Bible Commentaries
Isaías 62

El Ilustrador BíblicoEl Ilustrador Bíblico

Versículo 1

Por amor de Sion, �no callar�?

La Iglesia bendijo e hizo una bendici�n

( Isa�as 62:1 ): - Las palabras del gran Libertador son continuaci�n del cap�tulo anterior.

1. No descansar� hasta que se cumpla el glorioso cambio en la condici�n de Su pueblo ( Isa�as 62:1 ).

2. Ser�n reconocidos por reyes y naciones como el pueblo de Jehov� ( Isa�as 62:2 ).

3. La que parec�a abandonada sigue siendo su esposa ( Isa�as 62:4 ).

4. La Iglesia est� obligada a velar y orar por el cumplimiento de la promesa ( Isa�as 62:6 ).

5. Dios ha jurado protegerla y suplir sus necesidades ( Isa�as 62:8 ).

6. En lugar de una sola naci�n, todas las naciones de la tierra fluir�n hacia ella (vers�culo 10).

7. Las buenas nuevas de salvaci�n ya no ser�n limitadas, sino difundidas universalmente ( Isa�as 62:11 ).

8. La gloria de la Iglesia es la redenci�n del mundo ( Isa�as 62:12 ). ( JA Alexander. )

El desarrollo gradual de la gloria de Jerusal�n

"Por amor de Sion no callar�, y por amor de Jerusal�n no descansar�, hasta que su justicia brille como el esplendor de la ma�ana, y su salvaci�n como una antorcha encendida". ( F. Delitzsch, DD )

La iluminaci�n moral del mundo

I. LA PRESENTE OBSCURIDAD IMPL�CITA DE LA IGLESIA CRISTIANA. �El justo y el Salvador� (Vulgata). Siempre que el justo y el Salvador est�n escondidos, hay oscuridad.

II. SU GLORIA ANTICIPADA. La l�mpara encendida es un s�mbolo de la presencia de Jehov�. A Jes�s se le llama "el resplandor de la gloria de su Padre y la imagen expresa de su persona". Conecta ambas figuras en el texto. El sol de justicia saldr� como la luz de la ma�ana.

1. Manifiestamente. La luz se manifiesta.

2. Irresistiblemente, como la luz de la ma�ana.

3. Universalmente. Mientras toda la tierra se vuelve hacia el sol, todos son visitados por la luz de la ma�ana. �La justicia brillar� como resplandor� en toda la tierra.

III. LOS MEDIOS POR LOS CUALES SE REALIZAR� LA OBRA. "Por amor de Sion no callar�, y por amor de Jerusal�n no descansar�". Algunos piensan que son expresiones de Jehov�. Correcto o no, es una verdad b�blica; �Ha estado mucho tiempo cerca del coraz�n de Dios! Otros, que Jes�s es el que habla. El mundo es Su propiedad comprada, pero Su propio mundo no lo recibi�. Sin embargo, el Padre se ha comprometido a reivindicar Su derecho: �P�deme.

�La opini�n m�s com�n es que estas palabras son de Isa�as, como hombre de Dios y como ministro de Dios. Es apropiado que lo utilicen todos los que mencionan el nombre del Se�or. La agencia humana, entonces, es el medio empleado. En la providencia, Dios ayuda al hombre por el hombre. En gracia lo mismo. La Palabra de Dios debe llevarse y presentarse como luz. El texto tambi�n indica la manera.

1. Ser� coherente: oraci�n y esfuerzo. "No me calles, no descanses".

2. Esfuerzos cari�osos tambi�n - por un principio de amor. "Por el amor de Sion".

3. Perseverante. "Hasta que salga la justicia". ( J. Summerfield, MA )

La extensi�n del Evangelio

I. LA BENDICI�N DEL EVANGELIO APLICADA A SUS PROPIAS ALMAS. Dos bendiciones inclusivas, justicia y salvaci�n.

II. LA EXTENSI�N DE ESTA BENDICI�N POR TODA LA TIERRA. Es evidente que est� en la promesa de Dios que as� ser�, porque es objeto de la perseverante intercesi�n de Cristo. �Por amor de Sion lo har�, etc.

III. EL FUNDAMENTO DE NUESTRO ANIMO PARA LA EXTENSI�N DE ESTA BENDICI�N. �Qu� puede ser m�s fuerte? Es la gracia de la intercesi�n del Hijo de Dios. ( C. Bridges, MA )

Malestar divino

(con Isa�as 62:6 ): -

I. LA CAUSA DEL DESCANSO DIVINO. Las necesidades de la Iglesia, Sion; la condici�n de la ciudad, Jerusal�n. Est� en la falta de "justicia", la necesidad de "salvaci�n". Esto sigue siendo cierto en nuestras iglesias y ciudades. El pecado es profundo, el dolor insondable. Sin embargo, no hay oscuridad total. Hay crep�sculo; pero todo el anhelo Divino es que el crep�sculo llegue al mediod�a.

II. LA NATURALEZA DE ESTE DIVINO DESCANSO. No se trata principalmente de indignaci�n por el mal, sino de la inquietud de la ansiedad por los dem�s, la inquietud de la piedad. Est�&mdash

1. Altruista.

2. Universal. Incluso Dios lo compartir�.

III. LA MANIFESTACI�N DE ESTE DIVINO DESCANSO.

1. En voz alta y humana proclamaci�n de la verdad.

2. En oraci�n a Dios.

3. En la inquietud de Dios, en la que �l da a Jes�s para salvar y bendecir. El penetrante grito de dolor de Cristo, "Oh Jerusal�n", expresa la inquietud en Dios. Aprender&mdash

(1) El remedio para todos los disturbios del universo. "Justicia", "Salvaci�n".

(2) La oportunidad que tienen los buenos hombres de tener comuni�n con Dios. S� infeliz por el pecado y la tristeza del mundo. Tenga comuni�n con Cristo. Comparte el malestar Divino. ( UR Thomas, BA )

Los obreros celestiales y los vigilantes terrenales

(con vers�culos 6, 7) -

1. El cap�tulo anterior trae a Cristo proclamando la gran obra de liberaci�n por la cual es ungido por Dios; el siguiente cap�tulo lo presenta a �l solo pisando el lagar, que es un s�mbolo del juicio futuro del Salvador glorificado. Entre estas dos profec�as de la vida terrenal y la energ�a judicial todav�a futura, este cap�tulo se encuentra, refiri�ndose, seg�n lo entiendo, al per�odo entre estas dos: i.

e a todas las edades del desarrollo de la Iglesia en la tierra. Para estos, Cristo promete aqu� su actividad continua y su continuo otorgamiento de gracia a sus siervos que vigilan los muros de Jerusal�n.

2. Note el notable paralelismo en las expresiones: "No callar�"; los centinelas "nunca callar�n". Y Su mandato para ellos es literalmente: ��Vosotros que os record�is a Jehov�, no teng�is descanso (ni silencio)! y no le des descanso �. As� que tenemos aqu� a Cristo, la Iglesia y Dios, todos representados como incesantemente ocupados en la gran obra de establecer �Si�n� como el centro de luz, salvaci�n y justicia para todo el mundo.

I. EL CRISTO GLORIFICADO EST� TRABAJANDO CONSTANTEMENTE POR SU IGLESIA. Somos demasiado propensos a considerar nuestro. La verdadera obra del Se�or yace en el pasado, y, desde la misma grandeza de nuestra estimaci�n de lo que ha hecho, olvidar la verdadera importancia de lo que siempre hace. Fue recibido arriba en el cielo y se sent� a la diestra. de Dios. En esa sesi�n en el trono se expresan m�ltiples y poderosas verdades.

Proclama el pleno cumplimiento de todos los prop�sitos de Su ministerio terrenal; enfatiza la culminaci�n triunfal de Su obra redentora por Su muerte; proclama la majestad de SU naturaleza, que vuelve a la gloria que tuvo con el Padre antes que el mundo existiera; muestra al mundo, como en un d�a de coronaci�n, a su Rey en Su trono, ce�ido con poder. Pero mientras por un lado Cristo descansa como obra de una obra perfecta que no necesita adici�n ni repetici�n, por el otro no descansa ni de d�a ni de noche.

Cuando los cielos se abrieron a los ojos absortos de Juan en Patmos, el Se�or a quien �l contempl� no solo se revel� como glorificado en el brillo de la luz inaccesible, sino que sosten�a y guiaba activamente a los reflectores humanos de la misma. �l "tiene las siete estrellas en SU ??diestra" y "anda en medio de los siete candeleros de oro". De otra manera, mi texto no representa la relaci�n actual de Cristo con Su Iglesia.

"No descansar�". A trav�s de todas las edades, Su poder est� en ejercicio. Inspira en los hombres buenos toda su sabidur�a y toda gracia de vida y car�cter. Tampoco esto es todo. A�n queda la maravillosa verdad de su continua intercesi�n por nosotros. En su sentido m�s amplio, esa palabra expresa la totalidad de las m�ltiples formas por las que Cristo emprende y mantiene nuestra causa. As� que no solo tenemos que mirar hacia atr�s a la cruz, sino tambi�n al trono. Desde la cruz escuchamos una voz: "Consumado es". Desde el trono una voz: "Por amor de Sion no callar�, y por amor de Jerusal�n no descansar�".

II. LOS SIERVOS DE CRISTO EN LA TIERRA DERIVAN DE �L UNA ACTIVIDAD PERPETUA PARA EL MISMO OBJETO. �Puse centinelas sobre tus muros, oh Jerusal�n, que jam�s callar�n ni de d�a ni de noche. De la promesa sigue, como siempre, un mandamiento: "Los que recuerdan a Jehov�, no guarden silencio". Aqu� se puede rastrear claramente una referencia a una doble forma de ocupaci�n que recae sobre estos siervos enviados por Cristo.

Son centinelas y tambi�n son los que recuerdan a Dios. Tanto en una capacidad como en la otra, sus voces deben ser escuchadas siempre. La primera met�fora es com�n en el Antiguo Testamento, como una designaci�n del oficio prof�tico, pero, de acuerdo con el genio del Nuevo Testamento, tal como se expresa en Pentecost�s, cuando el esp�ritu se derramaba tanto en los humildes como en los altos. , sobre los j�venes como sobre los viejos, y todo profetizado, puede extenderse bastante para disgustar no a unos pocos elegidos, sino a toda la masa del pueblo cristiano.

El oficio sacerdotal del rememorador pertenece a todos los miembros del reino sacerdotal de Cristo, el m�s bajo y el m�s peque�o de los cuales tiene el privilegio de entrar sin restricciones a la c�mara de presencia de Dios y el poder de bendecir al mundo mediante la oraci�n fiel.

1. Nuestras voces deber�an o�rse alguna vez en la tierra. Se nos conf�a un mensaje solemne por el hecho mismo de nuestra fe en Jesucristo y Su obra.

2. Nuestras voces deben o�rse siempre en el cielo. Los que conf�an en Dios le recuerdan sus promesas por su misma fe; es una s�plica muda a su amor fiel, que no puede dejar de responder. M�s all� de eso, sus oraciones surgen como un memorial ante Dios y tienen un efecto tan real en la promoci�n del reino de Cristo en la tierra como lo ejercen sus s�plicas y proclamas a los hombres.

