Bible Commentaries
Deuteronomio 18

Comentario de Coke sobre la Santa BibliaComentario de Coke

Introducción

Se proh�ben las adivinaciones, se les promete un profeta, a quien se les ordena obedecer: se les ordena dar muerte a los falsos profetas, y se les da una se�al para discernirlos.

Antes de Cristo 1451.

Versículo 1

Ver. 1. Comer�n las ofrendas encendidas para el Se�or , no los holocaustos, porque �stos se consumieron enteramente sobre el altar; pero todas las dem�s ofrendas, de las cuales se asign� una parte a los sacerdotes. VerN�meros 9:10 ; N�meros 9:23 .

Versículo 3

Ver. 3. De los que ofrecen un sacrificio - Se pueden pronunciar estas palabras: Esto ser� lo que el sacerdote le debe a los que matan un animal: porque la palabra original no significa m�s que matar un animal. G�nesis 43:16 . Ver Calmet y Ainsworth. Fil�n, Josefo y muchos otros entienden esto de las bestias sacrificadas para comer en sus varias ciudades, no para sacrificios; porque en cuanto a los animales ofrecidos en sacrificio, s�lo el pecho y el hombro derecho deben ser entregados a los sacerdotes, pero no se dice una palabra de las dos mejillas y las fauces, por lo que se cree que significa el est�mago, particularmente la parte inferior. est�mago.Seg�n los naturalistas, los animales que rumian tienen cuatro conductos a trav�s de los cuales se transportan los alimentos a los intestinos, de los cuales el cuarto y m�s bajo, que se llama en griego, ? ???????? eneustron, y en lat�n, omasum, es el m�s gordo, y se contabiliza. por los antiguos una gran delicadeza.

Versículo 5

Ver. 5. Ponerse de pie para ministrar - Expresi�n que indica la postura en la que deb�an oficiar los sacerdotes y su asiduidad en el desempe�o de sus funciones. La expresi�n, en el nombre del Se�or, significa, por su nombramiento y por su servicio. Ver Outram de Sacrif. lib. ic 6.

Versículos 6-8

Ver. 6-8. Y si es un levita , es decir, uno de la tribu de Lev�, ya sea sacerdote o levita: vendr� con todo el deseo de su mente; es decir, con un deseo sincero de consagrarse enteramente al servicio del santuario, y de fijar su morada en el mismo lugar que el santuario; entonces ministrar� en el nombre del Se�or, ver. 7 o ministrar� al nombre del Se�or, como en la LXX; es decir, asistir� continuamente al altar para realizar el servicio del santuario, como lo hacen los dem�s sacerdotes en sus cursos. Este fue el caso de Samuel. Y tendr�n porciones iguales para comer,ver. 8 es decir, los dem�s sacerdotes que esperan en el altar dar�n a esa persona la misma porci�n que ellos mismos tienen en los sacrificios. Dispuesto a comprometer a los ministros de religi�n para que se consagraran enteramente a las funciones del ministerio, Mois�s aqu� determina, en general, que todos aquellos que de ahora en adelante deben venir a fijarse por completo en la casa del Se�or, deben ser tratados absolutamente con el en pie de igualdad con sus compa�eros, asociados a ellos en sus funciones y emolumentos.

Adem�s de lo que proviene de la venta de su patrimonio , significa, adem�s de qu� propiedad personal hab�a adquirido o le dejaron sus parientes, y cu�l deb�a venderse para su uso; porque, aunque los sacerdotes no ten�an participaci�n en la tierra de Cana�n que les fue dada en la divisi�n de ese pa�s, sin embargo pod�an comprar casas, bienes y ganado, y algunas veces tambi�n tierras; cuando leemos que Abiatar ten�a sus propios campos en Anathoth; 1 Reyes 2:26 y el profeta Jerem�as, que tambi�n era sacerdote, compr� un campo del hijo de su t�o. Jeremias 32:7 .

REFLEXIONES.� Se hacen provisiones para el apoyo de un ministerio piadoso. 1. No deb�an tener herencia entre sus hermanos, ni ning�n cuidado mundano que los apartara de cumplir con los deberes de su funci�n. Dios ser�a su porci�n; y aquellos que tienen su amor en el tiempo y la esperanza de su gloria en la eternidad, no necesitan desear otro mayor. Nota; Un sacerdote de mentalidad mundana es un esc�ndalo para su profesi�n y una mentira viviente. No es que deban desear una competencia, aunque se les prohibi� obtener ganancias mediante la agricultura o el comercio. Como sirvientes en el altar de Dios, ten�an una parte de cada sacrificio para su sustento; y les dieron las primicias del trigo y del vino y del vell�n de las ovejas, para que tuvieran suficiente alimento y vestido.

