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the Week of Proper 20 / Ordinary 25
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Bible Commentaries
Job 20

El Ilustrador BíblicoEl Ilustrador Bíblico

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Versículos 4-5

Que el triunfo de los imp�os es breve.

El triunfo de los malvados

Las palabras del texto son indiscutiblemente ciertas, aunque mal aplicadas. En el mundo hay, �ay! muy a menudo el triunfo de los imp�os. A veces lo vemos a gran escala, como en los casos del fara�n o de Ner�n. A veces lo vemos a peque�a escala. Hay un gran misterio en este aparente triunfo del mal. M�s de un santo sufriente ha quedado perplejo por esta caracter�stica del gobierno divino ( Salmo 23:1 ) .

I. Algunas ideas sobre por qu� se debe permitir que los malvados triunfen por una temporada.

1. Dios es un Dios de paciencia y longanimidad. No acorta el d�a de la gracia, ni siquiera a los m�s imp�os, sino que les da espacio para el arrepentimiento. E incluso si esto no sirve de nada, es una exhibici�n de Sus propios atributos y deja al impenitente m�s completamente sin excusa.

2. Este triunfo puede ser permitido por un tiempo, como un castigo para su pueblo o para su mundo. Dios usa a los malvados como instrumentos inconscientes para ejecutar Su voluntad, y especialmente para castigar a Su pueblo rebelde.

II. Hay otro, y qu� diferente triunfo, el triunfo del cristiano. Su triunfo no es sobre los d�biles y que sufren, sino sobre los fuertes: el mundo, la carne, el diablo. ( George Wagner. )

El triunfo de los malvados corto

I. El triunfo mencionado. El t�rmino utilizado por Zofar tiene un significado muy general. Significa la alegr�a que muestra el conquistador a causa de los �xitos que le han acompa�ado. Debe entenderse como una referencia a la jactancia que a menudo hacen los imp�os de sus logros. El t�rmino se aplica a la conducta general de todos aquellos que desaf�an las leyes de Dios, y con su vida muestran a quienes se complacen en los caminos del pecado. El disfrute de la transgresi�n es el triunfo de la impiedad.

II. La brevedad de los triunfos del hombre.

1. Respecto al objeto en s�. Es una conquista que las circunstancias ponen en sus manos. Pero mira lo inestable que es la guerra.

2. La expresi�n tambi�n es cierta en lo que respecta al t�rmino de la vida humana. El per�odo asignado al hombre, incluso el per�odo m�s largo, es solo una peque�a porci�n de tiempo. La muerte pronto alcanzar� al imp�o y pondr� fin a todos sus planes y prop�sitos; �l apresurar� el alma ante el Juez de vivos y muertos, para dar cuenta de los hechos hechos en el cuerpo. Entonces aparecer� el valor de la �nica cosa necesaria.

Este tema ense�a al pueblo de Dios a no desanimarse, a no juzgar o concluir que los malvados son felices, porque parecen prosperar y triunfar. Le ense�a al creyente las obligaciones bajo las cuales se encuentra con Dios por gracia - gracia que ha iluminado su mente - gracia que lo ha llevado a Cristo, a creer en �l y encontrar misericordia y paz - gracia que ha guiado sus pasos y le permiti� soportar con paciencia todos los males de la vida, con la esperanza de un triunfo para siempre. ( F. Rogers Blackley. )

Y la alegr�a del hip�crita, pero por un momento.

Contra la hipocres�a

El prejuicio o la pasi�n deformar�n miserablemente el juicio. Nos ocultar� lo que no sabemos y nos har� pervertir lo que sabemos. Esto se ejemplifica en los amigos de Job. Job les hab�a insinuado la maldad y el peligro de su conducta ( Job 19:28 ). Y Zofar, irritado por la precauci�n, responde con gran severidad. Sin embargo, sus palabras, aunque mal aplicadas, nos sugieren dos verdades muy importantes con respecto a los pecadores.

