Bible Commentaries
1 Samuel 9

Comentario de Coke sobre la Santa BibliaComentario de Coke

Introducción

Sa�l es enviado por su padre a buscar las asnas que se hab�an perdido: Samuel se encuentra con Sa�l, lo invita a un banquete con �l y le asegura que las asnas fueron encontradas; y como Dios le hab�a ordenado que ungiera a Sa�l como rey, �l ordena el siervo para pasar antes que �l podr�a declarar los mandamientos de Dios a �l solo.

Antes de Cristo 1067.

Versículo 1

Un poderoso hombre de poder, un hombre fuerte. Houb. Esta parece ser la verdadera interpretaci�n, ya que la familia de Sa�l no era considerable por su riqueza o dignidad. Ver 1 Samuel 9:21 y el cap. 1 Samuel 10:27 .

Versículo 2

Un joven escogido, y un buen ... Casi todos los escritores antiguos nos proporcionan pruebas de la singular consideraci�n que, en los primeros tiempos, se ten�a por la apariencia y la persona en la elecci�n de los monarcas. Ver Annal de Doughty. Sacr. Excursiones. 76.

Versículo 3

Cis dijo a su hijo Sa�l: Lleva ahora a uno de los siervos contigo. Esta comisi�n fue muy mezquina, si hemos de juzgarla por nuestros modales; pero en la antig�edad todo lo que pertenec�a a la vida rural era honorable. Vemos en Homero dioses, h�roes y pr�ncipes criando reba�os: tal era la ocupaci�n de los patriarcas. La Escritura habla de un pr�ncipe descendiente de Esa�, que cuidaba los asnos de su padre.

G�nesis 36:24 . Los asnos eran una parte considerable de su sustancia en Judea, y personas de la primera distinci�n sol�an cabalgar sobre ellos hasta la �poca de Salom�n. Ver Jueces 10:4 .

Versículo 5

Cuando llegaron a la tierra de Zuf � V�ase el cap. 1 Samuel 1:1 . Zuf era un territorio de la tribu de Efra�n, donde hab�an vivido algunos de los antepasados ??de Samuel; y Ram�, donde Samuel ahora viv�a, debe haber estado en �l, como recogemos del nuevo vers�culo.

Versículo 7

Pero he aqu�, si vamos, �qu� le llevaremos al hombre?Aquellos que tienen prejuicios contra la historia sagrada y no conocen las costumbres orientales, pueden estar listos, a partir de las donaciones a los profetas, para imaginar que eran un grupo de personas mercenarias, y groseramente clasificarlos con hombres astutos y adivinos. que no revelar�, por principios de benevolencia, esos secretos, ni prever� esos sucesos futuros, del perfecto conocimiento del que se supone que poseen, sin exigir al ansioso investigador una gran recompensa. Esto, sin embargo, no dejar� huella en nadie m�s que en aquellos que no conocen los usos orientales, que Maundrell aplic� hace mucho tiempo con tanta claridad y fuerza al presente pasaje, que ha satisfecho suficientemente mi mente sobre este punto. Primero dar� las palabras de Maundrell y luego agregar� algunos comentarios propios. "Jueves 11 de marzo.presente, como es costumbre entre los turcos, para procurar una recepci�n propicia.

Se considera descort�s visitar este pa�s sin una ofrenda en la mano. Todos los grandes hombres lo esperan como una especie de tributo debido a su car�cter y autoridad, y se consideran ofendidos, e incluso defraudados, cuando se omite este cumplido. Incluso en las visitas familiares entre personas inferiores, rara vez los har� venir sin traer una flor, una naranja o alguna otra muestra de respeto hacia la persona visitada; los turcos en este punto manteni�ndose a la altura de la antigua costumbre oriental, insinu� 1 Samuel 9:7 . Si vamos (dice Saulo), �qu� le llevaremos al hombre de Dios? no hay un presente,&C. qu� palabras son indiscutibles para ser entendidas de conformidad con esta costumbre oriental, como una muestra de respeto, y no un precio de adivinaci�n. "Ver Viaje desde Alepo, p. 26. Maundrell no nos dice cu�l era el presente que ellos Entonces ser� m�s satisfactorio para la mente observar que en Oriente no s�lo env�an universalmente un regalo o lo llevan consigo, especialmente cuando visitan a superiores, ya sean civiles o eclesi�sticos; sino que este El presente es con frecuencia una pieza de dinero y de poco valor.

