Bible Commentaries
Isaías 65

El Ilustrador BíblicoEl Ilustrador Bíblico

Versículo 1

Soy buscado por los que no me pidieron

La respuesta de Jehov� a la oraci�n de la Iglesia

Termina la s�plica; y cap.

65. parece ser la respuesta; una respuesta, sin embargo, en la que se hace una distinci�n entre miembros dignos e indignos de Israel, y cada uno tiene una perspectiva diferente. Dios siempre, dice, ha sido accesible a su pueblo, siempre ha estado dispuesto a renovar las relaciones con ellos: fueron ellos los que no respondieron, sino que lo provocaron con sus idolatr�as. ( Prof. SR Driver, DD )

Una naci�n que no fue llamada por mi nombre

"Una naci�n que no invoc� mi nombre". La referencia es a aquellos entre las personas que, despu�s de la Restauraci�n, todav�a practicaban las idolatr�as de sus antepasados ??antes del exilio. ( ABDavidson, DD )

La profec�a muy audaz

Aprendemos con autoridad inspirada que este es un pasaje muy audaz ( Romanos 10:20 ); se requer�a mucho coraje para pronunciarlo al principio, y en los d�as de Pablo se necesitaba a�n m�s para citarlo y hacer hincapi� en los jud�os que lo rodeaban. El que protesta contra un pueblo moralista y lo enoja al mostrar que otros a quienes despreciaban se salvan mientras ellos mismos se pierden, necesitar� un esp�ritu intr�pido. Este texto tiene un claro tono de gracia gratuita; y por eso se le puede llamar atrevido.

I. LA PERSONALIDAD DE DIOS EN LA OBRA DE SU GRACIA. Esto es notablemente prominente en el trabajo que tenemos ante nosotros.

1. La personalidad de Dios se manifiesta en el hecho de que �l mismo observa todo lo que se hace. �Alguien lo busca? �l dice: �Me buscan. �Alguno lo encuentra? �l dice: �Me han encontrado. �Hay alguna predicaci�n del evangelio? El Se�or declara: "Contempla, m�rame".

2. �l mismo en el gran objeto del deseo donde opera la gracia. Cuando los hombres se despiertan para salvarse, buscan ... �qu�? �Religi�n? De ninguna manera. Buscan a Dios, si lo buscan correctamente. El Se�or dice: "Soy hallado". Si los hombres no encuentran a Dios, no han encontrado nada. Dios mismo llena la visi�n de la fe; observe las palabras, "Heme aqu�, heme aqu�". Buscamos a Dios en Cristo y encontramos todo lo que nuestra alma necesita.

3. �l mismo es el Portavoz de ese llamado por el cual los hombres son salvados. Aqu� est�n las palabras: "Dije: Contempla, m�rame". El Se�or mismo habla la palabra eficaz.

4. �l mismo es el director del mensaje. �Dije: Heme aqu�, heme aqu�, a una naci�n que no fue llamada por Mi nombre. 'Dios no solo habla el Evangelio, sino que lo habla en casa a aquellos a quienes designa para que lo escuchen. Esto envuelve al Evangelio con una extra�a solemnidad: si el Evangelio nos bendice, no es �l, sino Dios el que bendice: Dios mismo ha venido a nosotros. Este hecho tiene otro aspecto; porque si el Evangelio es rechazado, es Dios quien es rechazado. Lea el siguiente vers�culo: �Todo el d�a extend� mis manos hacia un pueblo rebelde.

II. EL DELicia QUE DIOS TOMA EN LA OBRA DE GRACIA. Dios se alegra de ser buscado y encontrado por aquellos que alguna vez lo descuidaron.

1. Es evidente que se regocija en contraste con la queja del siguiente vers�culo.

2. El Se�or se regocija en cada paso del proceso. Hay una pobre alma que comienza a llorar: "�Oh, si supiera d�nde podr�a encontrarlo!" y he aqu� que el Se�or dice: �Me buscan. Un hombre acaba de comenzar a asistir a la Casa de Oraci�n; s�lo recientemente ha comenzado el estudio serio de la Biblia; el Se�or lo ve y dice: �Me buscan. Como cuando un pescador sonr�e porque un pez ha comenzado a mordisquear el cebo, as� el Se�or nota los primeros movimientos del coraz�n hacia �l y dice: "Me buscan". La siguiente oraci�n es: "Me han encontrado".

3. El Se�or tambi�n se regocija en las personas que lo buscan. Dice: �Soy buscado por los que no pidieron por m�. Se alegrar� de que cualquier coraz�n siga buscando lo que ha comenzado a buscar; pero �l est� m�s complacido cuando los no buscadores se vuelven buscadores.

4. El Se�or se regocija en el n�mero de que lo buscan y lo encuentran. "Dije: Heme aqu�, heme aqu�, a una naci�n". �Cu�ndo llegar� el d�a en que nacer�n naciones de una vez?

III. LA DESCRIPCI�N QUE DIOS MISMO DA DE LA OBRA DE GRACIA.

1. El Se�or nos dice d�nde encuentra los objetos de Su gracia. �l dice: �No preguntaron por m�; no me buscaron; no fueron llamados por mi nombre �. Qu� misericordia es que �l venga a nosotros en nuestro pecado y miseria; porque ciertamente no deber�amos venir a �l de otra manera.

2. A continuaci�n, describe el Evangelio que les llega como el poder de Dios. Aqu� est�n sus propias palabras: "Dije: Contempla, m�rame". El camino de la salvaci�n es: "M�renme y sean salvos, todos los t�rminos de la tierra".

3. Luego el Se�or pasa a mencionar los conversos que hace el Evangelio. Los descuidados se vuelven buscadores, los imp�os buscadores, los que no oran contemplan a su Dios y viven.

4. El Se�or tambi�n describe la experiencia de los salvos. Dios viene a nosotros para que podamos acercarnos a �l.

IV. EL USO QUE DIOS HACE DE TODO ESTO. Aqu� el Se�or se cuid� de que cuando dijera: �Me buscan los que no preguntaron por m�, se escribieran sus palabras y se nos dieran a conocer. No es todo lo que Dios pueda decirse a s� mismo que luego nos repetir�; pero aqu� Isa�as nos dice estas declaraciones privadas del coraz�n Divino, y quedan registradas en este Libro inspirado. �Con qu� fin crees que es as�?

1. Que despierte en nosotros asombro y admiraci�n.

2. Destruir el orgullo y la autoestima.

3. Para animar a los que lo buscan: porque si los que no lo buscan a menudo lo encuentran, ustedes que lo buscan seguramente lo encontrar�n.

4. Estimular a los trabajadores. Ir a trabajar entre lo peor de lo peor; porque como Dios se encuentra entre los que no lo buscan, hay esperanza para los m�s viles.

5. Para que pueda convencer a los que no acuden a �l de la grandeza de su pecado. Miren, dice �l, aquellos que nunca antes oyeron de M� han encontrado la salvaci�n, mientras que ustedes, que han sido instruidos, invitados e impresionados, todav�a han resistido y resistido Mi Esp�ritu. ( CH Spurgeon. )

Versículos 3-5

Un pueblo que me provoc� a ira

La obstinaci�n provoca la ira de Dios

Al rechazar su amor con obstinaci�n obstinada, han incurrido en una ira que, aunque prolongada y pacientemente contenida, ahora estalla con una violencia incontrolada.

�El pueblo que continuamente me provoca en Mi cara, sacrificando en los huertos y quemando incienso en las tejas, que se sienta en b�vedas y pasa la noche en lugares retirados, que come carne de cerdo, y pedazos de cosas abominables hay en sus manos. platos, que dicen: Alto: �No te acerques demasiado! Porque yo soy santo para ti, esto es humo en mi nariz, fuego que arde sin cesar �. ( F. Delitzsch, DD )

Cultos ilegales y supersticiosos

La referencia a los "ladrillos" permanece sin explicaci�n; sentarse en las tumbas ten�a el prop�sito de obtener or�culos o sue�os de los muertos, la llamada "incubaci�n". ( ABDavidson, DD )

"Caldo de cosas abominables"

Las criaturas que se enumeran en Isa�as 66:17 . Los "sacrificios se hierven y producen un caldo infernal m�gico" ( W. Robertson Smith )

. ( Pro /. J. Skinner, DD )

Versículo 5

Que puede estar por ti mismo

"Soy m�s santo que t�"

Porque �Soy m�s santo le�do, probablemente, de lo contrario te santificar�.

Las pr�cticas a las que se hac�a referencia eran �misterios�, y el iniciado comunicaba su �santidad� a otros al entrar en contacto con ellos, y as� los inhabilitaba para todos los usos ordinarios de la vida (cp. Ezequiel 44:19 ). ( ABDavidson, DD )

El vers�culo 5 alude a aquellos que reclamaron una santidad superior en virtud de ciertos ritos en los que hab�an sido iniciados. ( Prof. SR Driver, DD )

Justicia propia, - un mont�n de basura humeante

La aplicaci�n del pasaje a Israel es as�. A�o tras a�o, Dios trat� con gran paciencia hacia su pueblo escogido, pero parec�an estar desesperados por la idolatr�a de una forma u otra. A veces adoraban a Jehov�, pero luego lo hac�an bajo figura y s�mbolo, mientras que �l ha prohibido expresamente que incluso Su propia adoraci�n se celebre as�. En otras ocasiones rechazaron por completo a Jehov�, y adoraron a Baal y Astarot, y a tropas enteras de los dioses de las naciones, y as� provocaron a Jehov� en gran manera.

