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Bible Commentaries
Salmos 3

El Ilustrador BíblicoEl Ilustrador Bíblico

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Versículos 1-8

Se�or, c�mo han aumentado los que me perturban.

Pensamientos de la ma�ana

Con el regreso del d�a vuelve al coraz�n del monarca el recuerdo de los enemigos que lo amenazan, una naci�n en armas contra �l; su propio hijo encabezando la rebeli�n, su consejero m�s sabio y de mayor confianza en las filas de sus enemigos ( 2 Samuel 15:1 ; 2 Samuel 16:1 ; 2 Samuel 17:1 ) .

Nunca, ni siquiera cuando fue perseguido por Sa�l, hab�a encontrado su posici�n como una de mayor peligro. Las probabilidades est�n abrumadoramente en su contra. Este es un hecho que no intenta ocultarse a s� mismo: "Cu�ntos son mis enemigos". Mientras tanto, �d�nde est�n sus amigos, su ej�rcito, sus consejeros? Ni una palabra de alusi�n a ninguno de ellos en el Salmo. Sin embargo, no est� abatido, no est� abatido. Los enemigos pueden ser tan gruesos como las hojas del bosque, y los amigos terrenales pueden ser pocos, inciertos o lejanos.

Pero hay un Amigo que no puede fallarle, y David se vuelve hacia �l con una confianza y un afecto que lo exaltan por encima de todos sus temores. Nunca hab�a sido m�s sensible a la realidad y la preciosidad de la protecci�n Divina. Si estaba rodeado de enemigos, Jehov� era su escudo. Si Simei y su tripulaci�n convert�an su gloria en verg�enza, Jehov� era su gloria; si buscaban injuriarlo y degradarlo, Jehov� era el que levantaba su cabeza.

Tampoco el mero hecho de la distancia de Jerusal�n separaba entre �l y su Dios. Hab�a devuelto el arca y los sacerdotes, porque sab�a que Dios a�n pod�a escucharlo desde �Su santo monte� ( Salmo 3:4 ), a�n pod�a iluminar su rostro con la luz sobre �l y poner gozo en su coraz�n. ( Salmo 4:6 ).

Sostenido por Jehov�, lo hab�a acostado y dormido seguro; confiando en la misma protecci�n poderosa, se recostaba de nuevo para descansar. Los enemigos pod�an burlarse y los amigos pod�an fallarle, pero la victoria era de Jehov�, y �l pod�a quebrarle los dientes a los imp�os (3: 7, 8). ( JJS Perowne. )

Un himno matutino

El salmo se divide en cuatro estrofas; tres de los cuales est�n marcados con "Selah".

1. Versos 1, 2: El salmista relata a sus enemigos. Como salmo matutino, esto es conmovedoramente fiel a la experiencia. El primer pensamiento de vigilia es a menudo una irrupci�n renovada del problema que el sue�o hab�a reprimido durante un tiempo. Sus enemigos son muchos y se burlan de �l como desamparado por Dios. El salmista est� encontrando refugio de los temores y enemigos, incluso al decir cu�ntos hay, desde que comienza su queja con �Jehov�.

Sin esa palabra las exclamaciones de su primera estrofa son la voz de la cobard�a o la desesperaci�n. Con �l se calman en el atractivo de la confianza. El Selah aqu� es probablemente una direcci�n para un interludio instrumental mientras el cantante hace una pausa.

2. Vers�culos 3, 4: La expresi�n de fe, basada en la experiencia, se aferra a Jehov� como defensa. Con un esfuerzo de voluntad, el salmista se eleva de la contemplaci�n de los enemigos circundantes a la del Jehov� circundante. Este hombre acosado se lanza fuera de la mara�a de problemas que lo rodean y mira a Dios. �l ve en �l precisamente lo que necesita en este momento, porque en esa naturaleza infinita est� la plenitud correspondiente a todo nuestro vac�o.

�C�mo es que este repentino estallido de confianza aligera el alma quejumbrosa? El vers�culo 4 dice. La experiencia le ha ense�ado que siempre que clama a Jehov�, se le escucha. Los tiempos verbales de Salmo 3:4 expresan un acto habitual y un resultado constante.

3. Los vers�culos 5 y 6 expresan bellamente el coraje tranquilo que proviene de la confianza. �Rodeado de enemigos, estaba bastante a salvo bajo la protecci�n de Dios y no estaba expuesto a ning�n peligro ni siquiera de noche�. Esto se adapta a la situaci�n se�alada en el encabezado del Salmo.

4. Los vers�culos 7 y 8 dan la culminaci�n de la fe en la oraci�n. �Lev�ntate, Jehov� se cita de la antigua invocaci�n ( N�meros 10:35 ), y expresa en forma fuertemente antropom�rfica el deseo de alguna interposici�n del poder divino. La valent�a no es tan completa como para que el salmista est� m�s all� de la necesidad de orar. ( A. Maclaren, DD )

El n�mero de enemigos de un hombre

Cuando los enemigos de un hombre aumentan en n�mero adecuado, el hombre debe pensar en s� mismo, porque seguramente no aumentar�n sin raz�n. Este es un asunto que no puede decidirse sin una cuidadosa consideraci�n. No es un argumento en contra de un hombre que sus enemigos sean millones de personas, ni es un argumento a favor de un hombre que sus amigos sean al menos iguales en n�mero. Al mismo tiempo, puede ser espiritualmente educativo y �til considerar por qu� hay tantos enemigos.

La enemistad puede basarse en los celos, la envidia o la oposici�n de convicciones; o con la seguridad de que el individuo contra quien se dirige la enemistad est� siguiendo un curso malicioso. Corresponde al hombre mismo retirarse al santuario de su propia conciencia, descubrir su prop�sito moral en todo y, seg�n se pueda demostrar su integridad, mantenerse firme incluso en la soledad y la desolaci�n. Pero hay un autoan�lisis que es irreligioso.

Se lleva a cabo sobre la base de principios err�neos, y su conductor se resuelve en la autovindicaci�n, m�s que en el descubrimiento absoluto de la verdad, sea de qu� lado est�. Cabe recordar, tambi�n, que hay algunas cuestiones que no se pueden resolver en soledad, la ayuda de la influencia social es necesaria para modificar el juicio y castigar el sentimiento del indagador. Un segundo pensamiento que surge a este respecto es que el hecho mismo de que los enemigos sean casi incontables en n�mero puede ser un tributo a la grandeza de un hombre.

No se env�an ej�rcitos para cortar setas o juncos. La misma magnitud de la hueste acampada contra un hombre puede decir sin palabras cu�n grande y poderoso es el hombre, y cu�n digno de ser atacado. Dejar a algunos hombres solos es privarles de todo tributo moral e intelectual. El n�mero de enemigos de un hombre puede ser un tributo a la misma grandeza que desean modificar o derrocar. ( Joseph Parker, DD )

La queja de un alma a Dios

I. Una enumeraci�n de problemas (1, 2). Aunque Dios lo sabe todo, al coraz�n sobrecargado le alivia contarle todo. Los enemigos eran "muchos". Citaron su pecado como una raz�n para suponer que Dios lo hab�a abandonado ( 2 Samuel 16:7 ). La palabra "ayuda" es "salvaci�n", que pertenece solo a Dios.

II. Una expresi�n de confianza inquebrantable (3, 4). Dios nuestro escudo ( G�nesis 15:1 ). Es bueno usar la voz en oraci�n como lo hizo nuestro Se�or. Las palabras mantienen el coraz�n despierto ( Hebreos 5:7 ).

III. Un reconocimiento de misericordia (5, 6). Era la perfecci�n de la confianza poder dormir en tales circunstancias. Pero es posible ( Marco 4:38 ; Hechos 12:6 ). Si estamos donde deber�amos estar, Dios nos salvar�, si no de, entonces en nuestros problemas.

IV. Una s�plica urgente. Considera a sus enemigos como bestias salvajes, inofensivas porque tienen las mand�bulas rotas y los dientes arrancados. Pueden merodear, pero no pueden hacer da�o. ( FB Meyer, BA )

Las grandes pruebas de la vida

I. Un buen hombre sometido a una gran prueba .

1. Implicaba grandes peligros: el peligro de perder su palacio, trono, reputaci�n, vida.

2. Provino de una fuente poco probable. De su propio hijo favorito.

3. Fue moralmente merecido. Hab�a cometido cr�menes atroces. Su conciencia culpable a�adi� mucho al peso del juicio que ahora le sobrevino.

