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Salmos 12

El Ilustrador BíblicoEl Ilustrador Bíblico

Versículos 1-8

Ayuda, Se�or; porque el piadoso cesa.

- �ste, seg�n el t�tulo, es uno de los Salmos de David; pero no hay nada en las circunstancias, hasta donde las conocemos, de su historia que pueda llevarnos a asociar el Salmo con un per�odo en particular. Tholuck cree que est� dirigido a las personas que rodearon a David en la corte de Sa�l. Otros suponen que fue ocasionado por la traici�n de los Zifitas ( 1 Samuel 23:19 ), o la traici�n de Ahitofel, en la rebeli�n de Absal�n.

Pero no se trata de uno o dos individuos prominentes cuya conducta constituye la carga de la queja del salmista. Evidentemente, est� resentido por la falsedad y la hipocres�a de la �poca. La deserci�n que deplora es una deserci�n nacional. Como Elijah en el desierto, se siente solo. Una mancha se ha extendido por la sociedad. La falsedad est� en todas partes, la verdad en ninguna. El coraz�n del hombre es doble; sus labios son labios lisonjeros (vers�culo 8).

Y mientras profieren calumnias, hipocres�a y mentiras, se jactan de su poder; y no s�lo dar licencia a su lengua, sino justificar la licencia: �Nuestros labios son nuestros; �Qui�n es Se�or sobre nosotros? Ahora bien, este vac�o absoluto y esta falta de sinceridad son muy dif�ciles de soportar. Los pocos que, en medio de la corrupci�n generalizada, a�n conservan su integridad, son perseguidos y suspiran por liberaci�n. Esta liberaci�n se les promete en forma de interposici�n divina.

El cantor, lleno del esp�ritu de profec�a, se consuela a s� mismo ya los afligidos como �l, no con sus propias palabras, sino con las palabras de Dios (vers�culo 6). Y luego, recordando cu�n puras son esas palabras, cu�n inalterablemente verdaderas, no como las palabras de los hombres, que parecen tan justas, pero son falsas, siente que all� puede descansar, tranquilo en la convicci�n de que, aunque el Los imp�os andan por todos lados, Jehov� salvar� a los que lo aman de todas sus maquinaciones (vers�culo 8). El salmo consta de dos divisiones principales.

I. Una queja ( Salmo 17:1 ).

1. El grito de auxilio, porque no se encuentran hombres buenos por ninguna parte; y prevalecen la mentira, la adulaci�n y la falta de sinceridad.

2. La oraci�n para que los lisonjeros y los mentirosos sean destruidos ( Salmo 17:3 ).

II. La respuesta a esa queja ( Salmo 17:5 ). Incluyendo la promesa de ayuda de Dios en respuesta al clamor de ayuda, y el Am�n del salmista, y la seguridad y esperanza edificadas sobre la promesa ( Salmo 17:7 ). ( JJ Stewart Perowne, BD )

Una oraci�n de david

a Dios, para salvarlo y ayudarlo, y guardarlo de los enga�os y el contagio de los imp�os, de los cuales el mundo est� demasiado lleno.

1. Una oraci�n y sus razones ( Salmo 12:1 ). La petici�n es breve y jaculatoria, porque �l ataca a Dios con una palabra: Ayuda o Salva. De lo cual da dos razones:

(1) La miseria y escasez de hombres buenos.

(2) La gran abundancia de los imp�os y los tiempos licenciosos.

2. Una profec�a de la ca�da de los imp�os, cuya arrogancia describe ( Salmo 12:4 ). La profec�a muestra cu�l ser� el final de su falsedad.

3. La respuesta de Dios a la petici�n de David. �Es as� que los malvados son tan numerosos, tan tir�nicos, tan orgullosos, tan arrogantes, entonces "me levantar�"? "No me demorar�"; "Lo pondr� a salvo". Lo que Me conmueve es su condici�n lamentable, sus suspiros y gemidos. De esto nadie dude. En las palabras de Dios no hay falacia.

4. Una peque�a conclusi�n. �Gu�rdalos, oh Se�or�. Sin que Dios los guarde, se infectar�n. Gu�rdalos de esta generaci�n. Porque habr� una generaci�n de v�boras. Y hazlos perseverar siempre; porque sin tu ayuda caer�n. ( William Nicholson, DD )

Edad Oscura

I. La edad de oro de un pa�s puede ser una edad oscura en la estimaci�n del santo. La verdadera gloria de un pa�s es moral, y donde falta el elemento moral, todas las dem�s glorias son tenues. Fil�sofos, poetas, comandantes, artistas, oradores, estadistas, millonarios, no hacen una �Edad de Oro�, sino la presencia de muchos hombres virtuosos y piadosos.

II. Las faltas de las que se puede imputar una civilizaci�n espl�ndida.

1. Falta de fidelidad.

2. Falsedad.

3. Orgullo. "Hablando en grande".

4. Jactancia.

5. La bondad se trata con desprecio.

III. El deber del patriota cristiano.

1. Clamar poderosamente a Dios contra la maldad prevaleciente.

2. Protestar de palabra y actuar contra esta iniquidad.

3. Descansar, en d�as de triunfante maldad, en la palabra y poder de Dios.

4. Reclamar la promesa de Dios y mantenerse sin mancha del mundo. ( WL Watkinson. )

La degeneraci�n moral de la sociedad

El poema es una imagen de una �poca moralmente podrida. El devoto autor se sinti� viviendo en tiempos corruptos. De ah� que advierte esta degeneraci�n:

I. Como un hecho de devota lamentaci�n. Se lamenta por tres cosas:

1. La ausencia de la verdad. "El piadoso cesa".

2. La presencia del hombre falso y vanidoso: "Hablan vanidad". Hombres obsequiosos "labios halagadores". Insincero - "un doble coraz�n". Hablaron una cosa y quer�an decir otra. Orgullosos: hablaron "cosas orgullosas". Cruel - "la opresi�n de los pobres". Qu� espect�culo para un ojo devoto.

3. La exaltaci�n de los viles. "Los hombres m�s viles son exaltados".

II. Como motivo de interposici�n divina.

1. "Ayuda, Se�or". Entonces or�.

