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Bible Commentaries
Deuteronomio 10

Comentario de Coke sobre la Santa BibliaComentario de Coke

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Introducción

Mois�s contin�a relatando c�mo hizo las segundas tablas por orden del Se�or; y los exhorta al amor de Dios, a la circuncisi�n del coraz�n y al respeto por los extra�os.

Antes de Cristo 1451.

Versículo 1

Ver. 1. Y hazte un arca de madera - Esta orden, dada antes a Mois�s, se repiti� aqu� a causa de las tablas nuevas que iba a hacer para poner en el arca. E hice, en el tercer verso, s�lo puede significar, de acuerdo con un modo com�n de expresi�n, que orden� que se hiciera.

Versículos 6-7

Ver. 6, 7. Y los hijos de Israel partieron de Beeroth, etc. Muchos han hecho pozos a Beeroth. Calmet observa en este pasaje: "Es, sin duda, muy dif�cil para nosotros llegar al prop�sito de Mois�s al recitar estas palabras; pero no siempre se nos permite penetrar en los designios del esp�ritu de Dios: basta, que todos los Las Escrituras son can�nicas en todas sus partes, para merecer nuestro mayor respeto ". Ciertamente, hay varias dificultades en el texto hebreo. Porque, en el vers�culo 6, se dice que los hijos de Israel viajaron desde los hijos de Yaak�n a Mosera, cuando, en el Libro de N�meros, donde se enumeran sus viajes, se dice quevinieron de Mosera a los hijos de Jaakan. Nuevamente, se dice aqu� que Aar�n muri� en Mosera; y en el libro de los N�meros, que muri� en el monte Hor. Pero el texto samaritano elimina por completo estas aparentes contradicciones. El pasaje se lee all� como sigue, ver. 6.

Pero los hijos de Israel, partiendo de Mosera, establecieron sus tiendas en Ben-jaaquim; ver. 7. De all� partieron y asentaron en Gedgad, y de all� en Jotbathha, que es un valle de arroyos de aguas; de all� partieron y asentaron en Ebrona; de all� partieron y acamparon en Ezi�n-gaber; de all� partieron y asentaron en el desierto de Zin, que es Cades; de all� partieron y acamparon en el monte Hor; all� muri� Aar�n, etc. Tambi�n debemos observar, en defensa del hebreotexto, que los israelitas en su vagar por el desierto tambi�n podr�an ir aqu�, como lo hicieron en otros lugares, de un lado a otro; es decir, de Jaakan a Mosera, y de regreso de Mosera a Jaakan. Si es as�, Mois�s, en este lugar, no hace m�s que insertar un pasaje omitido en el libro de N�meros. En cuanto a la otra objeci�n, a saber, se dice aqu� que Aar�n muri� en Mosera, mientras que es evidente en N�meros 25:18que muri� en el monte Hor: no es extra�o que un lugar tenga nombres diferentes, especialmente con respecto a sus diversas partes; y, con respecto a la conexi�n, se puede instar que Mois�s, habiendo mencionado su intercesi�n por los israelitas, cuando estaban en peligro de ser destruidos por sus pecados, y cuando las tablas de la ley fueron quebrantadas, agrega aqu� lo que fue el efecto de esta intercesi�n, a saber, que de ese modo se recuper� el favor de Dios; de lo cual �l da varios ejemplos: primero, La restauraci�n de las dos tablas y colocarlas en el arca, ver. 1. 5. 2�, Sus viajes bajo la conducta divina, que no se detuvieron. En tercer lugar, la separaci�n de los sacerdotes y los levitas para el servicio del tabern�culo, y la continuaci�n del sumo sacerdocio en Eleazar, despu�s de la muerte de Aar�n, etc.

Versículo 8

Ver. 8. En ese momento el Se�or separ� a la tribu de Lev� - En ese momento significa no mucho despu�s de que Mois�s descendiera del monte por segunda vez, ver. 5. Calmet supone, que el historiador sagrado insinuar�a aqu�, que la rebeli�n de Cor� sucediendo en Jotbath (en cuya ocasi�n Dios confirm� el sacerdocio y el ministerio a la tribu de Lev�) es a este evento al que Mois�s alude en el palabras, en ese momento. Esta frase se usa con frecuencia en las Escrituras con cierta amplitud. VerG�nesis 38:1 . Mois�s menciona en este vers�culo tres funciones de los levitas; primero, la carga del arca; N�meros 31:2 nd, De pie ante el Se�or;es decir, manteni�ndose siempre en disposici�n de recibir �rdenes de servirle ( 1 Reyes 17:1 ; 1 Reyes 18:15 .