3. Estas dos formas de acci�n deben ser inseparables. Cada uno, si es genuino, nos conducir� hacia el otro, porque qui�n podr�a lanzarse a la obra del vigilante, con todas sus solemnes consecuencias, sabiendo cu�n d�bil era su voz y cu�n sordos los o�dos que deb�an o�r, a menos que pudiera llamar la atenci�n de Dios. podr�a en su ayuda? �Y qui�n podr�a recordarle honestamente a Dios sus promesas y olvidar sus propias responsabilidades?

4. El poder para ambos se deriva de Cristo. �l pone a los centinelas; �l ordena a los que recuerdan. Y, as� como el poder cristiano de cumplir con estos dos deberes proviene de Cristo, nuestro modelo es Su manera de cumplirlos, y la condici�n para recibir el poder es permanecer en �l. Cristo no nos pide imposibilidades rom�nticas, pero s� pide un cumplimiento continuo y sistem�tico de los deberes que dependen de nuestra relaci�n con el mundo y de nuestra relaci�n con �l.

III. LA ACTIVIDAD CONSTANTE DE LOS SIERVOS DE CRISTO ASEGURAR� EL FUNCIONAMIENTO CONSTANTE DEL PODER DE DIOS. �No le des descanso:� que no haya cesaci�n para �l. Estas son palabras en negrita. Aquellos que le recuerdan a Dios no deben permitirle que se quede quieto. El profeta cree que pueden regular el flujo de la energ�a Divina, pueden estimular la fuerza del Se�or. Es f�cil confundirnos con preguntas insolubles sobre la cooperaci�n del poder de Dios y el hombre; pero en la pr�ctica, �no es cierto que Dios alcanza Su fin, el establecimiento de Si�n, a trav�s de la Iglesia? El gran embalse es siempre.

, lleno hasta el borde; por mucho que se extraiga de �l, el agua no se hunde ni un pelo; pero el di�metro de la tuber�a y la potencia del motor de bombeo determinan la velocidad a la que fluye la corriente. �All� no pudo hacer maravillas a causa de su incredulidad�. ( A. Maclaren, DD

Obst�culos para la difusi�n del Evangelio

Nuestra pregunta particular es: �Qu� obst�culos para la conversi�n del mundo se encuentran entre aquellos que, de diferentes maneras, se alistan en la causa de las misiones extranjeras?

I. EL DEFECTO DE NUESTRO CAR�CTER CRISTIANO O EL DESEO DE UN GRADO MAYOR DE SANTIDAD.

II. LA INDULGENCIA DIRECTA DE AFECCIONES EGO�STICAS Y TERRENALES.

III. DIVISI�N Y LUCHA ENTRE LOS SEGUIDORES DE CRISTO.

IV. LA INNECESARIA EMOCI�N DEL PREJUICIO POPULAR.

V. FALTA EN NUESTRO DEBER CON RESPECTO AL USO BENEVOLENTE DE

PROPIEDAD.

VI. EL DESEO DE UN CORRECTO SENTIMIENTO Y RECONOCIMIENTO DE NUESTRA

DEPENDENCIA DE DIOS PARA EL �XITO DE NUESTROS ESFUERZOS. ( Leonard Woods, DD )

I. ANIMOS.

Los est�mulos y deberes de los cristianos

1. Hay declaraciones sobre el car�cter y los atributos esenciales de Dios, como, por ejemplo, Su soberan�a, Su poder, Su justicia, Su sabidur�a, Su amor; incluso de donde, si no tuvi�ramos una direcci�n expresa o espec�fica, podr�amos inferir con justicia y seguridad que el Todopoderoso no siempre puede permitir que Su propio mundo siga siendo la forma casi absoluta de apostas�a y miseria general; y que por el bien de Su propia gloria �l causar� un cambio vasto y poderoso, por el cual la revuelta del mundo terminar�, y por el cual ser� recuperada y reclamada para �l.

2. Hay declaraciones con respecto a la suficiencia y dise�o del sacrificio de nuestro Salvador ( Juan 1:29 ; Juan 12:32 ; Hebreos 2:9 ; 1 Juan 2:2 ).

Que el sacrificio de Cristo, del cual tal es la suficiencia y el designio declarados, hasta ahora ha cumplido su objetivo muy parcial e imperfectamente, es claro; que, mientras el mundo contin�e como est�, la parcialidad y la imperfecci�n deben continuar, tambi�n es evidente; y, por tanto, debemos juzgar que nunca podr� cumplir los objetivos por los que se ofreci� originalmente, excepto en la efusi�n final del Esp�ritu Divino entre todas las naciones de la tierra.

3. Hay declaraciones con respecto a tu majestad y extensi�n de la exaltaci�n y realeza del Salvador. Como recompensa y recompensa de sus sufrimientos, ha sido hecho poseedor de un maravilloso reino mediador, un reino en el que se obtiene y se mantiene la autoridad de la cual el Esp�ritu es el agente y la Palabra es el instrumento: ese reino. en el que el Esp�ritu, a trav�s de la Palabra, est� destinado a mantener un dominio universal ( Salmo 2:7 ; Isa�as 9:6 ; Salmo 62:8 , etc.).

4. Est�n aquellas declaraciones con respecto al cambio definitivo y renovador, tal como las encontramos expresadas a lo largo de la estructura general de los escritos prof�ticos. Porque el que no puede mentir ha prometido, por eso creemos.

II. OBLIGACIONES.

1. Hay deberes peculiares que presionan a los ministros y otros funcionarios p�blicos de la Iglesia de Cristo. Los ministros est�n llamados a cultivar una especial eminencia en la santidad personal; deben cultivar un conocimiento m�s amplio y exacto de la verdad evang�lica, un celo ardiente por la gloria de Dios, una tierna compasi�n por las almas de los hombres. Deben entregarse por completo a su elevada vocaci�n.

Deben trabajar con ardor y perseverancia insaciables, mientras que la oraci�n debe ser, por as� decirlo, su alimento, su aire y su ser. En cuanto a los dem�s funcionarios p�blicos de la Iglesia, su deber especial parece ser el siguiente: firmeza ejemplar en la fe de la doctrina cristiana, en la pr�ctica de los preceptos cristianos y en la manifestaci�n del esp�ritu cristiano; amor ferviente y fraterno entre ellos mismos, hacia todos sus hermanos cristianos, y especialmente hacia los pobres, cuyos intereses est�n llamados a supervisar; asistencia alegre a los pastores del reba�o, en todas las medidas que se consideren adecuadas para preservar la pureza de la Iglesia y para la conversi�n de los imp�os; y un esfuerzo ferviente con respecto a todos los aspectos del car�cter cristiano, para que brillen como luces en el mundo.

2. Pero hay deberes generales que presionan a todos los miembros de una Iglesia cristiana.

(1) Evitar cuidadosamente toda conformidad mundana.

(2) La pr�ctica del afecto fraternal sincero hacia todos los dem�s seguidores del Se�or Jesucristo.

(3) Mayor celo en mantener y extender ese ministerio que ha sido ordenado para la conversi�n de los hombres.

(4) Una fuerte confianza mental en el hecho de que el cambio en el que se han fijado nuestras aspiraciones se cumplir� realmente. No hay nada por lo que Dios sea tan deshonrado como la incredulidad.

(5) Tambi�n debe haber un esp�ritu de oraci�n importuna ( Isa�as 62:1 ; Isa�as 62:6 ). ( James Parsons. )

Oraci�n de intercesi�n y los divinos segadores

El profeta aqu� nos dice:

I. QU� HAR� POR LA IGLESIA ( Isa�as 62:1 ).

II. LO QUE DIOS HAR� POR LA IGLESIA ( Isa�as 62:2 ).

1. La Iglesia ser� muy admirada. "Y los gentiles ver�n tu justicia", etc.

2. Ella ser� verdaderamente admirable. �Ser�s llamada por un nombre nuevo, etc. Dios le dar� dos nombres.

(1) La llamar� Su corona ( Isa�as 62:8 ).

(2) La llamar� su esposa ( Isa�as 62:4 ). ( M. Henry. )

Versículo 2

Y ser�s llamado por un nombre ahora

El nuevo nombre

(con Isa�as 62:12 ): - Seg�n el idioma hebreo, el nombre que expresa la naturaleza y el car�cter de una persona se usa como equivalente a esa naturaleza y car�cter.

Las promesas de estos vers�culos implican, en consecuencia, mucho m�s de lo que parece a primera vista.

I. EL NUEVO NOMBRE SUPRIME EL ANTIGUO. En los escritos prof�ticos, los pecados de Israel se describen muy claramente y se reprimen con mucha fidelidad. El pueblo favorecido se llama rebeldes y traidores, id�latras y ad�lteros espirituales. Tras su arrepentimiento, el viejo reproche se borra y las antiguas denominaciones se descartan. As� trata la Divina misericordia a todos los verdaderos penitentes y creyentes. Se olvidan los pecados anteriores, se revierten las reprensiones anteriores, se cancelan las condenas anteriores.

II. EL NUEVO NOMBRE EXPRESA UN NUEVO CAR�CTER. La dispensaci�n cristiana, mediante agencias y poderes espirituales peculiares, para la eliminaci�n de la naturaleza y la vida de los hombres ( 2 Corintios 5:17 ). De acuerdo con el hecho es la expresi�n del hecho; de acuerdo con la nueva naturaleza, el nuevo nacimiento, la nueva vida, es el nuevo nombre.

III. EL NUEVO NOMBRE ES SIGNIFICATIVO DE UN NUEVO ESTADO DE FAVOR Y ACEPTACI�N. Especialmente aquellos sobre quienes ha pasado el gran cambio son del Se�or. Su posesi�n y propiedad, Sus amados y honrados, para quienes ning�n privilegio es demasiado grande y ninguna dignidad demasiado eminente. El nombre nuevo es Su nombre, quien lo confiere, y quien se deleita en considerar y llamar Suyos a Sus amados. ( Biblioteca homil�tica ) .

Versículos 3-5

T� tambi�n ser�s corona de gloria

Sion una corona de gloria La mano de Dios

Es s�lo a trav�s de representaciones figurativas que la profec�a aqu� ve lo que ser� Si�n en el futuro; se convierte en una corona de adorno, una tiara (el �xodo 33:4 del sumo sacerdote, �xodo 33:4 ; Zacar�as 3:5 ; y del Rey, Ezequiel 21:26 ) de dignidad real en la mano de Jehov� su Dios.

Es un rasgo principal del cuadro que Jehov� sostiene la corona en Su mano. Sion no es la corona antigua que el Eterno lleva sobre Su cabeza, sino que es la corona que �l sostiene en Su mano, porque en Sion �l es reconocido por toda la creaci�n; toda la historia de la redenci�n es la historia de c�mo Jehov� tom� el reino y lo llev� a la perfecci�n, en otras palabras, la historia del funcionamiento de esta corona. ( F. Delitzsch, DD )

Versículo 4

No volver�s a ser llamado Abandonado

Un alegre cambio de condici�n

�Nunca m�s te ser� llamado (ser�s llamado) Azubah (Desamparado), y tu tierra nunca m�s se llamar� Shemamah (Desolado); pero t� ser�s llamada Hefziba (en ella mi deleite), y tu tierra Beula (casada), porque Jehov� se agrada de ti, y tu tierra ser� desposada.