Nota; El que ama el altar de Dios, nunca se arrepentir� de una contribuci�n generosa para apoyar a aquellos que son elegidos por Dios para ministrar antes que �l. A quien Dios honra, debemos honrar. 2. Si un levita, por un celo santo por el servicio de Dios, deseara fuera de su carrera subir y servir en el altar, podr�a compartir el trabajo y el salario con sus hermanos all�: porque, al establecerse un cierto n�mero siempre Para ministrar, no se excluy� a quienes se ofrecieron voluntariamente. Nota; Adem�s del servicio generalmente establecido, un ministro celoso se deleitar� en ser empleado para Dios, tanto fuera del tiempo com�n como en el tiempo; y, aunque sus hermanos m�s fr�os pueden considerar este paso irregular, Dios lo considerar� altamente encomiable.

Versículo 10

Ver. 10. O que usa adivinaci�n - El hebreo es ????? ??? kesem kesamim, adivinar adivinaciones; que puede significar, ya sea adivinaci�n por suertes, a la manera de las sortes praenestinae, sortes Dodoneae, y otras entre los griegos y romanos, o adivinaci�n por flechas, la antigua ???????????, de la cual verEzequiel 21:22 . La forma de hacerlo fue, al inscribir en varias flechas los nombres de las ciudades que iban a atacar, y, despu�s de mezclar las flechas, se dibuj� una en una aventura, que presentaba el nombre de la ciudad que se atacar�a primero.

Algo de este tipo de adivinaci�n todav�a prevalece entre los mahometanos. V�ase la Introducci�n al Cor�n de Sale, la Bibliotheque Orientale de D'Herbelot, bajo la palabra ACDATT, y Pococke en sus notas sobre Abulfarage, p. 327, 328. Hab�a otro tipo de adivinaci�n horrible entre los paganos, formado tras la inspecci�n de las entra�as de las v�ctimas humanas. Ver Gensius de victim. humano. C. 21 y Jeremias 27:9 .

Un observador de los tiempos, o un encantador, o una bruja - VerLev�tico 19:26 . Se cree que un encantador, ????? menachesh, significa alguien que usa la adivinaci�n por medio de serpientes; (???? nachash, en hebreo, que significa serpiente ) , de la cual tenemos muchos ejemplos en los poetas paganos, particularmente Homero y Virgilio; ver Bochart, Hieroz. lib. ip 1. c. 3. Aunque, como los adivinos por serpientes se mencionan en el vers�culo siguiente, no es improbable que esta palabra pueda aludir a esa clase de adivinos que formaron sus augurios sobre el vuelo de los p�jaros, el movimiento de las nubes, las entra�as de los animales, &C.

El verbo ???? nachesh, en hebreo, significa ver, observar con atenci�n y, por lo tanto, usar augurios. La LXX lo traduce por ??????????; la Vulgata de augurari. Vea Parkhurst en la palabra. Respetando la palabra bruja, ver �xodo 7:11 .

Versículo 11

Ver. 11. O un encantador - en hebreo ??? ??? chober chober, jungens junctionem. La palabra ??? Chober, dice Parkhurst, significa que el encanto, o, por pretendidas encantamientos, a serpientes recogen, y otros animales nocivos juntos, sin da�o: as� Buxtorf,Salmo 58:5 . Un pasaje del autor de La conformidad de los indios orientales con los jud�os y otras naciones antiguas,ch. 28: puede arrojar algo de luz sobre el tema: "Sus encantamientos, o al menos aquellos de los que yo he tenido conocimiento, no tienen mucho en ellos, y no se extienden m�s all� de tomar v�boras y hacerlas bailar al son de m�sica de flauta, tienen varios tipos de v�boras, que guardan en cestas, las llevan de casa en casa y las hacen bailar cuando alguien les da dinero.

Cuando alguno de estos reptiles entra en las casas o jardines, la gente emplea a estos indios para expulsarlos; que tienen el arte de ponerlos de pie con el sonido de sus flautas y cantando ciertas canciones; despu�s de lo cual los toman a pu�ados, sin recibir el menor da�o ". A lo que agrega, de las Ceremonias y Costumbres Religiosas de todas las Naciones, vol. 3: p. 268, la siguiente nota:" En cuanto a las serpientes, es muy probablemente, que se deleiten con los sonidos musicales y que todo el encanto de los bramines se centre all�. Baldeus, autor de la Descripci�n de Coromandel en holand�s, relata que �l mismo fue testigo ocular de este conjuro con serpientes.�Los Psylli y Tesalios tambi�n, entre los antiguos, pretend�an encantar serpientes y manejarlas sin recibir ning�n da�o. "Tampoco era desconocido para los romanos el efecto de la m�sica sobre las serpientes. As� Virgilio:

Frigidus in pratis cantando rumpitur anguis. La serpiente t�rpida estalla por encantamiento. ECOLOG. 8.