As� nos dice el obispo Pococke, que present� a un jeque �rabe de ilustre linaje, a quien aguardaba, y que lo acompa�� a la antigua Hier�polis, con una pieza de dinero que le dijeron que esperaba; y que en Egipto un aga, descontento con el presente que le hizo, mand� llamar al criado del obispo y le dijo que deber�a haberle dado un trozo de tela; y si no ten�a, hab�a que traerle dos lentejuelas, por valor de una guinea, de lo contrario no lo volver�a a ver, exigencia que cumpli�. En un caso se esperaba una pieza de dinero , en el otro se ped�an dos lentejuelas .Un regalo insignificante de dinero a una persona distinguida entre nosotros ser�a una afrenta: parece que no es as� en Oriente. De acuerdo con estos relatos del Dr. Pococke, se nos dice en los Viajes de Egmont y Heyman, que el pozo de Jos� en el castillo de El Cairo no se pod�a ver sin el permiso del comandante; que habiendo obtenido, a cambio le obsequiaron con una lentejuela. Ver Observaciones, p. 233.

Versículo 12

En el lugar alto� Aunque la palabra ??? bamah, dice el Sr. Locke, significa propiamente un lugar alto o lugar de sacrificio; sin embargo, el Targum lo traduce aqu�, como suele serlo en otros lugares, domus accubitus, una casa de banquete, porque banquete y sacrificio eran generalmente concomitantes entre s�. Ver Cudworth sobre el Sacramento. El Sr. Locke contin�a observando que la frase en el siguiente vers�culo, �l bendice el sacrificio, alude a la costumbre entre los hebreos de dar gracias antes de comer. Tambi�n era habitual para �l que daba gracias romper y repartir la comida. La par�frasis caldea, por lo tanto, lo tiene, porque �l debe dividir a la v�ctima. Lucas 24:30 parece aludir a esto.

Versículo 14

He aqu�, Samuel sali� contra ellos, etc. � Samuel los encontr� cuando estaba a punto de subir al lugar alto. Houb. Dios le dijo a Samuel en su o�do, en el siguiente vers�culo, significa que �l se lo revel� en privado.

REFLEXIONES.� Pocos habr�an buscado un rey elegido de un empleo como el de Sa�l; pero la elecci�n de Dios a menudo es maravillosa a nuestros ojos. Tenemos aqui.

1. Saulo envi� a buscar los asnos de su padre que se extraviaban. De acuerdo con la sencillez de aquellos tiempos, cuando ning�n hombre era demasiado grande para ocuparse de sus propios asuntos, Kish env�a a su hijo con un sirviente en busca de los asnos descarriados; y su hijo, dispuesto a obedecer las �rdenes de sus padres y trabajador en su negocio, se dispone inmediatamente a buscarlos.
2. Su b�squeda fue larga e infructuosa; y Sa�l, temeroso de que su padre se sienta inc�modo por su ausencia, decide entregarse y regresar. Los hijos obedientes siempre consultar�n con ternura la paz de sus padres.
3. El criado reflexiona sobre que estaban cerca de Ram�, donde viv�a Samuel, y sugiere si no valdr�a la pena consultarlo en la ocasi�n: le da un gran car�cter como un hombre de Dios y una persona muy respetable; un vidente, cuyas profec�as siempre se cumplieron, y que podr�a informarles de sus traseros perdidos.

Nota; (1.) Cuando estamos cerca de un hombre de Dios, vale la pena llamarlo y no pasar de largo sin un consejo. (2.) Las personas suelen ser m�s sol�citas con las cosas del mundo que con las cosas de Dios: y tan absurdas en su cuidado, que aquellos que corrieran a consultar a un ministro de Dios, podr�an orientarlos hacia la recuperaci�n de los bienes perdidos. , no consultar� ni ser� dirigido por �l para la recuperaci�n de sus almas perdidas.

4. Samuel acababa de salir de su puerta cuando Sa�l apareci� a la vista. El d�a anterior, mediante un susurro secreto de Dios, hab�a sido informado de su plan de enviarle a la persona designada para gobernar a su pueblo; y aunque con ira este rey fue dado, sin embargo, Dios tiene designios de gracia para responder: aunque sean ofendidos por su rey, ellos ser�n salvados por �l de sus enemigos.

Dios ha o�do su clamor, ya sea el clamor de angustia por el temor de los filisteos, o su anterior s�plica a Samuel; y ahora he aqu� el hombre que Dios ha designado para reinar sobre Israel como rey; o como la palabra significa, refrenarlos de la maldad de sus caminos. Nota; Cuando Dios castigue a su pueblo, se acordar� con ira de la misericordia.

