Bible Commentaries
2 Reyes 5

Comentario de Coke sobre la Santa BibliaComentario de Coke

Introducción

Naam�n es enviado por el rey de Siria al rey de Samaria, para que sea curado de su lepra: Eliseo ordena a Naam�n que se lave siete veces en el Jord�n. Obedece y queda limpio. Giezi recibe dones de Naam�n y se vuelve leproso.

Antes de Cristo 894.

Versículo 5

�l � tom� consigo diez talentos de plata, etc.� Ver com. 1 Reyes 14:3 acerca de los presentes de comestibles; adem�s de lo cual, en otros casos, los obsequios que antiguamente se sol�an hacer, y en los �ltimos tiempos, a personajes eminentes por el estudio y la piedad, consist�an en grandes sumas de dinero o vestimentas. As� encontramos aqu�, que el presente que un noble sirio le habr�a hecho a un profeta israelita, con quien no esperaba quedarse en ning�n momento, o de hecho entrar en su casa, (ver 2 Reyes 5:11 .) Consist�a en diez Talentos de plata, seis mil piezas de oro y diez mudas de ropa.Es innecesario mencionar las gratificaciones pecuniarias que se han dado a los hombres de ciencia en Oriente en �pocas posteriores; pero en cuanto a las vestiduras, nos dice D'Herbelot, que Bokhteri, un poeta ilustre de Cufah en el siglo IX, le hizo tantos regalos a lo largo de su vida, que a su muerte se encontr� en posesi�n de cien trajes completos. de ropa, doscientas camisas y quinientos turbantes.

Prueba indiscutible de la frecuencia con que se hacen obsequios de este tipo en el Levante a los hombres de estudios; y, al mismo tiempo, una excelente ilustraci�n de la descripci�n de Job de los tesoros del este en sus d�as, que consist�an tanto en vestidos como en plata. Job 27:16 . Observaciones, p�g. 238.

Versículo 6

Para que lo recobre de su lepra , o "para que por tu mandato el profeta que est� contigo lo limpie". Ver 2 Reyes 5:3 . A menudo se dice que los reyes hacen las cosas que mandan que se hagan; en cuyo punto de vista, no hay ambig�edad en la carta del rey de Siria.

Pero el rey de Israel pens� que se burlaba de �l. La expresi�n del rey en el siguiente vers�culo, �Soy un Dios, etc.? Se refiere a lo que hemos tenido ocasi�n de comentar en las notas sobre Lev�tico, que la lepra siempre fue considerada una enfermedad infligida inmediatamente por Dios, y que s�lo �l pod�a curar.

REFLEXIONES.� La grandeza de Eliseo contin�a siendo el tema de la historia. Es un episodio agradable y un alivio del tenor uniforme del mal que hab�a en Israel y sus reyes.

1. Naam�n, por medio de una ni�a cautiva, se entera de los milagros del profeta. Era un gran general, triunfador en la guerra, un gran favorito de su amo, pero leproso. La cautiva, aunque era una ni�a cuando fue tomada, se acord� del gran profeta de Samaria y, como buena sierva, le cuenta a su ama de �l, y desear�a que su amo pudiera verlo: pod�a hacer m�s por �l que todos los m�dicos de Damasco . Nota; (1.) Un ni�o peque�o, si se le ense�a el conocimiento de Jes�s, el gran profeta, puede ser un predicador exitoso; y por boca de ni�os y lactantes, Dios puede perfeccionar su alabanza.

(2.) Todo buen siervo debe buscar el bienestar de la familia en la que se encuentra. (3.) La grandeza no protege de las calamidades m�s dolorosas que inciden en la vida humana. La enfermedad y la muerte encuentran un acceso tan f�cil al palacio como la caba�a. (4.) Di todo lo que puedas sobre la felicidad, el �xito o el honor mundanos de un hombre, pero estropea el todo. Si tiene sobre �l la lepra no curada del pecado, todo lo dem�s no es m�s que una espl�ndida miseria.