El gozoso cambio de condici�n se expresa a la manera favorita del profeta, con nombres significativos. La versi�n com�n no solo estropea la belleza del pasaje, sino que lo vuelve hasta cierto punto ininteligible para el lector en ingl�s, al traducir los dos primeros nombres y retener los otros en su vestimenta hebrea. Es obvio que los cuatro deben tratarse por igual, es decir, que deben retenerse todas las formas hebreas, o ninguna.

Henderson prefiere el �ltimo m�todo, sobre la base de que �los nombres son meramente simb�licos y nunca se emplear�n como nombres propios. Sin embargo, es probable que todos los jud�os los conocieran como nombres femeninos en la vida real. Sabemos que esta ha sido la facilidad con dos de ellos ( 1 Reyes 22:42 ; 2 Reyes 21:1 ).

Por tanto, es mejor conservar las formas hebreas para darles un aire de realidad como nombres propios y, al mismo tiempo, hacerlas inteligibles mediante la traducci�n. En la �ltima cl�usula se hace referencia al significado principal del verbo, a saber, el de poseer o poseer; y como a los habitantes de las ciudades a veces se les llama en hebreo sus "poseedores", su uso aqu� sugerir�a, como al menos uno de los significados de la promesa, tu tierra ser� habitada, y as� se traduce en el Targum. ( JA Alexander. )

Desposorio espiritual

Les invito a prestar atenci�n a algunas reflexiones sobre el uso b�blico del matrimonio, como un tipo de uni�n m�stica entre Cristo y Su Iglesia. Esta tierna y hermosa imagen implica:

I. ELECCI�N. En todas las naciones ha existido la regla instintiva de que la elecci�n de la iniciativa no es con la novia, sino con el novio. Su paralelo espiritual est� en la declaraci�n de Jes�s a sus disc�pulos: "No me elegisteis a m�, sino que yo os eleg� a vosotros". �Estoy celoso de ti�, dijo Pablo, �con celo piadoso, porque te he desposado con un solo esposo, para presentarte como una virgen casta a Cristo.

"Al mismo tiempo, todos est�n obligados, porque todos est�n invitados, a" buscar al Se�or mientras puede ser hallado ", a" elegir hoy a qui�n sirv�is "; entonces se verificar� el elemento m�s lejano en el s�mbolo del matrimonio.

II. DEVOCI�N. Lo amar�s porque �l te am� primero. A menudo se observa en la vida matrimonial ordinaria c�mo el amor mutuo de marido y mujer les permite sobrellevar, no s�lo sin amargura ni recriminaciones mutuas, sino con un mayor apego y confianza mutua, las pruebas, los dolores y las cargas. de vida. El amor aligera la carga cuando cada uno, por el bien del otro, toma alegremente su parte. El amor de Cristo lo hace querer al creyente, y el creyente a �l.

III. UNI�N INSEPARABLE. Los lazos terrenales de marido y mujer est�n sujetos a muchos incidentes de ruptura. Las necesidades de los llamamientos particulares en la vida a veces los separan, las tierras y los mares se separan. La culpa, la aversi�n, la locura, la enfermedad y la muerte, a menudo disuelven la uni�n, que una vez fue justa para estar firmemente clavada "hasta que la muerte se separe" . La uni�n del creyente con Cristo no est� sujeta a problemas tan desastrosos.

No es que esta doctrina consoladora prescinda de la necesidad de un curso de esfuerzo fiel, obediente y devoto para mantener la unidad del Esp�ritu en el v�nculo de la paz y en la justicia de la vida. La idea divina del matrimonio es una familia unida, que basa su v�nculo de uni�n en la unidad de su parentesco. �Por esto dejar� el hombre a su padre ya su madre�, etc. La verdadera uni�n espiritual con Cristo implica un ascendiente de afecto. "Si alguno ama a padre o madre m�s que a m�", etc. En un sentido profundo, se puede decir de Cristo y Su disc�pulo: "Los dos son un solo Esp�ritu". ( JB Owen, MA )

Tu tierra se casar�

"Tu tierra se casar�"

�Tu tierra se casar�, es decir , volver� a ser fruct�fera y se repondr�.

1. Sus hijos abrazar�n de todo coraz�n la tierra de su nacimiento y los intereses de la misma, que hab�an descuidado durante mucho tiempo, como desesperados por disfrutar de ella. Tus hijos se casar�n contigo, es decir, vivir�n contigo y se deleitar�n en ti. Cuando estaban en Babilonia, parec�an haberse casado con esa tierra, porque fueron designados para establecerse y buscar la paz en ella ( Jeremias 29:5 ); pero ahora volver�n a casarse con su propia tierra, "como un joven se casa con una virgen", que le encanta, le gusta mucho y es probable que tenga muchos hijos. Es un buen augurio para una tierra cuando sus propios nativos y habitantes est�n complacidos con ella, la prefieren antes que otras tierras; cuando sus pr�ncipes se casen con su pa�s y resuelvan tomar su suerte con �l.

2. Lo cual es mucho mejor, su Dios la desposar� consigo en justicia ( Oseas 2:19 ). ( M. Henry. )

Monopolio y comunismo

Propongo nombrar algunos de los pretendientes que reclaman la mano de esta Rep�blica.

1. Hay un monstruo codicioso y omnipotente que entra como pretendiente en busca de la mano de esta Rep�blica, y ese monstruo es conocido con el nombre de Monopoly. Su cetro est� hecho con el hierro de las v�as del tren y el alambre de la telegraf�a. Hace todo por su propio beneficio y por el robo del pueblo. Tales monopolios implican una extensi�n infinita de miseria. Los grandes monopolios en cualquier pa�s implican grandes privaciones.

2. Otro pretendiente que reclama la mano de esta Rep�blica es el nihilismo. No posee nada m�s que un cuchillo para la sangr�a universal y una bomba de nitroglicerina para la explosi�n universal. No cree en Dios, ni en el gobierno, ni en el cielo ni en el infierno, excepto en lo que puede hacer en la tierra. Mat� al Zar de Rusia, mat� a Abraham Lincoln y matar�a a todos los reyes y presidentes de la tierra, si tuviera el poder. ( T. De W. Talmage, DD )

Versículo 5

Porque como un joven se casa con una virgen

Devoci�n ferviente a una causa

Es dif�cil ver c�mo puede existir un paralelo real entre un inter�s intelectual o un sentido razonado del deber hacia una causa o instituci�n p�blica, aunque prescriba el esfuerzo e incluso el sacrificio, y la devoci�n espont�nea, entusiasta y ferviente de un joven por la novia elegida. .

�Dices eso? Entonces d�jeme decirle que todav�a no conoce algunas caracter�sticas sobresalientes de la naturaleza humana. De hecho, las abstracciones, como las llamamos, provocan pasi�n; la pasi�n del amor y la pasi�n del odio, no menos verdaderamente que los objetos concretos y visibles. Millones de seres humanos han trabajado, sufrido, luchado y muerto por estas mismas abstracciones; por una doctrina pol�tica o social, por la fama de una dinast�a ca�da, por el cr�dito de alg�n club o asociaci�n secreta, por un pa�s que ha sido aplastado hasta desaparecer, por alguna teor�a salvaje e indemostrable, por alguna superstici�n grotesca o infundada, no menos que por una fe o un principio verdadero e inspirador del alma. ( HP Liddon, DD )

Devoci�n pr�ctica a la Iglesia de Cristo

La comparaci�n de Isa�as sugerir�a que la devoci�n de sus hijos por la ciudad de Dios tendr�a tres caracter�sticas.

I. UNA DEVOCI�N SIN RESERVA, DE TODO EL CORAZ�N; una devoci�n que otorga a su objeto lo mejor y lo mejor. �Con mi cuerpo te adoro; y con todos mis bienes terrenales te doto �, es el lenguaje no s�lo de un formulario de la Iglesia cristiana, sino del coraz�n humano en su mejor estado de �nimo, a lo largo de todos los tiempos; y marca la primera caracter�stica de esa devoci�n a la Iglesia de Dios que Isa�as vio en visi�n a trav�s de los siglos.

Sin duda, un cumplimiento parcial de la profec�a de Isa�as puede reconocerse en el amor y el servicio que Israel seg�n la carne recibi� de una larga l�nea de hijos patriotas. Los m�s nobles entre ellos eran los Macabeos; pero fueron s�lo muestras de un esp�ritu que fue compartido, en su d�a y despu�s, por miles de sus compatriotas. Ese temperamento se mezclaba con demasiada frecuencia con una aleaci�n moral que mancillaba su pureza.

Pero los hombres que salvaron a su pa�s del culto paganismo de Ant�oco Ep�fanes, y que incluso despu�s de la total ruina de su sagrada casa por parte de Tito, se levantaron una y otra vez para derramar su sangre como agua en una lucha in�til con la Roma imperial de la �poca. de su mayor poder militar, seguramente no eran hombres s�lo bajo el dominio de un motivo com�n o s�rdido. En su amor por �Jerusal�n la Santa�, cuyo nombre estaba estampado en sus monedas, seguramente exhiben el descuidado auto-abandono de la pasi�n que se entrega sin escatimar al objeto de su elecci�n.

El Se�or hab�a elegido a Si�n para que fuera una morada para �l mismo, y esta elecci�n la convirti�, para aquellos que ten�an fe en ella, en objeto de un v�nculo apasionado en algunos aspectos sin paralelo en la historia. Ahora, nuestro Se�or proclam� y fund�, dentro de la naci�n jud�a, pero con una capacidad y, de hecho, una necesidad interna de traspasar sus l�mites, una nueva Sociedad, que deb�a ser m�s para el intelecto y el coraz�n del hombre que la ????? griega. , o el Imperio Mundial Romano, o la teocracia jud�a misma, alguna vez lo hab�a sido o podr�a ser; sin embargo, debe sancionar y satisfacer, en amplia medida, esos instintos de uni�n, hermandad, mejoramiento, orden, de los que las formas anteriores de asociaci�n entre los hombres fueron el resultado y la afirmaci�n.

Esta Sociedad, en virtud de su origen, su objeto y su br�jula, llam� el Reino de los Cielos. Es cierto que la Iglesia de Cristo ha inspirado a millones de cristianos con una mezcla de amor y entusiasmo. Si creemos que la Iglesia de Cristo, aunque edificada sobre el fundamento de ap�stoles y profetas, tiene como principal piedra del �ngulo, �l mismo; si vemos en ella, no una colecci�n auto-formada de individuos que est�n de acuerdo en seguirlo, sino, como dice la Escritura, Su Cuerpo, instinto con Su vida; si por ella derram� Su sangre m�s preciosa para presentarla gloriosa e inmaculada en los reinos de la pureza; entonces, al darle mucha importancia a ella, seguramente no le estamos haciendo ning�n da�o.

Solo porque, a pesar de las quemaduras y las manchas que marcan su estad�a aqu� abajo, ella es tan �ntimamente Suya, deber�a ser tan preciosa para Sus siervos, atrayendo a las almas m�s nobles a los senderos m�s elevados del servicio.

