Bible Commentaries
1 Corintios 10

Comentario de Coke sobre la Santa BibliaComentario de Coke

Introducción

Los sacramentos de los jud�os son tipos nuestros, y sus castigos son ejemplos para nosotros. Debemos huir de la idolatr�a. No debemos hacer de la mesa del Se�or la mesa de los demonios; y en las cosas indiferentes debemos tener en cuenta a nuestros hermanos.

Anno Domini 57.

El dise�o del Ap�stol en este cap�tulo no puede entenderse correctamente, a menos que supongamos que los corintios, en su carta, le hubieran planteado tres preguntas acerca de las carnes sacrificadas a los �dolos. Primero, �podr�an ir inocentemente con sus conocidos paganos al templo del �dolo y participar de las fiestas de los sacrificios que se com�an all� en honor del �dolo? En segundo lugar, �podr�an comprar y comer carnes vendidas en los mercados que hab�an sido sacrificadas a los �dolos? En tercer lugar, si, cuando se les invita a las casas de los paganos, pueden comer carnes sacrificadas a los �dolos, que se les presentan como comida com�n. A la primera de estas preguntas, el ap�stol respondi� al cap. 8. Que se unieran a los paganos, en sus fiestas sobre los sacrificios en el templo de los �dolos, aun bajo el supuesto de que era una cosa en s� misma inocente, podr�a ser una piedra de tropiezo para sus hermanos d�biles, en cuyo caso deber�a evitarse; pero si tal pr�ctica era algo inocente o pecaminoso en s� mismo, no lo consider� en esa ocasi�n.

En este cap�tulo, por tanto, resumi� el tema para tratarlo en profundidad y responder a las otras preguntas que le propusieron los corintios en relaci�n con ese asunto.
El falso maestro, para liberar a los hermanos de sus escr�pulos con respecto a las fiestas de los sacrificios en el templo del �dolo, supongo que les hab�a dicho que su conocimiento y profesi�n del evangelio los convert�a en objetos del favor de Dios, que �l No estar�a disgustado con ellos si, para ganar el favor de los paganos y para salvarse de la persecuci�n, participaran de las fiestas paganas en el templo de los �dolos. A�adi� que cualquier influencia que pudiera tener el hecho de que comieran estos sacrificios para contaminarlos, seguramente su bautismo, pero especialmente el que comieran la Cena del Se�or, tendr�a una mayor influencia para santificarlos.

La refutaci�n de estos argumentos falaces, el Ap�stol trajo de lo que sucedi� con los israelitas, el antiguo pueblo visible de Dios. Fueron sacados de Egipto bajo la nube y hechos pasar a trav�s del mar rojo de una manera milagrosa, 1 Corintios 10:1 Al estar en la nube y en el mar, todos fueron bautizados en la creencia de que Mois�s era comisionado por Dios para librarlos. 1 Corintios 10:2 � Todos com�an la misma comida espiritual y beb�an la misma bebida espiritual, 1 Corintios 10:3. � En definitiva, gozaron de todos los privilegios externos del pueblo de Dios en aquellos tiempos. Y, por lo tanto, si los privilegios externos pudieron haber asegurado que aquellos que pose�an tales ventajas no desagradaran a Dios, los israelitas siempre debieron haber continuado siendo objeto de su favor.

Sin embargo, se negaron a ir a Cana�n; por cuyo pecado Dios estaba tan disgustado con ellos, que los destruy� a todos en el desierto, excepto a Caleb y Josu�, 1 Corintios 10:5 . Para llevar estas cosas a casa a los corintios, el ap�stol les dijo, que los pecados que trajeron destrucci�n a personas tan elevadas en favor de Dios con respecto a los privilegios externos, son ejemplos para la humanidad en todas las �pocas, para evitar que codicien los placeres de Dios. la mesa, como los israelitas codiciaron las vasijas de carne de Egipto, 1 Corintios 10:6 - y de convertirse en id�latras, como muchos de ellos se volvieron, cuando, danzando alrededor del altar que Aar�n hab�a levantado, adoraron al becerro de oro en la manera fren�tica en que los paganos adoraban a sus �dolos, 1 Corintios 10:7. � Y por cometer fornicaci�n, como muchos de ellos hicieron con las hijas de Moab, por lo cual veintitr�s mil de ellas fueron asesinadas en un d�a, 1 Corintios 10:8 � Y por tentar a Cristo al desconfiar de su cuidado, como el Los israelitas tentaron a Dios hablando contra �l y contra Mois�s, por sacarlos de Egipto para morir en el desierto; y por ese gran pecado fueron destruidos por serpientes, 1 Corintios 10:9 - y por murmurar contra las restricciones impuestas sobre ellos por el evangelio, y por los sufrimientos a los que fueron expuestos en su pasaje al cielo, como murmuraron los israelitas, en relato de las dificultades que tuvieron que encontrar para tomar posesi�n de Cana�n, y fueron destruidos, 1 Corintios 10:10. �Todas estas cosas, les dijo el ap�stol a los corintios, les sucedi� a los israelitas como ejemplo, y est�n escritas para nuestra instrucci�n, a fin de que podamos evitar caminos que resultaron tan destructivos para ellos, 1 Corintios 10:11 . 1 Corintios 10:11 fornicaci�n de los israelitas con las hijas de Moab, fue mencionado a los corintios en esta ocasi�n con singular decoro, porque las mujeres moabitas tentaron a los israelitas, invit�ndolos a participar de los sacrificios de sus dioses; precisamente lo que el Ap�stol exhortaba a los corintios a evitar.

Como los hechos anteriores, registrados en las Escrituras, fueron presentados a los corintios, para mostrarles lo peligroso que es para las personas que disfrutan de grandes privilegios externos, imaginarse que sus pecados no desagradan a Dios, el Ap�stol sac� esta conclusi�n del conjunto: por tanto, el que piensa que est� firme en el favor de Dios, mire que no caiga, 1 Corintios 10:12 . Y al darse cuenta de que los corintios no estaban expuestos a m�s que tentaciones comunes, insinu� que no hab�a nada raz�n por la que estaban ansiosos por ganarse el favor de los paganos; especialmente porque Dios, que ha prometido ayudar a su pueblo, es fiel y no permitir� que sean tentados m�s de lo que puedan soportar; o con la tentaci�n les har� un pasaje, 1 Corintios 10:13 . En resumen, como la idolatr�a hab�a resultado tan ruinosa para los antiguos israelitas, el ap�stol exhort� fervientemente a los corintios a huir de ella, 1 Corintios 10:14 .