2. Prometido divinamente. "Ahora me levantar�, dice el Se�or". Esto viene como respuesta a la oraci�n. "Antes de que llamen, responder�".

3. Muy esperado. �T� los guardar�s, oh Se�or.

III. Como sugiriendo por contraste la excelencia de la Palabra de Dios. "Las palabras del Se�or son palabras puras". Son tan para ...

1. No est�n mezclados con falsedad; y

2. Han sido probados minuciosamente. �Como plata refinada en un horno de tierra�, etc. Cu�n profundamente ha sido probada estos seis mil a�os, por la persecuci�n, por la cr�tica hostil, por la m�s profunda experiencia del bien en todas las �pocas. ( D. Thomas DD )

La degeneraci�n de un alma

"�Ayuda, Se�or!" Esta es la s�plica de un alma oprimida por la degeneraci�n de la sociedad. Es un grito de seguridad en medio de una epidemia maligna. Este Salmo marca los pasos de la degradaci�n social. Podemos ver los descensos progresivos del culto a Dios hacia la exaltaci�n de la vileza. Considere estas etapas de declive en su relaci�n con el individuo. La sociedad solo refleja al hombre individual. Considere el pasaje como una v�vida descripci�n de la degeneraci�n de un alma.

1. La decadencia del sentido de reverencia. El comienzo de la degeneraci�n es perder el contacto con Dios. Perdemos nuestro contacto con Dios cuando dejamos de sentirnos por �l. Es el esfuerzo por sentir lo que conserva el tacto sensible.

2. La decadencia del sentido del honor. Falla la fidelidad, se deteriora la fiabilidad del car�cter. Cuando se entumece la reverencia, se rompe la confianza.

3. La decadencia del sentido de responsabilidad. �Nuestros labios son nuestros; �Qui�n es Se�or sobre nosotros? 'La perversi�n del honor destruye el sentido de responsabilidad. Los hombres se vuelven egoc�ntricos y, por lo tanto, se vuelven ciegos.

4. La decadencia del sentido de humanidad. �El despojo del pobre, el suspiro del menesteroso�. Donde reina la irresponsabilidad, abunda la crueldad. El nacimiento de la crueldad se sincroniza con la muerte de la reverencia.

5. La decadencia del sentido del derecho. "La vileza es exaltada". �sta es la �ltima etapa de la espantosa degradaci�n. El mal se convierte finalmente en el bien del hombre. Ha perdido su discernimiento moral. �C�mo podemos salvarnos de este peligroso declive? El deseo de ser salvo es el comienzo de la salvaci�n. Ejerc�tate en los sentimientos y te convertir�s en un experto en tocar. En todas partes y en todo momento busca a Dios. Ore por �l en todas partes. El buen Dios es digno de confianza; El es mejor que su palabra. ( JH Jowett, MA )

Lamentamos la partida del valor espiritual

Este texto es el lenguaje del sentimiento. Pero el pensamiento y el sentimiento no deben oponerse el uno al otro. Son mutuamente dependientes. El pensamiento sin sentimiento ser�a impotente; sentir sin pensar ser�a salvaje, turbulento e imprudente.

I. Valor espiritual. Las dos palabras "piadoso" y "fiel" expresan esto. Se corresponden con otras palabras de la Biblia, como "devoto" y "justo". Cubren las dos ramas de la santidad humana, la piedad y la moralidad. �En qu� consiste el valor espiritual? Todo hombre sostiene dos relaciones fundamentales: una que lo conecta con Dios y la otra con la sociedad. El hombre individual vive en lo social.

En la constituci�n espiritual del hombre hay dos tendencias controladoras que corresponden a estas relaciones. Estas tendencias se denominan afectos religiosos y sociales. El elemento religioso es el alma del alma del hombre; su perversi�n ha sido su degradaci�n, y su correcto desarrollo es esencial para su verdadera elevaci�n. La misma constituci�n del alma es te�sta, el ser de un Dios est� impl�cito en su estructura, leyes y operaciones.

El estado correcto de estas tendencias controladoras constituye valor espiritual. El estado correcto de ambos es un estado de amor. La moral social surge de la piedad. Este valor enriquece a un hombre. Es valioso por s� mismo. Vale la pena. �C�mo llegar� el hombre a poseerlo? Este es el problema de la vida. Todo el poder espiritual lo remontamos al evangelio. No despreciar�amos otras influencias de la cultura espiritual.

II. El valor espiritual se fue. Varias formas en las que el valor espiritual se aparta de una comunidad. Cambio de localidad. Cambio de car�cter. Cambio de mundos. �Qu� principios regular�n las circunstancias de la muerte en el caso de las personas?

1. Que la muerte sea siempre pac�fica en proporci�n a la bondad del hombre.

2. Que la muerte se pospondr�a en proporci�n a la utilidad de un hombre. La experiencia real contradice ambas anticipaciones. Lamentamos la partida del valor espiritual

III. Es el lenguaje del lamento, "Socorro, Se�or".

1. Su partida es una gran p�rdida. �La muerte ha terminado con su existencia?

2. Es una p�rdida para la sociedad.

3. La p�rdida requiere la interposici�n de Dios. La separaci�n es material, no espiritual accidental, no esencial. El v�nculo mental se estrecha a trav�s de la disoluci�n del cuerpo. ( D. Thomas, DD )

La muerte de los piadosos es un incentivo para la oraci�n.

I. Porque hay muy pocos de ellos en el mundo. Tales hombres son la sal de la tierra. Dios nos ense�a su valor al sacarlos de este mundo.

II. Su presencia y servicio aqu� parecen esenciales para la causa de Dios.

1. Por su ejemplo.

2. Su influencia y utilidad.

III. Porque es tan dif�cil llenar sus lugares.

IV. La gracia y la providencia de Dios sugieren el �nico remedio: la oraci�n. �Ayuda, Se�or�, etc. ( An�n. )

La p�rdida de hombres piadosos

El Salmo parece haber sido compuesto en una �poca de gran degeneraci�n y corrupci�n de modales.

I. Los personajes importantes, �tiles y amables aqu� especificados. Piadoso y fiel. La palabra "piadoso" a veces se traduce como "misericordioso".