2. Naam�n est� ansioso por mejorar la sugerencia, aunque fue dada por una persona tan mezquina, e instant�neamente se prepara para esperar a este gran profeta, habiendo mencionado el asunto al rey de Siria y recibido una fuerte recomendaci�n a Joram, presumiendo que su autoridad con el profeta facilitar�a la aplicaci�n y curaci�n. Con un gran s�quito y cargado de regalos adecuados para la ocasi�n, se apresura a emprender el viaje y, al llegar a Samaria, entrega la carta al rey de Israel.

Nota; �Cu�n dispuestos est�n los hombres a probar todos los medios, y sin renunciar a gastos ni problemas, para obtener la curaci�n de sus enfermedades corporales! �Qui�n muestra tanto af�n de llevar sus almas enfermas al gran m�dico, aunque la curaci�n sea infalible, y tambi�n sin dinero y sin precio?

3. Joram apenas ley� la carta, se rasg� la ropa, ya sea sorprendido por la blasfemia que supon�a que conten�a, orden�ndole la curaci�n de un leproso, que era obra de Dios solamente, o aterrorizado por la aprensi�n de que esto se hiciera con un plan para pelear con �l, para invadir su pa�s. Le preocupaban tan poco los profetas de Dios, que no ten�a idea de que un sirio llegar�a tan lejos para pedir su ayuda. Nota; Aquellos que son conscientes de sus propios males, est�n dispuestos a aterrorizarse ante cada sombra y a poner las peores construcciones en lo que no tiene el menor mal dise�o.

4. Eliseo escuch� la angustia del rey y su causa; y, aunque ten�a una raz�n justa para quejarse de haber sido descuidado, sin embargo, cuando se trata de la gloria del Dios de Israel, sin pedirlo, ofrece su servicio, y har� por este sirio lo que el rey de Israel no puede, para que sepa que hay un profeta en Israel. . Nota; Aunque los hombres inicuos han perdido toda misericordia, Dios, para su propia gloria, a veces los ayudar� m�s all� de lo que tienen raz�n para esperar.

Versículo 9

Y se par� a la puerta de la casa de Eliseo.El hecho de que Eliseo no parece recibir al general sirio es atribuido por algunos al curso de vida retirado que llevaron los profetas; pero entonces, �por qu� lo vio y entabl� conversaci�n con �l, cuando regres� de su curaci�n? M�s bien deber�amos pensar que no fue impropio del profeta en esta ocasi�n tomar alg�n estado sobre �l y apoyar el car�cter y la dignidad de un profeta del Dios Alt�simo; especialmente porque este podr�a ser un medio para elevar el honor de su religi�n y ministerio, y para darle a Naam�n una idea m�s justa de su curaci�n milagrosa, cuando descubri� que no fue por la oraci�n ni la presencia del profeta, sino por la divina poder y bondad, que se efectu�. De conformidad con la ley, que exige que los leprosos, para su limpieza, sean rociados siete veces, Lev�tico 14:7; Lev�tico 14:57 el profeta orden� a Naam�n que se sumergiera con tanta frecuencia en el Jord�n, 2 Reyes 5:10 .

Pero el Jord�n, como argument� correctamente el sirio, no ten�a m�s virtudes en �l que otros r�os; ni el agua fr�a de ning�n tipo podr�a ser un medio adecuado para curar este moquillo; mejor dicho, era contrario a la enfermedad. Pero el prop�sito del profeta en �l era, sin duda, hacer m�s notorio el milagro y convencer plenamente a Naam�n de la divinidad del Dios de Israel.

REFLEXIONES.� Tenemos aqu�,

1. Naam�n, en toda su pompa y esplendor, un humilde pretendiente a la puerta del profeta: y recibe una respuesta clara y satisfactoria, que solo requer�a su obediencia y aseguraba su curaci�n. Nota; Aquellos que se encuentran esperando en Dios, pueden esperar de �l una respuesta de paz.