II. LA DEVOCI�N QUE ISA�AS PREDICE SER� DESINTERESADA. El novio sincero se casa, no para que pueda ganar rango o riqueza, o reconocimiento p�blico, o cualquier ventaja externa, se casa con su "novia" por su propio bien, porque ella es lo que es, porque al casarla encuentra a la gozo y satisfacci�n de su coraz�n. Es "para bien para mal, para m�s rico para m�s pobre, en enfermedad y en salud". Lo mismo ocurrir� tambi�n con los desposorios del alma. La Santa Esposa es cortejada por su propio bien y no por nada que pueda otorgar a aquellos que quieran conquistarla.

III. Y LA COMPARACI�N DEL PROFETA SUGIERE UNA DEVOCI�N QUE DURAR� HASTA LA MUERTE. "Hasta que la muerte nos separe". El cansancio, la salud deteriorada, la disminuci�n de las oportunidades de utilidad pueden llegar con los a�os; pero el v�nculo del servicio sagrado con la causa y la Iglesia de Cristo solo puede terminar con la vida. ( HPLiddon, DD )

Versículos 6-7

Sobre tus muros he puesto centinelas, oh Jerusal�n

La llamada del vigilante

La prosperidad del reino de Jesucristo, que ense�a al mundo gentil a trav�s de los canales hebreos, depende de dos condiciones: la vigilancia y la oraci�n.

A este �ltimo de estos temas se dedicar� este discurso. Deteng�monos en la importunidad en la oraci�n. "Y no le des descanso".

I. ESTE ES UN LLAMADO AL CRISTIANO INDIVIDUAL, ya un deber particular. La devoci�n personal se relacionar� en gran medida con asuntos que afectan al individuo y a la familia, pero no debe detenerse ah�. El cristiano no debe olvidar que es miembro de la gran Iglesia Cat�lica y debe llevar sus cargas sobre su esp�ritu ante Dios en oraci�n.

II. LA IGLESIA TAMBI�N DEBE REUNIRSE EN OCASIONES ESPECIALES PARA ORAR POR UNA MAYOR DIFUSI�N DEL ESP�RITU SANTO.

III. EN POCAS CONSIDERACIONES, NOS ESFUERZAREMOS PARA HACER CUMPLIR EL DEBER.

1. Uno es el hecho de que Dios ha prometido encontrarse con nosotros sobre la base de una oraci�n ferviente y constante.

2. La historia de la oraci�n importuna est� llena de maravillas.

3. Si examinamos la situaci�n de la Iglesia y recordamos la responsabilidad que recae sobre ella, nuestras propias almas se ver�an impulsadas a una mayor seriedad. Almas preciosas perecen a nuestro alrededor; la Cruz del Calvario, el amor de Dios, las tradiciones de la Iglesia, la conciencia, la humanidad, el juicio, el cielo, el infierno, suplican rescatar a los que perecen. Solo hay un poder que har� que la Iglesia de Cristo est� a la altura de todas las tareas que el Maestro le ha encomendado: la oraci�n ferviente.

4. La oraci�n importuna termina en alabanza. Jerusal�n se establecer� y se convertir� en la alabanza, la gloria, de la tierra.

5. Aunque la oraci�n en todos sus aspectos es la herencia de todo cristiano, no todo cristiano es un centinela. Por lo tanto, habr� una palabra para los l�deres de la Iglesia. Que miren a su alrededor y examinen el estado de la Iglesia. ( T. Davies, MA )

La importunidad de los santos para la prosperidad de Sion

Es una verdad que es v�lida, tanto en las Escrituras como en la experiencia, que el cuidado de Si�n se encuentra en la base de todas las acciones poderosas de Dios entre los hijos de los hombres. Todo lo que �l es y hace, en los m�todos de Su providencia com�n y extraordinaria, es por el bien de Su Iglesia, que es la principal causa e inter�s; Tiene en el mundo.

I. �CU�LES SON ESOS SACUDIDOS A LOS QUE SE EXPONEN LA CAUSA Y LA IGLESIA DE CRISTO EN LA TIERRA?

1. Hay sacudidas a las que se expone la causa de Cristo, que surgen de la violencia exterior ( Salmo 2:2 ).

2. Hay sacudidas que surgen de la decadencia interna. Un edificio temblar�, se tambalear� y se volver� ruinoso, sin ninguna violencia externa, si los cimientos se socavan �; o si los pasadores y las fijaciones con las que se mantiene unido se pudren. Esta es la facilidad (l) Cuando la verdad del Evangelio se pervierte o se niega.

(2) Cuando se descuida la santidad del Evangelio.

(3) Cuando el amor no se cultiva.

II. �CU�NDO SE DICE DIOS PARA ESTABLECER SU IGLESIA Y HACERLA ALABANZA EN LA TIERRA? Para compensar esta alabanza y fama hay cuatro o cinco cosas. Como&mdash

1. Abundancia de luz y conocimiento.

2. Altos grados de santidad.

3. Abundancia de paz ( Salmo 72:7 ).

4. A. multitud de conversos.

5. Una rica provisi�n de todos los bienes temporales.

La naturaleza de los hombres cambiar�; sus corruptos deseos y pasiones ser�n sometidos; y todas sus riquezas, honor y poder ser�n empleados para el apoyo de la causa y el reino de Cristo.

III. EL DEBER DE LOS QUE HACEN CUALQUIER PROFESI�N DE CRISTO CON REFERENCIA A ESTE GRAN Y GLORIOSO D�A. "Vosotros los que hac�is", etc.

1. Este d�a del establecimiento de Sion y la alabanza debe ser lo m�s importante en nuestros pensamientos. Lo que no tiene cabida en nuestros pensamientos y afectos tendr� muy poco en nuestras oraciones. La Iglesia de anta�o desaprob� esto como un pecado abominable; ( Salmo 137:5 ).

2. Debe estar continuamente en nuestras oraciones.

3. La oraci�n por el establecimiento de Sion debe ser con santa importunidad y constancia. No es el trabajo de un d�a, sino de todos los d�as; la bendici�n por la que se ora tiene todas las dem�s bendiciones y misericordias en las entra�as de 2: 4. Los amigos de Sion est�n llamados a orar y trabajar. La primera rama del vers�culo ordena la acci�n: �Puse centinelas sobre tus muros, oh Jerusal�n. Es hipocres�a preguntar en privado lo que no le gustar�a hacer en p�blico. Su tiempo, dones, sustancia y vidas son de Dios ". ( J. Hill. )

Patriotismo espiritual

Proponemos poner esta ilustraci�n del patriotismo jud�o en otro marco. Porque en el Nuevo Testamento, Jerusal�n representa metaf�ricamente la Iglesia de Jesucristo ( Hebreos 12:22 ; G�latas 9:26). La reconstrucci�n de la capital jud�a significar� as� en el discurso del Evangelio el establecimiento de la Iglesia cristiana.

I. UN LLAMADO AL PATRIOTISMO ESPIRITUAL. A lo largo de la segunda parte de Isa�as, Jerusal�n est� idealizada, ya que Jerusal�n, como lo era en realidad la ciudad, present� peque�as ocasiones de felicitaci�n. Pero la Jerusal�n que vio �la Sierva del Se�or� era el centro del mundo, �la capital de todas las naciones! Era " la ciudad del Gran Rey", y mientras el poder y la gloria de otras naciones resid�an en sus ej�rcitos, su riqueza, su poblaci�n, su cultura, la gloria de Jerusal�n era su religi�n.

Ahora, lo que Jerusal�n fue para �la Sierva del Se�or�, la Iglesia Cristiana es para el Cristiano; es conciudadano de los santos, obligado, por tanto, a ser un patriota espiritual. Solo la Iglesia cristiana no se limita a una naci�n. Sobre todo, la Iglesia es una metr�polis espiritual entre las potencias mundiales, una patria celestial en suelo terrenal, un Estado eterno establecido en medio de un entorno temporal. As�, el amor de un jud�o por Jerusal�n viene a representar la solicitud de un cristiano por la Iglesia. El jud�o nunca olvid� su patria.

II. EL RESULTADO DEL PATRIOTISMO ESPIRITUAL EN VIGILANCIA Y ORACI�N. El patriotismo es suyo en dos s�miles.

1. Los patriotas espirituales deben ser centinelas. �Puse centinelas sobre tus muros,

2. Jerusal�n. La vida piadosa es siempre una campa�a, y los hombres espirituales son "hombres con ojo", como lo expresa Carlyle. Cuando otros gritan: "Paz, paz", a menudo es su doloroso deber ser inconformes con un enga�o general y hacer sonar una alarma. �Y qu� gran resultado puede producir la fidelidad de un solo hombre! En una noche oscura de diciembre de 1602, cuando los habitantes de Ginebra, arrullados por profesiones pac�ficas, dorm�an, pero nunca so�aron con el peligro, sus enemigos realizaron un atrevido intento conocido en la historia como la �Escalada�.

Los saboyanos escalaron las murallas y habr�an admitido a sus camaradas de no haber sido por la descarga del mosquete de uno de los centinelas. Cay� m�rtir, pero el crujido de su pieza sac� a los ciudadanos de sus camas y la ciudad se salv�, mientras Beza, entonces de ochenta a�os, regresaba a Dios en acci�n de gracias p�blica, anunciando el Salmo 124 para cantar. Hoy hay trabajo para nuestros centinelas.

3. Pero los patriotas espirituales tambi�n son �los que recuerdan al Se�or. El antiguo nombramiento del Estado es nuestro ejemplo. En el Libro de Ester, la obra del rememorador aparece en las cr�nicas que se leyeron ante el rey con motivo de su ataque de insomnio; y hoy conocemos la oficina, en una forma modificada, en relaci�n con nuestros ayuntamientos. Pero hay almas elegidas que son recordadores del Se�or.

Puede ser que no todo cristiano tenga tiempo libre para esta plena consagraci�n, porque estos recordadores son aquellos que hacen del progreso del reino de Dios su principal preocupaci�n. El� pudo soportar o�r hablar de la ruina de su casa por la muerte de sus hijos, pero muri� al enterarse de la captura del arca de Dios. Este es el estilo m�s alto de patriotismo. El general Wolfe, con la salud destrozada, lider� al pu�ado de ingleses que arrebataron Quebec a los franceses.

Derribado justo cuando la victoria estaba asegurada, pero estimulado por el grito: "Ellos corren", pudo simplemente preguntar qui�n corri�, y cuando le dijeron que eran los franceses, olvid�ndose de sus propios intereses, jade�: "Muero feliz", y cerr� los ojos. �Los patriotas espirituales mostrar�n menos devoci�n? Es de ellos ejercer una fe ilimitada en la Divinidad. El texto reside en su �nfasis de oraci�n urgente y perpetua. No tom�is descanso ni le deis descanso.

Esta es la anticipaci�n del Antiguo Testamento de la par�bola de la viuda importuna. Cuando una dama apel� al gran Protector para que liberara a su marido, Cromwell conserv� una actitud impasible mientras la esposa se limitara a las debilidades del lenguaje mesurado, pero inmediatamente rompi� a llorar y le concedieron su s�plica. La oraci�n es la telegraf�a inal�mbrica que une cielo y tierra; si cada coraz�n es un "receptor", nunca le faltar� un mensaje de lo alto, y siempre habr� un gran "receptor" en el coraz�n de nuestro Dios.