1. Considere la piedad como un principio que viene de Dios, no de una manera natural sino sobrenatural. La santidad es obra del Esp�ritu de Dios. Ning�n hombre es piadoso sino aquel en quien Dios ha realizado un cambio salvador, cuyo coraz�n se ha vuelto del pecado a Dios, del yo a Cristo, de la tierra al cielo. �En qu� consiste la piedad? La piedad es la semejanza de Dios. Dondequiera que est�, hay un amor supremo por Dios.

Todo hombre piadoso ama a Dios, no solo porque Dios es bondadoso y generoso con �l, sino porque Dios es santo en s� mismo: es un hombre piadoso que es un adorador sincero y constante de Dios. El amor de un hijo a un padre se ejemplifica en su obediencia. Un hijo de Dios obedece a su Padre celestial por amor. Todo hombre piadoso adora a Dios en secreto. Todo el que es piadoso profesa respeto por la adoraci�n p�blica de Dios y toma conciencia de asistir a ella.

Un hombre piadoso no est� libre de flaquezas y debilidades. Pero su coraz�n est� habitualmente recto a los ojos de Dios, y su forma de vida se corresponde predominantemente con su profesi�n religiosa. Considerar&mdash

2. La otra rama de la palabra piadoso, a saber, misericordioso. ( Isa�as 57:1 ) Los hombres misericordiosos son hombres de bondad como los que muestran bondad. As� como temen a Dios, as� consideran al hombre. Feliz por la sociedad cuando estas dos cosas se unen, un coraz�n dispuesto y una mano generosa.

3. Los fieles. Los verdaderamente piadosos son fieles a Dios; y tambi�n fiel a los hombres. Donde est� la piedad, habr� honestidad.

II. La gran causa que tenemos para lamentar la p�rdida de tales personas. Cuando David escribi�, fue un tiempo de abundante iniquidad entre todos los grados de gente, y se encontraron muy pocos que preservaran estos caracteres. El cese y el fracaso de ellos debe considerarse tambi�n descriptivo de su disoluci�n. Cuando los juicios de Dios est�n en la tierra, y una nube oscura se cierne sobre un reino pecaminoso, �no hay motivo para lamentar la partida de aquellos que eran hombres de oraci�n y de esp�ritu p�blico?

III. El deber de clamar a Dios por ayuda cuando tales personajes fallan. Vana es la ayuda del hombre. Nuestra ayuda est� en el nombre del Se�or.

1. Oremos para que el Se�or nos ayude a prestar atenci�n a tal providencia que habla y mejorarla para nuestra ventaja espiritual.

2. Que el Se�or ayudar�a tanto en la presente exigencia y prueba como para levantar a otros para ocupar el lugar de hombres tan �tiles. ( Richard Winter. )

Tiempos de escasez espiritual y soledad

En los d�as de Savonarola, Italia estaba abandonada a sus pasiones, sus corrupciones y sus vicios. Los ricos tiranizaban a los pobres, y los pobres eran miserables, indefensos y abandonados. El fervoroso monje se encontr� en guerra con el mundo y la Iglesia, y qued� consternado por las profanaciones que exist�an a su alrededor. �No queda nadie�, dijo, �ni siquiera queda uno que desee lo bueno; debemos aprender de los ni�os y las mujeres de bajos recursos, porque en ellos s�lo queda una sombra de inocencia. Los buenos son oprimidos y el pueblo de Italia se vuelve como los egipcios que ten�an al pueblo de Dios en servidumbre ".

Buenos hombres tomados del mal por venir

Incluso como una madre cuidadosa, al ver a su hijo en el camino cuando una compa��a de caballos rebeldes corre por las calles en plena carrera, en este momento levanta a su hijo en sus brazos y lo lleva a casa; o como la gallina, al ver la cometa voraz sobre su cabeza, cloquea y junta sus pollos debajo de sus alas; aun as�, cuando Dios tiene el prop�sito de traer una gran calamidad sobre una tierra, ha sido habitual que �l llame y elimine para s� a los que son amados.

�l toma a sus siervos escogidos del mal por venir. As� fue expulsado Agust�n un poco antes de que se llevara a Hipona (donde habitaba); Paroeus muri� antes del saqueo de Heidelberg; y Lutero fue eliminado antes de que Alemania fuera invadida por la guerra y el derramamiento de sangre. ( E. Dunsterville. )

Faltan los fieles de entre los hijos de los hombres .

Nuestras estimaciones imperfectas

No debemos aceptar las palabras de este Salmo como verdaderas porque est�n escritas aqu� o en cualquier lugar. Es perfectamente posible que adoptemos una visi�n imprudente e incorrecta de las condiciones sociales. David no mantuvo un registro de todos los "piadosos" y todos los "fieles". Otro profeta dijo que �l solo qued�; el Se�or corrigi� su estimaci�n y dijo: No, no solo; Tengo siete mil que nunca besaron los labios de Baal.

No es prudente tomar la opini�n de abatimiento y desamparo sobre cualquier tema. Cuando nos encontramos en situaciones extremas, ya sea de alegr�a o de tristeza, no estamos calificados para pronunciarnos amplia y correctamente sobre todo el alcance de la Divina Providencia. Con gran alegr�a, la alegr�a que casi baila en el santuario, por el mismo �xtasis del coraz�n, podemos pensar que todos los hombres son buenos, todas las causas excelentes, todas las caracter�sticas de la �poca hermosas.

En el abatimiento, el desaliento, la orfandad del coraz�n, podemos pensar que estamos solos y que el don de la oraci�n perecer� con nuestro aliento. Todas las cosas tienen un aspecto sombr�o; todo el a�o es un largo noviembre; la misma m�sica de la infancia no es m�s que un agravamiento de nuestro sufrimiento. Esa opini�n no debe tomarse. Dentro de los l�mites de la propia personalidad del hombre, es bastante cierto, pero no se debe construir sobre ella una gran generalizaci�n.

