Bible Commentaries
Job 26

El Ilustrador BíblicoEl Ilustrador Bíblico

Versículos 1-14

Pero Job respondi� y dijo.

La trascendente grandeza de Dios

I. Dios aparece incomprensiblemente grande en esa porci�n del universo que est� bajo la observaci�n humana.

1. En relaci�n con el mundo de los esp�ritus incorp�reos. �Se forman cosas muertas debajo de las aguas y sus habitantes. El infierno est� desnudo delante de �l, y la destrucci�n no tiene cobertura �.

2. En relaci�n con este globo terr�queo. �Extiende el norte sobre vac�o, y cuelga la tierra sobre nada�. �Es evidente que la verdadera figura de la tierra hab�a atra�do temprano la atenci�n de los hombres, y que ocasionalmente la verdad sobre este tema estaba ante sus mentes, aunque no fue introducida en un sistema ni sostenida all� por evidencia suficiente para convertirla en un art�culo de creencia establecida ".

3. En relaci�n con el universo estrellado. "Con su Esp�ritu adorn� los cielos". W. Herschell observ� que ciento diecis�is mil estrellas pasaban por el telescopio m�s d�bil en un cuarto de hora. �Pero que son? Solo unas pocas gotas al oc�ano.

II. Insignificante comparado con aquellas partes que no se descubren en la inmensidad. �He aqu�, estas son partes de sus caminos; pero, �qu� poca parte se oye de �l? pero el trueno de su poder, �qui�n puede entender? " Conclusi�n&mdash

1. La grandeza de Dios no es incompatible con su atenci�n a las peque�as cosas.

2. La grandeza de Dios es un tema vital para el pensamiento humano. Ning�n tema es tan vivificante para el alma. Ning�n tema es tan humillante. ( Homilista. )

Versículo 7

Y cuelga la tierra sobre nada.

La base de las grandes realidades

Esa es la asombrosa y sublime concepci�n del poeta sagrado, que la tierra se sustenta en energ�as impalpables y espirituales. Pero si vas a la mitolog�a hind�, encontrar�s que la tierra descansa sobre el lomo de un elefante, �y que el elefante est� sobre una tortuga! Ahora bien, estas dos formas de ver la estabilidad de la tierra penetran en todo el mundo del pensamiento. Una gran escuela de hombres encuentra que la base de todas las cosas es espiritual; otra escuela encuentra que la base de todas las cosas es material.

Dice uno, la vida del universo es sobrenatural; dice el otro, s�lo podemos confiar en una base material y tangible. All� en la naturaleza, como dice Job, "cuelga la tierra sobre nada". Dice que la base del mundo es invisible y metaf�sica; en una palabra, en este lugar decimos que el factor supremo de la naturaleza es espiritual; que de lo espiritual surgi� lo visible; que lo espiritual mantiene unido lo visible; que lo espiritual gobierna lo visible y lo dirige hacia alguna meta inteligente y noble.

Decimos que no lo sensacional, ni lo material, sino el universo visible, depende de nada, del poder invisible del Dios espiritual. Vas con algunos hombres esc�pticos hoy y les preguntas: �Qu� sostiene esta tierra? �Por qu� los imponderables, los �teres, las electricidades, los galvanismos, las gravitaciones, el elefante y la tortuga! Ve y preg�ntales de d�nde vienen todas las flores. Hubo un tiempo en el que no hab�a ni una sola planta en el planeta.

�De d�nde vinieron todos? Bueno, dicen, si te remontas lo suficiente, te remontas a una piedra de meteorito que trajo de otros planetas los g�rmenes de la vida y la belleza vegetales. �Si retrocedes lo suficiente! Solo t� ves, no est� lo suficientemente atr�s, �es la tortuga otra vez! Vas al fisi�logo y le preguntas de d�nde viene la vida f�sica, la vida animal. �l dice, si quieres explicar la vida animal debes volver a ... �a qu�? Fuerzas �dicas, energ�a nerviosa! Oh no, no, no, no est� lo suficientemente atr�s; se detiene una vez m�s en el elefante y la tortuga.

Y eso es exactamente lo que en la Iglesia nos negamos a hacer. No nos quedaremos aqu�, pero iremos con la sublime filosof�a del texto, al Dios vivo. Y creemos que al fin las cosas que se ven descansan sobre la sabia y eterna voluntad de Dios, sobre todo bendito para siempre. Cuando estos hombres dicen que todo debe ser explicado por leyes naturales, causas naturales, secuencias naturales, nosotros creemos en leyes naturales, causas naturales, secuencias naturales.

Pero antes de todos los cambios, todos los estados, todas las etapas, debemos encontrar al Motor Principal y, en cuanto a todas las dem�s, todas las causas secundarias, la voluntad de Dios obra a trav�s de todas ellas, para Su prop�sito elevado y maravilloso. Ve al bi�logo esc�ptico de hoy y te dice que si quieres explicar la organizaci�n debes volver atr�s y encontrar�s que la organizaci�n de hoy se basa en una organizaci�n simple en la �poca primitiva.

En otras palabras, debes regresar y encontrar la tortuga microsc�pica en el barro primitivo. Acudes a un astr�nomo esc�ptico y le preguntas qu� es lo que mantiene activo el universo. "Oh", dice, "una estrella cuelga de otra". Muy bien. Y todos cuelgan de la estrella m�s alta. Todo depende del sol central. En otras palabras, tu sol central es la tortuga transfigurada. Ve al ge�logo esc�ptico y dile: "�En qu� descansan las cosas?" Dice: �La tierra sobre la que caminas descansa sobre la �poca carbon�fera.

�S�, �y en qu� se basa eso? Eso se basa en el Dev�nico ". "Muy bien; y �en qu� se basa eso? " �l dice: "Eso depende del Sil�rico". "�Y en qu� se basa eso?" "Que descansa sobre el polvo c�smico". �Una tortuga vivaz! Sostenemos la tortuga y el elefante es muy bueno hasta donde llega; pero no llegan lo suficientemente lejos. Y nunca has ido lo suficientemente lejos, mientras te mantienes en las causas secundarias, mientras te mantienes en las fuerzas intermedias.

Nunca puedes encontrar descanso para el alma inteligente, hasta que en la parte posterior del universo f�sico, con sus interdependencias y sus evoluciones, encuentras al Dios que lo cre� y lo gobern�, y lo est� llevando a trav�s de las edades a una consumaci�n sabia y magn�fica. Digo, en estos d�as de materialismo, mantengamos bien esto ante el mundo: �En el principio Dios�, la causa primera, Dios en quien todas las cosas se mantienen juntas; Dios que todo lo dirige a una noble y adecuada consumaci�n.

