Bible Commentaries
Deuteronomio 13

Comentario de Coke sobre la Santa BibliaComentario de Coke

Introducción

Los que imitan la idolatr�a, aunque est�n casi relacionados, no deben ser escuchados, sino castigados con la pena capital; y las ciudades, convertidas en id�latras, ser�n totalmente destruidas.

Antes de Cristo 1451.

Versículos 1-4

Ver. 1-4. Si surge entre vosotros un profeta, etc.� Habiendo sido plenamente demostrada la divinidad de su religi�n y su peculiar oposici�n a la idolatr�a,

Mois�s procede ahora a exponer el caso m�s fuerte posible; haci�ndoles saber que si alg�n profeta o so�ador de sue�os, cualquier persona que pretenda inspiraci�n sobrenatural, les d� una se�al o un prodigio,deben predecir o realizar cualquier cosa extraordinaria, y hacer que el motivo para apartarlos de la adoraci�n de su Dios a la de los �dolos, ignoren por completo tales se�ales o maravillas, ni se vean influenciados por ellos para escuchar las palabras. del enga�ador; asegur� que no podr�a ser comisionado por Dios, quien, siendo siempre el mismo, nunca puede contradecirse a s� mismo: y en esta confianza, aunque tal vez no puedan descubrir el modo de su enga�o, o el m�todo por el cual pudo ya sea para predecir o realizar cualquier cosa extraordinaria; aunque no sab�an si lo hac�a simplemente haciendo malabares o comunic�ndose con esp�ritus malignos; sin embargo, iban a dar muerte a tal persona, infaliblemente seguros de que ning�n mensajero de Dios podr�a intentar seducirlos de la adoraci�n de ese Dios.

A partir del tercer vers�culo se puede hacer creer que, como el Todopoderoso a veces permite otros males con el mismo fin de probar a su pueblo, as� crey� conveniente permitir entre los jud�os a las personas de las que se habla aqu� para realizar cosas realmente estupendas. y milagroso; y hasta d�nde pudo haber permitido que los esp�ritus malignos ayudaran a tales personas no nos corresponde a nosotros determinarlo. Esto, sin embargo, de ninguna manera impugna su sabidur�a o bondad; porque as� como, en el caso presente, dio a los israelitas un criterio tan infalible para determinar, as�, en todos los casos, podemos estar seguros de que �l o bien otorgar� a la humanidad tales criterios, o dar� a los milagros que los verdaderos profetas realicen tales marcas evidentes de divinidad y superioridad sobre las de los dem�s, que nunca dejar�n en duda la mente humana. En efecto, si no estuvi�ramos seguros de esto infaliblemente por la misma naturaleza de Dios, no podr�amos tener un fundamento seguro sobre el cual edificar nuestra fe, ni ninguna prueba infalible por la cual probar la verdad de una revelaci�n. Este tema ha sido completamente tratado por el Dr.

Chapman, en su excelente trabajo llamado Eusebius, cap. 2. Aquellos, sin embargo, que deseen ver m�s opiniones diferentes, pueden consultar Origines Sacrae del Obispo Stillingfleet, lib. ii. C. 10, donde habla de discernir milagros verdaderos de falsos; Los sermones de Wells en la conferencia de Boyle y la defensa del obispo Chandler. El se�or Locke observa muy bien sobre el tema, que "dado que el poder de Dios es primordial para todos, y no se puede hacer oposici�n contra �l con una fuerza igual a la suya; y dado que su honor y bondad nunca pueden suponer que sufran su mensajero y su verdad para ser apoyada por la aparici�n de un mayorel poder del lado del impostor ya favor de la mentira; cada vez que hay una oposici�n, las se�ales que llevan con ellos las marcas evidentes de un poder m�s grande ser� siempre una cierta evidencia de que la verdad y la misi�n divina est�n en ese lado en el que se parecen. Porque, aunque el descubrimiento, c�mo los falsos milagros son o pueden ser producidos, estar m�s all� de la capacidad de los ignorantes, y, a menudo m�s all� de la concepci�n de los m�s sabiendo espectador, sin embargo, no puede, pero saben que est�n no focas establecidos por Dios a su la verdad para dar fe de ella; ya que se oponen a ellos milagros, que llevan las marcas evidentes de un mayor y superiorpoder, y por lo tanto no pueden en absoluto sacudir la autoridad de alguien as� apoyado. Nunca se puede pensar que Dios sufra que una mentira, colocada en oposici�n a una verdad que proviene de �l, sea respaldada con un poder mayor del que �l mostrar� para la confirmaci�n y propagaci�n de una doctrina que �l ha revelado hasta el final. ser cre�do ".