Pero el falso maestro, al parecer, les hab�a dicho a los corintios que su participaci�n con los paganos en sus fiestas de los sacrificios en el templo del �dolo, no era idolatr�a en personas que sab�an que un �dolo no era nada en el mundo, porque para ellos no era nada. s�lo una comida com�n. En lo que sigue, por lo tanto, el Ap�stol demostr� que tal acci�n era una adoraci�n real del �dolo, en cuyo sacrificio se deleitaban. Y para llamar la atenci�n de los corintios sobre lo que iba a decir, les dijo que les hablar�a sobre ese tema como a sabios, (un nombre que a los griegos les gustaba mucho) y les pidi� que juzgaran imparcialmente. de lo que les diga, 1 Corintios 10:15.� �No consideramos nosotros, dijo �l, los disc�pulos de Cristo, el beber juntos de la copa en la cena del Se�or, como un s�mbolo de nuestra participaci�n conjunta de los beneficios obtenidos por el derramamiento de la sangre de Cristo? �Y nuestro comer juntos del pan en la cena del Se�or, como s�mbolo de nuestra participaci�n conjunta de los beneficios que pertenecen al cuerpo o la iglesia de Cristo? 1 Corintios 10:16 . �Y debido a que se usa un solo pan en la Cena del Se�or, nosotros, los muchos que participamos de �l, somos as� declarados como un solo cuerpo o sociedad, bajo el gobierno de una sola cabeza, y animados por el mismo. principios, y seguir las mismas pr�cticas, 1 Corintios 10:17 . � Los jud�os, igualmente, tienen los mismos sentimientos con respecto a los que se unen a sus servicios religiosos.

�No creen que las personas que comen de los sacrificios ofrecidos al Dios de Israel son copart�cipes de su altar? es decir, unirse a la adoraci�n que se le realiza en el altar y participar de los beneficios obtenidos por esa adoraci�n? 1 Corintios 10:18. � Por paridad de raz�n, aquellos que en el templo del �dolo comen de los sacrificios ofrecidos al �dolo, son justamente considerados por los paganos como uni�ndose a la adoraci�n de sus dioses, y como declarando su deseo, de compartir con ellos en el bendiciones que se supone que conceden sus dioses. Es m�s, los consideran en comuni�n con ellos, tanto en sus principios como en sus pr�cticas. Esta aplicaci�n del argumento, de hecho, el Ap�stol no la ha hecho; pero en el siguiente vers�culo supone que sus lectores lo han logrado: porque agrega, �qu� afirmo entonces, es decir, cuando digo que el comer de los sacrificios de �dolos es una participaci�n conjunta en su adoraci�n? �Afirmo que un �dolo es un Dios? �O que los sacrificios ofrecidos a los �dolos son sacrificios a seres que son dioses? 1 Corintios 10:19 . � De ninguna manera.

Pero afirmo que los sacrificios que ofrecen los paganos, los ofrecen a los demonios; es decir, a las almas de los muertos ya los esp�ritus malignos, ninguno de los cuales son dioses; ya que no tienen poder en el gobierno del universo, como creen los paganos. Y no quisiera que ustedes fueran copart�cipes con los adoradores de demonios, ya sea en sus principios, sus pr�cticas o sus expectativas, 1 Corintios 10:20 . Adem�s, la adoraci�n del Dios verdadero es incompatible con la adoraci�n de demonios. ; porque consiste en disposiciones santas y acciones virtuosas. Mientras que el culto a los demonios consiste en afectos viles, lascivia y todo tipo de libertinaje. Por tanto, no pod�is participar constantemente de la mesa del Se�or y de la mesa de los demonios, 1 Corintios 10:21. � Algunos de ustedes fingen que comen los sacrificios de �dolos, para mostrar su creencia de que un �dolo no es nada.

Pero yo les respondo que as� provocan a celos al Se�or, porque los paganos consideran que el comer de estos sacrificios es una honra y adoraci�n del �dolo. Ahora, antes de dar a los paganos raz�n para pensar que pagas a sus �dolos el honor que se debe a Cristo, debes saber que eres m�s fuerte que Cristo, para defenderte de su ira, 1 Corintios 10:22 .

Con respecto a las preguntas, si las carnes sacrificadas a los �dolos, que se vend�an en los mercados, pod�an ser consumidas por los cristianos; y si pod�an comer de estas carnes en las casas de los paganos, cuando se les presentaba como una comida com�n, no como una comida religiosa, el Ap�stol observ�, en primer lugar, que aunque seg�n el Evangelio todas las carnes son l�citas para todos, todas las carnes no son convenientes para todas las personas. E incluso en los casos en que son convenientes, el comerlos puede no contribuir a la edificaci�n de otros, 1 Corintios 10:23 . En segundo lugar, que en el uso de carnes, debemos estudiar no s�lo nuestro propio beneficio, sino la ventaja tambi�n de nuestro pr�jimo, 1 Corintios 10:24. � Y habiendo establecido estos principios, dese� a los corintios que comieran todo lo que se vendiera en la ruina, sin preguntar si hab�an sido sacrificados a los �dolos o no; porque sab�an que los �dolos no tienen dominio sobre el mundo, sino que la tierra es del Se�or y todo lo que contiene, 1 Corintios 10:25 . vayan, deb�an comer lo que les pusieran delante, sin hacer preguntas por motivos de conciencia; porque ninguna construcci�n razonable podr�a considerar esa acci�n como una adoraci�n de �dolos, aunque la carne que iban a comer hubiera sido sacrificada a un �dolo, 1 Corintios 10:27. � Pero si, en tal ocasi�n, un pagano, un jud�o o un cristiano d�bil les dijera que esto es carne sacrificada a un �dolo, deb�an abstenerse de ella, a causa de la conciencia d�bil de el que lo mostr�; porque al mostrarlo, declar� que consideraba el comer de esa carne como una participaci�n en la adoraci�n del �dolo a quien se le hab�a ofrecido, 1 Corintios 10:28 . �Si respondes, �por qu� mi libertad deber�a estar gobernada por la de otro? �opini�n? y, viendo que Dios me ha permitido comer todo tipo de carne, �por qu� se me debe culpar por comer una carne en particular, por la cual le doy gracias a Dios? 1 Corintios 10:29. � Mi respuesta es, por la misma raz�n, que por el don gratuito de Dios todas sus buenas criaturas te son otorgadas, est�s obligado a comer y beber, como en todas tus acciones, a consultar la gloria de Dios, quien ha Te mand�, incluso en acciones indiferentes, que consideres lo que puede ser bueno para la edificaci�n de otros, 1 Corintios 10:31 . Por tanto, te exhorto, en el uso de tu libertad cristiana, a no ser motivo de tropiezo, tampoco para los jud�os, o para los gentiles, o para la iglesia de Dios, 1 Corintios 10:32 . Esta es la regla que yo mismo sigo; no buscando mi propia ventaja solamente, sino tambi�n la ventaja de otros, para que puedan ser salvos, verso 33. � Y ustedes deber�an convertirse en imitadores de m� en este desinter�s, as� como yo tambi�n soy en �l un imitador de Cristo, cap.

1 Corintios 11:1 � Al decirle a los corintios que segu�a esta regla, y que al seguirla imitaba el desinter�s de Cristo, insinuaba que la conducta del falso maestro era de otra �ndole. Solo consideraba su propia gratificaci�n y beneficio, y no ten�a en cuenta las ventajas de los dem�s.

Versículo 1

Adem�s, hermanos, parece, por lo que se dice en este cap�tulo, como si los corintios le hubieran dicho a San Pablo que las tentaciones y limitaciones que estaban bajo, de ir a las fiestas de sus vecinos paganos sobre sus sacrificios, eran tantas y tan grande, que no hab�a forma de evitarlo; y por lo tanto, podr�an acudir a ellos sin ofender a Dios ni peligro para ellos mismos. A lo que St.

