Bible Commentaries
2 Samuel 20

Comentario de Coke sobre la Santa BibliaComentario de Coke

Introducción

Seba hace fiesta en Israel: Joab mata a Amasa, y luego asedia la ciudad de Abel, adonde hab�a huido Seba. La mujer sabia trata con Joab desde el muro. La cabeza de Sab� es arrojada a Joab.

Antes de Cristo 1022.

Versículo 1

Ver. 1. Tenemos parte en David, y c.- La propensi�n de los hijos de Israel a la rebeli�n es aqu� muy obvio para remarcar. Solo se necesita un f�sforo para encender el fuego de la discordia. Las diez tribus que disputaron con la de Jud�, su contienda fue tan alta, que un hombre malvado, Sheba, un benjamita, muy probablemente un pariente de Sa�l, consider� suficiente para ocasionar una revuelta. En lugar del hijo de Bicri, podr�a traducirse como uno de los pr�ncipes o de los jefes de la tribu de Benjam�n; y se ha pensado que Seba, despu�s de Amasa, era uno de los principales comandantes del ej�rcito de Absal�n.

Versículo 3

El rey tom� a las diez mujeres, sus concubinas, etc. � Tan pronto como David lleg� a Jerusal�n, una de sus primeras preocupaciones fue quitar a esas concubinas, o esposas secundarias, de quienes Absal�n hab�a abusado tan escandalosamente. Por lo tanto, orden� que fueran separados del palacio y mantenidos en un lugar adecuado de reclusi�n y retiro, donde terminaron sus vidas como viudas. Los jud�os dicen que las viudas de sus reyes nunca podr�an volver a casarse.

David las trat� como a viudas y permiti� que no volvieran a aparecer en p�blico, para que hubiera la menor renovaci�n posible en la mente de los hombres de la oprobiosa infamia de su hijo. Mahoma, que tom� prestadas una variedad de sus leyes de los jud�os, prohibi� a sus esposas volver a casarse despu�s de su muerte. Ver Selden, Uxor. Heb. lib. 1: gorra. 10.

REFLEXIONES.� Cuando los esp�ritus de los hombres se exasperan en los tumultos populares, alg�n jefe astuto y ambicioso no logra mejorar las circunstancias para su propio progreso.

1. Seba, hijo de Bichri, un benjamita, un hombre de Belial, pensando que ahora podr�a subir al trono, ampl�a la brecha hacia la rebeli�n. Dado que Jud� parec�a absorto en el rey, �l aconseja a los hombres de Israel que renuncien a las diez partes que reclaman y que no participen en David. Se toca la trompeta y ahora Sheba es su l�der. Nota; (1.) No debemos prometernos una larga paz aqu� abajo. Mientras reina la vieja enemistad en el coraz�n del pecador, surgir�n nuevas tormentas. (2.) Las peleas tontas tienen consecuencias peligrosas. (3.) Tenemos tendencia a ir hacia los extremos; y aquellos que parec�an los amigos m�s celosos a veces se convierten en enemigos m�s ac�rrimos.

2. David procede a Jerusal�n, y su primer cuidado es encerrar a sus concubinas, a quienes Absal�n hab�a profanado, Nota; La jubilaci�n oscura es el lugar m�s adecuado para aquellos que se han hecho p�blicamente escandalosos.

Versículo 9

Joab tom� a Amasa de la barba � para besarlo�. Aquellos, entre los �rabes, que se conocen m�s �ntimamente, o tienen la misma edad y dignidad, se besan mutuamente la mano, la cabeza o el hombro , dice el Dr. Shaw; pero no menciona que se agarraran de la barba para besar. Thevenot, sin embargo, nos asegura, que entre los turcos es una gran afrenta tomar a uno por la barba, a menos que sea para besarlo, en cuyo caso suelen hacerlo. No s� si se refiere a besarlo , besarle la barba o no; pero Joab toma a Amasa de la barba para besarlo,parece dise�ado para expresar su toma de barba para besarla; al menos esto es conforme a las costumbres de quienes ahora viven en ese pa�s; pues D'Arvieux, al describir la reuni�n de varios de los peque�os pr�ncipes �rabes en un espect�culo, nos dice que "todos los emires se reunieron poco tiempo despu�s, acompa�ados de sus amigos y asistentes; y despu�s de las habituales cortes�as, caricias, besos de la barba,y de la mano, que cada uno daba y recib�a, seg�n su rango y dignidad, se sentaban sobre esteras ". En otra parte habla de las mujeres besando la barba de sus maridos, y los hijos la de sus padres, y rec�procamente saludando a los dem�s. de esta manera; pero el hecho de hacerlo por sus emires responde m�s exactamente a este relato de Joab y Amasa; y en esta postura encorvada pod�a ver mucho mejor para dirigir el golpe, que si solo se hubiera tomado la barba y se hubiera levantado para besar su rostro Observaciones, p. 260.