Ya sabes, donde vivo, ha aparecido el constructor especulativo y ha construido una hilera de casas frente a mi modesta caba�a. Me lo pas� genial cuando me fui a vivir all�. Ten�a el cielo, la salida del sol y la puesta de sol, la procesi�n de las nubes, los colores de la primavera y la gloria del verano. �Nunca me atrev� a hablar de eso, no fuera que el propietario me subiera el alquiler! Si me hubiera hecho pagar por todo eso, habr�a querido una multa.

Pero entra el constructor especulativo y pone esta hilera de ladrillos y mortero horribles. Y ahora el �nico atisbo que tengo del cielo violeta es en un charco en la calle. Nunca veo el esplendor de la puesta de sol, excepto un destello perdido en el cristal de una ventana. En cuanto a los brotes del verano, las �nicas reliquias que veo son dos brotes obscenos y obscenos en una peque�a parcela que po�ticamente llaman mi jard�n. Lo llaman London Pride que crece all�.

Pero si Londres se enorgullece de ello, �demuestra la humildad de la metr�poli! Ahora, lo que quiero que vean es esto: que as� como los ladrillos y la argamasa han excluido a la naturaleza, la naturaleza misma puede convertirse en un ladrillo y una argamasa muertas para excluir al mundo m�s grande que est� detr�s de ella. Los hombres se detienen en lo visible y olvidan el universo invisible y eterno, del cual este mundo no es m�s que un teatro de im�genes y sombras.

Ahora busque otra ilustraci�n del texto en sociedad. Si Dios es el factor supremo en la naturaleza, Dios es una vez m�s el factor supremo en la sociedad. "Cuelga la tierra sobre nada". �l cuelga la civilizaci�n de la nada. Ahora, de nuevo, encuentra que el objetor entra. �l dice: Oh, usted cree que todo descansa en la sociedad sobre una base espiritual. Si. Bueno, yo no; Creo que la sociedad se basa en los instintos, en los servicios p�blicos, en los gobiernos.

�El elefante y la tortuga otra vez! �Cu�les son las tres grandes palabras del mundo actual que tocan a la civilizaci�n? "�Libertad, igualdad, fraternidad?" Dejemos esa leyenda y retomemos las que se acercan m�s al punto: simpat�a, rectitud, esperanza. La sociedad se mantiene unida, avanza gracias al poder de estas tres palabras. Si vienes a mirarlos, todos son metaf�sicos. Simpat�a - �Qu� poder tiene la simpat�a en la civilizaci�n! El hogar, la sociedad se mantienen unidas por �l.

Ve al materialista y te dice: La sociedad se mantiene unida con ganchos de acero. �Qu� son? Las esposas de polic�a, eso es todo. �C�mo se mantiene unida la sociedad? Por la soga del verdugo. Coacci�n, penas, castigos: �la sociedad descansa all�! La sociedad no descansa ah�. Uno de los grandes factores es esa cosa maravillosa que llamas amor que ha estado obrando oscuramente en el mundo desde el principio hasta esta hora.

Tolerancia, abnegaci�n, desinter�s, gratitud, amor. Oh, dice el utilitario, cuelga la tierra de la gruesa cuerda del carro de la coacci�n. �l cuelga la civilizaci�n del fino hilo de seda que llamamos amor. Y hoy en la sociedad, el amor juega el mismo papel que juega la gravitaci�n en el universo f�sico. Justicia. �Qu� es la justicia? Oh, dice el utilitarista, la rectitud es una fibra burda, el inter�s propio.

Esa es la fuerza sustentadora de la justicia. �Cu�l es la fuerza que sostiene la justicia? Es espiritual. �Dios cuelga los cielos de los mejores alambres�, dicen los antiguos; y la moralidad depende de la fe y el amor. Si quieres una garant�a de moralidad, �cu�l es la gran garant�a que da el Nuevo Testamento? Que el amor que siente por el Salvador del mundo le impulsar� a obedecer al Legislador del mundo.

Esperar. Hay otra gran palabra que mueve y santifica a la sociedad. Si no fuera por la esperanza, la naci�n se marchitar�a, la civilizaci�n se marchitar�a. Y la esperanza del mundo es por fin la confianza de los hombres en un Dios invisible pero fiel. Y as�, en la civilizaci�n como en la ciencia, las grandes fuerzas que moldean, sostienen, inspiran y perfeccionan, no son el materialismo burdo y las utilidades mezquinas, sino que est�n en hilos finos, sentimientos nobles, y estos hilos sostienen todo el tejido de la vida. civilizaci�n.

Y, por tanto, en la Iglesia, ya sabes, no parecemos realmente nadie. Si tienes un estadista, tiene un ej�rcito a sus espaldas. Si tiene un magistrado, tiene muchos polic�as detr�s. Si consigues un comerciante, tendr�s al Banco de Inglaterra a sus espaldas, �m�s o menos! Pero nosotros en la Iglesia no tenemos dominio pol�tico. Cuando establecemos una ley, no podemos llamar al polic�a. No tenemos ninguna de las fuerzas del pan y el oro.

�Qu� tenemos en la Iglesia? Bueno, digo esto, la Iglesia es due�a de las fuerzas que moldean la sociedad, eso es todo. La Iglesia es due�a de esas grandes emociones de simpat�a, de sentimiento, de rectitud, de esperanza. Nunca te preocupes porque creas que la Iglesia tiene una situaci�n algo aislada y espiritualizada y aparentemente sin influencia. Es lo espiritual que gobierna la sociedad.

Debo mostrarles c�mo se ilustra el texto en la Iglesia. "Cuelga la tierra sobre nada". Religi�n: �qu� es la religi�n? La religi�n significa un v�nculo, un v�nculo espiritual, entre mi alma y mi Hacedor, y mi salvaci�n pende donde pende la tierra y donde pende la salvaci�n, de la Palabra de Dios en Jesucristo; all� y solo all�. Est�s equivocado de nuevo, dice el objetor, y comienza a llamar al elefante y la tortuga.

�l dice: �Qu� pasa con la Iglesia? Tu salvaci�n descansa en la Iglesia, sus servicios, sacramentos, sus espiritualidades. �No ves que est� descansando (y hablo con gran respeto) nuestra salvaci�n sobre el elefante y la tortuga, en lugar de volver al Dios espiritual y Su verdad, amor y gracia, y solo estos? Mi salvaci�n depende de mi comuni�n personal con mi Se�or viviente. �l cuelga la tierra, no del grueso hilo de la continuidad hist�rica, sino del fino hilo del pasado espiritual.

