Bible Commentaries
2 Reyes 9

Comentario de Coke sobre la Santa BibliaComentario de Coke

Introducción

Jeh� es ungido rey de Israel para destruir la casa de Acab; mata a Joram, y despu�s a Ocoz�as; manda a Jezabel que sea arrojada por una ventana, cuya carne devoran los perros, seg�n la predicci�n de El�as.

Antes de Cristo 884.

Versículo 1

Eliseo - llamado uno de los hijos de los profetas - Algunos de los m�dicos jud�os han opinado que este mensajero era el profeta Jon�s, quien, sobre esta suposici�n, debi� ser un hombre muy joven, porque Jeroboam el segundo, en cuya reinado Jon�s profetiz�, no ascendi� al trono hasta unos cincuenta a�os despu�s de este nombramiento de Jeh� en el reino de Israel. Sea como fuere, es razonable pensar que Eliseo no fue �l mismo a desempe�ar este oficio, ya sea porque ya era anciano y no era apto para ese viaje, o porque era una persona demasiado conocida y no tan apropiada para �l. ser empleado en un asunto que requiriera secreto.

Versículo 3

Te he ungido por rey sobre Israel. Seg�n los jud�os, ninguno de los reyes de Israel fue ungido sino los de la casa de David, y estos s�lo cuando hubo una duda sobre su sucesi�n; como Salom�n, dicen, no necesitaba haber sido ungido, si no hubiera sido por la facci�n de Adon�as. Pero en el caso de Jeh�, en quien la sucesi�n del reino de Israel se trasladar�a de la l�nea derecha de la familia de Acab, a otra familia que no ten�a derecho al reino, sino simplemente el nombramiento de Dios, era una necesidad para su unci�n, tanto para transmitirle un t�tulo como para investirlo con la posesi�n real del reino.

Porque si lo que algunos imaginan de 1 Reyes 19:16 es cierto, que el profeta El�as hizo antes de este tiempo ungir a Jeh�, esa unci�n le confiri� solo un derecho remoto sobre el reino, de la misma manera que la unci�n de Samuel lo hizo con David; ver 1 Samuel 16:13 .

Versículo 11

�Por qu� vino a ti este loco? Ver N�meros 11:25. Los oficiales que estaban en compa��a de Jeh� pod�an percibir f�cilmente, por el aire, el h�bito y la manera de hablar de la persona que abord� a Jeh� con tanta valent�a, y cuando hubo hecho su negocio desapareci� tan repentinamente, que era un profeta; pero entonces podr�a haber varias razones que podr�an inducir a los hombres de su profesi�n a tener una opini�n despreciable de los hombres de ese orden. El curso r�gido y oscuro de la vida que llevaron los profetas, y su descuido de las cosas de este mundo, podr�a pasar con ellos por una especie de enamoramiento, y los santos ejercicios a los que se dedicaban, no m�s que por un frenes� religioso; adem�s de esto, los falsos profetas que hab�an visto en la corte de Acab hab�an ofendido justamente, y por sus gestos afectados y contorsiones estudiadas, por lo que pensaban recomendar sus toscos entusiasmos, se hicieron justamente rid�culos y despreciables; y por lo tanto, no es de extra�ar que estos oficiales censuraran a primera vista a un verdadero profeta, ya que pensaban que ten�an raz�n para juzgar a los falsos profetas que hab�an conocido; especialmente cuando encontramos a algunos l�deres de la tribu de Jud� tratando a los profetas del Se�or como necios y locos. VerEzequiel 23:30 . Jeremias 29:26 y Cicer�n de Divinat. lib. 2:

Nota; (1.) No es la �ltima vez que los siervos celosos de Dios han sido llamados locos. As� fue marcado Pablo, e incluso el bendito Jes�s; Que ninguno de sus seguidores, por tanto, se maraville, si un mundo carnal todav�a juzga as� de ellos. (2.) Si los hombres mundanos esperan de los profetas de Dios reprensi�n y conversaci�n religiosa, que no se sientan decepcionados por el esfuerzo de asegurar su consideraci�n a expensas del silencio o cualquier sumisi�n pecaminosa.