II. Un amigo todo suficiente sometido a una gran prueba. Aqu� Jehov� se presenta como:

1. Un protector;

2. Un glorificar;

3. Una restauraci�n;

4. Una audiencia de oraci�n;

5. Un amigo que sostiene la vida.

III. Un temperamento moral recto bajo una gran prueba. Dos caracter�sticas del temperamento de David en este momento:

(1) coraje;

(2) oraci�n.

Parece que toda el alma de David se ha expresado en esta oraci�n y, en verdad, toda oraci�n verdadera es ferviente. �Como un fuego pintado�, dice un viejo escritor brillante, �no es fuego, un hombre muerto no es hombre, as� la oraci�n fr�a no es oraci�n. En un fuego pintado no hay calor, en un muerto no hay vida; de modo que en una oraci�n fr�a no hay omnipotencia, ni devoci�n, ni bendici�n. Las oraciones fr�as son como flechas sin cabeza, como espadas sin filo, como p�jaros sin alas.

Las oraciones fr�as siempre se congelan antes de llegar al cielo. Como un cuerpo sin alma, mucha madera sin fuego, una bala en un fusil sin p�lvora, as� son las palabras en la oraci�n sin fervor de esp�ritu �. ( Homilista. )

La v�a dolorosa

El t�tulo es, "Salmo de David cuando huy� de Absal�n, su hijo" ( 2 Samuel 16:1 15: 1-37; 2 Samuel 16:1 ; 2 Samuel 17:1 ; 2 Samuel 18:1 ) .

I. Ninguno est� exento de problemas. El hombre que sufre es un rey, incluso David. Todos se re�nen en el dolor, porque es la suerte de todos.

II. Los problemas a menudo vienen en tropas. "�C�mo han aumentado los que me preocupan?" As� sucedi� aqu� con David y tambi�n con Job. Todos los dolores son afines, y por eso vienen en multitudes.

III. Nuestro problema puede ser nuestro pecado al encontrarnos. As� sucedi� con David aqu�. "El coraz�n descarriado se llenar� de sus propios caminos".

IV. Los problemas pueden hacer tambalear nuestra fe en Dios. El enemigo se aprovech� de los problemas de David y le dijo: "Dios te ha desamparado y te ha dejado". Los hombres en problemas son propensos a encontrarse con uno de dos extremos: desesperaci�n o indiferencia. No debemos endurecer nuestro coraz�n contra el castigo, porque Dios quiere que lo sintamos; ni, por otro lado, debemos desmayarnos. Duda de la existencia misma de Dios antes que de Su misericordia.

Plat�n define el suicidio como "una deserci�n de nuestro puesto". Debemos ser como ese soldado romano que permaneci� en su puesto en la garita de Pompeya, cuando las escoriae del Vesubio lo enterraron con la ciudad.

V. Aqu� se ve el poder de sustentar la gracia bajo la aflicci�n. "Me acost� y me dorm�". Hay miles de personas en la actualidad que pueden dar testimonio de la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento. David en la huida encuentra a Dios su Escudo y Torre alta, aunque s�lo tiene seiscientos hombres. Ahitofel en la corte, respaldado por un ej�rcito de doce mil soldados, est� desesperado y se ahorca. Dios nos guarde de la aflicci�n no santificada. ( ES Prout. )

El hombre acosado

1. Un elemento del acoso es la multitud de problemas. Un rasgo caracter�stico del tiempo de problemas con Absalom.

2. Otro elemento es el discurso cruel y burl�n. La burla cruel - "ninguna ayuda para �l en Dios" - corta como un cuchillo en el centro mismo de su personalidad.

3. Otro elemento es una especie de desesperaci�n interna. Suena en las primeras frases del Salmo. �Cu�les son los recursos del hombre acosado? Volvi�ndose hacia Dios. Se lanza fuera de la mara�a de problemas que lo rodean y mira a Dios. El pensamiento de Dios como poseedor precisamente de lo que �l, en medio de sus acosos, necesita. Dios es las tres cosas que necesita: "escudo" o defensa; "Mi gloria"; y el �que levanta la cabeza�, porque Dios puede alegrar el esp�ritu del hombre acosado y devolverle la conciencia de su propia dignidad real, a pesar de sus pruebas.

Me encontr� con la ilustraci�n m�s hermosa de todo esto el otro d�a. Uno de esos cristianos espirituales, un stundista como los llaman en Rusia, estaba parado en medio de una gran cantidad de criminales rusos en el patio de una prisi�n rusa, encadenado con ellos y sentenciado con ellos a Siberia por el bien de su fe. Sus compa�eros de prisi�n se burlaban de �l. Pero no est�s mejor que nosotros. Llevas las pulseras, como nosotros; si tu Dios te sirve de algo, �por qu� no te quita las cadenas y te libera? El hombre respondi� con reverencia: �Si el Se�or quiere, puede liberarme a Wen ahora; y aunque tengo las manos encadenadas, mi coraz�n est� libre.

�Fue liberado. Pero aunque se hab�a visto obligado a caminar penosamente por el fatigoso camino a Siberia, para su coraz�n libre, Dios todav�a habr�a sido escudo, gloria, el que levanta la cabeza. La calma y el coraje pueden llegar al hombre acosado. Existe este posible estado de �nimo para el hombre acosado: expectativa confiada. La salvaci�n es de Dios; Tu bendici�n est� sobre tu pueblo �. ( Revisi�n homil�tica. )

Muchos son los que se levantan contra m� .

La queja del salmista

El encabezado del Salmo indica la ocasi�n de su composici�n ( 2 Samuel 15:1 ) .

I. La magnitud de su denuncia. Procede de un coraz�n a la vez oprimido por el dolor de sus dolores y aterrorizado por el n�mero de sus enemigos. La severidad del juicio es evidente por su car�cter progresivo. Tiene adversarios que incluso blasfeman contra Dios y, de manera insultante, dicen de su siervo: "No hay ayuda para �l en Dios". Los mejores hombres tienen muchas faltas y el pecado a menudo les parece dulce.

As� que Dios les permite probar el desagradable fruto de la transgresi�n; pero incluso extrae dulzura de su misma amargura, educando del castigo enmienda de la vida y ayuda al cielo. Los buenos hombres huyen a su Padre celestial en el d�a de la angustia, y este hecho muestra que la naturaleza misma del castigo se transforma.

II. La naturaleza de su juicio. El salmista suspira por la extrema severidad de sus pruebas. Pero Dios nunca pone m�s sobre sus propios hijos de lo que pueden soportar. El sentido de apoyo bondadoso en la hora de la prueba es una evidencia de que Dios est� mitigando el dolor y proporcionando una forma de escapar de �l. Cuando se castiga a los malvados, no hay tal alivio ni acceso a Dios.

III. El origen de su denuncia. No procede de la mera naturaleza humana. La queja tiene su origen en el Esp�ritu de Dios y con ese esp�ritu de adopci�n que derrama en el coraz�n. El hijo, consciente del cari�o de su padre, protesta en medio de su castigo. Incluso siente que Dios sufre con �l y se ve profundamente afectado por las pruebas que �l mismo env�a. Haremos bien en imitar la queja de David en nuestro tiempo de angustia, buscando siempre profundamente realizar el amor de Dios en Cristo Jes�s. ( Robert Rollocks. )

Versículo 2

No hay ayuda para �l en Dios.

Ayuda en dios

David hab�a entristecido a Dios, y Dios hab�a amenazado con "levantar el mal contra �l de su propia casa". La amenaza se cumpli� en la rebeli�n de Absal�n. Entonces pareci� tan desamparado que, en un lenguaje de burla y j�bilo, sus enemigos dijeron: "No hay ayuda para �l en Dios". Pero David no estaba del todo abatido. No cedi� al abatimiento; puso su confianza y encontr� su refugio en la protecci�n del Dios Todopoderoso.