Mi salvaci�n no depende de una conexi�n con la Iglesia ceremonial. All� me ponen en contacto con la Iglesia visible, mec�nica y ceremonial. Es como un hombre que cree que la tierra quiere apuntalar. Ni un poco de eso. Puedo arregl�rmelas con algunas de estas cosas y puedo prescindir de ellas. No estoy atado a la Iglesia ceremonial visible. Cuelga mi salvaci�n en la sencilla Palabra de Jesucristo, y ah� est� la verdad vital para ti y para m�.

�Dios es Esp�ritu, y los que le adoran deben adorarle en esp�ritu y en verdad, porque �l busca a tales que le adoren�. �Sobre nada cuelga la tierra�, y cuelga bien. Suj�tese al mismo hilo y no encontrar� que ser� confundido. ( WL Watkinson. )

Versículo 8

Ata las aguas en sus nubes.

El agua y su maravilloso transporte por las nubes.

Se estima que la cantidad promedio de vapor de agua, o agua contenida en el aire, es de 54,460,000,000,000 toneladas. Se estima que la cantidad anual de lluvia es de 186,240 millas c�bicas. Si esta lluvia se extendiera en cualquier momento por igual sobre la porci�n terrestre del globo, cubrir�a todos los continentes con agua de un metro de profundidad. Reflexione ahora que el agua en su estado natural es 773 veces m�s pesada que el aire.

Y ahora suponga que nunca ha o�do o concebido el principio de la evaporaci�n, y que se le pide que levante esta gran masa de 54,460,000,000,000 toneladas de agua a una milla, dos, tres, cuatro o cinco millas de altura en el aire, y mantenga suspendido all�. Bueno, lo que el hombre, o toda la humanidad combinada no puede hacer, o comenzar a hacer, Dios lo hizo en ese segundo d�a de la creaci�n, y lo hace a diario. El agua como vapor ocupa un espacio 1600 veces m�s grande que el agua como l�quido. Por lo tanto, el agua en forma de vapor es m�s liviana que el aire y asciende naturalmente. Ese es todo el secreto. Cu�n m�ltiples son las obras de Dios. ( GD Boardman. )

Versículo 9

�l retiene el rostro de su trono y extiende su nube sobre �l.

La nube sobre el trono

Con la ayuda de la revelaci�n divina, las investigaciones del hombre han hecho mucho y bien en rastrear las huellas de la Deidad, en la exploraci�n de Sus obras ocultas y en llevarnos a trav�s de la naturaleza hasta ese Dios cuya gloria est� tan tenuemente ensombrecida, y de quien depende la naturaleza. por todas sus leyes, su permanencia y bienestar. Pero despu�s de todo, todav�a hay alrededor del trono de Dios una nube tan densa que no puede ser perforada por el ojo m�s agudo del investigador m�s asiduo, y desaf�a todos los poderes atrevidos del intelecto m�s dotado. �Cu�n insignificantes parecemos ante la presencia del Infinito, lo Incomprensible!

I. La verdad a ilustrar. El lenguaje figurado del texto parece hacer referencia al misterio que rodea el trono de Dios como sede de su imperio universal.

1. En referencia al reino de la creaci�n, debe reconocerse que la mente del hombre ha descubierto mucho que es vasto y sublime. Ha descubierto las llamadas leyes de la gravitaci�n. Pero, �qui�n puede definir la naturaleza precisa de esta gravitaci�n? �No es un nombre dado a algo cuyos efectos son manifiestos, pero cuya naturaleza real y esencial se desconoce? Vamos a las colinas patriarcales, exploramos el seno de la tierra y descubrimos m�s ilustraciones del texto.

Hay algo aqu� que desconcierta todos los poderes del hombre para explicar. Mira ese misterio vivo de todos los misterios que llevamos con nosotros; considere el mecanismo del marco humano y la constituci�n moral de nuestra naturaleza. �Qui�n puede rastrear la conexi�n que subsiste entre la mente y la materia? �c�mo es que el marco f�sico est� sujeto a las voliciones de la mente?

2. En referencia al reino del gobierno moral de Dios y las dispensaciones de una providencia dominante. Por regla general, el vicio trae consigo su propio flagelo y la virtud su propia recompensa; Sin embargo, �en cu�ntos casos nos asombra la perplejidad, cuando vemos a los profanos y a los imp�os entre los m�s pr�speros en los asuntos temporales, mientras que el hombre que teme a Dios y persigue su honesta ocupaci�n con perseverante laboriosidad, a menudo se ve atado por el dolor como con un manto, y sucesos desastrosos le sobrevienen en r�pida sucesi�n.

3. En referencia al reino de gracia. A cada paso nos encontramos envueltos en un misterio inescrutable, ya sea que consideremos las doctrinas ense�adas, los objetos adoptados o el cambio producido.

II. El consuelo sugiri�. No es un poder opuesto que retiene el trono de otro y extiende una nube sobre �l con alg�n plan vengativo. Es el Rey mismo que retiene Su propio trono, y �l mismo lo cubre con una nube. Dios est� sentado en el trono envuelto en nubes, no simplemente como Gobernador universal, sino con el car�cter m�s entra�able de un Padre. Todas las cosas obran juntas para bien bajo la supervisi�n de Aquel que est� sentado en el trono.

Estas consideraciones deber�an tender a frenar las lamentaciones abatidas en las que tan a menudo estamos dispuestos a complacernos. La nube se extiende sobre el trono ahora; pero confiemos en Dios donde no podamos rastrearlo; vivamos solamente por la fe en su Hijo; y pronto la nube pasar� ante nuestra visi�n beat�fica; pronto veremos al Rey en Su hermosura, en Su trono desarmado de la nube, golpeando con el amor m�s c�lido de un Padre. Entonces reconoceremos con corazones agradecidos - �l hizo todas las cosas bien. ( WJ Brock, AB )

Versículo 14

He aqu�, estas son partes de Sus caminos.

El velo parcialmente levantado

El Ser menos comprendido del universo es Dios. Blasfemo ser�a cualquier intento, mediante pintura o escultura, de representarlo. Los jerogl�ficos egipcios intentaron sugerirlo, poniendo la figura de un ojo en una espada, dando a entender que Dios ve y gobierna, pero cu�n imperfecta es la sugerencia. Cuando hablamos de Hint, casi siempre es en lenguaje figurativo. �l es "Luz" o "D�a que brota de lo alto", o �l es una "Torre Alta" o la "Fuente de Aguas Vivas".