III. POR EL TRIUNFO DE ESTE PATRIOTISMO ESPIRITUAL �EL SIERVO DEL SE�OR�. SE RESPONSABILIZA A SI MISMO. Las oraciones de la Iglesia y el prop�sito de Jesucristo corren en l�neas paralelas cuando el esp�ritu de oraci�n es profundo y real; o mejor, nuestra oraci�n y Su prop�sito son dos corrientes que desembocan en un solo canal con fuerza unida. La verdadera oraci�n no es el intento de arrancar la bendici�n de una mano que no est� dispuesta.

Dios no est� en peligro de olvidar Sus promesas, solo Sus promesas apenas pueden tener efecto en bendici�n espiritual hasta que la Iglesia est� lista para reclamar las suyas propias. Hay millones de dinero en la Canciller�a sin nadie que lo reclame; hay una gracia ilimitada en Dios esperando ser apropiada por el hombre. Si bien nuestras oraciones cooperan con el prop�sito de Dios, nunca olvidemos que toda oraci�n real tiene su origen en Dios: es el prop�sito divino que lucha por expresarse en el coraz�n humano.

Esto nos lleva a nuestro punto de descanso. �El Siervo del Se�or� se ha hecho responsable de Su Iglesia. La prueba est� en Su Cruz, en Su intercesi�n, en la maravillosa providencia por la cual Su Iglesia ha sido preservada de la extinci�n a lo largo de los siglos, a pesar de que ha vivido todo el tiempo en medio de enemigos. Mientras dejamos la responsabilidad de los asuntos finales con nuestro Se�or, podemos compartir la gloria y el gozo de ser �colaboradores� con �l.

�Cu�n claramente sale esto �esta conexi�n! Por amor de Sion, dice �l, no callar� ". "He puesto centinelas sobre tus muros o nunca callar�n". "No descansar�". "No descans�is". El esp�ritu de Cristo es, por tanto, el esp�ritu cristiano; la obra de Cristo es continuada por su Iglesia. �Ahora mire el magn�fico resultado esperado! La Iglesia se convertir� en la ciudad de luz de Dios (vers�culo 1).

El ideal se desarrolla en el Apocalipsis ( Apocalipsis 21:23 ). Cualquier cosa que represente la luz, ya sea revelaci�n, brillo, belleza, seguridad o pureza, todo esto debe encontrar su hogar y esfera en la Iglesia de Cristo. La Iglesia de Cristo debe ser primero una luz que gu�a a los hombres, pero despu�s debe ser como un amanecer para las naciones ( Isa�as 9:2 ). Porque la Iglesia debe ser a la vez expositora de la justicia de Dios y canal de la salvaci�n de Dios. ( JT Briscoe. )

No hay descanso para Dios ni para su pueblo

En su posici�n actual, Jerusal�n es a la vez un testigo de Dios y un tipo de hombre, un testigo de la verdad y la justicia de Dios, y un tipo del pecado y la tristeza del hombre. La oraci�n a Dios se ordena como un medio para asegurar la renovaci�n y bendici�n de la Jerusal�n temporal; y la oraci�n sigue siendo una de las fuerzas m�s poderosas que se puede ejercer sobre los lugares desolados y la magnificencia arruinada de la naturaleza espiritual del hombre.

I. UN CAR�CTER QUE DEBEMOS ESFUERZAR PARA MERECER. El profeta describe a los siervos de Dios como aquellos que "mencionan al Se�or" o, en otras palabras, son "los que recuerdan al Se�or". No es que tuvieran la necesidad de recordarle sus necesidades o su plenitud, sino que su tarea era llevarlo a la memoria de quienes los rodeaban.

II. Si hemos de ser as� los que recuerdan al Se�or, HAY UN PELIGRO QUE DEBEMOS EVITAR. Este es el peligro de guardar silencio, de retener nuestro testimonio o de darlo a medias y de manera superficial. No son pocos los caminos que terminan en esta morada del �silencio�.

1. Duda.

2. Desesperaci�n, ya sea por nosotros mismos o por los dem�s. La esperanza es tan necesaria como la fidelidad.

3. "Guardaremos silencio" si nos cansamos de hacer el bien; si la paciencia da lugar a la irritabilidad, y el amor a la comodidad clama contra la pr�ctica de la abnegaci�n; si se desea la corona mientras se evita la cruz, y se desea la siega mientras se descuida la siembra.

III. En relaci�n con todo esto, HAY UN DEBER QUE DEBEMOS CUMPLIR FIELMENTE. "No le des descanso". No hay descanso para el sirviente y no hay descanso para el Amo. Seguramente esto significa: "S� ferviente en la s�plica".

IV. UN RESULTADO EN EL QUE DEBEMOS CREER FIJAMENTE. Debemos ser "recordadores" y "suplicantes" hasta que �l establezca, y "hasta que haga de Jerusal�n una alabanza en la tierra". Debemos creer devotamente que har� estas grandes cosas; para que �l las cumpla, debemos orar fervientemente. Los primeros vers�culos de nuestro cap�tulo dibujan un cuadro ya visto por el ojo prof�tico. Justicia, brillante como la luz que sale con salvaci�n, clara como la l�mpara encendida.

El nuevo nombre dado para presagiar la nueva naturaleza. La alegr�a de la fiesta de bodas que celebra la uni�n de la ciudad, una vez abandonada, con su nuevo Se�or y Rey. Imagen resplandeciente de esto; a�n por realizarse plenamente en la capital de Tierra Santa, y a�n por realizarse espiritualmente en la plenitud de la bendici�n que coronar� toda labor fiel y ser� la respuesta a toda oraci�n ferviente. ( WJ Mayers. )

Los que recuerdan al Se�or

(RV): - Dif�cilmente es posible no detenerse un poco en esta curiosa denominaci�n, �los recordadores del Se�or�, que se da al margen de la Versi�n Autorizada y en el texto de la Revisada. Se han sugerido varias interpretaciones. La palabra original en s� tiene tanto el significado ordinario de alguien que recuerda a otro, como un significado t�cnico ( 2 Samuel 20:24 ) similar, aunque no id�ntico, al de la palabra en ingl�s.

Algunos lo aplican a los �ngeles, que tambi�n se supone que son los �centinelas en los muros, a los que se hace referencia en la cl�usula anterior. Pero tal explicaci�n saca el pasaje por completo de la esfera de los privilegios y deberes humanos, e introduce en �l alusiones a cuestiones sobre las que se sabe muy poco. Puede haber en �l una referencia especial a los profetas, cuyas funciones incluir�an naturalmente la de guiar al pueblo en sus s�plicas a Dios, as� como la de advertirles del peligro e incitarlos a esforzarse.

Pero no es necesario limitar el t�rmino a funcionarios de ning�n tipo. Todo el Nuevo Testamento es una autoridad suficiente para aplicarlo a todos los verdaderos cristianos. Si, de hecho, hay verdad en la tradici�n, en el juda�smo mismo se reconoci� en parte del ritual del sacrificio que todo hombre pod�a y deb�a ser el recordatorio del Se�or. Salmo 44:1 .

describe algunas de las cosas maravillosas que Jehov� hizo por Israel en el pasado, y la condici�n desamparada y oprimida de Israel en el presente; y se dice que uno de sus vers�culos finales se cantaba con regularidad durante mucho tiempo en la adoraci�n del templo, aquel en el que los recordadores de Jehov�, despu�s de haberle recordado su necesidad y la ayuda prometida, lo invocan: �Despierta, �por qu� duermes? �T�, oh Se�or? Lev�ntate, no nos deseches para siempre.

�Se dice que Juan Hircano aboli� esta costumbre, enfadado por la negativa de los fariseos a dejarlo reinar en paz, o posiblemente, seg�n una conjetura m�s caritativa, bajo el sentimiento de que la idea de despertar y recordar a Jehov� implica un defecto. de la fe. El salmo, sin embargo, es completamente fiel a la naturaleza humana. Porque cuando los hombres son tentados a imaginarse a s� mismos abandonados por Dios y rodeados inextricablemente por los peligros, es un inmenso est�mulo y aliento de fe recordarle a Dios sus necesidades y sus promesas, de su actual confianza en �l, e incluso (porque las Escrituras lo justifican). en otra parte) de la forma en que su fidelidad y honor se relacionan con su protecci�n y liberaci�n.

Jacob or� de esa manera, cuando tembl� al pensar en la probable rabia de su hermano, suplicando las verdaderas palabras de la promesa de Dios: �Oh Dios de mis padres, el Se�or que me dijo: Vu�lvete a tu tierra y a tu parentela, y Te tratar� bien: ... L�brame, te ruego, de la mano de mi hermano: ... porque (de nuevo) dijiste: Ciertamente te har� bien, y har� tu simiente como la arena del mar.

Dos recuerdos, y entre ellos una peque�a oraci�n; y, por supuesto, el resultado fue que, cuando lleg� Esa�, en lugar de derramar a sus rudos seguidores sobre la lucha e indefendible caravana, cay� sobre el "cuello de su hermano y lo bes�". David se sorprendi� y casi se tambale� de incredulidad ante la perspectiva de grandeza y fama que el profeta Nat�n le abri�, pero se recuper� y aliment� su fe record�ndose a s� mismo y a su Dios la promesa, y or�: �Ahora, oh Se�or Dios , la palabra que has hablado acerca de tu siervo y acerca de su casa, confirma para siempre, y haz como has dicho.

En esta misma profec�a, Israel, ante todo, le recuerda a Jehov� lo que sol�a hacer, en contra de lo que debe hacerse ahora: �Despierta, despierta, v�stete de fuerza, oh brazo de Jehov�; despierto como en los d�as antiguos, en las generaciones pasadas. El resultado se ve en una visi�n de inmediato: "Por tanto, los redimidos del Se�or volver�n, y vendr�n con c�nticos a Sion"; y as� todos los centinelas alzan sus voces: �Gritad de gozo, cantad juntos, desolados de Jerusal�n, porque el Se�or ha consolado a su pueblo, ha redimido a Jerusal�n; el Se�or ha desnudado su santo brazo a los ojos de todas las naciones y todos los confines de la tierra ver�n la salvaci�n de nuestro Dios.

Nunca sufriremos dudas prolongadas en cuanto a nuestro propio establecimiento o el de la Iglesia, si tan s�lo recordamos y ejercemos debidamente nuestra elevada vocaci�n, para recordarle a Dios nuestros peligros y necesidades y Su gracia y ayuda prometidas. ( RW Moss. )

Vigilantes

No centinelas (literalmente, �vigilantes�) como en Isa�as 52:8 ; Isa�as 56:10 , pero como en Isa�as 21:11 ; Cantares de los Cantares 5:7 , lit. �Guardianes�, los que vigilan la ciudad, especialmente cenando por la noche. ( Prof. SR Driver, DD )

Tres clases de ministros

Se ha dicho que los ministros del templo de la verdad son de tres clases: primero, los que est�n apostados a la puerta del templo para obligar a los transe�ntes a entrar; en segundo lugar, aquellos cuya funci�n es acompa�ar en su interior a todos los que han sido persuadidos de entrar, y mostrarles y explicarles los tesoros y secretos del lugar; y, en tercer lugar, aquellos cuyo deber es patrullar alrededor del templo, vigilando y protegiendo y defendiendo el santuario de los ataques de los enemigos.