Silius Italicus, hablando de los Marmaride, un pueblo de �frica, dice:

Ad quorum cantus serpens oblita veneni, Ad quorum cantus mites jacuere cerastae.

Su canto despoja a la serpiente de su aguij�n, La ca�da ceras por su canto desarmado.

El lector har�a bien en consultar, sobre este curioso tema, al erudito Bochart, vol. 3: p�g. 385 y seq.

O un consultor con esp�ritus familiares, o un nigromante , esp�ritu familiar; Hebreo ob, traducido al esp�ritu de Pytho. Ob significa originalmente una botella, y luego se toma por ese esp�ritu que habla desde el �tero de la Pitonisa. La mujer se llama esheth-baalath: y ob, es traducida por la LXX como una mujer que habla desde su vientre. Dice Maim�nides, ella que fue iniciada sostuvo en su mano una vara de mirto y recibi� sufumigaciones; y R. Ab. Ben-David, que estos ritos generalmente se realizaban en la tumba de alg�n muerto. Esta y las otras adivinaciones mencionadas aqu� eran las que se usaban entre los caldeos, comprendidas bajo el nombre general deMecatfim. Houbigant traduce esto muy apropiadamente, qui consulat Pythones, "alguien que consulta a Pythos"; sobre lo cual, ver Lev�tico 19:31 . Un nigromante es interpretado, con mucha justicia, por el Dr.

Waterland, quien consulta a los muertos; una pr�ctica supersticiosa, que se realizaba visitando las tumbas por la noche, y all� acostado, murmurando ciertas palabras en voz baja; por lo que pretend�an tener comuni�n con los muertos por medio de los sue�os, o por los muertos que se les aparec�an. V�ase Isa�as, cap. Deuteronomio 8:19 Deuteronomio 29:4 . Tenemos un ejemplo notable de esto en la bruja de Endor, 1 Samuel 28:7. Se acusa al emperador Juliano de practicar esta horrible superstici�n sobre los cuerpos de los ni�os y ni�as a los que hab�a matado para satisfacer su imp�a curiosidad, tanto para consultar sus entra�as como para evocar sus almas. V�ase Life of Julian, p�g. 220. Estos horrores no solo se practicaban entre los paganos en secreto; pero ten�an sus establecimientos p�blicos en lugares consagrados a la religi�n, donde sol�an evocar y consultar solemnemente a los muertos.

Ver Herodot. lib. 5: gorra. 7 y Vida de Cim�n de Plutarco. Los cabalistas distinguen un alma triple; uno divino, y perfectamente separado del cuerpo, al que llaman nethama, lo mismo que Virgilio, aurai simplicis ignem: el segundo es el alma racional , a la que llaman ruah; participa del cuerpo y de la divinidad, y los une: el tercero es enteramente corp�reo, una especie de imagen o sombra, y por as� decirlo, esfacelo del cuerpo: esto dicen que a veces es visible, y vaga un rato por el sepulcro donde se coloca el cuerpo; y esto, seg�n ellos, es lo que magos y nigromantesinvocar con sus hechizos. V�ase Leonis Allat. Syntag. de Engastromytho y Shuckford's Connection, vol. 2: p�g. 9.

Ver. 13. Perfecto ser�s con el Se�or tu Dios - La palabra hebrea ???? tamim, que traducimos perfecto, o completo, denota especialmente aqu� una perfecci�n de sentimiento, con respecto al punto en cuesti�n. Ver Proverbios 28:18 . Es como si Mois�s hubiera dicho: "Ser�s sincera y sin reservas dedicado al Se�or; no ceder a esas supersticiones, que borran por completo los sentimientos debidos a su majestad, y s�lo a �l".

Versículo 15

Ver. 15. El Se�or tu Dios te levantar� un profeta, etc.� Por clara que sea esta profec�a, ha sido extra�amente pervertida y mal aplicada: pero se concibe que nada faltar� para el correcto entendimiento tanto de la profec�a como de la la finalizaci�n, si podemos mostrar, primero, qu� profeta se pretend�a aqu� particularmente. En segundo lugar, que este profeta se parec�a a Mois�s en m�s aspectos que cualquier otra persona. Y, en tercer lugar, que los israelitas han sido, y todav�a son, severamente castigados por su infidelidad y desobediencia a este profeta.