Tambi�n practicaban la nigromancia, o fing�an la comuni�n con los muertos, y la brujer�a y la hechicer�a, y todo tipo de ritos abominables, como las naciones depravadas que los rodeaban. Cuando se abandon� esta rebeli�n abierta, como lo fue despu�s del cautiverio, porque los jud�os nunca han sido culpables de idolatr�a desde ese d�a, cayeron en otra forma del mismo mal, a saber, la justicia propia: de modo que cuando nuestro El Se�or vino. Descubri� que la justicia propia era el pecado clamoroso de Israel, y los fariseos lo llevaron a tal punto que lo volvieron completamente rid�culo.

Consideraron que el contacto de una persona com�n contaminaba su car�cter sagrado, por lo que necesitaban lavarse despu�s de caminar por la calle. Cuando atravesaron los caminos, tomaron el borde de la acera, para no rozar las ropas de los transe�ntes, e incluso en el templo, en oraci�n, se mantuvieron solos para no contaminarse. Todo su esp�ritu se expresa en las palabras del texto: �Qu�date en ti mismo, no te acerques a m�; porque yo soy m�s santo que t� ". Este Dios declara ser tan desagradable para �l como el humo en la nariz de un hombre. La justicia propia es desenfrenada en nuestros d�as.

I. EL PECADO DE LA JUSTICIA PROPIA CRECE ENTRE LAS PERSONAS RELIGIOSAS. No siempre es el pecado del mundo exterior, porque muchos forasteros no pretenden ninguna justicia en absoluto, y me imagino que piensan mucho mejor de s� mismos por eso. Esta es una s�plica vana que no necesita muchas palabras para exponerla. �No hago profesi�n�, dice uno. Se trata de una confesi�n tan honorable como si un ladr�n debiera jactarse cuando lo atrapan robando bolsillos, "No pretendo ser honesto", o un mentiroso cuando es detectado debe darse la vuelta y gritar: "Nunca profes� hacerlo". di la verdad.

�Entre los que profesan ser religiosos, la justicia propia aparece con mucha frecuencia, porque no han recibido verdaderamente la religi�n de Jesucristo; si fueran verdaderos creyentes, ser�an humildes y contritos, porque la justicia propia y la fe en Cristo son diametralmente opuestas. Muchos de los que se mezclan con los cristianos y son religiosos en cierto sentido porque practican las formas de la religi�n, suelen colocar la forma en el lugar del esp�ritu.

Estas personas tambi�n, incluso cuando no se unen a la Iglesia cristiana, sino que solo adoran o parecen adorar con cristianos, tienden a pensar que deben ser mejores que otras personas porque lo hacen. Es el peligro de las personas aparentemente religiosas, que no se han convertido para salvaci�n, so�ar que se benefician de alguna manera con una mera atenci�n a los medios de la gracia. Si un egipcio se frotaba los hombros con un israelita, �lo convertir�a en un israelita? �Vivir cerca de un hombre rico te har� rico? �Olvidas ese grito de nuestro Se�or, �Ay de ti, Coraz�n. �Ay de ti, Betsaida?

II. ESTE ES UN PECADO QUE FLORECE DONDE ABUNDAN OTROS PECADOS. Leemos de estas personas que hicieron lo malo ante los ojos de Dios, y eligieron aquello en lo que �l no se agrad�. Blasfemaron contra Dios y se contaminaron con ritos imp�os, comulgando con los demonios y los poderes de las tinieblas y fingiendo hablar con los esp�ritus difuntos; y sin embargo, a pesar de todo lo que dijeron: �Mant�ngase firme, yo soy m�s santo que usted.

�La justicia propia nunca es m�s rid�cula que en las personas cuya conducta no soportar�a un escrutinio ni por un momento. Los hombres santurrones, como los zorros, tienen muchos trucos y planes. Condenan en otras personas lo que consideran muy excusable en s� mismos. Estas personas har�n justicia de esta manera: alegan que si hacen algo malo, hay algunos puntos en los que son espl�ndidos compa�eros.

Algo en lo que el inconverso puede sobresalir se incluye para compensar sus deficiencias de cientos de otras formas. Por las buenas o por las malas, un hombre se dar� cuenta de que no es tan malo como parece; la inventiva de la autoestima es prodigiosa. Ning�n mont�n de basura est� demasiado podrido para que crezca sobre �l el maldito hongo del yo orgulloso.

III. ES EN SI MISMO UN GRAN PECADO. Uno casi se sorprende al encontrar la autoestima colocada despu�s de una lista de pecados como la que registra este cap�tulo. Para el jud�o, comer carne de cerdo y caldo de cosas abominables era una gran contaminaci�n, pero la justicia propia se clasifica con ella; incluso se coloca con nigromancia y brujer�a. La embriaguez y el jurar son pecado en harapos, pero la justicia propia es pecado en un respetable abrigo negro.

Es un pecado aristocr�tico y no le gusta que lo rebajen con el tuck com�n; y si lo llamamos pecado, muchos alegar�n que solo es as� en un sentido muy refinado. Pero Dios no lo cree as�; Lo clasifica entre los peores y lo hace porque es uno de los peores. El que un hombre sea moralista es en s� mismo un pecado de pecados. Porque, primero, es una blasfemia. Dios es santo. Aqu� viene este vil impostor y se jacta: �Y yo tambi�n soy santo.

�No es esa una forma de blasfemia rid�cula y despreciable? Es blasfemia en su esencia misma. M�s a�n, esta justicia propia es idolatr�a, porque el hombre que se considera justo por sus propias obras, se adora a s� mismo. Pr�cticamente, el objeto de su adoraci�n es su propio ser querido, delicioso y excelente. Entonces, nuevamente, es blasfemia, porque le da a Dios la mentira distintiva. El Se�or declara que ning�n hombre es justo.

IV. LA JUSTICIA PROPIA ES EL FRUTO DE LOS PROPIOS PENSAMIENTOS DEL HOMBRE. Mire Isa�as 65:2 . Los que tienen pensamientos elevados de s� mismos no caminan seg�n los mandamientos de Dios, sino seg�n sus propias nociones. Si alguno piensa que es justo en s� mismo, nunca ha derivado esa idea de la ley de Dios, y ciertamente no del Evangelio, porque el Evangelio no conoce a ning�n hombre seg�n la carne como justo, sino que considera a todos los hombres como pecadores, y viene a ellos con perd�n; trata a los hombres como perdidos y viene a salvarlos.

Las personas farisaicas no est�n muy inclinadas a escudri�ar las Escrituras, no las leen con un coraz�n comprensivo para comprender el significado; m�s bien hacen que la Biblia diga su propio significado y la tuercen para apoyar su propio sue�o placentero.

V. LA AUTOGESTI�N TIENE ESTE Vicio AL RESPECTO, QUE SIEMPRE LLEVA A DESPRECIAR A LOS DEM�S. Esa es la esencia del texto.

VI. LA JUSTICIA PROPIA ES MUY ABOMINABLE A LA VISTA DE DIOS. �Con qu� lo compara? �l dice: �Es humo en mi nariz, fuego que arde todo el d�a. En el fondo del huerto juntamos las hojas muertas y toda la basura del huerto, y el mont�n se enciende, y sigue ardiendo y humeando todo el d�a; y si vas y te paras en el ojo del viento, tus ojos se irritar�n, tu nariz se ofender� y sentir�s que no puedes soportarlo.

No nos sorprende que as� desprecie y aborrezca la orgullosa justicia propia, porque Dios es un Dios de verdad, y la verdad no puede soportar una mentira, y la justicia propia es un c�mulo de mentiras. Adem�s, la justicia propia es algo tan orgulloso. Dios siempre se irrita con orgullo. La justicia propia tambi�n niega la sabidur�a del plan de Dios y se opone completamente a �l. El plan actual de Dios de obrar en el mundo se basa en la teor�a de que somos culpables; siendo culpable, nos proporciona un Salvador y nos env�a un Evangelio lleno de gracia.

VII. LA JUSTICIA PROPIA M�S EFECTIVAMENTE PROHIBE AL HOMBRE DE TODA ESPERANZA DE SALVACI�N. No podemos ser salvos a menos que seamos verdaderamente santos, pero ning�n hombre se vuelve verdaderamente santo si se contenta con una falsa santidad. La justicia propia evita el arrepentimiento. Nunca creer�s en Jesucristo mientras creas en ti mismo. �Cu�l es el remedio para todo esto? Dios dice: "Miradme"; es decir, te pide que dejes de adorar tus propias bellezas imaginarias y de adorar tu propia imagen necia.

Mira primero al Dios santo y tiembla. �Podr�s ser t�, por ti mismo, alguna vez como �l, puro, inmaculado, glorioso? M�ralo y desespera. Luego viene el segundo, �M�rame. Vea a Jesucristo en la cruz muriendo, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios. Cuando lo veas morir, tu justicia propia morir�. ( CHSpurgeon. )

Falsos motivos de superioridad en santidad

La disposici�n a arrogarse la dignidad del valor y la excelencia religiosos nunca se ha extinguido entre los hombres, ni la disposici�n bastante consistente de convertirla en el uso del orgullo.