David no sab�a cu�ntos hombres piadosos hab�a en el mundo, ni cu�ntos fieles; pero su experiencia es valiosa hasta este punto, a saber, que sent�a que todo lo relacionado con la confianza, la confianza y el progreso depend�an de la presencia de elementos piadosos y fieles en el mundo. Que la poblaci�n del mundo hubiera aumentado no era nada para David, si la piedad y la fidelidad de la comunidad hab�an disminuido. ( Joseph Parker, DD )

No confiar en los hombres

Para alguien que reflexiona que el reino de la verdad y la justicia de Dios en la tierra debe ser mantenido a trav�s de agencias humanas, es un espect�culo triste ver a uno tras otro de sus campeones y defensores desapareciendo del conflicto. La vista a menudo golpea el coraz�n del sobreviviente, como hubiera golpeado el coraz�n del israelita al ver caer a David en su combate con Goliat. De hecho, pocas son las comunidades, ya sean civiles o eclesi�sticas, cuyas historias no muestran �pocas y cierres en los que todo su bienestar futuro parec�a depender de la vida de un solo hombre, o como mucho, de la vida de un muy peque�a banda.

Y cuando tales hombres caen en el conflicto, o parten de all� en el curso de la naturaleza, los hombres buenos sienten que la sociedad ha sufrido una p�rdida que no puede repararse f�cilmente. Pero cu�nto m�s severo se siente el golpe cuando los campeones de una causa se pierden, no por la muerte, sino volvi�ndose traidores; cuando un Judas traiciona a la Iglesia, y un Arnoldo el Estado. Ahora, es en este �ltimo sentido que debemos entender las palabras de David, "el piadoso cesa", etc.

No fue por la espada de un enemigo, ni por la muerte natural, que se perdieron en la causa de la ley y el orden, la verdad y el derecho, sino traicion�ndola y luchando contra ella. El propio hijo, los s�bditos, los generales y los ministros de David hab�an conspirado para derrocar la causa que hab�an jurado defender; y as� situado, apela al �nico poder que ahora puede aprovecharlo, diciendo: �Socorro, Se�or, el hombre me ha fallado; T� solo puedes ahora librar. " ( David Caldwell, AM )

Integridad

Es un hombre fiel que mantiene la fe. La fe es el equivalente a la fidelidad, y la fidelidad es lo que entendemos por confiabilidad. Estamos creciendo. La civilizaci�n moderna no es un fracaso. Pero puede ser una pregunta, si estamos siguiendo el ritmo del crecimiento moral con nuestro desarrollo intelectual y f�sico. Todos los signos de avance material son de poca importancia, si se deja fuera el poder �tico del Evangelio.

Sin fidelidad a todos los deberes de un verdadero hombre en sociedad, no puede haber religi�n que tenga alg�n valor. Es muy posible que los hombres 'conviertan las sensibilidades religiosas y las experiencias religiosas en un sustituto de la integridad �tica. Es una impresi�n cada vez mayor que los hombres se est�n volviendo cada vez menos dignos de confianza. Una de las caracter�sticas de nuestro tiempo es una creciente soltura en la fidelidad. Considere esto con respecto a la verdad, que es el tronco central de la confiabilidad.

Los hombres en una conversaci�n ordinaria no son tan cuidadosos con la verdad como deber�an. Me refiero al descuido de la verdad, a las declaraciones imprudentes y descuidadas. Hay un bajo sentido o tono de conciencia con respecto a la precisi�n y fidelidad en el tema de hablar la verdad. La verdad es la columna vertebral del honor y, de hecho, de la hombr�a misma. En la rivalidad y la presi�n de los asuntos hay una tendencia creciente a tergiversar la verdad.

Los hombres realmente se atrapan entre s� con medias verdades. Las medias verdades son todas las mentiras del diablo. Las promesas no se cumplen ahora como deber�an. A menos que los hombres pongan su palabra en forma legal, generalmente no se considera que sus promesas valgan mucho. La confiabilidad, tambi�n, bajo obligaciones asumidas, me parece relajante. Me parece que el sentimiento de servicio se est� debilitando mucho. Ahora la sociedad humana no puede cohesionarse donde un hombre no puede confiar en su pr�jimo.

No pueden cumplir con sus deberes para con la humanidad sin estar subordinados unos a otros. La sociedad se organiza por superioridades e inferioridades relativas. Es una queja constante que es lo m�s dif�cil del mundo encontrar j�venes competentes en los que se pueda confiar. .. Me gusta escuchar sobre experiencias cristianas eminentes. El cambio de coraz�n es bueno, pero el cambio de vida es mejor. Al menos ser�a m�s agradable para los vecinos.

�C�mo es en este asunto? �Hay algo en la doctrina religiosa que sea equivalente al cristianismo �tico? �Hay algo que sustituya a la fidelidad entre hombre y hombre? ( H. Ward Beecher. )

Piadoso y fiel

Una oraci�n de David a Dios pidiendo ayuda en este terreno: que quedaba poca o ninguna religi�n u honestidad entre los hombres; y que, por lo tanto, no ten�a ninguna raz�n para confiar en ellos, o esperar una bendici�n en tales instrumentos.

I. La importancia de los dos caracteres: piadoso y fiel, "piadoso" importa un hombre benigno, gentil y bondadoso, pero esto tiene tal relaci�n con la religi�n, y es tal disposici�n hacia ella, que entre los jud�os la palabra era de uso com�n extendido a un hombre que era exacto a todos los deberes de la religi�n y estricto en el desempe�o de ellos. Un hombre piadoso no es aquel que coloca su religi�n en muchas pr�cticas asumidas, que no tienden a mejorarlo.

Ni el que comprende bien su religi�n ni el que es muy regular en todas las reglas externas y cuestiones de forma. El hombre verdaderamente piadoso tiene un sentido interior de un poder supremo que est� sobre �l, y se esfuerza por parecerse a este ser y por gobernar todas sus acciones de conformidad con la voluntad y las leyes de Dios. Cree que Dios, por su providencia, vela por todas las cosas y, en consecuencia, se resigna a su voluntad y se somete a todo lo que le viene de esa mano.

Un hombre piadoso es un hombre fiel. El que tiene un verdadero sentido de la religi�n sabe que Dios es verdadero, y por eso siempre dice la verdad. Es severo en asuntos de verdad. Se eleva a tal grado de franqueza y sinceridad que todo hombre que tenga alguna inquietud con �l pronto ver� en qu� debe confiar o en qu� debe depender. Un hombre fiel es el que odia tanto la mentira como a los mentirosos. Es sincero tanto en sus acciones como en sus palabras.