I. Entonces, algunos han Jueces 1:17 que Josu� era la persona, de Sir 46: 1 y Jueces 1:17 o que Jerem�as es fuertemente aludido en esta profec�a; y Abarbanel, en el prefacio de su Comentario sobre Jerem�as, cuenta catorce detalles en los que se parecen; observando que Jerem�as profetiz� cuarenta a�os, al igual que Mois�s. Otros, m�s numerosos, entienden esto de una sucesi�n de profetas; y encontraron su opini�n sobre el contexto: pero todos los partidarios de estos diferentes sentimientos generalmente est�n de acuerdo en que el fin principal y el alcance �ltimo de la profec�a era el Mes�as. El pasaje del cap. Deuteronomio 34:10se refiere claramente a esta predicci�n y refuta por completo la noci�n de que Josu� sea ??un profeta como Mois�s; porque afirma expresamente, que no surgi� un profeta desde entonces en Israel, como Mois�s. Si ese pasaje fue agregado despu�s de la muerte de Mois�s, como evidentemente lo fue y, como algunos imaginan, por el mismo Josu�; entonces, en consecuencia, este �ltimo no era un profeta como Mois�s, en la opini�n general.

Si la adici�n se hizo a una distancia considerable de tiempo despu�s de la muerte de Mois�s, como implican las palabras mismas; no se levant� un profeta DESDE, etc. Seguir�, que la iglesia jud�a no ten�a el concepto de una sucesi�n perpetua de profetas para ser levantados como Mois�s; y, si la adici�n fue hecha, como com�nmente se cree, por Esdras, despu�s del cautiverio en Babilonia, entonces es evidente que ni Jerem�as, ni ninguno de los profetas antiguos, fueron estimados como Mois�s. Adem�s, como bien observa Houbigant, no se pod�a referir a Josu�, ya que estaba vivo entonces, mientras que se habla de este profeta en el futuro; Me voy a levantar. Tampoco Josu� fue un legislador como Mois�s. La palabra est� en singular, profeta;�y por qu� entonces deber�amos entenderlo como una sucesi�n de profetas, o apartarnos de la construcci�n literal, sin ninguna aparente necesidad de ello? y como el conjunto corre en singular, nadie, con el menor conocimiento del idioma hebreo, puede imaginarse una sucesi�n de profetas.

Otras naciones escucharon a los encantadores y adivinos, ver. 14 pero el Se�or no les permiti� que lo hicieran: ya les hab�a dado una gu�a mejor, y les suscitar�a otro profeta, superior a todos los encantadores y adivinos del mundo, a quien deb�an escuchar. Si apelamos a los hechos, encontraremos que nunca hubo ning�n profeta, y mucho menos una sucesi�n de profetas, a quienes los jud�os estimaron como Mois�s. El m�s alto grado de inspiraci�n es llamado por ellos Mosaico;y enumeran cuatro circunstancias, en las que tuvo la ventaja de todos los dem�s profetas. El mismo Abarbanel renuncia a la pretensi�n de Jerem�as, quien, en su prefacio a los profetas menores, lo reconoce como inferior a Isa�as, y en muchas cosas no se puede comparar con Ezequiel: pero sin embargo, un profeta deb�a ser levantado como a Mois�s; �Y qui�n se le ha parecido alguna vez en su caracter�stica superioridad, sino Jes�s el Mes�as? Abarbanel tiene un vuelo noble en su comentario sobre los profetas menores, que limita la profec�a por completo a Cristo. "�l ser� exaltado sobre Abraham, exaltado sobre Mois�s, y m�s alto que los �ngeles"; y as� era, como aprendemos de sus propias palabras: antes que Abraham fuera, yo soy.

II. Debemos mostrar c�mo este profeta se parec�a a Mois�s. Eusebio, y algunos escritores modernos, han se�alado una variedad de detalles sorprendentes en los que Mois�s y Cristo se parec�an entre s�, y que se mencionan en las Reflexiones al final de este cap�tulo; pero la semejanza, que es la caracter�stica que distingue a Mois�s de todos los dem�s profetas, debe fundamentarse en su capacidad legislativa; y en esta cualidad nadie m�s que Cristo se le parec�a. Es en este sentido que Eusebio explica los t�rminos, como t�, cuando dice que significan un segundo legislador.como Mois�s; y la raz�n asignada en el texto para enviar a este profeta demuestra, no solo que iba a ser investido con este car�cter, sino que este era el gran punto de similitud entre �l y Mois�s. El pueblo hab�a pedido que las leyes divinas no les fueran entregadas de una manera tan terrible: Dios aprob� su solicitud y prometi� levantarles un profeta como Mois�s: es decir, un legislador, que les entregar�a sus mandamientos en de una manera familiar y gentil.