Por todo lo que le hab�an ense�ado a creer, y por todo lo que hab�a tenido el privilegio de sentir respecto a los caminos de Su providencia, estaba plenamente convencido de que la luz surgir�a de las tinieblas y el orden de la confusi�n y la seguridad del peligro. As� deber�a ser con todos los que tienen esa piedad profunda e iluminada por la que David se distingui�. El tiempo de la aflicci�n es el tiempo de probar la fe y la paciencia, de manifestar la energ�a y la perfecci�n que les pertenecen y de gozar del consuelo que est�n tan bien preparados para impartir.

No importa cu�les sean tus pruebas y tus dolores; su apoyo y su consuelo permanecen inalterables. Los dolores m�s grandes est�n tanto al alcance del control absoluto y soberano de Dios como el mal m�s insignificante que posiblemente pueda sobrevenirle. Suponga que sus angustias son el resultado de su transgresi�n, pero no se desanime ni permita que su confianza en Dios como su Dios se vea perjudicada.

Tendr�an motivo de desesperaci�n si se endurecieran contra �l, pero ninguno si est� arrepentido. No es vengativo ni implacable. Contempl�ndote en el rostro de Jesucristo, �l se convierte en tu Padre, tu Protector y tu Amigo. En medio de todos sus pecados y sufrimientos, el salmista recurri� a los ejercicios de devoci�n. Se retiraba a sus aposentos secretos, o iba al santuario p�blico y se dirig�a a Dios en oraci�n y s�plica.

Para tener �xito en la oraci�n, debemos buscar de la manera se�alada, "fuera de su santo monte". Cualesquiera que sean los males que suframos, que se crea firmemente en esta gran verdad y se recuerde constantemente: "La salvaci�n es del Se�or". ( A. Thomson, DD )

Salmo 3:2 ; Salmo 3:4 ; Salmo 3:8

Selah.

Para y piensa

Eso parece resumir los diversos significados de la palabra "Selah". Algunos dicen que es una indicaci�n para los m�sicos tocar un interludio mientras los cantantes cesan; algunos lo ven como una indicaci�n para que los m�sicos se detengan y afinen sus instrumentos. Otros ven un mandato para elevar el coraz�n y la voz, el arpa y el �rgano, a su m�xima capacidad. Otros ven una referencia a la eternidad, como si uno interpusiera: "�Mundo sin fin, Am�n!" Muchos consideran que la palabra es equivalente a ciertos signos conocidos en la m�sica, que le piden que se d� la vuelta y repita.

En cualquier caso, es como si una roca solemne ("sela") se interpusiera en nuestro camino, invit�ndonos a "detenernos y pensar". Sobre la base de este requerimiento se encuentran todos los significados, por divergentes que parezcan. "No hay ayuda para �l en Dios". Para y piensa. Selah mira hacia adelante y hacia atr�s. Dios ha sido un escudo para David; Tambi�n puede levantar la cabeza una vez m�s e investirlo de gloria, el sol del rostro divino.

Para nosotros que dirigimos los servicios de la casa de Dios, "Selah" tiene un mensaje. Ordena al predicador dividir correctamente la palabra de verdad. Le pide que compare la verdad con la verdad, sacando a relucir cosas nuevas y viejas, y fijando cada una en su lugar m�s revelador. Dice: afinen sus corazones, voces, instrumentos. Busca inspiraci�n, haz justicia al mensaje Divino y al c�ntico del evangelio, para que con santa pasi�n, �nfasis sagrado y patetismo sincero lleves nuestro coraz�n a Dios e incites nuestras mentes a las cosas eternas. ( Michael Eastwood. )

Versículos 3-5

Pero t�, Se�or, eres un escudo para m�.

La mejor confianza de un hombre en el juicio

Estos vers�culos muestran cu�nto puede tener un hombre en realidad cuando parece no tener absolutamente nada en apariencia. David ha descrito su propiedad como una de soledad, que equivale casi a una total desolaci�n, en lo que respecta a las relaciones sociales. Parece estar solo en medio de enemigos desesperados y amenazadores. Su alma es objeto de burla y sus oraciones son ignoradas por la furiosa oposici�n de sus perseguidores. Entonces, �qu� tiene David incluso en medio de toda esta p�rdida, peligro y temor? �l mismo parece hacer un inventario de sus riquezas.

1. Tiene un sentido de seguridad. "T� eres un escudo para m�". La imagen de la protecci�n divina bajo la forma de un escudo es frecuente en las Escrituras.

2. Tiene sentido de la oraci�n. Describe a Dios como el que levanta la cabeza: el significado es que, aunque estaba muy abatido, a�n pod�a volver los ojos hacia el cielo, esperando la liberaci�n espiritual y la bendici�n, y que incluso cuando sus enemigos estaban presionando con m�s fuerza sobre �l, fue levantado. m�s alto que cualquiera de ellos: un objetivo al que disparar; pero sab�a que ninguna flecha del enemigo podr�a golpear la cabeza que fue sostenida divinamente.

3. Luego David se�ala el hecho de su propio disfrute de la tranquilidad y el refrigerio del sue�o: "Me acost� y me dorm�". Un ojo tan cr�tico como este nunca podr�a estar sin un objeto de cuidado Divino sobre el cual descansar. Somos demasiado propensos a pensar en Dios como s�lo a la cabeza de las batallas, y como l�der de grandes huestes en una procesi�n ordenada; olvidamos que da sue�o a su amado, que seca las l�grimas del dolor, y que hace por nosotros la obra de un siervo, ministrando nuestra vida con paciencia y ternura, y con toda abundancia de amor.

El guerrero que habla de escudo y se regocija al levantar la cabeza, reconoce en el sue�o la bendici�n de Dios. Dios nunca permitir� que lo excluyan de lo que podr�amos llamar las esferas m�s tranquilas y dom�sticas de la vida. ( Joseph Parker, DD )

Mi escudo y mi gloria

Esta es una canci�n dulce, y mucho m�s dulce cuando notamos el estado del cantor. Algunas circunstancias ponen la dulzura de la m�sica en un relieve pronunciado. Es el canto que surge de la tristeza que ejerce un ministerio tan fascinante. Mire el exterior de la vida del salmista. Su comodidad externa se vio perturbada. Su piedad fue cuestionada y su comuni�n con la Divinidad fue negada. El hombre le falla.

Se retir� m�s enteramente a Dios. En Dios encontr� aquello que trascend�a la comodidad, encontr� la paz. En Dios encontr� aquello que trascend�a el �xito, encontr� la gloria. En Dios encontr� aquello que trascend�a la consideraci�n humana, encontr� la aprobaci�n de lo Divino. La figura del escudo es hermosa. Sugiere la protecci�n suficiente que proviene de la compa��a de Dios. El Se�or no permitir� que mis circunstancias externas da�en mi esp�ritu.

El Se�or tambi�n ser� un escudo contra el enemigo interior. Cuando las circunstancias son hostiles, el hombre tiende a amargarse. La hostilidad puede alimentar la venganza. El fracaso puede convertir a un c�nico. El invierno puede generar envidia, malicia y falta de caridad. Necesito algo de defensa contra estos enemigos internos. "El hombre necesita ser reforzado contra su peor yo". Reclamo todas las protecciones reales como ministerio del rey.

�Mi gloria� En la aprobaci�n de Dios encuentro mi honor. La corona que el hombre me puede dar, el hombre me la puede quitar. Las coronas de Dios no se usan como dignidades externas, sino como dignidades espirituales que adornan el alma. .. Los hombres no eran amistosos, las circunstancias no eran comprensivas; este hombre "clam� al Se�or, y �l le oy�". Hab�a una fiesta constante de compa�erismo, de fruct�fera respuesta entre el hombre y su Dios. ( JH Jowett, MA )

Dios un escudo

�A menudo�, dice John Paten, durante sus primeros d�as en la isla de Tauna, �a menudo he tenido que correr hacia los brazos de alg�n salvaje cuando su garrote se balancea, o el mosquete apunta a mi cabeza, y se aferra a �l de tal manera que no pod�a ni golpear ni disparar hasta que su ira se hubiera calmado ". Un d�a, mientras trabajaba en su casa, el jefe de guerra y un gran grupo de hombres armados rodearon la parcela donde trabajaba.