I. Su prosperidad es pasajera. De los pecadores, algunos no hacen profesi�n de religi�n y otros una profesi�n falsa. Cada uno de estos personajes puede disfrutar, durante un tiempo, de una gran prosperidad. Los profanos a menudo son exaltados a lugares de dignidad y poder. Prosperan en todas sus labores por la riqueza y la preferencia. Ellos �triunfan�, como si ning�n mal nunca les sucediera ( Salmo 73:3 ).

Los hip�critas tambi�n se estiman con frecuencia ( Apocalipsis 3:1 ). Son objeto de envidia para muchas almas humildes y contritas. Se jactar�n de experiencias que bien podr�an ser codiciadas. E incluso alcanzar alturas considerables de alegr�a ( Mateo 13:20 ).

Pero su prosperidad ser� de corta duraci�n. El hip�crita tendr� un per�odo para su disimulo. Pronto aparecer� en su car�cter apropiado ( Deuteronomio 32:35 ). En comparaci�n con la eternidad, la duraci�n de su gozo ser� "s�lo un momento".

II. su ruina ser� tremenda. Los imp�os ser�n visitados a su debido tiempo por sus ofensas. Entonces "perecer�n".

1. Para su propia verg�enza eterna.

2. Para asombro de todos los que los conocieron. La pregunta "�D�nde est�?" se refiere principalmente a la completa extinci�n de los imp�os. Direcci�n: "�No conoces esto?" �No sab�is que esto ha sido as� desde el principio del mundo? �No afirma la Palabra de Dios que "a los malvados les ir� mal"? ( Isa�as 3:11 ; Salmo 9:17. ) �No prueba la historia m�s aut�ntica del mundo que as� fue? ( Bocetos de sermones. )

Versículo 8

Volar� como un sue�o.

El sue�o de la vida

Job, en el texto, habla de la vida como un "sue�o", un mero fantasma pasajero del cerebro.

I. Un sue�o implica un letargo en ciertas facultades de nuestra naturaleza. Las visiones fugaces del cerebro por la noche siempre implican el estado adormecido de ciertos poderes del alma. La voluntad tiene poco que ver con las creaciones del mundo on�rico. �En qu� sentido est� dormida el alma? �Cu�les son las facultades que yacen dormidas dentro de nosotros? Hay quienes conectan conscientemente el esp�ritu con el universo espiritual: Dios y las responsabilidades morales. Pero el sue�o espiritual es antinatural y perjudicial.

II. Un sue�o llena la mente de visiones ilusorias. La mente ve cosas en los sue�os de la noche que nunca ver�n y que nunca podr�n tener existencia real. Como los sue�os, nuestra vida aqu� est� llena de ficciones y fantas�as.

1. Las nociones del hombre sobre cu�l ser� su vida aqu� son ilusiones.

2. Las nociones del hombre sobre lo que constituye la dignidad y la bienaventuranza de la vida son ilusiones. Compare las ideas de dignidad del mundo con los dictados del sentido com�n, la ense�anza de la filosof�a, por no hablar de la luz superior de la revelaci�n. Todas las nociones de dignidad y felicidad son ilusorias que no lo han hecho ...

(1) Hacer m�s con el alma que con los sentidos.

(2) Hacer m�s con el personaje que con las circunstancias.

(3) Hacer m�s con el presente que con el futuro.

(4) Hacer m�s con lo absoluto que con lo contingente.

III. Un sue�o es de muy corta duraci�n. Los sue�os nocturnos de los hombres son muy breves, comparados con los pensamientos regulares de sus horas de vigilia. Como un sue�o, la vida tambi�n es breve. Este sue�o de vida pronto terminar�. ( Homilista. )

Versículo 11

Sus huesos est�n llenos del pecado de su juventud.