Pablo responde que comer de cosas conocidas y reconocidas como ofrecidas a los �dolos era participar en la adoraci�n id�latra; y por lo tanto deb�an preferir incluso el peligro de persecuci�n a tal cumplimiento; porque Dios encontrar�a una manera de escapar, 1 Corintios 10:1 . Ver a Locke.

No quisiera que vosotros, etc. San Pablo acabara de expresar sus ideas sobre la posibilidad de convertirse en un n�ufrago, incluso bajo las m�s altas dispensaciones de la religi�n: aqu�, se esfuerza por despertar en los corintios un sentido de su peligro en este respeto, record�ndoles que tanto la iglesia jud�a como la cristiana hab�an recibido grandes muestras del favor divino. Tales fueron para los jud�os su paso por el Mar Rojo, bajo la conducci�n de la nube milagrosa , �xodo 13 y su sustento sobrenatural en el desierto. Tales y an�logos a �stos son los sacramentos cristianos.

As� como el primero no libr� al jud�o de la apostas�a, tampoco lo har� el segundo al cristiano. Por bautizado en Mois�s, el Ap�stol quiere decir "iniciado en esa clase de purificaci�n, que es propia de la ley", aqu� llamado Mois�s; como el estado evang�lico se expresa a menudo con el nombre de Cristo, y el estado de naturaleza depravada con el nombre de Ad�n. Vea Heylin y la siguiente nota.

Versículo 2

Y todos fueron bautizados en Mois�s. El Ap�stol advierte aqu� a los corintios contra la comisi�n de algunos vicios, debido a una dependencia demasiado grande de sus privilegios cristianos. Y esto lo hace record�ndoles a los israelitas; muchos de los cuales, aunque disfrutaron de privilegios similares, cayeron bajo el desagrado de Dios por sus pecados. Nuestro Ap�stol usa una expresi�n similar al hablar del bautismo cristiano, G�latas 3:27 donde dice: " G�latas 3:27que hab�is sido bautizados en Cristo"; que en Hechos 8:16 se expresa "siendo bautizados en el nombre del Se�or Jes�s" , es decir, en su doctrina. Mois�s fue un legislador designado por Dios para introducir una nueva instituci�n de su adoraci�n entre los jud�os. Y en este sentido,Hebreos 3 se le compara con Cristo, aunque en menor grado, ya que la instituci�n cristiana es de una naturaleza m�s excelente y espiritual.

Por tanto, como el bautismo es la ordenanza de iniciaci�n de la profesi�n cristiana, y los israelitas, a su paso por el Mar Rojo, estaban entrando en su nuevo establecimiento, bajo la conducta de Mois�s; el Ap�stol llama lo que les sucedi� entonces, de manera similar, con la palabra bautismo. El car�cter de legislador se le da solo a Cristo y Mois�s, ya que cada uno de ellos promulg� una instituci�n divina, aunque en muchos aspectos de naturaleza muy diferente. Y, por lo tanto, las personas nunca fueron bautizadas en nombre de ning�n otro instructor divino. Por eso el Ap�stol plantea esta pregunta a los Corintios, cap. 1 Corintios 1:13 . "�Hab�is sido bautizados en el nombre de Pablo?" Algunos proponen leer, Todos, incluso a Mois�s; es decir, todos, sin excepci�n de Mois�s,fueron bautizados. Ver Heinsius, Ward y

Versículos 3-4

Carne espiritual � bebida espiritual� No es necesario entender por la misma comida y bebida, la misma por la que se sustentan los cristianos genuinos; porque eso no podr�a decirse propiamente de los israelitas que no eran verdaderos creyentes: pero el significado es que todos, buenos y malos, compart�an la misma provisi�n milagrosa de comida y bebida, que era ???????????, que significa algo espiritual. Es observable que San Pablo, hablando de los israelitas, usa la palabra las cinco veces en el comp�s de los vers�culos anteriores; adem�s de eso, dice cuidadosamente la misma carne y la misma bebida,lo que no podemos suponer que se haga por casualidad; pero enf�ticamente para significar a los corintios, (quienes probablemente presumieron demasiado sobre su bautismo, y comiendo de la cena del Se�or, como si eso los recomendar�a a Dios) que aunque los israelitas, todos para un hombre, comieron el mismo alimento espiritual y bebieron la misma bebida espiritual, pero no todos fueron preservados para un hombre; pero muchos de ellos, sin embargo, pecaron y cayeron bajo la mano vengativa de Dios en el desierto.

Los jud�os tienen una tradici�n, que el agua que �xodo 17:6 de la roca en Horeb, �xodo 17:6 sigui� a los israelitas a trav�s del desierto: se ha objetado, sin embargo, que esta corriente no los segu�a constantemente; porque en ese caso no habr�an tenido la tentaci�n de murmurar por falta de agua, como sabemos que hicieron en Cades en las circunstancias tan fatales para Mois�s; ni habr�an tenido ocasi�n de comprar agua de los edomitas, como se propon�an hacer, Deuteronomio 2:6 . A esto el se�or Mede responde, que quiz�s los arroyos de la primera roca en Rephidimfracas�, para una nueva prueba de su fe; y en Cades Dios renov� la misma maravilla; pero eso, de la misma manera, probablemente podr�a fallar cuando llegaran a la regi�n habitada de los edomitas, que no estaba hasta cerca del final de sus vagabundeos. Pero debe observarse, que el Ap�stol no habla de la roca real, sino de la espiritual; es decir, Cristo; a quien esa roca en el desierto significaba. La palabra fue con frecuencia tiene este significado ; y en todas partes abundan en las Escrituras ejemplos de usos semejantes.

Esta roca fue en verdad una representaci�n sorprendente de Cristo, la roca de las edades, el fundamento seguro de las esperanzas de su pueblo; de quien derivan esas corrientes de bendiciones que les siguen y les ministran a trav�s de todo este desierto de vida mortal, y que terminar�n, para toda alma fiel, en r�os de placer a la diestra de Dios para siempre. Ver Diatrib de Locke, Hammond y Mede . sobre el lugar.

Versículo 5

Pero con muchos de ellos ... Pero con la mayor parte de ellos.

Versículo 6

Cosas malas� La culpa de los israelitas a los que aqu� se hace referencia parece ser, su anhelo de carne, N�meros 11 que les cost� la vida a muchos de ellos; y por lo tanto contra lo que �l protege a los corintios debe ser su gran propensi�n a las fiestas paganas sobre sus sacrificios. Ver Salmo 78:30 . Locke y Clarke.

Versículo 7

A jugar- significa ??????? bailar: banquete y el baile suelen ir acompa�ados de los sacrificios paganos. V�ase Hammond, Whitby y Elsner.

Versículo 8

Ni cometamos fornicaci�n� Esto era com�n en las muchas fiestas id�latras entre los paganos; y era m�s apropiado que el Ap�stol advirtiera a estos cristianos contra ella, ya que se la llamaba proverbialmente "la pr�ctica corintia". Consulte la Introducci�n y las inferencias en el cap. 1.