Ahora, ninguno de los profetas jud�os fue legislador, en todo el espacio intermedio entre Cristo y Mois�s. Pondr� mis palabras en su boca, etc. demuestren claramente, dice Houbigant, una legislaci�n extraordinaria y diferente a la de Mois�s; porque, si hubiera sido ordinario y similar al de Mois�s, el pueblo no habr�a escuchado tanto a ese profeta como el mismo Mois�s. Como consecuencia de esta profec�a, hubo una expectativa general de que surgiera alg�n profeta extraordinario, que prevaleci� particularmente en la �poca de nuestro Salvador. Los jud�os entonces, as� como desde entonces, aplicaron esta profec�a al Mes�as, el �nico profeta a quien permitir�n que sea tan grande o m�s grande que Mois�s. Los cinco mil alimentados por milagro en el desierto confirman esta verdad. Esto es, de verdad,dijeron ellos, el profeta que vendr�a al mundo; y San Pedro y San Esteban aplican directamente esta profec�a a Cristo; Hechos 3:22 ; Hechos 7:37 lo cual puede muy bien estar justificado al hacerlo, ya que responde plenamente a todas las marcas y caracteres dados por el profeta como Mois�s.

Fue levantado de entre sus hermanos; tuvo comunicaci�n inmediata con la Deidad, como lo hizo Mois�s; realiz� se�ales y prodigios, aunque mucho mayores que los de Mois�s; y, como acabamos de observar, fue legislador, al igual que Mois�s. Les levantar� profeta, dice Dios; y el pueblo glorific� a Dios, diciendo: Un gran profeta se ha levantado entre nosotros. Lucas 7:16 . Pondr� mis palabras en su boca, dice Dios (o dar� mis palabras, como est� en hebreo); y nuestro Salvador dice : Las palabras que me diste les he dado. Juan 17:8 . Les hablar�is todo lo que yo os mande, dice Dios; y nuestro Salvador dice:No he hablado de m� mismo, etc. Juan 12:49 .; ver tambi�n ver. 46. ??Pero para m�s informaci�n sobre este tema, nos referimos a las Reflexiones al final del cap�tulo.

III. Debemos mostrar que los israelitas han sido y siguen siendo castigados por su desobediencia a este profeta. Ciertamente, no faltan muchas palabras para probar esto: es visible para todo el mundo; la profec�a es clara y expresa: a �l oir�is; ver. 19 y cualquiera que no escuche, se lo pedir�; es decir, seg�n la LXX, lo castigar� severamente por ello; el antecedente se pone por el consecuente. Los jueces primero preguntaron y luego castigaron. Esta profec�a, como hemos probado anteriormente, evidentemente se relaciona con Jesucristo. Dios mismo, en cierto modo, se lo aplica; porque cuando se transfigur�, Mateo 17:5 la voz dijo: O�dlo,Aludiendo claramente a estas palabras de Mois�s, le escuchar�is, y as� se lo se�alar�is al profeta como Mois�s. Suceder�, dice San Pedro, al citar esta profec�a, que toda alma que no escuche a ese profeta, ser� destruida de entre el pueblo: � una terrible denuncia! que sabemos que fue completamente ejecutado sobre los jud�os; y para m�s sobre eso, nos referimos, como antes, a las Reflexiones.Estamos en deuda principalmente por esta nota a la disertaci�n del obispo Newton. 6: vol. 1: donde quedar� satisfecho el lector que desee ver m�s sobre el tema; nada menos que consultando al obispo Sherlock sobre el uso y la intenci�n de la profec�a, Discurso 6: Defensa del obispo Chandler, cap. 6: secc. 2 y Ensayo de Sykes sobre la religi�n cristiana.

Solo agregaremos, que no hay necesidad de ser muy sol�cito con respecto a la conexi�n de estas palabras. El sentido del discurso est� terminado y completo en el vers�culo 14. All� Mois�s exhorta a los israelitas a evitar las supersticiones de sus vecinos paganos, a partir de una reflexi�n sobre el cuidado de Dios por ellos en cada detalle. En esa ocasi�n, recordando la promesa que Dios hab�a hecho a los hebreos, de un futuro y superlativamente excelente profeta en el futuro que se levantar�a e instruir�a, establece esa promesa; y la afinidad del sujeto lo lleva a hablar de la gran y principal regla por la cual se puede distinguir a los verdaderos profetas de los falsos. �sta es toda la conexi�n que debe buscarse al final de este cap�tulo; de una atenci�n a la que vemos,un profeta, pero una sucesi�n de profetas, no tiene ning�n fundamento. Pero aquellos que entrar�an m�s de lleno en esta investigaci�n, nos referimos a los Sermones del Dr. L. Twells, predicados en la Conferencia de Boyle, Serm. 10: y 11: Solo observar�amos que el testimonio que Dios le dio a Mois�s, N�meros 12 es posterior a m�s de un a�o de la promesa de un profeta como �l.