1. En algunos casos, se ha asumido una santidad superior sobre la base de pertenecer a una cierta divisi�n o clase de la humanidad; una clase que tiene su distinci�n en la circunstancia de descendencia y natividad, o en alguna constituci�n artificial de la sociedad. As� los jud�os de la antig�edad, en virtud simplemente de ser jud�os. Imag�nese al peor jud�o compar�ndose con Ar�stides, Foci�n o S�crates.

Los brahmanes, en virtud de una supuesta descendencia preeminentemente sagrada; una emanaci�n de la cabeza de su dios creador. En los pa�ses papistas, la numerosa clase eclesi�stica. Algo de esto incluso en la Inglaterra protestante. En estos casos se ha asumido la santidad independientemente del car�cter personal individual. �Qu� infamia a la raz�n humana pervertida, que cualquier cosa que pudiera dejar al individuo evidentemente malo, en su coraz�n y en su vida, pudiera ser tomado como lo contrario de lo malo, es decir, santo!

2. En muchos per�odos y lugares, los hombres se han considerado �santos� sobre la base de una meticulosa observancia de formas y ceremonias religiosas, ya sean de designaci�n divina o invenci�n humana. Esto tom� el lugar de la verdadera santidad religiosa entre los jud�os. Es una gran caracter�stica del paganismo. En realidad, se encuentra en lugar de la religi�n y la moralidad entre la mayor parte de la gente bajo el dominio de la Iglesia Romana.

Es de temer que haya algunos entre nosotros que se aventuran a una suposici�n enga�osa sobre la base de una atenci�n regular a los servicios externos de la religi�n. Pero tenemos motivos para saber que todo esto puede ser, y sin embargo, no hay una prevalencia transformadora vital de la religi�n en el coraz�n.

3. Otro fundamento de tal suposici�n es la rectitud general de la conducta pr�ctica, separada del verdadero principio religioso de excelencia moral.

4. El orgullo de la autoestima por la santidad puede ser traicionado por personas que han conservado un car�cter sustancialmente libre de reproche, contra aquellos que, en alg�n caso conocido, han ca�do en un gran pecado. Podr�a haber sido un caso en el que se encontraron con una tentaci�n repentina, complicada o muy extraordinaria, de la que todos deber�an orar fervientemente para ser salvados. El delincuente puede haber deplorado penitentemente la transgresi�n durante muchos a�os posteriores.

Pero se ha visto bastante a menudo que otra persona, que ha sido lo suficientemente feliz como para no incurrir en una mancha tan marcada en su car�cter, asumir� un tono de alta superioridad contra �l, aunque nunca haya tenido la misma fuerza de tentaci�n para combatir. con; nunca se le ocurra atribuir su exenci�n a una causa superior a sus propios buenos principios; y puede estar desprovisto de algunas cualidades valiosas que posee el otro. La vida entera de este auto-aplaudidor puede haber sido poco mejor que una serie de negativos. Su hermano culpable y penitente puede haber hecho mucho bien.

5.Un hombre puede haber tenido su mente dirigida a un conocimiento especulativo de la doctrina religiosa; y supondremos que es un conocimiento valioso lo que ha adquirido. Todo esto puede ser y, sin embargo, el hombre siente poco o nada del poder santificador de la verdad religiosa. Sin embargo, el especulador est� tan dispuesto a tomar para s� toda la dignidad y excelencia de su tema y su causa, que este hombre puede asumir una elevada pretensi�n, si no estricta y formalmente de "santidad", pero de alguna relaci�n meritoria con verdad y religi�n; algo que lo autoriza en un alto desprecio, no s�lo de los que no saben nada de religi�n, sino tambi�n de los que sienten su influencia y poder genuinos, cuando son d�biles en la inteligencia especulativa de la misma. Se considera a s� mismo, por as� decirlo, en la confianza de la religi�n,

6. Existe el celo facticio en el servicio activo de la religi�n; y eso forma un terreno de alta pretensi�n. Hombres en actividad inquieta; colina de planes, convenientes, experimentos y empresas ostentosas. Pero un observador atento podr�a divisar f�cilmente que la causa de Dios era una preocupaci�n muy secundaria para ellos, incluso en la mejor interpretaci�n. Su gran objetivo (tanto si eran conscientes de ello como si no) era su propia notoriedad; y la causa de la religi�n result� ser la que servir�a m�s eficazmente a este prop�sito.

7. Hay varias personas entre los que profesan ser cristianos cuyas mentes casi siempre se concentran en ciertos puntos importantes de la doctrina, buscados principalmente en el libro de los decretos eternos de Dios. Y es en estas doctrinas que encontraron, de alguna manera, una seguridad absoluta de estar en el favor divino. Dios no permita que debamos negar o dudar de que existe una seguridad firme y racional de la salvaci�n que se puede alcanzar en esta vida.

Pero las personas a las que nos referimos traicionan que su seguridad, que toma su posici�n en una posici�n tan elevada, independientemente de una estimaci�n fiel del coraz�n y la vida, tiene un efecto no santificador; afloja y estrecha la fuerza y ??el alcance de la jurisdicci�n de la conciencia; y, sobre todo, atesora en ellos el esp�ritu de nuestro texto.

8. Podemos nombrar como una de las cosas fundadas en la pretensi�n y el orgullo, la experiencia de sentimientos exaltados, ardientes y entusiastas, en alguna apariencia de conexi�n con la religi�n, pero no realmente de su genuina inspiraci�n. ( John Foster. )

Versículo 8

As� ha dicho Jehov�: Como se halla el mosto en el racimo.

El respeto de Dios hasta el fiel remanente de su pueblo.

As� como uno no destruye un racimo que consiste en bayas buenas y malas, porque uno tambi�n destruir�a la bendici�n divina contenida en �l, as� Jehov� por amor a Sus siervos no aniquilar� a Israel. No destruir� a todos indiscriminadamente; el sentido no es �la savia junto con la c�scara y la c�scara (Knobel, Hahn), sino: las bayas que tienen una buena savia junto con las malas bayas preponderantes (JH Michaelis, Seinecke).

( F. Delitzsch, DD ) Es una aplicaci�n a nuevas circunstancias de la doctrina del remanente de Isa�as 6:13 ( Isa�as 6:13 ). ( Prof. J. Skinner, DD )

No lo destruyas

"No lo destruyas"

Vea el pasaje en referencia a&mdash

I. EL PUEBLO ANTIGUO DE DIOS, LOS JUDIOS.

II. CIUDADES Y NACIONES EN GENERAL.

III. EL ESTADO DE LAS IGLESIAS CRISTIANAS.

IV. DESLIZADORES ESPALDA PENITENTES.

V. J�VENES INVESTIGADORES.

VI. LOS QUE SON LLAMADOS PERSONAJES M�S SIN PROMESAS. ( JGPearsall. )

Peque�as cosas

Aqu� tenemos cuatro lecciones que nos ense�� un racimo de uvas.

I. QUE GRAN BIEN SE PUEDE ALMACENAR EN PEQUE�AS COSAS. Un racimo de uvas es una cosa peque�a y, sin embargo, hay una bendici�n en ello. Con un coraz�n entregado a Jes�s, un ni�o es un sol que no puede dejar de brillar, una fuente que no puede dejar de enviar arroyos, una flor que no puede sino llenar el aire de dulzura.

II. SOLO DIOS PONE LA BENDICI�N EN COSAS PEQUE�AS. En esto �l muestra:

1. Su sabidur�a.

2. Su omnipotencia

3. Su condescendencia y compasi�n.

III. PEQUE�AS COSAS DEBEN SER PERMITIDAS PARA ESTA BENDICI�N EN ELLOS. Hay muchas cosas peque�as que tiendes a despreciar porque son peque�as y, sin embargo, no las destruyas, dice Dios, porque hay una bendici�n en ellas.

1. Tus votos y resoluciones.

2. Tus principios.

3. Tus h�bitos.

4. Tu personaje.

5. Tus amistades.

6. Su inter�s por los paganos.

IV. SI FALTA LA BENDICI�N EN ELLOS SE DESHACER� FOP. SIEMPRE. �No la destruyas; porque en �l hay una bendici�n ". Como si se dijera: Si no hubiera bendici�n en �l, entonces podr�a ser destruido. Es la bendici�n que entrega. Si no hay bendici�n en nosotros, estamos condenados. El sirviente in�til escondi� su talento en la servilleta, pero no pudo esconderse de la indignaci�n de su amo. ( J. Bolton. )

Versículos 11-12

Que preparan una mesa para esa tropa

Suerte y fortuna

Entre los orientales, los planetas J�piter y Venus fueron adorados como la Suerte Mayor y Menor.

Fueron adorados como Merodach e Istar entre los babilonios. Merodach fue adorado por su prosperidad. Pueden ser Merodach e Istar a quienes aqu� se les da los nombres de Gad (o Suerte) y Meni, o Destino, Fortuna. En el Pante�n de Babilonia hab�a un "Manu el Grande, que presid�a el destino". ( Prof. GA Smith, DD )

La "lectisternia":

Los ritos descritos son la lectisternia, muy conocida en todo el mundo antiguo, en la que se extend�a una mesa, provista de carnes y bebidas como comida de los dioses. ( Prof. J. Skinner, DD )

�Dios o la casualidad?