Los pecados de la juventud

I. El estado o condici�n de un hombre malvado. "Sus huesos est�n llenos del pecado de su juventud".

1. El pecado. "Bromas juveniles". Por los pecados de la juventud podemos entender cualquier tipo de pecado o la �poca del pecado. La naturaleza corrupta, aunque se adhiere a todas las condiciones de la vida, no se presenta igual en todas. Hay deseos a los que la juventud est� m�s sujeta. Como la vanidad tanto de esp�ritu como de conversaci�n. Flexibilidad al mal. F�cilmente trabajado, atra�do y seducido por lo que es malo. Inaccesibilidad. Cera a la tentaci�n y pedernal a la amonestaci�n. Impetuosidad; intemperancia; inmundicia.

2. El castigo del pecado. "Sus huesos est�n llenos de ellos". El Esp�ritu de Dios significar�a para nosotros la triste y miserable condici�n de un pecador obstinado e impenitente que ha vivido durante mucho tiempo en la senda del pecado. La palabra "huesos" puede tomarse en un sentido corporal o espiritual. Hay muchos en la vejez que sienten los pecados de su juventud en su cuerpo, sus �huesos.

�Hay enfermedades que siguen cursos viciosos y aceleran la destrucci�n corporal. Algunos tipos de pecado que Dios castiga incluso en esta vida presente. Pero por "huesos" podemos entender el esp�ritu, y m�s particularmente la conciencia. Hay un recuerdo del pecado en el alma. El pecado quedar� grabado en la conciencia durante mucho tiempo despu�s de su comisi�n. Dios carga la culpa de los pecados de la juventud sobre las almas de los hombres cuando las cosas mismas han pasado y se han ido.

Frota sus recuerdos y les recuerda sus pecados. Convence al juicio sobre la naturaleza de los pecados mismos. Los aflige tambi�n por ellos. Todo esto es tan cierto en los pecados secretos como en los abiertos. Las razones por las que Dios procede contra los pecados de la juventud son las siguientes:

(1) Porque mantendr� su propio derecho e inter�s en el mundo.

(2) Porque los pecados de la juventud com�nmente se act�an con mayor violencia y vehemencia de esp�ritu.

3. Los pecados de la juventud son la base de m�s pecado. Varias mejoras del tema. A los j�venes, que de ah� que sean mucho m�s cuidadosos y vigilantes de s� mismos. Todos debemos estudiar para consagrar y dedicar nuestro mejor tiempo a Dios y a Su servicio. Aquellos que tienen el cuidado de los j�venes deben tener un ojo m�s vigilante sobre ellos. Los ancianos bien pueden orar con el salmista: �No te acuerdes de los pecados de mi juventud.

Retome un lamento general de las grandes exorbitancias e irregularidades de la juventud, especialmente en estos d�as. Note la extensi�n o amplificaci�n de la condici�n en estas palabras, "Que se acostar� con �l en el polvo". Esto denota la continuaci�n del pecado de un malvado. Empieza con �l a tiempo, porque es el pecado de su juventud, y dura mucho tiempo con �l; porque lo sigue incluso a otro mundo.

Dos formas en las que se dice que el pecado "yace en el polvo". Primero, con respecto a la mancha, y luego con respecto a la culpa. Hay dos cosas en Cristo que son grandes argumentos para cerrar con �l. Hay santidad que responde a la contaminaci�n, y hay perd�n que responde a la culpa. ( T. Horton, DD )

La juventud es la ra�z de la edad

Hay que tener en cuenta que en la vejez es demasiado tarde para enmendarse, que entonces debes habitar lo que has construido. La vejez tiene el fundamento de su alegr�a o su dolor en la juventud. Est�s construyendo a los veinte. �Est�s construyendo para setenta? Es m�s, cada piedra colocada en los cimientos se apodera de cada piedra del muro hasta el mismo alero del edificio; y cada acto, correcto o incorrecto, que ocurre en la juventud, se extiende hacia adelante y tiene una relaci�n con toda la parte posterior de la vida del hombre. ( HW Beecher. )

Los pecados y sus castigos

Hay siete clases de pecados especiales.