2. El orgullo de Naam�n no pudo soportar ni la recepci�n que recibi� ni la prescripci�n que le orden�; y enfurecido se marcha. Se hab�a prometido a s� mismo un profundo respeto, alguna aplicaci�n inmediata a su enfermedad y oraci�n por �l para su curaci�n; y se indign� cuando, en lugar de ver al profeta mismo, solo recibi� un mensaje de un sirviente; �Y tal mensaje, tan tonto a sus ojos, tan in�til! �No eran las aguas de Siria tan buenas como las del Jord�n? �Y necesitaba haber venido tan lejos para lavarse, cuando podr�a tener en casa los r�os m�s nobles de Abana y Pharphar? Nota;(1.) Un esp�ritu orgulloso interpreta el menor desaire sospechado en una ofensa atroz. (2.) El coraz�n moralista, como Naam�n, sabio en su propia opini�n, con orgullo se niega a aplicar el simple b�lsamo de la sangre de un Salvador y se imagina que algo aparte es necesario para su curaci�n. (3.) Los que se apartan de los m�todos de gracia de Dios rechazan sus propias misericordias.

3. Sus sirvientes, cuando su primera rabia se calm�, presumen, con sumisi�n, de razonar con �l sobre el caso. Si se hubiera sometido a los m�todos m�s costosos o m�s dolorosos que pudieran haberle prescrito, �cu�nto m�s deber�a ceder a uno tan barato y tan f�cil? Nota; (1.) Los hombres apasionados son sordos a los argumentos m�s sencillos: cuando se enfr�an, la raz�n se escuchar�. (2.) Un buen siervo arriesgar� el disgusto de su amo antes que verlo herido por su insensatez; pero si tiene �xito, debe esperar el tiempo adecuado y agregar el respeto y la deferencia que puedan llamar la atenci�n. (3.) Nadie debe estar por encima de que se le informe de sus faltas. (4) La sencillez y libertad del camino de la salvaci�n har� que los que lo rechacen sean m�s inexcusables.

4. Naam�n escuch� el sabio consejo y, convencido de lo razonable de la prueba, desciende al r�o, donde el experimento supera sus expectativas. Su lepra desapareci� y su carne se volvi� suave, hermosa y regordeta como la carne de un ni�o. �Pueden las aguas del Jord�n limpiar as� al sirio leproso, y la fuente de la sangre del Salvador no limpiar� con mucha m�s certeza al pecador leproso, que con fe desciende para lavar su alma manchada en esta corriente que todo lo purifica?

Versículo 17

Dos mulas carga de la tierra: deseaba la tierra de la tierra, porque la consideraba m�s santa y agradable a Dios, y apropiada para su servicio; o porque de esta manera �l declarar�a su relaci�n con el pueblo de Israel en la adoraci�n verdadera, y constantemente se pondr�a en mente su gran obligaci�n para con ese Dios de cuya tierra fue dada esta tierra. �l podr�a, de hecho, haber tenido suficiente de esta tierrasin ped�rselo a nadie; pero deseaba que el profeta se lo diera, creyendo, tal vez, que el que pusiera tal virtud en las aguas de Israel, podr�a poner tanto en su tierra, y hacerla �til y beneficiosa para �l de otra manera. Estos pensamientos en verdad eran infundados y extravagantes, pero excusables en un pagano y un novicio, a�n no suficientemente instruidos en la religi�n verdadera.