S�lo hablamos muy toscamente si decimos que la primera de estas tres funciones es la del
Predicador, la segunda la de Maestro y la tercera la de
Controversialista. ( J. Stalker, DD )

Versículos 10-12

Pasa, pasa por las puertas

La conversi�n de los jud�os

I. EL EVENTO GLORIOSO POR PROCLAMAR ( Isa�as 62:11 ). Cuando el Esp�ritu Divino atrae una atenci�n especial sobre cualquier tema, antepone "He aqu�" a la verdad revelada. Tenemos aqu� �He aqu� que se repite tres veces.

1. La naturaleza del evento. �Tu salvaci�n viene. Tu salvaci�n es traducida por las versiones antiguas (sir�aco, �rabe, LXX, caldeo, Vulgata) y los mejores int�rpretes modernos, "Tu Salvador"; y de las palabras, "Su recompensa est� con �l", est� claro que este es el significado que pretend�a el profeta. Las brillantes promesas de nuestro texto, y las profec�as relacionadas con �l, nunca se cumplieron de manera m�s manifiesta en Su primera venida.

La segunda venida de Cristo como el Libertador de su pueblo Israel es entonces el evento aqu� predicho; un evento a�n ante la Iglesia ( Romanos 11:26 ). No basta con anunciar a los jud�os a Cristo crucificado; tambi�n debemos proclamar que Emmanuel, una vez crucificado, aparezca r�pidamente en la gloria, para castigar a sus s�bditos rebeldes y salvar a su pueblo.

2. Las cosas relacionadas con este evento. "Su recompensa est� con �l, y su obra delante de �l". No est� del todo claro si "Su recompensa" se refiere a la recompensa que Cristo recibe o que otorga. Nuestro Se�or debe "ver la aflicci�n de su alma y quedar satisfecho", y debe ser "glorificado en sus santos y admirado en todos los que creen". Pero entiendo que la recompensa que �l otorga es aqu� intencionada ( Apocalipsis 22:12 ).

Tambi�n tiene un trabajo que realizar. Cu�l es ese trabajo, podemos aprender de los siguientes cap�tulos. Comprende, sin duda, una serie prolongada de eventos. Note estos tres: el derrocamiento de Sus enemigos; las misericordias reservadas para Israel; el establecimiento de su reino.

3. Su proclamaci�n requerida. Por "la hija de Sion" se entiende la naci�n jud�a. Es un mandato solemnemente anunciado a todos de decirles a los jud�os sobre la venida del Salvador. Pero, �por qu� deber�a el Se�or decirle a los confines del mundo que se preocupen por Si�n? �l previ� y preorden� que los jud�os deber�an ser esparcidos por todas partes, para que no hubiera un lugar en la tierra que no estuviera interesado o que no se sintiera conmovido por su regreso. Siempre fue el deber de los cristianos predicar el Evangelio "al jud�o primero" y luego al gentil.

II. EL BENDITO RESULTADO DE ESTE ACONTECIMIENTO PARA LOS JUD�OS ( Isa�as 62:12 ). Las palabras aparentemente nos llevan a dos clases de personas para ser bendecidas en la venida de nuestro Salvador.

1. "Los llamar�n pueblo santo, redimidos del Se�or";

2. "�Ser�s llamado, Buscado, Ciudad no desamparada?" Puede haber una referencia en la primera clase a los gentiles convertidos (Justino M�rtir), y en la segunda a los jud�os convertidos. A lo largo del cap�tulo, estos se combinan, mientras que a los jud�os se les dirige el pronombre personal ( Isa�as 62:2 ). Desde este punto de vista, nuestro texto contendr�a una deliciosa reciprocidad de felicitaciones entre jud�os y gentiles.

Sin embargo, como el tema principal del cap�tulo es la restauraci�n de los jud�os, y como, en el vers�culo anterior, los fines del mundo se van a abordar sobre el tema, es bastante probable que la palabra "ellos" pueda referirse aqu� a las naciones admiradas de la tierra. Los llamar�n, es decir , los jud�os, pueblo santo o consagrado, redimidos del Se�or �; y entonces el profeta mismo, como si contemplara Jerusal�n tan gloriosa, cambia la persona y el n�mero de su lenguaje, y en el arrebato de j�bilo exclama: "T� ser�s llamada, buscada, ciudad no abandonada".

III. LOS. DEBERES A �LOS QUE SOMOS Isa�as 62:10 ( Isa�as 62:10 ). Aqu� los habitantes de las ciudades, dondequiera que est�n los jud�os, est�n llamados a preparar caminos para su regreso a su propia tierra, para que ellos y las naciones en general est�n listos para recibir y acoger al gran Se�or y Rey de toda la tierra. La direcci�n general es preparar a los jud�os, y por tanto tambi�n a los gentiles, para la venida del Salvador.

1. Debe desecharse la indiferencia. "Pasa, pasa por las puertas". La doble direcci�n muestra el ardor de la mente divina, la importancia del deber, cu�n aburridos ser�an los cristianos en general y cu�n necesario despertarlos con repetidas exhortaciones.

2. Hay que preparar un camino. "Preparad el camino del pueblo", etc.

3. Tambi�n se levantar� un estandarte para las naciones. "Levanten un estandarte a la gente". Esto se agrega no solo como un deber a cumplir, sino como un gran est�mulo para cumplir con los deberes hacia los jud�os, por el efecto bendito que indudablemente tendr� sobre todas las naciones. El significado de esta norma ser� m�s claro al referirse a Isa�as 11:10 .

Un estandarte es un s�mbolo de guerra: es para reunir, dirigir y animar al ej�rcito, y animarlo a proceder contra sus enemigos. Alzar esta norma es predicar el Evangelio. Pero, �para qui�n se levantar� este est�ndar? "Para la gente. El original est� en plural, "para los pueblos", y los mejores traductores traducen "las naciones". La restauraci�n de los jud�os, entonces, es parte del plan divino para atraer la atenci�n y para bendecir al mundo entero. ( E. Bickersteth. )

Recoge las piedras

Despejando el camino al cielo

I. ESFUERZO PARA ELIMINAR ALGUNOS BLOQUES DE TROPIEZO DEL CAMINO DE LOS POBRES PRINCIPIANTES.

1. Comencemos por una dificultad muy antigua y com�n, la doctrina de la elecci�n. Muchos dir�n: "Quiz�s no soy uno de los elegidos de Dios". No conozco mejor manera de tratar el asunto en la pr�ctica que decir: "Ir� a Jes�s porque �l me pide". Cuando est�s enfermo no sabes si est�s ordenado para curarte, pero mandas a buscar al m�dico; no puedes saber si est�s predestinado a ser rico, pero te esfuerzas por ganar dinero; no sabes si vivir�s el d�a, pero trabajas para abastecerte de pan; as�, el sentido com�n corta el nudo que la mera teor�a nunca puede desatar. Deje en paz las sutilezas del argumento y act�e como hombres sensatos. Ve a Jes�s y prueba si te rechazar�.

2. Un profundo sentido del pecado. Si no hubiera habido un gran pecado, no habr�a sido necesario un gran Salvador.

3. El temor de que el d�a de la gracia haya pasado. La gracia del Se�or puede llegar a un hombre en cualquier momento y a cualquier hora.

4. Tendencia a pensamientos blasfemos. Deben llevarlo a que vaya y se lo cuente a Jesucristo, pero no deben llevarlo a la desesperaci�n.

5. La ausencia de algo parecido a un pensamiento horrible, un terror o una alarma. Si se te permite venir a Jes�s sin ser molestado por el maligno, no te preocupes por eso, m�s bien regoc�jate. No es necesario pasar por la puerta de la campana para llegar al cielo.

6. Falta de sensibilidad ante sus pecados. Un hombre se salva al tener el coraz�n quebrantado y ser inducido a entregarse a Jes�s; y si a�n no ha recibido esta parte de la salvaci�n, su deber es venir a Jes�s por ella, no quedarse alejado hasta que la obtenga por s� mismo, y luego venir a Cristo con sus sentimientos como una recomendaci�n.

7. "No puedo creer". El m�s m�nimo grano de fe salvadora salvar� a un hombre. Es el objeto de la fe que debemos buscar.

8. "No creo que pueda ser salvo, porque no soy como fulano de tal". Si�ntete contento con no tener nada bueno en ti mismo, y no ser nada bueno, y tomar todo tu bien de Jesucristo.

9. "Nunca tengo gozo ni paz". Recibir�s el gozo cuando ejercites la fe.

II. INDIQUE A �L QUE ES �EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA� que ya ha despejado los obst�culos del camino. ( CH Spurgeon. )

Versículos 11-12

He aqu�, el Se�or ha proclamado hasta el fin del mundo

�Qui�n es?

(con Isa�as 63:1 ): - Como en los tratos inmediatos de Dios con los hombres solemos ver al Hijo de Dios m�s manifiesto, este pasaje puede representar adecuadamente la gloriosa aparici�n de nuestro Se�or Jesucristo cada vez que �l ha venido a vindicar la causa de Su pueblo y derrocar a sus enemigos. Esta visi�n se cumplir� asombrosamente en la segunda venida de nuestro Se�or Jesucristo.

Los cap�tulos decimocuarto y decimonoveno del libro de Apocalipsis nos dan pasajes paralelos a esto. La escena que tenemos ante nosotros describe una interposici�n del Mes�as; el regreso del Campe�n divinamente designado de la derrota de Sus enemigos. Ya que evidentemente es una imagen de salvaci�n m�s que de condenaci�n; ya que la caracter�stica principal en �l es que �l es poderoso para salvar; ya que el elemento grande y principal de todo es que ha llegado el a�o de Sus redimidos, y que el propio brazo del Guerrero ha tra�do la salvaci�n a Su pueblo; No puedo cuestionar que este texto sea aplicable a la primera venida de Cristo.

Luego luch� con las huestes del pecado, la muerte y el infierno, y los venci� de tal manera que en Su resurrecci�n regres� con las llaves de la muerte y el infierno en SU ??cinto. Entonces fue visto como "poderoso para salvar".

I. HAY UNA PROCLAMACI�N (vers�culos 11, 12). Los comentaristas en su conjunto no pueden ver ninguna conexi�n entre el cap�tulo sesenta y tres y la parte anterior del Libro de Isa�as; pero seguramente esa conexi�n es bastante clara para el lector com�n. En estos vers�culos se proclama la venida del Salvador, y en el cap�tulo siguiente se ve esa venida en visi�n, y el profeta evang�lico contempla al Salvador tan v�vidamente que se sobresalta y pregunta: ��Qui�n es �ste?�.

1. Este gran anuncio te dice que hay una salvaci�n desde afuera. Dentro de tu coraz�n no hay nada que pueda salvarte. La proclamaci�n es: "He aqu�, viene tu salvaci�n". Viene de una fuente m�s all� de ti mismo.