II. La queja de David. "Los piadosos cesaron". �Por qu� motivo present� esta denuncia?

III. El estado peligroso y desesperado de una naci�n, en la que los hombres fieles y piadosos fracasan. Peligroso por los efectos naturales que siguen y por los juicios de Dios.

IV. El �nico remedio para todo esto. Que es una oraci�n ferviente a Dios pidiendo ayuda. ( Gilbert Burnet, DD )

Sion desconsolado de los fieles

I. El hecho. Pero, �qui�nes son fieles?

1. Los que son fieles a s� mismos no se enga�ar�n en cuanto a su estado ante Dios.

2. A Dios. Manteniendo Su verdad.

3. A la Iglesia, elecci�n de gracia. Declar�ndoles la verdad positiva, apoy�ndose en el pacto, atribuyendo toda bendici�n al Esp�ritu Santo.

II. La exclamaci�n. "Los fieles fallan". Est�&mdash

1. La voz del duelo.

2. Apelar a Dios para que levante a otros.

3. Del alma que se preocupa por Sion.

4. Deseo de m�s nutrici�n.

III. La advertencia: que cuando el Se�or se haya llevado a casa a unos cuantos m�s de Sus fieles, entonces estallar� una tormenta de persecuci�n sobre Su Iglesia. Se acerca la noche. Aseg�rate obra de tu propia salvaci�n. ( Joseph Irons. )

Una s�plica conmovedora

Sentimos que no podemos prescindir del bien de esta tierra en su actual condici�n desmoralizada; porque&mdash

I. Necesitamos su ejemplo. El ejemplo es ambos

(a) Demostrativo, y

(b) Educativo.

II. Necesitamos su influencia. Es el bien de este mundo quien lo preserva de la corrupci�n moral total.

III. Necesitamos sus consejos. Pero las dispensaciones de Dios est�n bien. No comete errores. ( WH Luckenbach, DD )

Versículos 3-4

El Se�or cortar� todos los labios lisonjeros.

El desafuero de la lengua

El lenguaje de los agitadores se indica en este texto, de hombres que piensan llevarlo todo mediante la libertad de expresi�n, una prensa libre y un p�lpito libre. Dios no quiera que veamos el d�a en que cualquiera de estos tres grandes agentes para iluminar, excitar y dirigir el pensamiento humano no sea libre. Por mucho que se abuse de ellos, siguen siendo la principal gloria de un pa�s. Sin embargo, no se puede negar que se abusa de ellos.

En lugar de ser utilizados �nicamente para la defensa de la verdad y el derecho, a menudo se los prostituye para despertar las pasiones m�s espantosas que pueden agitar el pecho humano; para alinear hermano contra hermano, ciudadano contra ciudadano, secci�n contra secci�n e Iglesia contra Iglesia. Puede protestar con los hombres tan comprometidos, pero es probable que la �nica respuesta que pueda obtener de ellos sea: �Con nuestra lengua prevaleceremos; nuestros labios son nuestros; �Qui�n es se�or de nosotros? Act�an como si la libertad de expresi�n implicara el derecho a decir cualquier fantas�a que pueda dictar, donde pueda dictar, cuando pueda dictar y como pueda dictar.

De ah� la imprudencia con la que se ataca no solo las opiniones, sino tambi�n los personajes y los motivos. Sus defensores suelen respetar el derecho a la libre discusi�n, hasta que parecen haber olvidado que los hombres tienen otros derechos. Esta anarqu�a de lengua no se limita a los l�deres partidistas y a los que tienen autoridad; impregna y amarga la vida privada. Conocemos, en todos los �mbitos de la sociedad, personas que se enorgullecen de su intrepidez al hablar y que, en total desenfreno, infligen heridas en el car�cter y los sentimientos de los dem�s que el tiempo nunca podr� curar. ( David Caldwell, AM )

Adulaci�n peligrosa

Cuando se le pregunt� al fil�sofo Bion qu� animal pensaba que era el m�s hiriente, respondi�: "El de las criaturas salvajes un tirano y el de los domesticados un adulador". El adulador es el enemigo m�s peligroso que podemos tener. Raleigh, �l mismo un cortesano, y por lo tanto iniciado en todo el arte de la adulaci�n, que descubri� en su propia carrera y destino su poder peligroso y enga�oso, su profundo artificio y una falsedad m�s profunda, dice: �Se dice que un adulador es una bestia que muerde sonriente. Pero es dif�cil distinguirlos de los amigos: son tan serviles y est�n llenos de protestas; porque como un lobo se parece a un perro, as� el adulador es un amigo ". ( El Libro de los S�mbolos ) .

Nuestros labios son nuestros .

Conversacion

Pensamientos, palabras, acciones: estas son las tres actividades en las que transcurre nuestra vida. El primero y el �ltimo, como representaci�n de la vida interior y exterior, son temas constantes de la ense�anza religiosa; pero tal vez las palabras, debido a su car�cter ambiguo, como a medio camino entre el pensamiento y las acciones, no hayan recibido la misma atenci�n. Para los irreflexivos, una palabra parece la m�s trivial de todas las cosas; �Qu� es sino un soplo llevado por el aire para extinguirse inmediatamente? Sin embargo, en verdad, esta actividad es uno de los grandes aspectos de la vida, en el que podemos honrar o deshonrar a Dios, en el que debemos mostrar nuestro propio valor o indignidad, y por el cual al final seremos aprobados o rechazados. .

Nuestra conversaci�n, de hecho, es incluso m�s que esto: es una especie de �ndice o ep�tome de toda nuestra vida; lo que somos en �l, lo mismo seremos en todos los dem�s aspectos. Es a este efecto que Santiago dice: "Si alguno no ofende en palabra, es un hombre perfecto, y capaz tambi�n de refrenar todo el cuerpo": y nuestro Se�or a�n m�s solemnemente: "Con tus palabras har�s s� justificado, y por tus palabras ser�s condenado, como si nada m�s requiriera ser considerado incluso en el tribunal final.

La conversaci�n es una cosa diaria, cada hora; se contin�a de fin de semana a fin de semana, y de fin de a�o a fin de a�o; contin�a durante toda la vida, desde el momento en que la lengua del ni�o aprende a balbucear las primeras palabras hasta el momento en que el anciano elocuente celebra los d�as de su juventud. Tiene lugar en la casa y por cierto, donde se encuentran dos o tres, y donde las multitudes intercambian sus saludos fugaces.