Versículo 21

Sa�l respondi� y dijo: �No soy yo un benjamita, etc.? Samuel convenci� a Sa�l de que era un profeta inform�ndole del asunto por el cual hab�a venido a consultarlo; y hecho esto, le da a conocer la futura designaci�n de Dios de �l al trono de Israel: a lo que Sa�l responde en t�rminos igualmente modestos y humildes como los de Gede�n. Jueces 6:15 .

Versículos 23-24

Samuel dijo al cocinero: Trae la raci�n, etc. El autor de las Observaciones comenta que la paleta de cordero se considera en Oriente como un gran manjar. "Abdolmelick, el califa", dice, "al entrar en Cufah, hizo un espl�ndido entretenimiento. Cuando se sent�, entr� Amr�n, hijo de Haret, un antiguo mejzumiano; lo llam� y lo coloc� junto a �l. sentado en su sof�, le pregunt� qu� carne le gustaba m�s de todas las que hab�a comido; el viejo Mechzumian respondi�: `` Un cuello de asno bien sazonado y asado ''. `` No haces nada '', dice Abdolmelick; `` �qu� dices? �Una pierna o una paleta de cordero lechal bien asada y cubierta de mantequilla y leche?La historia agrega que mientras estaba cenando, dijo: "�Cu�n dulcemente vivir�amos si perdurara una sombra!" Este pr�ncipe entonces pens� que el hombro de un ser cordero de leche de la m�s exquisita de platos: y lo que dice explica pedido de Samuel que se reserve para el futuro rey de Israel, as� como lo que era que estaba sobre ella, la mantequilla y la leche circunstancia que el historiador sagrado menciona claramente, y que un lector europeo puede preguntarse qu� deber�a significar, pero que a�adi� tanto a la delicadeza de la carne, que un pr�ncipe oriental, as� como un autor oriental, se vieron claramente inducidos a mencionarlo ". Ver Observaciones, p. 173. Josefo llama al hombro,la porci�n real.

Versículo 25

Cuando bajaron del lugar alto, etc. � agrega la Vulgata al final de este vers�culo, y Sa�l le prepar� una cama en la parte superior de la casa y durmi�; que Houbigant aprueba. Nos referimos a su nota. �l pone todo as�: Samuel habl� con Sa�l en la azotea de la casa, y Sa�l le prepar� una cama all� y durmi�; 1 Samuel 9:26 . Entonces, hacia la primavera del d�a, Samuel llam� a Sa�l al terrado de la casa, diciendo: Lev�ntate,&C. La cr�tica de Houbigant se justifica con la siguiente observaci�n: en Alepo, dice el autor de las Observaciones, duermen en el verano en los techos de las casas y hacen lo mismo en Judea. As� Egmont y Heyman nos informan que en Caipha, al pie del monte Carmelo, las casas son peque�as y tienen techos planos, donde, durante el verano, los habitantes duermen en cenadores hechos con ramas de �rboles. Tambi�n mencionan carpas de juncos en las terrazas de las casas de Tiber�ades, que sin duda tienen el mismo prop�sito, aunque no lo dicen.

El Dr. Pococke tambi�n nos dice que cuando estuvo en Tiber�ades, en Galilea, fue entretenido por el mayordomo del jeque, el mismo jeque ten�a mucha compa��a con �l, pero le enviaba provisiones desde su propia cocina; y que cenaron en lo alto de la casa para refrescarse, seg�n su costumbre, y se alojaron all� igualmente, en una especie de armario de dos metros y medio, de mimbre, revestido hacia el fondo, pero sin puerta, cada uno persona que tiene su celular. En Galilea, entonces, encontramos, alojaron a un extra�o al que trataron con respeto en el techo de la casa, e incluso lo hicieron cenar all�. Quiz�s esto nos lleve a la verdadera explicaci�n del presente pasaje; que nos dice,que Samuel convers� con Sa�l en la azotea, y que en la primavera del d�a Samuel llam� a Sa�l a la azotea , o, como puede ser igualmente bien traducido, a la azotea (ver Noldius); es decir, Samuel convers� con �l para refrescarse en el techo de la casa por la tarde, y por la ma�ana llam� a Sa�l, quien pas� la noche all� y no se mov�a; diciendo: Lev�ntate, para que te despida. La LXX parece haberlo entendido mucho desde este punto de vista; porque as� tradujeron el pasaje: y extendieron una cama para Sa�l en la azotea, y �l durmi�; lo que demuestra lo agradable que resulta esta explicaci�n para quienes est�n familiarizados con las costumbres orientales. Ver Observaciones, p. 92.

Información bibliográfica
Coke, Thomas. "Comentario sobre 1 Samuel 9". Comentario de Coke sobre la Santa Biblia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tcc/1-samuel-9.html. 1801-1803.