2 Reyes 5:25 .) Como ayudantes de los sacerdotes y guardianes del tabern�culo. 1 Cr�nicas 23:28 , & c. En tercer lugar, Bendici�n en su nombre; por lo que, probablemente, se entiende la bendici�n sacerdotal, que pertenec�a �nicamente a los sacerdotes, como hijos de Lev�, para entregar a la congregaci�n. Ver N�meros 3:26 . Pero, aunque el pronunciamiento solemne de la bendici�n sobre el pueblo era el oficio peculiar de los sacerdotes, los levitas tambi�n estaban interesados ??en bendecir y alabar a Dios, 1 Cr�nicas 16:4 y, mediante el fiel desempe�o de su ministerio, contribuyeron a derramando bendiciones sobre la gente. La bendici�n, en las Escrituras, a veces se usa para cantar alabanzas a Dios. 1 Cr�nicas 23:13 . Ver el cap. Deuteronomio 23:8 , etc.

Versículo 10

Ver. 10. Y yo me qued� en el monte - Aqu� Mois�s regresa a lo que comenz� a decir en el vers�culo 5, o, m�s atr�s, en el cap�tulo 25 del cap�tulo anterior.

Versículo 12

Ver. 12. Y ahora, Israel - Mois�s aqu�, aplicando lo que hab�a dicho, exhorta a los israelitas a la obediencia, por varios motivos tomados de los beneficios anteriores de Dios, ver. 10, 11. 22 de Su suprema autoridad y su dependencia, ver, 14 de su particular cuidado y ternura paternal hacia ellos, ver. 15 de su poder infinito, ver. 17 y de su justicia inflexible, ver. 17, 18.

Versículo 14

Ver. 14. He aqu� el cielo y el cielo de los cielos - Tanto como para decir: "Todo el universo es suyo: todas las personas est�n bajo su gobierno. Si �l te ha elegido, es el efecto puro de su gracia". El primer cielo comprende la atm�sfera y el espacio donde brillan el sol, la luna y las estrellas; el segundo, o el cielo de los cielos, todas las regiones gloriosas m�s all� de ellos; particularmente lo que se llama el trono de Dios, la morada eterna de bienaventuranza y gloria.

En estas palabras, el escritor sagrado opone aqu� al Dios verdadero, el soberano del universo, el Se�or y creador de todos los hombres (que, por lo tanto, podr�a haber elegido para s� a cualquier pueblo de la tierra) a las deidades locales de los paganos, que se pensaba que presid�an una determinada extensi�n o regi�n, dentro de cuyos l�mites estaba confinado su poder.

Versículos 16-17

Ver. 16, 17. Circuncida, pues, el prepucio de su coraz�n - El Targum de Jonat�n dice esto: Desecha, pues, la locura de tu coraz�n; y la LXX, la dureza de tu coraz�n. La circuncisi�n era un emblema de santificaci�n. VerG�nesis 17:11y las Reflexiones al final de ese cap�tulo. La exhortaci�n de Mois�s puede parafrasearse as�: "No pens�is que, para agradar a Dios, bastar� la circuncisi�n exterior y la observancia de las ceremonias de la ley. Es fundamentalmente necesario, que reformas lo vicioso de tus afectos, que debes cortad y desechad todo lo que vuelva vuestro coraz�n ingrato a los beneficios, insensible a los castigos y desobediente a las leyes de vuestro Dios, quien, aunque peculiarmente vuestro Dios, (ver. 17), sigue siendo el Dios de toda la humanidad: un juez muy justo; que no se confabular� en tus pecados porque est�s circuncidado, ni ser� sobornado con ning�n sacrificio para pasar por alto tu maldad; ni, por el contrario, rechazar� a los que le sirven con sinceridad, aunque no sean jud�os. ; para elno tiene en cuenta a las personas ". V�ase Hechos 10:34 .

En una palabra, el escritor sagrado quiere inculcar la necesidad de esa circuncisi�n interna que tanto recomienda San Pablo, Romanos 2:28 . En las palabras, ni recibe recompensa, Mois�s parece aludir a los dones que ofrecieron los pr�ncipes para la construcci�n del tabern�culo; quiz�s tambi�n a las v�ctimas y dones de los sacrificios, que nunca le fueron aceptados sin amor en el coraz�n del dador.

Versículo 18

Ver. 18. �l ejecuta el juicio del hu�rfano y la viuda - Ver�xodo 22:22 . Puede decirse que Dios ejecuta el juicio de los hu�rfanos y las viudas, no s�lo poni�ndolos bajo el cuidado especial de su providencia, sino implantando compasi�n en el pecho humano; que, como su voz, pide a los hombres que protejan al hu�rfano, que ayuden a la viuda, que alivien al afligido. VerSantiago 1:27. Las leyes de la hospitalidad se inculcan con sabidur�a y firmeza en los escritos sagrados. La providencia de Dios, que se extiende a todos, est� particularmente atenta a los extra�os; a aquellos que son expulsados ??injustamente de su propio pa�s o que viajan, por buenas razones, a otros pa�ses. Aqu� no se hace referencia a los pros�litos de la justicia ni a los de la puerta; pero extranjeros en general, seg�n la m�xima latitud de la palabra; y los motivos por los cuales se impone a los hijos de Israel este respeto por los extra�os, son ciertamente los m�s fuertes y conmovedores posibles.