D�mosle al pasaje su verdadera traducci�n, y puede transmitirnos una lecci�n muy solemne. Es: �En cuanto a ustedes que abandonan Su servicio, que preparan una mesa para la fortuna y derraman el vino para el destino, los he destinado para la matanza. He aqu�, mis siervos comer�n; pero vosotros que prepar�is la mesa para la fortuna, tendr�is hambre. He aqu�, mis siervos beber�n; pero vosotros, que derramais libaciones al destino, tendr�is sed.

He aqu�, mis siervos se regocijar�n; pero los que creen en la suerte, ser�n avergonzados. Dejar�s tu nombre por maldici�n. Mis siervos se bendecir�n y jurar�n por el Dios de am�n, es decir, el Dios de verdad y fidelidad. Los jud�os ap�statas comenzaban a confiar en los dioses de las naciones, a hacer banquetes en el planeta J�piter, al que consideraban la estrella de la fortuna, y a verter libaciones en el planeta Venus, al que consideraban la estrella de la suerte.

Por eso Dios les dice que no estas estrellas, no estos �dolos, no estas entidades imaginarias; pero que �l ser�a su destino, y que los librar�a, porque la fortuna y el destino que adoraban s�lo pod�an conducirlos al hambre, la sed y la ruina; pero sus siervos, los que confiaron en �l, nunca deber�an avergonzarse; deber�an encontrarlo como su Dios, un Dios de bendici�n, un Dios de am�n, s�, un testigo fiel. ( FW Farrar, DD )

La tentaci�n de ignorar a Dios

�No tenemos una tentaci�n similar? El pasaje est� lleno de las lecciones m�s profundas. Toca el primer mandamiento: "No tendr�s otros dioses sino a m�". Enfatiza el primer cap�tulo del G�nesis: "Dios es el que nos ha vuelto loco, y no nosotros mismos". Es nada menos que toda una filosof�a de la historia y toda una filosof�a de vida. Los t�rminos, "accidente", "fortuna", "suerte", juegan un papel importante en las costumbres y la literatura del mundo, pero no tienen ning�n papel en las Escrituras.

La misma palabra "oportunidad", hablando con propiedad, est� completamente ausente por igual en el Antiguo y el Nuevo Testamento. Supongo que es la fe en el azar lo que da su terrible fascinaci�n a esa pestilente locura del juego que ha arruinado a tantos miles de ingleses. Pero miremos este tema del supuesto gobierno de la vida por casualidad desde puntos de vista mucho m�s amplios que estos.

1. Por ejemplo, afecta muy de cerca nuestra historia humana. Las naciones antiguas cre�an en el azar. Lo llamaban �azar� o �fortuna, si un hombre recib�a una corona como premio de su maldad y el otro un galimat�as; lo llamaban "oportunidad" si una batalla perdida, que elevaba a un gobernante de un calabozo a un trono, reduc�a a otro del trono a un calabozo. De esta manera ellos, como dice el profeta, elevaron la mesa a la fortuna.

�Miras la historia de la humanidad de esta manera o no? �Qu� es la historia para ti? �Es una mera fantasmagor�a espantosa de las pasiones humanas que luchan juntas, o es el desarrollo de un gran drama divino hacia un resultado misericordioso? Ni en la vida nacional ni en la vida individual podemos pretender comprender los tratos de Dios. No podemos decir por qu� la carrera de un gran hombre se interrumpe justo cuando parece haber sido m�s capaz de salvar a su pa�s, y por qu� la vida de un villano no se interrumpe antes de que haya hecho miles de personas en la miseria y la ruina. Somos como un sordo que mira la ira del arpista mientras baila sobre las cuerdas.

2. Pero ahora, pasando de la historia en general a la vida individual de cada uno de nosotros, dif�cilmente puedo exagerar la diferencia que nos marcar� si consideramos nuestra vida como guiada por Dios o como guiada por accidente. Nominalmente, supongo, todos profesamos que es Dios quien est� tejiendo el patr�n de nuestra peque�a arcilla; pero, �realmente lo creemos y nos comportamos como si lo crey�ramos? Tomemos, por ejemplo, los eventos de los que habitualmente hablamos como accidentes de la vida.

Si podemos pensar que estas cosas suceden simplemente por casualidad, �qu� desdicha nos puede causar! �C�mo los hombres y mujeres tan dolorosamente golpeados a veces maldicen el d�a de su vida! Pero, �qu� diferencia cuando tienen la gracia de reconocer que esto puede ser en su propia vida, pero �loes amargos de la mano dulce de Dios! Como este pensamiento, que es Dios y no el azar quien �da forma a nuestros fines�, toca incluso a los personajes m�s imperfectos con la gloria de la resignaci�n, �c�mo puede dar a todo el curso de nuestra vida diaria la gracia del contentamiento! ( FWFarrar, DD )

Deseo enfatizar la advertencia del profeta contra el contrapecado de derramar vino especiado para el destino, en otras palabras, de considerar toda la vida como si fu�ramos v�ctimas indefensas de una necesidad ciega, de leyes irreversibles, de fuerzas sin pasi�n y adamantinas, que no podemos ni modificar ni resistir. Las formas que adopta esta visi�n del destino son a veces religiosas y, a veces, irreligiosas.

1. Uno de ellos pro-Cesa de ser muy religioso en verdad - es el calvinismo.

2. Otra forma de esta adoraci�n del destino es el fatalismo - la noci�n de que como Dios ha decretado todo en esta vida, nada suceder� excepto lo que �l ha decretado, y por lo tanto, es completamente in�til que los hombres se muevan. Cuando, en la conquista de M�xico, el infeliz emperador Moctezuma fue aplastado con un golpe tras otro de desastre, hizo uso de este proverbio: �Nacemos; que venga lo que debe venir ". El fatalismo, como el calvinismo, se basa en verdades mal comprendidas y emite resultados deplorables; y tambi�n debe descartarse por ser, a todos los efectos pr�cticos, absurdo y falso.

3. Pero hay una forma m�s de "preparar una mesa para la fortuna y servir vino especiado para el destino". Es el materialismo, que niega por completo la existencia de Dios, o lo trata, en el mejor de los casos, como una hip�tesis no probada. Hace su Dios de la ciencia, de la naturaleza, de las leyes materiales, del hombre mismo. Convierte al hombre en una mera m�quina. Destruye de un golpe toda responsabilidad. Hace del suicidio un recurso perfectamente admisible.

Dice, para citar a sus propios devotos, que nada es digno de nuestros esfuerzos, nuestras luchas o nuestras energ�as, que el mundo est� en bancarrota en todos los �mbitos, y la vida es un negocio que no paga sus gastos, y la aniquilaci�n es preferible a la existencia. , y el mundo fundamentalmente algo que no deber�a existir. Bueno, mientras exista el cristianismo, debemos marcar la frente insolente y aspirante de estas nociones esp�reas. ( FWFarrar, DD )

Versículos 12-14

Por tanto, te contar� a espada.

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La declaraci�n de Dios contra la desobediencia de Israel

I. LA ACUSACI�N. Una falta de atenci�n culpable a la voz de Dios.

II. LA AMENAZA ( Isa�as 65:13 ). ( RG Buddicomb, MA )

El llamado de Dios despreciado

I. EL GRACIOSO LLAMADO DE DIOS.

II. LA IMPENITENCIA DE MUCHOS.

III. EL RESULTADO INEVITABLE. ( J. Lyth, DD )

Versículos 13-14

He aqu�, mis siervos comer�n, pero vosotros tendr�is hambre.

La mejor fiesta

Se puede observar con qu� frecuencia en las Sagradas Escrituras la humanidad se divide en dos clases.

En el texto, el Se�or Dios mismo distingue claramente entre sus siervos y los dem�s. El uno comer�, beber� y se regocijar�; el otro tendr� hambre, sed y se entristecer�.

I. LA BENDICI�N DE LOS SIERVOS DEL SE�OR.

II. LA MISERIA DE LOS QUE LE DESOBEDIERON. ( W. Mudge. )

Incentivos a la decisi�n religiosa

I. DE LAS VENTAJAS SUPERIORES DE LA VIDA RELIGIOSA M�S ALL� DE TODAS LAS DISTINCIONES O PROFESI�N DE LOS HOMBRES MUNDIALES E IMP�OS.

1. Tienen un mejor maestro y una mejor porci�n.

2. Tienen mejores recursos y suministros.

3. Disfrutan mejor.

4. Tienen mejores perspectivas.

II. DE LAS FUENTES PECULIARES DE INSATISFACCI�N Y DEDICCI�N A LAS QUE EST� EXPUESTO. ( S. Thodey. )

Versículo 14

He aqu�, mis siervos cantar�n

Alegr�as

El paganismo no sabe nada del gozo descrito en el texto del remo, pero en esta vida todo hombre puede cantar con gozo de coraz�n.