Versículo 17

Hab�a un centinela en la torre. Tanto en tiempos de paz como de guerra, era habitual colocar centinelas en lugares altos y eminentes dondequiera que estuviera el rey, para evitar que lo sorprendieran. As� David en Jerusal�n fue informado por los atalayas, que sus hijos hab�an escapado de la matanza de Absal�n, cuando �l pensaba que todos estaban perdidos, 2 Samuel 13:34 ; y, por tanto, Joram, que ten�a una armadura delante de Ramot de galaad, ten�a buenas razones para vigilar cada movimiento, especialmente desde ese lugar. Ver Calmet.

Versículo 22

Mientras sean tantas las prostituciones de tu madre Jezabel y sus hechicer�as, es decir, mientras sus idolatr�as, con las que hechiza al pueblo, contin�en y se multipliquen. Reprendi� a Joram por los pecados de su madre, no por los suyos propios, porque los de ella eran m�s notorios e infames, y lo que por su connivencia hab�a hecho suyo; porque eran la raz�n principal por la que Dios los infligi� y vino a ejecutar estos juicios; y porque no pudo encontrar ninguna acusaci�n odiosa contra �l, excepto sobre los becerros de oro, que deliberadamente se neg� a mencionar, porque �l mismo ten�a la intenci�n de mantenerlos al d�a. Ver Poole y Calmet.

Versículo 26

La sangre de Nabot y la sangre de sus hijos. Debe observarse que en la historia de Nabot, registrada en 1 Reyes 21 no encontramos ninguna menci�n de la muerte de sus hijos; pero no es raro que la Escritura proporcione en un lugar lo que se ha omitido en otro. Por lo tanto, no es improbable que, como Nabot fue acusado de alta traici�n, toda su familia estuvo involucrada en su ruina, y toda su propiedad confiscada al tesoro del rey; y lo que parece confirmar esta opini�n es que encontramos a El�as ni una sola vez pensando en el rey para restaurar la vi�a a los hijos de Nabot, ni al rey en el momento de su arrepentimiento alguna vez pensando en hacerlo, porque, a toda apariencia humana , no quedaban herederos.

A pesar de esto, Grocio y otros sabios han observado que estas palabras pueden significar nada m�s que la pobreza extrema a la que se vio reducida la familia de Nabot, por la muerte del padre y la confiscaci�n de sus bienes. Porque entre los hebreos, dicen, todos los castigos y miserias se llaman sangre. Lev�tico 17:4 . Y quitarles la propiedad, en la que habr�an vivido, era en efecto quitar la sangre, que es la vida de toda criatura. Pero esto, creo, es un poco forzado. Ver Le Clerc y Calmet.

REFLEXIONES.� Como el �xito depend�a de la rapidez de su marcha, tenemos a Jeh�, sus carros y jinetes, con ansiosa prisa presionando hacia Jezreel.

1. El centinela de la torre divisa a lo lejos la compa��a que se acerca, y Joram, deseoso de conocer la causa, env�a repetidos mensajeros, a quienes Jeh� detiene. A medida que se acercaba, el centinela, por su conducci�n furiosa, llega a la conclusi�n de que era Jeh� y la hueste de Rammot de galaad. Nota; Es demasiado tarde para preguntar: �Es la paz? cuando se desenvaina la espada, y aparece Jes�s con su hueste, viniendo en las nubes del cielo para juzgar.

2. Incapaz, por impaciencia, de esperar, o m�s bien por infatuaci�n divina se apresur� a su ruina, Joram ordena su carro, y se apresura a encontrarse con Jeh�, y Ocoz�as lo acompa�a; y �d�nde se encontrar�an sino en el mismo lugar de la vi�a de Nabot? Joram, que no sospecha del peligro, s�lo parece preocupado por saber si vencieron triunfantes a los sirios o huyeron como vencidos; hasta que la respuesta de Jeh� lo desenga��, y la acusaci�n de idolatr�a y fornicaci�n de su madre, que �l alent� y copi�, le hizo perder la paz y esperar la espada de un Dios vengador. Nota;(1.) La providencia, en muchos casos, por sucesos extra�os hace que la justicia de Dios parezca gloriosa a los ojos de los hombres. (2.) La paz es todav�a el grito del pecador, cuando la ruina le pisa los talones. (3.) Las fornicaciones que ahora son el placer del pecador, pronto producir�n su dolor eterno.