Versículos 10-13

Lo golpe� ... Esta acci�n fue acompa�ada con la mayor perfidia e insolencia. Muchas razones concurrieron para evitar que David lo llamara a una cuenta ahora; particularmente su poder, autoridad e inter�s con el ej�rcito: pero est� claro que nunca olvid� este ultraje de Joab. 'Que lo resinti� mucho, lo encontramos en su �ltimo cargo a Salom�n, donde recomienda y le da el cargo a su hijo para que le haga justicia a ese maldito asesino. Ahora no estaba en condiciones de hacerlo. Joab era un tema demasiado poderoso para ser llevado a cuentas.

Despu�s de la muerte de Absal�n, tuvo la insolencia de decirle al rey con juramento que har�a que todos sus s�bditos lo abandonaran; y despu�s de este asesinato de Amasa, retom�, contrariamente a la voluntad de su amo, el mando de todas las fuerzas, que le ten�an cari�o como su propio general, porque hab�a restablecido la tranquilidad de la tierra sofocando la insurrecci�n de Saba. El hecho de que Joab continuara siendo capit�n general de todas las fuerzas, no fue por la inclinaci�n de David, sino contraria a ella, y por la fuerza.

Versículo 14

A Abel, a Bet-maaca y a todos los beritas; a Abel Bet-maaca, adonde se reunieron para �l todos los beritas. Houbigant. Vea el siguiente verso. Abel Bet-maacah era una ciudad entre el L�bano y el Antibano, al norte de Damasco. Los beritas eran probablemente los habitantes de Beerot, que eran benjamitas.

Versículo 15

Levantaron un terrapl�n contra la ciudad. La LXX lo traduce, allanaron el terrapl�n, o glacis, de la ciudad; que recibe algo de semblante de las palabras inmediatamente siguientes, y se par� en la trinchera. La Vulgata lee, y rodearon la ciudad con fortificaciones. Pero algunas personas eruditas han imaginado que la palabra ???? solelah, traducida como un banco, significa una m�quina de guerra, usada para arrojar piedras u otros cuerpos pesados ??contra los muros de una ciudad. Parkhurst es de esta opini�n, quien dice, que significa un balista, un maltratomotor, antiguamente utilizado para disparar piedras contra la muralla de una ciudad sitiada, con el fin de derribarlas. Que este es el verdadero significado de la palabra, en lugar de un banco amontonado de piedras o tierra, parece evidente por el pasaje presente y Jeremias 6:6 ; Jeremias 32:24 ; Jeremias 33:4 .

Una de las versiones griegas en la Hexapla lo traduce , Ezequiel 26:8 por ??????????? balistas. Pero si alguien en algunos lugares prefiere el otro significado, que las versiones antiguas generalmente favorecen, ser� mejor convertirlo en bater�a,que preservar� la idea de la palabra. El Dr. Delaney observa que de los relatos que tenemos de que Joab cav� una trinchera alrededor de esta ciudad y golpe� las paredes, los cr�ticos han concluido justamente que la ciencia de sitiar ciudades con l�neas de circunvalaci�n y contravalorizaci�n, como ellos las llaman, y golpear motores, era mucho m�s antiguo de lo que nos dej� cualquier relato de esta pr�ctica en la historia del mundo pagano: aunque Her�doto, en su primer libro, le da a Harpagus, el general de Ciro, el cr�dito de haber inventado las l�neas ahora mencionadas, y tomado la ciudad de Phocoea (la primera ciudad, seg�n �l, as� tomada) por esa invenci�n; mientras que el escritor sagrado habla de una de esas l�neas con motivo del sitio de Abel, como algo familiar y bien conocido por sus lectores. Vea a Scheuchzer en el lugar.