Todos llevaban mosquetes adem�s de otras armas. Lo miraron durante un rato en silencio, y luego todos le apuntaron con el arma a la cabeza. Escapar era imposible, el habla in�til. Su vista fue y vino en un momento. No pod�a hacer nada m�s que rezar, y el texto le vino a la mente, "Todo lo que pid�is", etc. Los nativos se retiraron un poco a otra posici�n, y todos volvieron a apuntar sus mosquetes, y se instaron unos a otros a disparar, y finalmente se retir�. Una vez m�s se salv� como un p�jaro de la trampa del cazador.

Dios ayuda en tiempos de angustia

Gerhardt fue exiliado de Brandeburgo por el Gran Elector en 1659. El mencionado Gran Elector deseaba afinar sus p�lpitos. Gerhardt se neg� a predicar salvo lo que encontr� en la Palabra de Dios. Acto seguido, el intr�pido predicador recibi� un aviso de renuncia; sali� de un exiliado sin hogar, acompa�ado de su esposa e hijos. Esposa y destetada de noche, fatigada y llorando, buscaba refugio en una posada al borde del camino; Gerhardt, incapaz de consolarlos, sali� al bosque a rezar.

Mientras oraba, el texto, "Encomienda tu camino al Se�or, conf�a tambi�n en �l y �l lo har�", volvi� a su mente, y lo consol� tan asombrosamente que caminaba de un lado a otro bajo los �rboles del bosque, y comenz� a componer un himno, en ingl�s por John Wesley, comenzando con el verso:

�Da a los vientos tus miedos.

Espera y no te desanimes:

Dios escucha tus suspiros y cuenta tus l�grimas;

Dios levantar� tu cabeza �.

Al regresar a la posada, anim� a su esposa con el texto y el himno, y se fueron a la cama regocijados con la confiada esperanza de que Dios los cuidar�a. Apenas se hab�an retirado cuando un estruendoso golpe en la puerta los despert� a todos. Era un mensajero montado del duque Christian Meresberg, que le ofrec�a "Iglesia, gente, hogar y sustento". Entonces, agrega la Cr�nica, el Se�or se hizo cargo de Su siervo. ( WT Stead. )

El levantador de mi cabeza .

Renacimiento

Este vers�culo es el grito triunfal de David cuando se encuentra en circunstancias especialmente dif�ciles. Bienaventurado el hombre que hace la alianza ordenada y segura de Dios toda su salvaci�n y todo su deseo. Tres cosas en el pasaje.

I. favor. Que Jehov� se convierta en nuestro "escudo". Si su religi�n no se opone, no vale la pena que la tenga. La verdadera piedad, el verdadero cristianismo, no puede existir sin oposici�n. El pecado siempre se opone a la gracia. Nos oponemos en nuestro viaje hacia el cielo por nosotros mismos. El Padre nos protege con sus decretos fijos. El Hijo nos protege con su justicia imputada. El Esp�ritu Santo nos protege con Sus operaciones en el alma.

II. Nuestra ortodoxia. "T�, Se�or, eres mi gloria". La teolog�a puede llevarse a un �mbito muy estrecho; aqu� est� en dos palabras, "mi gloria". Toda doctrina, todo privilegio y toda pr�ctica deben glorificarle. Las palabras "mi gloria" contienen la idea de fijeza, en oposici�n a la inconstancia.

III. El avivamiento. El levantador de mi cabeza ". En tiempos de depresi�n experimental. De la ruina y la degradaci�n de la naturaleza. Esta obra es llevada a cabo por el ministerio del Consolador. ( Joseph Irons. )

Versículo 4

Selah.

Para y piensa

Eso parece resumir los diversos significados de la palabra "Selah". Algunos dicen que es una indicaci�n para los m�sicos tocar un interludio mientras los cantantes cesan; algunos lo ven como una indicaci�n para que los m�sicos se detengan y afinen sus instrumentos. Otros ven un mandato para elevar el coraz�n y la voz, el arpa y el �rgano, a su m�xima capacidad. Otros ven una referencia a la eternidad, como si uno interpusiera: "�Mundo sin fin, Am�n!" Muchos consideran que la palabra es equivalente a ciertos signos conocidos en la m�sica, que le piden que se d� la vuelta y repita.

En cualquier caso, es como si una roca solemne ("sela") se interpusiera en nuestro camino, invit�ndonos a "detenernos y pensar". Sobre la base de este requerimiento se encuentran todos los significados, por divergentes que parezcan. "No hay ayuda para �l en Dios". Para y piensa. Selah mira hacia adelante y hacia atr�s. Dios ha sido un escudo para David; Tambi�n puede levantar la cabeza una vez m�s e investirlo de gloria, el sol del rostro divino.

Para nosotros que dirigimos los servicios de la casa de Dios, "Selah" tiene un mensaje. Ordena al predicador dividir correctamente la palabra de verdad. Le pide que compare la verdad con la verdad, sacando a relucir cosas nuevas y viejas, y fijando cada una en su lugar m�s revelador. Dice: afinen sus corazones, voces, instrumentos. Busca inspiraci�n, haz justicia al mensaje Divino y al c�ntico del evangelio, para que con santa pasi�n, �nfasis sagrado y patetismo sincero lleves nuestro coraz�n a Dios e incites nuestras mentes a las cosas eternas. ( Michael Eastwood. )

Salmo 3:4

Llor� compa�ero al Se�or con mi voz.

Volviendo a Dios en oraci�n

I. El j�bilo del salmista. "Pero t�, oh Se�or". La segunda parte del Salmo muestra c�mo el sentido de David de la presencia y la protecci�n divinas lo impuls� a regocijarse, como si hubiera sido liberado de la prueba, aunque a�n no realmente liberado. Tan pronto como se queja a Dios, comienza a experimentar el consuelo, porque nunca nadie huye en vano al Salvador en busca de refugio. Pero para particularizar: �qu� tipo de ayuda recibe el salmista cuando busca la ayuda divina? Huy� indefenso de Absal�n, y Dios, como un escudo, lo protege por completo: estaba en desgracia, Dios se convierte en su gloria; postrado, y Dios levanta la cabeza.

En una palabra, Jehov� suple todas las deficiencias. Esto es siempre cierto. �Deseas la sabidur�a? �l ser� tu sabidur�a. �Gloria? �l ser� tu gloria. Riquezas �l ser� tu riqueza. S�, �l mismo ser� todo lo que anhelas. El dulce sentido de la compasi�n Divina no puede reprimirse, pero encontrar� desahogo en la confesi�n. As�, Dios es glorificado y la conciencia de su favor aumenta por el mismo acto de reconocimiento.

II. M�todo para obtener la liberaci�n. Por lo tanto, el salmista revela el m�todo que �l hab�a adoptado - dirigi�ndose a Dios en oraci�n - "Clam� al Se�or con mi voz". Porque nadie piense que Dios concede su gracia a quienes no la buscan, o abre la puerta celestial a quienes no llaman, y menos a�n a quienes desprecian y rechazan su misericordia ofrecida. De esta manera disciplina nuestra fe, aunque nunca concede el menor favor porque hay algo meritorio en nuestras oraciones.

III. La respuesta Divina. �Y me oy� - desde el santuario celestial, y tambi�n desde el tabern�culo terrenal, entonces radiante con la presencia divina. Esto se agrega para que todos sepan que Dios responde a las s�plicas, en armon�a con su voluntad, tan pronto como las ofrecemos, y as� hace que el �xito en la oraci�n nos incite a nuevas peticiones. La respuesta que se le dio a David - Dios respondi� con hechos en lugar de palabras - se especifica al final del siguiente vers�culo, �el Se�or me sostuvo.