Versículo 9

Tampoco tentemos a Cristo . Tentar significa no creer, despu�s de pruebas suficientes para imponer nuestra fe y comprometer nuestra obediencia por medio de la gracia. Aunque la palabra �l no est� en la segunda cl�usula, ( algunos de ellos tambi�n fueron tentados ) parece estar claramente impl�cita.

Versículo 10

Del destructor� Los jud�os generalmente interpretan esto de �l, a quien llaman "El peligro de muerte", con el nombre de Sammael. Ver �xodo 12:23 . Hebreos 11:28 . Locke y Hammond.

Versículo 11

Ahora bien, todas estas cosas sucedieron, etc. - Debe observarse que todos estos casos mencionados por el Ap�stol, de la destrucci�n que sobrevino a los israelitas, que estaban en pacto con Dios y participantes de esos sacramentos t�picos, fueron ocasionados por sus lujosos apetitos acerca de comida y bebida, fornicaci�n e idolatr�a; pecados a los que los corintios ten�an una gran propensi�n, y contra los cuales, por lo tanto, los guarda con mayor cuidado. ???? ??????, traducido como los fines del mundo, significa propiamente los fines de las edades: es decir, la era final, o la �ltima dispensaci�n de Dios a la humanidad; lo cual debemos concluir con seguridad que lo es, si creemos que el Evangelio es verdadero. Ver a Locke.

Versículo 13

Common to man, &c.� '?????????,� which may signify, proportionable to human strength, as well as frequent to human creatures. God encourages his people to hope for his presence and help in pressing danger. See ch. 1 Corintios 1:9. Doddridge and Mintert.

Versículo 16

La copa de bendici�n, etc. Los jud�os sol�an concluir la fiesta en la que se com�a el cordero pascual con una copa de vino. A esto lo llamaron copa de bendici�n y copa de alabanza, porque en el momento de beberla cantaban un himno de alabanza. Asimismo, debemos recordar que en los primeros tiempos del mundo, cuando las v�ctimas formaban una parte tan importante de la religi�n, no s�lo de los jud�os, sino incluso de los gentiles, al sacrificio le segu�a un fest�n religioso con lo que hab�a ofrecido; los participantes de los cuales se supon�a que se convertir�an en participantes de los beneficios del sacrificio.

Bien, por lo tanto, el ap�stol podr�a argumentar contra los corintios, quienes com�an de los sacrificios de los gentiles y se comunicaban con los cristianos, como en el vers�culo que tenemos ante nosotros; de donde podemos recoger, que la copa de bendici�n, etc. no es meramente una conmemoraci�n general de la muerte y pasi�n de Cristo; es la comuni�n espiritual de la sangre de Cristo. Ver Cudworth sobre el Sacramento.

Versículo 17

Porque nosotros, siendo muchos, etc., este vers�culo es una prueba m�s de que la copa de bendici�n,&C. no es, como algunos dir�an, simplemente una conmemoraci�n de un benefactor fallecido; sino una conmemoraci�n de la muerte y pasi�n de Cristo. En este vers�culo el Ap�stol alude a la costumbre jud�a de comer un solo pan en la pascua, que no se part�a hasta que se part�a para distribuirlo, dice, por tanto, que el participar de un solo pan, hac�a que los receptores de muchos convi�rtase en un solo cuerpo: �Una inferencia justa, seg�n la idea que hemos adherido a este rito; porque entonces la comuni�n del cuerpo y la sangre de Cristo ayuda a unir a los receptores espirituales y sinceros en un solo cuerpo, mediante la distribuci�n equitativa de un beneficio com�n; o, en las elegantes palabras de la liturgia de la iglesia de Inglaterra, "Entonces, espiritualmente comemos la carne de Cristo y bebemos su sangre; luego moramos en Cristo, y Cristo en nosotros; somos uno con Cristo,

Versículo 21

No pod�is beber la copa, etc. - A�n queda un sentido m�s de la Cena del Se�or, que es que fue un rito o pacto federal: esto se basa en el razonamiento del Ap�stol en este vers�culo y en los anteriores: "Aquellos que comen de los sacrificios, dice �l, son participantes del altar: 1 Corintios 10:18 ". Ahora bien, un sacrificio en el altar era un rito o pacto federal; en consecuencia, la fiesta de ese sacrificio se convirti� en un rito y un pacto federal igualmente. Es f�cil mostrar que se consideraba que los demonios estaban presentes en los sacrificios paganos y participaban con los adoradores en la fiesta com�n; y que por estos medios se imaginaba que se contra�an entre ellos amistad, hermandad y familiaridad, porque todos com�an en una mesa y se sentaban a una mesa.

La mesa del Se�or y la mesa de los demonios, por lo tanto, siendo ambos ritos o convenios federales, la misma persona no pod�a participar de ambos; porque ning�n hombre puede ejecutar dos ritos o pactos federales que se destruyen mutuamente. V�ase "La verdadera noci�n de la Cena del Se�or" de Cudworth, cap. 1 y 5 Heb. De Elsner y Lowman. Ritual, p�g. 54.

Versículo 22

�Provocamos al Se�or, etc.? - Esto alude a la idea bajo la cual se representa la idolatr�a como una especie de adulterio espiritual, que mov�a los celos de Dios; aunque todo pecado deliberado es, en efecto, un atrevimiento de su omnipotente venganza. Ver Doddridge y Locke.

Versículo 23

1 Corintios 10:23 .-El Ap�stol aqu� procede con otro argumento en contra de lo sacrificado a los �dolos, en donde se hace ver el peligro que podr�a estar en ella, desde el esc�ndalo que podr�a dar, suponiendo que la cosa l�cita en s� mismo. Anteriormente hab�a tratado sobre este tema (cap. 8) hasta el punto de dejarles ver que nohab�a biennivirtuden comer cosas ofrecidas a los �dolos, a pesar de que sab�an que los �dolos no eran nada, y pod�an pensar que su libre comida Sin escr�pulos mostr� que conoc�an su libertad en el Evangelio, que los �dolos en realidad no eran nada, y por eso los despreciaban y despreciaban a ellos ya su adoraci�n como nada; pero el Ap�stol les informa que puede haber un granmal al comer, por la ofensa que podr�a ocasionar a los cristianos d�biles, que no ten�an ese conocimiento.

Aqu� retoma el argumento de la ofensa y lo extiende a jud�os y gentiles, 1 Corintios 10:32 ; mostrando que no basta con justificarnos en ninguna acci�n, que lo que hacemos es l�cito en s� mismo, a menos que busquemos en ello la gloria de Dios y el bien de los dem�s, 1 Corintios 10:23 al cap. 1 Corintios 11:1 .

Todas las cosas - La palabra todo est� aqu� para limitarse a las cosas que son el tema del discurso del Ap�stol; y su significado es: "Suponiendo que todas estas cosas sean l�citas; suponiendo que sea l�cito comer de las ofrendas a los �dolos; sin embargo, las l�citas no convienen; todo lo que me es l�cito , no debe tender a la edificaci�n de otros, y as� deber�a ser rechazado ". Vea a Locke y Doddridge.

Versículo 24

Nadie busque lo suyo: este precepto no puede tomarse en un sentido estricto y literal, sino que debe interpretarse comparativamente, para entender que el Ap�stol los exhorta a no buscar su propio beneficio enteramente, ni tanto como el de los dem�s. . La par�frasis del Sr. Locke es: "Nadie debe buscar apenas su propio inter�s particular, pero que cada uno busque tambi�n el bien de los dem�s".