Versículos 16-20

Entonces grit� una mujer sabia, etc.� Mientras Joab presionaba el sitio con toda seriedad, una mujer sabia, que probablemente era institutriz de la ciudad, (un cargo, aunque generalmente ocupado por hombres, pero a veces administrado por mujeres, como D�bora, Athaliah, Judith, etc.) Esta mujer sabia desde adentro grit� por encima de los muros y deseaba hablar con �l, con toda la modestia y la decencia del lenguaje que se usaba en ese momento: antes de lo que ten�a que decir con un breve relato de la reputaci�n de sabidur�a ( 2 Samuel 20:18 ) en la que antiguamente se encontraba esa ciudad; ella encubiertamente, como el texto, 2 Samuel 20:19 Se entiende generalmente, se le reprocha la iniquidad de ir a destruir una ciudad antigua y venerable de su naci�n, sin proponer t�rminos de sumisi�n a ella, y ofrecer la paz al aceptar esos t�rminos, como la ley de Dios expresamente orden� ser hecho, incluso a una ciudad hostil y pagana.

Deuteronomio 20 . Ella insiste en que su ciudad era fiel y pac�fica en Israel: �con qu� pretensi�n, entonces, podr�a comprometerse a destruir una ciudad de ese car�cter? �No fue esto para destruir una ciudad madre y para consumir la herencia del Se�or?Su discurso est� marcado con todos los caracteres de la sabidur�a; cercano, claro y convincente; singularmente enf�tico y conmovedor, y eso tambi�n respaldaba la reputaci�n de su ciudad. Dif�cilmente puede suponerse que ella emprendi� este parlamento de otra manera que en concierto con las principales personas de su ciudad; y si es as�, seguramente nada podr�a manejarse con m�s direcci�n que la elecci�n de una mujer sabia y venerable para defender su causa. En primer lugar, su sexo y car�cter la incitaban a la atenci�n y el respeto, que posiblemente no podr�an haber estado tan bien asegurados a ning�n rebelde del otro sexo, con un hombre del esp�ritu rudo y altivo de Joab. En segundo lugar, sab�an que las ciudades antiguas y honorables sol�an ser consideradas bajo el car�cter de matronas, veneradas por la virtud y una numerosa prole bien educada, una forma de hablar familiar en todos los idiomas; y de hecho encontramos con frecuencia ciudades y pa�ses en peligro, representados bajo el car�cter de matronas quejumbrosas, tanto en los escritos como en las medallas de los antiguos. Entonces, �qui�n podr�a ser un representante tan adecuado de una ciudad en apuros, como una matrona quejica?

Versículo 23

Joab estaba sobre todo el ej�rcito de Israel.Joab, habiendo puesto fin con �xito a la rebeli�n de Sab�, regres� a Jerusal�n con el rey y regres� con tal peso de popularidad, como para proteger eficazmente su atroz asesinato de Amasa de todos los intentos de investigaci�n o castigo. "El crimen", como lo expresa Floro, "estaba dentro de la gloria:" y no s�lo as�, sino que lo reinstal� igualmente en el mando supremo del ej�rcito. As� le pareci� bien a la sabidur�a divina permitir que la ambici�n rebelde e impetuosa de Joab, en un momento separada de todo sentido del deber, y en otra unida a �l, castigara la culpa de cuatro notorios rebeldes sucesivamente, Abner, Absal�n, Amasa y Saba, con muertes espantosas; dos de ellos, en verdad, traicioneros y repentinos; pero todo, en las retribuciones de la Providencia, judiciales y justas. El Dr. Delaney piensa,

Información bibliográfica
Coke, Thomas. "Comentario sobre 2 Samuel 20". Comentario de Coke sobre la Santa Biblia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tcc/2-samuel-20.html. 1801-1803.