3. Demasiado tarde se descubre la traici�n y Joram intenta escapar; pero la flecha del arco de Jeh� detiene su vuelo; y, como verdugo de la venganza divina, Jeh� ordena a su capit�n que arroje su cad�ver en la vi�a de Nabot, seg�n la profec�a, 1 Reyes 21:19 . Tampoco debe perdonarse a Ocoz�as: como se encuentra en tan mala compa��a, debe caer con ellos. Nota; (1.) Cuando el juicio alcanza al pecador, entonces es demasiado tarde para volar. (2.) Aquellos que son compa�eros de necios, ser�n destruidos con ellos.

Versículo 30

Se pint� la cara: en el margen, puso los ojos en la pintura: la palabra ???? puk, pintura rendida , significa una sustancia mineral, estibio o estimulante, tambi�n llamado plumbago o plomo negro, una especie de ocre de muy fino y partes sueltas. La palabra vuelve a aparecer, Jeremias 4:30y tanto all� como aqu�, se menciona algo con lo que las mujeres se colorearon los ojos. En este d�a, las mujeres en muchas partes del este, se ti�en los ojos de negro para realzar su belleza. El ingenioso autor del "Acuerdo de costumbres entre los indios orientales y los jud�os" ilustra bien este asunto. "Ezequiel", dice, "describiendo la idolatr�a de Jerusal�n, bajo la figura de una mujer lasciva, la acusa de frotarse los p�rpados con plomo negro cuando sus amantes vinieron a atenderla". Ezequiel 23:40 .

Esto es lo que tambi�n encontramos que hizo Jezabel. Se pint� los p�rpados o los ojos con plomo negro y se puso adornos en la cabeza. Si podemos juzgar esta pr�ctica por nuestras modas, no era muy apropiado hacer que las mujeres fueran m�s atractivas, sin embargo, la costumbre todav�a se usa entre las mujeres indias que son blancas, quienes, para realzar el brillo de su tez y hacer su ojos m�s languidecientes, p�ntelos redondos con albayalde, que sirve casi para el mismo prop�sito que los parches que usan algunas damas europeas. Vea Los viajes de Tavernier a Persia, Historia natural de Alepo de Russel y Los viajes de Shaw. El �ltimo autor citado observa que la pr�ctica antes mencionada fue utilizada tanto por los griegos y romanos como por las naciones orientales; ya esto Juvenal se refiere claramente, Sat. 2:

Ille supercilium madida fuligine tinctum, Obliqua producit acu, pingitque trementes Attollens oculos.
Con l�pices de color negro azabache en sus cejas se ti�e, Y, toc�ndose suavemente, pinta sus ojos temblorosos.
Vea Parkhurst en la palabra ??? pak.El Dr. Shaw observa adem�s, que el m�todo general de construcci�n, tanto en Berber�a como en el Levante, parece haber continuado igual desde las edades m�s tempranas hasta este momento, sin la menor alteraci�n o mejora. Puertas grandes, c�maras espaciosas, pavimentos de m�rmol, patios enclaustrados, con fuentes a veces jugando en el medio, son sin duda comodidades muy bien adaptadas a las circunstancias de estos climas m�s c�lidos. Los celos de estas personas tambi�n son menos propensos a alarmarse, mientras que, si exceptuamos una peque�a ventana enrejada o un balc�n que a veces da a la calle, todas las dem�s ventanas se abren a sus respectivos patios o cuadril�teros.

S�lo durante la celebraci�n de alguna fiesta p�blica se dejan abiertas estas casas y sus ventanas o balcones enrejados; porque, siendo este un tiempo de gran libertad, jolgorio y extravagancia, cada familia tiene la ambici�n de adornar tanto el interior como el exterior de sus casas con sus muebles m�s ricos; mientras multitudes de ambos sexos, ataviadas con sus mejores galas, y dejando a un lado toda modestia y moderaci�n, entran y salen donde les plazca. El relato que tenemos aqu� de Jezabel visti�ndose y mirando por una ventana para la entrada p�blica de Jeh� a Jezreel, nos da una idea viva de una dama oriental en una de estas solemnidades p�blicas. Ver Trav. pag. 227. 229.