Versículo 25

Todo lo que se vende en la ruina: Herodoto nos informa que los egipcios, cuando hab�an cortado la cabeza de la v�ctima, sol�an llevar el cad�ver al mercado y venderlo a los griegos, si pod�an encontrar alguno para comprar; si no, lo arrojaron al r�o, juzgando ilegal comerlo ellos mismos. Aunque los sacerdotes griegos no ten�an tales escr�pulos, sin embargo, como a menudo ten�an m�s carne de los sacrificios de la que ellos y sus familias pod�an consumir, era natural para ellos aprovechar este m�todo de deshacerse de ella; y en momentos de extraordinarios sacrificios, es probable que los mercados vecinos se abastezcan principalmente de sus templos. Ver Doddridge y Raphelius.

Versículo 26

Porque la tierra es del Se�or, etc. - Porque as� como Dios es el gran Creador, Propietario y Dispensador, Se�or soberano y Gobernador de toda la tierra, y de todos sus frutos y productos, ( Salmo 24:1 ). entregados para el servicio de los hombres; y toda su rica variedad, para la necesidad y el casto deleite, son santificados para el uso del creyente; de tal manera que pueda comer de ellos legalmente bajo la dispensaci�n del Evangelio, que ha abolido las distinciones ceremoniales de ellos, que eran de naturaleza t�pica bajo la ley (ver 1 Timoteo 4:4 ) y en la cual Cristo, como Mediador, es Se�or de todo.

Versículo 29

Porque, �por qu� se juzga mi libertad? Algunos piensan que el significado es: "�Por qu� debo usar mi libertad para ofender la conciencia de alguien?". Otros piensan que es una objeci�n en boca de los corintios, y ser as� entendido: "Pero, �por qu� debo permitir que me impongan as�, y recibir la ley de cualquiera, donde Cristo me ha dejado libre?" M�s bien, quiz�s, este y 1 Corintios 10:30deben considerarse como entre par�ntesis, para evitar que los corintios extiendan la advertencia anterior m�s all� de lo que el Ap�stol dise�� con ella; como si hubiera dicho: "En cuanto a lo que se encuentra inmediatamente entre Dios y mi propia alma, �por qu� mi libertad debe ser juzgada, procesada y condenada en el tribunal de la conciencia de otro hombre? No estoy en tales casos para gobernarme a m� mismo por el juicio y aprehensi�n de otros; ni tienen autoridad alguna para juzgarme o censurarme por no estar de acuerdo con ellos en sus propias estrechas nociones y declaraciones ". V�ase Doddridge, Locke y Whitby.

Versículo 30

Porque, si yo, & c.� Porque, si como o participo con acci�n de gracias.

Versículo 31

Si, por tanto, com�is ... "Por lo tanto, en general, para concluir este discurso, ya que no se puede establecer una regla en particular que se adapte a todas las diversidades de temperamento y aprensi�n que puedan surgir; en lugar de contiendas poco caritativas entre nosotros, o cualquier cosa que parezca como el desprecio mutuo, tomemos todas las molestias que podamos para encontrarnos como en el centro de la verdadera religi�n. Procuremos, entonces, que ya sea que coman o beban, o cualquier otra cosa que hagan, en las acciones comunes y sagradas de la vida , hac�is todo para la gloria de Dios, persiguiendo el cr�dito del Evangelio y la edificaci�n de la iglesia, para que Dios sea honrado en la felicidad de sus criaturas y reconocido m�s universalmente como el autor de todo bien ". Consulte Doddridge y m�s sobre este tema en las inferencias.

Versículo 32

Ni a los jud�os ni a los gentiles: como ambos se oponen a la iglesia de Dios, es razonable concluir que el Ap�stol habla de jud�os y griegos inconversos , y se refiere al peligro que podr�a haber de prejuzgarlos contra el cristianismo. , por las indulgencias contra las que les advierte. Ver Doddridge, Calmet, y en el pr�ximo cap�tulo, 1 Corintios 10:1 .

Inferencias.� El prop�sito del Ap�stol en este cap�tulo es presionar sobre los cristianos las grandes obligaciones que tienen para caminar dignos de su santa vocaci�n; ser sol�cito sobre todas las cosas para promover la gloria de Dios y la salvaci�n del hombre; para llevar a los incr�dulos al reconocimiento de la verdad, y para evitar, en la medida de lo posible, que los que creen se sientan ofendidos y desanimados en su deber, o por cualquier medio tentados y seducidos al pecado.

La mayor tentaci�n en los d�as del Ap�stol fue la de recaer en la idolatr�a; ya sea directamente en actos graves de este pecado, por temor a la persecuci�n; o, en consecuencia, en la trampa de una conciencia contaminada, al malinterpretar presuntuosamente los verdaderos l�mites de lo que es l�cito e inocente. En contra de ambos, exhorta a los corintios en el cap�tulo que tenemos ante nosotros: contra caer en la idolatr�a directa por temor a la persecuci�n, los advierte, 1 Corintios 10:13 contra el pr�ximo peligro, el caer consecuentemente en la trampa de un profanado conciencia, al malinterpretar presuntuosamente los verdaderos l�mites de lo que es l�cito e inocente, les advierte en la parte restante del cap�tulo.

Las palabras contenidas en el vers�culo 31 sostienen una doctrina de la m�s alta importancia en la religi�n. Por la gloria de Dios originalmente se quiere decir: 1. Su esencia, persona o majestad. 2. La manifestaci�n de sus perfecciones o atributos en el ejercicio externo de los mismos hacia sus criaturas. Y de ah�, 3. El retorno y reconocimiento que sus criaturas hacen nuevamente a Dios, por esta manifestaci�n de su bondad para con ellas.

Para dar gloria a Dios, es promover su honraen el mundo, o para contribuir lo que podamos a mantener en nuestra mente y en la de todos los hombres un sentido justo de �l y una consideraci�n por �l. Y esto se hace particularmente ador�ndolo con actos de devoci�n p�blica solemne constantes y perpetuamente retornados: �Por agradecimiento particularmente devuelto por misericordias especiales o beneficios recibidos, mediante los cuales profesamos nuestro sentido de que Dios es el autor de ellos; �por el reconocimiento de su gobierno y dominio supremo en el mundo; - por la confesi�n de ofensas pasadas, con verdadera humillaci�n, y un sentido justo de la indignidad e ingratitud del pecado; - y por el arrepentimiento real y el abandono del pecado, acompa�ado de una enmienda real, constante y habitual de coraz�n y vida. En resumen, todo lo que tienda al verdadero honor de la religi�n y al establecimiento de la santidad, la virtud y la bondad entre los hombres,gloria de Dios.

Por tanto, vemos lo que se requiere que los hombres practiquen, en los diversos casos y circunstancias de la vida, para que satisfagan el precepto en cuesti�n. El que en todo promover� la gloria de Dios, no s�lo debe ser constante en act�a inmediata y directamente religiosa; pero tambi�n debe resolver, con la fuerza de la gracia divina, no ser en ning�n momento culpable de cualquier acto que sea irreligioso. El que est� sinceramente deseoso de hacer todas las cosas para la gloria de Dios, ya que ser� arrepiento de todo coraz�n a todos sus propios pecados y delitos, por lo que en realidad se esforzar�, tanto como en �l yace, para evitar que los pecados de los dem�s. Evitar� todo lo que pueda llevarlos al pecado.