Versículos 21-22

Ver. 21, 22. Si dices en tu coraz�n, etc.� Deber�a observarse que esto debe entenderse absolutamente de un profeta israelita. Si tal profeta hablaba en nombre de cualquier otro dios que no fuera el Dios de Israel, no necesitaban m�s marcas para descubrir que era un impostor, v�ase el cap. Deuteronomio 13:2 pero si ven�a a ellos fingiendo una comisi�n de Jehov�, era necesario que tuvieran alg�n criterio cierto, por medio del cual saber si sus pretensiones eran verdaderas o falsas; y esto se establece en las siguientes palabras; si el asunto no sigue, es decir, lo que el Se�or no ha dicho:porque aunque el mero cumplimiento de una se�al, o la realizaci�n de un milagro aparente, no es suficiente por s� mismo para establecer la creencia de una doctrina falsa y malvada; sin embargo, por otro lado, fingir milagros y predicciones, y no poder realizarlos, es una marca absoluta de un impostor.

Observemos adem�s, que esto no tiene nada que ver con las predicciones condicionales, especialmente de un tipo amenazador, del Se�or. Ver Jeremias 18:7 . El verdadero significado, por lo tanto, parece ser que si un profeta apel� a alg�n milagro o evento futuro como una se�al absoluta de que hab�a sido enviado por Dios, y el milagro fracasaba, o lo predicho no suced�a, deb�a hacerlo. ser visto como un impostor. Por ejemplo, cuando Mois�s, en testimonio de su misi�n divina, arroj� su vara al suelo y dijo que se convertir�a en una serpiente; si no se hubiera transformado en una serpiente, habr�a sido condenado en abundancia por falsedad. Cuando se diga, no le temas, el significado es, como bien lo ha expresado Maim�nides, "no se deje aterrorizar o intimidar por su antiguo car�cter de integridad, piedad o aprendizaje, por esforzarse para que lo maten, ya que �l ten�a la arrogante presunci�n de afirmar que tales cosas eran revelado por Dios, como �l estaba consciente que Dios no lo hab�a revelado ".

Reflexiones sobre la semejanza entre Cristo y Mois�s.

Eusebio, al tratar las profec�as acerca de Cristo, primero presenta esto de Mois�s, y luego pregunta: �Cu�l de los profetas despu�s de Mois�s, Isa�as por ejemplo, Jerem�as, Ezequiel, Daniel o cualquier otro de los doce? legislador e hizo cosas como las de Mois�s? Mois�s primero rescat� a la naci�n jud�a de la superstici�n y la idolatr�a egipcias, y les ense�� la verdadera teolog�a: Jesucristo, de la misma manera, fue el primer maestro de la verdadera religi�n, santidad y virtud a los gentiles. Mois�s confirm� su religi�n mediante milagros; lo mismo hizo Cristo. Mois�s liber� a la naci�n jud�a de la servidumbre egipcia; y Jesucristo toda la humanidad del poder de los demonios malignos, y todos los que creen, de la servidumbre de sus propias pasiones malvadas. Mois�s prometi� Tierra Santa, y en ella una vida feliz, a quienes guardaran la ley; y Jesucristo un pa�s mejor, es decir, celestial, para todas las almas justas. Mois�s ayun� cuarenta d�as; lo mismo hizo Cristo. Mois�s suministr� pan al pueblo en el desierto; y nuestro Salvador aliment� a cinco mil a la vez y a cuatro mil en otra, con unos pocos panes.

Mois�s fue �l mismo y condujo al pueblo por en medio del mar; y Jesucristo camin� sobre el mar, y le permiti� a Pedro caminar de la misma manera. Mois�s extendi� su mano sobre el mar, y el Se�or hizo que el mar retrocediera; y nuestro Salvador reprendi� al viento y al mar, y hubo una gran calma. El rostro de Mois�s resplandeci� cuando descendi� del monte; y el de nuestro Salvador brill� como el sol en su transfiguraci�n. Mois�s, con sus oraciones, cur� a Mar�a de su lepra; y Cristo, con mayor poder, con una palabra, cur� a varios leprosos. Mois�s hizo maravillas con el dedo de Dios; y Jesucristo, por el dedo de Dios, ech� fuera demonios. Mois�s cambi� el nombre de Oshea a Joshua; y nuestro Salvador cambi� el de Sim�n por Pedro. Mois�s constituy� setenta gobernantes sobre el pueblo; y nuestro Salvador nombr� setenta disc�pulos. Mois�s envi� doce hombres a reconocer la tierra; y nuestro Salvador doce ap�stoles para visitar las naciones. Mois�s dio varios excelentes preceptos morales; y nuestro Salvador los llev� a la m�xima perfecci�n.


