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Bible Commentaries
2 Reyes 22

Comentario de Coke sobre la Santa BibliaComentario de Coke

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Introducción

Jos�as reina treinta y un a�os: repara las ruinas del templo. Hilc�as encuentra el libro de la ley. Hulda, la profetisa, predice la destrucci�n de Jerusal�n.

Antes de Cristo 623.

Versículo 8

Encontr� el libro de la ley. En general, se acepta que este fue el arquetipo escrito por Mois�s, y por �l se orden� que fuera depositado con el arca, en el lugar sant�simo, pero que alg�n piadoso sumo sacerdote hab�a hecho que fuera as� escondido en el reinado de Acaz o Manas�s, para evitar que sea destruido con todas las dem�s copias de �l; porque parece claramente por el tenor de la historia, que �ste era el �nico perfecto que quedaba. Pero es muy discutido, si fue todo el Pentateuco, enf�ticamente llamado ????? hattorah, la ley, o solo Deuteronomio,o incluso apenas los cap�tulos 28, 29, 30 y 31 del mismo. Josefo, al llamarlo "los libros sagrados de Mois�s", parece declarar completamente a favor del primero; otros han declarado a favor de este �ltimo, porque el libro de Deuteronomio es una especie de repetici�n o ep�tome de la ley mosaica. Calmet, entre algunos otros, sostiene la �ltima de estas tres opiniones, y piensa que aqu� no se quiere decir nada m�s que esa breve lumbrera que se encuentra en los cap�tulos de ese libro antes mencionados, en el que se encuentran contenidas todas las bendiciones y maldiciones que tanto alarm� al piadoso monarca.

Pero si este breve ep�tome, o incluso todo el Deuteronomio, fue todo lo que el sumo sacerdote encontr� escondido en el templo, �cu�ndo se recuper� el resto del Pentateuco? Si se dice que podr�a haber todav�a algunas copias de este �ltimo, entonces esta luminaria debe haber estado en �l; y ser�a sorprendente que uno o m�s no hubieran sido llevados ante un rey tan bueno, despu�s de haber dado pruebas tan notables de su piedad y celo; y si se le hubiera presentado alguno de ellos, se supon�a que hab�a descuidado la lectura, o nunca podr�a haber estado tan sorprendido y asustado al leer lo que le envi� el sumo sacerdote. Por lo tanto, pensamos, con el n�mero mucho mayor de jud�os y cristianos, que era todo el Pentateuco; y que podr�a haber todav�a varias copias imperfectas y mutiladas dispersas aqu� y all�, que ahora podr�a ser rectificado por este prototipo, despu�s de que saliera a la luz. Si se pregunta, �c�mo pudo el rey repasar esos cinco libros tan r�pidamente como para llegar pronto a las bendiciones y maldiciones? se puede responder que como su manera era escribir sobre vol�menes de considerable extensi�n, enrollados en uno o dos palos, podr�a suceder que estos �ltimos cap�tulos estuvieran en el exterior; y que el rey, impaciente por conocer su contenido, pudiera tener curiosidad por leerlo antes de haber desplegado una o dos vueltas. que se enrollaban alrededor de uno o dos palos, pod�a suceder que estos �ltimos Cap�tulos estuvieran en el exterior; y que el rey, impaciente por conocer su contenido, pudiera tener curiosidad por leerlo antes de haber desplegado una o dos vueltas. que estaban enrollados alrededor de uno o dos palos, pod�a suceder que estos �ltimos Cap�tulos estuvieran en el exterior; y que el rey, impaciente por conocer su contenido, pudiera tener curiosidad por leerlo antes de haber desplegado una o dos vueltas.

Sin embargo, estamos muy lejos de rechazar la noci�n de los jud�os, que creen que la Providencia lo dirigi� a esa misma parte. Algo como esto que encontramos sucedi� bajo el Evangelio, Lucas 4:17 . Hechos 8:28 ; Hechos 8:40 . Lo que parece m�s sorprendente es que todas las copias de la Escritura, que el buen rey Ezequ�as parece haber hecho que se escribieran y dispersaran por el reino (ver Proverbios 25:1.) deber�a haber desaparecido tan pronto, que ni Jos�as, ni el sumo sacerdote, hab�an visto a ninguno de ellos hasta que �ste sali� a la luz. Todo lo que se puede decir en este caso es que Manas�s, durante la primera parte de su reinado, hab�a causado tal estragos en ellos, que si quedaba alguno, solo estaba en unas pocas manos privadas, que los preserv� con la mayor cantidad de tiempo posible. precauci�n y secreto. Ver la Historia Universal.

REFLEXIONES.� Un respiro misericordioso m�s se le da al id�latra Jud�; otro buen rey, para probarlos, si a�n dan fruto, antes de que el hacha sea puesta a la ra�z del �rbol.