Les dar� un ejemplo de santidad y virtud en la pr�ctica de su propia vida: les recomendar�, en su discurso en todas las ocasiones justas, la excelencia y la razonabilidad de la religi�n: se regocijar� al ver la virtud, la rectitud y la justicia. el amor universal prevalece y prospera en el mundo; desear�, con Mois�s, que todo el pueblo del Se�or sea profeta, y contribuir� con todo lo que est� en su poder para capacitarlos para que lo sean.

Pero adem�s, en todas las grandes acciones, las acciones de momento en el curso principal de la vida humana, aunque no sean directamente religiosas, debe tener expresamente la gloria de Dios, como su principal y principal fin: porque, por lo tanto, sea lo que sea elegido por motivos sinceros y puros, porque tiende a promover la santidad, la virtud y la bondad, en el sentido b�blico se hace para la gloria de Dios; y todo lo que de igual manera se evita, porque tiene tendencia al mal, se evita para la gloria de Dios.

Ahora bien, no hay ninguna acci�n considerable en la vida de ning�n hombre, ninguna acci�n de consecuencia e importancia en el mundo, pero que, aunque no tiene ninguna relaci�n directa con la religi�n, de una forma u otra tiene, en general, una tendencia a promover la causa de la virtud o del vicio. Tal es, por ejemplo, que un hombre elige su profesi�n o forma de vida en el mundo. Cualquier profesi�n �aunque no directamente ilegal� que lleve a los hombres a muchas y fuertes tentaciones al pecado, siempre, si es posible, ser� evitada por un hombre que est� sinceramente deseoso de hacer todas las cosas para la gloria de Dios. Toda profesi�n inocente puede ser elegida por igual e indiferente por cualquier hombre bueno; pero aun as�, incluso en esa elecci�n, su fin principal y �ltimo ser� el ejercicio del derecho y la verdad.

Las ganancias, la reputaci�n y cosas por el estilo pueden ser buscadas de manera muy inocente y muy justa por los hombres en cualquier negocio o empleo cualquiera; pero entonces estas cosas deben desearse siempre, con la debida subordinaci�n a los intereses de la santidad y la virtud, que es la gloria de Dios, y la �nica verdadera y �ltima felicidad de los hombres. la vida, apunta simple o principalmente a fines mundanos; en la consecuci�n de esos fines, tiene su peculiar, su �nica recompensa.

Una vez m�s, como en todas las grandes acciones un buen cristiano debe realmente, as� en todas, incluso en las acciones m�s peque�as y despreciables de la vida, debe habitualmente aspirar a la gloria de Dios.

Dios. El profeta real, en Salmo 148:2 ; Salmo 148:14 representa a todos, incluso el irracional, o mejor dicho, las criaturas muy inanimados, como glorificando a Dios por el cumplimiento de su palabra, actuando regularmente en funci�n de la naturaleza que les hab�a dado. Mucho m�s entonces puede decirse con justicia que incluso las acciones m�s comunes de los hombres se realizan para la gloria de Dios, cuando se realizan, desde principios de gracia, de manera decente y sobria, regular e inocentemente, como se hace a los cristianos, - mentes, incluso cuando no piensan directamente en ello, una consideraci�n habitual hacia Dios y la religi�n. En un viajePara un hombre diligente, y uno cuya mente est� realmente concentrada en el final de su viaje, todo lo que hace, as� como su viaje real, tiende verdaderamente al mismo fin.

Su descanso y sue�o, sus paradas y refrigerios, es m�s, sus mismas digresiones, todav�a tienden uniformemente a permitirle llegar a su hogar previsto. Y as� tambi�n, en el curso de la vida religiosa, para un hombre sinceramente virtuoso y verdaderamente santo, cada acci�n de su vida promueve la gloria de Dios; todo lo que hace es santificado por un h�bito de piedad; sus negocios y ocupaciones mundanas , por la justicia y la caridad que corren uniformemente a trav�s de todas sus partes; las acciones comunes de su vida por la decencia y la inofensividad, y todas sus relajaciones por la genuina sencillez y la recta intenci�n. En una palabra, haga lo que haga, siempre recuerda habitualmente el final; y por lo tanto, mientras en este esp�ritu, por la gracia de Dios, �lnunca est� mal.

Los usos que surgen naturalmente a modo de reflexi�n de lo dicho son los siguientes:
1. De aqu� podemos aprender cu�n severa reprimenda merecen aquellas personas que, lejos de hacer todas las cosas, como dice el Ap�stol, para la gloria de Dios, por el contrario, por profanaci�n, injusticia y libertinaje, deshonran directamente a aquel a quien profesan servir; trayendo oprobio e infamia sobre nuestra sant�sima religi�n, y haciendo que el nombre de Dios y la doctrina de Cristo sean, por sus medios, blasfemados en el mundo.

2. Merecen, en segundo lugar, ser reprendidos duramente los que, si bien no deshonran a Dios con actos directamente irreligiosos, son descuidados y negligentes en materia de religi�n: poco en cuanto a si la verdad o el error prevalecen en el mundo; no ser sol�citos para honrar su religi�n y promover la difusi�n del Evangelio de Cristo, mostrando su razonabilidad, conservando su sencillez y pureza, y exhibiendo su belleza a toda la humanidad.

3. Despu�s de �stos, tales son los objetos de censura, que en verdad tienen celo por la religi�n, pero no seg�n el conocimiento; poniendo el �nfasis principal de la religi�n en formas y ceremonias indignas de Dios, o en opiniones y nociones que, ya sea por su oscuridad o por su desacuerdo con el Evangelio eterno y las perfecciones divinas, obstaculizan en lugar de promover la gloria de Dios.

4. Incluso los mejores de los hombres tienen necesidad de ser amonestados y recordados, para que aviven el don de Dios que est� en ellos, para que sean cada vez m�s diligentes en todas sus acciones, para hacer todo por el bien de los dem�s. gloria de Dios; no con una ansiedad supersticiosa, o una gravosa precisi�n en cosas de poca importancia, sino con una aplicaci�n alegre de cada acontecimiento de la vida para promover la verdad y el derecho, la santidad y la virtud entre los hombres: �Regocij�ndose en la gloria de Dios, y en el establecimiento de su reino de justicia, como aquel en el que consiste la felicidad de la humanidad, tanto en este mundo como en el venidero.

Por �ltimo, podemos aprender as� a consolar y satisfacer las mentes de los cristianos d�biles, quienes, al no tener una noci�n correcta de lo que es la gloria de Dios , no pueden asegurarse de que son verdaderos promotores de ella. � El deber de un cristiano, de hacer todas las cosas para la gloria de Dios, significa clara y simplemente esto : "Que siempre debe preferir los intereses de la religi�n, la santidad y la virtud, y promoverlos y establecerlos en s� mismo y en la mente de sus semejantes, en todo momento y en todo lugar, antes que todas las consideraciones mundanas ".