Pasa entre amigo y amigo, y entre amigo y enemigo, entre vecinos y extra�os. No hay l�mite para los temas que puede abarcar. Abarca tanto los objetos que se presentan a nuestra observaci�n en los lugares donde vivimos, como los que nos son tra�dos por el informe desde la distancia. Abarca el mundo invisible de pensamientos y sentimientos, as� como el mundo visible de cosas y hombres.

Se mueve f�cilmente de un tema a otro, y en una hora puede atravesar un centenar de temas, pasando de una tierra a otra en el espacio y de una �poca a otra en el tiempo. Si la cantidad de nuestra conversaci�n se pudiera representar visualmente para nosotros, nos sorprender�a. Si se imprimiera, por ejemplo, �cu�ntas p�ginas llenar�a un hablante promedio en un solo d�a? En un a�o ascender�a a tantos vol�menes como las obras completas de un gran autor.

En toda una vida llenar�a una biblioteca. El mero grueso de esta actividad muestra lo trascendental que es. Pero hay consideraciones m�s importantes que esta. La conversaci�n es una manifestaci�n de la fuerza del alma para producir un efecto. Puede ser un esfuerzo de tremenda fuerza, o puede que no tenga m�s fuerza que la ca�da de una pluma; porque la conversaci�n, como instrumento de la mente, puede compararse con esos martillos de vapor que pueden trabajarse con tal fuerza como para moler una barra de hierro hasta convertirla en polvo, o con tal delicadeza que s�lo astilla la c�scara de un huevo.

Pero ya sea que el esfuerzo sea grande o peque�o, aquello a lo que siempre apunta es una impresi�n en otra mente. La conversaci�n no es asunto de una persona, sino siempre de, al menos, dos. Es quiz�s el medio m�s directo y poderoso que tenemos para influir en nuestros semejantes. Extiendo mi mano y la pongo sobre la persona de mi pr�jimo; pero al hacerlo, no lo toco tan de cerca como si dijera una frase en su o�do.

En un caso, solo nuestros cuerpos se tocan; pero en el otro nuestras almas se tocan. La conversaci�n es tocar las almas. Las almas nunca se tocan entre s� excepto por la suerte o la pena. Cada toque deja una marca, que puede ser una marca negra o un punto de esplendor. Sin duda, las impresiones que produce la conversaci�n son generalmente diminutas. Pero todas las impresiones que de esta manera producimos en diferentes personas, cuando se suman, constituyen una gran influencia; y para aquellos que durante a�os nos escuchan constantemente hablar, no podemos dejar de estar haciendo mucho bien o mal.

Un copo de nieve no es nada; se derrite en la mano extendida en un momento; pero, copo a copo, la nieve se acumula hasta convertirse en lo �nico visible en el paisaje, e incluso las ramas del roble se agrietan bajo su peso. Y tal es la influencia acumulativa de la conversaci�n de toda una vida. ( James Stalker, DD )

�Qui�n es Se�or sobre nosotros? -

El cristianismo ideal

Cuando confundimos nuestra propiedad, dejamos de ser religiosos y renunciamos a la posibilidad de serlo. �Cu�l es la primera lecci�n de la verdadera religi�n cristiana? La primera lecci�n es que no somos nuestros, no tenemos ning�n derecho, t�tulo o reclamo sobre nosotros mismos; estamos marcados; tenemos la marca quemada en nosotros de que pertenecemos a Cristo Jes�s, que somos comprados con sangre, que no somos nuestros; no tenemos un momento de tiempo, ni un solo pensamiento, energ�a, deseo, voluntad, deseo, que sea nuestro.

Ese es el cristianismo ideal, el prop�sito mismo y la consumaci�n del sacerdocio de Cristo, el �rbol que significa - es decir, el significado amplio y completo - de la abnegaci�n, decir No cuando algo dentro de nosotros afirma tener una existencia o un derecho propio. propio. Mientras pensemos que nuestros labios son nuestros, hablaremos lo que queramos; cuando comencemos a aprender que nuestros labios no son nuestros, ni nuestras manos, ni pies, ni cabeza, ni coraz�n, tendremos una sola pregunta: �Se�or, �qu� quieres que haga? D�melo y dame fuerzas para hacerlo ". Ese ser� el d�a del jubileo, la ma�ana de la coronaci�n. ( Joseph Parker, DD )

Versículo 5

Por la opresi�n del pobre, por el gemido del menesteroso, ahora me levantar� con el Se�or; Lo pondr� a salvo del que lo insufla.

Los pobres se ponen a salvo

La familia de Dios en todas las �pocas se ha parecido entre s�. Por eso la Palabra de Dios es rica en consolaci�n.

I. La Palabra de Dios trata y se dirige a los personajes. Se nombran dos de ellos.

1. Los pobres - los pobres de esp�ritu, conscientes de que no tienen nada bueno en s� mismos. Dios trae a todo su pueblo a este estado.

2. La opresi�n de los pobres. La pobreza da lugar a la opresi�n. Los ricos no est�n oprimidos. Y as� es espiritualmente. Ezequ�as, al borde de la muerte, clama: �Se�or, estoy oprimido; emprender por m� ". La ley sobre la conciencia de un hombre hace esto. "Golpea a los muertos moribundos". As� el Se�or trata con su pueblo para derribarlo. Pero su suspiro es signo de vida. Los muertos en pecado no sienten nada.

Pueden tener temores alarmantes al infierno, pero ning�n problema de conciencia; ellos, como dice Isa�as, pueden "clamar por la tristeza del coraz�n y aullar por la aflicci�n del esp�ritu", pero "no claman a Dios con el coraz�n cuando a�llan en sus camas".

II. Por el suspiro de los necesitados. Un hombre puede ser pobre sin estar necesitado, sin tener ning�n deseo de lo que no posee; puede estar contento con su pobreza.

1. Pero los necesitados son aquellos que no est�n contentos, que sienten y expresan su necesidad. Esto es cierto para las cosas espirituales. Est� lleno de necesidades. Quiere m�s y m�s la gracia de Jes�s.