Versículo 18

En esto el Se�or perdone a tu siervo, etc. � Muchos piensan que Rimm�n, el gran �dolo de los fenicios, fue el sol. Parece no haber duda de que algunos de los planetas al menos fueron adorados con este nombre. Como Naam�n ha declarado en los vers�culos anteriores que no adorar� a ning�n otro dios que no sea Jehov�, parece haber mucha plausibilidad en la traducci�n de este vers�culo que ha sido dada por algunos eruditos y aprobada por muchos: En esto, el Se�or perdona tu siervo, que cuando mi se�or entr� en la casa de Rimm�n para adorar all�, y se apoy� en mi mano, y yo me postr� en la casa de Rimm�n; cuando me postr� en la casa de Rimm�n, el Se�or perdone a tu siervo en esto.Esto es razonable; pero ciertamente la incongruencia ser�a grande si Naam�n, que acababa de declarar su renuncia a la idolatr�a, ahora confesara su disposici�n a recaer en el mismo crimen y deseara el perd�n de Dios de antemano; mientras que, para pedir perd�n por lo que hab�a hecho mal y desear la intercesi�n del profeta ante Dios en ese favor, argument� una mente verdaderamente sensible a su transgresi�n anterior, y muy resuelta a evitarla para el futuro: y en consecuencia se supone , que a su regreso a casa se neg� a adorar a Rimm�n m�s, y por lo tanto fue despedido de ser general de las fuerzas del rey.

Sin embargo, Houbigant opina firmemente que Naam�n pide permiso para acompa�ar a su amo, el rey de Siria, meramente a t�tulo civil, al templo de Rim�n; lo cual �l piensa que bien podr�a estar permitido, mientras p�blicamente profesaba ser un adorador del Dios de Israel, y ofrec�a sacrificios y holocaustos solo a �l. El lector encontrar� mucho en Calmet y Roque sobre el tema, as� como en la nota de Houbigant sobre el lugar. La primera interpretaci�n tiene tambi�n el semblante del erudito Dr. Lightfoot.

REFLEXIONES.� El que se apart� furioso, ahora convencido por la experiencia, vuelve con humildad y gratitud para reconocer la misericordia que hab�a recibido.

1. Confiesa solemnemente su fe en el Dios de Israel, como el �nico Jehov�, y, renunciando a todos sus �dolos, decide de ahora en adelante no ofrecer sacrificios a ning�n otro Dios. Nota; Entonces solo conocemos verdaderamente a Dios, cuando, no por el mero razonamiento, sino por la experiencia bendita, encontramos su poder salvador ejercido en nuestros corazones.

2. Presiona al profeta para que acepte un regalo suyo, como muestra de su gratitud; pero esto, aunque indigente y capaz de emplearlo para sus pobres alumnos, se niega solemnemente; no como il�cito, sino como inadecuado: ser�a m�s para el honor de su Dios mostrar un desprecio por las riquezas de este mundo. Nota; (1.) Nada tan deshonroso en un profeta como la aparici�n de un esp�ritu mercenario. (2.) Donde el coraz�n est� fijo en una mejor porci�n, puede parecer al oro como escoria.

3. Hace una doble petici�n, que el profeta cumple. (1.) Pide la carga de tierra de dos mulas, para construir un altar al Dios de Israel, de ahora en adelante el suyo. �l mir� la tierra de Siria como contaminada de �dolos; y ahora est� tan apegado a la mism�sima tierra de Israel, como antes parec�a despreciarla. Nota; Cuando el coraz�n se vuelve a Dios, �cu�n diferente consideramos todo lo que se relaciona con �l! lo que era nuestro desprecio o aversi�n, tiene ahora nuestros m�s c�lidos afectos. (2.) Pide las oraciones de Eliseo por �l, para que su idolatr�a pasada pueda ser perdonada: no para que se le permita todav�a, como nuestra traducci�n insin�a, inclinarse en la casa de Rimm�n, en complacencia con su amo. A tal apariencia de gracia, el profeta no puede dejar de dar su aprobaci�n y lo despide en paz, como a alguien aceptado por Dios.Nota; (1.) Las transgresiones pasadas deben recordarse y lamentarse siempre. (2.) Deben ser animados los que dan s�ntomas de gracia de conversi�n real a Dios.

