble marcha r�pida; momentos en los que toma el peri�dico y descubre que ha sucedido lo inesperado.

Esto es lo que entiendo, un progreso acelerado; �El Se�or lo apresurar� a su tiempo. Me pregunto si hay alg�n hombre aqu� entre ochenta y noventa a�os. Si los hay, �ese hombre ha visto m�s eventos que toda la historia del Imperio chino desde el principio hasta ahora! Piense en lo que ha visto. Ha visto alas de vapor: el barco de vapor; entonces ha visto alas de fuego: el ferrocarril; luego alas de luz: el tel�grafo; luego alas de sonido: el tel�fono.

S�, y ha visto algo m�s que eso; ha visto alas f�sicas de la memoria: el fon�grafo. Ha visto la voz embotellada en frascos y llevada a trav�s del Atl�ntico. Cosas mayores que estas ha visto. Ha presenciado cambios sociales del tipo m�s trascendental. Ha visto la instituci�n de los derechos del hombre; ha visto algo a�n mayor: la instituci�n de los derechos de la mujer. Ha visto el estallido de las cadenas del esclavo; ha visto nacer la caridad.

Ha sido un mundo de maravillosa aceleraci�n. El poder que puede atravesar estos mil cambios debe ser Divino. Me dices que el cristianismo no ha vivido tanto como algunos de los religiosos orientales; que el budismo, el brahmanismo y el parsis han vivido m�s que el cristianismo. S�, as� es; es f�cil mantenerse firme en una piscina estancada. �Mejor treinta a�os de Europa que un ciclo de Cathay.

El poder de la religi�n de mi Se�or no es su duraci�n, es el hecho de que su duraci�n, tal como es, ha estado en contra de todo pron�stico. Es que el uno ha estado luchando siempre con los mil. ( G. Matheson, DD )

Yo, el Se�or, lo apresurar� en su tiempo

Los ministerios del tiempo

Dios es soberano y omnipotente, pero espera el ministerio del tiempo. �l podr�a forzar temporadas y leyes, pero es su manera m�s bien trabajar a trav�s de ellas y por ellas. Los ha ordenado como servidores de su voluntad. Sus prop�sitos en la tierra, en la conducci�n de los asuntos humanos, tuvieron, con respecto a su realizaci�n, una germinaci�n, un proceso y una hora de consumaci�n de la cosecha. El tiempo es el primer ministro de la Providencia y lleva a cabo en el debido orden, en sus per�odos completos y en la coyuntura se�alada, los pacientes consejos del Alt�simo.

No hay prisa ni enfermedad de esperanza diferida en esa Mente eterna y tranquila. "Un d�a es para el Se�or como mil a�os, y mil a�os como un d�a". Le da una nueva dignidad y una majestad m�s severa y elevada al tiempo, cuando lo consideramos as�, no impersonalmente, como el pasar de nuestros d�as m�s bien r�pido, silencioso lapso de la corriente de la vida que se desliza por el valle, pero como un fuerte �ngel ejecutivo, fuerza cetrosa y consciente que se encarga de revelar y cumplir el plan oculto de Dios. ( AL Stone, DD )

Tiempo

El tiempo es entre los hombres el revelador, el atestiguador, el vindicador, el rectificador, el cumplidor. ( AL Stone, DD )

Hora de una prueba

1. El tiempo pone a prueba los principios de la conducta humana.

2. El tiempo es la prueba de las amistades.

3. El tiempo pone a prueba su car�cter.

4. Dios incluso compromete Su propia reivindicaci�n al tiempo. ( AL Stone, DD )

El prop�sito de Dios seguro un cumplimiento

Todo lo que aqu� se dice en relaci�n con la Iglesia jud�a y cristiana, con la Iglesia militante y triunfante, y con cada creyente en particular, -

1. Puede parecer demasiado dif�cil de lograr y, por lo tanto, puede desesperarse; pero el Dios todopoderoso lo ha asumido. Yo, el Se�or, lo har�, quien puedo hacerlo y quien he decidido hacerlo.

2. Puede parecer que se ha retrasado y postergado tanto tiempo que no tenemos esperanzas en �l; pero, como el Se�or lo haga, as� lo apresurar�; lo har� con toda la rapidez que convenga; aunque puede pasar mucho tiempo antes de que se haga, no se perder� tiempo; �l lo apresurar� a su tiempo, a su debido tiempo, en la temporada en que ser� hermoso. ( M. Henry. )

Información bibliográfica
Exell, Joseph S. "Comentario sobre "Isaiah 60". El Ilustrador Bíblico. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tbi/isaiah-60.html. 1905-1909. Nueva York.