"Lo que hab�a dicho antes en varias palabras," T� eres un escudo para m� mi gloria, y el que levanta mi cabeza ", luego expresa en una sola frase," el Se�or me sostuvo ", indicando as� su sentido de Divinidad. protecci�n en medio de la persecuci�n. ( Robert Rollocks. )

Oraci�n respondida

John Rutledge, de Buffalo, un marinero piadoso, fue muy utilizado para ganar a sus compa�eros juramentados y licenciosos para el Salvador. Hab�an salido de Buffalo cuando el lago todav�a era peligroso con hielo flotante, y hab�an completado las tres cuartas partes de su camino, cuando una ma�ana, para gran alarma de la tripulaci�n y el patr�n, vieron que el hielo se cerraba sobre ellos. Solo hab�a un pasaje estrecho en l�nea recta y se estaba cerrando r�pidamente.

Si el hielo se cierra, aplastar� el barco en pedazos como un polvor�n, y todos se perder�n. Los rostros de los hombres se pusieron p�lidos, porque el viento ces� y lleg� la calma, como para dejar que el hielo los mordiera y los destruyera. John Rutledge pidi� permiso al patr�n para bajar a su camarote y rezar. El capit�n era un hombre imp�o, pero la eternidad estaba cerca y cre�a en John Rutledge. Hab�a navegado con John durante muchos viajes; y el cristiano hab�a alabado a Cristo con su vida.

Alma feliz cuando el hombre que trabaja por ti, - cuando tus camaradas, en todo caso, reconocen tu fidelidad a Jes�s. Puede que no les gustes, pero sin embargo, creen en ti hasta la m�dula; y conf�an en ti incluso cuando profesan despreciarte. John Rutledge consigui� el permiso del patr�n para bajar a la cabina y rezar. Mientras estaba all� de rodillas, algunos de los hombres se reunieron con �l, y entre ellos el capit�n.

Rutledge or� para que Dios guiara el barco, que Dios dirigiera el barco, que Dios los liberara. Los hombres escucharon y escucharon atentamente. Cuando regresaron a cubierta, el hombre al tim�n los salud� con: �Hay esperanza.
El viento es nor'-nor'-este ". El viento comenz� a "susurrar" y suspirar y llenar las velas, y el hielo comenz� a partirse; y los hombres dijeron al capit�n: "�Extendemos m�s lienzos?" �No�, respondi�, �ni una puntada.

Alguien m�s est� guiando este barco. D�jala en paz ". Una vida feliz es aquella cuando vienen las dificultades, cuando surgen rebeliones, cuando todas las dudas caen sobre la cubierta, para que el hombre pueda decir: �D�jala conducir; hay Alguien m�s controlando y guiando ".

Versículo 5

Me acost� y dorm�; Me despert�; porque el Se�or me sostuvo.

La protecci�n de Dios de los indefensos

La raz�n por la que dormimos en paz y nos levantamos seguros es: "El Se�or me sostuvo". �sta es una de esas verdades, conocidas desde hace mucho tiempo y no comprendidas, que m�s adelante en nuestra vida espiritual pueden convertirse para nosotros en nuevos descubrimientos. Debajo del latido de cada coraz�n, y debajo de todo el orden de las cosas humanas, y debajo del mundo y de todos los mundos, siempre hay un poder sustentador activo presente de una generaci�n a otra, y ese poder es el poder de Dios.

La misma verdad es igualmente cierta si se expresa de manera m�s amplia. Ya sea que tomemos como medida el corto tiempo de la tierra girando sobre s� misma, o el tiempo m�s largo de la tierra girando; ya sea que hablemos del d�a o de la suma de todo el a�o, con su multitud de pensamientos, su complejidad de circunstancias, sus frecuentes riesgos y su incesante ocurrencia de eventos; - a�n permanece siempre sobre nosotros la misma protecci�n Divina, nunca cansado, sin aflojar nunca.

Algunas personas est�n tan situadas en la vida que tienen muy poca presi�n y muy pocas preocupaciones. Todo el camino de la vida les parece suave. �sa no es m�s que una vida d�cil y, a menos que tengamos el descaro de hacernos �tiles de alguna manera, el tiempo transcurrido es un yugo que pronto se sienta inc�modo en el hombro. Los d�as desperdiciados son una mala inversi�n de la vida y una oscura cuenta que dejar. Pero muchos son bendecidos con la presi�n de las responsabilidades y se ven obligados a asumir la feliz carga de la utilidad.

Todos los cargadores cristianos los han acostado a dormir y han vuelto a levantarse sintiendo que se les ha conferido un beneficio, que una mano que los sostiene los ha sostenido y que su buen Dios ha estado dando a la prueba humana la promesa de la que �l habla, "Como tus d�as, as� ser�n tus fuerzas". La palabra hebrea traducida como "sostenido" significa colocar la mano abierta debajo de una cosa para sostenerla. El sept.

se traduce por una palabra que significa "tomar el uno al otro de la mano, el m�s d�bil siendo as� sostenido". �C�mo apoya la bondad de Dios la debilidad de todos los cristianos? �l cuenta su propio secreto en Colosenses.

1. Es hecho por Su Cristo y nuestro Cristo. All� dice c�mo nos ha capacitado para participar de la porci�n de los santos en luz; c�mo nos rescat� del poder de las tinieblas y nos traslad� al reino del Hijo de su amor. Es en �l, dice, tenemos redenci�n a trav�s de Su sangre, incluso la remisi�n de los pecados. Cuentemos, descubramos y consideremos estas muchas misericordias hasta que nuestro coraz�n se caliente en un reconocimiento honorable y amoroso de este cuidado, que nunca se cansa de nosotros y nunca nos abandona. Podemos sentirnos seguros del pasado de que Dios cuidar� de nosotros en el futuro. ( TF Crosse, DCL )

Dormir y despertar

Uno de los misterios de la vida en el que los hombres apenas piensan es el misterio del sue�o. �La hermana gemela de la muerte�, se la ha llamado. En sus secretos el hombre m�s inteligente no puede penetrar, aunque todos los hombres comparten sus bendiciones. Vea al hombre cansado agotado despu�s de un duro d�a de trabajo o cargado de cuidados. Se arroja sobre su cama, su trabajo diario o sus problemas diarios, su pensamiento m�s importante y omnipresente.

Un buen sue�o toca sus ojos. Su fatiga se olvida, sus preocupaciones se han ido. �Qu� pensamiento nos golpea con m�s fuerza cuando miramos la imagen del durmiente? Seguramente el pensamiento de la impotencia. El hombre m�s fuerte dormido no puede defenderse ni ayudarse a s� mismo. Y, sin embargo, millones de seres humanos se acuestan diariamente para dormir y se levantan todos los d�as, seguros y en paz. �Por qu�? Sabemos por qu�, aunque a menudo lo olvidamos por descuido.

Porque Dios est� siempre con nosotros, nunca dej�ndonos ni un instante para nosotros; de nuestro camino y de nuestro lecho; el Padre Todopoderoso, con m�s que el amor y la ternura de una madre. �No deber�amos tener, al menos, la fe de David? Digo "al menos" porque sabemos mucho m�s de la verdad de Dios que �l, tenemos mucha m�s luz en nuestro camino que �l. Conocemos nuestra debilidad e impotencia, pero conocemos a nuestro Ayudador. Si solo amamos y servimos a Dios en Cristo, y consagramos nuestras vidas a �l, estaremos a salvo. ( Samuel Pascoe. )

Un durmiente de confianza

Lutero not� una tarde que un p�jaro se posaba silenciosamente para la oscuridad de la noche, y exclam�: ��Ese peque�o nos predica la fe a todos! Agarra su ramita, mete la cabeza bajo el ala y se duerme, dejando que Dios piense por �l ".

Conservado en medio de los peligros de la noche

En Mongolia tuvimos una aventura bastante seria. El borde sur de la llanura es famoso por las tormentas, y la noche que acampamos all�, poco despu�s del anochecer, comenz� una de las tormentas m�s feroces que recuerdo haber visto. El viento rugi�, la lluvia se precipit�, la tienda se estremeci�; el trueno retumbaba con un anillo met�lico, como flechas de hierro chocando unas contra otras, mientras se lanzaba a lo largo de un cielo de planchas de hierro; el agua subi� en la tienda hasta que parte de nuestra cama estuvo a flote.