Dr. Jortin, en sus Comentarios sobre Historia Eclesi�stica, vol. 1: p�g. 203 y c. ha ampliado estos indicios de Eusebio, y les ha hecho varias mejoras y adiciones: observando que "Mois�s, en su infancia, fue maravillosamente preservado de la destrucci�n de todos los hijos varones; tambi�n lo fue Cristo. Mois�s huy� de su pa�s para escapar las manos del rey; as� lo hizo Cristo, cuando sus padres lo llevaron a Egipto. Despu�s, el Se�or dijo a Mois�s en Madi�n: Ve, vu�lvete a Egipto, porque han muerto todos los hombres que buscaban tu vida; �xodo 4:19 as� el �ngel del Se�or le dijo a Jos�, casi con las mismas palabras: Lev�ntate, toma al ni�o y vete a la tierra de Israel, porque han muerto los que buscaban la vida del ni�o, Mateo 2:20se�al�ndolo, por as� decirlo, para ese profeta que se levantar�a como Mois�s. Mois�s se neg� a ser llamado hijo de la hija de Fara�n, prefiriendo sufrir aflicci�n; Cristo se neg� a ser rey, prefiriendo sufrir aflicci�n.

Mois�s, dice San Esteban, fue erudito, ?????????, en toda la sabidur�a de los egipcios; y Josefo (Antiq. lib. ii. c. 9.) dice, que era un joven muy avanzado y consumado, y ten�a sabidur�a y conocimiento m�s all� de sus a�os: San Lucas observa de Cristo, que aument� (a tiempo) en sabidur�a y estatura, y en el favor de Dios y de los hombres;y sus discursos en el templo con los m�dicos, cuando ten�a doce a�os, fueron una prueba de ello. Mois�s contendi� con los magos, quienes se vieron obligados a reconocer el poder divino por el cual fue asistido; Cristo expuls� a los esp�ritus malignos y recibi� el mismo reconocimiento de ellos. Mois�s no solo fue legislador, profeta y hacedor de milagros, sino rey y sacerdote: en todos estos oficios el parecido entre Mois�s y Cristo era singular. Mois�s trajo tinieblas sobre la tierra; el sol apag� su luz en la crucifixi�n de Cristo: y, como la oscuridad que se extendi� sobre Egipto fue seguida por la destrucci�n de su primog�nito, y de Fara�n y su ej�rcito; as� que la oscuridad a la muerte de Cristo fue la precursora de la destrucci�n de los jud�os.

Mois�s predijo las calamidades que sobrevendr�an a la naci�n por su desobediencia; Cristo tambi�n. El esp�ritu que estaba en Mois�s fue conferido, en cierto grado, a los setenta ancianos, y ellos profetizaron; Cristo confiri� poderes milagrosos a sus setenta disc�pulos. Mois�s triunf� sobre reyes poderosos y grandes naciones; tambi�n lo fue Cristo, por los efectos de su religi�n y por la ca�da de los que persegu�an a su iglesia. Mois�s conquist� a Amalec levantando ambas manos; Cristo venci� a sus enemigos y a los nuestros cuando sus manos se sujetaron a la cruz. Mois�s intercedi� por los transgresores, hizo que se hiciera expiaci�n por ellos y detuvo la ira de Dios; Cristo tambi�n. Mois�s ratific� un pacto entre Dios y el pueblo, roci�ndolos con sangre; Cristo, con su propia sangre. Mois�s deseaba morir por el pueblo, y or� para que Dios los perdonara o lo borrara de su libro; Cristo hizo m�s, muri� por los pecadores. Mois�s instituy� la pascua, cuando se sacrificaba un cordero, ninguno de cuyos huesos deb�a ser quebrantado, y cuya sangre proteg�a al pueblo de la destrucci�n; Cristo fue ese cordero pascual.

Mois�s alz� la serpiente para que los que la vieran fueran sanados de sus heridas mortales; Cristo fue esa serpiente sanadora. Todo el afecto de Mois�s hacia el pueblo, todos sus cuidados y fatigas por ellos, fueron recompensados ??por ellos con ingratitud, murmuraciones y rebeliones; las mismas devoluciones hicieron los jud�os a Cristo por todos sus beneficios. Mois�s fue maltratado por su propia familia; su hermano y su hermana se rebelaron contra �l: hubo un tiempo en que los propios hermanos de Cristo no creyeron en �l. Mois�s ten�a una generaci�n muy malvada y perversa comprometida con su cuidado y conducta; para permitirle gobernarlos, se le otorgaron poderes milagrosos, y utiliz� su mayor esfuerzo para hacer que el pueblo fuera obediente a Dios y salvarlo de la ruina, pero en vano; en el espacio de cuarenta a�os todos cayeron en el desierto, excepto dos: Cristo tambi�n fue dado a una generaci�n no menos malvada y perversa; sus instrucciones y sus milagros se perdieron en ellos, y aproximadamente en el mismo espacio de tiempo despu�s de que lo rechazaron fueron destruidos.