Y te da una se�al o una maravilla - piensa Le Clerc, esa se�al y maravilla aqu� significan casi lo mismo: pero Houbigant afirma que la part�cula ?? ou, traducida o, es disyuntiva en hebreo; y que, en consecuencia, estas dos palabras denotan cosas distintas. En consecuencia, piensa que una maravillaes algo m�s que un signo: el �ltimo significa un milagro sometido a la vista humana, el primero tal que afecta al hombre; de qu� tipo fueron las plagas egipcias. Sin embargo, ambos tipos aqu� significan verdaderos milagros, cosas sobrenaturales; porque las palabras originales nunca se usan en los escritos sagrados para los malabarismos y falacias de los adivinos, y por lo tanto, los milagros de Mois�s y Aar�n nunca se expresan con otras palabras.

En el 2� verso, hay una transposici�n muy frecuente en la Escritura; los dos vers�culos pueden leerse juntos as�: Si se levanta entre vosotros un profeta, etc. diciendo: Vayamos en pos de otros dioses, que no has conocido (no tuviste comunicaci�n o inteligencia de) y sirv�moslos; y te dar� una se�al o un prodigio, que suceder�, conforme a lo que te ha dicho, etc.

Versículo 5

Ver. 5. Porque ha hablado para alejarte - Margen, hablado rebeli�n contra el Se�or; en qu� palabras leemos la raz�n de la ley. El crimen del falso profeta fue un crimen de lesa majestady alta traici�n: predicando la apostas�a, predic� la rebeli�n; y lo que hace m�s odioso su crimen es que, para favorecer la idolatr�a, se llama a s� mismo el mensajero de Dios; y, bajo la sanci�n de este t�tulo, solicita a los israelitas que renuncien a su obediencia al Se�or. Nada puede ser m�s culpable que semejante impostura. Apenas se pod�a creer que los jud�os posteriores hubieran justificado su rechazo de nuestro Salvador por este pasaje de la ley; el hecho, sin embargo, es cierto. "Nuestra ley", dicen, "nos permiti� no recibir a Jes�s como un verdadero profeta, cualesquiera que fueran sus milagros, porque propon�a la destrucci�n de nuestra religi�n". Ahora, por no decir que la proposici�n es falsa, y que Jesucristo, lejos de formar un plan para abolir la religi�n de Mois�s, declar� por el contrario, de la manera m�s sencilla,que no vino a destruir, sino a realizarlo; Para no insistir en esto, hay dos cosas que evidentemente distinguen a nuestro Salvador del falso profeta aqu� se�alado: primero, no fue una se�al o un solo milagro lo que Jes�s obr� para probar la divinidad de su misi�n; sus milagros fueron m�s numerosos y m�s excelentes que los que realiz� Mois�s: pero �qu� probabilidad hay de que Dios le hubiera dado tal permiso y poder, si no hubiera sido, como �l mismo declar�, el CRISTO? En segundo lugar, en las palabras de Mois�s, se habla de un profeta que seducir�a al pueblo a la idolatr�a; pero el hombre debe haber perdido toda verg�enza que imputa este crimen al legislador de los cristianos. Ver Obispo Kidder's Demonstr. del Mes�as, parte 2 Cr�nicas 1 p. 4 fol.

Versículo 6

Ver. 6. Si tu hermano, etc.� Para convencerlos del alto deber que ten�an para con Dios, y mostrarles que esta ley debe ser ejecutada con sumo rigor contra un pecado que golpe� el fundamento mismo de su religi�n y gobierno. Mois�s presenta el caso de la manera m�s contundente; que si el pariente m�s cercano y m�s querido y el amigo induc�a a un hombre a la adoraci�n de dioses falsos, no deb�a tener misericordia del seductor, sino que deb�a matarlo, ver. 9. La raz�n de la cosa, sin embargo, muestra que estas dos circunstancias deb�an entenderse: primero, que el seductor sea condenado por dos testigos suficientes ante los magistrados correspondientes, verN�meros 35:30; 2�, que el ofensor persiste obstinadamente en defender la idolatr�a a pesar de la amonestaci�n: porque �qui�n puede dudar sino que un padre, por ejemplo, podr�a salvar la vida de su hijo, en caso de que lo llevara al arrepentimiento oportuno? Por lo tanto, los rabinos suministran muy justamente estas dos atenuaciones de la ley.

En las palabras de este vers�culo tenemos una hermosa idea de la amistad: tu amigo, que es como tu propia alma; un amigo fiel es otro yo: el mismo esp�ritu parece animar a dos personas que aman cordialmente y seg�n las leyes de la piedad y la virtud. Tal era el lenguaje de Pit�goras y de Arist�teles, muy probablemente copiado del de Mois�s, cuya elocuencia y energ�a no pod�an ser borradas por ellos. Un poeta moderno, hablando de dos amigos, dice maravillosamente:

"Como los objetos les agradaron, y como los objetos sufrieron ... No era m�s que un alma que reinaba en dos cuerpos". Consulte el ensayo sobre la conversaci�n de STILLINGFLEET.

Versículo 9

Ver. 9. Tu mano ser� la primera sobre �l para darle muerte - La persona ser�a apedreada, y el acusador le arrojar�a la primera piedra, junto con los testigos; ver cap. Deuteronomio 17:7 . A esto alude nuestro Salvador, Juan 8:7 . Esta ley a primera vista puede parecer una prueba demasiado grande para la humanidad; pero no es m�s que exigir el cumplimiento de ese simple principio de moralidad, que debemos sacrificar todas las consideraciones privadas por el bien del p�blico: as� como con ese primer principio en la religi�n, que debemos sacrificar todas las conexiones privadas para el amor de Dios.