2. Suspira. �l est� suspirando por Dios, suspirando al Se�or bajo la carga de sus pecados; quiere la luz, la vida, la libertad, la paz del Evangelio de Dios.

III. La respuesta a estos gritos.

1. "Ahora me levantar�". Como si el Se�or hubiera estado mirando pero sentado quieto; como un padre puede ver jugar a su hijo, pero dejar que �l perciba al ni�o en peligro, entonces se pondr� en marcha y se apresurar� al rescate. Es este sentarse quieto del Se�or lo que desconcierta y deja perpleja a la familia de Dios; para que pareciera no prestarles atenci�n. Pero no siempre ser� as�. Se ha fijado un tiempo en el que �l se levantar�.

2. �Me pondr� seguro�. le lanza bocanadas ". Entonces se enfada a los pobres, no s�lo a los pobres y oprimidos. S�, para Satan�s en uno que los insufla. Los pecadores tambi�n lo hacen. Y los santos pueden hacerlo. Entonces, gran parte del orgullo y el enojo se encuentran en los hijos de Dios. Pero el Se�or los pondr� a salvo. Quiz� no los libere, sino que los ponga en �l, un lugar seguro en verdad. Y est� el soplo de la adulaci�n y de la enemistad. A trav�s de mucha tribulaci�n debemos entrar al Reino. Pero all� seremos llevados. ( JC Philpot. )

Interposici�n divina en tiempos de gran peligro

En una ocasi�n, al ser expulsados ??de mi estaci�n, dos maestros y yo escapamos para salvar nuestras vidas a otra estaci�n misional en el otro extremo de la isla. Permanecimos all� durante alg�n tiempo, y una tarde, cansado de mirar (porque los salvajes estaban constantemente tratando de quitarnos la vida), me qued� profundamente dormido. Alrededor de las nueve de la noche, un perro perdiguero, que hab�a sido entrenado para advertirme de un peligro inminente, salt� sobre m� y me despert�.

Salt� y vi que se acercaban varios salvajes; fueron a la hermosa iglesia nueva y le prendieron fuego. Llam� al otro misionero y le dije que en unos momentos nuestra casa estar�a en llamas. Sugiri� que deber�amos prepararnos para el gran cambio, porque esa noche estar�amos con Jes�s. Le pidi� a Dios que tuviera misericordia de nosotros. Sal� y derrib� la cerca que un�a la iglesia a la casa.

R�pidamente fui rodeado por los salvajes, que levantaron sus garrotes para golpearme. Jes�s tiene todo el poder en el cielo y en la tierra; ning�n golpe se pod�a dar sin su permiso. "�Te desaf�o, en el nombre de Jes�s!" Grit�; �Crees que estoy solo, pero mi Dios est� aqu�. El me proteger�. �Te desaf�o, en el nombre de Jes�s! " Justo cuando pronunci� esas palabras, un tornado estall� sobre nosotros. El viento sopl� las llamas de nuestra casa y la lluvia pronto extingui� el fuego.

Los salvajes se asustaron. Dijeron: "Jehov� Dios est� luchando por ellos", y luego desaparecieron en el bosque vecino. La era de los milagros ha pasado, pero el Dios de los milagros a�n vive y reina. Creo firmemente que, en respuesta a la oraci�n, Dios envi� ese tornado. ( J. Paton. )

Versículo 6

Las palabras del Se�or son palabras puras: como plata refinada en un horno de tierra, purificada siete veces.

La excelencia de las Sagradas Escrituras

I. La descripci�n sagrada de los escritos sagrados que se dan aqu�. Habla de ...

1. Su alta autoridad. Los hombres que escribieron estos libros dicen: "El Esp�ritu de Dios habl� por m�, y Su Palabra estaba en mi lengua", "As� dice el Se�or", etc. Por lo tanto, reclaman una alta autoridad. Pero puede preguntar: "�C�mo vamos a saberlo?" Por lo tanto, tenga en cuenta:

2. Su santidad inherente. "Las palabras del Se�or son palabras puras". �Y no es as�? Algunos dicen que el libro es inmoral porque registra acciones inmorales. Pero, �podr�an las Escrituras haber dado un relato fiel de la naturaleza humana sin tales registros? Los que m�s estudian la Biblia son los que sobre todo viven y practican todas las virtudes p�blicas y sociales. Los infieles modernos no son tan sinceros como los del siglo pasado.

Rousseau podr�a decir: �Confesar� que la mayor�a de las Escrituras me admiran, ya que la pureza del Evangelio tiene su influencia en mi coraz�n. Examina las obras de nuestros fil�sofos, con toda su pompa de dicci�n: �qu� mezquinas, qu� despreciables son comparadas con las Escrituras! �Es posible que un libro tan simple y sublime a la vez sea simplemente obra de un hombre?

3. Su valor intr�nseco. En nuestro texto se los compara con la plata y el oro m�s finos. Y en Salmo 119:1 . Y este elogio es merecido, porque hablan de Dios y del hombre de manera razonable y en armon�a con nuestra experiencia. Satisfacen al hombre sobre las cuestiones m�s inquietantes.

II. El escrutinio que han soportado. "Probado en el horno, purificado siete veces". La referencia es al proceso de b�squeda del refinador, mediante el cual detecta la presencia de cualquier aleaci�n y la elimina. Y la Palabra de Dios ha pasado bajo escrutinio como el del fuego: no es aceptada por mero rumor y por las ense�anzas de los sacerdotes.

1. Ha sido investigado a fondo. Josefo da su testimonio de los libros sagrados de los jud�os. Por tanto, el Antiguo Testamento evidentemente no es un libro de ayer. Y por el testimonio de los Padres sabemos que los libros del Nuevo Testamento han existido desde el tiempo que profesan. Las versiones antiguas lo confirman. Todo el Nuevo Testamento podr�a recopilarse de las citas hechas por los Padres.