Mois�s era manso m�s que todos los hombres que hab�a sobre la faz de la tierra; tambi�n Cristo. El pueblo no pudo entrar en la tierra prometida hasta que Mois�s muri�; por la muerte de Cristo, el reino de los cielos se abri� a los creyentes. En la muerte de Mois�s y Cristo, tambi�n hay una semejanza en algunas circunstancias: Mois�s muri�, en un sentido, por las iniquidades del pueblo; fue su rebeli�n la que la ocasion�, y atrajo el disgusto de Dios sobre ellos y sobre �l. Mois�s subi�, a la vista del pueblo, a la cumbre del monte Nebo, y all� muri�, cuando estaba en perfecto vigor, cuando su ojo no se nublaba, ni su fuerza natural disminu�a;Cristo sufri� por los pecados de los hombres y fue llevado, en presencia del pueblo, al monte Calvario, donde muri� en la flor de su �poca. Ni Mois�s ni Cristo, por lo que podemos recoger de la Historia Sagrada, alguna vez enfermaron, o sintieron alguna decadencia o dolencia corporal que pudiera hacerlos incapaces de soportar las fatigas que sufrieron; sus sufrimientos eran de otro tipo. Mois�s fue enterrado y nadie sab�a d�nde estaba su cuerpo; ni los jud�os pudieron encontrar el cuerpo de Cristo. Por �ltimo, como Mois�s, un poco antes de su muerte, prometi� otro profeta, as� Cristo otro consolador ".

Una imaginaci�n fecunda puede encontrar una semejanza donde no la hay: pero, como concluye el mismo excelente escritor: "�Es esta semejanza y correspondencia en tantas cosas entre Mois�s y Cristo el efecto de la mera casualidad? historia, y ver si podemos encontrar un hombre que fuera tan parecido a Mois�s como lo fue Cristo, y tan parecido a Cristo como lo fue Mois�s. Si no podemos encontrar uno as�, entonces lo hemos encontrado, de quien Mois�s en la ley y los profetas escribieron, Jes�s de Nazaret, el hijo de Dios ".
Para corroborar esta parte de la profec�a, vemos tambi�n notablemente cumplida en ella la denuncia sobre los que rechazaron al Mes�as. Los jud�os no le escucharon;�y no han sido eminentemente castigados? La escisi�n completa de esa naci�n incr�dula, poco despu�s de que termin� su ministerio entre ellos, y despu�s de que sus ap�stoles tambi�n predicaron en vano, es una conclusi�n notable de la amenaza que sufrieron por no escucharlo . Podemos estar m�s seguros de esta aplicaci�n, ya que nuestro Salvador mismo no solo denunci� la misma destrucci�n, sino que tambi�n predijo las se�ales, la manera y las circunstancias de la misma, con una particularidad y exactitud que nos asombrar�, como veremos. en lugar apropiado: y los jud�os que creyeron en su nombre, recordando la precauci�n y siguiendo el consejo que les hab�a dado, escaparon de la ruina general de su pa�s, como tizones arrancados del fuego.

El grueso de la naci�n pereci� en su infidelidad o fue llevado cautivo a todas las naciones; �Y no han sido desde entonces, persistiendo en la misma infidelidad, odiados por el mismo castigo, y han sido vagabundos, afligidos y miserables en la tierra? La mano de Dios casi nunca fue m�s visible en ninguna de sus dispensaciones: debemos estar ciegos para no verla; y al verlo, no podemos dejar de admirarlo y adorarlo. �Qu� otra explicaci�n probable pueden dar ellos mismos de su largo cautiverio, dispersi�n y miseria? Su cautiverio anterior, como castigo de toda su maldad e idolatr�a, dur� s�lo setenta a�os; pero han vivido en su actual dispersi�n, aunque no han sido id�latras, ahora estos mil setecientos a�os, y sin embargo sin ninguna perspectiva inmediata de su restauraci�n. �Qu� enorme crimen podr�a haber provocado, y, sin arrepentirse de �l, todav�a contin�a atrayendo, estos duros juicios sobre ellos? Decimos, que fueron cortados por su infidelidad, y que cuando se vuelvan a la fe ser�n injertados nuevamente.

Uno pensar�a que valdr�a la pena probar el experimento. Estamos seguros de que han sido durante mucho tiempo monumentos de la justicia de Dios: creemos que por su fe y arrepentimiento volver�n a ser objetos de su misericordia y, mientras tanto, con San Pablo ( Romanos 10:1 . ). El deseo de nuestro coraz�n y sacerdote de Dios para Israel es que sean salvos. V�ase el obispo Newton sobre las profec�as, disertaci�n. 6.

Información bibliográfica
Coke, Thomas. "Comentario sobre Deuteronomy 18". Comentario de Coke sobre la Santa Biblia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tcc/deuteronomy-18.html. 1801-1803.