1. Los que pertenecen y se manifiestan m�s com�nmente en esta o aquella �poca de la vida del hombre.

2. Hay pecados m�s propios de algunos pa�ses y lugares.

3. A la temporada o �pocas en las que vivimos.

4. Hay pecados especiales de los llamamientos, tratos y tratos especiales de los hombres en el mundo.

5. De sus condiciones, sean pobres o ricos, grandes o peque�os.

6. Hay pecados especiales que siguen a la constituci�n del cuerpo, ya sean sangu�neos, col�ricos, flem�ticos o melanc�licos.

7. Hay pecados especiales que penden de nuestras relaciones. Los huesos de algunos est�n llenos de los pecados de sus relaciones y constituciones; los huesos de los dem�s est�n llenos de los pecados de sus condiciones y llamamientos; los huesos de no pocos est�n llenos de los pecados del lugar, tiempo o edad en que viven. Los huesos de muchos est�n llenos de esa �poca especial de sus vidas, su juventud. Los pecados de su juventud son visibles en su vejez, y los pecados de su primera edad prueban los dolores de los �ltimos.

Hasta que el pecado sea arrepentido y perdonado, su castigo permanece. El castigo del pecado llega hasta donde alcanza el pecado. Todos los pecados de la juventud permanecen en y sobre el mayor de los impenitentes. Es la mayor miseria perseverar en el pecado. ( Jos� Caryl. )

El pecado de la juventud

Com�nmente decimos que no es el �ltimo golpe del hacha lo que derriba el roble; tal vez el �ltimo sea un golpe m�s d�bil que cualquiera de los anteriores, pero los otros golpes dejaron paso a la tala, y al fin llega un peque�o golpe y lo completa. Entonces, nuestros pecados anteriores pueden ser las cosas que dan paso a nuestra ruina, y luego, al final, algunos pecados menores pueden lograrlo. ( J. Burroughs. )

Los efectos perdurables de la transgresi�n temprana

La temporada de la juventud debe pasarse religiosamente, para que la vejez sea honorable y para vencer a la muerte. Los pecados de nuestra juventud nos persiguen a lo largo de la vida, e incluso �yacen con nosotros en el polvo�.

1. Cu�n dif�cil y casi imposible, en referencia al escenario actual del ser, compensar despu�s de la diligencia el tiempo perdido en la juventud. Dios ha establecido que una etapa de la vida debe ser estrictamente preparatoria de otra. Tambi�n se establece que el descuido de los diversos deberes de cualquier etapa dejar� consecuencias que no ser�n reparadas por ninguna atenci�n, por intensa que sea, a las de los seguidores.

Si se ha descuidado la ni�ez, de modo que los poderes de la mente no han sido disciplinados, ni sus c�maras almacenadas con informaci�n, las consecuencias se propagar�n hasta la l�nea extrema de la vida. Solo porque ha habido negligencia en la juventud, el hombre debe estar deseando hasta el final de sus d�as en adquisiciones cuyo valor se le recuerda perpetuamente y que, comparativamente hablando, no se obtendr�n excepto en un per�odo de su vida.

La misma verdad se ejemplifica con referencia a la salud corporal. El hombre que ha da�ado su constituci�n por los excesos de la juventud, no puede reparar el da�o despu�s de actos de abnegaci�n. Las semillas de la enfermedad que se han sembrado mientras las pasiones estaban frescas y no gobernadas, no deben ser erradicadas por el r�gimen moral m�s severo que luego pueda prescribirse y seguirse. La posesi�n de las iniquidades de la juventud que m�s deseamos exhibir es la que afecta a los hombres cuando se los conmueve por la ansiedad del alma y desean buscar y obtener el perd�n del pecado.

Tomemos el caso de un hombre que pasa los mejores a�os de su vida en el descuido de Dios y las cosas de otro mundo. No es necesario que lo supongamos uno de los abiertamente libertinos. Si se despierta a un sentimiento de pecado, es muy probable que ese hombre difiera la acci�n resuelta hasta que la muerte lo alcance. En la suposici�n m�s favorable, a la mente le resulta m�s dif�cil abandonar el pecado y cambiar su conducta.