Apenas era posible escucharnos hablar; pero en medio y por encima de todo el estruendo de la tempestad se elev� un sonido que no debe confundirse, el rugido del agua que corre. Hab�a un r�o a nuestra derecha, pero el sonido ven�a m�s de la izquierda. Al aventurarme, descubr� que hab�a un gran r�o de corriente r�pida a ambos lados de nosotros; que no pod�amos movernos del peque�o pedazo de llanura elevada en la que ten�amos nuestra tienda; y que unos cent�metros m�s de agua, o un obst�culo que se interpusiera en el camino del r�o superior, enviar�a toda la fuerza de la corriente hacia nuestras tiendas.

Se dice que, de vez en cuando, en Mongolia se arrastran reba�os, manadas, hombres, y durante una hora nuestro caso pareci� dudoso; pero alrededor de las 11 de la noche ces� la tormenta y el peligro pas�, y, aunque apenas nos quedaba nada, nos fuimos a dormir, agradeciendo a Dios por su misericordia preservadora. ( James Gilmour. )

Y se levant� de nuevo .

Levantamiento cristiano

El mundo entero est� lleno de tokens Divinos. Todo debe hacernos pensar, m�s o menos directamente, en Jesucristo nuestro Salvador. El sol que sale por el este es un s�mbolo de la naturaleza, para recordarnos el d�a de Navidad; y aqu� en el texto encontramos una muestra no menos clara de los misterios de la Pascua, nuestro Se�or muriendo y resucitando. No es nada nuevo que este vers�culo se aplique a la muerte, sepultura y resurrecci�n de nuestro Se�or.

Los viejos padres y obispos as� lo explicaron desde los inicios de la Iglesia. Hacemos bien en conectar el misterio tenue con nuestro propio acostarnos y levantarnos tan a menudo como regresan la noche y la ma�ana. El sue�o es una imagen de la muerte. Para un cristiano es una imagen de la muerte de Cristo. Nuestro diario acostarnos y levantarnos nos es dado como se�al sacramental y prenda de la muerte y resurrecci�n de Cristo, y de la nuestra.

Quedarnos dormidos es un misterio, algo que tiene lugar no sabemos c�mo, algo que est� fuera de nuestro poder, tanto como la muerte misma. �Qu� pasa con nosotros durante el sue�o? No sabemos c�mo nos sobreviene un sue�o m�s prolongado que llamamos muerte, y deja nuestros cuerpos sin energ�a ni pensamiento por un tiempo, mientras nuestras almas parten no sabemos d�nde, y empleadas no sabemos c�mo. Hay una profundidad de misterio a�n mayor y m�s terrible en las palabras del salmista, dichas como son en Su persona, que es tanto Dios como hombre.

Es como si escuch�ramos al mismo Cristo, resucitado del sepulcro, y decir: "Me acost�, me dorm� y me levant�, porque el Se�or me sostuvo". El Se�or, la Deidad alt�sima y gloriosa, todav�a en la Persona de nuestro Salvador, inseparablemente unido a Su alma y cuerpo humanos, incluso mientras uno estaba en la tumba y el otro en el Para�so, o en cualquier otro lugar de las regiones de los muertos, - �l continu� siendo el mismo Cristo, el mismo Dios y el mismo hombre, y en virtud de ese Esp�ritu Eterno se levant� de entre los muertos cuando lleg� Su tiempo.

F�jense en la ayuda misericordiosa que reciben aquellos que est�n dispuestos a elevar su coraz�n cuando Cristo hace un asunto tan com�n como nuestro sue�o diario y despierta una se�al y se�al de este misterio tan terrible. Cristo, aun ahora habitando en su pueblo, los hace ya en este mundo part�cipes de una vida divina y celestial. Los sostiene, durmiendo y despiertos, en la vida y en la muerte, en sus camas y en sus tumbas; porque en ambas condiciones son miembros de �l por igual. Pero todo esto depende de que mantengamos nuestros votos bautismales. Una o dos reglas de recuperaci�n y perseverancia:

1. Ya que es solo Cristo quien nos sostiene, cuando estamos acostados, durmiendo o levant�ndonos, �c�mo se atreve alguno de nosotros a acostarse o levantarse sin comprometerse solemnemente con Cristo de rodillas en oraci�n devota? La devoci�n privada debe ser una gran ayuda para salvar y recuperar la vida celestial que nuestro Se�or ofrece para sustentarnos.

2. La Sagrada Comuni�n del Cuerpo y la Sangre. Este es el sacramento de perseverancia y crecimiento en la gracia, como el bautismo es de arrepentimiento y regeneraci�n. La vida celestial que Cristo ha comenzado en nosotros no puede sostenerse de otra manera que la que �l ha designado. Entonces, la oraci�n y la Sagrada Comuni�n son necesarias para todos. ( Sermones sencillos de los colaboradores de " Tracts for the Times ").

No temer� a diez mil personas que se han puesto en mi contra . -

Fe m�s fuerte que el miedo

Se dice que los romanos estaban acostumbrados solo a preguntar d�nde estaban los enemigos y no por su n�mero. La fe revivida y fortalecida por la oraci�n y fijada solo en Dios es un extra�o al que temer en el peor de los tiempos. ( Mons. Horne. )

Versículo 7

Has herido a todos mis enemigos en la mejilla.

El secreto de la confianza de David

Esto muestra que la expectativa de victoria de David no estaba en s� mismo, en su destreza personal como guerrero, sino en la fidelidad del Se�or su Dios. De ah� su apasionado grito: ��Lev�ntate, Se�or! �S�lvame, Dios m�o! Es cierto que David reuni� sus fuerzas como lo har�a un general h�bil y experimentado, y con tanto cuidado como si todo en la batalla que se avecinara se lograra solo con la espada; y, sin embargo, segu�a mirando solo a Dios para el �xito.

Y para inspirarse a s� mismo con la confianza de que Dios le dar�a �xito, se refiere a las victorias que le hab�a dado en tiempos pasados, diciendo: �A todos mis enemigos has herido en la mejilla; Has roto los dientes de los imp�os. " Esta imagen de romper los p�mulos y los dientes de los enemigos los est� comparando con las bestias salvajes cuyo gran poder est� en sus mand�bulas y dientes, de modo que cuando sus mand�bulas y dientes se rompen, su poder de herir desaparece.

Las im�genes, entonces, indican que el Se�or siempre hab�a destruido el poder de los enemigos de David para da�arlo. Y como el Se�or hab�a sometido a sus enemigos delante de �l hasta ese momento, David no pod�a dejar de creer que a�n los someter�a. Esto, su creencia, no fue en vano, como lo demostr� el r�pido fin de la rebeli�n de Absal�n; porque las fuerzas de Absal�n, aunque probablemente superaban en n�mero a las de su padre en m�s de diez a uno, fueron completamente derrotadas y dispersadas, y �l mismo asesinado, en la primera y �nica batalla librada. La batalla era del Se�or, la victoria suya, ya �l se la atribuye David. ( David Caldwell, AM )

Versículo 8

Selah.

Para y piensa

Eso parece resumir los diversos significados de la palabra "Selah". Algunos dicen que es una indicaci�n para los m�sicos tocar un interludio mientras los cantantes cesan; algunos lo ven como una indicaci�n para que los m�sicos se detengan y afinen sus instrumentos. Otros ven un mandato para elevar el coraz�n y la voz, el arpa y el �rgano, a su m�xima capacidad. Otros ven una referencia a la eternidad, como si uno interpusiera: "�Mundo sin fin, Am�n!" Muchos consideran que la palabra es equivalente a ciertos signos conocidos en la m�sica, que le piden que se d� la vuelta y repita.

En cualquier caso, es como si una roca solemne ("sela") se interpusiera en nuestro camino, invit�ndonos a "detenernos y pensar". Sobre la base de este requerimiento se encuentran todos los significados, por divergentes que parezcan. "No hay ayuda para �l en Dios". Para y piensa. Selah mira hacia adelante y hacia atr�s. Dios ha sido un escudo para David; Tambi�n puede levantar la cabeza una vez m�s e investirlo de gloria, el sol del rostro divino.