1. Dios hace que sus siervos canten con gozo de coraz�n. Hab�a una vez un m�sico famoso que pod�a sacar la m�sica m�s encantadora de una cuerda de viol�n. Como ese viol�n, muchos de nosotros tenemos una sola cuerda, y esa est� rota; pero nuestro Dios puede hacer que suene una alabanza perfecta.

2. Puede reconocer a un siervo de Dios por su rostro alegre. No vemos muchas caras alegres, excepto en los ni�os peque�os; y solo entonces en ocasiones extra�as. La raza humana nace para los problemas; pero Dios puede convertir nuestro dolor en gozo. Qu� agradable es mirar un rostro alegre y alegre. Los ruise�ores no vienen a menudo tan al norte como Manchester; pero el a�o pasado uno de esos p�jaros construy� su nido en las afueras de nuestra ciudad, y decenas de personas salieron a escuchar al dulce cantor de la noche.

Se escribieron cartas a los peri�dicos al respecto, y todos pensaron que era algo extraordinario. �Qu� dulce fue escuchar el gorjeo de ese p�jaro en la oscuridad de la noche! Si el ruise�or cantara durante el d�a, es posible que no lo notemos m�s que la melod�a de la alondra o la m�sica del reyezuelo; nos deleita porque es una canci�n en la noche. Del mismo modo, un rostro alegre y palabras alegres son igualmente notables. En este mundo de dudas y temores oscuros, deja que el canto del gozo de tu coraz�n se vea en tu rostro y se escuche en tus palabras.

3. Los siervos de Dios tambi�n son conocidos por su car�cter alegre. Viva con moderaci�n, llegue a casa a tiempo todas las noches, lev�ntese temprano; y la alegr�a de la vida entrar� en tu coraz�n.

4. Los siervos de Dios tienen el gozo de conocerlo.

5. Existe el gozo del perd�n.

6. Existe el gozo de la salvaci�n.

7. Tambi�n tenemos el gozo de la fe. �Qu� bendici�n poder confiar en el cuidado de Dios! En los largos caminos del Este, donde la gente tiene que viajar cansinamente a pie durante muchos kil�metros, es costumbre de las personas bondadosas poner al borde del camino un c�ntaro de agua para que el viajero sediento pueda beber libremente. De la misma manera, Dios pone bendiciones y consuelos para nosotros en nuestro camino; y tales muestras de su bondad nos hacen cantar de gozo.

8. Tenemos el gozo de su presencia. Un d�a, cuando el ej�rcito griego estaba cerca del campamento enemigo, Alejandro el Grande durmi� muy tranquilamente; y cuando se despert�, uno de sus amigos dijo: "Alejandro, �c�mo es que dormiste tan bien?" El rey respondi�: ��Dormiste tan bien? Por supuesto que puedo dormir bien. �No mira Parmenio? �No te cuida Dios?

9. Est� el gozo de sus promesas. Lord Chatham un d�a le prometi� a su hijo que cuando derribaran el muro del jard�n, �l deber�a estar presente para verlo caer. Pero el olvido tiene promesa, dio orden de derribar el muro en ausencia de su hijo. Lo record� al d�a siguiente e inmediatamente orden� que se reconstruyera para que se mantuviera la promesa. Pero Dios nunca olvida Su promesa.

10. Existe la alegr�a del futuro. Puede preguntar: ��Hay alg�n gozo en la muerte? �S�! Un d�a, un escultor estuvo a punto de morir; el dolor atraves� su cuerpo; y cuando las l�grimas de su esposa cayeron sobre su rostro, dijo: �Querida, ten paciencia; �este dolor es solo el cincelado! " Entonces, cuando la muerte te llegue, tendr�s el gozo de saber que tu dolor es la mano bondadosa de Dios que te trata con mucha gentileza. ( W. Birch. )

Versículos 17-25

Porque he aqu� que creo cielos nuevos y tierra nueva

"Cielos nuevos y tierra nueva"

�Cielos nuevos y tierra nueva�, i. un nuevo universo, el hebreo no tiene una sola palabra para el Cosmos. La frase resume todo un aspecto de la teolog�a prof�tica. La idea de una transformaci�n de la naturaleza para estar en armon�a con una humanidad renovada nos ha encontrado varias veces en la primera parte del libro ( Isa�as 11:6 ; Isa�as 29:17 ; Isa�as 30:23 ff, Isa�as 32:15 ; Isa 32:35, etc.), y es un tema frecuente de profec�a, pero el pensamiento de una nueva creaci�n en ninguna parte se expresa tan absolutamente como aqu�. ( Prof. J. Skinner, DD )

El estado de la Iglesia durante el milenio.

Los cielos y la tierra significan la Iglesia del Nuevo Testamento. Hay belleza y decoro en la figura empleada; porque, por no hablar de la manera en que el estado del mundo se ve afectado por el estado de la religi�n, la dependencia de la Iglesia de las influencias espirituales y celestiales es tan inmediata como la que tiene nuestra tierra sobre la atm�sfera circundante. Cuando el cielo se llena de nubes oscuras y llueve incesantemente, o cuando emite un calor continuo y abrasador, los frutos del campo se destruyen; pero cuando difunde influencias geniales y da sol y lluvia, en proporciones justas, el resultado es fertilidad y abundancia.

De la misma manera, el estado de la Iglesia depende de las influencias que Dios se complace en comunicar: si estas son ricas y misericordiosas, la Iglesia es pr�spera y feliz; pero si �stos fueran escasos y aflictivos, los intereses de la religi�n languidecen y decaen. Por lo tanto, cuando se dice que Dios crear� nuevos cielos y una nueva tierra, debemos explicar las palabras en el sentido de que se refieren al cambio beneficioso que se efectuar� en el estado de la Iglesia.

Este cambio ser� tan grande y tan dichoso que merecer� el nombre: una nueva creaci�n. Introducir� tantas llagas y desplegar� tantas bellezas, y difundir� tal alegr�a universal, que el estado anterior de aflicci�n, dolor y peligro no ser� recordado ni vendr� a la mente. �A qu� per�odo de la historia de la Iglesia se refiere esta predicci�n ( Isa�as 65:17 )? Muchos de los primeros escritores cristianos lo consideraron como una descripci�n del estado de la Iglesia en el cielo, y apoyaron su punto de vista con las palabras de Pedro, que despu�s de que la tierra y la atm�sfera hayan sido destruidas por el fuego, se formar�n nuevos cielos y un nuevo cielo. tierra, en la que habitar�n los justos.

Pero los vers�culos afirman que, en el tiempo al que se refiere esta predicci�n, habr� pecado y muerte, y que los hombres construir�n casas y las habitar�n; y plantar vi�as y comer de su fruto. Otros, nuevamente, han visto las predicciones como se�alando el cambio que tuvo lugar en la Iglesia y el mundo, cuando el Estado jud�o fue derrocado y el Evangelio fue predicado a todas las naciones. En este momento las relaciones que exist�an entre el cielo y la tierra sufrieron una gran alteraci�n.

El culto al sol, la luna y las estrellas fue abolido en muchos lugares, los dioses falsos con los que hab�an llenado el cielo fueron puestos a un lado, y muchos alcanzaron visiones justas del Ser supremo, mientras Dios levant� la cobertura de oscuridad que hab�a esparcido por todas las naciones, se ofreci� a ellos como su Dios misericordioso, y los invit�, como pueblo suyo, a entrar en la comuni�n de la Iglesia. Pero aunque el cambio que ocurri� entonces fue grande, tan grande como para ser establecido por t�rminos tales como Dios sacudiendo los cielos y la tierra, no corresponde a la magnificencia de la escena delineada en las palabras que tenemos ante nosotros.

Entonces se sembraron las semillas de la prosperidad y la felicidad venidera. Pero luego el juicio sigui� el ritmo de la misericordia. La palabra fue recibida con mucha aflicci�n; y casi todas las iglesias tuvieron que soportar pruebas severas y ardientes, mientras que en la Jerusal�n literal la ira de Dios cay� y la consumi�. Coincidimos, por tanto, con quienes consideran que el texto caracteriza el estado de la Iglesia en el milenio. Entonces, la gloria de la Iglesia eclipsar� y eclipsar� toda la felicidad que jam�s se haya visto en la tierra, y superar� las expectativas m�s elevadas de los santos.

1. Ser� un per�odo de comunicaciones de gracia incomparables por parte de Dios. Entonces parecer� que los cielos se abren y las Personas Divinas sonreir�n al hombre. Todo ese tiempo ser� una temporada de gracioso refrigerio de la presencia del Se�or.

2. Ser� un per�odo de conocimiento claro y universal.

3. De extraordinaria santidad. Este es el resultado que produce invariablemente el conocimiento santificado.

4. Ser� un per�odo de alegr�a sin precedentes. En Isa�as 65:16 se dice que "los problemas anteriores ser�n olvidados"; y en Isa�as 65:18 Dios dice, �alegraos y regocijaos para siempre en lo que yo creo; porque he aqu� que yo creo a Jerusal�n en regocijo, ya su pueblo en gozo.

�El estado de la Iglesia ser� tan pr�spero, y los beneficios conferidos a sus miembros tan completos y tan llenos de gracia, que permitir�n a todas las m�s elevadas causas de alegr�a. Habr� un gozo derivado de visiones claras y exaltadas de la verdad Divina; del pecado vencido, la gracia impartida y la santidad promovida; de la comuni�n realizada con Dios y de las contemplaciones celestiales.