"Despu�s de todo lo que el lenguaje puede hacer cuando se somete a la m�xima tensi�n, y todo lo que podemos ver de Dios en el mundo natural y darnos cuenta de Dios en el mundo providencial, nos vemos obligados a gritar con Job en mi texto:" He aqu�, estos son parte de sus caminos; pero, �qu� poca parte se oye de �l? pero el trueno de su poder, �qui�n puede entender? " Tratamos de satisfacernos diciendo: �Es la ley natural la que controla las cosas, la gravitaci�n est� en funcionamiento, las fuerzas centr�petas y centr�fugas se responden entre s�.

�Pero, �qu� es la ley natural? es s�lo la forma de hacer las cosas de Dios. En cada punto del universo es el poder directo y continuo de Dios el que controla, armoniza y sostiene. �Qu� poder debe ser el que mantiene aprisionados los fuegos internos de nuestro mundo, s�lo aqu� y all� brotando de un Cotopaxi, o de un Stromboli, o de un Vesubio que sepulta a Pompeya y Herculano? pero en su mayor parte los fuegos internos encadenados en sus jaulas de roca, y siglo tras siglo incapaces de romper la cadena o abrir la puerta.

Qu� poder para mantener los componentes del aire en la justa proporci�n, para que en todo el mundo las naciones respiren en salud, las heladas y los calores impedidos de trabajar la demolici�n universal. �Qu� es ese poder para nosotros? pregunta alguien. Lo es todo para nosotros. Con �l de nuestro lado, el Dios reconciliado, el Dios compasivo, el Dios omnipotente, podemos desafiar todos los antagonismos humanos y sat�nicos. Nos damos una peque�a idea del poder divino cuando vemos c�mo entierra las ciudades y naciones m�s orgullosas.

La antigua Memphis ha sido triturada, hasta que muchas de sus ruinas no son m�s grandes que la u�a del pulgar, y dif�cilmente puede encontrar un recuerdo lo suficientemente grande como para recordarle su visita. La ciudad de Tiro est� debajo del mar que ba�a la orilla, sobre la cual solo quedan unos pocos pilares desmoronados. Con ese ensayo intentamos despertar nuestra apreciaci�n de lo que es la Omnipotencia, y nuestra reverencia se excita y nuestra adoraci�n se intensifica, pero, despu�s de todo, nos encontramos al pie de una monta�a que no podemos escalar, flotando sobre una profundidad que no podemos. braza.

As� que todos los que han elaborado sistemas de teolog�a tambi�n han hablado de la sabidur�a de Dios. Piense en una Sabidur�a que puede conocer el fin desde el principio, que conoce tanto el siglo treinta como el primero. Podemos adivinar lo que pasar�; pero es solo una suposici�n. Piense en una Mente que pueda contener todo el pasado y todo el presente y todo el futuro. Podemos idear e inventar a peque�a escala; �Pero piensa en una Sabidur�a que podr�a idear un universo! Piense en una Sabidur�a que fue capaz de formar, sin ninguna sugerencia o modelo para trabajar, el ojo, el o�do, la mano, el pie, los �rganos vocales.

Lo que sabemos se ve abrumado por lo que no sabemos. Lo que el bot�nico sabe sobre la flor no es m�s maravilloso que las cosas que no sabe sobre la flor. Lo que el ge�logo sabe sobre las rocas no es m�s asombroso que las cosas que no sabe sobre ellas. Los mundos que se han contado son s�lo un peque�o regimiento de los ej�rcitos de la luz, las huestes del cielo, que nunca han pasado de revisi�n antes de la visi�n mortal.

�Qu� Dios tenemos! Todo lo que los te�logos conocen de la sabidur�a de Dios es insignificante comparado con la sabidur�a m�s all� de la comprensi�n humana. La raza humana nunca ha tenido y nunca tendr� suficiente cerebro o coraz�n para medir la sabidur�a de Dios. ��Oh profundidad de las riquezas tanto de la sabidur�a como del conocimiento de Dios! �Cu�n inescrutables son los juicios de tetas, y sus caminos insondables! " As�, tambi�n, todos los sistemas de teolog�a tratan de decirnos qu� es la omnipresencia, es decir, la capacidad de Dios de estar en todas partes al mismo tiempo.

De modo que todo sistema de teolog�a ha intentado describir y definir el atributo divino del amor. Es bastante f�cil definir el amor paterno, el amor maternal, el amor conyugal, el amor fraterno, el amor fraterno y el amor a la patria, pero el amor de Dios desaf�a todo vocabulario. Creo que el amor de Dios se demostr� en mundos m�s poderosos, antes de que nuestro peque�o mundo fuera preparado para la residencia humana. �Un hombre, que posee 50.000 acres de tierra, pondr� todo el cultivo en medio acre? �Har� Dios un mill�n de mundos y pondr� Su principal afecto en un peque�o planeta? �Est�n los otros mundos, y los mundos m�s grandes, vac�os, deshabitados, mientras este peque�o mundo est� lleno de habitantes? �No, se necesita un universo de mundos para expresar el amor de Dios! �Adelante, Iglesia de Dios! �Adelante, oh mundo! y di lo mejor que puedas cu�l es el amor de Dios,

�Solo tenemos destellos de Dios en este mundo, pero qu� hora ser� cuando lo veamos por primera vez, y no tendremos m�s miedo del que siento cuando ahora te veo. No ser� con ojos mortales que lo contemplaremos, sino con la visi�n de un esp�ritu purificado, perdonado y perfeccionado. ( T. De Witt Talmage. )

Partes de sus caminos

El hombre que dijo eso no se qued� sin consuelo. A veces, en nuestra mism�sima desolaci�n, decimos cosas tan profundas y verdaderas como para demostrar que no estamos desolados en absoluto, si tan solo fu�ramos lo suficientemente sabios para aprovechar el consuelo del mismo poder que nos sostiene. El que tiene un gran pensamiento tiene un gran tesoro. Una concepci�n noble es una herencia incorruptible. La idea de Job es que solo escuchemos un susurro. He aqu� un susurro d�bil: el universo es una voz apagada; incluso cuando truena, aumenta el susurro de manera inapreciable en cuanto a volumen y fuerza: todo lo que ahora me es posible, dir�a Job, es s�lo o�r un susurro; pero el susurro significa que pronto oir� m�s; detr�s del susurro hay un gran trueno, un trueno de poder; No podr�a soportarlo ahora; el susurro es un Evangelio, el susurro es una adaptaci�n a mi capacidad auditiva; es suficiente,

�Cu�ntas controversias resolver�a esto si pudiera aceptarse en su totalidad! Sabemos en parte, por lo tanto profetizamos en parte; vemos s�lo muy peque�as porciones de las cosas, por lo tanto, no pronunciamos una opini�n sobre el conjunto; escuchamos un susurro, pero no se sigue que podamos entender el trueno. Hay un agnosticismo cristiano. �Por qu� los hombres tienen miedo de ser cristianos agn�sticos? �Por qu� deber�amos dudar en decir con los patriarcas y los ap�stoles, no puedo decirlo, no lo s�; Soy ciego y no puedo ver en esa direcci�n en particular; �Estoy a la espera? Lo que escuchamos ahora es un susurro, pero un susurro que es una promesa.