El descuido de hoy se suma inevitablemente al descuido del ma�ana. Comenzando por el apego a este mundo, los hombres se atan con un cord�n al que cada hora tejer� un nuevo hilo. Y por m�s genuinos y efectivos que sean el arrepentimiento y la fe de un per�odo tard�o de la vida, es inevitable que el recuerdo de los a�os perdidos amargar� a los consagrados a Dios. Al alargar el per�odo de irreligi�n y, por lo tanto, disminuir el de la obediencia a Dios, casi nos colocamos entre los �ltimos de los competidores por el reino de los cielos.

Si dedicamos solo una fracci�n de nuestros d�as a luchar por la recompensa prometida a los siervos de Cristo, existe casi la certeza de que solo la recompensa m�s baja estar� a nuestro alcance. Las iniquidades de la juventud colgar�n como plomo de las alas de su alma, refrenando sus ascensos y prohibi�ndoles alcanzar esos puntos m�s elevados de la inmortalidad que podr�an haber sido alcanzados por un esfuerzo m�s prolongado. ( Henry Melvill, BD )

El pecado de la juventud en los huesos de la vejez

Los expositores difieren en su exposici�n de un texto en el que nuestros traductores aportan una palabra tan material como �el pecado�. �Sus huesos est�n llenos del pecado de su juventud, que yacer� con �l en el polvo� - las palabras en cursiva no aparecen en el original. La versi�n Vulgata est� a favor de la nuestra, �Sus huesos est�n llenos de los pecados de su juventud�; mientras que la Septuaginta lo dice, "Sus huesos est�n llenos de su juventud"; de acuerdo con esta traducci�n, Gesenius y otros consideran que el pasaje significa, lleno de vigor, de modo que el hombre es cortado en su mejor momento f�sico.

La lectura del Dr. Good es: "Sus pecados secretos seguir�n a sus huesos, s�, lo presionar�n en el polvo". Otros toman el hebreo literal, "Sus huesos est�n llenos de cosas secretas", para referirse a las faltas ocultas y acariciadas durante mucho tiempo de su vida: los h�bitos corruptos que se complac�an en secreto, que "se adherir�an a �l, dejando una influencia fulminante en su vida". todo el sistema en los a�os que avanzan ". �Sus codicias secretas producir�an su ruina segura�, el efecto es el que, como dice un comentarista popular, se ve tan a menudo, cuando los vicios corrompen el mismo marco f�sico, y donde los resultados se ven muy lejos en la vida futura.

En este sentido sea el texto aceptado aqu�. Gr�fica, a la manera del hombre, es la imagen del Dr. South de la vejez que llega a lamentar lo que �l llama un �gran pecador adorador�, quien durante muchos a�os juntos ha tenido la reputaci�n de comer bien y hacer mal. �Viene (como debe sucederle a una persona de tal calidad) acompa�ada de una larga fila y un s�quito de reums, toses, catarros e hidropes�as, junto con muchas ce�idas y dolores dolorosos, que al menos se llaman gota.

�C�mo va, o m�s bien, es llevado, con el cuerpo inclinado hacia adentro, la cabeza sacudiendo y los ojos siempre llorosos (en lugar de llorar) por los pecados de su juventud mal gastada? En una palabra, la vejez se apodera de sobre tal persona como fuego sobre una casa podrida; antes estaba podrido, y debe haber ca�do por s� mismo, de modo que ya no es m�s que una ruina que impide a otra �. La virtud, se nos advierte, es amiga y ayuda a la naturaleza; pero es el vicio y el lujo los que lo destruyen, y las enfermedades de la intemperancia son el producto natural de los pecados de la intemperancia.

"La castidad no hace trabajo para un cirujano, ni termina nunca en podredumbre de huesos". Mientras que el pecado es el padre fruct�fero de los malestares, y las malas vidas ocasionan buenos m�dicos. ( Francis Jacox. )

Versículos 12-14

Aunque la maldad sea dulce en su boca.