Para nosotros que dirigimos los servicios de la casa de Dios, "Selah" tiene un mensaje. Ordena al predicador dividir correctamente la palabra de verdad. Le pide que compare la verdad con la verdad, sacando a relucir cosas nuevas y viejas, y fijando cada una en su lugar m�s revelador. Dice: afinen sus corazones, voces, instrumentos. Busca inspiraci�n, haz justicia al mensaje Divino y al c�ntico del evangelio, para que con santa pasi�n, �nfasis sagrado y patetismo sincero lleves nuestro coraz�n a Dios e incites nuestras mentes a las cosas eternas. ( Michael Eastwood. )

Salmo 3:8

La salvaci�n es del Se�or.

Acci�n de gracias despu�s de la paz

I. El significado de este sentimiento. Las palabras llevan una confesi�n general de la influencia de la Divina Providencia en cada evento, y en particular con respecto a la salvaci�n o liberaci�n de un peligro inminente. Las palabras implican tres cosas.

1. Toda confianza en el hombre se opone al sentimiento. No se opone al uso de medios, sino a una dependencia excesiva de causas secundarias de cualquier tipo. El �xito en cualquier intento debe atribuirse en �ltima instancia a Dios.

2. El salmista ten�a en vista la omnipotencia de la Providencia. Dios no solo tiene la direcci�n y el gobierno de los medios y las segundas causas, sino que �l mismo es superior a todos los medios. La salvaci�n significa una liberaci�n grande y distinguida.

3. El sentimiento tiene respeto a la misericordia y bondad de Dios, o su disposici�n para escuchar el clamor de los oprimidos y enviar liberaci�n a su pueblo. Solo el poder y la sabidur�a dan una demostraci�n imperfecta del car�cter divino.

II. Providencia divina al tratar con los estados unidos de am�rica. En conclusi�n, una mejora pr�ctica de la asignatura.

1. Es nuestro deber alabar a Dios por el feliz y prometedor estado actual de los asuntos p�blicos.

2. Debemos testificar nuestra gratitud a Dios viviendo en Su temor y mediante una conversaci�n que se convierta en el evangelio.

3. Y por la utilidad en nuestras varias estaciones. Guard�monos de usar nuestra libertad como un manto para el libertinaje, y as� envenenar la bendici�n despu�s de haberla obtenido. ( T. Witherspoon, DD )

Dios el autor de la salvaci�n

Esto se ver� si consideramos:

I. La obra del Padre al idearlo.

1. Ad�n cay� por su propio pecado, y as� involucr� a toda la posteridad.

2. Por tanto, todos necesitaban la salvaci�n; y.

3. La gracia de la huida de Dios lo ide�.

II. La encarnaci�n y expiaci�n de Cristo, el Hijo de Dios, que lo ejecut�.

III. La obra del Esp�ritu Santo al aplicarlo. Porque de nosotros mismos no podemos arrepentirnos y creer. Y sin embargo, a menos que lo hagamos, estaremos perdidos. Es el Esp�ritu Santo el que nos lleva a un estado de gracia. ( T. Myers, AM )

Tu bendici�n est� sobre tu pueblo . -

Bendiciones

En la Casa de la Moneda se coloca una pieza de oro debajo del sello, y en un abrir y cerrar de ojos la m�quina desciende y el oro se convierte en soberano. Entonces, cuando vemos que Dios es nuestro Padre, y que �l en Cristo muri� por nosotros, en un momento, como el sello en el oro, recibimos el testimonio del Esp�ritu Santo. El oro lleva el sello de la imagen y bendici�n de Dios.

I. �Qu� es una bendici�n? No solo cuando tenemos lo que deseamos, sino mucho m�s cuando no deseamos lo que no tenemos.

II. La mayor bendici�n es saber que tenemos al Se�or por Padre.

III. Es una gran bendici�n cuando podemos vivir con moderaci�n. Qu� maldici�n es la borrachera.

IV. �No es la Biblia una bendici�n? Un infiel dijo un d�a: "S�lo hay una cosa que me preocupa: me temo que la Biblia es verdad". Pero qu� bendici�n que sea as�. Cuando Sir Walter Scott agonizaba, pidi� a un amigo que lo ayudara a entrar en su biblioteca, para poder mirar por la ventana el r�o Tweed. Luego pidi� que le leyeran algo. Su amigo dijo: "�Qu� libro debo seleccionar?" Sir Walter respondi�: ��Puede preguntar? Solo hay uno: la Biblia ". �Es este libro una bendici�n para ti?

V. El Se�or le da a su pueblo la bendici�n de poder confiar en �l. En la oscuridad de la noche puede encender un f�sforo e intentar encender la vela, pero primero debe quitar el extintor. Y entonces no puedes sentirte feliz mientras mantienes encendido el extinguidor de la duda sobre tu coraz�n. Qu� bendici�n es confiar en Dios.

VI. Qu� bendici�n saber que Jes�s muri� por nosotros. ( William Birch. )

La bendici�n de Dios y la forma de obtenerla

I. �Qu� es la bendici�n de Dios? Dada una ocasi�n en la que se nos pide que escribamos en un papel nuestra idea de la bendici�n divina: entr�game los papeles y los examinar�: �encontrar� en mil casos m�s de novecientos que se ejecutar�n de esta manera? - La bendici�n de Dios es sol, m�sica, prosperidad, liberaci�n de toda aflicci�n, angustia, temor; La bendici�n de Dios est� en la casa donde no hay una silla vac�a, en el redil donde no hay cordero muerto, en la propiedad donde no hay una tumba cubierta.

Entonces sus papeles se leer�an, y tambi�n estar�an equivocados. La bendici�n de Dios puede estar sobre un hombre sin ning�n sentido de luz solar externa. Las nubes no alteran el mes. Puede haber nubes oscuras en un mediod�a de junio, pero todav�a es junio, el sol todav�a est� tibio, el verano todav�a est� en v�speras de venir sobre nosotros, con todas sus innumerables flores y toda su m�sica inefable. La bendici�n de Dios no significa exenci�n del dolor; ni la disciplina de Dios significa un mero castigo.

La bendici�n de Dios no es un somn�fero, sino una inspiraci�n. Si est� dormido cuando deber�a estar despierto, no diga: �sta es la bendici�n de Dios. La bendici�n de Dios, repito, no es un opi�ceo; es una inspiraci�n, una emoci�n, una voz en el alma que dice: �Adelante!

II. �C�mo sabremos que la bendici�n recae sobre nosotros? F�cilmente; no tiene por qu� haber ninguna dificultad al respecto. Cuando sienta que debe trabajar m�s, la bendici�n de Dios est� sobre usted. Est� seguro de esa confianza. Cuando quieres estar inactivo, Dios se ha apartado de ti porque t� te has apartado de �l. �Cu�ndo sabremos que la bendici�n de Dios est� sobre nosotros? Te lo dir�: cuando sientas que debes ayudar a otras personas m�s generosamente de lo que lo has hecho nunca; no cuando atas los cordones de tu bolso, sino cuando los abres, es la bendici�n de Dios para ti.

A�n no has hecho nada; Todav�a no he hecho nada. Es un crimen de la Iglesia que ha jugado con sus responsabilidades. Siempre estamos componiendo con Dios, siempre estamos presentando nuestra cuenta en la corte de la canciller�a del cielo y pidi�ndole a Dios que acepte un centavo en la libra. No cierres los ojos en tales circunstancias y digas: Este es el consuelo de la gracia. Cuando sienta que debe pasar veinticuatro horas al d�a para hacer el bien, la bendici�n de Dios est� sobre usted.

Por supuesto, la naturaleza dir�: Acu�state, pobre ni�a, y descansa un rato, porque el tiempo que pasas en el sue�o es el tiempo que pasas en el verdadero trabajo de parto; en el sue�o recuperar�s tu energ�a, y multiplicar�s diez veces m�s debido a un buen descanso nocturno. Pero cuando el primer pensamiento sea trabajo, y el pensamiento medio sea trabajo, y el �ltimo pensamiento sea trabajo, entonces di: Tu bendici�n est� sobre Tu pueblo; esto ya no es una inspiraci�n sino un hecho cumplido.

III. No podemos hacer arreglos para la bendici�n divina. No acepte el sofisma de que la bendici�n divina puede utilizarse como elemento de especulaci�n o inversi�n. La bendici�n divina viene como viene el trigo: viene despu�s de desgarrar la tierra, sembrarla, prepararla y despu�s de un largo proceso, puede ser, de espera; de modo que no viene por s� mismo, sino como la marca final de una serie, como la bendici�n sobre un proceso.