1. Aunque Jos�as era muy joven, pero ten�a ocho a�os, cuando lleg� a la corona, dio s�ntomas muy tempranos de piedad poco com�n, y todos sus d�as el fruto respondi� a las prometedoras flores. Nota; La piedad primitiva es particularmente agradable y prometedora.

2. Tan pronto como estuvo en condiciones de tomar las riendas del gobierno en sus propias manos, comenz� a reformar la adoraci�n interrumpida ya reparar el deca�do templo de Dios. Parece que se utiliza casi el mismo m�todo, como en los d�as de Jo�s, cap. 12: para cobrar el dinero, y la misma integridad aparece en las personas empleadas. Nota; Se puede confiar en los que se deleitan en el servicio del templo por su fidelidad y honestidad en las reparaciones del mismo.

3. En las reparaciones del templo, se encontr� felizmente el libro de la ley, generalmente se supone que es la copia misma, Deuteronomio 31:26 que Mois�s deposit� en el lugar sant�simo. Nota; (1.) La preservaci�n de los escritos inspirados a trav�s de tantas �pocas, y en medio de tantos enemigos, es un testimonio permanente de su autoridad divina.

(2.) Cuando la palabra de Dios es arrinconada, sin que el pueblo la note o se la niegue cruelmente, no es de extra�ar que abunde la iniquidad. (3.) Los que nunca han le�do todo el libro de Dios, no saben cu�nto contiene para hacerlos temblar, ni cu�nto para consolarlos; y sin embargo, cu�ntos cristianos, s�, protestantes, son as� negligentes, y nunca �una vez en la vida lean la palabra de Dios entera!

4. Hilc�as, habiendo le�do �l mismo el libro primero a Saf�n, desea que se lo transmita al rey y lo lea en sus o�dos, ya que conten�a asuntos que le afectaban tan profundamente y casi. Nota; (1.) Leer sus Biblias es uno de los mejores empleos que pueden realizar los reyes. (2.) Son inexcusables los que tienen este libro sagrado en sus manos y contin�an deliberadamente ignorantes de su contenido.

Versículo 14

Hulda la profetisa: esta es la �nica menci�n que tenemos de esta profetisa; y ciertamente le honra mucho que la consultaran en esta importante ocasi�n, cuando tanto Jerem�as como Sofon�as eran en ese momento profetas en Jud�. Pero Sofon�as, tal vez, en ese tiempo podr�a no haber comenzado a ser profeta, porque, aunque se nos dice que profetiz� en los d�as de Jos�as, Sofon�as 1:1 sin embargo, no se nos informa en ninguna parte en qu� parte de su reinado entr� en la profec�a prof�tica. oficina.

Jerem�as tambi�n podr�a estar en ese momento ausente de Jerusal�n, en su casa en Anathoth, o en alguna parte m�s remota del reino; de modo que, considerando la prisa y la impaciencia de Jos�as, no podr�a haber otra persona adecuada a quien acudir que esta profetisa; Bien seguro de cuya fidelidad al comunicar la mente y el consejo de Dios, el rey y los ministros que se apartaron de �l para preguntar, concluyeron acertadamente que era mucho m�s importante el mensaje que Dios enviaba, que la mano de qui�n lo transmit�a. eso. Ver Discursos selectos de Poole y Smith, p. 252.

Versículo 16

Incluso todos ... Seg�n todos. Nold. 868.

Versículos 18-19

En cuanto a las palabras que has o�do, etc., porque tu coraz�n estaba aterrorizado por las palabras que has o�do, y te has humillado, etc. Houbigant. Ver tambi�n 2 Cr�nicas 34:26 .

Versículo 20

Ser�s recogido en tu tumba en paz: La muerte de Jos�as fue en verdad repentina e inmadura; cay� en batalla contra los egipcios (ver el pr�ximo cap�tulo 2 Reyes 23:29 ); y, sin embargo, se puede decir que se fue a la tumba en paz, porque fue llamado de la vida mientras su reino estaba en una condici�n pr�spera, antes de que las calamidades con las que estaba amenazado le sobrevinieran, y mientras �l mismo estaba en paz y reconciliaci�n con Dios.

Por lo tanto, cuando los justos son apartados del mal venidero, aunque a la vista del universo parecen morir, y su partida se considera desdichada; sin embargo, cualquiera que sea su salida, bien puede decirse que mueren en paz, quienes, despu�s de su disoluci�n aqu�, son contados entre los hijos de Dios, y tienen su suerte entre los santos. Ver Isa�as 57:1 . Sab 3: 2 , etc.

Información bibliográfica
Coke, Thomas. "Comentario sobre 2 Kings 22". Comentario de Coke sobre la Santa Biblia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tcc/2-kings-22.html. 1801-1803.
 
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