La aflicci�n de los malvados

I. La disposici�n de un hombre inicuo con respecto al pecado.

1. Su complacencia en ello. "Es dulce a su boca". Una met�fora tomada de la comida natural, que es grata y deliciosa al paladar, que se asienta en la boca o en el paladar. As� es el pecado para el coraz�n carnal. Es muy dulce y refrescante. Especialmente en el primer abrazo o entretenimiento. El fundamento de esto es este. Es adecuado y connatural para �l. Podemos juzgar por el deleite que una persona inicua tiene en el pecado, por la medida en que una persona bondadosa se deleita en la bondad. Satan�s les agranda y les hace avanzar las cosas, y las hace parecer m�s grandes de lo que son.

2. Su ocultaci�n de la misma. "Lo esconde debajo de su lengua". Esto lo hacen las personas inicuas, ya sea al hablar por el pecado o al hablar en contra de �l. Hablan por ella neg�ndola, o disminuy�ndola o defendi�ndola.

3. Su indulgencia o favoritismo hacia �l. �l lo perdona y no lo abandona. Lo ahorra, en cuanto a la cuesti�n de la b�squeda y la investigaci�n; en materia de resistencia y oposici�n; en cuanto a la expulsi�n y la expulsi�n y la mortificaci�n. No lo abandona. �l nunca abandona su pecado, hasta que su pecado lo abandona, y ya no puede guardarlo. No se puede decir que un hombre abandone ning�n pecado en particular, si no abandona el camino del pecado en general.

II. El efecto del pecado en un malvado. "Sin embargo, su carne", etc. En general, "su carne en sus entra�as se revuelve". En particular, "Es como hiel de �spid dentro de �l". Esta figura representa la amargura y la perniciosidad del pecado. Uso y mejora.

1. Tenga cuidado de no dejarse llevar por cualquier camino o curso pecaminoso, por la aparente dulzura que hay en �l.

2. No te complace en cubrir y ocultar el pecado.

3. O en seguridad y presunci�n.

4. Usen la prudencia cristiana para ver la plaga de lejos, para esconderse de ella. ( T. Horton, DD )

Versículo 19

Porque oprimi� y abandon� al pobre.

Maldad social

�Qu� es lo que excita todo este antagonismo y juicio Divino? �Era su objeto un hereje teol�gico? �Fue declarado malvado el hombre porque hab�a asimilado ciertas nociones err�neas? �Fue este un caso de heterodoxia de credo castigado por el derramamiento de las copas de la ira divina? Mira las palabras de nuevo. Su filantrop�a estaba mal. El hombre era malvado socialmente, malvado en relaci�n con sus semejantes.

Toda maldad no es de naturaleza y cualidad teol�gica, elev�ndose hacia la regi�n de las concepciones y definiciones metaf�sicas de la Deidad, que s�lo los eruditos pueden presentar o comprender; hay una maldad lateral, una maldad entre hombre y hombre, rico y pobre, pobre y rico, joven y viejo; una maldad en la casa, una maldad en la plaza del mercado. All� estamos sobre roca s�lida. Si se ha dejado llevar por el pensamiento de que la maldad es una concepci�n teol�gica y una especie de pesadilla teol�gica, s�lo tiene que leer la Biblia, en su sentido completo, para ver que el juicio se pronuncia sobre lo que podr�a llamarse lateral. la maldad - la maldad que opera entre nosotros, que perjudica a la humanidad, que mantiene un peso falso y una medida corta, que practica la astucia y el enga�o sobre el simple e inocente,

No hay escapatoria del juicio de la Biblia. Si pronunciara un juicio sobre opiniones falsas solamente, entonces los hombres podr�an profesar estar asombrados por t�rminos que no pueden comprender: pero la Biblia entra en la familia, el mercado, la casa de contabilidad, el campo donde el trabajador se afana e insiste en juzgar el acciones de los hombres, y al despedir al hombre m�s rico de todo su banco de oro, si ha oprimido y abandonado a los pobres. ( Joseph Parker, DD ).

Información bibliográfica
Exell, Joseph S. "Comentario sobre "Job 20". El Ilustrador Bíblico. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tbi/job-20.html. 1905-1909. Nueva York.
 
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