2. Es una salvaci�n que viene a trav�s de una persona. �Tu salvaci�n viene; he aqu�, su galard�n est� con �l, y su obra delante de �l ". La gran salvaci�n que tenemos que proclamar es la salvaci�n por Jesucristo, el Hijo de Dios.

3. Esta salvaci�n conduce a la santidad; porque el texto dice de los que reciben al Salvador: "Los llamar�n Pueblo Santo".

4. Es salvaci�n por redenci�n; porque est� escrito que ser�n llamados �Los redimidos del Se�or. En las Sagradas Escrituras no hay salvaci�n para los hombres sino mediante la redenci�n.

5. Esta salvaci�n es completa. "Ser�s llamada, buscada, ciudad no abandonada". Vea el principio: "Buscado", Vea el final: "No abandonado". No empezar�s con Dios, pero Dios empezar� contigo. Ser�s buscado y luego lo buscar�s. �l te busca incluso ahora. Pero supongamos que el Se�or te encuentra y luego te deja; morir�as, despu�s de todo. Pero no ser� as�; por el mismo Se�or que te llama "Buscado tambi�n te llama No desamparado". Nunca ser�s desamparado de la gracia de Dios, ni del Dios de gracia.

II. CONSIDERE LA PREGUNTA: "�Qui�n es este que viene de Edom?" El profeta contempla en visi�n al Capit�n de la salvaci�n, que regresa de la batalla, vestido como los guerreros de quienes leemos, "los valientes est�n vestidos de escarlata". Contempla la majestuosa marcha de este poderoso Conquistador y grita: "�Qui�n es �ste?" Cuando un alma escucha por primera vez la proclamaci�n de la salvaci�n de Dios, y luego ve a Jes�s acerc�ndose a �l, dice: "�Qui�n es �ste?"

1. La pregunta surge en parte de la ansiedad, como si dijera: ��Qui�n es �ste que defiende mi causa? �Puede salvar? "

2. La pregunta tambi�n indica ignorancia. Ninguno de nosotros conoce a nuestro Se�or Jes�s en su totalidad todav�a. "�Qui�n es?" es una pregunta que todav�a podemos plantear al or�culo sagrado. Pablo, despu�s de haber conocido a Cristo quince a�os, deseaba conocerle; porque su amor sobrepasa todo conocimiento.

3. Cuando el pecador mira y vuelve a mirar, grita: "�Qui�n es este?" en deleitado asombro. �Es realmente el Hijo de Dios? �Interviene para salvarme? El Dios a quien ofend�, �se inclina para luchar y derrotar mis pecados? Incluso es �l.

4. Creo que la pregunta tambi�n se hace a modo de adoraci�n. Cuando el alma comienza a ver a Jes�s, su ansiedad es eliminada por el conocimiento y reemplazada por un asombro que madura en adoraci�n.

5. De la pregunta se desprende que quien la formula sabe de d�nde vino el Conquistador; porque est� escrito: "�Qui�n es este que viene de Edom, con vestiduras te�idas de Bosra?" S�, nuestro Redentor ha vuelto de la muerte, como dijo el salmista: "�No dejar�s mi alma en el infierno, ni permitir�s que tu Santo vea corrupci�n"? A continuaci�n, observe que el profeta en visi�n observa el color de las vestiduras del Conquistador.

"�Qui�n es �ste que viene de Edom, con vestiduras te�idas de Bosra?" El rojo no es el color de Cristo; de ah� surge la pregunta: ��Por qu� est�s rojo en tu ropa? Las vestiduras de nuestro amado son m�s blancas de lo que cualquiera puede hacerlas. La gloria de Su pureza es tal que nos decimos a nosotros mismos: ��Rojo, pues, ese es el color de Edom, el adversario! Rojo, ese es el color de la tierra de nuestra virilidad.

El rojo es el color de nuestros pecados escarlata. �Por qu� es rojo? Aunque el texto trata de la sangre de sus adversarios, quiero que piensen con devoci�n en nuestro Se�or literalmente como derramando Su propia sangre, porque as� se logr� Su victoria. El texto expone el resultado de ese derramamiento de sangre en el derrocamiento de Sus enemigos y los nuestros; pero no podemos separar el efecto de la causa. Recuerdo c�mo Rutherford parece brillar y arder cuando en su poes�a en prosa habla del "bonnie red man".

7. Pero, sin embargo, la pregunta proviene de alguien que percibe que el Conquistador est� vestido de manera regia. �Este que es glorioso en Su vestimenta. El Jes�s que tenemos que predicarles no es un Salvador mezquino; Est� revestido de gloria y honor a causa del sufrimiento de la muerte.

8. La pregunta termina con "viajar en la grandeza de Su fuerza". No regres� de matar a nuestros enemigos d�biles y heridos, sino que regres� en marcha majestuosa, como un vencedor que quiere que todos los hombres sepan que su fuerza es irresistible. La tierra tembl� bajo los pies de nuestro Se�or en la ma�ana de la resurrecci�n, porque �hubo un gran terremoto�. Los guardias romanos se convirtieron en hombres muertos cuando �l apareci�. El Se�or Jesucristo no es un Salvador insignificante y mezquino. Mientras viaja a trav�s de las naciones, es como un hombre fuerte contra quien nadie puede enfrentarse, poderoso para rescatar a toda alma que conf�e en �l.

III. CONSIDERE LA RESPUESTA. Nadie puede responder por Jes�s: �l debe hablar por s� mismo. Como el sol, solo puede ser visto por su propia luz. �l es su propio int�rprete. Ni siquiera los �ngeles pudieron explicar al Salvador: no van m�s all� del deseo de mirar las cosas que est�n en �l. �l mismo responde a la pregunta "�Qui�n es este?" La respuesta que da nuestro Se�or es doble. �l se describe a s� mismo:

IV. Como orador "Yo que hablo en justicia". �No es �l la Palabra? Cada palabra que dice Cristo es verdad. El Evangelio que proclama es justo y recto, y satisface tanto las demandas de Dios como las exigencias de la conciencia.

2. Nuestro Se�or tambi�n se describe a s� mismo como un Salvador. �Yo que hablo en justicia, poderoso para salvar. Observe que la palabra "poderoso se une a su salvaci�n, y no a su destrucci�n". Conclusi�n: Escuche la proclamaci�n: "He aqu�, viene tu salvaci�n". �Jes�s puede salvarte, porque �l es poderoso para salvar! Ha salvado a otros como t�. �l puede derrocar a todos tus enemigos. Puede hacer esto solo. �l puede salvarte ahora. Es una triste maravilla que los hombres no crean en Jes�s. ( CH Spurgeon. )

Versículo 12

Ser�s llamado, buscado

"Buscado"

1.

El primer significado de nuestro texto es muy claro. Aqu� hay una profec�a, que as� como Jerusal�n, habiendo sido despojada de su belleza por sus enemigos, fue abandonada durante mucho tiempo y digna de ser llamada, "Ciudad que nadie busca", as�, en un d�a m�s brillante, su gloria ser� vuelve, ser� una atracci�n para todas las tierras y el gozo de toda la tierra; Multitudes de peregrinos deseosos la buscar�n para contemplar su belleza. Ella ser� una ciudad grandemente ambientada y muy buscada por los que aman los lugares sagrados donde se realizaron las maravillas del Se�or y se desnud� el brazo de Jehov�.

2. El texto, sin duda, tiene una referencia similar a la Iglesia de Dios. Durante muchos siglos la Iglesia de Cristo estuvo oculta, algo oscuro, despreciado, desconocido, aborrecido; se escondi� en las catacumbas; sus seguidores eran los hombres m�s pobres y analfabetos, proscritos por leyes crueles y perseguidos por enemigos feroces. Aunque era la novia real de Cristo y estaba destinada a ser la gobernante de las naciones, �no era figura a los ojos del mundo; no era m�s que una piedra cortada de la monta�a sin manos. Pero ya ha llegado el d�a en que multitudes buscan la Iglesia de Cristo. ( CHSpurgeon. )

�Me buscan?

En un sentido m�s pleno y espiritual, la Iglesia de Dios bien puede llamarse "buscada"; y el t�tulo similar puede aplicarse con sinceridad a cada uno de los miembros de esa familia amada y comprada con mucho cari�o.

I. LA CONDICI�N NATURAL IMPL�CITA EN EL T�TULO, "BUSCADO".

1. Si la Iglesia de Dios ha sido "buscada", entonces es bastante claro que originalmente se perdi�.

2. Est�bamos tan perdidos que no buscamos al Se�or.

3. Como no hab�amos pensado en venir a Dios, nunca deber�amos haber querido volver.

4. Lejos de buscar a Dios, no deseamos que �l nos busque a nosotros.

5. El hecho de que nos buscaran, considerando nuestra condici�n, fue una de las mayores maravillas jam�s conocidas o de las que se haya o�do hablar. He escuchado esto expresado en palabras de vez en cuando; cuando un hombre ha venido a unirse a la Iglesia, me ha dicho:

�Si alguien me hubiera dicho hace seis meses que deber�a hacer profesi�n de seguidor de Cristo, lo habr�a derribado�. Y sin embargo, la cosa ocurri�.

II. HEMOS REVELADO LA GRACIA SUPERIOR. Esta gracia radica en varios detalles.

1. Que fueron buscados en absoluto. Es una gracia maravillosa de parte de Dios que �l planee un camino de salvaci�n; pero hay algo m�s amable que esta generosa convocatoria. Uno habr�a supuesto que despu�s de que la invitaci�n se hubiera dado libremente y la preparaci�n para la fiesta se hubiera hecho con generosidad, el Se�or dejar�a que los hombres vinieran o no como quisieran.

2. Pero esta gracia aparece a�n m�s conspicua si se considera a las personas buscadas. Que se busque cualquiera es gracia incomparable, pero que se nos busque es gracia m�s all� del grado.

3. Tampoco debo dejar de recordarles que la inmensa gracia de Dios se ve muy claramente en el hecho de que fuimos "buscados". La palabra "fuera" transmite una masa de significado. Los hombres van y buscan algo que est� perdido en el piso de la casa, pero en tal caso s�lo hay b�squeda, no b�squeda. La p�rdida es m�s desconcertante y la b�squeda m�s perseverante cuando se busca una cosa.

Est�bamos mezclados con el fango; �ramos como cuando una preciosa pieza de oro cae en la alcantarilla, y los hombres tienen que recoger e inspeccionar cuidadosamente un mont�n de inmundicia abominable, darle vueltas y vueltas, y seguir revolviendo y rastrillando, y buscando entre el mont�n hasta que se encuentre la cosa. O, para usar otra figura, est�bamos perdidos en un laberinto; Anduvimos de aqu� para all�, y cuando la misericordia ministradora vino despu�s de nosotros, no nos encontr� en la primera venida; ten�a que ir a la derecha y a la izquierda, y buscar de aqu� para all�, y en todas partes, para buscarnos, porque est�bamos tan desesperadamente perdidos, y hab�amos llegado a una posici�n tan extra�a, que no parec�a posible que siempre la gracia podr�a llegar a nosotros.