5. Ser� un momento de uni�n cordial y amor.

6. De la paz y la libertad universales.

7. De notable prosperidad exterior,

8. Todo estar� subordinado a los intereses de la religi�n. El mundo y sus compromisos son ahora con demasiada frecuencia perjudiciales para el crecimiento de la piedad. Pero, entonces, el servicio de Dios ser� el gran negocio que involucrar� a todos los corazones y todas las manos. ( A. Somerville. )

Dios regocij�ndose es la nueva creaci�n

Este pasaje, como el resto de los cap�tulos finales de Isa�as, se cumplir� por completo en los �ltimos d�as, cuando Cristo venga. Pero la obra de la que se habla ya ha comenzado entre nosotros. Habr� una nueva creaci�n literal, pero esa nueva creaci�n ya ha comenzado; por lo tanto, incluso ahora debemos manifestar una parte del gozo. �Sabes qu� es esta obra de creaci�n, que aqu� se promete tres veces con las palabras �Yo creo�. .. Yo creo. .. Yo creo. Evidentemente, es una segunda creaci�n, que en conjunto eclipsar� a la primera y la sacar� de la mente. Respecto al gozo al que estamos llamados, dir�amos:

I. ES UN ALEGR�A EN LA CREACI�N. �He aqu�, creo cielos nuevos y tierra nueva. Yo creo a Jerusal�n un regocijo, y a su pueblo un gozo ". Es algo muy correcto y excelente que usted y yo nos regocijemos en la creaci�n natural de Dios. El hombre que es del todo malo rara vez se deleita con la naturaleza, sino que se mete en lo artificial y lo sensual. Uno de los gozos m�s puros e inocentes, aparte de las cosas espirituales, en el que un hombre puede disfrutar, es el gozo en las obras de Dios.

Mucho m�s hay algo brillante, puro y espiritualmente estimulante al regocijarse en las obras superiores de Dios, en las obras espirituales de Dios, en la nueva creaci�n de Dios. No hay ninguno de los atributos de Dios que no tenga su ilustraci�n bajo la gracia econ�mica; y bendito ser� todo tu ser si puedes regocijarte plenamente en lo que Dios crea. Hay una raz�n por la que est�s llamado a regocijarte en �l, a saber, que eres parte de �l.

Cuando yac�a dolorosamente enfermo y atormentado en el cuerpo, siempre me parec�a una gran alegr�a que yo mismo, mi yo interior, mi esp�ritu, hubiera sido creado de nuevo, y que mi parte m�s noble pudiera elevarse por encima del sufrimiento y remontarme. en los cielos puros del reino espiritual; y dije de este pobre cuerpo: �A�n no has sido creado de nuevo; pero a�n ser�s librado ".

II. ES UNA ALEGR�A QUE ECLIPSAR� TODO LO ANTES. "Y lo primero no ser� recordado, ni vendr� a la mente". La gran obra nueva de Dios debe llenarnos de tal alegr�a que nos haga olvidar la vieja creaci�n, como si nos dij�ramos: - �Qu� son el sol y la luna? No necesitaremos estas luces variables en la perfecci�n de la nueva creaci�n, porque en el cielo, �no necesitan vela, ni luz del sol.

��Qu� es el mar, aunque sea el espejo mismo de la belleza? En esa nueva creaci�n no habr� m�s mar, y las tormentas y tempestades ser�n todas desconocidas. �Cu�les son estos lujos de la vista y el o�do? No los necesitaremos cuando nuestros ojos contemplen al Rey en Su hermosura en la tierra que est� muy lejos. El gozo de lo espiritual es tal que, si bien admite el gozo de lo natural, sin embargo, se lo traga como la vara de Aar�n se trag� las varas de los magos.

Como ejemplo de los poderes expulsivos de un nuevo deleite, todos sabemos c�mo se nos ha ido el recuerdo de la antigua dispensaci�n. �Alguno de ustedes llor� alguna vez porque no se sent� en la Pascua? �Alguna vez te arrepentiste nunca del cordero pascual, porque te has alimentado de Cristo? Quiero que sienta lo mismo con respecto a toda su vida anterior como ahora se siente hacia esa antigua dispensaci�n. El mundo est� muerto para ti y t� para el mundo. Tienes ahora un placer superior que encanta tu alma.

III. ES UN PRESENTE Y UNA ALEGR�A DURADERA. "Alegraos y regocijaos para siempre en lo que yo creo". Al�grate de todo lo que el Se�or ha creado en ti. Encuentra tambi�n tu alegr�a en la nueva creaci�n de Dios, como la ves en los dem�s. Creo que es muy hermoso que John Bunyan represente a Christiana y Mercy admir�ndose mutuamente. Ambos hab�an disfrutado de un ba�o en ese maravilloso ba�o de belleza, y Mercy le dijo a Christiana: ��Qu� hermosa eres! Nunca vi a nadie tan hermoso como t�.

�Pero Christiana dijo que no era hermosa en absoluto; no pod�a ver nada de s� misma para admirar, mientras que en Mercy ve�a todo para estimar y amar. �Oh, tener un ojo para la obra de Dios en otras personas y regocijarnos en ella! Un ojo as� no se ve a s� mismo y, sin embargo, es en s� mismo una de las obras m�s hermosas de Dios.

IV. ES UNA ALEGR�A QUE DIOS TIENE PARA NOSOTROS. �Porque he aqu� que yo creo a Jerusal�n en regocijo, ya su pueblo en gozo�. Ha hecho de la nueva ciudad, la nueva gente, el nuevo mundo una fuente de alegr�a. Tome a Jerusal�n como el emblema de la Iglesia de Dios. Dios siempre tuvo la intenci�n de que su pueblo elegido, llamado y convertido fuera un regocijo. Dios no solo quiso que tuvi�ramos gozo, sino que lo difundi�ramos entre los dem�s.

Tan pronto como nos convertimos, �cu�l es una de las primeras cosas que surge? Por qu�, alegr�a. Pero poco a poco, habr� una alegr�a a�n mayor. Entraremos al cielo, y habr� gozo entre los �ngeles, y gozo en nuestro coraz�n por la obra de la nueva creaci�n de Dios, que proceder� a un ritmo glorioso. Entonces las naciones se convertir�n a Dios. No s� cu�ndo, ni exactamente c�mo, pero llegar� el d�a en que Cristo reinar� de un polo a otro.

V. ES UN GOZO EN EL QUE COMPARTIREMOS CON DIOS. �Y me regocijar� en Jerusal�n, y me gozar� en mi pueblo�. ( CH Spurgeon. )

Versículo 20

No habr� m�s de all� un ni�o de d�as

Longevidad

El conjunto es una descripci�n muy po�tica de la longevidad, que se explica precisamente como la promesa de un cielo nuevo y una tierra nueva ( Isa�as 65:17 ).

( JA Alexander. )

El ni�o morir� a los cien a�os

Juventud y edad

Se promete una aniquilaci�n pr�ctica de la l�nea que divide la juventud y la vejez. La juventud ser� sabia y la vejez ser� ardiente. Debemos estudiar el esp�ritu de la juventud en la historia y en la Iglesia. La esperanza, el entusiasmo, la energ�a y la audacia son fuerzas elementales en la juventud. La juventud comete errores, pero la edad magnifica las dificultades. La edad considera lo imposible que para la juventud presenta la perspectiva del �xito. La mayor�a de los l�deres de nuestra Revoluci�n Americana ten�an menos de cuarenta a�os, y el mismo hecho aparece en la historia europea �, por lo que Disraeli ten�a raz�n al decir, La historia de los h�roes es la historia de la juventud� As� en el arte.

Raphael muri� a los treinta y siete, Keats a los veintid�s, Shelley antes de los treinta y el profesor Clifford a los treinta y cinco. �El momento de la acci�n es la ma�ana! Hay un entusiasmo ardiente en la juventud. Debe utilizarse. �Lutero ten�a veinticuatro a�os cuando denunci� al Papa! Church, y Calvin veintis�is cuando escribi� su gran obra, �Los Institutos. Lo mismo ocurri� con Wesley y Summerfield, quienes se hicieron sentir en la edad adulta.

Robertson, de Brighton, muri� a los treinta y cuatro. Aunque predica a unos pocos, ha influido en el mundo por sus opiniones amplias y cat�licas. Henry Martyn muri� a los treinta y dos, y Harriet Newell apenas hab�a salido de la ni�ez. �Es la juventud ciega? A veces es bueno estar ciego al peligro y la dificultad, no estar influenciado por el des�nimo, �aunque solo sea consciente de la grandeza de la obra y la alianza prometida de Dios!

I. EL MAYOR NO DEBE SER CELOSO CON LOS MENORES. Es lamentable ver un esp�ritu c�nico mostrado hacia aquellos que vienen a ocupar nuestros lugares. Mejor imite el temperamento magn�nimo de Juan, quien dijo, al ver la creciente popularidad del Maestro: "�l debe aumentar, yo debo disminuir". La pr�xima generaci�n debe pensar y hacer sus propias filosof�as. La sabidur�a no naci� con nosotros. No morir� con nosotros. Dios honra la individualidad. Hace caras distintas y mentes distintas.