Debemos dejar muchos misterios en paz. Ninguna vela puede iluminar un paisaje. Debemos saber qu� somos y d�nde estamos, y decir que somos de ayer, y no saber nada cuando llegamos a la presencia de muchos misterios solemnes. Sin embargo, �cu�nto sabemos! suficiente para vivir; lo suficiente para ir al mundo como guerreros, para que peleemos con el error, y como evangelizadores, para que revelemos el Evangelio.

Nos han quitado muchas palabras que deben traer de nuevo, cuando el racionalismo se restablezca entre los vasos robados de la Iglesia, el agnosticismo tambi�n ser� tra�do como una de las copas de oro que pertenecen al tesoro del santuario. Nosotros tambi�n somos agn�sticos: no sabemos, no podemos decir; no podemos convertir el silencio en habla, pero sabemos lo suficiente como para permitirnos esperar. En medio de toda esta dificultad de la ignorancia o�mos una voz que dice: Lo que ahora no sabes, lo sabr�s en el futuro: tengo muchas cosas que decirte, pero ahora no puedes soportarlas; si no fuera as�, te lo habr�a dicho. , - como si dijera, s� cu�nto contar y cu�ndo contarlo. Hijitos, conf�en en su Se�or. ( Joseph Parker, DD )

Conocimiento limitado del Creador

Las obras de Dios deben llevarnos a Dios mismo. Nuestro estudio de la criatura debe ser para obtener una luz y un conocimiento m�s claros del Creador. Hay muchas expresiones e impresiones de Dios sobre las cosas que ha hecho, y nunca las vemos como deber�amos, hasta que en ellas vemos a su Hacedor. Un ojo cr�tico mira un cuadro, no tanto para ver los colores o la pintura, como para discernir la habilidad del pintor o del pintor; s�, algunos (como el ap�stol habla en referencia a los espirituales) tienen los sentidos tan ejercitados acerca de estos artificiales que leer�n el nombre del artista en la forma y exquisitez de su arte.

Un Apelles o Michael Angelo no necesita poner su nombre a su trabajo, su trabajo proclama su nombre a aquellos que son espectadores juiciosos de este tipo de obras. �Cu�nto m�s (como habla el salmista), �que el nombre de Dios est� cerca, declaren sus maravillas (tanto de la naturaleza como de la providencia)� a todos los espectadores discretos! Aquello en lo que el ojo y el coraz�n de todo hombre piadoso est� sobre todo en descubrir y contemplar el nombre, es decir, la sabidur�a, el poder y la bondad de Dios en todas sus obras, tanto de la creaci�n como de la providencia.

Ser�a mejor para nosotros no disfrutar nunca de la criatura, que no disfrutar a Dios en ella; y ser�a mejor para nosotros no ver a la criatura, que no ver a Dios en ella. Y, sin embargo, cuando hemos visto lo mejor de Dios que la criatura nos puede mostrar, tenemos raz�n para decir: �qu� peque�a porci�n se ve de �l! Y cuando hemos escuchado la mayor parte de Dios que se nos puede informar desde la creaci�n, tenemos raz�n para decir, como Job aqu� dice: "�Qu� poca parte se oye de �l?" ( Jos� Caryl. )

Nuestra ignorancia de Dios

El verdadero conocimiento de Dios se basa en un sentido profundo de nuestra ignorancia de �l. Lo conocen mejor los m�s humildes que no lo conocen mejor. En este cap�tulo, Job celebra el poder y la sabidur�a de Dios manifestados en las obras de la creaci�n.

I. Cu�n poco conocemos de Su ser. Es muy cierto que debe haber alguna primera causa inteligente, independiente, de toda la naturaleza creada. Este primer Ser debe subsistir necesariamente o por una necesidad de la naturaleza. �Pero tenemos alguna idea de lo que eso significa? Si es necesariamente existente, debe ser eterno. Pero un Ser que subsiste por s� mismo desde toda la eternidad, sobrepasa el m�ximo alcance de nuestra imaginaci�n. Si Dios existe necesariamente, debe ser omnipresente o estar presente en todos los lugares. Pero, �qu� idea podemos formarnos de la inmensidad divina?

II. La forma de la existencia de Dios excede tanto nuestra comprensi�n como las propiedades necesarias de la misma. �C�mo podemos suponer que no deber�a? Si la Escritura no explica a nuestro entendimiento el modo o la manera peculiar de Su existencia, o una distinci�n de subsistencia en la esencia Divina, �por qu� su misterio deber�a ser una piedra de tropiezo para nuestra fe, cuando en el mundo de la naturaleza estamos rodeados? con misterios que creemos f�cilmente, aunque no menos incomprensibles?

III. Qu� poco sabemos de las perfecciones divinas. Tanto sus perfecciones naturales como morales dejan infinitamente atr�s nuestros pensamientos que trabajan en la investigaci�n. Conocemos cu�les son esas perfecciones, en cuanto subsisten en un grado limitado en las criaturas, pero qu� son en cuanto que existen sin l�mites, o en la m�xima medida en Dios.

1. Cuando nuestras mentes est�n una vez satisfechas y establecidas en la doctrina de las perfecciones divinas, no permitamos que las dificultades u objeciones que puedan surgir de nuestra contemplaci�n de las obras de la naturaleza o los caminos de la providencia debiliten nuestra fe en ellas.

2. Cuando hablamos de los atributos divinos, com�nmente decimos que son infinitos, es decir, que no tienen nada que los limite, obstruya o circunscriba, o que se extiendan hasta el m�ximo grado de perfecci�n.

3. Los atributos de Dios a veces se dividen en Sus atributos comunicables e incomunicables. Por los primeros se entienden sus perfecciones morales; como su sabidur�a, santidad, bondad, etc., que en diversos grados comunica a sus criaturas. Por estos �ltimos se entienden aquellos atributos que son apropiados para la Deidad; como la independencia absoluta, la autosuficiencia, la eternidad, la inmensidad y la omnipotencia, que son por su propia naturaleza incomunicables a cualquier sujeto finito.