Versículo 26

�No estaba mi coraz�n contigo, etc.? - �No estaba yo presente contigo en la mente, cuando el hombre, etc.? - Ciertamente has tomado dinero, con el cual puedes comprar huertos y olivares, etc. Houbigant.

Versículo 27

La lepra de Naam�n se te pegar� a ti, sentencia que Giezi merec�a justamente, pues su crimen fue agravado por una codicia codiciosa, que es idolatr�a, profanaci�n del nombre de Dios, un robo franco, al tomar para s� lo que fue dado por otros mentira deliberada e insolente, un desprecio desesperado de la omnipotencia, la justicia y la santidad de Dios, un reproche horrible lanzado sobre el profeta y su religi�n, y un esc�ndalo pernicioso dado a Naam�n y a todos los dem�s sirios que tuvieran la oportunidad de escucharlo; mientras que, por tanto, se nos ense�a que Dios conoce nuestros pecados, aunque cometidos en secreto, y los castigar�; y particularmente que su ira persigue a todos aquellos, en general, que son dados a la codicia y ganancia deshonesta; y que los bienes adquiridos por medios perversos llevan consigo una maldici�n, que a menudo desciende depadres a sus hijos. Ver Poole y Ostervald.

REFLEXIONES.� De todos los hombres de Israel, no hab�a uno de quien pudi�ramos esperar una piedad m�s ejemplar que del favorecido Giezi, el compa�ero casi, m�s que el sirviente, del profeta, bendecido con su conversaci�n diaria, y contemplando continuamente su brillante ejemplo; y, sin embargo, lo encontramos tan vil y endurecido como el israelita m�s id�latra. Nota; Los mejores hombres y ministros no pueden cambiar ni siquiera a los que est�n bajo su propio techo. Es m�s, para su pesar, los ven a veces m�s insensibles y est�pidos que cualquier otro.

1. El pecado de Giezi fue grande. Amante de las ganancias deshonestas, no pod�a ver los obsequios sin anhelarlos y culpar a la negativa de su amo: mentiroso y ladr�n, despreocupado de la deshonra que tra�a al profeta; o qu� disgusto podr�a tener Naam�n contra Dios por tal procedimiento: astuto y disimulado, y como si pudiera enga�ar al Esp�ritu de Dios en su maestro, buscando cubrir una mentira con una peor. Nota; (1.) El amor al dinero es la ra�z de todos los males.

Los que resuelven ser ricos, resuelven su destrucci�n y perdici�n, 1 Timoteo 6:9 . (2.) La codicia y la mentira est�n casi aliadas. (3.) Cuando el coraz�n se endurece por un pecado, se dispone m�s f�cilmente a otro mayor. (4.) La esperanza de la ocultaci�n y la impunidad es el gran est�mulo para hacer el mal.

2. Su castigo fue ejemplar. Eliseo silencia su lengua mentirosa. Su esp�ritu lo sigui� al carro, y al lugar donde se deposit� el robo, y claramente previ� c�mo se propon�a pagar la paga de la injusticia: pero su maldad le proporcionar� un breve disfrute. La maldici�n de Dios es denunciada sobre �l, la plata de Naam�n se convierte en su lepra para devorar su carne, y la enfermedad acarrea su �ltima posteridad.

Las puertas de Eliseo se cierran inmediatamente para �l, y sale un leproso, repugnante como incurable. Nota; (1.) El gozo de la iniquidad pr�spera es de corta duraci�n, transitorio y termina en dolores amargos como interminables. (2.) De esta manera Dios finalmente dejar� al descubierto la locura, el pecado y la verg�enza de los hombres; y, mudos ante �l, ser�n expulsados ??de su presencia, para sufrir la justa recompensa por sus obras.

Información bibliográfica
Coke, Thomas. "Comentario sobre 2 Kings 5". Comentario de Coke sobre la Santa Biblia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tcc/2-kings-5.html. 1801-1803.