Versículo 32

All� miraron �dos o tres eunucos�. Seg�n la costumbre de las naciones orientales, el negocio de este tipo de gente era atender a las reinas en sus aposentos. Por su gran fidelidad y obsequio, generalmente se ganaron la estima y fueron admitidos en la confianza de aquellos a quienes serv�an; y as�, muy a menudo en lugares de gran confianza y beneficio. Sin embargo, es notable de los eunucos de Jezabel que estaban lejos de serle fieles. Algunos de los m�dicos jud�os consideran a Jezabel como un castigo seg�n la Lex talionis; porque, como ella hab�a hecho, as� sufri�.

Ella hab�a hecho que apedrearan a Nabot, y ahora est� condenada a ser apedreada ella misma: porque hab�a dos formas de apedrear, o arrojando piedras a los malhechores hasta que fueran derribados y asesinados, o arroj�ndolos sobre las piedras desde un lugar alto, y as� hacerlos pedazos. Vea a Patrick y Calmet. Las palabras, �l la pisote�, al final del vers�culo 33, Houbigant las traduce , es decir, los caballos la pisotearon.

REFLEXIONES.� Durante mucho tiempo esta mujer odiosa y monstruosa, llena de travesuras, hab�a distribuido su siniestra influencia, desafiando a Dios y tentada por una larga impunidad a pensar que ella deber�a reinar alguna vez como una reina y no ver el dolor. Pero la venganza, aunque lenta, es segura.

1. Su orgullo e insolencia resistieron hasta el final. Desamparada bajo el azote ahora ca�do sobre su casa, y adornada con pintura y joyas, a�n actuar�a como la reina, y desde su ventana se atreve a insultar al Jeh� conquistador. Nota; (1.) Cuando Dios, en un juicio justo, entrega al pecador a su coraz�n endurecido, entonces se precipita en la ruina como el caballo a la batalla. (2.) Un rostro pintado es la m�scara del diablo. Como Jezabel, a quien los tales imitan, su orgullo caer�. (3.) Aquellos que actuar�an con celo por Dios, a menudo ser�n insultados y amenazados; pero, como Jeh�, no se dejar�n intimidar.

2. Jeh�, burl�ndose de su rabia impotente, grita apresuradamente: �Qui�n est� de mi lado? �Qui�n? y algunos eunucos que se presentan a la convocatoria, les pide que la arrojen, lo que por temor a Jeh� obedecieron instant�neamente, y su sangre manch� las paredes del palacio, y fue rociada sobre los caballos de Jeh�, mientras conduc�a sobre su cad�ver. Nota; (1.) No hay nada neutro entre Cristo y Belial. Si estamos del lado del Se�or, debemos aparecer por �l. (2.) La maldad y la miseria son inseparables. Aunque por un tiempo el pecador levante su cabeza en alto, pronto ser� puesta en el polvo y a�n m�s abajo en el infierno.

3. Habiendo tomado posesi�n del palacio, y refrescado despu�s de su marcha, en respeto a su ascendencia real, Jeh� proyecta a Jezabel una tumba, olvid�ndose de la denuncia pronunciada sobre ella; pero Dios hab�a cumplido su propia palabra. Los perros hab�an devorado su cad�ver y solo quedaban algunos fragmentos dispersos; de lo cual, cuando Jeh� fue informado, reflexion� sobre la palabra de El�as y admir� su terrible logro.

Quien viva era tan imperiosa, cruel y arrogante, es devorada como carro�a, y hasta una tumba se le niega. Nota; (1.) Ya sea que lo pretendamos o no, la palabra del Se�or tendr� su cumplimiento exacto. (2.) No solo el cad�ver, sino la misma memoria de los malvados se pudrir�. (3.) Que el destino de Jezabel sea una advertencia contra sus pecados.

Información bibliográfica
Coke, Thomas. "Comentario sobre 2 Kings 9". Comentario de Coke sobre la Santa Biblia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tcc/2-kings-9.html. 1801-1803.