�Y sin embargo, nos buscaron! Ninguna oscuridad podr�a ocultarnos, ninguna inmundicia podr�a ocultarnos, fuimos encontrados. Las vidas de algunos del pueblo de Dios, si pudieran escribirse, te maravillar�an. El romance de la gracia divina es infinitamente m�s interesante que el romance de la imaginaci�n.

4. La gracia de Dios es ilustre en el Divino Agente que nos busca. No fue el ministro; podr�a haberte buscado a�o tras a�o y nunca haberte encontrado. Tu madre llorosa, con sus muchas oraciones, te habr�a extra�ado. Tu padre ansioso, con sus entra�as anhelantes de compasi�n, nunca te habr�a descubierto. Aquellas providencias, que como grandes redes buscaban enredarte, habr�an sido rotas por tus fuertes arremetidas tras el mal.

�Qui�n te busc�? Nada menos que �l mismo. El Gran Pastor no pod�a confiar en Sus pastores; �l mismo debe venir, y �oh! si no hubiera sido por esos ojos de omnisciencia, nunca te hubiera visto; �l nunca hubiera le�do tu historia y conocido tu facilidad: si no hubiera sido por esos brazos de omnipotencia, nunca podr�a haberte agarrado; �l nunca podr�a haberte echado sobre sus hombros y haberte tra�do a casa regocijado.

5. Recuerde que la gloria de esto es que fuimos buscados eficazmente. Somos un pueblo al que no se busca y al final se pierde.

III. EL T�TULO DISTINTIVO JUSTIFICADO. �C�mo nos buscaron ?. Justifiquemos el nombre.

1. Somos buscados en los prop�sitos eternos y la obra de Cristo.

2. Esta b�squeda, hasta donde sabemos, comenz� con palabras llenas de gracia y misericordia. Una madre piadosa nos dijo la verdad con llanto, un padre santo nos dio un buen ejemplo; fuimos buscados por esa peque�a Biblia que nos ense�aron a leer, y ese himnario que fue puesto en nuestras manos. Nos buscaron cuando nos llevaron a la casa de Dios. Fuimos buscados mientras el predicador llamaba al violador del s�bado, al de coraz�n duro, al hip�crita, al formalista, al abandonado, al profano. Seg�n nuestro caso, sentimos que �l nos llamaba, y los ojos de Jes�s nos miraban y su voz nos ped�a arrepentirnos y vivir.

3. Las aflicciones nos buscaron. La fiebre nos persigui� hasta la Cruz. Cuando lleg� el c�lera, llevaba un gran l�tigo en la mano para azotarnos hacia el Salvador. Tuvimos graves p�rdidas, un negocio en decadencia, todo lo cual deber�a habernos separado del mundo. Nuestros amigos se enfermaron; desde sus tumbas escuchamos la voz de invitaci�n: �Venid a Cristo y vive. �Est�bamos decepcionados con algunas de nuestras m�s entra�ables esperanzas, y nuestro coraz�n, destrozado por el momento, anhelaba una vida m�s elevada y una satisfacci�n m�s profunda.

4. Luego vinieron visitas misteriosas. Fue en la temporada de la noche cuando todo estaba en calma, nos sentamos en nuestra cama y pensamientos solemnes nos atravesaron; las palabras del predicador que hab�amos escuchado hace a�os volvieron frescas como cuando las escuchamos por primera vez; Viejos textos de la Escritura, el recuerdo de las l�grimas de una madre, todo esto vino sobre nosotros. O fue en medio de un negocio, y no sab�amos c�mo era, pero de repente se apoder� de nosotros una profunda calma.

5. Pero despu�s de todo, estas visitaciones, estas providencias, estas predicaciones, etc., no habr�an sido nada, si no hubiera sido por el tiempo se�alado cuando el Esp�ritu Santo vino y nos busc�.

IV. UN DEBER ESPECIAL INCUMBENTE PARA AQUELLOS QUE LLEVAN EL T�TULO, "SOLICITADOS". Si es realmente as� que est�n tan deudores de la b�squeda Divina, �no deber�an pasar toda su vida buscando a otros? No debemos predicar simplemente a los que vienen a escuchar. Busquemos almas por visitaci�n. Donde todos los dem�s medios fallan, busca hombres con nuestras oraciones. Mientras un hombre tenga a otro hombre que ore por �l, hay esperanza de su salvaci�n. ( CH Spurgeon. )

Una ciudad no abandonada

"Una ciudad no abandonada"

1. �Una ciudad abandonada! Qu� imagen presenta. Las calles una vez llenas de vida, quedaron desoladas. Los pasillos una vez ardieron con luz, se oscurecieron. Cada voz de la m�sica se calm�, cada bailar�n se fue. Ning�n hombre sabio a quien aconsejar. Ning�n soldado que defender. Sin hogares poblados. No hay escuelas con ni�os. Sin comercio. Sin puerto. Ning�n trabajo activo para Dios o para el hombre. �Una ciudad abandonada! �Despojado, de hecho!

2. � Pero �una ciudad no abandonada�! Qu� diferente yo con sus calles abarrotadas; sus mercados comerciales; su palacio de legislatura; sus tribunales de administraci�n y justicia; su gloria de magn�fica arquitectura; su r�o ajetreado; sus torres resplandecen con la gloria de su oro; sus torres de fortaleza; sus baluartes de defensa; sus procesiones de la realeza; sus comerciantes; sus eruditos; sus ciudadanos, buenos, malos e indiferentes; sus santuarios; sus barrios marginales; su vida y agitaci�n m�ltiples.

S�, en verdad, �una ciudad no abandonada� es un lugar de inter�s y poder; un lugar para vivir; donde late el pulso; donde los hombres sientan las bendiciones de la comunidad y encuentren las posibilidades de �xito; donde el comercio tiene sus mercados; donde se agudiza el intelecto y donde se encuentran los extremos: el lugar del templo, la arena, el teatro, el gimnasio y el foro. ( CH Kelly. )

La Iglesia, una ciudad no abandonada

El texto se pronuncia con respecto a la Iglesia del Se�or, y es cierto para cada parte de esa Iglesia. Es descriptivo. Es hist�rico. Es prof�tico. ( CH Kelly. )

La presencia de Dios en su Iglesia

Si fue el deleite de los jud�os antiguos saber que el Se�or estaba en Su templo en Jerusal�n, tambi�n es nuestro saber que �l est� con nosotros.

1. Su Iglesia abunda en esplendor; en n�meros; en riqueza; en estructuras. Es rica en escuelas y universidades. Sus hijos se encuentran entre los m�s grandes eruditos; los soldados m�s valientes; los oradores m�s elocuentes. Ella es como la hija del Rey, ataviada con ropas costosas, y toda hermosa por dentro, con adornos externos y excelencia interna; pero �qu� hay de todo eso, si eso fuera todo? �Y si ella fuera abandonada por Dios? �Si no hubiera gritos del Rey en el campamento?

2. Pero est� la presencia de Dios, el Padre en Su familia; el Capit�n con sus huestes; el Rey en Su ciudad.

3. Teniendo esta verdad, �qu� rica es la Iglesia de Dios! Implica la herencia del poder, la sabidur�a y el amor.

4. Nos regocijaremos porque, teniendo a Dios en la ciudad, la comunidad est� a salvo; la verdad saldr� victoriosa; el vicio ser� reprimido; el crimen cesar�; la ignorancia ser� instruida; los hombres y las mujeres se salvar�n; los ni�os ser�n educados y entrenados correctamente; prevalecer� la verdadera religi�n espiritual, en contraste con el mero Churchism convencional; el amor a la mundanalidad dar� lugar a la espiritualidad de la vida; habr� honestidad en lugar de robo; veracidad en lugar de mentiras; pureza en lugar de maldad santidad en lugar de mera membres�a profesional en la Iglesia. ( CH Kelly. )

La Iglesia, "una ciudad no abandonada" por su propia gente

1. Su n�mero es hoy mayor que nunca. Ayudan a constituir su riqueza, a llenarla de poder; hacen su defensa m�s fuerte que los muros de ladrillo y piedra; m�s poderoso que las murallas. La comuni�n de los creyentes; la comuni�n de los santos; la hermandad de los cristianos es muy real. Se encuentra en esta ciudad, esta Iglesia de Dios. Est� ilustrado en las vidas de miles de personas que le dedican su intelecto, su amor. En verdad, esta ciudad no est� abandonada. Sus viviendas est�n pobladas. Su poblaci�n aumenta.

2. Y vienen m�s. Un d�a, Henry Clay estaba en un pico de las monta�as Aleghany, con los brazos cruzados y como si mirara a lo lejos, mucho m�s all�. Alguien le dijo al pensador absorto: �Sr. Clay, �en qu� est�s pensando? �l respondi�: �Estoy escuchando el pisoteo de los pies de las futuras generaciones de estadounidenses. Sab�a que vendr�an. As� que nosotros. Nos regocijamos en los millones de nuestra ciudad. Pero a�n hay espacio. Vienen. Seguir�n viniendo. Este no es un lugar abandonado. Nunca lo ser�. La desolaci�n no pertenece a este Si�n.

3. Hay buenas razones para que sus hijos no la abandonen. En �l han encontrado la salvaci�n. En �l se han regocijado. Cuando fueron perseguidos y turbados, les abri� sus puertas y les dio refugio y seguridad. Los muros que la rodean nunca pueden ser traspasados ??por ning�n enemigo; porque Dios es la fuerza de esos muros, y cada ciudadano est� absolutamente seguro. ( CH Kelly. )

Reincidente

�Pero no ha abandonado nadie esta ciudad? La respuesta es, para su propia tristeza, �S�! A esta hora hay ovejas descarriadas; pr�digos que se han extraviado; reincidentes que han ca�do. Han abandonado la pureza; le han dado la espalda a Dios. �Qu� tiene el heraldo de la ciudad para proclamar a tales? �Cu�l es el mensaje del Rey? La proclamaci�n es misericordia; amnist�a; perd�n total. El mensaje del Rey es: Regresa.

�Vendr�s? Las puertas de la ciudad est�n abiertas: �Entrar�s? Has abandonado la Iglesia; pero Dios no te ha abandonado. Pero, en lo que a usted respecta, pronto se cerrar�n las puertas de la ciudad. Tenga cuidado de estar en el lado derecho. Uno de nuestros ministros dijo que una noche, despu�s de un d�a de excursi�n, �l y su grupo estaban a punto de entrar en una ciudad del Este. Vieron acercarse a un jinete al galope.

Nuestro amigo pregunt�: "�Por qu� viaja tan r�pido?" �Porque�, dijo el gu�a, ��l sabe que en unos momentos ser� la puesta de sol, y la puerta de la ciudad se cerrar�; y, si no est� adentro antes de eso, ser� demasiado tarde y deber� permanecer afuera en la oscuridad ". Es casi el atardecer con algunos de ustedes que han abandonado la ciudad; pronto se cerrar� la puerta; �S� r�pido y entra! ( CH Kelly. )

Información bibliográfica
Exell, Joseph S. "Comentario sobre "Isaiah 62". El Ilustrador Bíblico. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tbi/isaiah-62.html. 1905-1909. Nueva York.