IV. Qu� poco sabemos de las obras de Dios. �Cu�n pocos de ellos caen bajo nuestra observaci�n! Mire el minucioso trabajo animal; a lo que revela el microscopio. Mira el gran mundo; o en el mecanismo terminado de nuestro cuerpo. Qu� asombrosa la uni�n de dos sustancias tan opuestas como la carne y el esp�ritu.

V. Sus caminos de providencia son tan inescrutables como sus obras de poder. Si bien Sus pensamientos y puntos de vista no son como los nuestros, sino infinitamente m�s amplios, no es de extra�ar que nos aparezcan misterios inextricables en el curso de Su conducta providencial.

VI. Cu�n bajo y defectuoso es nuestro conocimiento de la Palabra de Dios. En una revelaci�n que viene de Dios, podr�a esperarse razonablemente que nos encontremos con algunas verdades ocultas o doctrinas sublimes que sobrepasan nuestro entendimiento.

(1) Cu�n humildes debemos ser en vista de nuestra ignorancia.

(2) Habla de Dios con la m�s profunda reverencia.

(3) Sea agradecido por lo que sabemos de Dios y trate de aumentarlo. ( J. Mason, AM )

Sobre la incomprensibilidad de Dios

Bajo la dispensaci�n del nuevo pacto, se concedi� un conocimiento m�s claro de la naturaleza y las propiedades divinas. Sin embargo, las cosas del cielo se elevan muy por encima del nivel de las facultades mortales. Si Dios bajo la ley hizo de las tinieblas su pabell�n, mora bajo el Evangelio en una luz inaccesible.

I. La incomprensibilidad de Dios en lo que se refiere a su naturaleza general. �Qui�n puede comprender Su personalidad distinta, combinada con Su omnipresencia difusa? �Qu� noci�n clara y distinta tiene el hombre de la eternidad? Tampoco podemos formarnos una noci�n m�s precisa de espacio ilimitado. Dios es omnipotente. Pero Dios no puede destruir su propia naturaleza. Dios no puede borrar el espacio. Dios no puede actuar con maldad. �Qu� es esta omnipotencia que est� encadenada con tantos �enlatadores�? Dios es Esp�ritu. Pero, �qu� sabe el hombre del esp�ritu? Dios es omnisciente. Pero, �c�mo conciliar esto con la conducta contingente y opcional de los hombres como agentes morales y libres?

II. Hasta qu� punto podemos comprender los atributos morales de Dios. Sabidur�a, Justicia, Santidad, Misericordia. Si Dios es santo, �por qu� permiti� la existencia del vicio? Si es misericordioso, �por qu� permiti� la existencia del sufrimiento? Si es justo, �de d�nde se observa la promiscua distribuci�n del bien y del mal, con poco respeto al m�rito o al dem�rito, en este mundo? �Cu�ntas preguntas de este tipo podr�an hacerse! Inferencias

1. � Cu�n sumamente petulantes parecen las cavilaciones de la infidelidad!

2. En aquellos asuntos de fe en los que no poseemos analog�as que ayuden a nuestro poder de comprensi�n, ser� bueno descansar satisfecho con la autoridad de las Escrituras.

3. En nuestra incapacidad actual para comprender la naturaleza Divina, parece que poseemos las valiosas arras de un estado futuro del ser. �Oh, los placeres exquisitos e infinitos que la plena comprensi�n de la Divinidad impartir� a la comprensi�n no filmada del hombre! ( Johnson Grant. )

El misterio de la Providencia

El patriarca, exaltando la majestad y el poder de Jehov�, aduce varias manifestaciones de Su poder en el mundo natural. El significado de Job es: �Estas manifestaciones de la Deidad, por grandiosas e imponentes que sean, son una muestra muy inadecuada de Su car�cter y obras. Son, por as� decirlo, un soplo de Su poder ". Es el sentimiento de todo fil�sofo devoto comprometido con las investigaciones de las ciencias naturales: �Estas son partes de Sus caminos.

Cuando se encuentra, por tanto, con dificultades que desconciertan su sagacidad, las remite modestamente a su propia ignorancia, satisfecho de que debe haber principios o hechos, a�n por descubrir, que las expliquen. Es el cient�fico quien saca conclusiones arrolladoras de premisas escasas. Har� mucho para evitar que la ciencia repita sus errores, teniendo en cuenta que en sus investigaciones m�s profundas sobre los arcanos de la naturaleza no ve �partes de Sus caminos que hicieron y gobiernan todo.

�Lo que aqu� se afirma de la creaci�n no es menos cierto de su providencia. La Providencia vuelve a casa para todos nosotros. Tiene que ver con los asuntos de todos en cada momento de la vida. �Qui�n no siente que toda esta dispensaci�n bajo la que vivimos es un misterio? Llegamos a ser herederos de una naturaleza depravada. El mundo es un escenario repleto de tentaciones y lleno de sufrimiento. El pecado, el dolor y la muerte se extienden por todas partes.

El misterio que envuelve todo este estado de cosas se profundiza cuando consideramos el car�cter del Ser Supremo. Parece, a primera vista, incompatible con sus perfecciones morales. Todos estamos presionados por estas dificultades morales. Es una red enmara�ada que no podemos desenredar. A veces, al meditar en ello, nuestra fe casi cede. Si existe alg�n m�todo para eliminar o mitigar estas pruebas, debemos saberlo.

Considere el texto como equivalente a la declaraci�n del ap�stol: "Sabemos en parte". Tomar este mundo por s� mismo, separado de sus relaciones con el gran esquema de la providencia, y de su propio pasado y futuro, es consignarnos al ate�smo y la desesperaci�n. Contemplarlo como una parte, y una parte infinitesimal de un "todo estupendo", aliviar� incluso sus rasgos m�s oscuros y nos ayudar� a creer que, aunque "nubes y tinieblas lo rodean, la justicia y el juicio son la morada de Su trono". .

"Estas son partes de sus caminos". Hay una verdad primordial presentada en estas �ltimas palabras. No debemos escapar de las perplejidades de nuestra posici�n negando que el gobierno divino se extiende a este caos moral que nos rodea. Sea lo que sea, es por Su direcci�n o permiso. Todas estas desigualdades de nuestra condici�n proceden de acuerdo con un prop�sito. Es un caos solo para nuestra visi�n limitada e imperfecta.

Es algo de lo que hay que estar seguro. Si estos eventos son s�lo "parte de sus caminos", tanto la raz�n como la religi�n nos proh�ben juzgarlos como si fueran todos sus caminos. Como parte de los caminos de Dios, podemos entender hasta el punto de percibir que es lo que es porque somos lo que somos. No podemos intentar penetrar los consejos divinos y preguntarnos por qu� se estableci� este orden de cosas con preferencia a cualquier otro.