2. Luego ha habido investigaci�n cient�fica y anticuaria. Y estos rinden homenaje al testimonio de la revelaci�n.

3. Los descubrimientos filos�ficos y morales tambi�n dan su testimonio en las filosof�as de China e India, y a�n otras, han sido investigadas y han sido encontradas pobres e insatisfactorias, como el resplandor de las luces de gas al mediod�a, en comparaci�n con las Escrituras. Ese eminente erudito oriental, Sir William Jones, dice: �Las Escrituras contienen, independientemente de un origen divino, m�s sublimidad verdadera, m�s belleza exquisita, moralidad m�s pura, historia m�s importante y cepas m�s finas, tanto de poes�a como de elocuencia, de lo que podr�a ser recopilados dentro de la misma br�jula de todos los dem�s libros que se compusieron en cualquier �poca o en cualquier idioma.

Ahora bien, estos no son testimonios de sacerdotes, sino de laicos, eruditos, viajados y que se han familiarizado con la literatura de todas las naciones. Y si alguien est� dispuesto a jugar con la Biblia, perm�tame citarle dos l�neas de un poema escrito por uno de los genios m�s grandes que jam�s haya adornado nuestro imperio, y cuya luz intelectual se acaba de perder para nosotros:

"Mejor que nunca hubiera nacido

Quien lee para dudar, quien lee para despreciar �.

( J. Blackburn. )

Probando la verdad

El salmista est� hablando de la Palabra de Dios y la contrasta con las palabras de los hombres. Habla de los que hablan vanidad. �Hablan con labios lisonjeros y doble coraz�n�. Quiere algo mejor y lo encuentra en la Palabra del Se�or. Porque en contraste con la debilidad y la falsedad del hombre, se hizo inmediatamente la promesa divina: "Por la opresi�n de los pobres, por el gemido de los necesitados, ahora", etc. �Que se pueda confiar en eso! �Podemos animarnos? S�, �porque las palabras del Se�or son palabras puras�, etc. Entonces, podemos aplicar este texto a la Biblia.

I. Por el prolongado y severo conflicto que ha tenido con todos los males de nuestro mundo. Hay dos grandes fuerzas en el mundo moral, la del mal - el mundo, la carne y el diablo, y la del bien - en la verdad, en la santidad y en el amor. Y Dios es la fuente de todo este bien. Ahora, si las palabras son de Dios, ser�n como �l; que es exactamente lo que son. Y ocupar�n Su lugar, amargados contra nada m�s que el mal, enamorados de nada m�s que del bien. Y har�n Su obra. As� lo hacen, lo han hecho en todas partes y siempre, en todas las circunstancias y en todas las condiciones.

II. Por todas las contradicciones de la incredulidad. Concerniente a �l se dice: "�l soport� la contradicci�n de los pecadores contra s� mismo". As� ha sido con la Palabra de Dios, y as� es ahora. Han calentado el horno al calor m�s intenso y arrojado la Biblia, y el resultado es que no ha perdido nada m�s que el oropel de la locura del hombre o los lazos con los que la autoridad de los hombres buscaba atarlo.

III. Por las malas consecuencias de la conducta de falsos profesores. Nos quejamos del trato injusto de la incredulidad. Naturalmente. Pero hay otros que merecen mucho m�s nuestra indignaci�n, y estos son los que profesan ser, pero no son, amigos del Evangelio o de las palabras de Dios. Hombres mundanos, que han decidido convertirlo en un motor pol�tico. Por tanto, ha estado sobrecargado de ceremonias y dogmas; alejado de la gente; las propias interpretaciones del hombre se fijaron en �l, como si fueran las palabras de Dios mismo.

IV. Las debilidades e inconsistencias de sus verdaderos amigos. Muchos de ustedes aqu� profesan ser sus verdaderos amigos. Algunos de ustedes ocupan puestos prominentes y, como Pedro y Juan, les piden a los hombres que los miren y vean lo que su religi�n puede hacer. Y los hombres te miran y juzgan la Palabra de Dios por ti. Y ven muy pronto d�nde hay inconsistencias en ti; mientras que, por otro lado, no hay nada que impresione tanto al mundo como la espiritualidad, el altruismo y la devoci�n de la ferviente santidad. Pero, �qui�n de nosotros puede profesar adecuadamente representar la Palabra de Dios? Cu�n imperfectos son los mejores hombres.

V. Por el discernimiento espiritual de todos los hombres santificados. En cierto sentido, la Palabra de Dios prueba al hombre, porque seg�n �l act�a hacia ella, revela su estado espiritual. Por otro lado, todas las almas santas prueban la Palabra viva. "Mis ovejas oyen Mi voz", dijo el Salvador, "pero a un extra�o no seguir�n".

VI. Por la experiencia personal tanto de santos como de pecadores. VII. por aquellos, sobre todo, que han vivido m�s a fondo en �l y trabajado m�s duro por �l. Si quiero conocer las cualidades sostenibles de cualquier tipo de alimento en particular, observo a aquellos que viven m�s de �l, pero hacen la mayor cantidad de trabajo, con la mayor facilidad y, sin embargo, muestran la salud m�s robusta. Entonces, si yo supiera lo que la Palabra de Dios puede hacer, me dirijo a aquellos que son como los que he descrito.

Ver a Paul. Esc�chalo decir: "Todo lo puedo en Cristo, quien me fortaleci�". Todos los que escuchan la Palabra, �tenla a sus corazones y permitan que sea su santa resoluci�n, Dios ayud�ndolos, a vivir y hablar Su Palabra. ( John Aldis. )

La Palabra de Dios probada y probada

La f�bula de que hab�a animales que viv�an en el fuego, llamados Salamandras, surgi� del resplandor resplandeciente de algunos metales que, cuando se calientan a un calor blanco, adquieren un esplendor sobrenatural, y aparentemente una vida nueva y misteriosa. El metal parece ahora vivir, respirar, agitarse, moverse con cada nueva expansi�n y contracci�n; un centenar de matices, indescriptiblemente brillantes y radiantes, juegan alrededor de la superficie fundida.

De todos los libros, la Palabra de Dios es el �nico con cualidades de Salamandra. Las llamas de la persecuci�n y la cr�tica hostil, en lugar de causar su destrucci�n, han aumentado su brillo y han fortalecido sus afirmaciones de ser verdaderamente "la Palabra del Se�or que permanece para siempre". ( EN Pierson DD ).

Salmo 13:1

Información bibliográfica
Exell, Joseph S. "Comentario sobre "Psalms 12". El Ilustrador Bíblico. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tbi/psalms-12.html. 1905-1909. Nueva York.