Los mejores y m�s sabios hombres entre los paganos consideraban el amor por los extra�os como una de las caracter�sticas de la divinidad. El ???? ??????, dios de los extra�os, era el atributo peculiar de J�piter, su deidad suprema, benigno para la humanidad y el patr�n de la benevolencia universal. Por lo tanto, entre otras leyes de Carondas, mencionadas por Stobaeus, esta es "recibir a cada extra�o con amabilidad y humanidad, y enviarlo en paz, en reverencia a J�piter, el dios de los extra�os, que es como un dios para todos". en com�n, y un estrecho inspector de aquellos que obedecen o violan las leyes de la hospitalidad ". Con el mismo prop�sito hay muchos hermosos sentimientos en Homero; como dice Eumeo a Ulises, disfrazado de mendigo,

Nunca fue nuestro disfraz menospreciar a los pobres, ni despreciar nada humano; Porque J�piter abre la puerta hospitalaria, Es J�piter el que env�a al forastero y al pobre. Ver Odyss. 14: ver. 65-69 y nota del Sr. Pope.
Hay una notable carta del emperador Juliano, conservada por Sozomen en su Eccles. Hist. y en las obras de Juli�n, en las que habla en los t�rminos m�s honorables de la excelencia y superioridad de la hospitalidad cristiana.

Versículo 21

Ver. 21. �l es tu alabanza - Es decir, "Es �l a quien debes alabar sin cesar; o m�s bien, es �l cuya protecci�n hace tu gloria. Nada en el mundo puede o debe parecer m�s honorable que tenerlo para tu Dios. " VerSalmo 106:20 .

REFLEXIONES.� Misericordias como las antes mencionadas, sin duda, merecen las m�s c�lidas devoluciones de gratitud y deber. Tenemos aqu�, 1. Estas demandas razonables de Dios sobre ellos descritas. Para temer �l, porque su majestad es glorioso, su terrible ira, y su gran misericordia. Para amarlo, con el deseo supremo despu�s de �l, con deleite en �l m�s all� de todas las cosas, y con el crecimiento de la conformidad de nuestras almas a su imagen. Para servirlo con esa alegre, feliz obediencia universal, que aman dictados, por lo que su libertad servicio perfecto. Para guardar sus mandamientos, sin reservas ni murmuraciones. Para circuncidar el prepucio de su coraz�n,despoj�ndonos del anciano, que es corrupto, con los afectos y las concupiscencias, y sin escatimar, ni deseando escatimar, la menor inmundicia o superfluidad de la maldad en el coraz�n. No terco, sino humilde y alegremente sumiso a la vara de la correcci�n, como al yugo de la obediencia. Jurando por su nombre, como el �nico Dios omnisciente, a quien se debe hacer tal apelaci�n; y adhiri�ndonos a �l con fidelidad inquebrantable, y firmeza perseverante; adem�s de extender su consideraci�n hacia sus vecinos y amar incluso al extra�o, que es el objeto de la consideraci�n de Dios y deber�a ser de ellos; especialmente cuando consideraron su propio estado desolado en Egipto, donde Dios tan bondadosamente, como padre, los alivi� de sus angustias.

El compa�erismo en el sufrimiento debe ser un argumento para compadecerse y aliviar a los afligidos. Nota; El deber de Israel es nuestro, y todo esto requiere el Se�or nuestro Dios de cada uno de su Israel espiritual. 2. Hay mayor justicia e idoneidad en esta conducta hacia Dios; porque Dios es glorioso sobre todos los dioses, poderoso para proteger y bendecir, y terrible para castigar; sobre todo parcialidad hacia las personas, y poseedor de todo poder en el cielo y en la tierra, ya sea para recompensar la fidelidad de su pueblo, o para ejecutar venganza sobre sus enemigos: lleno de gracia para con los pobres y desamparados; tierno de su propio Israel, y objeto de sus justas alabanzas. Nota; Cada visi�n de Dios en sus gloriosas perfecciones es un argumento para amarlo y servirlo.

Información bibliográfica
Coke, Thomas. "Comentario sobre Deuteronomy 10". Comentario de Coke sobre la Santa Biblia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tcc/deuteronomy-10.html. 1801-1803.
 
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