Pero desde que est� establecido, no podemos dejar de ver que expresa de la manera m�s enf�tica el odio de Dios por el pecado. Y est� adaptado para proporcionar la formaci�n que necesitamos. Estamos bajo la disciplina de la tentaci�n. ( Henry A. Boardman, DD )

El jubileo de la ciencia en 1881

Me esfuerzo por se�alar las referencias religiosas directas de algunos de los principales descubrimientos logrados en cincuenta a�os. Hace medio siglo se sosten�a generalmente que todo ser vivo, ya sea animal o planta, desde el liquen en la pared hasta el cedro del bosque, desde el gusano que se arrastra hasta el rey de las bestias, y el hombre la corona de todos, se llamaba en existencia por un fiat instant�neo, tal como los vemos ahora.

Toda la naturaleza era considerada como un estereotipo estacionario gigantesco, obra de Dios, que estaba fuera de ella, y lo hab�a hecho desde los albores de la creaci�n. En presencia de esa Naturaleza, como la actuaci�n de un art�fice Divino, los hombres se maravillaron y adoraron en verdad; pero en gran medida su adoraci�n era ignorante y el asombro vac�o. Nuestra admiraci�n carec�a de inteligencia, nuestro asombro era una absoluta consternaci�n.

Pero Darwin y Wallace se levantaron como profetas entre nosotros y, a instancias de su voz, el caos dio lugar al orden, la oscuridad dio paso a la luz. Las personas que se llaman a s� mismas, se piensan y son, seg�n su luz, religiosas, nos dicen, en verdad, que esta teor�a del desarrollo no est� demostrada, no est� probada, es una mera hip�tesis. Por supuesto que es una mera hip�tesis. Todo es una mera hip�tesis que intenta dar una explicaci�n filos�fica de la Naturaleza.

Todo esfuerzo por reconstruir, en un todo coherente, los hechos aislados de la experiencia, es una mera hip�tesis. Pero la teor�a de la creaci�n separada es igualmente una mera hip�tesis. La pregunta es, �cu�l hip�tesis es la m�s razonable? Aceptar esta teor�a de la evoluci�n exige un acto de fe. Todo juicio intelectual es un acto de fe. Y justamente en la medida en que sea serio y sincero, y se doble ante la majestad de la raz�n, y sea un esfuerzo genuino por leer un significado en la vida y el destino, es un acto religioso.

Sol�a ??haber un tiempo en que se consideraba religioso creer en milagros, en una interrupci�n o reversi�n del curso silencioso de la naturaleza. Cuantos m�s prodigios y maravillas, m�s cosas inexplicables que un hombre pudiera aceptar, o un relato de un libro, m�s religioso se supon�a que era el hombre o el libro. Pero cuanto m�s se reconozca a Dios en orden, en secuencia y sucesi�n ininterrumpida, en causa y efecto continuos, en raz�n religiosa y prop�sito persistente, m�s retroceder� la piedad ante todo lo que es milagroso; tanto m�s reacios ser�n nuestra raz�n y nuestra fe - que no es m�s que el lado confiado o imaginativo de la raz�n - para albergar el pensamiento de lo sobrenatural, lo sobrenatural, lo sobrenatural.

Se supon�a que la raza humana apareci� de repente en escena hace unos seis mil a�os, unos siglos m�s o menos despu�s de la desaparici�n de los extintos mam�feros. Pero la ciencia moderna hace retroceder la existencia del hombre cien mil a�os, e incluso eso es solo una parte del tiempo durante el cual algunas altas autoridades consideran que tenemos rastros de la raza. �Cu�les son las lecciones religiosas de esta alta antig�edad del hombre? �Acaso el juda�smo y el cristianismo no asumen a nuestros ojos proporciones muy distintas, en relaci�n con la humanidad entera, que cuando se cre�a que, junto con la luz concedida a los patriarcas, constitu�an una revelaci�n coet�nea de la vida de la humanidad? En todos estos casos, y en muchos m�s, ser�a f�cil demostrar que los hechos cient�ficos comprobados son valiosos, y cargada de valor religioso y teol�gico; no s�lo porque desmienten directamente muchos prejuicios antiguos, y muchos prejuicios cada vez m�s estrechos, sino porque abren una puerta amplia y leg�tima a vuelos autorizados de imaginaci�n y fe razonable. La Biblia no perder� su encanto, ni sus lecciones su santidad, porque se comprenda mejor y se valore m�s justamente que antes. (EM Geldart, MA )

El trueno de su poder.

Un discurso sobre el poder de Dios

El texto es una elevada declaraci�n del poder divino, con una nota particular de atenci�n: "�Mira!" Doctrina. El poder infinito e incomprensible pertenece a la naturaleza de Dios y se expresa en parte en Sus obras. Aunque haya una poderosa expresi�n del poder divino en sus obras, sin embargo, un poder incomprensible pertenece a su naturaleza. Su poder brilla en todas sus obras, as� como en su sabidur�a.

I. La naturaleza de este poder.

1. El poder a veces significa autoridad. Pero el poder tomado por fuerza y ??el poder tomado por autoridad son cosas distintas. El poder de Dios aqu� debe entenderse por Su fuerza para actuar.

2. El poder se divide normalmente en absoluto y ordenado. Absoluto es ese poder por el cual Dios puede hacer lo que no har�, pero que se puede hacer. Ordenado es ese poder por el cual Dios hace lo que ha decretado hacer. Estos no son poderes distintos, sino uno y el mismo poder.

3. El poder de Dios es esa habilidad y fuerza mediante las cuales �l puede llevar a cabo todo lo que le plazca, todo lo que su infinita sabidur�a pueda dirigir y lo que la infinita pureza de su voluntad pueda resolver. El poder, en su noci�n primaria, no significa un acto, sino la capacidad de poner una cosa en acci�n.

4. Este poder es de una concepci�n distinta de la sabidur�a y la voluntad de Dios. No son realmente distintos, sino de acuerdo con nuestras concepciones. No podemos hablar de las cosas divinas, sin absolutamente alguna proporci�n de ellas con las humanas, atribuyendo a Dios las perfecciones, tamizadas de las imperfecciones, de nuestra naturaleza. En nosotros hay tres �rdenes: entendimiento, voluntad, poder; y en consecuencia tres actos: abogado, resoluci�n, ejecuci�n; que, aunque son distintos en nosotros, no son distintos en Dios.

5. Como el poder est� esencialmente en Dios, no es distinto de Su esencia. La omnipotencia no es m�s que la esencia divina eficaz ad extra. Es su esencia operativa.