II. LA IGLESIA DEBE ESTAR ALERTA PARA ENTRENAR A LOS J�VENES PARA SER IGUALES A LAS EXIGENCIAS DE LA EDAD. sus oficinas de confianza no deben estar totalmente en manos de personas mayores.

III. ALGUNAS PERSONAS NUNCA PARECEN PERDER SU JUVENTUD. Es un espect�culo hermoso ver el esp�ritu joven fuerte a los setenta. Es como ver un r�o vertiendo su vida a trav�s de un desierto.

IV. APRENDEMOS A SEGUIR SIENDO J�VENES. Si estamos vinculados a Cristo, �c�mo podemos ser de otra manera que alegrarnos y crecer, tener esperanza y tener un prop�sito? Una fe vital, viva y constante en Dios alimenta el entusiasmo con una fuerza perpetua. El sufrimiento a menudo trae una alegr�a profunda y tranquila. No te acobardes. Adem�s, podemos cultivar este esp�ritu juvenil. Podemos obligarnos a mirar el lado positivo de las cosas. Los que creen que a los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien, deben ser siempre j�venes. ( A. H Bradford,. DD )

"El ni�o morir� a los cien a�os"

El verso es desconcertante. Pero, no obstante, es cierto. Cuanto m�s se asemejan a Cristo los hombres y las mujeres, m�s se acercan a la absoluta semejanza de ni�os. Es con ellos como con el ma�z maduro en oto�o; el ma�z vuelve a inclinar la cabeza hacia el suelo del que brot� en la primavera. De la misma manera, los santos de Dios, en su madurez, en su estado m�s noble, sabio y celestial aqu� en la tierra, se parecen a la mayor�a de los ni�os; se parecen a ellos en su confianza, capacidad de ense�anza y humildad. ( A. Smellie, MA )

Un ni�o-hombre

Cuando James Clerk Maxwell, cargado como estaba con sus conocimientos cient�ficos, agonizaba, estas fueron sus �ltimas palabras: �Acu�stame m�s abajo, porque yo mismo soy muy bajo, y me conviene estar bajo; y luego, con una mirada larga y amorosa a su esposa, se fue a casa con Dios. Era un hombre, pero muri� de ni�o. ( A. Smellie, MA )

Pero el pecador de cien a�os ser� maldito

El pecador anciano

I. NO ES HABITUAL QUE UN HOMBRE VIVA CIENTOS A�OS. Algunos, en verdad, han vivido tanto tiempo, pero su n�mero ha sido muy peque�o, y el que se halaga a s� mismo de que lo har� es a la vez vanidoso y necio.

II. Como no es habitual que un hombre viva hasta los cien a�os, es menos probable que el pecador viva tanto tiempo. El camino del pecador es tal que tiende naturalmente a acortar sus d�as ya provocar que Dios lo destruya.

III. SI UN HOMBRE MALVADO DEBE VIVIR HASTA LOS CIEN A�OS, SIN EMBARGO DEBE MORIR POR FIN.

IV. SIEMPRE QUE MUEREN HOMBRES MALOS, YA SEA EN LA JUVENTUD O EN LA EDAD EXTREMA, MUEREN PRECISOS. Algunos de ellos son maldecidos por sus semejantes, a quienes han herido u oprimido; pero, sobre todo, est�n bajo la maldici�n de Dios. Es terrible vivir bajo una maldici�n, pero es mucho peor morir bajo una; sin embargo, esta es la terrible condici�n de quienes viven y mueren en sus pecados. Pueden poseer mucho y tener sus casas, tierras y propiedades, pero es con una maldici�n; tambi�n pueden esperar m�s, pero cuando llega es con una maldici�n. ( B. Beddome, MA )

Versículo 22

Como los d�as de un �rbol

�rboles

De todos los objetos naturales, los �rboles tienen la comuni�n m�s cercana con el hombre.

Cuando crecen juntos en densos bosques primitivos, de hecho excluyen su presencia, y la tristeza y la soledad producen un asombro como del mundo sobrenatural. Pero en los espacios abiertos y cultivados alrededor de su casa se vuelven domesticados y se los mira con un sentimiento parecido al afecto. Dios habl� primero con el hombre bajo su sombra; La primera adoraci�n del hombre fue ayudada, si no inspirada, por las vistas y sonidos solemnes de la arboleda, las luces y sombras que revoloteaban como de formas misteriosas y los secretos susurrados de las hojas; y los pasillos con pilares y el entrelazado de ramas entrelazadas le sugirieron por primera vez las ideas de belleza arquitect�nica que adquirieron forma permanente en la casa de oraci�n.

El coraz�n entrelaza a su alrededor algunos de sus recuerdos m�s fragantes; y al final de cada vista de los a�os desaparecidos vemos a trav�s de la luz dorada un �rbol favorito asociado con alg�n preciado Incidente del pasado. Los �rboles a menudo se plantan como memoria de visitas a escenas c�lebres o en el nacimiento de un heredero de una propiedad. ( H. Macmillan, DD )

Como los d�as de un �rbol

Estas asociaciones humanas dan al emblema del profeta un significado conmovedor. Es un emblema muy apropiado. La comparaci�n entre los dos tipos de vida es muy cercana. En todo particular relacionado con la existencia org�nica, en las leyes de su desarrollo, descomposici�n y reproducci�n, los �rboles y los seres humanos son contrapartes completas entre s�. Incluso su estructura hasta cierto punto es similar.

Las hojas corresponden a los pulmones y �rganos digestivos; las flores representan las distinciones de sexo; y los nombres de tronco, brazos y extremidades se dan indiscriminadamente a partes similares de ambos organismos. Pero si preguntamos qu� es realmente un �rbol, encontraremos en el emblema una correspondencia a�n m�s profunda. Generalmente se supone que un �rbol es un solo individuo, en el mismo sentido en que un hombre es un individuo.

Pasa por un per�odo de juventud, madurez y vejez. Tiene un l�mite fijo de tama�o y edad. Pierde gradualmente sus propiedades vitales y deja de realizar sus funciones vitales. Pero esta opini�n popular es completamente err�nea. Un �rbol no es un solo individuo; es un agregado de individuos separados e independientes, un organismo compuesto en el que no hay centralizaci�n de la vida, y todas las partes se repiten con frecuencia: hay tantos pulmones como hojas y tantos �rganos de reproducci�n como flores. .

Cada brote es una planta distinta que realiza las funciones de nutrici�n y propagaci�n por s� misma, pero, en virtud de su uni�n org�nica con el resto del �rbol, contribuye al bienestar general y ayuda a construir el tejido com�n. Cortado: su remoci�n no da�ar�a virtualmente al �rbol ni deteriorar�a su propia vitalidad; y plantado en el suelo, echar�a ra�ces y con el tiempo crecer�a hasta el mismo tama�o que su padre.

Por tanto, se puede decir que un �rbol es una colonia de plantas que crecen verticalmente en lugar de horizontalmente. En cuanto a un �rbol, entonces, como una persona jur�dica, que consiste en un agregado de plantas vivas y muertas, los muertos encerrados y preservados en los tejidos de los vivos, y los vivos reproduci�ndose e injert�ndose continuamente entre s�, se sigue necesariamente que all� no hay l�mite f�sico para el tama�o que puede alcanzar o la edad que puede alcanzar.

Por su propia naturaleza, un �rbol es inmortal. Puede seguir creciendo y agrandando durante siglos, y despu�s de miles de a�os todav�a estar en todo el vigor de su existencia. Incluso en Europa, donde el hombre ha dominado durante tanto tiempo y siempre ha estado destruyendo los bosques y los bosques, los �rboles individuales han sobrevivido desde el comienzo de la era cristiana, y su vigoroso control de la vida parece asegurarles una longevidad en comparaci�n con la cual el per�odo ya transcurrido puede que no sea m�s que su primera juventud; mientras que en otras partes menos conocidas del mundo se encuentran �rboles cuyo enorme tama�o indicar�a que se remontan al origen del estado actual del globo.

De la naturaleza de un �rbol como organismo social compuesto, tambi�n se sigue necesariamente que est� exento de muerte por vejez. Se puede decir que las plantas individuales cuya combinaci�n constituye el cuerpo corporativo, siendo solo anuales, mueren de vejez en oto�o, cuando las hojas se marchitan y caen. Pero en lo que respecta al organismo en su conjunto, no existe la vejez. ( H. Macmillan, DD )

El arbol de la Vida

Estas consideraciones nos ayudan a comprender m�s claramente por qu� un �rbol deber�a haber sido elegido como sacramento o s�mbolo de la inmortalidad en el Ed�n, y por qu� deber�a representar la felicidad eterna de los redimidos en el para�so celestial. La expresi�n "�rbol de la vida" adquiere un significado nuevo y m�s profundo cuando recordamos que no hay nada m�s con la vida que sirva de puente a trav�s de los siglos, que conecte dinast�as y sistemas religiosos difuntos con gobiernos modernos y credos frescos y que une las simpat�as de los seres humanos. coraz�n con las tristezas y alegr�as de otras �pocas muertas y desaparecidas. ( H. Macmillan, DD )

�Como los d�as de un �rbol: los jud�os

�Cu�n verdaderamente aplicable a la maravillosa historia de los jud�os! As� como los �rboles son los organismos vivos m�s antiguos, los jud�os son los m�s antiguos de las razas vivientes. Aunque son las m�s peque�as de todas las personas, incapaces de competir en las artes de la vida con las naciones de la antig�edad, han sobrevivido a las m�s sabias y poderosas de ellas. El pueblo que los oprimi� y los llev� cautivos ha perecido, dejando atr�s solo unas pocas ruinas sin nombre; los reinos cuya gloria eclipsaba la de ellos se han desvanecido y no han dejado ni una ruina atr�s.