Tal es la doctrina que ense�a nuestro Salvador, cuando dice, si alguno viene a m� y no odia a su padre, a su madre, a su esposa, a sus hijos, a sus hermanos y hermanas, s�, y tambi�n a su propia vida, no puede ser mi hijo. disc�pulo. Lucas 14:26 .

REFLEXIONES.� Nuestros parientes m�s cercanos y queridos, en este particular, no deben tener ning�n respeto por ellos; si nos tentaran secretamente a la idolatr�a, la misma santa indignaci�n debe encender nuestro pecho contra ellos: no debemos ocultarlos ni compadecernos de ellos. Nuestra mano debe estar primero sobre ellos para apedrearlos, y luego la de todo el pueblo; que as� tanto el mal puede ser eliminado, y tal ejecuci�n disuadir� a otros de intentos criminales similares.

Nota; (1.) Esas tentaciones son doblemente hechizantes y vienen de personas a quienes amamos. (2.) La esperanza de la protecci�n y la seguridad en el pecado es una gran trampa para llevar a los hombres a �l. (3.) Ocultar al criminal de la justicia, es ser parte de su crimen. (4) El dise�o de toda ejecuci�n es infundir terror en los dem�s, para que puedan mantenerse alejados de los mismos caminos culpables y del mismo final miserable.

Versículos 12-15

Ver. 12-15. Si oyeres decir en una de tus ciudades : Del caso de personas particulares, Mois�s pasa al de ciudades enteras; con lo cual debe entenderse las ciudades israelitas que profesan la verdadera religi�n. Los hijos de Belial significan los m�s libertinos y sin valor: Belial significa, propiamente, alguien que no sirve para nada, que no est� sujeto a ninguna ley, ni a yugo; y as� es un nombre apropiado para el diablo y todos los hijos de desobediencia. VerJueces 19:22 . 1 Samuel 1:16 ; 1 Samuel 10:27 ; 1 Samuel 17:25. Los rabinos, no sin raz�n, entienden as� la presente ley: Si los inquisidores, tras el debido examen, encontraban pruebas evidentes de la acusaci�n alegada contra la ciudad, deb�an presentar su informe al Sanedr�n, que era el primero en esforzarse , mediante argumentos y persuasiones, para reclamar a la gente del lugar a su deber; y si prevalec�an, eran perdonados; pero si continuaban obstinados, entonces el Sanedr�n orden� al pueblo de Israel que levantara un ej�rcito, sitiara el lugar y entrara en �l por la fuerza, si no pod�an de otra manera; y cuando la ciudad fue tomada, se nombraron varios tribunales para juzgar y condenar a todos los culpables: si resultaban ser la parte menor de la ciudad, eran apedreados y el resto libre de castigo; si la mayor�a fuera declarada culpable, todos fueron declarados muertos a espada, junto con sus esposas e hijos. Ver Selden de Syned. lib. iii. C. 5.

Versículo 17

Ver. 17. Nada de lo maldito se pegar� a tu mano - Nada podr�a ser designado m�s sabiamente que esta ley, que sirvi� a la vez para crear en ellos el mayor aborrecimiento de la idolatr�a, y al mismo tiempo evit� cualquier tentaci�n de destruir a un inocente. ciudad por el saqueo. Despu�s de leyes tan severas y estrictas para la extirpaci�n de la idolatr�a, uno no puede evitar sorprenderse por lo absurdo del intento de Voltaire de demostrar que la idolatr�a era tolerada entre los jud�os.

Para que el Se�or te multiplique , como si hubiera dicho: "No temas que la destrucci�n total de una gran ciudad perjudique tu comunidad; porque el Se�or, como consecuencia de tu obediencia a sus mandamientos, te dar� otros ciudadanos y aquellos en gran abundancia ". Con respecto al castigo denunciado en este cap�tulo, fue necesario; porque nada era m�s importante que prevenir un crimen que socav� los cimientos mismos de la constituci�n hebrea de la iglesia y el estado. Grocio comenta que la idolatr�a y la blasfemia eran los �nicos cr�menes a los que se adjuntaba la confiscaci�n de bienes; como la religi�n es el v�nculo de la sociedad, la impiedad y la irreligi�n son su destrucci�n.

Ver De Jur. B. y P. lib. 2: gorra. 20. Sin embargo, debemos se�alar al mismo tiempo que, dado que la ley de la que se trata aqu� se fund� en la constituci�n particular del pueblo de Israel, no podemos concluir justamente de ella que es l�cito entre otras naciones castigar a los id�latras. con la muerte, por enorme que sea su crimen.

Información bibliográfica
Coke, Thomas. "Comentario sobre Deuteronomy 13". Comentario de Coke sobre la Santa Biblia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tcc/deuteronomy-13.html. 1801-1803.