6. El poder de Dios da actividad a todas las dem�s perfecciones de Su naturaleza; y es de mayor alcance y eficacia, en lo que respecta a sus objetos, que algunas perfecciones de Su naturaleza.

7. Este poder es infinito. Un poder finito es un poder limitado, y un poder limitado no puede afectar todo lo que es posible. Los objetos del poder divino son innumerables, no esencialmente infinitos. Dios puede hacer infinitamente m�s de lo que ha hecho o har�.

(1) Las criaturas tienen el poder de actuar sobre m�s objetos que ellos.

(2) Dios es el agente m�s libre. Todo agente libre puede hacer m�s de lo que har�.

(3) Este poder es infinito en lo que respecta a la acci�n. En cuanto a la independencia de acci�n. Consiste en la capacidad de dar grados m�s altos de perfecci�n a todo lo que ha hecho. As� como Su poder es infinito, extenso, en lo que respecta a la multitud de objetos que puede traer a la existencia, tambi�n es infinito, intensivo, en lo que respecta a la manera de operar y las dotes que puede otorgarles.

(4) Este poder es infinito en cuanto a duraci�n.

8. La imposibilidad de que Dios haga algunas cosas no infringe su omnipotencia, sino que la fortalece. Algunas cosas son imposibles por su propia naturaleza. Tales como implican una contradicci�n. Algunas cosas son imposibles para la naturaleza y el ser de Dios. Algunos son imposibles para las gloriosas perfecciones de Dios. No puede hacer nada indigno de s� mismo.

II. Razones para demostrar que Dios debe ser poderoso.

1. El poder que hay en las criaturas demuestra un poder mayor e inconcebible en Dios. Nada en el mundo carece de un poder de actividad seg�n su naturaleza. Todo el poder que es distinto en las criaturas debe estar unido en Dios.

2. Si no hubiera un poder incomprensible en Dios, no ser�a perfecto.

3. La sencillez de Dios lo manifiesta.

4. Los milagros que han ocurrido en el mundo evidencian el poder de Dios.

III. C�mo aparece Su poder: en la creaci�n, en el gobierno, en la redenci�n.

1. En la creaci�n.

(1) Su poder es lo primero que se evidencia en la historia de la creaci�n.

(2) Por este poder creativo, Dios a menudo se distingue de todos los �dolos y dioses falsos del mundo. �C�mo aparece el poder de Dios en la creaci�n? El mundo estaba hecho de nada. La creaci�n de cosas de la nada habla de un poder infinito. El poder aparece al resucitar tal variedad de criaturas de este vientre est�ril de la nada.

(3) Dios hizo todo esto con la mayor facilidad y facilidad. Sin instrumentos. Por una palabra; un simple acto de su voluntad. N�tese tambi�n la aparici�n de este poder en la producci�n instant�nea de cosas.

2. En el gobierno. Dios decret� desde la eternidad los fines particulares de las criaturas y sus operaciones con respecto a esos fines. Como se necesitaba su poder para ejecutar su decreto de creaci�n, tambi�n se necesitaba su poder para ejecutar su decreto sobre la forma de gobierno. Todo gobierno es un acto de entendimiento, voluntad y poder. Este poder es evidente en el gobierno natural, que consiste en la preservaci�n de todas las cosas, su propagaci�n por corrupciones y generaciones, y en una cooperaci�n con ellas en sus motivos para lograr sus fines. En el gobierno moral, que es de los corazones y acciones de los hombres. Y en un gobierno amable, como respetuoso con la Iglesia.

3. En redenci�n. Esta es la obra m�s admirable que Dios haya realizado en el mundo. Esto aparecer� ...

(1) En la persona que redime.

(2) En la publicaci�n y propagaci�n de la doctrina de la redenci�n.

(3) En la aplicaci�n de la redenci�n - en la gracia de plantar; en el perd�n del pecado; en la gracia preservadora.

IV. Usos.

1. De informaci�n e instrucci�n. Si el poder incomprensible e infinito pertenece a la naturaleza de Dios, entonces Jesucristo tiene una naturaleza divina, porque los actos de poder propios de Dios le son atribuidos. De ah� tambi�n se puede inferir la deidad del Esp�ritu Santo. Las obras de omnipotencia se atribuyen al Esp�ritu de Dios.

2. El poder de Dios es despreciado y abusado. Condenado en todo pecado; en la desconfianza de Dios; en un miedo demasiado grande al hombre; y confiando en nosotros mismos. Abusado cuando lo utilizamos para justificar contradicciones; presumiendo de ello, sin utilizar los medios que �l ha designado. Esta doctrina est� llena de consuelo y nos ense�a el temor de Dios. ( S. Charnock. )

El poder de dios

I. La naturaleza del poder de Dios. El poder a veces significa autoridad; aqu� significa fuerza.

1. El poder de Dios es esa habilidad o fuerza mediante la cual �l puede llevar a cabo todo lo que �l quiera, todo lo que Su sabidur�a infinita pueda dirigir, y la pureza inmaculada de Su voluntad resolver�.

2. El poder de Dios da actividad a todas las dem�s perfecciones de Su naturaleza. As� como la santidad es la belleza, el poder es la vida de Sus atributos en su ejercicio.

3. Este poder est� original y esencialmente en Su naturaleza. El poder de Dios no se deriva de nada sin �l.

4. De ah� se sigue que el poder de Dios es infinito. Nada puede ser demasiado dif�cil de lograr para el poder divino.

II. Donde se manifiesta el poder de Dios.

1. En la creaci�n.

2. En el gobierno del mundo.

(1) En preservaci�n o gobierno natural.

(2) En gobierno moral. La restricci�n de la naturaleza maliciosa de Satan�s. La restricci�n de la maldad del hombre.

(3) En su gobierno bondadoso. En la liberaci�n de Su Iglesia.

Efectuando Su prop�sito por peque�os medios. En la obra de nuestra redenci�n. Note la Persona que redime; el progreso de su vida; Su resurrecci�n. Tenga en cuenta la publicaci�n de la misma. El poder de Dios se manifest� en los instrumentos; y en el �xito de su ministerio. Concluir&mdash

1. Aqu� hay consuelo en todas las aflicciones. Nuestros males nunca pueden ser tan grandes para afligirnos como su poder para librarnos.

2. Esta doctrina nos ense�a el temor de Dios. "�Qui�n no te temer�?" ( Esqueletos de sermones ).

Información bibliográfica
Exell, Joseph S. "Comentario sobre "Job 26". El Ilustrador Bíblico. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tbi/job-26.html. 1905-1909. Nueva York.