Pero los jud�os todav�a han vivido. Como sus propios cedros del L�bano, han sobrevivido a las tormentas y vicisitudes de las edades, y han resistido mientras todo lo dem�s ha perecido a su alrededor. Aunque el tronco y el tallo principal de los jud�os se hayan secado y solo quede un fragmento, este fragmento est� tan lleno de vida, tan verde y floreciente como en los d�as m�s brillantes de prosperidad. Y de este fragmento brotar� un �rbol nuevo y glorioso.

El �rbol, en lugar de las "colinas eternas", puede haber sido elegido por el profeta como s�mbolo de la perpetuidad del pueblo de Dios, no solo porque tiene vida y, por lo tanto, es un emblema de vida m�s apropiado, no solo porque su poder de longevidad e incremento indefinidos, pero tambi�n, como ha sugerido el Dr. Harvey, porque s�lo posee una perpetuidad contingente. Por su propia naturaleza, un �rbol es inmortal, pero est� sujeto a accidentes que deterioran su vitalidad y conducen a la descomposici�n y la muerte.

La mayor�a de los �rboles mueren por lesiones mec�nicas; una tormenta rompe una rama y causa una herida que expone el interior del duramen a la intemperie, se produce la descomposici�n, el interior del tronco se ahueca y, incapaz de ofrecer resistencia, es arrojado al suelo por una r�faga m�s feroz de viento de lo habitual. Muchos �rboles se colocan en situaciones inadecuadas, donde est�n demasiado api�ados por otros �rboles, o demasiado expuestos al viento, o donde el suelo no les proporciona suficiente alimento y mueren de hambre.

Su propio crecimiento, al endurecer y comprimir sus tejidos, evita que las ra�ces de los brotes j�venes crezcan y que la savia se eleve libremente hacia arriba, y por lo tanto se les ahoga la vida. Agregue a estas causas las m�ltiples influencias destructivas de la naturaleza y las necesidades y caprichos de los hombres, y se ver� de inmediato que la gran mayor�a de los �rboles deben perecer antes de que alcancen su mejor momento, y que incluso los m�s viejos y m�s grandes deben finalmente desaparecer. .

Esta circunstancia pudo haber tenido la intenci�n de infundir una advertencia saludable en la graciosa seguridad del texto. Los d�as del pueblo de Dios ser�an como los d�as de un �rbol siempre que obedecieran las leyes de la verdad y la justicia, mediante las cuales se mantiene la estabilidad de una naci�n; pero, como el �rbol, sus d�as se acortar�an prematuramente si se expusieran por la desobediencia a las fuerzas que inevitablemente ponen fin a todo lo que es malo. ( H. Macmillan, DD )

El arbol de la Vida

Muchos de los estudiosos m�s capaces, antigua y moderna, espera a la opini�n de que la verdadera representaci�n del pasaje es la siguiente: �A medida que los d�as de la �rbol, son los d�as de mi pueblo� - �como los d�as�, es decir, del "�rbol de la vida" Y hay mucho que decir a favor de esta versi�n. El �rbol de la Vida en el Ed�n, el primero de los sacramentos, fue dise�ado para sostener y refrescar la vida infundida en el hombre en su creaci�n.

Para nosotros, sin embargo, hay otro �rbol de la Vida, incluso la Cruz de Cristo. El cuerpo roto y la sangre derramada sobre ese �rbol son para nosotros los medios de resurrecci�n e inmortalidad. Y, de nuevo, hay otro �rbol de la Vida, al que hasta ahora s�lo podemos mirar con fe, a saber, que est� r�pido junto al r�o que brota bajo el trono de Dios y del Cordero, que lleva su doce veces mayor. fruto doce veces dentro de los doce meses, y cuyas hojas son para la curaci�n de las naciones.

"Como los d�as del �rbol, son los d�as de mi pueblo". Su destino es alimentarse del �rbol de la Vida en medio del Para�so de Dios; y como los d�as de ese �rbol nunca terminan, nunca se oscurecen, as� ser�n los d�as del pueblo de Dios. ( H. Macmillan, DD )

La vida cristiana imaginada por los �rboles de la tierra

I. LA DURABILIDAD DE LA IGLESIA, de la cual el Salvador ha dicho: �Las puertas del infierno, de la muerte, no prevalecer�n contra ella. Lo que es cierto de la Iglesia colectivamente es cierto del miembro vivo m�s humilde de la Iglesia; porque �l reinar�, participar� en el gobierno de su Salvador, por los siglos de los siglos.

II. LA CONDICI�N DE LA IGLESIA Y DE CADA CRISTIANO ES SER UNA DE CRECIMIENTO DIARIO Y SIN RUIDO. Alimentado por el sol y la lluvia, por el dolor y la alegr�a, por la tentaci�n y la tranquilidad, expuesto a todos y fortalecido por todos, floreciendo como una palmera en medio del calor del verano, y creciendo en medio de la nieve como un cedro en el L�bano ( Salmo 92:12 ).

III. NO S�LO CRECIENDO EN MEDIO DE LOS CAMBIOS DE LA TIERRA, SINO APROVECHANDO NUESTRO ALIMENTACI�N DE TODOS. El cristiano est� plantado aqu�, tiene sus deberes asignados aqu� ( Salmo 92:13 ), ya que el �rbol tiene sus ra�ces en la tierra. Ambos se nutren de la tierra. Las pruebas, la aflicci�n, las tentaciones espirituales y carnales, y los vientos de la falsa doctrina, deber�an fortalecer al cristiano.

IV. ES FRUTAL. ( W. Denton, MA )

Versículo 24

Y suceder� que antes de que llamen, responder�.

La Iglesia en armon�a con la voluntad de Dios

La voluntad de la Iglesia de la nueva Jerusal�n ser� la voluntad de Jehov� hasta tal punto que �l ya oye y cumple el m�s m�nimo movimiento de oraci�n en el coraz�n, la oraci�n pero a medias pronunciada. ( F. Delitzsch, DD )

La voluntad divina de escuchar la oraci�n.

I. EL HOMBRE NECESITA LLAMAR Y HABLAR CON DIOS. �Cu�l es la mayor necesidad del hombre? Para el que cree en un mundo futuro: la vida eterna. �A qui�n acudir� por esto? Debe invocar a Dios. Esto es mostrado&mdash

1. De la conciencia de un deseo existente que no se puede suplir.

(1) Por s� mismo.

(a) Desde adentro.

(b) Desde afuera.

(2) Por el mundo.

(a) Sus habitantes.

(b) Su riqueza.

(c) Sus placeres.

2. Por el hecho de que la luz, el perd�n, la gu�a, el consuelo, el cielo, s�lo pueden obtenerse de Dios.

II. EL HOMBRE ES ANIMADO A LLAMAR Y HABLAR CON DIOS. Esto se muestra en cuatro consideraciones sobre el trato de Dios con el hombre:

1. Abriendo el camino de acercamiento a S� mismo por Su Palabra.

2. Ense�ando el camino por sus siervos.

3. Dirigir el camino por Su Esp�ritu.

4. Promete claramente bendecir a todos los que se crucen en el camino. Pero del texto aprendemos expl�citamente que al hombre se le anima a invocar y hablar con Dios. �Antes de que llamen, responder�. Dios percibe y realiza los deseos del coraz�n cristiano. En medio de todos los movimientos complejos del universo, �l ve el desarrollo del coraz�n que ora y, m�s r�pido que el rel�mpago, llega la respuesta.

David lo encontr� as� ( Salmo 32:5 ), tambi�n lo encontr� Daniel ( Daniel 10:12 ), y nosotros lo encontramos as� ( Mateo 6:8 ). �Y mientras todav�a est�n hablando, los oir�. Dios est� dispuesto a escuchar el deseo expresado de los corazones cristianos.

En medio del choque de las luchas de las naciones, el ajetreado zumbido de la humanidad en lucha, los roncos gritos de placer sensual, las blasfemias de los lujuriosos, los gemidos de los aplastados y decepcionados, escucha el hablar de sus hijos y oye el m�s leve susurro. querer. Ilustraciones: Los israelitas en Mizpa ( 1 Samuel 7:1 .

); El triunfo de David sobre sus enemigos ( Salmo 6:8 ); Daniel y las setenta semanas Daniel 9:21 ); Cornelio ( Hechos 10:3 ). ( JE Hargreaves. )

Información bibliográfica
Exell, Joseph S. "Comentario sobre "Isaiah 65". El Ilustrador Bíblico. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tbi/isaiah-65.html. 1905-1909. Nueva York.