Cuando el trigo dorado se balancea con el viento oto�al y arroja hacia atr�s la luz del sol oto�al, todas las estaciones del a�o parecen culminar en ese �nico movimiento. El invierno est� ah�, porque el invierno le dio a la tierra la hospitalidad del sue�o; La primavera est� ah�, y el verano est� ah� y el oto�o est� ah�: en ese trigo dorado las cuatro estaciones del a�o celebran una fiesta armoniosa. Algunos a�n no han comenzado a hacer nada. Cuando las listas est�n hechas, nuestros nombres no estar�n en ellas. El primero ser� el �ltimo y el �ltimo ser� el primero. ( Joseph Parker, DD )

La bendici�n de dios

I. La relaci�n especial de Dios en el mundo. "Tu pueblo". El rey de una naci�n y el padre de una familia mantienen relaciones peculiares

II. De la relaci�n especial de Dios surgen beneficios especiales. "Tu bendici�n". El gobernante de un pueblo, desde su posici�n y poder, tiene en sus manos beneficios que son solo para su naci�n. Un padre amoroso tiene un respeto especial por el bienestar de su propia familia. Israel disfrut� de beneficios que no se extendieron a otras naciones.

III. Los beneficios que surgen de la relaci�n especial deben buscarse mediante la oraci�n. Las bendiciones espirituales se obtienen solo mediante la oraci�n. A los ap�stoles se les dio una promesa definida del Esp�ritu Santo, sin embargo, se les orden� orar por Su descenso ( Hechos 1:4 ). Entonces en la vida individual ( Lucas 11:18 ). ( William Harris. )

La mejor herencia

Esta fue la confianza y el consuelo del salmista cuando se vio privado de amigos y comodidades terrenales. Cuanto m�s sepamos del poder del pecado, m�s apreciaremos la soberan�a de Dios.

I. La naturaleza de esta bendici�n que est� sobre el pueblo de Dios. Toda la bienaventuranza que tienen es por Cristo Jes�s el Se�or; y para comprender la bendici�n debemos mirar al Se�or Jesucristo. Como se pronunci� una maldici�n cu�druple sobre la serpiente, encontrar� exactamente lo contrario en relaci�n con el Se�or Jesucristo y Su pueblo.

1. La serpiente deb�a "andar sobre su vientre". Mientras que el enemigo es condenado en todo lo que hace, el Se�or Jesucristo est� justificado en todo lo que hace. El Se�or Jes�s sinti� que todo lo que pensaba, todo lo que hac�a y todo lo que dec�a era correcto. Sinti� que no ten�a ning�n pecado propio. �l disfruta de la conciencia de que todo lo que ha hecho y hace es correcto, y nosotros en �l nos deshacemos de todos nuestros pecados, culpas y temores, y no descansamos en la conciencia de nuestro derecho carnal, personal y legal, sino en la conciencia de nuestra voluntad. la justicia de Cristo, la eficacia de su gran salvaci�n, la eternidad de su gloria.

Trace una l�nea de distinci�n entre una realidad moral y una realidad espiritual. La realidad moral es buena y un buen principio sobre el que actuar entre los hombres; pero si voy a las cosas eternas, debo ir m�s all�, debo llegar a la realidad de la sangre expiatoria, debo llegar a la realidad de la gracia salvadora.

2. El enemigo era "comer polvo". Esto debe entenderse en sentido figurado. En cuanto al enemigo, y todos los que est�n con �l, sus logros ser�n todos perecederos, ser�n solo polvo. �Se alimentar�a el Se�or Jes�s de cosas perecederas? No. Su carne Sus logros son imperecederos, Sus honores incorruptibles, Sus glorias inimitables, Su grandeza indescriptible. Mientras vivi� en este mundo, vivi� de cosas inmortales.

�l est� con nosotros en estas infinitas provisiones, en oposici�n a esa miseria, esa hambruna, ese estado de miseria que merecemos. La "bendici�n" vence una gran maldici�n. Mientras que el polvo ser� la carne de la serpiente, nuestro pan ser� manjares reales.

3. La serpiente iba a ser arrojada. Habr�a enemistad entre �l y la mujer, y entre su simiente y su simiente. Deben unirse, y debe prevalecer uno u otro. "El pr�ncipe de este mundo ha sido expulsado".

4. La cabeza de la serpiente debe estar magullada. Aqu� est� la confusi�n, la derrota de todos sus planes. Pero, �puede la confusi�n llegar alguna vez a la mente infinita de Jehov�-Jes�s?

II. La progresi�n de esta bendici�n. Ha sido progresivo de una edad a otra; y nada ha encontrado tanta oposici�n. Observe algunas circunstancias t�picas y observe la progresi�n. Casos de Jos�, David, Mardoqueo, el mismo Redentor. Vea el progreso en dos casos individuales, el de Jerem�as y el de Pablo. Existe esta diferencia entre providencia y gracia. La gracia es progresiva, pero la providencia es regresiva. El fruto que ten�amos el a�o pasado se ha ido, pero la gracia que ten�amos cuando se cre� el mundo la tenemos ahora. Nada de eso pasa.

III. La continuaci�n de la bendici�n. Esto se origina principalmente en la forma de hacerlo. No hay manera de que algo contrario a ella pueda entrar en los elementos vitales de esta bendici�n, o en la uni�n que el pueblo tiene con Cristo, para afectar esa uni�n. Si miras hacia atr�s, hay misericordia eterna detr�s de ellos. Si miras lo que les espera, es vida eterna, salvaci�n eterna, gloria eterna. Para que de la misma manera de esta bendici�n no pueda entrar ninguna maldici�n ( James Wells ) .

El pueblo de dios

I. La gente. Los hijos de Israel eran, en un sentido nacional, el pueblo de Dios. �Pero eran tan individualmente? No es el nombre de cristiano lo que puede marcarnos el pueblo de Dios. Es en un sentido personal, y no meramente nacional o eclesi�stico, que el pueblo de Dios es un pueblo elegido.

II. Esta gente es gente comprada. �Cu�l ser� el precio pagado por ese pueblo espiritual, la Iglesia de los primog�nitos? Somos redimidos, no con cosas corruptibles, como plata y oro, sino con la sangre de Cristo.

III. El pueblo es un pueblo voluntario. No siguen a Dios de mala gana, como lo hizo el Israel literal. Todos pueden decir con David, he "elegido" el camino de la verdad.

IV. Pueblo santo ( Deuteronomio 14:2 ). La santidad de Israel era solo externa y relativa; s�lo un tipo de la pureza de la Iglesia invisible. Todo el cuerpo de las personas de las que hablamos es santo en un sentido interno y personal ( Juan 1:13 ; 1 Juan 3:24 ).

V. Un pueblo valorado y querido. Valoramos los objetos de nuestra elecci�n porque los hemos elegido. La bendici�n de Dios est� sobre la gente misma, y ??sobre sus asignaciones, goces e incluso sus aflicciones, y sus labores y conexiones. ( T. Kennion, MA )

Conf�a en la autoridad de Dios

El Dr. Stewart de Moulin dijo: �Recuerdo a un anciano piadoso ministro recluso con quien sol�a encontrarme una vez al a�o. Casi nunca miraba un peri�dico. Cuando otros hablaban de la Revoluci�n Francesa, �l no mostraba preocupaci�n ni curiosidad por ella. Dijo que sab�a por la Biblia c�mo terminar�a todo, mejor que el pol�tico m�s sagaz: que el Se�or reina; que la tierra se llene de su gloria; que se predicase el evangelio a todas las naciones; que todos los eventos subordinados est�n logrando estos grandes fines. Esto fue suficiente para �l, y no se preocup� por las noticias o los eventos del d�a, solo dijo: "A los justos les ir� bien".

Salmo 4:1

Información bibliográfica
Exell, Joseph S. "Comentario sobre "Psalms 3". El Ilustrador Bíblico. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tbi/psalms-3.html. 1905-1909. Nueva York.
 
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