REFLEXIONES.� 1�, El Ap�stol vuelve al tema de comer los sacrificios ofrecidos a los �dolos.

1. Recuerda a los corintios los distinguidos privilegios y el fatal derrocamiento de los israelitas en el desierto. Adem�s, hermanos, no quisiera que ignoraran c�mo todos nuestros padres estuvieron bajo la nube y todos pasaron por el mar, guiados por la protecci�n divina, cubiertos del calor durante el d�a y alentados por la luz del fuego por noche; preferido entre las paredes acuosas y atravesar con seguridad el lecho del oc�ano; y todos fueron bautizados en Mois�s en la nube y en el mar, rociados con algunas gotas de la nube; o de las salpicaduras de las olas violentas; y todos fuimos sometidos a la ley mosaica, as� como nosotros por el bautismo somos visiblemente admitidos en la iglesia de Cristo y consagrados a su servicio; y todos comieron la misma comida espiritual,el man� que cay� alrededor de sus tiendas, la figura de Cristo, el verdadero pan que descendi� del cielo, del que su pueblo creyente se alimenta sacramentalmente hasta el fin de los tiempos; y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebieron de esa roca espiritual que los segu�a, y esa roca era Cristo. Por todo el desierto brotaron corrientes vivientes para saciar su sed; y ese divino Redentor, a quien prefiguraron la roca, la fuente de aguas vivas y los arroyos del L�bano, estaba en medio de ellos con su presencia llena de gracia, como todav�a est� en el coraz�n de todo su pueblo creyente.

Pero, aunque todos disfrutaron de estos privilegios distintivos, con muchos de ellos Dios no estaba muy complacido, porque fueron derribados en el desierto; y, por su desobediencia y rebeliones, no se les permiti� entrar en la tierra prometida, el tipo de la Cana�n celestial; pero sus cad�veres cayeron en el desierto. Nota; No son los privilegios externos disfrutados, sino la gracia interna pose�da, lo que es lo �nico que puede llevarnos a la herencia eterna, y el resto lo que queda para el pueblo de Dios.

2. A partir de sus ejemplos, el Ap�stol advierte a los corintios que no se sientan seguros, a pesar de sus distinguidos privilegios, no sea que, imitando sus pecados, sean expuestos a un castigo similar. (1.) Les advierte contra la complacencia de sus apetitos. Insatisfechos con el man�, los israelitas codiciaron carne para comer. Deben tener cuidado contra tal lujo, y sobre todo evitar las fiestas de �dolos o los sacrificios, que no pueden dejar de tener las consecuencias m�s fatales. Nota;Para complacer el paladar, �cu�ntos se han sumergido en cuerpo y alma en el infierno! (2.) Les advierte contra la idolatr�a, como la que cometieron los israelitas, cuando, habiendo ofrecido sus sacrificios al becerro, se sentaron a comer con ellos y, seg�n la costumbre pagana, se levantaron para bailar alrededor del becerro, para hacerle honor; pero sufrieron severamente por sus abominaciones, �xodo 10:28 . (3.) Les advierte contra la fornicaci�n, como la que cometieron los jud�os con las hijas de Moab, ya la que fueron conducidos en sus fiestas de �dolos; cuya terrible consecuencia fue que en un d�a veintitr�s mil fueron cortados por el juicio inmediato de Dios.

Con semejante caso de venganza divina ante ellos, ten�an necesidad de temblar por s� mismos en una ciudad tan abandonada a la lascivia como lo estaba Corinto, sabiendo que ninguno de sus privilegios podr�a protegerlos, si pecaban, sino que Dios juzgar� a los fornicarios y ad�lteros. (4.) Les advierte contra toda desconfianza deshonrosa en el poder y la gracia de Cristo para superar sus dificultades, recordando la venganza infligida a los de anta�o, que tentaron y provocaron a Dios con su incredulidad, N�meros 21:6 y fueron destruidos. por las serpientes ardientes. Nota;Cuando prevalece la incredulidad, entonces la serpiente antigua, el diablo, reanuda su dominio sobre el alma. (5.) Les advierte contra todo descontento bajo sus sufrimientos o pruebas, y que tengan cuidado de aquellos que los instigar�an a murmurar contra �l, y contra los otros ministros de Cristo por lo que le entregaron. As� murmuraron los israelitas contra Mois�s y Aar�n, a causa de las dificultades que aprehendieron, y fueron destruidos por la mano del �ngel.

Todas estas cosas fueron registradas para la amonestaci�n de la iglesia; y lo que le sucedi� al pueblo profeso de Dios de la antig�edad, deber�a ser una advertencia para nosotros en la actualidad, que vivimos bajo la �ltima dispensaci�n que Dios otorgar�, para que, teniendo en cuenta su terrible castigo, podamos evitar las provocaciones similares. Por tanto, el que piensa que est� seguro e inmutable, tenga cuidado de que no caiga, hinchado con altas imaginaciones de su propia suficiencia , como lo hicieron los israelitas en la antig�edad. Nota; (1.) Las ca�das de otros deben ser nuestras advertencias. (2.) La desconfianza en nosotros mismos y la dependencia del poder y la gracia del Redentor son nuestra gran responsabilidad.

3. Anima a los verdaderamente piadosos entre ellos, en todas sus pruebas, a confiar y no tener miedo. No os ha sobrevenido ninguna tentaci�n, sino la que es com�n al hombre, la que cabr�a esperar del mundo que nos rodea; o tal como es incidente a la naturaleza humana; o al menos, ninguno tan grave, pero usted puede soportarlo. Pero por muy severas que sean tus tentaciones, Dios es fiel a sus promesas, y no permitir� que seas tentado m�s de lo que puedas, sino que con la tentaci�n tambi�n abrir� un camino para escapar, para que puedas sobrellevarla; y si conf�as en �l, te apoyar� mientras dure, y en su tiempo te librar� de �l; para que no seas arrastrado al pecado, ni desmayes de tus sufrimientos.

Nota; (1.) No debemos pensar que nuestras pruebas son singulares y murmurar, por muy graves que sean: otros han sentido lo mismo antes que nosotros. (2.) La fidelidad de Dios a sus promesas debe ser el ancla de nuestra esperanza. (3.) Nuestro Redentor es poderoso; podemos confiar en �l con seguridad. (4.) Dios sabe mejor qu� aflicciones necesitamos y cu�nto tiempo debemos estar ejercitados con ellas. A �l siempre nos remitimos, poniendo nuestro cuidado sobre �l.

2�. De las premisas anteriores el Ap�stol vuelve a insistir en la necesidad de huir de la idolatr�a, en sus enfoques m�s lejanos, conociendo las espantosas consecuencias de la misma por un lado, y la ayuda divina prometida por el otro. Por lo tanto, con afecto c�lido, les advierte, como seres amados, que huyan de la idolatr�a; y, en cuanto a los sabios, ya sean realmente poseedores de sabidur�a espiritual o en vano envanecidos con sus supuestos logros elevados, les apela por la razonabilidad de lo que adelant�.

1. Instala en el caso de la Cena del Se�or. La copa de bendici�n que bendecimos, �no es la comuni�n de la sangre de Cristo? �No profesamos en �l tener comuni�n con Cristo en todas sus bendiciones salvadoras? �No reconocemos en �l nuestras obligaciones para con �l, compradas por precio, de glorificarlo en nuestro cuerpo y en nuestro esp�ritu, que son de �l? El pan, o la hogaza, que partimos, �no es la comuni�n del cuerpo de Cristo? �No significa que nos alimentemos de ella nuestra comuni�n con Aquel que es el pan vivo? �Y no profesamos por la presente nuestra solemne devoci�n por �l y nuestra uni�n entre nosotros? Porque nosotros, siendo muchos, somos un solo pan, como los diferentes granos de trigo se moldean en un solo pan, y�ntimamente unidos en un solo cuerpo, del cual Cristo es la cabeza viviente; porque todos somos part�cipes de ese �nico pan, deleit�ndonos juntos en el sacrificio de Cristo, aqu� representado; participantes de todos los beneficios obtenidos por su �nica oblaci�n una vez ofrecida; y as� unidos a �l en amor, y el uno al otro.

2. El caso es el mismo con respecto a los sacrificios jud�os. Contempla a Israel seg�n la carne, en su observancia de los servicios rituales; Los que comen de los sacrificios, �no son part�cipes del altar? Cuando se deleitan con el resto de las ofrendas de paz, profesan la comuni�n y la sujeci�n a ese Dios, en cuyo altar ofrecieron su sacrificio.

3. Aplica lo que hab�a dicho al punto en cuesti�n. �Qu� digo entonces? �Que el �dolo es algo, o lo que se sacrifica a los �dolos es algo? No, he declarado lo contrario, cap. 8. El �dolo no es nada, y la carne en su naturaleza no se altera. Pero yo digo que lo que los gentiles sacrifican, lo sacrifican a los demonios y no a Dios. Los demonios a quienes adoran son esp�ritus malvados y ca�dos, con quienes en estos sacrificios mantienen la comuni�n, y a quienes rinden honores divinos. Y no quisiera que tuvieras comuni�n con los demonios, ya que por paridad de raz�n, considerando los casos anteriores, debes hacerlo, si te deleitas con los id�latras en sus sacrificios. No pod�is beber la copa del Se�or,el s�mbolo de su sangre, y la copa de los demonios, las libaciones consagradas a estos demonios; no pod�is ser part�cipes de la mesa del Se�or y de la mesa de los demonios; hay una total inconsistencia en tal conducta; Cristo y Belial no pueden tener comuni�n.

Festejar, por tanto, en templos de �dolos, es renunciar al cristianismo, a sus sacramentos y privilegios. �Provocamos al Se�or Jes�s a celos, por tal idolatr�a, en oposici�n directa a su santa ley? �xodo 20:3 . �Somos m�s fuertes que �l? �Y desafiamos la ira del Todopoderoso? Seguramente la destrucci�n debe ser la consecuencia. Nota; Cuando tenemos que ver con un Dios celoso, �cu�n cuidadosos debemos ser de que ning�n �dolo en nuestro coraz�n, as� como ning�n objeto externo de idolatr�a, le roben su honor peculiar!

En tercer lugar, el Ap�stol,
1. En general, les advierte contra todo abuso de su libertad cristiana. Todas las cosas me son l�citas, y estas carnes ofrecidas a los �dolos no se contaminan por ello; pero no todo conviene. Hay circunstancias en las que ser�a deber abstenerse de lo que por su propia naturaleza es inocente e indiferente: todo me es l�cito, pero no todo edifica; y por lo tanto, si comer estos sacrificios ofendiera a un hermano d�bil, entonces ser�a mi deber abstenerme, por muy claro que pudiera ser en la legalidad de la cosa. Y esta es una regla aplicable a muchos otros casos; Por lo tanto, en general, deja que sea tu pr�ctica que no busque su propiovoluntad, humor o beneficio; pero la riqueza de cada uno, dispuesto a negarse a s� mismo, para promover la ventaja y edificaci�n de los dem�s.

2. �l muestra en qu� casos particulares la carne ofrecida a los �dolos podr�a comerse sin peligro. (1.) Si fue expuesto en el mercado p�blico para ser vendido, entonces no necesitan hacer ninguna investigaci�n, por motivos de conciencia, de d�nde vino, sino comprarlo y usarlo como alimento com�n. Porque de Jehov� es la tierra y su plenitud; y todas las criaturas son buenas cuando se usan para su gloria. (2.) Si alg�n conocido pagano te invita a un banquete, y tienes alg�n incentivo u obligaci�n para ir, todo lo que te ofrezca la mesa se puede comer sin escr�pulos; pero si alguien en la mesa sugiere, esto se ofrece en sacrificio a los �dolos, no comas, por el que lo mostr�, y por el bien de la conciencia, dando as� testimonio contra todos esos honores imp�os ofrecidos a los demonios, y manteniendo libre de ofensa su conciencia.

Porque de Jehov� es la tierra y su plenitud; y ha provisto en abundancia de otros alimentos, sin que lo deshonremos con la m�s m�nima cosa que parezca aprobar la adoraci�n id�latra. Abstente por el bien de la conciencia , digo, no el tuyo, sino el del otro, que te inform�, y podr�a ser entristecido o tropezado por tu ejemplo.

3. Responde a una objeci�n que pudiera plantearse. Porque, �por qu� mi libertad es juzgada por la conciencia de otro hombre? Su conciencia no debe ser la regla de mi conducta. Porque si por gracia participo, �por qu� se me habla mal por aquello por lo que doy gracias? En respuesta, responde que las siguientes reglas deben aplicarse a todas las circunstancias particulares. Algunos entienden que el ap�stol no habla en la persona de un objetor, sino que declara lo que hizo en tal caso; e insinuando cu�n imprudente ser�a dar a otros la oportunidad de emitir un juicio equivocado sobre �l; porque por muy l�cito que le fuera comer la carne que se hab�a ofrecido a los �dolos, sin embargo, por su influencia y utilidad, deb�a tener cuidado de que su buena fuerzano se hable mal, Romanos 14:16 y por tanto se abstendr�a: dos reglas generales que prescribe,

[1.] Por tanto, ya sea que coman o beban, o hagan cualquier otra cosa, h�ganlo todo para la gloria de Dios, haciendo de eso el fin �ltimo de todas sus acciones.

[2.] No hag�is esc�ndalo, ni a los jud�os, ni a los gentiles, ni a la iglesia de Dios. No hag�is nada que los entristezca o los haga tropezar; en particular, evite la carne ofrecida a los �dolos, que los jud�os abominaban, y que podr�a resultar una trampa para los gentiles convertidos m�s d�biles. Y lo que les recomend�, lo practic� �l mismo: as� como agrado a todos en todas las cosas, en la medida en que me sea l�cito, no buscando mi propio beneficio, humor o inclinaci�n, sino el beneficio de muchos, para que se salven. ; sol�cito, por todos los medios, ganar almas para el adorado Redentor y conducirlas por los caminos de la vida eterna.

Información bibliográfica
Coke, Thomas. "Comentario sobre 1 Corinthians 10". Comentario de Coke sobre la Santa Biblia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tcc/1-corinthians-10.html. 1801-1803.